I Guerra del Golfo Pérsico:
Fuego en las Colinas: Batallas Iraníes e Iraquíes del otoño de 1982
Por Tom Cooper y Farzad Bishop
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A finales del verano y principios del otoño de 1982, en las colinas de Sumar sobre la frontera entre Irak e Irán, los dos vecinos pelearon algunas de las más duras batallas de la entera Primera Guerra del Golfo Pérsico. La lucha en esta área no fue tan masiva como durante muchas grandes operaciones conducidas antes y después. Sin embargo, incluyó extensivo uso del poder aéreo por ambos bandos, produciendo no solo remarcables resultados, sino también algunos de los más controversiales – y mejor conocidos – reclamos de esta guerra.
Volando en una clásica formación, asemejando lo que frecuentemente se observaba cuando UH-1s del ejército americano operaba en el Sudeste de Asia, una sección de AB.205s de la IRIAA es vista desde otro helicóptero iraní mientras transporta tropas bien detrás de las líneas iraquíes en la parte sur del Teatro de Operaciones Moharram, en otoño 1982. (Colección del autor)
La Guerra Irán-Irak empezó el 22 de Septiembre de 1980, cuando cazabombarderos iraquíes y bombarderos bombardearon casi todos los aeropuertos iraníes dentro de su alcance, mientras que el ejército iraquí invadió Irán por diversos puntos a lo largo de la frontera internacional. Esta ataque causó una guerra total, y una larga, amarga lucha entre los dos vecinos.
Luego de 18 meses de lucha, en 1982, las fuerzas terrestres iraníes finalmente se la arreglaron para organizarse lo suficientemente como para rechazar a las fuerzas iraquíes de suelo iraní. En una serie de ofensivas tomadas entre Marzo y Junio, los iraníes maniobraron y sobrepasaron al principal contingente del ejército iraquí dentro de la provincia iraní de Khuzestan, la cual fue completamente liberada en el proceso.
Durante esta lucha, los militares iraquíes fueron verdaderamente destrozados: su fuerza cayó de 210,000 a 150,000 tropas; más de 20,000 soldados iraquíes fueron muertos y casi 30,000 capturados; dos de cuatro divisiones blindado activas y al menos tres divisiones mecanizadas fueron diezmadas a menos de la fuerza de una brigada, y los iraníes capturaron también más de 450 tanques y transportes blindados de personal .
La Fuerza Aérea Iraquí (IArF) fue dejada en peor forma, y luego de perder hasta 55 aeronave desde principios del Diciembre 1981, pudo contar con apenas 100 cazabombarderos e interceptores intactos: un desertor que voló su MiG-21 a Siria, en Junio de 1982, reveló que la Fuerza Aérea Iraquí le quedaban solo tres escuadrones de cazabombarderos capaz de montar operaciones ofensivas hacia Irán en ese momento. Los cuerpos aéreos de ejército iraquí (aviación del ejército iraquí) estaba quizás en una mejor forma, y pudo todavía seguir operando más de 70 helicópteros.
La lucha en 1982 también cobró sus costos a las fuerzas iraníes, pero las pérdidas no fueron tan pesadas como las sufridas por los iraquíes y – pese a lo duro, y sintiendo la falta de armas pesadas y el vaciamiento de los depósitos de municiones – la moral era alta. Los iraníes sintieron que estaban en una lucha por una causa justa– finalizando la ocupación iraquí de Khuzestan rico en petróleo. Habiendo alcanzado esto, debían decidir sobre el siguiente paso, así que a través del verano numerosas reuniones fueron mantenidas por los oficiales principales del clérigo, la política y los militares. Teóricamente, hubo un potencial para concluir las largas negociaciones mediadas por la ONU y Argelia con diversos estados árabes, aceptando la oferta saudí y kuwaití para el pago de reparaciones de guerra por los daños causados por la invasión iraquí de Irán, y el fin de la guerra. Pero, esto requería negociaciones con el régimen en Bagdad y eso fue algo que el liderazgo iraní no consideraría.
Llevando la Guerra a Irak
En vez, diluido por sus propios éxitos, los líderes en Teherán decidieron llevar la guerra dentro de Irak, y tumbar al régimen en Bagdad, particularmente ahora que la posición del dictador iraquí Saddam Hussein parecía mucho más débil.
