sábado, 20 de julio de 2019

Guerra en Namibia: Las operaciones Modular y Hopper (3/3)

Guerra de Namibia: Las operaciones terrestres

Sistema de Armas


Operación Modular - 1987

A finales de 1986 y principios de 1987, los angoleños retrocedieron para entrenar, enviar y reforzar sus fuerzas. Llegaron nuevos radares, misiles SAM, cazas MiG-23 y helicópteros Mi-25. Las tropas cubanas aumentaron a 50 mil, además de 1.000 consejeros soviéticos para aumentar el mando y control de la FAPLA. Nuevamente querían retomar Jamba y destruir a UNITA. Las defensas aéreas en las columnas indicaban que querían contener la SAAF.

La SADF pronto planificó la operación Asterix, dividida en varias operaciones menores como la Ministerix y Hagar. El plan incluía un avance de fuerzas terrestres hacia el lado oriental del río Cuito para tomar la ciudad de Cuito-Cuanavale. El plan fue cancelado por el gobierno por ser muy agresivo y podría ser cancelado por presión política de la ONU. Probablemente eran correctos, pero evitaría siete meses de guerra convencional que se iniciaría de cualquier forma al año siguiente.

En 1987, los sudafricanos detectaron una gran concentración de fuerzas en Menonque y Cuito-Cuanavale. Los comunistas concentraron cinco Brigadas en Cuito-Cuanavale antes del avance para tomar Mavinga. La URSS apoyaba a los angoleños con gran cantidad de armas en el estado de arte. En 1987, los angoleños tenían 80 cazas MiG-23, MiG-21 y Su-22, además de 123 helicópteros. Los cazas MiG-21, MiG-23 y Su-22 fueron trasladados a Menonque mientras helicópteros Mi-8/17 y Mi-25/35 estaban en Cuito-Cuanavale.

La base aérea de Menonque estaba protegida por misiles SA-3 mientras la fuerza avanzando estaba protegida por misiles SA-6, SA-7, SA-8, SA-9, SA-13, SA-13, SA-14 y SA-16. Las tropas estaban equipadas con 40 coches de combate T-54 y T-55, lanzacohetes BM-21 y blindados BRDM, BMP y BTR. La artillería estaba equipada con cañones D-30 y M-46 con alcance de 30 km.

Los angoleños y cubanos cruzaron el puente de Cuito-Cuanavale y avanzaron hacia Mavinga, como lo hicieron en 1985. Ahora estaban mejor preparados y con mejores defensas aéreas para sus tropas, así como llevaron agua. Avanzaron nuevamente en pinza. La UNITA nuevamente pidió ayuda a su aliado sudafricano para defender el gancho de la derecha contra Mavinga contra dos Brigadas angoleñas pues no tenían como parar a los blindados angoleños.

El avance principal fue realizado con las Brigadas 16, 21, 47 y 59 con las otras Brigadas apoyando la logística y la retaguardia. Las Brigadas se movieron en un avance metódico hacia el sureste en dirección a Mavinga. La Brigada 47 atravesaría el río para abrirse camino a otras. La infantería fue al frente para limpiar el lugar de emboscadas de UNITA. Esperaban avanzar seis a ocho kilómetros al día. Al final del día se atrincheraban y dormían la noche. Las Brigadas atacaron en pinza en el río Lomba, 36 km al norte de Mavinga. Las Brigadas 47 y 59 tomarían el lado sur y las Brigadas 16 y 21 cruzar el río en abril para después todas atacar juntas en el asalto final en agosto. Con la UNITA atacando, las Brigadas pronto se atrincheraron.

Nuevamente los rusos no consideraron la reacción de la SADF que nuevamente atacaron las líneas de comunicaciones con la ayuda de unidades de conexión con UNITA. La reacción de las tropas de la SADF vino con la operación Modular que tenía como objetivos observar e incomodar la FAPLA, en sus posiciones y avances, intentando parar antes de llegar a Mavinga, y si es posible, destruir las fuerzas involucradas. Las fuerzas sudafricanas enviadas tenían tres misiones. La Modular era para parar y revertir el avance. La operación Hooper para infringir muchas bajas en las fuerzas en fuga. La operación Packer para forzar retroceder hacia el oeste de Río cuito.

Primero tenían que evaluar las fuerzas angoleñas y lanzaron misiones de reconocimiento fotográfico con los Mirage IIIR2Z. Luego vieron que era una fuerza móvil con blindados y misiles SAM autopropulsados, y una gran cola logística.

El campo político impidió la intervención en el avance angoleño a no ser cuando amenazaban a Mavinga directamente. Apenas pocas tropas estaban ayudando a UNITA a incomodar el avance. Crearon un círculo imaginario de 50 km alrededor de Mavinga e iniciar la operación Modular sólo si los angoleños la sobrepasaran. Las condiciones impedían la acción, maniobra, sorpresa y flexibilidad de las fuerzas de la SADF. La falta de objetivos era otro problema porque las Brigadas estaban maniobrando y dispersas en una gran área (5 a 8 km2), dificultando los ataques por el aire y la artillería. Sólo cuando las Brigadas se acercan y se concentran en el Río Lomba que los ataques fueron viabilizados. Dos Brigadas estaban en el lugar sin poder apoyarse mutuamente debido a la distancia. Las acciones de las tropas de UNITA forzaron a concentrarse en un área de dos km2, cada uno de un lado del río, en un terreno difícil, y los ataques aéreos se volvían viables.
La primera fase de la ofensiva fue del 4 de agosto al 5 de octubre. Los angolanos concentraron cinco Brigadas en Cucusee para tomar Cangamba y Lumbala, más ocho Brigadas y dos Batallones / grupo táctico en Cuito-Cuanavale. Dos Brigadas protegían Cuito-Cuanavale y una protegía las líneas logísticas de 160km entre Menongue y Cuito-Cuanavale.

Las fuerzas de UNITA en el norte no tenían ayuda de la SADF, pero aún así el avance comunista se colapsó debido a las fallas logísticas y defensas agresivas de UNITA. El frente sur fue muy diferente porque la UNITA no tenía armas pesadas para contraponer a los blindados de las Brigadas 16, 21, 25, 47 y 59. La SADF respondió inicialmente con oficiales de enlace para planificar las defensas anti-auto. Luego vieron que sería necesario más ayuda.

