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jueves, 22 de agosto de 2024

Costos operativos de cazas asequibles para Argentina

Los costos de tener un caza occidental "barato"

Esteban McLaren para FDRA




 

Informe comparativo sobre los costos operativos y de mantenimiento de varios aviones de combate, enfocándome en el F-16 Fighting Falcon (varios bloques), el F/A-18 Super Hornet, el Saab Gripen y el KAI F/A-50. La tabla incluye costos estimados por hora de vuelo, costos promedio de mantenimiento por año, y tiempos estimados para revisiones mayores:

AeronaveCosto por hora de vueloCosto promedio de mantenimiento por añoTiempo estimado para revisión mayor
F-16 Block 15~$22,000~$3-4 millonesCada 4,000 horas
F-16 Block 30~$22,500~$4 millonesCada 4,000 horas
F-16 Block 50~$23,000~$5 millonesCada 4,000 horas
F-16 Block 70~$25,000~$6-7 millonesCada 4,000 horas
F/A-18 Super Hornet~$24,000-$29,000~$8-10 millonesCada 6,000 horas
Saab Gripen A~$4,700~$3 millonesCada 8,000 horas
Saab Gripen E (estimado)~$6,000~$4-5 millonesCada 8,000 horas
KAI F/A-50~$7,500-$10,000~$2-3 millonesCada 5,000 horas



Se añade información sobre costo de adquisición


Para tener una idea, los valores de las columnas (1), (2) y (4) debieran ser los más bajos (azules) posibles mientras que la columna (3) uno debiera buscar el valor más alto (rojo) para encontrar la mejor opción. Como se observa en la tabla, los aviones que resultan baratos en su hora de vuelo, resultan más caro de adquirir. Asimismo, los tiempos de revisión en los F-16s se estancan en 4 mil horas mientras que en los Gripen esos valores se duplican. Increíblemente, los costos por hora de vuelo son 1/4 a 1/3 respecto de los F-16s en estos modelos suecos. Su costo de adquisición, como se estipuló, son el doble dependiendo la versión.




Esta última tabla presenta información procesada de la tabla anterior. La columna (1) presenta la relación entre el costo de adquisición y el costo de hora de vuelo. Una relación alta implica que por cada dólar de aeronave adquirida se garantiza un mayor valor en horas de uso. Campeón absoluto es el Gripen E, como se observa, y las versiones más antiguas del F-16 son que se ubican más caras en términos del costo de adquisición y un indicador de costo operativo (costo de hora de vuelo). La columna (2) indica cuantas horas de vuelo se pagan por cada millón de dólares desembolsados, una medida estándar de comparación. Los Gripen siguen siendo líderes en ello, liderazgo que se repite cuando consideramos cuánto cuesta volar 225 horas al año (promedio de 150-300 horas al año) que es lo que espera la OTAN de uso para cazas multirol. En definitiva, los Falcon no son los más baratos de operar pero si, sobre todo en el caso de Argentina con la oferta danesa, han sido de los más baratos de adquirir.
 

Puntos Clave:

  1. F-16 Fighting Falcon:

    • El costo por hora de vuelo varía ligeramente entre los diferentes bloques, siendo los bloques más nuevos (como el Block 70) más costosos de operar debido a sus avanzados sistemas y aviónica.
    • Los costos de mantenimiento aumentan con la complejidad y los avances tecnológicos de los bloques más recientes.


  2. Block 15


    Block 30

    Block 50


    Block 70
  3. F/A-18 Super Hornet:

    • Esta aeronave tiene un costo operativo por hora más alto en comparación con el F-16, en parte debido a su diseño bimotor y los requisitos de operación desde portaaviones.
    • También requiere un mantenimiento más intensivo y frecuente, lo que se refleja en los mayores costos anuales de mantenimiento.


  4. F/A-18 Super Hornet
  5. Saab Gripen:

    • El Gripen tiene uno de los costos operativos más bajos entre los aviones de combate occidentales, con costos particularmente bajos para el modelo Gripen A.
    • Se espera que el nuevo Gripen E tenga costos ligeramente más altos, pero sigue siendo competitivo debido a su enfoque en la facilidad de mantenimiento y sistemas avanzados.


  6. Gripen A


    Gripen E
  7. KAI F/A-50:

    • Como un caza ligero/entrenador, el F/A-50 es más económico de operar y mantener en comparación con cazas multifunción de primera línea como el F-16 y el F/A-18.
    • Sus costos son comparables a otros cazas ligeros, lo que lo convierte en una solución rentable para fuerzas aéreas con restricciones presupuestarias.


  8. F/A-50

 

Estas estimaciones se basan en varias fuentes, incluyendo análisis de defensa, datos de fabricantes y reportes operativos. Reflejan costos típicos y pueden variar según condiciones y uso específico. (StratPost) (Executive Flyers) (SlashGear) (Military Factory).



lunes, 12 de febrero de 2024

ARA: ARA Sarandí en dique seco en la BNPB

El Sarandí en seco



El destructor argentino ARA Sarandí (D-13) en dique seco en la Base Naval Puerto Belgrano.
Foto de Franco Fafasuli.

El ARA Sarandí (D-13) es un destructor multipropósito de la Armada Argentina que pertenece a la MEKO 360 y fue construido en los astilleros de Blohm + Voss situados en Hamburgo, Alemania Occidental.
La construcción de este buque fue autorizada bajo el «Plan Nacional de Construcciones Navales» del Comando General de la Armada, aprobado por el decreto N.º 956 «S» del 28 de marzo de 1974.
El decreto mencionado se complementó con el N.º 285 «S» del 29 de enero de 1979 que aprobó la contratación celebrada con la firma Blohm + Voss.
Este buque fue botado el 31 de agosto de 1982 siendo su madrina la señora Olga Coiradas de González.
Arribó a la Base Naval Puerto Belgrano el 21 de junio de 1984 y se incorporó a la 2.ª División de Destructores del Comando de la Flota de Mar.
Recibió su pabellón de Guerra el 14 de agosto de 1985, donado por el Club Náutico San Isidro.
El nombre hace referencia al triunfo de las armas de Buenos Aires en la Banda Oriental y de la gloriosa goleta que prestó servicio en la Armada Argentina entre 1826 y 1840.

viernes, 21 de julio de 2023

ARA San Juan: La razón por la que el buque estaba condenado desde su MLU



domingo, 2 de abril de 2023

Equipo usado: Lo barato puede ser muy caro

Comprando un equipo usado, cuando lo barato puede ser muy caro

CNIM (RE) Armando Eugenio Vittorangeli - Foro Argentino de Defensa

En los últimos días han aparecido artículos en los medios de comunicación referidos a la compra equipos usados, tanto en la Argentina como en el exterior. En algunos de ellos se ha discutido si el precio es el adecuado en función del equipo ofrecido y particularmente creo que esos análisis no son del todo completos y se basan mucho más en el sentido común que en la gestión de los activos.



La intención del presente ensayo es poner un poco de claridad a la problemática de la adquisición de equipos usados, tema no menor y muy común en países en desarrollo y que, para ser eficiente, requiere de un adecuado análisis del Costo de Ciclo de Vida.

El Ciclo de Vida son las etapas consecutivas e interrelacionadas de un sistema o equipo, desde su diseño o adquisición hasta la disposición final. (Figura 1). Un sistema productivo o de servicios que se adquiere debe ser diseñado y construido, para luego ser operado y cuando se considere conveniente, descomisionarlo.



