Duros entrenamientos, combates en la selva y en el desierto: el argentino que peleó en la Legión Extranjera
Rodrigo Duarte sorprendió a todos cuando dijo que se enrolaría en la Legión Extranjera. Con el dinero justo para un pasaje firmó un contrato por cinco años con esa unidad militar, que la literatura y el cine contribuyeron a levantar alrededor de ella una gruesa pátina de misterio y leyenda. La sorprendente historia de un hombre que se esforzó para ser “el mejor entre los mejores” en una unidad para cuyos integrantes es la patria misma Por Adrián Pignatelli || Infobae
Rodrigo Duarte, el protagonista de esta historia. Entonces era Carlos Delgado
A
simple vista, el departamento está amueblado y decorado como tantos que
pueden encontrarse en pleno barrio de Belgrano. Sin embargo, a medida
que la charla avanza, el entrevistado se levanta y busca para apoyar su
testimonio un recuerdo, una foto o un objeto. Ahí uno cae en la cuenta
que por todos lados hay testimonios relacionados a su paso por la mítica
y misteriosa Legión Extranjera, de la que por ocho años fue un miembro
destacado.
Rodrigo Estanislao Duarte
nació el 30 de agosto de 1975 en Campo de Mayo y desde que estaba en el
Liceo Militar le atrajo esa lejana unidad militar de la que se tenía
referencia por la literatura y las películas de acción. Un viejo jefe de grupo del Liceo se había enrolado y los relatos que enviaba en sus cartas lo entusiasmaba a seguir sus pasos. Pero el contrato que debía firmar, de cinco años, lo consideraba demasiado.
No se animó entonces, a pesar que su mejor amigo sí se fue. Entró al Colegio Militar pero sintió que no era su lugar. Hay
una cierta tradición familiar: el papá de Rodrigo es José Martiniano
Duarte, veterano de la guerra de Malvinas, jefe de la primera sección de
la Compañía Comando 601 que protagonizó un enfrentamiento con comandos
ingleses en la isla Gran Malvina.
Fotografiado en África. En ese continente, participó en misiones en Costa de Marfil y Congo
En
2002 tomó la decisión, que le costó fuertes discusiones con sus padres.
Pero estaba decidido. Consiguió un empleo en un hotel, ya que
necesitaba ahorrar para el pasaje y concurrió a la embajada de Francia. Le
indicaron que la forma de enrolarse era ir directamente al cuartel de
la Legión en Aubagne, Marsella, una comuna francesa ubicada en el
departamento de Bocas del Ródano, en la región de Provenza-Alpes-Costa
Azul, donde se realiza el reclutamiento.
Con
el dinero justo en el bolsillo, viajó a Barcelona donde se alojó en la
casa de un primo. Abordó un tren a Marsella y luego otro a Aubagne,
donde llegó un sábado a la noche.
La de Afganistán fue la misión en la que tuvo su bautismo de fuego.
Las
calles estaban desiertas, no conocía el idioma e ignoraba dónde quedaba
el cuartel. De pronto a lo lejos vio la figura recortada de un hombre.
Hacia él se dirigió y como pudo le preguntó cómo llegar. El hombre
murmuró palabras inentendibles pero se corrió el cuello de su camisa y
le mostró un tatuaje. Había entendido. Era legionario. Lo dejó en la
entrada de la unidad militar.
Cuando Duarte se
hizo entender con el militar que estaba en la puerta del cuartel que
quería ser reclutado, éste le respondió que volviese el lunes. Pero no
tenía dinero donde alojarse e insistió en ingresar y el legionario
repitió en que regresase el lunes. Hasta que logró torcer la voluntad y
lo hizo entrar.
"La Legión nuestra Patria", el lema de la legión. Las medallas de Duarte de su paso por esta particular unidad militar.
Pasó
a una oficina y apareció un hombre corpulento de tez morena que se puso
a escribir a máquina, mientras le ordenó que se desnudase. Todas sus
pertenencias y documentos las guardó en una bolsa y le proveyeron de un
overall celeste. El hombre lo señaló con el dedo y le dijo “Carlos
Delgado”. Esa sería su nueva identidad en la Legión, por lo menos
durante los tres primeros años. Un nuevo nombre significaba otra
identidad y era como un borrón y cuenta nueva con su pasado. La Legión
Extranjera daba a cada hombre una segunda oportunidad.
En ese momento no imaginó que años después él también recibiría a los nuevos reclutas.
El quepis, uno de los recuerdos de este legionario argentino.
Esa
noche durmió en un cuarto con un eslovaco y un ruso. De ahí en más
conviviría con una mezcolanza de hombres, algunos solitarios, otros
aventureros, románticos o inadaptados de más de 100 nacionalidades.
Debió someterse a exámenes físicos, psicotécnicos y médicos y luego a lo que los legionarios llaman “la Gestapo”. En
largas entrevistas, el aspirante debe contar, con lujo de detalles,
toda su vida, sin omitir ningún detalle. A Duarte le alcanzaron una
resma de papel y le ordenaron que escribiese toda su vida, día por día,
desde 1990 hasta ese momento.
Junto a combatientes afganos. En ese país tuvo su bautismo de fuego.
Las
semanas siguientes fueron todos iguales: luego de un entrenamiento
físico por la mañana, eran enviados a desempeñar esas tareas que nadie
quiere hacer: destapar cloacas, limpiar baños de asilos y hospitales,
trabajos de limpieza. Mientras tanto, había aspirantes que quedaban en
el camino. Llevaba el distintivo azul, que indicaba al más recluta.
Del
distintivo azul pasó al rojo, lo que lo convertía a estar listo para
firmar el contrato rentado por cinco años en una unidad donde la
disciplina, la solidaridad y el respeto constituyen su código de honor.
El
verde y rojo cortados en diagonal son los colores de la bandera de la
Legión. En tiempo de paz, el verde se coloca arriba y en tiempos de
guerra, al revés.
Se ve reflejada en la escafandra la imagen de Duarte. Fue un obsequio por su paso como comando anfibio.
Recordó
a Infobae que estuvo un año y cuatro meses sin ver la vida civil. En su
primera licencia fue a sentarse en un café solo para ver gente pasar. De todas maneras, subrayó que “yo quería eso; ser parte de los mejores”.
Lo
enviaron a Castelnaudary, al sur de Toulouse, donde fue sometido a
medio año de instrucción pura. Ya había quedado atrás las tareas más
inmundas de limpieza. Asistió a clases donde se le enseñó el francés -el
idioma oficial de la unidad-, cultura de la Legión y sus costumbres, y
rindió además los exámenes de conductor de auto y camión.
Formación de legionarios, en una de las despedidas que se le brindó a Duarte
Aprendió
de memoria el código de honor y el extenso cancionero de la legión
sobre diversos temas. Si bien las recuerda todas, sus preferidas son La Legión Marche, que entre sus estrofas, dice: “La
Legión marcha, hacia el frente, cantando seguimos herederos de sus
tradiciones estamos con ella; somos los hombres de las tropas de asalto,
soldados de la antigua Legión. Mañana ondeando nuestras banderas, como
vencedores desfilaremos”.
Otra de sus preferidas es Adieu Vieille Europe: “Nosotros
los condenados de toda la tierra, nosotros los heridos de todas las
guerras, no podemos olvidar; una desgracia, una vergüenza, una mujer que
adoramos. Nosotros que tenemos sangre caliente en nuestras venas,
cucaracha en la cabeza, en el corazón las penas; recibir, dar gnomos,
nombre, sin miedo, camino a la Legión”.
Tarjeta que se le da a cada legionario cuando se va de baja. Contiene dos números de teléfonos y un correo electrónico
De
la instrucción en el cuartel pasó a algo un poco más duro: el
entrenamiento en lo que ellos llaman la granja, donde son sometidos a
las más exigentes pruebas físicas. “Marcha o muere” es la consigna.
La
comida era un guiso, café y mucho pan y era habitual que los superiores
hicieran que se salteasen comidas. Siempre tenían hambre y frío.
Al finalizar esa etapa, Duarte terminó primero de toda la sección.
Esto le abrió la puerta de elegir la unidad donde quisiera
desempeñarse. Optó por el II Regimiento Extranjero de Paracaidistas,
situado en Calvi, al norte de la isla de Córcega. Es un regimiento de
Fuerzas aerotransportadas y es parte de la 11a Brigada de Paracaidistas y
la punta de lanza de la fuerza de reacción rápida.
Duarte hoy. Se dedica a la actividad privada y está en contacto con muchos de sus compañeros
El
oficial que lo recibió dijo que tenía para él dos noticias, una buena y
una mala. La buena era que había sido destinado a la compañía anfibia;
Duarte era nadador. La mala era que su instructor sería otro argentino, y
se convertirían en grandes amigos.
Se alojaban
en habitaciones para cuatro personas, con el equipo siempre listo. El
regimiento contaba con todas las comodidades, como negocios de distintos
ramos, proveedurías y bares de los mejores.
En
Francia estaba prohibido la prostitución. Aún así en la isla era famosa
Lorena, la única prostituta, que no solo era por demás conocida en el
regimiento, sino que ocupaba un lugar en el palco en las fiestas
oficiales, y hubo hombres que se tatuaron su rostro. En el cancionero de
la Legión, hay temas dedicados a ellas.
Duarte estuvo destinado en diversas misiones.
Primero en Costa de Marfil, participando de la Operación Licorne. Se
ocupó de reconocimiento y control de zona y apoyo a la población civil
en peligro y en brindar en seguridad de los contingentes de Naciones
Unidas y de la población civil que estuviera en peligro.
En un descanso, en Afganistán. Allí estuvo ocho meses.
Vivían en plena selva y dormían en hamacas, lo más despegado del suelo posible.
Debían tomar todos los días una píldora contra el paludismo. A su
regreso dejó de tomarla y debieron internarlo por esa enfermedad.
Luego
pasó a Gabón, donde estuvo cuatro meses, que incluyó entrenamiento,
ensayo y readecuación del “Plan de Evacuación de Población Expatriada
Francesa” en ese país. Fue el responsable de la seguridad en distintas bases y aeropuertos en Libreville y Port Gentil.
De ahí fue enviado al Congo, donde participó de un curso comando. Por último, Afganistán. “La Legión es un celibato de la milicia, se está en alerta permanente”. En el decálogo del legionario, la misión es sagrada.
La
carrera de Duarte fue excepcional, porque en menos de lo que esperaba
se transformó en instructor de la compañía anfibia y en monitor de
paracaidismo. Hizo el curso de cabo y cuando combatió en Afganistán lo
hizo con el grado de sargento. En ese país tendría su bautismo de fuego.
Haciendo la venia a la francesa, mostrando la palma de la mano.
Fueron
ocho los meses que permaneció allí. Estuvo en la base Tora, al norte de
Kabul, y la recuerda ubicada al lado de una colina. Durante la invasión
rusa, había sido escenario de una masacre llevada adelante por los
talibanes. Debían brindar seguridad a la base y controlar un territorio
de 115 kilómetros cuadrados.