El avance empezó el 14 de agosto con las Brigadas 47 y 59 yendo juntas hacia el sur y las Brigadas 16 y 21 yendo hacia el este hacia la Tumpo y luego hacia el sur en dirección a Mavinga. El avance era muy lento a unos 4 km al día debido al terreno difícil ya fallas en la logística. Luego pasaron a moverse concentrados pues facilitaba la defensa aérea y mejoraba la protección en caso de contraataque de la SADF con fuerza mecanizadas.

El contraataque inició con la batería de mortero de 120mm y cohetes de 127mm apoyando a UNITA. Después fueron reforzadas con más tropas para protección, pero aún no era suficiente. Recibieron más fuerzas del 61 Mech y una Batería con ocho cañones G-5 y se convirtió en la Brigada 20. Un mes después de iniciado los combates, las fuerzas de los dos lados se encontraron en combate directo.

Inicialmente, la operación Modular usaría una fuerza de 700 tropas, llamada Brigada 20, que luego recibió refuerzos del Batallón Mecanizado 61 (61 Mech), del Batallón 101 y baterías de artillería. La fuerza nunca pasó de 3 mil tropas.

La Brigada 20 tenía tres elementos y maniobra y un componente de artillería. Uno era el Batallón 32 muy experimentados. Estaban actuando en el lugar durante años y eran muy experimentados. Eran la Legión Extranjera de la SADF. En 1984, recibieron el Ratel 90, lanzacohetes Valkirie de 127mm, mortero M-5 de 120mm, cañones antiaéreos de 20mm, una Compañía de apoyo con cañones sin retroceso de 106mm, morteros de 81 mm, y lanzamisiles Milan. En la operación Modular eran un Batallón Mecanizado.

El Regimiento 61 Mech fue creado en 1979 para realizar operaciones externas en Angola. Era formado por dos Compañías de infantería, equipadas con 55 blindados Ratel de varios tipos y 126 vehículos de apoyo. El tercer elemento de maniobra era el 4to Batallón de Infantería (4 SAI) que era un Batallón Mecanizado. El Batallón 101 era usado más para acciones anti-guerrilla. Tenía cuatro Compañías de equipos RM y dos participaron en la Operación Modular.

La artillería estaba formada por la batería de Quebec con ocho cañones G-5 y dos pelotones del Batallón 32 para seguridad, cuatro equipos de misiles Stinger de UNITA, dos de SA-7 de la SADF y ocho ametralladoras de 14,5mm. La batería Papa con una unidad de lanzacohetes de 127mm, una Compañía del batallón 32 para seguridad, cañones de 20mm, dos equipos de misiles Stinger de UNITA y 24 de misiles SA-7 de la SADF. La batería Sierra tenía mortero de 120mm y un pelotón del Batallón 32 para seguridad.

Tropas de los Recces operaban detrás de las líneas y harían observación de artillería. Un MAOT acompañaba las unidades de maniobra y llamaban apoyo aéreo y evacuación médica. Había cinco equipos de MAOT en la Brigada 20. El apoyo aéreo fue insuficiente y no respondía en tiempo hábil. En la mayoría de las misiones de apoyo aéreo era de ataque pre-planeado contra blancos localizado por los equipos de los Recces. La interdicción aérea en las líneas de comunicaciones entre Menogue y Cuito-Cuanavale tuvo buenos resultados pues generalmente alcanzaban los blancos. La SAAF no tenía tecnología y número para conquistar la superioridad aérea en el campo batalla, pero la planificación, entrenamiento y tácticas permitieron complementar los fuegos de la artillería

La UNITA era una fuerza de guerrilla que se convirtió en un ejército convencional. Tenía Fuerzas Especiales, una fuerza de guerrilla para incomodidad, medios de inteligencia y logística, batallones semi regulares con apoyo de fuego orgánico apoyando las fuerzas de la SADF y Batallones regulares. Los últimos tenían los mejores soldados y medios anti-auto, artillería antiaérea, blindados y artillería pesada. Los equipos fueron capturados de la FAPLA en las batallas anteriores. La CIA ayudó a UNITA con misiles Stinger y TOW.

Las Brigadas de la FAPLA eran similares a los Regimientos Motorizados del Pacto de Varsovia formados con 1.900 hombres divididos en tres Batallones Motorizados, una Compañía de carros de combate con 10 blindados y un Batallón de Artillería. La compañía de reconocimiento estaba equipada con los blindados PT-76 y BRDM2. Cada Batallón Motorizado tenía tres Compañías de infantería transportadas en camiones o blindados BTR-60. La fuerza de apoyo incluía un Pelotón con seis morteros de 82mm, seis lanzadores de misiles Sagger o cañones sin retroceso B10, seis lanzadores de granadas AGS-17 y un pelotón de defensa aérea con tres lanzadores de misiles SA-7 y cuatro ametralladoras calibre 14 5 mm. El Batallón de artillería tenía dos baterías con seis cañones D30 de 122mm, dos baterías con cuatro cañones de 76mm, una batería con ocho lanzacohetes BM-21 de 122mm y una batería con seis morteros pesados ​​de 120mm. La doctrina de la FAPLA era la misma de los soviéticos. Las tropas nunca fueron bien entrenadas para usar las fuerzas de las metodologías ofensivas soviéticas. Sin entrenamiento y liderazgo no podían aprovechar todo el potencial de los equipos. La ayuda de otros países no compensaba.

El 10 de septiembre de 1987, una fuerza de reconocimiento del Combat Group Bravo (TF Bravo) vio tropas de la Brigada 21 cruzando el río Larga. Esperaron y cuando un T-55 pasaba por el puente e iniciaron el ataque con un misil anti-coche disparado por un Ratel. Después el Ratel disparó un misil en el vehículo lanzador-puente. Después cazaron los T-55 alrededor del río. Llamaron la artillería y al final del día un Batallón de la FAPLA estaba todo destruido y el resto de las tropas huyó. Tres blindados T-55 fueron destruidos. La mayor parte de los daños fueron causados ​​por la artillería.

Entre el 13 y el 14 de septiembre, la TF Bravo encontró otros dos Batallones y otro destacamento de coches de combate de la Brigada 47. Dos compañías del Batallón 101 y equipos de cañón iniciaron la lucha. La TF Charlie concluyó la batalla en ocho horas durante la noche. La Brigada 47 perdió 300 soldados y tres blindados T-55. Dos días después se produjo un nuevo encuentro con la Brigada 47 y la TF Alpha, pero la visibilidad y el fuego indirecto frustró el asalto. La Brigada 47 fue atacada en la unión del río Lomba y Cuzizi. Fueron sorprendidos porque esperaban un ataque desde el este donde estaban la Brigada 16 y 21, y no un ataque desde el sur.

