
1971, en el submarino Tipo Guppy IA USS "Chivo" se iza por primera vez el pabellón argentino al ser bautizado como ARA "Santiago del Estero" para la Armada Argentina.
Operación Corina: El intento de hundimiento del ARA Santiago del Estero
El 4 de marzo de 1973, en un operativo clave para la seguridad nacional, la Policía de la Provincia de Buenos Aires frustró una de las conspiraciones subversivas más peligrosas de la época: la llamada “Operación Corina”. El objetivo de este grupo extremista, perteneciente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), era hundir el submarino ARA "Santiago del Estero" en la Base Naval de Mar del Plata y ejecutar ataques coordinados en diversos puntos estratégicos de la ciudad. Este atentado formaba parte de un plan más amplio para sembrar el caos en el país en vísperas de las elecciones generales del 11 de marzo de 1973. Sin embargo, una investigación meticulosa y la rápida acción policial lograron desarticular la célula terrorista antes de que pudiera llevar a cabo su cometido.
El submarino GUPPY IA S-22 ARA "Santiago del Estero" S-22, ex-USS
"Chivo" SS-341, en navegación. El ARA "Santiago del Estero" se incorporó
a la Armada Argentina y se desprogramó en 1981. No obstante ello dió
servicio de guerra en 1982, durante el Conflicto del Atlántico Sur, al
ser empleado como señuelo cuando sigilosamente se lo remolcó fuera de la
Base Naval Mar del Plata y se lo ocultó, para sembrar desconcierto en
el enemigo y hacerlo creer que el submarino estaba operando en alta mar.
El allanamiento que desbarató la operación tuvo lugar en un chalet ubicado en la esquina de Matías Strobel y Blas Parera, en pleno Parque Luro. Allí, efectivos de la Unidad Regional IV detuvieron a ocho miembros de las FAR, un grupo que, aunque se presentaba como defensor del proletariado, estaba compuesto en su mayoría por individuos provenientes de familias acomodadas, con formación universitaria y sin una conexión real con la clase obrera. Entre los capturados figuraban Jesús María Aguinagale, Daniel Roque Armengol, Osvaldo Alfredo Lenti, María Cristina Bonfiglio de Armengol y Beatriz Mariana Quiroga de Porfirio, entre otros. En el lugar se incautó un importante arsenal de guerra: subfusiles UZI, pistolas Browning, revólveres Rubí calibre .32, escopetas recortadas y grandes cantidades de municiones y explosivos. Muchas de estas armas habían sido robadas en asaltos previos a bancos y dependencias policiales, lo que evidenciaba el nivel de organización del grupo.
Pero lo más revelador fue la documentación hallada en el chalet. Croquis, mapas y planos detallaban con precisión los objetivos de la operación, incluyendo la Base Naval de Mar del Plata, el puerto y los depósitos de combustible de YPF. También se identificaron otros blancos secundarios, como la Comisaría 1ª de Necochea, que planeaban tomar para apoderarse del armamento policial. El plan consistía en ejecutar estos ataques de manera simultánea el 11 de marzo, coincidiendo con las elecciones nacionales, con el objetivo de generar una crisis de seguridad y socavar la estabilidad del país.

En la Argentina de hoy, los mismos terroristas que el gobierno, la Justicia y los medios han convertido en "víctimas", honrándolos con monumentos y reconocimientos oficiales, fueron los responsables del asesinato de Dora Elcira Cucco de Araya. Su único "crimen" fue estar en su puesto de diarios trabajando aquella mañana del 10 de abril de 1974 en Rosario. En esa transitada calle, se convirtió en víctima de una emboscada terrorista destinada a asesinar a dos efectivos del Ejército Argentino. Mientras a sus asesinos se les otorgaron indemnizaciones, homenajes y honores de Estado, Elcira y su familia fueron condenados al olvido, ignorados hasta el día de hoy.
El 10 de abril de 1972, en Rosario, un grupo de aproximadamente 15 extremistas de las FAR emboscó y asesinó al general de División Juan Carlos Sánchez, jefe del II Cuerpo de Ejército. Ese mismo día, la subversión también ejecutó a Oberdán Sallustro. Entre los atacantes se encontraban algunos de los militantes que, un año después, serían capturados en Mar del Plata el 4 de marzo de 1973, cuando planeaban atacar la Base Naval y hundir el submarino S-22 ARA "Santa Fe". En el atentado contra el general Sánchez, también resultó gravemente herido el suboficial del Ejército Berneche, quien conducía el vehículo oficial, y fue asesinada Dora Elcira Cucco de Araya, una civil inocente que simplemente se encontraba en el lugar equivocado.