Los iraníes sólo tenían que decidir como alcanzar este objetivo. Los oficiales militares profesionales, quienes estaban en contra de una guerra prolongada, sugirieron que sería necesario concluirla rápidamente, antes que el desgaste y las escaseses del equipamiento militar comenzaran a ser determinantes. Como una alternativa, algunos aparecieron con un plan para una potente y masiva ofensiva hacia Bagdad, la cual sería capturada sin importar las pérdidas. Tales ideas fueron descartadas, sin embargo, aparentemente porque los líderes políticos y clericales iraníes no estaban interesados en un rápido final de la guerra. Por el contrario, una decisión fue tomada para anular la máquina de guerra iraquí capturando un área después de la otra, en la esperanza que una serie de masivos ataques proveyeran primero a las unidades del Cuerpo de Guardias Revolucionarios de la República Islámica de Irán (CGRI; mejor conocidos como “Pasdaran”) causarían intranquilidad e incluso levantamientos desde dentro la sociedad iraquí chiíta. Fue el primero en un catálogo de enormes errores, lo que más tarde no solo le costó a Irán una victoria tajante en la guerra, sino que lo puso al borde de la derrota.
El primer objetivo estratégico fue la captura de la segunda ciudad iraquí, Basora. El 14 de Julio de 1982, después de rechazar otro llamado de la ONU para una cese del fuego, los CGRI comenzaron la Operación RAMADHAN. Los objetivos militares, sin embargo, estaban más allá de los alcanzados por los CGRI en ese momento. Los iraníes suponían – equivocadamente – que golpearían en unos de los puntos débiles de las defensas enemigas mientras que militares iraquíes estaban aún en desorden después de las reciente derrotas, pero carecían apropiada inteligencia. Era completamente desconocido para ellos, que los iraquíes habían aprendido acerca de las preparaciones para RAMADHAN, y habían reforzada las defensas de Basora por unidades adicionales traídas desde los frentes centrales y norteños. Como resultado, las pobremente entrenadas fuerzas de Pasdaran y Basij atacaron algunos de los posiciones más pesadamente fortificadas iraquíes en las áreas del Zeid (Lago de los Peces) y Shalamcheh, y después de una semana de lucha fueron detenidos por una detención del fuego defensivo iraquí y maniobras de flanqueo. Incluso la llegada de tanques principales de batalla (MBTs) Chieftain y transportes blindados de personal BMP-1 (APCs) de la 16ta y 92da División Blindada iraníes no pudieron cambiar el resultado.
Durante esta ofensiva, los CGRI por primera vez desplegaron algunos de sus blindados – principalmente MBTs T-55 y APCs Tipo 63/531 de la recientemente establecida 30ma División Blindada CGRI, todos los cuales habían sido capturadas a los iraquíes durante los combates previos y por primera vez estaban siendo agrupadas en unidades independientes. Las unidades blindadas iraníes fueron apoyadas por las 21ra y 77ma Divisiones de Infantería, el 58vo Comando y 23ra Brigadas de Fuerzas Especiales, la 22da y 33ra Grupos de Artillería, así como la 1ra, 3ra, 5ta y 7ma Divisiones de Infantería CGRI. La aviación del ejército de la República Islámica Irán (IRIAA) también desplegó una considerable división de helicópteros, incluyendo 34 Bell AH-1J/T Cobras, y un número de Bell 204s, Bell 206s, Bell 214s, y Boeing CH-47 Chinooks en rol de apoyo.
Pero los iraquíes – instruidos también por un equipo de alemán oriental consejeros – ahora comenzaron operando sus helicópteros de ataque Mil Mi-25 Hind y Aérospatiale SA.342L Gazelle en equipos “hunter/killer”, lo cual probó ser especialmente efectivo. Las tácticas de equipos hunter/killer usados por la aviación del ejército iraquí fueron simple pero altamente efectivas, dado que expuso las mejores capacidades de ambos helicóptero tipos como una ventaja: los Mi-25s irían primer lugar y arrollarían las posiciones iraníes disparando cohetes no guiados de 57mm, tratando a suprimir las posiciones anti-aeronave. Los Gazelles los seguirían, usando la confusión para disparar sus misiles guiados antitanque (ATGMs) HOT contra tanques iraníes aislados.
