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viernes, 28 de noviembre de 2025

Crisis del Beagle: El submarino Simpson solo tenía piedras para tirar

La Fuerza de Submarinos de la Armada de Chile en el conflicto de 1978

El Snorkel




Al mando del "Simpson", el capitán de navío (r) Rubén Scheihing tuvo en 1978 la misión más difícil de su carrera: impedir por las armas la invasión argentina.


Estaba autorizado para romper las hostilidades

Al mando del "Simpson", el capitán de navío (r) Rubén Scheihing tuvo en 1978 la misión más difícil de su carrera: impedir por las armas la invasión argentina.
Para ello debió enfrentar múltiples desventajas y el peso de una tarea en la que no tenía margen de error.
Hace exactamente 30 años, 81 chilenos aguardaban el inicio de la guerra metidos en un viejo tubo de hierro.
La tripulación del submarino "Simpson" tenía una orden perentoria del almirante José Toribio Merino: impedir por las armas cualquier intento de desembarco argentino en las islas del Beagle.
De máximo riesgo, la misión encerraba además dos problemas que la hacían casi suicida: el "Simpson" era un sumergible veterano de la II Guerra Mundial que difícilmente escaparía del contraataque enemigo; y tendría que enfrentar la hora "H", el inicio del ataque trasandino, en solitario. Este adverso escenario convirtió la extenuante patrulla de guerra del "Simpson" -duró casi 70 días- en uno de los capítulos más desconocidos de la tensión que a fines de 1978 estuvo a punto de enfrentar a Chile y Argentina. Treinta años después, el comandante de esa nave, el capitán de navío (r) Rubén Scheihing, revela los secretos de una misión en la que, reconoce, "envejecí algunos años".

Solo y sin snorkel

A comienzos de 1978, la Armada tenía cuatro submarinos, pero sólo tres disponibles. El "Thomson", gemelo del "Simpson", estaba desguazado, y los recién llegados "Hyatt" y "O'Brien" eran de los más modernos de la región.
La Flota de Mar (Flomar) de Argentina también tenía cuatro submarinos, pero todos operativos: dos estadounidenses de la II Guerra Mundial ("Santa Fe" y "Santiago del Estero") y dos 209 alemanes ("San Luis" y "Salta") recién comprados.
A fines de año, la ventaja argentina pasó de leve a mayúscula. El "O'Brien" entró a dique para mantención y al "Hyatt" le falló un motor. Tuvo que regresar a Talcahuano.
La noticia caló hondo en el "Simpson". Durante todo el año, y a medida que las negociaciones diplomáticas con Argentina se empantanaban, la tripulación había entrenado intensamente para repeler una eventual invasión. Ahora tendrían que hacerlo solos.
Y ése no era el único factor en contra. Por su antigüedad, la nave carecía de snorkel, una especie de tubo de escape retráctil que le permite navegar a 20 metros bajo la superficie usando sus motores diésel. Éstos, a su vez, recargan las baterías eléctricas, que son las que pueden llevarlo a silenciosos descensos de hasta 600 pies de profundidad.
Sin snorkel, el "Simpson" estaba obligado a emerger por períodos de hasta ocho horas para recargar baterías, haciéndose detectable para los radares o aviones enemigos.
En la práctica, el buque no podía sumergirse más de 24 horas, y a escasos cinco nudos por hora. Si había que evadir un ataque, las baterías se agotarían antes.
Scheihing recuerda que otra desventaja era el armamento. La "Enmienda Kennedy" había dejado a los submarinos chilenos con antiguos torpedos a vapor MK 14 y MK 27. Los argentinos tenían eléctricos MK 37, de más alcance y confiabilidad. "No había otra cosa. Si había que tirarles piedras, se les tiraban", explica.
Por eso, cuando recibió la orden de Merino, tomó el sistema de comunicación interna, leyó el mensaje a sus hombres y los arengó: "¡Esto significa que estamos viviendo, a partir de este instante, una situación de guerra con Argentina. Como todos sabemos, es posible que nos hundan, pero me comprometo con ustedes a que antes que eso suceda, a lo menos, nos llevaremos a dos de ellos!". Tras un momento de silencio, detalla el comandante, "se escuchó como un rugido en todo el submarino: '¡Viva Chile, m...!'". Más rotos, más patriotas.
Pero si atacaba por error, este oficial dejaría a Chile como país agresor y en una compleja perspectiva de cara a una negociación de paz.

