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viernes, 6 de abril de 2012

Armas Argentinas: Una luz de esperanza

¿Hay un rearme argentino?
Mar-30-12 - por Rosendo Fraga 

El diputado nacional del Frente Amplio Progresista (FAP) Claudio Lozano ha presentado el documento “Acerca de la Causa Malvinas. Estrategia integral o proclama vacía de soberanía. Una oportunidad para la integración regional”, en el que presenta un análisis interesante sobre los intereses en juego en el Atlántico Sur y la Antártida sin los cuales no puede interpretarse adecuadamente el conflicto entorno a las islas Malvinas. 

Este es posiblemente el primer acierto de su propuesta: la vinculación que establece entre Malvinas-Atlántico Sur-Antártida. 
FAdeA (Córdoba)

El segundo es plantear que el control de los recursos naturales de esta amplia región es la clave central del conflicto. 

En las propuestas que realiza para que el país tenga una política eficaz frente a la cuestión Malvinas se destaca la de sudamericanizar la estrategia, tomando como eje para ello UNASUR. Pero esta propuesta debe incluir también la dimensión sudamericana no sólo a Malvinas, sino también al Atlántico Sur y a la Antártida, algo en lo que todavía falta avanzar. 

Argentina y Chile son los países con pretensión de soberanía antártica y los demás no la tienen. Este sería el primer problema a resolver si se pretenden sudamericanizar la estrategia entorno a Malvinas. En esta cuestión crucial quizás esté el punto más polémico de la propuesta del Lozano, que incluye la denuncia del Tratado Antártico que internacionaliza. 
FMA IA-63 Pampa

Pero el documento de Lozano da especial relevancia a la reactivación de la defensa nacional como estrategia disuasoria para el Reino Unido y como una forma de incrementar los costos que paga por retener las islas. 

Al respecto hay que reparar que el costo militar de las islas es hoy aproximadamente la octava parte de los 1600 millones de dólares que las islas reciben por ingresos de pesca, y que al comenzar dentro de dos años la extracción de petróleo -si se cumple el cronograma previsto- el costo de la base irá bajando en significación respecto a lo que significan económicamente las islas. 

También destaca que si bien se trata de medidas no coordinadas y falta en algunos casos de coherencia, hay algunos procesos que tienen relevancia para la elaboración de una estrategia disuasoria que fortalezca nuestra posición en el Atlántico Sur, ya sea por la disputa territorial con el Reino Unido como así también para proteger nuestros derechos sobre las riquezas de todo el sector austral incluyendo la Antártida. 

Los procesos que menciona son: 

Cohete Gradicom II

  1. la reestatización de la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba (FADEA); 
  2. la reestatización del Astillero Tandanor y la reactivación de las instalaciones para montaje de submarinos Ministro Domecq García (CINAR); 
  3. reapertura de las instalaciones subterráneas de Falda del Carmen (Córdoba), donde hace más de 20 años se fabricaba el misil Cóndor II y ahora se construye el cohete Tronador II, que permitirá poner en órbita satélites propios; 
  4. el desarrollo de radares militares 3D por el INVAP; 
  5. la reactivación de la base de ensayos espaciales de El Chamical (La Rioja), donde el CITEDEF (Centro de Investigaciones Tecnológicas para la Defensa) ensaya con los cohetes de dos etapas Gradicom II; 
  6. la programación para el año en curso de tres patrulleros oceánicos multipropósito (POM), con opción a otros tres más, que son construidos en combinación por los astilleros Tandanor y Río Santiago, este último con capacidad de construir fragatas Tipo 42; 
  7. el anuncio de que el INVAP realizará pruebas sobre el reactor de diseño nacional CAREM para la instalación en la planta motriz de alguna nave (podría tratarse del submarino Santa Fe, suspendida su fabricación en 75% hace dos décadas, para transformar su capacidad de convencional a nuclear); 
  8. la finalización de la modernización y botadura del submarino San Juan en marzo de 2012, llevando la dotación de submarinos en servicio a tres (en la ocasión, la Presidenta anunció que el próximo paso será la finalización del Santa Fe, agregando pero con alguna sorpresita más, lo que podría interpretarse como la confirmación de su transformación en nuclear); 
  9. el anuncio de la construcción de 40 aviones Pampa en la Fabrica Militar de Aviones de Córdoba que ha sido reestatizada, incluyendo una versión aeronaval. 

