martes, 9 de abril de 2019

Antártida: La vida del loco Olezza

El trágico y misterioso final del piloto que hizo el primer vuelo transpolar y fue un héroe antártico 

Al vicecomodoro Mario Luis Olezza le decían “el Loco”. Fue resistido y combatido. Luchó para que la Argentina acortara las distancias y llegara a Oriente por el camino más corto. Pudo aterrizar en el hielo, pero terminó muriendo en un absurdo y extraño accidente con su avión enredado en unos cables en Virreyes

Por Julio Lagos | Infobae

Con este avión Mario Olezza hizo el primer vuelo transpolar

Atendí el teléfono:

-Hola Julio, habla Sandro…

No lo podía creer. ¡Sandro de América!

-¡Hola Roberto! Qué hacés…

-Mirá, te molesto porque tengo que pedir un favor. Me gustaría conseguir el mapa ese que vos tenés en tu programa de la trasnoche… ese mapa que está detrás de tu escritorio…

Roberto Sánchez, Sandro, el Gitano, me hablaba del mapa cenital que identificaba la escenografía de nuestro programa. Era una backing que reproducía el planisferio pero con la característica de que la Argentina estaba en el medio, lo que se llama "el mapa cenital".

Sandro agregó:

-Lo quiero poner en una pared de mi oficina…




No llegué a cumplir con su pedido. El programa terminó de golpe, y jamás pude rescatar ese mapa, que había sido diseñado por Alberto Casellas, un capitán de la Armada que estaba en Hidrografia Naval.

Ese diseño cartográfico, que también aparecía en la portada de la revista Estrategia del gordo Guglialmelli, no era caprichoso. Tenía un sentido.

Era una invitación a pensar el país no en el rincón de los planisferios tradicionales, abajo y a la izquierda, sino exactamente en el medio del planeta. Quizás un capricho, una arbitrariedad, pero tan legítimo como lo otro.

Mirando el mundo desde la Argentina, las distancias son diferentes. Y para ir a Japón, por ejemplo, es más fácil ir "hacia abajo" que "hacia arriba". No para el norte, hasta Los Ángeles y después cruzar el Pacífico, sino para el sur, pasando por encima del Polo, hasta llegar a Nueva Zelanda.

Esto lo dijo por primera vez un personaje extraordinario, al que por esta y otras cosas lo llamaban "el Loco". Olezza, "el loco Olezza".

El vicecomodoro Olezza hizo todas las proezas como aviador en la Antártida

El vicecomodoro Mario Luis Olezza protagonizó todas las proezas imaginables en la Antártida.

En 1962, comandó el avión Douglas C 47 matrícula TA 33 que anevizó primero en la base Marambio y luego siguió hasta la base Ellsworth, cuando intentaba el primer vuelo transpolar de la historia.

Pero el avión se prendió fuego y se destruyó totalmente. Olezza no salió la de la máquina hasta que la tripulación completa estuvo a salvo. Cuando lo rescataron, tenía quemaduras en todo el cuerpo.

Y en noviembre lo logró: 1965 aterrizó con el Douglas C 47 TA-05 en la base Mc Murdo, cumpliendo la hazaña. ¡Era el primer vuelo transpolar transcontinental!

En el Museo Aeronáutico de Morón está el TA-05, testimonio vivo de aquella gesta pionera. Con él demostró que se podía ir "al revés". Rompió tabués, arrasó con las viejas ideas. Y abrió un camino nuevo.

Olezza llega al Polo Sur

Gracias a Olezza y a su "locura", mucho después, Aerolíneas Argentinas se atrevió a mirar el mundo al revés e inauguró la ruta transpolar. Fue exactamente el sábado 7 de junio de 1980. Viajé en ese vuelo inaugural y lo transmití en directo desde el avión.

Estábamos en Radio El Mundo, con Fernando Bravo en los estudios centrales y Mónica Gutiérrez en el móvil desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Desde allí, precisamente, partí hasta Río Gallegos, donde el avión hizo una escala para reaprovisionarse. Recuerdo que todo el pueblo se había agolpado en esa terminal aérea, con carteles y banderas. Siempre me quedó la duda sobre la presencia de algunos personajes de esa provincia que luego fueron famosos.

El avión de Olezza en la Antártida

Y de allí, el avión de Aerolíneas Argentinas se dirigió a Auckland, en Nueva Zelanda, pasando por encima del Polo Sur. En el preciso momento del cruce salí al aire en directo, con toda la sensación y la emoción de vivir un momento histórico. Los comandantes Horacio Segura, Hilario Valnotti, Reinaldo Daintrée, Diego Geddes y Fernando Cebral me decían:

-Todo el mundo aerocomercial está escuchando nuestra transmisión… oímos el eco se las frecuencias… esto es inédito…

Cada vez que escucho esa grabación, llena de ruidos y de interferencias, renuevo mi sentimiento de emoción y de gratitud.

El aviso de la transmisión por radio El Mundo del vuelo transpolar

Después, en abril de 2014, Aerolíneas Argentinas desprogramó la ruta transpolar. Inmediatamente, otros países aprovecharon la oportunidad y ocuparon ese trayecto.

