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viernes, 25 de septiembre de 2015

Conquista del desierto: Los dibujos de los ranqueles

Rostros ranquelinos... ¿Rostros ranquelinos? El dibujo histórico en problemas

Con la colaboración del historiador
Carlos Mayol Laferrere
Boletín Tefros

Decidida a recolectar la mayor cantidad-según mis recursos- de imágenes grabadas o/y habladas de los personajes que, -talvez desde 1730 pero con toda certidumbre desde 1757- conocemos bajo el etnónimo de "rancacheles" o"ranqueles" y otras variantes, le pedí al historiador C. Mayol Laferrere su colaboración para encontrar algunos dibujos que circulaban en las pasadas Jornadas Ranquelinas sobre los últimos personajes de la Confederación Ranquelina soberana.
De este pedido surgió la idea de una colaboración mayor. El observador eximio y artista literario que fue Mansilla, nos acompañará constantemente en este capítulo.
La lectura de historiadores y cautivos, viajeros y militares que han tratado con esos personajes dejando relatos y documentos interesantes, completaron mi búsqueda.
El etnógrafo Melcíades Vignati nos ha dejado unas interesantes críticas sobre algunos dibujos de principios de siglo y algunas enciclopedias de arte americano me han auxiliado en ubicar algunas biografías de los retratistas de los que hablaré.
Así la cosa, comienzo a contarles lo que encontré:

Dibujos de Capdevila y retratos hablados de algunos que conocieron a los caciques

Roberto Capdevila es un excepcional dibujante de rostros. Vive en Venado Tuerto, Santa Fe, donde nació en 1944. En 1970 ingresó a la Facultad de Bellas Artes en Rosario la que abandonó al iniciarse en política. Colabora en la revista local LOTE, un mensuario de cultura, con dibujos de tapa e ilustraciones.
Carlos Mayol Laferrere me ha comunicado que los dibujos originales de los ranqueles Baigorrita, Epumer y Mariano Rosas y otros de la autoría de Capdevila, se encuentran en una carpeta llamada "Estampas" del año 1987 en la que el Dr. Roberto Landaburu insertó textos que no he leído. Según Landaburu, y transmitido por Mayol, Capdevila basó sus dibujos en "relatos escritos de autores varios"
Ni Mansilla, ni Zeballos, ni Avendaño necesitan presentación. Pero, para aquellos que no los conocen, es mejor que los conozcan por lo que escribieron.
Los dibujos de Capdevila de Mariano Rosas y de Epugmer fueron extraídos de una serie "Los conquistadores del desierto" por Mayol Laferrere publicada en el Diario Puntal, de Río Cuarto, el mes de junio de 1988. El dibujo de Baigorrita, también de Capdevila pero algo retocado, lo extraje de la página web Especiales de Historia Regional, Indios Ranqueles por Carlos.Mayol Laferrere : www.ranqueles.com/historia_regional/indios_ranqueles.html

 PANGUITRUZ GUOR (Zorro-cazador-de-leones) conocido como MARIANO ROSAS

Dice de él Mansilla -en el capítulo 33 de su libro Una Excursión a los Indios Ranqueles- , quien lo visitó en sus toldos en 1870:


Haga clic debajo para ver la nota extendida


"Pertenece a la categoría de los hombres de talla mediana. Es delgado pero tiene unos miembros de acero. Nadie bolea, ni piala, ni sujeta un potro del cabestro como él.
Una negra cabellera larga y lacia, nevada ya, cae sobre sus hombros y hermosea su frente despejada surcada de arrugas horizontales. Unos grandes ojos rasgados, hundidos, garzos y chispeantes, que miran con fijeza por entre las largas y pobladas pestañas, revelando entonces orgullo, energía y fiereza;
una nariz pequeña, deprimida en la punta de abiertas ventanas, signo de desconfianza, de líneas regulares y acentuadas; una boca de labios delgados que casi nunca muestran los dientes, marca de astucia y crueldad; una barba aguda, unos juanetes [pómulos] saltados, como si la piel estuviera disecada, manifestación de valor y unas cejas vellosas, arqueadas entre las cuales hay siempre unas rayas perpendiculares, señal inequívoca de irascibilidad, caracterizan su fisonomía bronceada por naturaleza, requemada por las inclemencias del sol, del aire frío, seco y penetrante del desierto pampeano.
Mariano Rosas se viste como un gaucho, paquete pero sin lujo. A mi me recibió con camisa de Crimea, mordoré, adornada de trencilla negra, pañuelo de seda al cuello, chiripá de poncho inglés, calzoncillo con fleco, bota de becerro, tirador con cuatro botones de plata y sombrero de castor fino, con ancha cinta colorada".
El historiador Mayol Laferrere cita en su trabajo "Los conquistadores del desierto", ( Diario Puntal, junio 1988) el que tuvo a bien darme a conocer, una nota del periódico "América del Sur" de 26/8/1877 relativa a la muerte de Mariano Rosas:
" Muerte de un cacique. Acaba de morir el poderoso cacique de la tribu de los Ranqueles, de muerte natural, Mariano Rosas. Era una autoridad en el desierto.
Por su influjo, su valor y, sobre todo, por su prudencia ha sido posible mantener la paz con él y el General Roca había logrado imponerle respeto e inspirado confianza..."

EPUMER (Dos- zorros)

Mansilla, en Una excursión... capitulo 26, dice:
"Epumer es el indio más temido entre los ranqueles, por su valor, por su audacia, por su demencia cuando está beodo.
Es un hombre como de cuarenta años, bajo, gordo, bastante blanco y rosado, ñato, de labios gruesos y pómulos protuberantes, lujoso en el vestir, que parece tener sangre cristiana en las venas, que ha muerto a varios indios con sus propias manos., entre ellos a un hermano por parte de madre; que es generoso y desprendido, manso estando bueno de la cabeza; que no estándolo le pega una puñalada al más pintado.
Con ese nene tenía que vérmelas yo.
Llevaba un gran facón con vaina de plata cruzado por delante, y me miraba por debajo de un ala de rico sombrero de paja de Guayaquil, adornado con una ancha cinta encarnada, pintada de flores blancas."

Sigue Mansilla - en el capítulo 57 - cuando es recibido por Epumer en sus toldos:


"Sea adulación, sea verdad, todos dicen que no estando malo de la cabeza es muy bueno. No tiene más que una mujer, cosa rara entre los indios, y la quiere mucho. Vive bien y con lujo; todo el mundo llega a su casa y es bien recibido.
A mi me esperaba hacía rato.
Epumer estaba sentado en un asiento alto de cueros de carnero y mantas.
Enfrente había otro más elevado. Era el destinado para mí.
La conversación rodó sobre las costumbres de los indios, pidiéndome disculpas de no poder obsequiarme, en razón de su pobreza, como yo lo merecía.
Un cristiano bien educado, modesto y obsequioso, no habría hecho mejor el agasajo."
Del Archivo Franciscano de Río Cuarto, Carlos Mayol Laferrere nos trae descripciones de Epumer extraídas de una docena de cartas que Epumer intercambió con fray Marcos Donati.
"En la primera expresa: `Reverendo padre...le mando una onza de oro para que me haga la gracia de cambiármela por plata boliviana. También le mando una chapa de recado, para que me la haga hermanar. Me hará la gracia de mandarme un martillo, un poco de atincar, crémor, almidón y algunos otros remedios para la tos´".
"Al coronel [Mansilla] le había pedido un chaleco de seda negra; al franciscano le solicita `un poncho de paño fino, pero que sea fino; un sombrero de felpa con barbijo´ y le encarga que le mande confeccionar una `levita´ acotándole que cuando reciba su sueldo, se descuente el valor de todo." ( En "Los Conquistadores del Desierto", artículo sobre Epumer, Diario Puntal, Río Cuarto,1988.)

EL CACIQUE MARI-CO (Diez-aguas?) O MANUEL BAIGORRIA GUALA (ALIAS BAIGORRITA y BAIGORRIA-CHICO)
En el capítulo 45, Mansilla escribió uno de sus más exquisitos párrafos al plasmar en letras el porte del cacique Baigorria Guala, nieto de Vuta Yanquetruz:
"Aproveché el tiempo para observar la fisonomía de aquel picador de tabaco , imperturbable, especie de patriarca.