El Ciclo de Vida tiene un costo, el cual está compuesto por la sumatoria del CapEx (gasto en capital) y el OpEx (Gasto en Operación). Como se ve en la figura 1, normalmente se considera que, del Costo Total de Ciclo de Vida, el CapEx insume el 20 % correspondiendo el resto al OpEx, pero en el caso de las aeronaves esa relación puede ser bastante diferente.

Existen varios métodos para calcular el Costo de Ciclo de Vida, casi todos normalizados y estandarizados, en los cuales se indican procedimientos y fórmulas para su cálculo, que no vienen al caso en este ensayo.



El primer tema a tener en cuenta al comprar un equipo usado es el “Efecto Iceberg” (Figura 1), porque lo primero que se ve y suele ser lo más atractivo, es el costo de adquisición.

No tener en cuenta los costos no visibles puede conducir a un “desastre” y el Costo Total del Ciclo de Vida calculado termina siendo muy distinto al real.

También existen otros factores que pueden afectar la determinación real de los costos de un equipo, como ser procesos inflacionarios, devaluaciones, costos ocultos, rigideces presupuestarias, etc., los cuales pueden conducir a inexactitudes al momento de calcular el Costo de Ciclo de Vida y producir errores que podrían afectar la toma de decisiones.

Para analizar la compra de un equipo usado, o compararlo con otras alternativas, se deben tener en cuenta varias cuestiones, de las cuales solo analizaré las que considero más importantes, que son:

1. Cumplimiento de los Requerimientos Operativos:

Esta es la base de cualquier análisis, porque en este punto se determina la “necesidad” del equipo. Es fundamental que los usuarios intervengan en la determinación de dichos requerimientos porque son los que tienen la experiencia adecuada como para formularlos. Además, se deberían tener en cuenta, entre distintas alternativas, el costo de operación de cada equipo ofrecido, el cual constituirá parte del OpEx. En este punto se define la “aptitud” del equipo.


La compra de los Westland Wessex por parte de Uruguay tuvo un costo inicial muy bajo, pero en poco tiempo su operación se volvió insostenible. Foto: Santiago Rivas.

2. Estado operativo actual del equipo:

Si el equipo está operativo se debería verificar el estado de sus sistemas y el tiempo calendario / horas de funcionamiento para el próximo mantenimiento mayor. El costo del mantenimiento mayor requerido debería formar parte del CapEx y este debería ser introducido, con su duración, en el momento del cronograma de vida útil que corresponda, considerando además el costo de los servicios que sería necesario contratar para cumplir con la función del equipo mientras se lleve a cabo ese mantenimiento.

Si es un equipo que no está operativo o si lo está, pero debe ser modernizado / modificado, se debería pasar directamente al punto 3.

3. Reparaciones / actualizaciones necesarias:

Es un tema no menor que afectará el CapEx. Se deberían tener en cuenta todas las reparaciones o modernizaciones necesarias, incluyendo su costo y la demora prevista para entrar en servicio. Si la necesidad de contar con el equipo es perentoria o su falta conduce a gastos mayores, en el caso de tener más de una alternativa de debería considerar la diferencia en los plazos de entrega entre las mismas, ya que el no tener el equipo generará un costo adicional derivado de la necesidad de contar con un servicio de reemplazo.

4. Vida útil remanente del equipo:

Va de suyo que no es lo mismo adquirir un equipo usado casi nuevo, que uno al que le queda un tiempo de vida útil limitado. No solo debe pensarse en tiempo calendario, en estos casos es fundamental verificar las horas de funcionamiento remanentes de sus componentes críticos en función de las horas de uso promedio previstas por año. Ejemplo de ello es la estructura de un avión. Esto dará un horizonte temporal al cronograma sobre el cual se debería estudiar y calcular el OpEx.


Parte de la flota de F-5 de Brasil se compró usada, pero en un buen estado que permitió asimilarlos a los F-5 ya existentes y modernizarlos, manteniéndose operativos a más de 30 años de haber sido incorporados. Foto: Santiago Rivas.

5. La obsolescencia presente y futura del equipo:

La obsolescencia presente y futura del equipo es un elemento fundamental para planificar y decidir las acciones a adoptar si se desea que el equipo satisfaga las necesidades para el cual fue adquirido en la vida útil prevista. Existen varios tipos de obsolescencias, que Solorzano en su trabajo “Obsolescencia en el ámbito Industrial”[1] agrupa de la siguiente forma:

  • Obsolescencia debido a regulaciones de seguridad y ambientales: Cuando deja de cumplirlas.
  • Obsolescencia por pérdida de la integridad mecánica: cuando el desgaste que presenta un equipo, en un momento dado de su ciclo de vida, puede generar un elevado nivel de riesgo por una alta probabilidad de falla por pérdida de hermeticidad, resistencia a las condiciones de operación, resistencia a la fatiga, etc. Esta condición impide el cumplimiento de su función.
  • Obsolescencia Funcional: cuando el equipo ya no puede realizar adecuadamente la función para la cual fue diseñado.
  • Obsolescencia Tecnológica: cuando el fabricante del equipo, partes y repuestos notifica que ha dejado de producir los repuestos correspondientes a un modelo específico.
  • Obsolescencia Económica: cuando los costos de operación del equipo se incrementan en el tiempo como producto de su nivel de desgaste, haciéndolo ineficiente económicamente.
  • Obsolescencia Técnico-Económica: cuando el fabricante del equipo notifica que ha dejado de producir un equipo específico, pero las partes y repuestos asociadas al mismo pueden ser manufacturadas bajo la modalidad de necesidades individuales, es decir a precios muy elevados. Esto representa un incremento en los costos del ciclo de vida del equipo que podría llevarlo a la ineficiencia económica (Esta situación también produce un incremento en los plazos de entrega de los repuestos que reduce la disponibilidad. N del A).
  • Obsolescencia Programada: cuando el fabricante introduce de forma intencional la obsolescencia en su estrategia de producción de componentes, con el objetivo de generar un volumen de ventas reduciendo el tiempo entre compras.

Estudiar las obsolescencias de un equipo usado es determinante. Por ejemplo, se ofrece una aeronave que está operativa, en muy buen estado de conservación y con poco uso, que no requiere reparaciones o actualizaciones en lo inmediato, pero sus turbinas entraran en Obsolescencia Técnico-Económica en 5 años. Lo que parecía una gran oportunidad tiene altas chances de pasar a ser un problema, porque cambia totalmente el Costo Total de Ciclo de Vida.

Paralelamente, si el equipo no está operativo se debería verificar si puede ser recuperado en función de las obsolescencias que presenta o si con una mejora tecnológica (modernización) recuperará las capacidades originales u obtendrá nuevas aptitudes tecnológicas que le permitan satisfacer la necesidad fijada en la necesidad y salir de las obsolescencias. Se debería verificar especialmente temas como fatiga en estructuras, estado y confiabilidad de los subsistemas o componentes críticos y los que no serán recorridos y la eficiencia del sistema en su conjunto.

Aparecerán otras cuestiones que superarán la ecuación de costos. Para este ejemplo se podría pensar en que cuando las turbinas dejen de tener repuestos, existiría la opción de cambiarlas por otras nuevas, pero surgirán preguntas como ¿será factible ese cambio?, ¿soportará la estructura el nuevo tipo de turbinas que están en uso?, ¿Cuántos otros subsistemas deberían ser modificados por el cambio de turbinas? El caso del Boeing 737-8 MAX lo muestra claramente. De ser factible llevarse a cabo, ¿Cuánto costará esa modernización?, y por último ¿Cuánto costará el servicio del que cumplirá la función del que está en reparaciones mientras duren las mismas?

