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sábado, 3 de agosto de 2013

Blindados: ¿El fin de los blindados?

Tanques de guerra, ¿tecnología obsoleta?

Tom de Castella
BBC


Se cumplen 70 años de la batalla con tanques más grande de la historia en Kursk, Rusia. ¿Volverá alguna vez a haber una batalla con miles de tanques enfrentados o pasaron a la historia los enfrentamientos blindados?

Antes del amanecer del 5 de julio de 1943, las explosiones iluminaron el cielo ruso y el suelo tembló bajo un bombardeo masivo. Mientras el Sol salía, olas de tanques Panzers alemanes rodaban por los campos de girasoles y trigo.

El combate de acorazados terrestres más grande de la historia había empezado.

La Batalla de Kursk enfrentó casi 3.000 tanques alemanes contra más del doble de esa cantidad de acorazados pesados soviéticos.

Adolfo Hitler había retrasado la ofensiva -nombre en clave: Operación Ciudadela- a la espera de la llegada del nuevo vehículo blindado Panther, lo que le dio a los rusos suficiente tiempo para cavar defensas formidables y concentrarse en sus propias fuerzas acorazadas.

Antony Beevor, autor de "La Segunda Guerra Mundial", describe la batalla como un encuentro de titanes.

Los tanques alemanes eran menos en número pero muy superiores en blindaje y potencia de fuego. Los Tigers y Ferdinand (cazacarros o vehículos blindados con cañones antitanque) partieron primero, con la intención de abrir camino a punta de explosiones.

Un comandante de tanque del SS destruyó 22 tanques soviéticos en menos de una hora, relata Beevor. Pero los rusos se defendieron con "una valentía suicida", acercándose a tirar minas bajo las rodaduras de orugas.

Después de ocho días, el ataque alemán perdió fuerza. Joseph Stalin lanzó su contraofensiva y en seis semanas infligió una aplastante derrota sobre el Wehrmacht.




Las alas vs las orugas

Para los Panzers, la batalla de Kursk fue un momento decisivo, dice Beevor. Pero también para la fuerza aérea rusa, que por primera vez se pudo organizar. El poderío aéreo empezaba a ser un factor dominante, como quedó establecido en Normandía un año más tarde.
Little Willie, el primer tanque del mundo
En 1915, Winston Churchill, quien entonces era el Primer Lord del Almirantazgo, creó el comité de naves terrestres para encarar los problemas de la guerra de trincheras.
Little Willie (Pequeño Willie) estaba andando a finales de 1915 pero un nuevo diseño ya estaba en construcción, y ese fue el prototipo de los tanques pesados británicos en la Segunda Guerra Mundial.
Little Willie nunca estuvo en zonas de combate, pero representó un gran paso adelante en tecnología militar. Las lecciones aprendidas en este proyecto piloto ayudaron a configurar los vehículos que lo remplazó.

La superioridad de los aliados en el aire hizo que los Panzers alemanes tuvieran que esconderse en bosques durante las horas de luz del día. El tanque, como el buque de batalla, de repente pasó a ser una presa fácil impotente ante lo que sobrevolaba.

No obstante, a diferencia del buque de batalla, el tanque mantiene su lugar en la mayoría de los ejércitos.

Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos hay 60.000 tanques en servicio activo en el mundo.

Durante la Guerra Fría, miles de tanques estaban basados cerca el este y oeste de Alemania para una potencial batalla en el valle norteño europeo.

"No hay duda de que los tanques habrían sido uno de los principales instrumentos en una invasión o defensa", asegura Michael Codner, director de ciencias militares del Royal United Services Institute.

Cuando los soviéticos sofocaron el levantamiento húngaro en 1956 lo hicieron mandando cientos de tanques a Budapest.

En la Guerra de Yom Kippur de 1973, cuando Egipto y Siria atacaron a las fuerzas israelíes, estuvieron involucrados más de 3.000 tanques.

Las fuerzas estadounidenses y británicas los usaron para liberar a Kuwait en 1991 e invadir a Irak en 2003. En la Batalla de Faluya, los marines de EE.UU. trajeron brigadas blindadas extra para ayudar en los enfrentamientos callejeros.

Simbólicos

Sin embargo, las ofensivas con tanques están usualmente limitadas a las áreas llanas, como un desierto o estepa. En las selvas de Vietnam y las montañas de Afganistán, el helicóptero ha demostrado ser un arma mucho más útil.


