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viernes, 24 de mayo de 2024

Malvinas: Un día de la Patria pleno de ataques aéreos

Los ataque aéreos argentinos del 25 de Mayo de 1982


 


El parte meteorológico 
Sin fenómenos significativos en Santa Cruz y Chubut: cielo claro a poco nuboso. Vientos moderados del oeste. En Tierra del Fuego, una vaguada de superficie, débil, producía cielos cubiertos con nubosidad media y precipitaciones dispersas. Buena visibilidad y techos superiores a 600 metros. Vientos moderados del sector noroeste.

En Malvinas, una cuña de alta presión ocasionaba bancos de estrato cúmulus entre 300/600 metros. Visibilidad buena, reducida en las primeras horas por neblinas de dos a tres kilómetros, mejorando rápidamente hacia el mediodía. Vientos moderados del sudoeste. Sin precipitaciones.

Las intenciones de la Fuerza Aérea Sur

El día de la Patria, encontró a la FAS en plena acción. Sus principales objetivos seguían siendo las naves enemigas en la zona del estrecho y bahía San Carlos.

Primeros ataques

Dado que en días anteriores se había observado que las primeras escuadrillas en atacar no encontraban oposición de PAC enemigas, se decidió lanzar al alba (en vuelo nocturno) la primera, con el sistema A-4 Skyhawk y sin oficial de control aéreo táctico, a fin de que ese avión, en vuelo alto, no alertara al enemigo de la aproximación del ataque. Así salieron:

  • 07:28 hs desde Río Gallegos despegó el reabastecedor Hercules KC-130, indicativo "París". 
  • Cuatro A-4B Skyhawk, indicativo "Marte", armados con una bomba MK-17 de 1.000 lbs. Tripulación: Capitán. Hugo Palaver (C-244), Ten Daniel Gálvez (C-250), Ten Vicente Autiero (C-221), Alf Hugo Gómez (C-209). Despegaron de GAL a las 08:00. La segunda sección regresó a los 25 minutos, Autiero y Gómez, por falla del Nº 3; el 4 lo siguió pues no tenía la sección guía a la vista (nocturno), siguieron Palaver y Gálvez. Reabastecieron del "París" y en Puerto Pacheco, con dirección al blanco, rumbo sur, se internaron con bruma y visibilidad 0. Regresaron a punto inicial, eran las 09:10 hs, pasaron por Roca Negra, giraron a la derecha y pusieron rumbo al blanco nuevamente. 
Recorrieron el brazo San Carlos. Divisaron un buque blanco. Al ver una cruz roja pintada en su casco, suspendieron el ataque. Era el Uganda. No observaron otros buques, ni recibieron fuego de artillería antiaérea. Giraron a la derecha en Laguna Paloma. Con el OMEGA indicando blanco a 15 MN derecha, siguieron y observaron lo que creyeron era puerto San Carlos. Iban con rumbo sur y al levantar en el puerto, el 2 informó que era Darwin. De inmediato, giraron a la derecha para alejarse.
Vieron un buque verde y casco negro. Recibieron fuego de la artillería antiaérea propia en Darwin. Realizaron un reempleo creyendo que estaban en Puerto San Carlos y entraron al blanco sin percatarse que era realmente Darwin, como había apreciado el numeral. El Nº 1, Palaver, tiró al buque bombas y cañones y el Nº 2, Gálvez, a un grupo de casas. Salieron sobre el estrecho y en la posición Elefante Marino, nivel de vuelo 50. El Nº 1 informó que su indicador de combustible marcaba 0. Había sido alcanzado en la parte inferior de su avión, de acuerdo con lo que vio su numeral, estaban en 51º 25' S / 59º 30' O.

Instantes después, aparentemente alcanzado por un misil Sea Dart lanzado desde el destructor HMS Coventry, que se encontraba al norte de la isla Borbón, el averiado avión del Capitán Hugo Palaver fue derribado sin que su piloto lograra eyectarse. El Ten Gálvez arribó a Río Gallegos a las 11:00 hs.

  • Cuatro M-5 Dagger, indicativos "Rango" y "Bingo". Tripulación "Rango": Capitán. Carlos Rohde (C-418), Capitán. Roberto Jannet (C-431). Tripulación "Bingo": Capitán. Amílcar Cimatti (C-436), Capitán Carlos Moreno (C-435). Misión: Búsqueda de un radar inglés en las islas de Beaucheme. Despegaron, por secciones, de Río Grande a las 10:00 y 10:20 respectivamente. Cada sección debía ser guiada por un Lear Jet LR-35A. 
  • El Lear matrícula T-23, que despegó de Río Grande a las 10:15, tripulado por los capitanes Nicolás Benza y Jacinto Despierre y el Cabo 1º Juan Mothe como mecánico; guió hasta cien millas de las islas Beaucheme a la sección del Capitán Jannet. Regresó a Río Grande a las 12:05. 
El vuelo de ambas secciones de M-5 comenzó en condiciones por instrumentos, pero en el objetivo estaba claro ilimitado. A la vista de las islas, la sección “Rango” exploró la zona asignada, sin observar instalaciones de radar ni buques, por lo que regresó, en vuelo rasante, arribando a Río Grande a las 12:00. La sección "Bingo" realizó navegación sin acompañamiento del Lear, por fallas. Una vez que visualizaron las islas, el Capitán Cimatti ordenó acelerar a 500 nudos. Ordenó tirar con cañones sobre la Punta Belgrano sin observar tiro de artillería; salieron patrullando bahía San Felipe e isla de los Pájaros. Regresaron a Río Grande a las 12:20. 