"Fue una situación de guerra (...) Yo estaba autorizado para romper las hostilidades. ¡Imagínese! Era el primer contacto. La responsabilidad era tremenda. Primero, porque rompería las hostilidades, y segundo, porque pondría en jaque la seguridad del submarino, que es lo de menos cuando se trata de hundir al resto", explica.

¿Disparó el "Simpson"?

Ricardo Burzaco, experto argentino en el tema, publicó recientemente una investigación sobre las operaciones submarinas transandinas de 1978 en la revista Defensa y Seguridad.
Allí sostiene que el "Simpson" fue descubierto dos veces por sumergibles argentinos. Primero por el "Santiago del Estero", que lo encontró cargando baterías en la superficie, y luego por el "Salta", justo antes de la hora "H", que también lo divisó a nivel del mar. La máxima tensión reinante llevó a que el capitán argentino ordenara preparar torpedos.
Como no estaban en aguas argentinas, agrega Burzaco, el comandante argentino dudó en atacar. En ese momento el oficial sonarista lanzó una alarma de torpedo enemigo, por lo que ordenó una maniobra evasiva. Luego, el rumor de un supuesto proyectil chileno se desvaneció.
Tajante, Scheihing niega esta versión y asegura que el "Simpson" nunca tuvo contacto con adversarios. "No hubo lanzamiento. Nunca disparamos nada. Estábamos listos, pero le garantizo que no (disparamos)", sostiene.
Hacia el final de la patrulla, la tripulación del "Simpson" ya sentía el rigor de la tensión bélica. Los víveres eran escasos, no quedaban alimentos frescos y el aire dentro del submarino era pesado, mezcla de aceite y gases. Sólo podían bañarse -si limpiarse el cuerpo con una esponja mojada puede considerarse un baño- cada tres días. Sólo querían que el conflicto se zanjara de una vez, por las armas o por la paz.
La providencial conjunción de una tormenta con olas de hasta 15 metros, que retrasó la operación "Soberanía", y la mediación del Papa Juan Pablo II, sin embargo, terminarían por impedir el enfrentamiento. El "Simpson" pudo volver a su base.


El temporal que dilató la "Operación Soberanía"

"Nunca había visto un tiempo tan malo, estaba pésimo. Estaba tan malo que no había posibilidad de operaciones aéreas ni anfibias. De no haber mediado las condiciones de tiempo, y si los argentinos hubiesen cumplido el plan 'Soberanía', esto no se habría podido parar", concluye el vicealmirante (r) Hernán Rivera.
El "Prat", primer objetivo argentino
Si el "Simpson" abría fuego contra una invasión argentina, enseguida sería el turno del crucero "Prat", buque insignia de la Escuadra que debía disparar su artillería contra la flota de desembarco adversaria.
A bordo estaba el ahora vicealmirante (r) Hernán Rivera, por entonces jefe del estado mayor de la Escuadra.
Por su naturaleza, el "Prat" probablemente habría sido el primer objetivo de los ataques argentinos, tanto aéreos como marítimos y submarinos. En el buque insignia lo sabían, pero nadie, dice Rivera, manifestó temor. "En la gente nuestra no había ninguna duda. El espíritu era ir cuanto antes a la guerra y definir esta cuestión", sostiene.
La gran ventaja de la flota argentina, explica, era el portaaviones "25 de Mayo", que le daba supremacía aérea y hacía vulnerables a los buques chilenos.
La Escuadra chilena, agrega, tenía a su favor la cohesión alcanzada por las tripulaciones tras un año de intenso entrenamiento, la eficiencia de la aviación naval -informaba cada cuatro horas la posición de los buques argentinos- y el refugio natural que ofrecían los fondeaderos en los canales.
"Ellos sabían que estábamos en el sur, pero no sabían dónde (...) Los fondeaderos de guerra son lugares absolutamente camuflados donde es imposible ver los buques, ni siquiera sobrevolando", asegura Rivera.
Así, las naves chilenas lograban disimular falencias como la escasez de pertrechos, debido al embargo de Estados Unidos, y el hecho que la iniciativa estaba en manos de los argentinos.
Con todo, admite el retirado oficial, "el 'Prat' habría sufrido daños importantes como consecuencia del ataque de los aviones del '25 de Mayo'. Por eso nos colocamos en una disposición de combate en la que primero estaban los buques misileros, que en el fondo eran los que iban a decidir esta cuestión en el combate de superficie".
Rivera recuerda como el momento más crítico el 20 de diciembre de 1978, cuando recibieron la orden de salir al paso de la flota argentina. El vicealmirante Raúl López Silva, comandante en jefe de la Escuadra, reunió a los capitanes de todos los buques y les advirtió: "Señores, vamos a definir esta situación de una vez por todas. Se acabaron los ejercicios. La próxima vez que toque un zafarrancho de combate significa que estamos enfrentados a los argentinos".
Pocas horas después, cuando la Escuadra aún salía hacia el teatro de operaciones, sonó el citado zafarrancho. "Le prometo que nunca vi tanta rapidez para cubrir los puestos de combate", recuerda Rivera. La alarma, eso sí, resultó falsa. El "contacto" del sonar resultó ser una sonda estadounidense que recolectaba datos atmosféricos.
Así fue que ambas fuerzas llegaron a estar a unas 10 horas de poder atacarse con sus misiles, lo que fue impedido por la mediación papal. Rivera asegura que la Divina Providencia también hizo lo suyo, desatando un temporal que dilató la "Operación Soberanía", que debía comenzar tres días antes de la "Hora H" con la toma de unas pequeñas islas al sur del Beagle.