Incluso si las unidades blindadas del IRIA y CGRI se asentaron en una persistente lucha, y continuaron un arrasador avance hacia Basora en el mes de Agosto, al final habían sufrido tan pesadas pérdidas ambos en hombres y tanques que un contraataque por las formaciones blindadas iraquí amenazando con completamente aniquilarlos. Solo un intervención final por parte de los cañoneros AH-1J Cobra del IRIAA salvaron a las formaciones blindadas iraníes remanentes de la destrucción cierta, y les permitió retroceder.
Mientras los iraníes estaban pensando y organizando sus primeras series de ofensivas en Irak, los iraquíes estaban trabajando intensivamente en reorganizar a sus dañadas fuerzas, y realizando preparaciones para la defensa de su país, mientras simultáneamente compraban nuevo equipamiento desde cualquier proveedor posible – y principalmente con la ayuda de préstamos saudíes y kuwaitíes. Durante 1982, se las arreglaron para re-establecer contactos con Moscú, convenciendo a los soviéticos para reiniciar las entregas de aeronaves y tanques ordenadas previamente en 1979, pero detenidas en Septiembre de 1980. Acuerdos adicionales con Francia fueron también concluidos incluyendo órdenes para más cazas Mirage F.1EQ, SAMs, municiones y armas pesadas, incluyendo artillería autopropulsada. Finalmente, un enorme números de tanques y cazas F-7B fueron ordenados a China.
Esperando que los iraníes volverían tarde o temprano, los iraquíes iniciaron entonces una serie de raids aéreos contra la economía e instalaciones civiles iraníes en las ciudades a lo largo de la frontera, los cual fueron más tarde a desarrollar en patrones distintivos y familiares de esta guerra – la así llamada “Guerra de las Ciudades” en las cuales la Fuerza Aérea Iraquí jugó un rol dominante. Adicionalmente, comenzaron a hacer blanco en los embarques internacionales e iraníes en el Golfo Pérsico a lo largo de la costa iraní y la isla de Khark, donde la mayoría de las exportaciones iraníes de petróleo eran cargadas. Esta táctica más tarde se desarrolló en la mejor conocida como “Guerra de los Tanqueros”. En el evento, esta estrategia inició una guerra de desgaste que duró justo hasta el fin de la primera Guerra del Golfo Pérsico y resultó en una pesada destrucción en ambos bandos, dado que los iraníes pronto comenzaron a retaliar haciendo ataques aéreos de precisión sobre la industria petrolera iraquí.
Durante la lucha entre Shalamcheh y Basora, en el verano de 1982, el Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos desplegó sus blindados por primera vez en la guerra. Cuando esta experimentó problemas con las defensas iraquíes, también los tanques Chieftain del ejército iraní fueron enviados en ayuda. Los iraquíes respondieron con numerosos helicóptero de ataques, desplegando los equipos "Hunter-Killer" con sus helicópteros Mi-25 y Gazelle. Los vehículos vistos aquí fueron atacados a desguardo y destruidos o puestos fuera de combate por ATGMs HOT. (Colección de los autores)
Relato de Testigos
Era la segunda mañana de la Operación Ramadhan. Los equipos de fuego del IRIAA, consistiendo de tres AH-1 Cobras y un Bell 214 como elemento SAR, continuamente atacaron las posiciones iraquíes, hasta un grado que persistentemente se requirió por radio de cobertura aérea.
Durante uno tal misión, de cual la tripulación del 214 SAR eran el My. Jamshid Pour-Azad y el Cap. Gheibi, tres MiGs iraquíes repentinamente aparecieron en el cielo sobre los helicópteros iraníes. El oficial de control aéreo de la IRIAF responsable para el área fue rápido en requerir cobertura aérea para el equipo de fuego, y pronto dos F-4 Phantoms de la IRIAF levantaron vuelo e interceptaron a los iraquíes. Mientras tanto el equipo de helicópteros aterrizó en un rango de emergencia predeterminado y fueron testigos del combate cercano que ocurrió en las cercanías por encima de su cabeza. Pour-Azad pudo ver misiles aire-aire siendo intercambiados, antes de que uno de los MiGs iraquíes prendió en llamas y viró hacia Irak dejando una estela de humo.