El 13 de septiembre, la Brigada 59 intentó nuevamente cruzar el río Lomba. Los sudafricanos atacaron con el Ratel 90 con munición antipersonal contra la concentración de tropas y luego con ametralladoras. Los T-55 aparecieron y los blindados de la SADF huyeron a la mata cerrada. Respondieron con munición perforadora y comenzaron a maniobrar alrededor de los T-55 para atacar por detrás, venciendo las fuerzas de la FAPLA. El T-55 podía disparar en movimiento, pero los Ratel eran más maniobrables.

Entre el 14 y el 23 de septiembre, las tropas de la SADF no cruzaría el río y sí bloquearía el avance. La artillería y los cazas de la SAAF atacar las posiciones de la FAPLA principalmente las posiciones de artillería antiaérea.

El 16 de septiembre, la SAAF inició una ofensiva aérea contra la Brigada 47, huyendo a la posición de la Brigada 59, con los Mirages disparando unas 100 bombas Mk82 pre-fragmentadas. El Batallón Mecanizado 61 intentó perseguir, pero era difícil ver derecho en la mata cerrada y fueron atacados por la artillería de la FAPLA.

A principios de octubre, tras varios intercambios de artillería y ataque aéreo, la FAPLA intentó remembar a sus Brigadas en el río lomba. La Brigada 21 apilaba suministros en su posición. Los Recces mantenían el lugar en observación constante, a veces a 50 metros de distancia, y guían los ataques de las piezas G-5 hasta las posiciones de la FAPLA. La Brigada 47 fue detenida por la artillería y los cazas de la SAAF, sólo consiguiendo moverse 1 km por día.

El 3 de octubre, la TF Alpha y Charlie emboscaron la Brigada 47 en el río Cuzizi y Lomba. Los angoleños perdieron 250 soldados y mucho equipo dejado atrás. La SADF recuperó 18 blindados T-55, tres BMP-1, 24 BTR-60, dos vehículos lanzadores TMM, cuatro lanzamisiles SA-8, un radar plano plano, seis Shilka, cuatro BM-21, tres cañones D30 y 85 camiones. Las Brigadas 21, 47 y 59 perdieron 1/3 de su poder de combate.

En la mañana del 4 de octubre, las tropas sudafricanas capturaron una lanzadera misiles SA-8 abandonada junto con vehículos BTR-60 de mando y logística. La UNITA quería entregar el equipo a la CIA, pero los sudafricanos utilizaron para investigaciones propias y desarrollar contramedidas electrónicas.
La Brigada 59, ahora reforzada, montó puentes en el río Cunzumbia. El 3 de octubre, intentaron huir por el puente. Los equipos de los Recces cercanos vieron a los cubanos concentrarse y llamar los ataques de los cañones G-5. Fueron dos días llamando artillería cuando intentaron huir hasta llegar a la 61 Mech. Los cubanos llamaron artillería y los MiGs para apoyar la fuga. La reacción SADF fue atacar y no huir. Estaban en desventaja de 4x1, pero las fuerzas de la FAPLA pronto huyeron para intentar cruzar el río y los lanzacohetes Valkiri atacaron dos Batallones intentando huir y fueron destruidos. La Fuerza Aérea angoleña realizó 60 salidas de MiGs, pero volando alto debido a la amenaza de los misiles Stinger tenían poca precisión.

La segunda fase de la batalla ocurrió entre el 6 de octubre al 27 de octubre de 1987, con las Brigadas angoleñas pasando a retirarse en dirección a Cuito-Cuanavale. El 4 Batallón de Infantería (4 SAI) apoyados por blindados Ratel y Olifant y apoyados por otra batería de cañones G-5 y otra con tres cañones G-6 añadidos a la Brigada 20. La SADF ordenó la destrucción de la FAPLA al este del río Cuito. La SADF reforzó para aprovechar el éxito hasta Cuito-Cuanavale. Podían atacar la ciudad o cortar las líneas de suministro con fuerzas móviles, pero las fuerzas eran todavía insuficientes hasta para contener un contraataque a la ciudad. La Brigada 20 de la SADF pasó a atacar el sistema logístico y evitar que se retirar. La operación pasó de una defensiva para ofensiva. La TF Charlie fue incorporada a TF Alpha y un destacamento del Batallón 32 pasó a actuar detrás de las líneas para entorpecer las líneas logísticas al este de Cuito-Cuanavale siendo denominado de TF Delta.

Después de dos semanas estaban cerca de la ciudad de Cuito-Cuanavale e inició siete meses de bombardeo de artillería. Los jets basados ​​en el local fueron luego retirados y pasaron a operar de Menongue.

La SADF tenía objetivos incompatibles de derrotar a la FAPLA al este de Cuito, pero sin poder recibir refuerzos. Los cubanos pasaron a ayudar con 3.000 tropas en la defensa de Cuito-Cuanavale incluyendo misiles SA-8. Después de El Alamein en 1942 la batalla de Cuito-Cuanavale fue la mayor batalla convencional en África. Eran 8 mil tropas de la UNITA y 3 mil tropas de la SADF contra 18 mil tropas de la FAPLA y Cuba. La FAPLA perdió 4 mil tropas y todo su equipamiento siendo la tercera derrota seguida desde 1985.

El 17 de octubre, las TF Alfa y Bravo localizaron la Brigada 59 en el río Mianei. No había mucho espacio de maniobra y se retiraron con apoyo de la artillería. La Brigada 59 se quedó en la posición por dos semanas más siendo atacados continuamente por el aire y la artillería.

La tercera fase de la operación fue entre el 28 de octubre y el 5 de diciembre de 1987. Se creó el grupo Charlie con las nuevas fuerzas. El objetivo principal era limpiar la cabeza de puente en el río. Inició el 9 de noviembre con el Batallón de la TF Charlie atacando la Brigada 16 entre los ríos Chamingo y Hubre. Las tropas desembarcaron de los Ratel y una Compañía avanzó 500 metros adelante. Las 06h30min, los Mirage F1AZ atacaron el blanco para ablandar seguido de un ataque de artillería por 10 minutos. Con contacto con los T-55 llamaron a sus blindados OIifant. Fue el primer combate de blindados en África desde la Segunda Guerra Mundial. A las 11 horas un ataque pesado de cohetes de MiGs permitió a la Brigada 16 romper el contacto. A las 14 horas la posición fue tomada y capturaron mucho material, pero la mayoría de las tropas huyeron. En el caso de que se produzca un accidente de tránsito en la ciudad de Buenos Aires, en el caso de que se produzca un accidente de tránsito. La Brigada 16 fue desplazada de la posición con 75 muertos y seis prisioneros contra 16 muertos.

