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miércoles, 11 de septiembre de 2024

Liderazgo de tropas mecanizadas: Ejemplo de 6 ejércitos OTAN



Liderazgo en la infantería mecanizada: Enfoques en los Ejércitos Holandés, Danés, Sueco, Británico, Francés y Estadounidense

Por Esteban McLaren
para FDRA


Las fuerzas de infantería acorazada, también conocidas como infantería mecanizada, juegan un papel crucial en las operaciones militares modernas. Estas unidades son transportadas al campo de batalla en Vehículos Blindados de Transporte de Personal (APC, por sus siglas en inglés) o Vehículos de Combate de Infantería (IFV), lo que les permite moverse rápidamente y proporcionar potencia de fuego y protección durante las operaciones de desembarco. Sin embargo, el liderazgo efectivo se vuelve esencial cuando las tropas desembarcan de sus vehículos para combatir a pie. El proceso de cómo se lleva a cabo el liderazgo una vez que las tropas desembarcan varía entre naciones, reflejando sus respectivas doctrinas, estructuras organizativas y experiencias en la guerra moderna. Este informe analiza cómo los ejércitos holandés, danés, sueco, británico, francés y estadounidense deciden cómo liderar a sus unidades de infantería acorazada después de desembarcar de sus vehículos.



1. Enfoque Holandés: Flexibilidad equilibrada y mando descentralizado

El Ejército Real de los Países Bajos opera bajo el concepto de mando por misión, una doctrina que enfatiza la descentralización (Auftragstaktik), otorgando a los líderes subordinados la libertad de adaptarse a las condiciones cambiantes del campo de batalla. La infantería mecanizada holandesa es transportada en IFVs CV90 y APCs Boxer, que brindan apoyo de fuego y movilidad.

  • Liderazgo al desembarcar: El liderazgo en la infantería acorazada holandesa es principalmente a nivel de pelotón, pero se otorga flexibilidad a los jefes de escuadra una vez que las tropas desembarcan. El comandante de pelotón retiene la responsabilidad general, coordinando con las tripulaciones de los vehículos y otras unidades, mientras que los jefes de escuadra lideran a sus equipos desembarcados.

  • Rol del comandante de pelotón: Tras desembarcar, el comandante de pelotón sigue siendo responsable de la misión general y de la coordinación con los vehículos para apoyo de fuego. El mando es descentralizado, y los jefes de escuadra toman decisiones tácticas en respuesta a las amenazas inmediatas.

  • Autonomía de la escuadra: Se espera que los jefes de escuadra actúen de forma independiente, tomando decisiones basadas en su comprensión de la intención del comandante de pelotón. Esta estructura de mando flexible permite una rápida adaptación durante el combate en espacios reducidos.

 
Soldados holandeses desembarcando de un CV90
 

2. Enfoque Danés: Liderazgo de pequeñas unidades y cohesión

El Ejército Danés, con su infantería mecanizada transportada principalmente en APCs Piranha V y M113, pone énfasis en el liderazgo de pequeñas unidades, la cohesión y la comunicación clara. La doctrina militar danesa resalta la cooperación entre las tripulaciones de los vehículos y la infantería una vez que desembarcan.

  • Liderazgo al desembarcar: Los líderes de la infantería mecanizada danesa se centran en mantener la cohesión de la unidad durante el desembarco. El jefe de escuadra es clave para mantener el control sobre la infantería desembarcada, mientras que el comandante de pelotón supervisa la coordinación entre las escuadras y el apoyo de los vehículos.

  • Roles de pelotón y escuadra: El líder de pelotón desembarca con la infantería y toma el control directo de la situación táctica a pie, confiando en los jefes de escuadra para mantener el control de sus equipos. Los jefes de escuadra lideran sus elementos desembarcados en estrecha coordinación con el plan general del comandante de pelotón.

  • Coordinación con los vehículos: Los daneses enfatizan la coordinación continua con el APC o IFV, particularmente para apoyo de fuego y movimiento. El comandante de pelotón trabaja estrechamente con el comandante del vehículo para dirigir la potencia de fuego de los APCs mientras la infantería desembarcada asegura los objetivos.

 
M113 y Piranha V daneses

3. Enfoque Sueco: Equipos de fuego independientes con fuerte apoyo de vehículos

El Ejército Sueco transporta a su infantería mecanizada en IFVs CV90, que proporcionan tanto potencia de fuego como transporte de tropas. La doctrina militar sueca se centra en tácticas de pequeñas unidades independientes, con equipos de fuego operando de forma autónoma bajo el control general del liderazgo del pelotón.

  • Liderazgo al desembarcar: La infantería mecanizada sueca enfatiza la independencia de los equipos de fuego, con los líderes de equipo asumiendo el control táctico durante el desembarco. El comandante de pelotón coordina el movimiento y los objetivos, pero delega una gran autoridad a los líderes de equipo.

  • Rol del comandante de pelotón: Después de desembarcar, el comandante de pelotón permanece conectado con la tripulación del IFV para asegurar un apoyo de fuego coordinado. El comandante supervisa el panorama táctico general, asegurando que los equipos se mantengan alineados con los objetivos de la misión mientras confía en los líderes de equipo para la ejecución táctica.

  • Autonomía de los equipos de fuego: Los equipos de fuego suecos operan con un alto grado de autonomía, capaces de tomar decisiones tácticas inmediatas en función de la intención de la misión. Esta independencia permite flexibilidad y toma de decisiones rápidas en situaciones dinámicas.

 

Tropas mecanizadas suecas

4. Enfoque Británico: Cohesión y liderazgo de pelotón

El Ejército Británico, que utiliza IFVs Warrior y APCs Bulldog, adopta un enfoque centralizado pero flexible para el liderazgo en sus unidades de infantería acorazada. La doctrina británica enfatiza acciones cohesivas a nivel de pelotón con estructuras de mando claras.

  • Liderazgo al desembarcar: El Ejército Británico destaca el rol del comandante de pelotón, quien lidera la operación de desembarco, coordinando con las tripulaciones de los vehículos para apoyo de fuego. Las órdenes del comandante de pelotón son ejecutadas por los comandantes de sección, que lideran los equipos de fuego individuales.

  • Rol de los comandantes de sección: Una vez desembarcados, el comandante de sección lidera la infantería a nivel táctico, ejecutando las órdenes del comandante de pelotón. El enfoque está en mantener una estrecha coordinación entre las secciones y asegurar que la potencia de fuego se dirija donde más se necesita.

  • Rol del comandante de pelotón: El comandante de pelotón sigue siendo responsable de la ejecución general de la misión, confiando en los comandantes de sección para gestionar sus equipos. El mando sigue siendo centralizado, pero los comandantes de sección tienen flexibilidad para adaptarse a las condiciones de combate inmediatas.


APC FV432 Mk2 Bulldog

5. Enfoque Francés: Mando centralizado con fuerte integración de vehículos

La infantería mecanizada del Ejército Francés, transportada en APCs VBCI y VAB, opera bajo una doctrina que enfatiza la coordinación entre las tropas desembarcadas y sus vehículos. La doctrina francesa valora el papel central del comandante de pelotón en mantener el mando y control sobre las operaciones de desembarco.

  • Liderazgo al desembarcar: El comandante de pelotón en la infantería mecanizada francesa retiene el control central sobre las tropas desembarcadas, con los líderes de equipo gestionando los elementos individuales. Se pone un gran énfasis en mantener la coordinación entre la infantería desembarcada y el APC para apoyo de fuego.

  • Rol de los líderes de equipo: Los líderes de equipo ejecutan las órdenes del comandante de pelotón, pero se espera que tomen decisiones tácticas rápidas durante el combate. La doctrina francesa enfatiza el control centralizado, pero permite a los líderes de equipo cierta flexibilidad para la toma de decisiones inmediatas en los enfrentamientos.

  • Coordinación con los vehículos: Los comandantes de vehículos y el comandante de pelotón mantienen una estrecha comunicación, asegurando que la potencia de fuego del vehículo se utilice de manera efectiva para apoyar las operaciones desembarcadas. La doctrina de infantería mecanizada francesa destaca la importancia de utilizar el vehículo como parte integral de la operación desembarcada.

 
APC VAB
 

6. Enfoque Estadounidense: Mando descentralizado y autonomía de los equipos de fuego

El Ejército de los Estados Unidos, que utiliza IFVs Bradley y APCs Stryker, opera con una estructura de mando descentralizada, enfatizando la independencia de los equipos de fuego. La doctrina militar estadounidense pone énfasis en la flexibilidad y la rápida adaptación, con la autoridad de toma de decisiones delegada a las unidades más pequeñas.

  • Liderazgo al desembarcar: En la infantería mecanizada estadounidense, el liderazgo es descentralizado. Los líderes de escuadra o líderes de equipo de fuego asumen el control de las tropas desembarcadas, mientras que el comandante de pelotón coordina la misión general y proporciona apoyo.

  • Rol del comandante de pelotón: El comandante de pelotón en el Ejército de los EE.UU. a menudo permanece montado en el APC o IFV, o puede desembarcar según la situación táctica. Mantiene el control de la misión general, confiando en los líderes de escuadra para tomar decisiones tácticas durante los enfrentamientos desembarcados.

  • Liderazgo del equipo de fuego: La doctrina estadounidense permite una considerable autonomía a nivel de equipo de fuego, con los líderes de equipo tomando decisiones rápidas en situaciones de combate dinámicas. Esta estructura permite una respuesta rápida a las amenazas y maximiza la flexibilidad de la unidad.

  • Integración con los vehículos: El comandante de pelotón y los comandantes de vehículos trabajan estrechamente para proporcionar apoyo de fuego y movilidad a las tropas desembarcadas. La flexibilidad del enfoque estadounidense asegura que tanto los elementos montados como los desembarcados puedan operar de manera efectiva en coordinación.

 

Stryker y Bradley, caballos de batalla de la infantería mecanizada americana


Análisis comparativo de los enfoques de liderazgo

NaciónEnfoque de liderazgoRol del comandante de pelotónRol del líder de escuadrón/secciónCoordinación con vehículos
Países BajosDescentralizado, mando por misiónSupervisa la misión generalDecisiones tácticas para equipos desembarcadosCoordinación fuerte para apoyo de fuego
DinamarcaLiderazgo de pequeñas unidadesControl táctico directoMantiene cohesión, se adapta a la misiónFuerte integración para fuego
SueciaEquipos de fuego independientesCoordinación, apoyo de fuegoAlta autonomía en decisiones tácticasCoordinación sólida con el apoyo de vehículos
Reino UnidoCohesivo, mando centralizadoControla la misión generalEjecuta órdenes con flexibilidad tácticaComunicación constante para apoyo
FranciaMando centralizadoMantiene control estrechoEjecuta dentro de los límites establecidosIntegración sólida con vehículos
Estados UnidosDescentralizado, autonomía de equiposSupervisión de la misión generalAlta autonomía y toma de decisiones tácticasFlexibilidad en apoyo y coordinación

 

Conclusión

El liderazgo de la infantería acorazada una vez desembarcada de los APCs o IFVs varía entre naciones, con cada una adoptando métodos que reflejan sus doctrinas tácticas y necesidades operativas. Los ejércitos de los Países Bajos, Dinamarca y Estados Unidos enfatizan el mando descentralizado, otorgando autonomía a los líderes de escuadra o equipos de fuego. En cambio, los ejércitos de Francia y el Reino Unido mantienen un control más centralizado, con el comandante de pelotón dirigiendo estrechamente las operaciones. Mientras tanto, el enfoque sueco equilibra la independencia a nivel de equipo de fuego con una fuerte integración del apoyo de vehículos.