Este momento de gozo no duró mucho, porque pronto dos Mirage F.1EQs de la Fuerza Aérea Iraquí se les unieron en la correría y rápidamente apuntaron a uno de los cazas iraníes con misiles aire-aire. La parte trasera del fuselaje del Phantom prendió fuego y picaron hacia tierra. Ambos pilotos eyectaron con seguridad, pero fueron vistos aterrizando en dirección de las posiciones iraquíes. Esto alarmó a la tripulación del helicóptero SAR, quien no perdió tiempo en despegar para un rescate de la tripulación del Phantom derribado, pese a las aeronaves iraquíes y helicópteros cañoneros operando en el área. En camino hacia el área predicha de aterrizaje, las armas anti-aeronave iraquíes abrieron fuego, y los francotiradores iraquíes hicieron lo mejor para acertar a los pilotos derribados que colgaban bajo sus paracaídas.
Tan pronto como los pilotos del Phantom tocaron tierra, el helicóptero SAR aterrizó al lado de ellos y los cargó. Momentos más tarde, el navegador también hizo un aterrizaje duro y fue rápidamente levantado también. Sin embargo este no fue el fin de la dura experiencia, dado que dos enormes Mi-25 Hinds decidieron darle caza al equipo SAR. Los iraníes aceleraron, tratando de alcanzar las posiciones de sus fuerzas terrestres, el fuego de supresión forzó a los iraquíes a cambiar de parecer y volver a sus bases. El equipo de forma segura volvió a su base también.
Los Oponentes
Siguiendo los costosos errores en Shalamcheh y el este de Basora en Julio, durante el resto del caliente verano, los iraníes cambiaron la dirección de sus empujes- esta vez escuchando a la Junta de Jefes de las Fuerzas Armadas de la República Islámica de Irán (IRIAS) y preparando operaciones dirigidas hacia Bagdad, iniciado desde un lugar desde el cual la capital iraquí estaba a solo 120km de distancia. El primero de una serie de ofensivas fue codificadas como MUSLIM-IBN-AQIL.
Esta fue una operación preparada por el I Cuerpo de Ejército iraní, comandada por Cnel. A. Rostami, incluyendo la 28va División de Infantería Mecanizada (28va MID), y la 81ra División Blindada (81ra AD), la cual fueron reforzadas por un gran número de Pasdaran y Basij que tenían que suprimir sus rivalidades internas y trabajar junto con el IRIAS contra el ejército iraquí. La operación apuntó a la liberación de algunos territorios iraníes en el oeste de las de Sumar, aún mantenidos por los iraquíes, y entonces capturando la ciudad de Mandali en la frontera iraquí, algunos 65nm (120km) al noreste de Bagdad – siendo el último objetivo Bagdad misma, si un apropiado quiebre en las defensas iraquíes pudiese ser causado.
Los comandantes iraníes siempre tuvieron la esperanza que haciendo ataques sorpresa contra las líneas iraquíes en el frente central ó norteño existía una pequeña posibilidad de dejar al ejército iraquí fuera de balance, ó estirarlos en exceso, y así romper una parte entera del frente. Para este propósito, las tropas iraníes fueron primero aisladas del bolsillo iraquí en Naft Shahr, y entonces alcanzaron la ruta de Mandali-Baqubah en un punto unos 41nm (75km) de la capital iraquí, donde el ejército iraquí mantenía un gran depósito con enormes cantidades de vehículos y talleres.
El apoyo aéreo para la operación iba a ser dado por un batallón de la IRIAA del Grupo de aviación del ejército en Kermanshah, incluyendo dos docenas de Bell AH-1J Cobras y Bell 214A Isfahans, y comandada por el Cap. H. Namazian. Ellos estaban en una base adelantada cerca de Sumar y iban a jugar un rol crucial en el suministro de municiones a las fuerzas iraníes terrestres en avance. Adicionalmente, la IRIAF preparó algunos 14 ó 15 McDonnell Douglas F-4E Phantom IIs de los 31ra y 33rd Escuadrones de Caza Táctico (TFS) en el TFB.3 cerca de Hamedan, liderado por el Cap. R. Salmaan y Cap. S. Khalili, respectivamente. Mientras tanto, la 51ra y 53rd TFS del TFB.5 en Omidiyeh, liderado por My. A. Sadeghi y Cap. R. Jamalan, respectivamente, prepararon entre once y nueve Northrop F-5E Tiger IIs.
