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lunes, 9 de septiembre de 2024

Scaled Composites Vanguard: Un proyecto para cambiar FAdeA y traerla al Siglo 21


Análisis del proyecto Vanguard: Un avión de combate desechable muy apto para Argentina

Esteban McLaren
FDRA


Imagina un futuro donde Argentina no solo se limite a producir entrenadores antiguos como el IA-63 Pampa III que acaba de salir de producción, sino que se transforme en un centro de innovación aeronáutica regional. La reconversión de FAdeA hacia la producción de un avión modular, altamente tecnológico y exportable, marcaría un salto cualitativo en la industria nacional. Este tipo de avión podría estar equipado con tecnologías avanzadas de inteligencia artificial, fabricación aditiva (impresión 3D), la cual puede descentralizarse entre proveedores regionales, y sistemas de combate autónomo, abriendo puertas a mercados globales en defensa y seguridad. El Scaled Composites Vanguard puede mostrar el camino para un cambio y reestructuración de FAdeA apuntando a cubrir diversas hitos tecnológicos:

  • un caza ligero furtivo de alta velocidad subsónica
  • capaz de convertirse en dron
  • costo de producción de menos de la mitad que un Pampa
  • una autonomía sin registros de más de 5 mil km (!¡) con 6 horas de vuelo
  • bodega multifuncional: puede cargar 2 AMRAAM, una radar de apertura sintética, equipos de ECM, entre muchas combinaciones. 
  • caza que tiene una vida operativa menor pero de fácil reemplazo
  • su producción es colaborativa por lo que puede distribuirse en PyMEs a largo del territorio nacional o mejores postores extranjeros.

La fabricación de un avión modular permitiría adaptarse a las necesidades de cada cliente, maximizando su capacidad de exportación y potenciando la competitividad argentina en el mercado internacional. Este enfoque no solo estimularía la creación de empleos de alta calificación, sino que también incentivaría el progreso tecnológico en sectores como el software, inteligencia artificial y robótica. Al diversificar la producción hacia aeronaves más sofisticadas, Argentina no solo fortalecería su defensa, sino que dinamizaría la economía, atrayendo inversión privada y alianzas internacionales.

Invertir en esta transformación significaría convertir a FAdeA en un polo de desarrollo estratégico, generando un impacto duradero en la economía del conocimiento y posicionando al país como un líder regional en la industria aeronáutica.




El Model 437 Vanguard, diseñado por Scaled Composites bajo la matriz de Northrop Grumman, representa un concepto revolucionario en el campo de la aviación militar. Este caza desechable está diseñado para operar de forma autónoma en misiones de alto riesgo, donde la pérdida de la aeronave se considera aceptable. Se analizará a continuación sus características técnicas, costos de producción, posibles usos en el campo de batalla futuro y su potencial en las fuerzas armadas argentinas.



Características Técnicas del Vanguard

El Vanguard es un caza de dimensiones compactas, con una longitud y envergadura de 12,5 metros, un peso máximo de despegue de 4.535 kg, y está propulsado por un motor Pratt & Whitney 535 que genera 15,1 kN de empuje. Su alcance operativo es de 5.556 km, con una autonomía de hasta seis horas. Estas características lo posicionan como un avión de combate ligero y ágil, ideal para operar en misiones donde la maniobrabilidad y el bajo costo son esenciales.

Su capacidad de carga útil es de 907 kg, lo que le permite transportar hasta dos misiles AIM-120 AMRAAM en su bahía interna de armas, lo que le da capacidad para participar en combates aéreos sin comprometer su agilidad o autonomía. Además, una de las claves del Vanguard es su diseño modular y su plataforma digital de desarrollo, similar a la utilizada en el bombardero B-21 Raider, lo que reduce significativamente los costos de desarrollo al agilizar pruebas y certificaciones mediante simulaciones virtuales.

 


Costos de producción y despliegue

El Vanguard es diseñado para ser extremadamente barato de producir, con un costo estimado entre 5 y 6 millones de dólares por unidad si se fabrica en serie. Este bajo costo se logra gracias a innovaciones en su fabricación, como el uso de deposición de materiales con arco de plasma, lo que permite la impresión de componentes estructurales de titanio sin necesidad de moldes costosos. Además, el uso intensivo de plataformas digitales para pruebas y prototipado reduce aún más los tiempos y costos de producción. La empresa ha reducido los costos de ingeniería en planta de ocupar en promedio un 15% de los costos a sólo ocupar el 1%. Esto quiere decir que pasar de un cambio aerodinámico en papel y CGI a un componente real del avión es prácticamente directo debido a la digitalización e IA aplicados al proceso.

En comparación con los cazas tripulados tradicionales como el F-35, que cuesta entre 80 y 100 millones de dólares por unidad, el Vanguard es considerablemente más barato. Esta diferencia de costos lo convierte en una opción atractiva para misiones de alto riesgo, donde la pérdida de una aeronave es un factor asumido. En este sentido, se proyecta que el Vanguard desempeñará un papel crucial en misiones de supresión de defensas enemigas (SEAD), ataques aéreos en áreas fuertemente defendidas y reconocimiento en profundidad, ya que su pérdida no supondría un costo prohibitivo (ScaledComposites)(TheWarZone).

Especificaciones
Tripulación: 1
Envergadura: 41 pies (12.5 metros)
Longitud: 41 pies (12.5 metros)
Altitud máxima: 25 mil pies (6.000 metros)
Máximo peso al despegue: 10.000 libras (4,535 kg)




Uso en el Campo de Batalla Futuro

El futuro del combate aéreo está marcado por la creciente automatización y el desarrollo de aeronaves autónomas que pueden operar en conjunto con cazas tripulados. En este contexto, el Vanguard encaja perfectamente en los planes de la Fuerza Aérea de EE.UU. bajo el programa Collaborative Combat Aircraft (CCA), que busca desarrollar plataformas no tripuladas que puedan complementar aviones como el F-35 en misiones de combate.

El Vanguard, al estar equipado con inteligencia artificial y operar de manera autónoma, podrá realizar misiones de apoyo, escolta y combate aéreo sin poner en riesgo a los pilotos. Además, su capacidad de ser producido en grandes cantidades permitirá que las fuerzas aéreas lo utilicen como un recurso desechable en misiones de alto riesgo, lo que aumentará la efectividad en zonas con fuertes defensas antiaéreas.


Para tener presente, un avión de estas características y con esta flexibilidad podría, y es solo una conjetura, embarcarse en una plataforma tipo portaaviones o portahelicópteros, tanto en su versión tripulada como no tripulada: es una aeronave muy liviana, pequeña y flexible con enorme autonomía. Ello podría ayudar a volver a brindarle a la Armada Argentina de nuevo la capacidad de proyección de poder aeronaval.

Otros proyectos

Dentro de la gama de proyectos la empresa Scaled Composites incluye un demostrador de un futuro caza de sexta generación denominado Model 401 S y un avión de ataque ligero, con ciertas reminiscencias al A-10 Warthog, nominado como Agile Responsive Effective Support.

