viernes, 12 de diciembre de 2025
lunes, 8 de diciembre de 2025
Maniobras Red Flag 25

Ejercicio RED FLAG 25-2
Milavia
Dave O'Brien contribuyó con su reportaje fotográfico del segundo ejercicio Bandera Roja de 2025 en Nellis AFB, Nevada. Todas las fotografías del autor.

2025 marcó mi cuarto ejercicio de bandera roja y parece que tengo un 50/50 en cuanto a conseguir buen tiempo. Salí la primera semana de este año, el lunes estuvo lindo, luego dos días de nubes y vientos fuertes. Luego, el jueves llovió por la mañana y por la tarde comenzó a despejarse para las recuperaciones, pero el viento todavía estaba entre 25 y 30 mph justo en nuestra cara para los aterrizajes.

Este Red Flag fue mucho más ligera que años anteriores. Ningún avión de reconocimiento voló durante el día, el E-3 sólo despegó por la noche e incluso los lanzamientos nocturnos se realizaron más tarde de lo normal. Ninguna unidad F-22 o F-15E formó parte de esta edición.
Las aeronaves y unidades que participaron en esta bandera fueron:
| Rol | Aeronave | Unidad & Base |
| Red Team | F-16C | 64th AGRS, Nellis AFB, NV |
| F-35A | 65th AGRS, Nellis AFB, NV | |
| F-16CM | 16th WPS, Nellis AFB, NV | |
| F-16C | 706th AGRS, Nellis AFB, NV | |
| Blue Team | F-16C/D | 132 Sqn, Turkish Air Force |
| Typhoon F2/T1 | 80 Sqn, Royal Saudi Air Force | |
| F-16E/F | 4 Sqn, UAE Air Force | |
| F-16C | 120th FS, Buckley Space Force Base, CO | |
| F/A-18C/D | VMFA-232, MCAS Miramar, CA | |
| Interdicción | B-52H | 5th BW, Minot AFB, ND |
| Comando & Control | E-3 | 552nd ACW, Tinker AFB, OK |
| de Guerra Electrónica | EA-18G | VAQ-130 & VAQ-132, NAS Whidbey Island, WA |
| Reabastecimiento | KC-135R | 6th ARW, MacDill AFB, FL |
| KC-135R | 106th ARS, Birmingham ANGB, AL | |
| KC-135R | 108th ARS, Scott AFB, IL | |
| KC-135R | 92nd ARW, Fairchild AFB, WA |

Las unidades extranjeras de esta bandera consistían en Typhoons de la Real Fuerza Aérea Saudita, F-16 de la Fuerza Aérea Turca y F-16E/F de la Fuerza Aérea de los Emiratos Árabes Unidos. Turkey estaba estacionado al otro lado de la rampa y normalmente hacían Dream Departures en lugar de Flexing sobre la pista. El 120.º FS de Colorado y el VMFA-232 de Miramar ayudaron a completar el Equipo Azul. Los B-52 de Minot formaban el equipo de interdicción con cinco B-52 en la rampa.
Todo el Equipo Rojo tenía su base en Nellis. Noté menos agresores pintados en el 64.º AGRS ahora que el 706.º tiene su base allí. Solo vi tres aviones pintados con Aggressor, Splinter, Ghost y Arctic, pero terminé viendo que Black Wraith también estaba allí en un video de YouTube. El 65º AGRS sacó su F-35 envuelto en mi último día.
El apoyo de los petroleros estuvo a cargo de cuatro unidades diferentes, la 6.ª AW de MacDill AFB, la 92.ª AW de Fairchild AFB y dos unidades ANG; 106.º ARS de Alabama ANG y 108.º ARS de Illinois ANG.




























sábado, 6 de diciembre de 2025
Argentina: Kast, el pan-araucanismo y las futuras hipótesis de conflicto

Milei, Kast y un mapa cada vez más chico
EMcL
Las declaraciones de José Antonio Kast sobre que “Argentina ya nos ha robado suficiente territorio a los chilenos”, acompañadas del hashtag “LaAntarticaEsChilena”, no son un exabrupto aislado, sino la expresión política de una línea intelectual que postula a la Argentina como usurpadora sistemática de espacios en la Patagonia, en la Antártida y en la plataforma continental. Esa narrativa, alimentada por su asesor Jorge Guzmán, que propone abandonar la vía política y preparar una larga batalla jurídico–estratégica contra Buenos Aires, instala de hecho una hipótesis de conflicto permanente con nuestro país.
1. Milei y Kast: luna de miel con minas antipersonal
Sobre el papel, Milei y Kast parecen almas gemelas: ambos reivindican a Bolsonaro y Trump, despotrican contra “la izquierda radical”, aman el libre mercado y se saludan en redes con entusiasmo libertario. Kast incluso agradeció públicamente a Milei su apoyo, celebrando que en ambos lados de la cordillera se levantara una “ola” anti–progresista.
El problema es que cuando se pasa del póster ideológico a la geopolítca concreta, la cosa se complica bastante. No es lo mismo coincidir en que “el Estado es gigante e ineficiente” que tener a tu supuesto aliado diciendo, por escrito y sin borrar el tuit, que tu país “ya ha robado suficiente territorio” y que padece “delirios expansionistas”.
