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miércoles, 4 de septiembre de 2024

Pistola: Su uso por parte de fuerzas especiales

El uso de pistolas en operaciones de fuerzas especiales: pasado, presente y futuro




1. Introducción

Las pistolas han sido una parte central de los arsenales militares durante siglos, ofreciendo beneficios únicos que otras armas no pueden proporcionar. Las unidades de fuerzas especiales, que realizan misiones no convencionales y de alto riesgo, dependen de las pistolas por su versatilidad, tamaño compacto y utilidad en combates a corta distancia. Con el tiempo, estas armas han evolucionado, volviéndose más avanzadas tecnológicamente e integradas en operaciones especializadas. Este informe examina el uso histórico y moderno de pistolas en las operaciones de fuerzas especiales, su utilidad en diferentes tipos de guerra, misiones significativas donde las pistolas fueron clave, la evolución de los accesorios para pistolas (como los kits de conversión a carabina) y el futuro de las pistolas en las fuerzas especiales.

2. Uso histórico de pistolas en operaciones de fuerzas especiales

2.1 Historia temprana y guerras mundiales

El papel de las pistolas en operaciones militares se remonta a principios del siglo XX, cuando pistolas semiautomáticas como la Colt M1911 se hicieron populares en las fuerzas armadas occidentales. Mientras que armas primarias como rifles y ametralladoras dominaban el campo de batalla, las pistolas ofrecían una ventaja crucial en situaciones específicas, especialmente para oficiales y soldados en espacios confinados.

Durante la Primera Guerra Mundial, surgió la guerra de trincheras, donde los soldados luchaban en entornos estrechos y, a menudo, claustrofóbicos. En estos escenarios de combate cuerpo a cuerpo, los rifles de cañón largo eran incómodos, y las pistolas se volvieron herramientas indispensables. La Colt M1911, con munición .45 ACP, se convirtió en una de las favoritas entre las tropas estadounidenses por su poder de detención. Las pistolas eran especialmente útiles en incursiones a trincheras, donde la movilidad y la rápida reacción eran esenciales para sobrevivir.

Para la Segunda Guerra Mundial, unidades de operaciones especiales como el Special Operations Executive (SOE) británico y la Office of Strategic Services (OSS) estadounidense comenzaron a incorporar pistolas para misiones encubiertas, asesinatos y sabotajes. La pistola Welrod, un arma especializada con silenciador, fue diseñada específicamente para estas operaciones, permitiendo a los operativos eliminar silenciosamente objetivos en entornos de alto riesgo.

2.2 Guerra Fría y el auge de las fuerzas especiales

La Guerra Fría marcó el auge de las unidades de fuerzas especiales dedicadas, como los SEALs de la Marina de los EE.UU., el SAS británico y los Spetsnaz rusos. Estas fuerzas se especializaban en la guerra no convencional, operaciones encubiertas y misiones de contraterrorismo. Las pistolas se preferían por su portabilidad y efectividad en situaciones donde las armas más grandes eran imprácticas. Por ejemplo, el Smith & Wesson Modelo 39 fue utilizado por los SEALs en Vietnam debido a su fiabilidad y facilidad de uso en entornos acuáticos.

3. La utilidad de las pistolas en operaciones de fuerzas especiales

3.1 Combate en espacios cerrados (CQB)

Una de las principales razones por las que las pistolas siguen siendo esenciales en operaciones de fuerzas especiales es su utilidad en combates en espacios cerrados (CQB, por sus siglas en inglés). En espacios confinados como edificios, barcos o aviones, donde la maniobrabilidad es limitada, las pistolas permiten a los operadores enfrentarse a amenazas con rapidez y precisión. Un rifle puede ser demasiado incómodo en espacios reducidos, haciendo que la naturaleza compacta de una pistola sea ideal.

Por ejemplo, durante la Operación Entebbe en 1976, los comandos israelíes utilizaron pistolas para neutralizar a los hostiles dentro del entorno confinado de un avión. En estos enfrentamientos a corta distancia, donde la precisión, velocidad y discreción eran cruciales, las pistolas permitieron una adquisición rápida de objetivos y minimizaron el riesgo de daños colaterales.

3.2 Arma de respaldo y último recurso

En las operaciones de fuerzas especiales, la pistola también sirve como arma de respaldo, funcionando a menudo como último recurso. Si el arma principal de un soldado falla o se queda sin munición, la pistola ofrece una solución de emergencia. Esta redundancia es esencial en operaciones de alto estrés, donde una falla del arma podría significar la diferencia entre la vida y la muerte. La capacidad de cambiar rápidamente a una pistola en situaciones de peligro es una habilidad crítica practicada por las fuerzas especiales.

3.3 Operaciones discretas

Las pistolas también son valiosas para operaciones discretas donde el sigilo es crucial. En rescates de rehenes, misiones encubiertas o vigilancia, las fuerzas especiales requieren armas que puedan ocultarse bajo la ropa o llevarse de manera discreta. El uso de pistolas compactas y con silenciadores permite a los operativos mezclarse con su entorno mientras mantienen capacidades letales si la situación escala.


 

4. Pistolas en la guerra urbana y moderna

4.1 Guerra urbana

En la guerra urbana, que a menudo implica combates intensos en áreas construidas, las pistolas son particularmente efectivas. El combate urbano se caracteriza por su naturaleza caótica, con combatientes enfrentándose frecuentemente a corta distancia en entornos llenos de obstáculos y civiles. En este entorno, las pistolas ofrecen maniobrabilidad y capacidad de desenfunde rápido, lo que es ventajoso para operaciones de limpieza de habitaciones o enfrentamientos rápidos en estructuras complejas de varios niveles.

Durante la Batalla de Faluya en 2004, unidades de marines y del ejército de los EE.UU. enfrentaron un feroz combate urbano, donde pistolas como la Beretta M9 se convirtieron en armas secundarias importantes. Los soldados a menudo tenían que despejar habitaciones, enfrentar insurgentes a corta distancia o defenderse de ataques sorpresa en callejones y edificios, escenarios en los que las pistolas proporcionaban una ventaja táctica.

4.2 Guerra de trincheras moderna y enfrentamientos a corta distancia

Aunque la guerra de trincheras está asociada principalmente con la Primera Guerra Mundial, aspectos de los combates en trincheras han resurgido en conflictos modernos, particularmente en regiones donde los entornos urbanos o el terreno montañoso crean espacios de batalla estrechos y confinados. Las fuerzas especiales modernas a menudo operan en condiciones que se asemejan a la guerra de trincheras, donde el combate cuerpo a cuerpo es frecuente, lo que convierte a las pistolas en una herramienta preferida.

Por ejemplo, las operaciones en Afganistán e Irak vieron a las fuerzas especiales despejando túneles, cuevas y recintos cerrados. La Glock 19, ampliamente adoptada por las fuerzas especiales de los EE.UU., resultó especialmente útil debido a su tamaño compacto, durabilidad y fiabilidad en entornos hostiles.


5. Misiones especiales definidas por el uso de pistolas

Las pistolas han desempeñado papeles clave en varias misiones de operaciones especiales de alto perfil a lo largo de la historia. Dos ejemplos notables incluyen:

  • Operación Lanza de Neptuno (2011): Durante la redada que condujo a la muerte de Osama bin Laden, miembros del SEAL Team Six llevaban pistolas Glock 19 como armas secundarias. Aunque los rifles eran las armas principales, la compacidad y fiabilidad de la Glock 19 la convirtieron en una opción ideal de respaldo durante el enfrentamiento en CQB dentro del complejo.

  • Operación Nimrod (1980): Durante el asedio de la embajada iraní en Londres, miembros del SAS británico utilizaron pistolas, en particular la Browning Hi-Power, durante el asalto a la embajada. La Hi-Power fue elegida por su alta capacidad de cargador, tamaño compacto y adecuación para enfrentamientos a corta distancia. El éxito de la misión demostró la importancia de las pistolas en situaciones rápidas de CQB.


6. El uso de kits de conversión de pistolas: de pistola a carabina

En los últimos años, las fuerzas especiales han adoptado cada vez más los kits de conversión de pistolas, que permiten a los operativos convertir sus pistolas en armas tipo carabina. Estos kits, como el CAA MCK (Micro Conversion Kit) o el FAB Defense KPOS, ofrecen varias ventajas tácticas:

  1. Mayor estabilidad: Al agregar una culata y un agarre, los kits de conversión mejoran la estabilidad de la pistola, permitiendo una mayor precisión durante el fuego rápido.
  2. Mayor alcance: Mientras que una pistola es típicamente efectiva solo a corta distancia, un kit de conversión extiende el alcance, haciendo que la pistola sea más versátil en enfrentamientos más allá de las distancias de CQB.
  3. Personalización modular: Los kits de conversión suelen venir con rieles Picatinny, lo que permite a los operativos montar ópticas, linternas o láseres, transformando una pistola básica en un arma más capaz.

Estos kits de conversión son muy valorados en operaciones especiales donde los operadores pueden necesitar alternar entre un arma secundaria discreta y una más estable y precisa para enfrentamientos a media distancia. La Glock 19 es una base popular para los kits de conversión, ya que su armazón compacto y fiabilidad la hacen adaptable a estas configuraciones.


7. Elecciones actuales de pistolas en fuerzas especiales occidentales

Las fuerzas especiales occidentales suelen depender de algunos modelos de pistolas muy respetados, cada uno con ventajas únicas:

  • Glock 19: Ampliamente utilizada por fuerzas especiales estadounidenses, incluidos los SEALs y Delta Force, la Glock 19 es conocida por su durabilidad, fiabilidad y armazón ligero de polímero. Está recamarada en 9mm, un calibre que equilibra poder de detención con controlabilidad. Su simplicidad en operación y facilidad de mantenimiento la convierten en una favorita.

  • Sig Sauer P320/M17: Seleccionada como la nueva pistola de servicio estándar para las fuerzas armadas de los EE.UU., la P320 ofrece modularidad, permitiendo a los operadores cambiar fácilmente los calibres o configurar el arma para diferentes parámetros de misión. Su diseño con disparador de percutor y la personalización de los tamaños de empuñadura aumentan su atractivo.


  • Heckler & Koch USP Compact: La H&K USP es utilizada por fuerzas especiales como el GSG 9 alemán. Conocida por su ingeniería precisa y silenciador opcional, es ideal tanto para CQB como para misiones más orientadas al sigilo.


  • FN Herstal Five-seveN: Utilizada por algunas fuerzas especiales occidentales, la Five-seveN es notable por estar recamarada en 5.7x28mm, una munición de alta velocidad que puede penetrar armaduras corporales, lo que la convierte en una opción útil contra adversarios equipados con protección pesada.

 

8. El futuro de las pistolas en las operaciones de fuerzas especiales

A medida que la tecnología militar evoluciona, el papel futuro de las pistolas en las operaciones especiales probablemente se centrará en varias áreas clave:

  1. Mayor integración de tecnología de supresión: Las pistolas con silenciadores continuarán desempeñando un papel vital en las operaciones encubiertas, con avances en el diseño de supresores que reducirán aún más el ruido y el fogonazo. Las futuras pistolas podrían incluir supresores integrados para mejorar las capacidades de sigilo.

  2. Mejora en ergonomía y modularidad: Las pistolas del futuro probablemente seguirán la tendencia de modularidad, permitiendo a los operadores personalizar sus armas secundarias para misiones específicas. La capacidad de cambiar rápidamente los calibres, empuñaduras y ópticas hará que las pistolas sean aún más versátiles en las operaciones especiales.

