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sábado, 17 de septiembre de 2022

Malvinas: El heroico rescate a isla Calderón

El día más largo: Operación de rescate en la Estación Aeronaval Calderón




A raíz del ataque del 15 de mayo ejecutado por comandos ingleses apoyados por el fuego naval de una fragata, los aviones T-34, Pucará y Skyvan que se encontraban destacados en la Estación Aeronaval Calderón en la Isla de Borbón quedaron fuera de servicio y sin posibilidad de ser reparados, de esta forma, el personal de Aviación Naval se integró con el de Infantería de Marina a los efectos de la defensa terrestre, observación de PAC, de buques y meteorología y rescate de pilotos.


Los Dos Sea King en suelo de Malvinas , en la foto De izquierda a derecha: SI Montani, TF Brandeburgo, TN Iglesias Osvaldo, CC Barro, TN Iglesias Guillermo y SI Giqueaux

Producido el desembarco británico en San Carlos, el Comandante de la Aviación Naval consideró la situación de los diez hombres aeronáuticos que quedaron en la isla a fin de estudiar su posible evacuación.

Dado que también permanecía el personal de Infantería de Marina, se consultó con el Comandante del componente para evacuar todo el personal hacia Puerto Howard en la isla Gran Malvina a efectos de reunirse con la unidad del Ejército Argentino que estaba destacada en ese lugar. Para poder realizar este traslado, se debía cruzar un estrecho de 3 millas que separa las dos islas utilizando dos botes con motor fuera de borda.
El Comandante de la Infantería De Marina decidió que su personal permaneciera en Calderón, de modo que el Comandante de la Aviación Naval optó por rescatar por vía aérea a sus diez hombres.
A tal fin, ordenó al Comandante de la Fuerza Aeronaval Nº 2 (Capitán de Navío Rivero) que alistara helicópteros SH-3D “Sea King” con el personal de apoyo necesario para cumplir la misión desde Rio Grande.
Además, ordenó al Comandante del Grupo de Tareas 80.1 (Capitán de Navío Martini) que apoyara la operación en lo que hace a coordinaciones, control, comunicaciones y búsqueda y rescate.
La Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros recibió la orden de preparar una misión considerada suicida, ya que los Harrier ingleses mantenían el dominio total del espacio aéreo sobre las islas, la noche del 28 de mayo, cuando estaba destacada en Viedma, cumpliendo tareas antisubmarinas en el Golfo de San Matías.
Ante la nueva misión, se cancelaron los vuelos previstos para el día siguiente y comenzó el alistamiento de los tres únicos helicópteros SH-3D (2-H-231, 2-H-233 y 2-H-234) disponibles.
El rescate se iba a producir muy cerca de las líneas enemigas (Puerto San Carlos), operando con total vulnerabilidad, dada la completa carencia de sensores y armamento y la gran indiscreción por su tamaño y el ruido de sus motores.
En el inicio de la planificación surgieron las limitaciones, que ya habían sido consideradas:

  • Gran vulnerabilidad de las aeronaves (fácil presa de cualquier avión interceptor).
  • Capacidad de defensa nula (carencia de armas ante cualquier avión interceptor).
  • Suma indiscreción (el tamaño de su rotor permite una detección segura al presentar una superficie reflectora radar adecuada y lo ruidoso en su operación, revela su presencia a distancias importantes).


Sea King pintado por el Arsenal Aeronaval N° 2 para la misión de rescate en Isla Borbón (foto: Teniente de Fragata Antonio Urbano -en la foto- via Claudio Meunier).
  • Reducida velocidad de evasión (la máxima limitada por fábrica es de 120 nudos).
  • Operación a una distancia que superaba holgadamente el radio de acción.
  • Regreso en vuelo nocturno a baja altura, entre montañas y con no descartada condición de vuelo instrumental.
  • Posible condición de formación de hielo (prohibido el vuelo para este tipo de helicópteros).
  • Escasa precisión en la navegación (debido al equipamiento poco confiable para vuelo sobre el mar a larga distancia, con errores de 10- 15 Millas náuticas por hora y, estadísticamente una elevada cantidad de fallas).
  • No disponibilidad de radar (meteorológico ni navegación).
  • Carencia de CME (contra medidas electrónicas).
  • Evacuación desde una zona muy cercana a los sitios ocupados por el enemigo (proximidad Estrecho San Carlos Norte).



Croquis original publicado en el libro Historia de la Aviación Naval Argentina Tomo III – Héctor A. Martini.

Dada la orden de agotar los recursos para la ejecución de la operación, se consideró fundamental el empleo de dos helicópteros para el apoyo mutuo, por disponer de más peso y capacidad, y mejor precisión en la navegación, también surgió como necesario que al menos en uno de ellos se instalará un sistema de navegación, VLF OMEGA para suplir las falencias en todo lo referente a la navegación evitando una recalada imprecisa a las islas, o una involuntaria y funesta recalada sobre el enemigo.
También fue requerido:

-Un CME para verificar presencia de unidades del enemigo en el área especialmente en caletas interiores.

Un Radar meteorológico y/o de navegación, para acrecentar la precisión y seguridad de vuelo.
Información de Inteligencia sobre presencia de unidades del enemigo.
Apoyo a las comunicaciones.
Cantidad de combustible en Borbón disponible y condiciones.
Apoyo meteorológico en zona del objetivo y en ruta.
Anteojos de visión nocturna.
Pintado de azul de los helicópteros para camuflaje, lo que solo pudo realizarse en un aparato dado el escaso tiempo disponible.
En la madrugada del 29 y con un cálculo de peso ajustado a la libra, se iniciaron los trabajos logísticos para adaptar los aparatos y llevarlos a las configuraciones planificadas. Así es como se removió todo el equipamiento antisubmarino y también elementos no considerados imprescindibles.
Uno de los primeros en quitarse fueron los asientos y lo último, los porta bombas, con lo que se ganaban 14 libras por cada uno, lo que da una idea de la real necesidad de obtener la mayor disponibilidad de carga, para fundamentalmente aprovecharla en transportar tambores de combustible de 200 litros e incrementar al máximo el radio de acción. La forma de hacer llegar el combustible de los tambores a los tanques internos fue quitando la tapa del piso del tanque principal y bombear con una bomba manual tipo reloj a medida que este se fuera vaciando.
En un ajuste posterior a la planificación inicial, se verificaron las curvas de operación y se establecieron los torques máximos para cada momento del vuelo, resultando una velocidad máxima de 135 nudos, lo que significó 15 nudos sobre la máxima autorizada por desprendimiento de aspas.
El día 30 se destacó a la Base Aeronaval Comandante Espora (BACE) el 2-H-234 (Teniente de Navío Guillermo Iglesias, Teniente de Fragata Ricardo Rey y Suboficial Segundo Beltrán Giqueaux) para la instalación, prueba y calibración del equipo VLF OMEGA.
El día 31, finalizada la calibración del VLF ya instalado en el helicóptero y con escasas dos horas de adiestramiento por parte de los oficiales que debían estar en condiciones de operarlo, despegó de la BACE con destino a Rio Grande el 2-H-234 (Capitán de Corbeta Raúl Lorenzo, Teniente de Navío Guillermo Iglesias, Teniente de Fragata Ricardo Rey y Suboficial Primero Roberto Montani), arribando a las 23:45 hs.
Los otros dos helicópteros, que habían permanecido en Viedma completando su alistamiento, despegaron con igual destino, arribando a las 17:00 hs del día siguiente. -2-H-231 (Capitán de Corbeta Norberto Barro, Teniente de Fragata Antonio Urbano y Suboficial Segundo Henrique Beltrán Giqueaux) y 2-H-233 (Teniente de Navío Osvaldo Iglesias, Teniente de Fragata Oscár Brandeburgo y Suboficial Primero Hernán Verdugo).
En la noche de ese día, ya reunidos en el lugar del destino, se ultimaron los detalles y se fijó las 14:00 hs. del día siguiente para despegue, previendo un arribo a Borbón en el crepúsculo.
En Rio Grande se confirmó:
Combustible en Borbón. Se dio una cantidad inexacta, pero, considerada con cierto margen de error, suficiente. Se desconocía su estado.
Se proveyeron anteojos de visión nocturna.
El personal propio obtuvo pintura y durante la noche logró pintar un solo helicóptero.
El Grupo de Tareas 80.1 solicitó a la Fuerza de Tareas 80 un vuelo de exploración en el área de la derrota.


