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sábado, 12 de agosto de 2023

Malvinas: La geoestrategia de la operación Algeciras

¿Cómo planeó Argentina ganar la guerra de las Islas Malvinas: una incursión de los “doce del patíbulo” en Gibraltar?

Un capítulo olvidado en la guerra por las Islas Malvinas.

por Ed Nash || The National Interest

Cuando Argentina invadió las remotas Islas Malvinas y Georgias del Sur en abril de 1982, apoderándose de Gran Bretaña junto con sus 1.800 habitantes, la junta militar que gobernaba el país pensó que tenían un hecho consumado y que los británicos no podían hacer nada para responder. punto de vista que sostenían muchos, incluidos los Estados Unidos.

La actitud resultó miope. Los británicos formaron un grupo de trabajo naval y lanzaron la "Operación Corporate", una expedición para recuperar las islas y reafirmar la soberanía británica. La confianza inicial del ejército argentino de que la misión estaba más allá de las capacidades de la Royal Navy y las Fuerzas Terrestres Británicas comenzó a convertirse en alarma cuando se hizo evidente que una fuerza sustancial se dirigía al Atlántico Sur para enfrentarlos.

El jefe de la Armada Argentina, y miembro de la junta militar que dirigía el país, así como el arquitecto principal del plan para apoderarse de las islas en disputa, fue el almirante Jorge Anaya. Mientras desarrollaba los planes de defensa de su armada, concibió la audaz idea de atacar a la Royal Navy donde menos lo esperaba: en uno de sus puertos de origen. 

Dado que la fuerza británica dependía de una enorme cola logística para apoyar la operación, el razonamiento fue que, al demostrar la debilidad de sus defensas, los británicos se verían obligados a retirar recursos críticamente escasos para proteger sus instalaciones y lanzar toda la contrainvasión. en duda.

Con esta idea en mente, los argentinos comenzaron a buscar por dónde golpear. Se consideró que la seguridad en Gran Bretaña era demasiado estricta, por lo que se formó otro plan: utilizando buzos armados con minas lapa, los argentinos hundirían o dañarían un buque de guerra de la Marina Real en Gibraltar. Y tenían justo al hombre en mente.

En 1974, una mina lapa mató al jefe de la Policía Federal Argentina mientras se encontraba en su yate. Menos de un año después, el nuevo destructor Tipo 42, el Santisima Trinidad , que aún estaba en construcción, fue saboteado cuando una carga detonó debajo de su casco mientras se estaba equipando. El daño retrasó la finalización del barco durante un año.

Los ataques fueron perpetrados por un grupo terrorista conocido como Los Montoneros, un grupo de izquierda que se oponía al gobierno militar. El buzo que dirigió los ataques fue Máximo Nicoletti, un hábil instructor de buceo cuyo padre había servido en los famosos comandos navales italianos durante la Segunda Guerra Mundial. 

En algún momento después de estos ataques, Nicoletti fue capturada por los militares y obligada a trabajar para sus antiguos enemigos. Como resultado, ayudó en varias operaciones encubiertas antes de encargarse de liderar el ataque propuesto. 

Al más puro estilo "Dirty Dozen" o Los 12 del Patíbulo, su equipo estaba compuesto por otros dos exMontoneros que habían ayudado en los ataques terroristas anteriores y, como Nicoletti, cambiaron de bando una vez capturados. La intención de los argentinos era que, en caso de que el equipo fuera capturado, podrían cancelarlo y explicarle al mundo que eran simplemente patriotas en su propia misión. El comandante general era un agente argentino y ex oficial naval, Héctor Rosales, que no participaría en el ataque y era el enlace con el ejército argentino.

El comando voló a España el 24 de abril de 1982. Las minas lapa, modelo italiano, fueron enviadas a Madrid en valijas diplomáticas y entregadas por el agregado naval argentino. Luego, el equipo usó diferentes vehículos para trasladarlos a ellos y su equipo, que incluía respiradores y 75 kg de minas, a la ciudad costera de Algeciras, al otro lado de la bahía de Gibraltar.

El viaje fue tenso. España era la anfitriona de la Copa Mundial de Fútbol de ese año y, sufriendo su propia situación terrorista en la forma del grupo vasco ETA, la seguridad era estricta. Había retenes policiales en muchas carreteras y el equipo argentino tuvo que vigilar mientras transportaban los explosivos por el país. 

Al llegar a Algeciras, el equipo compró un bote de goma y aparejos de pesca. Usando esto como su coartada, procedieron a reconocer la bahía y trazar su plan mientras esperaban órdenes para atacar.

El alto mando argentino no estaba listo para dar el permiso en un principio, aún con la esperanza de que se pudiera llegar a una solución diplomática. Pero el 2 de mayo, el submarino británico Conqueror hundió al crucero ligero argentino General Belgrano, provocando la muerte de 323 marineros argentinos.

Con esta acción, era evidente que el conflicto era inevitable y el 3 de mayo se dio permiso para que los comandos atacaran el primer objetivo viable. Este llegó el 10 de mayo en la forma de la fragata clase Leander, la HMS Ariadne.

El plan era que el equipo remara hacia la bahía alrededor de las 6 p. m. de la noche siguiente como si estuviera pescando, nadando hasta la fragata y plantando las minas a la medianoche, y luego regresando a las 5 a. m. de la mañana siguiente. Las minas serían programadas para detonar después de esto.

Con el plan en orden, el equipo se dispuso a asegurarse de que su ruta de escape estuviera lista y dos de ellos regresaron a la compañía de alquiler de autos que estaban usando y pagaron en efectivo para renovar su contrato, como lo habían hecho en ocasiones anteriores. Aunque es probable que nunca se confirme con certeza, fue esta acción la que se atribuye al fracaso de la misión. 

Un banco local había sido asaltado recientemente por una pandilla compuesta por argentinos y uruguayos, y la policía había pedido a los negocios locales que estuvieran atentos a los culpables. El propietario del coche de alquiler, que sospechaba del equipo, llamó a la policía. El equipo fue arrestado de inmediato. (Cabe señalar que otras fuentes indican que la inteligencia británica estaba monitoreando las comunicaciones de los argentinos y avisó a la policía española. La verdad del asunto probablemente siempre será discutible). Esto, a su vez, condujo al rápido arresto de Nicoletti y el otro miembro del equipo, quienes estaban durmiendo en su hotel preparándose para el largo nado que esperaban emprender.

Nicoletti informó rápidamente a las autoridades españolas sobre sus identidades y misión, presentándoles un verdadero dilema. Como miembro recién incorporado a la OTAN, España era ahora un aliado británico. Sin embargo, no queriendo enemistarse con los argentinos, los españoles decidieron que la discreción era lo mejor y rápidamente deportaron al equipo sin comentarios.

Nunca se sabrá realmente si la operación, de haber tenido éxito, habría marcado alguna diferencia en el resultado final del conflicto. El 21 de mayo los británicos desembarcaron sus tropas en las Malvinas y el 14 de junio se rindió la guarnición argentina. 

Pero lo que es, sin duda, es que toda la operación británica se llevó a cabo con muy poco dinero. La pérdida de otro barco por parte de la Royal Navy, solo una semana después del hundimiento del HMS Sheffield y tan cerca de casa, sin duda habría sido un gran impacto.

La Operación Algeciras puede haber fracasado, pero sigue siendo un gran caso de estudio para el pensamiento innovador en operaciones especiales, así como un ejemplo de cómo las cosas más simples pueden hacer que un plan fracase.

sábado, 4 de febrero de 2023

Argentina: El imprescriptible terrorismo peronista

“El poder político brota de la boca de un fusil”: la brutal confesión de Firmenich luego de reunirse con Perón

El 3 septiembre de 1973, un mes y medio antes de asumir el gobierno, Perón definió a los guerrilleros: “Delincuentes que hay que hacerlos tomar por la policía”. Tres días después, el ERP intentó copar el Comando de Sanidad y mató a un coronel. El 8, el futuro mandatario se reunió con la Juventud Peronista. Pero no pudo torcer la violencia que vivía el país
Por Juan Bautista Tata Yofre || Infobae



Juan Domingo Perón y Mario Firmenich

Si Oscar Conde, el maestro del lunfardo, tuviera que definir a la distancia el mes de septiembre de 1973 simplemente nos diría: “un balurdo”. Es decir, desorden, confusión, escasa armonía entre la gente. La Argentina, como en otras ocasiones, estaba envuelta en un gran balurdo del que le costaba salir. Héctor J. Cámpora, el presidente constitucional que había asumido el 25 de mayo de 1973, ya no estaba. Su gestión había durado apenas 49 días signados por el caos al que Juan Domingo Perón puso término con un “golpe palaciego”. Tras encontrar una solución de último momento, lo sucedió momentáneamente Raúl Lastiri, el presidente de la Cámara de Diputados. En agosto el Frente Justicialista de Liberación proclamaba la fórmula Perón-Perón para la contienda presidencial del 23 de septiembre y, para dar una imagen de ficticia unidad, el 31 todo el peronismo lo homenajeó con un desfile de varias horas. Frente a su persona pasaron la juventud que proclamaba la patria socialista y el sindicalismo ortodoxo, más conservador. En esas mismas horas, en Argel, la Argentina se incorporaría como miembro activo al Movimiento de Países No Alineados y Jorge Raúl Carcagno, el jefe del Ejército, viajaría a Caracas con un discurso “progresista” antiamericano que poco tenía que ver con lo que Perón pensaba en la intimidad. Claro, en diciembre el jefe militar era desplazado. Como si todo congeniara con el momento que se vivía, faltaban apenas once días para el martes 11 de septiembre, jornada en que medio Chile, con sus Fuerzas Armadas, terminaba con la gestión socialista-comunista de Salvador Allende Gossens y éste se pegara un tiro dentro del Palacio de la Moneda.

José López Rega, Perón e Isabel saludan a los que desfilan frente a la CGT

En medio de sus actividades de campaña, Perón se dio tiempo para asistir el lunes 3 de septiembre al Ministerio de Economía para escuchar una larga exposición de José Gelbard y una veintena de funcionarios. Todo consistió en un triste inventario de fracasos anteriores y esperanzados objetivos que serian incumplibles. Por la noche fue entrevistado en su residencia de Gaspar Campos durante una larga hora, por los periodistas Sergio Villarruel (comentarista político de Canal 13), Roberto Maidana (división noticias de PROARTEL) y el director del diario La Opinión Jacobo Timerman. Durante el largo diálogo se le preguntó:

-Nace en el país un fenómeno nuevo: el de la resistencia armada en una u otra forma, que poco a poco va derivando a lo que es hoy la guerrilla. ¿Cuál será la estrategia de su gobierno frente a este fenómeno?

-Las fuerzas de izquierda, de cualquier naturaleza que sean, si actúan dentro de la ley, para nosotros son respetables como cualquier otra, pero dentro de la ley. La gente que quiere emplear la metralleta para hacerse rico – porque la emplean también para eso – o para imponer también una voluntad que no es la que fija la ley, eso es una sola cosa: es un delincuente que hay que hacerlo tomar con la policía, para eso está la policía.

Pocas horas más Perón se daría cuenta que con la policía no alcanzaba y se volcaría hacia soluciones más drásticas. También afirmo que a “la juventud hay que tenerla aparte y no contaminarla. A los muchachos no hay que cortarles las alas hay que dejárselas, ya el tiempo se encargará de írselas cortando. Los muchachos se han exacerbado un poco. Por eso dice Chou En-lai: ‘la juventud es maravillosa pero no hay que decírselo’. Dios me libre si se los decimos todos los días”.

