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miércoles, 27 de abril de 2016

Terrorismo: ERP asesina a Somoza en Paraguay


El ERP asesina a Somoza 


Enrique Gorriarán Merlo,
líder del ERP y operador
de la Operación Reptil 


Antecedentes del anticomunismo de Somoza
El general Anastasio Somoza Debayle, presidente de Nicaragua, era un firme anticomunista. La dinastía Somoza apoyó la caída del gobierno filo comunista de Guatemala de Jacobo Arbenz Guzmán, golpe organizado por los EEUU. Somoza también viajó a Taiwán a dar su respaldo al General Shan Kei Shek reconociendo a China Nacionalista como estado independiente, en las Naciones Unidas. 

En la invasión a Cuba por cubanos anticastristas que querían liberar a ese país en los años 60, Somoza prestó a EEUU, para la operación, el Puerto Cabezas (Nicaragua) desde donde embarcaría la Brigada Libertaria (Brigada 2506) para desembarcar luego en la Bahía de los Cochinos (Cuba). Esta ayuda provocó que Fidel Castro lo considerara enemigo personal y ayudara decididamente a los insurgentes marxistas del FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) con financiamiento, información y entrenamiento, para derrocarlo. 

Jimmy Carter acababa de asumir la presidencia de los Estados Unidos blandiendo la bandera de "la defensa de los Derechos Humanos". Los demócratas, veían que la mayoría de las naciones latinoamericanas estaban gobernadas por gobiernos militares de facto que ya habían cumplido su cometido en cuanto a eliminar el “peligro rojo” y ahora su estrategia hacía necesaria que se volviera a los gobiernos civiles democráticos. En Nicaragua, fracasados los intentos de convocar a un gobierno de coalición ("somocismo sin Somoza") y de repeler las acciones armadas de los sandinistas , Somoza al ser abandonado por su principal aliado (EEUU) , no tuvo más remedio que dejar el país en la madrugada del 17 de julio de 1979. 

Llegó a las islas Bahamas creyendo que volvería a Nicaragua, ya que el entonces embajador norteamericano Lawrence Pezzullo le había prometido a él y a sus allegados que permanecerían fuera no más de seis meses. Le había expresado que una vez que se instalara el nuevo gobierno civil y se pacificara la nación, regresarían. Esta esperanza se esfumó cuando los Estados Unidos le quitaron todo respaldo y Jimmy Carter lo abandonó a su suerte. 

Somoza no tuvo otra alternativa que acudir al presidente de Paraguay General Alfredo Stroessner y asentarse en Asunción, donde tramitó y logró el status de “exiliado político” de acuerdo al derecho internacional. El ex presidente no estaba aislado de los acontecimientos de la nueva Nicaragua. Un año más tarde, desde su exilio, difundiría su libro "Nicaragua Traicionada" en el que contaba con lujo de detalles, todas y cada una de las negociaciones que sostuvo con personeros de la Casa Blanca para que abandonara el país y la forma en que fue traicionado por los Estados Unidos. “Un día me darán la razón", dijo. 

Dos meses antes que lo asesinaran en Asunción, había desembolsado la suma de un millón de dólares en efectivo, para financiar la primera fuerza contrarrevolucionaria: "La Fuerza Democrática Nicaraguense" (FDN), que en su gran mayoría estaba conformada por ex guardias que habían huido a Honduras. Creía que un día podría regresar y se decidió combatir a los comunistas de su país desde Paraguay. 

Con el apoyo de funcionarios del gobierno de Stroessner, el General Somoza logró asentarse en una de las zonas residenciales más exclusivas de esa capital, sobre la Avenida General Francisco Franco, conocida también como la Avenida España. Un lugar de residencias enormes y lujosas, donde es raro ver circulando muchos vehículos y hasta gente a pie. 

Gorriarán Merlo y los sandinistas 
Un grupo del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) formado por Hugo Irurzún, alias capitán "Santiago" , Enrique Gorriarán Merlo, alias Comandante "Ramón" y aproximadamente otros cincuenta combatientes argentinos, que luchaban contra la Guardia de Somoza formando parte de la Columna Internacional del frente Sur del FSLN ( Frente Sandinista de Liberación Nacional ) fueron citados a Managua, luego de su toma, para planear el asesinato de Somoza. (1) 

Una vez aprobado el plan, el Directorio Sandinista desembolsó una suma considerable de dinero para que "el comando" se infiltrara en el Paraguay y cometiera el magnicidio. Calculamos entre 60 y 80.000 dólares el costo de la operación sobre la base del Libro “Somoza . Expediente cerrado” de Claribel Alegría y D. J. Flakoll . 

