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viernes, 14 de diciembre de 2018

Guerra de Biafra: Guerra aérea sobre Nigeria (2/3)

Guerra aérea sobre Nigeria (1)




Introducción 
Nigeria se independizó de Gran Bretaña en octubre de 1960 y, un lustro después, parecía hallarse en medio de un proceso político relativamente pacifico. Sin embargo, las prácticas corruptas estaban ampliamente extendidas, incluidas la intimidación de opositores, la manipulación de la Constitución y de las cortes, la desviación de fondos públicos hacia los partidos políticos y el uso privado, los fraudes electorales y la corrupción de funcionarios públicos, cuyos patrocinadores políticos esperaban que ellos pusieran los intereses partidarios por delante de sus responsabilidades legales. 

La constitución en vigor previa una estructura federal con un gobierno central y tres regiones parcialmente autónomas: Norte, Oeste y Este, a las que en 1963 se agregó una cuarta, denominada Medio-Oeste (Midwest). El gobierno central tenía jurisdicción sobre relaciones exteriores, defensa, bancos, aduanas y comunicaciones. El parlamento federal comprendía dos cámaras: una Cámara de Representantes elegida por sufragio universal y un Senado compuesto por doce miembros por cada región, más cuatro por Lagos, la capital, y cuatro designados. Esta organización favorecía claramente a los emires musulmanes de la región Norte, la mayor y más poblada, que podían dominar el parlamento y controlar el gobierno federal. Así, desde la independencia, el cargo de primer ministro lo ocupó “sir” Abubakar Tafawa Balewa, miembro del NPC (Northern Peoples Congress), partido dominante en el Norte, lo que provocó los resquemores de los grupos étnicos que habitaban en las otras regiones, especialmente de los ibos del Sur. 

El 15 de enero de 1966, al término de la conferencia extraordinaria de la Commonwealth que se había reunido en Lagos para tratar la cuestión de Rhodesia, un grupo de jóvenes oficiales del Ejército, en su mayoría ibos, liderados por el mayor Chukwuma Nzeogwu, se revelaron y asesinaron al primer ministro federal Tafawa Balewa, así como al premier de la región Norte, Ahmadu Bello, y al de la región Oeste, Samuel Akintola, junto con otros altos funcionarios federales y regionales. Esta revuelta, cuyos organizadores bautizaron con el nombre en código de “Operación Damisa” (Leopardo), fue el golpe de Estado más sangriento que Africa había presenciado hasta entonces. 

La rebelión fue dominada por el general Johnson Aguiyi-Ironsi, jefe del Ejército y miembro de la etnia ibo, que asumió todos los poderes, suspendió la Constitución y reemplazó el régimen federal por un sistema unitario de provincias. Pero, el 29 de julio, en un nuevo golpe militar, los insurgentes dieron muerte a Ironsi y a 200 oficiales ibos y tomó el poder el teniente coronel Yakubu Gowon, de extracción norteña, quien restableció la federación. En septiembre y octubre, miles de ibos fueron asesinados en el Norte y cerca de un millón expulsados de la región. 

Estos acontecimientos hicieron que los sentimientos secesionistas fueran ganando terreno entre los ibos, y un incidente pareció confirmar los temores de escisión: en noviembre, un avión pilotado por un estadounidense con siete toneladas de armas con destino a la región Este se estrelló en Camerún. En efecto, el gobernador de dicha zona, teniente coronel Odumegwu Ojukwu, había comenzado a armarse para defender una posible secesión de su región. Gowon declaró inmediatamente que reprimiría cualquier brote secesionista y reorganizó el Ejército. 

Tras prolongadas negociaciones entre Gowon y Ojukwu no se llegó a ningún acuerdo y, a principios de mayo de 1967, el Gobierno federal inició un bloqueo postal y de telecomunicaciones contra la región Este, la cual, semanas antes, había ya congelado el envío a Lagos de los impuestos federales. Los acontecimientos se deterioraron de tal forma que el 27 de mayo Gowon estableció, por decreto, que Nigeria cambiaría su estructura federal, pasando el país a estar dividido en doce regiones en vez de cuatro. Esto implicaba la división de la región Este, patria de los ibos, en tres distritos separados. El 30 de Mayo, Ojukwu se desquitó proclamando la independencia de su región con el nombre de República de Biafra, iniciándose una sangrienta guerra civil que habría de prolongarse por 31 meses. 

Que el conflicto se prolongara por tanto tiempo se debió en gran parte a la fuerza de voluntad y a la magistral diplomacia de Ojukwu, que presentó con éxito ante el mundo a Biafra como una valiente nación cristiana masacrada por opresores musulmanes, interesados solo en sus reservas de petróleo. Ojukwu consiguió que Biafra fuese reconocida diplomáticamente por cuatro naciones africanas: Tanzania, Zambia, Costa de Marfil y Gabón. En mayo de 1969, sorprendentemente, Haití se convirtió en el quinto y último país en reconocer a la republica de Biafra. 