Entre otros, rodean a los novios Vicky y Joaquín, Santiago Costantini, César “Banana” Pueyrredón, su hermano Daniel, Juan José Guiraldes, “Tano” Ruzzi y Santiago Berhongaray

En particular, cuando el candidato hablaba de la juventud se refería a los “muchachos” que más se hacían ver en los diarios por sus rebeldes y criminales actitudes. Existían otros que se preparaban para transitar otros caminos y en muchos casos serian exitosos. El miércoles 5 de septiembre, bendecidos por el Obispo de San Isidro Jorge Casaretto, se casaron Joaquín Alonso con “Vicky” Correa Ávila. La fiesta se realizó en el club sirio-libanés de Ayacucho y Melo y hasta allí concurrieron a saludar al escribano Joaquín Alonso, director del Banco de la Provincia de Buenos Aires, y los novios, parte de la flor y nata del peronismo en el poder. Entre varios, el ministro del Interior, Benito Llambí y su señora Beatriz Haedo, el senador Ítalo Luder, Antonio Cafiero (Caja Nacional de Ahorro y Seguro), Ricardo Guardo, el ministro Jorge Taiana, Ildefonso Recalde (presidente de la CGE), Juan José “Cadete” Güiraldes y el periodista Bernardo Neustadt. Entre las jóvenes sobresalían Myette Ferrecio, “Guagua” Alonso y Patricia la hermana de la novia. Pasada la medianoche -el novio recuerda hoy—”los mayores”, como respondiendo a una señal convenida, se fueron retirando con caras de preocupación. “Algo estaba pasando y no lo decían”: en esas horas del jueves 6 de septiembre, la “Compañía José Luís Castrogiovanni” del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) atacaba el Comando de Sanidad ubicado en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires, con la intención de robar armas, municiones y equipos médicos. La incursión terrorista fue posibilitada por el entregador soldado dragoneante Hernán Invernizzi, encargado de los relevos de la guardia, que ordenó abrir las puertas del Puesto 2 del instituto militar para dejar entrar un camión Ford 350 que, supuestamente, traía vituallas.

Título de tapa de Clarín del 7 de septiembre de 1973

Así fueron sorprendidos el teniente primero Eduardo Rusch y el soldado dragoneante Osvaldo Degdeg heridos con varios disparos. El operativo fracasó porque dos soldados lograron evadirse y se presentaron a la comisaría 28a, cercana a tres cuadras, y puso sobre aviso al Comando Radioeléctrico que rodeó la guarnición. Cuando tomaron conciencia de que estaban cercados, los asaltantes discutieron si debían rendirse o resistir el ataque. El primer paso fue la entrega de los heridos Rusch y Degdeg --llevaban horas sin ser atendidos—dejados en la vereda de la Unidad. Por los fondos entró un grupo de militares al mando del teniente coronel Raúl Juan Duarte Ardoy. Cuando los terroristas se vieron atacados por su retaguardia –pese a haberse rendido e izado una sábana como bandera blanca- abrieron fuego y la metralla mató a Duarte Ardoy, segundo Jefe del Regimiento Patricios. También fueron heridos otros oficiales y soldados, como es el caso del teniente Néstor Castro Vellaz, herido en el hígado cuando acompañaba a su jefe. Luego de arduas negociaciones, vía telefónica, los guerrilleros –que reclamaban la presencia de un juez, periodistas y legisladores—se rindieron.

Coronel Raúl Duarte Ardoy

Además del propio soldado entregador, figuraban como miembros del comando asaltante Alberto Clodomiro Elizalde Leal, Miguel López, Ramón Gómes, Martín Ricardo Marcó y Carlos Ponce de León amnistiados el 25 de mayo de 1973. En el caso de Ponce de León había sido condenado por la Cámara Federal Penal de la Nación, previo a su amnistía, por el secuestro y asesinato del presidente de la FIAT, Oberdan Sallustro, en abril de 1972. Otro, Alejandro “Lucas” Ferreyra Beltrán, había participado en la fuga de los presos del penal de Rawson hacia Chile y posteriormente a Cuba en agosto de 1972. La Prensa agregó otros nombres: Eduardo Anguita, Rubén Oscar Juárez, Rodolfo Rodríguez, Oscar Mathews, Arturo Vivanco y Gabriel Di Benedetti, hermano del “Tordo” Osvaldo Sigfrido Di Benedetti, sindicado como responsable y partícipe de numerosos hechos terroristas. Apenas unos días más tarde, el Poder Ejecutivo Nacional emitió el Decreto Nº 1453/73 por el que se declaró ilegal la actividad del autodenominado Ejército Revolucionario del Pueblo.

Carlos Ponce de León

El ataque del PRT-ERP tenía una explicación: la conducción ya estaba pensando en la formación de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez que aparecería en Tucumán algunos meses más tarde y los 150 fusiles FAL y municiones que estaban en la Sala de Armas les eran imprescindibles.

El ataque fue el primero de la guerrilla marxista -- del PRT-ERP-- desde la asunción de las autoridades constitucionales el 25 de mayo del 1973 ( Cámpora – Lima ) y marcaba la tendencia de este grupo subversivo a focalizar su táctica de combatir a las Fuerzas Armadas y de Seguridad, sumado a los secuestros extorsivos.

Los atacantes una vez terminados los combates dentro del Comando de Sanidad

El sábado 8, Juan Domingo Perón se reunió con representantes de la juventud peronista por espacio de dos horas en una casa vecina de Gaspar Campos 1065. La cumbre fue el resultado de conversaciones previas con varios grupos y en especial, unos días antes, cuando Roberto Quieto y Firmenich se entrevistaron con Perón. En esta ocasión concurrieron representantes de otros sectores, como la Concentración Nacional Universitaria (CNU), Juventud Sindical Peronista (JSP), Guardia de Hierro, Fuerzas Armadas Peronistas “17 de Octubre” (FAP-17). Por la Tendencia Revolucionaria asistieron, entre otros, Juan Carlos Dante Gullo, Jorge Obeid, Miguel Mosse, Guillermo Amarilla, Ismael Salame, Pablo Ventura, que representaban a distintos estamentos con relación directa a Montoneros. Por Montoneros concurrió el propio Firmenich junto a Alberto Molina. Por FAR lo hicieron Roberto Quieto y José Lewinger. Durante la reunión se habló de la futura organización de la juventud, algo que no se concretaría desde el momento en que la denominada Juventud Peronista iba tomando distancia del líder y al año siguiente—tras la muerte de Perón—Montoneros pasaría a la clandestinidad. Lo más relevante no se dijo adentro de la reunión sino afuera. Lo afirmó Firmenich, tras una pregunta de la propia revista El Descamisado del 11 de septiembre, es decir era un diálogo preparado de antemano:

-¿Hasta ahora las organizaciones político militares FAR y Montoneros se han caracterizado por expresarse militarmente a través de la guerrilla urbana, esta gestión de ustedes implica un cambio de método en el accionar político de estas organizaciones?

-La guerrilla es sólo una de las formas de desarrollar la lucha armada; es sin duda el más alto nivel de lucha política. Este método se desarrolla cuando los objetivos políticos no pueden ser alcanzados a través de las formas no armadas de la lucha política.

-¿Esto quiere decir que ustedes abandonan las armas?

-De ninguna manera: el poder político brota de la boca de un fusil. Si hemos llegado hasta aquí ha sido en gran medida porque tuvimos fusiles y los usamos; si abandonáramos las armas retrocederíamos en las posiciones políticas. En la guerra (existen) momentos de enfrentamientos, como los que hemos pasado, y momentos de tregua en los que cada fuerza se prepara para el próximo enfrentamiento. En tanto no haya sido destruido el poder del imperialismo y la oligarquía debemos prepararnos para soportar y afrontar el próximo enfrentamiento…”

Para no ser menos, el 25 de septiembre de 1973 asesinaron a José Ignacio Rucci, el secretario general de la CGT.

sábado, 16 de julio de 2022

Terrorismo: Montoneros se disputan fondos del EA

La interna del Frente de Todos llega al Ejército con una operación frustrada

Paso la semana más intensa de los últimos tiempos dentro del Ejército por una operación política que fuentes castrenses le adjudican al general Juan Martín Paleo y a su asesor Rosenda Fraga. La pelea entre Jorge Taiana y el primo de Agustín Rossi. El rol del general López Blanco.
Beto Valdez  || Mendoza Online

 
 

Luego de una semana de tensión y conspiraciones dentro del Ejército que no registra antecedentes, la mayoría de las fuentes consultadas por MDZ coinciden en responsabilizar al general Juan Martín Paleo y a su asesor Rosendo Fraga de iniciar una operación política para reposicionarse en un escenario que cambió desde la llegada de Jorge Taiana a la cartera de Defensa. El jefe del Estado Mayor Conjunto ya no conserva el poder que había acumulado durante la gestión de Agustín Rossi porque el actual ministro desembarcó con otras intenciones.

Paleo se siente incómodo porque (el asesino convicto) Taiana no le da espacio y se empieza a frustrar su proyecto personal”, cuenta una fuente que conoce muy bien los pasillos del Edificio Libertador.  La sospecha que circula en esos despachos, donde está la sede del Ministerio, el Estado Mayor del Ejército y el Conjunto, es que la información sobre una supuesta ofensiva para instalar al general Diego López Banco como nuevo jefe de la fuerza salió el viernes pasado vía mail desde esa dirección. “No se va a poder probar nada pero los indicios apuntan contra los operadores de Paleo para desgastar a la actual conducción del Ejército”, agregan desde las oficinas donde funcionaba el viejo Ministerio de Guerra.




El tema central es que López Banco y Paleo no gozan del afecto de sus camaradas. El número dos de la institución es muy criticado por su estilo excesivamente ambicioso y, como comentamos esta semana, por tener una empresa de seguridad que figura a nombre de su suegro, el coronel (RE) José Rodolfo Baneta. El otro dato que genera ruido es que López Banco tiene una excelente relación con el senador Óscar Parrilli, aunque a esta altura parece poco probable que pueda impulsar su designación en reemplazo del actual titular del Ejército, el general Guillermo Pereda.  Además, ambos oficiales superiores tienen una buena relación y esta semana se mostraron juntos para desmentir esos rumores que le adjudican a Paleo y Fraga.

La otra cuestión estratégica es que Taiana tiene una interna con el viceministro Sergio Rossi, quien venía sosteniendo a Paleo y tratando de darle continuidad a la gestión de su primo. Pero cuentan que el actual jefe de la cartera está “muy radicalizado ideológicamente”. Taiana está muy alineado con el régimen chino y mantiene excelentes contactos con funcionarios de Beijing. Ese es un activo para Paleo ya que fue agregado militar en ese país, pero parece más fuerte el prejuicio ideológico del excanciller.  Aunque tampoco quiere polémicas y ruido interno, bastante nervioso se puso hace unos meses cuando se inició el conflicto con los mapuches que reclamaban la Escuela Militar de Montaña en Bariloche.

A todo esto el jefe del Estado Mayor Conjunto percibe que su proyecto personal se diluye y trata de sostener a toda costa el posicionamiento mediático y los vínculos con referentes del "círculo rojo". Los voceros castrenses cuentan que su asesor Fraga le viene armando reuniones con dirigentes políticos, judiciales y empresarios periodísticos. “La idea de Rosendo era transformar a Paleo en un nuevo líder militar con buena imagen y llegada a todos los sectores”, revelan las fuentes.

jueves, 16 de diciembre de 2021

Gobierno criminal argentino: Terroristas deciden quién es el jefe del Ejército

Como fue la operación política para forzar el cambio en la jefatura del Ejército

Si bien era un secreto a voces, la salida del jefe del Ejército, general Agustín Cejas, fue parte de una operación impulsada por el titular del Estado Mayor Conjunto, general Juan Martín Paleo, con aval de las autoridades del Ministerio de Defensa. Intrigas y fricciones en la interna castrense.
Beto Valdez || MDZ


 
Dos impresentables: el putañero de Alberto "Conchita" Fernández y el terrorista asesino ministro de defensa Taiana
Foto: Casa Rosada


Desde el arranque de la gestión del presidente Alberto Fernández, la relación entre el jefe de Estado Mayor Conjunto, Juan Martín Paleo, con el titular del Ejército, Agustín Cejas, fue muy friccionada y las discrepancias fueron creciendo. En el mundo castrense y político se sabía desde hace tiempo que Paleo buscaba el relevo del jefe del Estado Mayor General de la fuerza, objetivo que logró en los últimos días gracias a una operación avalada por las autoridades del Ministerio de Defensa.

En sectores de Juntos por el Cambio especializados en el mundo castrenses se venía mirando con desconfianza el rol del titular del Estado Mayor Conjunto a quien señalan como funcional al kirchnerismo. “Por más que tenga a Rosendo Fraga como asesor, Paleo arrancó desde el primer día demasiado alineado con Agustín Rossi”, comenta un experto muy cercano a Miguel Pichetto.

Incluso, ahora destacan que también cerró una excelente relación político con el nuevo ministro Jorge Taiana, un funcionario que no es muy popular en las Fuerzas Armadas por su pasado guerrillero. Paradójicamente, Paleo fue agregado militar en China, una nación que geopolíticamente le interesa mucho al exsenador y su jefa política Cristina Fernández de Kirchner.



