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sábado, 21 de septiembre de 2024

Confluencia de intereses Reino Unido-Chile: ¿Cómo afecta a Argentina?

Los intereses geoestratégicos de Chile y el Reino Unido: contexto histórico, la guerra de Malvinas y el futuro




Por Esteban McLaren para FDRA

Proyecciones


Introducción

Los intereses geoestratégicos de Chile, particularmente su alineación con el Reino Unido, han sido moldeados por factores históricos, económicos y políticos. Este ensayo explora la confluencia de intereses chilenos y británicos antes de la Guerra de las Malvinas de 1982, identifica los principales actores involucrados y examina cómo el conflicto influyó en esta dinámica. Además, profundiza en proyecciones futuras sobre el Estrecho de Magallanes, Malvinas, Georgias del Sur y la Antártida, considerando las implicaciones para Argentina y el potencial de un cambio en las alianzas.

Contexto histórico de los intereses geoestratégicos chileno-británicos

Antes de la Guerra de Malvinas, Chile y el Reino Unido compartían varios intereses geoestratégicos arraigados en vínculos históricos y beneficios mutuos. Los principales actores en esta relación incluyeron líderes políticos, funcionarios militares y actores económicos de ambas naciones.

La relación económica entre Chile y el Reino Unido se remonta al siglo XIX, y las inversiones británicas desempeñaron un papel importante en el desarrollo de la infraestructura y las industrias mineras chilenas. El comercio de nitratos fue particularmente crucial, con empresas británicas fuertemente involucradas en la explotación y exportación de nitratos chilenos.

La influencia británica sobre el ejército chileno ha sido profunda. La Armada de Chile, por ejemplo, se inspiró en gran medida en la Royal Navy, con oficiales navales británicos entrenando a sus homólogos chilenos. Esta conexión militar fomentó un sentido de camaradería e intereses estratégicos mutuos.

Durante la Guerra Fría, ambas naciones encontraron puntos en común en su postura anticomunista. El Reino Unido veía a Chile como un aliado estable en una región propensa a la agitación política, mientras que Chile valoraba el apoyo británico contra posibles amenazas regionales.

La guerra de Malvinas y su impacto

La Guerra de las Malvinas de 1982 fue un importante punto de inflexión en la relación entre Chile y el Reino Unido, resaltando sus intereses geoestratégicos alineados y dando forma a futuras interacciones. Durante la guerra, Chile brindó un apoyo crucial al Reino Unido, incluido el intercambio de inteligencia y asistencia logística. Este apoyo fue fundamental para la campaña militar británica y consolidó una alianza estratégica entre las dos naciones.

La guerra alteró el panorama de seguridad en América del Sur. El apoyo de Chile al Reino Unido lo posicionó como un contrapeso a Argentina, influyendo en la dinámica de poder regional y los alineamientos militares. Después del conflicto, el Reino Unido y Chile continuaron fortaleciendo sus vínculos. La guerra demostró el valor de su asociación estratégica, lo que condujo a una cooperación más profunda en cuestiones de defensa y seguridad.

Proyecciones futuras: Estrecho de Magallanes, Malvinas, Georgias del Sur y Antártida

De cara al futuro, los intereses estratégicos de Chile y el Reino Unido en áreas clave como el Estrecho de Magallanes, Malvinas, Georgia del Sur y la Antártida seguirán dando forma a su relación. El Estrecho de Magallanes sigue siendo una ruta marítima vital, y el control de Chile sobre este paso subraya su importancia geoestratégica. El Reino Unido reconoce la importancia de mantener relaciones seguras y amistosas con Chile para garantizar la estabilidad de esta vía fluvial crucial.

Las islas Malvinas y Georgias del Sur son fundamentales para los intereses territoriales británicos en el Atlántico Sur. El apoyo de Chile durante el conflicto de 1982 ha llevado a una cooperación continua en estas áreas, y ambas naciones se benefician de estrategias de defensa e inteligencia compartidas. La Antártida representa una región de creciente interés estratégico, particularmente en términos de investigación científica y potencial de recursos. Tanto Chile como el Reino Unido han establecido reclamos territoriales y estaciones de investigación en el continente, lo que ha llevado a esfuerzos de colaboración en exploración científica y conservación ambiental.



Implicaciones para Argentina

La fuerte alineación geoestratégica entre Chile y el Reino Unido tiene implicaciones significativas para Argentina, particularmente en términos de dinámica de poder regional y disputas territoriales. El antiguo reclamo de Argentina sobre las Islas Malvinas sigue siendo un tema polémico. La estrecha relación entre Chile y el Reino Unido complica los esfuerzos de Argentina por afirmar su soberanía e influye en las interacciones diplomáticas en la región.

La alianza chileno-británica afecta el equilibrio militar en Sudamérica. Argentina debe lidiar con las capacidades de defensa mejoradas y los mecanismos de intercambio de inteligencia entre Chile y el Reino Unido, lo que podría afectar su planificación estratégica y su postura de defensa. Los vínculos económicos entre Chile y el Reino Unido, incluidos el comercio y la inversión, refuerzan aún más su asociación estratégica. Argentina puede enfrentar desafíos al competir por influencia económica y oportunidades de inversión en la región.

Desvincular los intereses chileno-británicos y fomentar la cooperación argentino-chilena

Si bien la alianza chileno-británica es sólida, ciertos factores podrían potencialmente cambiar la dinámica hacia una mayor cooperación argentino-chilena. Iniciativas destinadas a fomentar la integración regional, como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), podrían promover vínculos más estrechos entre Argentina y Chile. Los proyectos colaborativos en infraestructura, comercio y energía podrían crear dependencias mutuas e intereses compartidos.

Los esfuerzos diplomáticos para resolver disputas territoriales y mejorar las relaciones bilaterales podrían allanar el camino para una mejor cooperación argentino-chilena. En este sentido, las medidas de fomento de la confianza, el diálogo y los mecanismos de negociación son esenciales. Fortalecer las asociaciones económicas entre Argentina y Chile, incluidas empresas conjuntas y acuerdos comerciales, podría reducir la dependencia de aliados externos y fomentar una relación regional más equilibrada. Los esfuerzos de colaboración en sectores como la agricultura, la minería y la energía podrían ser mutuamente beneficiosos.

Los cambios en el panorama geopolítico global, incluidos los cambios en las alianzas y las potencias regionales emergentes, podrían influir en el cálculo estratégico tanto de Chile como de Argentina. Adaptarse a estos cambios y alinear sus intereses en consecuencia podría facilitar una cooperación más estrecha.

El papel de la élite chilena

El papel de la elite chilena en el mantenimiento de la confluencia de intereses entre Chile y el Reino Unido es multifacético e involucra dimensiones políticas, económicas y militares. Su influencia es fundamental para mantener y fortalecer esta relación bilateral, dar forma a políticas y fomentar un entorno propicio para beneficios estratégicos mutuos.

Influencia política y toma de decisiones

La élite chilena, compuesta por políticos influyentes, diplomáticos y altos funcionarios gubernamentales, desempeña un papel crucial en la dirección de la política exterior del país hacia el mantenimiento de fuertes vínculos con el Reino Unido. Históricamente, los líderes políticos chilenos han reconocido las ventajas estratégicas de alinearse con una potencia global como Gran Bretaña. Este reconocimiento se ha reflejado en decisiones políticas e iniciativas diplomáticas destinadas a fomentar una relación estable y cooperativa con el Reino Unido.