  3. Tecnología de armas inteligentes: Ha habido un creciente interés en la tecnología de armas inteligentes, que puede incluir sistemas de reconocimiento biométrico, como escáneres de huellas dactilares, para garantizar que solo los usuarios autorizados puedan disparar el arma. Aunque aún está en sus primeras etapas, esta tecnología podría mejorar la seguridad operativa al evitar que fuerzas enemigas utilicen pistolas capturadas.

  4. Mayor integración con kits de carabina: Los kits de conversión serán más aerodinámicos, con diseños futuros que se centren en mejorar las capacidades de la pistola sin aumentar significativamente su peso o perfil. Las fuerzas especiales podrían usar kits que ofrezcan transiciones sin interrupciones entre modos de pistola y carabina, permitiendo una mayor flexibilidad en varios escenarios de combate.

  5. Avances en la tecnología de municiones: Los futuros desarrollos en munición, como rondas más ligeras y efectivas, podrían mejorar aún más el poder de detención y la precisión de las pistolas, haciéndolas más viables para roles tradicionalmente reservados para subfusiles o carabinas.

9. Conclusión

Las pistolas han desempeñado durante mucho tiempo un papel esencial en las operaciones de fuerzas especiales, ofreciendo una utilidad incomparable en combates cuerpo a cuerpo, guerra urbana y misiones encubiertas. Desde las trincheras de la Primera Guerra Mundial hasta los campos de batalla modernos en Irak y Afganistán, la pistola ha demostrado su valía una y otra vez. A medida que la tecnología sigue evolucionando, es probable que las pistolas sigan siendo una herramienta crucial en el arsenal de las fuerzas especiales, mejoradas por innovaciones como los kits de conversión a carabina, diseños modulares y tecnologías de armas inteligentes. Ya sea en misiones discretas o en entornos urbanos caóticos, el futuro de las pistolas en las operaciones especiales está asegurado, impulsado por la necesidad de flexibilidad, maniobrabilidad y precisión.







domingo, 12 de abril de 2020

PGM: La idea de las Sturmtruppen (2/2)

La idea de "Stormtroop"

Parte I || Parte II

W&W




La fuerza motivadora más fuerte detrás de la evolución de las tácticas de Stormtroop fue la necesidad de encontrar métodos para romper y atravesar las líneas de trincheras. Nuevos métodos de Stoss o shock ya aparecían en otras unidades, por la misma razón, incluso cuando Kalsow y Rohr hicieron su trabajo. Sin embargo, había otras necesidades y fuentes de inspiración, que parecen haber influido en el desarrollo de las tácticas de asalto de infantería alemanas. Se ha observado, por ejemplo, que los métodos y equipos de las tropas de montaña, o Gebirgsjäger, fueron una influencia significativa tanto en Stormtroops como en el desarrollo de nuevas tácticas en general. Si bien las fuentes alemanas generalmente no son explícitas con respecto a los primeros vínculos, ciertamente hubo paralelismos, como por ejemplo en la vestimenta, y la necesidad de que las tropas de montaña, frecuentemente aisladas en terrenos inhóspitos, actúen por iniciativa local. El Batallón de Schneeschuh bávaro n. ° 1 del mayor Alfred Steinitzer se incorporó oficialmente a principios de noviembre de 1914, y es interesante observar que en una etapa temprana, las compañías de montaña incorporaron pelotones de rifles y ametralladoras, integrando así diferentes armas en un nivel de organización más bajo de lo que era habitual en la línea de infantería. El terreno montañoso, que con frecuencia obligaba a avanzar a través de pasos o a lo largo de pistas de esquí, fue indudablemente instrumental en causar un desarrollo táctico en profundidad y en alentar el uso de grupos pequeños, en lugar de respaldar los viejos patrones lineales en los que la infantería estaba acostumbrada a luchar.

En cualquier caso, también se formaron unidades de artillería y morteros de montaña, y en mayo de 1915 se fundó el Alpenkorps. Curiosamente, esto se desplegaría no solo en las altas montañas de Italia y los Cárpatos, sino en Verdun, en Picardía y en Argonne, lo que sugiere una competencia general como tropas de asalto, así como en su papel de especialistas. Como observó la inteligencia estadounidense al final de la guerra, "el Cuerpo Alpino fue considerado una de las mejores unidades alemanas". La 200ª División, formada esencialmente por Jäger y tropas entrenadas en esquí en 1916, se fundió en el mismo molde. Mientras que los bávaros se volcaron en el Gebirgsjäger, el papel de los Wurttemberger no fue despreciable e inmortalizado para la posteridad en los escritos de Erwin Rommel. El Batallón de Montaña de Wurttemberg bajo el mando del Mayor Sprosser se crió en Munsingen en octubre de 1915, y desde el principio incluyó seis compañías y seis pelotones de ametralladoras de montaña. Curiosamente, incluso su primer despliegue en los Altos Vosgos fue en un terreno donde no fue posible manejar una línea de trinchera continua sino que necesitó una serie de puntos fuertes con "defensa integral". Posteriormente, una buena parte del trabajo del batallón en Italia y Rumania incluyó acciones y ataques a nivel de pelotón en los que los Wurttemberger pudieron pasar a través de posiciones enemigas antes de atacar los flancos y las zonas traseras. Por lo tanto, tenían una relevancia general para la formulación de ideas de "infiltración". Si bien muchas de las últimas batallas de montaña del batallón tuvieron lugar en 1917 y fueron solo una de varias fuentes de inspiración para aquellos que compilaron doctrina táctica en los últimos dos años de la guerra, su impacto en las técnicas posteriores del mismo Rommel es indiscutible.

Las redadas fueron igualmente un importante campo de pruebas para tácticas inusuales. Gudmundsson nos ha ofrecido dos excelentes ejemplos de incursiones alemanas que utilizan métodos innovadores, y fueron ilustrativos de las mejoras en tácticas menores y la coordinación de la infantería con otras armas. En julio de 1916, el 229º Regimiento de Infantería de Reserva montó la incursión de Wilhelm contra el enemigo al suroeste de Lille. Curiosamente, la orden de lanzar el ataque, una carta de una sola página, surgió del comandante general de la 50 División de Reserva, pero no especificó un objetivo exacto. La planificación detallada se dejó al regimiento, que también coordinó las actividades de apoyo a la artillería y las unidades pioneras. Cuatro oficiales, doce suboficiales y 48 hombres formaron la fuerza de ataque propiamente dicha, con un grupo adicional en reserva. Este personal se había reunido previamente para servir como un "destacamento de asalto" de regimiento ad hoc, y se reunieron nuevamente para misiones de asalto. Las preguntas de detalle, incluidas las armas y municiones que se llevarán, fueron transferidas al comandante del destacamento, Leutnant von Werner. El componente de artillería incluiría no solo morteros, sino diez baterías de artillería ligera y pesada, primero para preparar el terreno, luego formar una "barrera de caja" alrededor del área objetivo. Curiosamente, la incursión alemana coincidió con la ejecución de una incursión por parte de neozelandeses cercanos, y esto casi condujo al abandono de Wilhelm. El 229 siguió adelante, con la esperanza de aprovechar la situación confusa, pero encontró a los defensores resueltos y una parte de los atacantes demostró ser completamente incapaz de ingresar a la línea del neozelandés. Los alemanes perdieron cuatro muertos, dos desaparecidos y catorce heridos, contra los cuales capturaron a dos, mataron a uno e hirieron a tres de la oposición, mientras que un neozelandés desapareció.

En la incursión de Jacobsbrunnen de noviembre de 1917, la séptima Landwehr bávara se enfrentó a las tropas estadounidenses recién comprometidas en un sector tranquilo de Lorena. Esta vez hubo incluso más apoyo de artillería, de no menos de 17 baterías, y los asaltantes sumaron más de 200 tropas, extraídas no solo de la Landwehr bávara, sino también de otros elementos de apoyo, incluida la unidad de asalto divisional. Cortas salvaciones de fuego de artillería cubrieron el movimiento hacia adelante en la oscuridad, y luego los Pioneros rompieron la zona de obstáculos con torpedos en Bangalore. Los asaltantes irrumpieron en las trincheras enemigas, bombardeando y luchando, matando a varios estadounidenses y capturando a once a cambio de pérdidas relativamente modestas.

Sin embargo, estos eran solo dos de literalmente cientos de misiones montadas y, de hecho, eran ensayos relativamente tardíos en un arte que ahora ya estaba prácticamente perfeccionado. Podría decirse que la influencia del desarrollo de las incursiones se remonta mucho más atrás. En muchos casos, había poco para distinguir las primeras 'incursiones' de las 'patrullas' que parecían más inocuas, y ambas habían comenzado antes de fines de 1914. Muchas de las primeras misiones fueron asuntos relativamente crudos, y a menudo estaban en un pequeño escala, montada para objetivos limitados, tal vez para ser una 'molestia' para un enemigo ya nervioso, o para determinar su fuerza y ​​disposición. Un Tommy británico más tarde habló del miedo, al principio de la guerra, a los hombres del saco alemanes, sueltos a altas horas de la noche, con enormes 'porras' (trincheras) que intentarían golpear la cabeza de una víctima antes de sacarlo de la trinchera. . En el sentido más rudo, tales emprendimientos fueron ciertamente experimentales. Solo uno de estos pequeños y potencialmente letales enfrentamientos nocturnos fue montado por un pequeño grupo extraído del 36º Regimiento Fusilier contra los franceses, en el verano de 1915, y luego fue registrado de primera mano por su comandante Leutnant:
Llovió en torrentes toda la noche. Mejor clima de patrulla que uno no podría haber esperado. A las tres de la mañana me despertó el Unteroffizer del reloj. A las 3.30 estábamos en camino. Todo había sido preparado el día anterior. Cada uno de nosotros había visto el terreno a través de los binoculares. Éramos siete en total, yo mismo, un Vizfeldwebel, un Unteroffizier y cuatro hombres. Queríamos penetrar una savia al amanecer, cortar un poste, o al menos determinar el número del regimiento cavado en el lado opuesto. Exactamente a las 3.30 dejamos nuestras trincheras. Todos los hombres ya habían revisado su pistola y granadas de mano ... Pitch black. 300 metros para ir a la savia. Atravesando cuidadosamente nuestro propio enredo, escuchamos por un momento: por otro lado, todo está en silencio, sin disparos de fusil, solo de vez en cuando, más lejos, la extraña llamarada de la pistola Very. Los franceses no sospecharon nada, ya que llegamos en una noche tan mala, aunque nuestras frecuentes patrullas deberían haberlos hecho vigilantes. Así que paso a paso hacia adelante. Fusilier "F" y yo al frente, izquierda y derecha un hombre como protección, el resto firmemente detrás. Sintiendo el camino de un agujero de caparazón a otro, a través de grandes cráteres de bombas y trepando por árboles derribados por disparos, tratando ansiosamente de evitar cualquier grieta en la madera debajo de los pies. De vez en cuando nos acostamos por un momento y tensamos nuestros oídos. De repente, a nuestro frente derecho, una llamarada sube. Nos acostamos fijos en el lugar. ¿Somos notados? - Todo se queda tranquilo. La lluvia continúa sin cesar. Nuestra suerte 4.45 nos encuentra por la savia. Se vuelve gradualmente más ligero. Con uno de los hombres me acerqué con cautela. Nada se agitó. La savia está desocupada. ¿Pero por qué nadie vino a la savia? Después del descubrimiento de nuestra última patrulla, los franceses habían construido un muro de "jinetes españoles" [obstáculos de madera con púas] y alambre de púas sobre la savia. Con nuestro único par de cortadores de alambre no pudimos hacer mucho. Pero no queríamos habernos empapado por nada ...

