miércoles, 24 de junio de 2015

Revolución Americana: El traidor Benedict Arnold

Benedict Arnold 

1741-1801 


 Haga clic debajo para ver la nota extendida

General y traidor revolucionario estadounidense, nacido en Norwich, Connecticut. En la juventud sirvió por una época en la milicia colonial en las guerras contra los franceses e indios. Se hizo más adelante un comerciante próspero. Temprano en la revolución, su expedición contra la fortaleza de Ticonderoga se unió con la expedición de Ethan Allen, y con el mando conjunto tomaron la fortaleza. Arnold siguió empujando al extremo septentrional del lago Champlain, en donde destruyó un número de naves y una fortaleza británica. En la campaña de Quebec, invadió Canadá (1775) por los bosques de Maine. La marcha probó ser increíblemente difícil, y la fuerza quedo agotada cuando alcanzó Quebec. Richard Montgomery llegó a Montreal, y los dos pequeños ejércitos pusieron en marcha el fracasado asalto el 31 de diciembre de 1775. Arnold fue herido pero continuó el sitio hasta la primavera, cuando sir Guy Carleton lo forzó de nuevo al lago Champlain. Allí construyó una pequeña flota que, aunque fue derrotado, paró el avance británico. En febrero de 1777, el Congreso, a pesar de protestas del general Washington y el servicio de Arnold, ascendió a cinco generales de brigada de grado más joven a los generalatos importantes por sobre la cabeza de Arnold. Esto y subsecuente deslices con el Congreso amargaron a Arnold y pudo haber sido en parte el motivo de su traición posterior. Aunque pronto ganó su promoción por su defensa espectacular (1777) contra William Tryon en Connecticut, su precedencia no fue restaurada. En la campaña de Saratoga, su relevo de la fortaleza Stanwix y el hacer una campaña brillante ante Horatio Gates hicieron una parte decisiva en la victoria americana. Él se hizo (1778) comandante de Philadelphia, después de la evacuación británica, y allí se casó con Peggy Shippen, cuya familia tenía simpatías leales. En 1779 lo juzgaron en consejo de guerra debido a conflictos con autoridades civiles. Lo autorizaron de todos excepto cargas de menor importancia y fueron reprendido por Washington; sin embargo le dieron (1780) mandos en West Point. Él había comenzado ya su correspondencia traidora con sir Henry Clinton en la ciudad de New York, y se las arregló para traicionar a West Point a cambio de una comisión británica y de una suma de dinero. El complot fue descubierto con la captura de John Andr, pero Arnold escapó. En 1781 en servicio británico él llevó a cabo dos incursiones salvajes contra Virginia y contra New London, Connecticut, antes que se fuera al exilio en Inglaterra y Canadá, donde él fue generalmente despreciado y no recompensado. 

La traición del general Benedict Arnold 

La traición de Benedict Arnold había sido premeditada largamente. Apasionada, descontento, persuadido constantemente de que lo descuidaron y tratado malamente por el Congreso, exigiendo de ese cuerpo más que de lo que le podrían o concederían, su desafectación creció extremadamente. Mientras al mando en Philadelphia en 1778, sus “actos ilegales y opresivos” dibujaron en él la censura del consejo de Pennsylvania, y finalmente ésta lo sujetó a una juicio por la corte marcial, que lo condenó a una amonestación del comandante en jefe. Sus sentimientos traidores fueron creciendo para entonces ya de forma completa, y comenzó una correspondencia secreta con sir Henry Clinton, por medio del Mayor Andre. Arnold asumió el nombre de Gustavus, y Andre de John Anderson. Estas cartas fueron disfrazadas bajo la forma de comunicaciones mercantiles. 

Arnold, que deseaba dañar la causa americana y realzar el valor de sus servicios a los británicos lo más posible, ahora solicitó el mando de West Point, un cargo del valor extremo tanto por su situación y como por el abastecimiento extenso de los almacenes militares que lo esperaba y revestía. Su uso para este puesto fue escuchado con sorpresa por Washington, pero finalmente le fue concedido. Él inmediatamente se empeñó en privado para entregar West Point al enemigo por 10 mil libras esterlinas y una comisión de general de brigada en el ejército británico. En las negociaciones con este fin el Mayor Andre actuaba como el agente de sir Henry Clinton. Él ascendió el Hudson en el bergantín Vulture, desembarcando secretamente, y fue llevado a cabo una conferencia con Arnold, en quien los términos de la acción traidora fueron arreglados. Como probó ser difícil y peligroso volver al Vulture, Andre fue obligada a intentar un retorno por tierra. 

