El as de combate alemán Gordon Gollob derribó 150 aviones durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que recibió la máxima condecoración de la Alemania nazi
Por William E. Welsh || Military Heritage
El Hauptmann Gordon Gollob posa con su caza Messerschmitt Bf 110. Recomendó mejoras técnicas para el caza pesado y viajó a un centro de pruebas de la Luftwaffe para consultar con ingenieros aeronáuticos sobre sus ideas.
El 18 de diciembre de 1939, a media tarde, el teniente primero Gordon Gollob, piloto de la Luftwaffe alemana, se lanzó al ataque con su Messerschmitt Bf 110 contra una formación de siete bombarderos medianos británicos Vickers Wellington que regresaban de bombardear los cruceros de batalla alemanes Gneisenau y Scharnhorst, anclados en el puerto de Wilhelmshaven.
La misión había sido llevada a cabo por 24 bombarderos bimotores británicos que volaban en formación de diamante rumbo a su objetivo. Cuando el radar alemán detectó la aproximación de los bombarderos enemigos, se ordenó el despegue inmediato de 44 cazas alemanes pertenecientes a distintas alas aéreas desplegadas en la zona del golfo de Heligoland. Gollob volaba como parte de una unidad de cazas pesados equipada con Bf 110s, con base en el aeródromo de Jever, al oeste de Wilhelmshaven.
El enfrentamiento ocurrió sobre las Islas Frisias Orientales, en el borde sur del Mar del Norte. Al intentar volver a Suffolk, los Wellingtons se dividieron en formaciones más pequeñas. Gollob se acercó por detrás a una de ellas y abrió fuego contra el Wellington ubicado a la izquierda trasera de la formación, derribándolo. “Después del ataque, viré hacia babor y vi al Wellington, echando humo por la cola, desviarse hacia la izquierda y desaparecer cayendo hacia abajo,” contó Gollob más tarde. “Un avión en llamas sobre el mar seguro termina estrellándose en él.”
De los 22 Wellingtons que llegaron a Wilhelmshaven, 12 fueron derribados y otros 3 resultaron tan dañados que tuvieron que aterrizar de emergencia en Inglaterra. A raíz de estas pérdidas, los británicos comenzaron a limitar sus bombardeos a incursiones nocturnas.
Para el final de la Segunda Guerra Mundial, Gordon Gollob sería uno de los ases de caza más condecorados en la historia de la Luftwaffe. Fue uno de los pocos que recibió la condecoración militar más alta de la Alemania nazi: la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble, Espadas y Diamantes. De los 10 millones de soldados, marinos y aviadores alemanes, sólo 862 recibieron las Hojas de Roble, y apenas 27 obtuvieron la versión más alta, con Hojas de Roble, Espadas y Diamantes.
El bimotor Bf 110 prestó servicio con notable éxito en las primeras campañas de la Luftwaffe en Polonia, Noruega y Francia. DERECHA: Tras conseguir 150 victorias aéreas a mediados de 1942, Gordon Gollob recibió el máximo honor de la Alemania nazi: la Cruz de Hierro con Hojas de Roble, Espadas y Diamantes.
Gordon Gollob soñaba con ser piloto desde chico. Con un talento natural para la ingeniería mecánica, a los 18 años construyó un planeador que voló desde un aeródromo civil en Innsbruck. Era lógico que se inscribiera en la carrera de ingeniería mecánica en la Universidad de Graz, aunque solo completó cuatro semestres antes de unirse a las fuerzas armadas austríacas en 1933.
En 1936 fue ascendido a teniente segundo y se convirtió en instructor en una escuadrilla de entrenamiento de vuelo. Tras la anexión de Austria por parte de la Alemania nazi en marzo de 1938, Gollob pasó a formar parte de la Luftwaffe. En pocos meses fue ascendido a teniente primero e incorporado a la tercera escuadrilla del Zerstörergeschwader 76 (ala de cazas pesados 76), donde calificó como piloto tanto del Messerschmitt Bf 109 (monoplaza) como del Bf 110 (biplaza, con operador de radio y artillero trasero).
Su primera victoria aérea fue el 5.º día de la invasión alemana a Polonia, en septiembre de 1939, cuando derribó un biplano polaco. Participó también en ataques aéreos contra aviones polacos en tierra, lo que le valió la Cruz de Hierro de 2.ª clase el 21 de ese mes.
El día anterior a la invasión de Dinamarca y Noruega, fue nombrado jefe de escuadrilla de la 3.ª escuadrilla del ZG 76, unidad parte del Fliegerkorps X. Durante la operación, el 9 de abril de 1940, solo dos Bf 110 de su escuadrilla llegaron a su destino: el aeródromo de Stavanger-Sola en Noruega, uno de ellos piloteado por Gollob. El resto fue obligado a regresar debido al mal tiempo.
La misión consistía en apoyar a 100 paracaidistas (Fallschirmjäger) que debían tomar el aeródromo para permitir el aterrizaje de transportes Ju-52 con refuerzos. Al llegar, los paracaidistas estaban bajo fuego de dos posiciones defensivas noruegas. Gollob y su compañero sobrevolaron el área a baja altura, disparando con cañones y ametralladoras, lo que permitió a los paracaidistas eliminar la resistencia.
Más adelante, su escuadrilla se instaló en Trondheim, desde donde patrullaban el Mar del Norte. El 13 de junio de 1940, quince bombarderos en picada Blackburn Skua despegaron del portaaviones británico Ark Royal para atacar al Scharnhorst, anclado en el fiordo. Gollob, junto con otros pilotos de Bf 109, interceptó a los británicos y derribaron ocho aviones, siendo él quien obtuvo la primera victoria. Recibió por ello la Cruz de Hierro de 1.ª clase al día siguiente.
