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sábado, 10 de agosto de 2024

Crisis del Beagle: Combate aéreo sobre Santiago

Fuego sobre Santiago

Esteban McLaren



Imagina un mundo donde, el 22 de diciembre de 1978, las negociaciones entre Argentina y Chile fracasan y estalla una guerra feroz por el conflicto del Beagle. Las tropas argentinas lanzan una maniobra en la Patagonia Austral para desviar la atención de las fuerzas chilenas, mientras que el verdadero golpe, un asalto blindado a Santiago, se prepara en las sombras. En esta historia alternativa, se desarrolla una batalla aérea épica que enfrenta a dos titanes de la aviación: el F-5 Tiger II y el Mirage III.

Este ensayo te lleva al corazón de ese conflicto, comenzando con una narrativa ficticia que sigue a dos pilotos imaginarios, sus emociones, decisiones y enfrentamientos en el cielo. A medida que avanzas, te sumergirás en un análisis detallado y técnico de lo que habría sido este duelo aéreo, explorando las capacidades y limitaciones de ambos aviones. Un viaje que mezcla la adrenalina de la ficción con el rigor de la táctica militar.

1. Introducción

Una fresca mañana de diciembre de 1978, el cielo de Santiago estaba despejado y brillante, y los primeros rayos de sol proyectaban largas sombras sobre la bulliciosa ciudad. Sin embargo, bajo la serena fachada, bullía una tensión que amenazaba con desbordarse y convertirse en un conflicto a gran escala. La crisis del Beagle había llevado a Chile y Argentina al borde de la guerra y ahora, cuando las fuerzas militares de ambas naciones se enfrentaban, los cielos sobre la capital chilena pronto se convertirían en un campo de batalla.

Para el capitán Benito Calfukelen, un experimentado piloto de la Fuerza Aérea chilena, el día comenzó como cualquier otro, con el estridente sonido de un despertador que lo despertaba de golpe. Pero hoy era diferente. Mientras sacaba las piernas de la cama y se ponía el traje de vuelo, el peso de lo que le esperaba le oprimía los hombros. El embargo de la administración Carter había dejado a los aviones F-5E Tiger II de su escuadrón en mal estado de mantenimiento y todos los pilotos sabían que sus máquinas no estaban a la altura de las circunstancias. Sólo 3 se hallaban en condiciones plenamente operativas. Sin embargo, no había lugar para la duda. Los informes sobre aviones argentinos que se dirigían a Santiago habían llegado apenas unos minutos antes, y la unidad de Calfukelen se apresuraba a interceptarlos.




Al otro lado de los Andes, en la ciudad argentina de Mendoza, el teniente Joaquín Olazábal estaba sentado en la sala de preparación de la base aérea El Plumerillo, preparándose mentalmente para la misión. A diferencia de su homólogo chileno, el avión de Olazábal, un elegante y poderoso Mirage III, estaba en óptimas condiciones, un símbolo de la industriosidad francesa y la destreza de los mecánicos argentinos. Se le había encomendado una misión crítica: proteger una oleada de A-4 Skyhawks que descendían sobre Santiago para atacar objetivos militares clave. Había mucho en juego, y Olazábal sabía que cualquier falla podría tener consecuencias nefastas para la posición estratégica de Argentina en el conflicto.

2. Los personajes

La historia del capitán Benito Calfukelen comenzó en un pequeño pueblo del sur de Chile, de fuerte ascendencia araucana, donde las montañas y los cielos abiertos lo atrajeron desde una edad temprana. Hijo de un maestro de escuela local, Calfukelen fue el primero de su familia en dejar atrás la vida rural, atraído a la Academia de la Fuerza Aérea por el deseo de servir a su país y su amor por volar. En 1978, ya se había ganado un lugar entre los mejores pilotos de Chile, pero las frustraciones de volar el nuevo pero dificultosamente mantenido F-5E lo agobiaban. A pesar de estos desafíos, la determinación de Calfukelen se mantuvo inquebrantable. Había aprendido a arreglárselas con lo que tenía y hoy, más que nunca, su ingenio se pondría a prueba.



El teniente Joaquín Olazábal, por otro lado, tenía una historia diferente. Nacido en una familia militar en Buenos Aires, su camino hacia la cabina de mando estuvo pavimentado con tradición y privilegio. Su padre, un general condecorado, le había inculcado un profundo sentido del deber y la importancia de mantener la supremacía militar de Argentina. Las habilidades de Olazábal en el Mirage III, un caza de última generación capaz de alcanzar velocidades de Mach 2, lo habían convertido rápidamente en una estrella en ascenso en la Fuerza Aérea Argentina. Mientras se preparaba para la misión que tenía por delante, Olazábal sintió el peso del legado de su familia sobre sus hombros. Su papel hoy era más que una misión; era una continuación del servicio de su familia a la Argentina.




3. Preparativos militares y contexto

A finales de 1978, cuando la situación política entre Chile y Argentina se deterioró, ambas naciones se prepararon para la posibilidad de un conflicto militar por la disputa del Canal Beagle. El canal, rico en potenciales reservas de petróleo y valor estratégico, se había convertido en un punto de conflicto que ninguna de las partes estaba dispuesta a ceder. Para Argentina, la junta militar que había llegado al poder en 1976 veía el control del canal como un medio para reforzar el orgullo nacional y distraer la atención de los disturbios internos. En Chile, el gobierno militar del general Augusto Pinochet estaba igualmente decidido a defender lo que consideraba un territorio soberano.

Ambas naciones comenzaron a movilizar sus fuerzas armadas, y las fuerzas aéreas argentina y chilena desempeñaron papeles cruciales en sus respectivos planes de guerra. La Fuerza Aérea Argentina (FAA) tenía la tarea de establecer la superioridad aérea y proporcionar apoyo aéreo cercano a las fuerzas terrestres. La Fuerza Aérea de Chile (FACh), por otro lado, era responsable de defender el espacio aéreo chileno, en particular alrededor de objetivos estratégicos clave como Santiago.

Fuerza Aérea de Chile

Entre los cazas de primera línea de la Fuerza Aérea de Chile se encontraba un escuadrón de aviones Northrop F-5E Tiger II, adquiridos a principios de los años 1970. Sin embargo, en 1978, estos aviones mostraban signos de desgaste. El mantenimiento de los F-5E se había visto gravemente afectado por las sanciones militares de los EE. UU., como resultado de las preocupaciones de la administración Carter por las violaciones de los derechos humanos en Chile. Las piezas de repuesto eran escasas y la FACh luchaba por mantener la flota operativa. A pesar de estos desafíos, los pilotos chilenos, incluido el capitán Benito Calfukelen, se entrenaron rigurosamente, centrándose en tácticas defensivas y misiones de intercepción.

La estrategia de la FACh se basó en el número limitado de F-5E para contener los ataques argentinos el tiempo suficiente para que las defensas terrestres pudieran actuar. Dado el mal estado de sus aviones, los pilotos chilenos recibieron instrucciones de evitar enfrentamientos prolongados y, en cambio, centrarse en ataques rápidos seguidos de maniobras evasivas.

Fuerza Aérea Argentina

En contraste, la Fuerza Aérea Argentina estaba en una posición relativamente fuerte. La FAA había invertido mucho en la modernización de su flota a principios de los años 70, adquiriendo interceptores Mirage III de Francia. Estos aviones estaban bien mantenidos, equipados con sistemas de radar avanzados y capaces de transportar una variedad de misiles aire-aire, incluidos el Matra R530 y el R550 Magic. Los pilotos argentinos, como el teniente Joaquín Olazábal, se entrenaron intensivamente en misiones de superioridad aérea, perfeccionando sus habilidades tanto en intercepciones de alta velocidad como en combate aéreo.

Para el conflicto que se avecinaba, la FAA desarrolló una estrategia para lograr una rápida superioridad aérea sobre objetivos chilenos clave, incluido Santiago. El plan implicaba utilizar cazas Mirage III para proteger oleadas de A-4 Skyhawks, que lanzarían ataques de precisión sobre aeródromos e instalaciones militares chilenas. El objetivo era paralizar la capacidad de Chile de montar una defensa aérea eficaz, allanando así el camino para una invasión terrestre.