Submarino San Juan en el CINAR
Todas estas acciones y anuncios contrastan con una realidad: que el presupuesto de Defensa es el más bajo de la historia en cuanto a porcentaje del PBI, que las horas de adiestramiento han sido reducidas por debajo del mínimo necesario, que las reservas de munición son casi inexistentes y que hay un claro desequilibrio militar en perjuicio de Argentina en la región. Concretamente, en 1983 el gasto en defensa era 3,1% del PBI y ahora alcanza sólo 0,81%. Las recientes declaraciones del Ministro de Defensa británico, Philip Hammond, diciendo que Argentina hoy no es una amenaza militar para las islas y que por eso no se justifica reforzar la actual guarnición, son una evidencia al respecto. 

Radar 3D de INVAP
Volviendo al documento de Lozano, propone para aumentar las capacidades defensivas y disuasivas de Argentina: 

  1. una reactivación seria y coherente de la industria naval, que requerirá una fuerte inversión estatal; 
  2. estatizar el modelo de negocio del CINAR y de FADEA, las fábricas de submarinos y de aviones recientemente reactivados; 
  3. acelerar la ejecución de los proyectos que sean prioritarios para el Atlántico Sur (submarinos y las lanchas multipropósito); 
  4. la urgente radarización de la Patagonia, acelerando la construcción de los radares de INVAP. 

Pero ante todo, la estrategia argentina respecto a las islas, debe incorporar los grandes cambios económicos que se han gestado y se están gestando entorno a ellas. Hoy los isleños tienen el cuarto PBI per capita del mundo, con 65.000 millones de dólares por habitante, por debajo de Qatar, Liechtenstein y Luxemburgo. Argentina tiene 15.000. 

Los ingresos de las islas por pesca -el monto de la producción alcanza 1.600 millones de dólares anuales- que en 1985 eran de sólo 8 millones de dólares, este año superarían los 200. La pesca hoy explica el 60% del PBI de las islas. Mientras el total de la pesca de Argentina alcanza 900.000 toneladas, sólo las Malvinas extraen 200.000. 
Patrullera de Alta Mar proyectada para la ARA

En cuanto al petróleo, que se busca desde 1998 y se extraerá a partir del 2014, fuentes británicas sostienen que las reservas de las cuatro cuencas entorno a las islas, aportan más de 12.000 millones de barriles de reservas, Si la mitad de ellas fueran realidad, ello sería tres veces las reservas de Argentina. 

La propuesta de Lozano puede ser polémica y parece en las antípodas del documento difundido semanas atrás por 17 intelectuales cuestionando la base de la estrategia actual respecto a Malvinas, al sostener que debe tenerse en cuenta a los isleños, pero ambas tienen la virtud de aportar puntos de vista nuevos para la estrategia de este conflicto. 

Nueva Mayoría

martes, 20 de julio de 2010

Armas Argentinas: CITEFA/CITEDEF (Parte 2)

Armas hechas en casa 
En el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa. 


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En más de 30.000 metros cuadrados, el personal de Citedef trabaja para el desarrollo de sistemas de armas y la modernización del equipamiento de las Fuerzas Armadas. Entre sus objetivos, busca reactivar la industria nacional para la defensa y convertirse en exportador de tecnología de punta. Sus innovaciones han ahorrado gran cantidad de recursos y, además, apuntan al bienestar de la comunidad. Por Lauro Noro / Fotos: Fernando Calzada y Citedef.