Mientras las tropas terrestres culminaban la conquista de Francia, Hermann Göring ordenó a la Luftwaffe prepararse para atacar a la RAF como paso previo a una invasión anfibia de Inglaterra. Pero la Kriegsmarine estaba debilitada tras la campaña noruega, y además los Bf 109 tenían un alcance muy limitado: podían permanecer solo 20 minutos sobre el sureste inglés antes de regresar.
Durante esa campaña aérea, iniciada en julio de 1940, Gollob seguía en Noruega, donde sugirió mejoras técnicas al Bf 109. Viajó brevemente a un centro de pruebas en Pomerania para discutir sus ideas con ingenieros, y luego regresó a patrullar el Mar del Norte. El 9 de julio derribó un hidroavión Short Sunderland y dos horas después, un Lockheed Hudson.
No fue hasta el 7 de septiembre que fue transferido al frente occidental, justo cuando la Luftwaffe comenzaba a bombardear Londres. Se incorporó al cuartel general del 3.º Ala de Caza, con base en Arques (Pas-de-Calais). El 8 de octubre, tras la muerte del comandante de dicha unidad, Gollob fue designado como su reemplazo. En febrero de 1941, sus hombres fueron enviados a Alemania a descansar y en abril fueron reubicados en Monchy-Breton, donde recibieron los nuevos Bf 109F-2. Durante ese período, Gollob sumó seis nuevas victorias aéreas.
ARRIBA: Gollob inspecciona un orificio de bala en el fuselaje de su Messerschmitt Bf 109 durante su servicio como piloto de caza en el Frente Oriental. Asignado a la 4.ª Flota Aérea para la Operación Barbarroja, Gollob pilotó cazas en apoyo del Grupo de Ejércitos Sur. ARRIBA: La Luftwaffe realizó frecuentes mejoras al Messerschmitt Bf 109 durante la Segunda Guerra Mundial para asegurar su competencia con los cazas aliados.

El 7 de mayo de 1941 derribó un Supermarine Spitfire mientras combatía sobre la costa francesa. Fue ascendido a capitán el 1.º de junio. Ese mismo mes, su grupo aéreo fue trasladado a Breslau-Gandau, en Polonia, como parte de los preparativos para la Operación Barbarroja. La Luftflotte 4, a la que pertenecía, debía apoyar al Grupo de Ejércitos Sur en la conquista de Ucrania.
El 22 de junio, primer día de la invasión, Gollob derribó un Polikarpov I-16. En los meses siguientes abatió diversos cazas y bombarderos soviéticos: Yakovlev Yak-1, Polikarpov I-153, LaGG-3, Ilyushin DB-3, Pe-2, SB-2 e Il-2. Además de combatir en el aire, escoltaba bombarderos Stuka, protegía columnas blindadas y atacaba aeródromos enemigos.
El 21 de agosto de 1941 logró su primer "as del día", al derribar cinco aviones en una sola jornada. Sería la primera de seis veces que alcanzaría tal hazaña. En agosto fue condecorado con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro. En octubre ya sumaba 36 victorias, nueve de ellas durante la ofensiva hacia Moscú (Operación Tifón). A fin de mes había alcanzado 85 victorias y recibió las Hojas de Roble. Hitler lo convocó a su cuartel general en la Guarida del Lobo, donde personalmente le entregó la condecoración.
Tras un breve apoyo al avance sobre Moscú, volvió a ser destinado al Grupo de Ejércitos Sur, en plena campaña de Crimea. Un piloto compañero describió su táctica: “Gollob despegaba desde Kerch junto a su punto. Volaban a baja altura por debajo de la formación soviética, subían en espiral sin ser detectados, y antes de que los rusos notaran algo, dos aviones de la base de la formación ya habían sido derribados.”
La Luftwaffe ya lo estaba preparando para roles de comando. Tras más entrenamiento, el 16 de mayo de 1942 asumió como comandante del Jagdgeschwader 77 (Ala de Caza 77). Ese mes logró su victoria aérea número 100, por la cual recibió las Espadas para su Cruz de Caballero. A fines del verano de 1942, llegó a 150 derribos, ganando la máxima distinción: Cruz de Caballero con Hojas de Roble, Espadas y Diamantes.
Hitler, que lo preparaba para el alto mando, le prohibió seguir volando misiones de combate. En octubre fue nombrado Jagdfliegerführer 3 en el noroeste de Francia, a cargo de la defensa del Muro Atlántico. Un año después fue ascendido a teniente coronel y designado comandante de la Jagddivision 5. Dos meses antes del Día D, se incorporó al Estado Mayor del Inspector de Cazas, y eventualmente fue nombrado Inspector de Cazas con el rango de general de división (Generalleutnant).
Molesto con la inferioridad de los cazas alemanes frente a los modernos aviones aliados, Gollob discutió con Hitler sobre el uso del nuevo jet Messerschmitt Me 262. Mientras que Hitler lo quería como caza-bombardero, Gollob insistía en que debía ser utilizado como interceptor puro. Aunque Hitler le había confiado su despliegue operativo, se irritó con su actitud crítica.
A pesar del conflicto, en noviembre de 1944 se le dio el mando de una unidad especial de cazas poco antes de la ofensiva de las Ardenas. Fue capturado en abril de 1945 en los Alpes por la 36.ª División de Infantería estadounidense. Tras un largo interrogatorio, fue liberado en 1946.
Gollob sobrevivió a la guerra y falleció en Baja Sajonia en septiembre de 1987. Fue el primer as de la Luftwaffe en alcanzar las 150 victorias aéreas durante la Segunda Guerra Mundial.
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