Cada enfoque refleja una mezcla de experiencias históricas, prioridades estratégicas y la necesidad de adaptarse a entornos de combate complejos. Esta diversidad en los métodos de liderazgo asegura que la infantería acorazada pueda operar de manera efectiva en una variedad de escenarios de combate, desde conflictos de alta intensidad hasta operaciones de mantenimiento de la paz.

viernes, 12 de febrero de 2021

Futuro del campo de batalla: Hacia el comando y control flexible según la perspectiva francesa

Mata al ejército homotético: la visión del futuro campo de batalla del general Guy Hubin

Michael Shurkin || War on the Rocks





Nadie quiere presentarse en la próxima guerra preparado para la guerra equivocada. El error puede resultar catastrófico. Las grandes potencias marcharon con confianza a la batalla en 1914 preparadas para guerras anteriores, lo que provocó terribles bajas a cambio de resultados insignificantes. En ese caso, el error fue universal y no dio a ninguno de los beligerantes una ventaja estratégica. En 1940, Francia fue a la guerra después de haber hecho las apuestas equivocadas sobre cómo sería el futuro. Alemania, en cambio, había apostado correctamente, dándoles una ventaja estratégica que resultó en una de las mayores revueltas militares de la historia. Habían captado mejor que sus oponentes las implicaciones de la nueva tecnología, adaptando la forma en que se organizaban y luchaban para hacer el mejor uso de ella.

Los ejércitos de hoy, con la esperanza de ser Alemania en ese escenario, han estado luchando desde al menos desde la Operación Tormenta del Desierto en 1991 para mantenerse al día con la tecnología en rápida evolución que la mayoría cree que ha precipitado una "revolución en los asuntos militares", incluso si el término sí mismo ha pasado de moda. En la década de 1990, la atención se centró en la guerra en red y las municiones de separación guiadas con precisión, el "dominio de la información" y la aceleración del ciclo "Observar, orientar, decidir y actuar". Se hizo el llamado a "romper la falange", lo que dio lugar al sistema de brigadas actual. Luego vino la "transformación". La lista se ha expandido y, en 2018, el Jefe de Estado Mayor del Ejército de los EE. UU., General Mark A. Milley, escribió en el avance del Folleto 525-3-1 de Comando de Doctrina y Entrenamiento del Ejército de EE. UU., el Ejército de EE. UU. en Operaciones Multidominio 2028, que Las "tecnologías emergentes" están "impulsando un cambio fundamental en el carácter de la guerra". Tienen "el potencial de revolucionar los campos de batalla como nada desde la integración de ametralladoras, tanques y aviación que inició la era de la guerra de armas combinadas". Según Milley y Training and Doctrine Command, el Ejército de los EE. UU. tuvo que comenzar una revisión profunda de sus "técnicas de guerra" y cómo construyó "las fuerzas de combate que necesitamos en el futuro".

Hay mucho que decir a favor y en contra de las “operaciones multidominio” y de esa publicación en particular del Comando de Entrenamiento y Doctrina. Aquí, sin embargo, quiero presentar una perspectiva claramente diferente sobre el futuro campo de batalla que proviene apropiadamente del ejército que mejor conoce el dolor de apostar mal, el ejército francés. En la década de 1990, Guy Hubin, entonces coronel y ahora general retirado, redactó una provocativa visión del futuro de la guerra. La visión de Hubin ofrece varias ventajas sobre los comandos de entrenamiento y doctrina. Una es metodológica: Hubin utiliza un enfoque intelectual, informado por los escritos del mariscal Ferdinand Foch y el general André Beaufre, que se traduce en una interpretación más intelectualmente coherente de los desarrollos recientes y la visión de qué hacer al respecto. Hubin va más allá de las operaciones multidominio en su llamado a reestructurar cómo las fuerzas del ejército deben operar y organizarse; ofrece una versión más clara y distintivamente francesa del mando tipo misión o "mando por intención"; y defiende la no linealidad radical que contrasta radicalmente con la visión lineal aparentemente anacrónica del campo de batalla de Training and Doctrine Command, que presenta un frente claro y zonas distintas demarcadas por su distancia desde el frente. Finalmente, Hubin, apoyado en los hombros de Beaufre, está en una mejor posición para lidiar conceptualmente con un desafío clave: la integración de las palancas de poder militares y no militares, de la violencia armada y la guerra política y de información, que requiere la clara subordinación del poder. militares con fines políticos dictados por civiles. Las operaciones multidominio, por el contrario, identifican la combinación de los adversarios de la acción política y otras formas de acción no militar con las operaciones militares como una amenaza particular, pero ofrece, en el mejor de los casos, una idea confusa de cómo lidiar con ella.

En el ejército francés, Hubin pasó la mayor parte de su carrera militar con unidades aerotransportadas y de fuerzas especiales, pero tiene experiencia en las unidades blindadas de Francia y pasó dos años en el centro de blindaje del Ejército de los EE. UU. en Fort Knox, donde pudo observar experimentos con nuevas tecnologías. Estos y los desarrollos tecnológicos paralelos en Francia, entre ellos el desarrollo a fines de la década de 1980 y principios de la de 1990 del principal tanque de batalla de Francia, el Leclerc, con sus avanzados sistemas de redes y su capacidad para disparar en movimiento, lo llevaron a contemplar lo que significaban las nuevas tecnologías. por tácticas. El resultado incluye dos libros, Perspectives tactiques (Tactical Perspectives) - publicado por primera vez en 2000 pero ahora en su tercera edición - y La Guerre: Une vision française (War: A French Vision), publicado en 2012. Perspectives tactiques, durante un tiempo en como mínimo, era lectura obligatoria en el equivalente del ejército francés de la Escuela de Comando y Estado Mayor, el Cours Supérieur d'État-Major, conocido desde 2018 como la École de Guerre-Terre. El libro es el principal punto de referencia de la comunidad de seguridad nacional francesa para las discusiones sobre la guerra futura y, en particular, la guerra en red. Ha informado el esfuerzo del ejército francés para integrar nuevas tecnologías y repensar la estructura de la unidad y las tácticas ahora asociadas con su programa de modernización SCORPION, que se ha convertido en un componente importante del esfuerzo del ejército francés para implementar operaciones multidominio. No se puede atribuir a Hubin la aceptación del ejército francés de la guerra colaborativa, por ejemplo, que es una capacidad que SCORPION está aportando a un mayor número de tipos de vehículos y sistemas de armas, pero se puede argumentar que Hubin informa cómo piensa el ejército francés sobre la guerra colaborativa y su importancia para la guerra moderna. De manera similar, SCORPION implica repensar cómo las unidades se organizan, se sustentan y luchan. La conversación en el ejército francés sobre cómo hacer todo esto no terminó con Hubin, pero podría decirse que comenzó con él.

De pie sobre los hombros de Foch y Beaufre

Antes de sumergirse en los argumentos de Hubin, uno debería tomarse un momento para notar algo de lo que el propio Hubin y sus lectores militares franceses ni siquiera son conscientes porque es una parte tan importante del discurso militar francés: la influencia de los Principios de guerra del mariscal Ferdinand Foch ( 1903), tanto directamente como interpretado y complementado por las obras de mediados de siglo del general André Beaufre. Foch y Beaufre proporcionan a Hubin un marco intelectual básico, así como un vocabulario de trabajo crítico que los oficiales franceses comprenden al instante. Este marco ayuda a que las ideas de Hubin sean más coherentes que el folleto del Comando de entrenamiento y doctrina. También proporciona a Hubin un medio para pensar y escribir sobre los efectos de la tecnología sin detenerse en la tecnología en sí. Esto es importante: Hubin no es un tecnólogo per se, y esa falta de especificidad con respecto a la tecnología sobre la que escribe ayuda a mantener sus argumentos actualizados incluso cuando la tecnología en sí evoluciona rápidamente.



Foch articuló una serie de "principios de guerra" que permanecen consagrados en la cultura militar francesa. La doctrina francesa actual señala tres: economía de fuerza, concentración de esfuerzos y libertad de acción. Foch también identificó como principios "seguridad", sorpresa estratégica, ataque decisivo y disciplina intelectual, que se refiere a que los comandantes subordinados 'tengan los medios intelectuales para ser confiados para comprender y ejecutar las órdenes de sus superiores como mejor les parezca sin seguir los pasos prescritos servilmente o pensando que saben más.

Hubin está interesado en las ramificaciones de las tecnologías emergentes en la aplicación de los principios de la guerra (por ejemplo, sus implicaciones para la economía de fuerza, concentración de esfuerzos, etc.). A partir de ahí, extiende sus argumentos para forzar la organización y el mando y control. Los ejércitos tendrán que organizarse de una manera radicalmente diferente. Los comandantes tendrán que mandar de manera diferente. Como veremos, una idea fundamental para Hubin es la idea de que las nuevas tecnologías harán que la concentración de esfuerzos sea casi imposible en la medida en que la concentración de esfuerzos sea sinónimo de concentración física de activos militares. Lo que más importará en el campo de batalla moderno es una economía de fuerza precisa, flexible y dinámica, que requiere nuevas formas de organizar las fuerzas y nuevas formas de comandarlas.

Cambiadores de juego

Hubin identifica en las tácticas de Perspectivas tres nuevas capacidades específicas que las nuevas tecnologías generaron y que él cree que están cambiando la guerra profundamente: la capacidad de saber con precisión y en tiempo real dónde están todas las fuerzas propias, la capacidad de disparar sin detenerse y los disparos indirectos de precisión.

Saber dónde está todo el mundo le da a uno una capacidad sin precedentes para ajustar la economía de medios. También facilita la dispersión: hay menos necesidad de agruparse para facilitar la comunicación o evitar incidentes de fuego amigo. Mientras tanto, no tener que detenerse para disparar, según Hubin, significa, obviamente, que uno puede seguir moviéndose, lo cual es un imperativo creciente en la era de los incendios precisos. También socava la linealidad que históricamente ha caracterizado la batalla: detenerse para apuntar y disparar como atacante o defensor significa tomar una posición fija en relación con el adversario, y una maniobra típica es hacer que algunas tropas fijen al enemigo mientras que otras intentan dar la vuelta o detrás de él. Ahora hay un frente, un flanco y una retaguardia. Hay un eje de movimiento. Polaridad. Si uno puede seguir moviéndose, hay mucha menos necesidad de asumir una posición fija con respecto al adversario y, por tanto, mucha menos linealidad o polaridad. Esto también significa, señala Hubin, que es más probable que los dos lados se mezclen. (Hubin usa la palabra imbricación, que, en inglés, se reserva principalmente para la geología para describir depósitos o rocas superpuestos).

