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sábado, 13 de mayo de 2023

Argentina: El sol rojo de los comechingones

El Sol Rojo de los Comechingones

Revisionistas






Sol Rojo de los Comechingones

“La provincia de los comechingones” ….. así llamaron los españoles a casi toda la jurisdicción de Córdoba. Encontramos en los archivos municipales, que esta provincia ubica a los comechingones en las sierras a uno y otro lado, desde más o menos Cruz del Eje hasta el Arroyo de La Punilla.

La Primera Expedición que entra a Córdoba en el año 1528, lo hace al mando del navegante Gaboto, por el Este y llega a estas zonas serranas atraído por un Cerro de Plata y una ciudad llamada Paititi que se halla cerca de Yúngulo, donde se encuentra la famosa Ciudad de los Césares, cuyos pobladores son llamados los Señores, pues se sientan en sillas de oro y toda la vajilla es de ese metal precioso. Gaboto siente hablar en el Perú de los famosos y verídicos Comechingones, cuyas virtudes de hombres amantes de la verdad, han llegado hasta esos lugares del Incario.

Tienen la ciudad de Yúngulo, les comentan a los europeos en el Perú y lo que dicen los Comechingones es cierto, porque son hombres formales y de cumplimiento. Gaboto entra por el Este a la provincia de Córdoba y la camina en sus partes principales, pero no puede llegar hasta esos tesoros que la leyenda o la fábula, habían creado. Luego otro “conquistador” llamado Mendoza, entra por el norte en 1545 sin fundar ninguna población y en 1550, también lo hace Francisco de Villagra, quien no deja ninguna señal de su paso por tierras de los Barbados Serranos de Viarava y Charava. A principios de 1573, un “conquistador”, llamado Mejía Miraval, entra a Córdoba, precediendo a Jerónimo Luis de Cabrera que en los primeros días de Julio de 1573, funda la ciudad de Córdoba y muere de “garrote vil” en su cama, a principios del año 1575.

Las formas culturales de los Comechingones eran variadas y auténticas. Tenían su máxima expresión en el arte rupestre de Cerro Colorado, en las pinturas de Inti Huasi y en las pictografías y petroglifos que se encontraban en distintos lugares de las sierras cordobesas.

Para desgracia de la cultura argentina, gran porcentaje de estas expresiones se han perdido o desmejorado por encontrarse sin ninguna clase de protección de las inclemencias del tiempo, otras han sido arrancadas por manos impías con el empleo de cortafierros y martillos y llevadas a lugares desconocidos o han quedado también expuestas a la veleidades y al desprecio de los lugareños y de un turismo que en su mayoría no entiende la trascendencia de sus expresiones culturales y pone leyendas y símbolos sectarios con tiza o aerosoles imborrables.

Con las cavernas y alerones, sucede lo mismo, pues en algunas de ellas se han levantado remedos de grutas religiosas europeas, llegando en algunos casos a pintarlas con exóticos e inconcebibles colores que se refieren a determinados equipos de fútbol, en un total descreimiento de incultura y violencia populachera, tan arraigada en ciertos sectores de la sociedad argentina.

La propiedad privada que se ejerce sobre estos bienes incalculables de la cultura del hombre, ha hecho posible con el transcurso de los años, la desaparición o destrucción de Estanques Sagrados, donde en épocas pretéritas se bañaban las Ñustas, Vírgenes y Doncellas de las antiguas religiones, los Templos del Sol convertidos en resguardo de ganado y de murciélagos, las casas de Piedra, los Menhires que fueron destruidos como el de Calabalumba al pie del Uritorco o trasladados a una plaza para propaganda turística, con lo cual perdieron sus mágicos atributos, las Pircas que delineaban provincias, aldeas o propiedades, los Pucaraes o antiguas fortalezas de piedra, las manifestaciones de arte rupestre milenario y todos los objetos históricos/ culturales de mediana o pequeña construcción que los hombres de la antigüedad nos dejaran, como un testimonio silencioso de su belleza espiritual y moral, a través de su arte lítico, de la cerámica de sus guardas y dibujos, de sus trabajos en cobre, plata y oro, de los restos paleontológicos, llevados en camiones al extranjero, como los dinosaurios de Ischigualasto y toda la herencia cultural que nos dejaron grabada y pintada en la roca de sus cavernas y en sus Templos Solares Metafísicos.

El patrimonio espiritual de las antiguas civilizaciones debe permanecer sin duda alguna, a la propiedad directa del Ser Nacional de los Argentinos, por cuanto esas obras se encuentran en sus límites territoriales y su custodia, protección y conocimiento, es un derecho y una obligación irrenunciable que debe ejercer por sí misma la Nación Argentina.

El Sol Rojo del Templo del Sol

Estando de vacaciones, el escritor Leopoldo Lugones (2), el 26 de marzo de 1903 dio a conocer el hallazgo de las pinturas rupestres de Inti Huasi (Departamento de Tulumba), en un artículo publicado en el diario La Nación de Buenos Aires.

En la caverna de Inti Huasi, se podía mirar hasta el año 1926, esculpido en la pared de esa roca, al Sol Rojo de los Comechingones, una de las joyas de la arqueología de Armórica (1). Frente a ese Sol terracota, también se apreciaba el cielo que de noche podían ver dichos indígenas. Formaba parte, junto a otras pinturas ancestrales, del llamado “Templo del Sol”, sitio sagrado para los originarios. Ese mismo año, arribó a la zona el arqueólogo escocés Gordon Gardner, de la Universidad de Oxford con el pretexto de estudiar las pictografías, frecuentando estos lugares hasta 1926. Antes de su regreso a Inglaterra, donde publicó un trabajo sobre las mismas (3), arrancó con un martillo neumático el Sol Rojo. Ardua tarea dado que tiene un metro con sesenta centímetros de diámetro y pesa tres mil setecientos kilos,

Una vez fuera de la cueva, fue llevado desde Tulumba con el ferrocarril, en aquel tiempo Central Argentino y de allí a la estación Retiro. Luego fue cargado en una carreta tirada por 2 caballos de pelo tordillo, pasando por detrás de la Casa de Gobierno y fue cargado en un buque con destino a Inglaterra.

El Sol Comechingón estuvo expuesto en el British Museum hasta 1982, Actualmente dicha pieza arqueológica no se halla más en ese repositorio, pues en la guerra de Malvinas la habían sacado, junto con otros testimonios de los Dioses Solares Armoricanos, se desconoce si está en el Makind Museum de Londres o en los Archivos Secretos del Vaticano (4). Su paradero hasta ahora es todo un misterio.

El Sol Rojo es una obra de arte magnífica, mal llamada Sol Incaico, dado que es muy anterior al Imperio Inca y, que perteneció a la cultura troyana que fundó el Primer Imperio de Tiwanaku (en la actual Bolivia). Algunos suponen que su origen pertenece al período Incaico posiblemente tallado por la cultura Ayampitín. Esta cultura debió sobrevivir hasta el 500 o 1000 a.C., aunque no existe certeza al respecto.

Es lamentable que las autoridades argentinas nunca hayan hecho un reclamo para su devolución. Parece que su prioridad es regalar terrenos a pueblos “no originarios” y devolver piezas arqueológicas foráneas a sus países de procedencia. Nadie se preocupa por cuidar y recuperar lo que es verdaderamente nuestro. México y Perú han logrado recuperar exitosamente miles de objetos, en su mayoría de la época prehispánica. Los pueblos víctimas de este saqueo no han sido desposeídos de objetos de arte irreemplazables, han sido desposeídos de una memoria que les hubiera ayudado a conocerse mejor a sí mismos,

Referencias


(1) Leopoldo Antonio Lugones nació en Villa de María del Río Seco, Córdoba (cerca de Río Colorado en las proximidades del límite con Santiago del Estero) el 13 de junio de 1874 en el seno de una familia de clase aristocrática. Pasó su infancia en diversos pueblos del interior de la provincia de Córdoba, hasta que se mudó a la capital, Se quitó la vida en San Fernando, Pcia. de Buenos Aires, el 18 de febrero de 1938.
(2) El profesor cordobés Guillermo Alfredo Terrera escribió un gran número de obras sobre la historia esotérica del continente al que él llamaba “armoricano”.
(3) “Las rocas pintadas del noroeste de Córdoba“, Oxford, Clarendon Press (1931).
(4) Los Museos Vaticanos custodian cerca de 80.000 piezas de culturas de todo el planeta, por supuesto también de la América precolombina.

Fuente

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal revisionistas.com.ar
Terrera, Guillermo Alfredo y Moreno de Terrera, Edith – Los Comechingones – Sol Rojo Editora, Córdoba (2004).
Turone, Oscar A. – El Sol Rojo de los Comechingones – Buenos Aires (2023)


domingo, 12 de junio de 2022

Teoría de la guerra: Guerra y cultura

Guerra y cultura

Weapons and Warfare





Los problemas más importantes que los ejércitos árabes han experimentado en la batalla desde 1945 derivan de los patrones de comportamiento asociados con la cultura árabe. Comienza por el hecho de que las otras explicaciones simplemente no cubren el alcance completo del problema. Los rusos probablemente ayudaron a las fuerzas armadas árabes más de lo que lastimaron, y aunque la politización y el subdesarrollo desempeñaron papeles importantes, no pueden explicar las deficiencias más dañinas y consistentes de los ejércitos árabes en la era moderna. Pero no basta con demostrar que las otras explicaciones no explican completamente el problema.

Hay un argumento convincente que las debilidades primarias experimentadas por las fuerzas armadas árabes desde 1945 derivan de patrones de comportamiento culturalmente motivados inculcados por los procesos educativos árabes.

Dicho esto, lidiar con el cultivo es como trabajar con nitroglicerina: puede ser necesario hacerlo, incluso útil, pero hay que manejarlo con mucho cuidado. Este es uno de esos casos. Los patrones de comportamiento culturalmente impulsados ​​son un elemento crítico de la historia de la ineficacia militar árabe, pero la cultura se presta demasiado fácilmente a todo tipo de abusos. Al igual que la nitroglicerina, debe tratar el cultivo con mucho respeto si desea usarlo sin causar mucho daño.

El desarrollo de la guerra

Los seres humanos han estado librando la guerra durante más tiempo del que podemos recordar. La guerra literalmente es anterior a la civilización y la historia escrita. Sin embargo, los métodos de guerra han cambiado radicalmente con el tiempo a medida que la tecnología y la organización humana han evolucionado. Bandas desorganizadas de hombres que lanzaban lanzas dieron paso a formaciones organizadas de hombres que portaban lanzas y escudos (y espadas), que dieron paso a bandas de hombres armados montados en caballos, y así hasta la era de los drones, la guerra cibernética, y municiones de precisión independientes.

A lo largo de los milenios, ha sido esta interacción entre la tecnología y la organización humana la que ha definido la guerra en cada época. Por supuesto, la tecnología ha sido más impredecible y más difícil de controlar que la organización. La tecnología generalmente surge por razones que tienen poco que ver con la guerra, y rara vez en el momento oportuno para los líderes de guerra. Sí, Oppenheimer y compañía aprovecharon el átomo a tiempo para ayudar a Estados Unidos a ganar la Segunda Guerra Mundial, pero solo pudieron hacerlo porque Rutherford, Bohr, Einstein y otros habían descubierto los principios científicos básicos para entonces, y esos descubrimientos habían nada que ver con la guerra. Los generales probablemente siempre quisieron poder librar una guerra desde el aire, pero eso era efectivamente imposible antes de que los hermanos Wright descubrieran cómo volar.

