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lunes, 3 de febrero de 2025

Estrategia: Enfrentado el desafío confrontativo ruso

Enfrentando el desafío ruso

Frederick W. Kagan, Nataliya Bugayova y Jennifer Cafarella

Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) y Proyecto de Amenazas Críticas (CTP) del American Enterprise Institute
Institute for War

Resumen ejecutivo

Rusia representa una amenaza importante para Estados Unidos y sus aliados, para la cual Occidente no está preparado. Occidente debe actuar con urgencia para hacerle frente, sin exagerar. Rusia hoy no tiene la fuerza militar de la Unión Soviética. Es un Estado pobre, con una economía aproximadamente del tamaño de la de Canadá, una población de menos de la mitad de la de Estados Unidos y tendencias demográficas que indican que perderá fuerza con el tiempo. No es un país militarmente similar a Estados Unidos, ni llegará a serlo. Su guerra no convencional y sus operaciones de información plantean desafíos enormes, pero no insuperables. Estados Unidos y sus aliados deben desarrollar un enfoque global coherente para enfrentar y superar el desafío ruso.

[Descargue el informe completo aquí y el Resumen Ejecutivo aquí .]




La amenaza rusa

El presidente Vladimir Putin ha invadido dos de sus vecinos, Georgia y Ucrania, en parte para impedirles alinearse con la OTAN y Occidente. También ha anexado ilegalmente territorio de ambos estados. Ha establecido una base militar en el Mediterráneo oriental que utiliza para interferir, moldear y restringir las operaciones de Estados Unidos y la coalición contra el ISIS. Ha dado cobertura al uso de armas químicas por parte de Bashar al Assad, y agentes rusos han utilizado armas químicas de uso militar en intentos de asesinato en Gran Bretaña. Rusia ha amenazado con utilizar armas nucleares, incluso en conflictos regionales y locales. Y Moscú ha interferido en las elecciones y el discurso político interno en Estados Unidos y Europa.

La eficacia de la amenaza rusa se debe principalmente a las debilidades de Occidente. Los miembros europeos de la OTAN no están cumpliendo plenamente sus compromisos con la alianza de mantener el poder de combate necesario para disuadir y derrotar el desafío emergente de Moscú. La creciente polarización política y la erosión de la confianza de los pueblos occidentales en sus gobiernos crean vulnerabilidades que el Kremlin ha explotado hábilmente.

El éxito de Moscú en la manipulación de las percepciones y reacciones occidentales ante sus actividades ha alimentado el desarrollo de un enfoque de la guerra que a Occidente le resulta difícil de entender, y mucho menos de contrarrestar. La configuración del espacio de información es el esfuerzo principal al que se subordinan con frecuencia las operaciones militares rusas, incluso las operaciones militares convencionales, en esta forma de guerra. Rusia oscurece sus actividades y confunde el debate de modo que mucha gente se da por vencida y dice simplemente: “¿Quién sabe si los rusos realmente hicieron eso? ¿Quién sabe si fue legal?”, paralizando así las respuestas de Occidente.

El programa de Putin

Putin no es simplemente un depredador oportunista. Putin y las principales instituciones de la Federación Rusa tienen un programa tan coherente como el de cualquier líder occidental. Putin enuncia sus objetivos en importantes discursos y sus ministros elaboran exposiciones formales detalladas de los objetivos militares y diplomáticos de Rusia y de sus esfuerzos y los métodos y recursos que utiliza para alcanzarlos. Estas declaraciones son coherentes con las acciones de los funcionarios y las unidades militares rusas sobre el terreno. La percepción común de que es oportunista surge de la forma en que el Kremlin establece las condiciones para alcanzar esos objetivos de antemano. Putin sigue de cerca la situación interna e internacional y decide ejecutar los planes cuando y si las condiciones lo requieren y favorecen. Los objetivos de la política rusa pueden resumirse en lo siguiente:

Objetivos nacionales

Putin es un autócrata que busca conservar el control de su Estado y de la sucesión. Busca mantener contento a su círculo de poder, conservar su propia popularidad, suprimir la oposición política interna con el pretexto de bloquear una “revolución de colores” que falsamente acusa a Occidente de preparar, y expandir la economía rusa.

Putin no ha arreglado la economía, que sigue siendo corrupta, ineficiente y dependiente de las exportaciones de productos petroquímicos y minerales. En cambio, se ha concentrado en poner fin al régimen de sanciones internacionales para obtener el dinero, los conocimientos y la tecnología que necesita. Las operaciones de información y las iniciativas de guerra híbrida en Europa están fuertemente orientadas a ese objetivo.

Objetivos externos

Los objetivos de política exterior de Putin son claros: acabar con el dominio estadounidense y el orden mundial “unipolar”, restablecer la “multipolaridad” y restablecer a Rusia como potencia y agente global. Considera a la OTAN un adversario y una amenaza y busca negarla. Su objetivo es romper la unidad occidental, establecer la soberanía rusa sobre los antiguos Estados soviéticos y recuperar una presencia global.

Putin trabaja para romper la unidad occidental invalidando la disposición de defensa colectiva del Tratado del Atlántico Norte (Artículo 5), debilitando la Unión Europea y destruyendo la fe de las sociedades occidentales en sus gobiernos.

Está restableciendo una presencia militar global similar en extensión a la de la Unión Soviética, pero con objetivos diferentes. No está promoviendo una ideología ni estableciendo bases desde las cuales proyectar un poder militar convencional a gran escala. Su objetivo es, más bien, limitar y moldear las acciones de Estados Unidos utilizando pequeñas cantidades de tropas y agentes junto con sistemas avanzados antiaéreos y antibuque.