El ataque al ARA "Santiago del Estero" era el núcleo central de la operación. El submarino, adquirido por la Armada Argentina en 1971, era un sumergible de la clase Balao, modernizado con tecnología Guppy IA para optimizar su rendimiento en combate. Su destrucción habría significado un golpe devastador para la capacidad operativa de la flota argentina en un contexto de Guerra Fría, donde las Fuerzas Armadas del país jugaban un papel clave en la estrategia hemisférica. Según la información recopilada, tres miembros del grupo habían recibido entrenamiento especializado en buceo y planeaban colocar una carga explosiva bajo el casco del submarino. Durante meses, habían realizado prácticas nocturnas en aguas cercanas, ensayando maniobras de aproximación con gomones y estudiando los movimientos de la guardia naval.
El operativo policial permitió la detención de uno de los buzos encargados de la incursión, Alfredo Ruscio, quien confesó que la célula estaba lista para actuar y solo esperaba la orden de sus superiores. Esta declaración activó un protocolo de emergencia en Mar del Plata. Se reforzó la seguridad en la Base Naval, el puerto, las comisarías y otros puntos estratégicos, incluyendo el Mar del Plata Golf Club, señalado en los documentos incautados como un posible blanco secundario. La policía intensificó los controles en toda la ciudad, consciente de que parte del grupo aún estaba en fuga y podía intentar llevar a cabo otras acciones.

Gracias a estas medidas preventivas, el atentado fue completamente frustrado. La captura del grupo y la confiscación del material bélico impidieron que la operación siguiera adelante, evitando lo que habría sido uno de los peores ataques contra la infraestructura militar del país. Sin embargo, la historia no terminó ahí.
Apenas unos meses después, en una decisión que dejó en evidencia la fragilidad del Estado ante la amenaza terrorista, los detenidos fueron liberados por el gobierno de Héctor Cámpora. Este indulto masivo, que incluyó a cientos de militantes subversivos encarcelados, permitió que muchos de ellos volvieran a la clandestinidad y retomaran sus actividades delictivas. Varios de los implicados en la “Operación Corina” participaron en atentados posteriores, demostrando que la lucha contra el terrorismo en Argentina estaba lejos de haber terminado.
La gloriosa Policía de la Provincia de Buenos Aires, implacable contra
el enemigo terrorista castroguevarista de la Nación Argentina, los
políticos argentinos desde 1983 a hoy con su revanchismo ideológico la
han corrompido, degenerado, desarmado, desarticulado y desautorizado
hasta convertirla en una inerte agencia de seguridad apenas útil para
cumplir demagogicos fines políticos. Desde ya, ¡no a la inmensa mayoría
de sus integrantes!, que hoy en defensa de la Patria siguen poniendo la
cara y el pecho contra la delincuencia.
El contexto en el que se gestó este plan terrorista no puede entenderse sin analizar el panorama global de la época. Durante los años 70, Argentina se convirtió en un escenario clave dentro de la Guerra Fría, con grupos revolucionarios apoyados por potencias comunistas y un Estado que, en muchos casos, oscilaba entre la represión y la permisividad. Documentos desclasificados años después confirmaron que organizaciones como las FAR y Montoneros operaban con financiamiento y entrenamiento provenientes de Cuba, Checoslovaquia y la Unión Soviética. Su objetivo no era solo la lucha contra el gobierno de turno, sino la instauración de un régimen revolucionario mediante la violencia y la destrucción de las instituciones republicanas.
Operación Manuel en el servicio checoslovaco
Copia del informe de marzo de 1967 de la Inteligencia del StB (Státní
bezpečnost: Seguridad del Estado) de Checoslovaquia A-00921/10-67,
escrito tres años después de iniciada la "Operación Manuel", a modo de
balance, por la Administración Primera, con copia al Comité Central del
Partido Comunista Checoslovaco, Octavo Departamento, donde se especifica
los objetivos y alcance de la misma (destruir todos los nacionalismos y
democracias latinoamericanas por medio de la destrucción institucional,
en especial sus Fuerzas Armadas y de Seguridad), la captación,
reclutamiento, entrenamiento y equipamientos de subversivos, su comando y
financiación, etc., ¡y existiendo otros 10.000 documentos similares hoy
desclasificados por la República Checa!!!, que era la intermediaria
operativa entre la URSS y Cuba, de donde se dirigían las operaciones
terroristas que se ejecutaban en Argentina, y sin lugar a dudas prueban
que eramos atacados subversivamente y genocidamente por agentes de una
superpotencia mundial y varias otras naciones.
Transcripción en checo:
Zpráva 27.10.1966
Akce MANUEL – perspektiva.
V průběhu svého pobytu v Francii SVISTO hovořil v tom smyslu, že nadále bude při vysílání lidí do LA dbát především na kvalitu. Z jeho vysvětlení vyplývá, že ztráta osob, vyslaných v rámci akce MANUEL, bude klesat a navrhl, že v současné a další práci (vyladit po sřízení technické součásti) na přípravu tematické zprávy slova smyslu.