Lo concreto es que Cejas, sin ser un gran conductor, se había ganado la simpatía de muchos sectores militares por sus posturas favorables a reivindicar y homenajear a los oficiales, suboficiales y soldados muertos en enfrentamientos con Montoneros y el ERP. Esos gestos generaron rechazo en los organismos de derechos humanos y en el CELS de Horacio Verbitsky. “Su salida estaba sentenciada de hace tiempo”, comentan en su entorno.

Pero se necesitaba una excusa para desprestigiar al titular del Ejército y así impulsar una salida mucho menos explosiva. Mediante un trabajo de investigación poco espontáneo algunos funcionarios “encontraron” la resolución del nombramiento del hijo de Cejas como personal administrativo en la Embajada argentina en los Estados Unidos. Concretamente, el joven de 28 años fue nombrado este año como oficinista en la Agregaduría Militar en Washington con un sueldo de 6.700 dólares.


El jefe de inteligencia de Montoneros, el terrorista Verbitsky

No resulta nada extraño que la difusión del número de resolución haya sido publicada en exclusiva por Verbitsky en su portal “Cohete a la Luna”. Este nombramiento no es ilegal, pero es reprochable éticamente y fue muy mal recibido en la fuerza. Pero esta no fue la verdadera razón para impulsar el cambio de conducción en el EMGE. De esta manera Paleo logra alinear la jefatura del Ejército a su proyecto a través de la llegada del general Guillermo Pereda, un hombre de su confianza que también proviene del arma de Infantería.

Aunque el candidato preferido del titular del Estado Mayor Conjunto era el general Martín Deimundo Escobal, compañero de promoción de Cejas y Pereda, pero su avance profesional se vio complicado por la investigación judicial en curso sobre supuestas irregularidades en el manejo de los fondos del Comando General Electoral. La administración de ese dinero depende de Deimundo Escobal y por eso se vio cercenada su nominación.


sábado, 11 de diciembre de 2021

Adoctrinamiento: Rusia ahora distrae con 16 MiG-35 mientras quiere mandar militares argentinos a academias rusas

Militares argentinos serán entrenados en academias rusas

Rusia y Argentina firmaron este 9 de diciembre un contrato para instruir a militares argentinos en academias rusas. Buenos Aires busca además, atraer inversiones rusas y dinero para refinanciar su deuda externa.
DW



Batallón de infantería moscovita, una de las escuelas militares más duras del mundo

El viceministro de Defensa de Rusia, el coronel general Alexander Fomin, mantuvo este jueves una reunión con el secretario de Asuntos Internacionales para la Defensa, Francisco Cafiero. Empieza el chavismo a afirmarse en Argentina: ahora adoctrinarán tropas para defender al regimen.

Durante el encuentro abordaron temas de actualidad de la cooperación militar y técnico-militar ruso-argentina y se delinearon los pasos a seguir para su desarrollo. Asimismo, se firmó un contrato "sobre la admisión de personal militar de la República Argentina en las instituciones de educación militar del Ministerio de Defensa de la Federación de Rusia".



"Las conversaciones se llevaron a cabo en un ambiente amistoso y confirmaron la disposición mutua a seguir construyendo una cooperación integral entre los departamentos de defensa", afirmó el Ministerio de Defensa ruso.

Fernández le promete a inversores rusos que podrán girar dólares al exterior

En ese contexto, el Gobierno de Alberto Fernández recibió este 7 de diciembre a una comitiva de 32 empresarios rusos en la Casa Rosada. En los encuentros, que duran toda la semana, participan ejecutivos del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), Sovcombank (finanzas), Hevel Group (energía solar), TMH (ferrocarriles), Solway (minería), Qiwi (servicios de pago), Uomz (sistemas ópticos militares), Kamaz (transporte), TUI (turismo), Rosgeology (exploración) y ExactFarming (servicios digitales para agroindustria). La comitiva liderada por el fondo ruso y el Sovcombank comentó su trabajo en cada rubro, las posibilidades en Argentina y su interés en inversiones.

La idea en el Gobierno es reproducir el "modelo" adoptado con la Sputnik V, que permitió a la Argentina comprar de 30 millones de vacunas financiadas por el fondo ruso y en un segundo momento fabricarlas en el país, con la posibilidad de exportarlas. Ese esquema es el que se busca profundizar ahora mediante incluso la creación de empresas con capitales rusos y argentinos.

La visita desde Moscú coincidió con las negociaciones que mantiene una misión argentina con el FMI en EE.UU. para cerrar un acuerdo lo antes posible para refinanciar la deuda. Preocupado por dotar de reservas al Banco Central, el Gobierno busca despejar los fuertes vencimientos de deuda en 2022, atraer inversiones externas y explorar fuentes alternativas de financiamiento.

Los visitantes rusos indagaron sobre la posibilidad de emitir deuda por parte de las compañías privadas y financiar proyectos en la economía real, pero también se mostraron inquietos por el temor a no poder repatriar capitales ante los controles de cambio vigentes, por lo que se les aseguró que el Banco Central flexibilizó las restricciones para nuevas inversiones.

"Los tipos quieren saber si vienen, si se pueden ir y no quedan atrapados en Argentina", dijo una fuente oficial tras una reunión mantenida con autoridades del RDIF y empresarios rusos.

jov (efe, clarín)



lunes, 1 de noviembre de 2021

Patagonia: El terrorismo peronista defiende al terrorista araucano con la complicidad del gobierno

Ex líderes Montoneros integran un equipo de abogados que defiende a guerrilleros peruanos, usurpadores y mapuches violentos

La semana pasada representaron a la viuda del fallecido fundador del grupo terrorista Sendero Luminoso. También patrocinan a María Nahuel, la dirigente mapuche que agredió a una fiscal durante una audiencia
Por Andrés Klipphan || Infobae
Roberto Perdía y Eduardo Soares

La mega toma de Guernica que terminó en un tumultuoso desalojo; la violencia mapuche en la Patagonia que incendia predios y viviendas, y la muerte en una cárcel peruana del fundador de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, tienen un punto en común, la Asociación Gremial de Abogados de la República Argentina. La organización tiene entre sus principales referentes a dos ex líderes de la organización Montoneros, Roberto “El Pelado” Perdía y Eduardo “El Negro” Soares, dos exponentes de la violencia de los años ‘70.

Soares, quien formó parte de la segunda camada de Montoneros, es el presidente de “La Gremial”, la asociación de letrados que defiende a imputados en expedientes por hechos que suelen tener impacto mediático por el tipo de incidentes que se investigan.

Infobae reveló que Perdía, asistía en las negociaciones entre el gobierno bonaerense y los usurpadores para evitar el desalojo de las más de 100 hectáreas de Guernica. El 20 de octubre de 2020, después de más de tres meses de diálogo y ofertas rechazadas por parte de las cuatro asambleas barriales que se instalaron en la toma, la Justicia ordenó su desalojo. El operativo, compuesto por más de 4.000 efectivos y fuerzas especiales, fue encabezado por Sergio Berni, el ministro de Seguridad bonaerense. El saldo fue de 25 heridos y 30 detenidos. “La Gremial” los patrocinó y quedaron en libertad.

Desalojo de Guernica

Sendero Luminoso, terrorismo y horror

La participación de los abogados montoneros en ese hecho es el más conocido. Este medio lo informó en cuanto las autoridades provinciales le confirmaron a Infobae que Perdía, uno de los ex integrantes de la cúpula guerrillera, intercedía por los usurpadores ante el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés “Cuervo” Larroque.

En cambio, aún no había trascendido que la semana pasada, abogados de la Asociación Gremial de Abogados de la República Argentina, viajaron a Perú para asistir a Elena Yparraguirre, la viuda del líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán.

Ese partido político, que devino en la más peligrosa guerrilla armada peruana, figura en la lista de organizaciones terroristas extranjeras del Departamento de Estado de los Estados Unidos, según consta en la “hoja informativa Oficina de Lucha contra el Terrorismo Washington, DC” publicado el 23 de marzo de 2005. También aparece en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea y Canadá.

Durante el conflicto armado interno liderado por Abimael Guzmán, ocasionó pérdidas económicas por más de 42.000 millones de dólares, según la investigación realizada por el especialista Jorge Chávez.

Abimael Guzmán fue cremado a las 03:20 de la mañana del 24. Foto Andina

Según la información del Congreso de la República, el movimiento subversivo “tiene una ideología maoísta basada en el ‘pensamiento Gonzalo’, cuyo objetivo es destruir las instituciones democráticas y asumir el poder absoluto y autoritario”. Añaden que su lucha por el poder va del campo a la ciudad. Sus integrantes no usaban uniformes y sus cabecillas no daban la cara.

El denominado “gran salto adelante” de la organización terrorista empezó en 1979, cuando pasó a la clandestinidad y anunció que estaban dadas las condiciones para llevar a cabo una revolución del campo a la ciudad, al estilo camboyano.

La primera acción del grupo maoísta fue el 17 de mayo de 1980, cuando robaron y quemaron las urnas del Registro Electoral de Chuschi, en el departamento andino de Ayacuchode, era la víspera de las primeras elecciones democráticas después de doce años de gobiernos militares.

Ese fue el acto con el que Guzmán le declaró la guerra al Estado y a la sociedad peruana. Esto dio inicio al conflicto armado interno el cual llegó a constituir la época más violenta de toda la historia republicana del país.

El ataque en Chuschi mostró que el uso de la violencia sería el elemento central de la propuesta senderista, quienes habían decidido iniciar e instaurar un “nuevo orden”, a través del derramamiento de sangre “de un millón de personas” y el aniquilamiento de los explotadores y la victoria de los explotados.

Esa guerra interna tuvo consecuencias devastadoras. El informe elaborado por la Comisión de la Verdad y Reconciliación precisa que de las 69.280 víctimas y desaparecidos, Sendero Luminoso “provocó la muerte de entre 31.331 y 37.840 personas”.

Una de sus principales masacres fue la de Lucanamarca. La noche cerrada del 3 de abril de 1983 en esa empobrecida comunidad campesina, ubicada a más de 500 kilómetros al sureste de Lima ingresó una columna de 60 guerrilleros armados con machetes, hachas, cuchillos y armas de fuego. El líder del pelotón, convocó a la población a la plaza central y asesinó a 69 pobladores. Algunos fueron quemados vivos con kerosene, otros murieron a hachazos.

Fue por la negativa de la comunidad a aceptar las normas impuestas por Sendero Luminoso en Ayacucho. El padecimiento de esas mujeres, niños y hombres, fue interpretado como un mensaje de lo que le podría suceder a quienes no estuviesen dispuestos a someterse a las reglas de la guerrilla de Guzmán.

¿Qué fue a hacer el abogado y ex Montonero Soares a Perú? Para responder la pregunta es necesario una breve síntesis.

El 11 de septiembre pasado, a los 86 años, Guzmán falleció en el Centro de Reclusión de Máxima Seguridad de la Base Naval del Callao, donde cumplía cadena perpetua desde 1992. Él fue el fundador del Partido Comunista del Perú - Sendero Luminoso (PCP-SL), conocido simplemente como Sendero Luminoso.

La muerte del guerrillero tomó por sorpresa a las autoridades peruanas y no fue un tema menor. El condenado estaba muy enfermo y la justicia le había negado el beneficio de la prisión domiciliaria. Guzmán concentró sobre su figura todas las crueldades imaginables. Nunca mostró arrepentimiento ni tuvo palabras de piedad para sus víctimas. A partir de ese momento la disposición final del cuerpo se trasformó en debate nacional. La fiscalía demoró 12 días en resolver qué hacer con su cadáver. Había dos opciones, o se lo entregaban a sus familiares, o lo cremaban.

Manifestación en Perú en el 29 aniversario de la captura de Guzmán

La primera opción presentaba un problema, temían que su tumba se transformara en un lugar de visita guiada para turistas y para seguidores de sus ideales. Si hubiese sido un reo común la legislación era clara, el cuerpo se entrega a sus descendientes directos.

No era el caso. Guzmán distaba mucho de ser un asesino más. Fue condenado por los peores actos terroristas. Era la encarnación del mal.

Uno de los primeros en dar su opinión fue el ex ministro de Interior Fernando Rospigliosi. “De ninguna manera debe darse lugar a un funeral como cualquier persona normal ni que se vaya a convertir su tumba en una suerte de lugar de peregrinación de terroristas, su cuerpo debe ser cremado y sus cenizas arrojadas al mar”, le dijo al diario El Comercio.