4. La mañana del despegue


Benito Calfukelen

La mañana del 22 de diciembre de 1978 comenzó como muchas otras, con el capitán Benito Calfukelen levantándose antes del amanecer. La base del Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez en Santiago ya era un hervidero de actividad. Los equipos de tierra se apresuraron a preparar los pocos F-5E que todavía estaban operativos, mientras los pilotos recibían sus últimas instrucciones.

Mientras Calfukelen se ponía el traje de vuelo, no podía quitarse de encima la sensación de inquietud. La noche anterior, le habían informado de los últimos informes de inteligencia que indicaban que los aviones argentinos se preparaban para un ataque a primera hora de la mañana. El mando chileno había previsto un ataque de ese tipo, dada la importancia estratégica de Santiago, y el escuadrón de Calfukelen estaba en alerta máxima.

El avión de Calfukelen, aunque desgastado y cansado, había sido reparado a toda prisa para esta misión. Conocía cada peculiaridad de su F-5E, desde el ligero retraso en los controles hasta el chisporroteo del motor izquierdo a altas velocidades. Pero también sabía que en un combate aéreo, cualquier falla mecánica podría significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Cuando sonó la alarma de despegue, el entrenamiento de Calfukelen entró en acción. Corrió hacia su avión, trepó a la cabina mientras el personal de tierra le daba un rápido visto bueno. El rugido de los motores J85 llenó sus oídos mientras rodaba hacia la pista y, en cuestión de momentos, estaba en el aire, ascendiendo hacia el cielo de la mañana.



Joaquín Olazábal

Mientras tanto, al otro lado de los Andes, el teniente Joaquín Olazábal ya estaba en el aire, liderando un vuelo de Mirage III desde la base aérea El Plumerillo en Mendoza. La oscuridad previa al amanecer había dado paso a la primera luz del día mientras su formación cruzaba el espacio aéreo chileno, volando bajo para evitar ser detectado.

La misión de Olazábal era clara: proteger a los Skyhawks a toda costa. Los A-4 llevaban una carga letal de bombas y cohetes, destinados a instalaciones militares alrededor de Santiago. Como piloto principal, Olazábal era responsable de mantener a raya a los interceptores chilenos, lo que permitía que los Skyhawks atacaran sin obstáculos.

El Mirage III, con su potente motor SNECMA Atar, respondió perfectamente a las órdenes de Olazábal. El avión había recibido un mantenimiento meticuloso y él confiaba plenamente en él. A medida que se acercaban a su objetivo, el radar de Olazábal detectó varios contactos: los F-5E chilenos que se apresuraban a interceptarlos.

Su corazón se aceleró. Había llegado el momento. El enfrentamiento para el que todos se habían estado preparando. Hizo una señal a sus compañeros de ala para que cerraran la formación y se prepararan para el combate.



5. Enfrentamiento: el combate aéreo

El cielo sobre Santiago se convirtió rápidamente en una escena caótica a medida que los F-5E chilenos se acercaban a la formación argentina que se acercaba. Para Calfukelen, la visión de los Mirage y los Skyhawks a lo lejos provocó una oleada de adrenalina. Aceleró al máximo su F-5E, sintiendo la tensión en el viejo avión mientras luchaba por mantener el ritmo de los cazas enemigos que se acercaban.

Primer contacto

Los momentos iniciales del enfrentamiento fueron frenéticos. Olazábal, con su radar superior y su avión en mejor estado, tenía la ventaja de detectar primero a los chilenos. Rompió la formación y dirigió su escuadrón en un ascenso pronunciado para ganar altitud, una táctica diseñada para maximizar la velocidad y la maniobrabilidad del Mirage III. Desde esta posición más alta, Olazábal podía lanzarse en picado sobre los F-5E, utilizando la gravedad para aumentar su velocidad y atacar con el elemento sorpresa.

Calfukelen, consciente de las capacidades del Mirage, intentó mantener su F-5E bajo y rápido, con la esperanza de evadir a los aviones superiores utilizando el terreno a su favor. El paisaje urbano de Santiago proporcionaba cierta cobertura, con edificios altos y colinas que podían interrumpir los bloqueos de misiles y los barridos de radar. Sin embargo, el estrés en su avión era evidente. El motor tosía y chisporroteaba mientras maniobraba con fuerza, y Calfukelen sabía que tendría que ser conservador con sus maniobras para evitar una falla catastrófica.



Comienza el combate aéreo

Cuando Olazábal se lanzó en picado hacia el vuelo de Calfukelen, desató una ráfaga de sus cañones DEFA de 30 mm, obligando a los pilotos chilenos a romper la formación y dispersarse. Los primeros momentos del combate aéreo fueron una confusión de advertencias de misiles y maniobras evasivas rápidas. Calfukelen logró evadir el ataque inicial, sus instintos y su entrenamiento tomaron el control mientras hacía girar su avión a través del laberinto del espacio aéreo de Santiago.

Los F-5E chilenos, aunque superados, no estaban indefensos. Calfukelen y sus compañeros de ala confiaron en su menor tamaño y mayor agilidad para esquivar los Mirage más pesados. Uno de los compañeros de ala de Calfukelen, un joven piloto llamado Francisco, logró ponerse detrás de uno de los Mirage, perdiendo un misil Sidewinder en un intento desesperado por derribar al enemigo. El misil se dirigió a toda velocidad hacia su objetivo, pero el compañero de Olazábal, un piloto veterano, lanzó bengalas y realizó un viraje cerrado, evitando por poco la explosión.

Calfukelen se vio envuelto en un duelo con Olazábal, los dos aviones dando vueltas uno alrededor del otro en una danza mortal. La velocidad superior del Mirage III le permitió a Olazábal dictar los términos del enfrentamiento, pero Calfukelen era un oponente astuto. Mantenía sus maniobras ajustadas e impredecibles, lo que dificultaba que Olazábal consiguiera un tiro limpio.

Desafíos técnicos

La disparidad en las condiciones de sus aviones pronto comenzó a notarse. Mientras que el Mirage de Olazábal respondía impecablemente a sus órdenes, el F-5E de Calfukelen tenía problemas. El motor tartamudeaba bajo la tensión del combate aéreo y los controles se sentían lentos. Calfukelen podía sentir el sudor corriendo por su espalda mientras luchaba por mantener su avión en la pelea.

Olazábal, percibiendo la dificultad del piloto chileno, aprovechó su ventaja. Cambió sus cañones por un misil Matra R550 Magic, un arma de corto alcance diseñada precisamente para este tipo de enfrentamiento. Mientras alineaba el disparo, el tono de bloqueo del misil sonó en sus auriculares y apretó el gatillo.

El misil se lanzó y se dirigió hacia el F-5E de Calfukelen. En un movimiento desesperado, Calfukelen hizo que su avión se lanzara en picado, en dirección a la ciudad que se encontraba debajo. El misil lo siguió sin descanso, pero en el último momento, Calfukelen desechó los tanques de combustible que le quedaban y se elevó con fuerza. El misil explotó sin causar daño en el aire, a unos cientos de metros detrás de él y sabía que Calfukelen estaba al límite de sus fuerzas. Las maniobras del chileno se estaban volviendo lentas, las respuestas ágiles del F-5E ahora eran letárgicas. Era solo cuestión de tiempo antes de que Olazábal pudiera alinear el tiro perfecto.

Pero el tiempo se estaba agotando para ambos pilotos. Abajo, los A-4 Skyhawks ya habían comenzado sus bombardeos sobre las instalaciones militares de Santiago. Las explosiones sacudieron la ciudad mientras caían bombas, incendiando depósitos de combustible y hangares. La misión de Olazábal estaba casi completa; solo necesitaba acabar con este interceptor chileno antes de regresar a su formación.

Calfukelen sabía que solo le quedaba una opción. Su avión estaba casi sin combustible y no tenía más opción que intentar una maniobra de alto riesgo o enfrentarse a una destrucción segura. Mientras Olazábal se acercaba para matarlo, Calfukelen tomó una decisión rápida. Niveló a baja altitud, usando el poco combustible que le quedaba para acelerar, dirigiéndose directamente al corazón de Santiago. Su plan era arriesgado: si lograba acercarse lo suficiente a la densa infraestructura de la ciudad, tal vez los sistemas de orientación del Mirage tendrían dificultades para apuntar, lo que le daría una pequeña posibilidad de sobrevivir.

