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martes, 25 de abril de 2017

ARA: El Irizar vuelve a zarpar de una puta vez...

El Irízar vuelve a zarpar tras casi 10 años
HARÁ UN VIAJE DE 3 DÍAS PARA PROBAR EL NUEVO EQUIPAMIENTO INCORPORADO EN LA MODERNIZACIÓN

Edgardo Aguilera - Ámbito Financiero



RESURRECCIÓN. Tras el incendio de 2007, regresa finalmente a los mares el rompehielos insignia de las campañas antárticas.

El 10 de abril de 2007 el rompehielos ARA "Almirante Irízar" se incendió sin que su comandante, capitán de fragata Guillermo Tarapow, pudiera combatir las llamas que lo devoraron dejándolo inservible. Hoy, tras largos años de reparaciones en el astillero Tandanor, la nave insignia de las campañas antárticas retorna a la vida marinera. Con la pleamar, el Irízar zarpará del muelle de alistamiento del astillero hacia una zona de operaciones entre la bahía de Samborombón y la ría de Puerto Belgrano. En la navegación de tres días se probarán todos los mecanismos luego de una reparación y modernización que pasará a la historia como la más extensa que se conoce: duró 9 años. A su regreso a puerto, el viernes 28, se prevé la visita a bordo del presidente Mauricio Macri junto a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, siempre que las agendas lo permitan. Vidal colaboró de buenos oficios para el dragado del muelle donde el escaso calado impedía el movimiento del buque hacia el río. La gestión ayudó a reducir los tiempos de salida al mar. El ministerio de Transporte a cargo de Guillermo Dietrich, responsable de mantener el calado de los accesos a los puertos, no contaba con dragas en servicio, situación que estiraba sin fecha cierta el plazo de partida del Irízar. Por intermedio de Vidal el astillero Tandanor contrató equipamiento de la empresa Roman, contratista del Gobierno provincial en el mantenimiento de los puertos más importantes, entre ellos Mar del Plata.

Tras el siniestro del Irízar y con Nilda Garré a cargo de Defensa, el Gobierno de Néstor Kirchner tomó la decisión de reconstruirlo y arrendar buques privados para reemplazarlo en el abastecimiento de las bases antárticas.

La decisión iba en línea con ocupar mano de obra nacional e impulsar la planta de Tandanor que Kirchner re-estatizó luego de haber sido privatizada por Carlos Menem. El actual ministro de Defensa, Julio Martínez, entonces diputado presidente de la Comisión de Defensa, criticó esa medida y proponía la adquisición de un buque usado, más moderno. Argumentó que con el dinero gastado en la reparación más el que se pagaba por el alquiler de naves privadas para la logística antártica, alcanzaba para comprar un rompehielos. Voces oficiales dicen que la modernización y la reparación costaron al país 150 millones de dólares. La cifra definitiva puede tener variantes porque el proceso de modernización y reparación sufrió readecuaciones de presupuesto, entre ellas por el cambio de la dirección del proyecto y de varias contratistas clave, por caso las que se ocupaban del recambio de la planta de generación eléctrica, el conexionado y los tableros de distribución. Parafraseando el epitafio de las tumbas de guerra, el número final es "sólo conocido por Dios". Los marinos saben que habrá novedades que corregir al término de la navegación de prueba. Se espera la máxima velocidad en la respuesta del taller a los ajustes para continuar con la parte más difícil, el testeo del navío en aguas heladas. Entre otras modificaciones se aumentó el espacio de habitabilidad en 400 m2, se amplió el sector de laboratorios, lo que permitirá incrementar las investigaciones científicas a bordo.

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