“No hay protocolo internacional para sepultar dictadores, criminales de guerra y genocidas. No estaría de más que existiera. Obama sacó una ley especial para el cuerpo de Bin Laden”, escribió en su cuenta de Twitter la ex ministra de Defensa Nuria Esparch, sugiriendo lo que debía hacer el gobierno de Pedro Castillo.

A la discusión pública se sumó un hecho incontrastable: la única familiar del fallecido es Elena Iparraguirre, esposa y número dos de Sendero Luminoso. Fueron detenidos el mismo día y aún purga pena en la cárcel Virgen de Fátima, en Lima. Fue sentenciada a cadena perpetua por terrorismo, el mismo cargo que pesaba sobre su marido.

La viuda, desde su celda, escribió a mano alzada una carta que una amiga ingresó por la mesa de entrada de la Tercera Fiscalía del Callao. Solicitaba que se le entreguen los restos de Guzmán y denunciaba por “asesinato” a los “marinos responsables del centro penitenciario CEREC”.

Exclusivo: La carta escrita a mano alzada de la ex número dos de Sendero Luminoso solicitando los restos de su esposo y acusando de asesinos a los responsables del penal donde murió Guzmán

Es en este punto donde entra a jugar “La Gremial”. Eduardo “El Negro” Soares, viajó a Perú para asesorar a Sebastián Chávez, el abogado de la viuda del guerrillero.

El 24 de septiembre pasado, y en contra de la voluntad de la viuda, se cremaron los restos del fundador de Sendero Luminoso. El proceso demoró 140 minutos, de la 3:20 de la madrugada a las 5:30. Fue en la sede del Hospital Centro Médico Naval del Callao, en presencia de un representante del Ministerio Público y según la agencia internacional AFP, bajo la atenta mirada de los ministros del Interior, Juan Carrasco y el ministro de Justicia, Aníbal Torres.

La decisión se tomó después de que el Congreso del Perú aprobará una norma que ordena la incineración de los restos de condenados por terrorismo y traición. A partir de ese momento, Elena Yparraguirre sabe que su cadáver correrá la misma suerte que su compañero de armas. Para ellos no hay tumbas.

En un comunicado difundido a la prensa, el ministerio Público señaló que, “la resolución emitida por la tercera Fiscalía provincial penal corporativa del Callao se fundamenta en la necesidad de evitar poner en riesgo la seguridad nacional y orden interno”.

El caso del fallecimiento de Abimael Guzmán fue una de las primeras crisis a la que el gobierno de Castillo se enfrentó.

Para librarse de las disputas internas el mandatario delegó en la Fiscalía y en el Poder Legislativo el destino final del controvertido fallecido.

Abimael Guzmán y su esposa, Elena Yparraguirre, líderes de la guerrilla peruana Sendero Luminoso

La delegación de abogados montoneros que se entrevistaron con la ex número dos de Sendero Luminoso tenía por objetivo analizar las medidas a tomar de aquí en más. Por ejemplo, dónde están depositadas las cenizas del ex jefe guerrillero e impulsar la investigación sobre su muerte. ¿Lo dejaron morir? ¿No le dieron la asistencia médica que requería? ¿Se trató de una muerte natural?

El 23 de septiembre, un día antes que se cremara el cuerpo de Guzmán, los abogados de la viuda presentaron un nuevo escrito. Reclamaban que antes de disponer del cadáver “se investiguen las razones de su muerte” y se tomen “todas las precauciones para evitar la desaparición de las evidencias del delito”, es decir, se insiste en el presunto asesinato del anciano y enfermo guerrillero. Una denuncia que es muy probable que no prospere y que involucra al gobierno peruano, al Poder Judicial y a las autoridades penitenciarias.

Soares, el ex montonero y abogado, ya esta de vuelta en Buenos Aires. Mientras él y sus compañeros de “La Gremial”, como Perdía, siguen atentos los avatares de la causa en Perú, analizan los expedientes judiciales que tramitan en la región Patagónica.

Defensa a los mapuches

La Asociación Gremial de Abogados de la República Argentina tiene postulados particulares, entre ellos la de “no defender víctimas sino luchadores y luchadoras, en referencia al nivel de conciencia y compromiso de quienes asumen esas luchas” y aclaran que La Gremial “tampoco representa a los y las jóvenes pobres y a sus familias en calidad de ‘víctimas’, sino como parte de nuestro pueblo trabajador que son tratados como enemigos por un Estado que representa y pertenece a los explotadores”, un Estado, que interpretan que “no comete ‘errores ni excesos’, sino, simplemente, cumple su misión de abatir a la clase explotada”.

Eduardo Soares

La Gremial nació a fines de los años 60 y principios de los 70, en tiempos de las dictaduras militares encabezadas por el General Juan Carlos Onganía, primero, y el General Alejandro Agustín Lanusse. De ella formaban parte militantes políticos, por lo general del peronismo e integrantes de movimientos guerrilleros, como Montoneros. A 50 años de su fundación, sigue activa. Parte de su actividad se concentra en la Región Patagónica.

En los tribunales provinciales y federales brindan asistencia letrada a los grupos mapuches que encapuchados han tomado predios, por ejemplo, de Parques Nacionales o incendian camiones y clubes de fútbol. También a los familiares del joven mapuche Rafael Nahuel asesinado en noviembre del 2017, en el marco de un desalojo de la comunidad originaria de Villa Mascardi que estuvo a cargo de una patrulla del Grupo Albatros de Prefectura Naval Argentina.

Soares y otros abogados de La Gremial, representaron, por ejemplo, a la tía de Facundo, la también mapuche, María Isabel Nahuel. La defienden en dos causas, en la primera está acusada por la usurpación de un predio de la Administración de Parques Nacionales ocurrido en 2018.

La segunda, es un desprendimiento de la anterior. Se dio por un hecho violeto que ocurrió cuando el juez y la fiscal interina Sylvia Little le tomaban declaración indagatoria.

La dirigente mapuche María Nahuel fue absuelta en la causa por agredir a la fiscal que la investigaba

Según el expediente 36123/2018 al que accedió Infobae, en medio de la audiencia, María Isabel Nahuel tomó un lapicero que estaba sobre el escritorio y con fuerza se lo arrojó a la fiscal.

El objeto impactó en la cabeza de Little que comenzó a sangrar. En su defensa, la agresora aseguró que la funcionaria se sonrió al hacer mención de la trágica muerte de su sobrino.

La ira derivó en la suspensión de la audiencia y en una nueva acusación en su contra, esta vez por el presunto delito de “perturbaciones al ejercicio de la función pública”.

La causa se resolvió el 16 de octubre pasado. Ese día la dirigente mapuche de la comunidad Lof Lafken Winkul Mapu fue absuelta.

En su resolución, la jueza federal María Cándida Etchepar sostuvo que: “Pese a lo repudiable del hecho cometido por María Isabel Nahuel, se advierte que en ambas ocasiones –la audiencia de su indagatoria y ahora en esta audiencia de juicio- ha quedado plasmado que el propósito de ésta ha sido insultar a la Fiscal y demostrarle el gran enfado e irritación que tiene hacia ella, debido a que fuera quien tuvo que apersonarse en la zona de Villa Mascardi cuando acaeció el luctuoso hecho de la muerte de Rafael Nahuel y resultó ser en ese momento la cara visible de la autoridad que había dispuesto el desalojo del predio de Parques Nacionales, marco dentro del cual acaeció dicho homicidio”.

Por esa razón, reflexiona la jueza “la imputada Nahuel identifica en la persona de la Dra. Little la responsabilidad de la muerte de su sobrino”. Para Etchepar esta situación fue un “atenuante importante” y por eso dictó la absolución de la dirigente mapuche.

El fundador de Sendero Luminoso, condenado a cadena perpetua por actos de terrorismo, falleció en la cárcel a los 85 años. Jones Huala purga una condena de 9 años en un penal chileno por "violencia rural" en Chile

En la causa, La Gremial estuvo presente a través de los abogados Rosario Fernández y Gustavo Franquet. Al finalizar la audiencia la asociación realizó un posteo en las redes sociales en la que manifestaron: “Por más que se insistiera en plantear el ataque a la Fiscal. Por más que se la acusara de ‘entorpecer’ un acto procesal. Por más que sacaran la guardia de infantería. Por más que hicieran trampa prohibiendo la publicidad del juicio. Con todo eso y más, siempre gana la fórmula de la lucha jurídica y la lucha política con todo lo que se tenga a mano”.

Durante la audiencia, integrantes de la comunidad Lof Lafken Winkul Mapu se apostaron frente a los tribunales federales con reclamos y leyendas de reivindicación mapuche. Al mismo tiempo pedían por la libertad de Nahuel un hecho que ocurrió al finalizar la lectura de la sentencia. Antes, se habían registrado incidentes con la policía.

Tres días después de la absolución de Nahuel la fiscal Little, quien tiene a su cargo las causas judiciales por las usurpaciones, los cortes de ruta, y los ataques perpetrados por grupos mapuches, presentó su renuncia, por la falta de apoyo.

Enterado de la novedad, el Procurador Eduardo Casal decidió darle un fuerte respaldo por lo que seguirá en su cargo. A través de una resolución conformó un equipo especial que apoyará a la fiscal de Bariloche.

Esta no fue la primera vez que La Gremial de Perdía y Soares se ve las caras con la fiscal agredida por la dirigente mapuche que defiende. Little investigó el asesinato de Rafael Nahuel. También estuvo a cargo del juicio de extradición de Jones Huala, en septiembre de 2018.

Tres meses después, el Tribunal Oral en lo Penal de Valdivia lo condenó a nueve años de prisión por el incendio de una propiedad en la estancia Pisu Pisué, el 9 de enero de 2013, y por posesión ilegal de armas de fabricación casera.


martes, 26 de octubre de 2021

Terrorismo araucano: El manual subversivo para provocar caos en la Patagonia argentina

El Manual mapuche que enseña a “generar un clima de descontrol y caos”, “destruir y paralizar” infraestructura e inversiones

La finalidad de la lucha es “que al empresario se le haga poco viable desarrollar su negocio”, en la región. Estas acciones “contra el enemigo” deben dejar “consecuencias graves e irreparables en su economía” y cada vez en mayor escala

Tapa de "Kutralwe, herramientas para las luchas"

Kutralwe, herramientas para las luchas es el título de este manual elaborado por mapuches chilenos que también inspira a los miembros de los grupos radicalizados en el Sur. El texto detalla los métodos para tomar terrenos, manipular a la opinión pública e incluso para actuar frente a las fuerzas de seguridad.

Para los redactores de estas instrucciones, el “Estado de derecho” en Chile no es más que una “continuidad de la usurpación”. Sin embargo, no todo de ese Estado es despreciable ya que pregonan “capacitación y formación en contenidos de materias jurídicas y de DDHH”, esencialmente con la finalidad de defenderse en tribunales si son procesados por su acción directa.

Las imágenes y las frases se repiten a lo largo del Manual de más de 270 páginas. Encapuchados, atrincherados, tomando terrenos; actos coordinados que se repiten entre algunos grupos mapuches en las tierras patagónicas de Argentina a imagen y semejanza de la Coordinadora Arauco-Malleco o CAM, la organización político militar mapuche de Chile.

Destruir a través del fuego, un consejo que se repite una y otra vez en el manual

Aunque los mapuches, antes llamados araucanos, no son originarios del actual territorio argentino -existe documentación histórica que así lo avala, como también la absorción de los antiguos tehuelches y la extinción de su lengua-, se busca unificar un relato y homogeneizar la organización y la acción. Lo confirma esta publicación mapuche-chilena Kutralwe, herramientas para las luchas, un extenso manual de organización discursiva, factual y de cooptación, que circula por las tierras del sur.

Las primeras páginas de la publicación revelan una preocupación por la deforestación, por la explotación de los recursos naturales, con estadísticas y planteos más bien simplistas, pero que terminan con un llamado a la protección del patrimonio, con una invocación -todavía suave- hacia la acción: “¿Qué vas a hacer tú?, ¿dejar que sigan saqueando y aniquilando nuestro territorio ancestral? ¿O te levantarás en lucha y resistencia para revertir esta compleja situación en que está pasando gravemente la naturaleza, el agua y el pueblo mapuche?”

Estas preguntas iniciáticas son como un anzuelo romántico, una presentación liviana e idealizante. Pero concluida la lectura de los 17 capítulos, el mensaje surge claro. El romanticismo queda de lado y Kutralwe... se revela como lo que es: un manual básico, pero complejo y completo, sobre todas las instancias de una “guerra de liberación”.

