¿Una crisis en la Armada?
por Rosendo Fraga
El embargo de la Fragata Libertad en Ghana planteó la discusión de si el error de planificación -que el buque escuela visitara dicho país- fue del gobierno o de la Armada.
La falla de los motores de la Corbeta Espora, que estuvo anclada varias semanas en Sudáfrica, puso en evidencia que se adeudaba dinero desde hacía tiempo a la empresa alemana que los construyó y ello motivó la demora en el arreglo. Pero también puso de manifiesto que el buque navegaba en condiciones precarias.
A ello se agregó que el buque fue la tercera opción designada para participar del ejercicio naval con Sudáfrica, Brasil y Uruguay: el primer buque elegido debió suspender la misión por desperfectos en sus motores y el que lo reemplazó sufrió una avería al salir de puerto por falta de dragado.
El rompehielos va a cumplir un lustro en reparaciones. Se trata del buque esencial para que Argentina ejerza su soberanía en la Antártida. Algunas estimaciones sostienen que el costo de las reparaciones va a superar el costo de un rompehielos nuevo.
La demora en el pago de servicios y proveedores vuelve a retrasar la partida de la Campaña Antártica, que se realiza con medios de las Fuerzas Armadas. Ello tiene lugar cuando la decisión británica de designar con el nombre de Reina Isabel a parte del sector antártico que reclama, que se superpone con el argentino, evidencia la prioridad que debe tener esta campaña. A esto se suma la falla que pone al destructor misilístico Santísima Trinidad en riesgo de destrucción.
Cuando tuvo lugar la protesta salarial en las Fuerzas de Seguridad, en la Armada un grupo de suboficiales se plegó al reclamo, haciendo declaraciones públicas frente al Estado Mayor de la Fuerza en un hecho sin precedentes en la Armada desde el punto de vista disciplinario.
Un hecho puede ser un accidente o una casualidad, pero una sucesión de este tipo evidencia una crisis de funcionamiento en la Armada.
Pero no se trata de un problema específico de esta Fuerza. Las otras dos -por ahora menos visiblemente- también enfrentan problemas crecientes por la falta de inversión y mantenimiento de su infraestructura y la postergación y desorden en la política salarial. El presupuesto militar está en el mínimo histórico como porcentaje del PBI desde hace ya más de un lustro. Por esta razón, no puede hablarse de hechos inesperados, sino de la consecuencia de una política o mejor dicho una no-política.
Este año la democracia cumplirá 30 años. Modernizar las Fuerzas Armadas haciendo de ellas una herramienta eficiente para el estado argentino viene siendo una tarea sistemáticamente postergada. Quizás la manifestación de esta crisis sirva para una necesaria reflexión.
CENM
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