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sábado, 1 de noviembre de 2025

Brasil: MOUT contra el Comando Vermelho

Comando Vermelho: cómo drones y fusiles importados acaban en manos del crimen organizado en Brasil y están transformando el conflicto urbano

Grupo de policías con un sospechoso, en foto en la calle. Están fuertemente armados y uniformados. El sospechoso lleva gorra, mira al suelo y está descalzo.


Pie de foto, Policías escoltan a un sospechoso detenido durante la Operación Contención, en la favela de Vila Cruzeiro, en el complejo de Penha, en Río de Janeiro, el 28 de octubre de 2025.



Luiz Fernando Toledo y Julia Braun
BBC News Brasil


El fuego y la muerte se apoderaron de las calles de dos favelas de Río de Janeiro esta semana a raíz de un megaoperativo policial contra la banda criminal Comando Vermelho que dejó un saldo de más de 120 muertos, entre ellos cuatro policías.

Es la operación policial más letal que ha ocurrido en Brasil.

Los grupos de derechos humanos califican la operación de masacre y cuestionan su eficacia como política de seguridad.

El elevado número de víctimas también fue criticado por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quien afirmó estar "horrorizado" por la operación en las favelas.

En lo que se refiere al uso de las armas, hay dos aspectos que destacan.

Uno es la cantidad de fusiles incautados. La cifra oficial es 93, pero el gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, llegó a hablar de más de 100.

Otra es que el Comando Vermelho usó drones armados para atacar a las fuerzas de seguridad.

El uso de estos últimos, según el expolicía e investigador del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra Roberto Uchôa, es un punto de inflexión en el tipo de confrontación urbana que se libra entre el Estado y el crimen organizado, según le dijo a BBC Brasil.

Pero ¿cómo llegan estos fusiles en grandes cantidades a manos del crimen organizado? Y, ¿cómo están transformando los drones el conflicto urbano?
Publicación en la red social Instagram del gobernador del estado de Río de Janeiro, Cláudio Castro, que muestra una gran cantidad de fusiles incautados en una operación policial y logotipos de las policías estatales.

 



El aumento de la incautación de fusiles

Si bien los fusiles representan una pequeña parte del total de armas confiscadas en Brasil, las incautaciones de este tipo de arma aumentó en los últimos años, según destacan los investigadores Bruno Langeani y Natalia Pollachi en un artículo con datos inéditos publicado en septiemebre en la Revista de Economías Ilícitas y Desarollo.

La investigación analizó datos de incautaciones de armas entre 2019 y 2023 en el país. Si en 2019 se incautaron 1.139, esta cifra llegó a 1.650 en 2023.

Este tipo de arma, explican los investigadores, es crucial para que los grupos criminales ejerzan su poder de control sobre los territorios, amenacen a los residentes, se enfrenten a otros grupos y puedan tener poder de fuego contra la policía.

"Como resultado, las fuerzas estatales se ven cada vez más obligadas a utilizar vehículos blindados y grandes contingentes para entrar en estas zonas, enfrentándose a menudo a una resistencia armada significativa", explican.
Dos policías militares uniformados y armados hacen una incursión en una favela de Río de Janeiro.



Pie de foto, Policías militares patrullan durante la Operación Contención en la favela de Vila Cruzeiro, en el complejo de Penha, en Río de Janeiro.

¿De dónde provienen los fusiles?

Los investigadores señalan que los fusiles tienen, al menos, tres procedencias: aquellos fabricados en Brasil de modo legal y desviados a este uso ilícito; los importados; y, por otro lado, aquellos "fabricados", es decir, que se montan a partir de piezas que pueden ser importadas o elaboradas dentro del país.

La investigación afirma que las modificaciones legislativas realizadas durante el gobierno de Jair Bolsonaro flexibilizaron las normas sobre quién puede comprar armas en Brasil, incluidas aquellas que, por su calibre, antes solo podía usar el ejército.

Además de impulsar el mercado legal, dicen los investigadores, también se produjo un "notable desvío" hacia el mercado ilegal.

"Durante cuatro años se permitió comprar fusiles a las personas registradas como CAC (siglas de un registro oficial de armas para particulares: coleccionistas, tiradores deportivos y cazadores, en su traducción del portugués). Una sola persona podía comprar 30 armas", explica Pollachi.



Infografía de cómo llegan los fusiles al crimen organizado en Brasil

Esto puede haber ayudado a que haya desvío de armas hacia los grupos delincuenciales.

"No todo el mundo tiene acceso a una red de tráfico internacional, pero cualquiera tiene un primo con ese registro limpio (y acceso a las armas)", dicen.

Aunque en 2023 se modificaron de nuevo estas leyes, quienes compraron armas previamente no están obligados a devolverlas.

Además, en una auditoría del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) se detectó que las autoridades no verificaban la información de quien presentaba los registros de CAC, entre otras deficiencias.

La Policía Militar de Río también realizó un estudio basado en las armas que incautó en 2024 (sin relación alguna con la operación actual, por lo tanto) e identificó que prácticamente todas (94,7%) eran de fabricación extranjera, principalmente de Estados Unidos. Otros países mencionados son Israel, Alemania, Austria y la República Checa.




Una ruta común observada por las autoridades es importar armas de forma legal desde Estados Unidos a Paraguay y luego transportarlas ilegalmente a Brasil.

También hubo casos de envíos directos desde Estados Unidos a Brasil.

Otro flujo involucra a empresas con sede en países europeos. En diciembre de 2023, la agencia Reuters informó que las autoridades brasileñas y paraguayas realizaron operaciones para incautar armas enviadas desde Europa para ser vendidas a grupos criminales en Brasil.

Una empresa con sede en Paraguay era responsable de importar armas de Croacia, Eslovenia y la República Checa.
Armas fabricadas en un lugar clandestino en el suelo


Pie de foto, Depósito con fusiles fabricados de forma clandestina, en el interior de São Paulo.

Un detalle que llama la atención en los datos sobre incautaciones es que parte de las armas se registran sin fabricante ni origen.

Para los investigadores, esto puede deberse a la falta de formación de los profesionales que registran las incautaciones o a que se trata de armas fabricadas de forma clandestina.

Una de las formas de fabricación clandestina es la importación de piezas sueltas de Estados Unidos.

"Allí las piezas se venden con poco control. Incluso hay kits para montar tu propio rifle, sin número de serie", dice Natalia Pollachi, del Instituto Sou da Paz.

Uno de los sitios web vistos por BBC Brasil mostraba incluso una "promoción de Halloween" para comprar uno de estos kits por US$400.

También se fabrican armas con piezas artesanales. Antes se hacía de modo rudimentario, pero ahora se ha especializado con piezas más profesionales.

Drones: un cambio en el panorama

Cuando la policía entró en las favelas el pasado martes, el Comando Vermelho la recibió, entre otras cosas, con drones armados.

Roberto Uchôa, quien también es miembro del Foro Brasileño de Seguridad Pública, asegura que es la primera vez que se usan contra las fuerzas del Estado.

"Lo que sucedió en Brasil dejó claro que el campo de batalla ha cambiado; ahora la batalla es por los cielos", le dijo Uchôa a BBC Brasil.

Según el experto, el Estado ya no tiene la supremacía sobre el espacio aéreo urbano que tenía en el pasado, y las organizaciones criminales tienen amplio acceso a drones y a los conocimientos técnicos necesarios para transformarlos en armas.

El uso de drones por parte del Comando Vermelho ya estaba siendo monitoreado por la policía y es un proceso que empezó hace años.

Primero se usaron para transportar droga y objetos a las cárceles o a través de las fronteras; luego para vigilar a bandas rivales y fuerzas policiales.

Pero ahora alcanzó un nuevo nivel donde se usan como armas capaces de lanzar granadas y bombas.

La inspiración, explica el investigador, proviene directamente de la guerra en Ucrania.
Drones FPV derribados en Ucrania, el 21 de octubre de 2025.