Croquis original de la base en Malvinas publicado en el libro Historia de la Aviación Naval Argentina Tomo III – Héctor A. Martini

El día 1° de junio se recibió información del avión explorador que la zona estaba aparentemente libre de unidades enemigas. La “luz verde” fue encendida.
Los comandantes de los dos helicópteros verificaron la meteorología. El hecho que la misma no fuera clara en el objetivo demoró el despegue.
Un nuevo pasaje por la Central Meteorológica dio el objetivo cubierto con techos bajos y aseguró Rio Grande abierto para el regreso. Esto puso en marcha la misión con decisión de regreso a Rio Grande y no a San Julián, que también había sido considerado.
El prevuelo había sido por la mañana. Las tripulaciones se reunieron una vez más antes de dirigirse a la plataforma, donde estaban estacionados los helicópteros. En torno a los mismos se habían reunido pilotos y personal de las Escuadrillas que operaban desde Rio Grande, deseando buena suerte y recomendando por sobre todas las cosas volar bajo y tener especial cuidado en el pasaje del vuelo sobre la tierra al agua, pues las unidades de superficie del enemigo se mimetizaban en caletas o irregularidades de la costa.
Tripulaciones: 2-H-233 (Teniente de Navío Osvaldo Iglesias, Teniente de Fragata Oscar Brandeburgo y el Suboficial Primero Roberto Montani), 2-H-234 (Capitán de Corbeta Norberto Barro, Teniente de Navío Guillermo Iglesias y el Suboficial Segundo Henrique Beltrán Giqueaux).
A las 14:17 hs. despegaron los dos helicópteros SH-3D y un Super Puma de la Prefectura Naval. Diez minutos más tarde lo hacía el tercer SH-3D (2-H-231) con destino Rio Gallegos. Este debía permanecer como helicóptero de rescate desde esa Base. Tripulación 2-H-231 (Teniente de Fragata Antonio Urbano, Teniente de Fragata Ricardo Rey y el Suboficial Segundo José Ponce).
El helicóptero Super Puma PA-13 (1) fue requerido para verificar el funcionamiento del único VLF OMEGA instalado y para lanzar los SH3D desde una posición precisa, preestablecida a 120 millas náuticas de Rio Grande. Todo esto aconteció como fue previsto, a una altura baja pero cómoda, la condición meteorológica era buena, la velocidad de crucero fue mantenida a su máximo valor.
Al poco tiempo de vuelo un intenso olor a combustible inundó la cabina del 2-H-234 por lo que se abrieron las ventanillas delanteras y parcialmente la puerta de carga para que la corriente de aire expulsara los vapores hacia afuera. Por el riesgo de incendio a partir se ese momento y durante todo el vuelo debieron volar con el equipo de calefacción apagado, soportando temperaturas glaciares.
A las 15:24 hs. despegó de Rio Grande el B-200 4-G-44 (Capitán de Fragata Santiago Barrios (2) para dar apoyo de comunicaciones, ya que los helicópteros volarían bajo. El concepto, como en todos los “cruces” de aeronaves, era que los helicópteros mantuvieran escucha sobre las comunicaciones del 4-G-44, comandante del Grupo de Tareas 80.1 y Calderón, sin emitir, a fin de no delatar la operación.
El 4-G-44 se mantendría orbitando a mitad de la distancia y se minimizarían las comunicaciones, utilizando radio-engaño.
Transcurría el vuelo con “normalidad” a 5 metros de la superficie del mar y excediendo el límite máximo de velocidad. Fueron minimizadas al máximo las comunicaciones, las condiciones meteorológicas empeoraron al presentarse bajos plafones, lluvia y disminución de la visibilidad.
En proximidad de las Islas las condiciones meteorológicas comenzaron a cambiar, la lluvia cesó, el plafón bajo fue desapareciendo y, cuando asomó el cielo azul los helicópteros volaban a 5 metros sobre el agua.
Esta situación cambiante no era favorable en absoluto. La recalada se produjo en el punto esperado entre las Islas San José y San Rafael, al sudoeste de la Isla Gran Malvina. Se inició entonces la aproximación final al objetivo sobrevolando el contorno del terreno o al ras del agua.
Debido al escaso horizonte visual fue inevitable pasar por encima de una vivienda, lo cual incrementó la preocupación por el éxito de la misión.
Pasada la Bahía San Francisco De Paula, llegaron a las Islas Trinidad, Vigía Y Borbón, alcanzando el Istmo del extremo de Bahía Elefante Marino, desde donde habían operado las unidades de la Aviación Naval.
A las 17:25 hs. los dos SH-3D se posaron en el medio del caserío y detuvieron sólo los rotores para no correr el riesgo de tener una falla en el arranque de las turbinas, máxime que la ausencia de herramientas podía complicar aún más la situación. El Oficial que los recibió y estaba a cargo del grupo manifestó que esperaba un solo helicóptero. Esto originaría una demora no calculada en el reabastecimiento de combustible, que se agravó cuando a ella debieron sumarle la que se produjo ante la falla del VLF; esto traería serios problemas pues constituía un elemento clave para la precisión en la derrota de regreso, muy especialmente para la salida, pues se debía hacerlo a baja cota, nocturno y entre islotes.
Despegaron a las 18:35 hs. recuperando al Teniente de Fragata Marcelo Félix Batllori, Suboficial Principal José Sabat, Suboficial Primero Rubén Laureiro, Suboficial Segundo César Bogado, Suboficial Segundo Federico Leus, Suboficial Segundo Pablo Chiodini, Suboficial Segundo Osvaldo Gutiérrez, Suboficial Segundo Héctor Gauna, Suboficial Segundo Ricardo Telaina, Cabo Principal Nelson Talone y Cabo Segundo Marcelo Iturbe, poniendo rumbo noroeste con una derrota de regreso que esperaban evitara involucrarlos en situaciones riesgosas ante errores en la ubicación de las alturas de la costa de las Islas.
El anteojo de visión nocturna de uno de los helicópteros presentó una falla que obligó a tomar una altura de seguridad de 300 metros, exponiéndolos a la detección por radar.
Próximos a la Isla Blanca, al oeste de Borbón y debido a las condiciones de nubosidad, iniciaron un vuelo instrumental. La intensa lluvia desatada y los parabrisas obstruidos con sal obligó a que los pilotos sacaran la cabeza hacia afuera por la ventanilla lateral para poder ver con los anteojos de visión nocturna. El avión control los llamaba, pidiéndoles que pulsaran el micrófono si habían salido, pero la orden impartida de no emitir había sido terminante.
Después de un tiempo prudencial, pulsaron su micrófono, por lo que el Grupo de Tareas 80.1 tuvo la confirmación del despegue.