Militarmente Biafra fue apoyada, de forma más o menos encubierta, por Portugal, Francia, Alemania Federal, Sudáfrica, Israel y China, cada cual por sus propias razones. Ojukwu consiguió, además, manipular a los servicios de asistencia mundiales para dar cobertura a los vuelos que traían armamento para sus tropas, armamento que en muchos casos había sido adquirido a traficantes internacionales que obtendrían grandes ganancias con este conflicto. 



Por su parte, el gobierno federal nigeriano recibió el apoyo de la mayoría de los países africanos –movidos por la procupación de que algun día pudiera aparecer en su propio territorio un caso “Biafra”-, del bloque socialista y de Gran Bretaña, la antigua metrópoli. 

Así, la guerra de Biafra tuvo la particularidad de conciliar a ambos lados las más sorprendentes combinaciones de apoyos. Si Nigeria consiguió reunir de su lado en plena “Guerra Fría” a Gran Bretaña y a la URSS, Biafra unió a Tanzania y Zambia con Portugal y Sudáfrica. Más de cuarenta años después, aun es difícil establecer las razones que llevaron al gobierno portugués del Dr. Oliveira Salazar a apoyar a un pueblo en la lucha por su autodeterminación, cuando al mismo tiempo Portugal luchaba arduamente contra la rebelión en sus territorios ultramarinos. No habrá sido extraña la influencia de Francia, donde el gobierno del general De Gaulle había declarado abierta y públicamente su apoyo a Biafra (Francia era, en ese tiempo, uno de los raros países occidentales que suministraba material de guerra a Portugal). Influencia habrá tenido también la Iglesia Católica, resueltamente empeñada en aliviar el sufrimiento de la población civil de Biafra. 



La ayuda portuguesa a Biafra fue claramente visible en las siguientes áreas: libre (o prácticamente libre) circulación de bienes, equipamiento, armamento, aeronaves, etc., en los aeropuertos de Lisboa, Faro, Bissau, Sal, São Tomé y Luanda en apoyo del puente aéreo con destino a Biafra; manutención de la única línea de telex permanente entre Biafra y el resto del mundo, vía Lisboa; manutención y facilidades de reparación de los aviones implicados en el puente aéreo en Luanda.; reparación y armado en el aeródromo de Tires, por parte de la SEAMA (Sociedade de Exploração de Aeródromos e Manutenção de Aeronaves S.A.R.L.) de algunos T-6G de origen francés; personal para operar los referidos T-6 (pilotos y mecánicos), etc. 

Existen además fuertes indicios del suministro (directo o a través de otros países) de bombas de aviación F.G.50Kg/M1-61, municiones de 7.92mm (Mauser), uniformes militares, morteros y proyectiles de 60mm, fusiles automáticos G-3, municiones de 7.62mm, etc. 

Por encontrarse profundamente enredados en la dura guerra de Vietnam, los EE.UU. no se implicaron directamente en este conflicto, mostrando, no obstante, cierta simpatía por la causa biafrana. Si los británicos siempre consideraron a la guerra de Vietnam como una consecuencia de los errores diplomáticos norteamericanos, los EE.UU. siempre plantearon claramente que consideraban la guerra civil de Nigeria como responsabilidad de los británicos. La llegada de Richard Nixon a la Casa Blanca en 1969 tuvo como resultado un aumento de la ayuda humanitaria norteamericana a Biafra, mientras que algunos indicios parecen indicar que también otros tipos de asistencia le fueron brindados por métodos encubiertos -entiéndase a través de la CIA-. 


• La división de fuerzas 
A principios de 1966, el Ejército Federal de Nigeria disponía apenas de 5 batallones de infantería, 2 escuadrones de reconocimiento y otras unidades de apoyo, con un total de 9.000 hombres, distribuidos de la siguiente manera: 

Región Norte 
 
Kano: 5º Batallón de Infantería 

Kaduna: 3º Batallón de Infantería 
6º Batallón de Infantería 
Batería de Artillería de campaña 
Escuadrón de Ingenieros 
Escuadrón de Reconocimiento 
Regimiento de Transporte 
Academia Militar 
Depósito de Pertrechos 
Hospital Militar 
Cuartel General Regimental 
Fábrica de Municiones 

Zaria: Base entrenamiento de reclutas 
Escuela Militar 

Región Oeste 
Ibadan: 4º Batallón de Infantería 
Abeokuta: Batería de Artillería de campaña 
Escuadrón de Reconocimiento 

Región Este 
Enugu: 1º Batallón de Infantería 


Lo que se conocía como Ejército Federal de Nigeria era, antes de 1960, una parte del Ejército Británico del Africa Occidental, denominado oficialmente Real Fuerza Fronteriza del Africa Occidental (Royal West Africa Frontier Force o RWAFF). Esta fuerza incluía las tropas desplegadas en Costa de Oro (Ghana), Nigeria, Sierra Leona y Gambia. En ese momento, había solo ocho oficiales nigerianos en toda la fuerza, pues el resto eran británicos. El papel de un ejército en un país en vías de desarrollo no fue comprendido totalmente por los líderes nacionalistas que lucharon por la autonomía, en consecuencia, no hubo una presión eficaz sobre el Gobierno británico para que este entrenara a los oficiales nigerianos en preparación para la independencia. Incluso en esta fase, estaba claro que la estabilidad futura de una nación como Nigeria dependía, en gran parte, de la existencia de un ejército fiable. Un resultado de esta cortedad de miras fue que el primer nigeriano puesto al frente del Ejército Federal –el general J.T.U. Aguiyi Ironsi-, no fue designado hasta marzo de 1965, casi cinco años después de la independencia. Con la independencia, fue también obvio que sólo el grupo que controlara al Ejército podría aspirar a dirigir un gobierno nigeriano estable. 

