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sábado, 27 de julio de 2024

Malvinas: Sangre sobre el río Murrell

Sangre en el Río Murrell: los comandos que combatieron en la “zona de muerte” y escaparon de una emboscada inglesa

“Nos van a matar a todos”, dijeron los hombres de Ejército y Gendarmería cuando se enfrentaron a los Paracaidistas ingleses en Malvinas. Estaban en la franja donde la posibilidad de supervivencia del combatiente es mínima, pero dieron batalla. Las balas que hacían estallar las rocas, las esquirlas que los hirieron y cómo hicieron huir a los ingleses cuando todo parecía perdido
Nicolás Kasanzew || Infobae




Capitán Figueroa (centro), Teniente Anadón (derecha) y Teniente primero García Pinasco (espaldas), planifican la misión, 6 junio 1982 (Foto: Nicolás Kasanzew)


Los británicos cruzaban regularmente el puente sobre el río Murrell, tras lo cual bombardeaban con fuego de mortero las posiciones del Regimiento 6. Ante este hecho, el mayor Mario Castagneto, jefe de la Compañía de Comandos 601, ordena al teniente primero Fernando García Pinasco efectuar un golpe de mano contra el enemigo y emboscarlo. La sección se dirige hacia el lugar en la noche del 6 al 7 de junio, con el capitán Rubén Figueroa en calidad de acompañante.

Bajo intenso frío y agua nieve, atraviesan el sector batido por cañoneo naval y los campos minados propios, guiados por el teniente Marcelo Anadón, que conocía la zona. Van marchando cuidadosamente por la vera del río, a unos cincuenta metros de distancia entre cada uno, cuando aparece en el cielo una gran luna radiante. El sargento Guillén observa del otro lado del Murrel un brillo tenue y piensa que es un reflejo del astro sobre el agua. Más tarde caería en la cuenta que había sido el destello sobre un poncho de plástico de un efectivo inglés.


Guillen: “Me hilacharon la capucha y la espalda de la campera, pero seguía tirando. El enfermero Moyano me sacó un montón de esquirlas del brazo y la espalda”

Al llegar al puente –una construcción de madera sin barandas– Anadón con sus hombres se apresta a cruzarlo en el momento en que los ingleses rompen fuego.

Figueroa estaba volviendo, con los suboficiales Poggi y Tunini, de la otra orilla adonde había ido para montar el bloqueo posterior a la emboscada, cuando siente una explosión seguida de disparos. Todos los comandos se aplastan instintivamente contra el suelo. Los británicos se encontraban a unos 80 metros, en una altura rocosa del otro lado del río.

“Estamos al descubierto, nos van a matar a los tres”, pensó Figueroa. Queriendo tender la emboscada, habían caído en una. El oficial comenzó a tirar hacia el lugar de donde provenían los disparos. Sentía que se le formaban burbujas en la sangre y sus fosas nasales eran inundadas por el olor a adrenalina.

Los comandos argentinos estaban en lo que se denomina “zona de muerte”, franja donde la posibilidad de supervivencia del combatiente es mínima.


Figueroa: “Estamos al descubierto, nos van a matar a los tres”

Los disparos de los brits eran tiro a tiro, y en ráfaga. Figueroa tuvo la visión de unas cintas rojizas y anaranjadas que bailaban endiabladas hacia él, buscando su muerte. Eran balas luminosas trazantes, que los ingleses cargaban cada cinco proyectiles normales, para marcar la dirección de fuego en la noche. “Fue el espectáculo más maravilloso que presenció en mi vida”, me dice. Al chocar contra las piedras cercanas las balas hacían estallar en mil pedazos la roca, sembrando polvo y esquirlas, lo cual sumado al olor a pólvora le producía una ligera embriaguez y le inhibía el miedo a la muerte. En ese momento Poggi grita:

- ¡Mi capitán, me hirieron!

- ¿Dónde te pegaron?

- En una pierna, pero puedo arrastrarme hacia atrás.

- Retrocedé, que ya te vamos a auxiliar.

“Yo lo ayudo y me repliego con él”, tercia Tunini. El proyectil había atravesado la pantorrilla de Poggi, sin alcanzar el hueso.

Figueroa siguió disparando hasta que se le trabó el fusil. Afortunadamente, sus camaradas, particularmente el sargento Guillén, dispersos fuera del puente y cubiertos por las rocas, hacían fuego graneado contra la colina, por lo cual los disparos de las dos ametralladoras y los fusiles ingleses también se desviaban hacia ellos.

Cuenta Guillén: “Me hilacharon la capucha y la espalda de la campera, pero seguía tirando. El enfermero Moyano me sacó un montón de esquirlas del brazo y la espalda”.


“Cheto” Anadón le pidió a García Pinasco que le permita cargar contra los ingleses, pero el jefe de la sección lo frena, le dice que espere hasta que aclare

Mientras Figueroa se replegaba, escuchó varias explosiones y las ametralladoras enmudecieron. Era el bravo Anadón, abanderado de la 601, que con implacable puntería colocaba las granadas PDF del FAL en la posición del enemigo. Ya sólo disparaban sus fusileros.

“Cheto” Anadón le pide a García Pinasco que le permita cargar contra los ingleses, pero el jefe de la sección lo frena, le dice que espere hasta que aclare. Sin embargo, al llegar hasta la posición de García Pinasco, Figueroa grita: “¡Vamos a atacarlos a estos hijos de puta!” Experimentaba una gran excitación y bronca a la vez. Aunque no está de acuerdo, el jefe de sección accede. El capitán toma el mando y cruzan el puente para iniciar el asalto. Anadón hace formar en cadena a sus hombres: Vergara, Suarez, Quinteros y dos gendarmes del grupo Alacrán: Natalio Figueredo y Miguel Puentes. Empezaba a advertirse una tenue claridad.



“El objetivo era marchar a la carrera, rodearlos de ambos lados del promontorio, y aniquilarlos a todos, no dejarlos escapar”, rememora el capitán.

Cuando todo estaba listo, Figueroa levantó el brazo derecho e impartió la orden: “¡Al asalto, carajo, vamos a hacerlos mierda a estos hijos de puta!”. Los comandos arremetieron disparando su armamento en automático desde la cadera, con una cadencia de tiro parecida a la ametralladora y vociferando insultos para amedrentar a los británicos. El primero en llegar a la posición enemiga es el impetuoso teniente Anadón, pero comprueba que los paracaidistas ingleses habían huido precipitadamente, llevándose a sus heridos. El enemigo dejó abandonado armamento, equipos, radios, mochilas, carpas, claves de comunicaciones, vestimentas, boinas, guantes, una máquina de fotos y una pequeña bandera inglesa, que pasó a adornar como trofeo el puesto comando de la 601 en Puerto Argentino.


Garcia Pinasco recibió la orden de efectuar un golpe de mano contra el enemigo y emboscarlo

Ante la vertiginosa rapidez del ataque, los paracaidistas dejaron asimismo una radio encendida que utilizaban para comunicarse con el comando superior. Y en la posición había charcos de sangre. Más tarde los combatientes argentinos escucharon tráfico de comunicaciones enemigas, donde se solicitaban helicópteros para evacuar heridos. Al rato, a unos cuatro kilómetros visualizaron una bengala y el descenso de un Sea King con el distintivo blanco de sanidad.



Tras el combate, Guillén levanta al Indio Poggi, y este le dice: “Lavame la herida”. Guillén saca de su mochila una botella triángulo Margaret River y amaga tomársela. “¡Hdp -brama Poggi- no te tomes mi remedio!”.