"Nunca había visto un tiempo tan malo, estaba pésimo. Estaba tan malo que no había posibilidad de operaciones aéreas ni anfibias. De no haber mediado las condiciones de tiempo, y si los argentinos hubiesen cumplido el plan 'Soberanía', esto no se habría podido parar", concluye.



Autor:Iván Martinic
http://diario.elmercurio.cl/

jueves, 14 de agosto de 2025

La guerra híbrida en el Siglo XXI: ¿Cómo se combate a un enemigo invisible?

La guerra híbrida en el Siglo XXI: ¿Cómo se combate un enemigo invisible?

EMcL - FDRA




En el siglo XXI, el panorama de la guerra ha cambiado radicalmente. Ya no se define exclusivamente por la confrontación entre ejércitos regulares en campos de batalla físicos, sino por una serie de estrategias combinadas que utilizan medios militares, cibernéticos, económicos, informativos y diplomáticos. Este fenómeno ha sido denominado "guerra híbrida", un concepto que describe la naturaleza cambiante de los conflictos modernos. A diferencia de las guerras tradicionales, la guerra híbrida implica la fusión de tácticas convencionales e irregulares, ciberataques, campañas de desinformación y acciones encubiertas, lo que convierte al enemigo en una entidad difícil de identificar y, por tanto, de combatir.

¿Qué es la guerra híbrida?

La guerra híbrida es un enfoque de confrontación que mezcla múltiples métodos de guerra —militares, irregulares, cibernéticos, económicos y psicológicos— para lograr objetivos estratégicos sin recurrir necesariamente al uso directo de la fuerza militar. Este tipo de guerra no es totalmente nuevo; sin embargo, su sofisticación, alcance global y dependencia de la tecnología moderna la convierten en una amenaza sin precedentes.

El enemigo híbrido opera en la ambigüedad. Puede ser un Estado, un grupo terrorista, una organización criminal, o incluso una combinación de actores. Su principal ventaja es su capacidad para golpear sin dejar rastro claro, explotando las debilidades estructurales, sociales y tecnológicas del adversario. La dificultad radica en que estos ataques muchas veces no activan una respuesta militar convencional, ya que no se ajustan a las normas tradicionales de guerra reconocidas por el derecho internacional.

Ciberseguridad: un frente invisible

Una de las manifestaciones más evidentes de la guerra híbrida en el siglo XXI es la guerra cibernética. Los ataques informáticos se han convertido en armas estratégicas para influir en procesos democráticos, robar información crítica o paralizar infraestructuras clave como redes eléctricas, hospitales, sistemas financieros y redes de comunicación.

Por ejemplo, los ataques de ransomware y el hackeo de bases de datos gubernamentales no solo causan daños económicos, sino que también socavan la confianza pública en las instituciones. Casos como el ataque a la red eléctrica de Ucrania en 2015, o las interferencias en elecciones en varios países occidentales, evidencian cómo los actores híbridos pueden desestabilizar a naciones enteras sin disparar un solo tiro.

Los Estados están invirtiendo significativamente en capacidades cibernéticas defensivas y ofensivas. Muchos han creado comandos de ciberdefensa especializados y han establecido alianzas internacionales para compartir inteligencia y coordinar respuestas. No obstante, la velocidad a la que evolucionan las amenazas cibernéticas supera, en muchos casos, la capacidad de respuesta de los Estados, dejando a gobiernos y ciudadanos en situación de vulnerabilidad constante.