Olazábal, percibiendo la desesperación del chileno, lo siguió, manteniendo su objetivo. Mientras rozaban los tejados, Olazábal armó su último misil, un Matra R530. Sonó el tono de fijación y se preparó para disparar.

Pero justo cuando estaba a punto de apretar el gatillo, una repentina columna de humo surgió de un edificio de abajo: un misil tierra-aire disparado apresuradamente desde una batería de defensa chilena. No estaba dirigido a él, pero la interrupción fue suficiente. El misil pasó a toda velocidad junto a ambos aviones, lo que obligó a Olazábal a desviarse momentáneamente para evitar ser alcanzado.

Un escape por los pelos

La distracción le dio a Calfukelen el respiro que necesitaba. Lanzó su F-5E hacia el centro de la ciudad, los rascacielos y las calles se difuminaron a su paso mientras buscaba desesperadamente un lugar para cubrirse. Olazábal, que aún mantenía la compostura, intentó recuperar el avión chileno, pero la confusión causada por el lanzamiento del misil y el denso entorno urbano lo hicieron difícil. Cuando recuperó la orientación, Calfukelen había desaparecido en el laberinto de la ciudad, con su F-5E alejándose a baja altitud.

Al darse cuenta de que la persecución era inútil y de que su misión de proteger a los Skyhawks era más importante que arriesgar su vida en una persecución prolongada, Olazábal se detuvo a regañadientes. Inclinó su Mirage III hacia su formación y ordenó por radio a sus compañeros de ala que se reagruparan y se prepararan para regresar a la base. Los Skyhawks habían completado sus bombardeos y el ataque a Santiago había logrado sus objetivos.

Mientras tanto, Calfukelen logró llevar su F-5E dañado hasta un aterrizaje de emergencia en una pista de aterrizaje improvisada en las afueras de la ciudad. Su avión, que apenas se mantenía unido, patinó hasta detenerse, con humo saliendo de su motor. Mientras se desabrochaba el cinturón y salía tambaleándose de la cabina, supo lo cerca que había estado de la muerte. La batalla había terminado, pero la guerra apenas había comenzado.

6. Resultado y consecuencias

La batalla aérea sobre Santiago, aunque breve, marcó un momento significativo en el conflicto que se estaba desarrollando entre Chile y Argentina. Para los pilotos involucrados, fue un bautismo de fuego, una prueba de que la guerra no sería un ejercicio teórico sin sangre, sino un conflicto brutal y real en el que habría vidas en juego.

La perspectiva de Benito Calfukelen

Sus camaradas aclamaron la fuga de Calfukelen como una pequeña victoria. A pesar de las abrumadoras probabilidades y la condición inferior de su avión, había logrado sobrevivir a un encuentro con uno de los mejores pilotos de Argentina y regresar a la base. Su habilidad y determinación fueron celebradas, pero Calfukelen sabía que las probabilidades estaban en su contra. La batalla había expuesto las debilidades de la Fuerza Aérea chilena: el mal mantenimiento, la falta de repuestos y el equipo envejecido. También comprendió que su supervivencia se había debido tanto a la suerte como a la habilidad, y temía la idea de enfrentarse de nuevo a los Mirage en circunstancias similares.

El bombardeo de las instalaciones militares de Santiago había causado daños importantes. Los depósitos de combustible ardían y varios aviones habían quedado destruidos en tierra. Sin embargo, la ciudad no había sido devastada y las defensas chilenas habían logrado repeler lo peor del ataque.

A pesar del daño infligido por el ataque argentino, la infraestructura crítica de Santiago permaneció prácticamente intacta, gracias en parte a las respuestas apresuradas pero efectivas de las defensas terrestres chilenas y a los valientes esfuerzos de pilotos como Calfukelen. Sin embargo, el ataque aéreo había dejado en claro al gobierno chileno y a los líderes militares que sus capacidades de defensa aérea estaban gravemente comprometidas. El embargo de la administración Carter había pasado factura y la capacidad de la FACh para sostener operaciones aéreas prolongadas estaba en serias dudas.



Los pensamientos de Calfukelen en los días posteriores al combate aéreo eran una mezcla de orgullo y temor. Había sobrevivido a un encuentro con uno de los mejores pilotos de Argentina, pero sabía que el próximo enfrentamiento podría no terminar tan favorablemente. Las limitaciones del F-5E ahora eran dolorosamente obvias para todos en su escuadrón. Hubo conversaciones susurradas entre los pilotos sobre cómo podrían resistir si el conflicto se intensificaba aún más, pero la moral se mantuvo cautelosamente optimista. Los chilenos estaban luchando en su propio territorio, y eso les daba una ventaja psicológica que tendrían que aprovechar al máximo si querían sobrevivir.

La perspectiva de Joaquín Olazábal:

Para el teniente Joaquín Olazábal, el combate aéreo sobre Santiago fue una mezcla de frustración y satisfacción. Si bien había logrado proteger a los Skyhawks y garantizar que sus bombardeos fueran exitosos, el hecho de que Calfukelen hubiera logrado evadir la destrucción lo carcomía. Olazábal se enorgullecía de su precisión y habilidad, y dejar que un enemigo se escapara lo sentía como un fracaso personal.

Sin embargo, sus superiores vieron la misión como un éxito. Los objetivos principales se habían logrado: las defensas aéreas de Santiago se habían debilitado y se había enviado el mensaje de que Argentina estaba dispuesta y era capaz de atacar profundamente en territorio chileno. Olazábal recibió elogios por su desempeño, pero en privado, analizó cada aspecto del combate aéreo, decidido a mejorar sus tácticas para el próximo encuentro. Sabía que esto era sólo el comienzo de un conflicto potencialmente largo y agotador, y estaba ansioso por demostrar su valía en los cielos una vez más.



El ejército argentino, animado por el exitoso ataque, comenzó a planificar más operaciones aéreas. Reconocieron que las defensas aéreas chilenas eran vulnerables, pero también sabían que el elemento sorpresa no se lograría tan fácilmente en ataques posteriores. Los chilenos estarían más preparados y la Fuerza Aérea Argentina necesitaba adaptarse rápidamente para mantener su ventaja.

Implicaciones estratégicas

El ataque aéreo sobre Santiago tuvo implicaciones de largo alcance tanto para Chile como para Argentina. Para el gobierno chileno, fue una llamada de atención de que sus capacidades de defensa aérea necesitaban atención urgente. A pesar del embargo, se hicieron esfuerzos para buscar fuentes alternativas de repuestos y acelerar los esfuerzos de mantenimiento y producción nacionales. Los chilenos también comenzaron a repensar sus estrategias defensivas, poniendo mayor énfasis en los sistemas de defensa aérea descentralizados y móviles que podrían sobrevivir mejor a una campaña aérea argentina.

En Argentina, el exitoso ataque a Santiago envalentonó al liderazgo militar. Los argentinos creían que podían mantener la superioridad aérea, especialmente si lograban mantener a la fuerza aérea chilena a la defensiva. Sin embargo, también eran conscientes de que los chilenos se adaptarían y que la guerra podría convertirse en un asunto prolongado y costoso si no se manejaba con decisión. La estrategia argentina comenzó a centrarse en una serie de ataques rápidos y abrumadores diseñados para paralizar la infraestructura chilena y forzar una rápida conclusión del conflicto.


7. Conclusión

El combate aéreo sobre Santiago fue un microcosmos de la crisis más amplia del Beagle: un conflicto intenso y de alto riesgo en el que ambos bandos luchaban por el orgullo nacional, la integridad territorial y la supervivencia. Para los pilotos involucrados, fue una prueba de habilidad, coraje y resistencia, que se desarrolló en el implacable entorno del combate aéreo.