La obsolescencia es un tema capital que nunca debería ser soslayado en este tipo de análisis.

6. Frecuencias y costo de mantenimiento:

Entre diferentes alternativas con distintos equipos se deberían analizar las diferencias que existen en el mantenimiento de cada uno de ellos a lo largo de la vida útil prevista y su costo.

Hay una parte que corresponderá al CapEx, por ejemplo, la adquisición de información técnica; equipos y herramientas para mantenimiento, diagnóstico y calibraciones; capacitación de operadores y mantenedores; e infraestructura necesaria, todo en función de la Política de Mantenimiento que se fije.

Dentro del OpEx deberían tenerse en cuenta el costo de los servicios tercerizados de mantenimiento y los de mano de obra, insumos y repuestos para los que se ejecuten dentro de la organización dueña del equipo, en función de la Política de Mantenimiento que se fije.

En este punto cobra especial importancia la existencia en la organización de equipos similares, cuya logística y mantenimiento sean homólogos.

En este punto deberían tenerse en cuenta si existen condicionantes políticos que impidan obtener los repuestos necesarios para mantener el equipo en óptimo funcionamiento.


La incorporación de Mirage 50EV por parte de Ecuador fue tan problemática que los aviones apenas volaron unas 120 horas en dicho país. Foto: Santiago Rivas.

Conclusiones

Adquirir un equipo usado puede ser, en muchas ocasiones, una solución y así lo demuestra el mercado. El problema radica en cómo seleccionarlo para que sea eficiente.

Si solo se mira el estado en que se encuentra y el precio de venta, se están dejando demasiadas variables libradas al azar y a la buena fe del vendedor.

Por el contrario, si se verifican y cuantifican todas las variables indicadas en este ensayo, la toma de decisiones se hará sobre bases sólidas y dejando casi nada librado al azar, evitando que lo barato termine resultando muy caro.

Si se presenta más de una alternativa, se debería verificar:

  1. La Aptitud de cada alternativa, o sea, si satisfacen la necesidad y los requerimientos operativos.
  2. Para las alternativas Aptas, se deberá verificar la Factibilidad de ser llevada a cabo en los términos planeados, teniendo especialmente en cuenta las consideraciones indicadas en este ensayo.
  3. Para las alternativas Factibles, determinando el horizonte de empleo de cada una, analizar el Costo de Ciclo de Vida de las mismas asegurando la combinación óptima de los costos de capital y los costos operativos en el tiempo esperado de vida útil, teniendo en cuenta además las capacidades de financiamiento del proyecto y las cuestiones políticas que puedan afectar su soportabilidad en el futuro.

martes, 27 de septiembre de 2022

ARA San Juan: Lo hundió la política de defensa del kirchnerismo

Dedicado a los retrasados mentales de la secta K que buscan afanosamente sacarse de encima la responsabilidad del pésimo mantenimiento del ARA San Juan que derivó en la muerte de toda su tripulación. Ni olvido ni perdón. Cuando la chapuza gobierna, muertos se carga. Ningún país resiste al peronismo, es el culto del fracaso, la corrupción y la muerte.

sábado, 11 de diciembre de 2021

Adoctrinamiento: Rusia ahora distrae con 16 MiG-35 mientras quiere mandar militares argentinos a academias rusas

Militares argentinos serán entrenados en academias rusas

Rusia y Argentina firmaron este 9 de diciembre un contrato para instruir a militares argentinos en academias rusas. Buenos Aires busca además, atraer inversiones rusas y dinero para refinanciar su deuda externa.
DW



Batallón de infantería moscovita, una de las escuelas militares más duras del mundo

El viceministro de Defensa de Rusia, el coronel general Alexander Fomin, mantuvo este jueves una reunión con el secretario de Asuntos Internacionales para la Defensa, Francisco Cafiero. Empieza el chavismo a afirmarse en Argentina: ahora adoctrinarán tropas para defender al regimen.

Durante el encuentro abordaron temas de actualidad de la cooperación militar y técnico-militar ruso-argentina y se delinearon los pasos a seguir para su desarrollo. Asimismo, se firmó un contrato "sobre la admisión de personal militar de la República Argentina en las instituciones de educación militar del Ministerio de Defensa de la Federación de Rusia".



"Las conversaciones se llevaron a cabo en un ambiente amistoso y confirmaron la disposición mutua a seguir construyendo una cooperación integral entre los departamentos de defensa", afirmó el Ministerio de Defensa ruso.

Fernández le promete a inversores rusos que podrán girar dólares al exterior

En ese contexto, el Gobierno de Alberto Fernández recibió este 7 de diciembre a una comitiva de 32 empresarios rusos en la Casa Rosada. En los encuentros, que duran toda la semana, participan ejecutivos del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), Sovcombank (finanzas), Hevel Group (energía solar), TMH (ferrocarriles), Solway (minería), Qiwi (servicios de pago), Uomz (sistemas ópticos militares), Kamaz (transporte), TUI (turismo), Rosgeology (exploración) y ExactFarming (servicios digitales para agroindustria). La comitiva liderada por el fondo ruso y el Sovcombank comentó su trabajo en cada rubro, las posibilidades en Argentina y su interés en inversiones.

La idea en el Gobierno es reproducir el "modelo" adoptado con la Sputnik V, que permitió a la Argentina comprar de 30 millones de vacunas financiadas por el fondo ruso y en un segundo momento fabricarlas en el país, con la posibilidad de exportarlas. Ese esquema es el que se busca profundizar ahora mediante incluso la creación de empresas con capitales rusos y argentinos.

La visita desde Moscú coincidió con las negociaciones que mantiene una misión argentina con el FMI en EE.UU. para cerrar un acuerdo lo antes posible para refinanciar la deuda. Preocupado por dotar de reservas al Banco Central, el Gobierno busca despejar los fuertes vencimientos de deuda en 2022, atraer inversiones externas y explorar fuentes alternativas de financiamiento.

Los visitantes rusos indagaron sobre la posibilidad de emitir deuda por parte de las compañías privadas y financiar proyectos en la economía real, pero también se mostraron inquietos por el temor a no poder repatriar capitales ante los controles de cambio vigentes, por lo que se les aseguró que el Banco Central flexibilizó las restricciones para nuevas inversiones.

"Los tipos quieren saber si vienen, si se pueden ir y no quedan atrapados en Argentina", dijo una fuente oficial tras una reunión mantenida con autoridades del RDIF y empresarios rusos.

jov (efe, clarín)



sábado, 4 de septiembre de 2021

Malvinas: ARA San Luis, cuando el enemigo habla bien de tí

La guerra de las Malvinas casi tuvo un final trágico para los británicos

Gracias a un poco de suerte, Gran Bretaña evitó pérdidas masivas.
por Sebastien Roblin || The National Interest



Esto es lo que necesita saber: la breve pero sangrienta guerra naval que ocurrió en 1982 sobre las Islas Malvinas, conocidas como las Malvinas en Argentina, se considera típicamente como un triunfo del poder naval británico. Un grupo de trabajo de la Royal Navy logró rechazar fuertes ataques aéreos para recuperar el archipiélago del Atlántico Sur de manos de las tropas argentinas.

La breve pero sangrienta guerra naval que ocurrió en 1982 sobre las Islas Malvinas, conocidas como Malvinas en Argentina, se considera típicamente como un triunfo del poder naval británico. Un grupo de trabajo de la Royal Navy logró rechazar fuertes ataques aéreos para recuperar el archipiélago del Atlántico Sur de manos de las tropas argentinas.