Por casualidad o por intención, la mayoría de las instalaciones militares se concentraron en una región del país: el Norte. No había ninguna unidad militar en el Medio-Oeste y aquéllas destacadas en Lagos tenían funciones puramente administrativas o ceremoniales. El reclutamiento de soldados estaba basado en el sistema de cuotas étnicas. Bajo dicho sistema la Región Norte proporcionaba el 60 %, la Este y la Oeste 15 % cada una y la del Medio-Oeste 10 %. Esto se hizo así para animar a los norteños, que no habían estado inicialmente interesados en hacerlo, a unirse al Ejército. Por ello, los requisitos para entrar en la milicia fueron también rebajados para favorecer a los norteños. Como resultado, en 1966 la mayoría absoluta de los militares procedía del Norte. 

Por otro lado, con el tiempo las normas y la disciplina se fueron relajando dentro del Ejército y los soldados se volvieron más conscientes políticamente. 

El envolvimiento del Ejército en la política se hizo mucho más notorio durante las elecciones que tuvieron lugar en la Región Oeste en octubre de 1965. Los políticos cortejaron abiertamente a los altos oficiales militares. Debido al caos que caracterizó la elección general de 1964 y la elección en la Región Oeste de 1965, quedó claro que Nigeria estaba al borde la crisis. En octubre de 1965, los rumores de un inminente golpe de Estado ya comenzaron a circular por el país. No fue, por consiguiente, una gran sorpresa cuando este tuvo lugar finalmente. 

Después de los acontecimientos ya conocidos, al alba del 6 de julio de 1967 se disparó la primera bala que dio inicio a 30 meses de una contienda civil repugnante. Los preparativos para la guerra por parte del Gobierno Federal Nigeriano ya se habían iniciado en mayo. Todos los soldados de origen norteño, occidental y del Medio-Oeste se habían retirado del Este y redesplegado. Cuatro de los batallones regulares de infantería del Ejército se pusieron bajo el mando de la 1ª Brigada y fueron redesignados 1º Comando de Área. 

La movilización de ex-militares también fue ordenada por el Comandante en Jefe. Con aquellos movilizados, aproximadamente unos siete mil, se formaron otros cuatro batallones. También se incrementó el reclutamiento de personal de la Fuerza Policial Nigeriana. Pero, la rápida expansión de las fuerzas armadas provocó que la mayoría de los hombres reclutados estuviesen mal entrenados y que existiera una carencia crónica de oficiales preparados (muchos oficiales con grado superior a capitán habían sido muertos en los golpes de 1966, a los que había que sumar los que se pasaron al Ejército de Biafra). 

Por el lado de Biafra, los preparativos se iniciaron en cuanto las tropas de origen no-oriental se retiraron de Enugu. Miles de personas corrieron a alistarse. En principio, la Región Este no tenía armas suficientes, desde el momento en que todos los soldados que regresaron allí lo hicieron sin sus armas, mientras que los que se retiraron partieron con las suyas. Sin embargo, ya antes de estallar la guerra, Ojukwu logró conseguir armas y municiones de diversas fuentes. 

Muchos pilotos y técnicos de origen ibo, miembros de la Fuerza Aérea Nigeriana, regresaron a su región para formar la Fuerza Aérea de Biafra (Biafran Air Force o BAF), que comenzó a operar con unos pocos aviones y helicópteros adquiridos o confiscados. También, una pequeña fuerza naval se organizó en Calabar con algunos botes patrulleros usados anteriormente por la Armada Nigeriana. Después, más barcos fueron construidos localmente, siendo blindados y armados con cañones ligeros y ametralladoras. 

Debido a la buena preparación de sus oficiales, formados en su mayoría en Gran Bretaña, el ejército de Biafra utilizó en combate solo algunas decenas de militares extranjeros. Al contrario de las guerras del Congo, donde los mercenarios dominaron en todos los puestos y, por su comportamiento, pasaran a ser conocidos como “Les affreux”, en Biafra sólo servirán militares experimentados en operaciones de “comando”. Se distinguirán el alemán Rolf Steiner, comandante del 4° Comando (expulsado, en desgracia, por insubordinación), el gales/sudafricano “Taffy” Williams, el belga Marc Goosens (muerto en combate), el corso Armand “the brave” Iaranelli y el rhodesiano Johnny Erasmus. Sin embargo, estos militares, a semejanza de la mayoría de los extranjeros al servicio de la BAF (Biafra Air Force), serán considerados como “voluntarios”, por los mismos motivos que los extranjeros que sirvieron en la guerra civil española.