Demostrador Model 401 Sierra, casi un F-5 reciclado a furtivo




Demostrador aeronave Agile Responsive Effective Support de Scaled Composites




Potencial uso en las Fuerzas Armadas Argentinas

Las fuerzas armadas argentinas, tradicionalmente con recursos limitados, podrían beneficiarse de un avión como el Vanguard por varias razones. Aunque el costo de adquisición de unidades sigue siendo elevado para los estándares de defensa de Argentina, su bajo costo en comparación con cazas tradicionales y su capacidad de operar de manera autónoma lo convierten en una opción interesante para misiones estratégicas.

Argentina podría emplear el Vanguard en varias funciones, entre ellas:

  1. Defensa de espacios aéreos amplios: Dada la extensión del territorio argentino, el Vanguard podría utilizarse para patrullas aéreas y misiones de disuasión en áreas remotas, como la Patagonia o el Atlántico Sur. Es una aeronave excepcional para vigilar el frente norte con enorme extensiones donde pequeñas aeronaves contrabandean drogas. La capacidad de patrulla de una aeronave así es económicamente muy eficiente.

  2. Misiones de supresión de defensas enemigas: En un hipotético conflicto, el Vanguard podría ser empleado para penetrar defensas aéreas enemigas, lo que minimizaría el riesgo de perder aviones tripulados. Para misiones SEAD o ataque a blancos muy protegidos, en su versión UCAV, puede ser eficiente en término de evitar pérdidas humanas.

  3. Operaciones de reconocimiento y ataque en el Atlántico Sur: En un escenario de tensiones en las Islas Malvinas, el Vanguard podría desempeñar un rol en misiones de reconocimiento y ataque a largo alcance sin exponer a pilotos en estas misiones peligrosas. Esta aeronave tiene exactamente la mitad de persistencia en vuelo que un P-3C Orion como los recién adquiridos a Noruega: 6 horas. En su versión no tripulada podría patrullar enormes extensiones del Mar Argentino sin mayor desgaste humano y con conexión directa al edificio Libertad o la Base Naval de Puerto Belgrano si así lo requiera.

 

Recomendación

Argentina, a pesar de no contar con los mismos recursos tecnológicos que EE.UU., podría beneficiarse de una inversión inicial en el Vanguard. Un enfoque gradual en la adquisición de estas aeronaves autónomas permitiría a las fuerzas armadas modernizarse sin incurrir en los altos costos de cazas convencionales. Además, la capacidad de este avión de operar en misiones de alto riesgo y su compatibilidad con un modelo operativo autónomo lo convertiría en un multiplicador de fuerza en escenarios como el Atlántico Sur o el control de fronteras en áreas críticas como la cordillera de los Andes.

El Model 437 Vanguard es un desarrollo innovador que puede redefinir las estrategias de combate aéreo a nivel global. Si bien Argentina enfrenta limitaciones presupuestarias, este tipo de tecnología de bajo costo y alto impacto podría ser una opción atractiva para futuras adquisiciones, permitiendo que el país mantenga una defensa aérea efectiva y moderna en escenarios de alta complejidad.










Análisis de la producción del IA-63 Pampa en FAdeA y oportunidades futuras basadas en el proyecto Vanguard

La Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) ha tenido una historia marcada por la producción de aeronaves emblemáticas, como el IA-63 Pampa, un entrenador avanzado de diseño argentino. Sin embargo, el proyecto Pampa ha sido descontinuado tras la producción de alrededor de 40 aviones, lo que pone en evidencia la necesidad de replantear la dirección productiva de la planta. En este análisis, se examina la viabilidad de reconfigurar la producción de FAdeA para proyectos más alineados con tendencias tecnológicas globales, como el Model 437 Vanguard, un caza de combate desechable, y cómo estas oportunidades pueden representar un nuevo horizonte para la industria aeronáutica argentina.

El fin del Pampa puede ser el inicio del Siglo 21 para FAdeA

El IA-63 Pampa, aunque un hito de la ingeniería argentina, se basa en una concepción aeronáutica de varias décadas. A nivel de costo de oportunidad, seguir invirtiendo en un proyecto como el Pampa que no ha logrado la expansión en el mercado ni una proyección significativa internacional implica dejar de lado la posibilidad de ingresar a mercados emergentes de aviones más avanzados tecnológicamente. Además, el Pampa no cumple con las exigencias actuales en cuanto a aeronaves de combate modernas o sistemas de vuelo autónomo, elementos que se están convirtiendo en esenciales en las guerras del futuro.

El Vanguard ofrece una vía alternativa con un enfoque hacia la producción de aeronaves de bajo costo, alta tecnología y posibilidad de ser fabricadas en grandes volúmenes. Al ser un avión desechable y autónomo, basado en inteligencia artificial, permite a FAdeA incursionar en la automatización y digitalización del combate aéreo, áreas donde la industria argentina ha quedado rezagada. El costo de producción de un Vanguard, estimado entre 5 y 6 millones de dólares, es comparable a la mitad de los entrenadores como el IA-63, pudiendo incluso ser menor debido a los menores salarios en dólares locales, pero su potencial de exportación es mucho mayor debido a la tendencia global hacia la guerra autónoma y la modernización de las flotas aéreas.

Oportunidades Tecnológicas para FAdeA

Las tecnologías implementadas en el Vanguard, como la fabricación aditiva (impresión 3D) y el uso de herramientas digitales para reducir costos de prototipado y certificación, representan oportunidades para que FAdeA modernice su infraestructura. La fábrica podría, con las inversiones adecuadas, empezar a aplicar estos métodos en la producción de aeronaves más avanzadas. Un enfoque hacia el desarrollo de drones militares autónomos podría no solo revitalizar la industria aeronáutica argentina, sino también posicionarla como un actor competitivo en el mercado global de aviones no tripulados.

Este cambio requiere que FAdeA deje de enfocarse exclusivamente en la construcción de aviones convencionales y pase a aprovechar estas nuevas tecnologías. Al desarrollar aviones como el Vanguard, FAdeA podría diversificar su cartera de productos, atrayendo tanto a las fuerzas armadas nacionales como a potenciales clientes internacionales.

Acciones del gobierno argentino para adaptarse a un nuevo sendero tecnológico

Para que este cambio de dirección sea efectivo, es crucial que el gobierno argentino tome medidas proactivas que impulsen la industria nacional hacia la producción de aviones como el Vanguard. Entre las acciones necesarias para este proceso de adaptación se encuentran:

  1. Inversión en investigación y desarrollo: El gobierno debe promover el desarrollo de nuevas tecnologías a través de fondos dedicados a la innovación en defensa. Esto incluye financiar investigaciones en inteligencia artificial, fabricación aditiva y materiales avanzados, esenciales para la producción de aviones de combate autónomos. Esta fase de tecnología abre un espacio de colaboración con el pujante sector tecnológico nacional, sobre todo de software y hardware.

  2. Alianzas internacionales: Argentina debe buscar asociaciones con empresas extranjeras líderes en el sector, como Northrop Grumman, para adquirir conocimiento técnico y colaborar en el desarrollo de aviones de bajo costo y alta eficiencia. Estas alianzas también permitirán una transferencia tecnológica hacia la industria local. Otro potencial socio puede ser Embraer de Brasil

  3. Marco regulatorio adecuado: El gobierno debe desarrollar un marco normativo que incentive la inversión privada en el sector de la defensa, así como políticas de exportación que faciliten la venta de estas aeronaves en mercados internacionales. En ese sentido, la ley RIGI presenta una opción enormemente tentadora para la inversión privada extranjera en este campo específico.