Helicóptero Sikorsky S-61D4 Sea King 0678/2-H-234 participante del rescate. (Foto: Archivo MUAN)

Los dos helicópteros tuvieron emergencia diferida por encendido de la luz de alarma del filtro de combustible obstruido, con el riesgo de un inminente apagón de turbinas.
Media hora después del despegue, el personal de Infantería de Marina que permaneció en la isla informó que una sección de Sea Harrier había sobrevolado el lugar iluminándolo con bengalas. Esto confirmó la sospecha que los ingleses tenían observadores en las proximidades.
A lo largo de toda la navegación de regreso volaron por instrumentos que funcionaban en forma intermitente, parabrisas obstruidos y con condiciones de formación de hielo.
El Segundo Comandante de la escuadrilla desde Rio Grande se mantuvo atento al raid y tuvo un momento de incertidumbre para desviarlos a Rio Gallegos, pues las condiciones meteorológicas en Rio Grande, no eran las previstas: había niebla.
Los helicópteros llegaban sin calefacción, sin navegador, con fallas de tren de aterrizaje y combustible contaminado. A las 21:55 hs. los dos arribaron con la satisfacción del cumplimiento de la misión, con la cálida y reconfortante sensación de haberlo logrado y con la inquebrantable convicción de hacerlo otra vez si el deber así lo requería, luego de más de 7 horas de operación en condiciones marginales, habiendo rescatado 10 hombres.
Cuando la contienda terminó se evaluaron todas las operaciones de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros en las instalaciones del Centro de Adiestramiento de la Fuerza Aeronaval N°2, incluida la de Isla Borbón determinando que estadísticamente lo habían logrado con un 92% de posibilidades en contra.
Las tripulaciones fueron:
2-H-234
Piloto: Cap Corbeta BARRO Norberto Ignacio Ramón (Cte escuadrilla
Helicoptero)
Copiloto: Tte Navío IGLESIAS Guillermo Oscar
Mecánico: S/Of 2° AE GIQUEAUX Beltrán
2-H-233
Piloto: Tte Navio IGLESIAS Osvaldo (2° Cte Escuadrilla)
Copiloto: Tte Fragata BRANDERBURGO Osvaldo
Mécanico: S/Of 1° AE MONTANI Roberto
Gracias : Lorenzo Borri , Edgardo Garcia y Claudio Meunier


domingo, 1 de noviembre de 2020

Malvinas: Estación Aeronaval Calderón (2/2)

La Estación Aeronaval Calderón y la Escuela de Aviación Naval en Malvinas

Texto de Lorenzo Borri en Gaceta Marinera
Parte 1 || Parte 2


UNIDADES AÉREAS DESPLEGADAS A MALVINAS



T-34C-1 Turbomentor en la Estación Aeronaval Calderón (Foto: Fundación Histamar)

4 Beechcraft T-34-C1 “Turbo Mentor”:
1-A-401
1-A-408
1-A-411
1-A-412

MISIÓN DE LA UNIDAD

Este destacamento debía cumplir tareas de Reconocimiento Armado, Ataque a helicópteros y anti terrestre y Apoyo Cercano.

El personal de tierra informaba partes meteorológicos, posición y horarios de las Patrullas Aéreas de Combate y observación de unidades de superficie enemigas en las proximidades de la isla.

El personal de Infantería de Marina debía dar seguridad terrestre al personal y material.

DESARROLLO DE LAS OPERACIONES


La primera misión desde Calderón con los Turbo Mentor la realizaron el 30 de abril, un reconocimiento armado sobre las Islas Sebaldes, en el despegue el avión del Teniente Pereyra Dozo rompió el parante de nariz en la corrida de despegue por lo que debió cambiar de avión.

El día 1 de mayo a 08:20 horas aterrizaron dos aviones Pucará al mando del Capitán Jorge Benítez y Teniente Alcides Russo. Se tomó conocimiento del ataque a Puerto Argentino y Darwin.

El avión del Teniente Russo no volvió a despegar debido a que tenía una falla en el tren de aterrizaje.

A las 11:45 horas se ordenó desde Rio Grande que despegaran 3 T-34 con la misión de interceptar y destruir helicópteros enemigos que se encontraban aproximadamente al 090/10 millas náuticas de Puerto Argentino.

La sección fue integrada por el Teniente de Navío Pereyra Dozo en el 401, Teniente de Fragata Uberti en el 408 y el Teniente de Corbeta Manzella en el 411.



Capitán de Fragata Niguel Ward, quien el XX tuvo una escaramuza con una sección de T-34C-1. (Foto: Vía Lorenzo Borri)

Despegaron a las 12:25 horas y luego de lograr la autorización del Control Radar Malvinas, la división se aproximó a Puerto Argentino. El líder (Teniente De Navío Pereyra Dozo) informó a la Torre de Control.

El líder de la sección ordenó invertir el rumbo, a fin de salir rápidamente del alcance de las baterías antiaéreas propias volando hacia el Este; breves instantes después, el Nº 2 (Teniente de Corbeta Manzella) informó haber visto un helicóptero “Sea King” enemigo que volaba a baja altura y al ser confirmado por el líder, éste ordenó atacarlo. En el mismo instante en que se inició el ataque, el Nº 3 (Teniente de Fragata Uberti) informó que dos aviones Sea Harrier atacaban y disparaban sus cañones contra el Nº 1 y Nº2 de la formación, aparentemente el Nº 3 se quedó retrasado y no fue avistado, razón por la cual pudo dar la voz de alarma.

Los pilotos eyectaron su armamento (1 góndola con dos ametralladoras cada una y 3 coheteras con 7 cohetes cada una por avión).

Pereyra Dozo y Manzella realizaron una ruptura defensiva, separándose y lograron avistar los aviones enemigos que disparaban sus cañones a la cola de los T-34C-1.

A continuación, los dos efectuaron maniobras defensivas para evitar el ataque de los Sea Harrier (se les colocó la proa y en el cruce, una tijera vertical) los interceptores enemigos con un gran excedente de velocidad sobre los T-34 no pudieron seguir a los Turbo Mentor que se ocultaron en las nubes bajas y decidieron abandonar la persecución.

El combate había sido contra dos “Sea Harrier” del Escuadrón 801 (HMS Invincible) tripulados por el Capitán de Fragata Nigel Ward (XZ495) y el Teniente Mike Watson (ZA175) quienes habían sido dirigidos hacia los “Turbo Mentor” por la fragata HMS Brilliant.

Ward disparó sus cañones contra Manzella y Pereyra Dozo, alcanzando al aparato de este ultimo detrás de la cabina, pero sin causarle daños.

El regreso se realizó en forma independiente hasta aproximadamente el Estrecho San Carlos, donde los tres aviones lograron reunirse y bajo silencio de radio efectuaron el aterrizaje en la Estación Aeronaval Calderón.

A las 16:00 horas se observó un combate aéreo entre aviones propios y enemigos en la vertical de Bahía Elefante. Como resultado de este cayó el Mirage IIIEA I-015. El piloto, Teniente Carlos Perona de la Fuerza Aérea Argentina fue rescatado por personal naval, con golpes en los tobillos.

A las 17:00 horas aterrizaron seis aviones Pucará a cargo del Capitán Benítez provenientes de la atacada Base Aérea Militar Cóndor.

El día 2 de mayo a 08:30 horas aterrizó el B-200 4-G-45 con el Capitán De Fragata Jorge R. Fiorentino y el Teniente De Corbeta Jorge E Pittaluga, para trasladar al Teniente Perona y traer repuestos y armamento para los T-34C-1. Ese mismo día el Teniente Perona llegó a Rio Grande y luego a Buenos Aires.