El capitán Benito Calfukelen y el teniente Joaquín Olazábal representaban lo mejor de sus respectivas fuerzas aéreas: experimentados, decididos y dispuestos a exigirse a sí mismos y a sus aviones hasta el límite. Sin embargo, su enfrentamiento también puso de relieve las disparidades entre las dos fuerzas: el Mirage III, moderno y bien mantenido, contrastaba marcadamente con el viejo y escaso apoyo del F-5E. La batalla no era sólo entre dos pilotos, sino entre dos naciones, cada una luchando con sus propias fortalezas y debilidades ante una guerra potencialmente devastadora.

A medida que se desarrollaba la crisis del Beagle, las lecciones del enfrentamiento de Santiago se hicieron evidentes. La importancia de un equipo bien mantenido, el valor de la ventaja de jugar en casa y el papel fundamental del entrenamiento y la adaptabilidad de los pilotos quedaron subrayados por este encuentro. Si bien el resultado inmediato no fue concluyente (ninguno de los pilotos fue derribado, ambas fuerzas quedaron ensangrentadas pero intactas), las implicaciones fueron profundas.

Para Chile, el enfrentamiento enfatizó la necesidad de reforzar las defensas aéreas y mejorar la capacidad de respuesta de los pilotos.en el enfrentamiento aéreo entre Calfukelen y Olazábal fue un gran logro para ambas naciones, ya que demostró que sus fuerzas estaban preparadas a pesar de las limitaciones internacionales. Para Argentina, esto reforzó la creencia de que podían aprovechar su tecnología y entrenamiento superiores para mantener la presión sobre las defensas chilenas. Sin embargo, ambas partes también reconocieron que la superioridad aérea por sí sola no decidiría el resultado del conflicto. Las operaciones terrestres, la logística y la diplomacia internacional desempeñarían papeles cruciales en los próximos días y semanas.

El combate aéreo entre Calfukelen y Olazábal sería recordado como uno de los momentos decisivos de la crisis del Beagle: un choque no solo de máquinas, sino de voluntades, en los cielos de Santiago. A medida que la crisis se prolongaba, el espectro del duelo de esa mañana se cernía sobre las mentes de ambas naciones, un recordatorio de la delgada línea entre la victoria y la derrota en el brutal escenario de la guerra aérea.

Finalmente, la crisis del Beagle se resolvió diplomáticamente, evitando una guerra a gran escala que habría traído una devastación incalculable a ambos países. Sin embargo, las experiencias de esa mañana de diciembre de 1978 dejaron una marca indeleble en quienes participaron. Para pilotos como Benito Calfukelen y Joaquín Olazábal, fue un momento de la verdad: un testimonio de su entrenamiento, su coraje y su compromiso duradero con sus naciones.



¿Cómo hubiese sido un combate aéreo entre un Mirage III y un F-5 II sobre Santiago?

En un escenario de historia alternativa en el que la crisis del Beagle de 1978 se hubiera convertido en un conflicto aéreo, un combate de corto alcance (combate aéreo) entre un Mirage III argentino y un F-5E chileno sobre el aeropuerto de Santiago sería un encuentro de alto riesgo con varios factores críticos a tener en cuenta.


Capacidades de la aeronave:

Mirage III:

  • Velocidad y maniobrabilidad: El Mirage III, diseñado para interceptar a gran velocidad y gran altitud, intentaría aprovechar su velocidad superior en este enfrentamiento. Sin embargo, su diseño de ala delta, si bien es beneficioso para la estabilidad y el rendimiento a alta velocidad, limita su capacidad de giro, especialmente a velocidades y altitudes más bajas donde podría tener lugar el combate.
  • Armamento: Armado con dos poderosos cañones DEFA de 30 mm y misiles como el como el Matra R530 o el R550 Magic de corto alcance, el Mirage III intentaría participar en el combate a una distancia ligeramente mayor o en un ataque cortante antes de ascender, utilizando su ventaja de velocidad.
  • Radar y aviónica: El radar Cyrano proporciona una detección adecuada de objetivos, pero podría tener dificultades en el desorden urbano de Santiago. El Mirage III tendría que depender de señales visuales y posiblemente del control terrestre para apuntar con eficacia en un entorno tan complejo.





F-5E Tiger II:

  • Velocidad y maniobrabilidad: El F-5E es muy maniobrable, con una relación empuje-peso que favorece los giros rápidos y la agilidad a baja altitud. Esto permitiría al piloto chileno superar potencialmente al Mirage III en un combate aéreo, particularmente en el espacio aéreo restringido sobre Santiago.
  • Armamento: Equipado con dos cañones de 20 mm y misiles AIM-9 Sidewinder, el F-5E es letal en combate cuerpo a cuerpo, especialmente si puede entrar en el círculo de giro del Mirage III.
  • Radar y aviónica: Si bien el radar AN/APQ-159 es menos potente que el Cyrano del Mirage, es suficiente para el entorno de corto alcance y alto riesgo sobre Santiago. Los sistemas del F-5E permiten tiempos de reacción rápidos, lo que podría ser crucial en un escenario de este tipo.


Consideraciones tácticas


Altitud y entorno urbano:

  • Restricciones urbanas: La lucha sobre Santiago limitaría severamente el uso de maniobras verticales de alta velocidad típicas de los enfrentamientos al aire libre. El paisaje urbano obligaría a ambas aeronaves a un plano de combate horizontal, donde la capacidad de giro y el manejo a baja velocidad se vuelven críticos.
  • Ventaja del F-5E: La agilidad superior a baja velocidad del F-5E sería particularmente ventajosa aquí. La capacidad de girar con precisión podría permitir al piloto del F-5E permanecer en la cola del Mirage III, lo que podría obligar al piloto argentino a adoptar una postura defensiva en la que la velocidad por sí sola podría no ser suficiente para escapar.
  • Tácticas del Mirage III: El piloto del Mirage III necesitaría explotar cualquier ventaja de altitud y posiblemente utilizar tácticas de golpe y fuga. Una maniobra de auge y zoom bien ejecutada podría permitir al Mirage atacar y luego retirarse, evitando un enfrentamiento prolongado en el que las capacidades de giro del F-5E dominarían.


Normas de combate y seguridad civil:

  • Preocupaciones por los daños colaterales: Ambos pilotos deberían ser muy conscientes de los riesgos para las zonas civiles. Esto podría limitar el uso de ciertas armas o maniobras que podrían provocar daños colaterales, lo que enfatiza la importancia de enfrentamientos precisos y controlados.
  • Implicaciones para la estrategia: El F-5E, al ser más adecuado para combates cuerpo a cuerpo, podría tener una ventaja en este aspecto, ya que sus armas son adecuadas para ataques de alta precisión y corto alcance. El Mirage III, aunque potente, podría ver sus puntos fuertes mitigados por la necesidad de evitar sobrevuelos arriesgados y a alta velocidad sobre zonas urbanas.


Consideraciones tácticas

  • Altitud y entorno: El combate sobre el aeropuerto de Santiago estaría limitado por el terreno urbano, lo que limitaría el uso de tácticas de alta velocidad y largo alcance. La mayor agilidad y maniobrabilidad del F-5E podría ser más ventajosa en este contexto, ya que le permitiría explotar su capacidad de girar rápidamente y mantenerse en la cola del Mirage III.
  • Reglas de enfrentamiento: dada la proximidad a Santiago, ambos pilotos tendrían que tener en cuenta la seguridad de los civiles, posiblemente evitando ciertas maniobras o sistemas de armas que podrían causar daños colaterales. Esto podría jugar a favor de las fortalezas del F-5E en el combate cuerpo a cuerpo, donde los cañones y los misiles de corto alcance son más efectivos.
  • Experiencia y doctrina del piloto: el resultado podría depender en gran medida de la experiencia de los pilotos y de sus doctrinas de entrenamiento. Si el piloto chileno está bien entrenado en explotar las capacidades de giro del F-5E, podría superar en maniobras al Mirage III. Por el contrario, el piloto del Mirage III podría confiar en tácticas de subida y picada, lanzándose sobre el F-5E desde arriba antes de ascender fuera de alcance, un método que podría ser más desafiante en un paisaje urbano.