Recomendaciones

Un enfoque estratégico estadounidense sólido hacia Rusia:
  • Su objetivo es alcanzar los objetivos fundamentales de seguridad nacional estadounidense de manera positiva en lugar de reaccionar defensivamente a las acciones rusas;
  • Aborda de manera integral todos los intereses de Estados Unidos a nivel mundial en lo que respecta a Rusia, en lugar de considerarlos teatro por teatro;
  • No intercambia los intereses fundamentales de seguridad nacional estadounidense en un teatro por los de otro, ni sacrifica un interés vital por otro;
  • Logra los objetivos estadounidenses por medios que no impliquen la guerra, si es que es posible;
  • Disuade la guerra nuclear, el uso de cualquier arma nuclear y otras armas de destrucción masiva (ADM);
  • Acepta el riesgo de un conflicto convencional con Rusia, pero trata de evitarlo y de controlar la escalada, garantizando al mismo tiempo que las fuerzas estadounidenses prevalecerán en cualquier nivel de escalada;
  • Impugna las operaciones de información rusas y las iniciativas de guerra híbrida; y
  • Extiende la protección y disuasión estadounidense a los aliados de Estados Unidos en la OTAN y fuera de ella.

Este enfoque implica cuatro líneas principales de esfuerzo.

Limitar los recursos de Putin. Rusia utiliza estrategias de guerra híbridas debido a su relativa pobreza y a su incapacidad para desplegar sistemas militares grandes y modernos que puedan desafiar a los Estados Unidos y a la OTAN de manera simétrica. Levantar o reducir el actual régimen de sanciones o facilitar de alguna otra manera el acceso de Rusia a la riqueza y la tecnología podría dar a Putin los recursos que necesita para montar una amenaza convencional mucho más significativa, un objetivo que perseguía a principios de la década de 2000, cuando los altos precios del petróleo y la ausencia de sanciones lo hacían parecer posible.

Desmantelar las operaciones híbridas. Identificar, exponer e interrumpir las operaciones híbridas es una tarea factible, aunque difícil. Es probable que se necesiten nuevas estructuras en el ejército de los EE. UU., el Departamento de Estado y posiblemente el personal del Consejo de Seguridad Nacional para:

  1. Coordinar esfuerzos para identificar y comprender las operaciones híbridas en preparación y en curso;
  2. Elaborar recomendaciones de acción contra las operaciones híbridas que el gobierno de Estados Unidos ha identificado pero que aún no son de conocimiento público;
  3. Responder a la exposición inesperada de operaciones híbridas por parte de terceros, independientemente de si el gobierno de EE. UU. sabía sobre las operaciones o no;
  4. Identificar de antemano la campaña específica y los objetivos estratégicos que se deben perseguir cuando el gobierno de los EE.UU. expone deliberadamente una operación híbrida en particular o cuando terceros exponen operaciones híbridas de un determinado tipo en un área determinada;
  5. Dar forma a la respuesta del gobierno de los EE. UU., particularmente en el espacio de la información, para impulsar los efectos de reacción de la exposición de una operación híbrida particular hacia el logro de esos objetivos identificados; y
  6. Aprender lecciones de las operaciones antihíbridas pasadas y actuales, mejorar las técnicas y prepararse para futuras evoluciones de los enfoques rusos en coordinación con aliados y socios.

Estados Unidos también debería desarrollar un enfoque de operaciones de contrainformación que utilice sólo la verdad contra las narrativas rusas destinadas a sembrar discordia en Occidente y socavar la legitimidad de los gobiernos occidentales.

Deslegitimar a Putin como mediador y convocante. Para Putin es vital que se le reconozca como uno de los polos de un orden mundial multipolar. Es parte de la grandeza que promete al pueblo ruso a cambio de quitarle su libertad. Para él, obtener un “lugar en la mesa” de las iniciativas lideradas por Occidente no es suficiente, porque busca transformar fundamentalmente el sistema internacional. Considera condescendiente el mero hecho de que se le ofrezca un lugar en la mesa de Occidente.

Ha ganado mucha más legitimidad como socio internacional en Siria y Ucrania de lo que su comportamiento justifica. Se beneficia del deseo constante de los líderes occidentales de creer que Moscú los ayudará a salir de sus propios problemas si se aborda el asunto de la manera correcta.

Estados Unidos y sus aliados deben reconocer que Putin es un adversario declarado que busca debilitarlos, dividirlos y perjudicarlos, nunca fortalecerlos ni ayudarlos. Ha dejado en claro, con palabras y hechos, que sus intereses son antitéticos a los de Occidente. Por lo tanto, Occidente debería dejar de tratarlo como un socio potencial y, en cambio, exigirle que demuestre que puede y quiere actuar para promover los intereses de Occidente, en lugar de perjudicarlos, antes de entablar conversaciones con él en los niveles más altos.

Occidente no debe negociar intereses en una región a cambio de la ayuda de Putin en otra, aun cuando haya razones para creer que en realidad sería útil. Quienes trabajan en la política estadounidense en Siria y el Levante deben reconocer que Estados Unidos no puede permitirse el lujo de subordinar su política global con respecto a Rusia a la búsqueda de intereses limitados, por importantes que sean, en Oriente Medio. Reconocer a Putin como mediador o convocante en Siria (para limitar las actividades de Irán en el sur de ese país, por ejemplo) es un precio demasiado alto que hay que pagar por socavar una estrategia global coherente ante la amenaza rusa. Concederle credibilidad en ese papel allí refuerza su credibilidad en su autoproclamado papel de mediador en lugar de beligerante en Ucrania. El trueque de intereses es inaceptable.