La ruta más segura fue supuestamente a través del río y en la dirección de White Planes. Smith acordó atenderle en la manera hasta que él debe estar fuera de peligro de los puestos americanos. Hasta ese momento los pasaportes de Arnold los protegerían. 

Todas sus súplicas que estaban sin provecho, y no teniendo ningún otro en mira, Andre se sometió a la necesidad de su situación, y resuelto perseguir la ruta por tierra. Arnold había prevalecido sobre él, en caso de que él tomara este curso, para intercambiar su cubierta militar para el vestido de un ciudadano. Era temido que si lo descubrieron en el uniforme de un oficial británico él pudiera que sea detenido, y quizás entrara en apuros. Y aquí otra vez hicieron Smith el incauto de las estratagemas de Arnold. Cuando él expresó sorpresa que un hombre en una capacidad civil y en una diligencia del negocio debía venir de Nueva York en tal vestido, Arnold le dijo que era debido al orgullo y a la vanidad de Anderson, que deseaba hacer una figura como hombre de consecuencia, y había pedido prestada una cubierta de un conocido militar. Sobre esta representación Smith dio una de sus cubiertas en la cantina, que Andre puso, dejando sus los propios detrás. Así revestido, y revestido como antes con su gabán oscuro, que tenía un cabo ancho abotonado cerca en el cuello, y el aspecto de ser mucho gastado, Andre fue equipado para el viaje. 

Un poco antes de puesta del sol él y Smith ajustaron lejos, acompañado por un criado del negro que pertenecía a estes 3ultimo. Procedieron a Ferry de rey, y cruzaron el río del punto pedregoso al punto de Verplanck. En su manera al transbordador encontraron a varias personas que eran conocidas a Smith, y con quien él conversó, acercándolas en un humor alegre y jocoso, y si se asume que un aire de la facilidad y de la indiferencia. Él incluso paró en la tienda de campaña de un vivandero cerca del transbordador, y contribuyó a la alegría de un destacamento de ociosos asistiéndoles en la consumición de una copa de punzón. Andre no dijo nada, sino caminó su caballete despacio adelante, y esperaba en el transbordador cuando su compañero lo alcanzó. Smith había intentado, mientras que en el camino, dibujarlo dentro de la conversación sobre tomar del punto pedregoso el año antes, y los otros asuntos tales que él pensó lo interesarían; pero él era reservado y pensativo, pronunciando breves respuestas, y no demostrando ninguna inclinación de ser interrogado o de hablar sobre cualquier tema. 

En una última hora por la tarde fueron paradas por un destacamento que patrullaba, llevado por capitán Boyd, que probó que tan inquisitivo en cuanto a darles mucha molestia. Él estaba impaciente por aprender de Smith el “negocio importante” que traído las fuera, advertido les que los vaqueros estuvieran fuera abajo, y fuerte aconsejado les no proceder hasta mañana. tomaron su consejo, quizás para evitar en parte la suspicacia emocionante, y buscaron la casa de un Andreas Miller, en donde les dijeron que puede ser que encuentren los alojamientos para la noche. 

Se encontraron con una recepción agradable, pero, viniendo en una última hora a una vivienda humilde, sus comodidades eran estrechas, y obligaron a los dos viajeros a dormir en la misma base. Según la cuenta de Smith, era una noche cansada y agitada a su compañero. La carga en sus pensamientos no estaba de una clase para calmarlo para descansar; y el lugar de su retratamiento, así que cerca del capitán vigilante Boyd y el suyo guarda, estaba por ejemplo crearía una diferencia de potencial apenas sobre él una convicción de la seguridad perfecta. En el primer amanecer de la luz él se provocó de sus sueños preocupados, despertó a criado, y ordenó los caballetes ser preparado para una partida temprana. 

Solicitando su anfitrión en vano para recibir una remuneración para las cortesías él había rendido, montaron y tomaron el camino que llevaba al puente del pino. La cara de Andre aclaró cuando él estaba bastante más allá del alcance del destacamento que patrullaba, y, como él pensó, había dejado detrás de él las dificultades principales en su ruta. Su cheerfulness restableció, y él conversó en la deformación más animated y más conforme sobre una gran variedad de asuntos. Smith profesa haber estado asombrado del cambio repentino y extraordinario cuál apareció en él, de un taciturnity melancólico a un flujo exuberante de bebidas espirituosas, del cumplido, y del discurso alegre. Él habló sobre poesía, los artes, y la literatura, lamentó de la guerra, y esperaba una paz rápida. De este modo pasaron adelante, sin ser acercado de cualquier persona, hasta que vinieron dentro de dos millas y de una mitad del puente del pino. 