Desinformación: el arma silenciosa

La guerra híbrida también se libra en el dominio de la información. Las campañas de desinformación buscan manipular la percepción pública, sembrar discordia interna, erosionar la cohesión social y debilitar la confianza en las autoridades democráticas. Plataformas como redes sociales son utilizadas para propagar noticias falsas, teorías conspirativas y narrativas polarizantes, con el objetivo de desestabilizar sociedades desde dentro.

Los actores híbridos identifican fracturas sociales —ya sean ideológicas, raciales, económicas o culturales— y las explotan amplificando el conflicto mediante información manipulada. Este tipo de ataque es particularmente difícil de combatir, ya que actúa sobre la opinión pública y se disfraza de libertad de expresión.

Como respuesta, los gobiernos han comenzado a tomar medidas para regular la actividad en redes sociales, exigir transparencia en los contenidos patrocinados y fortalecer la alfabetización mediática de la población. Sin embargo, el equilibrio entre seguridad informativa y libertad de expresión sigue siendo una línea delicada que plantea complejos desafíos éticos y legales.

Conflictos asimétricos: la dimensión militar de lo híbrido

Aunque la guerra híbrida no depende exclusivamente de la fuerza militar, no la descarta. En muchos casos, se recurre a tácticas militares irregulares y asimétricas: milicias apoyadas encubiertamente por Estados, mercenarios, insurgencias armadas y grupos terroristas. Estas fuerzas suelen operar sin identificar claramente su filiación estatal, lo que permite a los actores detrás de ellas negar responsabilidad directa.

Un ejemplo destacado es la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014. En ese conflicto se utilizaron tropas sin insignias, propaganda intensiva, apoyo a milicias locales y ciberataques, todo orquestado simultáneamente. Esta operación marcó un punto de inflexión en el entendimiento moderno de la guerra, al demostrar cómo un Estado podía lograr objetivos estratégicos mediante tácticas híbridas, sin declararse en guerra formal.



En respuesta, las fuerzas armadas de muchas naciones han comenzado a adaptarse al nuevo entorno híbrido. Se ha promovido la interoperabilidad entre cuerpos militares, de inteligencia, policiales y civiles, y se ha puesto énfasis en la guerra irregular, el análisis de datos en tiempo real y la inteligencia artificial como herramientas de anticipación.

Preparación y resiliencia: la respuesta estatal

Combatir la guerra híbrida requiere una estrategia integral, que trascienda la dimensión militar. Los Estados están reconfigurando su concepto de seguridad nacional para incluir elementos como la ciberseguridad, la protección de infraestructuras críticas, la gestión de la información y la cohesión social. La defensa frente a un enemigo invisible no puede depender únicamente del ejército; implica a todos los sectores: público, privado y sociedad civil.

Entre las acciones adoptadas destacan la inversión en tecnologías de detección de amenazas, la cooperación internacional en ciberinteligencia, la creación de organismos multidisciplinarios de seguridad y la promoción de una ciudadanía más crítica e informada. Países como Estonia, Israel y Finlandia han sido pioneros en la implementación de modelos de defensa nacional integrados, combinando educación, innovación tecnológica y cultura de seguridad colectiva.

Asimismo, organizaciones internacionales como la OTAN y la Unión Europea han incorporado la guerra híbrida en sus estrategias de seguridad, reconociendo que la defensa del territorio ya no es solo física, sino también digital y psicológica.

Guerra híbrida hoy

La guerra híbrida representa uno de los mayores retos para la seguridad global en el siglo XXI. Su naturaleza difusa, adaptable y multidimensional dificulta su detección y neutralización. Ante esta amenaza, los Estados deben desarrollar una resiliencia estratégica que combine tecnología, inteligencia, cooperación internacional y fortalecimiento de la cohesión interna. Combatir a un enemigo invisible exige más que fuerza militar: requiere visión, preparación y una comprensión profunda del entorno en el que operamos.

En última instancia, la defensa frente a la guerra híbrida no solo depende de los gobiernos, sino también de una ciudadanía informada, crítica y resistente a la manipulación. En un mundo donde la verdad puede ser distorsionada y las amenazas se esconden tras pantallas, la mayor fortaleza de una sociedad puede residir en su capacidad para discernir, resistir y adaptarse.



viernes, 10 de diciembre de 2021

Patagonia: ¿Aonikens o Araucanos?

¿Aonikenks o Araucanos?