Así fue, por susurros y señales, los siete asaltantes desplegados en una emboscada, agarrando sus pistolas y dagas. En poco tiempo, se escucharon pasos y un oficial enemigo con kepi y gabardina gris bajó la trinchera. El oficial alemán saltó a la trinchera para agarrar al desafortunado por el cuello y presionar su daga contra su pecho, pero el enemigo luchó, luchando con él en la humedad. Otro alemán intentó asegurarlo, pero en los frenos, tanto el arnés como la daga cayeron al barro en el piso de la trinchera, y los gritos del oficial francés atrajeron a sus hombres corriendo:

Entonces claramente vi en el cuello del abrigo el número 102, blanco sobre negro. Ya habían llegado algunos franceses; el primero sin casco, medio vestido, dispara sin apuntar ... con todas mis fuerzas golpeé a mi francés en la cara y me dejó ir.

Así terminó esta "incursión" con los fusileros volviendo a la oscuridad, con dos datos: que la savia estaba bloqueada y que el regimiento francés era el número 102.
Para ser valiosas herramientas de aprendizaje para los nuevos métodos tácticos menores, las recolecciones de las incursiones tuvieron que ser examinadas, destiladas y circuladas. Probablemente una incursión más que cualquier otra cumplió este propósito, y, notablemente, la documentación de su planificación, ejecución y resultados no solo se preparó para los ojos alemanes, sino que rápidamente cayó en manos de los Aliados, de modo que en cuatro meses el enemigo también había aprendido muchos de sus lecciones Esta incursión fue el ataque del 11 de abril de 1916 contra "el Spion" cerca de La Boiselle, montado por un destacamento de cincuenta hombres del 110º Regimiento de Infantería de Reserva y cuatro pioneros, los atacantes comandados por Hauptmann Wagener. De estos, aproximadamente dos tercios debían escalar del Blaue Stellung para arrastrarse sobre el enemigo, mientras que el resto formaba un grupo de apoyo. La clave del éxito de la misión era ser un ataque de distracción y la estrecha cooperación de ametralladoras y artillería, como explicaba el documento de planificación, escrito por el propio Wagener:

Durante 25 minutos antes del comienzo de la incursión, la artillería se preparará para el asalto bombardeando las trincheras del enemigo entre Besenhecke y Windmühle, y también el Weisse Steinmauer. Durante el ataque, la artillería controlará con su fuego todas las trincheras enemigas que puedan ser una fuente de peligro para la compañía. Con el fin de alejar el fuego de la artillería enemiga del lugar donde se realizará la incursión, se iniciará un ligero ataque contra la posición del enemigo justo al norte del cementerio de la Boiselle 15 minutos antes de que la artillería abra fuego. Para que el registro del objetivo por parte de la artillería pesada y Minenwerfer no sea aparente, en la mañana del día anterior a la incursión ... se llevará a cabo un ligero bombardeo de los sectores objetivo 76 a 79, combinado con una explosión de mina, con el objeto de engañar al enemigo ... El oficial de ametralladoras arreglará que, durante todo el tiempo de la incursión, las trincheras traseras del enemigo en los sectores objetivo 76 a 81 se mantengan bajo un fuego constante, con el fin de causarle toda la pérdida posible.

Otros trabajos de mortero y artillería incluyeron un extenso corte de alambre y un mortero pesado de Albrecht disparando contra las trincheras enemigas cercanas.

Los asaltantes debían ir "en orden de ataque sin abrigo o gorro, cinturones para usar sin bolsas, máscaras de gas para colgar y meter en la túnica". De aquellos para penetrar las defensas enemigas, la mitad estaría armada con pistolas, la otra mitad con rifles. Esos "apoyadores" llevarían principalmente rifles, y todas las partes llevarían granadas. Quizás temeroso de sufrir fuego amigo, el equipo de Wagener sería identificado por un "triángulo de lino blanco cosido en el pecho y la espalda". Su objetivo clave era tomar tantos prisioneros como fuera posible, y tantos rifles, ametralladoras, paquetes, etc. como pudieran ser transportados. Por orden de Leutnant Stradtmann, o la señal de "carga" de un clarín guardado por el Capitán para ese propósito, el grupo de asalto debía retirarse al refugio desde donde comenzaron. Con prudencia, Wagener pidió al ayudante del cirujano Wisser que establezca un vestidor cerca del punto de partida.



A pesar de las circunstancias adversas, incluida la resistencia enérgica y el gas flotante que causó problemas a los atacantes, la incursión fue un gran éxito. Después de los bombardeos y las distracciones, el grupo de Tte. Stradtmann fue primero en las trincheras británicas y rápidamente aseguró a tres prisioneros. Junto a los demás, vencieron a un pequeño grupo de enemigos, a pesar de que estaban armados con "granadas de mano y rifles con bayonetas fijas". Luego encontraron un emplazamiento de ametralladora dañado donde el reservista Nadolny intentó desenterrar el arma. Mientras tanto, unas pocas tropas enemigas suben por una trinchera de comunicación, pero fueron alejadas por tres alemanes. Más adelante en la trinchera, se encontraron enemigos muertos en una caseta, pero la patrulla de Dumas fue atacada por tropas británicas que los enfrentaron en un combate cuerpo a cuerpo con rifles, granadas y pistolas, pero el enemigo fue visto o capturado. A medida que parecía desarrollarse una pelea a la izquierda, algunos refuerzos y el ayudante del regimiento, que usaba un aparato de respiración completa, entraron en la refriega. A la derecha, a la patrulla de Freund le fue bien, capturando a algunos británicos más y bayoneando a otros: "Algunos ingleses intentaron escapar, pero fueron abatidos a tiros". Otros se toparon con el aluvión de cajas alrededor del sector objetivo y se vieron obligados a regresar a los asaltantes. Todo el grupo regresó a las líneas alemanas a aproximadamente veinte minutos de haberlo dejado. El recuento final del enemigo capturado incluyó 24 "ingleses" en forma y cinco heridos, principalmente de los Royal Irish Rifles, y una selección de equipos. Obviamente, muchos otros fueron asesinados, mientras que los alemanes tuvieron algunas heridas leves, la peor de las cuales fue un hombre que se cortó la frente con un fragmento de granada que pudo unirse inmediatamente a su unidad después del tratamiento.

La acción formó la base de no menos de tres informes en varios niveles. Se extrajeron varias conclusiones significativas, incluido el valor del gas como molestia y distracción, aunque se observó la dificultad, si no la imposibilidad, de realizar una incursión completa en las máscaras de gas. El bombardeo previo también se consideró extremadamente útil, no porque tuviera alguna posibilidad de aniquilar al enemigo, sino porque tendía a causar que el enemigo se extendiera en 'grupos aislados' cuya moral sufriría aún más si alguno de sus números fuera asesinado o herido . En el caso de la incursión de Spion, se observó que las baterías y morteros de apoyo dispararon alrededor de 6,000 disparos, que van desde pequeños disparos de cañones de campo hasta proyectiles de 21 cm. Si bien los informes sobre la planificación y la acción constituyeron una plantilla útil para nuevas redadas, la ampliación de la distribución no hizo nada por mantener el secreto. El propio Wagener parece haber distribuido cuarenta copias de uno de sus informes, y en unas pocas semanas los británicos no solo habían traducido las palabras de Wagener, sino también una copia del plan de incendios y las 'deducciones': prácticamente todo se estaba estudiando al otro lado de la línea para agosto de 1916. Podría decirse que ambas partes habían aprendido de esta incursión modelo, y los autores alemanes habían ganado, en el mejor de los casos, cuatro meses de avance en la digestión de las lecciones. También era cierto que los canadienses ya estaban utilizando muchos métodos similares, y la información sobre estos ya se había distribuido a las formaciones británicas y otras formaciones del Imperio antes de esta fecha. Como en muchos campos, el avance táctico fue incremental, y aprender de la oposición fue crucial.

No se puede dudar de que la noción misma de Stormtrooper tenía un valor propagandístico: un poder para generar incertidumbre en los corazones del enemigo y dar un impulso a los que luchan a su lado. Sin embargo, la celebridad de unos pocos podría ser un arma de doble filo, como lo registró el oficial médico alemán Stefan Westmann:

Los hombres de los batallones de tormenta fueron tratados como estrellas de fútbol. Vivían en cuartos cómodos, viajaban al 'campo de juego' en los autobuses, hacían su trabajo y desaparecían de nuevo, y dejaban a los pobres sloggers de pie para cavar, lidiar con los contraataques y soportar el fuego de artillería vengativo del enemigo. Estaban tan bien entrenados y habían desarrollado un estándar tan alto de trabajo en equipo ... Se movían como serpientes sobre el suelo, camuflados y haciendo uso de todo tipo de cobertura, de modo que no ofrecían ningún objetivo para el fuego de artillería.

Se ha dicho que las unidades Stormtroop sufrieron bajas desproporcionadamente altas, debido a la dificultad de las tareas que se les asignaron y la determinación decidida con la que se llevaron a cabo. Por el contrario, se ha sugerido que las unidades Stormtroop en realidad sufrieron bajas bajas debido a sus nuevas tácticas, y porque fueron especialmente elegidos como hombres aptos que fueron retirados entre operaciones. Curiosamente, ambas afirmaciones pueden ser correctas, con grandes bajas por períodos limitados que se compensan por períodos de entrenamiento. La información estadística disponible en este momento parece no concluyente. Se sabe que el batallón de Rohr, numerado 5to "Sturmbataillon real prusiano", después de que se unió al 5º Ejército, sufrió 621 muertes durante el período de su existencia. No se conocen todas las fechas de muerte, pero 74 murieron en 1915, 156 en 1916, 118 en 1917, y 1918 fue fácilmente el peor año, con 187 o más muertes. El miembro más antiguo en morir fue Hauptmann Siegfried Hoffmann, de la primera Sturmkompagnie, el 30 de marzo de 1918, uno de los veinte oficiales asesinados o que habían muerto con el batallón. Curiosamente, ocho de los comandos de Rohr murieron en accidentes, y de estos, seis (aproximadamente el uno por ciento de todas las muertes) ocurrieron en el Übungsplatz, o campo de entrenamiento. Esto y el hecho de que uno de ellos, el Leutnant Heinrich Hermanns, era incluso un oficial, dice mucho sobre el entrenamiento riguroso y el uso de municiones vivas.
Dado que las diferentes unidades tenían un servicio muy diferente, las comparaciones exactas son difíciles, pero sabemos que muchos batallones de infantería alemanes sufrieron más de mil muertes durante la guerra. El Regimiento de Granaderos Colbergsches Nº 9, por ejemplo, perdió 454 oficiales y 4660 hombres, lo que sugiere que cada uno de sus tres batallones tuvo más de 1200 muertes. Dos mayores fueron asesinados con el regimiento. El regimiento de infantería de Bremen Nr 75, de manera similar, tenía más de 1000 muertos por batallón, y esto probablemente no era atípico. En el otro lado de la línea, el 2. ° Batallón de los Manchesters, con un largo servicio en el frente occidental, tenía 1.165 muertos de guerra comparables. Quizás sorprendentemente, el 11º Batallón del Regimiento de East Lancashire (o 'Accrington Pals'), una unidad a menudo considerada como particularmente inexperta, y que fue 'asesinada' el primer día del Somme, tuvo 729 muertos o desaparecidos durante la duración de la guerra, de los cuales 24 eran oficiales. Además, algunos de los "desaparecidos" aparecieron en campos de prisioneros de guerra alemanes, y uno o dos, incluido un oficial, murieron en cautiverio alemán.