Los sandinistas sabían muy bien lo que estaban haciendo. Somoza era su archienemigo, tenía dinero para financiar a los ex guardias somozistas que seguramente se embarcarían en una contrarevolución, (como efectivamente sucedió después) y por ello constituía un peligro para sus planes . 
 
Entrenamiento del comando terrorista en Colombia 
El 15 de enero de 1979 en una finca alquilada a 2 horas de Bogotá, en Colombia, se inició el entrenamiento del comando terrorista. El curso comprendía tiro con las más diversas armas a cargo de Iruzúm, inteligencia y contra inteligencia urbana, ejercicios prácticos de chequeo y contra chequeo que se realizaban en la Capital, a cargo de Gorriarán. Además se instruía en karate, y se practicaba una dura gimnasia. La actividad era de 8 horas diarias, incluyendo los sábados. El curso se extendió por más de 3 meses al cabo del cual se seleccionó los integrantes del comando que realizarían el asesinato. 

En Paraguay. Preparación del operativo (Marzo/Agosto) 
En marzo de 1980, dos hombres y dos mujeres de nacionalidad argentina ingresaron a Asunción vía aérea desde Brasil. Mediante actividades de inteligencia lograron determinar la zona y luego la casa donde vivía Somoza. Se instalaron demostrando un gran nivel económico y posteriormente iniciaron tareas con distintos encubrimientos para conocer las actividades, horarios de sus movimientos, autos, personal de custodia, etc de su futura víctima. Después de un tiempo lograron ubicarse a 150 metros de la casa mediante el ardid de asociarse con un kiosquero (entregando buen dinero) dentro de cuya instalación podían estar desde la mañana a la noche vigilando sin que sospecharan. Desde allí tenían absoluto control visual de quienes entraban y salían, de las placas de los vehículos, etc. Hasta llegaron a seguir a Somoza, una noche, cuando éste salió a cenar con su “pareja” a un lujoso y discreto restaurante. 

En julio, uno de ellos, viajó a la Argentina para rescatar de uno de los arsenales que tenia el ERP: un FAL (Fusil Automático Liviano) dos pistolas Browing de 9 milímetros, explosivos, mecha lenta y granadas. Además desde otro lugar no especificado, probablemente Nicaragua, se enviaron un lanza cohete RPG-2, dos subametralladoras Ingram con silenciador y dos fusiles M-16. Por vía terrestre fueron entrados de contrabando desde Posadas, Argentina, a Encarnación, Paraguay, bajo la apariencia de repuestos para automóviles. Llegadas las armas a Asunción fueron enterradas en “embutes” (escondites) en las casas que habitaban los terroristas. 

Momentos finales (Agosto/Septiembre) 
Una de las mujeres integrantes del grupo, con dinero proveniente de Managua, alquiló una lujosa residencia ( expresando que era para Julio Iglesias que estaba por ir al país) próxima a la casa de Somoza en la Avenida España y frente al trayecto que éste hacía al desplazarse con sus vehículos. Después de varios días de incertidumbre ( por ausencia de quien sería la víctima), el 15 de septiembre lo volvieron a ver, saliendo para realizar gestiones de negocios, y se prepararon para la acción. 

Con una camioneta y dos autos que habían comprado, las armas, los pasaportes falsos , las radios portátiles y las claves de aviso, el grupo, luego de repasar los detalles de la operación y posterior escape, se preparó para ejecutar el atentado criminal al día siguiente. Ese día, Somoza debía encontrarse con unos empresarios y, aproximadamente a las 10.05 horas, salió en un Mercedes Benz blanco con su escolta. En la calle, delante de él se desplazaban seis autos particulares ajenos al atentado.
El día fatídico, la guardia de Somoza estaba diezmada. Había solo dos hombres que seguían el coche del general en un Ford Belina granate del comisario Francisco González León. González era el que acompañaba habitualmente a Somoza en el Mercedes. Desde hacía varios días no venía el vehículo Ford Falcon oficial que llevaba la guardia de cinco custodios. Estaba en reparaciones. Providencialmente para González, el general Somoza decidió ir solo con el colombiano Joe Baittiner, para hablar por el camino de sus negocios, conducidos por su chofer nicaragüense César Gallardo. 
La repercusión fue inmediata. Radio Sandino de Nicaragua difundía: "¡Acaban de ajusticiar al dictador Anastasio Somoza en Paraguay! ¡Ha muerto el genocida mayor de la dinastía Somoza! ¡A los catorce meses de haber huido de la justicia revolucionaria, Somoza ha sido ajusticiado por la solidaridad internacionalista. Este es un ejemplar acto de justicia! Se decretan tres días de alegría nacional..."
Los sandinistas no estaban seguros de su revolución porque Somoza los había desafiado. "Me voy, pero voy a volver. Van a pedirme de rodillas que vuelva", dijo en una de tantas entrevistas que concedió.
Al llegar al Paraguay, el 19 de agosto de 1979, dijo inclusive que lo hacía en forma temporal porque tenía planeado regresar.