Los humanos a menudo han adaptado los principios científicos para desarrollar nuevas armas para una guerra cuando se conocían esos principios, pero eso es lo más lejos posible. Los científicos alemanes idearon el Snorkel para hacer que sus U-boats fueran más resistentes en respuesta a las súplicas del almirante Dönitz durante la Segunda Guerra Mundial, pero a Nelson, Andrea Doria e incluso Themistocles también les hubiera encantado tener submarinos; sus deseos tuvieron poco impacto en el progreso del desarrollo tecnológico. Cuando se desconocen los principios científicos, se desconocen, y un general no puede exigir que avancen de la manera en que puede hacerlo con sus ejércitos. Como resultado, la tecnología realmente solo ha respondido marginalmente a los deseos del guerrero, a pesar de que es uno de los factores más importantes que impulsan la evolución de la guerra.

En cambio, la parte de la guerra que los humanos han podido controlar mejor ha sido nuestra propia organización, y allí las demandas de la guerra han pesado mucho. A lo largo de la historia, los líderes de guerra han buscado y experimentado nuevos y mejores métodos de organización (y empleo de esas organizaciones) para derrotar a sus enemigos. Aunque a menudo hay luchas políticas y burocráticas difíciles de ganar para instituir una nueva organización, por lo general ha resultado mucho más fácil aumentar el poder militar cambiando las organizaciones (y las tareas que realizan esas organizaciones) que intentar exigir nuevas armas . De hecho, como han notado muchos que comienzan con Charles Tilly, organizarse para la guerra ha sido un elemento importante en el desarrollo de los propios estados.

Por lo tanto, se puede decir que la tecnología es una condición "objetiva" de la guerra, que avanza en gran medida a su propio ritmo y solo modestamente susceptible a la manipulación humana en un momento dado. Por el contrario, la organización y el empleo de organizaciones militares, lo que llamamos tácticas y estrategias, puede verse como una condición "subjetiva" que los humanos pueden cambiar mucho más fácilmente para tratar de obtener ventajas con la tecnología en cuestión. Otra forma de decirlo es que en cualquier momento dado, la tecnología disponible para la humanidad hace posible luchar de muchas maneras diferentes, y diferentes sociedades y militares tratarán de organizarse y usar esas organizaciones para actuar de diferentes maneras para ganar ventajas en batalla.

El modo dominante de guerra

La guerra es una actividad competitiva. Por esa razón, aunque solo sea en teoría, siempre habrá una "mejor" forma de organizarse y actuar en la batalla dada la tecnología disponible. Me refiero a esa mejor manera como el "modo dominante de guerra" de la época. Pocas sociedades perfeccionan el modo de guerra dominante, pero las que sí lo hacen suelen disfrutar de un gran éxito en el campo de batalla. Incluso aquellos que se acercan más al modo dominante que sus enemigos aseguran una ventaja, posiblemente decisiva. De hecho, en definitiva es a lo que nos referimos cuando hablamos de un país que tiene mayor efectividad militar que otro. Los ejércitos chadianos de los años ochenta apenas eran el epítome de la guerra del siglo XX, pero eran mucho mejores para practicar el modo de guerra dominante de esa época que sus enemigos libios, y eso les permitió derrotar a Libia a pesar de todas las ventajas libias en potencia de fuego, energía aérea, fortificaciones y logística. Los chadianos demostraron una mayor efectividad militar, y es por eso que ganaron.

El concepto de efectividad militar en sí mismo deriva en última instancia de una concepción no declarada de que existe una "mejor" forma de hacer las cosas en cualquier momento dado la tecnología disponible. Es lo que el personal militar de los Estados Unidos quiere decir implícitamente cuando se refieren a las "mejores prácticas militares". Por eso es útil tener un concepto como el modo dominante de guerra, porque establece un ideal en constante evolución pero absoluto con el que se puede medir el concepto relativo de efectividad militar. El gran historiador militar John Lynn ha hecho un comentario similar, sugiriendo la idea de ejércitos "paradigmáticos" que definen la altura de la efectividad militar en un momento dado, las mejores prácticas a las que aspiran otros ejércitos.3 Estos ejércitos definen el paradigma porque tienen demostrado ser el mejor en practicar el modo dominante de guerra de su época.

Por supuesto, aquellas naciones con la más alta efectividad militar —las que están en mejores condiciones para realizar el modo dominante de guerra— no están inevitablemente obligadas a ganar en la guerra porque otros factores como los equilibrios numéricos, la generalidad, etc., pueden superar la efectividad militar. Pero, como los chadianos, tienen una ventaja importante que puede resultar decisiva. Por esa razón, la mayoría de los militares persiguen sin cesar (y con razón) el modo dominante de guerra de su tiempo, y lo mejor es tratar de refinarlo o incluso reinventarlo, probando nuevas tecnologías o nuevas organizaciones y métodos para aprovechar la tecnología existente.

El rol de la cultura

La noción de que siempre hay un modo de guerra dominante al que aspirarán la mayoría de los militares es una forma de ubicar la efectividad militar en el contexto del tiempo y las circunstancias. Esto es importante porque señala que lo que constituye la efectividad militar en un momento dado y lo que se necesita para ser un cambio militar dominante con el tiempo a medida que cambia el modo dominante. Debido a que la tecnología cambia y a que los humanos están constantemente innovando nuevas formas de organizar y emplear esa tecnología, las mejores prácticas que constituyen el epítome de la efectividad militar también cambian constantemente, principalmente evolucionando lentamente pero a veces muy rápidamente en lo que se ha denominado revoluciones en los asuntos militares.

La razón por la que esto es importante es que lo que se requiere de los grupos humanos para lograr el modo de guerra dominante en un momento dado también cambia constantemente. Los seres humanos no son todos iguales, ni tampoco son grupos de seres humanos. Así como los individuos tienen diferentes habilidades y formas de hacer las cosas, también lo hacen los grupos y las sociedades, inculcados por la cultura de la sociedad. Esos rasgos son enormemente importantes para la guerra, y siempre lo han sido a lo largo de la historia humana.

Las lanzas, espadas y escudos fueron algunas de las primeras armas conocidas por la humanidad, pero hay muchas formas diferentes de usarlas en la batalla. La falange griega era una forma mucho más efectiva de usar esas armas que la forma en que la mayoría de las civilizaciones antiguas lo habían hecho anteriormente. Pero no todas las sociedades podrían desplegar una falange competente. Realmente solo unos pocos podían, y algunos, especialmente Sparta, eran mucho mejores que otros. Esto se debe a que lo que se necesitó para desarrollar una falange efectiva fue que los hombres se sumergieron en ciertos patrones de comportamiento que los llevaron a actuar de cierta manera y que a su vez les permitieron actuar de la manera que la organización y las tácticas de la falange requerían. En realidad, solo los estados de las ciudades griegas (y sus colonias) podían producir suficientes hombres como para desplegar una falange.

Sparta diseñó su cultura entera para producir el máximo número de hombres que actuarían exactamente de la mejor manera posible para que la falange sea efectiva. Entonces, durante un período de tiempo, los griegos descubrieron la mejor manera de emplear la tecnología de guerra de la época (lanzas, escudos y espadas). Pero solo la cultura del estado de la ciudad griega produjo un gran número de hombres capaces de funcionar eficazmente en una falange. Ninguna otra sociedad antigua de la época podría hacerlo. Y la cultura espartana llevó eso a su extremo absoluto, haciendo que la falange espartana sea la más efectiva de todas.

En otras palabras, lo que convirtió a Esparta en el mayor ejército de su época fue su cultura. La cultura espartana fue diseñada conscientemente para producir un gran número de hombres que se desempeñaran axiomáticamente de la manera más propicia para el éxito en la falange, y mientras la cultura espartana continuara produciendo grandes cantidades de tales hombres, y mientras la falange fuera Esparta, el modo dominante de hacer la guerra, era la mayor potencia militar.

El mismo fenómeno ocurrió en épocas posteriores con arqueros ingleses, catafrácticas partas, arqueros mongoles, piqueros suizos, buques de guerra británicos, divisiones panzer alemanas y cualquier otra fuerza militar dominante que ganó no gracias a una mejor tecnología, pero debido a que sus sociedades produjeron un número relativamente grande de hombres con un conjunto de habilidades que les permitió utilizar la tecnología existente de la mejor manera posible. Y debido a que produjeron considerablemente más hombres de ese tipo que sus rivales, en algunos casos con hombres que podían emplear únicamente la tecnología militar de la época, tenían una enorme ventaja sobre sus enemigos.

Lo que esto demuestra es que los rasgos y el comportamiento derivados de la cultura pueden ser absolutamente críticos para determinar la efectividad militar, pero lo que importa es la medida en que esos rasgos se combinan con la tecnología y la organización (incluidas las tácticas) empleadas por los ejércitos de esa época. Cuando los rasgos culturalmente impulsados ​​de una sociedad encajan bien con las demandas del modo dominante de guerra de la época, los ejércitos de esa sociedad tenderán a ser más efectivos y, en algunos casos, resultarán conquistadores. Cuando no encajan, los ejércitos de esa sociedad tenderán a empeorar y, a menos que sean salvados por otros factores como números, riqueza, geografía favorable, aliados poderosos, etc., la sociedad puede desaparecer por completo.

Inevitablemente, los rasgos y el comportamiento que permiten que un ejército tenga éxito cambiarán con el tiempo a medida que cambie el modo dominante de guerra. Algunas sociedades pueden adaptarse deliberadamente y adoptar prácticas culturales que sirven al modo dominante de guerra, como lo hicieron los espartanos (y posiblemente los prusianos e israelíes). La mayoría no lo hará conscientemente, pero de todos modos serán ayudados u obstaculizados de acuerdo con la medida en que el modo de guerra dominante se adapte a los patrones de comportamiento fomentados por su sociedad, su cultura, que generalmente habrá evolucionado por razones ajenas a la guerra. -haciendo.