Enfrentando esta limitada fuerza de tareas iraní estaba el III Cuerpo del Ejército iraquí entero, consistiendo de la 3ra División Blindada “Salaheddin”, nuevamente reconstruida y equipado con T-72 tanques, las 5ta y 6ta Divisiones Mecanizadas, y la 11ra División de Infantería, reforzada por al menos una artillería, y una brigada de fuerzas especiales. En ese momento, la mayoría de estas unidades no estaban aún con sus fuerzas completas, pero el ejército iraquí pudo contar un crecientemente efectivo apoyo desde su aviación del ejército iraquí, incluso no tenía unidades permanentemente estacionadas en el área. En vez de ello, mantenía una serie de bases principales y aeropuertos adelantados, todos equipados con combustible y municiones pre-posicionadas, a las cuales los refuerzos podían ser enviado si fuesen necesarias.
Los F-4Es de la IRIAF del TFB.3 armado con hasta cuatro CBUs Hunting BL.755 volaron un número de salidas de interdicción y apoyo aéreo cercano durante las Operaciones Rhamadan, Muslim-Ibn-Aqil y Moharram, sufriendo solo mínimas pérdidas a cambio de un considerable número de derribos aire-aire también. (Arte por Tom Cooper)
Los Mi-25s iraquíes
La aviación del ejército iraquí fue establecida a finales de Julio y principios de Agosto 1980, durante preparaciones para invasión a Irán. Estaban basadas en el modelo de la aviación del ejército francés (ALAT). Operaba todos los helicópteros usado en apoyo del ejército, y sus tripulaciones de vuelo y técnicos estaban principalmente entrenados en Francia, la URSS y UK.
La aviación del ejército iraquí no se había completamente desarrollado como una fuerza– incluso si estaba bien entrenada y era competente –, y sus oficiales tenían aún mucho que aprender acerca de operaciones helitransportadas. En muchas ocasiones pudo haber hecho mucho más con sólo copiar las tácticas iraníes. Esta arma aérea participó en la guerra desde el mismo inicio, volando cientos de salidas cada día: el 30 Octubre de 1980, por ejemplo, la aviación del ejército iraquí es conocido que voló no menos de 120 salidas de ataque. Sin embargo, los iraquíes carecían de equipamiento apropiada – el pesadamente armado Mil Mi-8 fue el caballo de tareas de la aviación del ejército iraquí y mientras era ideal para transportar tropas y suministros, fue también mala e inadecuadamente equipado para antitanque tareas, y también vulnerable a interceptores iraníes. Igualmente, el Aérospatiale SA.342 Gazelle fue también livianamente blindado, y – hasta el arribo de los primeros grandes cargamentos de ATGMs HOT desde Francia – también inadecuadamente equipado para el rol antitanque. El otro helicóptero francés en servicio fue el Aérospatiale SA.316C Alouette III, obtenido al principio de los 1970s. Alouette IIIs fueron equipados con ametralladoras pesadas así como AS.11 y AS.12 ATGMs franceses. Había sido usado previamente en ataques sobre insurgentes kurdos, sus misiles tuvieron efectos devastadores cuando fueron usados para golpear en cavernas: los kurdos aprendieron a temer al pequeño helicóptero francés más que a nada. Sin embargo, los Alouettes fueron mayormente usados como helicópteros de enlace, y para observación de artillería, en el norteño Irak.
Sin embargo, los iraquíes estaban dispuestos a aprender y perseverar: pese a severas pérdidas que habían sufrido en los dos años de la guerra con Irán. El hecho que su invasión finalizara con un fracaso el cual les costó profundamente, los forzó a invertir pesadamente en la creciente efectividad de sus armas – incluyendo sus aviación del ejército iraquí. Estaban listos a invitar a consejeros extranjeros y escuchar a cualquier buena idea que tuviesen, especialmente en conexión con los Mi-25 Hinds.
Para 1982, la aviación del ejército iraquí operaba un total de ocho escuadrones, designaciones de cual estaban en el rango de 60+ (probablemente 61 a 68) y cual solo en algunos llegaba a 70 helicópteros operacionales en total, primero Mi-8s, Mi-25s, SA.342L Gazelles, y SA.316Cs (más tarde, la aviación del ejército iraquí fue re-organizada en dos “Alas de Helicóptero de Transporte y Ataque”, la 1ra y la 2da). Cada escuadrón de helicópteros fue desplegado en diversas destacamentos, distribuidos a lo largo del frente. Por ejemplo, el Escuadrón No. 64 de Asalto, Transporte, Entrenamiento y Operaciones Especiales, la unidad que operaba todos los Mi-25s iraquíes, tenía ocho Mi-25s permanentemente basado en pares en Samarah, Baiji, Mousel y Falujah, y equipados con bombas de caída llenas de armas química – además de los usuales SA.342Ls y Mi-25s.