lunes, 3 de diciembre de 2018

Guerra de Biafra (parte 4): La guerra civil nigeriana



Guerra civil nigeriana 

Fecha 1967-1970 
Lugar Sur de Nigeria 
Resultado Victoria del gobierno federal 
Combatientes:Gobierno Federal de Nigeria, República de Biafra 
Comandantes: 

Yakubu Gowon 
 
Odumegwu Ojukwu 
 

Bajas:1.000.000 de soldados y civiles, Aprox. 2,000,000 civiles 

 

La Guerra Civil de Nigeria, también conocida como Guerra de Biafra (6 de julio de 1967 a 13 de enero de 1970, fue el conflicto político causado por el intento de secesión de las provincias del Sudeste de Nigeria bajo el nombre de República de Biafra. La guerra saltó a los medios por la hambruna en diversas zonas sitiadas, y la consecuente acusación de genocidio procedente en gran medida de los Igbo (Ibo) de estas regiones. Bernard Kouchner y otros doctores franceses que estuvieron en la Biafra sitiada crearon, en 1971, la ONG Médicos Sin Fronteras como resultado de la guerra. 



Golpe militar 
Las sospechas de fraude llevaron, el 15 de Enero de 1966, a un golpe militar de tendencia izquierdista por parte de los oficiales junior del ejército, en su mayoría comandantes y capitanes. Este golpe convirtió al jefe del ejército nigeriano, Johnson Aguiyi-Ironsi en presidente, y en el primer jefe de estado nigeriano de procedencia militar. El golpe benefició en su mayor parte a los Igbos, ya que la mayoría de golpistas eran Igbos o Ironsi. Un Igbo promocionaría a muchos de su misma etnia en el ejército, en detrimento de los oficiales Yoruba y Hausa. El 29 de Julio de 1966, los norteños realizaron un contra-golpe, dirigido por el alférez coronel Murtala Mohammed. Esto situó en el poder al alférez coronel Yakubu Gowon. Las tensiones étnicas consecuencia del golpe y contra-golpe aumentaron y condujeron, en Septiembre de 1966, a las masacres a gran escala de igbos cristianos residentes en el Norte musulmán. 

El descubrimiento de grandes cantidades de petróleo en el delta del río Níger, con su enorme red de ríos y ciénagas en la punta más al Sur del país, entre las regiones del Este y Sudoeste, llevó a las provincias del Sudeste a anexionarse esta región para ser autosuficientes y cada vez más prósperos. Sin embargo, la exclusión del poder de las regiones orientales hizo que muchos temieran que los beneficios obtenidos del petróleo fueran empleados en beneficio de las áreas del Norte y Oeste, y no en el Este. 

Todos estos factores llevaron al Este Igbo a reclamar la secesión. 

La secesión 
El gobernador militar del Sudeste Igbo, el coronel Odumegwu Ojukwu, aludiendo a las masacres norteñas y al fraude electoral, anunció en el parlamento sureño la secesión de la región del Sudeste de Nigeria y proclamó el 30 de mayo de 1967 (29 de Mayo en diversas fuentes) la República de Biafra como nación independiente. Aunque gozaban de la simpatía europea y de muchas otras partes del mundo, sólo cuatro países reconocieron la recién fundada república. También se dice que una de las principales razones por las que Ojukwu proclamó la República de Biafra fue que no reconocía a Gowon como jefe de estado ya que no era el siguiente oficial en al jerarquía militar tras Ironsi. Los diferentes acuerdos de paz, y especialmente el de Aburi, Ghana (Acuerdo de Aburi) no tuvieron resultado y los tiroteos continuaron. 

Guerra Civil 
El gobierno nigeriano lanzó una "acción policial" para recuperar el territorio secesionista tras una avance de las fuerzas de Biafra en territorio adyacente no perteneciente a los Igbos. La guerra empezó el 6 de Julio de 1967, cuando las tropas federales nigerianas avanzaron en dos columnas hacia Biafra. La columna derecha entró en la ciudad de Nsukka, que cayó el 14 de julio, mientras que la columna de la izquierda tomó Garkem, que fue capturada el 12 de julio. Pero Biafra respondió con una ofensiva el 9 de julio, cuando las tropas se movieron a través del río Níger, desde el Oeste hacia las tierras del centro del país, pasando por la ciudad de Benin City, que se había proclamado también "república independiente", hasta alcanzar el 21 de agosto la ciudad de Ore, justo sobre la frontera del estado, a 130 millas al este de la capital de Nigeria, Lagos. Aunque Benin City volvió a manos de los nigerianos el 22 de septiembre, Biafra cumplió con éxito su primer objetivo de sitiar el máximo de tropas federales de Nigeria posible. Se necesitaron cuatro batallones de la Segunda División de Infantería de Nigeria para hacer retroceder a Biafra y eliminar las conquistas territoriales conseguidas en la ofensiva. Pero los nigerianos fueron expulsados tres veces al intentar cruzar el Níger en octubre. 