Los mongoles no se convirtieron a propósito en grandes arqueros de caballos para poder conquistar Eurasia. Los mongoles se convirtieron en grandes arqueros de caballos porque esas eran las habilidades que necesitaban para sobrevivir en la estepa euroasiática del siglo XII. Sin embargo, una vez que su sociedad desarrolló esta habilidad y la cultura mongol comenzó a producir grandes cantidades de arqueros a caballo expertos, le dio a los señores de la guerra mongoles como Genghis Khan una herramienta militar que le permitió conquistar Eurasia. El ejército mongol definió el modo dominante de guerra de la época. Aunque la tecnología que emplearon (el caballo y el arco compuesto) estaba disponible para otras sociedades, nadie pudo usarla para hacer la guerra tan bien como los mongoles. Esto les dio una ventaja táctica abrumadora sobre tantas otras sociedades cuyas culturas no produjeron un gran número de arqueros a caballo expertos, no por error de su parte, sino simplemente porque sus circunstancias físicas e históricas no crearon la necesidad de un gran número de arqueros expertos. arqueros a caballo.
Los mongoles son un ejemplo extremo, útil para ilustrar el punto. Permítanme pasar a otro ejemplo que muestra el curso más normal de cómo la cultura y la guerra interactúan con el tiempo. En el siglo dieciocho y principios del diecinueve, las guerras europeas se libraron en gran medida con mosquetes de carga lisa y de hocico; cañón de trayectoria plana; y jinetes armados con espadas, lanzas y pistolas. Esta tecnología definió el modo dominante de guerra para esa época, y con el tiempo, los mejores ejércitos aprendieron a organizarse, entrenar y diseñar tácticas para obtener el mejor rendimiento al usar esa tecnología. Específicamente, aprendieron a organizar grandes grupos de infantería en formaciones estrechas para maximizar la potencia de fuego. Debido a que los mosquetes eran terriblemente inexactos, era posible hacer que tales formaciones caminaran lentamente, en formación, hasta un punto en el campo de batalla, luego cambiaran de una formación de marcha (columna) a una formación de disparo (línea) y comenzaran a disparar al enemigo, recargando y disparando de nuevo. La caballería de la época generalmente se frenaba, esperando la oportunidad de atacar y aterrorizar, desordenar y destruir las formaciones de infantería enemigas, así como también la artillería enemiga invadida. La artillería buscó matar y desorganizar la infantería enemiga (y la caballería) para hacerlos más vulnerables a la infantería y la caballería amigas.

Todo esto requería un conjunto muy particular de habilidades y comportamiento para producir efectividad militar, y mucho menos la victoria. Si nos limitamos a la infantería de esa época, vemos que tenían que poder moverse en formación y no desorganizarse. Tenían que poder disparar y (aún más importante) recargar sus mosquetes mientras sus contrapartes enemigas les disparaban a menudo a no más de 50 yardas de distancia. Y tenían que estar dispuestos y ser capaces de arreglar las bayonetas, cargar al enemigo y matarlo en combate cuerpo a cuerpo. Para los soldados, eso significaba que debían ser valientes (o ebrios); altamente disciplinado; bien practicado para marchar en formación, disparar y recargar; y competente en combate cuerpo a cuerpo. Para los oficiales subalternos, significaba que necesitaban poder organizar las formaciones de sus hombres, cambiar de una formación a otra en cualquier momento, y moverlos rápida y eficientemente por el campo de batalla. En particular, tenían que mantener una disciplina de hierro entre sus tropas en la vorágine de una batalla del siglo XVIII, lo que requería que sus hombres les temieran más que al enemigo. Y tenían que ser lo suficientemente valientes como para pararse o cargar, como se les indicó cuando se les indicó, dando ejemplo a sus hombres. Es importante señalar que no se esperaba que los oficiales de campo en los ejércitos europeos del siglo XVIII y principios del XIX mostraran mucha creatividad e iniciativa. De hecho, en general fueron entrenados y alentados a ser mártires incuestionables porque eso era lo que necesitaban los oficiales de menor rango para que un ejército tuviera éxito en este modo de guerra.

La desaprobación de la acción independiente por parte de los oficiales subalternos se debió en gran parte al hecho de que el general al mando de un ejército europeo del siglo XVIII podía (en teoría) ver todo el campo de batalla, y era su responsabilidad formular estrategias, buscar oportunidades y maniobra sus fuerzas en respuesta a las acciones de su adversario. Lo último que quería un general del siglo XVIII era un subordinado que actuara solo, o que rechazara una orden del general que orquestaba la batalla. (El famoso acto de insubordinación del general Seydlitz a Federico el Grande en la batalla de Zorndorf fue una notable excepción que demuestra la regla). Un ejército del siglo XVIII se habría pulverizado si todos sus capitanes y mayores tomaran decisiones por sí mismos y actuaran de forma independiente, incluso si persigue el objetivo general de su comandante. La fuerza de tal ejército estaba en la coordinación de sus fuerzas y la capacidad de un general para ver (o crear) una oportunidad, un error de su adversario, y luego concentrar rápidamente una fuerza superior contra él. La victoria de Napoleón en Austerlitz, lograda separando a los austriacos y rusos y luego aplastando a cada uno, es un ejemplo perfecto. Por otro lado, si algún comandante inglés en Waterloo hubiera visto un hoyo en la línea de Napoleón y cargado con su batallón, habría creado un hoyo del tamaño de un batallón en las líneas inglesas, a través del cual Napoleón habría empujado rápidamente una división o un cuerpo. Como Wellington habría sido el primero en advertir, nada podría haber sido más desastroso, y por qué el Duque de Hierro nunca lo habría apoyado.

De hecho, una de las instancias más famosas de ese oficio independiente y creativo de esa época, la defensa de Sir John Colborne contra la Guardia Francesa al final de la Batalla de Waterloo, es una excepción perfecta que prueba la regla. El coronel Colborne comandó el 52º Regimiento de los Pies en Waterloo y durante el ataque final de la Guardia Media de Napoleón, sacó a sus hombres de la línea de los regimientos de infantería británicos y los giró en ángulo recto para disparar contra el flanco de los franceses, ayudando a derrotar a uno de los batallones franceses. Vale la pena señalar que esto solo llegó al final de la batalla, cuando los franceses habían disparado por completo y estaban haciendo un último intento desesperado de romper las líneas británicas. Si Napoleón tuviera algo para contrarrestar el movimiento de Colborne, podría haber sido desastroso. Pero no lo hizo y así funcionó. Además, la hazaña de Colborne es legendaria porque fue el único comandante de batallón que lo hizo. Hubo varias docenas de personas manejando la cresta toda la tarde, enfrentando ataques repetidos, y ninguno de ellos (incluido Colborne antes) había intentado este truco. Además, incluso cuando Colborne lo hizo, él era el único. Ninguno de sus compañeros pensó hacer lo mismo. Colborne fue una excepción celebrada, pero fue una excepción a la regla del tiempo, y solo fue celebrado porque lo intentó en circunstancias excepcionales que le permitieron tener éxito.

Avancemos rápidamente al siglo veinte y todo ha cambiado. Ha surgido una nueva tecnología: armas automáticas, artillería de fuego indirecto, camiones, tanques, aviones. Han transformado el campo de batalla y definido un nuevo modo dominante de guerra. La potencia de fuego se ha vuelto tan letal que los ejércitos deben dispersarse y confiar en el camuflaje en todo momento. Los cambios demográficos y políticos también han puesto ejércitos mucho más grandes a disposición de los generales. Las fuerzas terrestres deben desplegarse en orden abierto, ocultas lo mejor que puedan y moverse muy rápidamente cuando se les obligue a hacerlo. Dado el C3I (comando, control, comunicaciones e inteligencia) disponible en ese momento, ningún comandante supremo podría controlar tales fuerzas en tiempo real y mucho menos organizar una batalla como lo haría un general del siglo XVIII. Como resultado, las habilidades requeridas por los soldados y (especialmente) los oficiales de campo para tener éxito han cambiado drásticamente. Ahora, se espera que los oficiales subalternos (incluidos incluso los suboficiales) comprendan el plan estratégico de su comandante, pero actúen de forma independiente para tratar de cumplir los objetivos del comandante, el famoso principio alemán de auftragstaktik. En este modo de guerra, los comandantes tácticos tienen que mostrar iniciativa y creatividad para ganar victorias tácticas. El trabajo del general ahora es reconocer el patrón de victorias tácticas, reforzar el éxito al comprometer reservas, y así convertir las victorias tácticas ganadas por sus subordinados en victorias estratégicas (en gran medida rompiendo las líneas del frente del enemigo, enrutando sus reservas y área trasera) servicios, ya sea rodeando o causando el colapso logístico y psicológico del ejército enemigo). Para aquellos familiarizados con él, el concepto de Stephen Biddle del "sistema moderno" de guerra captura este enfoque, representando el modo dominante de guerra del siglo XX.

El objetivo de esta comparación es ilustrar que lo que significa que un ejército sea efectivo cambia con el tiempo a medida que cambia el modo dominante de guerra. Las habilidades que permitieron que el ejército británico prospere tanto en los campos de batalla coloniales europeos del siglo XVIII como en los del siglo XIX fueron las mismas habilidades que lo llevaron a tener un rendimiento sistemáticamente inferior en las guerras del siglo XX. Era en gran medida el mismo ejército británico, con un nuevo equipo, luchando en gran medida de la misma manera. Pero las habilidades, métodos y enfoques para la guerra que produjeron éxito en Blenheim, Waterloo y Omdurman produjeron desastres en Somme, Gazala y Goodwood. El modo dominante de guerra había cambiado, pero el ejército británico no, y su efectividad militar sufrió como resultado.

No debería sorprender que algunas sociedades (y algunas organizaciones militares) estén en mejores condiciones para producir las habilidades requeridas por el modo de guerra dominante que otras. Los que demuestran una mayor efectividad militar que los que no lo hacen. Aquellos que producen estas habilidades en la mayor abundancia tienden a ser los ejércitos paradigmáticos de Lynn. Como el gran filósofo francés Raymond Aron observó una vez: "Un ejército siempre se parece al país del que se crió y del que es la expresión".

Hasta cierto punto, esto explica el ascenso y la caída de algunos países y sus ejércitos. Por supuesto, la economía explica mucho de eso, pero siempre hay países que superan militarmente su peso en cualquier período histórico dado: los suizos durante el siglo XVI, los suecos durante el siglo XVII, los prusianos durante el siglo XVIII, el La Confederación inglesa y estadounidense durante el siglo XIX, y los alemanes e israelíes durante el siglo XX. Se argumentaría que en todos los casos fue porque su sociedad acaba de producir grandes cantidades de hombres con los rasgos requeridos para el éxito por el modo dominante de guerra de la época. Por supuesto, con el tiempo, la tecnología cambió, el modo dominante de guerra cambió, y lo que se requería para tener éxito en la guerra cambió, perjudicando a aquellos que alguna vez habían sido dominantes y trayendo al poder nuevos países cuyas sociedades producían grandes cantidades de hombres con la habilidad necesaria. conjuntos (o patrones de comportamiento) necesarios para tener éxito en el nuevo modo dominante de guerra. Así, los suecos fueron los terrores del campo de batalla del siglo XVII y eso los convirtió en un jugador importante en las relaciones internacionales europeas en ese momento. Pero para el siglo XVIII no eran más potentes que cualquier otro país europeo, por lo que declinaron a un poder de segundo rango como correspondía a sus dotaciones económicas, demográficas y de otro tipo.

Los rasgos de comportamiento de las personas pueden ser moldeados por muchos factores diferentes. Cada tipo de agrupación humana tiene una cultura, pero diferentes tipos de agrupaciones tienen mayores habilidades para inculcar esa cultura que otras. La comunidad o sociedad en la que nacemos (el país, la nación, el estado, el imperio, etc.) generalmente tiene la mayor capacidad porque dicta las prácticas de crianza y los métodos educativos empleados con niños y adolescentes. Nada es un medio más potente de socializar a las personas en un conjunto de normas culturales.