  4. Incentivar la participación del sector privado: La modernización de FAdeA debe ir de la mano con una mayor participación del sector privado nacional, ya que este puede aportar capital, innovación y eficiencia operativa. Esto puede lograrse mediante alianzas público-privadas para la fabricación y exportación de drones y aviones autónomos. Ya se sabe que la injerencia excesiva del estado solo ha provocado inacción, retrasos y proyectos que ya son viejos cuando llegan si quiera a prototiparse (CITEDEF, ARS, Tandador, son vergonzosos ejemplos de desidia gremial).

Plan de acción a 5 Años

  1. Año 1: Diagnóstico y Modernización Inicial

    • Realizar una auditoría tecnológica de FAdeA para identificar las brechas en capacidad productiva.
    • Iniciar la adquisición de tecnologías de fabricación aditiva y plataformas digitales de prototipado.
    • Firmar acuerdos preliminares con empresas extranjeras como Scaled Composites para transferencia de tecnología.
  2. Año 2: Inversión en Capacitación y Desarrollo Tecnológico

    • Capacitar al personal técnico en nuevas tecnologías de producción.
    • Iniciar proyectos pilotos de aviones no tripulados con énfasis en aplicaciones militares y civiles.
    • Implementar una política gubernamental para facilitar incentivos fiscales a empresas tecnológicas nacionales que participen en el programa.
  3. Año 3: Producción de Prototipos

    • Construir los primeros prototipos de aviones no tripulados, utilizando modelos de alta fidelidad similares al Digital Pathfinder utilizado en el Vanguard.
    • Integrar pruebas de campo en colaboración con las fuerzas armadas y evaluar los costos de producción a escala.
  4. Año 4: Expansión de la Producción

    • Ampliar la producción con la participación de inversores privados y alianzas internacionales.
    • Convocar a startups y PyMEs regionales que fabriquen las partes mediante impresión 3D y materiales compuestos.
    • Lanzar una campaña de exportación de drones militares fabricados en Argentina hacia mercados latinoamericanos y africanos, donde hay demanda de soluciones de defensa asequibles.
  5. Año 5: Consolidación del Programa

    • Alcanzar la producción en serie de aviones no tripulados, con un enfoque en aviones de combate desechables para misiones de alto riesgo.
    • Asegurar la integración completa de la industria privada en el sector de defensa, mediante contratos de producción y ventas internacionales.

Conclusión preliminar

El proyecto del Vanguard plantea un horizonte prometedor para la reconfiguración de FAdeA, alejándola de la producción de aviones convencionales como el IA-63 Pampa y orientándola hacia tecnologías modernas de fabricación digital y aeronaves autónomas. Este enfoque no solo posicionaría a Argentina en la vanguardia de la aviación militar regional, sino que también abriría nuevas oportunidades en el mercado global de defensa, donde la demanda de drones autónomos y vehículos aéreos no tripulados está en crecimiento constante.

El prototipo Vanguard puede convertirse en un caza ligero de una autonomía pornográfica con un costo de hora de vuelo completamente inusual (en el rango de 150 a 500 dólares la hora de vuelo) posibilitando enorme cantidad de combinaciones. Su bodega puede ser provista desde armas dirigidas (AMRAAM, LGB, misiles ASM, etc.) así como equipamiento electrónico de diversos sensores, perturbadores, señalizadores, etc. Es una plataforma sensible, barata, podría interoperar electrónicamente con los nuevos F-16 MLU del mismo modo que la USAF busca que interactúe con sus F-35.

Mediante un plan estratégico de varios años, el gobierno argentino, en conjunto con el sector privado, puede transformar FAdeA en un centro de innovación aeronáutica, capaz de producir aviones de combate de bajo costo que respondan a las necesidades modernas de defensa.


viernes, 7 de octubre de 2022

Aviación militar: Cazas ligeros (2/3)

Cazas ligeros

Fuente: K-Planes

Sistema de armas 303A - El caza supersónico ligero

A diferencia de la mayoría de los programas de adquisiciones de la USAF, el primer programa de caza ligero de posguerra de Estados Unidos sería en realidad el resultado de una propuesta de empresa privada de Lockheed. En noviembre de 1952, después de trabajar en el diseño de un caza ligero durante más de un año, Lockheed propuso el diseño a la Fuerza Aérea. Si bien no había un requisito pendiente para un avión de este tipo en ese momento, ganó suficiente interés como para que se emitiera una nueva competencia prácticamente escrita en torno a la propuesta de Lockheed. Sin embargo, Republic, North American y Northrop presentarían competidores a la propuesta de Lockheed. Sin embargo, con más de un año de ventaja, los competidores tenían pocas posibilidades. El diseño de Lockheed fue declarado ganador en marzo de 1953 y se le otorgó un contrato para la creación de prototipos.


North American NA-212

North American esperaba adaptar su variante de cazabombardero del F-100 (lo que se convertiría en el XF-107) para cumplir con los requisitos. Bajo la designación NA-212, la F-100 fue ampliamente rediseñada para montar un motor J57 y una nueva toma de aire. Además, se modificaron la cabina y el tren de aterrizaje. Una maqueta a gran escala tomó forma en 1953, pero después de que el NA-212 perdiera el F-104, el proyecto se detuvo. El NA-212 viviría en el F-100B/XF-107. La admisión de nuevo diseño se reubicó en la disposición dorsal única del tipo, y la aeronave se revisó aún más para montar el J75 más potente.


Northrop N-102 Fang

La propuesta de Northrop fue el compacto N-102 Fang con motor J79. El N-102 tenía un ala delta montada en el hombro y una entrada de mentón de geometría fija, dejando la nariz abierta para un radar. Un potente turborreactor J79 prometía una velocidad máxima de al menos Mach 2. Alternativamente, se podría sustituir el J65 más débil, reduciendo la velocidad máxima proyectada a Mach 1,5. Northrop prestó especial atención a mantener el diseño no solo compacto, sino también simple, lo que significa que la aviónica avanzada no formaba parte del diseño. Si bien la USAF pasó por alto el N-102 a favor del diseño de Lockheed, Northrop continuó su desarrollo durante varios años. Solo tres años después de que se decidiera el contrato, Northrop abandonó finalmente la N-102. A diferencia de la propuesta fallida de North American, el diseño no se continuaría con otros proyectos. Bastante,


Lockheed F-104 Starfighter

A fines de 1951, Kelly Johnson de Lockheed fue a Corea del Sur para obtener información de los pilotos de combate sobre lo que querían en un caza de próxima generación. Al llevarse a casa informes de que querían una plataforma simple y liviana que priorizara la velocidad, el techo y la agilidad, Johnson ordenó el desarrollo de una máquina de este tipo como una empresa privada. En octubre del año siguiente, Lockheed se había decidido por el CL-246 con forma de dardo. El CL-246 era un avión esbelto con pequeñas alas trapezoidales y cola en T destinado a ser propulsado por el motor J79. Cuando se presentaron a la USAF, se vieron obligados a participar en una competencia, pero para sorpresa de nadie, el diseño de Lockheed ganó. A fines de 1953, se contrató a Lockheed para crear un prototipo de lo que ahora se conoce como F-104. Las pruebas comenzaron a principios de 1954, pero una serie de problemas menores de ingeniería paralizaron el programa. Sin embargo, una vez que los problemas se resolvieron en el verano, el XF-104 estaba funcionando espectacularmente. Incluso con un J65 de menor potencia en sustitución del motor previsto, el XF-104 rompió fácilmente la barrera del sonido en vuelo nivelado. Otras pruebas revelaron que el XF-104 casi podía alcanzar Mach 2.