El asesinato 
De repente, la camioneta de los terroristas chocó un auto de adelante provocando que la columna de autos se detuviera. El Mercedes quedó detenido frente a la casa alquilada por los magnicidas – como lo habían planeado- y desde allí, Gorriarán con un M16 disparó contra el auto, que no era blindado. Murió el chofer, siguieron más disparos, los custodios sólo alcanzaron a protegerse y en ese instante , Irurzún disparó un proyectil con el lanzacohetes RPG2 (de origen ruso) que falló y de inmediato otro que impactó en el auto produciéndose un fuerte explosión que destrozó el vehículo. Somoza fue asesinado ese 16 de septiembre fuera de su país, por terroristas argentinos al servicio de Fidel Castro y del gobierno marxista de Daniel Ortega, en plena calle y delante de una ineficaz y desprevenida custodia. Este hecho fue conocido como "Operación Reptil". El auto quedó completamente destruido pero el motor permaneció en marcha, la explosión mató a Somoza, su asesor financiero el colombiano Jou Baittiner y su chofer civil César Gallardo.Cuando los guardaespaldas intentaron reaccionar, ya era tarde.  "Todo se produjo en segundos. Bajé de mi coche y corrí para tratar de auxiliar al general, pero enseguida vi como estallaban los vidrios y se esparcían como lluvia. Vi a uno de los hombres enmascarados que saltaron la muralla. Para mí que usaron silenciadores porque solo se veía cómo se iba destruyendo el vehículo", dijo el comisario González en una entrevista.
Después vino la deflagración final, que estremeció el barrio, a la altura de la avenida España entre Venezuela y América, oída a 20 cuadras a la redonda. Somoza tenía un coche blindado que no usaba.
La agencia noticiosa argentina Telam (con Christian Torres y Tito Saucedo) fue la primera en divulgar la noticia al exterior desde un viejo télex de la dirección de ABC. 


 
Una infografía publicada por ABC al día siguiente del asesinato de Somoza. Se reportaba que fue ejecutado con precisión matemática. Cuando se abrió el semáforo de Venezuela, dos terroristas se corrieron hasta la muralla (2 y 3). Se parapetaron y ametrallaron a quemarropa el auto (4). Otro (Irurzún), desde el porsche de la vivienda, echó rodilla en tierra y con una bazuca disparó una granada que estalló dentro del auto (6) e hizo volar por los aires el cuerpo del chofer Gallardo, que quedó humeante en el pavimento (7). El auto rodó lentamente hasta la construcción vecina y se detuvo entre escombros de materiales (8). Tras tirotearse con los guardaespaldas (9), los terrorista huyeron (10). 


Según el relato de los testigos, su cuerpo presentaba desgarros en el cuello. Tenía el pecho abierto y su rostro como una careta, desprendido de la cabeza, casi irreconocible. Sus cuerpos quedaron carbonizados. Cuando los médicos forenses le hicieron la autopsia su cuerpo estaba en tal estado que examinaron los pies, según la información de los medios paraguayos. Tras el divorcio con su esposa, Anastasio continuó viviendo con su amante Dinorah Sampson. Fue enterrado en Miami en la cripta Somoza Portocarrero. En su funeral decenas de nicaragüenses y cubanos exiliados en Florida acompañaron a la verdadera viuda ante la sociedad: Hope Portocarrero, sus hijos y otros parientes como la madre de Tachito; Salvadorita DeBayle viuda de Somoza.
 
Se especula que su fortuna ascendía a más de $1000 millones de dólares, otros afirman que la riqueza de Somoza llegó a $5000 millones, aunque nunca se supo a ciencia cierta cuánto era en realidad, ya que las empresas familiares y bienes tanto en Nicaragua como en el exterior, no fueron contados en su totalidad. Aparentemente el patrimonio de Somoza era tan grande, que no se sintió afectado al momento en que se divorció de Hope Portocarrero, a pesar que para eso tuvo que entregarle a ella; $200 millones de dólares y una pensión vitalicia de 50 mil dólares mensuales. Tenía importantes negocios en Nueva York, Texas y varios países de Europa. Somoza ocultó su fortuna astutamente en decenas de bancos en Suiza, Las Bahamas, Estados Unidos entre otros países.