Por ejemplo, durante la Guerra de las Malvinas de 1982, la decisión de apoyar al Reino Unido estuvo influenciada por figuras políticas clave que vieron los beneficios estratégicos de ayudar a un aliado poderoso. Este apoyo no fue sólo un reflejo de vínculos históricos sino también una medida política calculada para reforzar la posición de Chile en la región y ganarse el favor de una importante potencia occidental.

Intereses económicos y conexiones comerciales

La élite económica de Chile, incluidos destacados líderes empresariales y influyentes formuladores de políticas económicas, se ha beneficiado históricamente de fuertes vínculos económicos con el Reino Unido. Las inversiones británicas en industrias chilenas como la minería, la infraestructura y las finanzas han creado una red de intereses económicos mutuos que la élite chilena desea preservar.

La participación de las empresas británicas en el comercio de nitratos en el siglo XIX y principios del XX sentó las bases de esta relación económica. En la época contemporánea, la élite económica continúa abogando por políticas que atraigan inversiones británicas y faciliten el comercio. Estos líderes empresariales a menudo tienen una influencia significativa sobre las políticas gubernamentales y utilizan su influencia para asegurar que Chile siga siendo un destino atractivo para el capital británico, sosteniendo así la dimensión económica de la relación bilateral.

Cooperación militar y de defensa

La élite militar de Chile, incluidos oficiales de alto rango y estrategas de defensa, tiene una larga tradición de cooperación con sus homólogos británicos. La Armada de Chile, en particular, ha sido fuertemente influenciada por la Royal Navy, y muchos oficiales chilenos recibieron entrenamiento en el Reino Unido. Esta conexión militar fomenta un sentido de camaradería profesional y objetivos estratégicos compartidos.

Durante la Guerra de Malvinas, el apoyo del ejército chileno al Reino Unido se vio facilitado por estas conexiones profundamente arraigadas. El intercambio de inteligencia y la asistencia logística brindada a las fuerzas británicas fueron coordinados por élites militares que entendieron la importancia estratégica de mantener una alianza fuerte con el Reino Unido. Esta cooperación ha continuado después de la guerra, con ejercicios militares conjuntos, programas de entrenamiento y acuerdos de defensa que refuerzan la dimensión militar de la relación bilateral.

Vínculos culturales y educativos

La élite cultural y educativa de Chile también desempeña un papel en el mantenimiento de la relación del país con el Reino Unido. Los intercambios culturales, las colaboraciones académicas y las asociaciones educativas contribuyen a una comprensión y apreciación más amplia de la cultura y los valores británicos entre la élite chilena. Muchos miembros de la élite chilena han estudiado en universidades británicas, fomentando redes personales y profesionales que unen a los dos países.

Estos vínculos culturales y educativos crean un entorno favorable para la cooperación bilateral, ya que las personas que han experimentado la cultura y la educación británicas a menudo tienen posiciones influyentes en la sociedad chilena. Sus percepciones positivas del Reino Unido y sus valores pueden influir en la opinión pública y las decisiones políticas, consolidando aún más la relación bilateral.

Implicaciones estratégicas para el futuro

La influencia sostenida de la élite chilena en el mantenimiento de fuertes vínculos con el Reino Unido tiene implicaciones significativas para el futuro. A medida que ambos países sigan navegando por complejos paisajes geopolíticos, el papel de la élite en la configuración de la política exterior y las decisiones estratégicas seguirá siendo crucial.

En áreas clave como el Estrecho de Magallanes, Malvinas, Georgia del Sur y la Antártida, la influencia de la élite será fundamental para determinar la dirección de las políticas chilenas. Su capacidad para equilibrar los intereses nacionales con los beneficios de una alianza fuerte con el Reino Unido dará forma al futuro de esta relación bilateral.

Potencial de cambios en las alianzas

Si bien el actual alineamiento entre Chile y el Reino Unido es fuerte, los cambios en la dinámica regional y global podrían alterar el equilibrio de intereses. El papel de la élite chilena será fundamental para navegar estos cambios y explorar el potencial para una cooperación más estrecha con otras potencias regionales, como Argentina.

Los esfuerzos de integración regional, las iniciativas diplomáticas y las asociaciones económicas podrían crear oportunidades para una relación más equilibrada con Argentina. La voluntad de la élite de participar en el diálogo y la negociación, y su capacidad para adaptarse a las realidades geopolíticas cambiantes, serán clave para fomentar esos cambios.



Conclusión

El contexto histórico y el alineamiento estratégico entre Chile y el Reino Unido, particularmente resaltados durante la Guerra de las Malvinas de 1982, han dado forma a una asociación fuerte y duradera. Esta alianza tiene implicaciones significativas para la dinámica regional, particularmente en relación con Argentina. Sin embargo, posibles cambios en los esfuerzos de integración regional, las iniciativas diplomáticas, las asociaciones económicas y los cambios geopolíticos globales podrían allanar el camino para una relación más equilibrada entre Chile y Argentina. A medida que los intereses estratégicos en áreas clave como el Estrecho de Magallanes, Malvinas, Georgia del Sur y la Antártida continúan evolucionando, el futuro de las alianzas y la cooperación regionales dependerá de la capacidad de estas naciones para navegar en paisajes geopolíticos complejos y fomentar el entendimiento y la colaboración mutuos. .

La élite chilena desempeña un papel central en el mantenimiento de la confluencia de intereses entre Chile y el Reino Unido. A través de su influencia en la toma de decisiones políticas, las políticas económicas, la cooperación militar y los intercambios culturales, aseguran la continuidad y fortaleza de esta relación bilateral. A medida que evolucionen las futuras dinámicas geopolíticas y regionales, las opciones estratégicas y la adaptabilidad de la élite determinarán la dirección y la profundidad de las alianzas de Chile, allanando potencialmente el camino para una relación regional más matizada y equilibrada tanto con el Reino Unido como con Argentina.

lunes, 26 de agosto de 2024

Argentina: Geopolítica entre 1880-1932

Geopolítica Argentina 1880-1932

Esteban McLaren




 

La geopolítica de Argentina entre 1880 y 1932 es un tema complejo que involucra el análisis de las relaciones internacionales del país, su posición dentro de América Latina y su interacción con potencias extranjeras como el Reino Unido, Estados Unidos y Alemania. Durante este período, Argentina experimentó un profundo desarrollo económico y social, en gran parte influenciado por su inserción en la economía global y la inmigración masiva. Este reporte examinará en profundidad estos aspectos, incluyendo cómo estas relaciones internacionales y flujos migratorios moldearon el desarrollo de Argentina y su posición geopolítica.

Introducción: Argentina en la era del liberalismo oligárquico

El período de 1880 a 1932 en Argentina es conocido como la era del liberalismo oligárquico, una etapa en la que el país experimentó una transformación significativa, tanto en términos económicos como sociales. Tras la consolidación del Estado argentino luego de décadas de conflictos internos, los sucesivos gobiernos promovieron políticas que favorecían la inversión extranjera, la inmigración y la integración de Argentina en la economía global.

Durante estos años, Argentina se posicionó como una de las economías más dinámicas de América Latina, atrayendo capital extranjero, principalmente del Reino Unido, y convirtiéndose en un gran exportador de productos agropecuarios. Este crecimiento económico fue acompañado por una transformación social, marcada por la llegada de millones de inmigrantes europeos, que influyeron profundamente en la sociedad y la cultura argentinas.