Apenas llegó no la pasó bien.
Levantó mucha fiebre por un forúnculo. Los médicos debieron operarlo, y
su miedo era ser evacuado y perderse la acción. El postoperatorio duró
una semana y le sirvió para confraternizar con veteranos y civiles.
En
Afganistán vivió la guerra cara a cara y, aunque no se admita
abiertamente, convive en cada legionario el deseo de enfrentarse a la
muerte. Integró el batallón “Altor” de la task force “Lafayette”,
desarrollando misiones en las regiones de Uzbeen, Surobi, Kapisa y
Tagab.
Su primer
enfrentamiento fue en una emboscada que intentaron tenderle. Además
participó de tiroteos dentro de los vehículos en el que se movilizaban y
en una acción cercana a la frontera con Pakistán, sus compañeros lo
dieron por muerto. Habían visto, a lo lejos, a dos hombres junto a un
buey que, de pronto, se escondieron detrás de una piedra. Los
sorprendieron con un vetusto cañón sin retroceso que empezó a
dispararles con increíble puntería. Uno de los proyectiles impactó muy
cerca y lo hizo volar por los aires.
Si
bien se movilizaban en helicópteros, hubo trabajosas marchas por la
montaña. En los patrullajes por esas aldeas que a simple vista parecían
abandonadas en el medio del desierto, aprendió a estar en permanente
alerta, a oler la adrenalina y a percibir el peligro inminente cuando el
silencio aturdía.
En un paredón del cuartel de la Legión, están inscriptos los nombres de sus caídos. En ese lugar se encuentra esta piedra.
Los
jefes daban el ejemplo. Como cuando le ordenaron pasar al asalto y al
llegar al lugar estaba el propio jefe del regimiento. Ellos también
combaten.
Tuvo la fortuna de no haber sido
herido en batalla aunque sufrió varias fracturas en su período de
instrucción, especialmente cuando se tiraba en paracaídas y caía a
tierra como una bolsa de papas por el peso que acarreaba.
A su regreso de Afganistán, lo nombraron jefe del Centro Anfibio. Lo que le quedó pendiente es que nunca hizo un salto operacional, esto es, no se arrojó en paracaídas en situación de combate.
Cuando
terminó su contrato de cinco años, decidió quedarse y a los tres años
consideró que debía ponerle un punto final a esa historia. Fue objeto de
innumerables despedidas, llenas de afectos y emociones.
Recibió
diversos premios, condecoraciones y distinciones. La Citación a la
Orden de la Brigada con atribución de la “Cruz del valor militar” con
Estrella de Bronce; La Cruz del Combatiente; la Medalla de Ultra-Mar; la
Medalla de Reconocimiento de la Nación; la Medalla de la Defensa
Nacional de Plata; la Medalla de la OTAN; la Medalla Conmemorativa de
Afganistán y la Letra de felicitación Mandato Costa Marfil en la
Operación Licorne. Además le obsequiaron una escafandra por su paso por
el comando anfibio, que guarda como un preciado recuerdo.
Un compañero se le largó a llorar en una cena en Marsella, pidiéndole que no los abandonase. “Es que la Legión te inculca morir por tus compañeros, que son tu familia. Uno pelea por eso”, explicó.
Al
irse le dieron una tarjeta -como hacen con todos- que conserva como
tesoro. Tiene un nombre y dos números de teléfono, al que puede llamar
en caso de estar en problemas, desde cualquier parte del mundo,
cualquier día y a cualquier hora.
Luego de
tres o cuatro años de ingresado a la Legión, había ido a la Argentina de
visita. Pero ahora no quería volver sin tener un trabajo asegurado. Un
amigo le comentó que YPF estaba a la búsqueda de un jefe de seguridad y
aplicó. Y de ahí en más construyó una carrera en el sector privado.
“No extraño a la Legión, para mí es un ciclo cumplido”. Aún así por 2016 volvió de visita, esta vez con su pequeña hija María Francisca, una fanática de River que cada vez que juega de local debe llevarla a la cancha, a pesar de que a él no le gusta el fútbol.
Hoy
se mantiene en permanente contacto con muchos de sus camaradas, tanto
en actividad como retirados como él, porque no importa el tiempo
transcurrido, la Legión sigue siendo su familia por la que arriesgó la
vida.
En su perfil de
Linkedin hay subida una fotografía de una piedra junto al muro que
recuerda a todos los caídos de la Legión. Tiene esculpida en francés la
siguiente leyenda: “En la tierra empapada en la sangre de los
legionarios, el sol nunca se pone”.
Cuando le mostró a Infobae la tarjeta con un número de teléfono, la sacó de su billetera. Porque a su manera Duarte sigue siendo legionario.
Erwin Rommel, frustrado por la legión extranjera francesa en Bir Hacheim
El comandante alemán Erwin Rommel estaba empujando con fuerza hacia El Cairo, pero un remoto puesto del desierto gestionado por la Legión Extranjera Francesa alteraría sus planes.
Cuando el brig. general Joseph-Pierre Koenig, comandante de la 1ª Brigada Francesa Libre, inspeccionó el área que acababa de recibir la orden de defender, debió haber sido fuertemente desanimado. Fue al final (y la parte más desolada) de la llamada Línea Gazala, una serie aún por completar de posiciones defensivas del Octavo Ejército Británico que se extendieron a través del desierto de Libia, desde Ain-el-Gazala en la costa mediterránea a Bir Hacheim unas 40 millas tierra adentro.
El puesto de avanzada del desierto, siempre poco atractivo
A primera vista, la posición de Bir Hacheim parecía casi indefendible. El terreno era desierto de arena, abierto y plano, sin cobertura natural ni ocultamiento. Las condiciones atmosféricas eran tan malas como las del Sahara: sol ardiente durante el día, frío frío por la noche, más tormentas de arena, espejismos y moscas. Estaba árido sin agua.
El comandante alemán Erwin Rommel estaba empujando con fuerza hacia El Cairo, pero un remoto puesto del desierto tripulado por la Legión Extranjera Francesa alteraría sus planes.
En árabe, "bir" significa "bien", pero los pozos en Bir Hacheim habían estado secos durante mucho tiempo. Todo lo que quedaba eran algunas cisternas de concreto derrumbadas y las ruinas de un pequeño fuerte italiano que había sido la sede de una compañía de meharisti, el cuerpo de camellos nativos liderado por italianos. Después de un largo abandono, se convirtió en el hogar temporal de la 150 Brigada India del Octavo Ejército, que los franceses de Koenig habían venido a relevar.
Más allá de las ruinas arrugadas se encontraba la desolación, la interminable arena, la roca y la grava, con un tramo ocasional de matorral de espino de camello para romper la monotonía.
Dando a los británicos un momento difícil en el norte de África
A los franceses les puede haber parecido que estaban recibiendo el extremo sucio de la vara cuando fueron asignados a esta sección periférica y aparentemente sin importancia de la línea. Quizás lo eran, porque los oficiales británicos del Comando de Oriente Medio en El Cairo estaban inclinados a menospreciar a los soldados franceses en general; la rendición francesa de 1940 todavía tenía gran importancia en sus mentes. Hasta ahora, la mayoría de los deberes de la pequeña fuerza francesa libre que servía en el norte de África habían sido, con algunas excepciones, menores y subordinados a la presencia británica. Los latinos británicos parecían pensar que el esfuerzo principal contra la Línea Gazala sería más al norte que Bir Hacheim, y ahí es donde habían planeado sus defensas más fuertes.
Los propios británicos nunca parecieron capaces de mantenerse juntos después de sus brillantes victorias contra los italianos casi dos años antes. Desde que el general alemán Erwin Rommel y sus Deutches Afrika Korps (DAK) habían sido enviados a África del Norte a principios de 1941 para reforzar a los italianos caídos, las líneas de batalla se habían movido de un lado a otro en el área conocida como el Desierto Occidental. Este campo de batalla estaba formado por la parte occidental de Egipto y la mayor parte de la vecina Cirenaica, la provincia oriental de Libia italiana.
Recientemente, los británicos habían tomado la delantera cuando su Operación Crusader había conducido las divisiones alemana e italiana de Rommel hacia El Agheila en Cyrenaica occidental, pero las tropas reforzadas del Eje, ahora llamadas Panzer Armee Afrika, estaban regresando. A fines de 1941, comenzaban a empujar a los británicos de manera lenta pero segura, nuevamente hacia Egipto.
El Octavo Ejército británico agotado es echado atrás
Los británicos estaban ahora en una mala manera. La Fuerza del Desierto Occidental, renombrada como Octavo Ejército, había sido despojada de mano de obra, primero para reforzar al contingente Aliado en Grecia y luego para apuntalar las fuerzas en el Lejano Oriente cuando Japón declaró la guerra. También se quedó sin suministros debido a los recientes reveses navales en el Mediterráneo. Para aumentar sus dificultades, el Ejército tenía un nuevo comandante, el mayor general Neil Ritchie, un oficial de personal sin mucha experiencia de campo. Como resultado, Rommel logró empujar al Octavo Ejército a la línea de defensa que se estaba preparando desde Ain-el-Gazala hasta Bir Hacheim. Allí se detuvo al oeste de la línea para reorganizarse y prepararse para una impulsión de primavera abrumadora.
El comandante alemán Erwin Rommel estaba empujando con fuerza hacia El Cairo, pero un remoto puesto del desierto tripulado por la Legión Extranjera Francesa alteraría sus planes.
En realidad, la Línea Gazala no era una línea ininterrumpida de trincheras al estilo de la Primera Guerra Mundial, sino más bien una serie de puntos fuertes llamados "cajas" que serpenteaban hacia el sur a través del desierto por unas 40 millas, desde la costa hasta la caja de Bir Hacheim, de posesión francesa y luego al noreste de nuevo por otras 20 millas.
General Koenig: veterano de la Primera Guerra Mundial y legionario extranjero
Desde enero de 1942, cuando había visto por primera vez la árida extensión del desierto que se esperaba que hiciera en una fortaleza, el general Koenig se había mantenido ocupado. Era un soldado colonial francés típico: tenía 44 años de edad y un oficial desde los 19 años, un veterano condecorado de la Primera Guerra Mundial y un luchador de la Legión Extranjera en la Segunda Guerra Mundial. Alto, rubio, de ojos azules, con un delgado bigote militar, era una figura distinguida en sus caquis de estilo británico y su kepi francés negro con adornos dorados, y era duro como las uñas.
Koenig se había reunido debajo de él en la 1ª Brigada de Francia Libre (BFL) como una fuerza de luchadores tan variada como se puede encontrar en cualquier parte del ejército francés libre, políglota y multicultivo. El núcleo de la fuerza de Koenig eran dos batallones de la 13ª Brigada de la Legión Extranjera Francesa (DBLE). Esta banda de exiliados era ahora más cosmopolita que nunca, ya que los veteranos coloniales de Francia antes de la guerra fueron reforzados por los derrotados republicanos españoles y judíos refugiados, polacos y otros europeos expulsados de sus hogares por Adolf Hitler.
