
Crisis del Beagle: La defensa aérea argentina
🇦🇷 Crisis del Beagle, 1978: La defensa aérea argentina en Tierra del Fuego.
🔺 21 cañones Bofors y ametralladoras en Ushuaia.
🔺 Misiles Tigercat en Río Grande.
🔺 Estrategia sin radares: vigías y observadores del aire.
Así se preparó Argentina para el conflicto del Beagle.
Pieza de Puerto Almanza
Para proteger los puntos estratégicos en el sur de Tierra del Fuego, particularmente en Ushuaia, que incluían el aeropuerto, la planta de combustibles Orion de YPF, la Intendencia Naval (con sus depósitos logísticos), el muelle y la Base Naval, se desarrolló una defensa aérea puntual. Esta se llevó a cabo utilizando cañones Bofors 40/60 y ametralladoras dobles de 20 mm.
Pieza de Monte Gallinero
Primero, fue necesario determinar la mejor ubicación para las baterías antiaéreas, colocándolas cerca de cada objetivo a proteger. Aunque el corredor marítimo estaba claramente delimitado por el Canal Beagle, las vías de aproximación aéreas tuvieron que establecerse de manera práctica. Para ello, se utilizaron dos helicópteros navales SA 316 B Alouette III (de la EAH1 bajo el mando del entonces TNCD Espilondo), sin limitaciones de horas de vuelo. Estas aeronaves sobrevolaban diariamente las zonas importantes junto al TFIM Marín, simulando los perfiles de ataque de aviones de bombardeo, para determinar la posición ideal de cada pieza antiaérea.
La defensa antiaérea se diseñó con la distribución de 21 montajes fijos de 40/60 mm Breda Bofors (bitubo tipo "B"), uno de ellos monotubo (tipo "C" de 1700 kg) y cuatro móviles (montados en afustes modificados de los antiguos cañones antitanque Krupp 88).
Baterías costeras en Tierra del Fuego
El sistema, meticulosamente planificado, se distribuyó de la siguiente manera:
- Siete (7) piezas en la península, protegiendo el viejo aeropuerto (el único en 1978) y la Base Aeronaval Ushuaia.
- Nueve (9) piezas en la Base Naval, defendiendo el Comando, la Intendencia Naval, el Hospital Naval y la Planta de Combustibles YPF "ORION". Aún se pueden ver restos de una pieza sobre el Hospital Naval y los terraplenes de protección de otras junto a la usina eléctrica auxiliar de la Base Naval y en el perímetro de la Intendencia Naval.
- Tres (3) piezas en Monte Gallinero (Batería Libertad), Ushuaia.
- Dos (2) piezas en Almanza (Batería 25 de Mayo).
- Se instalaron afustes complementarios con ametralladoras Browning de 20 mm en montajes dobles.
Monte Gallinero, Ushuaia
Las piezas estaban operadas por personal de mar y servicios, con cinco (5) hombres por cañón. Contaban con depósitos de munición listos (almacenes o santabárbaras) en las cercanías y parapetos o albardones defensivos.
Los montajes móviles utilizados en la defensa de Almanza permanecen allí con sus carros de transporte. Otros tres afustes fijos se encuentran almacenados cerca de los automotores de la Base Naval de Ushuaia, mientras que el resto se ha replegado y reutilizado como material ornamental.
En Río Grande, la cobertura antiaérea fue proporcionada por el Batallón de Artillería Antiaérea (BIAA) de la Infantería de Marina, con su batería de 12 cañones rápidos monotubo Hispano-Suizos de 30 mm (11 disparos por segundo) y tres lanzadores de misiles radioguiados Tigercat, casi en la Base Aeronaval "Almirante Quijada". Después de establecerse el área vital (que incluía la pista del aeropuerto) y las vías de aproximación aérea, se colocaron las bases lanzadoras triples de misiles en un triángulo isósceles, integradas a los cañones que cubrían todo el perímetro. Sin radares de detección temprana ni sistemas remotos de dirección de tiro, se desplegaron observadores del aire (ROA) y vigías adelantados. Estos se complementaron con una red más amplia que daba alarma a todo el dispositivo insular.
SAM Short Tigercat de la IMARA

Mientras tanto, en la Base Aeronaval Río Grande, se instaló la Central de Operaciones de Combate (COC) en un búnker especialmente construido. Este centro sería posteriormente reacondicionado y utilizado para coordinar casi todas las Operaciones Aéreas Navales de la Aviación Naval durante el conflicto en Malvinas.
En preparación para las operaciones, se acondicionaron varias pistas en las estancias cercanas para facilitar el despliegue de la Aviación Naval. Además, se construyeron sitios reforzados para proteger a las aeronaves aterrizadas, junto con sus respectivos depósitos de repuestos y municiones, garantizando así su operatividad bajo las difíciles condiciones de combate.

Más información en
- Gianola Otamendi, Alberto (2017), "Defensas costeras de Tierra del Fuego", Boletín del Centro Naval 845.
Otra gran deuda en las fuerzas armadas argentinas es la falta de un defensa antiaérea coordinada
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