Si Kast llegara a la presidencia, Milei se encontraría con un socio que lo aplaude en conferencias liberales pero que, al mismo tiempo, necesita mostrar dureza contra la Argentina para sostener su discurso soberanista frente a su propia opinión pública. El resultado probable es una relación esquizofrénica: foto sonriente para la tapa, comunicados secos y tensos sobre Antártida, los Hielos Continentales (llamados Campos de Hielo Sur en la tierra de Condorito) y plataforma continental. Cada encuentro bilateral sería una combinación rara de think tank libertario y reunión de Estado Mayor. De todos modos, Kast tendría que enfrentar otros frentes geopolíticos internos: la inmigración venezolana, el tráfico en la frontera con Perú y otros temas más.
En el mejor de los casos, Milei intentaría minimizar las diferencias como “debates técnicos” entre cancillerías. En el peor, podría verse tentado a responder con la misma retórica inflamada, alimentando un ping–pong verbal donde ambos presidentes se alaban como cruzados anti–socialistas mientras erosionan, tuit a tuit, la confianza estratégica entre sus países. No sería la primera vez que el ego presidencial pesa más que un mapa.2. Desbalance militar: cuando la realidad te baja el tonito
En este contexto, el desbalance militar entre Chile y Argentina opera como un silencioso corrector de discursos. Las fuerzas armadas argentinas llegan a esta discusión con décadas de desinversión, sistemas de armas obsoletos y capacidades limitadas en el sur marítimo y antártico. Del otro lado, Chile mantiene desde hace años una política de inversión sostenida y profesionalización de sus fuerzas.¿Favorecen las declaraciones de Kast ese desbalance? No lo generan —eso lo hizo Argentina solita dejando pudrir su aparato de defensa—, pero sí lo vuelven políticamente relevante. Cuando un candidato con chances reales en Santiago dice que Argentina roba territorio y se alinea con un asesor que niega la utilidad de los arreglos políticos y prefiere una estrategia de largo plazo, sustentada en “el derecho, la historia y la geografía” a favor de Chile, está marcando que ve estos temas como un eje estructural de su política exterior, no como un detalle técnico. Kast viene con la cantinela del post-araucanismo... recomponer el alienado Chile grande que existe en los cerebros más afiebrados del país pasillo.
En otras palabras: mientras Argentina todavía discute si Defensa sirve “para algo” que no sea desfile del 9 de julio, al otro lado de la cordillera hay gente planificando cómo maximizar sus ventajas jurídicas, diplomáticas y, llegado el caso, operacionales en el Atlántico Sur y la Antártida. El desbalance militar, que en Buenos Aires muchos trataban como curiosidad de mesa de café, se vuelve de golpe un factor que condiciona qué tan lejos se puede llegar en cualquier disputa sin quedar en ridículo.
Prestemos atención porque la última vez que Chile estuvo desbalanceado militar a su favor, no dudó en mostrar la hilacha provocando la Guerra del Pacífico, invadiendo Perú y Bolivia, robándoles territorios, humillando cada vez que pudo e intentando hacer lo propio con la Patagonia argentina. Está en el patrón cultural ladino del araucano robar primero y justificar después. Que esa tentación no se haga presente nuevamente en estos momentos.
3. Hipótesis de conflicto: revisar tratados sin decir “revisar tratados”
¿Puede Kast pedir la revisión de acuerdos ya firmados respecto a diferendos limítrofes? En la práctica, no hace falta que lo diga tan brutalmente. El guión ya está escrito por Guzmán y compañía: sostener que existe un “nuevo diferendo limítrofe” por la plataforma continental y la proyección antártica, insistir en que Argentina tiene “pretensiones exóticas”, y empujar, dentro del marco del Tratado de Paz y Amistad de 1984, a mecanismos de solución de controversias que reabran, de hecho, la discusión.
Formalmente se respetan los tratados; políticamente se los vacía de efecto estabilizador. La idea de evitar “arreglos políticos” porque relativizan “nuestros mejores derechos” apunta justamente a eso: endurecer la posición chilena, reducir los márgenes de negociación y alargar el conflicto en tribunales, comisiones técnicas y foros internacionales. No hace falta quemar un mapa en cadena nacional: alcanza con instalar, una y otra vez, que Argentina es expansionista, que roba territorio y que Chile es la víctima responsable que se defiende con paciencia y superioridad moral.
En ese esquema, cualquier gesto argentino de presencia en el sur —un radar en Río Grande, un puente aéreo a Tierra del Fuego, un refuerzo logístico para Antártida— puede ser presentado como confirmación de la “tesis geopolítica de la prolongación natural de su territorio” que tanto obsesiona a los planificadores chilenos. La hipótesis de conflicto no necesita tanques cruzando el Beagle: vive muy cómoda en powerpoints, notas de opinión y discursos de campaña.
Tengamos presente que en los Hielos Continentales, el gobierno chileno ya ha enviado tropas de seguridad (carabineros) y militares haciendo casetas, retenes, helipuertos, etc. creando un hecho consumado, como lo quisieron hacer en Lago del Desierto. Ya sabemos cómo terminó eso. Sin embargo, todo ese territorio está sujeto a delimitación definitiva: NO es parte de Chile. Más aún, la evidencia satelital de sensores (LIDAR) sustentarían mucho más a los reclamos argentinos que a los chilenos. Por lo que no sería raro que toda esa avanzada deba desmontarse y rearmarse en el país de los maremotos y terremotos. ¿Cómo reaccionaría Kast a eso?