¿Podría haber otra batalla de la escala de Kursk?

En los '80, el Ministerio de Defensa británico comisionó un estudio para ver si Reino Unido debía remplazar sus tanques con helicópteros, recuerda Codner. Al final, su uso al apoyar a la infantería para conquistar territorio fue considerado demasiado importante.

Pero el ejército británico no desplegó ninguno de sus tanques Challenger en Afganistán.

La importancia de los tanques es tan simbólica como táctica. Y pueden ser usados para el bien y para el mal.

Ante la protesta estudiantil de 1989 en la plaza de Tiananmen, las autoridades chinas sacaron sus tanques. Y Saddam Hussein los usó como un "símbolo de estatus militar", señala Beevor.

Por otro lado, las fuerzas de paz necesitan tanques para encarar a matones, anota.

"En Bosnia las cosas sólo cambiaron cuando llegaron los tanques. Fue entonces cuando los serbios retrocedieron".


Siguen en boga

La OTAN ha reducido drásticamente la cantidad de tanques que tiene desde el final de la Guerra Fría, según Christopher Foss, editor del informe Jane's Armoured Fighting Vehicles.

Alemania tuvo 4.000 y Reino Unido y Francia más de mil cada uno. Ahora tienen un tercio o menos de eso. Y a principios de este año, los últimos tanques de batalla estadounidenses salieron de Europa.

Los entusiastas de los tanques señalan que los vehículos blindados pesados han sido descartados muchas veces, y luego los eventos contradicen esas decisiones. Al final de la Guerra Fría era difícil defender la necesidad de tener tanques británicos. Un año más tarde, la brigada acorazada 7º estaba cruzando el desierto para liberar a Kuwait, anota Beevor.

Afuera de Europa, cada vez hay más tanques, indica Foss.




En Medio Oriente, Arabia Saudita está modernizando sus M1, hechos en EE.UU.; Qatar optó por Leopard 2.
China está remplazando los suyos, Corea del Sur es autosuficiente, India y Pakistán ya tienen muchos.
Los países asiáticos que tradicionalmente no tenían tanques están fortaleciendo sus ejércitos. Singapur e Indonesia se decantaron por los Leopard 2 mientras que Malasia ordenó tanques polacos.

Otra como la de Kursk

Usados de la manera apropiada -con infantería, ingenieros y apoyo aéreo- siguen siendo parte crucial de la capacidad militar, de acuerdo con el ex oficial de acorazados estadounidense Robert Forczyk, autor de un libro que será publicado pronto sobre Kursk.


En Medio Oriente, como en otros lugares, los tanques siguen siendo protagonistas.

"Proveen una punta afilada para la lanza que puede abrirse camino entre las defensas y avanzar rápidamente para capturar objetivos clave. Sólo las fuerzas aéreas ofrecen una versatilidad similar".

Los equipos de visión diurna y nocturna le dan a los tanques modernos una gran ventaja sobre sus ancestros de la Segunda Guerra Mundial. El poderoso cañón de un Tiger puede destrozar uno de los vehículos blindados ligeros de hoy en día. Pero no podría hacer nada contra un tanque de batalla moderno, asegura Foss.

"El Challenger dispararía antes de que el Tiger se enterara siquiera de que está ahí, y penetraría su armazón".

Pero siete décadas después de Kursk, ¿sería posible una batalla a tal escala?

Sin duda alguna, opina Forczyk. Varios de los países que se han enfrentado en el pasado tienen muchos tanques.

India tiene 3.250 y Pakistán, 2.400. En Medio Oriente, Egipto tiene 2.500 y Siria, 3.000, mientras que Israel (500 en servicio activo, 2.000 guardados) ha usado regularmente sus tanques en conflictos recientes.

Y es posible jugar a la guerra en conflictos puramente hipotéticos.

China tiene más del doble que cualquier otra nación, con 7.450. Rusia tiene 3.300. Pero el riesgo de una batalla de tanques entre Corea del Norte (3.500) y del Sur (2.500) es quizás una posibilidad más realística.

En las batallas del futuro, los tanques quizás no se parecerán mucho al T34 ruso o al Tiger alemán que se enfrentaron en Kursk.

La tecnología militar ha llegado al punto en el que los tanques sin conductores son una posibilidad, señala Codner.

Para los entusiastas tradicionales de los tanques, se trata de una bestia totalmente diferente.

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