Estados Unidos tampoco debería dialogar con Putin sobre Ucrania hasta que éste se haya comprometido públicamente, de palabra y obra, a cumplir con lo que debería ser la demanda mínima no negociable de Occidente: el reconocimiento de la plena soberanía de todos los antiguos estados soviéticos, incluida específicamente Ucrania, dentro de sus fronteras a partir de las fechas de su admisión como países independientes en las Naciones Unidas, y la renuncia formal (incluida la derogación de la legislación rusa pertinente) a cualquier derecho a interferir en los asuntos internos de esos estados.

Defender a la OTAN. La creciente amenaza rusa exige mayores esfuerzos para defender a la OTAN contra amenazas convencionales e híbridas. Todos los miembros de la OTAN deben cumplir sus compromisos en materia de gasto en defensa y deben estar preparados para ir más allá de esos compromisos y desplegar las fuerzas necesarias para defenderse a sí mismos y a otros miembros de la alianza. La base rusa en Siria plantea una amenaza a las operaciones occidentales en Oriente Medio que son esenciales para proteger a nuestros propios ciudadanos y nuestra seguridad contra las amenazas terroristas y contra Irán. Ni Estados Unidos ni la OTAN están en condiciones de proteger el Mediterráneo ni de luchar por el acceso a Oriente Medio a través del Mediterráneo oriental. La OTAN debe prepararse ahora para desplegar fuerzas adicionales que le permitan ganar esa batalla.

Occidente también debería eliminar toda la ambigüedad posible del compromiso de la OTAN de defender a los Estados miembros amenazados por una guerra híbrida. La Declaración de Bruselas de 2018, que afirma la intención de la alianza de defender a los Estados miembros atacados por una guerra híbrida, fue un buen comienzo. Estados Unidos y otros Estados de la OTAN con ejércitos más fuertes deberían ir más allá y declarar que acudirán en ayuda de un Estado miembro atacado por medios convencionales o híbridos, independientemente de si se activa formalmente el Artículo 5, creando así una coalición preventiva de los que estén dispuestos a disuadir la agresión rusa.

Negociaciones bilaterales. Reconocer que Rusia es un adversario y una amenaza autodefinidos no excluye las negociaciones directas. Estados Unidos negoció varios tratados de control de armamentos con la Unión Soviética y también ha negociado con otros enemigos autodefinidos. Debe mantener abiertos los canales de comunicación y la voluntad de trabajar junto con Rusia en áreas bilaterales en las que sea posible un acuerdo real y verificable, aun cuando se niegue a conceder legitimidad a la intervención rusa en conflictos fuera de sus fronteras. Esas áreas podrían incluir las armas nucleares estratégicas, las operaciones cibernéticas, la interferencia en las elecciones, el tratado sobre fuerzas nucleares intermedias y otros asuntos relacionados con tensiones y preocupaciones directas ruso-estadounidenses. Es poco probable que cualquier negociación dé frutos en este momento, pero no hay necesidad de negarse a hablar con Rusia sobre estos y otros temas similares con la esperanza de sentar las bases para discusiones más exitosas en el futuro.


martes, 31 de diciembre de 2024

Estrategia de disuasión: ¿Quién tiene ventajas en armas tácticas nucleares?

Reevaluando los arsenales: ¿Quién tiene la ventaja en armas nucleares tácticas?

Autor: Evgeny Fedorov
Revista Militar

 

Cuatro a uno

Vale la pena comenzar con un pensamiento paradójico. A pesar de que el peligro de una guerra nuclear está prácticamente al alcance de la mano, no hay un significado especial en el uso de armas de destrucción masiva. Con reservas, como siempre. Estamos hablando de armas nucleares tácticas y, por ahora, únicamente del teatro de operaciones militares en Ucrania. Todo se centra en la dispersión de las formaciones de combate en ambos lados del frente.

Las armas nucleares tácticas (ANT) se desarrollaron inicialmente como una herramienta para compensar la escasez de personal y equipo de combate. En su momento, la OTAN temía enormemente al Ejército Soviético, bien equipado y numeroso, lo que la obligó a mantener un sólido arsenal de ANT. La Unión Soviética, entre otras cosas, también contaba con armas similares para un posible conflicto con China. Los ataques nucleares tácticos al enemigo estaban destinados a eliminar una buena cantidad de personal, algo que a los chinos les sobraba. Para todos los escenarios planteados, se asumían métodos clásicos de guerra con la concentración de una gran cantidad de equipo y personal militar en la dirección del ataque principal. Estos eran los objetivos para los que se practicaban las armas nucleares tácticas.

Los eventos de la operación especial obligaron a abandonar cualquier concentración de personal. Esto es válido tanto para la línea del frente como para la retaguardia profunda. Por lo tanto, si estamos hablando del uso de armas nucleares tácticas contra el ejército ucraniano, se requeriría llevar a cabo una serie completa de ataques. De lo contrario, no tendría sentido hablar de conveniencia militar: un único ataque sería simplemente una declaración política más. Una serie de ataques sucesivos a lo largo de la línea del frente podría realmente diezmar las filas de las Fuerzas Armadas de Ucrania, pero muchos civiles morirían con ellos. Recordemos que ahora la mayoría de los eventos de la operación especial se están desarrollando en los nuevos territorios de Rusia, lo que significa que los civiles del otro lado del frente son potencialmente ciudadanos rusos.