Los nigerianos, en ese momento, calmaron sus ofensivas y empezaron un periodo de asedio a Biafra. Desembarcos anfibios de la flota naval nigeriana llevaron a la conquista de las ciudades sureñas de Bonny, al sur del Puerto Harcourt, el 26 de julio y del puerto de Calabar el 18 de octubre por parte de miembros de la tercera división de Marina de Nigeria. Al norte, las fuerzas de Biafra fueron obligadas a retroceder a su propio territorio, y la ciudad de Enugu (capital de Biafra) fue capturada por las fuerzas nigerianas de la primera División de infantería el 4 de octubre. Los biafreños resistieron en las tierras centrales igbos, siendo en seguida rodeados por las fuerzas nigerianas. 

Sin embargo, la reorganización del ejército nigeriano, la reticencia de la armada biafreña a lanzar nuevos ataques y los efectos del bloqueo naval, aéreo y terrestre sobre Biafra llevaron a un cambio en el equilibrio de las fuerzas. El excéntrico conde sueco Carl Gustav von Rosen dirigió una brigada de aviones miniCOINS (MFI-9b), la BAF o Fuerza Aérea de Biafra, formada por tres suecos y dos biafreños. 



T-6


Igualdad 
Desde 1968 en adelante, la guerra cayó en unas largas tablas, con las fuerzas nigerianas incapaces de realizar avances significativos en las zonas todavía bajo control biafreño. No obstante, otra ofensiva nigeriana, realizada de Abril a Junio de 1968, empezó a estrechar el círculo sobre Biafra, gracias a los avances en los dos frentes del Norte y a la conquista de Port Harcourt el 19 de mayo de 1968. Este asedio tuvo como consecuencia el desastre humanitario de hambruna e inanición en las áreas igbos, ya que una de las tácticas más utilizadas por las fuerzas nigerianas fue el sabotage de las tierras de cultivo. Las imágenes de niños biafreños afectados por la hambruna dieron la vuelta al mundo, mientras que el gobierno de Biafra acusó a Nigeria de utilizar el hambre y el genocidio para ganar la guerra, reclamando la ayuda del resto de naciones. 

Numerosos grupos de voluntarios organizaron vuelos de ayuda a Biafra, con comida, medicinas, e incluso en ocasiones armas (según diversas fuentes). Nigeria también acusó al gobierno de Biafra de reclutar mercenarios extranjeros para prolongar la guerra. Bernard Kouchner fue uno de los doctores voluntarios de la Cruz Roja francesa que trabajó en hospitales y centros de nutrición en la sitiada Biafra. La Cruz Roja requería a sus voluntarios la firma de un acuerdo, considerado por muchos (como Kouchner y sus partidarios) como un “acuerdo-mordaza”, y diseñado para mantener la neutralidad de la organización, sin importar las circunstancias. Kouchner y otros doctores franceses firmaron este acuerdo. 

Tras entrar en el país, los voluntarios, así como los trabajadores de hospitales y centros de salud biafreños, fueron atacados por el ejército nigeriano y fueron testigos de los asesinatos e inanición de civiles. 

Kouchner fue también testigo de estos acontecimientos, y particularmente del gran número de niños hambrientos. Cuando regresó a Francia criticó públicamente al gobierno nigeriano y a la Cruz Roja por la supuesta complicidad de sus comportamientos. Con el respaldo de otros doctores franceses, Kouchner situó a Biafra en el centro de la atención pública y reclamó una respuesta internacional para solucionar la situación. Estos doctores, liderados por Kouchner, vieron la inexistencia de una organización humanitaria que ignorara las fronteras politico-religiosas y que priorizara el bienestar de las víctimas y en 1971 constituyeron Médecins Sans Frontières (Médicos sin fronteras).

Durante todo 1968 y parte de 1969, las dificultades logísticas hicieron que las fuerzas federales nigerianas no dieran el golpe de gracia a una guerra que se decantaba a su favor. A pesar de la ayuda exterior y el daño político causado en Nigeria, el área controlada por el gobierno biafreño era cada vez más y más pequeña. Pero en Junio de 1969, los biafreños lanzaron una ofensiva desesperada con el objetivo de mantener el desequilibrio entre los nigerianos y prolongar la existencia de la nación separatista el máximo posible. Les apoyaron pilotos mercenarios extranjeros, que seguían proporcionando comida, medicamentos y armas. Uno de los mercenarios más notables fue el conde sueco Carl Gustav von Rosen, que dirigió a cinco MFI-9b MiniCOINS, pequeños aviones con motor de pistones, armados con lanzacohetes y ametralladoras, en el ataque a los campos de aviación militares de Nigeria en Port Harcourt, Enugu, Benin y Ughelli. En esta acometida, se consiguió alcanzar algunos de los jets nigerianos (utilizados para atacar los aviones de ayuda humanitaria) y tres de los seis bombarderos Ilyushin Il-28, usados diariamente para bombardear los pueblos y granjas de Biafra. Aunque desprevenidos ante la sorpresa de la ofensiva de Biafra, los nigerianos se recuperaron pronto y contuvieron a los biafreños lo suficiente como para paralizar su ofensiva. Los ataques aéreos biafreños desbarataron las operaciones de combate de la fuerza aérea nigeriana, pero sólo durante unos meses. 