En 1956, la USAF contrató a Lockheed para desarrollar cuatro variantes: el interceptor A y C y el cazabombardero, respectivamente, y los entrenadores de dos asientos B y D. Cuando el F-104A comenzó a entrar en servicio en 1958, estaba armado solo con AIM-9 montados en la punta del ala, ya que el cañón M61 Vulcan interno planificado aún no estaba listo. Muy temprano en servicio, el F-104 comenzó a batir récords. En mayo de 1958, estableció un récord mundial de velocidad de más de 1400 mph, y en diciembre se establecieron varios récords de escalada. A medida que la producción del F-104A disminuía, los F-104C se incorporaron a la línea de producción. El F-104C fue bastante decepcionante: además de la capacidad de montar una sonda de reabastecimiento de combustible en vuelo, su único cambio significativo fue la adición de un punto fijo en la línea central para una bomba nuclear táctica B28 y una mejor aviónica.

Los primeros años del F-104 fueron desfavorables: sufrió una alta tasa de accidentes y, en 1961, casi 50 se habían perdido. El F-104A resultó decepcionante, ya que carecía de la aviónica y el armamento para cumplir verdaderamente el papel de interceptor que se le asignó. De hecho, todos los F-104A y B fueron relegados a unidades ANG al final de la década en que todos habían sido retirados. Los F-104C vieron más uso, aunque inusualmente nunca fueron programados para realizar tareas de cazabombardero. A pesar de la extraña decisión, el F-104C fue mucho más satisfactorio que el A. El Starfighter haría su debut en combate en Vietnam en 1965 cuando se desplegaron dos escuadrones. Su servicio ascendió a más de 2000 salidas volando CAP en apoyo de los EC-121. Sin embargo, nunca reclamaron ninguna victoria. El segundo despliegue llegó a Tailandia en 1966, donde los F-104 tuvieron un breve uso como escoltas de Wild Weasels (que funcionó tan bien como cabría esperar). Al año siguiente, se retiraron de la región y, a fines de la década, el F-104 dejó el servicio de la USAF por completo.

Por supuesto, no podemos hablar sobre el Starfighter sin sumergirnos en el maravilloso desastre que fue su servicio de exportación. A finales de los años 50, varias naciones buscaban un reemplazo para sus viejos cazas de primera generación. Entre los posibles clientes estaba Alemania Occidental, que quería un cazabombardero polivalente de alto rendimiento. Para cumplir con los requisitos extranjeros, Lockheed creó el F-104G, que presentaba aviónica mejorada y una estructura de avión revisada para transportar provisiones aire-tierra convencionales. Si bien se podría decir que varios diseños de la competencia se adaptaban mejor al papel, Lockheed terminaría ganando contratos en todo el mundo. El F-104 terminaría volando con Canadá, Bélgica, los Países Bajos, Noruega, Dinamarca, España, Grecia, Turquía, Italia, Pakistán, Japón y, lo más infame, Alemania. Se puede decir que los cazas estelares alemanes eran los más capaces de todos, manteniendo las capacidades de ataque nuclear del F-104C mientras cuenta con mejores cargas útiles y aviónica. También eran compatibles con las primeras municiones guiadas, aunque el requisito de que tales armas debían ser guiadas activamente por el piloto reducía su eficacia.

Si la alta tasa de accidentes del F-104 en el servicio de la USAF parecía mala, el servicio exterior sería aún peor. Al caza difícil de volar le iría mal en manos de pilotos acostumbrados a pilotar jets de primera generación más permisivos, y el interceptor ligero no se adaptaba bien al papel de cazabombardero en el que se vio forzado. En el servicio alemán, se ganó la reputación de ser un fabricante de viudas, y no era un avión popular entre pilotos y tripulaciones por igual. La reputación del tipo solo empeoró a mediados de los años 70 cuando se reveló que Lockheed había estado involucrado en sobornar al menos a tres naciones (Alemania Occidental, Japón y los Países Bajos) para seleccionar el F-104 sobre sus competidores. En general, el servicio exterior salió mal. La Luftwaffe perdió el 30 % de sus Starfighters a lo largo de su carrera, mientras que Canadá perdió el 46 %. Aún así,

Inusualmente, el único servicio de combate del Starfighter vendría con dos operadores extranjeros relativamente menores: Pakistán y Taiwán. Los F-104 de Pakistán hicieron su debut en combate en la Guerra Indo-Paquistaní de 1965. Reclamaron una sola victoria sobre un IAF Mystere y obligaron a un Gnat a aterrizar en un aeródromo amigo, pero según informes indios y soviéticos, al tipo le fue mal contra el MiG-21. Aunque casi todos los reclamos se disputan, los reclamos indios de victorias sobre el Starfighter superan en gran medida los reclamos pakistaníes de victorias F-104. El único derribo confirmado por un F-104 ocurriría en el servicio taiwanés en 1967. Durante un enfrentamiento con ocho MiG-19, un vuelo de F-104 derribó a dos cazas enemigos. Estas marcaron las primeras y únicas victorias indiscutibles de Starfighter durante su desfavorable carrera.


Folland Gnat

A principios de la década de 1950, Folland comenzó a trabajar en un caza ligero privado denominado Gnat. Diseñado para ser propulsado por un solo motor Bristol Saturn, el Gnat sería un avión bastante convencional que utilizaría características avanzadas como flaperones accionados hidráulicamente y un dosel de una pieza. Un demostrador desarmado, llamado Midge, tomaría vuelo a mediados de 1954 para validar el diseño. Si bien tenía poca potencia debido al uso de un motor de menor potencia para el que fue diseñado (el motor Saturn fue cancelado), era increíblemente ágil. Fue evaluado por pilotos de todo el mundo y recibió elogios de todos los que lo volaron. Por lo tanto, se dio el visto bueno para el desarrollo completo. Menos de un año después de que Midge despegara, voló el primer Gnat.