El 11 de noviembre, TF Alfa y Charlie atacaron el Grupo Táctico 2 y la nueva posición de la Brigada 16. Las tropas fueron 300 metros adelante y detectaron las posiciones. Los Ratel con sus cañones de 20 mm crearon un "fire belt action" para atacar simultáneamente las posiciones y paran sólo cuando la infantería llegaba en el lugar para tomar la posición. La reacción fue un nuevo ataque de MiGs que dispararon bombas por 9 horas en 56 salidas, pero la más cercana cayó a 100 metros de las tropas de la SADF. La FAPLA perdió 15 coches de combate, tres blindados, tres piezas de artillería antiaérea, 12 camiones y 294 tropas. La SADF perdió dos Ratel.

Entre los días 13 y 17 de noviembre, la Brigada 20 atacó la Brigada 21 de la FAPLA en el sur del río Hube para no ligar con otras fuerzas en Cabinga. No pudieron parar la retirada y huyeron perdiendo siete T-55, un BTR-60, dos BM-21 y cuatro camiones, además de 131 muertos.

El ataque final fue entre el 25 y el 26 de noviembre, al norte del río Cambinga. Un Batallón UNITA fue utilizado como principal esfuerzo con la TF Bravo y Charlie apoyando. Atacaron defensas bien preparadas con mucha artillería y no tuvieron éxito.

Después de los primeros ataques pesados ​​de la SAAF contra las Brigadas al sur del río Lomba, los comunistas no iniciaron la retirada como se esperaba. Los sudafricanos tuvieron que realizar más bombardeos de artillería y cazas hasta octubre continuamente hasta huir a pie. En la "limpieza" del campo de batalla vieron que sus vehículos estaban todos perforados por las bombas Mk-82 pre-fragmentadas y de los proyectiles de artillería con munición airburst. Los motores, radiadores y neumáticos estaban perforados y los vehículos estaban inmovilizados. Los mensajes de radio interceptados mostraron que los pedidos de comida y munición fueron sustituidos por pedido de radiadores y neumáticos.

A finales de diciembre, estaban reforzando Cuito-Cuanavale. Los grandes trenes logísticos fueron enviados de Menonque. Fueron atacados en las carreteras y fuerzas de reconocimiento en tierra infiltraron. Pasaron las posiciones de los convoy por radio y se pararon. Los ataques eran al principio o al final de la noche. Los angoleños no volaban bien la noche y rara vez se veían. Los ataques de los cazas eran con disparo Toss largo.

Los combates fueron pesados, intensos y convencionales. Los ataques de la artillería contra las Brigadas 21 y 47 eran precisos y prolongados. Los ataques con los Buccanner, Mirage, Canberra e Impala con bombas pre-fragmentadas con espoleta airbursting diezmaron a las dos Brigadas. En pocos días el enemigo sufrió muchas bajas y la moral se rompió. Las tropas de la Brigada 47 abandonaron todos sus vehículos operables y huyeron a pie en el río y se unieron a la Brigada 21 también huyendo. La amenaza contra Mavinga, Jamba y UNITA fue frustrada nuevamente.

En el campo de batalla encontraron 61 coches de combate, 53 blindados BTR-60, siete BMP1, 23 BRDM2 y 20 lanzacohetes BM-21 lanza cohetes. Las tropas comunistas tuvieron 1.059 muertos y 2.118 heridos. África del Sur perdió 17 tropas y 41 heridos. La SAAF perdió un Bosbok y cuatro Seeker para los misiles SAM. La operación Modular fue considerada un éxito y la operación pasó a ser incomodar al enemigo durante la fuga.

Las rutas de suministros hasta Cuito-Cuanavale estaban protegidas. Cada tren de suministros tenía cerca de 100 vehículos con media de un tren por semana. La UNITA y la SAAF atacaron con algunos éxitos, pero no pararon los convoyes.


Los combates entre los blindados en Angola eran todos a corta distancia debido a la mata. La imagen muestra un T-55 en una posición defensiva siendo remolcado por un Olifant. Un Ratel puede ser visto en la foto. Los T-55 disparaban en movimiento, pero los Ratel tenían que parar para disparar. Maniobraban detrás, tiraban y huían a una nueva posición. La SADF invirtió en blindados sobre ruedas para dar mayor alcance. Eran grandes, altos y resistentes a las minas. La visión de lo alto daba ventaja en la mata. La infantería avanzaba en los vehículos hasta que el contacto era inminente y luego actuaban como infantería convencional. La amenaza de armas anti-coche era muy alta para luchar dentro de los vehículos. Los blindados también se utilizaron para llevar suministros por algunos días.


Un tanque de combate T-55 cubano huyendo durante la operación Modular pasa frente a un blindado Ratel. La imagen muestra cómo eran los encuentros a corta distancia en la mata angoleña. El terreno y la mata enfatizaba el tiro instintivo en lugar de los procesos sofisticados de tiro a larga distancia. La cooperación con la infantería también era necesaria pues el terreno ocultaba los blindados dos lados. El Ratel 90 mostró ser débil para combatir los T-55 a poca distancia. Los Ratel 90 disparaban siempre que permitía tener que alcanzar hasta 7-8 veces antes de destruir a los blindados rusos. El reflejo rápido y usar cobertura para disparar y esconder salvaba a los blindados. La SADF acabó teniendo que enviar sus carros de combate Olifant hacia el frente de batalla.


Los cañones G-5 enviados por la SADF eran modelos de pre-serie con alcance de 40 km y gran precisión apoyados por ordenador. La artillería de la SADF era de primera calidad con morteros M-5 de 120mm, cañones G-5 (foto), cañones autopropulsados ​​G-6 de 155mm y lanzacohetes Valkirie de 127mm.

En 2001, durante la operación de Libertad de Libertad en Afganistán, los equipos de Fuerzas Especiales estadounidenses se dispararon con la guerrilla local para derrotar a sus enemigos. Los equipos usaban sus aliados para detectar las posiciones enemigas y luego designar los blancos para aeronaves armadas con bombas guiadas. En la guerra de la frontera los sudafricanos ya habían usado un concepto similar con sus equipos de Recces actuando con las fuerzas guerrilleras de UNITA para detectar las unidades enemigas y luego atacar, pero no con armas guiadas sino con la artillería de los cañones G-5 y con los Mirage disparando bombas burras.