Las fuerzas federales nigerianas lanzaron su ofensiva final contra Biafra el 23 de diciembre de 1969, con una gran acometida por parte de la tercera división Marine Commando, que consiguió dividir el territorio biafreño en dos partes hacia finales de año. La ofensiva final, llamada “Operación viento de cola”, se lanzó el 7 de enero de 1970 con la incursión de la tercera división Marine Commando, respaldada por la primera división de infantería en el Norte y la segunda en el Sur. Las ciudades biafreñas de Owerri y Uli cayeron el 9 y 11 de Enero, respectivamente. 

La guerra acabó el 13 de enero de 1970 con la rendición final de las fuerzas de Biafra en Amichi, última ciudad controlada por su ejército. Unos días antes, Ojukwu huyó al exilio hacia la república de Costa de Marfil, dejando los detalles de la rendición a su diputado Philip Effiong. Para sorpresa del resto del mundo, la mayoría de las represalias y masacres prometidas no tuvieron lugar, y se intentó de manera sincera la reconciliación. 



Niño biafrano con evidencia de hambruna

Secuelas 
Más de una docena de golpes han tenido lugar en Nigeria desde 1960. La guerra fue muy costosa para Nigeria en términos de vidas humanas, dinero e imagen exterior. Se estima que alrededor de tres millones de personas murieron a causa del conflicto, básicamente por hambre y enfermedades. La reconstrucción, impulsada por el dinero procedente del petróleo, fue rápida. Sin embargo, las antiguas tensiones étnicas y religiosas han seguido caracterizando la vida política nigeriana. El gobierno militar mantuvo el poder durante muchos años, y los habitantes de las áreas productoras de petróleo reclamaban una repartición justa de los beneficios procedentes del combustible. Se aprobaron leyes por las cuales los partidos no podía tener orígenes étnicos o tribales. Sin embargo, este punto ha sido difícil de llevar a la práctica. 

El 29 de mayo de 2000, el periódico The Guardian of Lagos informó que el presidente Olusegun Obasanjo retiraba los cargos contra todos los militares que lucharon por la secesión de Biafra en la Guerra civil nigeriana. En una retransmisión nacional, afirmó que esta decisión estaba basada en el principio de que "la justicia debía estar siempre suavizada por la compasión". También se cree que Obasanjo intentó a través de sus declaraciones apaciguar a los Igbos, ya que, durante las elecciones que tuvieron lugar el año anterior, había recibido un respaldo electoral masivo de estas regiones. 

Wikipedia

viernes, 27 de julio de 2018

Guerra de Biafra (parte 3): Guerra aérea sobre Nigeria

Guerra aérea sobre Nigeria (3) 


Parte 1 | Parte 2 | Parte 3


Los biafreños rápidamente comprendieron la importancia del poder aéreo y empezaron a organizar una heterogénea fuerza aérea, así como también a usar aviones de transporte para traer cargamentos de armas al país. Los vuelos regulares del DC-7 de Air TransAfrica desde Sudáfrica ya se iniciaron en el verano de 1966; otros aviones operaron desde Portugal, vía la Guinea portuguesa (hoy Guinea-Bissau) y Camerún. En octubre de 1966, por ejemplo, un DC-4M Argonaut, de Royal Air Burundi, pilotado por un mercenario, Henry Wharton/Heinrich Wartski, aterrizó de emergencia en Garoua, en Camerún, mientras llevaba una carga militar desde Rotterdam. El mismo piloto supuestamente también voló el Super Constellation (5T-TAF) de Transportes Aereos Portugueses (TAP), detenido con una carga de armas en Malta, en septiembre de 1967. Más aviones se involucraría posteriormente, incluyendo veteranos Constellations (algunos llevando falsas matrículas nigerianas como 5N83H, 5N84H, y 5N86H), DC-4, DC-6 y un DC-7 de AirTrans-Africa (VP-WBO/ZP-WBO), volado por Ernest Koenig, el rhodesiano Jack Malloch y el mercenario británico Alistair Wickes. 



El 23 de abril de 1967, un Fokker F.27 (5N-AAV) de Nigerian Airways fue secuestrado mientras volaba de Benin a Lagos, y obligado a aterrizar en Enugu. El avión fue después equipado como bombardero improvisado. Un segundo transporte, un DC-3 (9G-AAD) de Ghana Airways, se agregó el 15 de junio, después de que fuera obligado a aterrizar en Port Harcourt. A principios de julio, también un Douglas B-26R Invader ex-francés (41-39531) estaba operacional en Enugu, después de que fuera llevado a Biafra por Jean Zumbach (también conocido como Johnny Brown oKamikase Braun). Un segundo B-26 (41-34531) lo va a seguir en agosto. En julio también un Riley Dove -con matrícula estadounidense (N477PM)- fue conducido a Port Harcourt desde Suiza, por André Juillard/Girard/Gerard, llevando una carga de 2.000 rifles de fabricación húngara. El avión se usó en misiones de reconocimiento, pero ya el 13 de julio de 1967 se vio obligado a aterrizar en el interior de Argelia y luego fue incorporado al servicio de la fuerza aérea local. 