Parte de los objetos de los paracaidistas ingleses que tomaron los comandos argentinos el 7 junio 1982 (Foto: Nicolás Kasanzew)

De más está decir que los comandos devoraron con fruición los exquisitos alimentos envasados abandonados por los hombres del 3er Batallón de Paracaidistas: compota de manzanas disecadas, chocolates, nueces, galletitas, pasas de uva.

Trago amargo para los brits, pitanza pantagruélica para los argies.

Aunque también hubo hiel para los nuestros. Gendarmería condecoró generosamente a sus dos hombres. Ejército, en cambio, ignoró olímpicamente a los comandos de la 601 que le habían brindado la victoria del Río Murrell.


martes, 18 de abril de 2023

Intervención en Siria: Americanos destrozan al Grupo Wagner

Esa vez, las fuerzas estadounidenses destrozaron a cientos de mercenarios rusos del Grupo Wagner en Siria


Un miembro del equipo de operaciones especiales de la Marina dispara una ametralladora M240B durante el entrenamiento nocturno de sostenimiento de incendios el 28 de marzo de 2013. Foto del Cuerpo de Marines de EE. UU. por el sargento. Pete Thibodeau.

Ha pasado un mes desde que Rusia invadió Ucrania. Lo que Vladimir Putin y gran parte del mundo originalmente esperaban que fuera una victoria rápida y fácil sobre su vecino más pequeño se ha convertido rápidamente en un desastre militar para Rusia. El Pentágono estimó que más de 7.000 soldados rusos habían muerto desde que comenzó la invasión, mientras que la OTAN cree que el número podría llegar a 15.000. Los generales rusos continúan muriendo, y los informes describen deserciones masivas y fratricidio.en las líneas del frente. Mientras gran parte del mundo celebra la historia moderna de David contra Goliat, las grietas en el barniz del supuesto ejército de Rusia podrían haber brillado mucho antes de la invasión de Ucrania, y una batalla de cuatro horas que se desarrolló en Siria en 2018 es una de las más sorprendentes. ejemplos

Cuando EE. UU. lanzó la Operación Inherent Resolve en junio de 2014, su objetivo era destruir el grupo Estado Islámico en Irak y Siria, o ISIS. Las fuerzas estadounidenses y sus aliados intentaron degradar y destruir a la notoria organización terrorista, pero el conflicto finalmente se convirtió en una guerra de poder entre dos superpotencias cuando Rusia comprometió sus fuerzas militares para defender el régimen del presidente sirio Bashar al-Assad. Estados Unidos se alió con los combatientes kurdos y las Fuerzas Democráticas Sirias contra el enemigo común de ISIS, pero el conflicto regional involucró una intrincada red de facciones y objetivos dispares.

Un infante de marina de EE. UU. dispara un obús M777A2 en Siria el 1 de junio de 2017. Foto del Cuerpo de Marines de EE. UU. por el sargento. Mateo Callahan.

En ese contexto, Rusia y EE. UU. abrieron una línea directa de comunicaciones para evitar conflictos directos entre ellos mientras apoyaban a sus representantes en lados opuestos. En febrero de 2018, después de tres años de evitar con cautela una confrontación directa, las dos potencias mundiales se enfrentaron cara a cara por primera vez desde el final de la Primera Guerra Mundial en lo que se conoció como la Batalla de Khasham, una batalla de aproximadamente cuatro horas. batalla en la que el poderoso oso ruso (con sus aliados sirios) fue reducido a un cachorro llorón por una fuerza mucho más pequeña de comandos estadounidenses.

Cuando el sol de la tarde comenzó a hundirse sobre la cuna de la civilización el 7 de febrero de 2018, un grupo de soldados de las Fuerzas Especiales del Ejército y de la Infantería de Marina de los EE. UU. observaron con incredulidad las transmisiones de drones de vigilancia mientras una gran fuerza enemiga se acumulaba a 20 millas de distancia cerca de la orilla este del río. río Éufrates. El grupo combinado de fuerzas sirias y mercenarios rusos del infame Grupo Wagner vinculado al Kremlin se incrementó a unos 500 soldados a primera hora de la tarde. Con ellos iban 27 vehículos, incluidos tanques rusos T-72 y vehículos blindados de transporte de personal.


Marines with Weapons Company, 3.er Batallón, 7.º Regimiento de la Infantería de Marina, adscrito a la Fuerza de Tarea Marina Aire-Tierra de Propósito Especial, Respuesta a Crisis, Comando Central, fuego de morteros de 81 mm en apoyo de la Fuerza de Tarea Conjunta Combinada - Operación Inherent Resolve operaciones 18 de septiembre de 2018 Foto del Cuerpo de Marines de EE. UU. por Cpl.
Gabino Pérez.

Los altos mandos estadounidenses que supervisaban la situación en el centro de operaciones aéreas de la base aérea de Al Udeid en Qatar y el Pentágono quedaron desconcertados al ver cómo una enorme fuerza enemiga se posicionaba para atacar un puesto de avanzada cercano donde unos 30 Rangers del Ejército de EE. UU. y comandos de la Fuerza Delta de la Fuerza Especial Conjunta El Comando de Operaciones (JSOC) estaba trabajando junto con las fuerzas kurdas y árabes. Los comandantes estadounidenses prepararon aviones y tripulaciones de tierra, y los miembros del destacamento JSOC se prepararon para defenderse.

Los infantes de marina y los boinas verdes en el sitio de apoyo de la misión, a 20 millas del puesto avanzado de JSOC en Deir al-Zour, en el noroeste de Siria, prepararon una fuerza de reacción rápida de unas 16 tropas, cargando cuatro vehículos resistentes a las minas con misiles antitanque, óptica térmica, comida y agua.

A las 8:30 p. m., cuando tres tanques rusos se acercaron, quedó claro que un ataque era inminente y la fuerza de reacción rápida se preparó para lanzar.


Un equipo canino multipropósito de las Fuerzas Especiales del Ejército de EE. UU. brinda seguridad para una posición de disparo de mortero desde un techo abandonado en la provincia de Deir Ezzor, en el valle del río Éufrates Medio, Siria, el 11 de octubre de 2018.
Foto del ejército de EE. UU. por sargento.
Mateo Crane.

Aproximadamente a las 10:30 p. m., la columna de vehículos rusos y sirios que se acercaba abrió fuego contra el pequeño puesto de avanzada. El fuego de tanques, artillería y morteros bombardeó a los estadounidenses mientras corrían hacia sus posiciones defensivas y devolvieron el fuego con ametralladoras y misiles antitanque.

Durante los primeros minutos de la batalla, el entonces secretario de Defensa, Jim Mattis, se puso en contacto con su homólogo ruso.

“El alto mando ruso en Siria nos aseguró que no era su gente”, testificó Mattis ante el Congreso más tarde. El secretario de defensa luego ordenó al presidente del Estado Mayor Conjunto, el general Joseph F. Dunford Jr., “que la fuerza… sea aniquilada”.

“Y lo fue”, agregó el ex general de la Marina, cuyas tropas lo apodaron “Caos”.


Lance Cpl.
James Gordon, un ametrallador con el 3.er Batallón, 7.º Regimiento de la Infantería de Marina, adjunto a la Fuerza de Tareas Aire-Tierra Marina de Propósito Especial, Respuesta a Crisis, Comando Central, dispara a su objetivo con una ametralladora M240B durante una demostración con fuego vivo cerca de At- Guarnición de Tanf, Siria, 7 de septiembre de 2018. Foto del Cuerpo de Marines de EE. UU. por Cpl. Roderick Jacquote.

