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viernes, 21 de julio de 2023

ARA San Juan: La razón por la que el buque estaba condenado desde su MLU



jueves, 5 de julio de 2018

Delirio argentino: No se puede mantener un SSK y quieren armar un SSN

Evalúa el Gobierno la construcción de un submarino nuclear




Se analizó en el Congreso un proyecto para colocar un reactor en la estructura vieja del ARA Santa Fe Crédito: http://defonline.com.ar

Mariano De Vedia | La Nación


Tras la tragedia del ARA San Juan y casi un año después de que la Armada se quedara sin submarinos, el Gobierno analiza la posibilidad de diseñar y construir un submarino nuclear. El objetivo es ponerlo en el agua en el año 2025.

El proyecto prevé el desarrollo de un reactor nuclear compacto para la propulsión de un submarino y se aprovecharía la estructura del ARA Santa Fe, el sumergible tipo TR-1700, similar al ARA San Juan y cuya construcción fue abandonada hace 25 años, cuando se había completado en un 70 por ciento.

El armazón de este submarino se encuentra, desde mediados de los 90, en los astilleros del Complejo Industrial y Naval Argentino (Cinar), y para el avance del proyecto se deberían destinar 5 millones de dólares en los próximos tres años.



La iniciativa tomó estado público anteayer en la Cámara de Diputados, en un plenario de las comisiones de Defensa y de Ciencia y Tecnología, en el que se resolvió pedir informes al Poder Ejecutivo para que explique la viabilidad y ejecución del proyecto.

La posibilidad de que la Argentina construya un submarino nuclear, en momentos en que Brasil impulsa desarrollar uno propio, sorprendió en las Fuerzas Armadas, que aún esperan del Gobierno una respuesta a los reclamos por el magro aumento salarial anunciado el mismo día en que el proyecto del reactor nuclear se analizaba en el Congreso.

El encuentro fue encabezado por las titulares de ambas comisiones, las diputadas Sandra Castro (FPV-San Juan) y Nilda Garré (ex terrorista Montonera del FPV-Capital). "Con el aporte de varios expertos invitados, los diputados que integramos las comisiones de Ciencia y Tecnología y Defensa, analizaremos la factibilidad de que la Argentina cuente con un submarino con propulsión nuclear, basado en tecnología nacional", anticipó por Twitter la exministra de Defensa, al anunciar la convocatoria.



Pedido de informes 


Como resultado, ambas comisiones acordaron requerir al gobierno de Mauricio Macri que informe si "se prevé utilizar los estudios realizados y concluidos en el Centro Atómico Bariloche para el desarrollo de la ingeniería conceptual y básica de una planta de propulsión nuclear para un submarino tipo TR-1700".

Entre los marinos expertos fueron consultados los contraalmirantes retirados José Luis Pérez Varela, gerente del Proyecto Submarinos de Tandanor, y Carlos Castro Madero. Además expusieron sus opiniones el historiador naval Ricardo Burzaco, especialista en submarinos y director de la revista Defensa y Seguridad-Mercosur, y Horacio Calderón, exrepresentante del astillero Domecq García, que había participado en la construcción del ARA Santa Fe y fue desmantelado en los años 90.

Respecto del submarino inconcluso, se estima que hay partes suficientes para terminarlo y que podrían importarse otros componentes, además de actualizar los sistemas de sensores pasivos y activos.

El diputado Carlos Gastón Roma (Tierra del Fuego-Pro) recomendó incorporar el proyecto al presupuesto para "permitir un desarrollo de las condiciones de factibilidad". En dialogo con LA NACION, explicó que, básicamente, se analizará si es viable utilizar la estructura del ARA Santa Fe para transformar el diseño de propulsión diésel eléctrica a nuclear. Se trataría, sin embargo, de una propulsión híbrida: eléctrica y nuclear. "El reactor puede servir, además, para un rompehielos y para cualquier otro tipo de buque", añadió.

La idea, según pudo saber LA NACION, es que en el desarrollo del proyecto y en la construcción intervengan el Invap y la Armada, teniendo en cuenta el modelo brasileño.

La discusión no es menor en materia de costos. Los 5 millones de dólares que se requieren para el avance del proyecto serían para completar el estudio de factibilidad.

Luego llegará el turno de inversiones mayores. "Para ponerlo en el agua habrá que pensar en una inversión de US$500 millones", graficó a LA NACION una fuente especializada.

En el plenario de comisiones se indicó que Australia firmó un acuerdo para la compra de submarinos franceses -no nucleares- por US$3100 millones. En ese sentido, al citar un artículo del ingeniero José Converti, investigador y profesor del Instituto Balseiro, se explicó que Rusia apunta a desarrollar un nuevo submarino nuclear por US$500 millones. Y, entre otros planes más ambiciosos, se mencionó el caso de Francia, que desarrolla "el proyecto Le Triomphant, con un presupuesto calculado en US$3800 millones".