La artillería creó el mayor estrago en las tropas comunistas y se convirtió en la estrella de la batalla con su largo alcance y precisión. Las baterías atacaban sin miedo de retribución. La cantidad era desproporcionada para el tamaño con dos baterías G-5 con 16 piezas, una con tres G-6, uno con 12 lanzacohetes Valkiries y uno con ocho mortero M-5 de 120mm. En total eran 39 piezas que era el doble del poder de fuego de una MEU (Unidad Expedicionaria de Infantería) del USMC que tenía cinco veces el tamaño de la Brigada 20.

La artillería fue utilizada contra las Brigadas angoleñas con gran efecto. El 17 de agosto de 1987, una batería de cañones G-5 fue desplazada a Angola en la operación Modular. El G-5 tenía la capacidad de disparar un proyectil de 47 kg a 39km de distancia a una razón de tres tiros por minutos. La batería actuó durante ocho meses aterrorizando a las tropas cubanas y angoleñas. No fue la cantidad de cañones que impresionó, sino la calidad. Eran muy precisos y de largo alcance. La contra-batería no daba cuenta. Los radar rusos determinaban la dirección de los disparos, pero no la distancia. Los MiG también no encontraban los cañones.

La actividad de los MiGs pasó a ser cazar las piezas de artillería continuamente de día y sólo pudieron disparar la noche. La reacción fue medidas de defensas pasivas como camuflaje y disciplina de tiro. Las piezas divididas en tropas y no en las baterías para disminuir la vulnerabilidad. Eran reposicionadas la noche para evitar que fueran localizadas. Usaban mucho camuflaje y quedaban bien escondidas en la mata, con poco campo de tiro. Las piezas silenciaban si los MiGs despegaban. La FAPLA gastó mucha energía para intentar localizar y destruir la artillería de la SADF sin éxito.

Los sudafricanos utilizaron posiciones falsas para engañar a los pilotos e inducir a gastar sus armas en blancos falsos. Usaban morteros para simular disparos cercanos. Los equipos de misiles Stinger estaban cerca para disparar a los MiGs. El proyectil de humo de 120mm también era disparado en la mata y hasta en las posiciones de la FAPLA induciendo a los MiGs a atacar objetivos lucrativos alcanzados antes por los ataques aéreos. Los Mirages se aproximaron para inducir a los MiGs a despegar. Al salir de los abrigos eran atacados por los cañones G-5. Un MiG, un cañón ZPU-2 y un camión fueron así destruidos.

Sin éxito, los MiGs pasaron a bombardear el área donde operaban la artillería sudafricana de forma aleatoria, con bombardeo especulativo, con esperanza de alcanzar las piezas. Después de que un MiG fue derribado por un misil Stinger y debido a la acción de la artillería antiaérea, los MiGs pasaron a volar por encima de los 4 mil metros dificultando en mucho la detección y la puntería.

Fue en Cuito-Cuanavale que el efecto de los G-5 fue más sentido. Unidades de la SADF se acercaron al río Cuito y tuvieron una buena visión de la ciudad y de la base aérea local. Tenían fotos áreas de las posiciones en el sitio. La misión era destruir un puesto de mando, dos radares y tres aeronaves. La prioridad máxima era destruir unidades de artillería enemiga en el lugar. Las transmisiones de radio confirmaron el efecto de los ataques. El día 1 de noviembre, un mensaje citaba la destrucción de cuatro helicópteros, dos lanza misiles SA-8, seis blindados, cinco lanzacohetes BM-21, dos radares, dos MiG-21 y un An-12 alrededor del aeropuerto.
Martillados por el aire y la artillería, la moral de las tropas de la FAPLA bajó mucho. El ataque contra la Brigada 59 fue otra acción con éxito. Fueron tan asustados que los ataques contra las otras Brigadas no necesitaban tantos disparos. Los presos citan que estaban tan vulnerables que toda su artillería fue neutralizada cuando intentaron atacar a los G-5.

La versión autopropulsada G-6 fue desplazada con la función principal de disparar contra blindados a larga distancia. El 10 de septiembre, detectaron tropas atravesando un puente TMM y una unidad de reconocimiento llamó a la artillería. Un blindado estaba a 35 kilómetros de distancia y fue atacado por el G-6 hasta que fue destruido. Un MiG-21 fue llamado para atacar la batería y erró feo alcanzado una unidad amiga.

Los observadores avanzados usaban tácticas de "infestación", con pequeños equipos operando detrás de líneas con fuego precisión. El comandante de las unidades de artillería fue muerto al inicio de la campaña cuando su avión de reconocimiento fue derribado. Después usaron los RPV Seeker para detección y ajuste de artillería. Los cañones G-5 atacaban vehículos con un solo disparo con una corrección de 45 metros. En una ocasión, fueron necesarias 12 retransmisiones de radio para pasar informaciones por 38km.

La artillería atacaba durante las maniobras, e incluso sin batallas, llevando a mucha demanda de la logística. En noviembre, los cañones G-5 dispararon un promedio de 90 tiros al día por pieza. Era atípico para el patrón histórico. Se necesitarían cinco camiones al día para apoyar sólo tres cañones. La pista de Mavinga recibía 45 toneladas de cargas por noche, siendo la mayor parte de munición de artillería, pero no tenían camiones suficientes para llevar adelante. El camión Samil-100 podía llevar la mitad de su carga y aún recorrer el terreno local. Como las baterías se movían mucho, la munición no era dejada en el lugar y sólo volvían a Mavinga después de descargar todo. A finales de octubre, se quedaron sin munición y sólo un cañón disparaba hasta que el sistema volver a funcionar. El cañón G-6 creaba su propia pista en la mata y no tuvo neumático perforado en 1800 kilómetros recorridos. Dos cañones G-5 tuvieron su caño alcanzando el final de la vida útil a finales de octubre y tres el 13 de noviembre. Al final de la campaña, 10 de los 16 cañones G-5 estaban dañados y cinco necesitaban cambiar el tubo.

Las acciones directas de los equipos de los Recces también contribuyeron con los fuegos. En septiembre, seis tropas del 4th Recces y un observador de artillería fueron insertados 40 km al noroeste de Cuito-Cuanavale. Fueron hasta el río Cuito y movieron 42 km de río abajo hasta el puente de Tumpo y explotaron el puente. No fue destruida completamente, pero estorbó el tráfico de vehículos pesados ​​por el resto de la campaña.