Pie de foto, Drone FPV derribado en Ucrania.

"Los ucranianos necesitaban crear drones baratos y de gran capacidad para contrarrestar el poderío militar ruso. Y hoy en día, la tecnología ya no tarda en difundirse de un país a otro. Todo el conocimiento está disponible en línea", afirma.

Y su uso en América Latina no es exclusivo de Brasil.

En México, grupos criminales como el Cartel Jalisco Nueva Generacion (CJNG) o el cartel de Sinaloa intensificaron su uso.

El CJNG se convirtió en pionero en el armamento de drones con explosivo plástico C4 y metralla improvisada para atacar a sus rivales, institucionalizando finalmente esta capacidad con la creación de una unidad especializada, los Operadores de Drones.

Uchôa señala, sin embargo, que el uso de drones en Ucrania ya ha entrado en una cuarta y nueva fase con el uso de drones "suicidas", drones con perspectiva en primera persona guiados por gafas especiales.

Y, según él, esta tecnología puede llegar a las organizaciones criminales de Brasil en un futuro próximo.

"Antes, los helicópteros de la policía tenían el control. Ahora estos grupos criminales se dieron cuenta de que también pueden usar el espacio aéreo como campo de ataque", apunta.

Combate difícil y riesgos

Según Uchôa, las fuerzas de seguridad aún carecen de respuestas eficaces para afrontar este tipo de amenaza.

Existen tecnologías que interfieren con la señal o toman el control de los drones, pero todas presentan riesgos.

"Si derribas un dron que transporta una granada, esta podría caer sobre una casa y matar a una familia. Es muy diferente a una zona de guerra, donde puedes derribar un dron sin preocuparte por los daños colaterales".

Además, afirma que ya existen tecnologías que utilizan fibra óptica para bloquear los intentos de interferir con los drones.

El exagente de policía argumenta que el Estado debería invertir más en inteligencia e investigación, y no solo en confrontación directa.

"No sirve de nada esperar a una confrontación. Necesitamos monitorear el mercado, identificar si hay personas que compran a gran escala", sugiere.
Vehículos quemados en barricadas durante una operación policial en Brasil.


Pie de foto, Vehículos quemados en barricadas durante una operación policial en Brasil.

Uchôa también ve en las operaciones policiales a gran escala un reflejo de un ciclo que se repite desde hace décadas: enfrentamientos que producen decenas de muertes, pero que no alteran la estructura del delito.

"Es la misma película de hace 30 años, solo que a mayor escala", critica, afirmando que cada vez que es necesario repetir una operación como esta, se envía una señal de que la estrategia no está funcionando.

Para él, la verdadera fuerza motriz del crimen organizado sigue siendo el armamento pesado junto al control territorial, que permite a las facciones dominar los servicios e incluso influir en las elecciones locales.

"El problema central en Brasil es la proliferación de armas de fuego. Son ellas las que garantizan el poder del crimen y el terror en las comunidades", sostiene.

* Gráficos realizados por Caroline Souza, del equipo de periodismo visual de BBC News Brasil.



sábado, 27 de septiembre de 2025

Malvinas: ¿Qué pueden aprender los infantes de marina de esta contienda?

¿Cómo pueden los infantes de marina aprender de la Guerra de las Malvinas?


Nolan Vihlen || War on the Rocks








¿Cómo se impide que una autocracia revisionista invada a su vecina isla? Si la invasión llega a las costas de este país, ¿cómo se fuerza la retirada de un adversario con superioridad numérica local mientras opera a cientos o incluso miles de kilómetros de los principales centros logísticos? En 1982, los británicos tuvieron que resolver este mismo problema cuando la junta militar argentina invadió las Islas Malvinas tras años de reclamar la soberanía sobre el Territorio Británico de Ultramar. Existen inquietantes paralelismos entre la Operación Corporate , la victoria británica en su operación expedicionaria de largo alcance para recuperar las Malvinas de manos de Argentina, y los desafíos que planteaba la defensa de Taiwán frente a China.

El Cuerpo de Marines de los Estados Unidos ha priorizado abordar el aumento de la competencia entre grandes potencias en el Indopacífico. Las fuerzas británicas en las Malvinas operaron de forma similar a como el comandante imagina que operarán los marines en el futuro: pequeñas formaciones distribuidas en vastas extensiones de terreno marítimo, apoyo de fuego indirecto relativamente limitado y apoyo aéreo cercano tradicional limitado. Las aeronaves de transporte vertical fueron cruciales para las maniobras británicas y el sostenimiento logístico en el Atlántico Sur. Sin embargo, estas aeronaves están prácticamente ausentes de los nuevos conceptos del Cuerpo de Marines.

Para abordar estas discrepancias, ofrezco un breve resumen de las lecciones relevantes aprendidas durante la Operación Corporate. Tras recopilar estas lecciones, analizo cómo integrarlas mejor en los conceptos de la Marina, centrándome específicamente en maximizar las capacidades de elevación vertical actuales y futuras.

Operación Corporate

El 2 de abril de 1982, las fuerzas armadas argentinas invadieron el territorio británico de las Islas Malvinas en el Atlántico Sur. Las sucesivas administraciones británicas habían concluido que cualquier desembarco argentino representaría un hecho consumado con pocas posibilidades de recurso. Sin embargo, el gobierno de la primera ministra Margaret Thatcher se comprometió rápidamente a devolver las Islas Malvinas al Reino Unido. En cuestión de horas, se puso en marcha la Operación Corporate para expulsar a Argentina del rocoso archipiélago. Los primeros buques de guerra partieron de Gran Bretaña menos de tres días después de la invasión. Una fuerza de tarea combinada, formada rápidamente, superó obstáculos significativos y recorrió más de 8.000 millas para finalmente recuperar la posesión de las islas el 14 de junio. La victoria no estaba garantizada. Desde el momento en que la fuerza de tarea zarpó, la falta de previsión de los requisitos de transporte vertical, las ambiguas relaciones de mando y un diseño de fuerza que marginaba las operaciones anfibias amenazaron el éxito final.


La operación británica tuvo que superar enormes distancias y los desafíos asociados ( Fuente : Departamento de Historia, Academia Militar de EE. UU.)

La fuerza de tarea británica estaba compuesta principalmente por un grupo de batalla de portaaviones para establecer la superioridad aérea y marítima, y un grupo de asalto anfibio, que incluía a la 3.ª Brigada de Comandos, encargado de recuperar las islas. El rápido despliegue de la fuerza de tarea naval británica fue impresionante, pero inicialmente se llevó a cabo para forzar un acuerdo político con la esperanza de que una solución militar resultara innecesaria. Al zarpar de los históricos puertos de Sir Francis Drake y el almirante Lord Horatio Nelson, la mayor parte de sus suministros y equipo logísticos se almacenaron sin contemplar una posible operación anfibia. Se requirió una importante reorganización logística en la Isla Ascensión, la única base firme intermedia disponible para los británicos. Utilizar buques de superficie para reorganizar el equipo debería haber sido una tarea sencilla para la Marina Real Británica, pero las pronunciadas pendientes, la arena blanda y el fuerte oleaje de las playas requirieron el uso extensivo de helicópteros para el transporte de barco a tierra. Incluso después de desembarcar el equipo en la Isla Ascensión, el terreno accidentado hizo que los helicópteros fueran esenciales para el transporte interior. Con un mínimo de reabastecimiento y una coordinación del personal completa, el grupo de trabajo navegó hacia su objetivo donde el clima y el terreno implacables requerirían aún más apoyo de la aviación.