El Gnat montaría un motor Bristol Orpheus para reemplazar al cancelado Saturn, y estaría armado con dos cañones ADEN de 30 mm y dos pilones de provisiones. El Ministerio de Abastecimiento británico ordenó seis prototipos para su evaluación, pero a pesar de los buenos informes, se consideró que el tipo superaba los requisitos y nunca llegaría a servir con la RAF. Sin embargo, los buenos informes permitieron que el Gnat ganara una cantidad considerable de exportaciones. Finlandia ordenó 13 Gnats, que les servirían bien hasta su jubilación en 1972. India sería el operador más entusiasta del Gnat: no solo ordenaron ejemplos de Folland, sino que obtuvieron los derechos para producir el avión a nivel nacional. Más de 200 Gnats vendrían a volar en el servicio indio,

En el servicio indio, el Gnat se desempeñó razonablemente bien. En la Guerra de 1965, los Gnats demostraron ser más que un rival para los F-86 paquistaníes, reclamando siete Sabres en combate aéreo sin pérdidas. De hecho, la única pérdida de un Gnat durante la guerra ocurrió cuando los F-104 lo obligaron a aterrizar en un aeródromo enemigo. En la Guerra de 1971, el Gnat continuó mostrando su superioridad sobre el Sabre, mientras también realizaba misiones de ataque terrestre. Después de la guerra, HAL comenzó a trabajar en el Ajeet actualizado para abordar los problemas de mantenimiento y confiabilidad con el tipo, pero tal actualización nunca se materializó. Incluso con todos los problemas, Gnat tuvo una larga carrera con la IAF. Solo en 1991 se retiraron los últimos Gnats.


Douglas A-4 Skyhawk

Aunque originalmente se concibió como una plataforma de ataque, el compacto A-4 Skyhawk de Douglas se convertiría en un caza ligero a lo largo de los años. Desde 1956, el Skyhawk tendría la distinción de ser el primer avión estadounidense en servir en el extranjero con el AIM-9 Sidewinder, aunque las armas solo estaban destinadas para uso defensivo en misiones de ataque. Sin embargo, a principios de los años 60, la Armada descubrió que necesitaba un caza para volar desde los portaaviones ASW de clase Essex. Los cazas dedicados como el F-8 y el F-4 eran demasiado grandes para volar desde los barcos antiguos de la Segunda Guerra Mundial, pero el Skyhawk compacto aún podía volar desde los portaaviones con relativa facilidad. Como el Skyhawk era lo suficientemente ágil para competir con combatientes dedicados en un combate aéreo, la Marina decidió poner en servicio el avión como cazas a bordo de la clase Essex. El procedimiento estándar implicó desplegar un destacamento de cuatro A-4B o C sin ninguna modificación a bordo de los portaaviones. Al carecer de radares propios, dependían de otros aviones o barcos para dirigirlos al objetivo. Difícilmente fue una solución perfecta, pero fue satisfactoria para las operaciones de baja intensidad de los portaaviones ASW.

Si bien la mayoría de los operadores extranjeros de A-4 usaban el Skyhawk como un atacante ligero, aquellos que los sacaban de los portaaviones los pondrían en servicio como cazas polivalentes tal como lo había hecho la Armada a bordo de la clase Essex. Australia y Argentina adquirirían Skyhawks a finales de los 60 y, debido al pequeño tamaño de sus respectivos portaaviones, a los A-4 se les asignarían tareas de defensa de la flota, así como tareas de ataque. Sin embargo, al igual que los cazas Skyhawk estadounidenses, no eran ideales para el papel, ya que carecían de radares aire-aire a bordo. Argentina y Brasil operan variantes A-4 más refinadas optimizadas para el papel de caza. En los años 90, Argentina trabajó con Lockheed para modernizar sus Skyhawks al estándar A-4R, convirtiendo lo que era un atacante reutilizado en un caza ligero más dedicado.


Requisito militar básico 1 de la OTAN: el caza de ataque ligero

Como parte de la acumulación militar masiva que la OTAN comenzó en la década de 1950, se destinaron más de 500 millones de dólares para un nuevo programa de aeronaves. Bajo la designación NBMR-1, el programa requería un caza de ataque táctico ligero capaz de operar desde aeródromos accidentados, alcanzar una velocidad máxima de .92 Mach, entregar cargas útiles convencionales y nucleares, y ser fácil de operar y mantener. Un contrato tan lucrativo atrajo la atención de los fabricantes en casi todas las naciones involucradas. Northrop, Dassault, Breguet, Fiat, Aerfer y SNCASE todos los diseños propuestos. El resultado final fue sorprendentemente productivo, incluso si el programa en sí no logró sus objetivos. Varios socios se separaron para buscar diseños que cumplieran mejor con sus requisitos, mientras que otros se negaron a aceptar el diseño ganador, el Fiat G.91, en servicio. Al final, el G.91 sería un éxito,


Aerfer Sagitario 2/Ariete

La primera propuesta italiana NBMR-1 tuvo su origen en un proyecto de caza a reacción doméstico de principios de los años 50. El Sagittario podría rastrear su linaje hasta el entrenador Ambrosini S.7 que sirvió como base para el diseño. Para probar la eficacia de las superficies de barrido de vuelo propuestas para el caza, Ambrosini modificó un S.7 con las superficies de nuevo diseño en 1952. Después de que este demostrador demostrara que el diseño era sólido, Ambrosini realizó una modificación rápida del entrenador para convertirlo en un avión de combate. Se eliminó el asiento trasero en el compartimiento de la tripulación y se reemplazó el motor de pistón por un turborreactor Turbomeca Marbore en la nariz que se escapaba debajo del fuselaje. Apodado el Sagittario, el avión tomó vuelo a principios de 1953. Resultó exitoso, pero tenía mucho margen de mejora. En particular, la construcción de madera, dosel enmarcado,

Para abordar las deficiencias del Sagittario y hacerlo aceptable para los requisitos de NBMR-1, Aerfer (el sucesor de Ambrosini) se embarcó en un importante rediseño. Se montó un motor Rolls-Royce Derwent y la estructura se rediseñó por completo de madera a metal. Un nuevo dosel de burbujas mejoró la visibilidad y el tren de aterrizaje del triciclo mejoró los problemas de calentamiento causados ​​​​por el escape del motor en la pista. Las pruebas comenzaron en mayo de 1956, pero el Sagittario 2 no sería el final de la línea. En 1958, la iteración final, ahora llamada Ariete, despegó. El Ariete era en gran parte idéntico al Sagittario, pero agregó un motor auxiliar Rolls-Royce Soar en la cola para un mejor rendimiento del tablero. Desafortunadamente, el Ariete no fue satisfactorio: perdió ante el diseño de la competencia de Fiat, y la Fuerza Aérea Italiana no quedó impresionada con el tipo. Aerfer esperaba continuar con el desarrollo de un diseño completamente supersónico bajo la designación Leone, pero el programa nunca se materializaría.


SNCASE SE.5000 Baroudeur

El contendiente NBMR-1 de Sud-Est en realidad tuvo sus orígenes mucho antes del inicio del programa. A medida que los cazas británicos fabricados con licencia de Francia alcanzaron la obsolescencia, los fabricantes nacionales comenzaron a producir varios diseños modernos para el Armee de l'Air. Como empresa privada, Sud-Est propuso un caza ligero monomotor único que utilizaba un tren de aterrizaje desechable similar al del Me 163 de la Alemania nazi. Apodado el Baroudeur, el avión era sorprendentemente moderno: tenía un ala en flecha de 38 grados y estaba propulsado por un turborreactor SNECMA Atar 101D que le otorgaba un rendimiento impresionante. El despegue se produciría con la ayuda de dos a cuatro propulsores de cohetes, y se construyeron patines retráctiles en el diseño para el aterrizaje. El primer prototipo tomó vuelo varios meses antes de que se emitieran los requisitos NBMR-1. Cuando se anunció el concurso, Sud-Est ingresó al Baroudeur con modificaciones mínimas, cumpliendo todos los requisitos excepto los requisitos del motor. Al final, sin embargo, el Baroudeur no ganaría la competencia, y cuando se tomó la decisión, el Armee de l'Air también se preocupó poco por el diseño. Por lo tanto, la falta de asegurar el contrato NBMR-1 significaría el final del Baroudeur.