Manuel Baigorria, alias Bigorrita, tiene treinta y dos años.
Baigorrita tiene la talla mediana, predominando en su fisonomía el tipo español. Sus ojos son negros, grandes, redondos y brillantes; su nariz respingada y abierta, su boca regular; sus labios gruesos; su barba corta y ancha.
Tiene una cabellera larga, negra y lacia y una frente espaciosa, que no carece de nobleza. Su mirada es dulce, bravía algunas veces. En este conjunto sobresalen los instintos carnales y cierta inclinación a las emociones fuertes, envuelto todo en las brumas de una melancolía genial.
Con otro tipo, mi compadre sería un árabe.
Es muy aficionado a las mujeres, jugador y pobre, tiene reputación de valiente, de manso y prestigio militar entre sus indios."
NOTA: En alguna bibliografía se dice que hay un dibujo de Baigorrita en el Museo Histórico Nacional hecho por Ignacio Paez. No sólo no es un dibujo de Baigorrita sino del coronel Baigorria, sino también que es propiedad del Museo de Bellas Artes y su autor es Ignacio Baz.

Un dibujo anónimo adoptado por Carlos Mayol Laferrere
PAYNE GNERR ( Zorro Celeste?)
Sobre este dibujo de Payné publicado en la serie " Los Conquistadores del Desierto" en el Diario Puntal, de Río Cuarto de julio de 1988 por Carlos Mayol Laferrere, este amigo me expresó: " "es imaginado por mi, de un dibujo de autor anónimo"...

Payne fué padre de Epugmer, de Panguitruz Guor (o Gnerr) y muchos más.
Es difícil encontrar descripciones de su rostro y su personalidad. Zeballos dice en su Painé y la dinastía de los Zorros:

"...un hombre alto, robusto, imponente, de cara ancha, grande y aplastada como un sol de telón de teatro, vestido...con gorro de manga negro, bordado de relieve de oro, dio voces de mando con acentos de gigante.....Mientras contemplaba un grupo de mujeres y niños prisioneros [ entre los que estaba Zeballos en 1840 aprox. según su relato] descubrió mi persona y me dirigió sus ojos que herían como rayos de irresistible luz.
Sufrí una impresión desvastadora, dominado por la centellante mirada de aquella fiera. Era Paine".

En el capítulo sobre la muerte de Painé Avendaño ( Memorias del ex cautivo Santiago Avendaño , por M. Hux)dice:
"Paine-Gnerr era un indio generoso y amado".

NOTA: Sabemos que Zeballos contaba con un manuscrito de unas 150 páginas, de autor anónimo que cubría la historia de la "nación Llaimache" ( la parcialidad de Calfucurá llamada así porque el cacique había nacido cerca del volcán Llaima, en Chile) entre 1833 y 1861. Aun ahora no se sabe a ciencia cierta quién fue el autor aunque se opina que es Avendaño, cautivo entre los ranqueles entre 1842 y 1849. Yo me atrevo a pensar que por el estilo de la prosa y por el hecho que narra este párrafo de Zeballos, no fue extraído de Avendaño.

Los dibujos de Bouchet

José Bouchet fue un pintor extranjero argentinizado que murió en Buenos Aires en 1919. Dice La Enciclopedia del Arte en América, edición de 1968, que entre sus obras se halla " `Columna de Ranqueles´ mural que se encuentra en el Museo de La Plata ". Hablé con la señora Sandra Miguel directora de la biblioteca del museo quien, después de consultar los archivos, me dijo que sólo había tres trabajos de Bouchet: "Carabelas españolas", "Indiada tehuelche" y "Parlamento indio". En otra conversación me describió un mural que está en el hall del museo el que tiene por nombre "Parlamento indio" pero su subtítulo, en la misma placa, dice"Caravana de los Ranqueles" lo que coincide con la descripción que la señora directora tuvo a bien narrarme ya que se trata de un grupo de indios que van montados, se insinúa un cierto liderazgo del grupo y figuras en un cierto orden siguiendo a la cabecera. Es decir que el mural responde más al subtítulo que al título.
Andrés Bestard, muralista contemporáneo ubica a Bouchet como muralista y pintor en la generación del 80 "dedicada a desterrar la imagen colonial por el neoclásico anglo-francés". Fue esta generación la que se dedicó, entre otras cosas, a formar una imagen europeizante del país en la cual el indígena ya no era "el enemigo" pero, tengo la opinión de que ese nuevo imaginario incluía también un tipo especial de "indiferenciación" que llamaré: "un indio, todos los indios". En lo que sigue, el lector juzgará esta opinión.
En la III edición autorizada de " Una Excursión a los Indios Ranqueles" de Masilla, "con ilustraciones de Bouche (sic) Impresas en el Museo de La Plata ", editor Juan A. Alsina, Buenos Aires, 1890, se intercalan dos láminas muy sutilmente coloreadas cuya denominación hay que buscarla en el índice final. Esos dibujos son:

"Mariano Rosas" lámina V, dibujado por Bouchet

Este trabajo, como el que sigue, ha sido descarnadamente criticado por Melcíades Vignati, antropólogo argentino, en dos de sus publicaciones: "Falacias iconográficas" ( Revista Relaciones ,1944, t.IV) y " Iconografía Aborigen, Namuncurá-Pincen" ( en la publicación de los trabajos del Congreso del Area Araucana ,1963, 2 vls.)


Vignati acompaña la imagen de "Rosas" de Bouchet con una toma ampliada del rostro de Currumanque o Curüñan, uno de los hijos del cacique Calfucurá tomada, a su vez, de la fotografía familiar de Namuncurá de 1884 aproximadamente. Vignati dice "Según puede verse, [el artista] sólo le ha cambiado el saco de civil negro por una blusa adornada que nada tiene de indígena". Yo le agregaría que el sombrero sufrió algunos desarreglos como para parecer más apaisanado.
Pero aquí no termina la "confusión". En 1978, el historiador que me acompaña, Mayol Laferrere, publicó en Todo es Historia , nº 130 el artículo "Crónica Ranquelina de Mariano Rosas". Aunque el historiador entregó sólo una foto- la de un nieto de Mariano-, el texto viene acompañado de varias fotos e imágenes.



Enfrentando a la primera página del artículo de Mayol L., y a página completa, está el dibujo de "Mariano Rosas" de Bouchet. En una comunicación personal, Mayol L. me expresó que él rechaza con indignación esa intromisión.
¿Quién puso, entonces ese dibujo allí? Es verdad que el actor anónimo, en una notita con letra pequeña, en el ángulo izquierdo superior dice: "Supuesto (énfasis nuestro) retrato de Mariano Rosas en la 3ª edición de "Una excursión....." lo cual le quita algo de responsabilidad aunque sigue siendo una intrusión y bastante desagradable para el autor del artículo.

Y más aun, esa notita continúa, sin ninguna aclaración, con: "(`Iconografía de Rosas´ por Fermín Chávez, Buenos Aires, 1972)" sin agregar nada más. Resulta que este valioso libro, que consultamos, no sólo se refiere al General Juan Manuel de Rosas -padrino impuesto a Panguitur Guor o Mariano Rosas cuando estuvo cautivo del general por varios años- sino que, como era de esperar al comenzar a hojear el libro, no tiene ni un párrafo relacionado con el cacique.
¿Por qué se puso ese dato en la página dedicada al dibujo? ¿Sabía el intruso que ese libro no tenía nada que ver con el, para colmo, apócrifo dibujo?



La seguridad de que el individuo que en la foto familiar es Currumanque-Curá Vignati la extrajo de una "copia acartonada con los nombres de cada uno de esa familia" hecha por Lehmann-Nitsche etnólogo de reconocida honestidad y conocimientos para su época, principios del siglo XX (aunque no necesariamente compartamos sus teorías).
> "Epumer" dibujado por Bouchet_


El otro dibujo de la 3ª edición es, según dice el índice del libro, el de "Epumer" hermano de Mariano y último cacique ranquelino soberano.
Vignati también critica este retrato. Compara el dibujo con el rostro aumentado de Namuncurá procedente de la foto familiar ya citada y dice en "Falacias...1944":