La defensa aérea resultó ser un factor vital durante la Operación Corporate. La decisión de desembarcar elementos de la 3.ª Brigada de Comandos solo después de que el grupo de combate de portaaviones estableciera superioridad aérea se consideró finalmente impráctica , y se aceptó el riesgo de las aeronaves argentinas por conveniencia. Argentina poseía seis veces más aeronaves que la fuerza de tarea británica, y los sistemas de defensa aérea de la Royal Navy no podían brindar protección adecuada a las tropas tras el desembarco. El sistema de defensa aérea terrestre Rapier estaba diseñado para mitigar el riesgo de ataque aéreo en ausencia de superioridad aérea. El terreno más adecuado para que el Rapier desempeñara esta función era inaccesible para vehículos terrestres, y el propio sistema era demasiado pesado para ser transportado a mano. En consecuencia, el comandante del grupo de combate anfibio, Michael Clapp, se vio obligado a destinar recursos limitados para abastecer a los Rapier con un Sea King de reserva permanente para el suministro de provisiones y combustible para sus generadores. Para una fuerza de helicópteros que iba a verse muy sobrecargada, la dependencia de estas aeronaves sólo aumentó a medida que Gran Bretaña pasaba del desembarco anfibio a las operaciones ofensivas en tierra.

La geografía de las Islas Malvinas limitó el número de lugares adecuados para el desembarco. San Carlos Water, al noroeste de las Islas Malvinas Orientales, fue seleccionado como el sitio para el desembarco. El 21 de mayo, los primeros elementos de la 3.ª Brigada de Comandos desembarcaron, pero la acumulación de la cabeza de playa se retrasó debido a ineficiencias no resueltas en los almacenes logísticos, así como a la medida de protección de la fuerza de mover constantemente buques de superficie dentro y fuera de San Carlos Water. El único medio para mantener el impulso en estas circunstancias fue el uso constante de helicópteros . Desde el desembarco inicial hasta la eventual capitulación de Argentina el 14 de junio, "los helicópteros siguieron siendo vitales para las operaciones logísticas durante la guerra debido al terreno accidentado e inhóspito de las Islas Malvinas Orientales". Cuando los misiles Exocet lanzados desde el aire hundieron el SS Atlantic Conveyor el 25 de mayo, se perdió todo menos uno de su cargamento crítico de helicópteros adicionales, lo que desafió aún más la limitada movilidad de la fuerza terrestre. La falta de carreteras adecuadas para atravesar la marisma rocosa provocó que la limitada fuerza de helicópteros se viera ocupada transportando toda la artillería y el equipo pesado, mientras que los infantes de marina y soldados británicos debían marchar sobre el implacable paisaje. Como claro ejemplo de las necesidades de los helicópteros, se necesitaron 82 salidas de Sea King para transportar una sola batería de seis obuses de 105 milímetros y su munición. Esta reducción de los medios de maniobra sin duda prolongó el conflicto, ya que la mayoría de los helicópteros se destinaron al transporte de equipo y no de personal. 


La campaña de las Malvinas ( Fuente : Departamento de Historia, Academia Militar de los Estados Unidos)

 

Las relaciones de mando entre las unidades interservicios y la asignación inadecuada de helicópteros, incluso para una sola brigada, fueron un punto de fricción tangible a medida que crecía la fuerza de tarea. La brigada de la Marina Real contaba con aproximadamente 4.600 efectivos, una cantidad que el Ministerio de Defensa consideró insuficiente para hacer frente a los 10.000 argentinos en las Malvinas. Con la incorporación de la 5.ª Brigada de Infantería, el mayor general Jeremy Moore comandaría un cuartel general divisional dentro de la fuerza de tarea. La mayoría de los batallones de esta brigada estaban compuestos por soldados que dividían su tiempo entre tareas operativas y de guardia ceremonial, sin entrenamiento en operaciones anfibias. Esta brigada adicional representó un aumento en el número total de efectivos, pero generó relaciones de mando confusas que contribuyeron a la mayor pérdida de tropas británicas desde la Segunda Guerra Mundial.

Cuando aún se creía posible una solución política, se hizo poco esfuerzo para definir el rol exacto de la 5.ª Brigada de Infantería . La pregunta sobre qué hacer con estas tropas se resolvió cuando la 3.ª Brigada de Comandos realizó sus primeras acciones ofensivas tras desembarcar en San Carlos Water. El éxito inicial en el asentamiento de Goose Green impulsó al 2.º Batallón del Regimiento de Paracaidistas a avanzar considerablemente en apoyo logístico, dejándolos vulnerables a ataques enemigos sin posibilidad de refuerzos rápidos. Un proceso de solicitud de apoyo deficiente y la falta de experiencia en helicópteros en el personal anfibio permitieron al ambicioso batallón solicitar apoyo de helicópteros que se necesitaba con urgencia en otros lugares. En respuesta, elementos de la 5.ª Brigada de Infantería desembarcarían en los asentamientos de Bluff Cove y Fitzroy para relevar a los paracaidistas aislados. La asignación incorrecta de helicópteros requirió conexiones de superficie para transportar a estos soldados, a pesar de su falta de experiencia anfibia. El desplazamiento de 56 kilómetros en lanchas de desembarco abiertas tomó varias horas, ya que los soldados estuvieron expuestos al gélido clima del Atlántico Sur y a los ataques aéreos argentinos. Al ponerse el sol el 8 de junio, varios conectores de superficie fueron atacados , el LSL Sir Galahad se hundió y 51 soldados y marineros murieron y 46 resultaron heridos.

Para comprender mejor cómo ocurrieron estas tragedias, es importante remontarse a los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial. La competencia entre las fuerzas armadas afectó especialmente a la Marina Real Británica en este período, con la cancelación de un programa de portaaviones actualizado en 1966 y el desmantelamiento del último portaaviones con catapulta británico, el HMS Ark Royal, en 1979. Esto tuvo consecuencias en cadena sobre las capacidades anfibias de la armada en los años siguientes. Los únicos dos portaaviones restantes capaces de realizar operaciones de ala fija eran el HMS Hermes y el HMS Invincible, cuyas pequeñas cubiertas utilizaban Sea Harriers de despegue y aterrizaje verticales en detrimento de las operaciones con helicópteros. 

Thatcher heredó restricciones presupuestarias que contribuyeron a una visión cada vez más nicho del propósito de la Royal Navy. El Libro Blanco de Defensa de su gobierno de 1981 recomendó la eliminación de todos los buques anfibios para 1984. La creencia de Gran Bretaña de que el improbable requisito de capacidades anfibias solo se utilizaría como parte de una operación más grande de la OTAN degradó la preparación de la Royal Navy. Los dos portaaviones de ala fija estaban programados para la venta a ejércitos extranjeros con el muelle de la plataforma de desembarco, HMS Intrepid , ya en proceso de desmantelamiento . Afortunadamente para Gran Bretaña, Argentina no esperó el impacto completo de los cambios proyectados en las capacidades anfibias británicas. La venta de los portaaviones se retrasó y el desmantelamiento del HMS Intrepid se revirtió para el uso de sus lanchas de desembarco asociadas y helicópteros de carga media. 

En retrospectiva, la brecha entre las capacidades británicas y argentinas parece inevitable. Sin embargo, ningún profesionalismo militar, por grande que fuera, habría podido salvar la distancia de 12.888 kilómetros entre Gran Bretaña y las Islas Malvinas sin los medios adecuados no solo para llegar al teatro de operaciones, sino también para trasladar tropas, suministros y equipo a través del inhóspito terreno de las islas. Si el conflicto se hubiera retrasado unos meses, la ausencia total de buques anfibios y sus helicópteros asociados habría imposibilitado la recuperación de las Islas Malvinas. Mucho se ha escrito sobre la fortuita coincidencia de la invasión, antes de la transferencia definitiva de los portaaviones británicos. Sin embargo, el grupo de batalla de portaaviones no logró cumplir su principal objetivo: la superioridad aérea. En definitiva, fue la movilidad esencial que proporcionaba la aviación de transporte vertical la que garantizó que las Islas Malvinas volvieran al control británico.