Otra cuestión son las armas nucleares tácticas para fines militares en Europa. Si la OTAN habla abiertamente sobre la inevitabilidad de una guerra con Rusia casi en esta década, entonces, ¿tal vez no valga la pena esperar y atacar primero? Para los estadounidenses, por ejemplo, una de las opciones para usar armas nucleares tácticas es la "desescalada de un conflicto hipotético". Sin embargo, dejemos todas las discusiones sobre la conveniencia de ataques en Europa o los Estados Unidos al liderazgo político-militar más alto de Rusia. Lo principal en esta situación es entender cómo nuestras Fuerzas Armadas pueden sorprender desagradablemente al enemigo.

Poco más que nada se sabe sobre los arsenales de armas nucleares tácticas de Rusia y los Estados Unidos. A diferencia de las armas nucleares estratégicas, nadie ha contabilizado las municiones tácticas. El último intento de limitar las ANT ocurrió en 1991 por iniciativa de Mijaíl Gorbachov. Ya como presidente de la URSS, propuso a los estadounidenses reducir simétricamente las municiones especiales tácticas en buques de guerra, submarinos, aeronaves y sistemas de defensa. La última posición requiere aclaración. Las unidades de combate especiales de los misiles antiaéreos podrían usarse para repeler un ataque masivo enemigo y también permitían alcanzar el grupo de satélites del adversario. Lo más probable es que una parte considerable de las ANT de la defensa aérea aún se almacenen en depósitos.

Después de 1991, la historia con las limitaciones mutuas de armas nucleares tácticas de Rusia y Estados Unidos está envuelta en oscuridad. Parece que los estadounidenses redujeron sus municiones de 11.500 a 500. Ahora hay unas 200 bombas aéreas del tipo B-61 (modificaciones -3; -4; -10) en Europa, distribuidas en Alemania (Büchel, más de 20 unidades), Italia (Aviano y Ghedi, 70-110 unidades), Bélgica (Klein-Brogel, 10-20 unidades), Países Bajos (Volkel, 10-20 unidades) y Turquía (Incirlik, 50-90 unidades). El Pentágono mantiene otras cien bombas en reserva. Un centenar de "Tomahawks" con ojivas especiales están a disposición de la flota naval de EE.UU. Pero nadie puede verificar la veracidad de estas cifras. El liderazgo ruso declara una reducción once veces mayor en los arsenales de armas nucleares tácticas. De 1991 a 2011, los depósitos disminuyeron de un gigantesco número de 22 mil ojivas a dos mil.

Escalada

Como se mencionó anteriormente, actualmente no hay una necesidad urgente de usar armas nucleares tácticas en Ucrania. Lo mismo no se puede decir sobre las instalaciones militares en el territorio de los países de la OTAN. El principio aquí es bastante simple: cuantos más unidades enemigas se desplieguen cerca de la frontera rusa, más bombas nucleares e Iskanders aparecerán cerca. Rusia es incapaz, a priori, de combatir al bloque completo de la OTAN en igualdad de condiciones: no hay suficientes recursos humanos o materiales. Por eso, se apuesta por las armas nucleares tácticas. De ahí que los proyectiles especiales rusos estén desplegados en Bielorrusia.


Posibles objetivos para el Oreshnik ruso

El enemigo no se queda quieto. En primer lugar, la producción de bombas nucleares B61-12 está aumentando activamente y las bases estadounidenses en Europa están siendo reequipadas con ellas. Esta bomba guiada de alta precisión se considera actualmente la munición no estratégica más peligrosa del ejército estadounidense. La próxima modificación, la B61-13, con una ojiva ampliada de la versión 7 y un sistema de corrección de la 12, está en camino. La capacidad del producto prometedor superará los 340 kilotones, lo que permite considerar la bomba como un arma estratégica.

En segundo lugar, las armas nucleares están acercándose gradualmente a las fronteras de Rusia, lo que no puede considerarse otra cosa que una etapa de escalada. Los aeródromos avanzados en Polonia (bases aéreas de Malbork, Lask, Minsk-Mazowiecki, etc.) y los estados bálticos (bases aéreas de Zokniai, Lielvarde, Emari) han sido preparados para la reubicación de aviones portadores y municiones especiales. Hablando de aeronaves, hay unos 400 portadores potenciales de las bombas aéreas de la familia B61 en Europa. Algunos comentaristas dicen que los misiles nucleares para los sistemas S-300 y S-400 han sido retirados del servicio de combate en Rusia. Parece que ya es hora de devolver los productos especiales a nuestros artilleros antiaéreos.

Otro signo de la escalada inminente es la inquietud en Occidente sobre el desequilibrio en el número de armas nucleares tácticas entre Estados Unidos y Rusia. En el extranjero, afirman que Estados Unidos tiene 250 armas nucleares. Esto es dos veces menos de lo mencionado anteriormente. No se menciona dónde ocultó el Pentágono otros 250 elementos. La narrativa promovida sobre la ventaja casi diez veces mayor de Rusia en armas nucleares tácticas no es más que un llamado a poner en marcha la maquinaria del complejo militar-industrial occidental. Reequiparse lo más rápido posible con las últimas B61-12 y llevar la versión 13 a plena capacidad operativa. Los medios trabajan en sintonía con las disposiciones de la "Nuclear Posture Review" de 2022. En este documento, los estadounidenses afirman que "los competidores de EE.UU. continúan expandiendo, diversificando y modernizando sus fuerzas nucleares, al tiempo que aumentan su dependencia de las armas nucleares".