Durante la mayor parte de la guerra, un submarino diésel argentino solitario, el San Luis, se opuso a la Royal Navy en el mar. El San Luis no solo regresó a casa ileso por las más de doscientas municiones antisubmarinas disparadas por buques de guerra y helicópteros británicos, sino que emboscó dos veces a fragatas antisubmarinas. Si las armas hubieran funcionado según lo previsto, la victoria británica podría haberse comprado a un costo mucho mayor.

La junta militar gobernante de Argentina se apoderó de las disputadas Islas Malvinas de manera oportunista para sumar puntos políticos en casa. Sin esperar una guerra real, la junta calculó mal la rapidez con la que la primera ministra británica Margaret Thatcher escalaría contra el uso de la fuerza con la suya.

Esta falta de planificación se manifestó en la falta de preparación de la flota de submarinos de la Armada Argentina. Uno estaba en tan decrépito estado que no podía sumergirse con seguridad, mientras que el Salta más moderno estaba siendo reparado. El Santa Fe más viejo insertó hombres rana para ayudar en la invasión inicial el 2 de abril. No fue hasta el día siguiente que el submarino más moderno disponible, el San Luis, recibió órdenes en su muelle de Mar de Plata para partir en una patrulla de combate alrededor. la zona de las Malvinas.

El San Luis era un submarino diésel alemán Tipo 209 construido en grandes cantidades para servir como un submarino más pequeño y rentable para los países menos ricos. Desplazando sólo 1.200 toneladas con una tripulación de treinta y seis, el San Luis llevaba catorce torpedos antisubmarinos Mark 37 y diez torpedos guiados por cable SST-4 fabricados en Alemania para su uso contra objetivos de superficie. Podía nadar a cuarenta y dos kilómetros por hora bajo el agua o veintiuno en la superficie, y tenía una profundidad máxima de buceo de quinientos metros.

Sería un cliché común a muchas historias de logros militares inverosímiles enfatizar la habilidad de la tripulación del San Luis, pero de hecho, los mejores oficiales de submarinos de Argentina estaban en Alemania en el momento de la Guerra de las Malvinas. En su lugar, el San Luis se conformó con suboficiales encargados de muchos departamentos claves del barco. Su comandante, el capitán de fragata Fernando Azcueta, era un submarino veterano, pero no tenía mucha experiencia con el modelo Tipo 209.

Además, el San Luis estaba en pésimas condiciones y tuvo que someterse a reparaciones rápidas e incompletas. Su snorkel tenía fugas, sus bombas de achique no funcionaban bien y uno de los cuatro motores diésel no funcionaba. Los buzos pasaron casi una semana entera tratando de limpiar los crustáceos del casco y la hélice del San Luis, que impedían la velocidad y el sigilo de la embarcación.

El submarino argentino finalmente se hizo a la mar el 11 de abril y se colocó en una posición de espera mientras la situación política continuaba deteriorándose. Las cosas no tuvieron un comienzo prometedor. El sistema de control de fuego del San Luis le permitió guiar automáticamente tres torpedos simultáneamente después del lanzamiento. Entonces, por supuesto, se averió después de solo ocho días en el mar, y ninguno de sus suboficiales sin experiencia sabía cómo arreglarlo. La tripulación solo podría lanzar un torpedo a la vez bajo guía manual por cable. Aún así, se decidió que el San Luis debía continuar con su misión.

Mientras tanto, el 17 de abril se envió el Santa Fe, un antiguo submarino de la clase Balao que había servido a la Armada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, para transportar marines y técnicos para reforzar a las tropas que se habían apoderado de la isla de Georgia del Sur. Aunque desplegó con éxito las tropas el 25 de abril, no pudo partir lo suficientemente rápido y fue detectado a las 9 a.m. por el radar de un helicóptero Wessex británico, al que pronto se unieron helicópteros Wasp y Lynx. El Santa Fe fue dañado por dos cargas de profundidad, fallado por un torpedo, alcanzado por misiles antibuque AS-12 y ametrallado por fuego de ametralladora. El capitán hizo varar el submarino, que fue capturado junto con su tripulación por tropas británicas poco después. El ataque al Santa Fe marcó los primeros disparos de la campaña británica.

Al día siguiente, se ordenó al San Luis zarpar hacia las aguas alrededor de las islas en disputa, y el día 29 se le autorizó a disparar contra cualquier buque de guerra británico que encontrara.

Sin embargo, la Royal Navy había interceptado las comunicaciones del San Luis y desplegó sus helicópteros y fragatas para cazarlo. Según un recuento, la Royal Navy tenía diez fragatas o destructores y un porta-helicópteros asignados al menos en parte a tareas antisubmarinas, así como seis submarinos de patrulla.

El 1 de mayo, el sonar pasivo del San Luis detectó el HMS Brilliant y el Yarmouth, ambos fragatas antisubmarinas especializadas. Azcueta lanzó un torpedo SST-4 a una distancia de nueve kilómetros, pero poco después del lanzamiento, los cables de guía del torpedo se cortaron. Azcueta rápidamente se sumergió en su submarino para esconderse en el fondo del mar. El Brilliant detectó el ataque, y las dos fragatas y sus helicópteros iniciaron una frenética búsqueda de posibles contactos de sonar. Lanzando treinta cargas de profundidad y numerosos torpedos, los barcos británicos volaron con éxito varias ballenas por sus esfuerzos.

Al día siguiente, el submarino británico Conqueror torpedeó al crucero argentino General Belgrano, que se hundió junto a 323 miembros de su tripulación. Toda la flota de superficie argentina se retiró posteriormente a las aguas costeras, dejando al San Luis como el único buque argentino opuesto a la fuerza de invasión británica. Los barcos y helicópteros británicos comenzaron a informar contactos de sonar y avistamientos de periscopios en todas partes, y lanzaron nueve torpedos en aguas que el San Luis nunca llegó a acercarse.

La tripulación del San Luis, por su parte, pensó que había sido atacada por un submarino británico el 8 de mayo, y luego de realizar maniobras evasivas, lanzó un torpedo Mark 37 contra un contacto submarino. Se escuchó la explosión del torpedo y se perdió el contacto. Esto también era probablemente una ballena.

Dos días después, San Luis detectó las fragatas antisubmarinas Tipo 21 HMS Arrow y Alacrity en el paso norte del Falkland Sound. Enmascarado por el ruido producido por las rápidas fragatas, el San Luis se deslizó a cinco kilómetros del Alacrity, disparó otro torpedo SST-4 y preparó un segundo para el lanzamiento.

Una vez más, los cables del SST-4 se cortaron poco después del lanzamiento. Sin embargo, algunos relatos afirman que el torpedo en realidad golpeó un señuelo remolcado por el HMS Arrow, pero no detonó. Azcueta desistió de disparar el segundo torpedo y ordenó al San Luis que se retirara para evitar un contraataque.

Sin embargo, los barcos británicos siguieron navegando, sin darse cuenta del ataque. ¡El capitán de la prontitud ni siquiera se enteró de la llamada cercana hasta después de la guerra!

Desmoralizado, Azcueta comunicó por radio que los torpedos eran inútiles y recibió permiso para regresar a la base, lo que logró el 19 de mayo. La guarnición argentina se rindió el 14 de junio antes de que el San Luis pudiera ser devuelto al mar. Quince años después, el San Luis se convirtió en uno de los tres submarinos Tipo 209 que se desmantelaron después de una revisión incompleta. Otros cincuenta y nueve sirven en varias armadas.