Un llamado al levantamiento para recuperar la "tierra usurpada"

Quien quiera sumarse a la lucha, encontrará en el manual información “sobre el sistema procesal penal, los montajes judiciales”, el “estado policial”, la “autodefensa”, el “arte del sabotaje”, y también “trucos para hackear drones, tácticas para romper el cerco mediático, técnicas para burlar vigilancia en celulares pinchados por la policía”.

El objetivo de la lucha es “la recuperación total del territorio pero hay que ir paso a paso”, dice el manual. Sin embargo, “no hay que tenerle miedo a la guerra y sus consecuencias…”

La estrategia más directa es “someterlos (a los enemigos) a una situación de contexto desfavorable para sus inversiones, llevada cabo a través de la acción de sabotaje, de violencia revolucionaria, que tenga por objeto destruir y paralizar sus espacios, vías de tránsito, maquinarias, infraestructura, objetos e inversiones en general”.

Por si no queda claro, se reitera: “Que al empresario se le haga poco viable desarrollar su negocio en la localidad. Las acciones contra el enemigo deben dejar consecuencias graves en su economía, irreparables y cada vez en mayor escala”. Se trata de “destruir o quedarse con todos sus medios de producción, sus máquinas y recursos, avanzar en la construcción de condiciones para el control territorial total”, etcétera.

Fuego, toma de terrenos e inteligencia: las estrategias esenciales

Luego de algunas páginas introductorias, Kutralwe pasa directamente a la organización en el capítulo “Apuntes sobre tácticas y estrategias de lucha, acciones y procesos”. Plantea tres tipos de estrategias de manera directa, que consisten en la elección de un territorio para el combate a través de un trabajo de inteligencia previo, para poder “golpear sin ser golpeados” y las acciones de destrucción de la mercancía del enemigo.

Para producir un cambio se debe renunciar a las instituciones fuera de la comunidad mapuche, como “las iglesias, las instituciones y los colegios”, ya que “son espacios donde ellos dirigen y reproducen sus formas, contenidos y lógicas funcionales a los intereses políticos y económicos”. Aunque no descarta poder “influir en un grado leve” en esos espacios, “obtener ‘beneficios’”, pero siendo conscientes de que “potenciar la institucionalidad y sus programas” implica “avalar al Estado y sus políticas en los territorios, asistencialismo y paternalismo que perpetúa la dominación y dependencia”.

Una vez fuera de los circuitos del Estado la lógica dominante es la de “la comunidad” y allí sostienen que “es necesario aprender y acercarse a otras formas de luchas reales”, que apuntan a “entrar en los predios y fundos, trabajarlos, recuperarlos, quedarse con los recursos, atrincherarse, resistir adentro...”

“Golpear sin ser golpeados” implica la realización de “diversos tipos de acciones de sabotaje que hagan un daño irreparable a las máquinas del capitalismo”. Estas acciones deben ser planeadas de modo tal de evitar “represalias” o “investigaciones”, por lo que hay que hacerlas “en la completa invisibilidad e impunidad” con velocidad y firmeza “para aturdir al enemigo, tomarlo desprevenido, desconcertarlo, dejando pruebas falsas que confundan...”.

El manual aconseja “preparar acciones de sabotaje a los medios de transporte e infraestructura del empresario usurpador” a la vez que se prepara la “defensa jurídica” y se construye un “movimiento político y social para realizar y respaldar todas las acciones que se hagan”.

“La guerra de liberación requiere un conjunto muy amplio y diverso de disciplinas que hay que aprender a dominar para vencer”. afirman.

Mapa de los territorios "mapuches"

Si bien dicen rechazar las estructuras que hacen posible la democracia, el manual afirma: “Se requiere capacitación y formación en contenidos de materias jurídicas y DDHH”. Es decir que algunas instituciones del estado usurpador pueden favorecerlos, como las garantías en los procesos penales.

“No devolverán las tierras, no dejarán de cortar bosques nativos, no dejarán de contaminar las aguas, no anularán un mega proyecto capitalista con simples manifestaciones pacíficas o de violencia insignificante que no repercuten gravemente en la productividad empresarial en la zona ni en la agenda del gobierno de turno”, advierten.

“Que el fuego haga su labor”

Es por ello que “las marchas, los actos cívicos o hechos aislados” son sólo “un acompañamiento al movimiento mapuche”. Lo que cabe es “sabotear de forma inteligente, certera, silenciosa y con la reiteración necesaria” hasta expulsar al enemigo. “Que los sabotajes lo dejen en un estado de parálisis, desconcierto e incertidumbre total, que el fuego haga su labor”, piden.

El fuego, los incendios, son la principal herramienta para causar daño.

“Una vez adentro del predio -instruyen-, atrincherarse, hacer escondites, trampas, barricadas, cortar cercos, hacer campamentos, construir casas ... “

Se debe “someter al enemigo a una verdadera desventaja táctica”, imposibilitándolo de “producir su mercancía”. “En resumen, generar un clima de descontrol y caos (...). Que al empresario se le haga poco viable desarrollar su negocio en la localidad. Que se pongan en riesgo sus proyectos de inversión en el territorio en conflicto”.

Incendio intencional en El bolsón

Cuando no se puedan realizar “grandes sabotajes a sus bienes, para lograr un golpe definitivo”, el manual propone una “prolongada y silenciosa lucha anónima de hostigamiento y micro recuperaciones”, para “debilitarlo, quitarle espacios lentamente y (que) se vea envuelto en una espiral de violencia”.

En el capítulo “Procedimientos Policiales: Aspectos básicos, consejos útiles” se presenta a las diferentes fuerzas de seguridad como enemigas que actúan “de forma indiscriminada y abierta, a toda hora”.

En ítems como “Toma y Desalojo”, “Allanamiento” e “Interrogatorios” se explica de manera sucinta de qué se tratan y cuáles son los elementos legales necesarios para que se produzcan. “¿La toma es un delito? No, en ninguna parte de la ley se señala la ‘toma’ como un delito -advierten-. Es lo que se denomina ‘vacío legal’ y durante el 2011 varios tribunales la reconocieron como una forma válida de lucha social”, aludiendo a lo que en el fondo es un aspecto benigno de ese Estado usurpador que denuncian. Pero aclaran que, dentro de la toma pueden producirse “otros hechos que constituyan delito, como romper cercos, robo de animales, robo de madera, incendios, maltrato a carabineros, etc.” “Pero una toma pacífica en sí no es delito”, insisten.

“La Justicia para nosotros está en el Fuego”

“Expresamos enfáticamente que existen diferencias en términos ideológicos y prácticos, entre la ideología mapuche y las ideologías revolucionarias occidentales (marxistas, maoístas, anarquistas, etc.), la lucha mapuche es distinta, nuestra organización es distinta, no nos organizamos bajo la lógica de las asambleas por ejemplo, pues respetamos a nuestros pu longko y pu machi, y a través de ellos y ellas a nuestros antepasados...” O sea, verticalismo.

“Si no se puede hacer justicia bajo las Leyes impuestas, haremos Justicia Mapuche (…) La Justicia para nosotros está en el Fuego”.

Entre las estrategias de lucha, no desdeñan el uso de las nuevas tecnologías.

Instan por ejemplo a realizar “ataque SPAM”, a través de correo electrónico, de manera diaria y desde diferentes cuentas, así como también a usar la estrategia de “lobo con piel de cordero”, que consiste en “hacer una acción de propaganda al momento en que la prensa esté cubriendo otras instancias”, por ejemplo, interrumpiendo “frente a las cámaras y dejar un mensaje: breve pero contundente, que se entienda fácilmente”.

Si la cosa sale mal y la persona es detenida, el consejo es “hacer escándalo, gritar consignas, mover la cabeza desquiciadamente, pegar manotazos, romper cosas, tirarte al suelo, hacer show”. Y explican: “Esas cosas le encantan a la prensa, les encanta el sensacionalismo y de seguro lo van a grabar y saldrá en las noticias”.

“Kutralwe” también incorpora -en otro registro y con un léxico más llano- información técnica sobre drones, los modelos que se utilizan y cómo detectarlos. Advierten que son cámaras de vigilancia con alas, que pueden identificar rostros, por lo que dan consejos para ocultarse de ellos, entre “las sombras de edificios y grandes árboles”, por ejemplo. Una forma de eludir el seguimiento de un drone es “hundirse bajo el agua de un río o pozo, ya que estos siguen a las personas por sensor térmico, (y) dentro del agua la visión térmica se distorsiona...”.

En operaciones, hay que evitar el uso de celulares porque “utilizar comunicación móvil o GPS posiblemente delatará” la localización. El manual también da consejos para hackear un drone y recomienda utilizar celulares prepagos, y no llamar a números pasibles de intervención.

“Hazlos perder tiempo, recursos, accesos, redes, infraestructuras, medios de transporte y comunicación”, exhorta el manual. Y apela a la necesidad de empoderar a las comunidades “para gestar luchas superiores”, para que “se aumente el poder de movilización y el poder de fuego”.

Conscientes de que todas las comunidades no están en la misma tesitura, hay que promover que “se levanten en lucha”, que pasen “de la ignorancia a la conciencia, de la dispersión a la organización (...), de la pasividad a la movilización (...), del descontento al sabotaje (...), de la resistencia con piedras a la lucha con armas de fuego, (...) de la normalidad a la clandestinidad, de la protesta callejera a la muerte en combate [sic] dentro de un fundo en recuperación…”.

sábado, 1 de abril de 2017

Historia argentina: Contrainteligencia contra Montoneros

Una espectacular operación de contrainteligencia
Las Finanzas Montoneras 
Diario ¨La Nueva Provincia¨: 

Tras el rastro del dinero 
El operativo había sido planeado para el 2 de enero de 1977, pero la lluvia hizo que fuera suspendido. El domingo 9, en cambio, amaneció con un sol espléndido y fue puesto en marcha. A primera hora de la tarde los autos partieron hacia Tigre. 
El grupo de tareas sabía que Montoneros recomendaba a sus cuadros tratar de hacer actividades al aire libre durante los fines de semana, para compensar el stress de la vida clandestina. Pero el operativo de aquel día no tenía un objetivo puntual, era como arrojar la red en un lugar donde se suponía que habría algo para recoger. 
Al promediar la tarde, los embarcaderos de las lanchas colectivas de la principal estación fluvial del delta, unos 30 kms. al norte de la Capital Federal fueron clausurados y todas las embarcaciones dirigidas hacia el único que quedó habilitado, el que utilizaban las lanchas provenientes de Carmelo, Uruguay. 
Las embarcaciones colectivas esperaban turno y la gente descendía y pasaba frente a un control donde debían exhibir sus documentos de identidad. Los papeles eran controlados por un civil, apoyado por un grupo de aspecto militar, pero vestido de manera informal. 
En realidad, el control era un montonero especializado en falsificar documentos (Lauletta), que habían sido "quebrado" en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y convertido en colaborador. Después de mostrar sus documentos, la gente se dispersaba rumbo a la estación de ferrocarril o las paradas de ómnibus. 
Del otro lado de la calle, a cierta distancia, estaban discretamente estacionados varios autos. Los ocupaban hombres del grupo de tareas y "marcadores", como eran denominados los montoneros quebrados que señalaban a otros miembros de la "orga". 
En la euforia de 1971-74, cuando el "socialismo nacional" parecía una alternativa inmediata y Montoneros crecía aceleradamente, el auge había desbordado las técnicas de aislamiento y compartimentación propias de la clandestinidad. Mucha gente conocía a mucha gente y eso fue muy costoso para ellos. 
Cuando los "interrogatorios compulsivos" - eufemismo por tortura - y los problemas internos de la organización comenzaron a doblegar a los militantes capturados, el sistema de recorrer los lugares de concentración de gente, como estaciones y algunas avenidas, arrojó resultados muy importantes, según reconocieron los protagonistas de ambos bandos. 
En lo esencial el método no variaba: en un vehículo viajaba un "quebrado" con custodia y en otro u otros los "grupos de captura", que entraban en acción cuando el "marcador" creía reconocer a alguien. 
Aquel domingo en Tigre, una pareja joven presentó pasaportes al control y pasó sin problemas. Habían recorrido unas decenas de metros, cuando el "marcador" dijo conocer al varón. 
Los grupos de captura se arrojaron sobre la pareja, que fue sorprendida y no opuso resistencia. No llevaban armas, pero ambos tenían pastillas de cianuro, que eran una especie de certificado de pertenecer a Montoneros y son un capítulo especialmente dramático de esta historia. A esta altura es conveniente puntualizar una de las características de la lucha entre organizaciones como Montoneros y el ERP y el aparato defensivo-represivo del Estado. 
Las técnicas de clandestinidad, que resumían décadas de experiencias internacionales, prescribían mecanismos cotidianos de contacto y control entre los integrantes de cada eslabón orgánico, que permitían detectar rápidamente la caída de un miembro del grupo y dar el aviso para que los restantes huyeran. La conducción de Montoneros pedía a sus integrantes que eran capturados, sólo 24 horas de silencio.
Los militares y policías sabían eso, por supuesto, y aplicando también la experiencia internacional, corrían contra el tiempo para obtener información rápidamente de los detenidos.
 