Relación de Argentina con el Mundo y América Latina

Inserción en la economía global

A finales del siglo XIX y principios del XX, Argentina se insertó en la economía global como un proveedor clave de productos agropecuarios, especialmente carne y cereales. El modelo económico de la Argentina durante este período se basó en la exportación de materias primas y la importación de productos manufacturados. Este modelo de crecimiento estuvo respaldado por una relación cercana con el Reino Unido, que se convirtió en el principal socio comercial e inversor en el país.

Argentina se benefició de la expansión del comercio global durante la Pax Britannica, un período de relativa paz en Europa que permitió el crecimiento del comercio internacional. La infraestructura del país, especialmente el ferrocarril, fue desarrollada principalmente por capital británico, lo que facilitó la expansión del sector agroexportador.

Relaciones con América Latina

En términos de su relación con el resto de América Latina, Argentina mantuvo una postura ambivalente. Por un lado, buscaba consolidarse como líder regional, promoviendo la doctrina del panamericanismo, que buscaba la cooperación entre los países de las Américas. Por otro lado, las relaciones con países vecinos, como Brasil y Chile, estuvieron marcadas por tensiones, en parte debido a disputas territoriales y en parte debido a la competencia por el liderazgo regional.

A pesar de estas tensiones, Argentina logró evitar conflictos armados significativos en la región durante este período, en parte gracias a la diplomacia y a la mediación de potencias extranjeras, como el Reino Unido, que tenía interés en mantener la estabilidad en sus principales mercados y áreas de influencia.

Relación con el Reino Unido, Estados Unidos y Alemania

El Reino Unido: El principal socio económico

La relación entre Argentina y el Reino Unido durante este período fue particularmente estrecha y se basó en la complementariedad económica. Gran Bretaña, que en ese momento era la potencia industrial y financiera dominante, tenía un interés estratégico en asegurar el suministro de materias primas para su industria y alimentos para su población. Argentina, con su vasta producción agropecuaria, se convirtió en un proveedor clave.




El capital británico fue fundamental para el desarrollo de la infraestructura argentina, especialmente en la construcción de ferrocarriles, puertos y la expansión del sistema financiero. A cambio, Argentina exportaba grandes cantidades de carne, lana, y granos al Reino Unido. Esta relación asimétrica significó que la economía argentina se volvió altamente dependiente de las exportaciones y de las fluctuaciones del mercado británico.

Sin embargo, esta dependencia también tuvo sus desafíos. Por un lado, dejó a Argentina vulnerable a las crisis económicas internacionales, como la crisis de 1890, que afectó gravemente a la economía argentina. Por otro lado, la dependencia del mercado británico limitó la diversificación económica y la industrialización del país.

Estados Unidos: Una relación en evolución

En el mismo período, la relación de Argentina con Estados Unidos fue más limitada en comparación con la relación con el Reino Unido. Durante las primeras décadas del siglo XX, Estados Unidos estaba más enfocado en su propia expansión interna y en consolidar su influencia en América Central y el Caribe, lo que limitó su interés en Sudamérica.

Sin embargo, con el tiempo, Estados Unidos comenzó a ver a Argentina como un importante socio comercial y político en la región. Esto fue particularmente evidente durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen (1916-1922, 1928-1930), cuando Argentina buscó equilibrar su dependencia del Reino Unido fortaleciendo sus relaciones con otras potencias, incluido Estados Unidos. La relación con Estados Unidos también se intensificó a medida que este último comenzó a disputar la influencia británica en el hemisferio occidental.

A pesar de estos acercamientos, durante este período, Argentina mantuvo una política exterior relativamente independiente, resistiendo las presiones tanto de Estados Unidos como del Reino Unido para alinearse completamente con sus intereses.

Alemania: Un socio comercial en crecimiento

La relación entre Argentina y Alemania también se fortaleció durante este período, aunque en menor medida que con el Reino Unido. Alemania, como una potencia industrial emergente, buscaba mercados para sus productos manufacturados y materias primas para su industria. Argentina, con su creciente capacidad agroexportadora, era un socio comercial natural.

Durante la Primera Guerra Mundial, la neutralidad de Argentina le permitió continuar comerciando tanto con los Aliados como con las Potencias Centrales, aunque la guerra afectó las exportaciones debido a la interrupción de las rutas comerciales. Después de la guerra, la relación comercial con Alemania se reanudó y se expandió, aunque el Reino Unido continuó siendo el principal socio económico de Argentina.

Influencia de las Relaciones Internacionales en el Desarrollo Económico de Argentina

Las relaciones internacionales de Argentina, especialmente con el Reino Unido, tuvieron un impacto significativo en su desarrollo económico. El capital británico no solo financió la infraestructura clave del país, sino que también impulsó la modernización de la agricultura y la expansión del sistema ferroviario, lo que permitió a Argentina consolidarse como uno de los principales exportadores mundiales de productos agropecuarios.

Sin embargo, esta relación también creó una dependencia estructural que limitó la diversificación de la economía argentina. La industria nacional se desarrolló lentamente, y el país se volvió vulnerable a las fluctuaciones de los mercados internacionales, como se vio durante la Gran Depresión de 1929. La dependencia de las exportaciones agropecuarias significó que cualquier caída en los precios internacionales afectaba gravemente a la economía argentina.

Además, la falta de diversificación industrial hizo que Argentina no pudiera aprovechar plenamente su potencial económico, a pesar de ser uno de los países más ricos de América Latina en términos de recursos naturales y capacidad productiva.

El rol de la inmigración

Inmigración masiva y transformación social

Uno de los factores más importantes que moldearon la geopolítica y la economía de Argentina durante este período fue la inmigración masiva. Entre 1880 y 1930, millones de inmigrantes, principalmente de Europa, llegaron a Argentina. Los inmigrantes provenían principalmente de Italia, España, y en menor medida de otros países como Alemania, Francia y Europa del Este.

Esta inmigración tuvo un impacto profundo en la demografía, la economía y la cultura de Argentina. En términos económicos, los inmigrantes fueron fundamentales para la expansión del sector agropecuario y para el desarrollo de la industria en las ciudades. La mano de obra barata y abundante proporcionada por los inmigrantes permitió la expansión de las fronteras agrícolas y el crecimiento de la producción industrial.

Socialmente, la inmigración transformó a Argentina en una sociedad multicultural, con una mezcla de tradiciones europeas y locales. Los inmigrantes trajeron consigo nuevas ideas, costumbres y formas de organización, que influyeron en la política, la cultura y la economía del país. La urbanización acelerada, impulsada por la llegada de inmigrantes, también llevó a la transformación de ciudades como Buenos Aires, que se convirtió en una metrópolis moderna y cosmopolita.

Impacto en la geopolítica interna y externa

La inmigración masiva también tuvo implicaciones geopolíticas, tanto internas como externas. Internamente, la llegada de millones de inmigrantes cambió el equilibrio demográfico y político del país. La inmigración fue vista por las élites argentinas como una forma de "europeizar" la población y modernizar el país, alineándolo más con los modelos europeos. Sin embargo, también creó tensiones sociales, ya que muchos inmigrantes llegaron con ideas políticas y sociales que chocaban con la estructura oligárquica dominante.