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Al entrar en el apacible predio de Citedef (Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa), en Villa Martelli, pocos sospecharían que en sus amplias instalaciones, técnicos argentinos desarrollan y reparan misiles, cohetes, armas de todo tipo, controlan municiones y diseñan radares y simuladores, entre otras cosas. Sin embargo, es así. Más de 600 agentes, en diez departamentos tecnológicos y seis científicos, llevan adelante una tarea que se proyecta en la comunidad. En su órbita, se creó el Régimen para el Personal de Investigación y Desarrollo de las Fuerzas Armadas (RPIDFA) para atraer y retener a las "mentes grises", técnicos y profesionales dedicados al estudio de elementos relacionados con la defensa. La lista es larga. Hay para todos los gustos: electrónica, control y simulación, mecánica, visión aplicada, informática, meteorología, ensayos ambientales y no destructivos, microelectrónica, química, corrosión, plagas e insecticidas, toxicología, láser, etcétera.

En los últimos años, el organismo ha funcionado sobre la base de los requerimientos de los sistemas de la defensa, que, en principio, son las tres Fuerzas ("el primer cliente", como las llaman), y a ellas se suman desde el Complejo Industrial Naval Argentino (CINAR) hasta la Fábrica Argentina de Aviones y Fabricaciones Militares. "Son nuestros clientes. La industria de la defensa está empezando a funcionar. De esa relación pueden surgir o descubrirse ciertas cosas que podrían comprarse afuer a, pero que también podemos desarrollar acá", revela a DEF el coordinador del instituto, Marcelo Vensentini.

La industria privada

Los requerimientos van más allá. "Son los que recibimos de las Fuerzas Armadas de la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) de Chile, Bolivia y otros países, sobre simuladores y otros desarrollos", completa nuestro entrevistado. Además, aunque en menor medida, aceptan pedidos del sector privado. "Hace unos años se acercó gente que venía con un material nuevo para reemplazar los cascos de kevlar de los soldados. Hicimos pruebas y ensayos y comprobamos que cumplían con las normas establecidas. En este momento están en manos de la Escuela Superior Técnica del Ejército para analizar si la Fuerza los cambia por otros de producción nacional, que, según los expertos, son mejores que los israelíes que se comercializan", sintetiza.

-¿Es común este hecho?

-No. La industria privada vinculada con la defensa no está muy desarrollada en la Argentina. Esta relación es muy importante para nosotros porque para hacer ciertos desarrollos necesitamos materiales e insumos que no siempre encontramos en el país. Uno de los problemas es formar una cartera de proveedores. En ese sentido, es un esfuerzo que recién empezamos a hacer.

-Aparte, son carísimos si se compran afuera.
-Así es. Por ejemplo, no hay proveedores nacionales de tubos para hacer cohetes. Entonces, tenemos que trabajar con ellos para mostrarles de qué se tratan, aunque tampoco podemos ofrecerles un mercado porque no lo hay; es casi una industria artesanal. En eso estamos.

-En general, ¿qué les piden las Fuerzas Armadas?
-Con ellas tenemos varios programas. Acá se juntan sus requerimientos vinculados con el nivel operativo, con los del Ministerio de Defensa, que puso en marcha una cantidad de proyectos estratégicos. Por eso se formó y está funcionando muy bien una comisión de investigación y desarrollo (ID) desde su seno, en la que se conjugan las demandas de esas necesidades.

Mejor y más barato

Con los proyectos estratégicos planteados, hay cinco elementos que se acordaron con las Fuerzas para hacer un camino común. "Es decir, unificamos tecnología y, después, cada una de ellas seguirá con sus investigaciones y desarrollos. Quizá el proceso sea más lento, pero buscamos economizar recursos y esfuerzos y ganar tiempo", acota el funcionario. Los detalla uno a uno.

El primero, el de la familia de Vectores. En 2009, ensayaron del Gradicom PCX, un cohete de tecnología íntegramente nacional (propulsante, motor, estructura) de 50 a 60 kilómetros de alcance. "Estamos considerando hacer otro de mayor proyección, además de los de uso civil, como el Zonda o los atmosféricos".