Experiencia y entrenamiento del piloto:

  • Doctrina chilena: Si el piloto chileno es experto en explotar las capacidades de giro y baja velocidad del F-5E, podría obligar al Mirage III a participar en un combate con giros en el que el F-5E tenga la ventaja. 
  • Doctrina argentina: Por el contrario, el piloto del Mirage III podría centrarse en utilizar la velocidad a su favor, intentando atacar al límite del alcance de los misiles o utilizando tácticas de energía para mantenerse fuera del alcance de giro del F-5E. Sin embargo, ejecutar tales tácticas en el espacio aéreo restringido de Santiago sería un desafío.

Posibles resultados

  • Victoria del F-5E: En un combate aéreo prolongado y cerrado, la maniobrabilidad del F-5E podría permitirle obtener la ventaja, manteniéndose detrás del Mirage III y eventualmente preparando un tiro con sus cañones o Sidewinder.
  • Victoria del Mirage III: Si el piloto del Mirage III puede mantener la velocidad y evitar la tentación de participar en un combate en giro, podría ser capaz de ejecutar un ataque rápido con un misil o una ráfaga de cañón y luego ascender fuera del alcance, retirándose efectivamente antes de que el F-5E pueda contraatacar.


Conclusión final

El encuentro sobre el aeropuerto de Santiago sería un choque de doctrinas y capacidades de las aeronaves, donde la velocidad y potencia de fuego superiores del Mirage III se pondrían a prueba frente a la agilidad y la destreza a baja altitud del F-5E. El resultado probablemente dependería de la capacidad de los pilotos para adaptarse a las limitaciones únicas del entorno urbano, con el F-5E teniendo una ligera ventaja en el escenario de combate a corta distancia que sería claves.


Mirage vs Tiger





viernes, 5 de enero de 2024

Tercera Guerra Indo-Pakistaní: ORBAT de la Fuerza Aérea Pakistaní

Tercera Guerra Indo-Pakistaní


ORBAT de la FAP


 

Fuerzas Paquistaníes

Caza a reacción F-86 Sabre (Variantes F y Variante Mk 6)




El North American F -86 Sabre (a veces llamado el Sabrejet ) fue un avión de caza a reacción transónica. Producido por North American Aviation, el Sabre es mejor conocido como el ala en flecha de los Estados Unidos , que podría contrarrestar la similar soviético MiG- 15 en combates aéreos de alta velocidad a través de los cielos de la guerra de Corea. Considerado uno de los mejores y más importante de aviones de combate en la Guerra de Corea , el F- 86 también se considera alto en comparación con los combatientes de otras eras. A pesar de que se desarrolló a finales de la década de 1940 y era anticuado para el final de la 1950, el Sabre demostró versátil y adaptable y continuó como un caza de primera línea en numerosas fuerzas aéreas hasta ser retirados. Su éxito llevó a una serie de producción extendida de más de 7.800 aviones entre 1949 y 1956, en los Estados Unidos, Japón e Italia. Las variantes fueron construidas en Canadá y Australia . El Canadair Sabre añadió otros 1.815 fuselajes , y el CAC Sabre rediseñado significativamente (a veces conocido como el Avon Sabre o CAC CA- 27 ) , tuvo una producción de 112 . El Sabre fue de lejos el avión de combate occidental más producido, con una producción total de todas las variantes en 9.860 unidades.



Armamento del F-86 Sabre.


El F-86 también podría estar equipado con un par de depósitos de combustible extra desprendible externos ( cuatro en el F- 86F en 1953 ) que se extendía de la gama de la aeronave. Tanto la versión de interceptor y caza- bombarderos realizaron contenía seis ametralladoras M-2 Browning ( 12,7 mm) con alimentación eléctrica impulsado en la nariz, a un ritmo de 1.200 disparos por minuto. Las variantes utilizadas por Paquistán se les coloco misiles de guía infrarroja Sidewinder AIM9 (Air Intercept Missile – 9).



Variantes utilizadas por Paquistán: F-86F Sabre y F-86 Sabre Mk6

Paquistán se veo con imperiosa necesidad de adquirir más aeronaves para tratar de contrarrestar la superioridad numérica de la India. Entre 1954 y 1960 Paquistán adquirió la versión F-86F Sabre desde la línea de producción de North American Aviation los cuales se completaron con 90 Canadair F.Mk.6 Sabres fabricados bajo licencia en Canada. Estos últimos conseguidos a través de Irán procedentes de Alemania. Se integraron en tres unidades de PAF, y el 3 de diciembre de 1971 al menos 88 permanecían intactos, de los cuales 74 estaban en funcionamiento. Un total de 48 de estos fueron cableados para utilizar los misiles Aire-Aire Sidewinders: así el PAF tenía una flota compatible con el misil estadounidense Sidewinder AIM-9B.

Misil Aire -Aire Sidewinder AIM-9B:



La versión original del misil infrarrojo Aire-Aire AIM- 9 Sidewinder fue construido en 3 versiones casi idénticas ( AIM-9A/B/C ) , con la mayoría de los misiles devenidos en la variante 9B. El AIM- 9B utilizaba una ojiva de blast- fragmentación de 4,5 kg ( 10 libras ). Esto era provocado por el IR infrarrojo o por la espoleta de contacto, y tenía un radio letal efectivo de aproximadamente 9 metros. El propio misil podría llegar a 12G . Propulsión era proporcionada por un motor Thiokol MK 17 de combustible sólido con un empuje de 17,8 kN durante 2,2 s , lo que impulsaba al proyectil a una velocidad de Mach 1,7. Debido a las limitaciones del buscador, el AIM- 9B sólo se podía utilizar contra la cola de los objetivos lentos, el misil era muy susceptible a otras fuentes de calor (sol , reflexiones de tierra , etc.) El AIM- 9B se han instalado en el Sabre y Mirage III.



Foto: Personal paquistaní cargando cintas de proyectiles de la ametralladora Browning M2 cal .50.

Colocación de misiles Aire-Aire Sidewinder en los F-86F Sabre de Paquistán:

La flota paquistaní de unos 50 sobrevivientes F- 86F Sabres , de los cuales 44 eran operativos, era fiable , pero en una condición cada vez más pobre. El Sabre fue un caza moderno en la década de 1950 , de gran prestigio en todo el mundo, sin embargo en 1971 su velocidad subsónica y armamento se consideraron insuficientes a pesar de una mejor maniobrabilidad que la mayoría de los cazas de la India, es entonces que 24 aparatos F- 86Fs fueron modificados para llevar al misil AIM- 9B Sidewinders. El hecho era que el PAF recibió un número muy limitado de AIM- 9BS . Los primeros 60 Sidewinders fueron donados a Pakistán en 1964 al mismo tiempo, todos los Starfighters PAF fueron remotorizados con el J -79- GE- 11. Muchos de los misiles Sidewinder se perdieron durante la Guerra de 1965 , por lo que después el PAF se enfrentó a una grave escasez de misiles aire -aire. No hasta marzo de 1971 cuando otro grupo de unos 150 AIM- 9B (Air Intercept Missile – 9) fue entregado. Sin embargo , una vez que éstos llegaron, los técnicos del FAP hicieron todo lo posible para cablear también 18 F -6 (seis con cada unidad operativa ) para Sidewinders . Esta fue una enorme tarea, emprendida en acometidas durante noviembre de 1971, con la ayuda de los técnicos de los Estados Unidos. 



Características Generales:

Tripulación: 1 piloto
Longitud: 11.4 m
Envergadura: 11,3 m
Altura: 4,5 m
Superficie alar: 29,11 m²
Peso vacío: 5.046 kg
Planta motriz: 1× turborreactor General Electric J47-GE-27.
Capacidad de combustible: 1.650 litros internos y hasta 2 tanques externos de 756 litros de combustible JP-4
Velocidad máxima operativa (Vno): 1 106 km/h nivel del mar con peso de combate (6.447 kg)
Velocidad de entrada en pérdida (Vs): 200 km/h
Alcance: 2 454 km
Techo de servicio: 15 118 m con peso de combate
Armamento

  • Ametralladoras: 6× M2 Browning de calibre 12.7 mm (.50) en el morro con 1.602 proyectiles en total.
  • Puntos de anclaje: 4 soportes externos con una capacidad de 2.400 kg, para cargar una combinación de: Bombas: Varios tipos, máximo de 907 kg (2.000 lb).
  • Cohetes: Varios tipos, por ejemplo 2× contenedores Matra con 18× cohetes SNEB de 68 mm. Otros: Contenedores de napalm 2× tanques de combustible externos de 756 litros (200 galones).
  • Misiles: Misiles: 2× misiles aire-aire de corto alcance AIM-9 Sidewinder


Caza interceptor Lockheed F-104 Starfighter (Variantes A y B)




El Lockheed F-104 Starfighter fue un caza interceptor, supersónico, monomotor de alto rendimiento, desarrollado originalmente para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) por la compañía Lockheed y después también fabricado en otros países bajo licencia. Sirvió con la USAF desde 1958 hasta 1969, y continuó en servicio con unidades de la Guardia Nacional Aérea estadounidense hasta que fue retirado en 1975. Los aviones F- 104A fueron desplegados por Paquistán brevemente durante las guerras Indo-pakistaní 1971.