La carrera de armamento nuclear táctico ha comenzado oficialmente. Es la más peligrosa debido a la falta casi total de control por ambas partes. Actualmente, Rusia tiene una ventaja seria, pero podría desaparecer en cuestión de años. Y entonces será muy difícil para la OTAN resistir la tentación de lanzar un primer ataque desarmador. Especialmente porque los preparativos ya han comenzado.


martes, 15 de octubre de 2024

EA: La vuelta al entrenamiento constante y vamos por más

Maniobras extensas del EA








Sean Eternos los Laureles

El Ejército Argentino, desde hace más de dos siglos, sirve a la Patria y tiene como razón de ser la preparación de su personal y organizaciones para emplearlas en forma disuasiva o efectiva contra amenazas estatales militares externas.



El Ejército tiene como responsabilidad permanente alistar, adiestrar y sostener los medios puestos a su disposición a fin de garantizar su eficacia de empleo. Esto significa que, en tiempos de paz, quienes integran el Ejército Argentino se preparan de manera constante para la ejecución de operaciones militares.



El alistamiento es un proceso para prevenir, preparar y disponer una fuerza militar y sus medios para llevar a cabo una misión determinada. Incluye disponer de la capacidad militar de los recursos humanos y materiales para realizarla, y las acciones necesarias para proveer los elementos y llevar a cabo los preparativos que permitan el empleo de las unidades.



Este adiestramiento es un proceso mediante el cual se mantiene y mejora la capacidad individual y de conjunto para ejecutar una tarea militar determinada a fin de solucionar un problema militar operativo. Podrá ser específico (solo del Ejército), conjunto (con una o más fuerzas armadas) o combinado (con fuerzas armadas de otros países).



Incluye preparación para combatir en los distintos climas y terrenos, la realización de cursos militares individuales y de conjuntos, el desarrollo de ejercicios en las unidades militares o campos de instrucción e innumerables actividades operativas y técnicas.



El sostenimiento es el conjunto de actividades que tiene por objeto hacer a las fuerzas tan independientes de sus bases como sea posible, manteniendo sus características fundamentales: movilidad, capacidad de destrucción, flexibilidad y permanencia en la zona de operaciones.
En forma permanente y en toda la extensión del territorio nacional se desarrollan ejercicios operacionales por todas las unidades y grandes unidades de la Fuerza Operativa del Ejército. Asimismo los institutos militares de formación y perfeccionamiento dependientes de la Dirección General de Educación incluyen en sus planes de estudios las actividades de adiestramiento necesarias para cumplir con el proceso que les permita alcanzar el perfil necesario para integrarse a la fuerza.



El principal valor de esta preparación de permanente alistamiento, adiestramiento y sostenimiento es que posibilita alcanzar y mantener la aptitud para el combate. Este hace del Ejército una Fuerza cuyos integrantes están específicamente preparados profesional y personalmente para actuar en defensa de la Patria, y de los valores que sostiene la Institución.


jueves, 10 de octubre de 2024

Análisis: ¿Por qué evitamos la guerra en el Beagle y aceptamos Malvinas?

El juego de la gallina en las crisis del Beagle y Malvinas




En su exhaustivo análisis titulado “Predicting the Probability of War During Brinkmanship Crises: The Beagle and the Malvinas Conflicts” (haga clic aquí), Alejandro Luis Corbacho explora una cuestión intrigante en la historia reciente de Argentina: ¿por qué el país evitó la guerra con Chile en el conflicto del canal de Beagle, pero eligió confrontar militarmente a Gran Bretaña en el conflicto de las islas Malvinas? El trabajo de Corbacho ofrece una respuesta innovadora a esta pregunta al enfocarse en cómo las presiones políticas internas y las dinámicas de supervivencia del régimen autoritario argentino influyeron en las decisiones de los líderes.

El concepto central que guía el análisis de Corbacho es el brinkmanship o "juego de la gallina", una estrategia de riesgo en la que un país desafía los compromisos de otro con la esperanza de que retroceda para evitar la guerra. Según la teoría clásica, desarrollada por el politólogo Richard Ned Lebow, las guerras en este tipo de crisis surgen principalmente de percepciones erróneas: un país malinterpreta la resolución de su adversario y actúa bajo el supuesto de que éste cederá ante la amenaza de conflicto. Sin embargo, Corbacho introduce una perspectiva diferente. En su análisis, argumenta que en algunos casos, como en el de las Malvinas, no fue la mala interpretación de la disposición británica a defender las islas lo que llevó a la guerra, sino las presiones internas dentro de Argentina. Estas presiones impulsaron a la junta militar a arriesgar una confrontación con un poder superior como parte de un desesperado intento por mantener su control en medio de una crisis política interna.


 

Un análisis comparativo de las crisis

Para abordar esta cuestión, Corbacho utiliza una metodología comparativa, examinando dos crisis que involucraron a Argentina durante el régimen militar: el conflicto del canal de Beagle con Chile en 1978 y el conflicto de las islas Malvinas con Gran Bretaña en 1982. Aunque ambos eventos tuvieron similitudes superficiales —ambas fueron crisis de brinkmanship, y ambas involucraron disputas territoriales históricas—, los resultados fueron marcadamente diferentes. Mientras que la crisis del Beagle fue resuelta pacíficamente, el conflicto de las Malvinas resultó en una guerra devastadora para Argentina. A través de un análisis detallado de estos dos casos, Corbacho busca entender qué factores llevaron a estos resultados tan distintos.