Pokud se týká akce MANUEL, chceme tuto i nadále realizovat co nejlépe v souladu s připomínkami (k časovým) k technice hlášení přechodů a ke kategorii „Mastníků akce“, která se mění na rezidenturu krátkého setonu telegramem č. …, což bylo rozváděné s kádrem jednajícím RICHARD, jenž projevil pro tyto přecházející plně pochopení. Jako pochopitelně všem těm, dočasně termíny hlášení přechodu, za níž se mají i lo. odbor, že v rámci sotva politicky dojdete. Byl v řádu byl dobré vztah ze strany rezidentury na dodržování těchto termínů alespoň u těch nejdůležitějších případů, kteří jsou z hlediska majitelůvání technické dokumentace a tím v Maďarsku poměrně komplikovanější než je normální přechod.
Souvislosti se skora uvedeným prohlášením JURA 1 v souvislosti – podobnými zprávami z rezidentury na další perspektivu hlášení přechodu, které jsme formě pochopitelně, že hlášení přechodu vůbec důležitá násobně přihlášeného počtu osob, které snad obětují několik půl roku nebo 1 roku přejdou Francii a jejich zprávy bude třeba zajistit vratné jako u jako deset.
Závěrem, bude tuto otázku při nejbližší vhodné příležitosti zjemnit, bude o tom především informován, a to hlásit hlavní závady plánů i potřeb technického zabezpečení a pak hlásit na příslušnou akci v centrále a v určitka orgánech.
Traducción al castellano:
Informe 27.10.1966
Operación MANUEL – perspectiva.
Durante su estancia en Francia, SVISTO habló en el sentido de que, en el futuro, al enviar personas a LA (Latinoamérica), se prestará especial atención a la calidad. De su explicación se desprende que la pérdida de personas enviadas en el marco de la operación MANUEL disminuirá y propuso que en el trabajo actual y futuro (después del ajuste de la parte técnica) se prepare un informe temático con este propósito.
En lo que respecta a la operación MANUEL, queremos seguir llevándola a cabo de la mejor manera posible, de acuerdo con las observaciones sobre los plazos y la técnica de informes de cruces, así como con la categoría de la "Operación Mastníků", que está siendo modificada en la residencia mediante un telegrama corto n.º …, lo cual se discutió con el agente RICHARD, quien mostró plena comprensión para estos cruces. Como es comprensible para todos los involucrados, los plazos temporales de los cruces deben ser coordinados con el departamento correspondiente, ya que dentro del marco político apenas se logrará algo. Hubo una buena relación desde la residencia en cuanto al cumplimiento de estos plazos, al menos en los casos más importantes, que desde el punto de vista de la gestión de la documentación técnica en Hungría resultan significativamente más complicados que un cruce normal.
En relación con la reciente declaración de JURA 1 y otras comunicaciones similares de la residencia sobre la perspectiva futura de los informes de cruces, se entiende claramente que la importancia de estos informes aumenta proporcionalmente con el número de personas registradas. Se estima que algunas de estas personas podrán cruzar a Francia en un período de medio año o un año, y será necesario asegurar sus informes de manera similar a los casos anteriores.
En conclusión, este asunto se aclarará en la próxima oportunidad adecuada. Se informará sobre ello principalmente para reportar los principales problemas de planificación y las necesidades de apoyo técnico, y posteriormente se reportará la acción correspondiente en la central y en los órganos pertinentes.
Operación Corina
El caso de la “Operación Corina” es solo un reflejo de la guerra no declarada que se libraba en Argentina en aquellos años. La lucha entre las fuerzas del Estado y las organizaciones armadas se intensificó con el tiempo, derivando en una espiral de violencia que dejó miles de muertos y desaparecidos. La liberación de los responsables de este atentado frustrado no solo representó un acto de impunidad, sino que también sentó un peligroso precedente que debilitó la capacidad del país para enfrentar la amenaza terrorista.
En el Dique número 2 del Arsenal Naval Puerto Belgrano, el dique más
grande de todo Latinoamérica, advertimos la presencia de los submarinos
tipo Guppy de la Armada Argentina ARA "Santiago del Estero" y ARA "Santa
Fe", ambos en plena carena.
A medida que la década del 70 avanzaba, los ataques contra objetivos militares y civiles se volvieron cada vez más frecuentes. Secuestros, asesinatos y atentados con explosivos marcaron la agenda del país, generando un clima de inseguridad que llevó al endurecimiento de las políticas de seguridad y al enfrentamiento abierto entre el Estado y las organizaciones insurgentes. Para 1976, Argentina entraría en una nueva etapa, en la que la respuesta a la subversión pasaría a ser liderada por las Fuerzas Armadas en un conflicto que cambiaría para siempre la historia del país.