4. Cancillería, Defensa y la siesta estratégica
Para el Ministerio de Defensa y la Cancillería argentinos, las declaraciones de Kast son una alarma que suena en una casa donde muchos prefieren seguir durmiendo la siesta. El hackeo de correos del Estado Mayor Conjunto chileno ya mostró que las fuerzas de ese país analizan con detalle los movimientos argentinos en Tierra del Fuego, los radares, los puentes aéreos y la idea de consolidar un polo logístico antártico. Es decir: nos están mirando con mucha más atención de la que solemos mirarnos nosotros mismos.¿Debe Argentina acelerar su rearme? La respuesta incómoda es sí, pero no en clave de carrera armamentista caricaturesca, sino de mínima racionalidad estratégica. Un país que reclama presencia en la Antártida, que tiene un conflicto irresuelto con el Reino Unido en Malvinas y que comparte con Chile zonas sensibles de soberanía no puede seguir tratando a Defensa como un gasto culposo que se tapa con un plancito logístico cada tanto. Ya las tropas araucanas han estado haciendo un retardado boxeo de sombras invitando a tropas gurkhas, esas que se acobardaron de enfrentar a conscriptos argentinos en Malvinas, junto con marinos británicos para tirar tiros cerca de la frontera argentina. Así también han invitado a autoridades del ministerio de defensa para planear la construcción naval y otras "paiasáas" para mandar el mensaje de que el Califato Unido y la Araucania son un solo corazón. La respuesta argentina fue magnífica: en el aniversario del vergonzoso tratado de paz y amistad que Alfonsín le regaló a Pinochet, nuestro país mandó una buque menor a navegar en conjunto con un par pasillesco. Por suerte, nuestras fuerzas armadas ya gestionan tomando a Perú como un país sanmartiniano, aliado natural de la República Argentina. Chile también debiera ser más sanmartiniano aún pero al que nace araucano es añudo que no traicione.
Acelerar el rearme no significa comprar juguetes caros para alimentar nostalgias de generales aburridos. Significa recuperar capacidades básicas de vigilancia, control, disuasión y apoyo a la política exterior. Sin eso, cualquier canciller argentino que se siente a discutir Hielos Continentales, plataforma continental o Antártida tendrá detrás un aparato estatal que puede imprimir hermosos folletos, pero no sostener presencia efectiva y duradera en el territorio en disputa. Y en geopolítica, quien no está, no cuenta; y el que llega tarde mira el mapa por televisión.5. Peores escenarios y cómo no llegar a ellos
Si uno estira el hilo de las declaraciones de Kast, de su asesor Guzmán y de los documentos militares chilenos, el peor escenario no es una guerra abierta —eso hoy sería un despropósito monumental para ambos países—, sino algo más sutil y dañino: una erosión lenta de la posición argentina en el sur. No descontemos que la asociación estratégica actual de Milei-Trump va a jugar un rol fundamental para detener cualquier ambición oral del fuhrer chileno.Ese deterioro podría tomar varias formas: disputas permanentes en organismos internacionales donde Chile, mejor preparado, logre imponer interpretaciones favorables de los tratados; presión diplomática para limitar la proyección argentina en la Antártida; utilización sistemática del discurso de “Argentina roba territorio” para justificar cualquier movimiento de consolidación chileno en áreas grises. Todo envuelto en un relato donde Santiago aparece como defensor responsable del derecho internacional, y Buenos Aires como vecino imprevisible y poco serio.
En un escenario más áspero, un incidente menor —un patrullero marítimo, un vuelo militar, una operación logistica mal coordinada— podría convertirse en crisis política, amplificada por redes sociales, medios y la propia retórica inflamable de ambos lados. Con dos lideres que viven de la polarización, el riesgo de que un episodio técnico se vuelva símbolo identitario no es menor. Allí es donde las bravuconadas en Twitter/X se vuelven peligorsas.
Para prevenir esos escenarios, Argentina necesita tres cosas muy sencillas de describir y muy difíciles de hacer. Primero, una política de Estado clara sobre Patagonia, Atlántico Sur y, por sobre todo, la Antártida, que sobreviva a los cambios de gobierno y no dependa del humor del presidente de turno. Segundo, un fortalecimiento serio de las capacidades de Defensa y presencia efectiva en el sur, con objetivos concretos y plazos realistas, no con powerpoints de ocasión. Tercero, una diplomacia activa y consistente con Chile: firme en los reclamos, pero obsesivamente cuidadosa en bajar la temperatura, aislar a los halcones y construir, cuando se pueda, intereses compartidos.
Kast puede borrar o no su tuit; puede modular su discurso si llega a La Moneda, o redoblarlo si le funciona electoralmente. Eso está fuera del control argentino. Lo que sí depende de Buenos Aires es dejar de comportarse como si todo fuera un malentendido pasajero entre amigos liberales. En el tablero real, detrás de las sonrisas y los chistes sobre la “zurda”, hay mapas, doctrinas, documentos filtrados y asesores que piensan en décadas.
