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jueves, 6 de abril de 2017

Malvinas: El desembarco de la APBT desde el ARA Santa Fé


El ARA Santa Fé y la Unidad de Tareas 40.1.4 en el marco de la Operación Rosario
El Snorkel
Autor: Christian Alfredo Widmann
Profesor de Historia (Universidad Nacional del Comahue)
Colaborador elSnorkel.com



Mástiles del ARA Santa Fé (profundidad Snorkel)


Introducción:

Próximos a un nuevo Aniversario de la Guerra de Malvinas, debe reconocerse que mucho se ha dicho y escrito sobre las acciones de las Fuerzas Especiales de ambos países en el marco de la misma. Las tropas de comandos del Ejército Argentino (EA) tempranamente vieron sus experiencias plasmadas, por ejemplo, en el ya clásico “Comandos en Acción”. [2] Las acciones del SAS y del SBS británicos, tienen abundante literatura “propia”.[3] Entrado el Siglo XXI y generalizado el acceso a Internet, han empezado a aparecer referencias desconocidas por el gran público, análisis de versados profesionales y valiosísimos testimonios de los protagonistas mismos de las acciones. No parece poder decirse lo mismo de las acciones desarrolladas por el arma submarina de ambos países, pero especialmente Argentina, aunque ciertamente algunas publicaciones tan innovadoras como reveladoras han empezado a ver la luz con el Siglo XXI. [4]

Así, hemos visto detalladas explicaciones de operaciones de FFEE o de combates entre ellas: la frustrada Operación Mikado, la exitosa Operación Prelim, la casi-desastre Operación Paraquat, entre las del SAS; numerosas incursiones, instalación de POs y vigilancia de guarniciones por parte del SBS; el combate de Top Malo House entre el Mountain and Arctic Warfare Cadre de los Royal Marines y una patrulla mixta de las Compañías de Comandos 601 y 602; la incursión de la APCA en las playas de Port Harriet y su épica caminata nocturna hasta Moody Brook como parte de la Operación Rosario, la patrulla mixta APCA/APBT del capitán Camiletti que reconoció por tierra el sitio del desembarco británico, etc.[5] Poco menos se ha podido saber de operaciones que quedaron “en gateras” o no llegaron a ejecutarse; entre ellas sobresalen la Operación Buitre (que –aparentemente- debería haber estado a cargo de tropas de APCA y APBT sobre la zona de San Carlos en la segunda mitad de Junio de 1982), las incursiones continentales de SAS y SBS, el asalto de la Península de Cambers en la noche del 13 de Junio (justo en coordinación con el asalto de las últimas posiciones del RI Nº7 en Wireless Ridge), las acciones del personal del GOE (Grupo de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea Argentina, FAA) o –muy recientemente- la supuesta injerencia de tropas de empleo especial estadounidenses en el conflicto.[6]

En lo referente a la operación militar que permitiera la recuperación de las Islas Malvinas y al ejercicio de la Soberanía Nacional[7] sobre ellas, hay un grupo que ha sido injustamente relegado en cuanto a menciones sobre su accionar. Se trata del ARA Santa Fé y la UT 40.1.4, un grupo de hombres de la Agrupación Buzos Tácticos de la ARA, que –en la madrugada del 2 de Abril, realizaron una proeza digna de resaltarse, en lo que a operaciones militares se refiere.[8]

Una nota aparte merecen las referencias geográficas en este texto. Mayormente he mantenido el uso de los nombres que los planificadores argentinos le daban a las referencias geográficas que necesitaban ubicar en sus esquemas. Así, por ejemplo, Puerto Stanley nunca fue Puerto Argentino, la “playa roja” siempre se conoció por Yorke (Este u Oeste). Puerto Enriqueta, es una traducción literal de Port Harriet, tal como Punta Caballo lo es de Horse Point (al sur de la capital isleña). En todo caso, es posible echar un vistazo al documento “The Toponymy of the Falkland Islands as recorded on maps and in gazetters.”[9]

El planeamiento:

Desde Diciembre de 1981, los Altos Mandos de las tres Fuerzas Armadas habían decidido abordar el planeamiento de una operación militar sobre las Islas Malvinas, como alternativa al devenir de las conversaciones sobre Soberanía que se sostenían con Gran Bretaña y que-hasta ese momento- parecían estancadas casi definitivamente. Para Enero del año siguiente, ese planeamiento había comenzado a avanzar rápidamente, especialmente a partir de la existencia de planes previos en el marco de la ARA/IMARA, y a partir de numerosos aportes de material de inteligencia provistos por la Cancillería y la FAA.[10] Las opciones empezaban a decantarse casi definitivamente por el uso de grupos de “fuerzas especiales” (FFEE) contra objetivos cláve, acompañadas de un masivo desembarco mas o menos cerca de la Capital y un consecuente puente aéreo que volviera impensable cualquier atisbo de resistencia por parte de la doble guarnición de Royal Marines que custodiaban la capital insular.[11] Esencialmente, era una operación de la ARA.

En Marzo de 1982, se produce el incidente de “los chatarreros” en las Georgias del Sur, el cual es extrañamente tergiversado y exagerado por las autoridades británicas en Malvinas[12], generándose un pico de tensión entre ambos gobiernos, no alcanzado desde la década anterior. Para la tarde del 23 de Marzo, la situación se ha vuelto tan volátil que el Gobierno Argentino decide evaluar la posibilidad de adelantar la operación militar; para ello, los mandos operativos de la ARA informan que tal eventualidad es factible de ser puesta en marcha, no antes del 28 por la mañana, con fecha probable de desembarco (DIA D) para el 1º de Abril. [13]

En lo que respecta a las Fuerzas Especiales que estaban implicadas en el operativo, se había decidido que todas las disponibles en la ARA tomaran parte del mismo. Es válido mencionar que –en su seno- conviven dos organizaciones diferentes. Una, es la APCA (usualmente conocidos como “Comandos Anfibios”), otra es la APBT (Conocidos como “Buzos Tácticos”)[14]. Ambas agrupaciones parecen hacer tareas similares, aunque –en realidad- poseen orígenes distintos que marcan –así- naturalezas y misiones diferentes. En resumida síntesis, la APBT recluta sus miembros entre el personal de marinería de la ARA, mientras que la APCA los recluta entre los de Infantería de Marina (IMARA); la proverbial rivalidad entre “los bichos verdes” y sus pares de “marinería”, seguramente se ha vuelto un condimento en la rivalidad que –hasta el día de hoy- impide la conformación de un cuerpo común, tal como se pensara a niveles de Mando con posterioridad a la Operación Rosario.

La Operación en marcha: ARA Santa Fé y APBT a la mar.

Durante mucho tiempo, como ya fue dicho, ha resultado muy difícil reunir información sobre “el servicio silencioso” de la ARA. Afortunadamente, en los últimos años esto parece ir revirtiéndose, y hechos inéditos (desconocidos, pero quizá sospechados) van saliendo a la luz. En este sentido, debe decirse que existe una publicación titulada “Malvinas. La Odisea del submarino Santa Fé” que expone e ilustra las acciones protagonizadas por esta unidad y sus tripulantes entre fines de 1981 y su destrucción y captura en Georgias del Sur en Abril de 1982, y en la misma basamos buena parte de la información que a continuación se expone.[15]

El ARA Santa Fé había regresado a puerto luego de ejercitaciones con la Armada de Uruguay, hacia el 22 de Marzo con ciertos problemas irresueltos en sus cámaras frigoríficas y destiladores (que se sumaban a una seguidilla de problemas y novedades varias que llevaban meses produciéndose, y que sumaría el de “baterías agotadas” después del 7 de Abril). En esa fecha su Capitán, el CC Bicaín, había recibido órdenes de aprontar la nave a la brevedad para partir a realizar “operaciones especiales” que no revestían el carácter de ejercicios. En la noche del 26 al 27, esas tareas estaban cumplidas al haberse completado la carga de combustible y una “estiba extra” de alimentos para 6 días de navegación. La subrepticia llegada y abordaje de una docena de Buzos Tácticos al mando de su propio jefe, el CC Cufré, en horas de la madrugada, completaría el cuadro de alistamiento.