Fiat G.91

La propuesta de Fiat, el G.91, era un monoplano de ala baja sorprendentemente similar al F-86D Sabre de nariz bulbosa. El G.91 estaba entre las dos propuestas seleccionadas originalmente para su desarrollo completo en 1955 (junto con el Breguet Br.1001), lo que dio lugar a un pedido de tres prototipos. El primer prototipo despegó en agosto de 1956, superando a los competidores por casi un año. Sin embargo, el programa sufrió contratiempos cuando problemas de vibración causaron la pérdida del primer prototipo a principios de 1957. Se construyeron tres prototipos más, dos de los cuales se enviaron para evaluación. El G.91 se desempeñó espectacularmente y, en enero de 1958, fue seleccionado como el ganador de la competencia NBMR-1. En abril de 1958, una reunión de la OTAN decidió que Estados Unidos ayudaría a financiar la adquisición de 50 aviones para cada país socio: Francia, Alemania, Italia, Turquía, Bélgica, y los Países Bajos. Gran Bretaña se había retirado del programa desde el principio, por lo que no participó en la decisión de adquisición.

Desafortunadamente para Fiat, el acuerdo se vino abajo casi de inmediato. En un acto que sería típico de la participación francesa en proyectos multinacionales durante las próximas décadas, Francia se enfureció cuando el diseño de Dassault no fue elegido y se negó a aceptar al ganador, en lugar de retirarse por completo para que Dassault creara un nuevo diseño para cumplir con sus requisitos. . Incluso Estados Unidos abandonó los planes para adquirir el G.91 después de evaluar dos ejemplos, y optó por soluciones nacionales. Al final, Italia y Alemania fueron las dos únicas naciones del grupo original que compraron el G.91. En servicio italiano, el G.91 duró desde 1958 hasta mediados de los 80, cuando comenzó a cambiar a unidades de entrenamiento. Fue reemplazado gradualmente por el AMX y en 1995 se retiraron los últimos entrenadores. Los G.91 de Alemania Occidental vieron incluso menos servicio: comenzaron a eliminarse a mediados de los años 60,

El único otro operador del G.91, y posiblemente la única nación que sacó el valor de su dinero de la aeronave, fue Portugal. En 1965, Portugal compró 40 G.91 sobrantes de los pedidos cancelados de Grecia y Turquía para reponer sus viejos F-86 que servían en sus guerras coloniales. El avión llegó a Guinea en 1966 y dos años después hizo su debut en Mozambique. Durante el conflicto, MANPADS derribaría dos G.91 en Guinea y otro se perdería cuando una bomba detonó prematuramente en Mozambique. Desafortunadamente, los embargos de armas pasaron factura a la flota, reduciendo la capacidad de servicio de la aeronave a medida que pasaban los años. Después de la Revolución de los Claveles en 1974, los G.91 fueron retirados de las colonias y enviados a casa. Una excepción notable fue un escuadrón desplegado en Angola a fines de 1974 para ayudar con los esfuerzos de mantenimiento de la paz. pero en 1975 habían regresado a casa. Con el levantamiento del embargo, Portugal comenzó a comprar aviones alemanes retirados para reponer su flota. Esta afluencia de reemplazos y repuestos permitió a Portugal mantener sus G.91 en servicio hasta 1993.


Breguet Br.1001 Taon

Breguet desarrollaría un monoplano convencional de ala media que incorporaría alas en flecha y regla de área. En general, de apariencia normal, el Br.1001 despegaría en julio de 1957. Después de las pruebas iniciales, el segundo prototipo se modificó con un fuselaje más largo para mejorar el rendimiento transónico. Los dos prototipos se presentaron para su evaluación junto con los distintos competidores, pero al final no se seleccionó el Br.1001. Sin embargo, eso no significaba que el luchador tuviera un rendimiento inferior: logró establecer varios récords internacionales de velocidad durante las pruebas. El Br.1001 fue seleccionado junto con el G.91 de Fiat para su desarrollo y evaluación completos, pero al final perdió frente a su competidor italiano. Aunque había ganado más favor con la OTAN que el contendiente de Dassault,


Dassault Etendard VI

La respuesta de Dassault a los requisitos de NBMR-1 fue el Etendard VI. Manteniéndose en línea con los otros diseños de la familia Etendard, el Etendard VI era un caza de ala en flecha convencional con tomas de aire montadas a ambos lados del fuselaje. Según los requisitos, estaba equipado con un solo turborreactor Bristol Siddeley Orpheus, cuatro ametralladoras Browning de 12,7 mm y pilones para hasta 540 kg de provisiones externas. Si bien no se seleccionó inicialmente para su desarrollo completo junto con el Br.1001 y el G.91 en 1955, pronto se realizó un pedido para evaluar tres prototipos junto con los otros dos contendientes. El primer prototipo despegó en septiembre de 1957, seguido rápidamente por un segundo prototipo con tomas de aire más grandes y un armamento revisado de dos cañones DEFA de 30 mm. El motor previsto originalmente demostró tener poca potencia, así que Dassault lo sustituyó por una variante más poderosa del Orfeo. También se planeó un tercer prototipo, destinado a incorporar la regla de área en el diseño, pero nunca se materializó debido a la selección del Fiat G.91 como ganador de la competencia. Cuando se anunció que el diseño de Dassault no ganaría la competencia NBMR-1, el Etendard VI se abandonó en favor de otro diseño de la serie Etendard que se adaptaba mejor a los requisitos franceses. Por lo tanto, aunque el Fiat G.91 ganaría el contrato NBMR-1, Francia se negaría a volar el tipo. el Etendard VI se abandonó en favor de otro diseño de la serie Etendard que se adaptaba mejor a los requisitos franceses. Por lo tanto, aunque el Fiat G.91 ganaría el contrato NBMR-1, Francia se negaría a volar el tipo. el Etendard VI se abandonó en favor de otro diseño de la serie Etendard que se adaptaba mejor a los requisitos franceses. Por lo tanto, aunque el Fiat G.91 ganaría el contrato NBMR-1, Francia se negaría a volar el tipo.