  • HS-125, matrícula LV-ALW. Indicativo: "Rayo", en tareas de OCAT (Vicecomodoro Torres y Mayor Medina). Tripulación: Teniente Poggi, Alférez Mariani, SP Acosta, en 52º 00' S / 64º 30' O. Despegó de Comodoro Rivadavia a las 10:22. Arribó a las 14:55. 
Ataques a objetivos navales
Son atacados y averiados, en la Bahía de San Carlos, la fragata misilística F-21 Avenger de 3.250 ton y el buque de asalto anfibio HMS Fearless de 12.120 ton. 

Ataques a la HMS Avenger y el HMS Fearless

  • Cuatro A-4C Skyhawk, indicativo "Toro", armados con bombas retardadas por paracaídas. Tripulación: Capitán Jorge García (C-304), Ten Ricardo Lucero (C-319), Ten Daniel Paredi (C-312), Alférez Gerardo Isaac (C-302). Despegaron de San Julián a las 11:30hs. Reabastecieron en el "París" y al llegar a la isla Gran Malvina, la cruzaron en vuelo rasante. Ingresaron al estrecho y, al llegar a la bahía de San Carlos (12:25 hs), atacaron a los buques allí reunidos. 

Recibieron fuerte fuego antiaéreo. El teniente Lucero fue derribado por un misil Rapier, lanzado desde tierra. Se eyectó y fue rescatado por el HMS Fearless, el mismo buque que había atacado. Los tres restantes atacaron un buque, probablemente la fragata clase 21 HMS Avenger.

A la salida, individual, bajo fuego antiaéreo, el capitán Jorge García, informó que tenía problemas hidráulicos. Cuando iba en ascenso, debido a sus averías fue derribado por un misil Sea Dart del HMS Coventry, sin eyección.

Los Nº 3 y 4 siguieron en alejamiento. El Nº 4 notó un importante descenso en su indicador de combustible, razón por la cual eyectaron cargas y pidieron reabastecimiento. Ascendieron y acoplaron en el Hercules KC-130, indicativo "Berlín", que había despegado de Río Gallegos a las 07:28. Arribaron a San Julián a las 14:30 hs.




Hundimiento del HMS Coventry
Son atacados y averiados, al norte de la isla Borbón, la fragata misilística F-21 Broadsword de 4.000 ton y el destructor D-42 Coventry de 4.100 ton (hundido). 

Ataques a la HMS Broadsword y el HMS Coventry

  • Lear Jet LR-35A, indicativo "Ranquel". Despegó de Comodoro Rivadavia a las 13:45. Misión: retransmisor. Tripulación: Tenientes Emil Williams y Gustavo Cercedo, Cabo 1º Dardo Rocha. Regresó a Comodoro Rivadavia a las 16:55 hs, por Malvinas. Debía encontrarse en el punto este (51º 30' S / 64º 00' O), a nivel de vuelo 350 para apoyar a las escuadrillas: 
  • Tres A-4B Skyhawk, indicativo "Vulcano", armados con una bomba MK-17. Tripulación: Capitán Marcos Carballo (C-225), Teniente Carlos Rinke (C-214), Alférez Leonardo Carmona. Despegaron de Río Gallegos a las 14:00 hs. Arribaron a las 17:00 hs. 




  • Tres A-4B Skyhawk, indicativo "Zeus". Tripulación: Primer teniente Mariano Velasco (C-212), Alférez Jorge Barrionuevo (C-207), Teniente Carlos Osses (C-204). Despegaron de Río Gallegos a las 14:00 hs. Arribaron a Río Gallegos a las 17:00 hs. 
En ambas escuadrillas fallaron los Nros. 3 (en la "Vulcano" el Alférez Carmona, no decoló por inconvenientes técnicos y, en la "Zeus", el Teniente Ossés se volvió después de 240 MN por problemas en su transmisor de VHF; arribó a GAL a las 16:00 hs). 

 
 
Hundimiento del HMS Coventry

Las secciones llegaron al norte de la isla Borbón con 2/3 minutos de intervalo e hicieron el reabastecimiento en vuelo.

A las 15:20 hs, la sección "Vulcano" (Carballo - Rinke), atacó la fragata 22 HMS Broadsword que repelió el ataque con misiles, granadas de fragmentación y cañones. Los argentinos lograron arrojar sus bombas de 1.000 lbs sin apreciar los resultados.