Mientras tanto, los incendios indirectos de precisión tienen varias implicaciones. Fomentan y facilitan la dispersión, porque uno puede golpear cualquier objetivo dentro del rango independientemente de dónde se encuentre, y porque la concentración se ha vuelto cada vez más peligrosa. Además, al igual que con la capacidad de disparar en movimiento, los disparos de precisión socavan la linealidad, con importantes implicaciones sobre cómo se organizan las fuerzas en el espacio geográfico y cómo se mueven. Hasta hace poco, explica Hubin, el enfoque era que algunas tropas avanzaran para atacar y destruir al enemigo, mientras que otras se quedaban atrás en la retaguardia para apoyar a las tropas de avanzada. "En la guerra como en el amor", escribe Hubin, citando a Napoleón, "uno tiene que acercarse". Esto refuerza la polaridad evidente en la táctica y la maniobra, pues hay un frente, una espalda y un eje de movimiento. Los comandantes organizaron a sus subordinados en consecuencia, con cuerpos en movimiento acompañados de unidades de flanqueo, guardias de van y retaguardia. Los fuegos indirectos de precisión, sin embargo, invierten la relación. El trabajo de las fuerzas de combate ahora es encontrar al enemigo e, idealmente, concentrar las fuerzas del enemigo para que puedan ser destruidas por incendios indirectos, que, a partir de ahora, serán los que maten. Esto implica un grado de polaridad más débil, especialmente si se asume la imbricación.

Otra ramificación de los incendios indirectos de precisión tiene que ver con la logística: la inexactitud intrínseca de los incendios indirectos en el pasado, especialmente contra objetivos en movimiento, ha significado que lograr los efectos deseados generalmente requiere grandes cantidades de municiones. Esto, a su vez, ha requerido de un cordón umbilical logístico masivo que limita la maniobra y refuerza la polaridad con respecto a la existencia de un frente, una espalda y un eje de movimiento. Las unidades rompen ese cordón a su propio riesgo. La palabra francesa para este cordón es noria, que se refiere a la cadena de camiones u otros vehículos que van y vienen para mantener abastecidas las unidades delanteras. Contra la noria, Hubin contrasta la idea de "pulsación". La logística “pulsará” el material necesario según sea necesario, cuando y donde se necesite. La pulsación implica discontinuidad, lo que normalmente significaría la muerte del sistema noria y, en última instancia, de la maniobra en tierra, pero ahora se trata de deshacerse de la linealidad y liberar maniobra.

Estas nuevas capacidades, combinadas con el creciente peligro de cualquier concentración de fuerzas, incluso a escala empresarial, tienden a reducir el tamaño de las unidades de maniobra. Las unidades más pequeñas en los escalones inferiores se volverán más importantes que las más grandes y superiores. Los pelotones con dos o tres patrullas tendrán el papel que tuvieron los batallones. A medida que los peones se hacen más pequeños, Hubin argumenta que, en algún momento, la integración de armas combinadas, que, en el ejército francés, lo hace actualmente a nivel de empresa con el Subgrupo Táctico de Armas Combinadas, también debe detenerse. La integración por debajo del Subgrupo Táctico de Armas Combinadas tendrá que dar paso a la cooperación. Diferentes elementos actuarán para lograr el mismo objetivo, pero no necesariamente dentro de la misma unidad. Esto se compara con el enfoque de Training and Doctrine Command para operaciones multidominio, que parece adherirse a la brigada como el peón de maniobra esencial al estilo de Douglas Macgregor mientras se acumula en la lista de capacidades orgánicas de la brigada.

La muerte de la homotecia

Los ejércitos que lo harán mejor en el futuro, argumenta Hubin, son aquellos que abrazan la muerte de lo que él llama homotecia. Homotecia es un término que Hubin toma prestado de la geometría que se refiere a la dilatación de una forma en el espacio en relación con un punto fijo. Las formas (imagina triángulos o rectángulos) son congruentes, siendo una una versión ampliada de la otra. También tienen una relación física particular entre sí en el espacio, dado que uno es una dilatación o proyección del otro en relación con un único punto específico. En términos geométricos, las dos formas son homotéticas en relación con ese punto. Hubin usa la homotecia para describir la estructura de diferentes unidades de fuerza terrestre en diferentes escalones (es decir, división, brigada, compañía, etc.), su relación entre sí en el espacio y también su relación con un punto fijo. Cada escalón es una dilatación de la misma forma, y ​​cada uno es homotético en relación con un punto fijo, es decir, un único punto de comando y control en el que todas las líneas convergen en última instancia, y también un espacio fijo dentro del cual operan las unidades. La homotecia denota fijeza o rigidez de forma (aunque no escala), de la estructura de mando y control y del área física de operación.

La visión de Hubin no es diferente de la insistencia del Comando de Entrenamiento y Doctrina de que haya "relaciones de comando flexibles" que "permitan la reasignación rápida de capacidades y formaciones multidominio entre componentes funcionales y escalones para lograr la convergencia". El Comando de Entrenamiento y Doctrina quiere "permitir la creación de proporciones de fuerzas favorables a través de organizaciones de tareas rápidas [economía de medios] y la reorganización de los fuegos de refuerzo y las capacidades entre los escalones". Naturalmente, las operaciones multidominio requieren un flujo de información más horizontal y líneas de comunicación más flexibles. Hubin, sin embargo, quiere ir más allá. Hubin quiere romper la rigidez tanto de las formas de las unidades del ejército como de su relación física entre sí, más específicamente su relación homotética relativa a un punto fijo, y, asimismo, el área fija dentro de la cual opera cada escalón. Los ejércitos necesitarán poder ajustar quién está subordinado a quién, crear o suprimir niveles de responsabilidad y adaptar permanentemente el tamaño y el espacio de maniobra de un escalón dado. Las "formas rectilíneas" de las brigadas y batallones son "intrínsecamente restrictivas" y ya no son necesarias, por lo que es mejor que los ejércitos estén dispuestos a alejarse de ellas. Todo debe ser fluido. La única estructura predefinida que permanecerá, escribe, es el pelotón, la pieza de artillería y el "grupo de ingenieros". A veces, varios de estos se agruparán. Asimismo, la subordinación deberá ser flexible. Uno verá una unidad blindada entrar en combate bajo las órdenes de un comandante, pero luego pasará bajo el mando de otra seis horas más tarde y terminará bajo las órdenes de un tercero al día siguiente.

Uno de los problemas que Hubin ve con el sistema homotético es que, en un grado considerable, los comandantes a nivel de división, regimiento y compañía son responsables de las mismas tareas de "concepción", "conducta" y "ejecución". Esto ya se ha vuelto problemático. Los comandantes a nivel de división tienen poco que ver con la conducción de las operaciones, y los comandantes a nivel de compañía están demasiado ocupados para hacer algo más allá de la ejecución y, la mayoría de las veces, tienen que confiar en el instinto. Lo más interesante es el destino del capitán, que Hubin alinea con el nivel de "grupo", es decir, el grupo táctico de armas combinadas a nivel de batallón. “El grupo concibe apresuradamente y solo puede conducir”, escribe Hubin, “lo que significa organizar, coordinar y articular los medios en el espacio y el tiempo y monitorear la coherencia de la acción”. Pero ahora que la guerra se está volviendo más descentralizada y el combate es cada vez más un asunto de pequeños escalones, el sistema está perdiendo toda su coherencia. Es necesario que haya una nueva división del trabajo, una que no tenga nada que ver con la jerarquía heredada del sistema homotético, es decir, divisiones / brigadas, regimientos y compañías, y se construya enteramente en torno a las funciones de concepción, conducta y ejecución. .

Hubin propone tres niveles de “organización táctica”, que expone en el capítulo 10 de Perspectivas, pero que se relata de manera más sucinta en un correo electrónico aclaratorio al autor. Uno está a cargo de la “concepción de la maniobra”, que, explicó, “es decir imaginar, crear y definir lo que llamamos la idea de maniobra”. Otro nivel es el encargado de la ejecución, "es decir el encargado de la pelea con su equipo". "En este nivel", explica Hubin, "encontraremos patrullas de blindados, infantería, grupo de ingenieros, equipos de observación de artillería, etc." Entre estos dos niveles, Hubin continúa:



Propongo crear un sistema original para controlar zonas de maniobra para asegurar que los diferentes peones tácticos que luchan en su zona trabajen hacia el objetivo definido por el nivel de concepción, es decir, organizar los diferentes movimientos en su área, para permitir una circulación efectiva de información, para organizar lo que llamo encuentro logístico, y principalmente para velar por la seguridad de los peones tácticos. La novedad es que este nivel no está vinculado a una estructura táctica (pelotón, compañía, batallón) sino que se adjunta a una parte del terreno en el que se desarrolla la maniobra. En cierto modo, la organización táctica terrestre se acercará más a la organización de control aéreo.

Hubin imagina pequeñas unidades moviéndose por el espacio de batalla pasando del control de diferentes comandantes, cada uno responsable de zonas específicas y responsable de coordinar actividades y también de proporcionar reabastecimiento, de conformidad con el objetivo determinado por el "escalón de concepción". Las unidades en su espacio se asociarán entre sí de forma temporal y flexible. Aquí está implícita la idea de abandonar las correlaciones tradicionales entre el rango de un comandante y el grado de autoridad y responsabilidad. "Hay que romper la relación existente", escribe, "entre la importancia del nivel de responsabilidad y el volumen de los subordinados". Hubin sostiene que una transformación tan radical es necesaria para sacar el máximo provecho de las nuevas tecnologías. El comando de entrenamiento y doctrina, en comparación, se acerca a esta idea al argumentar a favor de otorgar al "escalón apropiado más bajo" autoridad para acceder al apoyo de toda la gama de "dominios", como la inteligencia de los activos de vigilancia nacional, y ciertamente los disparos desde capacidades a las que normalmente solo los escalones superiores podrían tener fácil acceso. Sin embargo, como hemos visto, Training and Doctrine Command parece estar pensando en brigadas, mientras que Hubin está pensando en empresas y por debajo. Más precisamente, Hubin defiende que ya ni siquiera se piense en términos de escalones.

El principio de sorpresa en el futuro campo de batalla

Durante mucho tiempo, explica Hubin, la maniobra consistió en ocultar la mayor parte de la fuerza de uno (el gros), su ubicación y sus intenciones. ¿A dónde iba? Gran parte de la maniobra fue sobre ocultar esto durante el mayor tiempo posible para beneficiarse de alguna medida de sorpresa. Mientras tanto, los comandantes opuestos tienen que deducir las respuestas y, en última instancia, apostar. En el futuro, según Hubin, esto será más difícil de hacer debido a todos los sensores. El desafío será menos obtener información que procesarla.

Sin embargo, esto no significa que la sorpresa sea imposible. Hubin usa la analogía de los jugadores de ajedrez: ambos pueden ver exactamente dónde están todas las piezas, pero aún es posible sorprender al oponente. Las sorpresas son intelectuales. “La sorpresa la realiza quien tiene la mejor visión de la situación, quien capta más pronto y con mayor claridad lo que está sucediendo, y quien sabe coordinar la acción aparentemente incoherente de sus piezas de tal manera que el adversario queda comido por la duda. y no sabe qué movimiento hacer ". En cualquier caso, hoy en día, incluso la idea de tener un gros es cuestionable en la medida en que implica concentración. La maniobra, de hecho, tendrá "objetivos invertidos". Hubin explica que "el objetivo" de la maniobra "será" mantener la dilución de las fuerzas de uno mientras se obtiene la concentración de las del enemigo con el fin de dar mejores resultados a los incendios indirectos tierra-tierra y los incendios aire-tierra ".