El 13º DBLE fue levantado al comienzo de la guerra. Peleó en Noruega y fue una de las pocas unidades francesas en unirse a De Gaulle en masa cuando llegó la llamada. Ahora su oficial al mando era el teniente coronel Dmitri Amilakvari, un príncipe georgiano que había prestado servicio en la Legión Extranjera el trabajo de su vida. Pero a diferencia de la mayoría de los mercenarios que prestan poca atención a la nacionalidad de su empleador, Amilakvari en realidad amaba a Francia y les dijo a sus hombres que morir por su país adoptivo era un gran privilegio. Se desconoce qué tan seriamente tomaron este consejo, pero aparentemente estaban dispuestos a dar su vida por Amilakvari y la Legión, si no por Francia. La historia de la 13a DBLE lo confirmará, ya que incluso antes de Bir Hacheim, los Legionarios no solo habían luchado en Noruega, sino también en Eritrea y Siria, y varios de ellos habían muerto.
Dos clérigos se enfrentan en la línea de batalla
Las dos compañías de la 1ª Bataillon d'Infanterie de la Marine (BIM), marinas francesas que se consideraban tan duras como las legionarias, fueron las segundas en la batalla de la Legión en la Segunda Guerra Mundial. Puede parecer extraño que los hombres que fueron reclutados en gran parte de entre los pescadores bretones y otros de un ambiente muy salado se encontraran en Bir Hacheim en el Sahara sin agua, pero los marines tenían una larga tradición de servicio en el extranjero. De hecho, los regimientos de infantería del ejército francés designados "coloniales" fueron reclutados originalmente de los infantes de marina.
Otra rareza de esta unidad en particular era que su líder, el Comandante Savey, en realidad era un sacerdote católico que les había ordenado mientras estaban unidos a los británicos en gran parte de la lucha anterior en el desierto. Tal vez, después de todo, su vocación religiosa no era tan extraña, ya que, al otro lado de la línea, el comandante "Papa Willi" Bach, el oficial de artillería alemán cuya defensa de Halfaya Pass le había ganado fama, también era un clérigo, un sacerdote episcopal.
El comandante alemán Erwin Rommel estaba empujando con fuerza hacia El Cairo, pero un remoto puesto del desierto tripulado por la Legión Extranjera Francesa alteraría sus planes.
Incluso más extraño fue el 2º Demi-brigada Senegalaise, comandado por el Teniente Coronel de Roux, cuyos dos batallones fueron reunidos desde los extremos opuestos de la tierra. El segundo Bataillon de Marche de l’ubangui (BM2) estaba formado por orgullosos soldados negros reclutados en la provincia de Oubangui-Shari, en el África ecuatorial francesa. Eran en gran parte analfabetos, y muchos de ellos nunca habían usado zapatos antes de su ingreso en el ejército francés, pero aprendieron rápido y fueron excelentes soldados.
La precisión de la artillería francesa compensa su número y calibre
El otro batallón de la llamada Demi-brigada "senegalesa" tuvo sus orígenes lejos del Continente Oscuro. El 1er Bataillon Pacifique (BP1) vino de ese paraíso turístico legendario, las islas dispersas del Pacífico Sur francés. Bir Hacheim debió haber sido un shock terrible para ellos, pero ellos también aprendieron a adaptarse rápidamente.
El apoyo principal de artillería fue suministrado por un regimiento de cañones de campo de 75 mm bajo el mando del teniente coronel Laurent-Champrosay, complementado por una compañía de cañones antitanques. Aunque las armas alemanas superan en número y calibre, la precisión de la artillería francesa sería una desagradable sorpresa para los atacantes.
Las defensas antiaéreas en Bir Hacheim se asignaron al cañón 12 Bofors de 40 mm y a las ametralladoras de otro complemento de la Infantería de Marina, el 1er Bataillon de Fusiliers Marins (BFM), bajo el mando de Capitaine de Corvette Amyot d’Anville. Otros seis Bofors fueron tripulados por artilleros británicos. Los conocimientos técnicos de ingeniería fueron proporcionados por la 1ª Compagnie de Sapeurs-Mineurs, mientras que las tareas administrativas fueron asumidas por el personal de Koenig. Más tarde, algunos de los marines fueron transferidos a un equipo de comando y fueron reemplazados en Bir Hacheim por una compañía de africanos del norte, lo que se sumó a la naturaleza cosmopolita de la guarnición.
La experiencia en ingeniería de los legionarios viene a la mano
Mientras se enfrentaban en el desierto, ambos bandos se preparaban para un asalto. Para entonces, Rommel se había forjado tal reputación que los Aliados temían que atacara primero y Koenig sabía que tenía poco tiempo para poner en orden sus defensas. Sin embargo, tenía la habilidad de sus ingenieros para planificar las fortificaciones de campo, y la Legión para construirlas. En la África del Norte antes de la guerra, la Legión Extranjera francesa era conocida por sus grandes proyectos de construcción civil en toda esa parte del Imperio francés. Carreteras, puentes, túneles, fortalezas, todo había sido construido por Legionnaires, la mayoría de las veces utilizando solo pico y pala y su propio sudor.
Los legionarios odiaban esos trabajos. Pensaron que estaban por debajo de la dignidad de los guerreros, pero se les ordenó que los hicieran y aprendieron cómo hacerlo bien. Esa educación en el trabajo fue útil cuando cavaron sistemas de zanjas, construyeron cajas de pastillas y fortificaron puestos de mando, tendieron millas de alambre y colocaron miles de minas. Esta vez no les importó el trabajo, porque sabían que el enemigo estaba en las puertas.
El comandante alemán Erwin Rommel estaba empujando con fuerza hacia El Cairo, pero un remoto puesto del desierto tripulado por la Legión Extranjera Francesa alteraría sus planes.
Los otros también estaban trabajando. Los artilleros de campo estaban registrando sus piezas, los artilleros ack-ack amartillaban las bolsas de arena para sus Bofors, la infantería colocaba sus nidos de ametralladoras. Todos estaban constantemente cavando bajo las condiciones más desdichadas del desierto.
El proyecto de fortificación se ha completado, a pesar de las condiciones más duras del desierto
Se dice que el norte de África es una tierra fría con un sol caliente, y durante las horas del día la temperatura era generalmente de más de 100 grados. Cuando cayó la noche y el telón cayó repentinamente en el Sahara, el aire no solo se enfrió, sino que se volvió frío y los hombres temblaron por el frío poco tiempo después de sufrir el tormento de un sol ardiente. Para empeorar las cosas, el ghibli, el viento constante y molesto del desierto, podría convertirse, sin previo aviso, en una tormenta de arena que puede durar horas o incluso días. Cuando el cielo se nubló y el día se convirtió en noche, el viento alcanzó casi la fuerza de un huracán, el trabajo cesó y los hombres buscaron refugio en fosas o trincheras.
Finalmente, a pesar de todas las dificultades, el general Koenig sintió que las fortificaciones de Bir Hacheim estaban completas y su guarnición, unas 3.700 fuertes, lista para cualquier cosa. Además de su fuerza defensiva, la 1ra Brigada Francesa Libre tenía la capacidad ofensiva de sus "columnas Jock", unidades móviles fuertemente armadas que patrullaban entre las cajas ampliamente extendidas de la Línea Gazala. Las columnas de British Jock (nombradas por el general de brigada "Jocki" Campbell, quien desarrolló la técnica) usaron su recientemente adquirido tanque estadounidense de 18 toneladas Grant con su potente arma de 75 mm como la principal arma de patrulla.
Las columnas francesas de Jock fueron agradecidas por los desempates británicos
Las columnas Jock francesas, carentes de tanques, eran bastante diferentes. Por lo general, confiaban en la infantería transportada por camiones con unas cuantas pistolas AA ligeras, además de una pistola remolcada de 75 mm o antitanques para protegerse contra los panzers. También pueden utilizar los vehículos de oruga ligeramente blindados llamados portadores de armas Bren que les ha proporcionado el Octavo Ejército. A los británicos no les importaban demasiado los transportistas a veces poco fiables y mal armados, pero para los franceses hambrientos de equipos eran un lujo en sí mismos, y estaban encantados de tenerlos.
Dentro del perímetro de Bir Hacheim, que tenía una forma aproximadamente triangular y más de 16 kilómetros alrededor, las tropas se posicionaron de manera que los senegaleses tripularan la esquina noroeste, con el Batallón del Pacífico en el suroeste. Uno de los batallones de la Legión (BLE 2) estaba ubicado en el punto del triángulo, mientras que el otro (BLE 3) estaba en el centro junto con el Cuartel General de Brigadas y la artillería. BLE 1 no estaba en el juego, ya que no había suficiente material disponible para los franceses libres para equiparlo adecuadamente para la defensa Bir Hacheim. Las tropas auxiliares, incluidos los norteafricanos, se dispersaron por todo el campamento. Sin embargo, ninguna de las guarniciones era completamente estática, pero estaban ocupadas operando las columnas Jock que seguían patrullando las pistas del desierto.
A fines de mayo, el general Ritchie finalmente pudo lanzar su ofensiva del Octavo Ejército desde detrás de la Línea Gazala. Pero Rommel, reorganizado y reabastecido, le dio una paliza. El 26 de mayo, mientras Ritchie seguía pensando en eso, Panzer Armee Afrika atacó.
El zorro del desierto balancea alrededor de la caja de Bir Hacheim
Las tropas del Eje golpearon por primera vez la Línea Gazala en el norte, pero esto era solo una finta. Al día siguiente, Rommel dirigió la mayor parte de sus fuerzas móviles hacia el sur en una amplia barrida alrededor de la posición de Bir Hacheim para atacar la fuerte casilla británica "Knightsbridge", a medio camino de regreso a la costa. En el camino, sus poderosas fuerzas aplastaron a varias brigadas británicas aisladas antes de que golpeara a la fuerza británica principal.
El comandante alemán Erwin Rommel estaba empujando con fuerza hacia El Cairo, pero un remoto puesto del desierto tripulado por la Legión Extranjera Francesa alteraría sus planes.
Aparentemente, el Zorro del Desierto había evitado deliberadamente la caja de Bir Hacheim girando a su alrededor, imaginando que estos débiles franceses que sobresalían al final de la Línea Gazala podían cuidarse fácilmente más tarde, después de haber derrotado a los británicos. Simplemente envió unas pocas unidades blindadas ligeras para investigar la posición francesa.
La sonda descubrió que Bir Hacheim no era el empujón que Rommel pensó que sería. Era, de hecho, un nido de avispas.
Rommel envía a los italianos hacia la posición francesa
Cuando se informó de estas malas noticias al cuartel general de Panzer Armee, Rommel ordenó de inmediato que dos divisiones italianas, el Mecanizado de Trieste y la Armadura de Ariete, atacaran, esperando que los franceses se rindieran en un plazo de 24 horas. Él estaba en una sorpresa desagradable.