Con la dirección experta de los controladores de combate de la Fuerza Aérea y otros que solicitan apoyo aéreo y de fuego indirecto, oleadas de cazas F-22, cazas de ataque F-15E, helicópteros de ataque AH-64 Apache, cañoneras AC-130, bombarderos B-52, Los drones MQ-9 Reaper y la artillería pesada de la Marina castigaron implacablemente a la fuerza enemiga.

La fuerza de reacción rápida aceleró hacia la batalla, pero se vio frenada por una miríada de obstáculos, carreteras dañadas y el hecho de que conducía sin luz y confiaba en el equipo de visión nocturna. Mientras el convoy de cuatro vehículos avanzaba lentamente, el poder aéreo estadounidense y la artillería marina atravesaron a los atacantes sirios y rusos como una guadaña a través del heno.

Los F-22 Raptors apoyaron la lucha contra las fuerzas sirias y los mercenarios del Grupo Wagner de Rusia en la Batalla de Khasham. Foto de la Guardia Nacional Aérea de EE. UU. por Tech. sargento Steven Tucker.

“Nunca debimos haber estado allí; nuestro liderazgo se estropeó. Los estadounidenses sabían exactamente dónde estábamos”, dijo el exmercenario ruso y sobreviviente de Khasham Marat Gabidullin a The Guardian en febrero de 2022.

Alrededor de la 1 am, con la artillería y los tanques enemigos finalmente silenciados, el QRF llegó al puesto de avanzada y se unió al tiro al pavo

Luchando desde sus vehículos, los Boinas Verdes y los Marines se enfrentaron a la fuerza enemiga que disminuía rápidamente. Varios infantes de marina enviaron munición muy necesaria a las posiciones defensivas de los comandos mientras los controladores de combate dirigieron una segunda ola de ataques letales desde aviones estadounidenses. Una hora después de la llegada del QRF, los restos de la fuerza atacante huyeron del campo. A su paso yacían entre 200 y 300 combatientes muertos. Dentro del puesto avanzado de JSOC, un combatiente sirio aliado resultó herido y ningún estadounidense resultó herido.


Los helicópteros de ataque AH-64 Apache jugaron un papel clave en la Batalla de Khasham, ayudando a aniquilar una fuerza combinada de cientos de soldados sirios y mercenarios del Grupo Wagner de Rusia.
Foto del ejército estadounidense por el mayor Robert Fellingham.

Después de la matanza, los medios estatales rusos restaron importancia a la batalla. Maria Zakharova, secretaria de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, dijo que solo murieron cinco contratistas rusos. Los informes de grabaciones de audio que supuestamente muestran a rusos describiendo la batalla cuentan una historia muy diferente.

“Para abreviar, nos patearon el trasero”, dice un veterano del Grupo Wagner en una grabación. "Sí, entonces, un jodido escuadrón perdió a 200 personas de inmediato... Otro perdió a 10 personas, y no sé sobre el tercer escuadrón, pero también quedó bastante destrozado... Nos hicieron pedazos".

El apoyo de la artillería marina fue vital para la lucha contra las fuerzas sirias y los mercenarios del Grupo Wagner de Rusia en la Batalla de Khasham. Foto del Cuerpo de Marines de EE.UU. por el sargento. Mateo Callahan.

La desigual victoria estadounidense funcionó como elemento disuasorio un mes después, cuando otro grupo de combatientes sirios y mercenarios rusos comenzaron una concentración similar cerca de las fuerzas estadounidenses a lo largo del Éufrates. Esta vez, cuando Mattis llamó a su homólogo ruso, la fuerza enemiga se dispersó, evitando con éxito un segundo pisotón.

El Grupo Wagner está entrenado en las bases del Ministerio de Defensa ruso, y los líderes del grupo han recibido premios en el Kremlin, pero Rusia minimizó su participación en el enfrentamiento que se conoce como la Batalla de Khasham. Rusia afirmó que el choque fue el resultado de la agresión estadounidense.

La desinformación rusa similar prolifera en la guerra de Ucrania y, al igual que en la Batalla de Khasham, la superioridad numérica de Rusia no se traduce en un éxito táctico. En retrospectiva, tal vez la humillante derrota de Rusia en Siria fue una señal de lo que estaba por venir en Ucrania, donde muchos analistas predijeron que Rusia “aplastaría a las fuerzas militares y de defensa de esa nación.





sábado, 26 de junio de 2021

Malvinas: El combate sobre el río Murrell

Contraemboscada sobre el puente Murrell

Fuente



Puente sobre el río Murrell hoy

La batalla en el Puente Murrell fue una emboscada que tuvo lugar la noche del 6 y 7 de junio por parte de tropas británicas que sorprendió a un grupo de comandos de la 601ª Compañía de Comando. Los argentinos se habían propuesto explorar el puente sobre el río Murrell. El enfrentamiento duró aproximadamente 40 minutos sin registrar bajas, terminando con la retirada de las fuerzas británicas, dejando atrás una enorme cantidad de cartografía; documentos; un comunicador de radio y una bandera del Reino Unido. [2]




Combate del puento Murrell
Parte of sitio a Puerto Argentino
Fecha 6-7 Junio de 1982
Lugar río Murrell, al este de la isla Soledad, Islas Malvinas
Resultado
victoria argentina
Beligerantes
Argentina's flag Argentina Flag of the United Kingdom United Kingdom
Comandantes
Capitán Rubén Teófilo Figueroa Capitán Matthew Selfridge
Unidades militares
Compañía de Comandos 601
Grupo Alacrán
3rd Parachute Battalion
Fuerzas en combate
11 comandos [1]
2 gendarmes
30-40 soldados
Bajas
1 herido Número indeterminado


Introducción

A fines de mayo de 1982, varios paracaidistas del 3er Batallón de Paracaidistas (Compañía D, 3 PARA), comandados por el Capitán Matthew Selfridge y los Ingenieros Paras del Capitán Robbie Burns, fueron transportados a Estancia House para asentarse en el río Murrell. [3]

En contraste, la Compañía Helitransportada B del Mayor Oscar Ramón Jaimet, que tenía patrullas avanzadas alrededor de la cresta de La Silla (La Silla) cerca del Puente Murrell, y el Pelotón de Fusileros del Subteniente Aldo Eugenio Franco, tuvieron un breve intercambio. de fuego con los paracaidistas de Selfridge después de que uno de sus soldados descubriera su presencia. [4]

El 4º pelotón del 3 PARA del teniente Ian Bickerdike estableció una base de patrulla cerca del puente Murrell durante la noche del 3 de junio, pero pronto fueron descubiertos al amanecer por el capitán Carlos Alfredo López Patterson y los hombres del segundo teniente del pelotón de fusileros. Miguel Mosquera Gutiérrez en Dos Hermanas Norte, quien dispersó a los paracaidistas con fuego de ametralladora y apoyo de los morteros del teniente Luis Carlos Martella. [5] Según el cabo Ned Kelly:
El comandante del pelotón estaba a 300 metros del puente, a unos 600 metros detrás de nosotros. Cuando le pedí que nos sacara, se negó, diciendo que el fuego enemigo no era efectivo. Le dije que debería llevar su maldito trasero a nuestro lado del río y probarlo porque nos parecía bastante efectivo. Tenía una patrulla de seguridad a 500 metros de distancia en terreno muerto. Los argentinos comenzaron a golpearlos con morteros, persiguiéndolos hasta nuestras posiciones. Entonces su artillería entró en acción. [6]
Luego de ambas retiradas, los Capitanes Selfridge y Burn marcharon con varios hombres a la zona del río Murrell con el fin de conquistar el área del puente [7], estableciendo las patrullas del Sargento Ian Addle y el Cabo Peter Higgs en el lugar junto con algunos Ingenieros. Paras, quienes fueron reforzados la noche del 6 al 7 de junio por patrullas pertenecientes a Peter Hadden Cabos Mark Brown y Company D. [8]

Para entonces, el mayor Jaimet, jefe de la posición antitanques en el valle entre las montañas Longdon y Dos Hermanas, también había informado de la presencia de tropas enemigas a lo largo del río Murrell. Eso hizo pensar a los jefes de las fuerzas especiales argentinas en Puerto Argentino que había una buena oportunidad para realizar una redada exitosa contra el Puente Murrell.



