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miércoles, 5 de junio de 2013

Malvinas: La C Ing Com 601 vuela el puente Fitz Roy

Voladura del Puente en Fitz Roy 



El 2 de junio de 1982 tiene un recuerdo muy especial para los integrantes del Arma de Ingenieros. Ese día, el Teniente 1ro Horacio Darío Blanco, perteneciente a la Compañía de Ingenieros de Combate 601, detonó las cargas colocadas en el puente de Fitz Roy, y con esa acción de guerra propició el que posteriormente fue llamado por los mismos ingleses “El desastre de Bluff Cove” o The disaster of Fitz Roy, en otras traducciones. 

En el testimonio brindado en el libro Historias de soldados, el mismo oficial relata la sucesión de hechos que llevaron a esta crucial instancia de combate. El 18 de mayo de 1982, Blanco se encontraba al frente de su Sección instalando un trecho de franja minada al sur de Puerto Argentino, cuando recibió la orden del Capitán Dunn (el 2do jefe de Compañía) de reunirse con él. Juntos se trasladaron al Puesto Comando del Jefe de Compañía donde fueron informados que el personal que daba la seguridad al puente cercano al establecimiento de Fitz Roy se estaba replegando hacia Puerto Argentino. 

Es de consignar que este puente estaba ubicado en un estuario, al Sudoeste de Puerto Argentino y se trataba de una obra de cien metros de largo, con calzada de madera y gruesos pilotes de hormigón. Cruzaba el profundo estuario y comunicaba las localidades de Fitz Roy, donde había un establecimiento rural, con Puerto Argentino. Los que se habían replegado no habían podido “dar fuego” a las cargas que habían instalado en el puente. La importancia estratégica de ese puente era fundamental. A través del curso de agua, podían llegar naves que desembarcarían tropas, acortando el camino hacía Puerto Argentino. 
Luego de que el Teniente Blanco seleccionara al personal, preparara el armamento y cargara el único explosivo de que disponían -unos 40 Kg de Trotyl- él, dos suboficiales y diez soldados se pusieron en camino por medio helitransportado. Una vez en la zona del puente, pudieron comprobar que las cargas colocadas anteriormente fallaban, porque el circuito pirotécnico, debido a las inclemencias del tiempo, tenían sus mechas húmedas. Los Ingenieros de Ejército procedieron entonces a la colocación de las cargas que habían transportado. 
El explosivo, a modo de carga rápida, fue colocado en el estribo de la primera orilla y también en los dos primeros apoyos del mencionado puente se afirmaron cargas de trotyl. Era dificultoso instalar un sistema de seguridad adecuada, ya que en el lugar no había vegetación para ocultar el vivac que levantaron en una hondonada, que distaba a unos 300 metros del puente. La situación no era de las mejores, pues, sumándose a las inclemencias del tiempo, no se lograba establecer comunicación radial nocturna con el Puesto Comando del Jefe de Compañía en Puerto Argentino. Durante el día, un soldado custodiada el lugar del puente y otro soldado, el lugar de vivac. De noche, la vigilancia se repartía en dos turnos y tres puestos de guardia que cubrían el terreno, en un radio de 360 grados. Cada tres días se extraían los detonadores eléctricos de las cargas, se les “daba fuego” (se los activaba) y se los reemplazaba por otros detonadores, manteniendo siempre el circuito eléctrico en aptitud operable. Los víveres no faltaban- y según relata el Teniente Blanco en su testimonio- “la dieta variaba cuando alguna oveja desprevenida se acercaba demasiado”. Pero la aparente calma en que se desenvolvían los efectivos afectados al puente Fitz Roy ya estaba terminando. 
El 30 de mayo los ingleses ocuparon el monte Kent, sobrepasando por el Noroeste la posición en que los Ingenieros se encontraban. Entre el 30 de mayo y el 1º de junio helicópteros británicos comenzaron a merodear la zona del puente Fitz Roy. Para más complicaciones, el operador de radio, Cabo Luis Ernesto Fernández, tropezó con una trampa explosiva y recibió en su pierna esquirlas de granada. El 2 de junio, el Jefe de Compañía les informó radialmente a los efectivos destacados en el puente que, debido a la superioridad aérea enemiga, sería imposible trasladarlos mediante helicópteros a Puerto Argentino. De modo que el regreso debía hacerse por sus propios medios y a pie. A las 11 horas, un vehículo 
que transportaba a un grupo de Buzos Tácticos de la Armada que iban a Puerto Argentino fueron los últimos en cruzar el puente. 
La situación empeoraba. A las 14.30 horas de aquel 2 de junio de 1982 el Teniente Blanco “dio fuego” a las cargas, destruyendo casi totalmente el puente. Enseguida se inutilizaron los medios eléctricos, se aligeró el equipo individual y se comenzó la marcha a pie con rumbo a Puerto Argentino, distante de allí unos 25 kms. Esta marcha estuvo jalonada de esfuerzos y peligros. El Cabo Fernández apenas podía marchar, luego de horas de camino y poco después sufrieron un intenso bombardeo naval que castigó una altura próxima al sitio donde los efectivos de Ingenieros habían hecho un alto, ya que estaban muy cerca de las posiciones ocupadas por el Regimiento de Infantería 4. Al amanecer, luego de vivir 
aquella odisea, encontraron el sendero hacía Puerto Argentino y fueron transportados en vehículo a la capital malvinera. 
-Las consecuencias de la voladura del puente Fitz Roy fueron desastrosas para los británicos. Dos de sus naves de guerra, el HMS “Sir Galahad” y el HMS “Sir Tristam” que habían llegado al estuario transportando un regimiento de Guardias Galeses, no pudieron desembarcarlos y debieron 
aguardar. En esas condiciones, el 8 de junio de 1982 soportaron el ataque de los aviones de la Fuerza Aérea Argentina. 
El saldo fue de casi cincuenta muertos y más de cien heridos, y los dos navíos de guerra quedaron fuera de combate. Estas acciones bélicas fueron amargamente recordadas por los británicos, quienes al referirse a ellas las denominaron “el desastre de Bluff Cove”, ya que la Guardia Galesa debía unirse a otras tropas británicas en Ensenada Bluff (Bluff Cove) o según otra versión The disaster of Fitz Roy y del lado argentino se lo denominó “El descalabro inglés en Bahía Agradable” 

(Fuente: Informe Oficial del Ejército Argentino - Conflicto Malvinas) 

Revista Soldados 7 (2012)