Pero las instituciones y organizaciones dentro de una sociedad también desarrollan sus propias culturas. A menudo, estas culturas están influenciadas por la cultura de la sociedad en general. En otras circunstancias, pueden emplear una variación en esa cultura más amplia, o desarrollar algo bastante diferente, incluso directamente contrario a la cultura más amplia. Los militares pueden ser agentes de socialización muy poderosos porque toman hombres relativamente jóvenes (abrumadoramente hombres en el pasado, aún principalmente en la actualidad) y los someten a formas feroces de educación, lo que llamamos capacitación, para tratar de hacerlos pensar y actuar de manera diferente. de lo que hicieron como civiles. De hecho, el entrenamiento militar es una forma deliberada de socialización cultural. Es la forma en que los ejércitos hacen que las personas piensen y actúen de la manera que la sociedad considera más propicia para la guerra en ese momento.

Por lo tanto, es importante reconocer que si bien los rasgos y comportamientos que proporcionan una ventaja o desventaja a los militares en cualquier momento dado el modo dominante de guerra de esa época se derivan inevitablemente de la cultura, esa cultura puede ser nacional / social, puede ser la cultura organizacional de los militares (que puede replicar la de la sociedad en general o diferir de ella en formas importantes), o puede ser la cultura de algún subgrupo importante: una tribu o etnia en particular, una formación militar de élite, etc. De hecho, Es una pregunta fascinante cuánto la cultura del ejército británico, que produjo un éxito tan increíble de 1689 a 1898 y luego tantos fracasos sorprendentes de 1914 a 1945, fue un producto de la cultura británica más amplia y cuánto producto de las características únicas. del ejército británico (como el sistema de regimiento) a medida que evolucionó con el tiempo.

Sin juicios

Porque es la cultura — dominante o nacional, local o subcultural, institucional u organizacional — la que determina qué sociedades, o qué grupos dentro de las sociedades, generan el mayor número de hombres (y cada vez más mujeres) con las habilidades necesarias para el éxito en el modo dominante De la guerra de la época, la cultura obviamente puede jugar un papel crítico en la determinación de la fortuna militar. Sin embargo, nada de esto debe verse como aplaudiendo una cultura o denigrando a otra. Las culturas, especialmente las culturas de las naciones y otras sociedades que se encuentran más allá de las meras organizaciones militares, enfatizan algunos rasgos y patrones de comportamiento sobre otros basados ​​en las circunstancias de la sociedad, tanto físicas como históricas. Los rasgos y patrones de comportamiento que favorece la cultura tienen sentido para su sociedad en ese lugar en ese momento.

En otras palabras, la cultura puede otorgar algunas ventajas a una sociedad en ciertas actividades donde dos sociedades están compitiendo, pero eso no significa que una sea superior a la otra, excepto en esa área limitada de competencia. Recordar tanto a los mongoles como a los romanos es útil aquí. El imperio romano que se extendió desde el siglo II a.C. hasta el siglo quinto a.d. y el imperio mongol del siglo XIII d.C. fueron ambos conquistadores fenomenales. Ambos invadieron numerosos estados vecinos y aplastaron a sus ejércitos, libraron grandes guerras y fueron consistentemente victoriosos. En ambos casos, había aspectos culturales de sus sociedades que eran críticos para sus éxitos militares. Ambas sociedades contenían tendencias culturales que les permitían generar un poder militar mucho mayor que sus vecinos, ya fuera la excelencia táctica de la legión romana o el arquero mongol, o la capacidad estratégica de cada sociedad para seguir generando un gran número de ambos. Ambos eran a menudo superiores a las sociedades que conquistaron en este aspecto estrecho de la actividad humana: la guerra. Esa estrecha superioridad resultó ser extremadamente importante, especialmente para los pueblos conquistados por estos imperios, como los cartagineses y los chinos.

Sin embargo, no se sigue que la sociedad romana o mongol fuera superior en general, o en todos los sentidos, o de cualquier otra manera que no sea la guerra a otras sociedades, incluso a aquellas sociedades que conquistaron. La cultura abarca una amplia gama de rasgos relacionados con un número igualmente vasto de actividades humanas. El hecho de que los mongoles fueran mejores que los chinos del siglo XIII en la guerra no significa que fueran superiores de ninguna otra manera. Los chinos generalmente creían que eran mucho más sofisticados, creativos y conocedores que los mongoles. Puede que lo hayan sido, sugiriendo que su propia cultura era superior a la de los mongoles en la producción de muchas otras habilidades deseables. Esa sofisticación no los salvó de la conquista porque los mongoles eran superiores en el área que importaba cuando chocaban: la guerra. (Si los mongoles y los chinos hubieran competido en poesía o cerámica en lugar de matar, el resultado probablemente habría sido muy diferente). Pero su competencia fue militar, y los mongoles demostraron ser muy superiores en esa área. Se podrían hacer argumentos similares sobre las ventajas relativas de las culturas romana y griega, argumentos en los que muchos romanos habrían acordado la superioridad de la filosofía griega, la escultura, la retórica, etc., pero no la guerra.

También hay una diferencia importante entre los romanos y los mongoles. Mientras que la cultura romana parece haber dado a los romanos una excelente capacidad para mantener, retener e integrar sus conquistas de tal manera que su imperio duró siglos, la cultura mongol, tan excelente en la conquista, no otorgó las mismas ventajas a su imperio. La sociedad mongol no hizo tan bien en mantener y construir sobre lo que habían conquistado, por lo que el imperio mongol no soportó la forma en que lo hizo el imperio romano. El hecho de que dos grandes naciones fueran igualmente expertas en la conquista no significaba que fueran igualmente expertas en otros aspectos del esfuerzo humano. Las ventajas que la cultura puede otorgar a la guerra no significa que esa cultura o su sociedad sean de alguna manera superiores, excepto en la guerra en un momento particular.

Sin embargo, lo que debería quedar claro de esta discusión es que la cultura nacional, subnacional y organizacional es un elemento importante en la efectividad militar. Además, así como reconocemos que algunas culturas han demostrado ser fundamentales para el éxito en el campo de batalla al mejorar la efectividad militar en ciertos períodos de tiempo, también debemos reconocer que otras culturas pueden ser tan críticas para la debilidad marcial al socavar la efectividad militar. Por cada Espada, Roma, horda mongol, Wehrmacht y la Fuerza de Defensa de Israel, es probable que haya otra sociedad muy perjudicada porque su cultura no está produciendo un número suficiente de personas con los rasgos más adecuados para el modo de guerra dominante de la época. A finales del siglo XX y principios del XXI, eso fue exactamente lo que les sucedió a los árabes.

sábado, 9 de mayo de 2020

Guerra en Ucrania: Por qué es mayormente un conflicto civil interno


Por qué el conflicto ucraniano es ante todo una guerra civil.

Por qué el conflicto ucraniano es una guerra civil. El conflicto ucraniano a menudo es simplificado por los medios de comunicación como una guerra de invasión. Es más complejo que esto.
Por Renaud Mayers || The Defensiomen


Por qué el conflicto ucraniano es ante todo una guerra civil. El conflicto ucraniano a menudo se simplifica por los medios occidentales como una simple guerra de invasión, como en Rusia invadiendo Ucrania. Como de costumbre, las cosas son mucho más complicadas en el terreno. A su debido tiempo publicaremos un artículo completo sobre el conflicto ucraniano. Somos dolorosamente conscientes de que el tema es controvertido y polarizador: ¡Cualquier cosa que escribamos sobre el tema desagradará al 50% de Internet! Esto probablemente explica por qué hemos estado trabajando en este artículo durante un par de años, ahora, recopilando la mayor cantidad de datos posible de todas las partes y de un máximo de fuentes, haciendo referencias cruzadas de los resultados a medida que avanzamos. Dicho artículo no estará listo por un tiempo. Sin embargo, mientras tanto queríamos proporcionarle un informe limitado. El artículo terminado se remontará en el tiempo mucho más allá del siglo XXI y será mucho más detallado en cuanto a las causas profundas del conflicto. Tome esta publicación como un resumen, aunque ya está lleno de datos. Este resumen también se centra en Crimea, más que en la imagen completa.

A finales de noviembre de 2013, el mundo, pegado a sus pantallas de televisión, fue testigo de Euromaidan en Kiev. El presidente ucraniano pro-ruso, Viktor Yanukovich, fue víctima de una revolución pro-occidental / golpe de estado anti-ruso (dependiendo de su posición sobre el tema).



EuroMaidan

El golpe / revolución y la posterior creación de un gobierno interino pro-occidental en Kiev, abogando por lazos más profundos con la Unión Europea, enfurecieron a la población de Crimea y el este de Ucrania: en ese momento, la población de la región de Donbass estaba compuesta por alrededor del 39% rusos étnicos El 65% de la población de Crimea también era de etnia rusa. Estamos hablando de personas con nacionalidad ucraniana pero con ascendencia rusa.


Comunidades ucranianas de habla rusa

En total, en 2014, ¡8.3 millones de ucranianos (de una población total de 40 millones de personas) mencionaron el ruso como su lengua materna / primera! Vale la pena hacer la distinción: los ucranianos étnicos que viven en Crimea y en el este de Ucrania también mencionaron el ruso como su primer idioma. La mayor parte de la comunidad ucraniana de Russophone vive en el este de Ucrania (principalmente alrededor de los oblastos de Lugansk y Donetsk), el sur de Ucrania (Odessa) y la península de Crimea. Esa porción de la población generalmente apoyaba al presidente derrocado (Viktor Yanukovich). También tenían lazos profundos con Rusia: compartían en común con Rusia no solo su idioma sino también su religión, cultura y tradiciones. Era común que esas personas también tuvieran familiares o amigos viviendo y trabajando en Rusia. Es importante entender que, en ese sentido, los ucranianos en Crimea y en el Donbass tienen más en común con alguien de Moscú que con alguien de Kiev.


Religión en Ucrania Fuente: Aceptación.

En respuesta a los eventos que se desarrollan en Kiev, algunos miembros del consejo municipal de Sebastopol, en Crimea, pidieron la formación de milicias populares a fines de enero. Es interesante observar que a pesar del llamado a la formación de milicias populares en Sebastopol, la administración de Crimea con sede en Simferopol declaró que apoyaría la integridad territorial de Ucrania. Además, declaró que reconocía al gobierno interino en Kiev y que seguiría implementando las leyes ucranianas. Sin embargo, esa posición parecía estar fuera de sintonía con los sentimientos pro-rusos de la población de Crimea y las realidades sobre el terreno, al menos, inicialmente, en Sebastopol, hogar de muchos militares rusos y hogar de la flota rusa del Mar Negro.

Una encuesta realizada por el Instituto Internacional de Sociología de Kiev (KIIS) del 8 al 18 de febrero de 2014 evaluó el apoyo a la unión con Rusia en toda Ucrania. El 41,0% de los participantes en Crimea respondió que sí. Los resultados fueron igualmente interesantes en Donetsk Oblast (33.2%) y en Luhansk Oblast (24.1%). Esas cifras muestran la participación de partidarios "rusos" pro-rusos dentro de esas regiones ucranianas. A esto, se debe agregar la participación de partidarios pro-rusos más moderados en el Donbass y en Crimea, para tener la imagen / figura correcta.