Ante esto, el Mayor Mario Luis Castagneto, creyendo que el número de paracaidistas era mínimo, envió una patrulla de 11 hombres de la Compañía Comando 601 y dos miembros de la brigada de Gendarmería Nacional, con el fin de realizar una emboscada contra los británicos. [9] Para esta operación se convocó al teniente primero Fernando García Pinasco, quien se encargó de cruzar el río Murrell antes de llegar al puente, para sorprender a los británicos donde menos lo esperaban.


Los comandos Frecha, Elmiger, Anadón, Llanos y Brizuela luego de la contraemboscada en el puente Murrell.

El mayor Ricardo Mario Cordón (segundo jefe del Regimiento de Infantería 4) recibió la orden de apoyo a la fuerza de mando y en la noche del 6 al 7 de junio, el cabo Oscar Nicolás Albornoz Guevara junto con ocho soldados conscriptos (incluido Orlando Héctor Stella, el operador de radio) de la Compañía C en Dos Hermanas, cruzaron el río Murrell y llegaron a la retaguardia de la posición enemiga en el Puente Murrell donde observaron varios vehículos británicos, pero la patrulla argentina pronto fue atacada por el pelotón de morteros 3 PARA. y tuvo que retirarse. [10]

El combate

El operativo se inició la noche del 6 de junio. La primera parte del operativo consistió en tomar al segundo jefe de la Compañía de Mandos 601, Capitán Rubén Teófilo Figueroa, como oficial adjunto del Puesto de Mando de su unidad. Al llegar a los puestos de la Compañía B del Mayor Jaimet, García Pinasco decidió dejar uno de los Land Rover a cargo del Sargento Alarcón Ferreyra para servir como oficial de enlace de la artillería argentina en Puerto Argentino.

Al llegar al puesto de mando entre las montañas Longdon y Dos Hermanas, el mayor Jaimet confirmó que no se había detectado ningún movimiento enemigo sobre el objetivo y que el área parecía despejada. Por eso, quince minutos después retomaron la marcha por un campo minado, guiados por el teniente Marcelo Alejandro Anadón.



Bordearon el río hasta llegar a un recodo que formaba a tres kilómetros de las posiciones argentinas. En ese lugar, el grupo se dividió en dos, una patrulla de exploración integrada por el Teniente Anadón, el Sargento Primero Ramón Vergara y el Sargento José Rubén Guillén, que tendría que cruzar la parte baja del río para continuar el movimiento a lo largo del río. ribera opuesta (poniente) y el grueso de la tropa, que lo haría por la misma ruta, evitando ser un objetivo rentable ante posibles emboscadas. Luego de una hora y media de marcha, el teniente Anadón ordenó un alto porque algo parecía brillar en la distancia. Guillén comentó que podría ser el reflejo de la luna en el agua, por lo que continuaron su marcha. El resplandor en cuestión era el reflejo de la luna en el poncho impermeable de un paracaidista.


Río Murrell cerca de su naciente

Figueroa, por su parte, designó cuatro comandos para cruzar la río y se colocan en el otro lado como un avance, dejando atrás el escalón de asalto y reserva. Cruzó el puente y se quedó con sus hombres detrás de un montículo de piedras que les serviría de protección. Luego regresó y le ordenó a Anadon que se les uniera. El oficial obedeció y seguido por el sargento primero Vergara llegó donde estaba la vanguardia. Por su parte, García Pinasco y el Sargento Guillén, se dirigieron hacia las piedras mencionadas, a la izquierda del puente y desde allí apuntaron con sus rifles, comprobando que era una buena ubicación. Cuando los argentinos menos lo esperaban, comenzó la pelea. En plena oscuridad, los paracaidistas del capitán Matthew Selfridge abrieron fuego desde la elevación rocosa que ocupaban a 70 metros frente al puente, lo que obligó a la gente de García Pinasco a tirarse al suelo y responder. Eran las 6:45 a.m.



Hubo un primer momento de sorpresa pero una vez superado, se generó un violento intercambio de disparos que saturó el lugar de trazadores. El ayudante del sargento Rubén Poggi, García Pinasco y el primer sargento Miguel Ángel Tunini cruzaban el puente a toda velocidad cuando Poggi recibió un disparo en la pierna y resultó herido. Mientras Tunini intentaba ayudarlo, el sargento Guillén disparó con su ametralladora MAG mientras sus compañeros lo hacían desde distintas posiciones. Esto distrajo la atención de los británicos quienes, forzados por la situación, cambiaron la orientación de sus armas tratando de neutralizarla, lo que alivió la situación de los comandos avanzados, que quedaron peligrosamente expuestos, permitiéndoles una mejor cobertura.

Anadón verificó por radio que todo el personal estaba bien y mucho más aliviado, se movió con el Sargento 1er Ramón Vergara hacia otra leve ondulación del terreno, desde donde disparó una granada de rifle PDEF de 40 mm que cayó en medio de la posición principal británica. .



Los comandos argentinos lanzaron el contraataque, primero Figueroa, quien, disparado de adrenalina, inició una carrera sumamente imprudente, sin dejar de disparar, seguido de García Pinasco, Anadón y detrás de ellos, Vergara, Suárez, Quinteros y dos comandos de la Gendarmería Nacional, Asistente. Sargento Natalio Jesús Figueredo y Sargento Miguel Víctor Pepe.

Los comandos se apresuraron hacia las posiciones de ametralladoras enemigas, gritando pidiendo aliento mientras los reclutas del teniente Luis Carlos Martella en Dos Hermanas Norte abrían fuego efectivo con sus morteros contra los paracaidistas que ahora se retiraban. [11] [12] En la corrida, Duckling superó a sus compañeros y fue el primero en llegar a la posición británica para entonces, había sido abandonado.

Según el cabo Mark Hunt:
Vimos bastantes personas en el valle que venían hacia nosotros y las alcanzamos. Tenían un apoyo de fuego masivo con ametralladoras calibre .50 y 7.62 mm y nos hicieron explotar, llovió a balazos y nos obligaron a retroceder. [13]

Tras la retirada de las fuerzas británicas, se constató que habían abandonado mucho equipo: ocho sacos de dormir, igual número de mochilas, dos cascos de acero, una boina con la insignia del 3 Para, una cámara con su medio rollo usado, una radio PRC-351 encendida y una bandera del Reino Unido.