Evolución del arte del mando

La visión de Hubin del futuro campo de batalla tiene implicaciones para la evolución del estilo de mando. Debido a la imposibilidad de saber cómo reaccionará el enemigo ante lo que uno haga, explica, el ejército francés siempre ha enseñado el imperativo de confiar en el instinto. Decide y decide rápido. Por supuesto, señala, esto es un poco como jugar a la ruleta rusa. Adivinar correctamente puede determinar si uno será o no un héroe nacional o una desgracia. Esto cambiará: la cantidad de datos y la potencia informática actual y futura hace que sea cada vez más posible ejecutar modelos y simulaciones y obtener rápidamente algo cercano a las respuestas objetivas. Dicho esto, Hubin no se aleja mucho del énfasis de Foch y del ejército francés en la iniciativa y el espíritu ofensivo. Según Hubin, la iniciativa contará más que nunca. Uno tiene que seguir moviéndose, lo que significa que uno tiene que ser el que tiene la iniciativa. De lo contrario, uno está acabado. Parte de eso implica la "resolución", que Hubin cree que es necesaria para arriesgar la mezcla de nuestras fuerzas. Quieres estar dentro de las formaciones enemigas, no al revés.

Hubin está actualizando los argumentos de Foch sobre la disciplina intelectual, que Foch pensó que los comandantes subordinados necesitaban para adaptarse e improvisar sin dejar de cumplir la intención de su comandante. Esto sigue, además, con el énfasis del ejército francés en el "comando por intención", a veces referido por el Ejército de los Estados Unidos como "mando tipo misión" o por los franceses como "subsidiariedad". El panfleto de operaciones multidominio de Training and Doctrine Command pide torpemente una "sinergia basada en la intención", que se reduce a que los comandantes de unidad tomen la iniciativa para realizar sinergias multidominio. Hubin, de acuerdo con la doctrina francesa, está impulsando el mandato de iniciativa hacia los oficiales subalternos y suboficiales en un contexto en el que no espera que las estructuras de las unidades sean relevantes. Los comandantes subalternos de Hubin deben poder avanzar con valentía entre las huestes del enemigo y depositar su confianza en otros que probablemente no conocerán. Admite que esto presenta un profundo desafío para la cohesión de la unidad. Históricamente, las unidades de combate han conservado la cohesión a través de la proximidad (idealmente permaneciendo a la vista de todos los demás) y lazos de familiaridad y confianza. Uno lucha hombro con hombro con los que conoce y con los que se ha entrenado. Las unidades también se han esforzado por mantener líneas de comunicación y apoyo. Mientras tanto, harían todo lo posible para romper la cohesión de las fuerzas opuestas, lo que Hubin señala es un objetivo mucho mejor que tratar de destruirlas materialmente. En el campo de batalla moderno, la proximidad es peligrosa y, de hecho, la situación se invierte de muchas maneras: cuanto mejor pueda operar una fuerza físicamente dispersa y mezclada con el adversario, más probabilidades hay de que tenga éxito. Para mantener la coherencia, los comandantes de todos los escalones deberán tener una comprensión compartida de la situación y confiar en que todos los demás están, de hecho, en la misma página. Deberán tener confianza en sus métodos compartidos y en la precisión de su técnica.

Volviendo a los principios de la guerra

Hubin insiste en una reevaluación de la economía de fuerza y ​​su importancia relativa a la concentración de esfuerzos. Como sostiene particularmente en su segundo libro, La Guerre, la economía de fuerzas con demasiada frecuencia se ve como algo que uno hace simplemente para permitir la concentración de esfuerzos en otra parte. A menudo se considera lo opuesto a la concentración de esfuerzos. Por el contrario, escribe en La Guerre, “la concentración de los esfuerzos consiste en privilegiar lo esencial a expensas de lo secundario, mientras que economizar fuerzas consiste en adaptar óptimamente los propios medios a la luz de la situación y los objetivos, tanto en el ámbito principal como en el secundario ”. En el futuro campo de batalla, la concentración de esfuerzos perderá importancia y se volverá casi imposible en la medida en que sea sinónimo de concentración física de recursos. La economía de fuerza cobrará una nueva importancia y también se conducirá de manera diferente. Cuantas más unidades "puedan ajustarse rápida, frecuente y fugazmente, mayores serán sus posibilidades de éxito".

Esta intuición también tiene el efecto de invertir otros principios fochianos como la seguridad, que históricamente se había pensado en términos de vanguardia y otras fuerzas protectoras destinadas a 1) prevenir la sorpresa y 2) preservar la libertad de acción durante el mayor tiempo posible. es decir, mantener la libertad de decidir cuándo, dónde y cómo cometer la fuerza principal. Ahora, la seguridad significa no detenerse e incluso mezclarse con el enemigo (imbricación). Además, en ausencia de polaridad, de un frente y una retaguardia, la seguridad ahora radica en la iniciativa y en tener la mejor comprensión de la situación. "Es el entendimiento, la inteligencia y el conocimiento mucho más que el poder lo que es el origen de la libertad de acción de uno".

Toda la guerra es asimétrica

Los argumentos de Hubin sobre la economía de fuerzas lo llevan a una idea poderosa, una que, como veremos, le da una ventaja relativa a las operaciones multidominio: la estrategia en el tipo de guerra convencional que Hubin imagina es similar a la estrategia requerida para librar una estrategia asimétrica. guerra, particularmente como Beaufre la describió. Beaufre había escrito que, en la guerra asimétrica, el insurgente debe comprender que no se puede buscar una "decisión" en la batalla, donde cualquier concentración de medios es un suicidio, sino a través de una "maniobra externa". Esto significa, por ejemplo, dar forma a la opinión pública en el exterior o, en general, utilizar cualquier palanca de poder que uno tenga a su disposición, además de la fuerza militar, para limitar la libertad de acción del adversario y obtener una ventaja. Uno no debe centrarse en la lucha táctica, en la que el objetivo es simplemente aguantar, sino centrarse en el nivel estratégico. Esto significa, para el comandante asimétrico, "sin maniobra axial, sin flechas en un mapa, y sin masa para disimular, sino por el contrario una maniobra isotrópica en toda la zona de acción". Más importante aún, también significa que toda la campaña militar está subordinada a maniobras no militares como la guerra de información, la guerra psicológica y toda la panoplia de cosas que uno hace para limitar la libertad de acción de los adversarios. En consecuencia, aquí es donde el contrainsurgente, el que busca derrotar una campaña asimétrica, también debe enfocarse.

Hubin sostiene que la descripción anterior de una estrategia asimétrica correcta coincide con su descripción de cómo se librarán las futuras batallas convencionales. Esto implica que, en lugar de buscar decisiones en el campo de batalla, los futuros comandantes tendrán que concentrarse en el nivel estratégico, donde el combate puede, en el mejor de los casos, complementar el ejercicio de una amplia gama de actividades no militares y no militares. Hubin ahora está de vuelta en un terreno familiar con respecto a los puntos de vista militares franceses sobre dos cosas: la estricta subordinación de la fuerza militar a las prioridades civiles y las agendas políticas dictadas por civiles, y el punto de vista, arraigado en la doctrina colonial francesa de contrainsurgencia y argumentado enérgicamente por Beaufre Con respecto al conflicto de grandes potencias, que el combate se considere solo una parte de un "enfoque global" o una "estrategia total". Rara vez se puede disparar hacia la victoria en la mayoría de los conflictos modernos, especialmente si se desea evitar la Tercera Guerra Mundial o el Armagedón nuclear.

Los estadounidenses dirán que ellos también creen estas cosas. Ellos también han leído a Clausewitz. Sin embargo, la literatura sobre operaciones multidominio (sin mencionar el historial de las fuerzas armadas estadounidenses en conflictos recientes) delata una tendencia de las fuerzas armadas estadounidenses a volver a pensar en las "maniobras" que no son de combate, que son parte del total o híbrido guerra que los pensadores de operaciones multidominio identifican con los rusos y chinos, como secundaria a la actividad militar y, en última instancia, subordinada a ella. Según el principal estudioso de la estrategia militar de Francia, Hervé Coutau-Bégarie, los líderes militares estadounidenses son culpables de un "culto a la fuerza decisiva", que resulta en "una reticencia, si no una incapacidad, para comprender la subordinación de las operaciones a fines políticos . " De hecho, Training and Doctrine Command 525-3-1 identifica como un gran desafío la amenaza que representa la guerra política y de información rusa y, por ejemplo, la ambición de Rusia de utilizar la guerra de información para socavar la solidaridad política entre los aliados de la OTAN, pero sugiere que el Ejército puede lidiar con el problema de alguna manera a través de incendios y acciones políticas propias llevadas a cabo por fuerzas de operaciones especiales, como si los Boinas Verdes o los oficiales de operaciones psicológicas del Ejército pudieran de alguna manera moldear la opinión pública europea de la forma en que podrían operar en la provincia de Anbar, Irak. No hay ninguna sugerencia de que quizás el Ejército se deba subordinar a una estrategia gestionada y determinada por civiles en la que su propia contribución en forma de fuerzas terrestres y los incendios asociados son solo un medio entre muchos para un fin político amplio. También se presta poca atención en la literatura sobre operaciones multidominio a los límites de la guerra con grandes poderes que implican las armas nucleares. Para Beaufre, ese era el punto: uno no puede luchar contra los soviéticos directamente debido al riesgo de una guerra nuclear, por lo que toda estrategia debe ser "indirecta" o "total" en el sentido de relegar la acción militar a un papel limitado.

Lecciones para aprender

Hubin se equivocó en algunas cosas. Se mostró demasiado optimista con respecto a la velocidad a la que la tecnología evolucionaría y cambiaría la guerra y, en particular, ha sobrestimado el grado de visibilidad que tendrían los comandantes, especialmente de las ubicaciones y movimientos de las fuerzas "rojas". Así, el general Bernard Barrera, el comandante inicial de la intervención francesa en Mali en 2013, podría lamentar la “niebla de la guerra” en sus memorias de la campaña a pesar de la tecnología avanzada a su disposición. Sin embargo, Hubin cree que los acontecimientos en Libia, Nagorno-Karabaj, Siria y Ucrania han validado en gran medida sus argumentos sobre los efectos de las nuevas tecnologías. La verdadera pregunta, pregunta Hubin, es si los ejércitos harán o no lo que él cree que es necesario, que es abandonar las estructuras de fuerza homotéticas heredadas de siglos de práctica. A esto se debe agregar la pregunta de si el sistema de defensa estadounidense puede aprender, finalmente, a pensar de manera más asimétrica con respecto al papel adecuado y limitado de la fuerza en relación con los medios no militares de imponer la voluntad de uno a los adversarios.

miércoles, 26 de agosto de 2020

Sobre el concepto de guerra relámpago (blitzkrieg)

El Blitzkrieg - Palabra y concepto

W&W



Nunca usé la palabra Blitzkrieg porque es una palabra muy estúpida.