Estado del automóvil Mercedes Benz de Somoza 
 
 


La huida
Volviendo a Asunción, momentos después de la huida exitosa del grupo, Irurzún decidió volver a la casa para rescatar cuatro mil dólares olvidados. Al verlo, unos vecinos lo denunciaron a la policía que lo ubicó por sus distintivos rasgos fisonómicos (era alto y pelirrojo) y lo mató a tiros. El resto de los integrantes del grupo del ERP, luego de algunos contratiempos y ayudados por comunistas paraguayos, lograron evadir los controles y escapar del país. De los siete autores del atentado, solo cuatro quedan vivos. Tres permanecen ocultos en el anonimato. Enrique Gorriarán, el cabecilla, estuvo preso un tiempo (por el caso Tablada), pero ya salió en libertad.
Habían huido en la camioneta Chevrolet que se descompuso sobre la calle América y se vieron obligados a detener el Mitsubishi Lancer del argentino Carbone. Casi no cabían en el vehículo.
En Recoleta buscaron un vehículo escondido, y dos de ellos -los guerrilleros Osvaldo y Santiago- bajaron en Itá Enramada. Osvaldo cruzó en una lancha a la Argentina.
El "camarada" Ramón (Enrique Gorriarán) bajó cerca de un hotel donde se encontró con "Julia", mientras que "Susana" se encontró con Roberto Sánchez Nadal, alias "Armando", en un estacionamiento del centro de Asunción.
La policía de Stroessner ofreció por todos los medios de comunicación una recompensa de 5.000.000 de guaraníes (con el dólar a 160) al que diera información sobre ellos. 

Las fronteras fueron clausuradas, pero los servicios de seguridad de Stroessner desnudaron una deficiencia desconocida antes por el público.
Los argentinos no pudieron abandonar el país por varios días. Fueron interrogados. La caza terminó en agresión y represión de paraguayos, quienes sufrieron todo tipo de abusos y confiscaciones de bienes en los meses que siguieron, durante la llamada "Operación Rastrillo".
En todos los centros urbanos y áreas rurales, los ciudadanos debieron abrir sus casas a policías y militares. Con el régimen de miedo y su inescrupulosidad característica, los efectivos se alzaron con armas, dinero, joyas, muebles y todo lo que encontraron a su paso.
Los guerrilleros no tuvieron muchas dificultades para cruzar a la Argentina, como el caso de Susana, Armando y Osvaldo, en tanto que Julia y Ramón sufrieron algunos contratiempos y recién pudieron cruzar la frontera brasileña con su apertura, un par de semanas después. La guerrillera Ana también pudo cruzar al Brasil.
Todos lograron volar y reencontrarse en Madrid.
La insurgente "Julia" relató que apenas pudo salvarse de la policía, porque fue plenamente identificada por la inteligencia argentina, que no acertó sin embargo en su nombre. Ana, Julia y Osvaldo viven hoy con otros nombres. Susana y Armando murieron en el ataque a La Tablada, en Buenos Aires.
Del asesinato, Gorriarán dijo después que el hecho no se hubiera producido si Somoza no amenazaba volver. "Te juro que no fue venganza. Si Somoza, por ejemplo, no hubiese querido retomar el poder y hubiese, no sé, decidido irse a vivir en España. No hubiéramos hecho esta acción. Por eso insisto que fue en el contexto de la contrarrevolución; no es un atentado individual..." 

Sumario
Como podemos ver, los terroristas no respetaron gobiernos ni las fronteras para realizar sus acciones criminales. Aunque como dijera el Dr Balbín, en nuestro país los terroristas “querían ser revolucionarios con seguro de vida”, es decir que ellos podían matar a traición, con crueldad, impunemente, de cualquier forma, pero a ellos no se los podía matar….. Extraña concepción de una guerra no convencional (sin reglas sólo para una parte). 

(1) Los revolucionarios de Nicaragua decían que habían tomado el Poder para derrotar a una dictadura e implantar un gobierno “de derecho”, ( democrático). Si hubiera sido realmente cierto, deberían haber juzgado al “dictador depuesto” y haber solicitado su extradición por los delitos imputados . Sin embargo , no lo hicieron así y enviaron – posiblemente a cambio de dinero- a un grupo de terroristas argentinos de su misma ideología para asesinarlo en un país extranjero, sin importar el status de exiliado. 

(Daniel Ortega, líder de la revolución en Nicaragua había jurado que Somoza no regresaría. Su plan criminal era no quedar comprometido, cosa que finalmente no pudo lograr al ser identificados los autores y su procedencia). 



Fuente
“NUESTRA HISTORIA-70” - BOLETÍN Nro 76.
ABC Color





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