Implicaciones para el diseño de fuerzas 2030 

La guía de planificación de 2019 del comandante del Cuerpo de Infantería de Marina establece un plan ambicioso, pero necesario, para mitigar la amenaza de adversarios emergentes similares. Desde entonces, sus actualizaciones anuales del Diseño de Fuerza 2030 se han basado en esta guía inicial, orientando al cuerpo en una trayectoria directamente alineada con la orientación estratégica de la Casa Blanca y el Departamento de Defensa. Múltiples documentos conceptuales han fundamentado la guía del comandante. El concepto de operaciones de base avanzadas expedicionarias busca mitigar las posibles ventajas del adversario "mejorando nuestra propia capacidad de maniobra y aprovechando el control sobre terreno marítimo clave". Incorporar las lecciones de la experiencia británica con el uso de helicópteros en las Malvinas es fundamental para garantizar que el Cuerpo de Infantería de Marina no repita errores similares durante la maniobra y el mantenimiento de sus propias fuerzas distribuidas.

Es crucial que la aviación de elevación vertical se integre mejor en la movilidad marítima. El uso de buques de superficie para desembarcar personal y equipo no está garantizado. Las representaciones artísticas de buques de guerra anfibios ligeros conceptuales muestran la descarga de equipo en playas prístinas, algo que el ejemplo de la Isla Ascensión demuestra como problemático. La Guerra de las Malvinas también demostró que la necesidad de movilidad no termina en la costa. Excluyendo cuatro tanques ligeros, todos los suministros, la artillería y los sistemas de defensa aérea eran lo suficientemente ligeros como para ser transportados en helicóptero , lo que demuestra la rápida movilidad que proporciona la aviación. El terreno interior restrictivo o la falta de aeródromos existentes sigue siendo una consideración para los planificadores de la Marina, particularmente en las islas a lo largo del Indopacífico que a menudo carecen de grandes aeródromos e infraestructura vial mejorada . Los helicópteros CH-53E/K proporcionan una capacidad única para transportar rápidamente radares, sistemas móviles de defensa aérea y municiones para artillería de precisión de largo alcance, fundamentales para nuevos conceptos. La capacidad de reabastecimiento en vuelo de estas plataformas permite operaciones a distancias exponencialmente mayores que las que cubren los helicópteros británicos. Un aumento del 100 % en el componente activo de los escuadrones de transporte de aviones cisterna KC-130 estacionados en el Pacífico ampliará el alcance de los aviones CH-53E/K y MV-22 Osprey, lo que les permitirá desplegarse desde fuera de la Primera Cadena de Islas a bases expedicionarias distribuidas dentro de ella. La capacidad de superar la tiranía de la distancia en aeronaves de despegue vertical no carece de precedentes. En 1989, dos veces, los helicópteros MH-53 utilizaron el reabastecimiento en vuelo para recorrer casi 2250 kilómetros (aproximadamente la distancia entre Guam y Taiwán) sin aterrizar para realizar operaciones de combate en Panamá. Operar a tales distancias sería claramente la excepción, pero brinda a los comandantes de la Infantería de Marina la opción de emplear rápidamente la aviación de despegue vertical cuando la amenaza, el terreno o la asignación de recursos alternativos resulten prohibitivos. 

Las relaciones proyectadas entre los mandos de la Infantería de Marina podrían dificultar el uso de la aviación de transporte vertical por parte de la fuerza, probablemente de maneras similares a las fricciones que experimentó la Fuerza de Tareas Británica en 1982. El regimiento litoral de la Infantería de Marina se desarrolló mediante el proceso de Diseño de la Fuerza 2030, con la mira puesta en las operaciones expedicionarias de base avanzada. El comandante ha dejado claro que esta nueva unidad no es la única entidad capaz de llevar a cabo dichas operaciones, pero la presencia de los regimientos litoral de la Infantería de Marina, actuales y futuros, en el Pacífico garantiza que implementarán de forma preponderante el nuevo concepto. La doctrina provisional solo describe de forma general la aviación en una función de apoyo general a la fuerza litoral, sin especificar el origen de estas aeronaves. El énfasis del manual tentativo y de “Un concepto para fuerzas de reserva” en los fuegos de aviación y la inteligencia, vigilancia y reconocimiento sobre el transporte vertical amenaza con replicar la utilización ineficiente de helicópteros por parte de Gran Bretaña en 1982. Además, sin activos de aviación orgánicos capaces de transporte vertical, la dependencia de un regimiento litoral de la Infantería de Marina de escuadrones compuestos de una unidad expedicionaria de la Infantería de Marina para apoyar su maniobra resultará insostenible. No existirá suficiente transporte vertical para apoyar las operaciones de ambas unidades simultáneamente, ya que la única aeronave entre los dos elementos tiene un tamaño deliberadamente diseñado para apoyar las operaciones de la unidad expedicionaria de la Infantería de Marina. Las alas aéreas que asignan escuadrones a los ciclos de despliegue actuales tendrán dificultades para obtener tareas adicionales, especialmente en una comunidad de CH-53 reducida en un 35 por ciento . Esta reducción se diseñó conscientemente para coincidir con una reducción simultánea de los batallones de infantería en un 13 por ciento. Sin embargo, no fue solo la cantidad de plataformas de elevación vertical disponibles, sino también las relaciones de mando ad hoc lo que amenazó el éxito de la fuerza de tarea británica en 1982. La falta de relaciones de apoyo definidas en las publicaciones doctrinales o provisionales actuales entre un comandante de las fuerzas de desembarco y un comandante de la fuerza litoral complicaría cualquier fusión de sus respectivas entidades. Independientemente de su origen, la asignación clara del apoyo aéreo durante las operaciones expedicionarias de base avanzada, en particular las de elevación vertical, debería definirse de ahora en adelante. 

El énfasis abrumador en la movilidad contenido en "Un concepto para fuerzas de reserva" ignora la marcada disparidad en velocidad, alcance y flexibilidad de la aviación en comparación con los buques de superficie propuestos que la Armada de los EE. UU. duda en financiar. De hecho, a pesar del papel crítico que anticipa que desempeñará la movilidad dentro del terreno marítimo, la aviación de elevación vertical nunca se menciona en este documento. Cualquier dependencia de drones logísticos inexistentes sin continuar integrando plataformas de elevación vertical de largo alcance y reabastecimiento en vuelo actualmente en servicio pone en riesgo aún más la viabilidad de estos nuevos conceptos. Los drones ofensivos y de reconocimiento han demostrado enfáticamente su utilidad no solo en pruebas operativas realizadas por el Cuerpo de Marines, sino también en combate en Ucrania . La capacidad de las plataformas no tripuladas para sostener logísticamente a los marines en un entorno previsto por el comandante es menos segura. Si bien se han propuesto conceptos no tripulados más recientes , una de las plataformas de elevación vertical no tripuladas más capaces es el helicóptero Kaman K-MAX . Durante un experimento de 33 meses en Afganistán en 2011, demostró su capacidad contra un adversario insurgente, pero su velocidad de 80 nudos, su alcance unidireccional de 267 millas náuticas y su carga útil de 6000 libras son ampliamente superados tanto por el MV-22 como por el CH-53E/K . A una fracción del precio de un sistema de elevación vertical tripulado, los sistemas no tripulados solo proporcionarían una fracción del apoyo logístico. Estas alternativas para el mantenimiento de los marines en todo el Pacífico deben seguir desarrollándose, pero actualmente la falta de capacidades limita estas opciones a un papel de apoyo.

Conclusión

Los avances tecnológicos están transformando drásticamente el entorno de defensa. El rápido crecimiento de la capacidad de las armas modernas para localizar objetivos con precisión y acertarlos a larga distancia está incrementando la vulnerabilidad de plataformas importantes como aeronaves y buques de superficie. Se podría pensar que este pasaje describe el entorno global actual, pero esta cita del secretario de Estado de Defensa de Thatcher demuestra que muchas de las consideraciones que moldearon el Cuerpo de Marines eran relevantes hace cuarenta años. 