La sección "Zeus" comprobó que de la popa de la HMS Broadsword salía un intenso humo negro. De acuerdo con informes ingleses, fue dañado el sistema de dirección y propulsión. El Capitán Carballo regresó con tanque derecho de combustible perforado por una esquirla. 



La versión inglesa 

Después llegó la sección "Zeus" que enfiló directamente al HMS Coventry. Este, que navegaba paralelo a la fragata, viró y enfrentó la dirección del ataque, lanzando misiles y fuego de artillería antiaérea. El primer teniente Velasco y el Alférez Barrionuevo se aproximaron cañonearon y lanzaron sus bombas, el guía en proa, el Nº 2 confirmó tres impactos, evadieron y regresaron a Río Gallegos a las 16:21 hs. 

  
Secuencia fotográfica del ataque a la HMS Coventry obtenida por el Lt Bell Davis
 
Tareas de rescate de sobrevivientes de la HMS Coventry 

Hundimiento del Atlantic Conveyor
Es atacado y hundido, al norte de la isla Soledad, el portacontenedor Atlantic Conveyor de 14.950 ton.

 
Atlantic Conveyor antes del hundimiento


  • Dos Super Etendard, indicativo "Mina", armados con dos AIM 39 Exocet. Despegaron de Río Grande a las 14:34 hs con rumbo noreste. Tripulación: CC Curilovic y TF Barraza de la aviación naval. Reabastecieron del KC-130 "Berlín" a las 15:45 hs en el puesto de reabastecimiento aéreo y se lanzaron con rumbo este hasta alcanzar el punto en que debían iniciar el vuelo rasante. Al enganchar el blanco dispararon ambos Exocet (16:20 hs). Regresaron a su base luego de realizar un nuevo reabastecimiento a las 16:50. 
En el puente del HMS Hermes, Graene Hammond, asesor de prensa del almirante, presenció la acción:

En síntesis, la sección "Mina", en una operación impecable, había herido mortalmente a un valioso portacontenedor, no sólo por su porte, sino, fundamentalmente, por su carga, helicópteros Chinook, pista de aluminio, carpas, etc.

  
 
Atlantic Conveyor luego del ataque
 
Principales ataques del día 25 de mayo 

Otros acontecimientos
A las 14:50 hs, la Armada Argentina solicitó a la FAS atacar a un petrolero y a un submarino, aparentemente ingleses ubicados a los 50º 57' S de latitud y 56º 57' O de longitud. El Capitán de Fragata Pirra, enlace de la Armada en la FAS, pidió confirmación al Comando de Operaciones del Atlántico Sur. Éste le ratificó que no era propio.

A las 15:15 hs, la FAS envió un Mirage III, indicativo "Patria" a reconocer y atacar el presunto barco y submarino inglés. El Capitán Guillermo Ballesteros despegó de Río Gallegos a las 14:47 hs. Antes de atacar, hizo un pasaje y observó que el petrolero se llamaba Santa Cruz. Informó a Río Gallegos y éste a la FAS, quien ya había enviado al ataque a seis IA-58 Pucará. La FAS preguntó nuevamente al enlace de ARA, y más tarde corroboraron que verdaderamente era el Santa Cruz, reabasteciendo a un submarino argentino. Los Pucará fueron detenidos próximos al despegue.

Balance del día 

  • 9 salidas de A-4B; un avión derribado, piloto fallecido. 
  • 7 salidas de M-5; tres aviones regresan por orden superior. 
  • 4 salidas de A-4C; dos aviones derribados; un piloto fallecido, otro prisionero. 
  • 1 salida de M-III. 
  • 22 salidas de exploración y reconocimiento, diversión y retransmisor. Un avión regresar por inconvenientes técnicos. 
  • 1 salida para puente aéreo con C-130. 
  • 3 salidas de reabastecimiento con KC-130. 
Bajas enemigas 

  • Destructor HMS Coventry. Hundido. 19 tripulantes desaparecidos. 
  • Portacontenedores STUFT Atlantic Conveyor, incendiado (posteriormente se hundió) por un ataque de la aviación naval con apoyo de los KC-130 de la FAA. 
  • Fragata HMS Broadsword. Averiada. 
  • Dos naves no identificadas (una probablemente HMS Avenger y otra HMS Fearless). 
  • Tres Harrier GR.3 RAF derribados. 
  • Un helicóptero Lynx (en la HMS Broadsword), destruido. 
En este día ofrendaron su vida al servicio de la Patria 
  • Capitán D. Hugo Angel del Valle Palaver 
  • Capitán D. Jorge Osvaldo García 

Fuerza Aérea Argentina

martes, 10 de octubre de 2023

Frente del Mediterráneo: El gran golpe de la Luftwaffe

Historias navales. Bofetada mortal de la Luftwaffe

Roman Skomorokhov || Revista Militar

 


Mayo de 1942 fue un mes inusualmente sangriento. Los estadounidenses y los japoneses se encontraron en el Mar de Coral, cerca de Jarkov, la Wehrmacht infligió una gran derrota al Ejército Rojo, en África Rommel fue a Tobruk, Manstein capturó Crimea.