Adolf Hitler, 8 de noviembre de 1941

La palabra "Blitzkrieg"

En un lenguaje militar sobrio, casi no hay otra palabra que sea sorprendentemente llena de significado y, al mismo tiempo, tan engañosa y sujeta a malas interpretaciones como el término blitzkrieg. Su historia temprana ya está escondida detrás de la niebla de las leyendas. Se afirmó una y otra vez que Hitler acuñó este término evocador. Algunos piensan que fue cocinado en la cocina de propaganda del Dr. [Josef] Goebbels. También se supone superficialmente que la palabra surgió solo después de los sorprendentes éxitos de la Wehrmacht alemana al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Supuestamente, fue acuñado en el idioma anglosajón, donde, como primera evidencia, se cita un artículo del 25 de septiembre de 1939 de la revista Time sobre la Campaña en Polonia: "Esto no fue una guerra de ocupación, pero una guerra de rápida penetración y destrucción ... Blitzkrieg, guerra relámpago.

Esta suposición se basa en un error. Un análisis más cuidadoso de las publicaciones militares prueba que esta palabra ya se conocía en Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial. La palabra blitzkrieg fue mencionada expresamente en 1935 en un artículo en el periódico militar Deutsche Wehr (Defensa alemana). Según él, los países con una industria alimentaria bastante débil y pobre en materias primas deberían tratar de "terminar una guerra rápida y repentinamente tratando de forzar una decisión desde el principio a través del empleo despiadado de su fuerza total de combate". Se puede encontrar un análisis más detallado en un ensayo publicado en 1938 en Militär-Wochenblatt (Military Weekly). Blitzkrieg se define como "ataque sorpresa estratégico" llevado a cabo por el empleo operativo de la armadura y la fuerza aérea, así como por las tropas aerotransportadas.4 Pero tales referencias de elección son raras en la literatura militar alemana antes de la Segunda Guerra Mundial. La palabra blitzkrieg tampoco se usó prácticamente en la terminología militar oficial de la Wehrmacht (fuerzas armadas alemanas) durante la Segunda Guerra Mundial. Asumió importancia solo a través del periodismo propagandístico. Especialmente después de la victoria sorprendentemente rápida en Francia en el verano de 1940, los periódicos alemanes se inundaron con la palabra, como muestra el siguiente ensayo con el título bastante característico "Blitzkriegpsychose" (Blitzkrieg Psychosis):

¡Guerra relámpago! ¡Guerra relámpago! ¡Guerra relámpago! Esa palabra nos llegó a todas partes durante las semanas entre la derrota de Francia y el comienzo de los principales ataques aéreos contra Inglaterra. Ya sea en los periódicos o en la radio, no hubo un día en que nuestros enemigos no mencionaran esa palabra. Se convirtió en una parte tan importante de ellos que ni siquiera se tomaron la molestia de buscar una palabra correspondiente en su propio idioma; no, los ingleses "lingüísticamente hábiles" simplemente tomaron la palabra "Blitzkrieg" del idioma alemán y cada inglés sabe lo que eso significa, sabe lo que él y su país enfrentan ahora, una vez que Alemania comienza a golpear fuerte y rápido.

Solo hay una palabra apropiada para los eventos en Polonia, Noruega, Holanda, Bélgica y Francia, y esa palabra es "Blitzkrieg". Con la velocidad y la fuerza del rayo, nuestra Wehrmacht golpeó y destruyó todos los obstáculos.

Pero ya hubo un descanso a fines de 1941 después del fracaso de la guerra relámpago alemana contra la Unión Soviética. De ahora en adelante, esta palabra fue mal vista y Hitler, de todas las personas, negó enérgicamente que alguna vez la haya usado.8 En cambio, la prensa alemana sostuvo que este lema era simplemente una invención malévola de la propaganda británica: "Fueron los británicos quienes inventaron el término "Blitzkrieg". Está mal. Nunca dijimos que la más poderosa de todas las luchas podría tener lugar con la velocidad de un rayo ”.

Mientras tanto, a los anglosajones les empezó a gustar esta palabra alemana onomatopéyica y la variaron de manera ridícula. Los soldados alemanes fueron referidos como "blitzers"; y había frases como, por ejemplo, "bombardear el Blitzkrieg". Los ataques aéreos alemanes en Londres también se llamaron "el Blitz". El vocabulario de la prensa sensacionalista británica de hoy no puede llevarse bien sin el término blitzkrieg cuando se trata de dramatizar victorias sorprendentemente rápidas en los deportes.

Después de la campaña en el oeste, el término blitzkrieg también apareció junto con la palabra Panzer (tanque o armadura) en la mayoría de los principales idiomas del mundo. Al mismo tiempo, se intentó transferir esta palabra al idioma particular en cuestión. Este término también se usó para la categorización de campañas después de la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, el ataque sorpresa fallido de Iraq contra Irán en 1980 fue mencionado en la prensa, irónicamente, como "el Blitzkrieg más lento de todos los tiempos". Pero la propagación epidémica de esta palabra no ayudó a aclarar el concepto que se suponía que estaba detrás de él.

El concepto de Blitzkrieg

En su ensayo "Blitzkrieg Ambiguities", George Raudzens diferencia siete significados diferentes de este término bastante deslumbrante. Se queja de una "anarquía en la interpretación", pero al final debe admitir que no tiene ninguna solución. Eso muestra que la exégesis blitzkrieg se ha perdido en un laberinto semántico. Debido a que obviamente no hay salida, solo hay una posibilidad, y es tomar el famoso hilo de Ariadna para encontrar el camino de regreso a la entrada al laberinto.

Pero antes de entrar en la semántica confusa de la guerra relámpago, primero queremos explicar la tríada de niveles tácticos, operativos y estratégicos.
Táctica significa verdadero comando en el contexto del "combate combinado de armas". Es responsabilidad del comando de nivel inferior y medio.

La realización de operaciones (es decir, movimientos y batallas militares de gran alcance) es tarea del escalón del mando superior. Según los criterios de la Wehrmacht, el nivel operativo de la guerra comenzó en el ejército (en casos excepcionales, en el cuerpo), mientras que hoy un cuerpo (en casos excepcionales, también una división) puede hacerse cargo de tales asignaciones de comando. Las operaciones de combate táctico se planifican y realizan en ese escalón en el contexto de una operación de nivel superior; este último, nuevamente, está dirigido a objetivos estratégicos.

La estrategia es responsabilidad del mando superior; ese es el escalón donde encontramos cooperación entre las agencias de comando político, económico y militar de un país con miras a los objetivos de tiempos de guerra definidos políticamente.

Interpretación operacional-táctica

"Blitzkrieg", esta forma de guerra moderna, que hoy se discute en todo el mundo, es una táctica que se formó solo en el curso de varias campañas alemanas. . . pero eso aún no se puede expresar en fórmulas estratégicas fijas.

Weltwoche (World Week), Zürich, 4 de julio de 1941

Un análisis de las publicaciones militares alemanas antes y durante la Segunda Guerra Mundial mostró claramente que el término blitzkrieg, como regla, se usó en un contexto puramente militar, en otras palabras, como un término táctico operacional. Esto nos lleva a la siguiente breve definición: por blitzkrieg entendemos el empleo concentrado de armaduras y fuerzas aéreas para confundir al enemigo con sorpresa y velocidad y rodearlo, después de un avance exitoso, por medio de empujes de gran alcance. El objetivo es derrotar al enemigo rápidamente en una operación de búsqueda de decisiones.

La guerra relámpago no fue una inspiración político-estratégica por parte de Adolf Hitler que sus oficiales luego transfirieron al nivel operativo y finalmente a los niveles tácticos. Por el contrario, esta idea surgió mucho antes de que Hitler tomara el poder; se cristalizó por pura necesidad táctica. Como se mostrará más adelante, el término ya estaba contenido en el Stoßtrupp-Taktik (tácticas de asalto o equipo de asalto) que se desarrollaron durante la Primera Guerra Mundial. De esa manera, los alemanes querían poner fin a las líneas de frente rígidas involucradas en el posicionamiento ( trinchera) y volver a la guerra móvil. Sobre todo, los éxitos del general alemán Oskar von Hutier llamaron la atención sobre esta táctica que tenía como objetivo romper las fortificaciones de campo enemigas. De manera algo exagerada, los autores anglosajones más tarde se refirieron a él como el "padre de las tácticas de Blitzkrieg". En cualquier caso, la guerra relámpago, como se describe más adelante, no es más que el desarrollo posterior de la idea original del equipo de asalto. El Oberstleutnant Braun, por ejemplo, en un artículo publicado en 1938, ya compara la guerra relámpago con una "poderosa misión a gran escala" Stoßtrupp ". Pero Stoßtrupp es un término utilizado en los escalones tácticos inferiores y, por regla general, se refiere a un pelotón o una compañía.

El Generaloberst Heinz Guderian también se llama el fundador de la idea blitzkrieg. Se hizo cargo de este Stoßtrupp-Taktik, cuya receta para el éxito se basó en la velocidad y la sorpresa, y lo combinó con los elementos de la tecnología moderna, como el tanque y el avión. Al hacerlo, no le preocupaba la implementación de ideas estratégicas o programas políticos; su objetivo, en cambio, era encontrar el camino de regreso a las operaciones móviles. En ese sentido, el término blitzkrieg es ampliamente sinónimo de la moderna guerra de maniobra operativa.

Interpretación estratégica

Sin embargo, el fenómeno de la guerra relámpago también se interpretó de una manera mucho más integral. Muchos historiadores utilizaron este término útil para caracterizar la estrategia de conquista de Hitler. Un rasgo característico de esta teoría es su estrecha relación con la economía militar del Tercer Reich, que muchos autores denominan economía blitzkrieg. Esta suposición, que es muy debatida entre los historiadores, se puede describir de la siguiente manera:

La estrategia de blitzkrieg alemana supuestamente tenía la intención, en un esfuerzo por dominar el mundo, para cerrar el profundo abismo entre los objetivos de largo alcance en tiempos de guerra y el potencial de poder inadecuado al abrumar a los enemigos, uno tras otro, en una serie de campañas individuales sucesivas que duran poco tiempo.


Sin embargo, el fenómeno de la guerra relámpago también se interpretó de una manera mucho más integral. Muchos historiadores utilizaron este término útil para caracterizar la estrategia de conquista de Hitler. Un rasgo característico de esta teoría es su estrecha relación con la economía militar del Tercer Reich, que muchos autores denominan economía blitzkrieg. Esta suposición, que es muy debatida entre los historiadores, se puede describir de la siguiente manera:

La estrategia de blitzkrieg alemana supuestamente tenía la intención, en un esfuerzo por dominar el mundo, para cerrar el profundo abismo entre los objetivos de largo alcance en tiempos de guerra y el potencial de poder inadecuado al abrumar a los enemigos, uno tras otro, en una serie de campañas individuales sucesivas que duran poco tiempo

El objetivo de la política exterior era aislar al oponente en particular y así localizar el conflicto. De esa manera, sería posible evitar el riesgo de una guerra de desgaste larga, prolongada y polifacética.

El objetivo de la política interna era motivar a la población para la guerra y evitar guerras largas y prolongadas que serían una tensión excesiva para la resistencia de la gente.

El objetivo económico era movilizar el potencial de poder propio del país en el contexto de un armamento de ancho disponible rápidamente (junto con una renuncia bastante arriesgada de cualquier armamento en profundidad). El requisito previo indispensable para un blitzkrieg, en otras palabras, una capacidad estratégica de primer ataque, debía ser creado por al menos una ventaja de armamento temporal sobre el enemigo que debía ser atacado por sorpresa.

El objetivo militar era invadir al enemigo, después de explotar el elemento sorpresa, utilizando fuerzas rápidas y mecanizadas con apoyo aéreo; El cerco de los ejércitos enemigos, en el curso de operaciones de cerco de gran alcance, traería una victoria rápida y decisiva.