Es interesante e importante notar que esos partidarios pro-rusos eran ucranianos, en primer lugar. La población en esas regiones no abogaba inicialmente por la secesión del resto de Ucrania. En cambio, pedían buenos lazos con Rusia y estaban en contra de las políticas proeuropeas y pro OTAN defendidas por el gobierno interino en Kiev. Las mismas políticas que fueron apoyadas por una gran mayoría de la población ucraniana occidental. Esto muestra una fractura realmente profunda dentro de la población ucraniana entre el oeste y el este.

También hubo una profunda desconfianza entre la población en Crimea y en el Donbass y el gobierno interino en Kiev: otra encuesta de opinión realizada del 14 al 26 de marzo de 2014 por el Instituto Republicano Internacional mostró que del 26% al 27% de los encuestados En el sur y el este de Ucrania, las protestas de EuroMaidan fueron un golpe de estado. Además, más tarde, cuando Rusia entró en la refriega, la misma encuesta mostró que el 43% de los rusos étnicos en Ucrania apoyó la decisión de la Federación de Rusia de enviar soldados rusos "para proteger a las minorías de habla rusa en el este de Ucrania" ...

En cualquier caso, Vladimir Putin y el gobierno ruso tardaron un tiempo en ponerse al día con la situación en Sebastopol ... De hecho, un mes entero: el 22 de febrero, el presidente ruso mantuvo una reunión de toda la noche con los jefes de los servicios de seguridad rusos. . Al día siguiente, comenzaron a celebrarse manifestaciones y protestas pro-rusas en Sebastopol, Crimea ... Al día siguiente (24 de febrero) aparecieron los cosacos. Este fue el primer indicio de la participación de Rusia en esas protestas.

El 24 de febrero, bajo la presión de las protestas populares y algunos miembros o su propia administración, Volodymyr Yatsuba, jefe del consejo de la ciudad de Sebastopol renunció. El nuevo consejo interino, sin timón, cedió bajo presión y eligió a Alexei Chaly, ciudadano ruso, como alcalde de la ciudad ... Una decisión que era ilegal según las leyes ucranianas como alcalde de Sebastopol es por ley nombrada por el presidente ucraniano ...

El 25 de febrero, entre más marchas y protestas pro rusas, el jefe de policía de Sebastopol, Alexander Goncharov, declaró que no llevaría a cabo órdenes "criminales" emitidas por Kiev: y así, con esta declaración, la policía acababa de desertar a El lado pro-ruso.

Al día siguiente, el 26 de febrero, las protestas pro ucranianas todavía se llevaban a cabo en Simferopol, sede del Consejo Supremo de Crimea. Las protestas a favor de Kiev fueron realizadas por ciudadanos étnicos ucranianos y ciudadanos tártaros étnicos. Al día siguiente, "Little Green Men" se apoderó del edificio. El parlamento de Crimea estaba ahora en manos rusas. Bajo ocupación, el parlamento de Crimea convocó y reemplazó al primer ministro de Crimea por Sergey Aksyonov, que pertenecía a un partido político pro-ruso. Sergey Aksyonov anunció que su administración no reconoció al nuevo gobierno interino ucraniano y, en cambio, reconoció al depuesto presidente Viktor Yanukovich como el líder legítimo de Ucrania. A través de él, Sergey Aksyonov solicitó asistencia militar de Rusia, en nombre de Crimea. Para entonces, Yanukovich ya había llegado al exilio en Rusia. El parlamento también votó para celebrar un referéndum sobre una mayor autonomía para Crimea. Se celebraría el 25 de mayo. Algunas fuentes informan que algunos parlamentarios (pro-ucranianos) votaron la ley mientras estaban detenidos a punta de pistola ...





Hombrecitos verdes

Al mismo tiempo, pequeños hombres verdes, asistidos por policías antidisturbios de Crimea y tropas rusas de la 31ª Brigada de Asalto Aerotransportada Separada vestidos con uniformes policiales, erigieron puestos de control entre Ucrania y Crimea: la península de Crimea ahora estaba aislada de Ucrania continental.

El 1 de marzo de 2014, las autoridades de Crimea solicitaron oficialmente la protección militar rusa. Al día siguiente, las unidades militares rusas salieron de sus bases en Sebastopol y se desplegaron en toda la península. Fueron apoyados por unidades militares rusas de la parte continental de Rusia, incluida la 18 ° Brigada de fusileros de motor, la 31 ° Brigada de asalto aéreo y la 22 ° Brigada de Spetsnaz.

Las bases del ejército ucraniano, los buques de la armada ucraniana y las bases de las fuerzas aéreas ucranianas fueron rodeadas y sitiadas. Los soldados ucranianos tuvieron la opción de unirse al lado ruso o retirarse a Ucrania. Las tropas rusas encontraron cierta resistencia ligera en algunas de las bases, pero todas finalmente se rindieron. No hubo batallas, ni tiroteos. En algunas raras ocasiones, las fuerzas rusas usaron granadas de aturdimiento.


Soldados rusos rodean militares ucranianos


¿Por qué las unidades ucranianas en Crimea se pliegan tan fácilmente? Un factor importante fue el estado decrépito de las fuerzas armadas de Ucrania: tropas mal equipadas, mal entrenadas y hardware inutilizable. El 21 de febrero de 2014, solo 5.000 tropas ucranianas estaban listas para la batalla en toda Ucrania. Se enfrentaron a 20,000 soldados rusos dentro de Crimea solo, con 38,000 adicionales de pie a lo largo de la frontera ruso-ucraniana.

Muchos de los aviones de la fuerza aérea ucraniana con base en Crimea en ese momento estaban en tan mal estado que sus pilotos no podían llevarlos de regreso a la parte continental de Ucrania. ¡Por lo tanto, se quedaron atrás! En 2014, la Fuerza Aérea de Ucrania incluyó 400 aviones de varios tipos en su inventario. Para 2016, después de descontar los aviones que quedaron en Crimea y el Donbass, restar las pérdidas de combate y descartar los aviones que no pudieron repararse, la Fuerza Aérea de Ucrania se quedó con 222 aviones. Esas cifras representan pérdidas de 178 aviones en 2 años.

El factor más importante de esta derrota fue que muchos militares ucranianos que servían en Crimea eran hablantes de ruso y / o rusos étnicos ... Hombres divididos entre la bandera que servían y sus propias raíces lingüísticas, religiosas y culturales. Como resultado, muchos soldados ucranianos en Crimea se unieron al lado ruso. De hecho, el Jefe Adjunto del Centro de Comando Principal de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Oleksandr Rozmaznin, admitió en ese momento que alrededor del 50% de los oficiales y soldados ucranianos con base en la península de Crimea desertaron al lado ruso.

El ejemplo más destacado de todos ellos es Sergei Yeliseyev. Sergei Yeliseyev nació en la Unión Soviética. Cuando dicha Unión se desintegró, él, un ruso étnico, se encontró en un país recientemente independiente: Ucrania. No estaba solo: ¡el día después de la disolución de la Unión Soviética, 25 millones de rusos se encontraron extranjeros en nuevos países (antiguas repúblicas soviéticas)!

En cualquier caso, Sergei Yeliseyev permaneció en Ucrania y sirvió en su Marina, subiendo de rango. En febrero de 2014, en el momento de la revolución EuroMaidan en Kiev y los disturbios en Crimea, fue primer comandante adjunto de la flota ucraniana y, por lo tanto, fue enviado a Sebastopol. Desgarrado como muchos de sus hombres, entre la bandera ucraniana a la que sirvió y la llamada desde sus raíces, renunció y se unió al lado ruso. Por su lealtad, fue recompensado por Moscú y se convirtió en Jefe Adjunto de la Flota Báltica.

El mismo escenario se repitió a bordo de muchos buques de la Armada ucraniana: las tripulaciones intercambiaron lados o solo ofrecieron resistencia simbólica. En total, 51 barcos de la Armada ucraniana fueron capturados por los rusos según la información compilada por Dmitry Tymchuk, director del Centro de Investigación Militar y Política en Kiev. Hasta el 26 de marzo, solo 10 buques ucranianos seguían en posesión de la armada. Más tarde, Rusia devolvió 21 buques a Ucrania, citando su mal estado de deterioro.

El hecho es, como se dijo anteriormente, la guerra de Ucrania es una guerra civil, enfrentando a los ucranianos contra los ucranianos, dividiendo familias y lealtades. No se puede negar que existe una fuerte participación rusa en esta guerra ... ¡Por el contrario, Rusia está profundamente involucrada, política, económica y militarmente! Pero también lo son otros países, como es costumbre durante cualquier guerra civil ...

Sin embargo, para negar que una gran parte de la población ucraniana en Crimea y en el Donbass se sintieron alienados por los eventos en Kiev en noviembre de 2014, se sintieron alienados por el nuevo gobierno interino pro-UE y se sintieron profundamente apegados a sus raíces rusas, la religión, cultura e idioma, es simplemente negar realidades sobre el terreno. La narrativa de buenos ucranianos y malos rusos es extremadamente simplista: antes de la guerra, había entre 1 y 2 millones de ucranianos étnicos viviendo y trabajando en Rusia. De hecho, antes de 2014, más de 300,000 ucranianos emigrarían a Rusia cada año ... En 2014, en el Donbass, cuando las protestas se convirtieron en disturbios y los disturbios se convirtieron en conflictos armados, 2 millones de ucranianos escaparon de la primera línea y los bombardeos y cruzaron la frontera. , convirtiéndose en refugiados en Rusia y Crimea, escapando de la guerra en el proceso. Si esas personas hubieran percibido a Rusia como el agresor, como se lo describe con tanta frecuencia en los medios de comunicación, habrían estado buscando refugio en el oeste de Ucrania ... Y, sin embargo, sí buscaron refugio en Rusia ...

Esto le da una medida de cuán entrelazados están Ucrania y Rusia y cuán compleja era la situación en el terreno en 2014 y sigue siendo hasta el día de hoy ...

El referéndum de Crimea sobre su estado se adelantó y se celebró el 16 de marzo de 2014. Con una participación del 83%, el 96% de los votos fueron para que Crimea se uniera a la Federación Rusa. La administración de Crimea ya no era reconocida por Kiev. Por lo tanto, ni Ucrania ni la comunidad internacional aceptaron el resultado de este referéndum. ¡Esto cambió cosas muy pequeñas para Moscú, que acogió a Crimea de nuevo en su redil por primera vez desde 1954!


El presidente ruso, Putin, el jefe del gobierno de Crimea, Aksyonov, el parlamentario de Crimea, Konstantinov, y el alcalde de Sebastopol, Chaliy, firman el tratado de reintegración de Crimea en la Federación de Rusia en Moscú.

En cualquier caso, antes del 24 de marzo de 2014, impotente, Kiev estaba negociando la retirada de sus tropas restantes de Crimea con Moscú. Ucrania había perdido su península ...

viernes, 19 de julio de 2019

Lecciones nunca aprendidas de las guerras de Vietnam e Irak


Vietnam a Irak: las lecciones nunca aprendidas de Estados Unidos

por Norvell B. DeAtkine | Lima Charlie News


El veterano de Vietnam y académico de Medio Oriente, el coronel Norvell DeAtkine de los EE. UU. reflexiona sobre el reciente informe del gobierno de los EE. UU., el Ejército de los EE. UU. en la Guerra de Irak, el estudio más largo y detallado de la Operación Libertad de Iraq y el conflicto de Irak hasta el momento.