El método utilizado fue la tortura, o como se dijo "interrogatorio compulsivo" y resultó letal para las organizaciones guerrilleras, pues las "cadenas" de detenciones a partir de cada captura llevaron a la desarticulación de sus estructuras. 
En sus relatos, los hombres de los grupos de tareas reconocieron la utilización de la picana eléctrica, pero subrayaron que fue importante la proporción de detenidos que colaboraron sin llegar a ser torturados y enfatizaron la importancia de la desmoralización de los guerrilleros a medida que se generalizaba el desplome de sus organizaciones. 
En el otro bando, uno de los máximos dirigentes montoneros, reconoció que la conducción consideraba inevitable la tortura, como un riesgo asumido, de los militantes que eran capturados. 
"Por razones políticas - explicó -, nosotros teníamos que condenar duramente la entrega de información bajo tortura, pero sabíamos que era casi imposible resistir. De todas maneras, hubo actitudes muy distintas entre los compañeros que fueron capturados". 

La pista del oro 
Los dos jóvenes atrapados en el embarcadero de Tigre fueron subidos a sendos autos que partieron a gran velocidad hacia la Escuela de Mecánica de la Armada, donde operaba el grupo de tareas que asestó los golpes más duros a Montoneros en el área metropolitana. 
El varón habría reconocido rápidamente que trabajaba con sus compañeros en el "ámbito" - como se denominaba en la jerga a cada sector específico - de "finanzas internacionales". 
El grupo de tareas no poseía hasta ese momento ninguna información sobre esa estructura. El operativo de aquel domingo 10 puso sobre el rastro de enormes sumas de dinero y de una sofisticada organización logística que tenía avanzadas las tratativas para concretar en Europa un muy importante compra de armas a traficantes alemanes. 
Para Montoneros, el embarcadero de Tigre marcó el comienzo de una cadena de pérdidas muy importantes. 
Al día siguiente, lunes 10, el montonero de baja graduación atrapado permitió trepar un importante escalón en las finanzas guerrilleras. Desde un auto "marcó" a Juan Gasparini (a) "Pata" o "Gabriel" cuando, portafolio en mano, entraba al edificio donde alquilaba oficinas, casi en la esquina de Santa Fe y Callao. 
Gasparini es un personaje central y trágico de esta historia. Sobrevivió a la ESMA y denunció a sus hombres en el juicio que el presidente Raúl Alfonsín, ordenó contra los comandantes en jefe responsables del último gobierno militar. Ahora vive en Suiza, donde se gana la vida como periodista. 
Había sido intermediario entre Montoneros y David Graiver, después de que éste recibiera a mediados de 1975, poco menos de 17 millones de dólares, provenientes del secuestro de los hermanos Born (60 millones) y de un directivo de Mercedes Benz Argentina (casi tres millones). 
En 1990 escribió un libro titulado "El crimen de Graiver", con minuciosa información sobre las relaciones entre Montoneros y el empresario muerto al estrellarse su avión en México en agosto de 1976. 
Gasparini entregó la dirección del departamento donde vivía con su esposa y sus dos hijos, en el barrio de Almagro, pero se negó a trasmitirle por el portero eléctrico una intimación a que se rindiera, pues el edificio había sido copado. 
La mujer se resistió a balazos junto con otra militante que se hallaba en la casa y tuvo tiempo de quemar los papeles y documentos, Ambas mujeres fueron abatidas tras un prolongado tiroteo. En el baño del departamento, metidos en la bañera y cubiertos con colchones y mantas, fueron encontrados, llorando aterrados, los dos niños que fueron entregados a sus abuelos y viven ahora en Suiza, con Gasparini. 
En rápida sucesión cayeron otras tres figuras principales del ámbito de finanzas y logística de la Organización. Pablo González de Langarica y Martín Grass pusieron al grupo de tareas sobre el rastro seguro de Fernando Vaca Narvaja y sus hombres viajaron a Suiza con el primero de ellos, apropiándose de una suma millonaria y montando un operativo cinematográfico que les permitió apoderase de un importante cargamento de armas más modernas y sofisticadas que las que poseían las fuerzas armadas y de seguridad. 
La tercera captura importante se produjo el 15 de enero, cuando fueron atrapados Carlos Torres (a) "Ignacio" y dos asistentes. Torres era muy importante en el manejo de los fondos y había jugado un rol principal en la relación de Montoneros con Graiver, y después de su muerte, con su viuda Lidia Papaleo. 
En la serie de operativos realizados en la Capital Federal, y el Gran Buenos Aires fueron atrapados varios miembros de la cadena de pagadores y fueron confiscados unos 400 mil dólares de los sueldos de enero de una parte importante de la organización. 
A esta altura de los acontecimientos, hacía 110 meses que gobernaba la Junta Militar, la gran mayoría de los cuadros montoneros estaban "profesionalizados", es decir que se dedicaban sólo a su militancia y sus gastos eran pagados por la organización. 
La pérdida del dinero provocó, en consecuencia, un amago de colapso, pues los miembros de las distintas estructuras no podía afrontar sus obligaciones cotidianas -alquileres, gastos de movilidad, alimentación, etc. - y corrían riesgos de ver desbaratadas las coberturas bajo las que se ocultaban. 
La conducción de Montoneros utilizó mecanismos de emergencia que le permitieron sortear la crisis y en algunos de los militares que seguían el hilo del dinero montonero, quedó la sospecha muy fuerte de que la embajada cubana en Buenos Aires había prestado una ayuda esencial a la organización guerrillera. 
Desde uno de los grupos de tarea se propuso detener en Ezeiza a un funcionario importante de esa representación diplomática y revisar su equipaje - valija diplomática - cuando regresaba de un rápido e inesperado viaje al exterior, pues se creía que podía traer los fondos para mantener el funcionamiento de Montoneros hasta que fuera reparado su sistema de finanzas. Pero el temor a un fiasco y el escándalo internacional previsible hizo que en los niveles con la autoridad decisiva, la propuesta fuera rechazada. 
En las semanas siguientes, la Conducción Nacional - Carolina Natalia la llamaban en la jerga - de Montoneros comenzó a salir del país. Huyeron. 
Una fuga milagrosa y armas en Europa 
En la primera mitad de octubre de 1976 fue atrapada una militante montonera, en una acción a la que en un principio no se adjudicó trascendencia. A poco de iniciado el interrogatorio, la mujer pidió que le llevaran la cartera que tenía consigo cuando la capturaron. En el forro había una tira de papel cuidadosamente enrollada, con anotaciones en código: eran las "citas nacionales". 
En el momento, los hombres del grupo de tareas no entendieron; después entraron en un frenesí operativo que culminó con uno de los grandes desastres sufridos por Montoneros en el primer año del gobierno militar . 
Desde el punto de vista de la seguridad, el punto más frágil y peligroso de una organización clandestina eran los enlaces o contactos entre sus eslabones compartimentados, por lo que Montoneros trataba de reducirlos todo lo posible. 
El mantenimiento de enlaces mínimos planteaba, como contrapartida, el riesgo de que personas o estructuras enteras quedaran aisladas si el enlace se rompía por la acción represiva o por accidente. Para cubrir esa eventualidad se establecían citas fijas, en días fijos, para los distintos grupos a los que se podía acudir en determinadas circunstancias, como cuando se rompía un contacto. 
Esas citas, correspondientes a la organización en el orden nacional, era lo que contenía la tira de papel - semejante un largo ticket de cafetería- que estaba oculta en la cartera de la mujer. 
El código era de una sencillez elegante y se basaba en la utilización de guías de uso común con planos y calles de la ciudad. En Buenos Aires y alrededores, por ejemplo, se utilizaba la guía Filcar. Debajo de la identificación cifrada de la ciudad, un número indicaba la página del plano a utilizar. 
Después una letra y otro número identificaban - como es usual en esas guías- un cuadrante del plano. Finalmente, otra letra o número indicaba un vértice del cuadro elegido- superior derecho o izquierdo, inferior derecho o izquierdo -, que caía claramente sobre una esquina. Allí era la cita, cada miércoles, por la mañana temprano. 
En algunos casos, cuando los miembros de la organización podían no conocerse, se añadía una contraseña o señal de identificación clara, pero no llamativa, como llevar un diario determinado, doblado de cierta manera, en tal mano. 
En dos miércoles sucesivos y en alrededor de 10 días, fueron capturados entre 60 y 70 miembros de la organización. Sólo en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires fueron atrapados 33 cuadros, casi todos oficiales, que era un grado bastante importante en Montoneros. 
Al día siguiente de la primera redada y como consecuencia de ella, cayó Norma Arrostito, una de las figuras "históricas" de la guerrilla - aunque para esa época no integraba la cúpula - quien había estado en el grupo original que secuestró y asesinó al ex presidente, general Pedro Eugenio Aramburu en 1970. 
La caída de las "citas nacionales" causó un severo trastorno de funcionamiento a Montoneros y se sumó a otros golpes exitosos de las fuerzas armadas y de seguridad, lanzadas a una represión masiva de las organizaciones guerrilleras, cada vez más aisladas políticamente. 
La dirección montonera comenzó a analizar la conveniencia de que el jefe máximo, Mario Firmenich, saliera del país para "preservar la conducción". Al parecer el dirigente se negó al principio, pero finalmente acordó a marchar al exterior para buscar "solidaridad internacional". 
Mientras se desarrollaba esa discusión, poco antes de finalizar 1976, Montoneros sufrió otra grave pérdida. A fines de noviembre o principios de diciembre, el jefe de la Regional Buenos Aires y virtual número tres de Montoneros, Carlos Hobert (a) "Pingulis" -quien en 1974 había seleccionado con Roberto Quieto a los integrantes del grupo que secuestró a los hermanos Born -, asistió a una reunión de Unidad Básica Revolucionaria (UBR), estructura de base que periódicamente "bajaba" algún miembro de la conducción. 
A los pocos días, cuando salía de su casa - obviamente clandestina - "Pingulis" se encontró de lleno con un joven militante que había asistido a aquella reunión y pasaba casualmente por el lugar. 
Las normas de seguridad prescribían que Hobert debía mudarse inmediatamente, por el riesgo que un joven subordinado fuera capturado - "en aquella época caían como moscas", recordó un dirigente montonero - y terminara entregando la dirección del jefe, como moneda de cambio por su vida o, por lo menos, para no ser sometido a tormento. 
Hobert no aplicó las reglas y prometió cambiarse de casa después de Navidad. Como medida de precaución, estableció un sistema semanal de control con el joven, para verificar que no había sido detenido. Entre un control y otro, el joven militante de la UBR fue atrapado y el 22 de diciembre el Ejército rodeó la casa de "Pingulis" con poderosos efectivos y la tomó por asalto, matándolo en el enfrentamiento. 
| Al mes siguiente - enero de 1977 - luego del operativo en el Tigre comenzó a caer la cadena de finanzas y logística, mientras "Carolina Natalia" (la Conducción Nacional de Montoneros) decidía abandonar el país, dejando por turno a sólo uno de sus integrantes. 
Casi simultáneamente, Fernando Vaca Narvaja salvó su vida de una manera increíble, cuando uno de los cuadros que tenía contacto con él fue atrapado, siguiendo el hilo que el grupo de tareas de la ESMA había aferrado aquel domingo de ese enero, en el Tigre. 
Quebrado rápidamente, el oficial guerrillero entregó su cita con el miembro de la conducción nacional, pero Vaca Narvaja no acudió a dos encuentros sucesivos que deberían haberse concretado en la zona del barrio de Colegiales. 
La tercera alternativa, en la que ya nadie tenía mucha confianza, fue en Avellaneda, cerca del viaducto de Sarandí, a unos tres kilómetros del limite sur de la Capital Federal. El "marcador" aguardó en un auto con un acompañante, que se comunicaba por radio con los restantes miembros de equipo que participaba en la emboscada. 
Vaca Narvaja llegó en un Renault 6, color verde, pero cuando estaba entrando en la encerrona algo lo alertó - podría haber sido un hombre que se asomó desde un techo con un arma larga - y aceleró, iniciando la huida. 
Los miembros del grupo de tareas no estaban aún seguros de su identidad por lo que no abrieron fuego a tiempo. Sólo uno de los emboscados saltó a la calle y disparó con un revólver calibre 357 Mágnum contra el Renault 6 que ya doblaba en la esquina. 
Era un buen tirador y Vaca Narvaja es un hombre con mucha suerte. Uno de los proyectiles rompió la luneta del auto, pegó aparentemente en una rueda de auxilio parada tras el asiento trasero y se desvió, hiriendo al jefe montonero en el músculo trapecio, entre el hombro y el cuello. 
Herido, pero conservando su movilidad, siguió conduciendo y la fortuna volvió a protegerlo. El Falcon que había partido en su persecución chocó con un ómnibus. Algunos centenares de metros más adelante, arma en mano, el dirigente detuvo un Citroën marrón conducido por una mujer. La obligó a descender y logró desaparecer al volante del pequeño vehículo. 