Hoy, el intento frustrado de hundir el ARA "Santiago del Estero" sigue siendo un símbolo de un tiempo en el que la nación se debatía entre el orden y el caos, entre la democracia y la violencia política. La historia de la “Operación Corina” no solo es un recordatorio del peligro que representaban estos grupos extremistas, sino también una advertencia sobre las consecuencias de la impunidad y la falta de una política clara para enfrentar el terrorismo.
El submarino "Santiago del Estero" ingresa a la Base Naval. Al fondo se
advierten las instalaciones del Mar del Plata Golf Club, ambos
objetivos de la genocida organización caatroguevarista FAR (Fuerzas
Armadas Revolucionarias), en marzo de 1973 (Foto del diario La Nación).
Las preguntas que quedan abiertas son muchas. ¿Hasta qué punto las decisiones políticas de aquella época contribuyeron a prolongar el conflicto? ¿Qué papel jugaron los intereses extranjeros en la radicalización de los grupos armados? ¿Ha aprendido Argentina de su pasado o sigue repitiendo los mismos errores?
Lo cierto es que, cinco décadas después, las cicatrices de aquella lucha siguen presentes en la memoria del país. La “Operación Corina” fue solo uno de los tantos episodios de una guerra interna que dejó marcas imborrables en la historia argentina, y cuyo legado aún genera debate en la actualidad.
El atentado al ARA "Santísima Trinidad"
El submarino ARA "Santiago del Estero" precedió a destructor ARA "Santìsima Trinidad" como blanco estratégico a batir por el extremismo, aunque en 1973 la Policía Bonaerense evitó que ello tenga lugar. El destructor D-2 ARA "Santísima Trinidad", contratado en 1969 por la Armada Argentina y AFNE para su construcción en Argentina, era la nave de su tipo más avanzada del mundo en esas fechas, y cuando nadie creía que Argentina pudiese dar un salto tecnológico de tal envergadura, ello tuvo lugar, y Argentina se transformó en la primer nación latinoamericana en construir una nave de combate lanzamisiles y portahelicópteros. 
Construido entre 1972 y 1977, su construcción se vio demorada por un atentado terrorista castroguevarista que, mientras la nave se hallaba en armado a flote, la dañó seriamente y hundió parcialmente en 1975 (22 de agosto de 1975, terroristas montoneros intentan destruir al destructor ARA "Santísima Trinidad", no lo logran por las armas en esa oportunidad, pero sí logran destruirlo 28 años más tarde, haciéndose pasar por peronistas para alcanzar el poder político; posteriormente un oficial de la Armada Argentina afectado al proyecto, el Capitán de Fragata Bigliardi, fue asesinado por la misma organización extremista que intentaba por todos los medios que tal proyecto no se concretase nunca. 
Finalmente el buque entró en servicio operativo en el año 1977, a tiempo de participar en las operaciones navales que casi desatan una lamentable guerra con Chile en 1978. En 1982 este destructor fue la nave insignia de nuestra Armada durante la "Operación Rosario" para recuperar nuestras islas Malvinas; durante ese conflicto también fue buque escolta del portaaviones ARA "25 de Mayo" que durante los días 1 y 2 de mayo de 1982 se lanzó en persecución de la Task Force británica, que rehuyó el combate; participando el resto del conflicto en constantes patrullajes del Mar Argentino a espera de lanzar el planificado contraataque naval argentino de finales de junio o principios de julio, cuando la Flota británica impostergablemente debía retirarse sin relevo del teatro de operaciones, acción que nunca se pudo concretar debido a la caída de Puerto Argentino y el posterior derrocamiento del presidente don Leopoldo Fortunato Galtieri. 
Todavía continuó operando hasta 1987, fecha en que su operatividad se vio mermada debido a su origen británico y el embargo a que Argentina se veía sometida, debiendo canibalizarse algunas partes para proveer repuestos a su gemelo ARA "Hércules". Radiado de servicio, se lo mantuvo en reserva varios años a espera de una modernización y reactivación que nunca llegó. Finalmente, y en momentos que miembros de la misma organización mafiosa terrorista castroguevarista que en los años 70s tanto esfuerzo hizo en destruir la nave, fracasando siempre, ahora formando parte del gobierno estaban a cargo del Ministerio de Defensa, y al destructor que ni la subversión al servicio de la URSS, Checoslovaquia y Cuba pudo hundirlo en guerra irregular contra Argentina, ni la Flota más experimentada y una de las más poderosas del mundo en guerra abierta tampoco pudo destruir en 1982, arteramente fue destruida por los políticos argentinos otrora miembros de tal organización terrorista que en el abandono garantizaron su pérdida.


















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