1-A-411 mientras era reparado para su traslado al Reino Unido. (Foto: Autor desconocido)

A las 12:00 horas se ordenó realizar reconocimiento armado a fin de batir personal desembarcado en helicópteros entre Cabo Leal y Punta León. A las 12:30 horas, despegó la sección, integrada por el Teniente de Navío Pereyra Dozo y el Teniente de Fragata Fernández Vidal. Regresó sin novedad a las 14:00 horas.

El avión 1-A-401 quedó nuevamente en servicio, al serle reemplazado el parante de rueda de nariz.

A las 13:00 horas despegaron cinco aviones Pucará de la Fuerza Aérea Argentina hacia Darwin.

El día 3 de mayo las condiciones meteorológicas fueron malas (lluvia-baja visibilidad); la pista resultó deteriorada por los aterrizajes de los aviones Pucará.

A 15:00 horas se ordenó cubrir alerta un minuto para brindar escolta aérea al avión Skyvan que se tendría que dirigir a Calderón.

El día 4 de mayo a las 09:00 horas aterrizaron cinco aviones Pucará a cargo del Capitán Ricardo Grunert; uno de ellos a cargo del Teniente Roberto Cimbaro, quedó prácticamente destrozado al tratar de rodar por una de las pistas auxiliares (se metió el tren de nariz y tuvo detención brusca de ambas turbinas, desprendiéndose las palas de ambas hélices).

A partir de las 11:00 horas los T-34C-1 pasaron a cubrir “alerta a un minuto” con los pilotos en cabina.

El día 5 de mayo las condiciones meteorológicas no permitieron operar desde Calderón. A las 19:00 horas se recibieron instrucciones para la operación Margarita (Reconocimiento armado y apoyo aéreo en las Islas de los Leones Marinos).

El día 6 de mayo la operación Margarita fue cancelada por meteorología. La lluvia y el aterrizaje de los aviones Pucará dejaron la pista en condiciones riesgosas de operación.



1-A-411 en su destino final, el Museo de la Aviación Naval de Yeovilton, en la foto se encuentra el Capitán de Navío VGM (Ret) Rodolfo Castro Fox. (Foto: Rodolfo Castro Fox)

El día 7 de mayo a 1300 horas se ordenó una misión de reconocimiento armado a fin de batir comandos y helicópteros enemigos al Nor Oeste y Norte de las Isla Soledad.

Salió la sección de guardia compuesta por el Teniente de Navío Pereyra Dozo y Teniente de Fragata Fernández Vidal, despegando a las 13:30 horas y regresando sin novedad una hora y media después.

A continuación de esta misión se cerró el campo por condiciones meteorológicas.

El día 8 de mayo no se operó en todo el día y el aeródromo continuó cerrado por meteorología.

El día 9 de mayo a las 07:10 horas se recibieron órdenes de realizar un reconocimiento armado a lo largo del Estrecho San Carlos, pero quedó cancelado por meteorología.

A las 08:30 horas logró aterrizar un Pucará a cargo del Capitán Roberto Vila, el mismo quedó enterrado de nariz al rodar por la pista, pero no sufrió averías. Otro avión Pucará que seguía al primero regresó a Darwin ya que no pudo utilizar la pista.

El día 10 de mayo las condiciones de mala meteorología no mejoraron, continuó lloviendo, y en la pista de aterrizaje, se formaron pequeños charcos de agua.

Se informó a Puerto Argentino que un Conscripto de Infantería de Marina tenía apendicitis y se solicitó un helicóptero para su evacuación.

El día 11 de mayo continuaron las malas condiciones meteorológicas; quedó sin servicio la pista de aterrizaje.

El día 12 de mayo la pista continuó sin servicio y se necesitaron dos días sin lluvia y sol para el secado y reparación.

A las 10:00 horas se ordenó desde Rio Grande el relevo de dos pilotos (Teniente de Navío Pereyra Dozo y Teniente de Fragata Uberti) y del Conscripto que tenía apendicitis.

No se registraron actividades aéreas.

El día 13 de mayo los pilotos de T-34C no fueron relevados debido a que los B-200 no realizaron el vuelo.

Se realizaron trabajos de mantenimiento logístico.

El día 14 de mayo se realizaron trabajos de mantenimiento de la pista, a pesar de que comenzó a llover nuevamente.

Durante la noche del 14 al 15 se produjo el desembarco en la isla de 45 hombres del Escuadrón D del S.A.S bajo las órdenes del Mayor Cedric Delves, junto con el Capitán Christopher Brown y su equipo de apoyo de fuego, de la Batería 148, Comando 29 de Fusileros, utilizando dos helicópteros Westland Sea King HC.Mk.4 del 846 Naval Air Squadron.

El punto de descenso estaba a unos 6 km de la pista de aterrizaje. Encargaron a la tropa de montaña la destrucción de los aviones argentinos, mientras que el personal restante actuaba como fuerza de protección, asegurando la aproximación a la pista de aterrizaje, y formando una reserva operacional. El grupo de ataque descargó más de 100 bombas de mortero L16 de 81 mm, cargas explosivas, y cohetes antitanques de 66 mm HEAT L1A1.

Cuando el grupo de ataque se acercó al blanco colocó cargas explosivas en siete de los aviones. Una vez que todos los aviones habían sido preparados, el equipo de ataque abrió fuego con las armas ligeras y los cohetes L1A1. Todos los aviones fueron dañados. Después de esa señal el HMS Glamorgan comenzó a bombardear las posiciones argentinas adyacentes al campo de aviación, golpeando los almacenes de municiones y de combustible.

Rápidamente se puso en marcha el plan de defensa. Los infantes se abocaron a la defensa de la pista y las aeronaves y todo el personal aeronáutico al sector de alojamientos, central de operaciones y pañoles.

El Guardiamarina Montalvo y sus infantes formaron bajo la lluvia una barrera de disparos que impidió a los SAS seguir avanzando hacia las edificaciones. Fue herido un soldado británico como resultado de la metralla producida por el estallido de las cargas colocadas por las fuerzas argentinas debajo de la pista de aterrizaje para impedir su uso al enemigo. Las cargas explosivas fueron accionadas por el Cabo Sánchez en la creencia que la operación era un asalto completo para asumir el control la base aérea.

El ataque fue certero y muy rápido resultando dañadas en mayor o menor grado todas las aeronaves, tanto de la Armada como de Fuerza Aérea y Prefectura Naval.


1-A-408 destruido en la Estación Aeronaval Calderón (Foto: Ian Howat vía Javier Mosquera/Avialatina para el libro “Jamás Serán Olvidados” Segunda Edición, Claudio Meunier)

El equipo de combate Marega había hecho todo lo humanamente posible y si hubiera tenido disponible el material y refuerzos solicitados con anterioridad el resultado de la incursión británica habría sido otro muy distinto.
Aviones destruidos:

Fuerza Aérea Argentina: 6 Pucará
A-502 Destrucción total.
A-520 Daños en las alas y motores.
A-523 Daños por explosiones y metralla.
A-529 Daños menores por explosión en los motores.
A-552 Daños menores.
A-556 Daños por explosión en los motores y alas.

Aviación Naval: 4 T-34C-1
1-A-401 Destrucción total.
1-A-408 Destrucción total.
1-A-411 Daños por esquirlas y metralla (inutilizado el cono de cola y alas).
1-A-412 Impacto directo de cohetes en la planta propulsora.

Prefectura Naval Argentina: 1 Skyvan.
PA-50 Destrucción total.