El ejército federal empezó a movilizarse sólo el 6 de julio, comenzando la guerra varios días después asegurando Ogoja, Nsukka y la terminal petrolera de Bonny. Pero, ya el 10 julio la Fuerza Aérea de Biafra (Biafran Air Force - BAF) empezó a atacar, enviando a su avión a bombardear el campo de aviación de Makurdi dónde varios DC-3 civiles –usados para el transporte de tropas federales- fueron dañados. En los días siguientes, el único B-26R fue empleado para atacar Lagos y Kano, causando en ambos lugares sólo escasos daños: debido a que la NAF todavía no estaba operacional, también había muy poco que bombardear en cualquier lugar. El 26 de julio, el B-26 y el DC-3 secuestrado fueron usados para atacar el destructor Nigeria, que estaba bloqueando Port Harcourt. En cuanto el segundo B-26 llegó a Biafra, el 12 de agosto de 1967, ambos Invaders se usaron para atacar y hundir un ferry en el río Níger. 

Con los biafreños completamente incontestables en el aire, las fuerzas federales se desesperaron para obtener aviones de combate, y después de entablar negociaciones con los soviéticos y Gran Bretaña, el 13 agosto la URSS empezó a transportar los primeros MiG-17 desde Egipto a Kano, enviando simultáneamente un gran cargamento a bordo de un mercante polaco. Sudán también prestó dos Jet Provosts de reacción, pero éstos quedaron pronto inoperantes. La BAF reaccionó con una serie de ataques contra Kano, el 19 y 20 agosto, dañando varios MIG en tierra. Carentes de bombas convencionales, los biafreños las improvisaron, utilizando, por ejemplo, tambores de combustible a los que adosaban una simple mecha. No obstante, los MIG se volvieron operacionales y volaron sus primeras misiones de combate el 30 del mismo mes, atacando los campos de aviación de Onitsha. La NAF logró su primer éxito el 10 de septiembre, cuando los MIG destruyeron uno de los B-26 en tierra, en Enugu. 

La llegada de los MiG no sólo cambió la situación en el aire, sino pronto también se hizo sentir en tierra. En una vasta ofensiva, el 22 de septiembre los biafreños fueron arrojados de Benin City, y en los días siguientes perdieron más territorio: Enugu cayó el 4 de octubre y Ojukwu se vio obligado a trasladar su capital a Umuahia. El 7 de octubre, el F.27 de la BAF estalló sobre Lagos: las fuerzas federales afirmaron haberlo derribado, pero es muy probable que una de las bombas improvisadas que llevaba el avión estallara accidentalmente. 

Durante el invierno siguiente, el mal tiempo y la falta de repuestos en ambos bandos hicieron que las operaciones aéreas se suspendieran casi por completo, pero en mayo de 1968 ambos contendientes regresaron al aire, cuando las tropas federales iniciaron una nueva ofensiva. El 18 de mayo cayó Port Harcourt; la BAF pierde su DC-3, así como el segundo B-26. Por ese tiempo, los biafreños y sus agentes intentaron también adquirir aviones de reacción, comprando dos Fouga Magisters en Austria. Pero, mientras los fuselajes de los 4D-YF y 4D-YL llegaron intactos, sus alas fueron saboteadas mientras estaban en Bissau, dejándolos inutilizados. 

La ofensiva federal continuó, y el 18 de junio de 1968 cayó Awgu, dejando a Biafra con sólo una pista de aterrizaje, un tramo de un camino consolidado cerca de Uli-Ihailia, denominada “Annabelle”. La Cruz Roja construyó otra pista de aterrizaje cerca de Afikpo. Esta pista no sólo sería usada por los C-97G de la Cruz Roja Internacional, sino también por los DC-4 y C-130 empleados por la Cruz Roja francesa y sueca respectivamente, y los aviones alquilados por JointChurchAid y el Consejo Mundial de Iglesias a Balair (dos DC-6A), así como muchos otros aparatos, incluidos los de organizaciones de socorro más pequeñas, principalmente Avro Anson ex-RAF, para transportar comida y suministros médicos (en noviembre de 1968, 20 toneladas de alimentos y suministros en promedio eran llevadas por avión a Biafra todas las noches). El gobierno de Alemania Occidental incluso cedió el tercer prototipo del Transall C.160 a Balair: este avión voló 198 misiones desde Cotonou, en Dahomey, en 1969. Pero, la NAF entretanto estaba operando no sólo con MiG-17: seis bombarderos Il-28, pilotados por egipcios y checos, fueron entregados desde Egipto y estacionados en Calabar y Port Harcourt. Estos aviones se usaron para una campaña de bombardeo indiscriminada que no sólo dañó fuertemente ambas pistas de Biafra, sino también muchos otros objetivos e instalaciones, y mató a más de 2.000 civiles. Con la NAF en posesión de una superioridad aérea completa, los vuelos a Biafra se volvieron sumamente arriesgados de día, y todos tuvieron que ser realizados de noche. 