En segundo término, están los programas de seguridad informática y el sistema de manejos de crisis, como la guerra electrónica. "Tienen uso dual y se ensayaron el año pasado con la gripe H1N1, y este año lo hicimos con Chile en un escenario de catástrofes naturales, aunque ya estaba planificado con anterioridad a los terremotos que azotaron al país trasandino", revela.

El de los simuladores ocupa el tercer escalón. "Los modelos de simulación los hicimos con mucho éxito, con buenos productos y buen requerimiento del mercado. En ese sentido, queremos avanzar en los temas de simulación en conjunto porque todas las Fuerzas los necesitan", dice mientras detalla el del manejo de tanques, los de tiro, armas portátiles, del avión Pampa y el desorientador espacial que aún está en pañales.

El siguiente elemento es el controvertido tema de los radares. "Llevamos adelante el desarrollo del mantenimiento, reacondicionamiento y repotenciación de uno de ellos para la Fuerza Aérea, lo cual le ahorró mucho dinero. Afuera le cobraban 200.000 dólares y nosotros hicimos el trabajo por 12.000. Ahora, tenemos en arreglo el radar del rompehielos Irízar para terminarlo el año que viene". Por último, atienden las necesidades de los planes operativos de las Fuerzas Armadas, como la prolongación de la vida útil de las municiones y su puesta a punto.

Exocet a nuevo

En cuanto al empeño emprendido con los misiles, Vensentini muestra con orgullo la repotenciación alcanzada con los Magic de la Fuerza Aérea y los Aspide y Excoet de la Armada. Tira números. "Ponerlos en funcionamiento otra vez, por vencimiento del motor o falla de algunos de su componentes, demandaba un alto costo -en el orden de los 220.000 dólares- y así quedaba inutilizada una capacidad gigantesca de recursos. Y nosotros, con mucho menos dinero, pudimos reflotarlos". Como dato ilustrativo dice que a uno de aquellos lo desarmaron, lo estudiaron y lo hicieron de nuevo. "Entonces, la capacidad misilística de ambas fuerzas prácticamente en desuso pudo ser puesta a punto otra vez, sin necesidad de comprar nuevos elementos que cuestan 20 veces más". El año pasado entregaron los 12 primeros misiles y ahora están por hacer lo propio con los Exocet que estaban fuera de servicio.

Por su parte, para el Ejército están concluyendo con la transferencia de tecnología del lanzacohetes VC de 30 mm, cuyos seis primeros prototipos fueron entregados a Fabricaciones Militares para producirlos en serie; el Kaliv, un cañón de 105 mm en pleno desarrollo; la fabricación de un misil de mediano alcance tierra-tierra de 70 kilómetros; el CX70, sobre la base de su propia cohetería; y el nuevo mortero de 81 mm, de fibra de carbono y soporte metálico.

¿Es todo? No. En los laboratorios y talleres de Citedef salieron elementos de visión nocturna para buques y blindados, equipos de simulación para tiro de armas portátiles y tiro de artillería, manejo de tanques y duelo entre blindados como el Neo Nahuel, desarrollado en el Comando de Arsenales del Ejército, elementos de protección en ambientes contaminados y controladores de explosiones para el arma de ingenieros. Nos señala el misil Martín Pescador; los visores Lirod para búsqueda y rescate; el desarrollo de un radar warning para los hombres del aire; y, sin confirmar, una investigación sobre el perfil Stealth (invisible) de buques.