Northrop F-5A Freedom Fighter


La propuesta de Northrop para el programa NBMR-1 fue el N-156, un diseño compacto bimotor de ala baja. A diferencia de los otros contendientes, el N-156 también tenía como objetivo cumplir con una variedad de requisitos nacionales, incluida la solicitud de un nuevo entrenador y un caza ligero para volar desde los portaaviones de escolta de la USN. El N-156 todavía estaba en sus etapas preliminares en 1955 cuando el equipo NBMR-1 decidió pasar por alto el diseño, pero la necesidad apremiante de un nuevo entrenador permitió que el N-156 continuara. En 1956, la USAF seleccionó el N-156 para reemplazar al T-33, lo que permitió que Northrop continuara trabajando. Mientras tanto, la variante de caza continuó desarrollándose con baja prioridad, y solo obtuvo financiación oficial en 1958 cuando el Departamento de Defensa estaba buscando un caza de bajo costo para suministrar a las naciones menos desarrolladas. El prototipo de entrenador YT-38 tomó vuelo en junio de 1959,

Desafortunadamente, el interés oficial del N-156F fue bajo, a pesar de su excelente desempeño. En 1961, el Ejército lo probó junto con el A-4 y el Fiat G.91, pero no pudieron adquirir el tipo debido a la presión de la USAF. Solo en 1962 se salvó el programa cuando Kennedy revivió el programa de combate de exportación de bajo costo. El N-156 fue anunciado ganador en abril de ese año y recibió la designación F-5A. Si bien los primeros contratos de producción provinieron de la USAF en 1962, no tenían la intención de operar el tipo en cantidades significativas. Más bien, debían servir como aviones de entrenamiento para pilotos y personal de tierra de clientes de exportación. Sin embargo, esto cambiaría en 1965, cuando la USAF desplegó varios aviones en Vietnam del Sur para evaluar el combate. Nuevamente, esto difícilmente indicaba la intención de la USAF de operar el avión; más bien, tenía como objetivo mejorar las perspectivas de exportación.

Los pedidos del F-5A llegaron rápidamente. Noruega fue el primer cliente en 1964 y, a partir de 1965, el F-5A comenzó a proliferar en todo el mundo. En 1967, los F-5A de la USAF que se habían utilizado para evaluaciones de combate en el sudeste asiático se suministraron a Vietnam del Sur, lo que supuso un gran avance con respecto a los A-37 y A-1 que habían estado operando hasta entonces. Si bien el Freedom Fighter vería una exportación generalizada, no estuvo exento de fallas; en particular, carecía de radar, lo que lo hacía poco adecuado para el combate aéreo. Más bien, cumpliría principalmente su carrera como un camión bomba barato (un papel en el que se destacó). Estas deficiencias impulsarían un mayor desarrollo por parte de Northrop, lo que daría como resultado el F-5E sustancialmente mejorado. Aún así,


Dassault Etendard II

En 1953, Armee de l'Air publicó los requisitos para un nuevo caza ligero barato más o menos similar a un requisito de caza ligero paralelo de la OTAN. Debido a los requisitos paralelos, Dassault optó por utilizar un fuselaje común denominado Etendard. La variante Armee de l'Air, el Etendard II, se diferenciaría de la variante de la OTAN, el Etendard VI, principalmente por el uso de dos motores. El resultado final fue un avión un poco más grande que el Etendard VI. Como los motores Turbomeca Gabizo planeados no estaban listos en ese momento, el prototipo tomaría vuelo en 1956 con dos motores de menor potencia. Con menos empuje y más peso que el Etendard VI, el Etendard II, como era de esperar, tenía una potencia terriblemente baja. Dassault planeó que los motores de Gabizo abordaran este problema, pero cuando ese programa fracasó, Dassault se quedó sin solución.


Mikoyan Gurevich MiG-21 “Fishbed”

Incluso cuando el MiG-19 entró en servicio, MiG tenía la vista puesta en un avión mucho más capaz. En 1953, se emitieron los requisitos para un caza ligero de alto rendimiento teniendo en cuenta las lecciones aprendidas en Corea. Como todos los demás OKB estaban demasiado ocupados con otros proyectos, MiG recibió el visto bueno para asumir el trabajo en 1954. MiG trabajó en estrecha colaboración con TsAGI, desarrollando varios diseños. Todos involucraban un fuselaje delgado en forma de barril con una entrada en la nariz, pero las formas en planta de las alas variaban. Eventualmente, las cosas se redujeron a dos diseños: uno con un ala en flecha de 55 grados y otro con un delta de 57 grados. Al final, se harían dos bancos de pruebas. El Ye-2A, que despegó a principios de 1955, tendría un ala en flecha, mientras que el Ye-5 con alas delta vendría ese mismo año. Aunque el Ye-5 tuvo algunos problemas iniciales al principio, superó gradualmente a su primo, demostrando ser más rápido, más ligero y más ágil. Muy pronto, se ordenó la producción del Ye-5 como MiG-21.

El MiG-21 fue el epítome del pragmatismo soviético. Al igual que el F-104 anterior, el Fishbed era menos un avión y más un motor con alas. Como se diseñó originalmente, un solo motor Tumansky R-11-300 dominaba el fuselaje, lo que permitía que el caza alcanzara Mach 2. El armamento interno consistía en dos cañones de 30 mm montados ventralmente con un total de 60 proyectiles. Tres puntos fijos (uno ventral y uno por ala) permitieron el transporte de tanques de caída, bombas no guiadas o cápsulas de cohetes. En la práctica, rara vez se usaban bombas, ya que el MiG-21 carecía de mira. Desafortunadamente, el diseño compacto tenía un alcance limitado: solo tenía 90 minutos de resistencia con el tanque ventral. En 1960, vendría la primera de una larga lista de actualizaciones, agregando la capacidad de montar el AA-2 Atoll IR AAM.

En el servicio soviético, el MiG-21 nunca llegó a demostrar su valía en combate, ya que fue eclipsado por tipos más nuevos cuando la Unión Soviética entró en guerra en Afganistán. Sin embargo, el MiG-21 no ha tenido escasez de clientes de exportación. Los soviéticos prácticamente arrojaron el MiG-21 a cualquiera a quien le gustara el color rojo y, comprensiblemente, el MiG-21 se convertiría en el caza supersónico más producido en la historia. Los primeros clientes de exportación llegaron en 1961, cuando India seleccionó el MiG-21 para ser su primer caza supersónico y China aseguró los derechos para producir el tipo a nivel nacional. El MiG-21 se convertiría en el pilar de la IAF, y en sus conflictos a lo largo de los años con Pakistán, el MiG-21 se ha distinguido en el combate aéreo.

Quizás los operadores más famosos del MiG-21 fueron los norvietnamitas. Al ingresar por primera vez al servicio VPAF en 1966, el MiG-21 se adaptaba bien a las tácticas de guerra de guerrillas de los vietnamitas. Tan efectivo fue el tipo que los estadounidenses iniciaron una operación aérea especial (Operación Bolo) específicamente para atraer y destruir los MiG-21. El MiG-21 siguió siendo escaso durante la guerra y, gracias a su impresionante desempeño, fue un objetivo prioritario para los cazas enemigos. Aunque reclamarían 56 aviones enemigos durante el conflicto, perderían 86 de los suyos, incluidos dos derribados por los cañones de cola B-52.