Pero nuestra historia se desarrolló algo alejada de estos eventos, entre Europa y África, en el Mar Mediterráneo.

La historia es interesante porque la Luftwaffe probó nuevas tácticas en ella, que luego comenzaron a usarse con mucho éxito en otros frentes, en particular, contra la Flota soviética del Mar Negro . Y aplícalo con mucho éxito.

Pero todo comenzó en el Mediterráneo, donde las unidades de la Luftwaffe ayudaron a los italianos a luchar contra la flota británica.

1942 en el Mediterráneo se celebró bajo la bandera del enfrentamiento entre las armadas británica e italiana. Los británicos escoltaron convoyes a Creta y Malta, y los italianos al norte de África. Y, naturalmente, ambos bandos intentaron evitar que el otro realizara operaciones de convoy.


En general, la interceptación del convoy enemigo es lo que estaban haciendo casi todas las partes involucradas durante esa guerra. Es una cuestión muy sencilla si el reconocimiento está debidamente organizado y, lo más importante, muy agradecido, ya que incluso uno o dos transportes hundidos de cada diez pueden dificultar las acciones de las tropas a las que están destinados.

Y una cosa es si estas pérdidas están en la composición de, digamos, convoyes del Atlántico norte que navegaban hacia la URSS. La ayuda de los aliados fue muy, muy importante, pero en nuestro país había fábricas y fábricas que producían todo lo necesario para el frente. Pero, digamos, Rommel y su cuerpo "África" sólo podían contar con lo que se entregaría por mar.

De ahí que la interceptación de convoyes que se dirigieran a Bengasi (base de la flota italiana en Libia) o Alejandría (base de la flota británica en Egipto) se convirtiera en una tarea muy importante, a la que los alemanes, italianos y británicos prestaron toda su atención.

Así sucedió en el caso que se describe hoy.

Los servicios de interceptación de radio británicos (y estos señores supieron trabajar, es un hecho) en la madrugada del 10 de mayo de 1942, interceptaron y descifraron muy rápidamente varios mensajes de radio italianos. La información recibida indicó que un convoy de transporte italiano había salido de Tarento hacia Bengasi.


De Tarento a Bengasi, poco menos de mil kilómetros en línea recta. De Alejandría a Bengasi, un poco más, unos 1100 km. Por supuesto, los transportes van más lento que los buques de guerra, por lo que para interceptar con confianza el convoy, el comando británico decidió enviar cuatro destructores de alta velocidad, que se suponía que interceptarían el convoy a una distancia decente de Bengasi para no ser golpeados por los barcos de la flota italiana en el puerto.

Estaba previsto que la interceptación se llevara a cabo a primeras horas de la mañana del 12 de mayo, estando a una distancia segura de Brindisi. Y de acuerdo con los planes desarrollados, alrededor de las 20 pm del 10 de mayo, 4 destructores abandonaron el puerto de Alejandría: "Jarvis", "Jackal", "Kipling" y "Lively".

  Destructor "Jarvis"
 
Destructor "Kipling"

 
Destructor "Jackal"

 
Destructor "Lively"

La unidad estaba comandada por el Capitán First Rank Polland, que sostenía la bandera en el Jarvis. Se suponía que los destructores tenían su propia cobertura aérea de los cazas pesados ​​Beaufighter de largo alcance que operaban desde aeródromos egipcios.

¿Por qué todos los planes son buenos? Por lo que parece factible. ¿Qué ocurre? El hecho de que otras partes interfieran en ellos.

El 11 de mayo, alrededor de las 11 de la mañana, los destructores fueron avistados por la tripulación del avión de reconocimiento alemán Ju-88. Además, el avión alemán no fue visto desde los barcos. Los hombres de señales se relajaron, o tal vez los alemanes no los habían detectado. Los destructores continuaron su curso anterior en formación de combate.


A las 13.35 llegó otro explorador, pero ya lo habían visto en los destructores. A las 14.45, los barcos dieron un giro en U y tomaron el rumbo opuesto. De acuerdo con el plan, se suponía que Polland actuaría exactamente de esta manera: cuando se detectó el reconocimiento aéreo del enemigo, los barcos detuvieron la misión y se dieron la vuelta.

Sin embargo, la Luftwaffe tenía su propia opinión sobre este asunto.

El hecho es que cuando se encontraron los Junkers en los destructores y comenzó el cambio de sentido, ya era demasiado tarde. Los alemanes lograron confirmar el rumbo de los barcos británicos y llamar a los grupos de ataque. Los destructores seguían avanzando hacia Bengasi y los bombarderos alemanes ya despegaban de los aeródromos de Creta.

El primer grupo estaba formado por 8 Junkers Ju-88, cada uno de los cuales llevaba 2 bombas de 500 kg y 2 bombas de 250 kg. Equipo de combate máximo en este rango.