Según esta teoría, el blitzkrieg era una estrategia de limitaciones y calculabilidad de lo siguiente:

  • enemigo
  • hora
  • zona
  • potencial económico
  • potencial militar

En opinión de bastantes historiadores, esta "ingeniosa estrategia de bombardeo" que Hitler supuestamente inventó siempre hizo posible movilizar la mano de obra y los recursos materiales del país solo en la medida en que se creyó necesario para derrotar al próximo enemigo en particular. La alternancia entre campañas cortas y pausas para explotar los territorios recién conquistados determinó el ritmo de la estrategia blitzkrieg. El objetivo de este procedimiento paso a paso supuestamente era ampliar continuamente la propia base económica del país durante la guerra. La movilización total debía comenzarse solo cuando el potencial del país para llevar a cabo una guerra mundial pareciera adecuado. Pero cuando la guerra relámpago contra la Unión Soviética fracasó a fines de 1941, fue necesario hacer lo que se habría evitado a toda costa, a saber, el cambio prematuro a la guerra total.

La teoría de la estrategia de blitzkrieg aparece como un modelo de pensamiento casi ideológico y fuertemente abotonado. Alan S. Milward, uno de sus defensores más conocidos, dijo esto en 1975: "Hoy se reconoce generalmente que la estrategia militar de la Alemania nacionalsocialista puede describirse adecuadamente como una estrategia de" Blitzkrieg "". Esa teoría ya se había desarrollado en los Estados Unidos en 1945 y fue formulada principalmente por Burton H. Klein. Al final, también prevaleció en Europa. Por ejemplo, Andreas Hillgruber recurrió a él y lo vinculó con su teoría del plan paso a paso, que pensó que expresaba el programa de Hitler en el esfuerzo por alcanzar el poder mundial: "Esto debía hacerse en dos grandes etapas en El contexto de un 'programa' que se había explicado de manera concluyente durante los años veinte: en primer lugar, lo importante era erigir un imperio continental europeo mediante la derrota de Francia y, posteriormente, la conquista de la parte europea de Rusia. Esto fue seguido por otra 'etapa' para construir una posición alemana de 'poder mundial' con territorios coloniales en África, bases oceánicas y un fuerte poder marítimo que, durante la generación posterior a Hitler, fue construir la base para una lucha decisiva entre la "potencia mundial" Alemania y la "potencia mundial" los Estados Unidos de América ".

Pero varios críticos criticaron el plan paso a paso de Hillgruber por ser demasiado determinista e inadecuadamente documentado. Según Erdmann, el plan paso a paso sugirió "un sistema que es dudoso puede usarse para caracterizar adecuadamente las visiones e improvisaciones de Hitler". Hillgruber abordó la tesis de la estrategia blitzkrieg con bastante cautela y la usó solo para respaldar su modelo de plan paso a paso, que los historiadores marxistas sobre todo exageraron cada vez más. Como resultado, este término sobrecargado de blitzkrieg finalmente se alejó de sus raíces militares y fue empujado a la atmósfera extraterrestre de los asuntos socioeconómicos.

Según una suposición más reciente, la idea de la guerra relámpago no se remonta principalmente a Hitler, sino que supuestamente fue concebida en la suite ejecutiva de IG Farben, una corporación química que domina el mercado. En la dura competencia entre los grupos monopolistas de las industrias pesadas y químicas, esta última prevaleció en 1936. En este sentido, IG Farben propuso producir sustitutos químicos para compensar la escasez de materias primas relacionadas con el armamento de Alemania. Según esta tesis, la autarquía resultante fue hacer posible que Alemania llevara a cabo campañas limitadas de blitzkrieg. Este era supuestamente el objetivo del plan de cuatro años que se adoptó en 1936 y llevaba la firma de IG Farben.

Al explicar sus objetivos de expansión, el dictador también fue presuntamente guiado por un programa de expansión de tres etapas que, según los informes, había sido redactado mucho antes por la industria. En primer lugar, se iba a crear una región económica central en Europa central, y luego se expandió a una región europea a gran escala. Pero el objetivo tradicional del dominio mundial era ser el final de todo este esfuerzo.

La teoría de la estrategia blitzkrieg ha sido objeto de crecientes dudas en los últimos años. A este respecto, se puede argumentar que esto implica una ficción que fue elaborada por los historiadores solo después del hecho. Según Timothy Mason, los éxitos de la guerra relámpago se basaron en una "combinación fatal de compulsión de política interna, accidente de política exterior y extrema aventura por parte de Hitler. Los éxitos le dieron a todo el aspecto de un sistema, aunque no lo fue ". Hew Strachan lo expresa de manera particularmente clara: "Blitzkrieg, por lo tanto, puede haber tenido algún significado a un nivel puramente operativo, pero como concepto estratégico y económico general no existía".

La campaña en Occidente y el origen de Blitzkrieg

Debido a la posición geográfica desfavorable de Alemania en el centro de Europa, el cuerpo de oficiales generales alemanes siempre intentaba llevar a cabo las llamadas guerras rápidas para forzar una decisión operativa inmediata. Moltke había obtenido tal victoria en 1870 en la batalla del cerco de Sedan. Pero, al comienzo de la Primera Guerra Mundial, el plan Schlieffen, basado en este mismo principio, simplemente fracasó. Gradualmente se hizo evidente que la naturaleza de la guerra había cambiado dramáticamente. Debido al efecto mejorado de las armas, el poder de fuego dominó el movimiento. Las operaciones de gran alcance a menudo se cortaban de raíz antes de comenzar; se congelaron en la tormenta de fuego de las ametralladoras y en la tormenta de acero de la artillería. Esto fue seguido por una guerra posicional larga y prolongada que se libró en el curso de las batallas de desgaste. De mala gana, los generales tuvieron que admitir que la importancia del arte de llevar a cabo operaciones se desvaneció cada vez más porque la decisión había pasado de los campos de batalla a las fábricas. La lucha de los pueblos hostiles tuvo lugar en la forma de una larga guerra económica en la que las potencias marítimas occidentales aislaron a Alemania de sus fuentes de materia prima mediante un bloqueo.
Los generales alemanes aprendieron sus lecciones de la pérdida en la Primera Guerra Mundial; ya no creían que se pudieran ganar guerras rápidas contra oponentes de fuerza superior. En 1937, Oberst [Georg] Thomas, Chef des Wehrmachtswirtschaftsstabes (jefe del Estado Mayor de Economía de Guerra), hizo la siguiente afirmación: “La fijación equivocada en una guerra corta ha sido ruinosa para nosotros; Por lo tanto, no debemos dejarnos guiar por la ilusión de una guerra corta en la era del aire y los escuadrones Panzer ".

Un escenario redactado por Großadmiral (Gran Almirante) [Erich] Raeder en 1937 indicó qué ideas prevalecieron dentro del alto mando de la Wehrmacht con respecto a la naturaleza de una guerra futura: "y, por lo tanto, solo puede haber una especie de guerra de fortaleza que se reduce a alternar éxitos y fracasos tácticos. En el ciclo de cambio de fortuna que surge de estos éxitos tácticos, la victoria final irá al estado que tiene la población más grande pero, aún más, al estado que tiene material y alimentos ilimitados. . . . Exactamente cómo este tipo de guerra puede afectar a Alemania, si las materias primas que faltan no pueden adquirirse continuamente, no necesita una explicación especial teniendo en cuenta nuestra ubicación geográfica ". Es por eso que advirtió contra la ilusión de "buscar la decisión en una sola operación grande".

El cuerpo de oficiales generales era definitivamente escéptico hacia tales aventuras militares. Como se indica en una nota de conferencia, el General der Artillerie [Ludwig] Beck, Generalstabschef des Heeres (jefe de personal del ejército), hizo el siguiente comentario a Generaloberst [Walther] von Brauchitsch, Oberbefehlshaber des Heeres (comandante en jefe del ejército), durante La crisis checa en julio de 1938: “La idea de un Blitzkrieg. . . Es una ilusión. Uno realmente debería haber aprendido de la historia moderna de la guerra que los ataques sorpresa casi nunca han llevado a un éxito duradero ".

Un estudio publicado en 1938 hizo la siguiente declaración categórica: "Las posibilidades de derrotar a un oponente equivalente por medio de un" Blitzkrieg "son cero. . . . En otras palabras: no es la fuerza militar la más fuerte; en cambio, es el poder económico el que se ha convertido en el poder más importante del mundo moderno ". Pero entonces el milagro de Sedan ocurrió en mayo de 1940. La victoria del rayo durante la campaña en el oeste provocó un cambio radical de opiniones dentro del cuerpo de oficiales generales alemanes. Esa campaña se decidió en una sola operación que esencialmente duró solo dos semanas, la Operación Sichelschnitt (Corte de hoz). Como un terremoto, la campaña en el oeste provocó el colapso de numerosas doctrinas obsoletas; La naturaleza de la guerra fue revolucionada en el campo de batalla. Pero son estos tiempos de cambios rápidos y radicales en ideas y conceptos de larga data que constituyen un terreno fértil para palabras clave y eslóganes novedosos, como lo dijo Goethe tan acertadamente: "Cuando faltan términos, surge una palabra en el momento adecuado". . "

La palabra que surgió en el momento adecuado en el verano de 1940 fue blitzkrieg. Raramente en la historiografía militar un término ha sido tan sobre interpretado como este. Tras un examen más detenido, de hecho es una trampa semántica. La palabra Blitz-Krieg (guerra relámpago) promete más de lo que puede ofrecer (mirándola en términos históricos) porque el término Krieg (guerra) sugiere la presencia de un concepto estratégico general de guerra. Pero ese concepto permaneció mayormente atascado en el escalón operacional más bajo. Hubiera sido semánticamente más correcto hablar de Blitzoperationen (operaciones de rayos) o Blitzfeldzügen (campañas de rayos). Por supuesto, la idea era lograr un objetivo estratégico, en otras palabras, llevar la guerra a un final rápido; pero los medios se proporcionaron solo a nivel operativo y táctico.

En una forma exagerada, blitzkrieg significa un intento de convertir la necesidad estratégica en virtud operativa en un contexto de escasez de recursos económicos. Pero esta estrategia operacionalmente construida, con sus operaciones estratégicamente construidas, contenía una contradicción inherente. Ahora Hitler y algunos generales creían que habían encontrado el secreto de la victoria en blitzkrieg, en otras palabras, un arma milagrosa operacional que podría usarse para derrotar incluso a un oponente económicamente, y por lo tanto estratégicamente, muy superior mediante batallas rápidas de aniquilación ( Schlieffen). El enemigo, superior a la larga, debía ser derrotado por un ataque sorpresa, es decir, un nocaut en la primera ronda. Este pensamiento fue ilusorio en una era de industrialización y tuvo un efecto fatal más adelante cuando se trataba de diseñar la campaña contra la Unión Soviética.

viernes, 13 de diciembre de 2019

Repasando: Principios de Blitzkrieg


Blitzkrieg 101 revisitado

Por Renaud Mayers || The Defensionem


Blitzkrieg 101 revisitado. Una de mis primeras publicaciones para la página original de Defensionem (o Global Defense Journal como se llamaba entonces) fue "Blitzkrieg 101". En esa publicación, resumí brevemente Blitzkrieg en términos simples dentro de un par de líneas. Sé que se han escrito muchos libros sobre el tema y mi intención no es escribir otro libro en profundidad. Francamente, me falta conocimiento y tiempo para esto. Pero quiero profundizar un poco más en el asunto que antes. Esto sigue siendo una breve descripción lo más simple posible. Llámalo una introducción. llámalo "Blitzkrieg para novatos" si quieres.