Las diferencias internas que marcaron otro resultado 

El estudio de Corbacho revela que el contexto político interno fue fundamental para determinar el desenlace de ambas crisis. En 1978, durante la crisis del Beagle, la junta militar argentina estaba bajo presiones, pero no enfrentaba una amenaza existencial tan severa como la que experimentaría cuatro años más tarde. Aunque había tensiones con Chile por el control de las islas del canal de Beagle, la dictadura militar contaba con una relativa estabilidad interna, lo que permitió a sus líderes actuar con mayor cautela. Además, la diplomacia internacional —particularmente la intervención del Papa Juan Pablo II, quien ofreció su mediación— proporcionó una salida viable para evitar el conflicto armado sin que los líderes argentinos perdieran legitimidad o poder.


En cambio, el contexto del conflicto de las Malvinas fue completamente diferente. Para 1982, el régimen militar argentino estaba profundamente debilitado. La economía del país estaba en declive, y el gobierno enfrentaba una creciente oposición interna. La junta militar, encabezada por el general Leopoldo Galtieri, necesitaba desesperadamente una victoria que pudiera restaurar su legitimidad y sofocar las crecientes críticas. Según Corbacho, la decisión de invadir las Malvinas fue vista por los militares argentinos como una operación de “rescate del régimen”, un intento de unificar a la nación en torno a una causa nacionalista y consolidar el apoyo popular en un momento de crisis interna.

El brinkmanship y las decisiones de guerra

Uno de los puntos clave del análisis de Corbacho es que, aunque la teoría de Lebow sobre el brinkmanship enfatiza la importancia de las percepciones erróneas del adversario, esta no puede explicar completamente por qué Argentina eligió enfrentar a un enemigo mucho más poderoso en el caso de las Malvinas. Si bien es cierto que los líderes argentinos subestimaron la resolución británica y malinterpretaron la probable respuesta de Estados Unidos, el factor determinante fue la presión política interna. En otras palabras, la junta militar no podía permitirse retroceder, independientemente de las señales que pudiera haber recibido de que Gran Bretaña no cedería fácilmente. La guerra se convirtió en la única opción viable para mantener su control sobre el país.

Este análisis se ve reforzado cuando se compara con el manejo de la crisis del Beagle. En ese conflicto, aunque había facciones dentro de la junta que favorecían una acción militar contra Chile, las presiones internas no eran tan agudas. Esto dio margen para la negociación y permitió que la intervención de terceros, como el Papa, influyera en el resultado. Según Corbacho, en el caso del Beagle, los líderes argentinos tenían más flexibilidad para maniobrar sin perder su posición de poder, lo que les permitió aceptar una solución diplomática en lugar de una confrontación militar.

 

Conclusiones

El trabajo de Corbacho ofrece varias conclusiones importantes para entender cómo y por qué Argentina actuó de manera tan diferente en estas dos crisis internacionales:

  1. Las presiones internas pueden ser más decisivas que las percepciones erróneas del adversario. Si bien la teoría del brinkmanship se centra en la mala interpretación de las intenciones del otro, Corbacho demuestra que en el caso de las Malvinas, la junta militar argentina estaba motivada principalmente por la necesidad de consolidar su poder frente a una amenaza interna. En ese contexto, las percepciones sobre la respuesta británica eran secundarias ante la urgencia de restaurar la legitimidad del régimen.

  2. La mediación internacional puede ser efectiva cuando las presiones internas no son abrumadoras. En el caso del Beagle, la intervención del Papa Juan Pablo II y el apoyo de la comunidad internacional proporcionaron una salida pacífica. Esto fue posible porque la junta militar aún tenía margen de maniobra política interna. En cambio, en el conflicto de las Malvinas, no hubo tal margen, y la guerra se volvió inevitable.

  3. La guerra de las Malvinas fue, en gran medida, un último recurso político. Corbacho sostiene que la decisión de invadir las Malvinas no fue simplemente un error de cálculo estratégico, sino una respuesta desesperada a una crisis política interna que amenazaba con desmoronar al régimen. La junta no vio otra opción viable para mantenerse en el poder.

  4. El papel de las potencias externas fue decisivo, pero limitado. En ambos conflictos, las potencias internacionales, especialmente Estados Unidos y el Vaticano, jugaron papeles importantes. Sin embargo, su capacidad para influir en los eventos estuvo limitada por la situación interna de Argentina. En el caso del Beagle, la presión internacional ayudó a evitar una guerra. En el caso de las Malvinas, los intentos de mediación de Estados Unidos fueron insuficientes para disuadir a los líderes argentinos, que ya habían decidido que la guerra era su única opción.

Lecciones para futuras crisis internacionales

El análisis de Corbacho tiene implicaciones más amplias para el estudio de las crisis internacionales y la política exterior. Una de las principales lecciones es que, en las crisis de brinkmanship, las decisiones de guerra no siempre se basan en percepciones erróneas sobre el adversario, sino que pueden estar profundamente influenciadas por factores políticos internos. Cuando los líderes enfrentan amenazas a su supervivencia política, pueden verse obligados a adoptar políticas arriesgadas, incluso si reconocen que es probable que el adversario no retroceda.

Además, el estudio destaca la importancia de la intervención diplomática en la resolución de crisis. En el caso del Beagle, la intervención del Papa fue crucial para evitar una guerra. Sin embargo, como muestra el caso de las Malvinas, la diplomacia solo puede tener éxito cuando las condiciones internas permiten a los líderes aceptar una solución negociada.

Finalmente, el trabajo de Corbacho ofrece una perspectiva valiosa sobre cómo las dictaduras militares pueden utilizar los conflictos externos como una estrategia de supervivencia política. En un contexto donde el poder del régimen está en declive, la guerra puede ser vista como una forma de restaurar la legitimidad y consolidar el apoyo interno, independientemente de las consecuencias a largo plazo.