¿Qué salió mal con los torpedos del San Luis? Hay media docena de explicaciones, que sostienen que los errores de la tripulación y las fallas técnicas son culpables. El fabricante AEG afirmó primero que los torpedos habían sido lanzados desde demasiado lejos y sin contacto activo con el sonar. Otro reclamo es que las tripulaciones argentinas equivocada y invirtió la polaridad magnética de los giroscopios en los torpedos, haciendo que se desvíen. Sin embargo, también hay evidencia de que los torpedos no armaron sus ojivas y no pudieron mantener la profundidad. Sugestivamente, AEG implementó numerosas mejoras al torpedo después del conflicto de las Malvinas.

El San Luis no era un súper submarino ni tenía una súper tripulación. Sin embargo, beneficiándose de un comandante competente que utilizaba tácticas ordinarias, logró dar vueltas en torno a una docena de fragatas antisubmarinas de una de las armadas más capaces del mundo, y podría haber hundido fácilmente varios buques de guerra si sus torpedos hubieran funcionado como se esperaba.

La Royal Navy, por su parte, gastó cientos de costosas municiones antisubmarinas y envió 2.253 salidas de helicópteros persiguiendo contactos falsos; sin detectar el San Luis en ninguna de las ocasiones, se acercó al campo de tiro.

La guerra submarina real ha sido, afortunadamente, extremadamente rara desde la Segunda Guerra Mundial. La experiencia de Malvinas sugiere que los submarinos diesel baratos podrían ser muy difíciles de contrarrestar incluso cuando se enfrentan a adversarios bien entrenados y equipados.

jueves, 25 de julio de 2019

ARS: Se entrega el ferry B-31 reparado a la ARA

El Astillero Río Santiago entregó a la Armada el Ferry B-31 reparado

Poder Naval Argentino

 


El Astillero Río Santiago finalizó las tareas de reparación del casco del ferry "B31" de la Armada Argentina en sus instalaciones de la empresa naval en Ensenada, provincia de Buenos Aires.

La embarcación fue sometida a distintos trabajos que incluyeron carenado de casco completo sobre obra viva, con esquema de pintura y faja de flotación, se informó hoy.

Además, "se procedió a la instalación de los extremos popeles y proeles, entre otras reparaciones de la embarcación utilizada para el traslado de cadetes de la Escuela Naval Militar Naval Militar Río Santiago de Ensenada", precisaron fuentes del Astillero.









Fuente: Telam - Fotos ARS

domingo, 2 de junio de 2019

USAF: Los costos de implementación del F-35A y F-15EX

F-15EX y F-35A: El futuro de la superioridad aérea estadounidense

Brad Orgeron  ||  War on the Rocks




Cuando el jefe de personal y el secretario de la Fuerza Aérea confirmaron que la solicitud de presupuesto del servicio para el año fiscal 2020 incluiría dinero para los aviones F-15EX, iniciaron un debate masivo entre los estrategas del poder aéreo y los planificadores de la defensa. Muchos argumentos en contra del F-15EX se centran en la necesidad de invertir en aviones de quinta generación, destacando específicamente el F-35A, y las ventajas del sigilo y los sensores avanzados para contrarrestar las amenazas rusas y chinas. Por otro lado, los líderes de la Fuerza Aérea y del Departamento de Defensa se han centrado en la necesidad de mantener la capacidad de combate y mantener los costos bajos.

Si bien es interesante, la conversación no aborda el problema más profundo: el deterioro de la flota F-15C de la Fuerza Aérea y las posibles brechas en el cumplimiento de misiones clave de superioridad aérea. Esto no debería ser una discusión específica sobre si el F-15EX o el F-35A es un mejor sistema de armas. Más bien, la discusión debe centrarse en cómo satisfacer mejor las demandas de poder aéreo con recursos limitados y una flota F-15C bien pasada su vida útil y que necesita una inversión considerable para seguir volando. La Fuerza Aérea, el Departamento de Defensa y el Congreso no deben perder la oportunidad de utilizar el presupuesto del año fiscal 20 para invertir en una solución.

Este artículo describe la necesidad de aviones de combate de superioridad aérea dedicados y explora cuatro opciones para mantener esta capacidad crítica en los próximos 20 años. En última instancia, los nuevos aviones volverán a la inversión al vender el F-15C. La combinación adecuada de aviones de cuarta y quinta generación proporcionará la fuerza más letal y rentable al usar las distintas ventajas de cada uno, al tiempo que protege contra las debilidades inherentes del diseño de cualquiera de los dos.

F-15C: Todavía importante, pero cerca del final

Los planes originales de la Fuerza Aérea habrían provisto una flota de cazas de quinta generación compuesta por un gran número de F-22 y F-35. Desafortunadamente, la Fuerza Aérea no puede satisfacer las demandas de la Estrategia de Defensa Nacional sin mantener la capacidad de la cuarta generación.

La Fuerza Aérea opera 234 aviones F-15C / D principalmente desde dos bases de servicio activo en el extranjero y seis instalaciones de la Guardia Nacional Aérea. Como un caza dedicado a la superioridad aérea puramente enfocado en el combate aire-aire, se destaca en misiones de contraataque defensivas como la defensa de la base nacional y avanzada, y la protección de activos aéreos de alto valor (por ejemplo, comando y control aéreos; inteligencia, vigilancia, y aviones de reconocimiento y petroleros). Sin embargo, la aeronave no es sigilosa y enfrenta desafíos considerables que operan en entornos en disputa con sistemas avanzados de misiles tierra-aire.

Esto no significa que el F-15C y otros aviones de cuarta generación no puedan contribuir a una estrategia centrada en la competencia de gran potencia. Existen numerosas misiones que no requieren que las aeronaves operen en el espacio aéreo disputado. Por ejemplo, desde el 11 de septiembre, los aviones de cuarta generación han estado en alerta las 24 horas del día, los 365 días del año en todo el país, en apoyo de la defensa aérea bajo la Operación Noble Eagle. Los aviones de cuarta generación también continúan sobresaliendo en el apoyo a los objetivos de comandantes de combate en todo el Medio Oriente bajo Operaciones Libertad Duradera y Resolución Inherente. El uso de F-15C para estas misiones libera a los F-35 y F-22 para penetrar en misiones ofensivas de contra-aire y de ataque. Además, los F-15C proporcionan una considerable capacidad de cargadores y transportan ocho armas aire-aire, el doble de la carga útil interna de un F-35A. En las regiones disputadas, la combinación de F-15C con aviones de quinta generación puede sacar el máximo provecho de ambas plataformas. Las plataformas de quinta generación, como los F-22 y F-35, pueden usar sensores ocultos y avanzados para explotar el espacio de batalla en disputa, mientras que los F-15C con grandes cargas de armas externas pueden atacar formaciones enemigas. Juntos, la fuerza combinada es letal y rentable, y crea problemas complejos para los adversarios.

Como otro ejemplo de por qué se necesita una combinación de aeronaves, la pequeña flota actual de 186 aeronaves F-22 son los cazas de superioridad aérea más avanzados y capaces del mundo. Sin embargo, tienen la peor tasa con capacidad de misión en la Fuerza Aérea debido a la estructura organizativa, los requisitos de alerta de la misión, las demandas únicas de recubrimientos ocultos y las oportunidades de capacitación limitadas. Los planes originales de la Fuerza Aérea para adquirir 749 aviones F-22 y desinvertir completamente el F-15C habrían asegurado la capacidad y capacidad necesarias de combate de superioridad aérea. Cuando la compra del F-22 se terminó prematuramente en 2009, esto dejó una brecha de capacidad y hoy en día simplemente no hay suficientes F-22 para obtener todas las misiones de superioridad aérea. Es importante que la Fuerza Aérea retenga algunos aviones de cuarta generación que puedan abordar misiones de defensa aérea y de superioridad aérea que el F-22 no tiene la capacidad de cumplir.