Una vez ocupado el campamento, el teniente Anadón, como oficial de comunicaciones, pasó la frecuencia al suboficial de enlace e hizo lo propio con la capital, estableciendo contacto con el capitán Pablo Llanos. Y fue el propio Llanos quien les informó que minutos antes se había capturado una desesperada solicitud de auxilio, a través de la cual el enemigo solicitó con urgencia la presencia de un helicóptero para evacuarlos.

Los comandos no tardaron en corroborar la información ya que poco después de cortar, vieron una bengala blanca a lo lejos y casi de inmediato un Sea King que aterrizó en el suelo para evacuar inmediatamente a los británicos, pero no ante un miembro de la patrulla de Hadden por error. abrió fuego contra los hombres del sargento Pettinger. [14] Por tal motivo, se decidió cargar el equipo capturado y se retiraron a una distancia de 500 metros, donde encontraron un grupo de rocas que les brindaron refugio seguro.

Tras apostar guardia, García Pinasco, Anadón y Tunini regresaron a la zona de combate para registrar sus alrededores en busca de los heridos y algún otro material abandonado. Pero no encontraron nada, evidencia clara de que el helicóptero enemigo había evacuado a todos los miembros de la patrulla avanzada y que la zona estaba desierta.

El único comando argentino herido fue el sargento asistente Rubén Poggi, quien fue evacuado en motocicleta a la parte trasera donde fue atendido por el capitán médico Pablo Llanos.

La patrulla de comandos argentinos permaneció en su lugar toda la mañana, observando el movimiento enemigo entre las montañas de Kent y Estancia. Los comandos argentinos solicitaron fuego de artillería para vencer las posiciones enemigas y el fuego argentino cayó alrededor del pelotón de Royal Marines del teniente Andy Shaw del 45 Commandos Battalion, quienes fueron enviados a lanzar un todoterreno Land Rover parado en Mount Kent. [15] Los hombres de Teniente Shaw se vieron obligados a abandonar el vehículo cerca de la cima del monte Kent cuando fue atacado por la artillería argentina. [16]

Poco después del anochecer, la Sección de Asalto 3 bajo el mando del capitán Jorge Eduardo Jándula tomó la posición del Puente Murrell y preparó otra emboscada en la noche del 7 al 8 de junio. Durante su estadía allí, los comandos argentinos descubrieron otra posición británica evacuada, que había escapado a la atención de los hombres del capitán Figueroa. [17]

Versión británica

Mientras los británicos avanzaban desde su cabeza de puente en San Carlos, comenzaron a encontrar las defensas argentinas exteriores en las colinas alrededor de Puerto Argentino. El 3 Para tomó una derrota hacia el norte y a fines de mayo había avanzado hacia la casa de Estancia. Desde allí, enviaron patrullas especializadas de la compañía D para explorar las posiciones enemigas en el Monte Longdon, su objetivo esperado en las próximas batallas. Sin embargo, hubo un problema de que el viaje desde Estancia tomaba varias horas cada noche, por lo que se estableció una base de patrullas en Murrel Bridge aproximadamente a la mitad del camino.


Fotos capturadas a los paracaidistas que huyeron del Puente Murrell

En el lado argentino pronto se advirtió que las unidades en las posiciones en las colinas circundantes no estaban capacitadas tanto en entrenamiento como en moral para realizar su propio patrullaje. Por lo tanto, las unidades de comando del ejército, normalmente utilizadas para el reconocimiento profundo, tenían que asumir esta tirada. Pudieron hacerlo con cierto efecto y en las primeras horas del 7 de junio una de esas patrullas se acercaba al puente Murrel.


Equipo capturado a los paracaidistas que huyeron del Puente Murrell

Después de varias noches exitosas en el área, la patrulla del sargento Addle acababa de llegar al acantilado en la orilla occidental del río que habían estado usando como base. Aquí se reunieron con algunos otros miembros de la compañía Patrols y se dispusieron a pasar la noche. En un corto espacio de tiempo, un centinela informó que se movían figuras cerca del puente. Los Paras se abrieron y un confuso tiroteo se desarrolló en la oscuridad con pequeñas armas, ametralladoras y fuego LEY intercambiado. La patrulla del Comando fue muy agresiva y antes del amanecer había obligado a los Paras a retirarse, teniendo que dejar atrás gran parte de su equipo. La noche siguiente, los paras regresaron con mayor fuerza, pero su equipo se había ido. A partir de entonces, las patrullas tuvieron que montarse desde más cerca de sus propias líneas. Freedman en su libro [18] (p. 503) comenta brevemente la escaramuza añadiendo erróneamente la suma de 5 bajas del lado argentina sin bajas propias.

Documental

El 2 de abril de 2017 se estrenó el documental independiente "The Battle of Murrell Bridge", estrenado en conmemoración del Día de los Veteranos y los Caídos en la Guerra de Malvinas. El trabajo se basa en los testimonios de los integrantes de la Compañía de Mandos 601 del Ejército Argentino. [18]