En conclusión, el análisis de Corbacho proporciona una comprensión profunda de los conflictos de las Malvinas y el Beagle, y ofrece lecciones importantes para el estudio de las crisis internacionales. Al destacar el papel crucial de las presiones internas y la dinámica política, este trabajo desafía las explicaciones convencionales centradas en la percepción errónea del adversario y sugiere que, en algunos casos, la guerra es el resultado inevitable de un régimen en crisis.

lunes, 6 de marzo de 2023

Rusia: Fuerzas de cohetes estratégicos

Fuerzas rusas de cohetes estratégicos

Weapons and Warfare


 

  
RS-24 o Yars


Los nuevos ICBM incluyen los SS-27 Mods 1 y 2 (Topol-M y RS-24). El SS-27 Mod 1 es un misil de una sola ojiva, conocido en Rusia como Topol-M, que viene en variantes móviles (RS-12M1) o basadas en silos (RS-12M2). El despliegue del SS-27 Mod 1 se completó en 2012 con un total de 78 misiles: 60 misiles basados en silos con la 60.ª División de Misiles en Tatishchevo y 18 misiles móviles de carretera con la 54.ª División de Misiles de la Guardia en Teykovo.

El enfoque de la fase actual de la modernización de Rusia es el SS-27 Mod 2, conocido en Rusia como RS-24 o Yars, que es un SS-27 Mod 1 modificado (Topol-M) que lleva hasta cuatro múltiples objetivos independientes. vehículos de reingreso (MIRV). Tras el despliegue inicial en 2010-2012 de los primeros 18 misiles en dos regimientos con la 54.ª División de Misiles de la Guardia en Teykovo, el despliegue de la versión móvil SS-27 Mod 2 ya está en marcha en las divisiones de Novosibirsk y Tagil, donde fueron los primeros regimientos. en servicio de combate experimental en 2013-2014. Tagil ahora parece tener dos regimientos SS-27 Mod 2 operativos y Novosibirsk uno con un segundo en construcción, mientras que recientemente comenzó una actualización de la primera guarnición en Irkutsk. Se espera que una mejora en Yoshkar-Ola comience en 2017 finalmente.



Las declaraciones de los funcionarios rusos sobre el estado operativo del SS-27 Mod 2 en las distintas divisiones parecen ser optimistas y no se corresponden completamente con lo que observamos en las fotos satelitales. Por ejemplo, después de que el primer regimiento fuera puesto en servicio de combate experimental en Novosibirsk a fines de 2013, el plan ruso era que un segundo regimiento lo siguiera a fines de 2014 (TASS 2014). Pero a partir de enero de 2017, solo había un regimiento mejorado en Novosibirsk, y el segundo se encontraba en las primeras etapas de construcción. Un tercer regimiento todavía parece estar armado con el viejo SS-25. Asimismo, el Ministerio de Defensa ruso informó en diciembre de 2016 que el SS-27 Mod 2 había entrado en servicio en Yoshkar-Ola (Ministerio de Defensa de la Federación Rusa 2016a), pero ninguna de las guarniciones conocidas mostraba signos de haber sido mejorada todavía.

En nuestro Cuaderno nuclear FAS de 2016 sobre las fuerzas nucleares rusas, estimamos que Rusia desplegó 63 SS-27 Mod 2 móviles y 10 basados ​​en silos para un total de 73 (Kristensen y Norris 2016). Funcionarios rusos dijeron que las Fuerzas de Cohetes Estratégicos recibieron otros 23 misiles durante 2016 (TV Zvezda 2016b), lo que elevaría el total a 96 SS-27 Mod 2. Pero las fotos satelitales a fines de 2016 solo mostraron guarniciones completamente mejoradas para 45 lanzadores móviles (dos en Teykovo, dos en Targil y uno en Novosibirsk) y quizás 12 silos Kozelsk, para un total de 57 misiles desplegados. La discrepancia podría depender de la cantidad de lanzadores para el segundo regimiento de Novosibirsk, el primer regimiento de Irkutsk, el primer regimiento de Yoshkar-Ola y los misiles restantes para el segundo regimiento en Kozelsk.



Los funcionarios rusos también han descrito el desarrollo de una versión compacta del SS-27 Mod 2, conocida como YarsM o RS-26. Se suponía que la 29.a División de Misiles de la Guardia en Irkutsk sería la primera en estar equipada con el RS-26, pero el despliegue se ha retrasado. También se retrasó una prueba de vuelo programada en 2016. También se rumoreaba que la 7ª División de Misiles de la Guardia en Vypolzovo era una ubicación potencial para el RS-26, pero los funcionarios ahora hablan de las actualizaciones en Irkutsk y Vypolzovo que involucran a Yars, que presumiblemente se refiere al SS-27 Mod 2 original y no compacto.

Los funcionarios de defensa rusos han declarado que una versión basada en rieles del SS-27 Mod 2, conocida en Rusia como Barguzin, se encuentra en desarrollo de diseño temprano. Un escritor de Jane's Defense Weekly especuló a principios de 2016 que el programa podría haberse retrasado o incluso cancelado debido a la crisis financiera de Rusia (Novichkov 2016), pero Interfax informó de una prueba de eyección en noviembre de 2016 y se dice que el primer vuelo está previsto para 2017 (Interfax 2016).