Según algunos informes, el Trieste era un poco vacilante en su enfoque, pero los tanques del Ariete cargaron con una voluntad. Pronto, el olor a cordita llenó el aire y las nubes de humo se mezclaron con el polvo del desierto de Bir Hacheim cuando el choque de la artillería, el trozo de morteros y el ruido de las ametralladoras anunciaron la apertura de una batalla real.
La primera sangre en el sitio de Bir Hacheim fue a los franceses. Cuando se despejó el humo, 32 tanques italianos eran ruinas humeantes, víctimas de las armas de artillería y antitanques de Laurent-Champrosay y más de unas pocas de las 50,000 minas perimetrales. Los italianos se retiraron, dejando atrás a sus heridos, incluido el coronel del 132º Regimiento Blindado de Ariete que fue sacado de su tanque destruido por sus captores. Además, Koenig ordenó a sus columnas Jock que se aprovecharan de las líneas de suministro del Eje más cercanas.
Después de un contratiempo temporal, Rommel visualiza Tobruk
Rommel estaba furioso. Había contado con la velocidad y la sorpresa para llevarlo a través de la Línea Gazala, y ahora estos impertinentes franceses se interponían en su camino. Tampoco en este mismo día las cosas iban bien con las fuerzas del Eje al norte de Bir Hacheim, donde se habían topado con las duras defensas británicas de la caja de Knightsbridge con sus nuevos tanques Grant. Para empeorar las cosas, las minas aliadas estaban afectando a los vehículos de suministro del Eje, y las municiones de tanques y artillería no estaban llegando.
Este debería haber sido un momento para que los británicos contraatacen, pero Ritchie vaciló. Fue un gran error. Mientras el general británico conversaba con su personal, Rommel reorganizó sus fuerzas y demostró su genio táctico al abrir un agujero a través de las líneas británicas al norte de Bir Hacheim. Al hacerlo, no solo abrió un camino para sus suministros, sino que también destruyó a una brigada de infantería británica, destruyó más de 100 tanques y capturó a unos 3.000 prisioneros. Él ahora tenía la ventaja de nuevo.
El general alemán, siempre ambicioso, estaba mirando más allá de la Línea Gazala hacia la ciudad fortaleza de Tobruk, que había tratado de conquistar tres veces antes pero todavía estaba en manos británicas. Los informes de inteligencia indicaron que la guarnición en Tobruk recientemente se había debilitado sustancialmente, y más allá de Tobruk se encontraban Alejandría, El Cairo y el Canal de Suez.
Los franceses rechazan educadamente la demanda italiana de rendición
Tal era la confianza en sí mismo de Rommel que pensó que podía empujar directamente hacia Suez una vez que hubiera neutralizado a Tobruk. Sabía que los británicos estaban construyendo una línea defensiva de última hora en El Alamein, a solo 50 millas de Alexandria, y si alguna vez esperaba llegar a Suez, tenía que atacar esas defensas antes de que se volvieran demasiado fuertes. El tiempo era esencial. Para despejar el camino hacia el este tuvo que tomar a Tobruk a toda prisa. Pero primero tuvo que perforar la línea de Gazala.
Rommel ahora dirigió su atención a Bir Hacheim. Debido a sus éxitos en el norte, ahora lo tenía rodeado. Primero envió una delegación de oficiales italianos bajo una bandera blanca a la sede de Koenig para exigir la rendición de la caja de Bir Hacheim. Con una exagerada cortesía, los italianos le recordaron al general francés la desesperanza de su posición, rodeado por fuerzas superiores. Igualmente puntual, Koenig respondió que la rendición estaba fuera de discusión. En una oleada de saludos, los italianos se fueron. La fecha fue el 2 de junio.
Poco después, los proyectiles comenzaron a caer sobre las fortificaciones de Bir Hacheim, y durante los días siguientes se mantuvo un intenso bombardeo. Fue devuelto por el preciso fuego de contrabatería de los años 75 de Laurent-Champrosay, pero las municiones francesas fueron limitadas, y el reabastecimiento fue finalmente cortado por el anillo cada vez más estrecho de las tropas del Eje.
Los alemanes y sus aliados piden ayuda aérea
Rommel también llamó a la Luftwaffe, y los cielos diurnos sobre el bastión francés se llenaron con los bombarderos de buceo Junkers Ju-87 Stuka, los bombarderos Heinkel He-111 y los combatientes Messerschmitt Me-109. Los Bofors de D’Inville dispararon, pero había un límite a lo que las pocas armas podían hacer contra ataques tan masivos. En total, la Luftwaffe realizó 1.300 salidas contra las posiciones francesas.
Más tarde habría algunas recriminaciones contra el alto mando aliado por no proporcionar más protección contra el asalto aéreo, pero la RAF hizo lo que pudo, llegando diariamente al campo de batalla para desafiar a los alemanes. Sin embargo, Hawker Hurricanes y Curtiss P-40 no fueron iguales para el número concentrado de aviones alemanes, y trajeron poco alivio del constante bombardeo. A pesar de esto, los franceses agradecieron su ayuda, y se dijo que Koenig había enviado un mensaje a los británicos, "Merci pour la RAF". A lo que la RAF respondió: "Merci pour le sport!"
Los suministros se vuelven críticamente bajos en Bir Hacheim
Los constantes ataques aéreos y el bombardeo de artillería fueron una cubierta para los continuos intentos de los alemanes de infiltrarse en las posiciones francesas. Usaron tanto tanques como infantería, pero las tropas francesas los combatieron. La planificación de los ingenieros y la experiencia de la Legión en la construcción inicial de las fortificaciones de campo mantuvieron bajas las bajas de los defensores y elevaron su moral. Pero no ayudó a la situación de suministro, que se estaba convirtiendo rápidamente en crítica. Luego, del 2 al 5 de junio, hubo un poco de alivio de la presión del Eje cuando Ritchie finalmente lanzó un contraataque en esa zona al norte de Bir Hacheim que se conoció como "el caldero". La lucha allí fue amarga, y Rommel Tuvo que sacar tropas del asedio de Bir Hacheim para enfrentar el desafío. Como de costumbre, el general alemán superó al británico y obtuvo una victoria contundente, destruyendo más tanques enemigos y tomando más prisioneros de guerra.
Ahora Rommel volvió a apretar a Bir Hacheim, esta vez con fuertes ataques de la División de Trieste y la 90.ª División de Luz alemana. Interesante es que la 90.ª Luz tenía en sus filas a dos batallones de soldados alemanes que, en un pasado no muy lejano, habían renunciado o desertado de la Legión Extranjera y ahora estaban luchando contra sus antiguos compañeros de armas. Una vez más, los franceses lucharon contra estos ataques, pero los aplastantes bombardeos aéreos y de artillería continuaron. La comida y el agua se estaban acabando.
La RAF hizo intentos de abastecer a la asediada guarnición con paracaídas, pero los objetivos eran demasiado pequeños y los vientos del desierto impredecibles hicieron que la mayoría de las gotas cayeran en las líneas del Eje. No había más municiones para los años 75.
Los franceses pidieron quedarse un poco más.
En este punto, el general Koenig sabía que debía tratar de sacar a sus tropas de esta trampa mortal, romper las líneas alemanas y unirse a los británicos que se reunían en El Alamein. Cuando se comunicaron sus planes a la sede de los aliados en El Cairo, se le pidió que esperara un poco más. Los británicos necesitaban tiempo para dar los toques finales a sus defensas de El Alamein y reorganizar las tropas que los tripularían. Como el buen soldado que era, Koenig respondió que lo haría, y volvió a pelear su guerra.
Los próximos días en Bir Hacheim fueron un infierno. Rommel, frustrado, ordenó asaltos y bombardeos aún más pesados. Las tropas francesas, agotadas y virtualmente sin comida ni agua y con pocas municiones a la izquierda, siguieron luchando. Rommel envió otra fiesta de bandera blanca para exigir la rendición o la aniquilación de cara, pero Koenig se negó incluso a verlos. No hubo cortesía militar esta vez.
Finalmente, el 10 de junio, cuando pequeños grupos de tropas del Eje comenzaron a infiltrarse en las líneas francesas, Koenig decidió que era hora de estallar. Esperó la cobertura de la oscuridad y luego dio la orden.
Los franceses intentan un retiro tranquilo
Al principio, el movimiento fue ordenado, ya que la Legión, los infantes de marina, los senegaleses y el resto de la guarnición políglota se presentaron silenciosamente a través de huecos en los campos de minas en escuadrones y pelotones disciplinados, sin que el enemigo los descubriera. Pero había demasiadas tropas en movimiento para que siguiera siendo así.
Cuando los alemanes descubrieron lo que estaba sucediendo, comenzaron los disparos y se desató el infierno. Cuando los rastreadores recorrieron la noche y explotaron minas no reveladas debajo de los vehículos, los archivos de soldados de la 1ª Brigada Francesa Libre se desintegraron en pequeños grupos e individuos. Pronto ya no eran una fuerza militar cohesionada, sino una banda de fugitivos desesperados.
Era cada hombre por sí mismo.
Los soldados franceses todavía estaban armados y eran peligrosos, y mientras tropezaban en la noche del desierto, sus perseguidores aún temían atacarlos. Pequeños tiroteos estallaron en todas partes cuando los hombres de Koenig se abrieron paso hacia el noreste hacia las líneas y la seguridad británicas.
Rommel toma la fortaleza en Tobruk
El general Koenig y el coronel Amilakvari escaparon en el automóvil del general, conducido por Susan Travers, una voluntaria inglesa asignada a la sección de ambulancia francesa gratis. (Travers es la única mujer que podría ser considerada miembro de la Legión Extranjera Francesa, a pesar de lo que se ha escrito en varias obras de ficción espeluznantes.) Deambularon por el desierto la mayor parte de la noche, más de una vez desaparecieron. Captura, hasta que finalmente lo consiguieron a salvo.
Parecía un milagro, pero la mayor parte del resto de la guarnición de Bir Hacheim también escapó y vivió para luchar otro día. Rommel finalmente se estrelló a través de la Línea Gazala e invirtió a Tobruk. Su inteligencia había sido correcta; Las defensas de la ciudad se habían debilitado considerablemente para que áreas más vitales pudieran reforzarse. Después de una pelea de un solo lado, la guarnición de Tobruk se rindió. Los alemanes ocuparon la ciudad fortaleza, y los ojos de Rommel se volvieron con avidez hacia Alejandría.
Bir Hacheim demostraría ser la ruina de Rommel
Él nunca llegó allí. Se había desgastado en la Línea Gazala, y su horario se había visto seriamente afectado por los obstinados héroes de Bir Hacheim. El Zorro del Desierto se encontró con su derrota definitiva meses más tarde a manos de un arrogante comandante del Octavo Ejército, el Mariscal de Campo Bernard Law Montgomery, conocido por sus tropas como "Monty". Pero Rommel nunca olvidó a Bir Hacheim. Más tarde escribió sobre el sitio: "Raramente en África se me dio una lucha tan dura".
La nación francesa nunca olvidará a esos soldados del desierto, porque seguirán viviendo en los libros de historia. Aunque para algunos puede parecer un extraño recuerdo, hoy en día hay una estación de metro en París llamada "Bir Hacheim".