Una vez hecho un reconocimiento y determinada la inutilidad de las aeronaves, ese mismo día, el personal de la Fuerza Aérea y Prefectura se replegó en un helicóptero Chinook de la FAA.

Ese mismo helicóptero había traído dos secciones de la Compañía de Comandos 601 del Ejército Argentino, al mando de su jefe, el Mayor Mario Castagneto, que realizaron una inspección profunda de la isla encontrando algunos puntos de observación abandonados, utilizados recientemente, en el morro que estaba frente a la pista.

Como saldo del ataque resultó dañada la pista por la voladura que se había efectuado durante la defensa, por lo que la comunicación sería desde ese momento por medio de helicópteros. En un principio se hicieron los preparativos para un repliegue de todo el personal que allí se encontraba, pero, por diferentes causas, eso se fue demorando por lo que se inició una nueva etapa que tendría como puntos principales el apoyo que se pudiera prestar a las operaciones y la propia supervivencia. Los recursos de armamento que se poseían en la isla eran muy escasos por lo que se fabricaron montajes con las coheteras de los aviones y fueron colocados en prevención de posibles ataques terrestres.

Los pilotos de la Aviación Naval pasaron a cumplir un nuevo rol, el de observadores adelantados que indicaban a Río Grande la presencia de PAC y los rumbos de estas. Esto fue de gran ayuda para planificar los sucesivos ataques.

El día 16 de mayo se recuperaron algunos repuestos críticos de los aviones que quedaron destruidos.

El día 17 de mayo se continuó con la recuperación del material y acondicionamiento de la pista.

El día 18 de mayo se continuó con los trabajos.

El día 19 de mayo aviones Harrier bombardearon la pista; los aviones recibieron más impactos de esquirlas y quedó inutilizado el sector izquierdo de la misma.

El día 20 de mayo se hicieron detonar algunos explosivos que no explotaron cuando fueron arrojados por los Harrier y se acondicionó la pista.



1-A-401 destruido, julio de 1982. (Foto: Malvinas la Guerra Aérea)

A las 02:15 horas se produjo un incendio en el alojamiento de suboficiales. La casa quedó totalmente destruida.

Los días 21 y 22 de mayo transcurrieron sin novedad. En esos días se estaba produciendo el desembarco en San Carlos.

El día 23 de mayo se intentó el rescate de un piloto derribado, pero solamente se encontró el avión totalmente destrozado y sin indicios de sobreviviente.

Los aviones Harrier volvieron a bombardear la pista.

El día 24 de mayo se realizaron reparaciones en la pista, dejando habilitados 300 metros.

Se rescató al Capitán Raúl Diaz (piloto del Dagger C-430) derribado tras otro combate aéreo, quien presentaba fractura de un codo y un golpe en la columna vertebral.

El día 25 de mayo fue un día exitoso para las Fuerzas Argentinas, donde el personal naval de la Estación Aeronaval Calderón intervino en dos hechos destacados.

A las 09:22 Calderón informó a GT 80.1 (en Rio Grande) que se localizó el Mirage V matrícula C-437 con su piloto fallecido (1er Teniente Ricardo Volponi). Esta lamentable novedad fue informada a FT.80 y al Comodoro Corino, jefe del Grupo Mirage V en Rio Grande. Improvisaron un ataúd con un cajón de munición de 75 mm del cañón sin retroceso de la Infantería de Marina y depositaron en él sus restos a la espera de su traslado al continente.

Simultáneamente una patrulla que recorría la costa localizó al Mayor Luis Puga (Dagger C-419) que se había eyectado el día anterior y había pasado toda la noche caminando para evitar congelarse.

En esa oportunidad fueron avistados dos buques ingleses en proximidades de la costa (330º – 7 millas), por lo que de inmediato se informó a GT 80.1.

Con esta información, GT 80.1 impuso un mensaje a COATLANSUR (Comando Atlántico Sur) y FT 80, y lo retransmitió al Grupo Coordinador Naval en la Fuerza Aérea Sur (FAS).

COATLANSUR, que se encontraba en Comodoro Rivadavia, comunicó a GT 80.1 que la FAS estaba planificando un ataque, que se mantuviera actualizada la situación y que se diera apoyo de comunicaciones al grupo de ataque.

El GT 80.1 a 1248 retransmitió estos requerimientos a Calderón.

En Calderón, se destacó al Guardiamarina IM Montalvo con una patrulla a un punto de observación en un morro para transmitir por UHF a la Central de Operaciones de la Estación Aeronaval la posición y movimientos de los buques.

Esta posición era obtenida por marcación tomada con brújula y apreciación de distancia.

El Teniente de Corbeta Manzella se ubicó en proximidad de la pista y trasmitía a la Central por VHF la posición de patrullas de Harrier que sobrevolaban la zona.

Toda esta información era recibida por el Teniente de Fragata Batllori, que estaba en la Central y retransmitida por él a GT 80.1 por HF, quien, a su vez, la pasaba a COATLANSUR y FAS.

La FAS informó a GT 80.1 que efectuaría un ataque con A-4 y un Lear Jet como retransmisor, quien se ligaría con GT 80.1 en Río Grande para recibir información.



Destructor HMS Coventry hundiéndose luego del ataque de la Fuerza Aérea Argentina (Foto: Archivo fotográfico MUAN)

La posición de los buques, que resultaron ser el Destructor HMS “Coventry” y la Fragata HMS “Broadsword”, era prácticamente constante, entre el 330º y 350º del morro y 8/10 millas. También era constante la presencia de cuatro Harrier en la zona, según lo informaba el Teniente Manzella.

La FAS informó a GT 80.1 que a 13:35 despegó un Lear Jet (1er Teniente Alberto Williams – Capitán Carlos Pane – Vicecomodoro Pereyra) y a 14:00 y 14:05, dos secciones de A-4B “Vulcano”(C-225 -Capitán Pablo Carballo – C-214-Teniente Carlos Rinke) y “Zeus” (C-212-1er Teniente Mariano Velasco – C-207-Alférez Jorge Barrionuevo).

Durante el vuelo, GT 80.1 mantuvo actualizada la situación de los buques y de las PAC al Lear Jet.

A 15:20 iniciaron el ataque, que fue presenciado por el Guardiamarina IM Montalvo.

Los A4B lanzaron sus bombas sin poder ser interceptados por los buques ni los Harrier debido a interferencias mutuas inglesas y a un “desenganche” del sistema misilístico Sea Wolf de la “Broadsword”.

Mientras regresaba a Rio Gallegos, el Lear Jet solicitó a GT 80.1 los resultados del ataque.

A las 15:30 Calderón informó a GT 80.1 que no apreciaba daños en los buques, y que los aviones regresaban sin novedad. A las 15:35 Calderón informó a GT 80.1 que se veían salir helicópteros desde San Carlos hacia los buques, llegando a contar 10. Además, informó que se veían balsas amarillas. Todo esto fue retransmitido al Lear Jet.

La “Coventry” recibió tres bombas de 500 kg que provocaron su hundimiento en aproximadamente media hora, y la “Broadsword”, una de 500 kg. que la atravesó después de un rebote, entrando de abajo hacia arriba, rompiendo el helicóptero Sea Lynx y cayendo al agua sin explotar.

Durante el rescate, se incrementó la PAC, llegando a seis aviones. A las 17:05 una sección de Harrier sobrevoló a 200 metros al Guardiamarina Montalvo.

El personal de Calderón informó con precisión los movimientos del enemigo, colaborando eficientemente en el hundimiento de la “Coventry” y averías en la “Broadsword”.