Los Caza F-104 Starfighter paquistaníes.

Pakistán se encontraba teóricamente sin suministros occidentales después de la guerra de Cachemira de 1965. Desde 1965 Paquistán sufría un embargo de armas de EE.UU. Peor aún, la economía paquistaní se encontraba en una situación muy precaria a lo largo de los años 1960 y 1970. Los caza F- 104 Starfighter había sido la estrella de la guerra de Cachemira de 1965. Sin embargo, para 1971 los PAF F-104s fueron considerados para interceptar bombarderos nocturnos u otros activos de alto valor como aeródromos o en misiones de interdicción. Debido a la mala situación económica y los embargos occidentales, la condición de la flota F- 104 era critica, ya que la mayoría de los aviones estaban fuera de servicio, siendo el Escuadrón No.9 la única unidad que voló en 1971 al lado del viejo F- 86F Sabre. La situación mejoró considerablemente en marzo de 1971 , cuando los EE.UU. canalizó un envío de piezas de repuesto a Pakistán , lo que permite al PAF equipar sus restantes cinco F- 104As y dos F- 104Bs. El 10 de diciembre de 1971 la flota se vio reforzada con diez F- 104As de la Real Fuerza Aérea Jordana. Estos entraron en funcionamiento dos días después, pero no estaban conectados para el misil AIM – 9B limitando su capacidad.



Foto: Un F-104 Paquistaní en la Base Aérea de Sargodha.

Variantes utilizadas por Paquistán:


F-104A: Fueron fabricados un total de 153 en esta versión inicial de producción.Los F-104A estuvieron en servicio como interceptores con la USAF desde 1958 hasta 1960, en ese momento fueron transferidos a la Guardia Nacional Aérea hasta 1963 cuando fueron pedidos de nuevo por el Mando de Defensa Aérea de la USAF para los 319º y 331º escuadrones de cazas interceptores. Algunos fueron liberados para exportar a Jordania, Pakistán, y Taiwán, donde fueron usados en combate.



F-104B: Versión biplaza de entrenamiento del F-104A provisto con mandos de control para los dos tripulantes, fueron fabricados 26 ejemplares. Tenían el timón de dirección y la aleta ventral de mayores dimensiones, carecían de cañón y disponían de menor capacidad para combustible interno, pero por lo demás tenían capacidad de combate. Algunos fueron suministrados a Jordania, Pakistán y Taiwán.

Armamento:


El armamento básico de la F- 104 fue el M61 Vulcan Gatling gun 20 mm. Esta arma con frecuencia tenía problemas de expulsión de cartuchos que resulta en problemas de aviónica y accidentes. El Starfighter fue el primer avión para llevar a la nueva arma , que tenía una cadencia de fuego de 6.000 d/m.



Foto: Cañón automático M61 Vulcan Gatling gun de 20 mm.

El cañón , montado en la parte inferior del puerto del fuselaje , se alimentó por un tambor 725 cargas detrás del asiento del piloto. Se omite en todos los modelos de dos asientos y algunas versiones de un solo asiento, incluyendo aviones de reconocimiento y los primeros italianos F-104S. Dos misiles aire -aire AIM- 9 Sidewinder podrían colocarse en las estaciones del extremo del ala, que también podrían ser utilizados para los depósitos de combustible.



Foto: Mural del militar y artista paquistaní Masood Akhtar Hussaini que recrea el ataque de dos Starfighters F-104 comandados por Arif Iqbal líder del escuadrón Amanullah, se ven llevar a cabo un ataque sorpresa en una base en el desierto de la IAF en Utterlai. Un cazabombardero IAF HF-24 es destruido en la pista. El segundo de los dos HF-24, se apresuró a interceptar a los cazas, recibió un disparo desde el caza operado por Arif Iqbal.

En la Guerra Indo-Paquistaní de 1971.


Durante la guerra de 1971 dos F- 104As se perdieron en combate contra los IAF Mikoyan -Gurevich MiG-21. Uno de los F-104s fue derribado sobre el Golfo de Kutch. De acuerdo con un analistas militares occidentales, los MiG-21 Indios habían ganado el tan esperado combate aéreo entre la MiG-21 y el F- 104 Starfighter.



Características generales

Tripulación: 1 (piloto)
Longitud: 16,7 m
Envergadura: 6,4 m
Altura: 4,1 m
Superficie alar: 18.22 m²
Peso vacío: 6,350 kg Peso cargado: 9,365 kg
Planta motriz: 1× turborreactor con postquemador General Electric J79-GE-11A.
Empuje normal: 44,5 kN de empuje.
Velocidad máxima operativa (Vno): 2 125 km/h
Alcance en combate: 670 km
Techo de servicio: 15 240 m
Régimen de ascenso: 244 m/s
Carga alar: 514 kg/m²
Armamento:

  • Cañones: 1× cañón rotativo de 6 tubos M61 Vulcan calibre 20 mm con 725 proyectiles
  • Puntos de anclaje: 7 con una capacidad de 1.814 kg, para cargar una combinación de:
  • Misiles: 4× misiles aire-aire AIM-9 Sidewinder Otros: Bombas, contenedores de cohetes y depósitos de combustible auxiliares.


Avión Caza Shenyang J-6 (versión de exp. F-6A)




El Shenyang J-6 (F-6 para exportación) era un caza/interceptor de propulsión a reacción monoplaza fabricado en la República Popular China derivado del Mikoyan-Gurevich MiG-19.

Aunque el MiG-19 tuvo una, en comparación, corta vida en servicio con la Fuerza Aérea Soviética, los chinos valoraron su agilidad, desempeño y su poderoso cañón, y produjeron sus propias variantes desde 1958 a 1981. Para finales de 2006, los J-6 habían sido retirados de misiones de combate. El J-6 era considerado “descartable” y fue pensado para operar solo durante 100 horas de vuelo (unas 100 salidas de combate) antes de ser desechado. La Fuerza Aérea de Pakistán fue capaz de extender su vida útil a 130 horas de vuelo con un buen mantenimiento.



Foto: Caza Shenyang F-6A de la Fuerza Aérea de Paquistán. Mas imágenes en: F-6 Farmer

Cazas Shenyang F-6 Chinos para Paquistán:


Apenas unos meses después del final de la Guerra de Cachemira de 1965, Islamabad y Pekín acordaron una entrega de 72 Shenyang F- 6 . Luego de la formación de un grupo de 14 pilotos y 35 técnicos en China, los primeros 31 Shenyangs fueron trasladados a la Base Aérea de Sargodha AB, en Pakistán, directamente de la República Popular de China, los cuales entraron en servicio con el Escuadrón N º 11 , seguido por el Escuadrón N º 25. El Shenyang F- 6 fue una copia del interceptor MiG -19P , el primer caza supersónico soviético este se puso una producción a gran escala en China, donde se han fabricado más de 4.500 ejemplares. Estaba armado con tres cañones NR- 30 , calibre 30 mm , un pequeño número fue modificado en Pakistán para poder transportar el misil estadounidense AIM- 9B Sidewinder. En 1971 Indonesia proporcionó 20 cazas MiG- 19s adicionales para Paquistán de forma gratuita.