Otro estereotipo que puede requerir un desafío es que después de la elevación inicial del primer Sturmbataillon, todas las tropas de tormenta o choque eran hombres jóvenes y en forma. Una vez más, las cifras que tenemos no son más que fragmentarias, pero lo que sabemos muestra que, incluso si esto fuera generalmente cierto, hubo excepciones definitivas a la regla. Sturmtruppe Picht, que luchó en Rumania a fines de octubre y principios de noviembre de 1916, sufrió 95 bajas, de todas las descripciones, incluyendo "heridos leves". De estos 95 hombres, no menos del 44% tenían más de 25 años, y el 15% tenían más de 30. En Sturmkompanie 4, varios hombres eran ciertamente veteranos, por decirlo amablemente. El otro rango de Landsturm, Adolf Ruhr, tenía casi 41 años cuando fue golpeado; Feldwebel Waldemar Verch tuvo la mala suerte de ser herido en su 40 cumpleaños. Otro hombre, Albert Broze, tenía 39 años. También vale la pena observar que, en términos generales, las tropas 'veteranas' tenían menos probabilidades de resultar heridas que los novatos novatos, por lo que es probable que en lugar de ser los miembros más antiguos de la unidad, las víctimas eran, en promedio, más jóvenes.

También se da el caso de que los esfuerzos de los batallones Stormtroop como innovadores y entrenadores no se llevaron a cabo de forma aislada. El entrenamiento en armas especializadas continuó en otros lugares, al igual que las escuelas de oficiales, cuyos programas de estudio enfatizaron liderar bajo las nuevas condiciones de guerra. También debe recordarse que la Guardia Prusiana tenía una unidad Lehr, o de instrucción, incluso antes del comienzo de la guerra. El entrenamiento intensivo de los comandantes de la compañía y del batallón comenzó en octubre de 1916, y se establecieron cursos de "liderazgo" para más oficiales de alto rango dentro de los Grupos del Ejército del Príncipe Rupprecht y el Príncipe Heredero. En el invierno de 1917 a 1918 finalmente hubo la oportunidad de dar a los grandes cuerpos de hombres entrenamiento adicional en nuevos métodos tácticos, a medida que los rusos colapsaron y las divisiones fueron transferidas a Occidente. Este esfuerzo masivo fue un éxito parcial como lo demostrarían los primeros avances, y las cuentas personales de algunas divisiones muestran un régimen de entrenamiento muy completo. La 1ª División Bávara, por ejemplo, pasó enero de 1918 entrenando en el Champagne. Luego se trasladaron al Decimoctavo Ejército en Vervins, donde se les enseñó o se les actualizó en disciplina, avance, habilidades de terreno y ametralladoras. Después de esto, hubo ejercicios que incluían asuntos tan avanzados como trabajar con otras divisiones y maniobrar con tanques y aviones.

Esta era una práctica modelo, pero muy lejos de todo el ejército alemán sería "Stormtroop entrenado" y capaz de acción ofensiva. Un gran número de hombres eran demasiado viejos para estar realmente en forma, algunos de los Landsturm, por ejemplo, tenían más de cincuenta años, y algunos nuevos reclutas simplemente habían captado los rudimentos. Algunos hombres útiles fueron debilitados por heridas o gases. El suministro de nuevos equipos no era inagotable. El resultado fue una clasificación de diferentes divisiones en cuanto a su idoneidad para la acción ofensiva, y aunque algunos eran Angriff ("ataque" o "asalto"), otros eran simplemente Stellungs, tropas capaces de mantener una posición. En el mejor de los casos, el trabajo de los "depósitos de reclutas" justo detrás de la línea y el de los batallones Storm estaba incompleto. Después de haber pasado parte de 1917 entrenando a otras tropas, especialmente a los equipos de baterías de armas de infantería, el propio batallón de Rohr se comprometió nuevamente a la refriega en las grandes ofensivas de principios de 1918. Luchó primero como dos medio batallones, y luego como una sola unidad, antes de regresar para entrenar nuevamente y trabajar con la caballería de la Guardia y las unidades austriacas. Finalmente, y quizás de manera adecuada, el último deber de Sturmbataillone Rohr era actuar como la unidad de la Guardia del Cuartel General del Ejército, probablemente considerado ahora como el batallón más confiable del ejército alemán.

miércoles, 26 de febrero de 2020

PGM: La idea de los Sturmtruppen (1/2)

La idea de "Stormtroop" 

Parte I || Parte II
W&W





El Coronel Max Bauer estableció tres Versuchstruppen especiales a instancias del Estado Mayor a principios de 1915. Estas unidades experimentales debían probar morteros de trinchera, lanzallamas y pequeños 'cañones de asalto' respectivamente, su última razón de ser consistía en extenderse el conocimiento así adquirido en todo el ejército. La actividad de estas unidades "pioneras" podría incluso conducir finalmente al descubrimiento de nuevos métodos para crear espacios en las líneas de trincheras enemigas lo suficientemente grandes como para que las unidades convencionales puedan atravesarlas, lo que llevaría a la reanudación de la guerra de maniobras. Si bien las unidades de prueba de morteros y llamas de trincheras en general fueron rentables, y de hecho condujeron a la adopción de nuevos equipos y tácticas, es la unidad Sturmkanonen comandada por el comandante Kalsow, fundada por orden del 2 de marzo de 1915, la que ha llegado a ser considerado como el antepasado de todas las unidades 'Stormtroop'.

El grado en que existe una conexión directa y necesaria, o incluso un linaje genuino, es discutible, dada la medida en que las tácticas de Stoss ya estaban comenzando a imitarse en otros lugares, como por ejemplo en el despliegue general de 'escuadrones de granadas de mano' . También debe recordarse que al menos algunas otras formaciones, como el Garde Schutzen Bataillon, formaron sus propias "compañías de asalto" aproximadamente al mismo tiempo que las unidades experimentales oficiales, y probablemente independientemente de las órdenes de los niveles más altos. Algunos de estos fueron utilizados como grupos de asalto, actuando en formaciones de su propio diseño o como colecciones sueltas de individuos. Ciertamente, hubo un cierto grado de mitologización de la ascendencia del Stormtrooper, que fue alentado durante el período de entreguerras por una variedad de publicaciones. Estas obras incluyeron el propio libro de Bauer, Der Grosse Krieg, una serie de historias de unidades, un artículo de enciclopedia respetado y muy copiado del mayor Berktau, y una tesis doctoral de Gruss titulada Aufbau und Verwendung der Deutschen Sturmbataillone en Weltkrieg ('Establecimiento y uso del Batallones de tormentas alemanes en la guerra mundial '). Sin embargo, lo que hicieron las tropas experimentales fue reunir una gama de ideas y equipos dispares y, de la manera más válida e inmediata posible, someterlos a la prueba de la guerra. También fueron el mecanismo mediante el cual el Estado Mayor generó un modelo estándar y analizó sistemáticamente los resultados. Al menos hasta este punto, la historia de Kalsow, Rohr y sus hombres es muy significativa y vale la pena repetir.

La primera tarea de Kalsow fue reunir una sección de la sede, dos compañías de ingenieros y un destacamento de veinte cañones ligeros de 3,7 cm desarrollados recientemente por la firma Krupp. Las tropas no provenían de formaciones de élite, sino predominantemente de Ersatz, o unidades complementarias. El siguiente trabajo era practicar ataques contra líneas de trincheras falsas. Durante la primavera de 1915, este trabajo se llevó a cabo en campos de artillería muy alejados de la línea del frente cerca de Colonia, pero en mayo parecía haber formulado un conjunto práctico de tácticas. Después de un bombardeo tradicional que cubría la artillería, los ingenieros enviaban a las partes protegidas por escudos blindados para preparar el camino para las pequeñas armas. El Krupp Sturmkanonen sería empujado hacia arriba, quizás a una distancia de cincuenta a setenta y cinco metros, para enfrentarse a cualquier ametralladora o nido de resistencia que no hubiera sido tocado por el bombardeo preparatorio. Habiendo neutralizado la resistencia enemiga, el resto del Sturmabteilung avanzaría, bombardeando y abriéndose paso a través de cualquier oposición restante.

Kalsow se comprometió a poner en acción lo que ahora se conocía como Sturmabteilung en el frente occidental en junio. Los resultados fueron decepcionantes, y dos factores parecen haber frustrado lo que de otro modo podría haber sido un experimento altamente rentable. El primero fue que un proyectil de 3,7 cm era realmente demasiado ligero para lidiar con las fortificaciones de trincheras, y aunque su efecto era limitado, las armas fueron traicionadas por un gran destello de boca. La segunda razón para la falta de éxito fue que, en lugar de detener al Sturmabteilung en una zona trasera hasta que se manifestara la posibilidad de un golpe decisivo, los hombres y las armas de Kalsow se comprometieron prematuramente a la línea. Las pérdidas fueron alarmantemente altas: de una unidad de solo 649 soldados, 184 hombres se convirtieron en víctimas y seis armas se perdieron solo en las primeras dos semanas. Estos hombres entrenados resultaron difíciles de reemplazar rápidamente, con el resultado de que Sturmabteilung Kalsow estuvo fuera de acción por algún tiempo.




La reacción de Bauer fue implacable, y en sus memorias describiría al desafortunado Kalsow como "un ingeniero que consideraba a sus tropas como tales". El 8 de septiembre de 1915, Kalsow fue reemplazado por Hauptmann Wilhelm Rohr, un agresivo y "destacado" oficial de 38 años. Rohr había servido previamente como comandante de la compañía con el Garde Schutzen y ya tenía un historial de acciones ofensivas innovadoras al frente de las tropas de choque; Además, tenía nuevas "ideas tácticas y técnicas". Bauer fue muy claro desde el principio que consideraba la formación como una "Lehrtrupp" (una unidad de "aprendizaje" o "enseñanza") que "recibiría y probaría" nuevo "Kampfmittel" (equipo de batalla). Rohr fue ciertamente favorecido desde lo alto, ya que su unidad fue descrita como la "Lieblingstruppe" del Príncipe Heredero, o unidad favorita. Se proporcionaría una demostración práctica de esto al año siguiente cuando Hindenburg y Ludendorff visitaron el Frente Occidental juntos. Como Hindenburg recordó:

En el camino hacia allí ... el Príncipe Heredero alemán se unió a nosotros y me honró en Montmedy desfilando una compañía Storm en la estación. Esta recepción estaba completamente en consonancia con el hábito caballeroso de este joven príncipe exaltado. Su actitud alegre y franca y su buen juicio militar siempre me han brindado placer y confianza.

La acción de "Little Willy" también tuvo el efecto de hacer desfilar Stormtroops frente a los principales comandantes que realmente importaban, y tenían el poder supremo para hacer un uso productivo de ellos.

La fortuna o el buen sentido también le sonrieron a Rohr de otra manera, ya que cuando llegó la Sturmabteilung con las fuerzas del general Gaede a fines del verano de 1915, su equipo fue reequilibrado y reforzado para incorporar una mezcla de armas. Estas incluyeron inicialmente dos, luego seis, ametralladoras (el equivalente a una compañía de ametralladoras completa); cuatro morteros ligeros; y seis de los preciosos lanzallamas. Los cañones de 3,7 cm relativamente ineficaces fueron reemplazados más tarde por una batería llena de obuses de montaña, que tuvieron un golpe mucho más grande. La unidad ahora tenía el armamento para abordar la mayoría de las tareas con sus propios recursos. El uso de morteros y otras armas de apoyo como "orgánicas" o integrales a la unidad, ya que Truppwaffen fue muy significativo porque le permitió al comandante de la unidad apuntar rápidamente a las amenazas locales sin recurrir a la artillería propiamente dicha. Otras unidades ya estaban mezclando ametralladoras en monturas de trincheras, granaderos y fusileros de nuevas maneras, pero el Sturmabteilung fue un salto cuántico hacia adelante en el sentido de que mezcló de una manera ilimitada lo que anteriormente habían sido recursos de artillería e ingeniería. Parte del crédito por esto debe ir a Rohr y Reddemann, quienes parecen haber cooperado de manera ejemplar; parte de Max Bauer, quien tuvo la visión de hacer posibles los experimentos, y la influencia política para proteger a los micro-tácticos de cualquier celo desagradable por parte de las jerarquías establecidas de infantería, artillería e ingenieros.