Se necesita un número suficiente de aviones y escuadrones para mantener la preparación y mantener las operaciones de combate. Para cada escuadrón de combate desplegado, la Fuerza Aérea necesita dos estaciones en casa que se reconstituyan, entrenen y preparen para el despliegue. Los aviones en vuelo continuo o los escuadrones desplegados desgastarían a las personas y los equipos mientras conducían hacia abajo en la preparación. Debe haber tiempo para el mantenimiento y entrenamiento, y durante el combate, debe haber flexibilidad para aceptar pérdidas y continuar las operaciones. Los cuadros de aviones de cuarta generación como el F-15C serán críticos para permitir que las flotas F-22 y F-35 se centren en misiones de superioridad aérea de alta gama o en capacidades de contra-aire penetrante.

Entonces, ¿por qué no simplemente mantener el F-15C? Desafortunadamente, el venerable caza ha llegado al final de su vida útil. El último F-15C salió de la línea de ensamblaje a mediados de los años ochenta. Según datos internos de la Agencia de Análisis de Costos de la Fuerza Aérea, el F-15C tiene uno de los costos por hora de vuelo más altos en la Fuerza Aérea, alcanzando un máximo de $ 42,845 en el año fiscal 2015. El libro de justificación de las estimaciones de presupuesto del Departamento de Defensa para el AF2020 señala: “Muchos F-15C / D están más allá de su vida útil y tienen riesgos de estructuras SERIAS, problemas de desgaste y piezas obsoletas. Los objetivos de preparación son inalcanzables debido a las continuas inspecciones estructurales, las reparaciones que llevan mucho tiempo y los esfuerzos de modernización en curso ".

Las preocupaciones de mantenimiento con la flota del F-15C han sido continuas desde que un avión de la Guardia Nacional Aérea de Missouri se partió a la mitad durante el vuelo en 2007. En los últimos años, los escuadrones del F-15C se enfrentaron a múltiples conexiones a tierra no planificadas por motivos de seguridad. Personalmente, he tenido varias emergencias complejas durante el vuelo que resultaron en aterrizajes de emergencia, contrataciones por cable y algunos viajes al hospital luego de eventos rápidos de descompresión. Existe una buena razón por la que el esfuerzo del ex Secretario de Defensa para mejorar la preparación de los cazas excluyó al F-15C: ya no es posible. A medida que las aeronaves superan su vida útil límite de servicio, los números del F-15C reducirán 52 aeronaves por debajo del inventario total actual de aeronaves para 2023. Ahora, el servicio necesita un plan asequible para llenar el vacío que no lo deja con aeronaves costosas y antiguas.

Resolviendo el Reto de Preparación F-15C

Aquí, examino cuatro opciones para resolver este problema, cada una con diferentes costos, riesgos y ventajas. Cada opción evalúa los costos de operar 235 aeronaves que vuelan 250 horas por año y proporciona una comparación de costos al reemplazar 80, 150 o 235 F-15C. Este análisis se basa en un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso de 2018, “Costos operativos del envejecimiento de las aeronaves de la fuerza aérea”, que aplica un modelo teórico del ciclo de vida de una aeronave a sus costos operativos, como se muestra en la Figura 1. Nuevos sistemas, como el F -35A, se asume que se encuentran en la fase inmadura y logran un costo decreciente y una confiabilidad cada vez mayor. Los sistemas establecidos, como el F-15EX con una línea de producción abierta durante 40 años, están en la fase de madurez y logran costos estables y confiabilidad estable. Finalmente, el F-15C se encuentra en la fase de envejecimiento con el aumento de los costos operativos, calculados en un 2 por ciento anual y una menor confiabilidad. Los datos para este análisis, proporcionados por la Agencia de Análisis de Costos de la Fuerza Aérea, utilizan el costo operacional por hora de vuelo (CPFH, por sus siglas en inglés) utilizando los costos totales de propiedad menos los costos indirectos y los dólares de año constante normalizados por inflación hasta 2012 (CY12).


Figura 1. Fuente: Oficina de Presupuesto del Congreso basada en K.R. Sperry y K.E. Burns, modelado de costos de ciclo de vida y simulación para determinar el servicio económico del envejecimiento de las aeronaves (octubre de 2001).

Se puede ver un resumen del análisis en la Figura 2, que compara el costo de las adquisiciones y operaciones de F-15EX y F-35A con los costos de modificación y mantenimiento del F-15C durante los próximos 20 años. La Figura 3 demuestra que los costos de adquisición de los nuevos sistemas de armas serán entre 12 y 15 mil millones más caros a corto plazo que intentar mantener los aviones más antiguos. Sin embargo, los costos de adquisición de nuevas aeronaves se compensarán con el tiempo debido a los altos costos de operación y mantenimiento del F-15C más antiguo.

Ambas Figuras 2 y 3 indican que los costos de operación y mantenimiento de F-15C que se aproximan a 2040 comenzarán a superar los costos de adquisición y operación de nuevos sistemas de armas. Además, para el año 2040, cualquier F-15C restante encontrará fatiga estructural adicional de los componentes críticos, incluidos el fuselaje y los mamparos, y deberá ser conectado a tierra nuevamente o reconstruido a un costo y tiempo significativos. Esto requerirá que la Fuerza Aérea tome otra decisión en 2040 sobre si invertir aún más dinero en cazas de 55 años o finalmente comprar un avión nuevo.


Figura 2. Costos totales de adquisición, operación y mantenimiento


Figura 3. Comparación de costos acumulativos con los costos de mantenimiento, operación y mantenimiento de la vida útil del F-15C

Opción 1: Extender y actualizar la flota F-15C. Esta opción esencialmente aceptaría las preocupaciones de mantenimiento actuales y las bajas tasas de preparación asociadas con el mantenimiento de aviones de combate de 35 a 40 años. Bajo esta opción, la Fuerza Aérea restauraría los viejos armazones de los aviones F-15C para que sigan volando hasta 2040, mientras actualiza los sistemas clave para mantener a las aeronaves al día con las amenazas proyectadas. De acuerdo con el Estimado de la Oficina del Programa F-15C, los componentes estructurales críticos podrían reemplazarse, incluyendo las alas más largas, por $ 12.1 millones por avión. Completar estas reparaciones llevaría varios años y las tasas de preparación se retrasarían a medida que las aeronaves fueran retiradas de los escuadrones operativos y enviadas a los depósitos. Se necesitaría financiamiento adicional para actualizar los armazones de avión con la nueva aviónica, incluidos $ 3.4 mil millones para el Sistema de Pasivo de Alerta Activa de Eagle que ofrece capacidades de guerra electrónica actualizadas y críticas para operar en entornos en disputa. En total, una inversión de $ 5 mil millones en reparaciones estructurales de aeronaves y más de $ 2 mil millones en costos operativos anuales podrían proporcionar otros 15 años de vida útil.