Si la Argentina quiere estar a la altura de los peores escenarios —para que nunca ocurran—, necesita algo más que indignarse en redes cada vez que Kast dice que le “robamos” territorio. Necesita demostrar, en el terreno, en las bases, en las pistas y en los foros internacionales, que está decidida a defender lo que dice ser suyo. Y que, a diferencia de sus tuits, esa decisión no se borra. Por un lado, es hora de definir una política de defensa apuntada a volver a la superioridad militar natural de Argentina frente al pasillo trascordillerano. Para recordarlo, hacia 1978 durante el conflicto del Beagle, la Armada Argentina sola tenía un poder aéreo más grande que todo Chile. La Fuerza Aérea y el Ejército, estaban para temas más serios. Por otro lado, existe un deporte en que los chilenos son campeones del mundo casi sin rival, y es precisamente en la boconería y el lloriloquio de tamaño industrial. Increíblemente, más alto se asciende en la jerarquía, aparentemente más bocón se necesita ser en Chile. Kast podría ser un fruto más de ese árbol.
Referencias
1. Perfil – Sección Internacional.
«José Antonio Kast, el chileno que está en balotaje y disputa la Patagonia: “Argentina ya nos ha robado suficiente”».
Reproduce el tuit del 25 de julio de 2020 («Argentina ya nos ha robado suficiente territorio a los chilenos…»), el contexto del mapa de la plataforma continental difundido por Cafiero y el hashtag #LaAntarticaEsChilena, además de su alineamiento ideológico con Milei.
URL: https://www.perfil.com/noticias/internacional/jose-antonio-kast-el-chileno-que-esta-en-balotaje-y-reclama-la-patagonia-argentina-ya-nos-ha-robado-suficiente.phtml
2. La Política Online (LPO) / republicado en El Extremo Sur.
«Documento chileno alienta hipótesis de conflicto en la Patagonia por avances de Argentina».
Analiza los correos hackeados del Estado Mayor Conjunto chileno, la preocupación por la narrativa sobre la Patagonia, la tesis argentina de la “prolongación natural de su territorio” y el rol de las FF.AA. de ambos países en el rediseño estratégico de Tierra del Fuego y la Antártida.
URL: https://www.elextremosur.com/nota/39722-documento-chileno-alienta-hipotesis-de-conflicto-en-la-patagonia-por-avances-de-argentina/
3.Página/12.
«El tuit de José Kast en el que acusó a la Argentina de robar territorio».
Recoge el mensaje de Kast contra el mapa argentino, su frase «Argentina ya nos ha robado suficiente territorio» y el hashtag antártico, además de describir su perfil ideológico y su propuesta de una “coordinación internacional antirradicales de izquierda”.
URL: https://www.pagina12.com.ar/384566-el-tuit-de-jose-kast-en-el-que-acuso-a-la-argentina-de-robar/
4. El Destape Web.
«Kast y la Patagonia: la disputa del candidato a presidente de Chile con Argentina».
Nota del 26 de noviembre de 2025 que sistematiza su postura sobre Patagonia y Antártida, recoge que ha sostenido que la Antártida “es chilena” y explica su alineamiento con las tesis de Jorge Guzmán sobre península antártica, plataforma continental, Estrecho de Magallanes y Campos de Hielo Sur.
URL: https://www.eldestapeweb.com/internacionales/elecciones-en-chile/kast-y-la-patagonia-la-disputa-del-candidato-a-presidente-de-chile-con-argentina-20251126141858
5. La Política Online (LPO).
«Kast quiere disputarle a Argentina un sector de la Patagonia y alimenta la hipótesis de conflicto».
Desarrolla el rol de Jorge Guzmán como cerebro de la línea soberanista dura, su rechazo a la “vía política” para los conflictos limítrofes, la idea de un “nuevo diferendo” vinculado a la plataforma magallánico–antártica y la prioridad que ocupan Campos de Hielo Sur, plataforma continental y Patagonia en la agenda militar chilena.
6. Cobertura sobre el hackeo al Estado Mayor Conjunto de Chile (LPO + Elextremosur/BioBioChile).
Artículos que detallan la filtración masiva de correos, la reacción del Ministerio de Defensa chileno y cómo los documentos internos analizan la narrativa argentina sobre Patagonia y la “prolongación natural” del territorio, así como los planes argentinos para robustecer presencia militar en Tierra del Fuego y Antártida.
URL principal del dossier citado: https://www.elextremosur.com/nota/39722-documento-chileno-alienta-hipotesis-de-conflicto-en-la-patagonia-por-avances-de-argentina/
viernes, 5 de diciembre de 2025
Reabastecimiento en vuelo: Agility Boom, la pértiga rígida que permitiría abastecer F-16s desde KC-130s
La pértiga de agilidad: Impulsando la innovación y la Blunt Layer de la Fuerza Aérea de Estados Unidos
Resumen ejecutivo:
El artículo parte de la advertencia del nuevo jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea de EE. UU., el general Brown:
o la Fuerza Aérea cambia rápido, o corre el riesgo de perder en una guerra seria. Muchos de los sistemas y conceptos con los que aún opera vienen de hace décadas, mientras el entorno estratégico —China, Rusia, zonas A2/AD, vulnerabilidad de bases— cambió por completo.