Externamente, la gran comunidad de inmigrantes europeos en Argentina fortaleció los lazos con sus países de origen, especialmente Italia y España. Esto creó un flujo constante de personas, bienes y capital entre Argentina y Europa, lo que reforzó la inserción de Argentina en la economía global y su dependencia de los mercados europeos.

Sin embargo, la presencia de grandes comunidades inmigrantes también generó desafíos para la identidad nacional y para la integración de los inmigrantes en la sociedad argentina. Las diferencias culturales y lingüísticas, así como las condiciones de vida a menudo precarias de los inmigrantes, llevaron a conflictos sociales y a la emergencia de movimientos obreros y anarquistas que demandaban mejores condiciones laborales y derechos políticos.

Geopolítica y la Crisis de 1930

El período culminante de esta era se produjo con la crisis de 1930, que marcó un punto de inflexión en la historia de Argentina. La Gran Depresión que comenzó en 1929 tuvo un impacto devastador en la economía argentina, que dependía en gran medida de las exportaciones agropecuarias. La caída de los precios internacionales de los productos básicos redujo drásticamente los ingresos del país y llevó a una crisis económica y social.

La crisis económica exacerbó las tensiones políticas internas, lo que culminó en el golpe de estado de 1930 que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen. Este golpe marcó el inicio de una década de inestabilidad política y económica, conocida como la "Década Infame". Durante esta época, la política exterior de Argentina se caracterizó por un creciente aislacionismo y una desconfianza hacia los poderes extranjeros, en contraste con la apertura y la integración que había caracterizado el período anterior.

Conclusiones

La geopolítica de Argentina entre 1880 y 1932 estuvo profundamente influenciada por su relación con potencias extranjeras, especialmente el Reino Unido, y por el impacto de la inmigración masiva. Durante este período, Argentina experimentó un notable crecimiento económico, impulsado por las exportaciones agropecuarias y la inversión extranjera. Sin embargo, este crecimiento también creó una dependencia estructural y limitó la diversificación económica del país.

La inmigración masiva transformó a Argentina en una sociedad multicultural y urbana, pero también creó desafíos sociales y políticos que influyeron en la evolución de la identidad nacional y en la estabilidad del país. La crisis de 1930 marcó el fin de esta era de crecimiento y el comienzo de una nueva etapa en la historia de Argentina, caracterizada por la inestabilidad política y un enfoque más introspectivo en su política exterior.

El análisis de este período muestra cómo la interacción entre factores internos y externos, incluidos la inmigración, las relaciones internacionales y las condiciones económicas globales, moldearon el desarrollo de Argentina y su posición en el mundo. Aunque Argentina logró consolidarse como una de las principales economías de América Latina, las vulnerabilidades inherentes a su modelo de desarrollo y las tensiones sociales internas sentaron las bases para los desafíos que enfrentarían en las décadas siguientes.

sábado, 18 de noviembre de 2023

Malvinas y la proyección bioceánica: Chile, Reino Unido y la mar en coche

Opinión: Malvinas, su proyección bioceánica y la competencia por la conectividad en el Atlántico Sur

El dominio de los mares siempre ha sido una de las claves que explican la proyección geopolítica de las grandes potencias. La usurpación británica sobre nuestras islas también responde a esta lógica. Para abordar la cuestión adecuadamente, es fundamental reflexionar de manera estratégica y entender lo que está en juego en un espacio geográfico clave para la conectividad del planeta


Por Carlos Alberto Nogueira  ||  Infobae




El canal de Beagle, a puertas de la ciudad de Ushuaia, un canal clave para dominar las rutas marítimas (Archivo DEF)

Según un antiguo refrán inglés, “las puertas de los mares son de la Corona Británica y las llaves de esas puertas están en poder de la Armada Británica”. El cancionero popular nos acerca al conocimiento de las distintas culturas y, a veces, esas recopilaciones del folclore de un pueblo vuelven a ella transformadas en discursos políticos de sus líderes. Winston Churchill, ex primer ministro británico, les agregó contenido político y estratégico a aquellos viejos versos cuando dijo: “Entre la Europa continental y los mares abiertos, Gran Bretaña siempre elegirá los mares abiertos”.

La Revolución Comercial que antecedió a la Revolución Industrial fue un período de expansión económica de Europa y de Gran Bretaña, en particular, a partir del colonialismo y el mercantilismo. Para el imperio británico, aquel crecimiento del comercio surgió de la mano del dominio de los mares y sus rutas, que unieron las colonias al corazón del reino a través del intercambio de las materias primas de las primeras y las manufacturas del segundo.

Para dominar las rutas marítimas, siempre ha sido y será preciso, poseer y controlar los territorios que, por su importancia geopolítica, atraen e irradian rutas o canales de aproximación aérea, marítima, terrestre y de información. Estos lugares del mundo actúan dentro de la estructura comercial como nodos de una red en las cadenas de suministros, y adquirirán mayor importancia cuanto mayor sea la inversión en infraestructura que posibilite el tráfico de bienes, servicios e información.

Redes, conectividad y economía

El comercio mundial y la generación de riqueza dependen de una red que facilite el intercambio de bienes y servicios para su uso, venta o transformación. En ese sentido, las islas Malvinas son, por su ubicación, puertas esenciales para la conectividad entre continentes y océanos, y deberán ser observadas tanto desde el punto de vista de la geografía como desde la perspectiva de una nueva disciplina llamada “Conectografía”, puesto que la centralidad de estas zonas está dada por su ubicación geográfica y por su capacidad productiva dentro de una red.

El fundador de FutureMap, Parag Khanna, presenta la Conectografía como una evolución de la geografía. Khanna expresa que, mientras la geografía nos indica cómo dividimos el mundo, la Conectografía nos describe cómo usamos el mundo, relacionando infraestructuras y cadenas de suministros dentro de una red. La conectividad de una red dependerá de la capacidad y eficiencia de sus principales nodos, en la medida en que estos se conviertan en ciudades de entrada o gateway-cities.

En su teoría de las gateway-cities, el geógrafo Andrew Burghardt postula la idea de que una “ciudad puerta de entrada”, a menudo, se desarrolla entre dos áreas de diversa productividad como una frontera pionera y posee características distintivas, como su capacidad logística, de procesamiento industrial y de generación de conocimiento.

Por ello, Burghardt se plantea la hipótesis de que, si la zona de acción de una gateway es lo suficientemente grande y productiva para soportar el surgimiento de grandes lugares centrales, entonces, la entrada llegará a funcionar como un “lugar central”.

Las bases militares extranjeras en el Atlántico Sur, particularmente, las de Malvinas, tiene capacidad para interferir, los intentos de coordinación entre américa del sur, África, la Antártida y los Océanos Pacífico e Índico (Archivo DEF)

Malvinas y su proyección bioceánica

A la luz de estos conceptos, será interesante observar el Atlántico Sur y sus ciudades ribereñas como una zona de elevado tráfico comercial debido al paso bioceánico, con una importante zona de explotación pesquera, con presumible presencia de minerales en el lecho y subsuelo, y como una zona con proyección directa sobre la Antártida.

En ese espacio, las islas Malvinas se destacan por su potencial en la capacidad de control y apoyo a las operaciones comerciales, logísticas y militares. También, en ese escenario, Ushuaia y Punta Arenas compiten por ser “lugares centrales” que atraigan e irradien avenidas de aproximación o rutas de navegación marítimas y aéreas, oceánicas y bicontinentales. Gran Bretaña siempre apostará por la desconexión entre ellas.