"Tenemos la responsabilidad moral y profesional de aprender las lecciones relevantes del pasado reciente". El prólogo del informe publicado recientemente, El Ejército de los EE. UU. en la Guerra de Irak (el Informe de Irak) establece el objetivo de lo que se convertiría en el gobierno de los EE. UU. El estudio más extenso y detallado de la Operación Libertad Iraquí (OIF) y el conflicto de Irak hasta el momento.

"La OIF es un sobrio recordatorio de que las ventajas tecnológicas y las armas de enfrentamiento por sí solas no pueden tomar una decisión", escribe el General Mark A. Milley, 39. ° Jefe de Estado Mayor, Ejército de los Estados Unidos. “[T] hat la promesa de guerras cortas es a menudo difícil de alcanzar; que los fines, caminos y medios deben estar en equilibrio; que nuestro Ejército debe entender el tipo de guerra con la que estamos comprometidos para adaptarnos según sea necesario; que las decisiones en la guerra ocurren en el suelo en el barro y la tierra; y que factores atemporales como la agencia humana, el azar y la convicción de un enemigo, dan forma al resultado de una guerra ".

El Informe de Irak de la Escuela de Guerra del Ejército de los Estados Unidos (USAWC) se presentó al público estadounidense como un compendio de lecciones aprendidas sobre la Guerra de Irak, desde los éxitos de la Operación Libertad para el Iraq, hasta las sucias y sangrientas consecuencias.

La destrucción exitosa del régimen de Hussein fue una demostración de los aspectos positivos del modo de guerra estadounidense. En la fase convencional, una combinación de potencia de fuego masivo con brigadas y divisiones que maniobran con apoyo aéreo cercano exhibió capacidades abrumadoras, aunque, contra un enemigo inferior al de primera clase.

Sin embargo, las consecuencias en consecuencia demostraron las deficiencias del modo de guerra estadounidense, ya que el conflicto se desintegró en una guerra civil de tres lados, que se libró en áreas principalmente urbanas contra milicias y terroristas. La potencia de fuego masiva era a menudo contraproducente, y recordaba el pronunciamiento del teniente coronel John Paul Vann sobre la guerra de Vietnam:

"Esta es una guerra política y requiere discriminación al matar ... La mejor arma para matar sería el cuchillo, pero me temo que no podemos hacerlo de esa manera". Lo peor es el avión. Lo siguiente peor es la artillería. Si no es un cuchillo, lo mejor es un rifle ... ya sabes a quién matas ".

Las palabras de Vann me devuelven a mi tiempo en Vietnam con una unidad de artillería. Uno de mis primeros recuerdos es el de nuestra Batería del Cuartel General rodando hacia un campo de frijoles e inmediatamente configurando un cable de concertina, antes de excavar pozos en toda el área. Dentro de aproximadamente una hora, un viejo granjero desconcertado entró en el área, obviamente el dueño del campo de frijoles. Estaba muy angustiado, gesticulando salvajemente. Un intérprete le ordenó que se fuera.

¿Fue ese granjero compensado por su tierra? Conociendo la corrupción total del gobierno de Vietnam del Sur, es muy poco probable que lo fuera. Pero nuestro enfoque no estaba en la gente. Estaba sobre el enemigo.

Lo hicimos muy bien, pero al final fue el enfoque equivocado.

Cuando leí el Informe de Irak, de las muchas “lecciones aprendidas” de Vietnam, me di cuenta de que casi todas se habían repetido. No habíamos aprendido mucho de Vietnam; ni sospecho que absorberemos mucho de este estudio. Hubo muchos puntos en común de errores, juicios erróneos y malversaciones que convirtieron ambas misiones, comenzadas con motivos bien intencionados, en atolladeros. Estos puntos en común son evidentes a pesar de los diferentes terrenos, culturas y factores geopolíticos de los dos países.

El Informe de Irak comprende más de 1400 páginas (Volúmenes 1 y 2). Fue construido durante un período de 4 años y se basa en casi 30,000 páginas de documentos desclasificados y miles de horas de entrevistas que incluyen al Presidente George W. Bush, a la Secretaria de Estado Condoleezza Rice, a los Secretarios de Defensa Leon Panetta y a Robert Gates, Presidentes de la Junta. Jefes de Estado Mayor, y "todos los comandantes de teatro para la guerra, entre muchos otros".

Intento aquí resumir brevemente algunas de las cuestiones centrales planteadas en el Volumen 2: aumento y retirada, 2007-2011. Estoy seguro de que otros eruditos de la guerra saldrán a la superficie muchos otros.

[Lea el informe completo: The U.S. Army in the Iraq War – Volume 1: Invasion – Insurgency – Civil War, 2003-2006; Volume 2: Surge and Withdrawal, 2007-2011 ]


Soldados estadounidenses e iraquíes esperan mientras los helicópteros UH-60 Black Hawk del Ejército de los EE. UU. Se acercan a su zona de aterrizaje cerca de Mahmudiyah

Una ignorancia abismal del país

Desde el liderazgo político y militar superior, hasta el más bajo privado, no sabíamos nada de Vietnam. Algunos de los más altos miembros del liderazgo probablemente pensaron que sabían lo suficiente como para llevarlo a cabo. Es posible que hayan asumido que sería suficiente leer la historia trágica del esfuerzo francés para reincorporar a Indochina a su imperio después de la Segunda Guerra Mundial. Pero dada la opinión generalizada, aunque inexacta, desfavorable de las capacidades de combate francesas, todos asumimos que lo haríamos mejor. No conocíamos la cultura, la sociedad o el idioma de los vietnamitas.

Al ser un lenguaje tonal, el vietnamita estaba más allá de las capacidades de la mayoría de los estadounidenses. Teníamos que depender totalmente de los traductores e intérpretes que a menudo nos decían lo que querían que supiéramos. En un país de clases profundamente dividido: rural / urbano, católico / budista, familia a familia, éramos los ciegos guiando a los ciegos. Esta ignorancia no solo estaba entre el rango, sino también entre los líderes militares y políticos más altos.

Algunos en la parte superior compensaron la ignorancia con una arrogancia de sobreestima confianza en sí mismos. Como el biógrafo del teniente coronel Vann, Neil Sheehan escribió en su libro The Bright Shining Lie, Vann estaba tratando de evitar la "calamidad de una gran guerra estadounidense luchando en la batalla de la verdad", con el liderazgo estadounidense en Saigon, mientras que Con la arrogancia y la corrupción profesional del sistema militar estadounidense de los años sesenta.


UH-1 Huey, Vietnam, circa 1967

En Irak, parece que estábamos mejor preparados. En realidad éramos cualquier cosa menos.

Había muchos hablantes de árabe, por lo que el idioma no era el verdadero problema. El obstáculo fue, más bien, unir mitos de hechos sobre la gente y la cultura. Esta dificultad podría muy bien considerarse más mortal, porque era menos evidente.

La cultura iraquí se puede caracterizar por el hecho de que los acentos definen no solo su origen nacional, sino también su ciudad de origen. La idea de una identidad universal del "mundo árabe", popularizada en los días de cabeza del Egipto de Nasser y profundamente apreciada por los académicos occidentales, es la mitología. Un sunita palestino-árabe no es más bienvenido entre los chiíes iraquíes que cualquier otro extranjero, y quizás menos. Por ejemplo, los funcionarios estadounidenses probablemente pensaron que enviar a un diplomático pulido y al musulmán sunita Zalmay Khalilzad como Embajador de los Estados Unidos en Irak sería un golpe de genialidad para reunir a los líderes sectarios en guerra. No lo hizo. Sería visto como un promotor del punto de vista árabe sunita por parte de la mayoría de la comunidad árabe shi'a.


Soldados del 1er Escuadrón, 40º Regimiento de Caballería, durante las patrullas en busca de insurgentes en Adwania

El Informe de Irak revela que tampoco entendimos la política o la fragilidad del estado iraquí.

"NOSOTROS. las acciones de las unidades a veces exacerbaban los conflictos preexistentes entre los iraquíes, especialmente en los casos en que las fuerzas de la Coalición se pusieron de lado inadvertidamente con una parte contra otra en una larga lucha local ... Debido a que los líderes estadounidenses a menudo no entendían la relación entre la política local y la política nacional, rara vez "convirtieron su capacidad de hacer o deshacer a cualquier facción iraquí local en ventaja sobre las facciones o líderes iraquíes a nivel nacional".

En realidad, había una gran cantidad de evidencia existente que mostraba la verdad, si solo hubiéramos prestado atención. Quizás si los planificadores políticos y militares hubieran prestado mayor atención a los escritos de Adeed Dawisha, Sylvia Haim, Philip Ireland, Majid Khadduri, Ali Al Wardi, Gertrude Bell, Freya Stark y especialmente a Elie Kedouri, habrían entendido la fragilidad de la sociedad iraquí. Incluso si amenazaba las mentes prístinas de aquellos que se encontraban a la deriva en las torres de marfil de la academia. Como escribió Kedourie en su acerbativa observación de la historia iraquí:

"Desde la misma fundación, entonces, del Reino iraquí, hubo una sensación persistente de que se trataba de un reino ficticio, basado en falsos pretextos y que seguía el diseño británico ...".

De hecho, un joven profesor asistente, un profesor de la American University en Washington DC, dijo a una clase que yo estaba enseñando en ese momento: "Saddam es más fuerte que el Estado". Simplemente, solo Saddam fue el que mantuvo unido a Iraq. Como lo dejó claro Kenan Makiya en su libro, Republic of Fear, el estado de Irak fue gobernado por mantener a la población en constante temor.

La democratización tampoco le fue bien. Según el Informe, “Desde principios del siglo XX, los Estados Unidos han asumido que la democratización trae una mayor estabilidad. Sin embargo, como lo demuestran las guerras posteriores al 11 de septiembre de 2001 (9/11), las elecciones no siempre son eventos estabilizadores. Los comandantes de los Estados Unidos creyeron durante mucho tiempo que el surgimiento de un gobierno iraquí electo tendría un efecto calmante, pero las elecciones de 2005 exacerbaron el conflicto etno-sectario y contribuyeron a la guerra civil que siguió ".

El Informe también detalla la aparente ignorancia de la inteligencia de los Estados Unidos sobre la forma miserable de la infraestructura iraquí y la calidad de vida en general. En cambio, esta realidad fundamental parece haber sido una sorpresa para la Coalición. Esto parece increíble a la luz de la sangrienta guerra de ocho años de Irak con Irán, seguida de la operación "Tormenta del Desierto" liderada por los Estados Unidos en 1990-91, junto con décadas de severas sanciones internacionales.