Esta opción no es defendida actualmente por nadie, pero es muy probable que sea el resultado de una falla en la asignación de recursos para la adquisición de nuevos sistemas de armas. Requiere la menor inversión inicial pero mantiene el costo operativo más alto en el tiempo. Además, la flota del F-15C permanecerá en niveles bajos de preparación y habrá menos aviones disponibles para respaldar la tarea militar mientras se restauran. Durante 20 años, la Fuerza Aérea comprometería aproximadamente $ 58 mil millones pero aún tendría cero aviones operativos para 2040.

Opción 2: Reemplace F-15Cs con F-15EXs. La Fuerza Aérea y el Departamento de Defensa no han tenido claro si todos los F-15C serían reemplazados por los F-15EX según el nuevo plan. Según el mayor general David Krumm, director de planes estratégicos de la Fuerza Aérea, “hay un 80–90 por ciento en común” entre el F-15C y el F-15EX. La compra de F-15EX permitiría a la Fuerza Aérea vender sus F-15C más antiguos y dañados. Los pilotos y mantenedores no requerirían una capacitación exhaustiva, lo que abordaría los problemas de preparación y generación de pilotos. Los F-15EXs proporcionarían nuevos productos de aviónica, incluido el Sistema de Supervivencia de Alerta Activa de Eagle, así como capacidades únicas como la entrega de armas de apoyo o la plataforma de lanzamiento de misiles hipersónicos, ya que la estructura del avión no estaría limitada por los requisitos internos de transporte de armas. Las bases F-15C actuales requerirían poco o nada de desarrollo de infraestructura, mientras que las flotas F-15EX, F-15C / D y F-15E tendrían equipo en tierra común, mantenimiento y soporte de software.

En el corto plazo, esta opción debería corregir los problemas de preparación y capacidad en los escuadrones F-15C. Los aviones F-15EX habrían mejorado la capacidad sobre los F-15C, aunque nunca tendrán las capacidades de plataformas ocultas que ofrecen los sistemas de quinta generación como los F-35A. Además, la compra de F-15EX aseguraría que otra línea de producción de cazas permanezca abierta, lo que es crítico para la capacidad de recuperación de la capacidad de producción de cazas de Estados Unidos. En el caso de un conflicto con un adversario igual, habría un desgaste considerable de todas las plataformas de combate. El mantenimiento de fábricas capaces de reemplazar aviones de cuarta y quinta generación será fundamental para mantener la capacidad de combate y garantizar los objetivos de seguridad nacional.

Desinvertir completamente el F-15C y reemplazarlo con F-15EX debería pagarse por sí mismo para 2040, salvando a la Fuerza Aérea de los altos costos anuales de mantenimiento y operación del F-15C, y asegurando que los aviones de combate estén disponibles después de 2040, cuando el F-15C tendrá para ser puesto a tierra o reparado de nuevo. Pero los aviones F-15EX continuarán teniendo limitaciones operando en entornos complejos de misiles tierra-aire. La Fuerza Aérea tendrá que desarrollar nuevos conceptos operacionales para aprovechar las ventajas de transportar grandes armas externas y la carga útil, junto con los avances tecnológicos en armas de energía dirigidas e hipersónicas, todo al mismo tiempo que se integra con sistemas autónomos, pilotado a distancia, quinta y sexta generación. aeronave.


Figura 4. Comparación de costos F-15EX con el programa de extensión de vida útil F-15C

Opción 3: Reemplazar F-15Cs con F-35As. Esta opción es recomendada por algunos estrategas del poder aéreo que recomiendan un aumento significativo en las plataformas de quinta generación lo más rápido posible. Una vez que se compren los aviones F-35A y se vuelva a entrenar a la tripulación y al personal de mantenimiento, la Fuerza Aérea tendrá un porcentaje más alto de aviones de quinta generación que los modelos actuales de proyección de fuerza que, según la Fundación Heritage, retienen “cientos de cazas de cuarta generación en su flota para el futuro previsible ”. Sin embargo, esta opción no sería ejecutable durante los próximos 3 a 5 años hasta que se desarrolle un plan de transición, se construya la infraestructura y se vuelva a capacitar al personal.

Aumentar la tasa de adquisición del F-35A al costo unitario actual de $ 89.2 millones es comparable con los costos de adquisición del F-15EX. Sin embargo, estos F-35A incurrirían en costos de concurrencia: los costos de la adaptación de las aeronaves entregadas para corregir las deficiencias conocidas a medida que las aeronaves continúan sometidas a pruebas de vuelo de desarrollo durante la producción. La Oficina de Responsabilidad del Gobierno estima estos costos en $ 2.8 millones por avión o aproximadamente $ 1.4 mil millones. El F-15EX no debe tener costos de concurrencia comparables, ya que la línea de producción está actualmente activa y suministra aviones a través de las ventas militares extranjeras a Arabia Saudita y Qatar.

F-35A también costaría más para operar. De acuerdo con los datos del costo operativo total de la Fuerza Aérea FY18, cada F-35A le cuesta a la Fuerza Aérea aproximadamente $ 7.8 millones por año para operar, aproximadamente un 50 por ciento más que el costo operativo anual del F-15C de $ 5.2 millones por avión. Los costos incluyen mano de obra, operaciones unitarias (incluido el combustible), mantenimiento, soporte de mantenimiento y mejoras continuas del sistema.

Además, los costos de adquisición para el F-35A no incluyen los costos y el tiempo asociados con la venta del F-15C. Reemplazar el F-15C con el F-35A nunca fue planeado. La transición de las bases del F-15C requeriría un financiamiento significativo para las actualizaciones de construcción e infraestructura para mantener los F-35A en su lugar. Para referencia, la Guardia Nacional Aérea de Vermont presupuestó $ 100 millones durante cinco años para mejorar la infraestructura aeroportuaria en el Aeropuerto Internacional de Burlington para respaldar las operaciones del F-35A y reemplazar su escuadrón F-16. La conversión del MCAS de Cherry Point de F-18 a F-35C costará aproximadamente $ 850 millones en construcción militar entre FY2016 y FY2031.

Además, la tripulación de vuelo y el personal de mantenimiento necesitarían una nueva capacitación. La preparación para esas unidades se vería afectada al abandonar las operaciones de vuelo del F-15C y volver a entrenarse en el F-35A. El ducto de producción piloto del F-35A se cargaría aún más con la capacitación de los pilotos del F-15C existentes, además de los nuevos estudiantes. Este período de transición tomaría hasta 3 años una vez que se apruebe el financiamiento para la construcción militar (que no se ha presupuestado).

El liderazgo de la Fuerza Aérea tendría que evaluar el riesgo de desinvertir a la flota F-15C antes de lo esperado, lo que resultaría en menos estructuras de avión totales y menos capacidad de combate en los próximos 5 a 10 años. Esto supondrá una mayor presión en la Fuerza Aérea para apoyar misiones de alerta y de defensa de la patria.

Finalmente, la conversión al F-35A reducirá significativamente la capacidad de las armas aire-aire. Unas cuatro naves F-15C puede proporcionar 32 armas aire-aire, mientras que un cuatro naves F-35A solo puede llevar 16 armas internamente. La futura integración de armas y sensores será más desafiante para las plataformas sigilosas si se requiere que se lleven internamente. El transporte externo de armas puede ser una opción, pero la aeronave perdería las ventajas de sigilo para las que fue diseñada principalmente. Esto muestra por qué el alejamiento total de los aviones de cuarta generación no es actualmente una opción viable para la Fuerza Aérea.