Cómo sucedió que tres Beaufighters no pudieron resistir ocho Junkers es algo incomprensible. Pero los pilotos británicos no estaban a la altura (o, por el contrario, demasiado alto), y los Junkers atacaron a los destructores.


Los barcos iban a una velocidad de 30 nudos y, naturalmente, intentaron evadir los ataques de los aviones, mientras disparaban desde todos los cañones. Esto no tuvo el efecto deseado, el fuego no interfirió con el ataque y el primero en ser alcanzado fue "Lively", que estaba en el rombo más a la izquierda de la formación.

En realidad, "Lively" fue considerado un destructor de defensa aérea. El hecho es que debido a la falta de cañones estándar de 120 mm para destructores, de los cuales seis deberían instalarse en Lively, el destructor estaba armado con ocho cañones de 102 mm en cuatro torretas.

Además, el destructor estaba armado con un cañón automático Vickers cuádruple de 40 mm, dos ametralladoras antiaéreas Oerlikon de 20 mm y dos montajes de ametralladora cuádruples Vickers de 12,7 mm.

Para el destructor, el armamento era más que serio, pero los cálculos no estaban a la altura. Ni un solo avión alemán fue derribado.

A las 16:40, el avión al mando de Oberfeldwebel Otto Loipert arrojó las cuatro bombas, y lo hizo de manera muy efectiva: una bomba impactó detrás de la torre B y explotó al nivel de la cubierta inferior del barco. Dos bombas estallaron cerca del costado en el área de la torre "A". Una fuerte explosión tronó en la proa y después de 3,5 minutos el destructor se hundió.

El comandante del grupo de bombarderos, el capitán Helbig, informó que la incursión no tuvo éxito, pero la tripulación de reconocimiento que observaba la batalla informó a la base que el destructor había sido hundido.

Los alemanes fueron seguidos por los italianos, seis bombarderos CANT Z.1007b de las fuerzas con base en Barki en Libia.


Los italianos no atacaron los barcos con una sola bomba, pero con gusto informaron sobre el hundimiento del Lively por impactos directos de bombas de 100 kg.

El resto de los destructores del grupo recogieron a los marineros supervivientes y continuaron su retirada hacia Alejandría.

A las 18.10 los destructores fueron alcanzados por un segundo grupo de bombarderos de 13 Junkers, que habían despegado de un aeródromo en Grecia. Cubriendo "Beaufighters", habiendo gastado combustible, fue a la base, por lo que los alemanes bombardearon sin encontrarse con los combatientes. Los británicos abrieron fuego de nuevo y empezaron a esquivar. Se dispersaron en paz, ni una sola bomba golpeó los barcos, todos los aviones regresaron al aeródromo.

Después de 2 horas, se acercó un tercer grupo de alemanes, al mando del mismo Helbig. 10 Junkers de Creta fueron atacados por destructores desde una altura de 500 metros, provenientes de la dirección del sol. Los Beaufighters nuevamente fallaron el ataque alemán y fueron nuevamente inútiles.

"Kipling", atacado por el propio Helbig, recibió una bomba de 500 kg en la sala de máquinas y la misma explotó cerca del costado de babor. De terribles explosiones arrancó la carcasa y arrojó el tubo torpedo por la borda. La sala de máquinas y la sala de calderas se inundaron y después de 10 minutos el barco se hundió.

Casi al mismo tiempo, las bombas de uno de los aviones alcanzaron al Chacal. Dos a los lados y uno en cubierta en el área de la sala de máquinas. Tanto las salas de calderas como la sala de máquinas se inundaron, el destructor perdió potencia y velocidad. Además, se inició un incendio en el tanque de combustible.

El buque insignia del grupo Jarvis, después de recoger a la tripulación de Kipling del agua, intentó llevar al Chacal a remolque. Sucedió, pero por la noche los incendios en el barco se descontrolaron y el barco tuvo que ser abandonado por completo.

A las 4.50 el "Chacal" fue rematado por un torpedo, y el "Jarvis" se fue solo a Alejandría. Y llegó, trayendo a bordo a 630 personas rescatadas de otros barcos. Las pérdidas de la flota británica en esta fallida operación ascendieron a 111 personas.

¿Qué conclusiones se podrían sacar aquí?

1. "Beaufighter" como luchador encubierto no fue tan bueno como nos gustaría. Poseyendo características de vuelo y armas impresionantes, debido a las peculiaridades del pilotaje, no era muy adecuado para el combate maniobrable con bombarderos en picado, que eran muy ligeramente inferiores en velocidad a él. Además, llamaba la atención el entrenamiento claramente insuficiente de las tripulaciones más una pequeña cobertura (2 veces 3 aviones).

La conexión entre los barcos y los aviones de cobertura era repugnante.

2. Entrenamiento de combate insuficiente de las tripulaciones de destructores. Tres oleadas de bombarderos alemanes componen 31 aviones en total. 62 bombas de 500 kg y la misma cantidad que pesa 250 kg. El resultado son tres barcos hundidos.