El Cuerpo de Infantería de Marina debe tomar medidas concretas para aprender de la experiencia británica durante la Operación Corporate. En primer lugar, el regimiento litoral de la Infantería de Marina debe aprovechar la movilidad y flexibilidad inherentes de la aviación de transporte vertical mediante un entrenamiento totalmente integrado a larga distancia en terreno marítimo. A continuación, deben desarrollarse relaciones de mando viables entre la aviación y las fuerzas terrestres en operaciones distribuidas y codificarse claramente en la doctrina en desarrollo. Por último, el Cuerpo de Infantería de Marina debe continuar desarrollando plataformas aéreas y de superficie innovadoras y no tripuladas, entendiendo que los sistemas existentes deben aprovecharse hasta que estas tecnologías estén plenamente operativas. Incorporar con éxito la aviación de transporte vertical en la visión del comandante del Cuerpo de Infantería de Marina resultará difícil, pero el impacto negativo de depender únicamente de opciones de movilidad alternativas resultará insostenible.  

martes, 29 de abril de 2025

La evolución de las Fuerzas Especiales: Desde la SGM al combate urbano moderno

Estructura y roles de los equipos de Fuerzas Especiales: Análisis militar argentino

Introducción

Descubre la organización y funciones de los equipos de Fuerzas Especiales, su estructura y los roles clave dentro de estas unidades de élite. Analizaremos cómo operan unidades como los Comandos, la Agrupación de Fuerzas de Operaciones Especiales (AFOE) y la Compañía de Comandos 601, explorando sus responsabilidades, habilidades necesarias y desafíos operacionales.

Las Fuerzas Especiales, también conocidas como Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE), están compuestas por unidades altamente entrenadas para llevar a cabo operaciones no convencionales, incluyendo acciones directas, contraterrorismo, guerra irregular y reconocimiento especial. Estos equipos operan fuera de la estructura militar convencional y están diseñados para ser altamente flexibles y adaptables en un entorno de combate dinámico.

Estructura de los equipos de Fuerzas Especiales

Los equipos de Fuerzas Especiales argentinas están organizados en pequeñas unidades altamente cohesionadas, generalmente compuestas por 6 a 15 efectivos, dependiendo de la misión y la unidad específica. Están diseñados para ser autosuficientes y operar de manera independiente en diversos entornos operacionales.

Roles claves en un equipo de Fuerzas Especiales

Un equipo de Fuerzas Especiales suele estar compuesto por los siguientes especialistas en el caso de las fuerzas norteamericanas típicas:

  • Jefe de Equipo (Team Leader): Oficial a cargo de la unidad, responsable de la planificación y ejecución de las misiones, así como del mando y control en el campo de operaciones.
  • Segundo Jefe de Equipo (Assistant Team Leader): Sustituye al Jefe de Equipo en su ausencia y apoya en la planificación y ejecución de las misiones.
  • Sargento de Operaciones (Operations Sergeant): Encargado de la ejecución táctica de las misiones, incluyendo reconocimiento, emboscadas, infiltración y asaltos directos.
  • Sargento de Comunicaciones (Communications Sergeant): Especialista en sistemas de comunicaciones tácticas y cifrado, garantizando la conectividad con unidades superiores y aliadas.
  • Sargento de Inteligencia (Intelligence Sergeant): Responsable de la obtención, análisis y procesamiento de información táctica, apoyando la toma de decisiones y la planificación operativa.
  • Sanitario de Combate (Combat Medic): Especialista en atención médica de combate, con conocimientos avanzados en trauma, cirugía de emergencia y evacuación médica en zonas de combate.
  • Sargento de Armamento (Weapons Sergeant): Responsable del arsenal del equipo, incluyendo fusiles de precisión, ametralladoras, lanzagranadas y armamento especializado.
  • Especialista en Explosivos e Ingeniería (Engineer): Encargado de explosivos, demoliciones, trampas explosivas, fortificaciones y técnicas de sabotaje.


Funciones de los equipos de Fuerzas Especiales

Las Fuerzas Especiales argentinas están entrenadas para cumplir misiones estratégicas y de alto riesgo, entre las que se destacan:

Operaciones Especiales

  • Contraterrorismo (Counterterrorism): Neutralización de grupos terroristas, rescate de rehenes y eliminación de objetivos de alto valor.
  • Acción Directa (Direct Action): Ataques quirúrgicos contra infraestructura enemiga, asaltos a objetivos de alto valor, y sabotajes en líneas logísticas o de comunicaciones.
  • Reconocimiento Especial (Special Reconnaissance): Infiltración en territorio hostil para recopilación de inteligencia, identificación de blancos estratégicos y evaluación del enemigo.
  • Guerra No Convencional (Unconventional Warfare): Entrenamiento y apoyo a fuerzas irregulares en tácticas de guerra de guerrillas, sabotaje y subversión.
  • Defensa Interna en el Extranjero (Foreign Internal Defense): Capacitación y asesoramiento de fuerzas militares y de seguridad extranjeras en operaciones contra insurgencia y seguridad nacional.

 

Habilidades necesarias en las Fuerzas Especiales

Para integrar y triunfar en un equipo de Fuerzas Especiales, los operadores deben poseer una combinación de capacidades físicas, técnicas y tácticas avanzadas, incluyendo:

Condición física extrema: Resistencia para soportar operaciones prolongadas bajo condiciones climáticas adversas.
Conocimientos en idiomas extranjeros: Especialmente en inglés y portugués, vitales para cooperación internacional y misiones en el exterior.
Manejo de explosivos y armamento especializado: Uso de armas de precisión, sistemas de demolición y técnicas de sabotaje.
Dominio de tácticas de combate: Técnicas avanzadas de patrullaje, infiltración, emboscadas y combate en zonas urbanas y selváticas.
Habilidades de liderazgo: Capacidad de tomar decisiones estratégicas bajo presión y liderar equipos en entornos de alta hostilidad.

Desafíos de los equipos de Fuerzas Especiales

Los operadores de Fuerzas Especiales enfrentan desafíos extremos en cada misión, tales como:

Operaciones de alto riesgo: Exposición constante a combates en entornos hostiles.
Entornos impredecibles: Misiones en terreno enemigo, con condiciones climáticas y geográficas adversas.
Recursos limitados: Operaciones con equipamiento mínimo, obligando a improvisar y adaptarse constantemente.
Barreras culturales y lingüísticas: Misiones en países con idiomas y costumbres desconocidas.
Desgaste físico y mental extremo: Privación del sueño, agotamiento y estrés constante en misiones prolongadas.

Entrenamiento y selección en las Fuerzas Especiales Argentinas

El proceso de selección y formación en las Fuerzas Especiales es rigurosamente exigente, incluyendo:

🔥 Curso de Comandos: Entrenamiento extremo en supervivencia, combate cuerpo a cuerpo, infiltración y guerra irregular.
🔥 Curso de Paracaidismo Militar: Dominio de técnicas de salto HALO/HAHO y lanzamiento en zonas hostiles.
🔥 Entrenamiento en explosivos y demoliciones: Manejo de cargas explosivas, trampas y sabotaje de infraestructura.
🔥 Instrucción en combate urbano y rural: Técnicas de asalto, infiltración y guerra en espacios cerrados.
🔥 Operaciones anfibias y de buceo táctico: Misiones de reconocimiento, incursión y sabotaje desde el agua.

Las Fuerzas Especiales argentinas representan el máximo nivel de profesionalismo militar, diseñadas para operar en entornos hostiles y en misiones estratégicas de alto impacto. Su éxito radica en su adaptabilidad, entrenamiento extremo y habilidades tácticas avanzadas.

A pesar de los desafíos físicos, mentales y operacionales, estas unidades siguen demostrando su eficacia en el campo de batalla, asegurando su lugar como el componente de élite del Ejército Argentino y la Infantería de Marina.