La industria nacional

El rol de los científicos de Citedef está ponderado por el que cumplen a nivel internacional. Además de participar en congresos fuera del país, sus grupos técnicos integran la Convención de Armas Químicas, Nucleares y Biológicas; el Grupo Australia; los regímenes sobre armas comunes y prohibidas; y la Comisión de Desminado de Malvinas. También asesoran técnicamente a la Dirección de Seguridad Internacional de la Cancillería, y a los ministerios de Defensa y Economía. Citedef es miembro del Régimen de Control de Exportaciones Sensitivas y Material Bélico y del Comité Interinstitucional de Ciencia y Tecnología (CICYT) y forma parte del Polo Tecnológico Constituyente S.A., junto con la Comisión Nacional de Energía Atómica, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial, el Servicio Geológico Minero Argentino y la Universidad de San Martín. "El objetivo que nos fijó el Ministerio de Defensa es que nos ocupemos de la ciencia y tecnología para la defensa. Por eso, hay grupos científicos muy buenos y eficientes. Los cursos y seminarios que dictamos no solo han dado como fruto formar esos recursos humanos sino que, como parte de la reactivación producida en los últimos dos años, han ingresado alrededor de 100 jóvenes, profesionales en su mayoría, a los que les transferimos conocimientos. Como el avance tecnológico en estos temas es muy acelerado, debemos tener mucha actualización", sostiene el ingeniero mecánico Eduardo Fabre, presidente de Citedef. Entre sus anhelos, apunta a que el organismo a su cargo impulse y transfiera tecnología a la industria nacional para que produzca equipos, insumos y materiales para el sector. "Si no lo hace, habrá que importarlos y van a costar mucho más. El precio del equipamiento militar en el mundo es muy alto y los países invierten mucho dinero en él. Si nuestra industria abastece a las Fuerzas Armadas, podría hacerlo con las de otros países. Por eso, estamos viendo y relevando sus capacidades para producirlos".

-¿Qué nos puede decir sobre los radares?
-La política de radares para control del espacio aéreo en las fronteras argentinas, principalmente la del norte, se ha incrementado significativamente con radares que tenía fuera de servicio la Fuerza Aérea y que, con la fabricación de algunos insumos y repuestos, fueron recuperados y modernizados por nosotros. Son los denominados PS-43, y a ellos se suman los que está fabricando el INVAP. Con ellos, más algunos otros que fueron adquiridos en España, se está cubriendo toda esa zona, que se sospechaba era por donde ingresaba el transporte de droga.

-¿Cómo fue la experiencia con los generadores eólicos en la Antártida?
-En la base Esperanza se probó un aerogenerador de eje horizontal con hélice y gran altura comprado en el exterior. No soportó los fuertes vientos del lugar, que llegan a 180 kilómetros por hora, y se destruyó. Se probó un segundo aparato que corrió la misma suerte. Tuvo muchos problemas y no funcionó. Entonces, desarrollamos uno de eje vertical con un diseño helicoide y baja altura (tres metros y medio de alto) y es el que estamos probando la base Marambio. Hasta ahora soportó vientos de hasta 120 kilómetros y no ha tenido ningún problema. La idea es que si todo sigue así, instalemos un parque eólico en las demás bases argentinas del continente blanco. Además, estamos probando una pila de hidrógeno en Esperanza para producir energía.

-¿Con qué resultados?
-Es un desarrollo que se hizo en la Escuela Superior Técnica del Ejército con el doctor Juan Franco, que ahora trabaja con nosotros. Estamos llegando al kilovatio. Nuestro objetivo es aumentar el abastecimiento y generar fuentes de energía para que esas bases requieran menos gasoil para su funcionamiento. Esto solucionaría el transporte de combustible y los costos de cada campaña antártica. Hay agua y viento suficientes para poner en funcionamiento el catalizador eólico. Falta mucho, pero estamos en camino.

Finalmente, cuando le preguntamos sobre el presupuesto que manejan, Fabre no habla de números. "Es el que nos asigna el Ministerio de Defensa en función de las necesidades y proyectos que se van presentando, que surgen de los requerimientos de nuestros usuarios, tanto de las Fuerzas Armadas como de la industria para la defensa, que cada vez requiere más cosas y desarrollos. Eso sí, le están dando mucha importancia a nuestro trabajo", concluye el ex subsecretario de Energía y Minería de la provincia de Mendoza.


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DEF Digital