Al margen del empeño de Brasil, que ya tomó una decisión política para avanzar en esta tecnología, los países que cuentan con submarinos nucleares son China, Rusia, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la India. La Argentina aspira a sumarse a este selecto grupo, en medio de las fuertes restricciones presupuestarias que limitan a las Fuerzas Armadas.

 Un proyecto ambicioso

Objetivo: Un grupo de ingenieros del Centro Atómico Bariloche trabajó en el desarrollo de un reactor nuclear para incorporarlo al ARA Santa Fe, un submarino que quedó inconcluso
Costos: Las primeras estimaciones indican que poner un submarino nuclear en el agua en 2025 requeriría una inversión de US$500 millones. Y el avance inmediato del proyecto exigiría US$5 millones en los próximos tres años
Homónimo: El ARA Santa Fe lleva el mismo nombre que el sumergible clase S-21 utilizado en la Guerra de Malvinas y capturado por los británicos.
Antecedente: El proyecto del submarino a propulsión nuclear fue impulsado en la gestión de la exministra de Defensa Nilda Garré. Se opuso el entonces canciller Jorge Taiana porque el proyecto podría generar irritación en el gobierno de EE.UU.

viernes, 19 de mayo de 2017

ARA: OPV Godwind para la protección de la ZEE

Argentina se prepara para construir dos OPV que eviten la pesca furtiva en Tandanor
Fundación Nuestro Mar




Tras la reciente restauración del emblemático rompehielos ARA Almirante Irízar (Q-5) de la Armada, Argentina se ve ahora preparada para construir dos OPV (patrulleros oceánicos) con el objetivo de que los recursos del espacio marítimo del país suramericano no sean explotados por buques extranjeros sin autorización.

El equipo de Talleres Navales Dársena Norte (Tandanor), un astillero y taller de reparaciones navales de propiedad estatal y de sus trabajadores, confía en tener la capacidad de construir dos buques de patrullas offshore de 90 metros de eslora para evitar la pesca furtiva en la Zona Económica Exclusiva Argentina.

Según adelantó el titular del astillero, Jorge Arosa, en recientes declaraciones a los medios locales, ya han recibido la visita de empresarios franceses, españoles, ucranianos y de países vecinos con la mirada puesta en iniciar trabajos en ese sentido "próximamente".

Argentina pierde hasta 800 millones de dólares al año debido a la pesca furtiva del calamar por buques extranjeros. Para evitarlo y favorecer las exportaciones nacionales, la Armada necesita aumentar su presencia y vigilancia en alta mar con estos OPV.

El proyecto llega justo después de que hace unas semanas el Almirante Irízar realizara su primera navegación (en este caso, para probar su propulsión) después de permanecer diez años inactivo por un incendio que costó 153 millones de dólares en reparaciones.

Esto fue posible gracias al propio Tandanor, que asumió el compromiso en 2010 de devolverle el simbólico buque al Estado argentino, a quien pertenece desde finales de 1978. Ahora, tras realizar las últimas comprobaciones, podrá ser entregado a la fuerza naval antártica de la Armada y volver a su uso original.

Según contó Arosa, el rompehielos es ahora un buque "multipropósito y científico de última generación", sin perder sus funciones de logística y rescate en el continente blanco. Para lograrlo, en los últimos años atravesó un extenso proceso de "reconstrucción y modernización, a través del cual incorporó tecnología de última generación, duplicó su capacidad de transporte Gas Oil Antártico y aumentó la cantidad de espacio dedicado específicamente a la investigación científica en un 600%.

Volviendo a la clase Godwind, es una familia de buques que se ofrecen al mercado en dos versiones, una de 1400 toneladas de desplazamiento y 85 mts de eslora del tipo OPV y otra de 102 mts y 2500 toneladas de desplazamiento. El Godwind 1000 u OPV-90 es una corbeta que dispone de un cañón de 76mm, dos cañones Narwall de 20mm, también puede embarcar 8 VLS Mica antiaéreos, 4 MM-40 Exocet y 1 mástil integrado para vigilancia.



Su puente panorámico de 360 grados y el mástil integrado dan a la tripulación del L'Adroit confiables recursos de adquisición de informaciones. La superestructura del buque deja un espacio sustancial disponible para las operaciones aéreas (helicópteros, vehículos aéreos no tripulados) y para el lanzamiento y la recuperación de los activos de superficie (RHIBs o USVs).

Sus misiones son gestionados por el sistema de combate Polaris, que proporciona información detallada esencial sobre el medio ambiente de la nave, adquirida por diversos detectores, sensores desplegados y otros buques integrados en la red de vigilancia. El sistema también puede incluir un sistema de vigilancia marítima MATRICS® capaz de detectar automáticamente el curso de embarcaciones sospechosas. (Irene Valiente - INFO DEFENSA / DESARROLLO Y DEFENSA / FNM)