La guerra de Argelia (también conocida como la Guerra de Independencia de Argelia y la Revolución de Argelia) se libró entre los nacionalistas argelinos conocidos como el Frente de Liberación Nacional (Frente de Liberación Nacional, FLN) y el ejército francés entre el 1 de noviembre de 1954 y el 19 de marzo. 1962. La guerra condujo a un gasto considerable de sangre y tesoros, vio a un millón de franceses servir en el ejército francés en Argelia, reclamó más de una veintena de ministerios franceses y trajo el final de la Cuarta República francesa, reemplazado por el Quinto República. La guerra tampoco trajo la paz en argelia.
Francia había establecido su control sobre Argelia más de un siglo antes. El 14 de junio de 1830, una fuerza expedicionaria francesa de unos 34.000 hombres comandados por el mariscal Louis Auguste Victor, conde de Ghaisnes de Bourmont, aterrizó cerca de Argel. El pretexto para la invasión fue el insulto al cónsul francés ante Argel Pierre Duval, quien había sido golpeado con un matamoscas por Dey Husain en 1827. Los franceses también intentaron eliminar una amenaza a su comercio en el Mediterráneo, pero la verdadera razón detrás del rey francés Charles El plan de X para tomar Argel era apuntalar su impopular gobierno francés, encabezado por el Príncipe Jules de Polignac, y permitirle ganar las elecciones nacionales de 1830.
Argel se tomó debidamente el 5 de julio, aunque fracasó la estrategia política de Carlos X, ya que Francia experimentó una revolución entre el 28 y el 30 de julio. En esta revolución de julio de 1830, Carlos X se vio obligado a abdicar en favor de su primo Louis Philippe, Duc d'Orléans, quien, no obstante, decidió continuar las operaciones militares francesas en Argelia.
La reforma política genuina resultó imposible, ya que la concesión de una representación completa a Argelia hubiera implicado otorgarle un cuarto de los escaños en la Asamblea Nacional. El resultado fue el compromiso del Estatuto argelino, aprobado por la Asamblea Nacional francesa en septiembre de 1947. Por primera vez, se reconoció que Argelia tenía autonomía administrativa. El corazón del estatuto, sin embargo, fue la creación de una Asamblea argelina que consta de dos asambleas de 60 miembros. Aunque todos los argelinos estaban clasificados como ciudadanos franceses, el primer colegio incluía a todos los ciudadanos franceses no musulmanes y a los ciudadanos franceses musulmanes que habían sido definidos en virtud del servicio militar o la educación. El segundo colegio proporcionado para todos los demás musulmanes. Un total de 469,023 europeos y 63,194 musulmanes fueron elegibles para votar en el primer colegio, y 1,301,072 musulmanes fueron elegibles para votar en el segundo colegio. Así, para todos los propósitos prácticos, la primera universidad representó los 1.5 millones de euros europeos, y la segunda representó a los 9.5 millones de musulmanes.
Los diputados, aunque elegidos por separado, votaron juntos. Para evitar que los musulmanes tengan una mayoría al asegurar solo un voto en el primer colegio, el gobernador general o 30 miembros de la Asamblea podrían exigir un voto de dos tercios. Diseñado para darles a los musulmanes una voz en su gobierno y al mismo tiempo garantizar el control europeo, el Estatuto de Argelia demostró ser un compromiso deficiente. Aún así, podría haber funcionado si no fuera por el hecho de que las elecciones obligatorias, que comenzaron en abril de 1948, fueron amañadas. Como resultado, el período desde 1948 hasta el inicio de la rebelión en 1954 estuvo marcado por el aumento de la amargura y el conflicto entre las dos comunidades argelinas.
Proindependencia Los musulmanes argelinos se envalentonaron con la victoria de Viet Minh de mayo de 1954 sobre las fuerzas francesas en Dien Bien Phu durante la Guerra de Indochina (1946–1954), y cuando los líderes nacionalistas musulmanes de Argelia se reunieron con el presidente de la República Democrática de Vietnam, Ho Chi Minh, en la Conferencia de Bandung en abril. En 1955, les aseguró que los franceses podían ser derrotados. Ben Bella y sus compatriotas, habiendo establecido el FLN el 10 de octubre de 1954, comenzaron la guerra de Argelia la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre.
Curso
A principios del 1 de noviembre de 1954, miembros armados del FLN llevaron a cabo una serie de pequeños ataques en toda Argelia. El gobierno francés, que se ocupaba entonces de los movimientos de independencia en los países vecinos de Túnez y Marruecos, no había previsto un desarrollo similar en Argelia. Después de todo, Argelia había sido territorio francés desde 1830 (Túnez había sido adquirida solo en 1881 y Marruecos en el período 1904–1911). A diferencia de Marruecos y Túnez, que se clasificaron como protectorados, Argelia se consideraba una parte integral de Francia. De hecho, durante algunos meses, el pueblo francés y la prensa no reconocieron el significado de lo que estaba sucediendo y eligieron caracterizar a los rebeldes como fellagha (proscritos).
Había razones válidas para que los franceses lucharan para retener a Argelia. A diferencia de Indochina, estaba muy cerca de Francia, al otro lado del Mediterráneo. Los franceses habían creado gran parte de la Argelia moderna, ya que los deys solo habían controlado una estrecha franja costera alrededor de Argel. Allí vivían más de 1 millón de europeos, y no estarían dispuestos a ceder el lugar al nacionalismo árabe. Finalmente, estaba el ejército francés. Sus soldados profesionales casi habían sido transferidos de Indochina a Argelia. Creyendo firmemente que se les habían negado los recursos necesarios para ganar la Guerra de Indochina (1946–1954) y que, al final, su gobierno los había vendido, se determinó que este no sería el caso en Argelia.
En última instancia, Francia dedicó una fuerza de 450,000 hombres a la guerra, y más de 1 millón de franceses servirían allí. A diferencia de la guerra de Indochina, esto incluía a los reclutas. A medida que el conflicto se intensificaba, los funcionarios franceses buscaron el apoyo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), argumentando que mantener a Argelia en Francia aseguraría que el flanco sur de la OTAN estuviera a salvo del comunismo. Como parte de Francia, Argelia se incluyó en la Carta original de la OTAN, pero la posición del gobierno francés no recibió una respuesta favorable en Washington o en otras capitales de la OTAN. Muy tarde, una sucesión de gobiernos franceses intentó llevar a cabo la reforma.
El objetivo del FLN era acabar con el control francés de Argelia y expulsar o eliminar a la población de colon. El FLN se organizó en seis distritos militares, o wilayas, a lo largo de líneas rígidamente jerárquicas. Wilaya 4, ubicada cerca de Argel, fue especialmente importante, y el FLN fue particularmente activo en Kabylia y las montañas Aurés. El partido no toleró la disidencia. En forma y estilo, se parecía a los partidos comunistas del bloque soviético, aunque afirmaba ofrecer una ideología alternativa no comunista y no occidental, articulada por Frantz Fanon. El brazo militar del FLN fue la Armée de Libération Nationale (Ejército de Liberación Nacional, ALN).
Cualquier esperanza de reconciliación entre las dos partes fue destruida por una importante operación militar del FLN el 20 de agosto de 1954. En esa fecha, su personal, que se había infiltrado en la ciudad portuaria de Philippeville, mató a 71 colones y 52 musulmanes pro-franceses (en su mayoría políticos locales). ), mientras que la policía y los militares franceses mataron a 134 soldados de la ALN. El mismo día, la ALN atacó y asesinó a mujeres y niños europeos que vivían en el campo que rodeaba a Constantino mientras los hombres trabajaban. En El-Halia, una comunidad minera de azufre con unos 120 europeos que viven pacíficamente entre 2.000 musulmanes argelinos, 37 europeos, incluidos 10 niños, fueron torturados y asesinados. Otros 13 resultaron gravemente heridos. Varias horas después llegaron paracaidistas franceses, apoyados por aviones militares. A la mañana siguiente, reunieron a unos 150 musulmanes y los ejecutaron.
La administración francesa ahora permitió que los colonos se armaran y formaran unidades de autodefensa, medidas que el gobernador general reformista Jacques Soustelle había vetado anteriormente. Según informes, grupos de vigilantes europeos llevaron a cabo asesinatos sumarios de musulmanes. Soustelle reportó un total de 1,273 musulmanes asesinados en lo que él calificó de represalias "severas".
La Liga Árabe apoyó firmemente al FLN, mientras que Egipto bajo el presidente Gamal Abdel Nasser fue una fuente de armas y otra ayuda. La concesión de independencia del gobierno francés a Túnez y Marruecos en marzo de 1956 reforzó aún más el nacionalismo argelino. Cuando las fuerzas israelíes, británicas y francesas invadieron Egipto en la crisis de Suez de 1956, Estados Unidos condenó la medida y forzó su retirada. Los insurgentes argelinos fueron envalentonados por la derrota francesa. Los franceses ahora también se encontraron luchando con las bases de suministro de FLN en Túnez que no podían atacar ni eliminar. También en 1956, el gobierno del primer ministro socialista Guy Mollet transfirió la mayor parte del ejército francés a Argelia.
El mayor compromiso de la guerra fue la batalla por el control del distrito de Casbah de Argel, un distrito de unas 100.000 personas en la capital de Argelia. Con el guillotinismo en Argel en junio de 1956 de varios miembros del FLN que habían matado a europeos, el comandante del FLN de la Zona Autónoma de Argel, Saadi Yacef, recibió instrucciones de matar a cualquier europeo entre las edades de 18 y 54 años, pero no mujeres, niños o ancianos. Durante un período de tres días en junio, los escuadrones de roaming de Yacef derribaron a 49 europeos. Era la primera vez en la guerra que tales actos de terrorismo al azar habían ocurrido en Argel y comenzaron allí una espiral de violencia.
Los partidarios europeos de línea dura de Algérie Française (Argelia francesa) decidieron tomar el asunto por su cuenta, y la noche del 10 de agosto, André Achiary, ex miembro del servicio de contrainteligencia del gobierno francés, colocó una bomba en un edificio en la Casbah que supuestamente había albergado el FLN, pero la explosión que siguió destruyó gran parte del vecindario y se cobró 79 vidas. Nadie fue arrestado por la explosión, y el FLN estaba decidido a vengar las muertes.
Yacef, que había creado una red cuidadosamente organizada de unos 1.400 agentes, así como fábricas de bombas y escondites, recibió órdenes de emprender bombardeos aleatorios contra europeos, por primera vez en la capital. El 30 de septiembre de 1956, tres mujeres miembros de FLN colocaron bombas en el Milk-Bar, una cafetería y una agencia de viajes. La última bomba no se disparó debido a un temporizador defectuoso, pero las otras dos explosiones mataron a tres personas e hirieron a más de 50, incluyendo a varios niños. Este evento se considera generalmente como el comienzo de la batalla de Argel (30 de septiembre de 1956 a 24 de septiembre de 1957).