El autor dice: si queremos un cambio de fondo, hay que empezar por lo básico: la capacidad de proyectar poder, es decir, llegar lejos, permanecer y combatir. Sin alcance operativo no hay poder; sin poder no hay disuasión creíble. Y sin disuasión creíble, la escalada al conflicto se vuelve real.
En el contexto de la “gran competencia entre potencias”, EE. UU. necesita una Fuerza Aérea que pueda llegar a Rusia o China y operar al llegar, pese a las burbujas de anti-access/area denial (A2/AD). Históricamente, la USAF se obsesionó con el problema “area denial” (lo que te pasa cuando ya estás dentro del área enemiga) y descuidó el problema previo: el “anti-access” (cómo entrar y mantenerse). Además, los cazas son extremadamente vulnerables en tierra; da igual que el F-35 “domine el cielo” si te destruyen las bases y los aparatos en la plataforma.
De ahí surge el concepto agile combat employment (ACE): dispersar pequeños paquetes de cazas, que “island-hoppean” entre bases pequeñas, rutas, pistas improvisadas, operando con nodos logísticos temporales —más cerca del enemigo y menos previsibles. Eso sería el esqueleto de la “blunt force” de la USAF: una fuerza adelantada, táctica, pero con efectos estratégicos.
¿Es
hora de que la Fuerza Aérea cambie más rápido o se enfrente a la
derrota en tiempos de guerra? Eso es exactamente lo que piensa el nuevo
jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, el general Charles Brown. De
hecho, ese sentimiento se refleja en el título de un nuevo documento
que publicó. En él, destaca lo que algunos ya sabemos: «Muchos de los
requisitos de capacidades que han sustentado nuestro éxito se
desarrollaron en la década en que los líderes más veteranos de la
actualidad se unieron a nuestra Fuerza Aérea». Y, si bien mucho ha
cambiado en el mundo, la Fuerza Aérea se mantiene prácticamente
inalterada. Afirma: «Se requieren acciones urgentes ahora para asegurar
la capacidad continua de la Fuerza Aérea de los EE. UU. de generar
efectos globales en plazos estratégicamente relevantes», replanteando
los debates centrados en plataformas y basados en medios para
centrarse en los efectos y los fines deseados.
Para lograr el cambio fundamental que describe el general Brown, la Fuerza Aérea debe comenzar por el principio fundamental: la capacidad de proyectar poder es una de las características fundamentales y únicas del ejército estadounidense. Conocida como alcance operativo, la distancia y la duración en las que una fuerza puede emplear con éxito la masa militar sustentan prácticamente toda la doctrina, estrategia y planificación militar estadounidense moderna, así como la definición de poder aéreo. Sin proyección no hay poder. Sin poder no hay disuasión creíble. Y sin disuasión creíble, la inestabilidad y la escalada al conflicto son reales.
El regreso de Estados Unidos a la competencia entre grandes potencias requiere una Fuerza Aérea capaz de alcanzar con credibilidad a China y Rusia y operar a su llegada; la denegación de acceso/área es un factor complejo por esta misma razón. Históricamente, la Fuerza Aérea se ha obsesionado con abordar el problema de la denegación de área, ignorando que abordar la denegación de acceso es un precursor. Citando a un exsubsecretario de Defensa: «En todos los casos que conozco, el F-35 domina el cielo cuando está en el aire, pero es derribado en tierra en grandes cantidades».
Esta extrema vulnerabilidad es la premisa que sustenta un concepto de caza en desarrollo, poco definido, conocido como empleo de combate ágil . Esto implica proyectar pequeños grupos de cazas por delante de las bases aéreas principales, saltando de isla en isla entre nodos logísticos temporales. Si bien el concepto ha cobrado gran interés durante el último año, a medida que los estados mayores trabajan en ellos y las unidades operativas los ponen en práctica, no es suficiente. Este modelo de empleo, como la mayoría de las iniciativas de la Fuerza Aérea, está plagado de un pensamiento militar tradicional y una falta de imaginación.
El empleo ágil en combate tiene el potencial de generar los efectos más disruptivos de cualquier iniciativa de la Fuerza Aérea a corto plazo, si la fuerza adopta dos principios. Primero, las soluciones no se logran únicamente mediante la creación, sino también mediante la adaptación. Segundo, se debe dedicar más tiempo a comprender al combatiente y el entorno operativo para identificar el problema correcto antes de apresurarse a buscar una solución para el problema equivocado. En este caso, todo se reduce al combustible.
Entender el medio ambiente
La Estrategia de Defensa Nacional de 2018 aborda los desafíos del alcance operativo moderno mediante el empleo dinámico de la fuerza y un modelo de fuerza de cuatro capas que, en conjunto, definen una nueva teoría de proyección de poder expedicionario . Tres de estas capas —las de contacto, de aumento repentino y de defensa nacional— existen actualmente en el diseño de la Fuerza Aérea. La capa restante se denomina fuerza contundente. Como su nombre indica, su propósito es disuadir, retrasar, degradar o rechazar la agresión sin un movimiento de fuerza a gran escala. El empleo ágil de combate es el esfuerzo de la Fuerza Aérea por desarrollar dicha capacidad.