El ARA Santa Fé visto desde un avión del COAN

Poco antes de las 09:00hs del 27 de Marzo (más de 24 hs antes que el grueso de la Fuerza de Tareas 40 –FT 40- que llevaría el peso de las acciones anfibias el 2 de Abril), el ARA Santa Fe zarpó con su carga de Buzos Tácticos a bordo. Las órdenes de que disponían (conocidas ya en navegación) en cierto sentido los independizaban del resto de la Operación en marcha, ya que aún asignándoles un rol crucial (y quizá excesivo) en la misma, les imponía la misión de conducir reconocimientos en territorio malvinense aún si la acción militar principal se cancelaba.
En lo que hace a la APBT, para el 27 de Marzo de 1982, tenía sus efectivos divididos en –al menos- cinco grupos distintos.[16] En primer lugar, por tratarse de personal de marinería, algunos hombres de la Agrupación revistaban en tripulaciones de ciertos navíos de la ARA; en segundo lugar, un grupo de ocho hombre al mando del TF Diego García Quiroga, se hallaba en Baterías coordinando su asignación a una patrulla conjunta con personal de la APCA que debería ocupar ciertos objetivos clave en la zona urbana de Puerto Argentino; en tercer lugar, un pequeño destacamento de entre cinco y siete efectivos, al mando del TF Emilio Safi, debía ser “embarcado en el Cabo San Antonio y debía realizar, de ordenarse, el ´relevamiento hidrográfico expeditivo´ de la playa a utilizar en el desembarco”[17]; un cuarto grupo mixto APBT/APCA –denominado “Grupo Alfa”- se hallaba destacado en el sur del país al mando del TN Alfredo Astiz a la espera de poder ejecutar la Operación Alfa, e incluía a nueve efectivos de la agrupación; por último, una patrulla de entre once y catorce Buzos Tácticos, al mando del propio Jefe de la APBT CC Alfredo Cufré, se embarcó en el submarino ARA Santa Fé para ejecutar su parte de la Operación.[18] En total, puede afirmarse que la Agrupación destinó al cumplimiento de las misiones asignadas en el marco de la Operación Rosario, a un mínimo de 35 efectivos, que probablemente trepen hasta unos 50, si tenemos en cuenta los desplegados en algunos buques de la Flota de Mar (FLOMAR) que constituían la FT 40.[19]

Quizá a partir de los problemas recurrentes en el ARA Santa Fé, o quizá por procedimiento de operación de las unidades de su clase (el otro SSK Clase GUPPY era el ARA Santiago del Estero, radiado ya del servicio para entonces), la navegación se hizo en superficie durante todo el día 27. Después del mediodía del 28 de Marzo, la totalidad de las unidades navales de la FT 40 estaban ya en camino hacia el sur y fue allí cuando el submarino rompió el silencio de radio “para informar nuestra posición (aproximadamente 224 millas al sud-oeste de Mar del Plata) de acuerdo con la orden de operaciones recibida.” [20] .

El día 29, luego de una navegación ralentizada por persistentes vientos de proa (del Sur), el personal al mando del CC Cufré tuvo oportunidad de ejercitarse en el armado de sus botes, asi como en la prueba de sus armas de fuego. Poco después, se recibió información actualizada de inteligencia sobre el objetivo y -en horas de la tarde- un avión S-2 Neptune de la Aviación Naval sobrevoló al submarino. [21] Poco después “Un fuerte temporal del sector sur con ráfagas de viento de hasta 55 millas se desató en el Atlántico Sur… El submarino comenzó a zarandearse (…) No había. Pues, mas remedio que sumergirse a plano profundo `para capear el temporal (…) recién al alcanzar los 50 metros dejó de sacudirse, permitiendo descansar a la tripulación que no estaba de guardia.” [22] El haber zarpado mas de 24 horas antes que el resto de la Flota, en un submarino, en un rumbo casi directo hacia Malvinas, determinarían que, mientras el resto de la Fuerza de Tareas se viera en la necesidad de capear ese fuerte temporal que atrasaría la ejecución de la operación en 24 hs, el ARA Santa Fé estuviera en posición frente a Puerto Stanley (que pronto mudaría su nombre) en las primeras horas del día 31[23]. “A las 11 de la noche del 31, estando a snorkel, observamos que todo era normal: una pequeña ciudad en funcionamiento. Pero el operativo se tuvo que postergar porque el buque de superficie con la fuerza de desembarco no llegaba por el mal tiempo. Pasamos todo para el día siguiente.”[24]