Proyecto de Defensa de Misiles, "Misiles de Rusia", Amenaza de Misiles, Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, publicado el 14 de junio de 2018, última modificación el 15 de junio de 2018, https://missilethreat.csis.org/country/russia/ .

miércoles, 7 de septiembre de 2022

Azerbaiyán: La estrategia de disuasión

Arsenal emergente de disuasión de Azerbaiyán

Oryx
 






Por Stijn Mitzer y Joost Oliemans


Han aumentado las tensiones entre Irán y Azerbaiyán por el impuesto de circulación impuesto a los camioneros iraníes que quieren ingresar a Armenia a través de Azerbaiyán, por los vínculos de Azerbaiyán con Israel y los planes para un corredor que une el enclave de Nakhchivan de Azerbaiyán con el Azerbaiyán continental. La ocurrencia de este último podría hacer que Teherán pierda su conexión con Armenia por completo, lo que dificulta su acceso al mercado regional. Si bien las tensiones actuales entre Teherán y Bakú hasta ahora se han limitado a tensiones diplomáticas y ejercicios militares a lo largo de sus respectivas fronteras, algunos temen que las crecientes tensiones entre los dos países algún día puedan convertirse en un conflicto regional total.
 
A principios de octubre, Teherán lanzó una serie de ejercicios a lo largo de su frontera norte con Azerbaiyán. Aunque presumiblemente destinados a enviar un fuerte mensaje a Bakú, los Chieftain MBT, BMP-1 IFV, M577 APC y M109 SPG de la década de 1960 cubiertos por ZSU-23 SPAAG hicieron poco para impresionar a los espectadores internacionales. Sin embargo, imágenes posteriores también revelaron el despliegue de misiles balísticos de corto alcance, y el equipo poco impresionante no representa con precisión las decenas de municiones merodeadoras y misiles balísticos recientemente desarrollados que han entrado en servicio con las fuerzas armadas de Irán en los últimos años.

Si bien el extenso arsenal de misiles y drones de Irán ha recibido mucha atención, Azerbaiyán también mantiene un arsenal emergente de disuasión. Además de ser uno de los más modernos y capaces de la región, combinando equipos modernos de fuentes como Israel, Turquía y Bielorrusia, también es uno de los de más rápido crecimiento. En los últimos años, Azerbaiyán también ha iniciado el desarrollo de varios tipos de armamento guiado, incluyendo hasta ahora el diseño y la producción de una serie de bombas y misiles guiados. Esta lista tiene como objetivo catalogar estos tipos de armamento actualmente en servicio de Azerbaiyán.

(Haga clic en el equipo para obtener una imagen de ellos en el servicio de Azerbaiyán)

Misiles guiados (antitanque)


Municiones de merodeo

  • Quzğun [Alcance: 7 km] [ojiva de 0,5 kg]
  • STM Kargu [Alcance: 10 km] [ojiva de 1,3 kg]
  • Zarba [Alcance: 15 km] [ojiva de 2,5 kg]
  • Orbiter-1K [Alcance: 100 km] [ojiva de 3 kg] (En servicio con el Servicio de Fronteras del Estado)
  • Zarba-K [Alcance: 100 km] [Ojiva nuclear de 3 kg] (En servicio con el Servicio Estatal de Fronteras. Versión fabricada en Azerbaiyán del Orbiter-1K)
  • İti Qovan (versión fabricada en Azerbaiyán del Orbiter-1K)
  • SkyStriker Early [alcance: 100 km] [ojiva de 5 o 10 kg] (en servicio con el Servicio de Fronteras del Estado)
  • SkyStriker Late [alcance: 100 km] [ojiva de 5 o 10 kg] (en servicio con el Servicio de Fronteras del Estado)
  • IAI Harop [Alcance: 1000 km] [ojiva de 23 kg] (En servicio con el Servicio de Fronteras del Estado) 
  • Munición merodeadora desconocida (1)
  • Fatum (Aún no visto)

Artillería remolcada

 

Artillería autopropulsada


(Sin guía) Múltiples lanzacohetes


(Guiado) Múltiples Lanzacohetes


Misiles balísticos

 

Misiles de crucero

  • SOM-B1 [2021] [Alcance: más de 250 km] (Para uso de aviones de ataque Su-25)
 

Armamento aire-tierra guiado

  • QFAB-50-ISAB [Alcance: Hasta 65 km] (Para uso de aviones de ataque Su-25)
  • QFAB-100-SAB [Alcance: Hasta 65 km] (Para uso de aviones de ataque Su-25)
  • QFAB-250-LG [Alcance: más de 12 km] (kit de guía láser Aselsan LGK integrado en una bomba QFAB-250 producida en Azerbaiyán. Para uso en aviones de ataque Su-25)
  • QFAB-250-KAB [Rango: ?] (Para uso de aviones de ataque Su-25)
  • QFAB-250-SAB [Rango: ?] (Para uso de aviones de ataque Su-25)
  • FAB-50-KAB [Alcance: 25 km o 50 km con un propulsor de cohetes] (Para uso de aviones de ataque Su-25)
  • FAB-75-KAB [Alcance: más de 30 km o más de 60 km con un propulsor de cohetes] (para uso de aviones de ataque Su-25)
  • Bomba de racimo deslizante Konteyner-250/10 (para uso de aviones de ataque Su-25)
  • Bomba guiada desconocida (1) [Rango: ?] (Para uso de aviones de ataque Su-25)
  • Bomba guiada desconocida (2) [Rango: ?] (Para uso de aviones de ataque Su-25)
  • MAM-L [Alcance: ~15 km] (Para uso de UCAV Bayraktar TB2)


Sistemas de guerra electrónica

  •  Groza R-934UM2 [Alcance: Hasta 65 km] (Para uso de aviones de ataque Su-25)
  • Koral (Documentado por algunas fuentes, aún no visto)

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