Cualquiera de estas tres urbes podrá ser el nodo más importante de la red en tanto desarrolle las capacidades y la infraestructura necesarias para convertirse en un punto de apoyo logístico para la extracción y el transporte de los recursos hacia las terminales de consumo, como así también un punto de apoyo para el emplazamiento de sistemas de control de las rutas que las atraviesan. La ciudad que más infraestructura desarrolle será un polo de atracción para las otras dos.

Los ejes de toda estrategia serán siempre los intereses, esos “objetos a los que les otorgamos valor”. Malvinas es un pedazo de tierra; pero, bajo la visión de la integridad territorial argentina, ese objeto cobra máximo valor y se convierte en un interés, porque la soberanía es un interés vital.

Ahora bien, en el mismo escenario del Atlántico Sur, existen otros actores que también le otorgan máximo valor a ese objeto y lo convierten en su interés. De esa competencia, surge la actual dialéctica de voluntades en conflicto.

Argentina posee en esa área algo más de 4 millones de kilómetros cuadrados de superficie bendecida con recursos naturales para abastecer al mundo de alimentos y energía. Tiene, también, reclamos de soberanía en sectores antárticos que coinciden, en gran parte, con los de Gran Bretaña y Chile.

China es el segundo usuario del canal de Panamá, una verdadera puerta de entrada a sus productos en América Latina y el Caribe y un centro de conexión aérea con el resto del continente (Archivo DEF)

El valor actual de las islas

Para lograr el dominio de estos espacios soberanos y de interés, será necesario abordar la cuestión Malvinas con un adecuado pensamiento estratégico. Reflexionar, metódicamente, en términos de conflicto, política y maniobra. El análisis deberá centrarse en la cuestión estratégica o conflicto a resolver a fin de distinguir la trama resultante del juego de intereses de todos los actores.

Malvinas es la colonia de un imperio (actual monarquía constitucional) que hace foco en “los mares abiertos” y que, además, es uno de los socios más importantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Quizás, las primeras motivaciones de aquel imperio eran las de situarse geográficamente en una región que le permitiese ampliar su área de influencia y dominio de rutas comerciales. Pero ¿cuál es la evolución de esa importancia inicial? ¿Cuál es el valor de Malvinas hoy? A todas las riquezas conocidas, les debemos sumar su importancia geopolítica desde el punto de vista de la Conectografía. Malvinas domina un área de inestimable valor que conecta océanos y continentes, y esa conectividad convierte a las islas en un eje de estrategia geopolítica para todos los actores presentes en ese escenario dispuestos a confrontar intereses.

Aumentar la conectividad entre los continentes americano y antártico es un desafío, si el objetivo es dominar el Atlántico Sur y Malvinas, por ser esta última un nodo fundamental en ese mapa de conexiones. Pero la conectividad depende del desarrollo de infraestructuras. Mientras el gasto militar mundial es de aproximadamente dos billones de dólares al año, el gasto en infraestructura es cuatro veces superior.

Además, la conectividad tiene una gran tendencia gemela en el siglo XXI: la urbanización planetaria. Las ciudades son la infraestructura que mejor nos define. La gente se concentra en las ciudades para estar conectada, y esa conectividad es la causa de su prosperidad.

Debiera ser un proyecto de país conectar Ushuaia, Petrel y Marambio y desarrollar el polo logístico Ushuaia. Es un deber hacer crecer esas ciudades, hacerlas habitables, conectarlas en todas las formas para dominar el Atlántico Sur.

Ushuaia y el desarrollo del Atlántico Sur

Siguiendo la hipótesis de Burghardt, “si la zona de acción de una gateway es lo suficientemente grande y productiva, puede convertirse en un lugar central”, entonces, es dable creer que la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur tiene condiciones de atraer a las Malvinas a partir del eje Ushuaia-Petrel-Marambio como “lugar central” y gateway para la explotación y el comercio de recursos naturales, la investigación científica, el turismo y la logística. Este desarrollo requerirá de un adecuado sistema de Defensa que controle y asista esas actividades.

Las bases militares extranjeras en el Atlántico Sur, particularmente la de Malvinas, tienen capacidad para interferir en los intentos de coordinación entre América del Sur, África, la Antártida y los océanos Pacífico e Índico. Estas bases serían también muy útiles como apoyo en rutas alternativas para eventuales enfrentamientos de la OTAN con China o Rusia, o en un conflicto con Irán.

Esas preocupaciones fueron expuestas en Argentina por los exministros brasileños de Defensa, Nelson Jobim, y de Asuntos Estratégicos, Roberto Mangabeira Unger, quienes explicaron el plan de desarrollo estratégico y defensa del Brasil. Los ministros manifestaron la necesidad de avanzar en una agenda común de iniciativas enfocadas en el desarrollo conjunto de Argentina y Brasil, la peligrosa capacidad de las bases militares británicas en el Atlántico para interferir en las rutas comerciales entre Brasil y África, la necesidad de controlar la Amazonia Azul y los recursos hidrocarburíferos descubiertos en la cuenca de Santos, y el consecuente plan de capacidades militares para proteger el desarrollo previsto.

En este sentido, el pensamiento estratégico argentino, al igual que el brasileño de aquellos años, debería definir, como ya mencionamos, la trama que se desarrolla en el escenario del Atlántico Sur a partir de la racionalidad y las motivaciones de los actores allí presentes. Las primeras preguntas a estudiar y responder serán: ¿qué fines persiguen Gran Bretaña, Estados Unidos y China, entre otros?, ¿cuál es su motivación?

Mangabeira nos acerca alguno de los caminos que deberán seguir nuestros planes. El primero será necesariamente la definición de un modelo de desarrollo que encuentre soluciones regionales a problemas regionales. Para concretarlo, “debemos rebelarnos contra el mayor impedimento a nuestra construcción nacional: el colonialismo mental”. Argentina, Chile y Gran Bretaña buscan conectar Antártida con sus ciudades más próximas; quien desarrolle más infraestructura ganará la competencia. En ese sentido, es muy importante nuestra relación y los acuerdos con Chile y Brasil.

Si bien Chile no es un actor con intereses directos sobre el Atlántico Sur, su posición compartida del estrecho bioceánico con la Argentina –además de las pretensiones sobre una porción del territorio antártico que coincide, en gran parte, con la de Argentina y también con la de Gran Bretaña– lo suma al escenario. Por ello, la adopción de una identidad estratégica cooperativa con Chile, para interponernos frente al Reino Unido con una actitud estratégica competitiva común, debería ser vista como un objetivo de nuestras relaciones internacionales y una oportunidad para la nación trasandina.

Punta Arenas compite con Ushuaia por ser un lugar central que atraiga e irradie avenidas de aproximación o rutas de navegación bicontinentales (Archivo DEF)

El día después del Tratado Antártico

Es importante pensar en el día después del Tratado Antártico. El año 2048 y la Antártida están muy cerca en tiempo y en distancia. Llegado ese momento, Argentina negociará o competirá con Gran Bretaña y Chile en una relación de dos contra uno, o de uno contra dos. A su vez, EE. UU. y China desean posicionarse y controlar el área: el primero, a través de sus socios y, el segundo, con inversiones en Argentina. Brasil y Chile.