Visto en retrospectiva, da la impresión que las misiones asignadas en el planeamiento original a la Unidad de Tareas de Cufré eran demasiadas. En primer lugar, estipulaba que la fuerza de Buzos Tácticos debía desembarcar en una playa al Este del poblado, casi sobre el Istmo que une la península del Aeropuerto con el resto de la isla[25]. A partir de allí, la UT 40.1.4, tenía cuatro objetivos asignados: ocupar el istmo y bloquear cualquier intento de acceso desde el poblado, asegurar la pista del Aeropuerto (Objetivo “Zulu”), demarcar la playa en la cual desembarcaría la fuerza anfibia principal (UT 40.1.1 y UT 40.1.2), y ocupar el faro de Cabo Pembroke. Para haber contado con alrededor de una docena de efectivos, y suponiendo que la totalidad de estas asignaciones debían ser cumplidas en las cinco o seis horas nocturnas que van desde su propio desembarco hasta el amanecer (el plan había previsto inicialmente que los anfibios con los efectivos del BIM Nº2 tocaran tierra a la 06:00hs), ciertamente parece un exceso. [26] En todo caso, con la llegada de las unidades navales a las cercanías de la capital insular, la sorpresa táctica estaba perdida.

Ya el día 31 de Marzo, las máximas autoridades embarcadas se habían reunido abordo del ARA Santísima Trinidad para analizar ya fuera la cancelación o la ejecución con modificaciones de la Operación (que aún seguía sin nombre). A resultas de la misma, entre esa noche y la mañana siguiente se impartieron nuevas órdenes las que, en el caso del ARA Santa Fé y de su carga de Buzos Tácticos implicaba que “De acuerdo a lo fijado en la reunión mantenida en la mañana (…) era necesario modificar la misión asignada al Capitán Cufré. Ello se hizo en el turno de radio establecido a las 12:00, ordenándole que solo debía marcar la playa de desembarco, que era Yorke Oeste (…) había que prever oposición. Por lo tanto se les anulaba la tarea de capturar el faro y controlar el objetivo ´Zulu´.”[27]

La hora de la acción

En la tarde del 1º de Abril, el ARA Santa Fé había cambiado su ubicación: abandonó las aguas al sur de del Aeropuerto y se dirigió a un punto intermedio entre Mengeary Point (Punta Celebroña) y Cabo Pembroke, justo en la zona donde estaría operando el cuerpo principal de la FT 40. Por defectos masivos ocurridos con el sistema de corriente alterna del submarino[28], los equipos de radio, el radar, el girocompás y otros elementos dejaron de funcionar, impidiendo al submarino “transmitir”, pero no “escuchar”, lo que devino en la imposibilidad de informar el cambio en la zona de desembarco: “… convinimos con Cufré cambiar la zona de desembarco por otra al norte de la península y nos dirigimos a un punto frente a Punta Celebroña.”[29]


El Faro/Baliza de Pt Celebroña (Mengeary Point) visto desde el mar

Con el comienzo de la noche de ese 1º de Abril, “…sacamos el periscopio, no había nada, ni un auto que se moviera, ni una luz. La sorpresa se había acabado, pero había que desembarcar sí o sí, era la orden. Yo tenía que bajar. Y decidimos hacerlo por el otro lado de la isla, con botes de goma y con el submarino en superficie. Éramos 14.” [30]