Dinero y armas 
Otro capítulo verdaderamente cinematográfico derivado de la captura de la joven pareja en Tigre, que condujo a las caídas de Martín Grass y Pablo González Langarica, se desarrolló en Europa. 
Oficiales de la Armada viajaron a Suiza con uno de los guerrilleros quebrados, que tenía acceso a cierta caja de seguridad de un banco en Ginebra y se apoderaron de un millón y medio de dólares. 
También fueron presentados por el montonero a traficantes alemanes de armas y, haciéndose pasar por miembros de la organización, iniciaron una complicada negociación, que llevó largos meses y se desarrolló en París, Madrid y Hamburgo 
Por fin, durante 1978 recibieron de los alemanes un impresionante cargamento que incluía mil pistolas ametralladoras Steyr austríacas y quinientos fusiles Heckler & Koch alemanes, armas de gran calidad de sofisticación que aún en los ejércitos y fuerzas de seguridad de los países más desarrollados sólo se proveen a los grupos de elite. 

 
Pistola ametralladora Steyr MPi 69
 

El lote se completaba con doscientas pistolas Browning, veinte pistolas Walther con silenciador, veinte pistolas ametralladoras UZI, también con silenciador y un buen número de fusiles pesados y granadas. 
Montoneros había buscado asesoramiento sobre cómo introducir el cargamento al país y uno de los consultados - aparentemente sin enterarlo del contenido - había sido el célebre "Cacho" Otero, figura casi mítica, ya fallecido, a quien se adjudicaban muy sólidos conocimientos en materia de introducir mercaderías en el país sorteando controles. Cuando fue derrumbada la estructura de logística de la organización, Otero fue "desaparecido" durante un corto período pero recuperó la libertad sin grandes problemas.  
De sus consultas, los montoneros llegaron a la conclusión de que la manera menos arriesgada de traer las armas era en avión, descendiendo en alguna pista clandestina. Para ello habían comprado y tenían aprestado en Miami un viejo pero confiable Super Constellation, cuyo destino final se perdió en la confusión de la derrota guerrillera. 
Tras analizar y descartar varias alternativas, los hombres del grupo de tareas metieron las armas en un contenedor rotulado como "maquinaria industrial", lo cargaron en Hamburgo en un barco de ELMA y lo fletaron a Buenos Aires. 

 
Avión de transporte Super Constellation
 

En el puerto de destino sólo fue advertido el jefe de la Prefectura Naval, pero se le pidió que guardara el secreto, para probar si el contenedor pasaba los controles regulares. Para mortificación de unos cuantos, diversión momentánea de otros y preocupación de todos, la "maquinaria industrial" entró sin problemas. 
A esta altura de 1978 crecía aceleradamente la probabilidad de un enfrentamiento bélico con Chile y las armas fueron distribuidas en unidades navales, preferentemente en la Infantería de Marina y comandos anfibios, donde aún estarían inventariadas.


 
Buzos tácticos de la ARA utilizan todavía las Steyr MPi capturadas a Montoneros

Los hombres del grupo de tareas también descubrieron que Montoneros había comprado sesenta morteros - mucho más que la dotación de cualquier regimiento argentino - y que se hallaban en un puerto del norte de Arica, desde donde tratarían de enviarlos a Buenos Aires. 
En este caso no lograron apoderarse del cargamento, pero "pudrieron" la operación de manera tal que la organización guerrillera perdió los morteros. 

Cómo la plata llegó a Graiver 
En una de sus últimas gestiones oficiosas como ministro del Interior, José Luis Manzano pidió el primero de diciembre de 1992 -lo renunciaron al día siguiente - a la Policía federal que atendiera la situación de Juan Gasparini , quien tenía dificultades para renovar su pasaporte. 
En la jefatura de policía le mostraron al ex montonero que el último documento que figuraba en su legajo era una orden de detención. Gasparini exhibió, entonces, el Boletín Oficial en que fue publicado el decreto del presidente Menem que lo indulta. Los policías reconocieron que tenía razón, agregaron el Boletín Oficial al legajo y le revalidaron el pasaporte en unas horas. Pocos días después volvió a Suiza. 
Gasparini es, sin duda, una de las personas que mayor conocimiento de las finanzas montoneras. Era un oficial importante en ese ámbito de la organización y fue enlace con Graiver -en cuyas oficinas de Nueva York tenía un escritorio- y con su viuda Lidia Papaleo. 
Además, es un sobreviviente de la ESMA, donde permaneció desde el 10 de enero del '77 hasta muy avanzado el '78, cuando viajó a Bolivia por cuenta y cargo del grupo de tareas. 
Tres prisioneros fueron enviados a La Paz - ante un pedido de colaboración de otro organismo del gobierno militar argentino -, para montar una agencia de publicidad que hizo campaña electoral por el candidato del oficialismo militar boliviano, Coronel Pereda Asbún. 
Después, liberado, Gasparini viajó primero a Panamá y, luego, a Suiza, donde reside y trabaja como periodista. Su experiencia personal le ha permitido conocer, por lo tanto, una parte importante de los hechos, pero no la totalidad, debido a la fragmentación de las historias por el carácter clandestino que tenía la subversión y la represión, pero de lo que sabe cuenta sólo una parte en su libro, muy reveladora, de todas maneras. 
Obviamente, los tres sobrevivientes de la conducción de Montoneros - Mario Firmenich, Roberto Cirilo Perdía y Femando Vaca Narvaja - conocen mejor que nadie el manejo de las enormes sumas de dinero de que dispuso la organización y lo que queda -que no debe ser poco, puesto que hasta movió el interés político del presidente Menem-, pero se han refugiado en el beneficio del silencio. 
A principios de 1974, Montoneros era la guerrilla más poderosa del continente y a esa altura financiaba sus gigantescos gastos en personal e infraestructura -sueldos, casa, locales, imprentas, fábricas de armas y explosivos, etcétera-, básicamente, mediante secuestros extorsivos. 
En enero de aquel año, Roberto Quieto -número dos de Montoneros, detrás de Firmenich y delante de Perdía-, comenzó a planificar con el "Pingulis" Hobert, quien después se desvinculó de la operación, el secuestro de los hermanos Jorge y Juan Born, herederos de una parte sustancial de las acciones del holding Bunge y Born, el grupo económico internacional más grande del hemisferio sur. 
Quieto quedó al mando de la operación y eligió como segundo a "Quique" Miranda, secretario militar de la columna Norte, quien se encargó de la construcción de una "cárcel del pueblo", de dos subsuelos, bajo una pinturería de fachada instalada en Martínez, en el norte del Gran Buenos Aires. 
El secuestro debía concretarse un martes o un jueves, los días de menos tránsito, cuando los Born viajaban juntos desde la provincia hacia la sede de la empresa, en plena city porteña, después de dejar a sus hijos en el colegio. 
- Hubo un intento fallido un martes, pero dos días después, el 19 de setiembre de 1974, el comando montonero atravesó un cartel de ENTEL en la avenida Libertador - a la altura de Olivos - y desvió el tránsito por la calle San Lorenzo hacia la avenida Effling, paralela a Libertador, a una cuadra. Otro cartel, en el medio de la calzada, obligaba a los vehículos a reducir su marcha. 
- Cuando los dos Falcon celestes de Bunge y Born tomaron por avenida Effling, dos pick-ups - una Dodge azul y una Chevrolet color claro - embistieron frontalmente los autos, haciéndolos detener. Los guerrilleros rodearon los dos autos y encañonaron a sus ocupantes. En el asiento trasero del primer coche viajaban los Born. 
- Como el chofer - custodio, Juan Carlos Pérez, de 35 años, y Alberto Bosch, de 40, gerente de Molinos Río de la Plata, que ocupaban el asiento delantero, no respondieron con rapidez las órdenes de los montoneros, fueron ultimados a escopetazos. Jorge Born, entonces de 40 años, y su hermano Juan, de 39, fueron subidos a otros dos autos y llevados a la "cárcel del pueblo". 
- La acción del secuestro propiamente dicha demoró 38 segundos y participaron en forma directa 19 montoneros. Al cabo de media docena de años todos ellos estaban muertos, pero la Operación Mellizas, como la denominaron, resultó un impresionante éxito económico para la organización. 
Montoneros pidió 100 millones de dólares de rescate y Jorge Born padre rechazó la demanda, ofreciendo 10 millones. La situación se complicó y las tratativas se prolongaron, hasta que la organización proporcionó evidencias de que Juan, el menor de los hermanos, estaba perdiendo la razón y caía en un autismo progresivo. Llegó un momento en que no reconocía a su hermano Jorge, que, por el contrario, nunca se quebró. 
Finalmente, se acordó un rescate de 60 millones de dólares en efectivo - verdadero record mundial y entonces una cifra mucho más impresionante que ahora - y alrededor de 3,5 millones más en alimentos y otros bienes repartidos en barrios populares. 
El 23 de marzo del '75 fue dejado en libertad Juan Born, tras el pago de 25 millones de dólares, quedando Jorge como rehén. El resto del rescate se completó en pagos escalonados y al menos en una ocasión se produjo un incidente en Ezeiza, cuando hombres de los servicios de inteligencia detuvieron a momentáneamente a cuatro empleados de Bunge y Born que traían casi cinco millones de dólares desde Zurich. 
Las entregas las hacía un alto funcionario del holding, que se reunía a almorzar en distintos lugares del Gran Buenos Aires con "Ignacio" Torres - entonces jefe de finanzas de Montoneros - y le dejaba una valija con el dinero, que el montonero metía en el baúl de su Falcon, al que había forrado con una malla de alambre de cobre, para bloquear las eventuales emisiones de un mini transmisor que pudiera haber sido ocultado entre los billetes. 
Aquí comenzó a jugar un papel importante David Graiver, una especie de precursor de cierta clase de hombres de negocios argentinos que armaron en muy poco tiempo grandes grupos de empresas que se derrumbaron más velozmente aún. 
Su hermano menor, Isidoro, había sido secuestrado en agosto del '72 por las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL) y la familia pagó 150 mil dólares para que fuera liberado. 
Tres años después, David Graiver se convertiría en el banquero de los Montoneros. El empresario fue vinculado con la conducción guerrillera por intermedio de Enrique Juan Walker (a) "Jarito", periodista que había sido secretario de redacción de la revista Gente y había sido pareja de la psicóloga Lidia Papaleo, convertida, luego, en mujer de Graiver. 
Roberto Quieto tomó a cargo de la vinculación, entre agosto del '74 y mayo del '75, se reunió varias veces con el banquero en una quinta de San Isidro alquilada por éste a una señora de patricios antecedentes. En uno de esos encuentros, el jefe montonero ofreció a Graiver entregarle como inversión 14 millones de dólares del total obtenido de Bunge y Born. El empresario aceptó de inmediato, contra ofertando una tasa del 9,5 % anual de interés. 
A mediados de mayo de aquel año, Graiver logró zafar de un intento de secuestro y, asustado porque los guerrilleros le aseguraron que no habían sido ellos, decidió radicarse en los Estados Unidos, donde estaba intentando que le permitieran comprar un banco. 
Antes de viajar, en ese mismo mes de mayo, mantuvo dos reuniones en las que lo acompañó Jorge Rubinstein, su hombre de confianza, con los representantes montoneros, para recibir los 14 millones una semana más tarde. Por los guerrilleros asistieron a esos cónclaves Quieto, "Ignacio" Torres y "Antonio" Salazar, coordinador internacional de la organización en Europa. El 25 de junio de 1975, un funcionario de Bunge y Born entregó en Ginebra, Suiza, a "Ignacio" Torres los 14 millones de dólares que faltaban para completar el rescate y Jorge Born fue dejado en libertad en la zona norte del Gran Buenos Aires. 
Inmediatamente, en la misma ciudad, Torres y Salazar entregaron las valijas llenas de billetes a Jorge Rubinstein. Tras algunos inconvenientes técnicos y burocráticos - que solucionó Graiver -, los fondos fueron depositados en un banco y pasados a otros, para ser retirados, cargados en una avión alquilado y trasladados a Bruselas, donde ingresaron al BAS, pequeño banco belga adquirido por el empresario. 
Posteriormente, el banquero recibiría de Montoneros dos 2.825.000 dólares más, provenientes de un total de 4 millones obtenidos por el secuestro de Heinrich Metz, directivo de Mercedes Benz Argentina. 
De esta manera, el total entregado por Montoneros fue de 16.825.000 dólares, por los cuales Graiver se comprometió a pagar un interés mensual de 196.300 dólares. 
El acuerdo se cumplió sin inconvenientes durante varios meses, mientras el acelerado deterioro de la situación política y socioeconómica, sumado a la creciente violencia de Montoneros y el ERP y la contrapartida represiva, desembocaron en el golpe militar de marzo de 1976. 
Aparentemente en los meses previos habían comenzado a producirse diferencias en la cúpula de Montoneros y, en octubre del '75, Quieto había planteado que quería dejar la conducción. Pero no lo hizo y el 28 de diciembre de ese año, domingo, fue capturado y desaparecido cuando descansaba con su familia en una playa de Olivos. 