Sturmabteilung Rohr se comprometió por primera vez a actuar en el Schratzmannle el 12 de octubre de 1915, pero en lugar de arriesgar a toda la unidad, se utilizó una compañía en concierto con el 187 ° regimiento de infantería. El ataque comenzó con la descarga de seis grandes lanzallamas, después de lo cual pequeños escuadrones Stormtroop saltaron a la trinchera francesa recién despejada y usaron granadas para sofocar a cualquiera lo suficientemente valiente como para desafiarlos. La intervención de ametralladoras enemigas fue contrarrestada por morteros y artillería especialmente asignados para la tarea. Los soldados de infantería ordinarios que llevaban los materiales para bloquear el sistema de trincheras recién capturado ahora se acercaron y consolidaron la posición firmemente contra cualquier posible contraataque. Esta, y otras pequeñas acciones durante el invierno, pronto demostraron la validez de las nuevas tácticas. Tan pronto como diciembre de 1915 se registra que la unidad de Rohr comenzó a cumplir su función didáctica al organizar un curso de seis días para 400 miembros de la 12ª División Landwehr, por lo que se extendió el fruto de la primera experiencia.

Otra de las primeras tareas de los hombres de Rohr fue probar el nuevo Stahlhelm, o casco de acero. Bauer afirmó que, de hecho, se había dado cuenta ya en 1900 de que `` la astilla de concha más pequeña '' podía penetrar tanto el Pickelhaube de cuero como el cráneo detrás de él, y que había planteado la cuestión de una mejor protección de la cabeza dentro del Estado Mayor en 1912. Sin embargo, hasta después del estallido de la guerra, y en un contexto de un creciente número de lesiones en la cabeza, no se hizo nada práctico al respecto. El primer casco era un objeto bastante grueso y pesado: una pieza de calavera sobre un respaldo de cuero de aspecto ortopédico, con una protección nasal de estilo normando. Era un problema local de solo 1,500 piezas. Estos fueron al Grupo de Ejércitos Gaede, y el teniente coronel Hesse, que parece haberlos adquirido por iniciativa propia, casi tuvo que pagarlos personalmente. Obviamente, algo mucho mejor estaba en orden, y ahora se pusieron en marcha los pasos oficiales para proporcionar un casco que se pudiera fabricar en cantidad.
El ímpetu de lo que ahora conocemos como el casco de acero alemán parece provenir del Dr. August Bier y del Profesor Hauptmann Friedrich Schwerd. El primero proporcionó evidencia estadística sobre el tipo de misiles que causan lesiones en la cabeza, y el segundo se propuso diseñar la forma y el grosor óptimos del casco para prevenir el número máximo de estas heridas. Los modelos experimentales estaban listos para el 20 de septiembre de 1915. Las pruebas balísticas en el campo de artillería de Kummersdorf se llevaron a cabo en noviembre, y los hombres de Rohr obtuvieron algunos de los nuevos sombreros durante diciembre. El 14 de diciembre, el Ministerio de Guerra pudo anunciar que 30,000 de los cascos estarían disponibles en enero de 1916. Más tarde, el batallón de Rohr también sería llamado a probar nuevos modelos de armadura corporal. Estos no tuvieron tanto éxito, pero se emitieron en una escala limitada.

También fue en enero de 1916 que Sturmabteilung Rohr luchó contra una de sus acciones más famosas, liderando unidades de infantería más grandes en el exitoso ataque contra Hartmannsweilerkopf. Sin duda, este fue un momento particularmente dulce para el propio Rohr, ya que había luchado aquí antes con los Guardias. En febrero de 1916, el destacamento de Rohr se encontró parte del Quinto Ejército en Verdun, donde fue arrojado al vorágine junto con formaciones de infantería más convencionales y Pioneros de la Guardia con sus lanzallamas. Las bajas ahora aumentaron, y la unidad fue retirada La idea de "Stormtroop"

Como hemos visto, el Coronel Max Bauer estableció tres Versuchstruppen especiales a instancias del Estado Mayor a principios de 1915. Estas unidades experimentales probarían morteros de trinchera, lanzallamas y pequeños 'cañones de asalto' respectivamente, su última razón d 'être ser difundir el conocimiento tan adquirido en todo el ejército. La actividad de estas unidades "pioneras" podría incluso conducir finalmente al descubrimiento de nuevos métodos para crear espacios en las líneas de trincheras enemigas lo suficientemente grandes como para que las unidades convencionales puedan atravesarlas, lo que llevaría a la reanudación de la guerra de maniobras. Si bien las unidades de prueba de morteros y llamas de trincheras en general fueron rentables, y de hecho condujeron a la adopción de nuevos equipos y tácticas, es la unidad Sturmkanonen comandada por el comandante Kalsow, fundada por orden del 2 de marzo de 1915, la que ha llegado a ser considerado como el antepasado de todas las unidades 'Stormtroop'.

El grado en que existe una conexión directa y necesaria, o incluso un linaje genuino, es discutible, dada la medida en que las tácticas de Stoss ya estaban comenzando a imitarse en otros lugares, como por ejemplo en el despliegue general de 'escuadrones de granadas de mano' . También debe recordarse que al menos algunas otras formaciones, como el Garde Schutzen Bataillon, formaron sus propias "compañías de asalto" aproximadamente al mismo tiempo que las unidades experimentales oficiales, y probablemente independientemente de las órdenes de los niveles más altos. Algunos de estos fueron utilizados como grupos de asalto, actuando en formaciones de su propio diseño o como colecciones sueltas de individuos. Ciertamente, hubo un cierto grado de mitologización de la ascendencia del Stormtrooper, que fue alentado durante el período de entreguerras por una variedad de publicaciones. Estas obras incluyeron el propio libro de Bauer, Der Grosse Krieg, una serie de historias de unidades, un artículo de enciclopedia respetado y muy copiado del mayor Berktau, y una tesis doctoral de Gruss titulada Aufbau und Verwendung der Deutschen Sturmbataillone en Weltkrieg ('Establecimiento y uso del Batallones de tormentas alemanes en la guerra mundial '). Sin embargo, lo que hicieron las tropas experimentales fue reunir una gama de ideas y equipos dispares y, de la manera más válida e inmediata posible, someterlos a la prueba de la guerra. También fueron el mecanismo mediante el cual el Estado Mayor generó un modelo estándar y analizó sistemáticamente los resultados. Al menos hasta este punto, la historia de Kalsow, Rohr y sus hombres es muy significativa y vale la pena repetir.

La primera tarea de Kalsow fue reunir una sección de la sede, dos compañías de ingenieros y un destacamento de veinte cañones ligeros de 3,7 cm desarrollados recientemente por la firma Krupp. Las tropas no provenían de formaciones de élite, sino predominantemente de Ersatz, o unidades complementarias. El siguiente trabajo era practicar ataques contra líneas de trincheras falsas. Durante la primavera de 1915, este trabajo se llevó a cabo en campos de artillería muy alejados de la línea del frente cerca de Colonia, pero en mayo parecía haber formulado un conjunto práctico de tácticas. Después de un bombardeo tradicional que cubría la artillería, los ingenieros enviaban a las partes protegidas por escudos blindados para preparar el camino para las pequeñas armas. El Krupp Sturmkanonen sería empujado hacia arriba, quizás a una distancia de cincuenta a setenta y cinco metros, para enfrentarse a cualquier ametralladora o nido de resistencia que no hubiera sido tocado por el bombardeo preparatorio. Habiendo neutralizado la resistencia enemiga, el resto del Sturmabteilung avanzaría, bombardeando y abriéndose paso a través de cualquier oposición restante.

Kalsow se comprometió a poner en acción lo que ahora se conocía como Sturmabteilung en el frente occidental en junio. Los resultados fueron decepcionantes, y dos factores parecen haber frustrado lo que de otro modo podría haber sido un experimento altamente rentable. El primero fue que un proyectil de 3,7 cm era realmente demasiado ligero para lidiar con las fortificaciones de trincheras, y aunque su efecto era limitado, las armas fueron traicionadas por un gran destello de boca. La segunda razón para la falta de éxito fue que, en lugar de detener al Sturmabteilung en una zona trasera hasta que se manifestara la posibilidad de un golpe decisivo, los hombres y las armas de Kalsow se comprometieron prematuramente a la línea. Las pérdidas fueron alarmantemente altas: de una unidad de solo 649 soldados, 184 hombres se convirtieron en víctimas y seis armas se perdieron solo en las primeras dos semanas. Estos hombres entrenados resultaron difíciles de reemplazar rápidamente, con el resultado de que Sturmabteilung Kalsow estuvo fuera de acción por algún tiempo.

La reacción de Bauer fue implacable, y en sus memorias describiría al desafortunado Kalsow como "un ingeniero que consideraba a sus tropas como tales". El 8 de septiembre de 1915, Kalsow fue reemplazado por Hauptmann Wilhelm Rohr, un agresivo y "destacado" oficial de 38 años. Rohr había servido previamente como comandante de la compañía con el Garde Schutzen y ya tenía un historial de acciones ofensivas innovadoras al frente de las tropas de choque; Además, tenía nuevas "ideas tácticas y técnicas". Bauer fue muy claro desde el principio que consideraba la formación como una "Lehrtrupp" (una unidad de "aprendizaje" o "enseñanza") que "recibiría y probaría" nuevo "Kampfmittel" (equipo de batalla). Rohr fue ciertamente favorecido desde lo alto, ya que su unidad fue descrita como la "Lieblingstruppe" del Príncipe Heredero, o unidad favorita. Se proporcionaría una demostración práctica de esto al año siguiente cuando Hindenburg y Ludendorff visitaron el Frente Occidental juntos. Como Hindenburg recordó:

En el camino hacia allí ... el Príncipe Heredero alemán se unió a nosotros y me honró en Montmedy desfilando una compañía Storm en la estación. Esta recepción estaba completamente en consonancia con el hábito caballeroso de este joven príncipe exaltado. Su actitud alegre y franca y su buen juicio militar siempre me han brindado placer y confianza.

La acción de "Little Willy" también tuvo el efecto de hacer desfilar Stormtroops frente a los principales comandantes que realmente importaban, y tenían el poder supremo para hacer un uso productivo de ellos.

La fortuna o el buen sentido también le sonrieron a Rohr de otra manera, ya que cuando llegó la Sturmabteilung con las fuerzas del general Gaede a fines del verano de 1915, su equipo fue reequilibrado y reforzado para incorporar una mezcla de armas. Estas incluyeron inicialmente dos, luego seis, ametralladoras (el equivalente a una compañía de ametralladoras completa); cuatro morteros ligeros; y seis de los preciosos lanzallamas. Los cañones de 3,7 cm relativamente ineficaces fueron reemplazados más tarde por una batería llena de obuses de montaña, que tuvieron un golpe mucho más grande. La unidad ahora tenía el armamento para abordar la mayoría de las tareas con sus propios recursos. El uso de morteros y otras armas de apoyo como "orgánicas" o integrales a la unidad, ya que Truppwaffen fue muy significativo porque le permitió al comandante de la unidad apuntar rápidamente a las amenazas locales sin recurrir a la artillería propiamente dicha. Otras unidades ya estaban mezclando ametralladoras en monturas de trincheras, granaderos y fusileros de nuevas maneras, pero el Sturmabteilung fue un salto cuántico hacia adelante en el sentido de que mezcló de una manera ilimitada lo que anteriormente habían sido recursos de artillería e ingeniería. Parte del crédito por esto debe ir a Rohr y Reddemann, quienes parecen haber cooperado de manera ejemplar; parte de Max Bauer, quien tuvo la visión de hacer posibles los experimentos, y la influencia política para proteger a los micro-tácticos de cualquier celo desagradable por parte de las jerarquías establecidas de infantería, artillería e ingenieros.