Las guerras entre India y Pakistán.65/71


El F-6 fue operado por la Fuerza Aérea de Pakistán desde 1965 hasta 2002, el diseño de aeronaves fue sometido a 140 modificaciones para mejorar sus capacidades en intercepción y apoyo aéreo cercano. Los F-6 pakistaníes participaron en la guerra Indo-Pakistaní de 1971, anotando aproximadamente 6 victorias aéreas confirmadas incluyendo un Mig-21 hindú. Los tres escuadrones pakistaníes hicieron cerca de mil salidas de combate, durante el cual los pakistaníes perdieron 3 F-6 derribados por la artillería antiaérea y otro en combate aéreo, un F-6 se perdió también a causa de «fuego amigo».Uno de los pilotos de F-6 que fue derribado era Wajid Ali Khan, quien fue tomado como prisionero de guerra se convertiría más tarde en miembro del parlamento canadiense.



Características generales
Tripulación: Uno.
Longitud: 12,5 m
Envergadura: 9,2 m
Altura: 3,9 m.
Área del ala: 25.0 m²
Peso vacío: 5.447 kg
Peso máximo al despegue: 7.560 kg.
Planta motriz: Liming Wopen-6A (Tumansky RD-9B)×2.
Capacidad de combustible: 1.800 kg.
Velocidad máxima: 1.540 km/h (960 mph).
Alcance máximo: 2.200 Km.
Techo de servicio: 17.900 m

Armamento.

Cañones: NR-30 de 30 mm×3 (70 cargas en cada uno de los dos ubicados en las alas, 55 cargas para el cañón del fuselaje)
Puntos de sujeción: cuatro puntos bajo las alas con capacidad de llevar hasta 250 kg (550 lb) armas como bombas no guiadas, cohetes de 55mm o misiles aire-aire PL-2/PL-5.

Dassault Mirage III (Variantes de EP, DP, RP)




El Mirage III es un avión de combate supersónico diseñado por Dassault Aviation a mediados de la década de 1950, y fabricado en Francia y en varios otros países. La versatilidad del diseño a permitido que la producción de las versiones de entrenador, de reconocimiento y de ataque a tierra, así como la variante de 5 Dassault Mirage. Era un avión de combate de gran éxito, que se vendió a muchas fuerzas aéreas de todo el mundo y permanecieron en la producción durante más de una década. En diciembre de 1971, Pakistán con sus Mirage III obtuvo ocho victorias en el aire y dos en tierra contra la Fuerza Aérea India. Actualmente, la Fuerza Aérea de Pakistán es el mayor operador de cazas Mirage III, con 75 aviones en servicio. Es el primer diseño de los aviones de combate europeo capaz de superar una velocidad de Mach 2 en vuelo horizontal.

Variantes Mirage III utilizadas por Paquistán en 1971.




Foto: Caza Mirage IIIEP de la Fuerza Aérea Paquistaní.

Mirage IIIEP: Mirage IIIE construidos para la Fuerza Aérea de Pakistán. 18 entregados 1967-1969. Mirage IIIE era una variante multirrol/ataque. Muchas variantes del Mirage IIIE han sido también acondicionadas con domos de radar de navegación de onda Doppler continua tipo Marconi ubicadas en la parte inferior del fuselaje, bajo la cabina. El IIIE mostraba un radar de modo dual aire/tierra Thompson-CSF Cyrano II; un sistema receptor de alerta radar (radar warning receiver – RWR) con las antenas montadas en el estabilizador vertical de la aeronave. La primera producción de Mirage IIIE fue entregado a la AdA en enero de 1964 , y un total de 192 fueron finalmente entregados a ese servicio. La producción total del Mirage IIIE , incluyendo exportaciones , fue sustancialmente mayor que la de los Mirage IIIC , incluidas las exportaciones, por un total de 523 aviones.

Mirage IIIDP: entrenador de dos asientos para la Fuerza Aérea de Pakistán. Cinco construidos. El Mirage IIID es la versión biplaza del Mirage IIIE, y comparte casi todas sus características salvo por el hecho de que no tiene radar (lo que le confiere una forma del morro distinta y bastante peculiar en la familia Mirage III) y que su capacidad de combustible es menor. Su misión principal es la de entrenamiento, aunque dispone de una limitada capacidad de combate.

Mirage IIIRP: Versión de exportación del Mirage IIIR para la Fuerza Aérea de Pakistán, 13 construidos. Un determinado número de variantes de reconocimiento fueron construidas bajo la denominación general de Mirage IIIR. Estas aeronaves tenían una estructura Mirage IIIE; la aviónica del Mirage IIIC; una cámara en la nariz y como es lógico no contar con un radar; reteniendo el cañón gemelo DEFA y los pilotes externos para armamento. La cámara de la nariz acomodaba hasta cinco cámaras OMERA. Detalle de ventanas para las cámaras. El AdA obtuvo la producción de 50 Mirage IIIR, sin incluir los dos prototipos. De modo interesante, el Mirage IIIR precedió al Mirage IIIE en presentación operacional. El AdA también obtuvo 20 variantes de reconocimiento Mirage IIIRD mejoradas, esencialmente un Mirage IIIR con una cámara extra panorámica en la posición más delantera de la nariz, el radar Doppler y otras características de aviónica del Mirage IIIE.



Foto: Caza Mirage III de la Fuerza Aérea de Paquistán. La PAF tenía alrededor de 26 de ellos en el servicio durante la guerra de 1971 , operado por No.5 Escuadrón desde Sargodha.

La amenaza del Mirage III Paquistaní.


El refuerzo más importante y la que se considera la amenaza más peligrosa para los pilotos indios en la guerra del 71, llegaron desde Francia unos 18 interceptores Mirage IIIEP , tres Mirage IIIDP entrenadores de conversión de dos asientos y tres cazas de reconocimiento Mirage IIIRP los cuales fueron adquiridas directamente de Dassault. Esta fue una adquisición bastante caro, entonces el precio de un total de 24 cazas , sus armas y piezas de repuesto en el marco del «Proyecto de destello azul uno» , era de $ 100 millones – en comparación con sólo $ 10 millones pagados a Irán por los F-86 Sabres alemanes. Arabia Saudí se encargo de financiar esta compra en la década de 1960. Estaban equipados con el radar Cyrano Ibis y con misiles Aire-Aire Matra R.530 demostrado ser muy vulnerables. Los Mirage de PAF entraron en funcionamiento en octubre de 1968 , con el Escuadrón N º 5 , con sede en Sargodha e inicialmente comandado por el héroe de la guerra de Cachemira, Wg.Cdr . M. M. Alam. El Mirage de la PAF podía transportar bombas SAMP de fabricación francesa de 250, 500 y 1.000kg , pero con un número limitado de misiles rastreadores de calor Matra R.530.



Foto: Mirage III paquistaní sobre las montañas Karohakam, 1971



Foto: Caza Mirage IIIEP despega de una pista durante la guerra Indo-Paquistaní de 1971.



Foto: Luego del conflicto: Dos veteranos de la guerra del 71 vuelan en formación, Shenyang F-6 junto con un Caza Mirage IIIEP.

Mirage III en la guerra Indo-Paquistaní de 1971.


En 1971 el avión seguía siendo un arma formidable en manos de la fuerza aérea de Pakistán con la quinta escuadrilla, que estaba en pleno funcionamiento en la Guerra.Volando desde Sargodha, junto con un destacamento en Mianwali, estos fueron utilizados ampliamente en ataques terrestres. Ningún Mirage III se perdió en la guerra.