Cuando la misión exige lo imposible, los hombres de las Fuerzas Especiales están ahí para cumplirla. 🔥👊



jueves, 13 de marzo de 2025

Frente Oriental: El Cuerpo Alpino queda rodeado


El rodeo del Cuerpo Alpino

Weapons and Warfare



Principios de enero de 1943

Los comandantes de división y los oficiales del Cuerpo Alpino recibieron pocas noticias "oficiales" sobre el progreso general de la guerra mientras estuvieron en el frente del Don. Los oficiales de enlace alemanes adscritos al cuartel general de cada división proporcionaron sus principales fuentes de información. Podrían monitorear los radiogramas transmitidos desde varias unidades alemanas que operan en la región. Sólo así los comandantes del Cuerpo Alpino se enteraron del cerco de las tropas alemanas en Stalingrado, de la caída del Tercer Ejército rumano, del colapso y retirada del Octavo Ejército italiano en su flanco derecho, así como de los ataques a la Segundo Ejército Húngaro al norte de sus líneas.

El teniente Egisto Corradi de la División Julia escribió sobre la falta de noticias verificables: “No sabíamos que Stalingrado estaba ahora irreparablemente cercado y a punto de caer. No sabíamos que 7.000 supervivientes de los 35.000 o más del Trigésimo Quinto Cuerpo italiano permanecían rodeados en Cerkovo, y que las divisiones italianas, aparte de Rávena y Cosseria, fueron barridas del frente. No sabíamos nada de esto ni siquiera hasta el 15 de enero…”

Entre el 1 y el 17 de enero, hubo un aumento de la vigilancia aérea soviética y del fuego de artillería en todo el Don, lo que llevó a los alpini a creer que era sólo cuestión de tiempo antes de que fueran atacados.

Al otro lado del Don, el 9 de enero, Revelli y sus hombres pudieron ver camiones y vehículos blindados rusos dirigiéndose hacia el sur con las luces encendidas.

Hacia el 10 de enero, los alpini del Batallón Vestone (División Tridentina) comenzaron a recibir noticias siniestras. Dos alpini de la unidad del sargento Rigoni Stern, que habían ido a las cocinas a recoger raciones, oyeron a varios arrieros decir que los rusos habían rodeado al Cuerpo Alpino. Los informes basados ​​en radio scarpa (la fábrica de rumores) crearon una atmósfera incómoda de ansiedad y tensión entre los hombres. Varios alpinos incluso pidieron a su sargento que les dijera cuántos kilómetros había entre sus plazas fuertes e Italia. Rigoni Stern también se sentía incómodo. Había notado que los rusos al otro lado del río cortaban maleza y maleza por la noche para "ampliar su campo de tiro". Por la noche, hacia el sur, podía ver destellos de luz que parecían “relámpagos de verano”. En otras ocasiones, podía oír lo que sonaba como ruedas rodando al otro lado del río. Sin embargo, las raciones y el correo llegaron a tiempo.

Una tarde, poco después del 10 de enero, el teniente Moscioni, comandante de la fortaleza, le dijo al sargento que había recibido órdenes en caso de que los alpini tuvieran que retirarse del Don. Siguió un examen cuidadoso de todas las armas automáticas. Los alpini bajo su mando convirtieron su búnker en un virtual “taller”, desmembrando ametralladoras, morteros y la ametralladora pesada, limpiándolos y “retemplando los resortes para adaptarlos más al frío”. Una vez probados, los soldados envolvieron las “cuatro ametralladoras, la ametralladora pesada y los cuatro morteros de 45 mm” en mantas y lonas para protegerlos de “la arena fina, que se filtró en el refugio y penetró por todas partes”.

En la tarde del 15 de enero, unidades del Batallón Tirano (División Tridentina) recibieron la orden de “desviar todo el material a la retaguardia, incluso los emplazamientos de armas y estufas, como en un traslado normal. Los arrieros fueron enviados de regreso a sus bases y [el batallón] pasó de una alarma a otra. Las temperaturas cayeron por debajo de los -40°”. Al sur, los alpinos podían oír los estruendosos disparos del batallón Edolo de la Tridentina. Revelli escribe: “Desde la sede de la empresa llegó una orden extraña; cada alpino tenía que construir un trineo con cualquier material que pudiera encontrar”.

El general Reverberi, comandante de la División Tridentina, escribe: “Los días 15, 16 y 17 de enero, fuerzas enemigas compuestas por aproximadamente dos regimientos apoyados por numerosas baterías de morteros de todo calibre y katyushas, ​​comenzaron a atacar la zona entre la División Tridentina y Vicenza. [ahora desplegado en la zona que Julia había ocupado anteriormente antes de trasladarse al sur]”.

El sargento Rigoni Stern describe varios ataques ocurridos en las líneas defendidas por el Batallón Vestone de la Tridentina. Antes del amanecer, los rusos comenzaron a disparar morteros contra varios puntos fuertes del batallón. Al amanecer, los disparos cesaron cuando los soldados rusos comenzaron a cruzar el río a la izquierda de la fortaleza de Rigone Stern, donde había una pequeña isla en medio del río ahora congelado. Se refugiaron en la isla y posteriormente corrieron hacia la orilla del río, cerca de las posiciones que ocupaban los alpini. Los proyectiles de mortero de los alpini impactaron en ese tramo de la orilla del río y parecía que ese era el final de su intento de ganar terreno.

Esa misma noche, los rusos comenzaron a disparar con artillería y granadas de mortero. Esta vez, mientras atacaban, se deslizaron en la nieve hasta la orilla del río y comenzaron a correr hacia los alpini a través del río gritando su grito de batalla: “¡Ura! ¡Ura!” Los alpini lograron defenderse de ellos, matando e hiriendo a un buen número. Cuando unos pocos rusos llegaron al alambre de púas, los alpini arrojaron el equivalente a una caja entera de granadas de mano; no lograron explotar.

Poco después, las fuerzas enemigas comenzaron a avanzar una vez más. Los alpini dispararon pero el sargento Rigoni Stern se dio cuenta de que los rusos estaban recogiendo a sus heridos. Gritó: “¡No disparen! Están reuniendo a sus heridos. ¡No dispares! Sorprendidos de que los alpini hubieran dejado de disparar, los rusos rápidamente reunieron a sus heridos, los colocaron en trineos y los arrastraron de regreso a su lado del río. Incluso sacaron a sus muertos, excepto a los que habían alcanzado el alambre de púas.

Tras este último ataque, el teniente Moscioni se desplomó debido a los días y noches sin dormir. Había estado monitoreando intensamente la situación, moviéndose constantemente de una posición a otra, revisando las armas y cuidando a sus hombres. Rigoni Stern escribe: "Cayó de puro cansancio, como una mula". Moscioni le dijo a Rigoni Stern (una vez que regresaron a Italia): “Fue como si me convirtieran en hielo… ya no podía sentir mis piernas. No pude sentir nada. Era como si tuviera sólo una cabeza y muy poca de eso. Fue terrible." Rigoni Stern tomó el mando de la fortaleza hasta que llegara otro teniente para reemplazar a Moscioni.

Los rusos comenzaron a atacar una vez más, pero esta vez con un giro diferente. Los alpini podían oír a alguien detrás de los soldados, “gritando aliento en ruso” [probablemente un comisario político]. El sargento distinguió algunas palabras: “país, Rusia, Stalin, trabajadores”. Los alpini mantuvieron el fuego mientras los rusos salían del bosque y se deslizaban hacia la orilla del río. En el momento en que llegaron abajo, Stern ordenó a los alpini que dispararan, inmovilizándolos. La misma voz rusa comenzó a gritar de nuevo mientras los rusos en el borde del bosque comenzaban a retirarse a sus trincheras, pero entonces apareció una nueva ola de soldados y sin dudarlo comenzaron a correr a través del río helado. Era pleno día y pocos sobrevivieron al bombardeo de los alpini. Unos cuantos rusos yacían en la nieve haciéndose los muertos, luego se levantaron y corrieron hacia las fortalezas alpinas. Nunca lo lograron. Los alpini perdieron a varios hombres durante ese ataque.