Cañoneo naval a la Estación Aeronaval Calderón en la isla Borbón, 15 de Mayo de 1982, desde el HMS "Glamorgan", en apoyo a la incursión del SAS. Fotografía tomada por Lt.Cdr. Ian Inskip


Los días 26/27 de mayo se adaptó el armamento de los T-34 para la defensa terrestre de las pistas.

Día 28 de mayo Calderón recibió la orden de preparar y balizar 300 metros de la pista para permitir el aterrizaje durante el crepúsculo de un avión Twin Otter de la FAA, que evacuaría a los pilotos heridos (Mayor Puga y Capitán Diaz). Este vuelo fue apoyado por un Fokker F-27, pero no se pudo cumplir por fallas en las comunicaciones.

El día 29 de mayo aviones Harrier bombardearon la pista, parte de esta quedó fuera de servicio. A las 17:30 horas aterrizó un avión Twin Otter (T-82) de Fuerza Aérea Argentina La tripulación estaba formada por el 1er Teniente Marcelo Uriona, el Teniente Omar Poza y el Cabo Principal Pedro Bazán, para evacuar a los pilotos rescatados y parte del personal de la Armada (Teniente de Fragata Castro, Teniente de Fragata Fernández Vidal, Teniente de Corbeta Manzella), el Conscripto IM enfermo y los restos mortales del 1er Teniente Volponi. El traslado se realizó a Comodoro Rivadavia.



1-A-408 Después del ataque del 14/15 de mayo.
(Foto: Blog FDRA – Malvinas – Esteban McLaren)

EL día 30 de mayo se acondicionó Calderón para recibir helicópteros y aprovisionarlos de combustible.

El día 1 de junio es evacuado el resto del personal (Teniente de Fragata Batllori y 10 hombres de Personal Subalterno), mediante dos Sea King (2-H-233 y 2-H-234) de la Segunda Escuadrilla Aeronaval De Helicópteros. Quedaron el Cabo Principal Sosa y el Cabo Primero Avogadro en Calderón, junto al personal de Infantería de Marina.

El 15 de junio Marega recibió la orden de rendirse a las tropas británicas, la guarnición se rindió no sin antes destrozar los equipos de comunicaciones, de puntería, cañones, brújulas, prismáticos, reglamentos y toda la documentación.

El 16 de junio fueron trasladados al campo de prisioneros de Ajax Bay y luego al continente.
CONCLUSIONES

El personal de Aviación Naval y De Infantería de Marina estacionado en una pequeña isla y con medios precarios, cumplió las siguientes tareas:

– Observación meteorológica y de PAC, constante.

– Rescate de tres pilotos de la FAA (Mayor Puga – Capitán Diaz -1er Teniente Perona).

– Localización y mantenimiento de la información sobre dos unidades de superficie británicas, posibilitando el hundimiento del “Coventry” y averías en la “Broadsword”.

– Presencia argentina en la isla Borbón hasta el 14 de junio.

La Escuela De Aviación Naval voló 43 hs. durante el conflicto, cumpliendo tres misiones de combate y perdiendo cuatro aviones.

OPERACIONES EN LA ISLA GRANDE DE TIERRA DEL FUEGO


Durante el conflicto un destacamento de 4 aviones entre los que se encontraba el 1-A-406 realizó patrullas en la frontera con Chile en la Patagonia para prevenir ataques del país trasandino. No ha sido posible hasta el momento identificar a todos los integrantes de dicho destacamento, siendo uno de los pilotos el Teniente de Corbeta Sergio Richmond y el personal de apoyo Cabo Rubén de la Cruz, Cabo Segundo Julio C. Araoz, David Salatino, Oscar Giornado, Jorge Quinteros, Roberto Amer, Raúl De Meo, Alfredo Saucedo, Jorge Lasalle, Néstor Guerra, Rodolfo Ortiz, Raúl Chiabrando, Alejandro Sequeira y Walter E. Soto.



Preparación de defensas terrestres con el armamento de los T-34C-1 destruídos. (Foto: Vía Lorenzo Borri) 

MENCIONES


La Bandera de Guerra fue condecorada por: “OPERACIONES DE COMBATE”

La ARMADA condecoró al Suboficial Primero Aeronáutico Rubén Laureiro, Suboficiales Segundos Aeronáuticos Federico Leu y Pablo Chiodini y Cabo Segundo Aeronáutico Marcelo Iturbe: “AL ESFUERZO Y ABNEGACION”. Por: “Demostrar esfuerzo y abnegación al emprender y continuar tareas de alistamiento del grupo de aviones destacados en la estación aeronaval calderón de la isla borbón, durante periodos de alarma antiaérea, constituyéndose en ejemplo para el resto del personal por su espíritu de sacrificio y arrojo”.

FUENTES CONSULTADAS

  • BLOG FDRA – Malvinas – Esteban McLaren
  • COMANDOS EN ACCION – 1986 – Isidoro J Ruiz Moreno.
  • FUNDACIÓN HISTAMAR
  • HISTORIA DE LA AVIACION NAVAL ARGENTINA – TOMO III – Héctor A. Martini.
  • INFORME AERONAUTICO (Enlace y nota relacionada).
  • INSTITUTO AERONAVAL (FOTOS)
  • JAMAS SERÁN OLVIDADOS – 2012- Claudio Meunier.
  • LA BATALLA POR LAS MALVINAS – 1984 – Max Hastings y Simon Jenkins.
  • MALVINAS LA GUERRA AÉREA – VERSIÓN EN CASTELLANO – 1988.
  • MUSEO DE LA AVIACIÓN NAVAL ARGENTINA
  • Rubén de la Cruz
  • Julio C. Araoz

domingo, 25 de octubre de 2020

Malvinas: Estación Aeronaval Calderón (1/2)

La Estación Aeronaval Calderón y la Escuela de Aviación Naval en Malvinas

Texto de Lorenzo Borri en Gaceta Aeronáutica
Parte 1 || Parte 2




Los Turbomentor del TN Pereyra (1-A-401) y TF Uberti (1-A-408) en la cabecera 26 de Puerto Argentino el 27 de abril de 1982. (Foto: Cabo Segundo Roberto Curia, “Jamás Serán Olvidados” (Claudio Meunier) Segunda Edición.

PRÓLOGO


Recuperadas las Islas Malvinas, durante el mes de abril la Armada Argentina junto con las otras Armas buscaron reforzarlas con los medios disponibles para enfrentar un posible contra ataque inglés. El Comando de la Aviación Naval decidió desplegar los Aermacchi MB-339A a Puerto Argentino porque los mismos necesitaban de pistas asfaltadas para su operación.

Como refuerzo se decidió el despliegue de dos secciones de aviones de entrenamiento turbohélices Beechcraft T-34C-1 “Turbo Mentor”, los que poseían una limitada capacidad de ataque contra helicópteros y anti-superficie y podían operar desde aeródromos no preparados.

La cantidad de aeronaves estacionadas en Puerto Argentino hizo necesario que los “Turbo Mentor” fueran destacados a otra pista.

Descartada la Base Aérea Militar Cóndor en Darwin por estar sus capacidades excedidas por los Pucará de la Fuerza Aérea Argentina (FAA), se reconocieron otras posibles ubicaciones y preseleccionaron las pistas de las estancias de San Carlos y la de la Isla de Borbón.

El comandante del Grupo de Tareas 80.1, Capitán de Navío Martini, el 23 de abril se trasladó en el B-200 4-G-44 a Puerto Argentino para definir la situación.

Arribado al aeródromo, embarcó en un helicóptero “Puma” de la Prefectura Naval Argentina junto con el Capitán de Navío Infantería de Marina Juan C. Moeremanns, los Capitanes de Fragata Anselmi y Arce y cuatro Suboficiales de Comandos Anfibios, dirigiéndose hacia las estancias mencionadas.