En este lugar Smith decidía que él iría no más lejos. Habían visto a los vaqueros recientemente en ese lugar, y él no cuidó para caer en sus manos. Él por lo tanto tomó el permiso de Andre, y volvió con toda la velocidad a su hogar. En su manera él vio a Arnold, y le dio una cuenta del progreso de su último compañero, cuyo de nombre verdadero y de propósito real él estaba en ignorancia total. 

Los vaqueros eran un equipo de saqueadores, perteneciendo al lado británico, que infestó la tierra neutral entre los puestos de avanzada de los dos ejércitos. Otro equipo de bandidos los opusieron, llamado Skinners, abiertamente en el lado americano. El territorio populoso, unas treinta millas en la anchura, que formó el campo de operaciones de estos sinvergüenzas sin piedad, era un lugar peligroso para un hombre en la situación de Andre a cruzar. Después de que dividió de Smith él dejara el camino a los llanos blancos, y tomara el camino de Tarrytown, teniendo razón para creer que él allí encontraría con a vaqueros, con quienes él esperaba ser seguro. 

Sucedió que la misma mañana que siete hombres jovenes patrióticos se habían colocado en emboscada en este camino, con el objeto de interceptar a personas sospechosas, o conductores de ganado, que pudo ser paso visto hacia Nueva York. Tres de él fueron encubiertos en los arbustos cerca del camino. 

Alrededor la mitad de un norte de la milla de la aldea de Tarrytown, y unas centenas yardas de la inclinación lateral del río de Hudson, el camino cruza un pequeño arroyo, de cada lado cuyo la tierra se levanta en una colina, y fue revestida en aquella època encima con los árboles y la maleza del bosque. El sur de ocho o diez varillas de este arroyo, y en el lado oeste del camino, estos hombres fue ocultado; y en ese punto Andre fue parado, después viajando del puente del pino sin la interrupción. 

Los detalles de esta acción aquí introducida, se narran en el testimonio dado por Paulding y Williams en la juicio de Smith, anotada por juzgar-aboga en ese entonces, y preservado en manuscrito entre los otros papeles. Este testimonio que es tardado solamente once días después de la captura de Andre, cuando cada circunstancia debe haber estado fresca en el recuerdo de sus captores, puede ser mirado como exhibición de una mayor exactitud en sus detalles que cualquier cuenta publicada hasta ahora. En contestación a cuestión de corte, Paulding dijo,-- 

“Mismo, Isaac Van Wart, y David Williams mentían por el lado del camino sobre mitad de la milla sobre Tarrytown, y cerca de quince millas sobre Kingsbridge, el sábado por la mañana, entre y las diez nueve, el 2 de septiembre. Habíamos mentido allí alrededor de una hora y media, tan cerca como puedo recordar, y vimos a varias personas que nos conocieron de, que dejamos el pase. Uno de los hombres jovenes que estaban conmigo dijo actualmente, “allí viene un hombre de caballeroso-mirada, que aparece ser alineado bien, y tiene cubiertas conectado, y que usted debe caminar fuera y parar, si usted no le conoce.” En ése me levanté, y presenté mi fusil de chispa en el pecho de la persona, y dicho le para ponerme de pie; y entonces le pregunté qué manera él iba. Los “caballeros,” lo dijo, “espero que usted pertenezca a nuestro destacamento.” Le pregunté qué destacamento. Él dijo, “el destacamento más bajo.” Sobre ése le dije que hice. Entonces él dijo, “soy oficial británico fuera del país en negocio particular, y espero que usted no me detenga un minuto; ” y demostrar que él era oficial británico lo sacó su vigilancia. Sobre cuál le dije desmontar. Él entonces dijo, “mi dios, yo debe hacer cualquier cosa conseguir adelante,” y parecido hacer un pase de la clase de risa de él, y de general Arnold sacado, que estaba a Juan Anderson, para pasar a todos los protectores a los llanos blancos y abajo. Sobre ése él desmontó. Dicho él, los “caballeros, usted tenía mejor me dejó ir, o usted se traerá en apuro, porque su detención de mí detendrá el negocio del general,” y dicho él iba al transbordador de Dobb a encontrar a una persona allí y a conseguir la inteligencia para general Arnold. Sobre ése le dije esperaba que lo no ofendieran, eso que no significamos tomar cualquier cosa de él; y le dije que había mucha mala gente, que iba a lo largo del camino, y no sabía pero quizás él puede ser que sea uno. “ 

Cuando haber preguntado adicional, Paulding contestó que él preguntó a persona su nombre, que le dijo que era Juan Anderson, y que cuando pase de general Arnold producido Anderson que él debe tener lo dejó ir, si él no tenía antes de llamado un oficial británico. Paulding también dijo que cuando la persona sacó su vigilancia él la entendía como señal que él era oficial británico, y no que él significó ofrecerlela como presente. 