La interferencia electrónica también era un tipo de fuego no letal. Interferían en los circuitos de mando y control de la FAPLA y sus carros de combate no podían coordinar los ataques. Un blindado Casspir de ELINT monitoreaba las comunicaciones tácticas en el frente de batalla. Las interceptaciones indicaban estadística de bajas, morales y planes de movimiento. Podían incluso ajustar la artillería al oír la indicación de lugares de ataque para el puesto de mando. En la frontera, equipos con mejores equipos recogían datos de las comunicaciones entre Luanda y el frente de batalla. Rara vez la información estaba encriptada y ni siquiera parecía consciente de que la señal estaba siendo explotada. Junto con equipos de los Recces operando cerca de la base de Menongue, daban alertas de MiGs despegando lo que daba tiempo para que las tropas se escondían.

Las operaciones psicológicas también eran otro tipo de fuego. El 18 de septiembre, enviaron blindados Casspir con los altavoces para enviar mensajes de audio. Incluía gritos de hienas que irritaban a ambos lados. Anunciaban dónde serían los ataques de la artillería para aumentar el efecto que podía ser salvado nocturno o lanzamiento de folletos.

La operación Modular fue considerada un éxito por mostrar lo que sería necesario para los comunistas vencer. Convenció a los angoleños que sólo sería posible una victoria con ayuda masiva de Cuba y rusos, en tierra y en el aire. Los costos eran mayores de lo que podían pagar.

Rommel aprendió en El Alamein que una gran línea logística hacía imposible apoyar las operaciones. Napoleón en Moscú se quedó en la misma situación y que empeoró con la llegada del invierno. La SADF estaba en una situación similar manteniendo sus fuerzas muy lejos en Cuito-Cuanavale. El transporte aéreo iba hasta Mavinga y los helicópteros llevaban tropas y repuestos a la línea de frente.

Durante las acciones en 1987, los MiGs nuevamente impedían que las aeronaves de transporte volar de día, entonces volaban apenas la noche. La pista de tierra en Mavinga era importante, pero los MiGs volando CAPs arriba evitaban que la usar de día. El reverso de las aeronaves de transporte también levantaba mucho polvo lo que también evitaba el uso de día para no atraer a los MiGs. Fue así por siete meses con 6-7 vuelos por noche.

La pista no tenía ni un beacon móvil para auxiliar el aterrizaje, pero también podía ser usado para atraer a los cubanos. Usaban la precisión en la navegación y anunciaban en la radio cuando debían conectar las luces de camiones en la pista. Al final de la pista giraban 180 grados para despegar, abrían la rampa y descargaban y cargaban rápidamente. Las tripulaciones y las tropas en la pista acabaron entrenando y descargando rápidamente las aeronaves cuando aterrizaban. Tenía que ser por poco tiempo debido a la amenaza de MiGs.

Las pistas eran todas de este a oeste debido al viento local. La noche no tenía mucho viento entonces se posaban hacia el oeste y despegaba hacia el este huyendo de las posiciones angoleñas. Las fuerzas locales eran alertadas por un mensaje de radio codificado de la llegada de una aeronave. Sin apoyo de un beacon era difícil de aterrizar la noche. Era difícil ver la pista la noche a la distancia y mantener la dirección. Entonces el navegador indicaba un punto hasta 5 millas en la dirección de la pista. El piloto volaba hasta 1 milla por instrumentos mientras el copiloto miraba hacia fuera. Alrededor de 5 minutos antes encendían las marcas en la pista y se apagaban poco después de aterrizar. Después llevaron a un generador para iluminar la pista, luego luces con parafina y velas con soldados que era accionado a pedido de los pilotos siendo designado UNITA Flare-path illumination System (UFIS). Como los soldados se movían de miedo, causando vértigo en los pilotos, predicaron la iluminación en la pista. En esta etapa de la guerra, la fuerza de transporte mantenía siempre una aeronave basada en Grootfontein por una semana. Alternaban entre los C-130 y el C-160. El récord fue volar 74 horas a la semana con un C-160.

La logística era un limitador de combate. Sudáfrica no podía apoyar una fuerza grande y tenía que ser una campaña barata. Las líneas de comunicaciones eran grandes con una distancia de 200 millas de Rundu hasta Mavinga más 100 millas hasta el campo de batalla. Las carreteras y los ríos eran inadecuados. Eran trillas primitivas hasta Mavinga, que era una base avanzada, todas controladas por UNITA, pero la FAPLA intentó minar y emboscar las rutas. El terreno y la vegetación aumentaban el consumo. Las aeronaves de transporte llevaban combustible hasta Mavinga y luego era transportado por tres camiones yendo y volviendo hasta el campo de batalla. Las columnas móviles llevaban combustible a los helicópteros, pero en la operación Modular sólo operaban la noche y fueron pocas misiones para evacuación médica.

El puente de Cuito-Cuanavale era vital para apoyar los camiones y la cola logística. En mayo de 1987, dos comandos de los Recces hicieron un reconocimiento por el río para ver si podía ser destruida. Se decidió realizar la operación de demolición después de la ofensiva cuando las tropas sufrir más los efectos. La SADF pronto inició la Operación Coolidge, con los Pumas llevando 12 Comandos desde Rundu hasta el norte de Cuito-Cuanavale en la noche del 24 de agosto de 1987. Se insertar 70 km sobre el lugar para evitar las patrullas. Descienden el río por tres horas en canoas Klepper en dobles hasta el amanecer para esconderse. La noche siguiente, fueron en dobles con equipo de buceo. Los Recces nadaron hasta el puente por cinco horas y luego se sumergieron. Los dos primeros fueron detectados y huyeron con un herido. El par siguiente colocó sus cargas con granadas explotando alrededor. Los otros tres dobles también colocaron sus cargas. El último par fue detectado y atacado. El punto de encuentro quedaba una hora río abajo. El punto secundario quedaba a 7 horas nadando o 20 horas a pie. Los otros dos podían ir a otro LZ secundario. Dos dobles se perdieron y fueron atacados por cocodrilos. Una doble perdida fue directamente al segundo LZ y fue atacado por un cocodrilo y usó el cuchillo para escapar. Al final, evadieron las amenazas en tierra y en el agua, pero tuvieron que recorrer más 20 km hasta el punto de extracción llevando a los dos heridos. La exfiltración el 26 de agosto fue cancelada debido al mal tiempo. Intentaron nuevamente la noche siguiente porque los MiGs evitaban los intentos diurnos. El problema se complicó con los angoleños llevando tropas con los Mi-8 y Mi-25, forzando a los Recces a retirarse de la zona de aterrizaje poniendo difícil indicar la nueva zona de aterrizaje, pero lanzaron luces que fueron avistadas. Como un helicóptero no puede participar en la misión, tuvieron que dejar material atrás y los tres restantes quedaron sobrecargados. El puente al final quedó bien dañado por las cargas explosivas y tuvieron que usar helicópteros para pasar cargas.