Asi que. ¿Qué es Blitzkrieg? Bueno, es una guerra de maniobras que incorpora tácticas de armas combinadas. Si bien el concepto suena bastante revolucionario para la era de 1930 y 1940, no lo es. De hecho, ¡Blitzkrieg es simplemente una evolución del pensamiento militar alemán que se remonta a la Prusia del siglo XVIII! Simplemente adaptaron conceptos antiguos a las nuevas tecnologías y nuevas realidades.

La raíz principal de Blitzkrieg es el "Vernichtungsgedanke" o "concepto de aniquilación". El concepto se remonta a Federico el Grande. Se basa en la disciplina y la obediencia de la tropa y en oficiales hábiles que muestran liderazgo profesional para imponer la voluntad del enemigo y mantenerlo desequilibrado moviendo unidades de forma rápida y fluida en el campo de batalla, conservando así la iniciativa.

Vernichtungsgedanke está vinculado al concepto similar de Vernichtungsschlacht. El concepto Vernichtungsschlacht es una batalla rápida a nivel táctico que puede cambiar todo el equilibrio / situación estratégica al privar al enemigo de sus principales recursos y fuerzas: un impulso importante que traiga una victoria capital sobre el enemigo, cambiando toda la configuración militar y política de la situación.

El famoso Plan Schlieffen de 1914 para atacar y derrotar a Francia en 6 semanas "circulando" a través de Bélgica fue nada menos que un intento de implementar el concepto Vernichtungsschlacht: una gran batalla decisiva basada en una maniobra que podría cambiar el equilibrio estratégico, derrotar al enemigo en funcionamiento nivelar y obligarlo a hacer concesiones o rendirse.

El Plan Schlieffen fracasó por muchas razones, pero los pensadores militares alemanes entre guerras creían que Bewegungskrieg o la guerra de maniobras seguían siendo el camino a seguir para ganar batallas. La derrota de 1918 le dio a los alemanes una ventaja: estudiaron y presionaron para encontrar una solución y adaptar sus tácticas de confianza al siglo XX. Gente como Guderian y Von Seeckt, entre otros, trabajaron duro para modernizar las viejas doctrinas y desempolvar los viejos conceptos. También estudiaron el trabajo de otras personas y nunca dudaron en aceptar o incluir tales conceptos en los suyos propios. Es un hecho bien conocido que las opiniones de Guderian sobre la mezcla de guerra de blindados / maniobra que defendía estaban más que inspiradas por el trabajo del británico Sir Basil Henry Liddell Hart y John Frederick Charles Fuller. También se puede decir que Blitzkrieg copia elementos de la doctrina de la batalla profunda soviética de las décadas de 1920 y 1930.


Séptima División -División Fantasma-, Francia

La combinación de la doctrina de las armas combinadas con la vieja batalla de tácticas de aniquilación y el concepto de guerra de maniobras confiable pero modernizado fueron algunas de las bases de Blitzkrieg. Pero no solo.

¡También necesita otro viejo concepto militar alemán llamado "Auftragstaktik"! Básicamente tácticas de tipo misión. Es la combinación de intención centralizada con ejecución descentralizada. En inglés simple, es una doctrina alemana del siglo XIX que se basa una vez más en líderes / oficiales profesionales calificados. El alto mando les da a sus comandantes de campo una meta / misión definida con precisión, un marco de tiempo y una fecha límite, recursos e inteligencia relacionados con la misión. Depende de los subordinados / comandantes de campo usar sus instintos y habilidades y mostrar flexibilidad táctica para lograr dicho objetivo. Los británicos y los estadounidenses adoptarían más tarde el concepto como "comando de misión".

Como puede ver, se suponía que los oficiales alemanes relativamente "menores" debían mostrar flexibilidad táctica y hacer uso de su propia iniciativa, disfrutando de una libertad de acción mucho mayor que sus homólogos soviéticos, británicos o estadounidenses. Se les dio un objetivo y la forma en que lo lograron fue más o menos (dentro de lo razonable) dependiente de ellos.

Para lograr su misión en tales circunstancias, dicho comandante necesitaba una comprensión profunda de la guerra y un plan de estudios de clase mundial en una academia militar. También necesitaba habilidades de liderazgo natural, la capacidad de leer el campo de batalla y una buena conciencia de la situación. También se esperaba que reaccionara instantáneamente a cualquier cambio en cualquier situación dada e improvisara en consecuencia y de manera autónoma. Dicho comandante básicamente tendría un instinto perfeccionado por años de aprendizaje y teoría, moldeados por la experiencia práctica. Los alemanes llamaron a este instinto "Fingerspitzengefühl" o sensación de la punta del dedo.

Esto va en contra de la imagen que nos gusta tener de los alemanes: personas rígidas y disciplinadas, casi como robots. Los clichés y los estereotipos son difíciles de superar y, sin embargo, el ejército prusiano y posteriormente alemán enfatizó la flexibilidad táctica, la toma de decisiones autónomas y, en cierta medida, la improvisación en niveles relativamente menores y esto, ¡desde el siglo XIX!
La flexibilidad no solo estaba presente en la ejecución de una misión, sino también en su planificación, como lo demostró el "Kampfgruppen": Un Kampfgruppe es una formación de armas combinadas ad-hoc ensamblada para cumplir una sola misión definida. En efecto, varias unidades se unieron para crear una formación que se adaptaba perfectamente para perseguir un solo objetivo. Podría ser tan pequeño como una compañía y tan grande como una brigada, y se ensambló para ser autosuficiente y adecuado para la tarea dada. Podría haber incluido desde tanques, infantería, cañones antitanques, cañones antiaéreos y artillería autopropulsada hasta unidades de logística e ingeniería.

El Kampfgruppen le dio al comandante del teatro una gran flexibilidad: se montó un kampfgruppe para una misión específica y una vez que la misión terminó, todas las unidades pudieron ser enviadas a su equipo original. Un Kampfgruppe usualmente lleva el nombre de su comandante, pero no siempre. Si bien fue utilizado principalmente por la Wehrmarcht, el Kampfgruppe a veces fue utilizado también por la Kriegsmarine. El Kampfgruppe sobrevive hoy en la forma de la Fuerza de Tarea de estilo estadounidense y el Grupo de batalla de estilo británico.

El Kampfgruppe es también una gran demostración de la doctrina de las armas combinadas adoptada por los alemanes ya en la década de 1930 y que se convirtió en un componente esencial de la Blitzkrieg. Para que esta doctrina funcione, necesita un alto grado de conciencia situacional y una excelente comunicación. Los alemanes tenían aparatos de radio en todas partes y en todo. En un equipo blindado, cada tanque tenía una radio para que cada comandante de tanque individual pudiera hablar con otros comandantes de tanques, o directamente con el comandante de campo o de grupo presente en o cerca del frente en su vehículo de comando. Dicho comandante de campo o grupo también se puso en contacto a través de diferentes equipos de radio con artillería y aviación para que todos los recursos pudieran coordinarse en un punto sin demora. El concepto fue aún más lejos cuando la Luftwaffe desplegó Fligerverbindungsoffiziere, o Flivos, para comandantes de campo y en las líneas del frente. Esos Flivos eran de hecho oficiales de enlace o lo que llamamos hoy JTAC. A petición del comandante o por iniciativa propia, podrían solicitar apoyo aéreo o bombardeos tácticos.


Ju-87 Stuka

La forma en que Alemania integró todos los componentes de sus fuerzas armadas juntas no fue replicada por las principales superpotencias militares / globales hasta mucho más tarde y esa integración y capacidades siguen siendo la envidia de los ejércitos menos desarrollados hasta el día de hoy.

Blitzkrieg, entonces ... Una vez que se definió el objetivo y se reunió un grupo de batalla o un ejército, una combinación de inteligencia y reconocimiento agresivo tuvo que encontrar un punto débil en la línea enemiga. Ese punto débil se convertiría en el "Schwerpunkt" o centro de gravedad de la batalla. El punto donde todas las fuerzas deben converger y concentrarse para romper las líneas enemigas, donde todos los esfuerzos deben centrarse. Curiosamente, Carl von Clausewitz mencionó "Schwerpunkt" más de 40 veces en su libro "On War". Entonces, una vez más, vemos un concepto más antiguo integrado en una doctrina más moderna. Se esperaba que el impulso principal produjera un gran avance. La armadura apoyada por infantería y artillería se centraría en el punto débil de la línea enemiga. En caso de que la artillería esté demasiado lejos para soportar la punta de la lanza (solo el 17% de las fuerzas armadas alemanas en ese momento estaban motorizadas), los bombarderos de buceo de "artillería voladora" Stuka podrían proporcionar el apoyo de fuego que suministran CAS a la línea del frente . Todo el tiempo, los bombarderos tácticos se centrarían en las líneas traseras enemigas, causando estragos, atacando las concentraciones enemigas y los puntos de reunión, depósitos de suministros, líneas de comunicación, etc. Después de un gran avance, los alemanes volverían a otro viejo concepto de batalla llamado "Kesselschlacht" o "calderas de batalla (s)" / batalla de cerco (s).


7ma división

Básicamente, los alemanes maniobrarían para rodear al enemigo. Un empuje frontal principal mantendría al enemigo ocupado y desequilibrado, mientras que los elementos en los flancos ejecutarían movimientos de pinza y rodearían a toda la fuerza enemiga. Se podrían crear varios Kesselschlacht o bolsillos / calderos durante ese movimiento, fragmentando las unidades enemigas en el proceso. El impulso principal del ataque continuaría profundamente en la retaguardia del enemigo, corriendo hacia su objetivo. Mientras tanto, cada bolsillo sería reducido y destruido por una combinación de infantería, artillería, vehículos de apoyo de infantería y aviación. El elemento de velocidad es muy importante aquí y la fuerza principal (armadura) pasaría por alto puntos fuertes durante su carrera hacia la retaguardia del enemigo. Los puntos fuertes serían cortados de facto de su línea de suministro y posteriormente envueltos y rodeados por la siguiente fuerza de flanqueo / cerco (infantería). Como puede ver, el Kesselschlacht también es una variación del viejo concepto Vernichtungsgedanke o batalla de aniquilación.

Así que aquí estás Guerra relámpago.

martes, 5 de febrero de 2019

SGM: La dirección de tropas en el campo

Ejército alemán - Comandantes jóvenes

Weapons and Warfare



Esta imagen muestra lo que parece ser el destacamento de comando de un pelotón de infantería alemana. En el primer plano, a la izquierda del operador de radio, se sienta el Zugführer o el comandante de pelotón. Las correas de sus hombros están oscurecidas, pero se puede suponer que es un Oberleutnant o un Leutnant. Su segundo al mando, un Oberfeldwebel (Sargento Maestro), se puede ver sentado en una caja de municiones en el centro, mientras que uno de sus líderes de escuadrón (un Unteroffizier, o Sargento - usando una Cruz de Hierro) se sienta en el borde de la trinchera fumando Un cigarrillo y tomando notas. Desde las subfusiles ametralladoras PPSh-41 capturadas en la zona, se puede suponer que estos hombres están en algún lugar del frente oriental.