La violencia ahora se apoderó de Argel. Tanto las poblaciones musulmanas como las europeas en la ciudad estaban en un estado de terror. Las escuelas cerraron en octubre y el 28 de diciembre la alcaldesa Amédée Froger fue asesinada.
El 7 de enero de 1957, el gobernador general francés Robert Lacoste llamó al general Raoul Salan, nuevo comandante francés en Argelia, y el brigadier general Jacques Massu, comandante de la élite de la 10a División de Paracaídas Colonial de 4.600 hombres, llegó recientemente de Suez. Lacoste les ordenó restaurar el orden en la ciudad capital, sin importar el método.
En 1956, utilizando helicópteros en un papel de ataque a tierra en la guerra de Argelia.
Además de sus propios hombres, Massu podría llamar a otras unidades militares francesas, sumando quizás 8,000 hombres. También tenía la fuerza policial de 1,500 hombres de la ciudad. Massu dividió la ciudad en cuatro cuadrículas, con uno de sus regimientos asignado a cada uno. El 3er Regimiento de Paracaídas Coloniales del teniente coronel Marcel Bigeard era responsable de la propia Casbah.
Los franceses establecieron una serie de puestos de control. También hicieron uso de tarjetas de identidad e instituyeron patrullas agresivas y búsquedas casa por casa. Massu fue asistido hábilmente por su jefe de personal, el coronel Yves Godard, quien pronto se convirtió en el experto en la Casbah. El teniente coronel Roger Trinquier organizó un sistema de recolección de inteligencia que incluía informantes musulmanes pagados y empleó a jóvenes paracaidistas franceses disfrazados de trabajadores para operar en la Casbah e identificar a los miembros del FLN. Trinquier organizó una base de datos sobre la población civil musulmana. Los franceses también emplearon duras técnicas de interrogación de los sospechosos, incluido el uso de torturas que incluían descargas eléctricas.
El ejército rompió una huelga general musulmana llamada a fines de enero en solo unos días. Yacef pudo realizar más bombardeos, pero el ejército francés finalmente ganó la batalla y tomó prisionero al liderazgo del FLN, aunque Yacef no fue capturado hasta septiembre de 1957. Unos 3.000 de los 24.000 musulmanes arrestados durante la Batalla de Argel nunca fueron vistos nuevamente. La parte francesa perdió un estimado de 300 muertos y 900 heridos.
Sin embargo, la batalla de Argel tuvo un impacto negativo generalizado para el esfuerzo militar francés en Argelia. Aunque el ejército se embarcó en un encubrimiento elaborado, su uso de la tortura pronto se convirtió en conocimiento público y creó una tormenta de fuego que aumentó enormemente la oposición en la Francia metropolitana a la guerra. Cabe señalar, sin embargo, que los franceses emplearon la tortura para obligar a los agentes del FLN a hablar, y algunos fueron asesinados en el proceso. El FLN, por otro lado, asesinó rutinariamente a soldados franceses y civiles europeos capturados.
En un esfuerzo por cortar el FLN del apoyo externo, los franceses también erigieron la Línea Morice. Llamado así por el ministro de defensa francés André Morice, se extendió por unas 200 millas desde el mar Mediterráneo en el norte hasta el Sahara en el sur. La línea estaba centrada en una cerca eléctrica de 8 pies de altura y 5,000 voltios que se extendía por toda su longitud. Para respaldar esto, había una "zona de exterminio" de 50 yardas de ancho a cada lado de la cerca con minas antipersonal. La línea también fue cubierta por obuses de 105 mm previamente alineados. Una pista patrullada paralelaba a la cerca en su lado argelino. La línea Morice fue reforzada por sensores electrónicos que advirtieron de cualquier intento de perforar la barrera. Proyectores operados por la noche.
Aunque la dotación de la línea requería un gran número de soldados franceses, redujo significativamente la infiltración del FLN desde Túnez. Para abril de 1958, los franceses estimaron que habían derrotado al 80 por ciento de los intentos de infiltración de FLN. Esto contribuyó en gran medida al aislamiento de aquellas unidades de FLN dentro de Argelia que dependen del apoyo de Túnez. Posteriormente, los franceses construyeron una barrera menos extensa, conocida como la Línea Pedron, a lo largo de la frontera argelina con Marruecos.
A pesar de la victoria en Argel, las fuerzas francesas no pudieron acabar con la rebelión argelina ni ganar la confianza de los dos puntos. Algunos colones temían que el gobierno francés estuviera a punto de negociar con el FLN, y en la primavera de 1958 hubo varios planes para cambiar el gobierno colonial. El veterano de los dos colonos y del ejército, Pierre Lagaillarde, organizó cientos de comandos y comenzó una revuelta el 13 de mayo de 1958. Varios oficiales del ejército de alto rango determinaron que el gobierno francés no repitió lo que había sucedido en Indochina y prestó apoyo. Massu formó rápidamente el Comité de Seguridad Pública y Salan asumió su liderazgo.
Los conspiradores hubieran preferido a alguien más francamente autoritario, pero Salan pidió el retorno al poder del general Charles de Gaulle. Aunque De Gaulle había estado fuera del poder durante más de una década, el 19 de mayo anunció su disposición a asumir la autoridad.
Massu estaba preparado para devolver a De Gaulle por la fuerza si fuera necesario y se desarrollaron planes para enviar paracaidistas a la Francia metropolitana desde Argelia, pero esta opción no era necesaria. El 1 de junio de 1958, la Asamblea Nacional francesa invirtió a Gaulle con el cargo de primer ministro; Técnicamente fue el último estreno de la Cuarta República. De Gaulle finalmente estableció un nuevo marco político francés, la Quinta República, con poderes presidenciales mejorados.
De Gaulle visitó Argelia cinco veces entre junio y diciembre de 1958. En Orán, el 4 de junio, dijo sobre Francia en Argelia que "ella está aquí para siempre". Un mes más tarde, propuso 15 mil millones de francos para viviendas, educación y obras públicas de Argelia. , y ese mes de octubre sugirió una propuesta aún más amplia, conocida como el Plan Constantino. La financiación para los proyectos masivos, sin embargo, nunca llegó. La verdadera reforma nunca se realizó y, en cualquier caso, probablemente fue demasiado tarde para impactar a la comunidad musulmana.
El nuevo comandante militar de Argelia, el general Maurice Challe, llegó a Argelia el 12 de diciembre de 1958, y lanzó una serie de ataques contra las posiciones de FLN en la Kabylia rural a principios de 1959. Los Harkis, tropas musulmanas leales a Francia, dirigieron a las tropas francesas especiales y especiales llamadas Comandos. de Chasse. Una serie agresiva de salidas en lo profundo de Kabylia avanzó considerablemente, y Challe calculó que para fines de octubre sus hombres habían matado a la mitad de los agentes del FLN allí. Una segunda fase de la ofensiva iba a ocurrir en 1960, pero para entonces De Gaulle, quien había eliminado gradualmente las opciones, había decidido que la independencia de Argelia era inevitable.
A fines de agosto de 1959, De Gaulle preparó a sus generales para la decisión y luego se dirigió a la nación el 19 de septiembre de 1959, declarando su apoyo a la autodeterminación argelina. Temiendo por su futuro, algunos colones de muerte crearon el Front Nationale Français y fomentaron otra revuelta el 24 de enero de 1960, en la llamada Semana de las Barricadas. Se produjo un caos cuando los policías intentaron restablecer el orden y varias personas murieron o resultaron heridas. El general Challe y el gobernador de la colonia, Paul Delouvrier, huyeron de Argel el 28 de enero, pero al día siguiente De Gaulle, vestido con su viejo uniforme del ejército, cambió el rumbo a través de un discurso televisado a la nación. El 1 de febrero, las unidades del ejército juraron lealtad al gobierno y la revuelta se derrumbó rápidamente.
A principios de 1961, Ultras, cada vez más desesperado, formó un grupo terrorista llamado Organización del Ejército Secreto (OEA). Apuntó a colones a quienes consideraban como traidores y también llevó a cabo bombardeos en Francia e intentó asesinar al propio De Gaulle.
El Putsch de los generales, del 20 al 26 de abril de 1961, fue una seria amenaza para el régimen de De Gaulle. El general Challe quería una revuelta limitada a Argelia, pero Salan y sus colegas (el jefe de personal de las Fuerzas Terrestres, el general André Zeller y el recientemente retirado inspector general de la fuerza aérea Edmond Jouhaud) también se habían preparado para una revuelta en Francia. Los generales tenían el apoyo de muchos oficiales de primera línea, además de casi dos divisiones de tropas. La Legión extranjera arrestó al comandante de las fuerzas francesas en Argelia, el general Fernand Gambiez, y los paracaidistas cerca de Rambouillet se prepararon para marchar a París después de obtener apoyo blindado. El golpe se derrumbó, sin embargo, cuando las unidades policiales lograron convencer a los paracaidistas para que se retiraran, y las unidades del ejército nuevamente juraron lealtad a De Gaulle.
Primer Regimiento de Caballería de la Legión Extranjera, Argelia 1960
El 10 de junio de 1961, De Gaulle sostuvo reuniones secretas con representantes del FLN en París, y el 14 de junio hizo un llamado televisado para que el llamado gobierno provisional del FLN negociara el fin de la guerra. Las conversaciones de paz durante el 25 y 29 de junio no llevaron a la resolución, pero De Gaulle se fijó en su curso. Durante su visita a Argelia en diciembre, fue recibido por grandes manifestaciones musulmanas pro-FLN y disturbios anticolónicos. Las Naciones Unidas reconocieron la independencia de Argelia el 20 de diciembre, y en un referéndum nacional el 8 de enero de 1962, el público francés votó a favor de la independencia de Argelia.
Un éxodo masivo de colones ya estaba en marcha. Casi 1 millón regresó a sus tierras ancestrales (la mitad de ellos fue a Francia, mientras que la mayoría del resto fue a España e Italia). Las conversaciones de paz se reanudaron en marzo en Évian, y ambas partes llegaron a un acuerdo el 18 de mayo de 1962.
Consecuencias
La entrega formal del poder ocurrió el 4 de julio de 1962, cuando el Comité Provisional del FLN tomó el control de Argelia, y en septiembre, Ben Bella fue elegido primer presidente de Argelia. La guerra de Argelia reclamó unas 18,000 muertes de militares franceses, 3,000 muertes de colon y unas 300,000 muertes de musulmanes.
Se alentó a los europeos a irse (la valise ou le cercueil, que significa "la maleta o el ataúd"), y unos 1,5 millones lo hicieron. Tal vez la mitad se mudó a Francia metropolitana, y la mayor parte del resto fue a España o Italia. Unos 30.000 europeos permanecieron en Argelia. Aparentemente, se les otorgó igualdad de derechos en el tratado de paz, en lugar de eso, enfrentaron una discriminación oficial por parte del gobierno de FLN y la pérdida de gran parte de sus propiedades. El gobierno argelino dirigido por el FLN, encabezado por el primer ministro Mohammed Ben Bella, confiscó prontamente las propiedades abandonadas de los colones y estableció una economía socialista descentralizada y un estado de partido único.