Lamentablemente la ignorancia histórica hace que muchos ciudadanos se presten a colaborar con esta campaña contra el Gral. Julio A Roca.
"El general Roca no encabezó una campaña privada en 1879. Fue como Comandante en Jefe del Ejército Nacional a cumplir la misión que Avellaneda, presidente de la Nación Argentina, elegido por el pueblo, le había asignado.
Y esa campaña estuvo destinada a integrar, a incorporar de hecho a la geografía argentina, prácticamente la mitad de los territorios históricamente nuestros, y que estaban bajo el poder tiránico del malón araucano, cuyos frutos más notables eran el robo de ganado, de mujeres y la provocación de incendios.
Los araucanos, hoy denominados mapuches, llegaron a la Argentina allá por 1830, cuando la Nación Argentina era ya independiente y soberana.
Por lo tanto, fueron invasores. El primer grupo de invasores los constituyeron aproximadamente unos 100 indígenas capitaneados por Yanquetruz.
Se afincaron en Neuquén y desde allí se fueron extendiendo hacia el sur y el norte.
El verdadero genocidio lo cometieron los araucanos (hoy llamados Mapuches) cuando aniquilaron a los Guenaken, (en el campo de batalla de Llanguiñeo), también llamados Tehuelches, que eran los auténticos aborígenes de la Patagonia norte.
Actualmente como argentinos tienen todos los derechos al igual que los demás argentinos que llegaron como inmigrantes a este país y sus hijos posteriormente nacidos en Argentina, PERO NO A RECLAMAR LO QUE NO ES SUYO Y MENOS A INTENTAR FALSEAR LA HISTORIA Y PRETENDER LES DEVUELVAN TIERRAS QUE NUNCA LES PERTENECIERON."
1.- En 1879 las tropas de Cafulcurá eran poderosas, lo prueba el hecho de que ganaron las primeras batallas contra el Ejército Nacional.
2.- Ambos bandos contaba con fusiles Remington. Los araucanos los traían de Chile, a donde se los vendían los ingleses a cambio del ganado argentino robado en los malones. Prueba de ello es que la columna del Ejército Nacional comandada por el Gral. Villegas, tenía como objetivo clausurar y controlar los pasos andinos por donde les llegaban a los araucanos los Remington.
3.- Los indígenas araucanos eran tradicionalmente muy guerreros. Recordemos que en los primeros tiempos de la conquista española asolaron varias importantes ciudades en Chile que los chilenos tardaron siglos en reconquistar.
4.- Los araucanos, en el año 1250 subieron hacia el norte y destruyeron el Imperio de Tiahuanaco. Este Imperio era mayor y mucho más civilizado que el posterior imperio de los Incas que comenzó luego en el año 1280.
5.- El uso actual del término "mapuche" y las falsas reivindicaciones de éstos, son maniobras disolventes y disgregantes que practican algunos políticos en las últimas décadas por ignorancia o para beneficio propio.

Araucanos y Tehuelches

Los mapuches son sólo ORIGINARIOS de la inventiva del Foreign Office británico (Cancillería Británica).
Ni Rosas o Roca los mencionan en la Campaña al Desierto, tampoco los historiadores, ni la famosa expedición a los Indios Ranqueles. Tampoco los menciona la historia oficial en las Provincias ni Museos de Historia del Neuquén, Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Mendoza, ni San Juan, ¿Desde cuándo han aparecido estos mapuches en escena? Su propia bandera es similar a la nueva Sud Africana; luego del apartheid utilizaron a Mandela, y ahora desean utilizar a un pueblo que no es originario de nada, sólo los Tehuelches lo son.
Quede en claro que la expedición de Roca, resultó la primer guerra contra Chile y no una campaña contra el indio, como muchos pretenden hacerlo notar.
A las pruebas me remito cuando sostengo que por entonces el 90% de la población chilena era indígena, que no es cosa menor.
En síntesis, nuestro país defendía la soberanía sobre una Patagonia que esos caciques deseaban y ellos (los hoy llamados Mapuches)... eran chilenos”.
Enciclopedia Salvat - Diccionario - Editado en Barcelona - 1972:

Mapuche:
Adj.- Natural de Arauco - Perteneciente a esta Provincia de Chile.


viernes, 7 de mayo de 2021

Vuelven las operaciones de prensa: El KAI F/A-50 iba a ser montado en FAdeA hasta que Rossi lo desmintió

Resulta que una delegación de KAI visita FAdeA para ver cómo iban a montar los F/A-50 y bajo el gobierno criminal argentino del peronismo resulta que se descarta su "compra" porque tiene partes británicas. ¿No sabían eso en 2017? Recuerden lo que fueron los últimos años de la bipolar Cristina Fernández cuando regularmente el MinDef de Agustín Rossi anunciaba compra de misiles Derby y Python 5, el Pampa III, la misma rutina de los JF-17 y J-10, entre tantas. Nunca pasó nada.