¿Qué tríadas y coaliciones debemos conformar a partir de los intereses de cada uno de los actores involucrados? Juntos, los países latinoamericanos deberíamos enfrentar el dilema del desarrollo en el mundo global y el control de nuestros espacios soberanos teniendo en cuenta los tres mensajes de Raul Prebisch, que son el gran legado de su obra y que, igual que Mangabeira, nos instan a la rebeldía, pero sesenta años antes: primero, los países centrales conforman visiones del orden mundial funcionales a sus propios intereses. Por eso, señala, “es necesario rebelarse contra ese esquema teórico para resolver el dilema”. Segundo, es posible transformar la realidad y lograr, con los centros de poder mundial, una relación simétrica no subordinada. Tercero, la transformación requiere un cambio profundo en la estructura productiva para incorporar –en la actividad económica y social– el conocimiento, que es el instrumento fundamental del desarrollo.

Dice Parag Khanna que la carrera armamentista del siglo XXI será la competencia por la conectividad, y que la principal responsabilidad de los ejércitos no será la protección de fronteras sino de las cadenas de suministros.

El sostenimiento de las cadenas de suministros y su flujo, ambos necesarios para asegurar la conectividad antártica, requiere de puertos que cuenten con las características señaladas por Esther Bertram en “Gateway-ports in the development of Antarctic Tourism; Prospects for Polar Tourism”. En esta profunda investigación científica sobre los puertos de entrada antárticos, la autora toma la definición de gateway-city de Burghardt y particulariza el concepto diciendo que “un puerto de entrada a la Antártida será un puerto de la costa o de la isla capaz de beneficiarse y de controlar el acceso a los recursos antárticos y al Océano Austral, incluyendo la pesca, el turismo y el apoyo científico”.

Bertram sostiene que solo hay unas pocas ciudades en el mundo en condiciones de ser gateway de la Antártida, en razón de poseer puertos con las características mencionadas: “Ciudad del Cabo, Christchurch, Hobart, Punta Arenas, Ushuaia y la ciudad de Stanley”. (Puerto Argentino, en las Malvinas)

De las ciudades señaladas, tres están destinadas a formar parte de un escenario de competencia cada vez mayor en el Atlántico Sur debido a que cualquier maniobra estratégica pensada por Gran Bretaña siempre procurará acrecentar la descoordinación entre Punta Arenas y Ushuaia, y la coordinación entre Punta Arenas y Puerto Argentino.

Para finalizar, es importante reflexionar sobre los temas que inquietan a los grandes actores globales respecto del Atlántico Sur. Quizás, alguna pista pueda obtenerse de la pregunta planteada por los últimos dos comandantes del Comando Sur de Estados Unidos durante sus visitas oficiales a la Argentina, a los últimos dos ministros de Defensa: ¿China construirá el puerto en Ushuaia?

Ellos y nosotros estamos hablando de la conectividad y sus nodos. Estamos compitiendo por los nodos centrales de la comunicación bicontinental y bioceánica en el sur del mundo. Un fuerte alineamiento regional y significativas inversiones en infraestructura, urbanización y defensa en las ciudades del centro geográfico argentino, podrán conducir a que las islas Malvinas sean una puerta del Atlántico Sur y la Antártida, y a que la llave de esa puerta esté en poder de la Armada Argentina.

* El autor es General de Brigada (R) y exsecretario general del Ejército. Profesor de Prospectiva Estratégica y de Planeamiento Estratégico en la Universidad Nacional de Lanús y en la UNDEF

miércoles, 25 de octubre de 2023

Operación High Jump: ¿Existió la super fortaleza nazi en la Antártida?

La súper fortaleza nazi secreta en la Antártida: ¿realidad o ficción?

Billy Moncure || War History Online



La principal estación de investigación de Noruega, Troll, en Queen Maud Land. Foto: Islarsh Islarsh CC BY-SA 3.0

La idea de que los nazis establecieron una base secreta en la Antártida puede sonar como una loca teoría de conspiración de los rincones más oscuros de Internet, pero esta historia en realidad ha existido desde poco después de la guerra.

La “teoría” original fue propuesta en 1947 por Ladislas Szabo, un húngaro exiliado en Argentina. Afirmó que Hitler sobrevivió a la guerra y que los submarinos que atracaron en Argentina después de la guerra lo habían dejado primero en una base nazi secreta.

Propuso que el Schwabenland , un barco alemán que navegó a la Antártida en 1938, había establecido allí una base.

La acción militar británica y estadounidense en la zona alimentó las teorías conspirativas, y cuando Estados Unidos detonó tres bombas nucleares en la zona en los años 50, las especulaciones se descontrolaron.

Sorprendentemente, muchos de los eventos descritos en la historia fueron reales, incluso si la base nazi no lo fue.


El hidroavión alemán catapulta el barco MS Schwabenland, que llevó la expedición alemana Neuschwabenland a la Antártida de 1938

¿Por qué los nazis estaban en la Antártida?

Antes de profundizar en los hechos de la situación, cabe señalar que existen varias versiones sobre la historia de una base nazi en la Antártida. En los últimos años, varias de estas historias se han vuelto populares en línea, con docenas de sitios que las perpetúan.

La historia más simple es que había una importante base nazi escondida en la Antártida y que algunos nazis resistieron allí durante años después de la guerra.

Las teorías más extremas afirman que los nazis encontraron vida extraterrestre, o al menos tecnología extraterrestre, en la Antártida. Esto los llevó a establecer una extensa base subterránea en un conjunto de cavernas.

Obviamente, este no es el caso.

Territorio que comprende el territorio alemán reclamado Nueva Suabia marcado en rojo. Foto: Thomas Blomberg CC BY-SA 2.5

Aunque el Schwabenland navegó a la Antártida en 1938 con la intención de reclamar un área ahora conocida como la Tierra de la Reina Maud para el Reich, no se quedó el tiempo suficiente para construir estructuras significativas.

Según las estimaciones de un estudio de 2007, habría tomado alrededor de 20 días llegar al sitio de la supuesta base y regresar. Dado que Schwabenland solo estuvo en la Antártida durante unos 30 días, esto habría dejado solo diez días para construir una base completa.

Esto es inviable dado el clima y el hecho de que la construcción de la base habría tomado una cantidad significativa de tiempo.


El hidroavión alemán Lufthansa Dornier Do 18E (D-ABYM “Aeolus”) en la catapulta del MS Schwabenland. Foto: archivo de la revista The Flight CC BY-SA 4.0

El Schwabenland estaba en aguas antárticas por razones muy simples: intereses económicos y territoriales alemanes. La caza de ballenas desempeñó un papel importante en la economía alemana en la década de 1930, pero las ballenas en el Atlántico Norte habían sido cazadas en exceso.

Por lo tanto, los alemanes querían más información sobre las poblaciones de ballenas en el Atlántico Sur y pensaron que reclamarían algunas tierras mientras lo hacían.

El Schwabenland tenía dos hidroaviones que lanzó varias veces para inspeccionar el área. Aunque desembarcaron en la Antártida, los nazis nunca se quedaron allí más de unas pocas horas.


El Lufthansa Blohm & Voss Ha 139 “Nordmeer” alemán despegando del barco catapulta Schwabenland. Foto: archivo de la revista The Flight CC BY-SA 4.0

En cuanto a los submarinos que, según algunos, visitaron la base antes de dirigirse a Argentina para rendirse, ninguno de ellos tenía la capacidad de llegar a dicha base.