Sturmabteilung Rohr se comprometió por primera vez a actuar en el Schratzmannle el 12 de octubre de 1915, pero en lugar de arriesgar a toda la unidad, se utilizó una compañía en concierto con el 187 ° regimiento de infantería. El ataque comenzó con la descarga de seis grandes lanzallamas, después de lo cual pequeños escuadrones Stormtroop saltaron a la trinchera francesa recién despejada y usaron granadas para sofocar a cualquiera lo suficientemente valiente como para desafiarlos. La intervención de ametralladoras enemigas fue contrarrestada por morteros y artillería especialmente asignados para la tarea. Los soldados de infantería ordinarios que llevaban los materiales para bloquear el sistema de trincheras recién capturado ahora se acercaron y consolidaron la posición firmemente contra cualquier posible contraataque. Esta, y otras pequeñas acciones durante el invierno, pronto demostraron la validez de las nuevas tácticas. Tan pronto como diciembre de 1915 se registra que la unidad de Rohr comenzó a cumplir su función didáctica al organizar un curso de seis días para 400 miembros de la 12ª División Landwehr, por lo que se extendió el fruto de la primera experiencia.

Otra de las primeras tareas de los hombres de Rohr fue probar el nuevo Stahlhelm, o casco de acero. Bauer afirmó que, de hecho, se había dado cuenta ya en 1900 de que `` la astilla de concha más pequeña '' podía penetrar tanto el Pickelhaube de cuero como el cráneo detrás de él, y que había planteado la cuestión de una mejor protección de la cabeza dentro del Estado Mayor en 1912. Sin embargo, hasta después del estallido de la guerra, y en un contexto de un creciente número de lesiones en la cabeza, no se hizo nada práctico al respecto. El primer casco era un objeto bastante grueso y pesado: una pieza de calavera sobre un respaldo de cuero de aspecto ortopédico, con una protección nasal de estilo normando. Era un problema local de solo 1,500 piezas. Estos fueron al Grupo de Ejércitos Gaede, y el teniente coronel Hesse, que parece haberlos adquirido por iniciativa propia, casi tuvo que pagarlos personalmente. Obviamente, algo mucho mejor estaba en orden, y ahora se pusieron en marcha los pasos oficiales para proporcionar un casco que se pudiera fabricar en cantidad.

El ímpetu de lo que ahora conocemos como el casco de acero alemán parece provenir del Dr. August Bier y del Profesor Hauptmann Friedrich Schwerd. El primero proporcionó evidencia estadística sobre el tipo de misiles que causan lesiones en la cabeza, y el segundo se propuso diseñar la forma y el grosor óptimos del casco para prevenir el número máximo de estas heridas. Los modelos experimentales estaban listos para el 20 de septiembre de 1915. Las pruebas balísticas en el campo de artillería de Kummersdorf se llevaron a cabo en noviembre, y los hombres de Rohr obtuvieron algunos de los nuevos sombreros durante diciembre. El 14 de diciembre, el Ministerio de Guerra pudo anunciar que 30,000 de los cascos estarían disponibles en enero de 1916. Más tarde, el batallón de Rohr también sería llamado a probar nuevos modelos de armadura corporal. Estos no tuvieron tanto éxito, pero se emitieron en una escala limitada.

También fue en enero de 1916 que Sturmabteilung Rohr luchó contra una de sus acciones más famosas, liderando unidades de infantería más grandes en el exitoso ataque contra Hartmannsweilerkopf. Sin duda, este fue un momento particularmente dulce para el propio Rohr, ya que había luchado aquí antes con los Guardias. En febrero de 1916, el destacamento de Rohr se encontró parte del Quinto Ejército en Verdun, donde fue arrojado al vorágine junto con formaciones de infantería más convencionales y Pioneros de la Guardia con sus lanzallamas. Las bajas ahora aumentaron, y la unidad fue retirada del frente a Doncourt después de unas tres semanas, pero el Alto Mando quedó lo suficientemente impresionado como para expandir el Sturmabteilung experimental en un batallón completo. Al mismo tiempo, muchos regimientos de infantería también desplegaron pelotones de tormenta o compañías de tormentas, para atacar puntos fuertes específicos en las defensas francesas.
En mayo de 1916, el Alto Mando ordenó que todos los ejércitos del Frente Occidental enviaran pequeños cuadros de oficiales y suboficiales al nuevo Sturmbataillon. A partir de entonces, este personal debía regresar a sus propias formaciones donde entrenarían más unidades en las nuevas tácticas. El progreso fue desigual, debido a las presiones del servicio activo, las dificultades de suministrar suficiente equipo nuevo y el tiempo necesario para capacitar a los entrenadores, pero pronto comenzaron a aparecer docenas de nuevas unidades Sturm. De hecho, se formaron tantos durante la última parte de 1916 que, en noviembre de ese año, la mayoría de las divisiones tenían al menos un Sturmabteilung de la fuerza de la compañía, y algunos otros las tenían como parte de las fortalezas del régimen. Todo un Jäger, o batallón de infantería ligera, también se convirtió al por mayor para crear un nuevo Sturmbataillon.



Incluso antes de que esta ola de entrenamiento y conversión se completara, se emitieron nuevas órdenes de que cada ejército debía tener su propia unidad Sturm con fuerza de batallón. Más hombres fueron entrenados, y muchas de las unidades existentes del tamaño de una compañía se reunieron para formar batallones numerados. Antes de finales de 1916 existían no menos de dieciséis batallones Sturm: diez en el oeste, cinco en el este y uno con los búlgaros. Por lo general, el número de identificación del batallón coincidía con el número del ejército al que estaba unido. Algunas de las unidades tenían una compañía austrohúngara asignada, y más tarde, se formó otro batallón para el frente italiano. En la medida de lo posible, los Stormtroopers de alto rango serían voluntarios, jóvenes, solteros y en buena forma física. Como era de esperar, bastantes hombres no lograron llegar a la marca y fueron devueltos a las unidades de donde vinieron. Curiosamente, Bauer parece haberse arrepentido de que las unidades Stormtroop se hayan expandido tanto como lo fueron, ya que al adoptar este curso creía que cada vez más sacrificaban su principio subyacente. Ahora se establecieron, erróneamente en su opinión, como Elitestosstruppen, "tropas de choque de élite", que no era lo que había pretendido. Sin embargo, la idea de tratar de entrenar a la mayor parte del ejército alemán en las nuevas tácticas fue posible. Los Stormtroops eran, por lo tanto, una reserva útil de tropas de asalto de calidad, y lo que Ludendorff describió como "ejemplos para ser imitados por otros hombres". Como lo expresó el mayor Berktau con tanta elocuencia, los Stormtroops eran Lehrtruppe y Kampftruppe, ambos maestros y tropas de batalla por las tareas más difíciles.

Los establecimientos de Sturmbataillon variaron en detalles y con el tiempo, pero con toda su fuerza contaban hasta 1.400 hombres. Estos se dividieron en hasta cinco Sturmkompagnien; primeras seis, y luego doce, ametralladoras pesadas en una o dos compañías; una batería de artillería de infantería de apoyo directo; una compañía de morteros con ocho armas; y una tropa de aproximadamente media docena de lanzallamas. Berktau registra la fuerza de las compañías individuales de Storm como cinco oficiales y 263 hombres; la compañía de ametralladoras como cuatro oficiales y 85 hombres; y la compañía de morteros como dos oficiales y 108 hombres. Donde la compañía de artillería de apoyo de infantería tenía cuatro cañones modificados de 7,62 cm, este elemento contaba con tres oficiales y 76 hombres. El batallón de la 5ª Tormenta de Rohr fue probablemente una de las más fuertes, con cinco compañías Sturm, dos ametralladoras, una artillería y una compañía de morteros. El Sturmtruppe Picht, que luchó en Rumania a fines de 1916, se formó con personal del 148.º regimiento de infantería, unidades de caballería, artillería y algunos hombres de una unidad bosnia en servicio austrohúngaro. Este tenía cuatro compañías Sturm y una compañía de ametralladoras, además de unidades auxiliares.

Rohr y otros pronto descubrieron que el rifle de longitud completa era una desventaja cuando participaba en la lucha de trincheras y en el manejo de armas auxiliares, por lo que los Stormtroops usaban ampliamente las carabinas más cortas del tipo ya utilizado por los Pioneros y la caballería. Mientras que a la artillería y los elementos pioneros del Sturmbataillon se les permitió conservar las distinciones de su brazo de servicio en sus uniformes, la vestimenta y el equipo de infantería ordinaria se modificaron para adaptarse al servicio duro especial, y la carrera, del Stormtrooper. Por lo tanto, Berktau registra que las tropas del batallón Storm están equipadas con: 'Casco de acero, Gebirgshosen, [literalmente "pantalones de montaña"] con parches de cuero en las nalgas y las rodillas, botas de montaña, puttees, herramientas de afianzamiento, picos y espadas más grandes, hachas, cortadores de alambre, dos Feldflaschen [botellas de agua] por hombre, carabina y bayoneta. Los suboficiales y las tropas de comunicaciones estaban armados con pistolas semiautomáticas ". Como corresponde al uso frecuente de granadas de mano de las unidades Sturm, los soldados privados comunes no fueron designados como "fusileros" o "fusileros", sino Grenadiere - Granaderos. La excepción significativa a esta regla fue el propio batallón de Rohr, que retuvo títulos y distinciones pioneros.

martes, 21 de mayo de 2019

Guerra ruso-japonesa: Datos increíbles del conflicto

Guerra mundial cero: más datos increíbles sobre la guerra ruso-japonesa



por MilitaryHistoryNow.com



Una representación japonesa de la batalla de Shaho en China en 1904. "En la batalla del río Sha, una compañía de nuestras fuerzas empuja una fuerza enemiga fuerte a la orilla izquierda del río Taizi", dice la inscripción. . (Fuente de la imagen: WikiCommons)

Bienvenido a la segunda entrega de nuestra serie de dos partes sobre la Guerra Ruso-Japonesa patrocinada por Rowan Technology, los creadores de las aplicaciones digitales y libros de texto de The West Point History of Warfare. Si bien la primera parte de esta serie te brindó información increíble sobre la Batalla de Tsushima, la feroz lucha en tierra también proporciona datos históricos fascinantes para aquellos interesados ​​en las extrañas formas en que se desarrollan las guerras.

Los historiadores se han arrepentido de que la guerra ruso-japonesa de 1904 a 1905 podría considerarse bastante como la primera "guerra mundial" verdadera de la era moderna. Muchos apuntan a la naturaleza hemisférica del conflicto, sin mencionar su uso de ejércitos de masas, tácticas modernas y armamento del siglo XX como evidencia. Si nada más, la lucha de 19 meses, que se cobró más de 100,000 vidas, ciertamente presagió el horror y la destrucción masiva de la Gran Guerra que seguiría apenas una década después. Es por esto que algunos se refieren a la lucha entre Rusia y Japón como "World War Zero".