Figura 5. Comparación de costos del F-35A con el programa de extensión de la vida útil del F-15C


Opción 4: Reemplazo mixto y desinversión F-15C. Bajo esta opción, la Fuerza Aérea adquiere F-15EX a una tasa de 24 por año. Cuando los F-35A alcancen el Bloque 4 de su plan de modernización, estimado en 2023, comenzarían a reemplazar los F-15C. Las bases identificadas para recibir F-35A comenzarían un ciclo de transición de 3 a 5 años y el desarrollo de infraestructura en preparación para nuevos aviones. Los números específicos de F-15EX y F-35A podrían luego ajustarse según los requisitos de la Fuerza Aérea, pero a los efectos de este análisis, se consideraron adquisiciones de 150 F-15EX y 85 F-35A. Esto repartiría los costos de adquisición durante un período más largo y múltiples ciclos presupuestarios. La Fuerza Aérea también tendría más información disponible basada en los costos reales de operación y mantenimiento del F-35A para tomar una decisión más informada.

Esta opción supone que algunos F-15Cs pueden volar hasta 2029 sin actualizaciones e incurre en el costo de adquisición más alto en los próximos 10 años, con un total de $ 22 mil millones. Esta inversión proporcionaría el mejor equilibrio entre la capacidad de combate y la capacidad al mismo tiempo que mejoraría la preparación para los escuadrones F-15C al reemplazarlos con F-15EX a corto plazo.

De esta manera, la Fuerza Aérea tiene más tiempo para implementar un plan de transición para convertir algunos escuadrones F-15C en escuadrones F-35A y lograr un mayor porcentaje de aviones de quinta generación en el inventario de cazas como algunos proponen al Congreso. Nuevamente, comprar el F-35A ahora no abordará los problemas actuales de preparación y capacidad del F-15C. Los nuevos F-35A no podrán operar desde las bases actuales de F-15C hasta que reciban su propio equipo de tierra, modificaciones a las instalaciones y capacitación del personal. La Fuerza Aérea puede poner hierro en la rampa pero no tendrá pilotos para volar ni personal de mantenimiento para mantenerlos hasta que esas bases estén en transición.

1 Extensión de vida útil para 235 F-15C: $ 1.89 mil millones para reemplazo de componentes de la estructura (longeron y alas) y $ 3.4 mil millones para el sistema pasivo de alerta activa de Eagle.
2 $ 37,210 calculados utilizando dólares de año constante (CY12) normalizados por inflación hasta 2012 utilizando un costo operacional promedio por hora de vuelo de 7 a 20 años de 2012 a 201 utilizando datos de la Agencia de análisis de costos de la fuerza aérea. Basado en el análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso para los "Costos operativos del envejecimiento de las aeronaves de la Fuerza Aérea", Figura 7, el CPFH F-15C calculado conservativamente para aumentar en un 2 por ciento anual.
3 F-15EX asumiendo un costo de $ 80 millones por unidad con $ 1.5 mil millones para la configuración de la línea de producción. F-35A asumiendo un costo de $ 89.2 millones por unidad y la adquisición inicial en el plazo de 2024–2026.
4 La Agencia de Análisis de Costos de la Fuerza Aérea informó que el costo por hora de vuelo (CPFH) del F-35A 2018 fue de $ 40,978 en dólares constantes de CY12. El análisis F-35A supone una reducción del 3 por ciento en CPFH durante la fase inmadura del ciclo de vida F-35A consistente con el informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso, hasta alcanzar $ 31,000 CPFH y se mantuvo estable hasta 2040. El promedio de CPFH F-35A en 2021-2040 es $ 33,018.
5 24 F-15C cedidos por año hasta 2025, luego 48 por año hasta que sean cedidos - La operación y el mantenimiento del F-15C hasta 2029 es de $ 11.6 mil millones.
6 $ 7.86 billones
7 $ 27,000 F-15EX

Recomendaciones

Si la Fuerza Aérea desea abordar los problemas de salud y preparación de la flota del F-15C a la vez que mantiene la capacidad y la capacidad actuales, debe comprar el F-15EX lo más rápido posible. La desinversión completa de la flota del F-15C para 2030 y su reemplazo por el F-15EX podrían alcanzar un ahorro de $ 300 millones para el 2040 y garantizar que las aeronaves operativas estén disponibles para respaldar la Estrategia de la Defensa Nacional.

Si la principal y primordial preocupación es operar en entornos altamente controvertidos, los F-35A proporcionarán la mayor capacidad, aunque con una capacidad de armas significativamente reducida y futuros desafíos de integración de armas. Además, reemplazar los F-15C con F-35A requerirá un período de transición de instalación de varios años, durante el cual la preparación del escuadrón F-15C actual y la capacidad de combate disminuirán hasta que se completen las adquisiciones y la capacitación del F-35A y se construya la infraestructura básica. Este curso de acción asume un alto riesgo en el corto plazo al aceptar una menor capacidad y preparación para el combate. Si todas las aeronaves F-15C se pueden vender para 2030 y la operación de F-35A y los costos de mantenimiento continúan disminuyendo, este enfoque podría generar un retorno de la inversión para 2045.

La solución óptima puede incluir una mezcla de F-15EX y F-35A para reemplazar el F-15C. Esto implica iniciar la adquisición del F-15EX inmediatamente para abordar las inquietudes de preparación del F-15C y evaluar la viabilidad de la transición de algunos, pero no todos, los escuadrones del F-15C al F-35A. Si la evaluación es positiva, la Fuerza Aérea podría comenzar el ciclo de transición de 3 a 5 años para construir una infraestructura de apoyo al F-35A y capacitar al personal en las bases seleccionadas. Los aviones F-15EX y F-35A adicionales se comprarían entre 2025 y 2029 para completar la desinversión de la flota de envejecimiento del F-15C. Si bien esto resultará en altos costos de adquisición, la Fuerza Aérea recuperará su inversión cerca de 2040 al vender el F-15C y su alto costo operativo anual. El F-15EX proporcionará una potencia de fuego y una capacidad de cargador superiores para complementar las ventajas de sigilo proporcionadas por el F-35A y el F-22. Esta opción distribuye los costos de adquisición a lo largo de varios ciclos presupuestarios, aborda los problemas de preparación y capacidad, proporciona mayor capacidad, da tiempo a la base del F-35A para establecer la infraestructura requerida y reduce los costos operativos anuales al deshacerse de los cazas de 40 años.

Hay costos, riesgos y preocupaciones de preparación con cualquier elección. Las aeronaves de cuarta generación ofrecen capacidades únicas, como una gran capacidad de armas y transporte externo para futuras armas y sensores que complementarán a los cazas de quinta generación, permitiendo que ambas estructuras aéreas utilicen sus capacidades más letales. Los aviones de cuarta generación continuarán preservando los recursos limitados al mantener la capacidad de combate de una manera mucho más rentable que los aviones de quinta generación.

El F-15C se ha desempeñado espectacularmente en los últimos 40 años y ayudó a establecer la superioridad aérea estadounidense como una certeza en el conflicto moderno. Sin embargo, la superioridad aérea no está garantizada en futuros conflictos contra las potencias emergentes. Las aeronaves F-15C deben ser reemplazadas y se deben desarrollar nuevas capacidades para permitir que los cazas de guerra estadounidenses dominen a los futuros adversarios. Una compra inicial del F-15EX ayudará a eliminar aviones viejos y costosos y restablecerá la preparación, todo mientras se mejora la capacidad y la capacidad. En el futuro, las compras adicionales de F-15EX y F-35A deben considerarse seriamente. Si la Fuerza Aérea y el Congreso pierden esta oportunidad y se quedan con una flota rota de aviones F-15C, habrán fallado a la nación, la fuerza conjunta y los guerreros de Estados Unidos.