Para llegar al supuesto sitio, los submarinos habrían tenido que permanecer bajo el hielo marino durante unos diez días, lo que no pudieron hacer.

Participantes de la expedición antártica en la cubierta “Schwabenland”

¿Por qué hubo tanta actividad militar británica y estadounidense en la región?

Los teóricos de la conspiración aprovechan mucho la Operación Tabarin británica, que describen como un grupo de soldados de élite del SAS que se dirigen a la Antártida para evitar la amenaza nazi.

En realidad, la misión se lanzó con fines de investigación y para reforzar los reclamos territoriales británicos en 1943. Las bases que establecieron habrían sido una fuerza militar bastante pobre, ya que tenían un promedio de solo cinco ocupantes, ninguno de los cuales era SAS.

Estas bases también habrían estado mal posicionadas para el combate con los nazis en la Tierra de la Reina Maud, ya que se construyeron en el lado opuesto del continente, a unas 1.500 millas (2.414 kilómetros) de distancia.


La principal estación de investigación de Noruega, Troll, en Queen Maud Land. Foto: Islarsh Islarsh CC BY-SA 3.0

También hay que recordar que el mundo no se calmó tan pronto como los nazis se rindieron. Tanto los soviéticos como la OTAN lucharon por la Antártida al comienzo de la Guerra Fría.

En 1946, Estados Unidos llevó a cabo la Operación Highjump. Con más de 4700 hombres involucrados, esto podría parecer significativo. Sin embargo, 11 periodistas estuvieron presentes para cubrir toda la misión.


USS Sennet (SS-408) participando en la Operación Highjump

Esto se debe a que la misión fue diseñada para fortalecer los reclamos estadounidenses sobre el territorio, por lo que el gobierno quería que se informara ampliamente.

La operación también proporcionó a los soldados estadounidenses entrenamiento en condiciones árticas en caso de que alguna vez fuera necesario luchar contra los soviéticos en un terreno similar. Esta operación se llevó a cabo en el lado opuesto del continente desde la supuesta base.


Helicóptero Sikorsky R-4 aterrizando en el rompehielos USCGC Northwind durante la Operación Highjump

La bomba final

Entonces, si no hubiera una base, ¿por qué los estadounidenses arrojarían múltiples armas nucleares en esa área? La respuesta a eso es: no lo hicieron.

En realidad, las bombas se lanzaron sobre el océano a 1.500 millas (2.414 kilómetros) al norte de la Antártida y se detonaron intencionalmente a altitudes extremadamente altas.

Esto se llevó a cabo como parte de un acuerdo internacional para probar el impacto de las armas nucleares detonadas a gran altura.


Mapa alemán de la Antártida (1941) que muestra Neuschwabenland

Los observadores querían saber si la radiación caería hasta el suelo (no lo hizo) y cuál sería el impacto de las detonaciones en los equipos electrónicos.

Aunque estas pruebas, cuyo nombre en código es Operación Angus, se realizaron originalmente en secreto, se informaron y se reconocieron públicamente al año siguiente. Fueron desclasificados en 1982.

Una verdadera base nazi en el Ártico

Aquellos que pueden estar un poco decepcionados de que la realidad no esté a la altura de la imaginación de algunos escritores, podrían estar emocionados de saber que hay algunas bases militares genuinas en el Ártico establecidas por los nazis.


Imagen satelital de Franz Josef Land.
Alexandra Land es una parte de ella.

Recientemente, en 2016, se encontró una base nazi secreta en la isla de Alexandra Land. Los científicos rusos encontraron montones de documentos bien conservados, junto con cientos de artefactos, incluidas balas y búnkeres.

La base, llamada Schatzgraber (Treasure Hunter), se utilizó principalmente como estación meteorológica táctica. Tuvo que ser evacuado cuando sus habitantes comieron carne en mal estado y enfermaron.

Conclusión

Está claro, después de investigar la evidencia disponible, que las teorías de la conspiración no cuadran, incluso si las misiones militares en torno a las que giran realmente sucedieron.

Además de las inexactitudes descritas anteriormente, los teóricos de la conspiración no abordaron los principales problemas logísticos al establecer dicha base.

Batallón Trønder en misión secreta en la Antártida (1939). Foto: Trondheim byarkiv CC BY 2.0

Por ejemplo, ¿cómo habría adquirido alimentos la base hasta su supuesta derrota en los años 50? ¿Por qué los nazis habrían seguido aguantando en la Antártida, ahora que su causa estaba condenada al fracaso? Si tenían un plan maestro, ¿por qué esperar tanto?

En general, habría tenido mucho más sentido para los nazis utilizar estos recursos en Europa, en lugar de luchar por un glaciar gigante al otro lado del mundo.


martes, 25 de julio de 2023

Argentina: ¿Hubo un radar británico operando en Tierra del Fuego?

Las graves advertencias sobre el radar inglés en Tierra del Fuego expresadas por la máxima autoridad militar de la Argentina

El Jefe del Estado Mayor Conjunto de la las Fuerzas Armadas puso en juego su carrera militar en defensa de los intereses soberanos de la Argentina. Afirma que “resulta totalmente incompatible con la misión militar” de la Argentina y que en la decisión tomada por la Jefatura de Gabinete de Ministros, no intervinieron ni el Ministerio de Relaciones Exteriores, ni Defensa.

Agenda Malvinas

Paleo afirma que en LEOLABS “hay ex miembros del Departamento de Defensa de los EE.UU".


En una nota escrita por el Jefe del Estado Mayor Conjunto de la las Fuerzas Armadas de la República Argentina y publicada este 9 de julio en Infobae, titulada: “9 de Julio: soberanía, estrategia militar y ámbito espacial”, el Teniente General Juan Martín Paleo; expone la gravedad que posee la existencia de un radar de empresas británicas en el corazón de la Isla Grande de Tierra del Fuego, al punto de no esconder que el artículo tiene como “propósito” el de “alertar desde el nivel Estratégico Militar, la seria amenaza a la seguridad nacional que supone la puesta en operaciones de la instalación de antenas de radar para el seguimiento de satélites de órbita baja, por parte de la empresa de capitales británicos LEOLABS en la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur”. Asevera que, en la decisión tomada desde la Jefatura de Gabinete de Ministros, “no hubo intervención por parte de los ministerios competentes para tal efecto (Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio y Culto y el Ministerio de Defensa)”, y que su opinión o denuncia pública, tiene por objetivo poner de “manifiesto la necesidad de disponer de una alerta temprana que permita adoptar a tiempo contramedidas que eviten la afectación de nuestros intereses soberanos”.

Abrirle la puerta del gallinero al zorro

Como venimos indicando desde Agenda Malvinas desde el 26 de junio, Paleo también dice que “LEOLABS tiene sede en California (EE.UU)”, pero esta vez, ya con carácter oficial; indica que la misma “está compuesta de capitales británicos pertenecientes al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (RUGB)”; y que “en su propia página web, LEOLABS publica” no solo “que es la principal empresa mundial proveedora de servicios”, si no que entre sus roles, están especificados: “A) Monitoreo y consciencia situacional de utilidad militar (LEOGUARD); B) Monitoreo de la posición orbital de los satélites (LEOTRACK); C) Identificación y alerta por riesgos de colisión en el espacio (LEOSAFE); D) Asistencia para la ubicación, seguimiento y recuperación de contacto con cargas útiles recién lanzadas a la órbita baja terrestre (LEOLAUNCH); E) Evaluación de los riesgos de colisión satelital; F) monitoreo de lanzamiento de vectores”.