Todos estos detalles fueron confirmados substancialmente por David Williams, cuyo testimonio en vista de explorar de Andre, siendo más minuto que Paulding, aquí se inserta. 

“Lo tomamos en los arbustos,” dijo a Williams, “y lo ordenó arrancar su ropa, que él lo hizo; pero en explorarlo no podríamos encontrar estrecho ninguna clase de escrituras. Le dijimos arrancar sus cubiertas, sobre las cuales él parecía ser indiferente; pero bajamos de una cubierta, y exploramos en esa cubierta, y no podríamos encontrar nada. Pero encontramos que había algunos papeles en la parte inferior de su media al lado de su pie; en cuál hicimos que él arranca su media, y encontrar allí los papeles envolvió para arriba. Sr. Paulding miraba los contenidos, y dicho él era espía. Entonces hicimos que él arranca su otra cubierta, y allí encontramos tres más papeles en la parte inferior de su pie dentro de su media. 

“Sobre esto le hicimos el vestido mismo, y le pregunté lo que él nos daría para dejarlo ir. Él dijo que él nos daría cualquier suma de dinero. Le pregunté si él nos daría su caballete, la silla, la brida, la vigilancia, y cientos Guinea. Él dijo, “sí,” y dicho nos lo los dirigiría a cualquier lugar, incluso si era ese mismo sitio, de modo que pudiéramos conseguirlos. Le pregunté si él nos daría más. Él dijo que él daría nos cualquier cantidad de mercancías secas, o a cualquier suma de dinero, y que la trae a cualquier lugar que puede ser que echemos sobre, de modo que puede ser que lo consigamos. Sr. Paulding contestado, “no, si usted nos daría Guinea de los diez milésimos, usted no debe revolver un paso.” Entonces pregunté a persona, que se había llamado Juan Anderson, si él no conseguiría de distancia si pone en su poder. Él contestó, “sí, yo.” Le dije que no lo pensé debo. Mientras que le nos tomaba adelante le preguntó que algunas preguntas, y nosotros paró debajo de una cortina. Él nos pidió no hacerle preguntas, y dijo cuándo él vino a cualquier comandante que él revelara todos. 

“Lo alinearon en un sobretodo azul, y un bodycoat apretado, que estaba de una clase de color del clarete, aunque un rojo algo más profundo que el clarete. Los ojales fueron atados con malla del oro, y los botones fueron dibujados encima con la misma clase de cordón. Él tenía en un sombrero redondo, y chaleco del nankeen y pone los calzones, con un chaleco y los cajones de la franela, las cubiertas, y las medias de la rosca.” 

El poste militar más cercano estaba en el castillo del norte, donde colocaron a teniente coronel Jameson con una parte del regimiento de Sheldon de dragoons. A ese lugar fue resuelto para llevar al preso; y dentro de algunas horas le entregaron hasta Jameson, con todos los papeles que habían sido tomados de sus cubiertas. 

Jameson, encontrando los papeles sospechosos para estar en el cursivo de Arnold, y no comprendiendo todos que el incidente significó, enviado Andre bajo protector a Arnold, junto con una carta explicando la circunstancia. A le indujeron que revocara esta orden y detuviera Andre, pero la carta se encendió. Mientras tanto, Washington había llegado en la vecindad de West Point, y adelante enviados dos de sus ayudantes para aconsejar a Arnold de su aproximación. Alcanzaron allí momentos antes que llegó la carta de Jameson. 