Características generales
Tripulación: 1 (piloto)
Longitud: 15,03 m
Envergadura: 8,22 m
Altura: 4,5 m
Superficie alar: 34,85 m²
Peso vacío: 7.050 kg Peso cargado: 9.600 kg
Planta motriz: 1× turborreactor SNECMA Atar 09C.
Empuje normal: 42 kN de empuje.
Velocidad máxima operativa (Vno): 2 350 km/h Mach 2,2 a 12.000 m de altitud
Radio de acción: 1 200 km
Alcance en ferry: 4 000 km
Techo de servicio: 17 000 m
Régimen de ascenso: 83 m/s

Armamento

  • Cañones: 2× DEFA 552 calibre 30 mm con 125 proyectiles cada uno
  • Puntos de anclaje: 5 en total (4 pilones subalares + 1 central bajo el fuselaje) con una capacidad de 4.000 kg, para cargar una combinación de: Bombas: Varios tipos de bombas convencionales 1× bomba nuclear AN-52 (aviones del Ejército del Aire Francés hasta 1991).
  • Cohetes: 2× contenedores Matra JL-100 de combustible y cohetes, cada uno con 19× cohetes SNEB de 68 mm y 250 litros de combustible.
  • Misiles: Misiles aire-aire: 2× AIM-9 Sidewinder o Matra R550 Magic de corto alcance 1× Matra R530 de medio alcance.
  • Otros: Tanques externos de combustible.
  • Aviónica: Radar Doppler Thompson-CSF Cyrano II

Bombardero ligero Martin B-57 Canberra (Variantes B-57B/RB-57F/B-57C)




Foto: El Martin B-57C de la Fuerza Aérea Paquistaní llamado «Baba».

El Martin B-57 fue un bombardero ligero y avión de reconocimiento bimotor de reacción y de ala media fabricado por la compañía estadounidense Glenn L. Martin Company durante los años 1950, como una evolución del también bombardero inglés English Electric Canberra.



Versiones utilizadas por Paquistán en 1971.


B-57B: Versión de producción definitiva. Contaba con cabina en tándem, 8 ametralladoras de 12,7 mm y 4 cañones de 20 mm. Se construyeron 202 unidades.

B-57C: Versión de entrenamiento con mandos duplicados. Realizó su primer vuelo el 30 de diciembre de 1954. 38 unidades construidas.

RB-57F Versión de reconocimiento para grandes altitudes desarrollada por General Dynamics, equipada con motores TF33-P-11A turbofán, pudiendo equipar también motores auxiliares J60-P-9 turborreactores. Realizó su primer vuelo el 23 de junio de 1963. Se construyeron 21 unidades (3 convertidas a partir de RB-57A, 4 de RB-57D y los 14 restantes de B-57B).



Foto: Bombarderos ligeros B-57 de la PAF.

Bombardero ligero Martin B-57 en la guerra Indo Paquistaní de 1971.

El resto de la flota PAF consistió bombarderos fabricados en Estados Unidos , incluyó las más importantes versiones diferentes del ligero Martin B- 57 Canberra. Pakistán recibió originalmente 24 B- 57Bs , un B- 57C , y dos RB- 57Ds . El B- 57Bs eran todos antiguos montajes BG (T ) de la USAF 345o. En 1964 , fueron equipados con sistemas de bombardeo RB- 1A George Peach, extraídos de stock con el Centro Logístico Robins Warner. El único B- 57C , apodada » Baba » por las tripulaciones del PAF, se utilizó con fines de formación. Originalmente, dos unidades fueron equipadas con los B- 57s , sin embargo y luego varios problemas solo quedo el Escuadrón No.7 como única unidad de bombarderos.



Foto: La pintura muestra el biplaza B-57 del Escuadrón N º 7 de la PAF en una misión de ataque con luz de día contra unidades del ejército de la India concentrandos a lo largo de la línea de ferrocarril Khokrapar-Chor en Hyderabad el 07 de diciembre-de 1971.

En total el Escuadrón No.7 del PAF contaba con 18 B-57B, 1 B-57C, 1 RB-57F con 8 B-57s en la Base de Mianwali y en Masrur. Durante la guerra indo- pakistaní de 1971, el PAF volvió a hacer uso de la B -57. para ataques nocturnos. En la primera noche, 12 pistas de aterrizaje de la IAF fueron atacadas y un total de 183 bombas fueron lanzadas los campos de aviación de la India quedaron inútiles durante 6 horas a 6 días. A medida que la guerra avanzaba, PAF B -57 llevaron a cabo muchas misiones nocturnas. Cerca de seis pilotos de B-57 mueren en combate durante los bombardeos a las bases indias por la acción del fuego antiaéreo y misiles SAM SA-2. Varios B-57 sufren la vejez de sus aparatos y son puestos fuera de servicio entes del final de la guerra. Los últimos B-57 fueron retirados del servicio PAF en 1985.



Características generales

Tripulación: 2
Longitud: 20,00 m
Envergadura: 19,50 m
Altura: 4,52 m
Superficie alar: 89,00 m²
Peso vacío: 12.285 kg Peso cargado: 18.300 kg
Planta motriz: 2× turborreactor Wright J65-W-5.
Velocidad máxima operativa (Vno): 960 km/h Mach 0,79
Velocidad crucero (Vc): 765 km/h
Radio de acción: 1 530 km con 2.380 kg de bombas Alcance en ferry: 4 380 km
Techo de servicio: 13 746 m
Carga alar: 205 kg/m²
Armamento
  • Armas de proyectiles: 4 cañones M39 de 20 mm
  • Bombas: 2.000 kg y 1.300 kg en los puntos de anclaje externos.

Jets de entrenamiento


Cessna T-37 Tweet (Variante A)




El Cessna T-37 Tweet (denominado modelo 318 por Cessna) es un avión bimotor aviones pequeño, económico tipo de entrenamiento con capacidad de ataque que voló durante décadas como entrenador principal de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) y en las fuerzas aéreas de varias otras naciones.



En la guerra Indo-Paquistaní de 1971.

La Fuerza Aérea de Pakistán recibió el primer lote de 35 T-37Bs en el marco del programa de ayuda militar de EE.UU. en 1962. Fueron utilizados en vuelos de reconocimiento durante la guerra Indo-Paquistaní de 1971 ya que carecian de armas.



Tripulación: dos
Longitud: 9 m
Envergadura: 10,1 m
Altura: 2,8 m
Motor: 2 × turborreactores Continental-Teledyne J69-T-25,
Velocidad máxima: 425 mph
Rango: 1.500 km
Techo de servicio: 7.620 m
Armamento: Ninguno (T-37A / B).

Jet de entrenamiento Lockheed Cessna T-33 A



El Lockheed T-33 es una variante de entrenamiento biplaza del P-80 Shooting Star, usado por muchos países como avión de ataque. De propulsión a reacción, era producido por la Lockheed.

Variantes utilizadas por Paquistán en 1971.



T-33A: Jet de dos asientos para entrenamiento de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y de las fuerzas aéreas extranjeras en el marco del Programa de Ayuda Militar.



RT-33A: T-33A modificado antes de la entrega como una variante de reconocimiento de un solo asiento, 85 construidos, principalmente para la exportación en el marco del Programa de Ayuda Militar.



En la guerra Indo-Paquistaní de 1971.

El otro avión de fabricación estadounidense que siguió funcionando con PAF en 1971 fueron los Lockheed T-33As, 13 estaban aún en funcionamiento. De ellos, once eran del Escuadrón N º 2, mientras que uno estaba en servicio con el Escuadrón N º 14, con sede en el este de Pakistán. La antigua unidad perdió un T-33A, el 20 de agosto de 1971, un piloto Bengalí deserto e intentó volar a la India. Reconociendo sus intenciones, Flt.Off. Rashid Minhas, que estaba en la cabina trasera, estrelló el avión apenas 60 kilómetros de la frontera. El pequeño Escuadrón N°20 operó tres RT-33As sobrevivientes de cinco entregados originalmente. La pequeña flota de 37 PAF de Cessna T-33A entrenadores fue trasladado de urgencia al servicio de combate en el frente sur durante la guerra de 1971. Los Cessna pertenecían al 2° Escuadrón con base de Masroor. Mayormente fueron utilizados para vuelos de reconocimiento ya que no estaban armados, algunos de los cuales fueron trasladados al servicio operativo.



Foto: Cessna RT-33A de la Fuerza Aérea Paquistaní.

Características generales:

  • Tripulación: Dos
  • Longitud: 11,49 m
  • Envergadura: 11,86 m
  • Altura: 3.57 m
  • Planta motriz: 1 × Allison J33-A-35 compresor centrífugo turborreactor.
  • Velocidad máxima: 970 km / h
  • Rango: 2050 km
  • Techo de servicio: 14.600 m
  • Armas: 2 × Ametralladoras Browning Cal.50 con 350 municiones (AT-33)
  • Puntos de anclaje: 2 con una capacidad de 907 kilogramos de bombas o cohetes.