Poco antes de las 02:00hs del 2 de Abril, el submarino emergió desde la profundidad de snorkel en la que se hallaba [31]; los Buzos Tácticos armaron y abordaron sus botes: “Una vez que los botes de goma estuvieron inflados y listos en el agua hubo serios problemas para hacer arrancar los motores fuera de borda. Finalmente los 13 hombres zarparon a las 03:35 de la madrugada del 2 de abril remolcando uno de los ´gomones´ que no había conseguido encender su motor para recorrer las 4 millas y media que los separaban de la costa (…) nuestros hombres contaban con una buena referencia para orientarse gracias a la inestimable ayuda de la baliza inglesa que aún permanecía encendida.” [32]
Dirigiéndose directamente hacia el Oeste, donde acertaron a encontrar una playa en inmediaciones de Charles Point, procedieron a re-equiparse, orientarse y analizar la situación con el objeto de realizar el tramo final en la forma más sigilosa posible hacia la playa que debían señalar. Aunque no se conocen mayores precisiones al respecto, quizá allí hayan decidido dejar el bote cuyo motor se rehusaba a arrancar, para continuar el cruce hasta las cercanías de Yorke Bay en solo dos de los gomones Zodiac. Tiempo después, un bote similar al usado por los Buzos Tácticos y los Comando Anfibios sería hallado en esa zona por personal de Comandos de la Compañía 601 del Ejército Argentino.

Pasadas las 04:30hs, los efectivos de Cufré se lanzaron a las aguas de Puerto Williams. Entre los puntos de referencia seguidos, no es improbable que las dos isletas Tussac ubicadas unos 600 o 700 metros al norte de la costa de la Península del Aeropuerto (a la izquierda de la trayectoria general Norte-Sur que iban siguiendo los botes) hubieran servido de referencia a los marinos. Para cuando los Buzos tocaron tierra en cercanías de Yorke Bay, sus peripecias de las últimas 36 horas, pero de esa noche especialmente, ya eran impresionantes; se habían desplazado desde el Submarino hasta la costa (probablemente la extensa playa de Hell´s Kitchen, unos 1.000 metros al Oeste de Mengeary Point, a su vez ubicado a no menos de 5.000 metros de distancia del ARA Santa Fé), navegando a oscuras en un mar de fondo, sobre costas con acantilados y rompientes traicioneras, en un área plagada de bancos de algas (especialmente –en esa zona- en las áreas cercanas a las puntas rocosas), para “embocar” una playa –seguramente identificada de antemano, aunque no incluida en el plan original- desde donde ejecutar un cruce de una importante lengua de agua, casi en las narices de una fuerza de desembarco que –ya a esa hora- se adentraba hacia su destino. Habían conseguido todo ello, manteniendo la coherencia y unidad de la patrulla, y –ahora- se disponían a cumplir la misión de señalado de la playa.

Poco antes de las 06:30hs, el Vehículo Anfibio a Orugas (VAO) LVTP-7 que encabezaba la columna que traía a la masa de los efectivos del BIM Nº2 (y al agregado del RI Nº25), tocó tierra en Yorke Oeste, abriendo el paso a una columna de dos decenas de vehículos anfibios. “Los Buzos Tácticos nos estaban marcando el lugar correcto. Mi vehículo pasó muy cerca de un hombre que tendido en la playa sostenía la señal luminosa (…) Sentí mucho orgullo y una profunda ternura al verlo (…) Tiempo después supe que era el Teniente de Fragata Buzo Táctico Carlos Robbio.”[33]


Vista aérea del Aeropuerto de Port Stanley. En el cuadrante superior izquierdo, se alcanzan a divisar los islotes Tussac y, nitidamente, la playa de arena en la que habría desembarcado la UT 40.1.4 (Autor desconocido)

Antes de las 07:00hs, el Aeropuerto (“Zulu”) estaba en poder de los efectivos argentinos, los que se avinieron a la tarea de despejarlo de los obstáculos desplegados por las fuerzas británicas y los isleños. La UT 40.1.4, habiendo formalmente cumplido con su misión, solicitó que se le asignara una nueva, por lo que –en conjunto con la tropa disponible del BIM Nº2 y del RI Nº25, mas la reserva heli-desembarcada poco después de las 07.25hs- se le ordenó rastrillar, despejar y asegurar toda la zona hasta el Faro de Cabo Pembroke, incluidas sus instalaciones (las cuales habían dejado de constituir un objetivo a partir de la reformulación de la acción). Para las 09:00hs, todo comenzaba a terminar. El Gobernador Rex Hunt había decidido parlamentar y –enfrentado a la cruda realidad de una inferioridad abrumadora de medios y hombres- aceptaba rendirse. Los Royal Marines prisioneros constituirían la última misión asignada a los hombres de Cufré: custodiarlos en el Aeropuerto y en el viaje en avión al continente.