Pero en el año 2000 Aerolíneas Argentinas todavía volaba a Nueva Zelanda por encima del Polo. Yo trabajaba en FM Aspen y recibí una invitación de Boca Juniors para presenciar la final de la Copa Intercontinental contra Real Madrid, en Japón. Me pareció fenomenal, y en principio acepté. Pero cuando supe que la delegación boquense no iba a viajar por Aerolíneas Argentinas sino por American Airlines, rechacé la invitación.

Pensé -y así lo dije por la radio- que un símbolo popular como Boca Juniors tenía que avalar el vuelo transpolar argentino. Pero Boca fue vía Los Ángeles y de allí a Tokio. 16 horas más. Boca ganó 2 a 1, pero el país perdió la oportunidad de promocionar una original oferta turística.

Olezza, inspirador de esta revolución aerocomercial, fue muy resistido dentro de la Fuerza Aérea. Algo cuenta en su libro El valor del miedo, donde sorprendentemente también demuestra un notable talento literario.

La reunión de Olezza con los directores de Radio Nacional de todo el país

Pero no sólo fue piloto y escritor: en 1975 fue designado interventor de Radio Nacional. Allí se propuso "transformar esta emisora en líder del sistema de radiodifusión argentino", como afirmó en una entrevista de la revista Siete Días, donde dijo:

-Los argentinos no nos entendemos por una sola causa: nos falta comunicación. Creo que el día que no haya necesidad de escribir en las paredes o en las puertas de los baños será porque estamos integrados.

Su gestión estuvo guiada por esta consigna:
-Radio Nacional no es oficial. Aquí se defiende exclusivamente la verdad, sin censuras ni condiciones… Porque el mismo día que alguien intente esclavizarme me iré sin vueltas. Mi libertad no me la quita nadie: soy esclavo de mis ideas, nada más.

Con un grupo de compañeros fuimos a trabajar a Radio Nacional, durante el mandato del loco Olezza. Gratis, porque pensábamos que teníamos una deuda de gratitud con la emisora madre del sistema oficial de radios. En mi caso, porque como el ISER carecía de instalaciones propias, cuando yo era estudiante los prácticos de locución los hacíamos en los viejos estudios de Radio Nacional, en la calle Ayacucho casi Las Heras.


El diploma con el pago simbólico de 1 peso en Radio Nacional

Un día, en mayo de 1975, Olezza nos convocó y nos dio un diploma, que en la parte superior tenía pegada una moneda de 1 peso. Y decía: "A Julio Lagos este peso ley, con la palabra gracias porque colaboró con Radio Nacional con su voluntad, talento y amistad. Vicecomodoro (R) Mario Luis Olezza, interventor".

He guardado ese diploma. Me emociona leerlo.

Y tiemblo también, ante esta tarjetita personal de Olezza, del 15 de marzo de 1977. La tengo en la mano. Me recomendaba a un amigo: "Julito, Algún día bajaré a tierra y podré ser feliz entre amigos como vos. 10 puntos la nota del 15 con el ingeniero y la señora de Farallón. Eso es periodismo. Otra: Miguel Ángel es un amigo y un excelente muchacho. Necesita trabajo. Tratá de orientarlo. Él te explicará. Un abrazo, Olezza. (Pronto iré a visitarte.)".

No pudo visitarme. Menos de tres meses después, se mataba en un insólito accidente aéreo.

Olezza, el aviador que había bajado con los DC 3 en el hielo de los glaciares, el piloto de las más grandes proezas, murió guiando un Piper, enredado en unos cables en la zona de Virreyes, cuando buscaba pista en el aeródromo de Don Torcuato.

  Los preparativos para el vuelo del TA-05

Cuando me enteré del accidente, enseguida pensé en René Barrientos, el presidente boliviano idolatrado por los campesinos, al que entrevisté en La Paz, quien con la misma fluidez hablaba inglés y quechua, y que murió cuando cayó su helicóptero en 1969.

También recordé al padre de la industria petrolera italiana, Enrico Mattei, que perdió la vida en un accidente aéreo en 1962.

Con el paso de los años, otros episodios se sumaron a esta lista lúgubre y dudosa: el animador venezolano Renny Ottolina, el empresario David Graiver, el presidente panameño Omar Torrijos, Carlos Menem Jr. hijo del presidente Carlos Menem, el titular de YPF José "Pepe" Estenssoro y el helicóptero del Ejército que cayó en el Campo de Polo.

El TA-05 está ho0y en el Museo de Morón


El vicecomodoro Mario Luis Olezza, que desafió y derrotó todas las adversidades, que protagonizó una increíble hazaña aeronáutica, encontró una muerte absurda en un vuelo de rutina.

Sé que me pedirán pruebas. Carezco de ellas. Pero no puedo evitar que me parezca increíble que haya muerto de esa manera.

Y siempre voy a recordar una frase inolvidable, que me dijo en su oficina de Radio Nacional:

-Prefiero que me digan loco, antes que chorro o mediocre.

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