Cuando los ayudantes llegaron la casa de Arnold, encontraron el desayuno el esperar, como había sido supuesto. Él ahora que era comprobado que el Washington y los otros caballeros no estarían allí, general Arnold, su familia, y los aides-de-camp se sentaron para desayunar. Antes de que se presentaran de la tabla, un mensajero vino con una carta para Arnold, que él rompió adentro la presencia abierta y leída de la compañía. Era la carta antes de la cual coronel Jameson había escrito dos días y enviado por teniente Allen, y contuvo la primera inteligencia recibida por Arnold de la captura de Andre. Su emoción se puede imaginar más fácilmente que descrita. Tan grande era su mando sobre se, sin embargo, que él lo encubrió de las personas presentes; y, aunque él pareciera un poco agitado por el momento, con todo no a tal grado en cuanto a excitar una suspicacia que suceso cualquier cosa extraordinario. Él dijo al ayudante de campo que su atención inmediata era requerida en West Point, y deseada les decir a general Washington, cuando él llegó, que le llamaron inesperadamente sobre el río y debió muy pronto volver. Él ordenó un caballete estar listo, y entonces, dejando la tabla precipitado, él subió a la cámara de señora Arnold y enviado para ella. Con una brevedad exigida por la ocasión, él le dijo que deben parte inmediatamente, quizás no resolver no más, y que su vida dependió la suya que alcanzaba las líneas del enemigo sin la detección. Golpeado con horror en esta inteligencia, divulgada tan precipitadamente, ella swooned y se cayó inconsciente. En ese estado él la dejó, se apresuró abajo, montado un caballete que pertenecía a uno de sus ayudantes que se ponían de pie ensillados en la puerta, y montó solamente con toda la velocidad a la inclinación lateral del río. Él allí entró en un barco, y ordenó a oarsmen eliminar al centro de la corriente. 


El barco fue remado por seis hombres, que, no teniendo ningún conocimiento de las intenciones de Arnold, obedecieron puntualmente sus órdenes. Él pidió apurar el paso diciendo que iba río abajo y a bordo el Vulture con una bandera, y que él estaba en gran rapidez, pues él contaba con a general Washington en su casa y deseaba volver tan expeditivo como sea posible encontrarlo allí. Él también agregó otro motivo estimulante, prometiéndoles dos galones de ron si se ejercerían con toda su fuerza. Así pues se acercaron a King Ferry, Arnold se expuso para ver un pañuelo blanco, y ordenó a hombres remar directo al Vulture, que ahora estaba dentro de su mira, un pequeño abajo del lugar que había ocupado cuando Andre lo dejó. La señal llevada a cabo fuera por Arnold, mientras que el barco pasaba el punto de Verplanck, hizo a coronel Livingston mirarlo como barco bandera, y previno de ser ordenarlo de detenerse y ser examinado. 

El barco alcanzó el Vulture sin obstáculo en su pasaje; y después de que Arnold hubiera ido a bordo y se hubiera sido introducido al capitán Sutherland, él llamó a líder de los barqueros en la cabina y le informó que él y sus compañeros estaban presos. Los barqueros, que tenían capacidad y ánimo, dijeron que no estaban presos, que vinieron a bordo con una bandera de tregua, y bajo misma sanción volverían. Él entonces apeló al capitán, a la justicia exigente y a un respecto apropiado para las reglas de honor. Arnold contestó que todo el éste no era nada al propósito, - no eran presos y deben quedar orientadas tabla. El Capitán Sutherland, con desdeñó tan lamentable acción, aunque él no interfirió con en forma positiva a la orden de Arnold, dijo al hombre que lo tomaría en libertad condicional, y que podía ser que fuese dejado en la costa y así obtener ropa y cualquier otra cosa fue querido para se y sus compañeros. Esto fue hecha por consiguiente el mismo día. Cuando estos hombres llegaron en Nueva York, sir Henry Clinton, llevando a cabo en apenas desprecio un acto tan insensible del maldad, a todos les fue dada la libertad. 

Una cierta hora transcurrió antes de que la huida de Arnold fuese descubierta, pero cuando fue conocida, y los contenidos de los papeles encontrados en Andre fueron revelados, la conspiración entera puesta a la luz. Mucha condolencia era aserrada al hilo para Andre, y los esfuerzos serios fueron hechos por Clinton y otros de obtener para él un plazo del sino que lo aguardó. Washington estaba lleno de especulaciones para él, considerándolo un hombre joven de grandes promesa y capacidad, pero su sensación para su país era mayor. Sería insegura permiso que tal acto escape su pena apropiada, y en su respuesta a Clinton le significó que Andre podría ser liberado solamente a condición de que entregaran Arnold hasta toma su lugar. Esto no se podría conformar con, y Andre fue colgado como espía, al mediodía del 2 de octubre de 1781. 

American Revolution

No hay comentarios.:

Publicar un comentario