Muchos visitantes occidentales, incluidos los contratistas estadounidenses, también habían estado en Irak antes de la guerra. Parece evidente que las agencias de inteligencia habrían buscado ansiosamente sus observaciones. Un equipo de contratistas de una empresa para la que trabajé en ese momento habló de mendigos en las calles y barrios en mal estado. Sin embargo, nunca fueron entrevistados. Parece increíble que, solo de fuentes abiertas, las agencias de inteligencia no hubieran sido conscientes de los cimientos derrumbados del estado iraquí. Cuando la coalición liderada por Estados Unidos en 2003 llegó a Bagdad, prácticamente nada funcionó.

Tráelos.
- Presidente George W. Bush

Liderazgo

El Informe de Irak también critica con tacto al liderazgo político y militar estadounidense, al igual que los informes oficiales sobre Vietnam (como la serie del Centro de Historia Militar de los Estados Unidos sobre la Guerra de Vietnam). Las historias extraoficiales, pero creíbles, tanto de la guerra de Irak como de la guerra de Vietnam salvan el liderazgo en ambos conflictos. Thomas Ricks, en su calidad de observador astuto del liderazgo militar estadounidense de la guerra de Irak, lo calificó de "inepto" y de que se había consolidado una "cultura de la mediocridad".

Ciertamente, a partir de mis propias observaciones personales y muchos años de estudio, es evidente que la indecisión, los cambios constantes en la estrategia y la falta general de comprensión del enemigo ocultaron las estrategias efectivas y pusieron a las tropas de la Coalición constantemente a un paso del enemigo. Desde el principio, el liderazgo fue muy lento en reaccionar y transformarse de pelear una guerra convencional a entrar en un modo de estabilidad y pacificación. En los primeros meses cruciales, no parecía haber ningún liderazgo centralizado en absoluto.

Si bien se culpa mucho al embajador Paul Bremer, jefe de la Autoridad Provisional de la Coalición, heredó una situación caótica. La ignorancia total del medio ambiente iraquí fue aún mayor en la parte superior, como lo demuestra el comentario mal pensado del presidente Bush sobre la guerra de guerrillas naciente: "adelante".

El informe destaca lo que considera "planificación demasiado optimista". "Durante la guerra, los planificadores en el Departamento de Defensa y en el teatro asumieron que la situación de seguridad en Irak mejoraría con el tiempo y que el teatro requeriría menos tropas de los EE. UU. En el futuro".



General Raymond Odierno, comandante de MNC-I, con jeques locales

Como he estado asesorando por más de 20 años, la cultura árabe está bien adaptada a la guerra de guerrillas. La misma fragmentación que obstruye la coordinación necesaria para la guerra convencional proporciona las garantías políticas necesarias para ocultar a los grupos terroristas en constante proliferación. Los insurgentes iraquíes improvisaron rápidamente y mostraron una excelente capacidad para adaptarse a las condiciones cambiantes. A medida que la guerra se prolongaba, el principal enemigo también cambió de los sunitas saddamistas, a las organizaciones chiítas apoyadas por los iraníes, y de nuevo al llamado Estado islámico sunní.

El Informe de Irak tiene un veredicto condenatorio sobre fallas en el liderazgo, que fueron visibles para la mayoría de los observadores cercanos del conflicto. “Los comandantes innovadores emergieron de la guerra y tuvieron un éxito empírico, pero el proceso de alentar e institucionalizar las innovaciones fue desigual”. Los autores continúan escribiendo: “parece posible que el Ejército en la Guerra de Irak en realidad tendiera a penalizar a los líderes exitosos que desafiaron sus comandantes".

En Vietnam, como escribieron con elocuencia David Karnow, David Halberstam y Neil Sheehan, nuestro liderazgo militar sufrió las mismas enfermedades que más tarde sufrimos en Irak. En las fases iniciales de la guerra de Vietnam, los revolucionarios, el Viet Cong, se mezclaron con el campesinado generalmente apático o simpático. Los requisitos integrales de una estrategia de contrainsurgencia fueron ignorados en favor de barridos masivos a través del campo (búsqueda y destrucción), por lo general encontrando pocos guerrilleros.


El general William Westmoreland en Vietnam en la 1ra base militar de RAR

Por ejemplo, durante la guerra, un área que cubre 31,000 acres a medio camino entre la frontera con Camboya y Saigón se había convertido en un área de preparación vital para el Viet Cong. Conocida como la plantación Michelin, había sido establecida por el fabricante francés de neumáticos Michelin en 1925. Mi unidad barrió la antigua plantación Michelin para eliminar al enemigo. Sin embargo, dentro de uno o dos días, la plantación estaba nuevamente bajo el control del Viet Cong.

La destreza y rapidez requeridas para cambiar las tácticas también estaban ausentes cuando los soldados e infantes de marina estadounidenses tuvieron que volver a tomar la capital provincial de Hue en 1968. Como es muy frecuente, el soldado estadounidense y el marine tuvieron que aprender las habilidades especializadas de combate urbano en La formación laboral. Una educación letal y costosa. Para cuando el Ejército de los Estados Unidos se había preparado e instituido el entrenamiento para la contrainsurgencia, el enemigo, el norvietnamita, había cambiado a estrategias de guerra más convencionales.

Al igual que en Vietnam, el liderazgo del Ejército en la Guerra de Irak evidenció una agilidad inadecuada para adaptarse a un entorno cambiante y una cara cambiante del enemigo. En su mayor parte, nuestra conducta en ambas guerras refuerza el estudio magistral de Russell Weigley, The American Way of War. En Irak y Vietnam, el liderazgo militar de Estados Unidos libró una guerra de aniquilación, una estrategia diseñada específicamente para lograr una victoria militar "aplastante". Esto fue particularmente en Vietnam, pero también de una manera menos obvia en Irak.

El periodista e historiador Max Hastings también describió la repulsión que muchos soldados sintieron en Irak por la microgestión de sus compromisos tácticos desde arriba en helicópteros. En Vietnam, el comandante de mi división, a veces, movía a los pelotones desde su posición superior. No hay forma de que un líder, sin importar cuán capaz sea, pueda ver claramente desde arriba pantanos y selvas impenetrables para dar órdenes coherentes.


Un médico de la 101 División Aerotransportada intenta salvar la vida de un compañero médico herido durante el asalto contra los norvietnamitas en Hamburger Hill. 19 de mayo de 1969. El médico herido murió más tarde.

El mito de contener guerras e ignorar a los actores externos

En ambos conflictos, el liderazgo político de Estados Unidos no apreciaba plenamente la importancia del apoyo de los actores externos a las fuerzas enemigas. Tampoco se estableció una política de retribución sólida y consistente para los actores externos que apoyan al enemigo. Según el Informe, "Desde un primer estado en la guerra, Siria e Irán desempeñaron un papel altamente desestabilizador en Irak".

Siria facilitó que miles de combatientes extranjeros fluyeran de Siria a Irak para atacar a las comunidades chiítas y las tropas de la Coalición. El régimen islámico en Irán entrenó y suministró armas sofisticadas a las milicias chiítas para atacar a los suníes y las tropas de la Coalición. Sin embargo, nunca se tomaron medidas contra Irán o Siria. El objetivo general tanto de Irán como de Siria era socavar el control de la Coalición en Irak y fomentar el conflicto sectario continuo para debilitar al país como una amenaza futura para ellos. El informe concluyó que "la incapacidad de los Estados Unidos para encontrar una respuesta efectiva a los poderes sirios e iraníes hizo que lograr nuestros objetivos políticos y militares fuera casi imposible".

Además, ninguno de los países vecinos ayudó a la Coalición a derrotar a los insurgentes. Los árabes del Golfo tardaron en detener la financiación de los grupos insurgentes sunitas. El gobierno turco, aparentemente un aliado estadounidense, fue inútil. Jordania, con su inquieta población palestina, ofreció solo una ayuda cautelosa. En todos los países árabes, las poblaciones sunitas eran generalmente hostiles a la guerra de la Coalición contra los insurgentes árabes sunitas en Irak.

Esta lección de Vietnam tampoco fue aprendida.

Laos y Camboya eran santuarios para las fuerzas comunistas, ya sea con simpatía o porque eran demasiado débiles para hacer algo al respecto. Nuestras incursiones poco frecuentes en Camboya fueron ineficaces y no tuvimos una política real para enfrentar esta situación. En el momento nuestras respuestas eran óperas cómicas.

En una operación en la que participó mi unidad, se nos dijo que usáramos un tiempo de fusible corto en nuestras rondas de artillería, lo que significa que las municiones explotarían por encima del suelo y antes del impacto, para evitar cráteres que pudieran rastrearse hasta los suministros de los Estados Unidos. Por supuesto, los fragmentos de cáscara de las explosiones de aire podrían rastrearse con la misma facilidad.

China y la Unión Soviética proporcionaron a los norvietnamitas las armas y los asesores que necesitaban. El apoyo que brindaron fue inmenso y mantuvo a Vietnam del Norte en la guerra. Mientras tanto, se prohibió a la fuerza aérea estadounidense bombardear a los barcos rusos descargando suministros en el puerto de Haiphong. Los comunistas extranjeros también brindaron apoyo de propaganda mundial para las fuerzas comunistas en Vietnam y, finalmente, pudieron ayudar a influir en el público estadounidense mientras la élite y los medios se volvían contra la guerra.

En el Informe, los autores argumentan que en el futuro, el liderazgo político y militar de los Estados Unidos debe proponer políticas y estrategias para hacer frente a este tipo de entorno. Eso será difícil dada la falta de voluntad política demostrada tanto en Irak como en Vietnam para arriesgarse a "ampliar la guerra".


Los soldados se mueven a través de las afueras de los palmerales en Baqubah, Irak, durante una misión nocturna el 25 de marzo de 2007

El fracaso del elemento de asesores militares

"El esfuerzo de varios años para crear una fuerza de seguridad iraquí autosuficiente y eficaz fracasó por una variedad de razones, destacando la extrema dificultad y complejidad inherente a la construcción de las instituciones de otra nación".

Esta es la conclusión del Informe sobre la capacitación y el esfuerzo de asesoramiento en Irak. La capacitación preparatoria que se les dio a los asesores y capacitadores fue breve, generalmente mal hecha, y los capacitadores fueron arrojados a un ambiente muy extraño con poca o ninguna norma de competencia con la que trabajar. Como siempre, la cultura era el obstáculo dominante.

La corrupción masiva, el sectarismo, las lealtades tribales y de clanes, así como la aparente indiferencia de los iraquíes por el orgullo nacional, a menudo frustraron a los asesores occidentales. Si bien muchos aspectos de la cultura iraquí arruinaron sus esfuerzos, ninguno resultó más perturbador que la corrupción generalizada en el ejército iraquí. Como un asesor de la Marina de los Estados Unidos, Wesley Gray escribió en su libro Embedded, "la corrupción era una forma de vida".

Según el Informe, "La insistencia de los líderes militares de alto rango, casi de manera constante en el transcurso de la Guerra de Irak, de que las fuerzas iraquíes pudieran sostenerse por sí mismas después de" solo "un año o dos más fue contraproducente. "Si Estados Unidos emprende tales proyectos en el futuro, los oficiales militares de alto rango deben advertir a sus líderes políticos desde el principio que su camino será largo, lento y frustrante".

En Vietnam existían problemas similares.