Referencias

  1. Según "Incursiones de los comandos" (Clío, 1983) había 13 comandos argentinos.
  2. [Combates del 4, 5, 6 y 7 de junio | https://www.infanteria.com.ar/combates-del-4-5-6-y-7-de-junio-en-malvinas/]
  3. Cita para el capitán Matthew Selfridge, junio de 1982
  4. Aldo Franco (Mission Malvinas Band of Brothers)
  5. «Habían venido durante la noche, hasta habíamos oído un motor, porque venían en vehículos parecidos a los jeeps ... Habíamos oído el ruido de los motores y no los habíamos podido ver. .... Fue un rechazo total a esa infiltración que fue de doce a quince personas. En realidad, había más porque había muchos con otros vehículos, un poco más atrás. "Así pelearon, Carlos M. Túrolo, p.66, Editorial Sudamericana, 1982
  6. Las cicatrices de la guerra, Hugh McManners, págs. 162-163, HarperCollins, 1993
  7. No llores por mí, sargento mayor, Robert McGowan, Jeremy Hands, Futura, 1997
  8. «El 6 de junio, dos patrullas al mando de los cabo Brown y Haddon se reunieron 200 yardas al norte del puente Murrell y observaron una patrulla enemiga cruzando el horizonte al este del río. Mientras los hombres del 3 PARA observaban, dos tropas enemigas revisaron el puente antes de unirse a las demás. En ese momento las patrullas abrieron fuego, matando a cinco argentinos. Cuando el resto huyó, fueron inmediatamente bajo fuego de mortero y artillería desde una base enemiga en el Monte Tumbledown y se vieron obligados a emprender una rápida retirada, abandonando sus mochilas y radio pero evitando víctimas. El puesto fue registrado dos días después por 3 PARA pero no había rastro del equipo ». Grupo de trabajo, David Reynolds, pág. 179, Sutton, 2002
  9. Según "Incursiones de los comandos" (Clío, 1983) había 13 comandos argentinos.
  10. ¡Volveremos!, Jorge R. Farinella, p. 125, Editorial Rosario, 1984
  11. "Los veteranos de Sunderland Falklands recuerdan la batalla del monte Longdon". Archivado desde el original el 15 de abril de 2017. Consultado el 20 de abril de 2020.
  12. "El jefe de los comandos era el mayor Castagneto, y la compañía era 601. Estos comandos pasaron por nuestra posición, para consultarnos sobre el lugar exacto. Esa noche estuvimos atentos al operativo. Serían las dos o las tres de la tarde. mañana. Mañana cuando vimos que se producía el encuentro. Aunque estaban lejos, tres o cuatro kilómetros, vimos el encuentro, los disparos, el rastro de munición que se ve por la noche ... Entonces comenzamos a apoyar desde nuestro posiciones con ametralladoras antiaéreas y morteros de 81. ... En realidad iban a ese puente sobre un riachuelo que estaba a tres o cuatro kilómetros de nuestra posición ... ”Así lucharon, Carlos M. Túrolo, Editorial Sudamericana , mil novecientos ochenta y dos
  13. «La Guerra de Malvinas: Paracaidista lo suficientemente cerca de las tropas argentinas les oyó hablar antes del ataque». Archivado desde el original el 7 de abril de 2017. Consultado el 20 de abril de 2020.
  14. Estaba patrullando con el cabo Pete Hadden cuando otro grupo de hombres emergió de la penumbra. Se había acordado un pasillo prohibido para evitar incidentes azul sobre azul, pero Terry había llevado al grupo de Hadden a través de él. Al reconocer la patrulla que se acercaba, el sargento John Pettinger le dijo a su equipo que mantuviera el fuego. Pero Terry no fue tan cauteloso y disparó varias rondas de rifle al 'enemigo'. Invasión 1982: La historia de los isleños de las Malvinas, Graham Bound, p. 189, Casemate Publishers, 2007
  15. El Landrover fue finalmente encontrado por 2 Troop y los libros de códigos y las radios fueron recuperados y devueltos debidamente a sus propietarios. Las raciones y la bebida que también encontraron no lo eran. El Landrover estaba salpicado de metralla y había alrededor de 10 agujeros de proyectil en el área circundante, y claramente todavía estaba bajo observación porque la patrulla sufrió un disparo de artillería preciso cuando se retiraron. The Yompers: Con 45 Commando en la Guerra de las Malvinas, Ian Gardiner, Pen & Sword, 2012
  16. El Landrover errante era un vehículo del Escuadrón Aéreo de la Brigada que había sido plantado inadvertidamente en las laderas del monte Kent, a la vista de las posiciones argentinas en Stanley. Los argentinos reaccionaron muy rápido, provocando de inmediato un bombardeo de artillería sobre el vehículo, aunque el helicóptero salió ileso. The Yompers: Con 45 Commando en la Guerra de las Malvinas, Ian Gardiner, Pen & Sword, 2012
  17. Sin más noticias, por la tarde fueron relevados por el tercer tramo comandado por el primer teniente González Deibe, quien estuvo acompañado por el capitán Jándula, para mantener la emboscada. Este último permaneció hasta el día siguiente -martes 8 de junio-, pero con ningún otro hecho que el descubrimiento por el teniente Elmíger de otro puesto de observación construido en la otra orilla del río Murrell, traicionado por los paquetes de alimentos empaquetados existentes ". Comandos en Acción, Isidoro J. Ruiz Moreno, Emecé, 1986
  18. Freedman, L. The Official History of the Falklands Campaign: War and diplomacy, Volumen 2

Bibliografía

Ruiz Moreno, Isidoro (2016). Comandos en acción (2ª edición). Buenos Aires: Claridad. ISBN 978-950-620-312-2.



jueves, 14 de mayo de 2020

Seguridad presidencial: El Equipo de Contraataque del Servicio Secreto de EE. UU.

El Equipo de Contraataque (CAT) del Servicio Secreto de EE. UU.

Por Jackson Robertson || Defensionem




¿Sabía que hay un equipo de élite de operaciones especiales dentro del Servicio Secreto de los Estados Unidos? Muchos de nuestros lectores echaron un vistazo a los detalles de seguridad del presidente mientras el POTUS viajaba, y un lector en particular notó algo que les llamó la atención. No se trataba de los agentes del Servicio Secreto habitualmente vestidos, era un escuadrón de hombres de negro, con equipo táctico pesado, con rifles de Caballeros Armamento SR-16 que sobresalían de los Suburbanos blindados que acompañan a las Limusinas Presidenciales.

Lo que vio sin saberlo fue el Equipo de Contraataque (CAT) del Servicio Secreto para abreviar, y siempre están a un paso de POTUS, ya sea en el aire o en el suelo. Hay una cantidad no revelada de equipos, pero normalmente dos equipos, cinco agentes en cada uno, estarán en la caravana del Presidente en dos Suburbios separados.


Una unidad táctica del Servicio Secreto de los EE. UU. se encuentra en el sótano del Capitolio mientras el presidente Donald Trump se reúne con legisladores republicanos para la revisión de la atención médica, en Washington, el martes 21 de marzo de 2017. Representante Jason Chaffetz, republicano de Utah, presidente de la Cámara El Comité de Supervisión y Reforma del Gobierno ha dicho que se necesitan posibles reformas en el Servicio Secreto después de que un intruso en los terrenos de la Casa Blanca la semana pasada pudo evadir la seguridad durante 16 minutos antes de ser finalmente detenido. (Foto AP / J. Scott Applewhite)

Mientras que los agentes regulares en el servicio saltarán sobre POTUS y se asegurarán de que su cuerpo esté protegido, el único propósito de su operador CAT es atacar y derrotar la amenaza con una potencia de fuego abrumadora. Tienen un entrenamiento similar en comparación con las fuerzas de operaciones especiales de Nivel 2 como los Rangers del Ejército de EE. UU.





Aquí hay un pequeño dato de despedida para que su cerebro muerda, se estima que hay 12 limusinas presidenciales, también conocidas como las "Bestias".

sábado, 9 de mayo de 2020

Malvinas: La emboscada de la CC 601 contra el SAS

Una bala, un rosario y un milagro: la historia de un tucumano en la Guerra de Malvinas

El teniente Jorge Vizoso Posse fue víctima de una emboscada inglesa junto a su compañero, el sargento Mario Antonio Cisnero que terminó muerto tras el impacto de un cohete en su pecho. “Yo no me rendí ante los ingleses”, asegura el mayor que fue condecorado con la Cruz al Heroico Valor en Combate.

El Tucumano



Vizoso Posse (arriba, a la izquierda) y sus camaradas del CC601. Foto Infobae.-


No todos conocen las historias de guerra que los soldados argentinos pasaron entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982, tiempo que duró el conflicto de Malvinas entre Argentina e Inglaterra.

Uno de los grandes protagonistas de esos relatos fue el teniente del Ejército Argentino, Jorge Vizoso Posse -soldado de elite, paracaidista, montañista y buzo- un tucumano que el 24 de mayo, en medio del conflicto bélico, pisó las islas para sumarse a la Compañía de Comandos 602 (CC602), liderada por el mayor Aldo Rico y creada especialmente para repeler, mediante operaciones especiales minuciosamente planificadas, distintos núcleos en la avanzada británica.


El teniente del Ejército Argentino Jorge Vizoso Posse.-

Según relata la periodista Loreley Gaffoglio para Infobae, la compañía, golpeada por numerosas bajas, planificaba el montaje de una emboscada cerca del río Murrell, entre los montes Kent y Dos Hermanas.

Durante dicha tiempo, Vizoso Posse entabló una relación de amistad con el sargento catamarqueño Mario Antonio Cisnero. Apodado El Perro,por la lealtad a su principios y camaradas, era querido y respetado como uno de los cuadros más sobresalientes dentro de la fuerza. Pero también se le encomiaba su conducta moral y solidaria.

Un 10 de junio, bajo el mando de Rico, la patrulla de 18 comandos se dividieron en cuatro grupos estratégicos: apoyo, de asalto, de seguridad y de recibimiento.