Fuerzas Argentinas 2 de Abril, en Puerto Argentino. (Foto: Pablo Andreotti)

Conclusiones

En lo que respecta al ARA Santa Fé y su tripulación, el haber podido cumplir con las órdenes de inmediato despliegue a Malvinas para “operaciones reales”, con el pre-aviso de solo cinco días, en las condiciones de funcionamiento en que se hallaba la nave, y con los problemas de arrastre que –cierta e indiscutidamente- se incrementaron a apenas horas de lanzar a los Buzos Tácticos con un masivo fallo eléctrico abordo, constituyen una proeza en si misma. El haber logrado redefinir la operación sin más posibilidades que las habilidades de planeamiento de los dos CC Bisain y Cufré, haberla ejecutado en las narices de una fuerza naval que ignoraba su presencia (y que casi llega a abrir fuego sobre el ARA Santa Fé), y haber –luego- asumido sus labores de patrulla y vigilancia al Este de Cabo Pembroke, retornando a Mar del Plata hacia el 7 de Abril, no hacen mas que reforzar el carácter casi épico de esta empresa.

En cuanto a la Unidad de Tareas 40.1.4, integrada exclusivamente por personal de la APBT, recibió una asignación de tareas –en el marco de la concepción original del planeamiento- que parece excesiva a todas luces, para la cantidad de efectivos con que contaba, las distancias a recorrer, y los objetivos físicos a asegurar en un lapso de tiempo tan breve. Solo la pérdida de la sorpresa en los niveles estratégico y táctico, mas la fortuita tormenta que atrasara a la Fuerza de Tareas 40 (FT 40) en su singladura hacia Malvinas, permitió que su misión fuera cambiada y simplificada.

En el marco de la Operación Rosario propiamente dicha, el cambio de zona de desembarco implicó que los Buzos del CC Cufré no tropezaran en la playa de Surf Bay con los efectivos ingleses acantonados en sus cercanías[34]. Este cambio también supuso la necesidad de re-adaptar “el plan de acceso barco-costa”, que –ahora- debió incluir el obligatorio uso de referencias extras, la necesidad de tiempos más prolongados y la apelación a esfuerzos físicos más duros para los integrantes de la patrulla, todo lo cual pudo realizarse más que satisfactoriamente.

En el mismo sentido, debe agregarse que el retraso en el horario de acceso a la “zona crítica” (Yorke Bay, donde debían señalar la playa de desembarco), probablemente coadyuvó para que no encontrará efectivos ingleses que –se supo luego- también habían sido destacados allí en probable misión de observación y hostigamiento. Quizá, alguna observación apresurada podría referir que la UT 40.1.4 pudo hacer lo que hizo simplemente porque no encontró quien se le opusiera… lo cual puede ser cierto, aunque solo en parte, ya que hacer lo que se planea sin encontrar oposición, también es mérito de la fracción que pretende cumplir con una misión tal.

Como último punto, merece destacarse la muy notable capacidad de adaptación a situaciones radicalmente cambiantes del personal de una Agrupación como la APBT. Debe resaltarse que entre el momento del conocimiento de lo primeramente planteado para la UT 40.1.4 en el marco de la Operación, el lapso de embarque, la navegación (aproximación al objetivo), la redefinición de la misión y la ejecución de la misma, no pasaron más de tres semanas. Concretamente, los dos últimos (y críticos aspectos) se pusieron en práctica en un lapso no superior a las 18 o 24 horas… a bordo de un submarino que operaba en inmersión!!!

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