Lejos de ser autómatas, los oficiales subalternos alemanes fueron entrenados para adaptarse al enemigo y al terreno sobre el que realizaban las operaciones. Eran el cemento que mantenía unido al ejército alemán y lo mantenía combatiendo.

En las murallas exteriores del Tercer Reich en los últimos días de la guerra, la carga de mantener unidos los restos maltratados del ejército cayó sobre los hombros de una pequeña banda de coroneles y comandantes veteranos. Cuando las divisiones fueron diezmadas una y otra vez por la masiva potencia de fuego aliada o traspasadas por las hordas de tanques soviéticos, pequeños grupos de soldados alemanes dirigidos por determinados comandantes formaron grupos de batalla ad hoc para tratar de cerrar la brecha en la línea del frente.

El cuerpo de oficiales subalternos del ejército alemán, es decir, entre el rango de Oberst (coronel) y Leutnant (2º teniente), era la columna vertebral de la máquina de guerra de Hitler, y era el vínculo vital entre el Führer, el alto mando de la Wehrmacht y los soldados ordinarios. . Fue en gran parte debido a los oficiales subalternos que el ejército de Hitler siguió luchando a pesar de las abrumadoras probabilidades que enfrentaba.

A lo largo de la guerra, el ejército alemán estaba dispuesto a no diluir a sus cuerpos de oficiales promoviendo directamente a oficiales no comisionados (NCO) de las filas, aunque en condiciones extremas se produjeron promociones de campo. Todos los oficiales potenciales sirvieron primero en los rangos antes de ser seleccionados para la capacitación de oficiales antes de que se les otorgue la designación de "oficial aspirante". La calificación educativa básica se estableció en un nivel alto, lo que significa que muchos suboficiales no pudieron avanzar al cuerpo de oficiales. Los oficiales potenciales que fueron seleccionados durante su entrenamiento básico de reclutamiento tenían que haber pasado el examen de ingreso a la universidad, pero los oficiales potenciales más altos estaban exentos de este requisito. Después de servir varios meses en una unidad bajo supervisión, el oficial aspirante sería enviado a la Escuela de Capacitación de Oficiales en Doberitz, cerca de Berlín, para un curso de capacitación de seis meses para oficiales básicos. La mayoría de los oficiales comisionados antes del inicio de la guerra eran reclutas, que fueron liberados para regresar a la vida civil después de sus dos años de servicio nacional.

En los primeros años de la guerra, la mayoría de los coroneles y mayores habían sido soldados profesionales en el antiguo Reichswehr. Eran los últimos de la vieja guardia, y muchos eran aristócratas o los hijos de familias militares de carrera. La rápida expansión del ejército y la primera ola de bajas pesadas en Rusia y África en 1941–42 significaron que, cuando Alemania se vio obligada a la defensiva después de Stalingrado y Kursk en 1943, estos hombres eran líderes en divisiones o sirvieron como oficiales de alto rango. -nivel de sedes. Cuando se alzaron al mando, sus lugares fueron ocupados por hombres que habían ascendido en las filas para ahora liderar batallones y regimientos de primera línea.

Por lo tanto, la carga del liderazgo recayó en los hombres que habían sido comisionados como tenientes jóvenes en los primeros años del ascenso de Hitler al poder y luego progresaron a través de la capacitación de oficiales durante los años treinta. Esta infusión de oficiales de reserva después de 1943 transformó el cuerpo de oficiales del ejército alemán de una fuerza profesional en tiempos de paz en una que reflejaba a la sociedad alemana en su conjunto. Los oficiales de reserva eran casi todos de acciones de clase media baja, o clases profesionales con educación universitaria. El control nazi del sistema educativo alemán en la década de 1930 significó que esta generación de oficiales estaba casi totalmente adoctrinada con la ideología racista del Führer. En algunas divisiones, esto significaba que más de una cuarta parte de todos los oficiales eran miembros del Partido Nazi.

Comando de la misión

Un factor importante que contribuyó al éxito en el campo de batalla del ejército alemán fue el hecho de que su cuerpo de oficiales fue entrenado en lo que ahora se conoce como Análisis de Misión o Auftragstaktik. Los oficiales alemanes de todos los rangos fueron entrenados para poder luchar sin órdenes detalladas, para conformarse con una breve declaración de las intenciones de sus comandantes. El comandante le dijo a sus subordinados lo que quería lograr, no cómo hacerlo. Se esperaba que los oficiales subordinados pudieran pensar de pie y adaptar sus órdenes breves para cumplir con los requisitos de la situación en el terreno.

Las técnicas alemanas de Auftragstaktik diferían fundamentalmente de los procedimientos de comando más rígidos adoptados por los Aliados. Este último se basó en lo que los alemanes llamaron Befehlstaktik, o dirección detallada de todas las tropas. Las diferencias en los procedimientos de comando fueron en gran parte responsables de la capacidad de los alemanes para recuperarse del desastre una y otra vez.

Después de 1943, las fuerzas aliadas rompieron con regularidad las líneas alemanas en ataques masivos de piezas de artillería que involucraban enormes descargas de artillería y apoyo aéreo. Estas fueron operaciones coreografiadas estrechamente y los subordinados menores tuvieron poca libertad de acción. Sin embargo, estos ataques invariablemente se atascaron o desviaron. Los comandantes aliados a menudo mostraban poca iniciativa. Simplemente esperaron nuevas órdenes, refuerzos o nuevos suministros, dejando a las debilitadas tropas atacantes vulnerables al contraataque.

Este fue el punto en el que la doctrina del mando alemán entró en su propio. Le dio al comandante en el terreno la libertad de acción para hacer lo que fuera necesario para detener el ataque, sin hacer referencia a un comando superior. En muchos casos, por supuesto, tal referencia hacia arriba era en realidad imposible, porque los bombardeos de artillería o los ataques aéreos habían cortado las comunicaciones con los cuarteles más altos.

Para la ejecución de Auftragstaktik, los procedimientos de comando requerían comandantes altamente entrenados, experimentados y confiados. En este momento, la capacitación de los oficiales del centro de Alemania era el concepto de que el comandante aspirante debería estar capacitado para asumir el cargo de su superior inmediato. Así que los comandantes de la compañía tenían que estar listos para tomar el mando de su batallón si su comandante estaba incapacitado. Del mismo modo, los líderes del pelotón tenían que estar preparados para tomar el mando del comandante de su compañía si era asesinado o herido.

Los períodos de trabajo en los puestos de personal luego prepararon a los oficiales para comandar un grupo de batalla de armas combinadas o Kampfgruppe. A través de la capacitación del personal y las maniobras, se desarrolló una comprensión práctica de cómo la infantería, los tanques, los cañones antitanques, la artillería, los morteros, los ingenieros de combate y la aviación podrían funcionar juntos. Los cursos de capacitación comenzaron con instrucciones sobre las capacidades de las diferentes armas y equipos que se encuentran en el Ejército de Alemania, luego avanzaron a ejercicios de entrenamiento sin tropas donde a los estudiantes se les dieron problemas tácticos para resolver, y caminaron a tierra con instructores que discutían la mejor solución. Los estudiantes luego se graduaron a ejercicios de campo a gran escala con tropas de demostración. En estos ejercicios, los estudiantes fueron intercambiados entre las citas de comando para darles la experiencia de trabajar con diferentes armas y equipos.

El concepto de Kampfgruppe fue tan exitoso para los alemanes porque surgió de una doctrina de combate de todos los brazos, centrada en la idea de unidad de mando, o Einheit. El ejército alemán hacía tiempo que había abandonado la idea de unidades de combate de un solo servicio. Cada cuerpo, división, regimiento y batallón contenía diferentes tipos de armas y subunidades. En el campo de batalla, era habitual que se produjeran más combinaciones de armas y tipos de unidades, ya que los Kampfgruppen se formaron para misiones específicas y luego se disolvieron cuando se completaron. En los ejércitos aliados y soviéticos, la formación de unidades de todos los brazos se veía frustrada constantemente por los argumentos sobre las relaciones de mando, como los comandantes de tanques que no querían estar bajo las órdenes de la infantería. En el ejército alemán, el papel del comandante Kampfgruppe fue claro: él era el jefe, y punto.

Había procedimientos bien practicados para establecer Kampfgruppen y transferirles el mando de las subunidades. Era habitual construir un Kampfgruppe alrededor de un batallón o sede del regimiento para garantizar que todas las capacidades de comunicación y planificación necesarias estuvieran disponibles para el comandante de Kampfgruppe. Si bien un Kampfgruppe específico podría centrarse en un batallón o regimiento específico, era habitual que una variedad de subunidades de apoyo se lanzaran al bote para redondear sus capacidades de combate. Estos generalmente incluían ingenieros de combate, unidades de comunicaciones, cañones antitanques, cañones de asalto, apoyo médico, unidades logísticas con municiones y suministros de combate adicionales, tropas de reconocimiento, policía militar para control de tráfico, especialistas en inteligencia, morteros pesados, lanzamisiles, personal de planificación de artillería y observadores Los últimos fueron de particular importancia porque determinaron el nivel de soporte de fuego disponible para una operación específica.

Los comandantes de batallón y compañía alemanes más exitosos usualmente tenían entre 20 y 30 años. Motivaron a sus hombres al liderar desde el frente, compartiendo las privaciones de sus tropas de primera línea. Ejemplos de estos hombres incluyen al Dr. Franz Bake, quien alcanzó la fama como comandante de los tanques Kampfgruppe of Panther que lideraron el intento de rescate de abrir una ruta hacia el bolsillo de Korsun-Cherkassy en febrero de 1944. También tuvieron que convencer a sus tropas de que tenía sus intereses en el corazón y no iban a desperdiciar sus vidas en operaciones estúpidas o infructuosas. Pero en las condiciones extremas en el Frente Oriental, los comandantes también tenían que actuar sin piedad para mantener la disciplina. El punto en el que las unidades se rompían bajo presión era difícil de juzgar, pero si el pánico se iba a reducir, a veces los vacilantes debían ser tratados con dureza. Este fue particularmente el caso cuando las unidades estaban en peligro de ser rodeadas. Después de Stalingrado en 1943, los soldados alemanes ordinarios tenían mucho miedo de ser atrapados en los bolsillos, o Kessels, y las unidades ocasionalmente colapsaban cuando las tropas soviéticas se pusieron detrás de ellos. Este síntoma se conoció como "estrés de Kessel", y los alemanes pensaron que debía tratarse con cuidado si los comandantes mantenían sus unidades luchando para darles la oportunidad de estallar o lanzar un contraataque contra el enemigo.

Aunque las deserciones eran raras, especialmente en Rusia, donde la población local era casi universalmente hostil a los alemanes, a los oficiales se les pedía regularmente que tomaran medidas severas contra la mala disciplina. Los campos de combate de campo eran cada vez más comunes a medida que avanzaba la guerra. Los oficiales subalternos estaban facultados para disparar a la vista a los soldados que se movían ante el enemigo o eran vistos cruzando las líneas enemigas. Sin embargo, al final, mantener la lucha de las tropas era una tarea cada vez más difícil, ya que la fe del soldado común en el Führer comenzó a vacilar.