Los pilotos de la Primera Sección frente a la Estación Aeronaval Malvinas, de izquierda a derecha, TF Luís Oscar Fernández Vidal, TN José María Pereyra Dozo, TF Marcelo Félix Batlori y TC Guillermo Sollazo, de la Escuadrilla Aeronaval de Reconocimiento. (Foto: Guillermo Sollazo, Jamás Serán Olvidados, Segunda Edición, Claudio Meunier)

Primero visitaron la de San Carlos, encontrándose que estaba ubicada en una zona de difícil acceso aéreo con elevaciones en las proximidades y en un cañadón. Además, la pista era ondulada y el personal de la estancia sumamente hostil, debido a los inconvenientes aeronáuticos, se la descartó.

Desde allí el helicóptero se trasladó a la Isla de Borbón.

El aeródromo consistía en tres pistas de turba, como toda la isla, totalmente libres de obstáculos y próximas a los edificios de la estancia.

Las pistas estaban ubicadas en una meseta en un istmo que forma la Bahía Elefante al pie de un morro de 277 metros. Formaban una ” H” siendo la utilizable la central, de aproximadamente 600 metros y orientación 10/28; las otras dos tenían alrededor de 400 metros y no eran apropiadas para la operación.

Conversaron con el administrador (Sr. Adams) y se recorrieron las instalaciones, requisando armas y equipos de comunicaciones extendiendo el correspondiente recibo.

El personal de la estancia sumaba 25 personas entre hombres y mujeres a quienes se les explicó la situación y se les aclaró que se interferiría lo menos posible en sus tareas. Se utilizaron como alojamientos la escuela, una casa y el galpón de esquila.

Los habitantes permanecieron en sus respectivas casas y podían cumplir sus actividades normales mientras fuera de día, debiendo permanecer en sus casas durante la noche.

El casco de la estancia tenía ligeramente alejado un edificio que constituía la escuela, que fue elegido como Central de Operaciones de Combate (COC).

Se informó la elección al Comando De La Aviación Naval y se le requirió personal de Infantería de Marina para la defensa terrestre, coordinación que fue realizada, designando el comandante de la Infantería de Marina a una compañía del Batallón de Infantería de Marina N° 3 (BIM 3) a las órdenes del Teniente de Navío IM Ricardo Daniel Marega.

Entre el 24 y el 30 de abril se trasladaron los 4 T-34 y mediante helicópteros y “Skyvan”, el resto del personal de mantenimiento e Infantería de Marina con el material correspondiente, combustible en tambores y un equipo de comunicaciones con el que se comunicaron hasta último momento con Rio Grande y Puerto Argentino.

El personal de Infantería de Marina determinó el plan de defensa dándole absoluta prioridad a la pista y a los aviones, mientras que la defensa de los alojamientos quedaba a cargo del personal aeronáutico. Los oficiales de Infantería de Marina presentes eran el Teniente de Navío Marega, el Guardiamarina Mazza y el Guardiamarina Montalvo, habiendo colaborado con ellos el Teniente de Fragata Marcquard que efectuó la colocación de cargas explosivas en la pista para realizar su eventual voladura.



Shorts Skyvan PA-50 destruido en el ataque del SAS del 15 de mayo de 1982. (Foto: Horacio Gareiso vía Atilio Marino/Avialatina para el libro “Jamás Serán Olvidados, primera edición, Claudio Meunier.

En lo que respecta a la parte aeronáutica, el personal se dedicó a la puesta en servicio del 1-A-401 que tenía fallas y al mantenimiento de los demás aviones.

Este personal había sido trasladado por un “Skyvan” de la Prefectura, el cual junto a su tripulación permaneció en la isla.

Los aviadores, por otro lado, efectuaban diversas planificaciones, entre ellas: posibles navegaciones rasantes de reconocimiento, posibles formas de ataque para apoyo aéreo cercano, formas de atacar helicópteros y distintos perfiles de navegación. Se llamó a este lugar Estación Aeronaval Calderón, nombre que emulaba a uno de los campos satélites de la Base Aeronaval Comandante Espora, en Bahía Blanca.

El Teniente de Navío José María Pereyra Dozo quedó a cargo de las operaciones aéreas y el Teniente de Navío IM Ricardo Daniel Marega, de la defensa terrestre, con dependencia del Comando Naval Malvinas.

Este pequeño grupo de aviadores navales e infantes de marina, con aviones de adiestramiento primario y armamento terrestre básico cumplieron su misión, y mantuvo el pabellón argentino al tope en esa isla hasta el final.

PERSONAL DE AVIACION NAVAL

Teniente de Navío José María Pereyra Dozo (1) (2)
Teniente de Fragata Miguel Emilio Uberti (2)
Teniente de Fragata Livio César Castro (3) (4)
Teniente de Fragata Marcelo Félix Batllori (5)
Teniente de Fragata Luis Fernández Vidal (4)
Teniente de Corbeta Daniel Gustavo Manzella (4)
Suboficial Principal Aeronáutico José Sabat (5)
Suboficial Primero Aeronáutico Rubén Laureiro (5)
Suboficial Segundo Aeronáutico César Bogado (5)
Suboficial Segundo Aeronáutico Federico Leus (5)
Suboficial Segundo Aeronáutico Pablo Chiodini (5)
Suboficial Segundo Aeronáutico Osvaldo Gutiérrez (5)
Suboficial Segundo Aeronáutico Héctor Gauna (5)
Suboficial Segundo Aeronáutico Ricardo Telaina (5)
Cabo Principal Aeronáutico Alfredo Sosa (6)
Cabo Principal Aeronáutico Nelson Talone (5)
Cabo Primero Aeronáutico Carlos Avogadro (6)
Cabo Segundo Aeronáutico Marcelo Iturbe (5)

Referencias:
Jefe Estación Aeronaval Calderón.
Replegado a Puerto Argentino el 12 de mayo y evacuado al continente el 15 del mismo mes.
2° Jefe Estación Calderón.
Evacuación al continente en Twin Otter (Fuerza Aérea Argentina) el 29 de mayo.
Evacuado al continente en 2 Sea-King (A.R.A.) el 01 de junio.
Permanecieron con el personal de Infantería de Marina.



Personal de la ARA posa para la foto en la Estación Aeronaval Calderón, detrás de ellos se aprecia un Shorts Skyvan y un IA-58 Pucará. (Foto vía Lorenzo Borri) 

PERSONAL DE INFANTERÍA DE MARINA

Teniente de Navío Ricardo Daniel Marega (1)
Guardiamarina César Daniel Mazza (1) (4)
Guardiamarina Daniel Alejandro Montalvo (1)
Suboficial Segundo IM José Trejo (1) (5)
Suboficial Segundo IM Carlos Ardaist (1)
Suboficial Segundo IM José Fuentes (1)
Cabo Principal IM Carlos Iglesias (1)
Cabo Principal IM Manuel Rodríguez (1)
Cabo Principal IM Elbio Lujan (Compañía Ingenieros Anfibios) (1)
Cabo Principal IM Gerardo Gallo (agregado) (1)
Cabo Primero IM Raúl Álvarez (1)
Cabo Primero IM Ricardo Maguna (Compañía Ingenieros Anfibios) (1)
Cabo Segundo IM Juan Gullota (1)
Cabo Segundo IM José Zarate (1)
Cabo Segundo IM Carlos Ibáñez (1)

CONSCRIPTOS



Personal del Teatro Operaciones en la Isla Grande de Tierra del Fuego. Aviación Naval, ESAN. (Foto: Julio Aráoz) 