Estos barcos llevaban un conjunto de armas muy impresionante:
- 18 cañones de 120 mm;
- 8 cañones de 102 mm;
- 16 cañones de cañones antiaéreos de 40 mm;
- 2 cañones antiaéreos de 20 mm;
- 32 ametralladoras de 12,7 mm.

Y todos los aviones alemanes regresaron sanos y salvos a sus aeródromos. Solo dice que las tripulaciones dispararon, por decirlo suavemente, vergonzosamente. Y maniobrar barcos en combinación con velocidad no tuvo mucho éxito.

3. Los alemanes, como siempre, se aseguraron la posesión de información. Los exploradores, aferrados al grupo de barcos, no la dejaron ir durante una hora, teniendo una imagen completa de dónde estaban los destructores británicos.

4. Los pilotos alemanes tuvieron una excelente formación, que demostraron en la práctica. Además de la excelente interacción de exploradores y aviones de ataque.

Y lo más desagradable: un convoy italiano formado por los transportes Bolsena, Orsa y Menes, escoltados por los destructores Saetta y Folgore, llegó sano y salvo a Bengasi a las 11:30 del 13 de mayo.

Los británicos hicieron todo. lo que dependía de ellos: se fortaleció el entrenamiento de combate de las tripulaciones de defensa aérea,

se atrajeron barcos de un escuadrón en el Océano Índico para realizar misiones de combate en el Mediterráneo.Los alemanes también tuvieron en cuenta los momentos mostrados durante esta operación. La altura de caída recomendada de las bombas se redujo tanto para el vuelo horizontal como para el buceo. Esto no fue un gran riesgo para las tripulaciones bien entrenadas, pero proporcionó una excelente precisión de bombardeo.

Recuerda la historia del hundimiento de un avión alemán. frente a la costa de Crimea, ¿tres destructores soviéticos el 7 de octubre de 1943? Un escenario muy similar. Es un hecho triste que el comandante del barco soviético se involucró en total estupidez con la captura y ejecución de los pilotos alemanes, lo que facilitó enormemente a la Luftwaffe para llevar a cabo la tarea de hundir sus barcos. Pero las acciones de las tripulaciones alemanas fueron muy similares a las que observamos un año antes en el Mediterráneo.

Sin embargo, esta es una historia completamente diferente.

sábado, 23 de septiembre de 2023

Malvinas: El frustado gran ataque del 3 de mayo

31 aviones y 64 bombas: el ataque masivo de la Fuerza Aérea que pudo cambiar el rumbo de la Guerra de Malvinas

Un día después del hundimiento del Crucero General Belgrano, informes de inteligencia establecieron la presencia de un portaaviones inglés en una zona cercana a las islas y al alcance de la aviación. La decisión de atacar el 3 de mayo de 1982. Las razones de la Armada Argentina para rehusarse y el desenlace de una operación que dejó enseñanzas

Infobae


El Douglas A-4B matrícula C-226, reabasteciendo en vuelo durante el conflicto por Malvinas, armado con 3 bombas de 500 libras

El 3 de mayo la Fuerza Aérea se desesperaba por golpear al enemigo.

Los combates habían arrancado el primer día de mayo, pero el día 2 había sido una gran pausa, mientras ambos contendientes repensaban sus estrategias.

Las primeras noticias del día no resultaban alentadoras.

El pequeño buque de la armada, ARA Alférez Sobral, en misión de búsqueda de una tripulación derribada, había sido dañado por los británicos. Más allá de esta pésima novedad, lo cierto es que, con ello, los mandos corroboraron que los ingleses no estaban lejos de la posición de ese ataque y, por tanto, podrían ser a su vez atacados.

Todo comenzó a moverse rápidamente a las 13:15 hs, cuando el teléfono sonó en la sede del Comando Aéreo Estratégico (CAE) en Comodoro Rivadavia y, desde la Agregaduría Militar en Estados Unidos, el Comodoro Massa informó que “fuentes externas” (posiblemente un satélite soviético), informaban de “un (1) portaaviones y tres (3) buques (posiblemente fragatas)” en una posición determinada, al sur de Malvinas y al alcance de la aviación continental.

Mientras las autoridades aeronáuticas se miraban perplejas y comenzaban a reaccionar para orquestar la respuesta, llegó otra información muy relevante.

La misma había sido proporcionada por el PATO, un avión Lockheed C-130 Hercules (matrícula TC-68) de la Fuerza Aérea, que había partido muy temprano y estaba tratando de aterrizar en el aeropuerto de Puerto Argentino, en un peligroso y complicado vuelo logístico. Volaba a muy baja altura, para evadir cualquier detección y a posibles aviones Harrier en su ruta.

Próximos a girar para iniciar las maniobras de aterrizaje y recién salidos de un banco de niebla, el piloto y copiloto (el Vicecomodoro “Fredy” Cano y el Capitán “Dino” Hrubik), notaron la presencia, a unas tres millas de distancia y a 40 millas de la costa, de lo que primero eran “barquitos” y luego estimaron era un buque logístico grande “acompañado por dos fragatas, estas últimas más alejadas”.