La caída y el intento de Menem 
Con las Fuerzas Armadas en el gobierno la represión se hizo masiva y el cerco fue cerrándose de manera inexorable. A mediados del 76 un grupo de tareas - aparentemente del Ejército - capturó a Ramón Neziba (a) "Moplo", quien fue reconocido por una montonera quebrada y había actuado como cobrador de los intereses que pagaba Graiver a Montoneros. No había llegado a conocer al banquero, pero recibía el dinero de Jorge Rubinstein cada mes. Se encontraban en una confitería e intercambiaban un portafolios vacío por otro con el dinero. 
Algunas semanas mas tarde, el 17 de julio de aquel año, "Jarito" Walker fue atrapado en un cine del barrio de Caballito en la Capital Federal. Poco después "Antonio" Salazar, el coordinador de Montoneros en Europa, que había participado en Suiza en el traspaso de los 14 millones de dólares entregados, por Bunge y Born a Graiver, dejó un mensaje en clave, en una mensajería telefónica a la que el banquero llamaba regularmente desde Nueva York. Traducido, intentaba ser tranquilizador y significaba que Walker no había hablado. 
Muy poco después, el 7 de agosto, cuando su grupo económico crujía por todas partes, el avión alquilado en el que Graiver viajaba desde Nueva York hacia el balneario de Acapulco en México, se estrelló en las montañas de ese país, muriendo el empresario y los dos pilotos. 
A las pocas horas "Ignacio" Torres, jefe de finanzas de Montoneros habría llamado por teléfono a la viuda Lidia Papaleo, quien estaba en México - donde Graiver los había presentado dos meses antes -; para expresarle sus condolencias y manifestarle que, en su opinión, había sido un atentado, como siguen creyendo hasta hoy los dirigentes montoneros y Gasparini, quien en su libro atribuye a la CIA la muerte del banquero. 
Dos meses y medio más tarde, el 22 de octubre, tras cumplirse minuciosamente un complejo recorrido por el centro de Buenos Aires, indicado por los montoneros para controlar que no era seguida, Lidia Papaleo almorzó en el restaurante del tercer piso de Harrods con dos jefes de la organización. 
"Ignacio" Torres la presentó al "oficial superior" y miembro de la Conducción Nacional, Julio Roqué (a) "Lino" un cordobés que venía de las F AR izquierdistas y había disparado el F AL cuyos proyectiles asesinaron al general Juan Carlos Sánchez en Rosario, a mediados de abril de 1972. La mujer explicó que el grupo empresario armado por su esposo se estaba derrumbando y que no podía pagar los casi 200.000 dólares mensuales de interés. Comprensivos, los dos jefes montoneros acordaron concederle un período de gracia. En aquellos momentos, el dinero no era el problema principal para ellos. 
En un momento en que "Ignacio" fue al baño, "Lino" Roqué y la viuda de Graiver acordaron una clave de emergencia para encontrarse. El jefe guerrillero llamaría "de parte del doctor Linares" y se encontrarían tres días y tres horas más tarde de la fecha que se dirían por teléfono. 
En ese terrible año '76 aún habría una reunión más entre Lidia Papaleo y dos emisarios montoneros - uno era el "Doctor Paz", quien sería en realidad Juan Gasparini -, en el departamento de su colaboradora Lidia Angarola, en Junín y Peña, durante la mañana de un domingo de diciembre. 
Pocas semanas después, el domingo 9 de enero del '77, uno de los grupos de tareas encontró en el embarcadero de Tigre el hilo de las finanzas de Montoneros. Al día siguiente fue atrapado Juan Gasparini, en Callao y Santa Fe, y el sábado 15 cayeron "Ignacio" Torres y dos de sus asistentes. 
El miércoles siguiente, utilizando el procedimiento de emergencias, acordado en el almuerzo de Harrods, "Lino" Roqué se encontró con Lidia Papaleo en el Parque Lezama y le aconsejó que tratara de irse del país, pues Torres y Gasparini conocían todos los detalles del acuerdo por los 16.825.000 dólares. 
Acordaron mecanismos para establecer contacto en Madrid y en México DF, y se despidieron. No volverían a verse. El 29 de mayo, uno de los grupos de tareas llegó al domicilio donde estaba escondido Roqué y se produjo un largo tiroteo que finalizó cuando al montonero se le acabaron las municiones y se suicidó con una cápsula de cianuro. 
Lo demás es historia mas o menos conocida, en la primer semana de marzo de ese año el entonces jefe de la Policía de Buenos Aires, coronel Ramón Camps, aparentemente autorizado por el comandante del primer cuerpo de Ejército, general Guillermo Suárez Mason, lanzó el operativo "amigo". 
Los miembros de la familia Graiver y sus colaboradores cercanos fueron detenidos y permanecieron desaparecidos varias semanas, hasta que la situación fue "blanqueada" el 19 de abril por el presidente y comandante del ejército teniente general Jorge Rafael Videla, mediante una conferencia de prensa ofrecida en la sede de esa fuerza. 
Nunca se tuvieron datos precisos de 10 ocurrido a Jorge Rubistein - que jugó un rol central en los tratos de Graiver con Montoneros-, ni siquiera Edgardo Sajón, Subdirector del diario "La Opinión" y secretario de prensa durante la presidencia del teniente general Alejandro Agustin Lanusse. Aunque todo indica que murieron mientras eran sometidos a "interrogatorios compulsivos." 
Más adelante, un Consejo de Guerra Especial condenó a 15 años de prisión a Juan e Isidoro Graiver y a Lidia Papaleo - con penas menores para otros miembros del grupo -, quienes apelaron ante el Consejo Supremo de las fuerzas Armadas que redujo las condenas principales a 12 años de prisión. 
Ante una nueva apelación, la Corte Suprema de Justicia - aún bajo el gobierno militar y en un notable acto de independencia- dejó sin efecto la sentencia de la justicia militar y dispuso que la causa pasara a la justicia civil. 
El entonces fiscal Julio César Strassera, quien después lo seria de los ex comandantes en jefe, pidió 5 años de prisión para Isidoro Graiver y Lidia Papaleo, sobreseyendo al resto. Pero el juez falló anulando todo 10 actuado por la justicia militar y dispuso la libertad de todos los miembros del grupo Graiver. 
Después, en 1984, ya en el gobierno de Raúl Alfonsín, la familia Graiver se presentó en el fuero contencioso administrativo reclamando al Estado daños por cifras enormes y los bienes del grupo empresario que habían sido incautados. 
Después de que ganaran el juicio en primera instancia, el presidente Alfonsín ordenó al procurador del Tesoro, Héctor Pedro Fassi, que negociara un acuerdo. Los Graiver reclamaban un total aproximado de 155 millones de dólares y un gran número de propiedades. Finalmente, el gobierno y el grupo transaron en 84 millones y unas cuarenta propiedades. 
En marzo del '86, el Tesoro les pagó el 40 % de esa suma y desde mayo de ese año comenzaron a recibir pagos trimestrales. El 63 % de 10 que recuperaron correspondía a Isidoro y Juan Graiver y a su esposa Eva Citnach. El 37 % restante era del Lidia Papaleo y de su hija María Sol Graiver. 
En su libro "El crimen de Graiver", Gasparini afirma que Juan e Isidoro Graiver -radicados entonces en España- hicieron un rápido viaje a Suiza en julio del '87 para depositar allí una parte importante de los fondos que habían recibido del Estado argentino. 
Al mes siguiente, actuando como representantes autorizados de Montoneros, un pastor protestante homosexual con status de refugiado político en Noruega, acompañado por una redactora argentina de la revista pro-guerrillera Triunfar, editada en México, retiraron 400 mil dólares de un banco en Ginebra y los traspasaron a otra entidad. Sería el primero de una serie de pagos - los otros habrían sido mucho menores - de la familia Graiver a los montoneros que mostrarían que la "Operación Mellizas" seguía viva a mas de trece años del secuestro de los hermanos Born. 
Mientras tanto, como parte de su teoría de los "dos demonios" - uno subversivo y el otro represivo - el presidente Raúl Alfonsín logró que Mario Firmenich fuera detenido en Brasil y extraditado a la argentina, donde la justicia lo condenó a una larga pena de prisión. 
La cúpula sobreviviente de Montoneros, comenzó su aproximación durante la interna del justicialismo en 1988, después de ser rechazados por los renovadores de Cafiero, según explicó un miembro de la conducción nacional. 
Como "Peronismo Revolucionario" hicieron campaña por el menemismo y propusieron repatriar fondos que tendrían en Cuba para un programa de reactivación económica basado en la construcción de viviendas populares. 
Más adelante, ya presidente, Menem incluyó a los dirigentes montoneros en el indulto y Firmenich salió en libertad, algún tiempo después de que Roberto Perdía, Fernando Vaca Narvaja y Rodolfo Galimberti -este último ferozmente enemistado con el resto- regresaran al país. 
El empresario Mario Rotundo, que fue amigo cercano de Menem durante la primer campaña electoral, participó al menos en tres reuniones en las que se trató el aludido programa económico y la manera de recuperar los fondos montoneros llevados a Cuba. 
Uno de esos cónclaves fue el 17 de agosto de 1989, en un complejo turístico que Rotundo posee en Corrientes, por el Peronismo revolucionario asistieron Mario Montoto y Pablo Unamuno hijo. La reunión había sido rodeada de secreto, pero el jefe de Inteligencia de la Policía correntina la detectó y debió ser emplazado a mantener el asunto en reserva. 
El segundo encuentro se habría producido, un mes más tarde, en el despacho presidencial de la casa Rosada y el jefe de gobierno habría manifestado que ya había hablado con el empresario Jorge Born quien se habría comprometido a no entorpecer con reclamos la autorización de los fondos eventualmente recuperados en un programa de desarrollo; según Rotundo, se hablaba entonces de 20 millones de dólares. Pero nada se concretó. 
En 1989, ya con el presidente Menem en el gobierno, el entonces fiscal del juzgado Federal de San Martín, Juan Martín Romero Victorica, logró que el titular de ese juzgado, Carlos Lutz, embargará bienes de los Graiver por 46 millones de dólares, por considerarlos "verdaderos socios de una asociación subversiva". 
Comenzó, entonces, una serie de pasos judiciales que convirtieron la cuestión en un complejo galimatías legal, donde lo importante fueron las transacciones económicas -básicamente entre los Graiver y los Born- y molestias prácticas, como allanamientos, para Mario Firmenich. 
De aquellos años de dramática violencia, tras el indulto, aparentemente sólo queda como secuela legal - y ya prácticamente agotada - una serie de pleitos donde lo importante fueron pactos económicos. Una conclusión triste para una historia con miles de muertos e incontables vidas afectadas.