Conscripto Clase 1962 Antonio R. Alcalde Grupo MAG
Conscripto Clase 1962 Marcelo Albarado Grupo MAG
Conscripto Clase 1962 Edmundo Benavidez Jefe de Pelotón.
Conscripto Clase 1962 Alfredo Carranza Grupo MAG
Conscripto Clase 1962 Santiago Domínguez Jefe de Pelotón.
Conscripto Clase 1962 Daniel Galdeano CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1962 Juan C. García Grupo MAG
Conscripto Clase 1962 Osvaldo Giordanino Grupo MAG
Conscripto Clase 1962 Elbio Gómez CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1962 Eduardo González Grupo MAG
Conscripto Clase 1962 Luis Morandi Grupo MAG
Conscripto Clase 1962 Antonio Moyano Grupo MAG
Conscripto Clase 1962 Marcelo Nollac CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1962 Marcelo Olarte CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1962 Juan A. Olivares CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1962 Alejandro Rodrigo Mensajero
Conscripto Clase 1962 Omar Rosales Auxiliar
Conscripto Clase 1962 Arturo Sabez Mensajero
Conscripto Clase 1962 Hugo Tesoro Jefe de Pelotón
Conscripto Clase 1962 Orlando Urquiza Apuntador
Conscripto Clase 1963 Amado Albornoz Fusilero
Conscripto Clase 1963 José Almaraz Auxiliar
Conscripto Clase 1963 A. Alvez De Olivera Apuntador
Conscripto Clase 1963 Sebastián Alle CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Héctor Arobio Auxiliar
Conscripto Clase 1963 Pablo Bernal CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Luis Bonanza Fusilero
Conscripto Clase 1963 Antonio Cabrera Fusilero
Conscripto Clase 1963 Omar Calio Auxiliar
Conscripto Clase 1963 José Cantos Auxiliar
Conscripto Clase 1963 Luis Casanova CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Agustín Coronel CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Héctor Cruz Cm Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Juan Pedro Diaz CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Luis Ferrari Cm Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Oscar Fregenal Cm Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Antonio Garcia Apuntador
Conscripto Clase 1963 Martín Giles CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Alejandro Giménez CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Oscar Glaria Jefe De Pelotón
Conscripto Clase 1963 Eulogio Godoy Jefe De Pelotón
Conscripto Clase 1963 Lucas González CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 René Herrera Auxiliar
Conscripto Clase 1963 Héctor Iacopetti Cm Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Juan Ibáñez Apuntador
Conscripto Clase 1963 C. Interdonato Jefe De Pelotón
Conscripto Clase 1963 Jorge Juárez CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 José Medina Fusilero
Conscripto Clase 1963 Miguel Moya CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Osvaldo Morais 2. Grupo-1/H
Conscripto Clase 1963 Gerardo Muñoz Fusilero
Conscripto Clase 1963 Eduardo Núñez Jefe De Pelotón
Conscripto Clase 1963 José Nuñez CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Jorge Ortiz CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Luis Ortiz
Conscripto Clase 1963 Ángel Palavecino Apuntador
Conscripto Clase 1963 Mario Pellegrini Grupo MAG
Conscripto Clase 1963 Javier Ramos Jefe De Pelotón
Conscripto Clase 1963 M. Remischevsky CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Ricardo Rodríguez Jefe De Pelotón
Conscripto Clase 1963 Fernando Rojano Mensajero
Conscripto Clase 1963 Víctor Ruiz Fusilero
Conscripto Clase 1963 Juan Sánchez
Conscripto Clase 1963 Segundo Sánchez Auxiliar
Conscripto Clase 1963 Héctor Santillán CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 Teodoro Serrano Apuntador
Conscripto Clase 1963 Ángel Sierra Fusilero
Conscripto Clase 1963 Néstor Silva Apuntador
Conscripto Clase 1963 Paulino Sosa CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 José Soto Apuntador
Conscripto Clase 1963 Carlos Steurer Grupo Comando
Conscripto Clase 1963 Roque Unate Apuntador
Conscripto Clase 1963 R. Villagra Nuñez CM Sección Reserva
Conscripto Clase 1963 A. Zambelli CM Sección Reserva

Referencias:
En Borbón. No fue una compañía, sólo un equipo de combate a nivel sección tiradores.
Evacuado por helicóptero al buque hospital A.R.A. “Bahía Paraíso” el 11-06 (herido).
Evacuado por helicóptero al continente el 01-06 (enfermedad).

ESCUELA DE AVIACIÓN NAVAL: RELACIÓN DE LA PLANA MAYOR Y DOTACIÓN SELECCIONADA

Pocos días después del 02 de abril de 1982, se ordenó a la Escuadra Aeronaval Nº 1 comenzar con el adiestramiento de los pilotos en polígono previendo el despliegue de todos los medios disponibles al teatro de operaciones. Los pilotos seleccionados en esa primera etapa fueron: Teniente de Navío Pereyra Dozo, Teniente de Fragata Uberti, Teniente de Fragata Batllori y Teniente de Fragata Fernández Vidal.


Croquis de la Estación Aeronaval Calderón (Foto: Historia de la Aviación Naval Tomo III)

Surgió la necesidad de rever la técnica de efectuar los ataques con el T-34-C-1 dado que las picadas previstas para la instrucción no se adaptaban a situaciones de ataque reales debido a la baja velocidad del avión. Por ello, y ante la no existencia de tablas de tiro para este avión, se ideó un sistema de ataque diferente al acostumbrado.

Se ordenó entonces el traslado a la Base Aeronaval Río Grande, el cual se inició el día 14 de abril llevando 4 aviones: 1-A-408; 1-A-401; 1-A-411 y 1-A-412 pernoctando en la Base Aeronaval Almirante Zar (Trelew) y el día 15 de abril se arribó a la Base Aeronaval Río Grande.

Durante la permanencia en esta Base se evaluaron diferentes formas de utilizar el armamento de que se disponía ante la amenaza de las distintas armas que poseía el enemigo, pensando en utilizar al T-34C-1 para apoyo aéreo cercano, así mismo se prepararon diferentes navegaciones hacia las Islas con distintos perfiles y configuraciones, determinándose una navegación óptima con punto de no retorno a 30 millas de la Isla Gran Malvina.

Durante la permanencia en Río Grande se evaluaron diferentes distancias de despegue con distintas configuraciones y vientos.

Mientras esto sucedía, la superioridad evaluaba la posibilidad de despliegue a la pista de Darwin y posteriormente la de hacerlo a la Isla de Borbón, donde también había un aeródromo.

El día 23 de abril se incorporó al grupo de pilotos el Teniente de Corbeta Manzella y al día siguiente se efectuó el cruce de dos T-34C-1 al mando del Teniente de Navío Pereyra Dozo (1-A-401) y del Teniente de Fragata Uberti (1-A-408) a Puerto Argentino acompañados por un avión de apoyo (4-G-43) en el que cruzaron el Teniente de Fragata Fernández Vidal y un grupo de mecánicos, arribando a las 12:30 horas.

Todo el personal y los aviones permanecieron en Puerto Argentino hasta el 29 de abril. Ese mismo día y con muy malas condiciones meteorológicas en Río Grande, efectuaron el cruce los otros dos aviones a cargo del Teniente de Fragata Batllori (1-A-411), y el Teniente de Corbeta Manzella (1-A-412), pero en este caso, con destino directo al aeródromo de la Isla de Borbón, donde también se dirigió el resto desde Puerto Argentino. Los acompañó el 4-G-44, que regresó a Rio Grande.