"Epumer ha sido fabricado teniendo como base la fotografía de Namuncurá sustituyendo el galoneado kepi por un sombrero blando tipo chambergo y el chaquetón militar por un poncho con motivos de cruces que, si no me engaño, es el mismo que está actualmente expuesto en una vidriera mural de la sala de Etnografía del Museo [de La Plata ]".
¿Confusión? ¿Descuido? ¿Recurso para hacer del libro una lectura más interesante?.
¿Quién es el culpable de estas falacias?
¡¡Para cuánto ha dado la foto de la familia Namuncurá!!...
¿Ahora se da cuenta el lector por qué dije que en nuestra historia.... "Un indio, todos los indios"?

Más dibujos de Bouchet


Creo que Bouchet fue un gran dibujante. Por ello y para nuestro deleite quiero presentarles otros tres dibujos de Bouchet del libro de Mansilla, 1890.
Lámina II. "El indio bombero". En el capítulo 15, Mansilla dice:

"El indio sujetó su caballo, y con la destreza de un acróbata se puso de pié sobre él sirviéndole de apoyo la lanza....el indio continuó inmóvil. Estaríamos como a tiro de fusil de él, cuando cayendo a plomo sobre el lomo de su caballo, partió a toda rienda en mi dirección."


Lámina IV "Los abrazos". En el capítulo35, dice:
" .Melideo...indio sólido como una piedra, de regular estatura; pero panzudo, gordo, pesado...
Aquí fueron los apuros para cargarlo y suspenderlo.
Mis brazos lo cargaban apenas; hice un esfuerzo, el amor propio de hombre forzudo estaba comprometido,

no alcanzarlo me parecía hasta desdoroso para los cristianos; redoblé el esfuerzo y mi tentativa fue coronada por el éxito más completo, como lo probaron los¡¡¡aaaaaaaaaaaa!!! dados esta vez con más ganas y prolongados más que los anteriores.
Aquello fue pasaje de comedia, casi reventé, casi se me salieron los pulmones.....
Mientras pasaba yo revista de aquellos bárbaros, me acordaba del dicho de Alcibíades: Adonde fueres, haz lo que vieres, y rumiaba: ¡Te había de haber traído a visitar los ranqueles!......Por algo me había de hacer célebre yo, aunque las olas del tiempo se tragan tantas reputaciones.....Yo estaba orgulloso, contento de mí mismo, como si hubiera puesto una pica en Flandes."



LáminaVIII. "El parlamento". En el capítulo 53, Mansilla dice:
"Mariano Rosas invitó a todo el mundo a sentarse.
Nos sentamos, pues, sobre el pasto humedecido por el rocío de la noche, sin que nadie tendiera poncho ni carona, cruzando la pierna a la turca.
Mariano Rosas me cedió a su lenguaraz José; colocóse éste entre él y yo, y el parlamento empezó."
NOTA: Fíjese bien el lector que el dibujo responde a las palabras de Mansilla. En la próxima sección necesitaré de su memoria.

Los dibujos de Bernabó en " Una excursión a los Indios Ranqueles, Gl. Lucio Mansilla", Biblioteca Billiken, Colección Azul.
Aunque no lo diga en ningún rincón de la publicación, está catalogada como " una versión para niños". Consiste en un libro chico, de 159 páginas con texto de 10x15 cms., en cada hoja, en letra grande y unas cinco láminas a color incluyendo la de la tapa. Obviamente no pretende ser una copia de la edición completa del libro.
No he podido encontrar biografía alguna del artista que ilustra esta edición del libro de Mansilla.
Todo el texto está encarado como una larga versión de una parte de una biografía de L. Mansilla ya que se ha cambiado la primera persona singular del texto original por presentarlo en tercera persona. A parte del recorte y del cambio de persona verbal, las partes elegidas conservan, bastante bien, el sentido y hasta cierto punto la redacción del texto original.
Los dibujos, pretendiendo ser una interpretación de algunos párrafos del texto, sufren de una dislocación ideológica de interpretación: contra todos los detalles de los rostros y de la vestimenta de algunos indígenas tal como los describe Mansilla, los indios de Bernabó no tienen rostros diferenciados, siempre lucen descalzos excepto uno de ellos que calza bota de potro, sus cabelleras son muy prolijas, cortas y todas iguales, en general están de torso desnudo y cuando están parados siempre empuñan lanzas a pesar de que el autor dice explícitamente que dentro de su territorio los ranqueles no portaban lanzas.
Además, en todo el relato de Masilla de LVIII capítulos, sólo hay tres o cuatro situaciones de intento de agresión: una a lanza, otra a facón y otra verbal. En Bernabó tres de los cinco dibujos están expresando, directamente, esas tres situaciones.