En la excelente monografía del Ejército de EE. UU. Asesorar y apoyar: Los últimos años, 1965-1973, el autor afirmó que "la preparación para el deber de asesoría era mínima", mientras que los asesores tenían que superar el "choque cultural agudo" para que no se cayera en un entorno completamente extraño. La mayoría de los asesores nunca establecieron realmente ninguna relación o canales efectivos de comunicación con sus contrapartes. Ciertamente el curso corto de seis semanas dado en Ft. Bragg (Asesoría de Asistencia y Entrenamiento Militar, MATA) fue de poco valor. En el mejor de los casos, fue una mirada superficial a la misión del asesor, con algunas horas de capacitación en idiomas.

Como se repetiría en Irak, el deber de asesoría no era un puesto solicitado, ya que generalmente no mejoraba la carrera del oficial. Tanto en Irak como en Vietnam, los asesores y entrenadores intentaron, de manera ineficaz, modelar su entrenamiento sobre los métodos y valores militares estadounidenses. No tomó. Los esfuerzos occidentales para entrenar a los ejércitos árabes, sin periodos de sostenimiento intensivos y prolongados, nunca han tenido un éxito final. En general, la visión del mundo fatalista tanto de los iraquíes como de los vietnamitas fue difícil de tratar para los asesores externos.

El comprensible malestar de los bajos niveles de vida y de trabajo que los iraquíes compartían con sus predecesores vietnamitas se vio agravado por los factores culturales únicos de los árabes. En otras palabras, conseguir que los sunitas, los chiítas y los kurdos no luchen entre sí fue un desafío. Conseguir que se murieran el uno por el otro era algo completamente distinto.

Como un asesor de los vietnamitas captó sucintamente el problema, "Nosotros y los vietnamitas vivimos en mundos diferentes". Un oficial de la Marina de los EE. UU. Expresó el mismo sentimiento acerca de los iraquíes en un artículo titulado "Los marines son de Marte, los iraquíes son de Venus". Si los jóvenes soldados e infantes de marina recibían alguna información cultural, a menudo era la variedad de “Hacer y No Hacer” que, gracias a la información errónea, a veces es peor que nada.


El Capitán Jason Good durante una patrulla en Al Jabor

La tecnología como panacea para ganar las guerras de manera barata

En su libro, The Perfect War: Technowar en Vietnam, James William Gibson proporcionó una apasionada disección del liderazgo político y militar estadounidense y su fijación a lo último en tecnología como sustituto de casi todos los demás aspectos de la guerra. Según Gibson, el liderazgo militar en Vietnam se centró en un método mecanicista de guerra que emplea lo último en armamento y transporte para transportar tropas de un punto a otro en misiones de "búsqueda y destrucción" generalmente no productivas. Según mis observaciones, el movimiento perpetuo y peripatético a menudo sustituía los planes operativos bien pensados.

Como lo afirman los autores del Informe sobre Irak, "La guerra de Irak demostró que los avances tecnológicos solo pueden llegar muy lejos en la reducción de nuestra fuerza militar y nuestras fuerzas sobre el terreno". El Informe observa correctamente que la inestabilidad, la intensidad baja o el término que sea A favor, las operaciones de pacificación requieren un mayor número de tropas. "En las guerras futuras, Estados Unidos debe protegerse contra su histórica predilección por los Estados Unidos de asumir que la tecnología o la superioridad en la guerra cualitativa puede ser un sustituto de los números de tropas".

El Informe también destaca lo que llama "la Asunción de la guerra corta". "EE.UU. Los líderes y planificadores operaron bajo el supuesto constante de que la guerra sería corta. En ningún momento de la guerra, ni siquiera durante la oleada, los líderes de los Estados Unidos creyeron que la campaña tenía más de 18 o 24 meses desde el momento en que las tropas de los Estados Unidos podrían retirarse y la responsabilidad de la seguridad fue entregada a los iraquíes ".

La nueva frase "Shock and Awe" saturó las noticias y las cadenas de televisión en la primera Guerra de Irak (Tormenta del Desierto) a través de la Operación Libertad Iraquí. Sin embargo, las nociones de una victoria tecnológica rápida como un rayo no pueden ser un sustituto a largo plazo para las tropas que trabajan directamente con los pueblos indígenas.

Esto se debe a que no se puede derrotar a los guerrilleros con incursiones en áreas urbanas infestadas de guerrilleros, para luego retirarse a los campos base cuando cae la oscuridad. El contacto continuo con las personas es un requisito crítico. En general, nuestro enfoque en el enemigo difícil de alcanzar lo impidió. Por ejemplo, en un año con una unidad en Vietnam, el único local con el que puedo recordar el contacto fue con el barbero local. Sin tener en cuenta a la gente, nos concentramos en un enemigo que a menudo era indistinguible de los campesinos en el campo.


Infantes de marina estadounidenses con un compañero herido en una estación de primeros auxilios, Mutter's Ridge, Nui Cay Tri, Vietnam del Sur, octubre de 1966

Falta de continuidad

Tanto en Vietnam como en Irak, la práctica de un año de servicio para la mayoría de los soldados fue señalada como un gran perjuicio para nuestros esfuerzos para contrarrestar eficazmente las insurgencias a las que nos vimos obligados a enfrentar. Como escribió Shelby Stanton en The Rise and Fall of the American Army, “El ejército estadounidense estaba luchando muy por debajo de su potencial como resultado de varios factores, uno de los cuales fue la política de un año de viajes de combate. Esto llevó a la discontinuidad constante de la unidad y la falta de competencia en el combate ".

Según el Informe, “Las transiciones de unidades turbulentas que tuvieron lugar al menos una vez al año también dificultaron las relaciones entre las unidades de la coalición y los iraquíes locales. Las unidades de los Estados Unidos iban y venían con tanta frecuencia que las relaciones productivas se olvidaban ".

En algunos casos, esto se hizo peor por la política de expulsar a algunos comandantes después de solo seis meses para darles a otros la oportunidad de comandar. En ocasiones, esto haría que los combatientes desplegados se sintieran como si sus líderes trataran la guerra como nada más que un ejercicio de entrenamiento.

Una vez más, el mismo problema surgió en el Informe, ya que los autores abogaron por mantener a los comandantes en el país durante varios años o incluso hasta el final del conflicto. El Informe recuerda que en la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, los soldados y oficiales permanecieron en sus unidades hasta que terminó el conflicto. En mi opinión, parecía que el avance de la carrera en el sistema de personal del ejército recompensaba a los oficiales por su perspicacia política, en vez de por la de combate.

La política de viajes de un año fue particularmente devastadora para la efectividad de la asesoría y la capacitación. La absoluta necesidad de comenzar a entender a sus contrapartes iraquíes o vietnamitas, para llegar a ser incluso marginalmente efectivas, es imposible con recorridos cortos y, por lo tanto, los malos resultados de nuestros esfuerzos de capacitación tanto en Irak como en Vietnam.


Patrulla de Irak

Métricas

Como parte de la "mecanización" del modo de guerra estadounidense, las estrategias y tácticas tanto en las guerras de Vietnam como en las de Irak fueron pervertidas por el uso de métricas para evaluar la efectividad. Nuestra fascinación por los números nos llevó no solo a conclusiones erróneas, sino también a prácticas macabras como el "conteo corporal" como indicador de éxito. No satisfechos con las evaluaciones de los comandantes de unidades, los líderes políticos y militares exigieron "pruebas", por ejemplo, el número de enemigos muertos contados, armas capturadas, etc. Esto, por supuesto, eventualmente condujo a informes falsos masivos y generalizados en los informes de rendimiento que se condicionaron en estas métricas .

A su vez, esto llevó a nuestro liderazgo político y militar a insistir en que todo iba bien, a menudo enterrando evaluaciones de asesores que contradecían sus evaluaciones optimistas.

En un caso, recuerdo que después de nuestro ataque de artillería a una fuerza enemiga que estaba preparando una emboscada, una unidad de infantería fue enviada a hacer nada más que contar cuerpos. Fueron muchas las cosas que llevaron a los soldados, en su mayoría reclutas, a ridiculizar y desconfiar de su liderazgo.

En el Informe de Irak, los autores sugieren con tacto que "el Ejército debería reconsiderar las tendencias de reevaluación que enfatizan el uso de métricas a costa de un juicio profesional difícil de medir". Agregó que "de alguna manera, los líderes del Ejército se han enamorado del" "fetichización de estadísticas y métricas".

Hubiera tenido menos tacto.

Recuerdo que entré en un gran edificio en Camp Victory, una importante base de las fuerzas estadounidenses en Irak, y que me sorprendió la gran cantidad de oficiales subalternos sentados detrás de computadoras portátiles que introducen datos en sus dispositivos. En la parte superior de la pared había varias pantallas con multitud de colores y diagramas que, según me dijeron, canalizaban información al grupo de comando sobre la situación en los distintos distritos. Recuerdo que pensé para mis adentros que, ciertamente, estos jóvenes oficiales tenían roles mejores y más útiles que el procesamiento de datos.


Policía iraquí y paracaidistas del 2d BCT, 82d División Aerotransportada, patrulla Adhamiyah, 17 de febrero de 2007. Fuente: Foto del Ejército de los EE.UU. por el sargento Michael Pryor

Epílogo

Hubo muchos otros problemas que surgieron en el Informe que también fueron evidentes en Vietnam, pero los problemas de unidad de mando y estructuras de mando disfuncionales, y la controversia siempre presente en torno a la doctrina de contrainsurgencia, continúa hasta el día de hoy. Los autores del Informe consideran que los argumentos en contra de la capacitación para la contrainsurgencia son "engañosos". No estoy tan seguro. El guerrero intelectual, sostuvo el difunto coronel Harry Summers, "cualquier buen soldado podría manejar guerrilleros". Lo mismo hizo el destacado historiador que sirvió en Vietnam y llevó a cabo varias operaciones de multiplicación de fuerzas como un oficial de las Fuerzas Especiales, Shelby Stanton, quien se refirió a La “mitología” de la contrainsurgencia.

En general, el Informe en muchos aspectos es muy superior a la mayoría de los informes posteriores a la acción, que suelen ser críticas secas y sin vida a las incompatibilidades de comunicación, la estructura de comando y los problemas de logística. Rara vez hay análisis de moral o temas de liderazgo. Desafortunadamente, estos temas se dejan a los periodistas que no suelen recibir los premios Pulitzer por sus buenas noticias.

Lo que me lleva a un punto crítico.

Muchas cosas salieron bien tanto en Irak como en Vietnam, y nunca he tenido una pregunta en mi mente de que la gran mayoría de los soldados y oficiales hicieron lo mejor que pudieron con las tarjetas que recibieron. Ciertamente, por lo que observé, tanto en Vietnam como en Irak, la gran mayoría de los soldados y oficiales llevaron a cabo sus misiones profesionalmente. Mi argumento siempre ha sido que merecían líderes más imaginativos con más empatía genuina por los soldados.

Pero tal vez una declaración del general Walt Boomer lo resuma mejor para muchos de nosotros que nos preocupamos por la historia y las lecciones que parece que nunca aprendemos:

"¿De qué se trataba? Me molesta que no hayamos aprendido mucho (sobre Vietnam). Si lo hubiéramos hecho, nunca habríamos invadido Irak ”.