Los Harkis, esos musulmanes argelinos que lucharon en el bando francés en la guerra, sufrieron terriblemente. Unos 91.000 y sus familiares se establecieron en Francia. Al menos 30,000 y quizás hasta 150,000 Harkis y sus familiares, incluidos los niños pequeños, que permanecieron en Argelia fueron posteriormente asesinados por el FLN o por linchadas.
El intento de Ben Bella de consolidar su poder, combinado con el descontento popular con la ineficiencia de la economía, provocó un golpe de Estado militar implacable por parte del Ministro de Defensa Houari Boumédienne en junio de 1965. En 1971, el gobierno intentó estimular el crecimiento económico nacionalizando la industria petrolera e invirtiendo los ingresos En desarrollo industrial centralmente orquestado. El gobierno dominado por los militares de Boumédienne adquirió un elenco cada vez más autoritario a lo largo de los años.
Los líderes de Argelia intentaron conservar su autonomía, uniendo a su país al Movimiento de Países No Alineados, y Boumédienne eliminó las bases militares francesas. Aunque Argelia denunció la percepción del imperialismo estadounidense y apoyó a Cuba, el Viet Cong en Vietnam del Sur, los nacionalistas palestinos y los combatientes anticoloniales africanos, mantuvo una fuerte relación comercial con los Estados Unidos. Al mismo tiempo, Argelia cultivó lazos económicos con la Unión Soviética, que proporcionó a la nación equipo militar y entrenamiento. Cuando los españoles abandonaron el control del Sáhara Occidental en 1976, Marruecos intentó anexarse a la región, lo que llevó a una guerra de bajo nivel de 12 años con Argelia, que apoyó al movimiento guerrillero que lucha por la independencia de la región.
Las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos se calentaron después de que Argelia negoció la liberación de los rehenes estadounidenses en Irán en 1980 y Marruecos perdió el favor de los Estados Unidos al aliarse con Libia en 1984.
En 1976, se promulgó una constitución largamente prometida que preveía elecciones, aunque Argelia seguía siendo un estado de partido único. Cuando Boumédienne murió en diciembre de 1978, el poder pasó a Chadli Bendjedid, el candidato respaldado por el ejército. Bendjedid se retiró de las políticas económicas cada vez más ineficaces de Boumédienne, privatizando gran parte de la economía y fomentando el espíritu empresarial. Sin embargo, la deuda acumulada continuó retrasando la expansión económica. Las crecientes protestas públicas de los sindicatos, estudiantes y fundamentalistas islámicos forzaron al gobierno a poner fin a las restricciones a la expresión política en 1988.
El Frente de Salvación Islámico (Frente Islamique du Salut, FIS) demostró ser el más exitoso de los nuevos partidos políticos. Después de las victorias del FIS en las elecciones locales de junio de 1990 y las elecciones nacionales de diciembre de 1991, Bendjedid renunció y un nuevo régimen bajo Mohamed Boudiaf impuso la ley marcial, prohibiendo el FIS en marzo de 1992. En respuesta, los radicales islamistas comenzaron una guerra de guerrillas. Persistió hasta el presente, cobrando un peaje de 150,000 o más vidas. Aunque el gobierno militar de Argelia logró ganar la delantera en la lucha después de 1998, los grupos islámicos continúan luchando contra el estado, que mantiene el control a través de la represión brutal y las elecciones manchadas.
Damasco en llamas después de que el Alto Comisionado Sarrail diera órdenes de bombardear la ciudad.
En julio de 1925, los drusos de Hawran explotaron en revuelta. Esto encendió una mecha para una insurrección que se extendería hacia el norte hasta Hama y el valle de Orontes, y hacia el oeste hasta el sur del Líbano. Por un breve período, incluso parecía que los franceses estaban a punto de ser expulsados: un sentimiento que fue expresado por el famoso arabista Gertrude Bell. Ella era una de las autoridades británicas que había establecido el Mandato de Irak y había colocado a Faisal en su trono, casi como una compensación por su pérdida de Siria. En un informe secreto desde Bagdad que escribió en noviembre de ese año después de un viaje a Siria, expresó la opinión de que "son los drusos los que permitirán a su hermano sirio desalojar a los franceses".
Esta revuelta debería haber sido prevista. Los drusos pronto descubrieron que la autonomía que los franceses les otorgaban era, en realidad, una forma en gran medida para que los franceses interfirieran en sus vidas, manipulen las disputas entre notables drusos a su favor y extendieran su control en el corazón de los drusos. Estaban muy conscientes de las políticas francesas de "dividir y gobernar", y observaron cómo estaban calculadas para aislar el corazón de los drusos de Damasco, a lo que les molestaba. Se sentían mucho más cerca de otros sirios que los franceses estaban dispuestos a admitir a sí mismos. Líderes drusos como Sultan al-Atrash tuvieron contacto con nacionalistas con base en Damasco, así como con los de Amman, la capital de Jordania. Cuando se produjo su revuelta, fue en nombre de la independencia siria, no del Estado druso, que los franceses les habían prestado.
El Hawran ya había estado inquieto y había visto mucho descontento, pero la gota de paja que había roto la espalda del camello se refería al comportamiento de un Capitán Carbillet que había sido puesto temporalmente a cargo del estado druso, mientras que los franceses decidían a quién nombrar como el próximo grupo étnico. Gobernador druso. El nombramiento del gobernador era una cuestión delicada para las autoridades, ya que significaba negociar con éxito su camino a través del laberinto de la política del clan druso. Carbillet era un creyente noble pero arrogante en los valores de la república francesa. Trataba enérgicamente de llevar el mundo moderno a Hawran, y contaba con el apoyo total del Alto Comisionado Sarrail. Pero su decisión de dividir la tierra común entre las familias campesinas como parte de un programa de reforma agraria, encaminada a poner fin a lo que él percibía como "feudalismo", entró en conflicto con los usos habituales. Esto lo hizo impopular, al igual que su reclutamiento de drusos en todos los segmentos de la sociedad como trabajo forzado para construir carreteras. Los drusos no solo se opusieron al trabajo forzoso en principio, sino que consideraron que reclutar a los líderes de su clan era un insulto al clan. También observaron astutamente que el objetivo principal de las carreteras sería llevar a los recaudadores de impuestos y al ejército francés a sus puertas.
Sultan Pasha al-Atrash, líder de la Gran Revuelta Siria de 1925, en el desierto árabe después de huir de Siria.
El 11 de julio, tres líderes drusos llegaron a Damasco a la invitación de Sarrail para discutir sus quejas, mientras que Carbillet había sido enviado con licencia temporal. Sarrail decidió mantenerlos como rehenes para fomentar el "buen comportamiento" entre los drusos, y los llevó a Palmyra y los encarceló. Esto fue comprensible, visto como una violación atroz de las tradiciones de hospitalidad y trato de los enviados. Una semana más tarde, Hawran se levantó bajo el liderazgo de Sultan al-Atrash, el líder más importante del clan druso y un notable eminente cuyo padre había sido ahorcado por los turcos. Aunque era un oficial del ejército otomano, al final de la Gran Guerra se había convertido en un partidario firme de Faisal y de la revuelta árabe. Más recientemente, tenía su propio motivo de preocupación ya que los franceses habían estado tratando de socavar su posición preeminente entre los drusos.
Las columnas francesas en Hawran fueron emboscadas y destruidas, y luego una expedición punitiva enviada desde Damasco se vio obligada a retirarse. Durante las primeras semanas de la rebelión, un millar de soldados coloniales franceses fueron asesinados, y los drusos incluso capturaron algo de artillería. Su revuelta pronto se extendió más allá de su comunidad, cuando algunos musulmanes y cristianos locales se unieron. Una columna drusa que marchaba en Damasco solo fue detenida fuera de la ciudad a fines de agosto por un ataque aéreo y un escuadrón de caballería marroquí. En muchos barrios aparecieron folletos firmados por el sultán al-Atrash. Combinaron la retórica árabe con la de la Revolución francesa y demostraron claramente que los intelectuales de Damasco habían participado en la redacción de ellos. Denunciaron los intentos franceses de dividir a Siria, así como la partición de la Gran Siria:
Los imperialistas han robado lo que es tuyo. Han echado mano a las fuentes mismas de su riqueza y levantado barreras y dividido su patria. Han separado a la nación en sectas y estados religiosos. Han estrangulado la libertad de religión, pensamiento, conciencia, discurso y acción. Ya no se nos permite moverse libremente en nuestro propio país.
Terminaron con cuatro exigencias:
La completa independencia de la Siria árabe, una e indivisible, litoral e interior;
La institución de un Gobierno Popular y la libre elección de una Asamblea Constituyente para la elaboración de una Ley Orgánica;
La evacuación del ejército extranjero de ocupación y la creación de un ejército nacional para el mantenimiento de la seguridad;
La aplicación de los principios de la Revolución Francesa y los Derechos del Hombre.
¡A las armas! Dios esta con nosotros. ¡Viva la Siria independiente! Sultan al-Atrash, comandante de los ejércitos revolucionarios sirios
En unos días, el campo alrededor de Damasco había dejado de ser un territorio seguro para las fuerzas del Mandato. Los franceses se detuvieron en Damasco y detuvieron las principales luces del Partido Popular que pudieron encontrar, pero muchos escaparon, incluido el Dr. Shahbandar, que huyó a Hawran, donde intentó establecer un gobierno rebelde provisional el 9 de septiembre. Con la ayuda de refuerzos, los franceses intentaron eliminar la fuente de la rebelión. Al principio, el ejército penetró con éxito en Hawran, infligió una sangrienta derrota a los drusos y relevó a la guarnición francesa en Suwayda, que había sido sitiada en la ciudadela. Pero luego tuvo que retirarse debido a su situación de suministro. Para los drusos, la derrota se convirtió en victoria.
Este fue el punto en el que la revuelta se extendió de manera importante. El 4 de octubre, las tropas sirias en Hama se amotinaron bajo el liderazgo de Fawzi al-Qawuqji, un sobreviviente de las fuerzas sirias en la batalla de Maysaloun. Se había unido al ejército del Mandato francés y ahora era capitán en una unidad de caballería. El levantamiento de Hama había sido cuidadosamente cronometrado, y Qawuqji esperó hasta que la mayor parte de la guarnición fue transferida para reforzar a los franceses en Hawran. Tomando rápidamente el control de la ciudad, asedió a los franceses restantes en su sede. Las autoridades, sin embargo, devolvieron el golpe enviando a su fuerza aérea para bombardear a Hama y someterla. Los notables locales persuadieron a Qawuqji y sus seguidores a irse para evitar una mayor destrucción, pero los insurgentes se refugiaron en el campo circundante y emprendieron una guerra de guerrillas contra las comunicaciones francesas.