El empleo ágil de combate se centra en el despliegue de una fuerza contundente basada en cazas lo suficientemente cerca como para interrumpir el cálculo estratégico del adversario (o imponer un coste, si es necesario). Crear tal efecto estratégico a partir de una pequeña fuerza táctica requiere relevancia por proximidad. Sin embargo, el desafío para esto no es insignificante. Los dos competidores más formidables de Estados Unidos —Rusia y China— plantean dos desafíos distintos al alcance operativo. En el teatro de operaciones europeo, las bases estadounidenses y aliadas son vulnerables a los ataques rusos debido a su proximidad, mientras que en el Pacífico, los vastos océanos y la escasa densidad del terreno mantienen a las fuerzas estadounidenses demasiado lejos para proyectar poder.
Este concepto de empleo aborda ambos aspectos centrándose en la generación de combate dentro de zonas de antiacceso en disputa, con dos principios básicos. El primero consiste en convertir a los "externos" en "internos" en áreas de antiacceso mediante el empleo de poder aéreo disperso, que puede generarse a distancias más cortas dentro de zonas altamente disputadas, ya que depende menos de ubicaciones operativas fijas. El empleo de combate ágil es ágil, eficiente y menos predecible, ya que es rápido y austero. La maniobra operativa, no la potencia de fuego ni la tecnología, es el mecanismo predominante para anular el antiacceso.
El segundo principio del empleo de combate ágil es el apoyo para mantener el combustible y las municiones requeridas. Esto implica establecer nodos logísticos temporales más cerca del adversario llamados sitios de operaciones avanzadas donde se llevan a cabo operaciones de puntos de armamento y reabastecimiento de combustible para aterrizar, reabastecerse y partir. Debido a que estas ubicaciones de expedición varían desde pequeñas pistas de aterrizaje hasta secciones de carreteras, el eje de la logística bajo este nuevo concepto de empleo es el venerable C-130 Hércules. El reabastecimiento de combustible de los cazas se apoya en el transporte aéreo en un camión de combustible o mediante la descarga de un depósito de combustible desde el compartimento de carga de un C-130 estacionado cerca. Las municiones se preparan previamente o se traen de la misma manera que el combustible, aunque se recargan utilizando turnos de combate integrados que permiten el reabastecimiento de combustible y la recarga de armas simultáneos en los cazas con sus motores aún en marcha. De esa manera pueden volver a despegar rápidamente.
Desafortunadamente, a pesar de la publicidad exagerada, el uso del combate ágil en su forma actual no es realmente disruptivo, ya que no es nada nuevo. El reabastecimiento de cazas en bases de operaciones avanzadas se ha practicado desde 1984, los turnos de combate integrados se agotaron durante la Operación Tormenta del Desierto, y el desembarco de cazas en carreteras es un concepto propio de la Guerra Fría. Dicho esto, existe un potencial disruptivo sin explotar, pero requiere un mayor conocimiento de la logística del combustible.
Entender el combustible
Abastecer de combustible una flota compuesta exclusivamente por aviones a reacción requiere un gran esfuerzo: un caza bimotor con postcombustión completa quema más de 2000 libras de combustible por minuto. En consecuencia, el combustible consume la mayor parte de la carga logística del empleo de combate ágil. A pesar de los intentos de que los aviones vuelvan a volar rápidamente, aproximadamente el 80 por ciento del tiempo que los cazas pasan en tierra y vulnerables a los ataques se debe al reabastecimiento de combustible. A pesar de este problema obvio, la gente puede sorprenderse al saber que estos conceptos operativos no utilizan el reabastecimiento de combustible aéreo, a pesar de que la Fuerza Aérea demostró su potencial hace 100 años. Es importante comprender la razón porque en realidad no tiene nada que ver con los cazas, y todo que ver con los bombarderos inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial.
Con el advenimiento de la Guerra Fría, el bombardero nuclear se convirtió en el elemento preeminente del poder militar. Para extender el alcance operativo desde Estados Unidos hasta la Unión Soviética, la Fuerza Aérea buscó desarrollar un bombardero nuclear a reacción con reabastecimiento en vuelo. El sistema inicial de sonda y frenado resultó excelente para cazas, pero inservible para bombarderos. Esto condujo al desarrollo del brazo aéreo, que se incorporó al avión cisterna derivado del transporte KC-97 Stratofreighter y al nuevo avión cisterna a reacción que era la principal prioridad de la Fuerza Aérea en ese momento: el KC-135 Stratotanker. Estos aviones cisterna fueron diseñados para reabastecer de combustible al B-47 Stratojet y a otro bombardero a reacción ligeramente más lento, con el doble de alcance y el triple de carga útil: el B-52 Stratofortress.
Para la década de 1960, la Fuerza Aérea contaba con aproximadamente un avión cisterna por cada bombardero para apoyar su capacidad de proyección nuclear, además de una estructura de fuerza convencional basada en la masa distribuida con 4.000 cazas a reacción de corto alcance y con gran demanda. La Guerra de Vietnam expuso la tensión del reabastecimiento en vuelo de una Fuerza Aérea compuesta exclusivamente por aviones a reacción, lo que condujo al desarrollo del KC-10 Extender, mucho más grande , para aumentar la flota del KC-135. La Fuerza Aérea está actualmente desplegando el KC-46 Pegasus, pero podría decirse que no resuelve la mayoría de los problemas de los aviones cisterna de la Fuerza Aérea. El reabastecimiento en vuelo sigue siendo el componente más subestimado y estresado de la logística militar estadounidense, a pesar de que Estados Unidos tiene la flota de aviones cisterna más grande del mundo. Sin embargo, ese no es el problema.