Operación Hooper

La operación Modular terminó en noviembre de 1987 y fue seguida de la operación Hooper, iniciada el 27 de noviembre de 1987. En esta etapa, las fuerzas de la SADF habían alcanzado la meseta de Chambinga. El objetivo de la operación Hooper era destruir las fuerzas de la FAPLA al este del río Cuito hasta el 31 de diciembre. Por varios motivos la fecha pasó al 13 de marzo de 1988.

La batalla fue más que tomar territorio pues incluía el lado político. El objetivo principal de Cuba era evitar perder la ciudad de Cuito-Cuanavale. Enviaron sus mejores pilotos de MiGs para proteger los trenes logísticos hasta la ciudad y para defender contra los ataques de UNITA contra la Brigada 21. El 23 de noviembre se enviaron 20 aeronaves que llegaron el 10 de diciembre. Las primeras 40 tropas, el Grupo Táctico Cubano, evaluaría el campo de batalla.

Hasta diciembre de 1987, había cinco Brigadas de la FAPLA en el este del río, en dos capas defensivas, en el río Cuito. La primera capa con tres Brigadas vieron la mayoría de la acción. En el sur, la Brigada 25 guardaba el puente en el río Chambinga. La Brigada 59 arriba protegía el flanco izquierdo y la Brigada 21 fue posicionada dos millas al norte en el río Cuatir. La segunda capa de defensa era el Triángulo de Tumpo, con las ciudades de Cuito, Tumpo y el Río Dala, defendido con las Brigadas 16 y 66. La Brigada 66 guardaba el puente en el río Cuito y del otro lado estaba posicionada la Brigada 16, el Grupo Táctico Cubano y un Batallón de T-55, otro de artillería y otro de infantería mecanizada. La artillería de campaña y antiaérea guardaba la ciudad de Cuito-Cuanavale. En total eran 4 mil tropas con 45 coches de combate T-55, 65 blindados y 10 lanzacohetes BM-21.

La moral de las tropas parecía bajo después de seis meses de ataques de artillería. Las tropas cubanas reforzaron las unidades más débiles. Las defensas se reforzaron con los bunkers, las trincheras y los campos minados. Con la artillería de la FAPLA localizada y destruida fueron reforzadas con los BM-21. Hasta finales de diciembre llegaron 300 piezas de artillería.

El 14 de diciembre, la División 50 cubana inició su avance hacia el norte de Cunene, con el objetivo final de forzar las negociaciones en el campo político. A finales de enero de 1988, había 3.500 tropas cubanas en Cunene.

Intentaron reparar el puente en el río Cuito, pero fue atacada por bombas guiadas H2 el 3 de enero de 1988, quedando inoperable por un mes. Usaron helicópteros para compensar, pero la capacidad de transporte era limitada.


En la batalla de Cuito-Cuanavale, la SADF usó los ARP Seeker ayudando a detectar e identificar las posiciones de las Brigadas de la FAPLA. Incluso con los blindados usando la protección de los árboles, los buscadores podían ver fácilmente los senderos de blindados y vehículos. Los Seekers pronto se convirtieron en blancos prioritarios y los angoleños consiguieron derribar tres Seeker con los misiles SA-8. El primero en ser derribado fue visto por las tropas de la UNITA que quedaron dos días buscando al piloto, hasta que se les informó que no era tripulado. Los Seeker eran acompañados por los radares, pero eran muy difíciles de derribar. Se dispararon 17 misiles SAM en el primer buscador hasta que se alcanzó. Cada SAM disparado contra el RPV era uno menos a ser disparado en los cazas de la SAAF. El Seeker ya había sido utilizado contra la base aérea de Xangongo y Cahama, detectando por primera vez los SA-8. Fue atacado por tres misiles con un error cercano. El tercer misil dañó el domo del FLIR. Todos los que estaban viendo el vídeo se bajaron al ver los misiles pasando. También contaron unos 250 disparos de 23 mm disparados contra la aeronave. Fue lo que llevó a intentar capturar el lanzador de misiles SA-8 en la operación Askari. El 25 de noviembre de 1983, el Gharra, código de los ARP Seeker fueron trasladados a Xangongo con control del MAOT para monitorear la región alrededor de Cahama para apoyar la operación Fox, con el objetivo de detectar, localizar y capturar un lanzador SA-8 desplazado al lugar. La operación Fox formaba parte de la operación Askari. El SA-8 fue detectado a dos kilómetros al suroeste de la ciudad, cerca de la carretera hacia Ediva. Las acciones por el aire y el bombardeo de artillería forzar la batería SA-8 a mover su posición hacia el sur, forzando salir de la protección de Cahama y sitios artillería antiaérea en el lugar. Después las tropas intentarían capturar la batería. La misión era prioridad porque era la primera vez que un SA-8 fue desplazado fuera de la URSS y tendría gran valor de inteligencia. Realmente el lanzador se movió dos veces hacia el sur, pero la presión política forzó parar las acciones antes de conseguir capturar el SA-8.


Una bomba disparada por un MiG-23 que cayó cerca de un puesto de mando de la SADF. Los MiGs disparaban la media altitud para evitar la amenaza de los misiles Stinger y así no tuvieron mucho éxito.

Un blindado Olifant atascado en las fases finales de la batalla alrededor de Cuito-Cuanavale (visible al fondo).

El primer avance de la Brigada 20 sudafricana fue entre el 13 y el 14 de enero de 1988 contra posiciones de la FAPLA al este del río Cuito. La Brigada 21 fue bombardeada por los cañones G-5, lanzacohetes y morteros. Las tropas usadas fueron de UNITA, 61 Mech, 4 Batallón de Infantería y luego fueron atacados por artillería al golpear un campo minado. Tomaron la posición después de una hora, pero fueron atacados por el aire por docenas de salidas de MiG-23. El avance continuó contra los bunkers de la Brigada 21 hasta huir a Tumpo protegidos por la Brigada 16. Al día siguiente continuaron el avance y fueron atacados por los MiG-23, con un MiG siendo derribado por un misil Stinger de la UNITA. Las tropas de la SADF acabaron retirándose a Chambinga dejando las tropas de UNITA en el lugar por no tener condiciones de continuar el ataque contra las Brigadas 66 y 69.