En la primera de ella se encontraban Vizoso Posse y Cisnero. Cerca de la 1 de la madrugada, el sargento vio que una patrulla, de unos 8 marines ingleses, había logrado penetrar la zona vigilada por el grupo de apoyo, por lo que abrieron fuego sin dudarlo. La respuesta fue un cohete Law de 66mm que pegó de lleno tórax a Cisnero. La onda expansiva revoleó por el aire a Vizoso Posse y que cayó sobre las rocas a metros de él.

Herido y aturdido, el tucumano logró cerciorarse de que su compañero había muerto. Sin pensarlo se acomodó al lado del cadáver fingiendo estar su muerte ante la inminente llegada de sus agresores extranjeros.

Al llegar al lugar de la explosión, los hombres que servían a la Reina decidieron comprobar que sus enemigos habían muerto rematando los cuerpos. Los disparos en automático de las armas inglesas acribillaron al teniente.

Contrariando la estrategia militar, en vez de continuar a la vanguardia, los enemigos descendieron por el mismo lugar por donde habían venido algo que fue aprovechado por el soldado tucumano que milagrosamente aún respiraba. Aturdido, con alguna dificultad para respirar e incrédulo por estar vivo, Vizoso Posse buscó su fusil y agotó un primer cargador hacia sus verdugos en retirada. Extrajo otro más del chaleco de su compañero caído y también lo vació con furia. Recién en ese instante un hilo de sangre le advirtió que estaba herido.

La contraofensiva permaneció acallada desde aquel sector. Si bien no pudo corroborar con sus ojos la efectividad de sus disparos, por la ausencia de fuego pensó que había acabado, o al menos magullado, a algunos de ellos.

Sin cobertura, aferrado a su Fal, El Yanqui, como le decían sus compañeros, trotó hasta donde estaba su jefe. Le comunicó que su sargento dilecto yacía muerto, que él estaba herido y que debía cambiar de posición.

Tras constatar que sus heridas eran grandes pero no letales, Vizoso Posee volvió al combate, que se extendió unos 30 minutos hasta que cesó la resistencia enemiga. Del pelotón argentino, además del Perro, sucumbió el sargento Ramón Gumersindo Acosta y una esquirla lesionó al gendarme Pablo Daniel Parada, del grupo Alacrán.

La herida y el milagro

Tras caminar seis horas, ya en el hospital de campaña de Puerto Argentino, el médico al desvestirlo halló, enredado entre sus ropas, el rosario que portaba, desprendido de su nuca. Ninguno reparó en ese momento que le faltaba una cuenta.

Al revisarlo, el médico, sin otro instrumental que su mano, le extrajo cerca de la clavícula un proyectil de 2cm de largo. Como la munición era trazante al ingresar por el omóplato derecho fue cauterizando la carne en un recorrido ascendente y oblicuo hasta quedar alojada a la altura del cuello, del lado izquierdo. Fue ahí, cuando al observar el proyectil, el médico habló, literalmente, de un milagro.


La munición había impactado primero en una de las cuentas plásticas del rosario y se mantenía todavía fundida y adosada al acero. Ese obstáculo, a corta distancia, no solo amortiguó el impacto; también ralentizó y desvió el recorrido. El rosario—aseguraron los médicos—le salvó la vida o, al menos, de quedar cuadripléjico.

Vizoso Posse fue evacuado de Malvinas hacia el continente en el último Hércules el 13 de junio, un día antes de la caída de Puerto Argentino. Por eso asegura que él nunca se rindió ante los ingleses.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Guerra de Vietnam: La heroica contraemboscada australiana de Long Tan

Batalla de Long Tan: 1500 guerrilleros de Vietcong y soldados del EVN emboscaron a 108 australianos y perdieron

War History Online


Óleo de Bruce Fletcher en un cuadro llamado "Long Tan Action"


Durante la guerra de Vietnam, 108 soldados australianos se enfrentaron a unos 1.500 a 2.500 fuerzas vietnamitas cerca de la localidad de Long Tan. Cuando la batalla había terminado, los australianos perdieron 18 hombres, mientras que otro 24 resultaron heridos. Los vietnamitas, sin embargo, puede haber sufrido más de 500 bajas.
A pesar de que los australianos ganaron ante las circunstancias, sin embargo, su gobierno era bastante tacaños sobre la entrega de premios.
En 1965, Australia ya tenía una presencia en Vietnam, pero bajo control de Estados Unidos. El 1er Regimiento Real Australiano (RAR) había servido como el 3er Batallón de la 173ª brigada aerotransportada estadounidense, que creó tensiones. Queriendo un mayor control, Australia envía a través de un Grupo de Trabajo el 14 de junio de 1966. Estos se unieron con el 1er RAR después de haber visto la acción en Malaya.


El RAR llegando al aeropuerto Tan Son Nhat en 1966

Un punto importante de discusión fue que los australianos no estaban acostumbrados a la guerra de desgaste que los estadounidenses preferían. La creencia de que las tácticas guerrilleras que habían dominado en las selvas de Malasia serían más eficientes, establecieron la base en la provincia de Phuc Tuy porque era un conocido bastión Viet Cong.
Phuc Tuy también tenía un puerto que les permita enviar tropas dentro y fuera. Y después de un reconocimiento de la zona, se decidió que el terreno sería ideal para los veteranos de la Campaña de Malasia.
El sitio que eligieron fue en Nui Dat, una colina que dominaba el centro de la provincia. Su ubicación asegurado que si el VC quería llegar al resto de la población, lo primero que tendrían que pasar a través de la posición de Australia.


La base australiana en Nui Dat en la Provincia Phuc Tuy

A cargo del Grupo de Trabajo era de brigada David Jackson. Para asegurar su posición y asegurar que conocían al amigo del enemigo, Jackson impuso una zona de exclusión de 4.000 metros alrededor de la base de la línea llamada alfa.
Esto significó la expulsión de todos los locales dentro de la zona de manera que si lo hicieran encuentra algún vietnamita, ellos sabrían que estaban tratando con el VC. Y para asegurarse de que los residentes se quedaron fuera, todos los pueblos dentro de la zona de exclusión fueron destruidos.
Para agosto de 1966, la base era apenas tres meses de edad y todavía no del todo preparado. Sabiendo esto y con la esperanza de desalojar esta base enemiga muy bien situada a VC atacado.


Brigadier Oliver David Jackson

Los australianos habían recogido las transmisiones de radio de VC, pero los barridos de los alrededores encontrado nada. Justo antes de la medianoche del 16 de agosto de Nui Dat fue atacada por fuego de morteros y cañones sin retroceso. Los australianos respondieron con el fuego de la batería. El fuego continuó hasta la mañana siguiente y luego se detuvo.
El lugar donde se había despedido de VC fue descubierto por una barrida de tres empresas. Aunque abandonada, encontraron ropa y manchas de sangre, lo que demuestra que su fuego de respuesta había alcanzado algunos objetivos.



Los australianos, ahora se sienten seguros en su nueva base, voló en una banda de rock en Nui Dat el 18 de agosto a las 11:15 horas del mismo día, la Compañía D salió de la base hacia la plantación de caucho en Long Tan unos 2.500 metros, alcanzando que alrededor de la 1 pm a aliviar la Compañía B. Después de comer juntos, la compañía B regresó a la base, mientras que un pequeño destacamento de la Compañía D abandonó el campamento para patrullar la zona.