Entender el problema
La relación actual entre la estructura de fuerza de bombarderos, cazas y aviones cisterna se mantiene prácticamente igual que cuando se concibió hace 70 años para apoyar la proyección de bombarderos desde bases lejanas, no de cazas. Por ello, todos los aviones cisterna actuales de la Fuerza Aérea han sido derivados de aeronaves comerciales existentes, e incluso se proyecta que el futuro avión cisterna KC-Y será similar. Y, al ser todos derivados comerciales, se ven limitados a operar desde bases aéreas consolidadas, similares a aeropuertos, con largas pistas.
Si bien era una premisa válida en el pasado, esta es una falla estratégica al aplicarse en el mundo moderno y una falla presente en prácticamente todos los estudios modernos sobre los requisitos de los aviones cisterna: la supuesta impunidad ante un ataque. Estos ejercicios de capacidad ignoran la vulnerabilidad de reunir grupos de aviones cisterna en una gran rampa en una base aérea en el teatro de operaciones. ¿Por qué combatir una formación de F-35 cuando es más económico (y efectivo) simplemente destruir la base aérea? ¿Y por qué atacar una base aérea de cazas cuando es mucho más imponente destruir la base aérea de aviones cisterna y dejar en tierra todo un teatro de operaciones?
Figura
1: Una flota de KC-135 desplegados en avanzada es un elemento
permanente en la Base Aérea Al Udeid, Qatar. (Fuente: Google Earth)
Este requisito de aeródromo y la amenaza de ataque implican que la flota de aviones cisterna estratégicos interteatro de la Fuerza Aérea no puede ser "intraoperativa" y, por lo tanto, no se incluye en los conceptos operativos de empleo de combate ágil. Sin embargo, basar los aviones cisterna como "externos" de las amenazas de acceso crea un dilema logístico: los aviones cisterna están más lejos, lo que requiere más combustible, lo que requiere más aviones cisterna que la Fuerza Aérea ya declaró no tener . Por ello, el almacenamiento avanzado de combustible terrestre es un elemento crucial del empleo de combate ágil.
La dura realidad es que en su estructura actual, el empleo de combate ágil encadena a los cazas de la Fuerza Aérea a los límites de la tierra cada hora y media debido a la falta de un avión cisterna táctico dentro del teatro de operaciones , una limitación que socava cualquier disuasión creíble que esta fuerza contundente esté tratando de lograr.
Confiar en un paradigma de reabastecimiento de 70 años con un concepto operativo de 40 años no es la manera de implementar la Estrategia Nacional de Defensa . Ciertamente no es innovador. La Fuerza Aérea necesita un "avión cisterna interno" para el reabastecimiento táctico intrateatro, diseñado a medida para operaciones rápidas en aeródromos austeros. Ahí es donde suele terminar la búsqueda de soluciones centradas en los requisitos, pero en realidad no es el verdadero problema. El verdadero problema es este: la Fuerza Aérea necesita un "avión cisterna interno" que ni siquiera existe en el papel y que, de todos modos, la Fuerza Aérea probablemente no podría permitirse.
Innovación a través de la adaptación
La solución no es desarrollar un nuevo avión cisterna, sino desarrollar una nueva capacidad. Para lograrlo, la Fuerza Aérea necesita pensar menos como el ultrarrico Tony Stark y más como el MacGyver con recursos limitados . La innovación a menudo evoca ideas de invención y creación, pero también surge de la adaptación. Como dijo Michèle Flournoy: "¿Qué podemos hacer en los próximos cinco años con lo que tenemos, pero usándolo de forma diferente? ... Se trata realmente de cambiar nuestra mentalidad y cómo imaginamos usar lo que tenemos".
Puede que la Fuerza Aérea no tenga suficientes aviones cisterna, pero sí tiene algo en exceso, cuyos requisitos de diseño para la Guerra de Corea son casi idénticos a los atributos requeridos para un avión cisterna táctico capaz de soportar un combate ágil: el C-130 Hércules. Si bien solo unos pocos países aliados tienen aviones cisterna, casi todos poseen C-130. Se han construido 2400 C-130 en 70 variantes , y actualmente hay más de 400 del último C-130J en servicio en 18 países.
Aunque parezca inusual reabastecer aviones de combate a reacción con aviones cisterna de hélice, en realidad es bastante común. De hecho, el Cuerpo de Marines opera una variante cisterna del C-130 , aunque se trata de sistemas de frenado no compatibles con los cazas de la Fuerza Aérea. Si bien el requisito de la pértiga aérea es una limitación de ingeniería que limita las soluciones, las características del C-130 y su amplia bodega de carga ofrecen amplias oportunidades para la innovación.
Figura
2: KC-97 de la Fuerza Aérea (izquierda) y KC-130 del Cuerpo de Marines
(derecha). Aviones cisterna de hélice que reabastecen en vuelo varias
generaciones de cazas a reacción estadounidenses. (Fuente: Fuerza Aérea y
Armada de los EE. UU.)