En todo el mundo, el MiG-21 llegaría a formar la columna vertebral de las fuerzas aéreas prosoviéticas. Las nuevas variantes que surgían continuamente significaban que el caza ligero barato podía seguir siendo bastante competitivo durante algún tiempo, lo que permitía que el tipo persistiera. Muchos estados del Pacto de Varsovia operaron el MiG-21 hasta el final de la Guerra Fría, y varios lo mantuvieron en servicio durante algún tiempo después. Croacia incluso continúa volando MiG-21 reacondicionados. En el Medio Oriente, la situación es similar. El Fishbed proliferó en toda la región en las décadas anteriores y tuvo bastante uso en combate y, gracias al empeoramiento de la suerte en la región, muchos continúan volando hasta el día de hoy. Y Fishbed no se limita solo a las fuerzas aéreas limitadas por presupuestos increíblemente pequeños, incluso India continúa volando más de 200 MiG-21.


Chengdu J-7 "Fishbed"

La muy merecida reputación de China de hacer copias fuera de marca de cualquier cosa y todo lo que pueda tener en sus manos también se extendería a los aviones de combate. En 1961, lograron obtener los derechos para producir el MiG-21 bajo licencia como J-7. Aunque apenas es sofisticado para los estándares occidentales, la industria rezagada de China impidió que el tipo volara hasta 1966. Desafortunadamente, el J-7 estuvo plagado de problemas de confiabilidad, y durante algún tiempo la PLAAF prefirió el J-6/MiG-19. Solo a fines de 1978, cuando el J-7II actualizado despegó, China finalmente obtuvo un Fishbed satisfactorio. El J-7II eliminó los problemas del J-7 y al mismo tiempo incorporó varias mejoras en el motor, la aviónica y el fuselaje. Tal como lo hicieron los soviéticos, los chinos construyeron el J-7II en cantidades absurdas y se los arrojaron a casi todos.

Tal como lo harían los soviéticos, China continuó mejorando el J-7 para mantenerlo competitivo. Algunos esfuerzos, como el J-7III, fueron paralelos a los desarrollos soviéticos y fracasaron. Los más recientes, como el J-7E, se separaron del MiG-21 soviético y permitieron que el J-7 emergiera como algo más que una copia fuera de marca. Tomando vuelo en 1990, el J-7E cuenta con aviónica modernizada y una cabina renovada, un motor mejorado y, lo más notable de todo, un ala húmeda de flecha acodada rediseñada distinta. La nueva ala duplicó la capacidad interna de combustible y mejoró el manejo a baja velocidad, mientras que la aviónica mejorada posiblemente puso al J-7E más allá de los mejores Fishbed soviéticos.

Si bien muchos considerarían esta última variante irremediablemente obsoleta, el J-7E continuaría teniendo éxito en las exportaciones hasta bien entrados los años 90. Pakistán se convertiría en el mayor operador fuera de China del J-7, y varios operadores en África y Asia han comprado J-7E de exportación desde que se pusieron en el mercado en 1996. Incluso mientras China trabajaba para modernizar sus fuerzas aéreas, el J-7E también entraría en servicio, reemplazando variantes más antiguas hasta mediados de los 90. Chengdu mantuvo el desarrollo en el nuevo milenio, y en 2003, el último J-7, el J-7G, comenzó a ingresar al servicio de la PLAAF. Solo en 2013 finalmente cesó la producción del J-7. En ese momento, se habían producido más de 2400 J-7.


Hispano Aviación P.300/Helwan HA-300

En 1951, Willy Messerschmitt comenzó a trabajar en un caza supersónico ligero para España. Comprensiblemente, el trabajo avanzó lentamente, pero el proyecto finalmente atraería la atención de los egipcios, que también buscaban seguir un programa de combate doméstico. En 1956, Egipto se unió oficialmente al proyecto, aunque Messerschmitt y su equipo en Hispano continuaron liderando el programa. En 1959, se finalizó el diseño, un delta de cola monomotor compacto, y se voló un prototipo de planeador. Poco después, sin embargo, Hispano se vio obligado a abandonar el proyecto porque España se negó a financiarlo más.

Afortunadamente, Egipto estaba dispuesto a hacerse cargo del proyecto. Messerschmitt y su equipo se mudaron a Egipto y se contrataron más expertos para desarrollar un motor. Cuatro años después de que Egipto se hiciera cargo del programa, el prototipo HA-300 volaría. Sin embargo, volaría con el turborreactor Bristol Orpheus inadecuado en lugar del E-300 más potente que aún estaba en desarrollo. El motor en sí demostró ser lo suficientemente prometedor como para involucrar a India, con la esperanza de aplicar el motor E-300 a su HF-24 Marut. Los primeros dos prototipos (impulsados ​​por Orpheus) de hecho romperían la barrera del sonido, validando el diseño, pero permanecieron con poca potencia. Cuando el tercer prototipo voló, usaría el motor E-300 planificado para alcanzar con éxito Mach 2.1. Desafortunadamente, la guerra de 1967 con Israel significaría el fin del programa. los problemas financieros se vieron agravados por los lazos más cálidos con los soviéticos, que ofrecieron un gran número de combatientes baratos y capaces. El golpe mortal para el programa llegó en 1969, cuando las tensiones con el FRG llevaron a la evacuación de Messerschmitt y su equipo, paralizando fatalmente el proyecto. A finales de año, el HA-300 y su motor E-300 habían sido cancelados.


Nanchang J-12

A mediados de la década de 1960, los norvietnamitas habían demostrado la eficacia del uso de "interceptores de guerrilla": pequeños aviones que operaban desde aeródromos camuflados para emboscar a los aviones enemigos. Si bien la PLAAF reconoció la practicidad de tales operaciones y deseaba aplicarlas localmente, los aviones actualmente disponibles para el rol (MiG-17, -19 y -21) no eran ideales. Por lo tanto, en 1969, Nanchang recibió los requisitos para un nuevo caza ligero con un peso cargado inferior a 4.500 kg. El desarrollo avanzó increíblemente rápido; en agosto, estaban realizando pruebas en el túnel de viento y, al año siguiente, el diseño había comenzado a crear prototipos. El J-12 resultante fue increíblemente simple. Con un increíble peso de 4.530 kg, el J-12 estaba armado con un solo cañón de 30 mm y 23 mm en las raíces de las alas y estaba propulsado por un solo turborreactor WP-6Z. Para simplificar el diseño, usaba solo una mira óptica simple y carecía de regla de área. Para facilitar las operaciones en aeródromos difíciles, el flujo de admisión podría desviarse a través de puertos auxiliares en los lados del fuselaje.

Cuando el J-12 voló por primera vez en diciembre de 1970, era quizás el caza a reacción más ligero del mundo. Las pruebas revelaron una velocidad máxima de 1.300 km/h, lo que convierte al J-12 en el caza supersónico más ligero que jamás haya volado. Sin embargo, esto no estuvo exento de inconvenientes: el alcance era de 688 km, increíblemente corto, lo que hacía que el diseño fuera efectivamente un interceptor de defensa puntual. La carga útil fue un poco mejor, limitada no solo por el alcance sino también por la simplicidad del avión. Las únicas municiones guiadas que la aeronave podía transportar eran simples AAM de corto alcance guiadas por infrarrojos. En total, se construyeron nueve J-12, y las pruebas continuaron hasta 1977. En este punto, se descubrió que las deficiencias del diseño superaban en gran medida sus beneficios, y se canceló el diseño.