Un soldado australiano barrer una plantación de banano en la provincia de Phuc Tuy, tomada en 1966 antes de la Batalla de Long Tan

Se debe entender que el VC son diferentes del Ejército de Vietnam del Norte. Los primeros eran una fuerza guerrillera basada en Vietnam del Sur, que simpatizaban con la causa comunista, muchos de los cuales llevaba la ropa de color negro tradicional de los agricultores. El EVN, sin embargo, eran soldados profesionales vietnamitas del Norte que vestían uniformes de color verde.


A la izquierda están los actores con uniformes del EVN. A la derecha es una representación de un guerrillero del VC en negro.

Alrededor de las 15:40, el desprendimiento se encontró con un grupo de seis a ocho hombres vestidos con uniformes verdes vietnamitas. No vieron los australianos hasta sargento de pelotón Bob Buick disparó, alcanzando a uno. El resto sabiamente dispersa.
Aunque el encuentro se informó a la base, los australianos no se dieron cuenta de inmediato lo que se enfrentaban. Estaban ya no es sólo enfrentan la CV 275. ° Regimiento y del Batallón Provincial móvil D445 del VC, que ahora estaban en contra de al menos un batallón del EVN (a partir de 2015, el gobierno vietnamita sigue siendo reservado sobre los detalles).


 Soldados del VC del Batallón D445

Poco después de reanudar el avance, a las 16:08 del pelotón fue objeto de pequeñas armas de fuego y granadas propulsadas por cohetes desde un flanco después de dibujar delante de los otros pelotones y se aisló. Inmovilizado, que pidió el apoyo de artillería como la lluvia del monzón comenzó, lo que reduce la visibilidad. Comenzando como una batalla encuentro, los intensos combates sobrevino mientras que los batallones del 275a regimiento de avance Vietcong intentaron cercar y destruir a los australianos. Después de menos de 20 minutos a más de un tercio de los 11° Pelotón se había convertido en víctimas, mientras que el comandante del pelotón murió poco después.
Su base respondió en gran medida a bombardear las posiciones de capital de riesgo, pero el apoyo aéreo estaba fuera de la cuestión. Tampoco los que están en Nui Dat quieren hacer un llamamiento a los estadounidenses. Ellos todavía no habían entendido que la VC y NVA estaban empezando a flanquear D Company desde diferentes lados, ya que hizo su camino hacia la base.


El 10° Pelotón se movió hacia arriba a la izquierda en apoyo, pero fue rechazado. Con la Compañía D frente a una fuerza mucho mayor, 12° Pelotón trató de empujar hacia arriba a la derecha a las 17:15. Luchando contra un ataque a su derecho antes de empujar hacia adelante otros 110 km que han sufrido el incremento de víctimas después de enfrentarse con varios grupos que circula por su flanco occidental para formar una línea de corte antes de un asalto frontal.

La apertura de una ruta al 11° Pelotón pero incapaz de avanzar más, echaron humo para marcar su ubicación. Casi sin munición, a las 18:00 dos UH-1B Iroquois desde la escuadrilla número 9 de la RAAF llegó sobrecarga para reabastecer a la Compañía D. Mientras tanto, los supervivientes de 11° Pelotón retiraron al 12° Pelotón durante un período de calma, sufriendo más pérdidas. Estando fuertemente comprometidos, ambos pelotones luego se trasladó de nuevo a la posición de la empresa cubierta por la artillería.


Bell UH-1D Iroquois del Ejército de EE.UU. 

Para las 18:10hs la Compañía D  había reformado, pero todavía estaba en peligro de ser invadido. Una Compañía, 6 RAR fue despachado en 3 vehículos blindados de transporte de tropa M113, de la 1ra escuadrilla de APC para reforzarlos. Mientras tanto, la sede de la Compañía B y un pelotón fueron todavía volver a la base, y también se les ordenó a ayudar. Dejando Nui Dat a las 17:55, los transportistas se movieron al este, cruzando un arroyo hinchada antes de elementos del Batallón D445 que intentan flanquear a la Compañía D y asalto por la parte posterior encuentro. El Vietcong fueron tomados por sorpresa como la caballería chocó contra su flanco y con la oscuridad cayendo rompieron mientras que la Compañía B entró en la posición a las 19:00hs.

Al llegar a un punto crucial, la fuerza de socorro cambió el curso de la batalla. El Viet Cong había estado concentrando para otro asalto que probablemente habría destruido a la Compañía D, sin embargo, la potencia de fuego y movilidad de la armadura rompió su voluntad, obligándolos a retirarse. Seguir más allá de la Compañía D de la fuerza de socorro agredido el Viet Cong, antes de regresar a la posición de la empresa a las 19:10.

La artillería había sido casi constante a lo largo y resultó fundamental para asegurar la supervivencia de la Compañía D. Para las 19:15hs el fuego había cesado y los australianos esperado para otro ataque. Sin embargo, después de que no ocurriera ningún contraataque se disponían a retirarse 800 metros al oeste. Con los muertos y heridos cargado en los portadores de la Compañía D despegó a las 22:45hs, mientras que la B y de la compañía partieron a pie. a continuación, una zona de aterrizaje fue establecido por la caballería con la evacuación de las víctimas, finalmente, terminó después de la medianoche. La formación de una posición defensiva lista para rechazar un ataque esperado permanecieron durante toda la noche, soportando el frío y la lluvia pesada.


Los miembros de la Artillería Real de Nueva Zelanda (RNZA) disparando una obús M2A2

Los australianos vuelve con fuerza al día siguiente, barriendo la zona y la localización de un gran número de Viet Cong muerto. Aunque inicialmente creyendo que habían sufrido una derrota importante, ya que la magnitud de las pérdidas del Vietcong fueron revelados se hizo evidente que habían ganado una victoria significativa. Dos heridos Viet Cong murieron después de que se mudaron a involucrar a los australianos, mientras que otros tres fueron capturados. Los cuerpos de los desaparecidos desde el 11° Pelotón también se localizaron. Dos hombres habían sobrevivido a pesar de sus heridas, después de haber pasado la noche en estrecha proximidad con el Vietcong cuando intentaban evacuar a sus propias bajas.

Debido a la probable presencia de una fuerza considerable cerca de los australianos se mantuvo cauteloso, ya que buscaron el Viet Cong. Durante los próximos dos días que siguieron para limpiar el campo de batalla, dejando al descubierto más muerto mientras lo hacían. Sin embargo, con 1 ATF que carecen de los recursos para ejercer la fuerza de extracción, la operación terminó el 21 de agosto. En gran medida superados en número, pero apoyado por un fuerte fuego de artillería, la Compañía D mantuvo a raya a un asalto de regimiento antes de que una fuerza de apoyo de caballería e infantería abrieron paso a través y obligó al Viet Cong a retirarse.

Dieciocho australianos murieron y 24 resultaron heridos, mientras que el Viet Cong perdió al menos 245 muertos que se encontraron durante los días que siguieron. Una victoria decisiva de Australia, Long Tan resultó un revés local importante para el Viet Cong, indefinidamente previniendo un movimiento inminente contra Nui Dat y establecer el dominio del grupo de trabajo sobre la provincia.

Aunque hubo otros encuentros a gran escala en los últimos años, la 1 ATF no fue desafiado fundamentalmente nuevo.


El Memorial australiano en Long Tan

Por desgracia, Australia utilizó el sistema de honores Imperial, lo que limita el número de medallas que podría dar a conocer. Esta política dio lugar a los veteranos que reciben sólo elogios, o nada en absoluto. Este problema se resolvió finalmente en 2008, un proceso que continuó hasta 2011, cuando 6 RAR recibió una Unit Citation for Gallantry.