Ello hizo que la tripulación girara abruptamente, abortara el aterrizaje y pusiera rumbo hacia Río Grande. Eran las 10:30 de la mañana.

Casi tres horas después, los detalles acerca de este avistaje, que parecía corroborar la información que venía desde el exterior, estaba en el CAE.

Las órdenes, mediante líneas de comunicación seguras, comenzaron a fluir hacia las unidades de la Fuerza Aérea Sur (FAS) en Trelew, Comodoro Rivadavia, San Julián, Río Gallegos y Río Grande. Se estimaba que el portaaviones o el buque grande, podría tratarse del HMS Hermes, buque insignia de la flota.

Un avión Super Étendard, armado con un misil Exocet, en la base Río Grande

Los portaaviones británicos eran, realmente, el blanco prioritario de las fuerzas aéreas argentinas, en tanto se entendía que, con la pérdida de uno de ellos, toda la operación británica se resquebrajaría y hasta podría desmoronarse. Los argentinos no estaban equivocados, tanto el almirante británico Woodward (a cargo de la Fuerza de Tareas británica) y el cuartel general de la flota en Northwood tenían sumamente claro que “daños mayores en el Hermes o en el Invincible… probablemente causarían el abandono de las operaciones en las Islas Malvinas”

La Fuerza Aérea se aprestó para atacar, ordenando que se alistaran varias escuadrillas de cazas y bombarderos, junto con aviones tanqueros (que reabastecerían a los cazas en vuelo), aviones retransmisores y vuelos de engaño.

Era un esfuerzo mayúsculo y coordinado, en tanto se consideraba que solo la saturación de las defensas podría hacer que el ataque tenga alguna posibilidad de éxito, frente a una flota en mar abierto. Esta saturación, en otros términos, implicaba que muchos de los aviadores argentinos no regresarían pero, mientras eran derribados, otros camaradas podrían pasar la cortina de fuego y misiles, para poder lanzar sus bombas.

La cantidad de vuelos que se programaron resulta impresionante:

  • Ocho cazabombarderos Douglas A-4B (indicativo de las escuadrillas: FIERA y TRUENO) desde Río Gallegos, armados cada uno con tres bombas de 500 libras, retardadas por paracaídas.
  • Ocho cazabombarderos Douglas A-4C (OSO y DOGO) desde San Julián, armados cada uno con tres bombas de 500 libras, retardadas por paracaídas.
  • Cuatro cazabombarderos IAI Dagger (DARDO y PANCHO), desde Río Grande, armados cada uno con dos misiles aire-aire Rafael Shafrir-2 y que darían cobertura aérea a los incursores mientras reabastecían en vuelo.
  • Cuatro bombarderos English Electric Canberra Mk.62 (LINCE y ORO), desde Trelew, en configuración de exploración radar y armados también cada uno con cuatro bombas de 1.000 libras.
  • Dos tanqueros KC-130 (KIKO y MAIO), desde Río Gallegos y Comodoro Rivadavia.
  • Cuatro aviones de enlace Gates Learjet Model 35, desde Comodoro Rivadavia y otras bases, en misiones de diversión (confundirían a los radares enemigos, simulando ser cazabombarderos, pero retirándose antes de entrar en combate).
  • Un avión Gates Learjet Model 35 como retransmisor en vuelo, en tanto las escuadrillas volando rasante perdían el contacto de radio con las bases.
Mapa con las distintas bases aéreas y los aviones de la Fuerza Aérea que desde allí despegaron. También, las posiciones estimadas del portaaviones HMS Hermes y, finalmente, la posición real en la que se encontraba ese día

Treinta y un aviones argentinos de la Fuerza Aérea en el aire simultáneamente, con 64 bombas para la flota enemiga. Cada una con capacidad de hundir un buque del tamaño de un destructor o fragata, o dañar seriamente a un portaaviones.

Apenas llegadas las órdenes fragmentarias, los mecánicos y armeros comenzaron con sus preparaciones, mientras los pilotos eran informados, en la sala de pre-vuelo de los blancos y de todo lo necesario para llegar, pegar y volver. Los nervios a flor de piel, todos sabían que el curso de la guerra podía cambiar esa tarde y, también, que muchos no regresarían, pero que el esfuerzo nunca sería en vano.

La orden de atacar llegó también a la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque de la Armada Argentina, en Río Grande. Venía directamente del Comandante de la Aviación Naval, en Espora.

La información que se suministró era escasa. Un blanco mediano (sin ser identificado) a unas 50 millas de las islas. El comandante de la Escuadrilla, el Capitán de Corbeta Jorge “Piti” Colombo no estaba de acuerdo con largar una misión con tan poca información inicial, ya que tenía presente que, según la doctrina (y el sentido común), debía utilizar sus aviones Super Étendard y los poderosísimos misiles Exocet (de los cuales solo había cinco en el país), contra blancos perfectamente ubicados. La sorpresa era todo para este tipo de misiones y cada uno de los misiles tenía que contar.