¿La forma de las guerras por venir? Fue una guerra de trincheras al frente occidental en 1917 para estas tropas rusas en Bulla. (Fuente de la imagen: WikiCommons)

La guerra surgió de una larga e intratable rivalidad entre Rusia y Japón, que buscaban un mayor control sobre Manchuria y Corea. Después de años de ruido de sables, destreza y diplomacia, las negociaciones entre las dos potencias finalmente se derrumbaron a principios de 1904.

El 8 de febrero de ese año, los destructores japoneses lanzaron un ataque sorpresa de torpedos a las embarcaciones rusas que se encontraban en Port Arthur. La lucha se intensificó rápidamente y se extendió por toda la región. Durante el próximo año y medio, más de una docena de batallas importantes se disputarán tanto en tierra como en el mar. Además de los enfrentamientos entre los modernos buques de guerra en las aguas de Corea, más de medio millón de hombres cruzarían espadas en Mukden en Manchuria, la batalla terrestre más grande desde las Guerras Napoleónicas.



La marina japonesa toma posesión de un submarino de clase holandesa de fabricación estadounidense en 1904. (Fuente de la imagen: WikiCommons)

Tras una aplastante derrota naval en Tsushima en mayo de 1905, Rusia finalmente buscó un armisticio. La humillación de uno de los imperios más poderosos de Europa a manos de lo que entonces se consideraba poco más que un principiante internacional sorprendió a Occidente. Pero para Japón, su triunfo decisivo sobre Rusia fue el acto de apertura en una saga de 40 años de expansión militar descarada que finalmente terminaría con nubes de hongos sobre Hiroshima y Nagasaki.


La flota japonesa se lanza a la batalla en Tsushima. (Fuente de la imagen: WikiCommons)

Sin embargo, a pesar de su importancia militar y sus consecuencias geopolíticas de gran alcance, la guerra ruso-japonesa a menudo queda relegada a los márgenes de los libros de historia, en gran parte eclipsada por los acontecimientos más trascendentales de 1914. Continuando con el artículo de la semana pasada sobre la batalla de Tsushima, aquí hay algunos datos más sorprendentes sobre este conflicto frecuentemente olvidado.

Arsenales del siglo XX



Artillería rusa en acción en Mukden, 1905. (Fuente de la imagen: WikiCommons)

Si bien no es tan avanzado como el hardware militar que se desplegó en la Primera Guerra Mundial, las armas empleadas en la Guerra ruso-japonesa todavía representaron un gran avance tecnológico. Ametralladoras, acorazados de acero gigantes e incluso submarinos estaban en su infancia durante la guerra ruso-japonesa. Aunque no todas estas máquinas de guerra de vanguardia demostraron ser decisivas, su presencia en el campo de batalla proporcionó valiosas lecciones que continuarían para definir cómo se librarían las guerras futuras.

David contra Goliat



Los soldados japoneses cruzan el río Yalu, 1904. (Fuente de la imagen: WikiCommons)


Rusia vs. Japón.

Al comienzo de la guerra ruso-japonesa, las cartas se apilaron a favor de Rusia. En términos de fortalezas y recursos nacionales, el zar Nicolás II tenía tres veces más buques de guerra, seis veces más soldados y tres veces más población que Japón. Sin embargo, la mayor parte del poder de Rusia estaba a medio mundo de distancia frente a Europa. Mover hombres y material al frente resultó ser una tarea trascendental. Como se mencionó anteriormente, un escuadrón de 40 barcos pasó casi la mitad de la guerra en tránsito desde el Báltico al Pacífico, un viaje de casi 18,000 millas marinas.


Guerra de trenes



Un tren de tropas rusas se estrella contra el hielo de un lago siberiano. Los generales del zar hicieron un seguimiento a través del agua congelada para ayudar a acelerar el movimiento de las tropas. El deshielo de la primavera llevó al desastre. (Fuente de la imagen: WikiCommons)



El Transiberiano Express en 1904.

La única forma de transporte terrestre de Rusia para hombres y material para desplazarse desde el oeste hacia el océano Pacífico fue el ferrocarril transiberiano de vía única. A casi 10.000 km (6.000 millas), era el ferrocarril más largo en la faz de la tierra, que abarca la longitud del país más grande del mundo. Tomó menos de una semana para que un ejército viajara de un extremo a otro de la línea, una hazaña sin precedentes en ese momento.

Japón: el imperio contraataca




Soldados japoneses en marcha en Corea, 1904. (Fuente de la imagen: WikiCommons)


Número de proyectiles disparados por Japón. 

A pesar de su tamaño relativamente pequeño, Japón superó a su oponente de varias maneras. Caso en cuestión: el ejército japonés disparó un número asombroso de proyectiles de artillería durante el conflicto, exponencialmente más de lo que utilizó en la Primera Guerra Sino-Japonesa de 1894 a 1895. Los japoneses lanzaron 16.800 disparos de artillería contra los ejércitos de China, mientras que Una batalla contra los rusos en Mukden, Japón, quemó 344,855 proyectiles.


Triunfo de armas - Falla de la logística.



Fuerzas japonesas en acción en Port Arthur, 1904. (Fuente de la imagen: Biblioteca del Congreso)

En lo que quizás fue un ejemplo de prefiguración de la mayor debilidad de Japón en la Segunda Guerra Mundial, los japoneses en la Guerra ruso-japonesa se centraron poco en la logística. Los generales de Tokio dieron prioridad a la batalla por la logística. De hecho, la universidad de su personal descuidó el tema por completo. En cambio, confiaron en cientos de miles de trabajadores chinos y coreanos para llevar a cabo la logística, como el transporte de armas y material.

Rusia pide la rendición



Después de una derrota tras otra, Rusia finalmente pide la paz. (Fuente de la imagen: WikiCommons)

La guerra ruso-japonesa fue rara porque los rusos admitieron la derrota, pero el día en que los ministros del Zar pidieron la paz, todavía formaban un ejército en Manchuria tres veces más grande que todo el ejército japonés.

sábado, 2 de febrero de 2019

Guerra del Paraguay: El conflicto más sangriento de la historia latinoamericana

Guerra de la Triple Alianza, (1864-1870)

Weapons and Warfare





La guerra más larga y violenta de Sudamérica. La guerra comenzó en noviembre de 1864, cuando Brasil se entrometió en los asuntos internos de Uruguay, una acción que provocó una respuesta inmediata del dictador belicoso de Paraguay, el presidente del mariscal Francisco Solano López. López estaba convencido de que el dominio brasileño de Uruguay alteraría el equilibrio de poder en la región y reaccionó bloqueando el río Paraguay e invadiendo la provincia brasileña de Matto Grosso. No contento con Brasil como enemigo, provocó a Argentina al cruzar la Provincia de Missiones para atacar a Brasil desde el oeste. El 1 de mayo de 1865, en respuesta a los ataques de López, Argentina, Brasil y Uruguay formaron una alianza y declararon la guerra a Paraguay. Los embates iniciales de Paraguay en Brasil y Argentina pronto se vieron frustrados, y López se vio obligado a defenderse por el resto del conflicto. Aunque ampliamente superado en número, el ejército de Paraguay era moderno y bien disciplinado.

López comenzó a enviar grupos de asalto de 100 a 200 hombres a través de la Paraña para hostigar a los campos aliados. Después de algunas semanas de estos ataques, a mediados de abril, los paraguayos hicieron un importante intento en canoa por recuperar una posición de batería en un banco de arena en Itapiru; esto fue rechazado, y de la fuerza de asalto inicial de 800 personas, solo 300 regresaron a sus líneas. Después de este éxito, los Aliados comenzaron una importante operación de cruce de ríos cerca de la confluencia de los ríos Paraguay y Paraña, y comenzó la invasión de Paraguay.

Durante un período de dos semanas, un ejército de 57,000 tropas aliadas (42,000 de infantería y 15,000 de caballería) fue transportado a través del Río Paraña en dos olas principales. Los cruces fueron apoyados por guardias de hierro de la Armada brasileña y, a pesar de algunos ataques paraguayos, toda la operación transcurrió sin problemas significativos. Esto fue algo así como un milagro logístico para los estándares del día: durante la guerra en general, los soldados de ambos ejércitos fueron transportados, alimentados y abastecidos muy mal. Todo el sistema logístico todavía estaba basado en caballos, con trenes que apenas se usaban para el transporte de tropas y solo por los paraguayos. De las cuentas de los participantes sabemos que uniformes, armas y municiones. se suministraron de forma irregular, y solo los brasileños lograrían una mejora gradual de su sistema de suministro antes del final de la guerra.





El retiro paraguayo se detuvo en Estero Bellaco, donde tenían los dos ríos Paraguay y Paraña protegiendo sus flancos derecho e izquierdo. En los márgenes de las vías fluviales, un terreno carrizal de lagunas, marismas y bancos de arena estaba dominado aquí y allá por hummocks y acantilados altos, desde los cuales la artillería podía disparar contra la infantería que luchaba en el lodo de abajo. En Estero Bellaco, el 2 de mayo, el General José E. Díaz con unos 6,000 paraguayos atacó a unos 8,000 soldados aliados, y en particular a la vanguardia, compuesta principalmente por los uruguayos de Gen Flores. Los batallones de infantería uruguayos formaron plazas defensivas y repelieron a los atacantes; Los paraguayos perdieron 2,300 hombres, pero la vanguardia aliada fue más o menos destruida. Después de esta acción de castigo, los Aliados se movieron una corta distancia hacia el norte hasta el área alrededor de Tuyuti, donde construyeron un inmenso campamento parcialmente defendido con atrincheramientos y fortificaciones de campo.

López ahora reunió a todas las tropas a su disposición, incluidos sus mejores regimientos de caballería y batallones de infantería; esta fuerza de alrededor de 24,000 veteranos fue la mejor que Paraguay ha desplegado nunca. El plan de López era simple: un ataque general sorpresa contra las posiciones aliadas, con cuatro columnas de ataque cada una liderada por la caballería. Los más de 35,000 soldados aliados en los campos (cerca de 22,000 brasileños, 11,800 argentinos y 1,200 uruguayos u “Orientales”) se estaban reorganizando para un mayor avance en Paraguay.

La primera batalla de Tuyuti comenzó en la mañana del 24 de mayo de 1866, cuando las columnas de ataque fueron ordenadas (de derecha a izquierda) por Gen Barrios, Col Díaz, Col Marco y Gen Resquin. La primera columna que avanzó fue la de Marco, apuntando al centro del ejército aliado; después de haber derrotado a la principal infantería uruguaya, fue rechazado por las brigadas brasileñas, en parte gracias a la protección inteligente de la artillería del Maj Emilio Mallet con una gran zanja húmeda. La columna de Díaz atacó a la derecha de Marco, donde tuvo que dividirse para pasar alrededor de una laguna. Al golpear a los aliados en el centro de la izquierda, fue derrotado por la mayoría de los uruguayos y por las unidades brasileñas traídas de la reserva, y fue completamente destruida. El gancho retrasado del general Barrios en el flanco izquierdo aliado barrió las pocas unidades brasileñas en su camino y casi llegó a los campos antes de ser contrarrestado por la caballería de la reserva brasileña. Las columnas pesadas de caballería de Gen Resquin atacaron a los argentinos en el ala derecha aliada. Una cuenta declara que la caballería argentina fue derrotada cuando lucharon desmontados; cualquiera que sea la verdad de eso, la infantería argentina ciertamente formó plazas y rechazó a la caballería paraguaya con gran pérdida. Los paraguayos presionaron sus ataques con valentía, pero fueron rechazados gradualmente y, en algunos casos, rodeados de contraataques aliados, antes de abandonar el campo.