El general Reverberi señaló que los rusos atacaron el batallón Vestone siete veces el 15 de enero, dejando “800 soldados enemigos muertos frente a sus líneas”.

Bianco Assunto, que sirvió en el 1.er Regimiento Alpino de la División Cuneense, registró los esfuerzos del general Battisti para presionar para una pronta retirada del Cuerpo Alpino del Don. La fuente de información de Assunto proviene de una reunión celebrada en Cuneo, Italia, después de terminada la guerra, entre Giuseppe Lamberti, comandante del Batallón Monte Cervino, y el Mayor Lequio, momento en el que Lequio compartió la siguiente información con Lamberti.

“El general Battisti me envió lejos del frente a finales de diciembre, al darse cuenta, tras la derrota de las divisiones de infantería italianas al sur del río Kalitva, de que el Cuerpo Alpino corría el riesgo de ser rodeado”. Lequio también señaló que el general Battisti intentó persuadir al general Nasci (comandante del Cuerpo Alpino) y a otros oficiales superiores para que retiraran el Cuerpo alrededor del 10 de enero (una semana antes de la fecha real de la retirada, el 17 de enero) “porque de esa manera al menos noventa Por ciento [de los alpini] podría salvarse”.

Battisti no pudo convencer al general Nasci. En un último esfuerzo, Battisti envió al mayor Lequio a Italia en un avión privado en un intento de persuadir al príncipe Umberto de Piamonte para que ejerciera su influencia sobre las autoridades militares de Roma. Este esfuerzo también fracasó.

Es interesante observar que el general Battisti no menciona estos acontecimientos en su informe final, escrito a su regreso de Rusia.

Aunque era probable una retirada de las tropas italianas del Don a finales de diciembre, y segura en enero de 1943, “no se hizo nada para organizarla excepto la patética sugerencia a las tropas de que reunieran [con cualquier medio] algunos pequeños trineos. para transportar material”. Los camiones y mulas necesarios para el transporte de las tropas debían trasladarse oportunamente desde las zonas de retaguardia al frente. La planificación para distribuir suministros muy necesarios de ropa de abrigo y provisiones de almacenes llenos de alimentos y ropa de invierno no se llevó a cabo. No hubo una preparación cuidadosa para una ruta de retirada con paradas planificadas y distribuciones planificadas desde los centros ubicados en las zonas de retaguardia.

Durante este período de rápida escalada de los combates, el historiador Giorgio Rochat caracteriza el liderazgo de los generales Gariboldi y Nasci como “desastroso”. Hubo un completo “colapso del profesionalismo y de la atención a las tropas que nunca ha sido suficientemente subrayado, y fue el mito de los alpini el que encubrió el fracaso de sus mandos”.

El 10 de enero de 1943, llegaron órdenes del cuartel general central del Grupo de Ejércitos B alemán, ordenando al Cuerpo Alpino y al Segundo Ejército Húngaro “mantener las líneas en el Don hasta el último hombre y la última bala. No se permitía ninguna retirada del frente... sin órdenes del mando [alemán]”. Aunque estas órdenes eran claras, el general Battisti y sus oficiales seguían muy preocupados. Obviamente las fuerzas enemigas podrían atacar al Cuerpo Alpino frontalmente, pero ahora un posible ataque también podría venir por la retaguardia. El 14 de enero, Battisti recibió una llamada del cuartel general del Cuerpo Alpino indicándole que se preparara para el traslado de toda su división a otra zona. En breve se recibirían órdenes escritas a tal efecto.

El teniente Egisto Corradi recordó que los alpini no se dieron cuenta de que los húngaros desplegados al norte del Cuerpo Alpino se estaban retirando de sus líneas, a pesar de que el Grupo de Ejércitos B alemán había prohibido expresamente una retirada. Los húngaros comenzaron a retirarse el 16 de enero, asumiendo la responsabilidad exclusiva de su acción, tras otra respuesta negativa de los alemanes que afirmaban que las órdenes de Hitler no estaban sujetas a discusión. En realidad, incluso antes de que se tomara su decisión oficial de retirarse, varias formaciones húngaras se habían retirado veinticuatro horas antes. Las unidades húngaras desplegadas directamente al norte de la División Tridentina no notificaron al cuartel general de la Tridentina sus intenciones. “La confusa y desordenada retirada húngara se convirtió rápidamente en una derrota caótica. En los días siguientes, las fuerzas móviles soviéticas atacarían a las divisiones alpinas mientras marchaban hacia el oeste aprovechando al máximo la disolución del sector húngaro”.


Operación “Ostroghzhsk-Rossosh”





Ya el 20 de diciembre de 1942, los soviéticos estaban trazando planes para su tercera ofensiva. El objetivo era rodear y destruir a las fuerzas húngaras y a las restantes fuerzas italianas y alemanas en el frente del Don, y liberar las principales líneas ferroviarias Liski-Valuiki y Liski-Kantemirovka, para avanzar hacia Jarkov y la cuenca del Donets.

La operación "Ostrogozhsk-Rossosh" consistió en dos ataques principales y cuatro secundarios. Los dos ataques principales incluyeron ataques en el norte contra el Segundo Ejército húngaro, seguidos de un avance hacia el sur, hacia Alekseevka. Desde el sur, ataques al suroeste de Kantemirovka, seguidos de un avance al norte y noroeste hacia Alekseevka, lograrían un cerco en forma de pinza detrás de las líneas del Cuerpo Alpino y los húngaros. De los cuatro ataques secundarios, dos debían ocurrir dentro de la formación de pinza mientras que dos debían ocurrir fuera de ella.

El 13 y 14 de enero, los rusos atacaron al Segundo Ejército húngaro, al norte del Cuerpo Alpino, penetrando profundamente en zonas detrás de sus líneas. El 14 de enero, los rusos atacaron y destruyeron unidades en las líneas alemanas en poder del XXIV Cuerpo Panzer en Mitrofanovka y sus alrededores. Los tanques rusos rápidamente atravesaron esas líneas y esa misma noche atacaron el cuartel general del XXIV Cuerpo Panzer alemán donde el comandante, el general Wendel, perdió la vida en la batalla que siguió.

El 15 de enero, masas de tanques soviéticos continuaron atacando las debilitadas posiciones húngaras en el norte, así como unidades residuales del XXIV Cuerpo Panzer al sur y suroeste del Cuerpo Alpino. Diezmaron la 27.ª División Panzer alemana y la 387.ª División de Infantería sufrió pérdidas importantes. Los rusos lograron abrir una gran brecha en el área controlada por los alemanes y ahora pudieron avanzar hacia el norte, hacia Rossosh, sede del cuartel general del Cuerpo Alpino. En Rossosh, los alpini del batallón Monte Cervino libraron una batalla desesperada contra las unidades blindadas soviéticas atacantes. En esta batalla luchó todo el personal militar disponible en la zona, incluidos aquellos sin experiencia en combate. Aproximadamente veinte tanques rusos deambularon por las calles de Rossosh, demoliendo almacenes, depósitos y cualquier camión a la vista. Utilizando todos los medios disponibles (minas, botellas incendiarias y granadas de mano), los alpini del Monte Cervino y el personal auxiliar lograron dejar fuera de servicio cinco tanques. Los aviones de ataque a tierra alemanes acabaron con otros siete u ocho. Los tanques restantes se trasladaron a las zonas de la retaguardia italiana. Esa misma tarde, el cuartel general del Cuerpo Alpino se trasladó de Rossosh a Podgornoje. Fueron evacuados hospitales militares, así como personal de diversos servicios auxiliares. Al mediodía del 16 de enero, los rusos habían ocupado Rossosh.