Pero, los biafreños, no obstante, pudieron reforzarse e incluso reclutar bastantes mercenarios para organizar la 4ª Brigada de Comandos, que iba a convertirse en la unidad principal en la siguiente ofensiva sobre Onitsha, así como para sitiar a la 3ª División de Comandos nigeriana en Oweri. La NAF intentó abastecer a la guarnición sitiada y a la 3ª División desde el aire, pero finalmente ambas localidades fueron capturadas por los biafreños. Esto fue causado, en parte, por el líder de la junta nigeriana, Gen. Gowon que –bajo inmensa presión debido a la imagen muy negativa de Nigeria en la opinión pública internacional, influenciada por una campaña propagandística muy exitosa sobre el sufrimiento de población de Biafra, promovida por Ojukwu- ordenó a la NAF que encontrara la manera de permitir a los aviones de auxilio continuar sus operaciones en Biafra, mientras intentaba evitar que se filtraran los suministros de armas. A la larga, no se encontró nunca una solución apropiada: el flujo de armas a Biafra continuó hasta el amargo final. Esto, a su vez, hizo posible el último drama de esta guerra. 

A fines de 1968 y principios de 1969, el Consejo Mundial de Iglesias enviaba suministros a Biafra a bordo de varios DC-7B de Transair, uno de los cuales era pilotado por el conde sueco Carl Gustav von Rosen. Von Rosen había llevado una vida aventurera, volando para la Fuerza Aérea Finlandesa durante la guerra contra la URSS, en 1939, y en Etiopía en el momento de la invasión italiana. Muy preocupado por la suerte de los biafreños, él volvió a Suecia para intentar formar una nueva BiAF, comprando cinco entrenadores armados MFI-9F Minicon y contratando a varios mercenarios. Los Minicon se enviaron a Francia, donde fueron armados con cohetes no guiados, y luego a Libreville (Gabón), para ser ensamblados y camuflados. Los nuevos “fighters” biafreños se volvieron operacionales en Orlu, el 22 de mayo de 1969. Ese mismo día uno de ellos fue usado para atacar el campo de aviación de Port Harcourt, dónde dos MiG-17 y dos Il-28 fueron reclamados como destruidos o dañados. El día 24, los Minicon también atacaron el campo de aviación de Benin City, afirmando haber dañado un MiG y un Il-28. El 28 de mayo Enugu fue atacada, y en la noche siguiente las instalaciones petrolíferas de Port Harcourt corrieron la misma suerte. Von Rosen regresó entonces a Suecia para adquirir más Minicon, supuestamente para el Aeroclub de Abidján, pero éstos no iban a llegar antes de octubre. Entretanto, Ernest Koenig compró dos C-47 ex alemanes occidentales, y en noviembre de 1969 también cuatro T-6 Texan fueron adquiridos. El 9 de noviembre, los Texan atacaron el campo de aviación de Port Harcourt y reclamaron la destrucción de un DC-4 de Pan African Airways. A su vez, la NAF organizó patrullas aéreas de combate que empezaron a volar sobre el área, y uno de los mercenarios británicos que pilotaba los MiG-17 reclamó el derribo de un T-6. Ese mismo mes también un DC-6 de la Fred Olsen Line se estrelló en Uli, mientras intentaba realizar un aterrizaje nocturno. 

 


A pesar de los golpes infligidos por los Minicon, las fuerzas federales nigerianas estaban asediando con éxito a Biafra, intentando someter por hambre al país. Los MIG de la NAF volaban incluso de noche, intentando directamente detener los vuelos de suministro. En junio de 1969, un DC-7 de la Cruz Roja se estrelló después de cruzar la costa cerca de Eket, luego de ser atacado por un MiG-17, conducido por un piloto británico contratado. Los biafreños inmediatamente intentaron conseguir cazas nocturnos, adquiriendo dos Meteor NF.14, usados como remolques de blanco por la Enterprise Films, vía Templewood Aviation. Ambos cazas alcanzaron Africa, pero el primero acabó su viaje en Bissau, de dónde no se le permitió continuar; el otro se reportó desaparecido el 10 de noviembre de 1969, frente a las Islas de Cavo Verde, aunque el piloto holandés fue rescatado. 

El 22 de diciembre de 1969, las tropas federales, apoyadas por los MiG-17 e Il-28 sobrevivientes, lanzaron la ofensiva final, cortando en dos el territorio bajo el mando de Ojukwu. Por entonces, la BAF había quedado reducida a tres Minicoin, un T-6 y un Alouette II. Durante un bombardeo de la NAF a Uga, una bomba destruyó dos Minicoin. El día 4 de enero fue abatido Ibi Allwell Brown en el último Minicoin. Entretanto el Alouette II quedó inoperativo. En la primera semana de 1970 la BAF se reducía a un único T-6G operativo. 

El 13 enero de 1970, las restantes fuerzas de Biafra capitularon y Ojukwu escapó de Uli a Abidján, a bordo del Super Constelation 5N-86H.