Batalla de Tuyutí

La batalla más importante de la guerra, en Tuyuti el 24 de mayo de 1866, fue la más grande jamás peleada en suelo sudamericano, involucrando a unos 24,000 paraguayos contra 35,000 tropas aliadas. Las cifras de siniestros son aproximadas y, dada la atención médica rudimentaria disponible, los números enumerados para heridos sin duda ocultan muchas muertes adicionales. Sin embargo, con estas reservas, Tuyuti probablemente le costó a Paraguay unas 13,000 víctimas (casi el 55 por ciento), de las cuales al menos la mitad murió, y los Aliados alrededor de 2,400 muertos y 3,000 heridos (cerca del 15 por ciento), una proporción combinada de bajas del 31 por ciento de Los comprometidos en ambos lados. Para poner esas cifras en contexto: en "Bloody Antietam", en septiembre de 1862, los Confederados sufrieron alrededor del 30.4 por ciento de bajas y los Federales alrededor del 17.7 por ciento, dando una proporción combinada de 22.7 por ciento.

Después de pérdidas tan severas e insustituibles en este "Waterloo sudamericano", los paraguayos nunca más pudieron organizar una gran operación ofensiva contra los Aliados con alguna posibilidad de victoria. Su derrota final fue simplemente una cuestión de tiempo, sin importar la determinación con la que López defendió el territorio nacional. Comenzó a retirarse lentamente, y emborronó la búsqueda de los aliados el 18 de julio en Boqueron. Aquí quizás 6.000 paraguayos bajo el Gen Elizardo Aquino atacaron a un número similar de argentinos y uruguayos liderados por el Gen argentino León de Pallejas; las bajas fueron muy pesadas en ambos bandos, y ambos comandantes fueron asesinados. Al reanudar su retirada, los paraguayos construyeron baterías fortificadas en muchos puntos estratégicos; cuando los aliados los alcanzaron, los defendieron obstinadamente antes de que los sobrevivientes intentaran escapar. Un ejemplo típico fue el fuerte en Curuzu, atacado del 1 al 3 de septiembre; apoyados por disparos navales, unos 8,000 soldados brasileños y 1,000 argentinos fueron desembarcados y tomaron el fuerte de 2,500 defensores. El costo incluyó al buque de guerra brasileño Río de Janeiro, que se hundió después de golpear dos minas paraguayas.

Curupayti

Las tácticas paraguayas fueron reivindicadas espectacularmente el 22 de septiembre de 1866, cuando unos 17,000 soldados aliados atacaron a 5,000 paraguayos defendiendo una doble línea defensiva de baterías fortificadas ancladas en la ribera alta del Río Paraguay en Curupayti. Hubo una discusión entre los comandantes brasileños y argentinos sobre el plan de ataque y, a pesar de apoyar el fuego de los barcos brasileños, los asaltos aliados fueron rechazados con terribles pérdidas. Los paraguayos habían concentrado 50 piezas de artillería y siete batallones de infantería para defender la posición; después de atravesar la primera línea, la infantería aliada quedó atrapada en un terreno bajo y abierto bajo los cañones de la segunda línea dominante, y fue asesinada. Los paraguayos perdieron sólo 92 muertos; Las bajas aliadas fueron reportadas como 4,000 muertos, con un número aún mayor de heridos y abandonados cuando los Aliados retrocedieron. Las tropas argentinas sufrieron particularmente mal, y sus sobrevivientes recordaron la acción como mal planeada y condenada desde el principio. Esta derrota aseguró que la guerra duraría quizás un año más de lo necesario. Una larga pausa en las operaciones activas seguiría antes de que los Aliados pudieran reanudar la guerra de maniobras.

Después de esta costosa y desmoralizante derrota, el ejército aliado tuvo que reagruparse y reorganizarse durante muchos meses durante los cuales permaneció acampado alrededor de Tuyuti, aunque continuaron las sondas menores, las incursiones y el bombardeo de los objetivos del río. Este largo período de inactividad vio la propagación de enfermedades en todos los campos, causando miles de muertes, particularmente entre los argentinos y uruguayos. A principios de 1867, el presidente Mitre de Argentina y el presidente Flores de Uruguay se vieron obligados a regresar a sus capitales para enfrentar a la oposición interna, y el mando aliado supremo pasó en febrero al general brasileño Luis Alves de Lima e Silva (más tarde creado duque de Caxias) Hasta que Mitre regresó en agosto de 1867.

Desde su nombramiento como comandante del ejército brasileño en octubre de 1866, Caxias comenzó a instituir reformas que mejoraron notablemente su calidad; reemplazó a los oficiales inadecuados, supervisó el reentrenamiento y el reequipamiento y mejoró, al menos en cierta medida, el sistema de suministro y los cuerpos médicos crónicamente inadecuados. A fines de julio de 1867, un diplomático británico informó que el ejército tenía 5,000-6,000 enfermos, pero 45,000 brasileños, 7,000-8,000 argentinos y 1,000 uruguayos en el campo. Cada mes llegaba un flujo constante de aproximadamente 2,000 refuerzos para mantener estos números.

Lopéz usó este período para concentrar sus últimas tropas alrededor de su cuartel general y la principal fortaleza del río en Humaita, y para reclutar nuevos soldados de la milicia. Esto no parece haber tenido resultados impresionantes, según el mismo corresponsal británico, GZ Gould: sus informantes le dijeron que de un total de 20,000 soldados paraguayos, solo 12,000 en el mejor de los casos eran de calidad adecuada, el resto eran ancianos, inválidos y niños. Desde los 12 años de edad. Aunque los paraguayos habían capturado previamente un número de rifles Minié, la mayoría todavía llevaba pedernales de ánima lisa. El ejército carecía de caballos, y los que tenían estaban en malas condiciones.



Durante la segunda mitad de 1867, los Aliados quedaron básicamente paralizados por el formidable obstáculo de la gran fortaleza de Humaita, que era el corazón de la defensa de López. Después de volver a reanudar el comando aliado en general, Mitre se mostró a favor de un viaje directo por el río llevado y apoyado por la armada brasileña, pero los comandantes brasileños no estaban dispuestos a arriesgar buques de guerra y transportes de tropas contra la poderosa artillería de Humaita. Construido en un magnífico sitio defensivo al mando de una pronunciada curva en S del Río Paraguay, este "Sebastopol paraguayo" era un extenso complejo de bastiones y casamatas de piedra que montan 114 piezas de artillería distribuidas en 12 baterías, la mayoría de ellas dominando los estrechos protegidos por tres Cadenas de barreras, dos líneas de minas explosivas y una estacada de chicane. Antes de intentar forzar este pasaje, los brasileños insistieron en operaciones terrestres alrededor del flanco izquierdo de los paraguayos, para cortar las líneas de comunicación y suministro de la fortaleza desde Asunción. Durante un período de relativa inactividad en noviembre de 1867, los paraguayos lanzaron un ataque contra los campamentos atrincherados Aliados en Tuyuti. Aunque esto logró algunas penetraciones, fue numéricamente demasiado débil para tener éxito, y fue rechazado después de que cada lado sufriera unas 2,400 bajas.
En enero de 1868, el presidente Mitre se vio obligado a regresar una vez más a Buenos Aires para tratar con los opositores políticos. Caxias fue nombrado definitivamente comandante en jefe aliado, obteniendo la libertad de conducir la campaña según su propia visión. Aisló a Humaita por operaciones en sus aproximaciones terrestres, y el 19 de febrero su flota se movió río arriba. Los acorazados bombardearon las baterías, y después de algunos contratiempos y una gran cantidad de daños forzaron un pasaje; algunos luego hicieron el gesto de humear hasta llegar a Asunción. Alarmado, el vicepresidente Domingo Sánchez ordenó la evacuación del gobierno paraguayo de Asunción a Luque, y en las próximas semanas muchos otros ciudadanos también huirían de la capital. Aunque siempre se requería una batalla para hacerlo, la flota brasileña ahora podía pasar de Humaita, bombardear y aterrizar tropas.

Cortada por todos lados y quedándose sin comida y municiones, la guarnición de Humaita finalmente se rindió el 24 de julio de 1868. En septiembre, López abandonó una línea defensiva a lo largo del Río Tebicuary y volvió a acercarse a la capital. Su ingeniero británico George Thompson construyó una línea defensiva fortificada a 22 millas (35 km) al sur de Asunción, que se extiende desde las fuertes baterías del río en Angostura, a lo largo del arroyo Pikysyry y 6 millas (10 km) hacia el este, hacia los pantanos de la Laguna Ypoa. Mientras tanto, los aliados avanzaron hacia el norte por el río Paraguay, acompañados por la flota brasileña, continuaron lenta pero constantemente.

Para diciembre de 1868, la línea Pikysyry, suministrada desde Villeta, estaba en manos de unas 12,000 tropas paraguayas con 85 cañones; En lugar de intentar ataques frontales, Caxias mostró su talento. Envió una parte fuerte de su fuerza a través de la orilla oeste; Pídales que construyeran una carretera de “pana” de madera por algunos kilómetros a través de las marismas para llevarlos al norte; y el 4 de diciembre los envió de vuelta a la orilla este de San Antonio, muy por detrás de la línea defensiva paraguaya. Caxias luego dirigió su ejército hacia el sur, derrotando en detalle a las mucho más débiles fuerzas paraguayas del Gen Bernardino Caballero en Ytororo el 6 y Avay el 12 de diciembre. El 24 de diciembre, López rechazó los términos de rendición ofrecidos por los Aliados y huyó a Cerro León. Después de otra victoria aliada en Ypacarai el día de Navidad, López lideró personalmente 10,000 hombres contra más del doble que muchos aliados en un ataque sin esperanzas en Lomas Valentinas (Yta-Ibate) el 27 de diciembre.

El 1 de enero de 1869, las tropas brasileñas entraron en Asunción, que fue completamente ocupada el 5 y sometida a saqueos. Dos semanas después, Caxias renunció a su mando, aparentemente debido a su mala salud; parece haber argumentado en contra de gastar más vidas y fondos persiguiendo a López hasta el amargo final, pero para el emperador Pedro II esto ahora era un asunto personal.

El ejército paraguayo se retiró al noreste, pero fue derrotado en las batallas en Caacupé y Piribebuy el 15 de agosto de 1869. La victoria aliada en Piribebuy bajo el Conde d’Eu, Gaston Luis Felipe d'Orleans, destruyó al ejército paraguayo como una fuerza de combate efectiva. Sin embargo, López fue capaz de reunir los restos de su fuerza y ​​librar la guerra de guerrillas desde el norte. El 1 de marzo de 1870, una unidad de caballería brasileña acorraló al presidente del mariscal Francisco Solano López y su banda en el cerro Cora. López y su hijo fueron asesinados, y la guerra terminó.

La guerra demostró la capacidad de las repúblicas latinoamericanas para librar una guerra moderna en gran escala. Paraguay exhibió extraordinarios recursos, improvisando según fue necesario, construyendo barcos y armamentos con sus propios recursos y continuando la guerra en las circunstancias más adversas. Brasil y Argentina organizaron grandes ejércitos y resolvieron problemas de comandos aliados.

La guerra devastó a Paraguay, que perdió entre el 8,6 y el 18,5 por ciento de su población, así como el 38 por ciento de su territorio nacional. Además, la vibrante economía de la preguerra de Paraguay fue destruida y el país se hundió en un período de inestabilidad política. Sin embargo, Argentina logró importantes ganancias territoriales con relativamente poca perturbación de su economía o estabilidad política. El impacto de la guerra en Brasil fue mixto: se ganó territorio y los militares obtuvieron un nuevo respeto, pero el costo de la guerra en vidas y fondos brasileños fue alto.