En la mañana del 16 de enero, un avión ruso arrojó panfletos cerca de las líneas donde todavía luchaba la División Julia. En un lado de un pequeño folleto de papel amarillo (escrito en italiano) se leía: “¡Soldados italianos! Estás rodeado”. En el otro lado, escrito en italiano arriba y en ruso abajo, se leía “Lasciapassare” (pase o permiso); “A todos los oficiales y soldados que se rindan les garantizamos la vida, el buen trato y el regreso a su patria tan pronto como termine la guerra”. El folleto estaba firmado: "Mando del Ejército Rojo del Don".

Un segundo folleto, escrito en italiano en papel azul claro con más texto, garantizaba a los presos los mismos derechos que el escrito en papel amarillo. Además, el texto aconsejaba a los soldados italianos “acordar con sus compañeros de confianza actuar juntos para evitar la vigilancia de [sus] oficiales y sus espías”. También recomendó a los soldados que se distanciaran de sus comandantes durante una retirada, fingieran cojear y permanecieran escondidos en una izba hasta que llegaran los soldados rusos. “Durante un ataque ruso, levanten la mano. Si hay un traidor entre vosotros, átalo o mejor aún, mátalo. En ningún caso te quitarás el uniforme. Así lo exige la directiva internacional. Para los rusos las reglas de la guerra son sagradas. Cada pase es válido para la mayor cantidad de personas que se rindan. Si no tienes un pase, aprende a gritar estas palabras en voz alta: '¡Russ sdaius!' ('Me rindo')."

El 15 de enero, el mando ARMIR solicitó permiso al Grupo de Ejércitos B alemán para retirar el Cuerpo Alpino junto con el Segundo Ejército húngaro, que ya se estaba retirando en ese momento. Hitler se negó a permitir que el Cuerpo Alpino se retirara, pero permitió que algunas tropas del XXIV Cuerpo Panzer alemán se retiraran al norte del río Kalitva.

El general Karl Eibl, que había asumido el mando del XXIV Cuerpo Panzer, ordenó la retirada de todas las tropas alemanas restantes que operaban con la División Julia. Vicentini escribe: “El diseño del mando alemán era evidente: adelantarse a la División Julia en la ya inevitable retirada, dejando que la División Julia formara su retaguardia y, al mismo tiempo, tener un camino despejado por delante para poder avanzar. adelantarse rápidamente a los italianos. Esta acción debilitó a Julia, que ya estaba gravemente probada, pero sobre todo dejó su flanco, al sur de Krinichoje, completamente expuesto”.

Cuando las tropas alemanas al sur y suroeste de la División Julia comenzaron a retirarse, los alpini de Julia tuvieron que ampliar y reorganizar rápidamente sus posiciones defensivas. El cuartel general de ARMIR informó al mando del Grupo de Ejércitos B alemán que era imperativo autorizar la retirada de la División Julia, así como de las demás divisiones alpinas todavía posicionadas en el Don, para evitar su cerco.

A pesar del estricto control alemán del Cuerpo Alpino, el general Nasci y sus oficiales habían trazado un plan para una posible retirada. Incluía un itinerario específico que las divisiones debían seguir una vez que comenzara la retirada. El 15 de enero, el general Battisti recibió órdenes por escrito para la retirada del Cuerpo Alpino del Don. Estas órdenes comenzaban con la siguiente declaración: "Los acontecimientos desfavorables en otras partes del frente obligan al Cuerpo Alpino a retirarse para evitar el cerco". Las tres divisiones alpinas (incluida la División de Vicenza, incorporada al Cuerpo Alpino desde el 20 de noviembre), el XXIV Cuerpo Panzer alemán y todas las tropas y unidades de servicio apostadas en la zona de Rossosh debían avanzar hacia la "alineación Valuiki-Rovenki lo más rápido y posible". lo más eficientemente posible”. Además, las órdenes establecían que una vez desplegadas las tropas, se trazaría una nueva línea defensiva, fortificada por las tropas alemanas que llegaran a esa zona.

Las órdenes incluían rutas específicas a seguir por las divisiones. Sin embargo, como señala el general Battisti, las órdenes operativas para la retirada se desarrollaron durante la noche del 15 de enero, antes de que las columnas de tanques y tropas rusas alcanzaran y ocuparan Rossosh, y dos días antes de que los rusos capturaran los puntos fuertes de la línea de defensa propuesta: Valuiki-Rovenki.

En realidad, la situación general sobre el terreno había cambiado radicalmente incluso antes de que comenzara la retirada. Para realizar las desviaciones necesarias y cambiar el rumbo de los planes originales de retirada, debería haber habido una comunicación estrecha y constante entre las divisiones alpinas y el cuartel general de su cuerpo, así como con los mandos superiores, es decir, los alemanes. De hecho, en el caso de la División Cuneense, la comunicación entre dicha división y el cuartel general del Cuerpo Alpino cesó en la mañana del 15 de enero (el 20 de enero se restableció una brevísima conexión por radio por sólo un corto período).

Ya el 15 de enero, el general Nasci había ordenado a las unidades alpinas en el frente que transportaran equipo pesado desde los depósitos de suministros y los hospitales del campo a Popovka y Podgornoje. Los soldados a cargo de caballos y mulas ubicados detrás de las líneas recibieron la orden de trasladar los animales al frente para transportar estas pesadas cargas. Algunas unidades no lograron llegar al frente con cuadrúpedos debido a los ataques rusos. En consecuencia, muchas unidades alpinas, especialmente las del 2.º Regimiento de la División Cuneense, iniciaron su retirada con aproximadamente veinte mulas por compañía. Por supuesto, esto tuvo graves consecuencias para la movilidad y la supervivencia de los hombres en esas unidades.

La siguiente orden, recibida por el general Nasci a las 06:00 horas del 17 de enero, demuestra claramente el control que los alemanes tenían sobre el destino del Cuerpo Alpino: “DEJAR LA LÍNEA DON SIN ÓRDENES DEL EJÉRCITO [Grupo B] ESTÁ ABSOLUTAMENTE PROHIBIDO. LO HARÉ PERSONALMENTE RESPONSABLE DE EJECUTAR ESTA [ORDEN]”.

Aunque las fuerzas enemigas habían rodeado al Cuerpo Alpino, el general Nasci informó que el Cuerpo todavía estaba en buena forma, a pesar de que seguía bajo estricto control por parte de los alemanes.

A las 10:00 del mismo día, Nasci recibió órdenes del cuartel general de ARMIR de retirarse del Don y mantener un estrecho contacto con el Segundo Ejército húngaro desplegado en el norte. También se informó al general que los tanques rusos habían llegado a Postoialyj, lo que confirmó el hecho de que el cuerpo estaba completamente rodeado. Además, el Grupo de Ejércitos B alemán colocó al XXIV Cuerpo Panzer bajo el mando de Nasci. Ahora estaba equipado con sólo cuatro tanques, dos cañones autopropulsados ​​y escasa artillería, incluida una batería de lanzacohetes. Nasci señaló que las divisiones 385.ª y 387.ª del Cuerpo Panzer estaban "reducidas a pedazos" y su capacidad de combate podía considerarse "insignificante".

A las 11.00 horas, el general Nasci recibió otro mensaje del cuartel general del ARMIR, autorizando la retirada del Cuerpo Alpino del Don. El mensaje finalizaba con lo siguiente: “Dios esté con vosotros”. El mensaje también decía que el Cuerpo Alpino en retirada debería mantener un estrecho contacto con el Segundo Ejército húngaro. Por supuesto, eso era imposible. Para entonces, las fuerzas rusas habían invadido a los húngaros y ya había informes de unidades húngaras desorganizadas cerca de Opyt, al noroeste de Podgornoje. Ese mismo día, el general Nasci recibió la noticia de que los rusos habían ocupado Pos-toialyj y Karpenkovo. El cerco del Cuerpo Alpino ya estaba completo.