Auge de la agilidad
La Fuerza Aérea debería organizar una competencia abierta para que las empresas desarrollen un sistema modular de brazo aéreo roll-on/roll-off para el C-130: Agility Boom . Esta competencia sería similar a Agility Prime, la competencia de autos voladores de la Fuerza Aérea, con una distinción. En lugar de usar la competencia para acelerar el cuerpo de conocimiento de ingeniería del mercado comercial, Agility Boom usaría la competencia para identificar y presentar rápidamente una solución innovadora. Esto no es más una demostración o creación de prototipos. Más bien, es un enfoque innovador para desarrollar una solución innovadora con un sentido de urgencia que realmente llegará al combatiente. Debería publicitarse de una manera abierta y transparente para el combatiente, el contribuyente, los aliados estadounidenses y los adversarios de Estados Unidos.
Figura 3: Elementos propuestos para el Agility Boom en un C-130. (Imagen del autor)
Para reducir la barrera de entrada y aumentar el número de participantes, la competencia debería simplificarse dividiéndola en dos problemas de ingeniería. Un elemento de la competencia consistiría en desarrollar un módulo de pluma de carga rodada, mientras que el otro elemento sería desarrollar un nuevo tanque de combustible de carga rodada. En comparación con otras tecnologías de vanguardia, ninguno de estos problemas es difícil de resolver. La esencia de la capacidad de carga rodada reside en que un avión de carga se adapta temporalmente a otros usos aprovechando su bodega de carga con palés modulares específicos para cada misión. Este enfoque se ha utilizado en el C-130 durante años y ha transformado el avión de carga en todo tipo de aplicaciones, desde una plataforma de recopilación de inteligencia hasta un cazasubmarinos.
Figura
4: Tanque Benson de 3600 galones (izquierda y centro) o dos palés de
combustible de 1800 galones (derecha). Ambos aumentan el combustible
máximo en un 40 %. (Fuente: Fuerza Aérea / Marina / Dominio público)
El combustible paletizado tampoco es un concepto nuevo. En los días antes de que el C-130 pudiera reabastecerse en el aire, para extender su alcance solía llevar un tanque de combustible paletizado de 3,600 galones. Existen ofertas comerciales actuales que utilizan tanques paletizados gemelos de 1,800 galones . Un tanque de combustible de este tamaño proporciona un aumento de combustible del 40 por ciento a la capacidad de un C-130 con tanque externo completamente lleno. Para ponerlo en perspectiva, este tanque por sí solo tiene suficiente combustible para extender el alcance de una formación de F-22 en 500 millas adicionales. Un C-130 completamente lleno de combustible con este tanque podría proporcionar suficiente combustible para reducir la dependencia de la flota actual de aviones cisterna y sin consumir el compartimento de carga de 40 pies como lo hace el transporte de un camión de combustible militar R-11 completo . Un C-130 en última instancia transportará menos combustible que un avión cisterna tradicional, pero también quema considerablemente menos combustible. Debido a esto, dos C-130 casi igualan la capacidad de combustible y el consumo de combustible de un KC-135, lo que refuerza la noción de logística distribuida que apoya la premisa de poder aéreo distribuido del empleo de combate ágil.
Figura
5: Los C-130 transportan menos combustible que otros aviones cisterna,
pero también lo consumen a un ritmo comparativamente menor. (Imagen del
autor)
As en la manga
Los pesimistas descartarán rápidamente esta idea como un sustituto invisible de los aviones cisterna, y los optimistas la verán como una panacea, pero no es ninguna de las dos cosas. Los realistas saben que se debe hacer algo, y los combatientes saben que crear múltiples opciones para quienes toman las decisiones, en última instancia, crea múltiples dilemas para el adversario.
El secretario de Defensa, Mark Esper, desea que el Departamento de Defensa sea más audaz y promueva una cultura de asumir mayores riesgos. Al mismo tiempo, los altos mandos siguen lamentando la dificultad de adquirir y escalar tecnología innovadora en el Departamento de Defensa. Sin embargo, se equivocan. En cambio, deberían preguntarse cómo escalar soluciones, no tecnología, y cómo hacerlo con urgencia. Las soluciones disruptivas y eficaces no siempre tienen que requerir diseños desde cero y tecnología de vanguardia que requieren décadas de investigación para su desarrollo. Por menos del coste de un solo caza, la Fuerza Aérea puede aumentar el alcance operativo de todos sus cazas.
El empleo ágil en combate presenta suficientes desafíos logísticos, y el combustible no tiene por qué ser uno de ellos. Agility Boom es una propuesta para abordar este problema, aunque los detalles específicos sobre competencia, limitaciones de ingeniería, problemas técnicos específicos e integración de sistemas son detalles de un futuro incierto. La Fuerza Aérea debería comprometerse primero a construir una capa de fuerza contundente creíble para respaldar la Estrategia Nacional de Defensa . De lo contrario, no importa cuán avanzada sea tecnológicamente una fuerza en teoría: la brillantez táctica sin traducción operativa es el camino más costoso hacia la atrofia estratégica. Acelerar el cambio o perder.