El dibujo de Bernabó que reproducimos está relacionado con la Junta General de la Confederación Ranquelina que tuvo lugar cuando Mansilla volvía a Levucó con Baigorrita.
Es lo menos parecido posible a la imagen que nos da el autor de la excursión.
Compare nuestro visitante este dibujo de Bernabó con "el parlamento" de Bouchet ( para esto le pedía memoria en la sección anterior) y el texto de Mansilla. Observará que el orden de la indiada que describe Mansilla, está ausente. El coronel es el único que está sentado y flanqueado por lo que creo que serían un intérprete y un guardia; dos columnas humanas. Además está sentado sobre algo que parece ser una carona o algo así.. En resumen un "sitial" muy inteligentemente construido con cuerpos, uniformes y perspectiva.

Todos los indios "des-visten" iguales incluido el que está irritado pronunciando una frase que Mansilla pone en boca de Mariano durante del parlamento. Así que ese es Mariano Rosas que sólo se distingue de los otros por una pluma en la vincha que sabemos que no se usaba entre los ranqueles.
Parece que entre los indios no hay ni la más mínima diferenciación a pesar de todas las descripciones que Mansilla anuncia meticulosamente a lo largo y ancho de todo el libro.



Esta escena sigue los patrones interpretativos de Bernabó excepto en las vestimentas de los indígenas que ahora le sirven a él para dar énfasis al acto de violencia. A su vez los movimientos de la ropa suelta de los indios contrastan con el pulido, ajustado, rígido uniforme del ofendido.
Y más aun: observe el lector el alineamiento que une el facón con la punta incompleta del techo del rancho la que llega justo hasta el pecho del coronel. En resumen una magnífica estrategia visual para intensificar el mensaje de violencia.

Para no irnos con una puñalada en el pecho les presento la lámina de la tapa del libro.
¿Quien está saludándose con Mansilla? No se aclara aunque si buscamos en la lámina del parlamento donde "una de las columnas" es alguien vestido en la misma forma parece ser su lenguaraz ¿Mora, tal vez?
Son rostros amables, el único enojado es el perro.
Es evidente que el mensaje gráfico de Bernabó sobre los indios -cada uno a página completa- dice: indiferenciación, agresión e irritación. ¿Será Bernabó un digno representante del imaginario de los años treinta del siglo XX de nuestro país?
Parecería que casi a mediados del siglo XX, los aborígenes ya no son ni siquiera los héroes vencidos- aunque trastocados- de la generación del 80.

Palabras finales

Espero que nuestros visitantes hayan visto en esta presentación tanto las obras de arte que yo vi como las obras de manipulación periodística que, tal vez con buena voluntad, guían al lector a conocimientos definitivamente erróneos. Todas y cada una son dependientes y a su vez contribuyen a formar imaginarios que al parecer están muy relacionados con las épocas históricas por las que ha pasado nuestro país

Agradecimientos

A varias personas les debo algo en la confección de este capítulo. Quisiera nombrarlas a todas pero seguro que me olvido de alguien. De todas maneras mi agradecimiento está. Recuerdo el amable servicio de Documentación del Museo de Bellas Artes; a la señora Sandra Miguel, directora de la biblioteca del Museo de La Plata ; a los solícitos empleados de la biblioteca del Museo Etnográfico de la FFYL- UBA ; a la referencista Rosa Bloto del Museo Histórico Nacional; a la fotógrafa Graciela García Romero frustrada porque no pudo hacer su trabajo con las láminas coloreadas de Bouchet porque el libro se extravió mientras yo lo estaba trabajando y la profesora Norma Sosa con quien, entre e-mail y e-mail, fui argumentando sobre mi trabajo.

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