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miércoles, 1 de enero de 2014

Irán: El ajedrez nuclear musulmán



Qué se esconde en un aeródromo de Pakistán

Antonio Hualde - El Imparcial

Kidon significa “bayoneta” en hebreo. Es, además, el nombre que reciben los comandos del Mossad -servicio secreto israelí- a los que se encarga las misiones más peligrosas; por lo general, capturar vivo o muerto a alguien. Un katsa es, en cambio, el agente de inteligencia infiltrado en un país extranjero y encargado de recabar información sensible. Ni que decir tiene que hay países donde este cometido resulta especialmente peligroso, sobre todo los musulmanes. En dos de ellos, Pakistán e Irán, hay katsas del Mossad. Y los informes que mandan a Tel Aviv son inquietantes.

Irán está enriqueciendo uranio con fines militares. O lo que es lo mismo, busca -y tiene visos de estar a punto de conseguir- la bomba atómica. El discurso belicista de Ahmadineyad ha sido sustituido por las formas suaves de Rohani, que ha llegado al poder con un cierto aura de moderación. Gestos tales como plantearse suprimir el eslogan “Muerte a América”, que se vocifera en todas las mezquitas del país en el sermón de cada viernes, o las intentonas de establecer un nexo de comunicación con Estados Unidos han dado sus frutos. Obama ha sucumbido ante la tentación que supone anotarse el tanto de ser el presidente que logró la distensión con Irán, e incluso ha planteado la posibilidad de rebajar las sanciones a Teherán. Por cierto, la aniquilación del estado de Israel es uno de los objetivos fundacionales de la república islámica; objetivo que a la nueva administración, en cambio, ni se le ha pasado por la cabeza.

Sin embargo, no todo el Islam político comparte el optimismo norteamericano. En especial Arabia Saudí -suní- , cuyas relaciones con Irán -chií- siempre han sido pésimas. Las circunstancias han hecho que saudíes e iraníes tengan ahora un enemigo común. Tel Aviv tiene una capacidad nuclear más que notable. La central de Dimona, en el desierto del Neguev, es depositaria de gran parte del arsenal israelí, siempre en alerta. Netanyahu lleva tiempo advirtiendo a Obama que no se crea los cantos de sirena iraníes. Lejos de ser un ataque de cuernos, tiene sobrados motivos para ello. El premier israelí fue, además, uno de los miembros más destacados de la Sayeret Makal, la fuerza de élite antiterrorista delTsahal -ejército hebreo-. Entre su experiencia y lo que le dicen los informes del Mossad, todo apunta a que la nueva postura iraní bien podría ser un simple lavado de cara con vistas a ganar tiempo y seguir desarrollando su armamento nuclear.

¿Y los saudíes? Que se sepa, ellos no tienen capacidad nuclear propia…o quizá sí. India y Pakistán tienen ya la bomba. De hecho, en la ciudad pakistaní de Rawalpindi le han hecho hasta un monumento. Pero Pakistán tiene algo más. En una base aérea del Punjab, con medidas de seguridad similares a la célebre Area 51 estadounidense, cinco cazabombarderos F-15 Eagle esperan la orden de despegar. Su estado de alerta sería similar al DEFCON 2; entendiendo DEFCON 5 como alerta en tiempo de paz y DEFCON 1 al paso previo a una guerra inminente. Su armamento, nuclear. Y su objetivo, atacar Irán en caso de que éste lo haga primero. Riad ha “subcontratado” con Islamabad su capacidad nuclear. Y no dudará en utilizarla.

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