El 6 de febrero, el Escuadrón 24 usó a sus Buccaneers escoltados por Mirage F1AZ para atacar el puente en el río Cuito con bombas guiadas H2.

El segundo asalto de la SADF fue el 14 de febrero. Las tropas se habían retirado para reagruparse y prepararse para atacar a la Brigada 25. La UNITA no actuaba bien y la SADF tenía que tomar el frente. Se iniciaron el ataque con un bombardero de artillería y cazas para la 61 Mech y la UNITA maniobrar entre las Brigadas. Ambas pidieron refuerzos causando confusión en el puesto de mando de la FAPLA enviando tropa cada hora para una, yendo y volviendo. Los refuerzos de coches de combate tuvieron su comunicación interceptada y los blindados de la 61 Mech se posicionaron para interceptar, llevando la primera batalla de tanques de la guerra. La visibilidad era poca y el combate fue a poca distancia, a unos 100 metros. Sólo el T-55 del comandante cubano sobrevivió al entrar en la mata y camuflar huyendo al final del día. A las 14h00min, los Olifants barrieron las posiciones avanzadas de la Brigada 59 y tomaron el puesto de mando de la Brigada.

El siguiente paso sería atacar el triángulo de Tumpo. La Brigada 20 atacó a la Brigada 50. El 19 de febrero, iniciaron el ataque con apoyo de la artillería seguido del avance de los Ratel y Olifant. Fueron atacados por artillería y luego por 30 salidas de MiGs. Alcanzaron un campo minado y tuvieron que retirarse, lo que fue desmoralizante para la SADF. Podrían haber tenido éxito porque la Brigada 59 huyó de la posición al oscurecerse y fueron forzados a volver después.
El tercer asalto comenzó el 25 de febrero. Los MiGs ya habían aumentado sus acciones y uno fue derribando el 19 de febrero. Dos días después bombardearon un convoy de la SADF al este del río Cuito. Los blancos prioritarios en el avance eran las posiciones de los cañones de 23 mm pues causaban la mayoría de las bajas. Entonces enviaron los blindados Olifant en el frente. La operación inició con un asalto falso de la UNITA y del Batallón 32. Las tropas fueron atacadas por artillería y 60 salidas de MiG-23. Al final del día, pararon el ataque debido a la puesta del sol y se retiraron, aumentando la moral de la FAPLA.

El cuarto ataque fue el 29 de febrero. Enviaron más ingenieros para limpiar los campos minados, pero marcaban el camino y los cubanos ponían más minas al frente. Los blindados habían sufrido muchas fallas, con apenas 17 de 28 funcionando. Estaban atacando 800 tropas de la FAPLA con siete T-55 y tres BM-21 contra las tropas de la 61 Mech, Batallón 32 y tropas de UNITA provenientes del norte. Los Olifant fueron equipados con esteras anti-minas (mine rollers) que los dejaba difíciles de maniobrar. La lluvia fuerte y la mira nocturna con pane en varios blindados obstaculizaron el avance nocturno. Al este de Tumpo había 15 mil minas o obstáculos explosivos. La reacción fue nuevamente ataques de artillería y MiGs. Un MiG fue derribado y cayó en Larga. Cerca del río, las fuerzas en la línea de frente detonaron algunas minas y comenzó el combate terrestre que duró horas. Con muchas fallas mecánicas y fuego pesado, principalmente de las piezas de 23 mm, los sudafricanos se retiraron. La 61 Mech llegó a alcanzar la posición de la Brigada 25, pero estaban desiertas.

El 12 de marzo de 1988, se inició la operación Paeker para destruir la FAPLA en el Río Cuito. La operación fue realizada por la Brigada 82 compuesta por dos Batallones mecanizados, dos Escuadrones de carros de combate Olifant y uno de Ratel, una Batería de cañones G-5, G2, lanzacohetes y artillería antiaérea. Atacaban Cuito-Cuanavale por el norte para forzar a las fuerzas angoleñas a pasar al lado este del río, pero el objetivo sólo fue alcanzado el 12 de mayo.

El ataque final sería el 23 de marzo. El 20 de marzo, observadores de artillería se infiltraron al norte de Cuito y atacar las posiciones de la FAPLA. Las defensas estaban bien preparadas con campos de minas, posiciones de cañón defensivo, y blindados en la reserva. Los intentos siempre fueron frustrados y los ataques de cribado en el suroeste no funcionaban. Con el combustible de los blindados acabando, maniobrando en los campos minados, y mucho polvo en el campo de batalla, las tropas se retiraron con tres blindados abandonados. Percibieron que tomar el sitio causaría muchas bajas. Se intercambiaron 4 mil disparos de artillería y cohetes entre los dos lados. Las negociaciones en el campo político forzaron una parada en los combates terrestres.

Las operaciones Hooper y Packer se planificaron rápidamente y tuvieron éxito. Los dos lados reforzaron las fuerzas en el lugar. Sudáfrica utilizó sus coches de combate por primera vez mientras que los cañones G-5 y G-6 se utilizaron mientras todavía estaban siendo desarrollados, así como los ARP buscador.

La batalla alcanzó un punto culminante. Las líneas de suministros sudafricanas estaban muy extendidas. Arriesgaban mucho con poco retorno. No corrían riesgo de perder la campaña después del éxito en el Río Lomba, pero el esfuerzo no tenía retorno. Las pérdidas enemigas fueron 4.392 muertos y heridos. Se registraron 377 vehículos logísticos, 84 blindados, siete baterías de misiles SA-8 y tres SA-9, diez lanzacohetes BM-21 y cinco radares. África del Sur perdió 40 muertos y otros 114 resultaron heridos, siendo sólo cuatro para los ataques aéreos.

El gradualismo ocurrió en toda la guerra. Inició con el apoyo de los consejeros rusos. Después de la operación Segundo Congreso en 1985, seguida de la superioridad comunista que fue contrapuesta por la UNITA apoyada por Sudáfrica.

Al final de la operación Parker, la División 50 cubana lanzó un ataque blindado de Lubango hacia Calueque y Ruacana. Los cazas comenzaron a aparecer en el radar de día y la noche y pasaron a aproximarse a 30 kilómetros de la frontera. Dos cazas llegaron a cruzar la frontera. Las tropas cubanas pararon a 50 km de la frontera y si continuas también estarían al final de una gran cadena logística. Entonces los sudafricanos pasarían a estar en ventaja.

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