Los franceses también perdieron el control de Ghouta, el campo alrededor de Damasco, y las bandas insurgentes también comenzaron a aparecer en muchas otras partes de Siria. Los contraataques contra la insurgencia fueron con frecuencia ineficaces, por lo que las autoridades recurrieron a represalias y castigos colectivos. Los franceses reclutaron pandillas de las minorías circasianas y armenias para llevar a cabo su trabajo sucio. Era una señal de lo nerviosos que estaban por confiar en los sirios de habla árabe. Las aldeas, incluido el asentamiento druso de Jaramana, a las afueras de Damasco, fueron destruidas sistemáticamente y los prisioneros fueron fusilados. En una ocasión, las autoridades ejecutaron a más de 100 habitantes de aldeas en Ghouta, y llevaron a otros dieciséis jóvenes a Damasco para ser fusilados en la plaza central de Marja, donde se dejaron los cuerpos en exhibición pública. Después de este incidente, los franceses tuvieron una sorpresa desagradable unos días después. Los cadáveres de una docena de milicianos circasianos capturados fueron descubiertos tendidos cerca de Bab Sharqi, la puerta oriental de la ciudad. Las manos de los rebeldes estaban lejos de estar limpias.
Bandas insurgentes se dedicaron a la extorsión para financiar y abastecer la revuelta. También atacaron aldeas que se negaron a cooperar, y se produjeron casos de bandoleros desnudos.
El 18 de octubre, los rebeldes tomaron el control de la mayor parte de Damasco, quemando y saqueando gran parte del extenso palacio de Azm, la residencia del gobernador, donde habían esperado capturar al general Sarrail. También mataron a los refugiados armenios que habían huido de Turquía y ahora estaban acampados al sur de la ciudad en Qadam. Al parecer, estos refugiados habían sido miembros de milicias que habían participado en masacres en la Ghouta. La policía y los gendarmes se desvanecieron de sus puestos, y los automóviles blindados franceses se vieron reducidos a disparar a ciegas mientras pasaban por las calles, aterrorizando pero no manteniendo barrios. Muchas personas de los barrios cristianos y judíos habían participado en una gran manifestación nacionalista que había tenido lugar durante las celebraciones religiosas musulmanas por el cumpleaños del Profeta unas semanas antes. Todos los distritos de la ciudad ahora respaldaban la insurgencia, pero los rebeldes tuvieron especial cuidado en tranquilizar y salvaguardar a los cristianos y judíos mientras se movían a través de Damasco. Esto provocó un comentario irónico de W. A. Smart, el cónsul británico, en un informe a sus superiores: “Estas intervenciones musulmanas aseguraron los barrios cristianos contra el pillaje. En otras palabras, fue el Islam y no el "Protectrice des Chrétiens en Orient" el que protegió a los cristianos en esos días críticos ". Este incidente ilustra que, contrariamente a lo que los franceses tendían a sentir instintivamente, el nacionalismo que encontraban no encajaba etiqueta del "fanatismo musulmán" que constantemente intentaron imponer a quienes se oponían a ellos. Su obsesión por ver el nacionalismo árabe a través de este prisma particular hizo que les resultara muy difícil entenderlo, y mucho menos llegar a un acuerdo con él.
Ahora los franceses hicieron lo que habían hecho en Hama, con igual éxito pero con mayor violencia, a pesar de que las protestas que causaron sus acciones llevaron al retiro de Sarrail. Durante dos días, bombardearon Damasco, dejando gran parte de ella en ruinas y en llamas. Un área fue tan completamente destruida que cuando fue reconstruida el patrón original de la calle fue abandonado. También adquirió un nuevo nombre, "Hariqah", que significa "Fuego". Se calcula que mil quinientas personas murieron en el bombardeo (en Hama, los habitantes afirmaron que el total de muertes fue de 344, en su mayoría civiles; los franceses admitieron a 76, todos ellos insurgentes). Como en Hama, una delegación de notables persuadió a los rebeldes para que abandonaran la ciudad. La delegación también acordó pagar a las autoridades una gran multa a cambio de poner fin al bombardeo.
Una vez más, los rebeldes fueron expulsados de las áreas urbanas hacia los suburbios como Maydan y los cinturones circundantes de las tierras de cultivo, donde interrumpieron las comunicaciones francesas, por un tiempo, aumentando el éxito. Ese invierno, el enlace ferroviario a Damasco fue cortado regularmente por las actividades de bandas coordinadas de insurgentes que ahora dominaban prácticamente toda la mitad sur de Siria. La fuerza aérea francesa llevó a cabo lo que bien podrían haber sido los bombardeos aéreos más intensivos y sistemáticos contra una población civil que se había producido hasta ese momento en cualquier parte del mundo, ya que sus aviones volvían a bombardear las aldeas a diario. La intención de los bombardeos era castigar y disuadir, pero inicialmente generó odio e hizo que sus víctimas se reunieran para unirse a los rebeldes. Maydan sufrió repetidos asaltos debido a su obstinación, y fue cortada por la mitad por una nueva carretera y alambre de púas cuando los franceses construyeron una barrera de seguridad alrededor de la ciudad.
El último asalto francés a Maydan en mayo de 1926 fue salvaje y brutal. Un millar de casas y tiendas fueron destruidas por bombas incendiarias lanzadas por la fuerza aérea y hasta 1000 personas murieron, muchas de las cuales eran mujeres y niños, y solo unas cincuenta eran combatientes. Un barrio donde habían vivido 30,000 personas ahora era una ruina desolada. Pero la embestida logró su objetivo. El 17 de mayo, las luces volvieron a brillar desde los minaretes de la ciudad, algo que no se había visto en meses. Los refugiados de Maydan ahora se amontonaban en la Ciudad Vieja para unirse a los de Ghouta, Hawran y otras áreas. Los franceses hicieron poco para ayudarlos. Se ha sugerido que esto fue deliberado. Los franceses "se basaron en el creciente estado de miseria, que atribuyeron a la rebelión, para obligar a los rebeldes y sus partidarios a someterse".
Los maronitas del Monte Líbano y muchos otros Uniates generalmente apoyaron a los franceses, pero muchos cristianos ortodoxos respaldaron o se unieron a los rebeldes. En algunas comunidades cristianas, como las pequeñas ciudades de Ma’loula y Saydnaya, los cristianos pueden haberse dividido más o menos en líneas sectarias entre Uniates y Ortodoxos. El antiguo convento ortodoxo de Saydnaya atendía a los rebeldes heridos y recogía alimentos para los combatientes. Al menos una carta ha sobrevivido del líder de una banda rebelde a un notable ortodoxo en Damasco pidiéndole que provea a jóvenes de su comunidad para luchar en la insurgencia. También hubo áreas, como Alepo, donde hubo agitación nacionalista pero no hubo una explosión de revuelta, aunque en una ocasión soldados de caballería marroquíes dispersaron una manifestación en la ciudad y mataron al menos a quince personas con sus sables. La zona de Alawi también estaba tranquila. Esto puede haber reflejado su aislamiento relativo en comparación con el Hawran. Los Alawis no tenían equivalente a los antiguos vínculos comerciales de maíz con Damasco que habían obstaculizado el intento francés de separar a los drusos del resto de Siria.
Notables rurales y provinciales menores como Sultan al-Atrash y Fawzi al-Qawuqji, que a menudo eran ex oficiales del ejército otomano, proporcionaron la mayor parte de los líderes militares para la revuelta. Muchos notables de la ciudad con grandes haciendas rurales suministraron armas, dinero y hombres a la revuelta, y también fue ampliamente apoyado por comerciantes urbanos, particularmente los comerciantes de granos de Damasco de Maydan y Shaghur. Gran parte del rango era de campesinos, aquellos que habían abandonado la tierra y estaban desamparados porque ya no podían ganarse la vida allí, y los pobres urbanos. Los factores económicos, incluida la sequía, también jugaron su papel para impulsar el reclutamiento. Los rebeldes tenían más apoyo y simpatía entre los jóvenes que en los viejos, y había elementos de lo que podría llamarse lucha de clases en las demandas que algunas veces hacen los notables principales para proporcionar fondos, hombres y otros tipos de apoyo. Entre los sectores más ricos de la sociedad, muchas personas se sentaron incómodamente al margen, y más de unos pocos fueron aliviados silenciosamente cuando la revuelta fue aplastada.
A veces, pero no siempre, hubo un tinte religioso en la revuelta: el uso de la retórica del guerrero musulmán tradicional y los llamamientos a la yihad contra los incrédulos franceses. Para los franceses gobernar un país predominantemente musulmán era, a los ojos de la mayoría musulmana de Siria, un escándalo de proporciones monumentales. Fawzi al-Qawuqji explotó esto completamente en Hama, donde, antes de que comenzara la revuelta, había fundado su propio partido político conocido como Hezbolá, o "el Partido de Dios", para atraer a la población conservadora sunita de la ciudad. También creció la barba para destacarse como un musulmán devoto, y pasó muchas tardes en mezquitas donde alentaba a los predicadores a apoyarlo y dar sermones sobre la jihad.
Por razones obvias, ni la guerra de clases ni esta corriente populista / religiosa sonaron bien con los nacionalistas de élite. Cuando el Dr. Shahbandar proclamó un gobierno provisional, usó un lenguaje puramente secular en su comunicado. Sin embargo, sería erróneo ver el nacionalismo de la élite como completamente secular. Debido a que se vieron a sí mismos como los líderes de Siria, consideraron que deberían representar a su gente. La retórica religiosa del Islam tiene su lugar en cualquier sentido del orgullo árabe, y fue un obvio grito de guerra. La gente común sentía que sus costumbres, su forma de vida y su religión estaban siendo atacadas por fuerzas alienígenas. La elite nacionalista compartió esta percepción, y era natural que usara el simbolismo religioso en ocasiones apropiadas. Tampoco esto condujo a una clara división sectaria. En 1923, justo al inicio del Mandato, Yusuf al-`Issa, una cristiana, había sugerido en el periódico de Damasco que editaba que “el cumpleaños del profeta árabe” debería convertirse en un día festivo nacional. Lo vio como una forma de unir a todas las "comunidades" que hablan árabe, toda la nación de habla árabe.
Para el verano de 1927, Francia había logrado aplastar la revuelta. Esto hubiera sido imposible sin un gran número de tropas coloniales adicionales que fueron traídas desde Argelia, Senegal y Madagascar. Las milicias mal disciplinadas también desempeñaron un papel importante. Estos fueron particularmente importantes en las primeras etapas de la rebelión cuando carecían de tropas. Cuando los franceses recuperaron el territorio y mantuvieron su control sobre él, el corazón salió de la rebelión. En octubre de 1926, el sultán al-Atrash y el doctor Shahbandar se refugiaron en Jordania. Fawzi al-Qawuqji siguió luchando hasta la primavera siguiente, momento en el que él y sus seguidores ya no pudieron encontrar la bienvenida y el apoyo de la población local que alguna vez habrían recibido. El terror estatal había hecho su trabajo. Al final, más de 6.000 combatientes rebeldes habían muerto y 100.000 personas, un número asombroso en la Siria de mediados de la década de 1920, habían visto sus casas destruidas.
1ª Legión Extranjera de Caballería Siria 1924-26. Legionario y brigadier. Francia; 1er REC en Siria 1924-25