Las afirmaciones del Teniente General no quedan ahí, sino que además las amplia, como para precisar, el carácter “dual” de LEOLABS “(es decir civil y militar)”, y que entre los integrantes de su directorio, “hay ex miembros del Departamento de Defensa de los EE.UU y de la comunidad de inteligencia de dicho país, así como también de la Real Fuerza Aérea Australiana”. Hecho que tiene su concordancia, en tanto y en cuanto que “6 estaciones de radar de LEOLABS están situadas en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Portugal y Costa Rica”. Siendo los “tres primeros países miembros del “famoso acuerdo de “Five Eyes” que dichos Estados posee con el RUGB y Canadá que tiene por objetivo compartir datos de inteligencia”.

Ahondando los aspectos estrictamente militares, el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, enumera en qué consiste “la amenaza a nuestra seguridad nacional”, a partir de la instalación de este radar ingles en suelo fueguino y argentino:

1- Brindar alerta temprana y consciencia situacional del espacio de batalla espacial en la órbita baja en la Argentina. Esto en concreto significa que el RUGB podrá monitorear nuestra actividad satelital tanto civil como militar (cuyos proyectos son justamente satélites de órbita baja) desde nuestro propio territorio en Tierra del Fuego.

2- La banda de operación (banda S) declarada por la empresa, coincide con la banda de operación de las estaciones terrenas de emisión y recepción de datos en banda S, recepción en banda X y Ka de los satélites argentinos. Esta significa que podrían interceptar datos y consecuentemente observar objetivos terrestres, marítimos o detectar aeronaves.

3- Seguimiento de trayectorias y lanzamiento de vectores como los que está desarrollando la Argentina desde la CONAE (familia de vectores Tronador).

 

Misión del Instrumento Militar y el rol de la Inteligencia Estratégica Militar

En la extensa nota de opinión, la que evidentemente Paleo no escribió en una sola tarde; la máxima autoridad militar da cuenta, en qué consiste “la Directiva de Política de Defensa Nacional (DPDN)”; en referencia al “documento de máximo nivel que describe el escenario internacional”, donde están establecidas “la misión al instrumento militar y (…) los lineamientos que debe seguir (…) para cumplir esa misión. Directiva impartida por el Presidente de la Nación que de acuerdo a nuestra Constitución” recae en “el Jefe del Gobierno y en el Comandante en Jefe de las FF.AA”.

En ella subraya; que se encuentra establecida “(…) la persistente presencia militar, ilegítima e ilegal del REINO UNIDO DE GRAN BRETAÑA E IRLANDA DEL NORTE en las ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SÁNDWICH DEL SUR y los espacios marítimos e insulares correspondientes”, situación que “obliga (a las FFAA) a tomar los recaudos de planificación de capacidades, despliegue y organización acordes por parte de nuestro sistema de Defensa”.

Asuntos de Estado que lo llevan una vez más a ratificar, que “la instalación de la base de radar de la firma de capitales británicos LEOLABS resulta totalmente incompatible con la misión militar impartida por el Presidente de la Nación a las FF.AA a través de la DPDN”. Hecho que en párrafos posteriores vuelve a insistir cuando dice que “sería de una inocencia inaceptable en este nivel de Conducción considerar lo acontecido (la instalación del radar de LEOLABS en Tolhuin) como una mera casualidad”.

“En efecto como bien señala la DPDN el dominio aeroespacial resulta de vital interés para la nación en lo que se refiere a la producción de inteligencia estratégica militar. En el marco de nuestra Estrategia Militar Multicapa de Restricción de Área el dominio aeroespacial constituye nuestra primera capa de defensa a los fines de monitorear y estar en condiciones de anticipar mediante el empleo de satélites las maniobras de posibles Amenazas Estatales Militares Externas (AEME). Ser vulnerable en esta primera línea de defensa nos dejaría sin consciencia situacional para monitorear el ejercicio de nuestra soberanía en nuestro territorio y espacio jurisdiccionales y quedaríamos sin la capacidad de anticipar un ataque de una AEME”, asegura el Teniente General.

Lea aquí de manera completa, la imperdible nota del Tte General Juan Martín Paleo


Suspendieron la operación de un radar instalado por empresas británicas en Tierra del Fuego

El ministerio de Defensa de la Nación vetó la operación de un radar en Tolhuin, que de manera encubierta fue montado por dos empresas británicas. Están involucramos, familiares y asesores de un exfuncionario y de una diputada nacional por Tierra del Fuego.

Agenda Malvinas



La Subsecretaría de Telecomunicaciones y Conectividad de la Nación, decidió suspender la autorización precaria otorgada a la empresa LEOLABS ARGENTINA S.R.L, que permitía a través de sus filiales británicas radicadas en Ushuaia, operar un sistema de radares terrestres con los cuales podían rastrear objetos y supervisar las actividades en órbita terrestre baja, como chatarra espacial; pero también proveer información de carácter militar a los EEUU, al Reino Unido y por ende a la OTAN.

Si bien la información fue conocida este miércoles 28, la Disposición Número: DI-2023-14-APN-SSTYCO#JGM, fue emitida el pasado jueves 22 por la Subsecretaría de Telecomunicaciones y Conectividad de la Nación, dependiente del Jefe de Gabinete Ministros Agustín Rossi.

Aunque la situación no parece haber quedado ahí, dado que este jueves 29 está prevista una reunión en el Ente Nacional de Comunicación ENACOM, para analizar cómo llegaron a filtrarse las británicas LEOLABS SPACE HOLDINGS LIMITED y LEOLABS LIMITED, luego que los anuncios remitían a la radicación de LEOLABS ARGENTINA S.R.L como filial local de la estadounidense la LEOLABS INC.

La medida suspensiva de la Subsecretaría de Telecomunicaciones y Conectividad de la Nación, responde a un planteo directo del Ministro de Defensa de la Nación Jorge Taiana, toda vez que en sus considerandos la Disposición manifiesta: “teniendo que la solicitud del Sr. Ministro de Defensa involucra cuestiones de interés público, esta Subsecretaría considera necesario suspender la autorización otorgada a la empresa LEOLABS ARGENTINA S.R.L mediante Disposición N° 8/22, y dar intervención para que se pronuncien sobre la cuestión el MINISTERIO DE DEFENSA y el MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES, COMERCIO INTERNACIONAL Y CULTO”, para el caso la Cancillería.

Indicando además “que ha tomado intervención la DIRECCIÓN GENERAL DE ASUNTOS JURÍDICOS de la SUBSECRETARÍA LEGAL de la SECRETARÍA DE COORDINACIÓN LEGAL Y ADMINISTRATIVA de la JEFATURA DE GABINETE DE MINISTROS”.

A pesar que la controversia tiene sustento en la publicación de Boletín Oficial (B.O.) Nº 5065, de la Provincia de Tierra del Fuego, de fecha viernes 4 de marzo de 2022 que oficializa la radicación de LEOLABS SPACE HOLDINGS LIMITED y LEOLABS LIMITED en Ushuaia; por el momento, el gobierno fueguino no ha dado ninguna explicación, o una declaración oficial para entender cómo llegaron las británicas a tener tan alto nivel de avance que se conoció y logró ser frenada, a partir de las advertencia de la prensa.

FOTOGRAFIAS: EL DETAPE WEB