Su primera reacción fue señalar que su escuadrilla no volaría una misión de estas características. Pero el Comando de la Aviación Naval le requirió el cumplimiento total de la orden: en el marco del hundimiento del Belgrano (que había sucedido el día anterior), la Armada tenía que atacar.

El Contralmirante Carlos García Boll (Comandante de la Aviación Naval) también había dudado en empeñar a los Super Étendard sin una posición cierta del blanco a batir, pero había optado por avanzar con la misión, teniendo en cuenta que la Fuerza Aérea haría lo mismo.

Dos aviones (al comando de Capitán de Corbeta Augusto “Vasco” Bedacarratz y el Teniente de Fragata Armando “Huevo” Mayora) fueron alistados y, con sus misiles cargados, rodaron lentamente hacia la cabecera de la pista, esperando la orden de despegue. Que nunca llegaría.


Un avión Aermacchi MB-339A en vuelo, en este caso el 4-A-119 que no cruzó hacia las islas Malvinas

Mientras tanto, los aviones de la Fuerza Aérea ya estaban en vuelo hacia el blanco. Habían despegado casi todos, los únicos faltantes, por problemas técnicos, eran un avión Douglas A-4C y la sección ORO de aviones Canberra.

Sin embargo, se necesitaba confirmar la presencia enemiga y, por tanto, como el radar de Puerto Argentino había notado helicópteros en esa misma zona, se ordenó que decolara una sección de aviones navales Aermacchi MB-339A, aviones que, si bien de entrenamiento poseían capacidad ofensiva y operaban desde la pista de Puerto Argentino. Su misión sería buscar y atacar al buque que servía de base para esos helicópteros.

Partieron el comandante de la unidad, el Capitán de Corbeta Carlos Molteni, y también el Teniente de Fragata Carlos “Chino” Benítez. Como recordaba el Capitán “Titi” Molteni en una conferencia luego de la guerra:

“Nuestra primera acción de combate fue el día 3, para buscar un portahelicópteros y esa información venía de un satélite ruso… Salimos dos aviones, con niebla, estaríamos volando a 5 metros del suelo y estaba muy fea la visibilidad, yo pienso que no los íbamos a atacar, los íbamos a chocar…”

Sin embargo, no encontraron ningún blanco y, en la maniobra de regreso hacia la pista de las islas, volando muy bajo y con turbulencias, el Teniente Benítez hizo impacto contra el suelo y, si bien llegó a eyectarse, falleció en el terrible accidente.

Para peor, la Armada casi simultáneamente a señalar que no había blancos para atacar también informó al CAE en Comodoro Rivadavia que había buques propios en la zona y, por tanto, existía el temor que fueran atacados por equivocación. A las 16:00 hs, entonces, se ordenó a todos los aviones en vuelo que regresaran a sus bases: algunos incluso ya estaban reabasteciendo combustible de los grandes aviones Hercules.

Con bastante tensión, Bedacarratz y Mayora también bajaban de sus aviones.

Quizá se trató del ataque mejor coordinado de la guerra.

Hoja de misiones previstas para el 3 de mayo (existe un error en la fecha, parcialmente corregida en el original). Diario de Guerra del Comando Aéreo Estratégico (CAE) de la Fuerza Aérea Argentina

Si bien no se logró atacar ningún blanco, se obtuvieron importantes lecciones, que se aplicarían en los días subsiguientes, así como se corroboró que la Fuerza Aérea estaba en condiciones de planear y ejecutar ataques masivos contra distantes buques enemigos, con diversos tipos de aeronaves, partiendo de bases a cientos de kilómetros de distancia cada una. No es esto una cuestión menor, ya que se requiere un total profesionalismo de centenares de personas para poder lograrlo.

Asimismo, a la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque la Armada le quedó claro que debería seguir insistiendo en aplicar sus propios procedimientos, si quería sacar máximo provecho de sus modernos y misiles.

¿Qué buques eran los que informaban las “fuentes externas” y habían visto los tripulantes del PATO? No queda realmente claro, ya que el grueso de la flota británica estaba a cierta distancia y, además, no había buques argentinos en aguas abiertas (aún cuando algunos partes oficiales señalaron que eran efectivamente buques nacionales). O se trató de un error de identificación de blancos o se habían divisado pesqueros (del bloque oriental), que no habían abandonado el área de operaciones.

Sin embargo, la flota británica estaba movilizándose hacia esa zona del sur de Malvinas, para realizar nuevos ataques aeronavales, que intentarían concretar el día siguiente (el día 4).

Pero esa es otra historia porque fueron detectados y esta vez, guiados por un avión Neptune de la Aviación Naval, Bedacarratz y Mayora lanzarían sus misiles Exocet, para destruir al poderoso destructor HMS Sheffield.