Otro par de Hinds estaban usualmente basados en Basora, cerca del Palacio Presidencial en Bagdad (donde actuaban como escoltas para helicópteros usados por Saddam y su familia), en Kut, Kirkuk, Nasseriyah, Jalibah, Routba, ó Tallil. Los Mi-25s iraquíes frecuentemente operaban desde sitios cercanos a sitios de grandes radares de alerta temprana, los cuales una y otra vez se convertían en blancos de notables incursiones de comandos iraníes, la mayoría de los cuales habían sido catastróficos para los iraquíes.
Durante la lucha en otoño 1982, los Mi-25s del Escuadrón No. 64 de Asalto, Transporte, Entrenamiento y Operaciones Especiales fueron desplegados en dos destacamentos y estaban basados en Kut, Mousel, y Kirkuk, desde donde pudieron también operar contra los kurdos, lo cual ya entonces aprendieron a evitar a los pesadamente armados helicópteros iraquíes y sus devastador poder de fuego, frecuentemente puesto en uso contra pueblos y convoyes de refugiados. EL My. K. A’ti comandada el destacamento norteño, designado la 1ra Unidad de Operaciones Especiales del Escuadrón No.64, mientras que el My. Badreldeen comandada el destacamento sureño, designado la 4ta Unidad de Operaciones Especiales.
En 1982 los Mi-25 eran aún un relativamente nuevo activo en el arsenal iraquí. Los iraquíes ordenaron sus primeros 12 Mi-25s en 1977, como parte de un enorme acuerdo por el cual para 1979 vio un total de órdenes para no menos que 250 otras aeronaves y helicópteros de manufactura soviética (la mayoría de ellos fueron provistos solo después de 1982, dado que en Septiembre de 1980 la URSS detuvo la mayoría de sus entregas de armas a Irak). Los primeros cuatro Mi-25Ds arribaron a Irak en Abril de 1980, seguidos por cuatro más en Junio de ese mismo año. Para el momento de la invasión iraquí de Irán, el 22 de Septiembre, seis permanecieron operacionales con el 4to Escuadrón de la nuevamente formada aviación del ejército iraquí, dado que uno estaba bajo reparación y otro fue derribado por F-14As iraníes el 7 de Septiembre, durante uno de los primeras escaramuzas serias entre fuerzas iraquíes y iraníes. Tres Mi-25s más fueron perdidos en combate contra los iraníes para el fin del mismo año, y después perdieron el quinto ejemplar, en Enero de 1981, los iraquíes ordenaron dieciséis nuevos Mi-25s (pese al hecho que “oficialmente” Moscú había declarado un embargo a la exportación de armas a Irak después que invadió Irán). Finalmente, en Mayo 1982 otra orden para 18 ejemplares siguió, y parece ser que algunos ejemplares desde esta serie comenzaron a arribar a Irak por Octubre del mismo año.
Los soviéticos fueron particularmente lentos en proveer de Hinds en ese momento, dado que las demandas de la guerra en Afganistán eran considerado más urgentes. Para Agosto de 1982, solo unos 20 Mi-25s estaban en servicio con la aviación del ejército iraquí. Todos fueron volados por los pilotos del Escuadrón No.64 “Asalto, Transporte, Entrenamiento, y Operaciones Especiales”, el cual consistió de los más capaces y más leales pilotos de helicóptero iraquíes. La confianza que el régimen iraquí sintió por esta unidad fue tal que dos Mi-25s estaban permanentemente basados en ó cerca de Bagdad, donde pudieron constantemente cubrir cualquier movimiento de los máximos líderes iraquíes.
Los pilotos iraquíes del Mi-25 como estos, alabaron sus buen alcance, carga de armas, velocidad, y versatilidad, sin embargo, les disgustaba las debilidades del sistema de armas – el cual carecía de precisión y confiabilidad – así como el tamaño del helicóptero y sus falta de agilidad. Recordando el hecho que especialmente los pilotos de F-5 de la IRIAF desarrollaron una predilección para cazar helicópteros iraquíes sobre el frente, un ex-piloto de Mi-25 de la aviación del ejército iraquí, el Cap. Aduan Hassan Yassin, concluyó: “Siempre me sentí como volando sobre el blanco más grande que había cerca.” de hecho, los iraníes pronto aprendido a luchar al Mi-25 por todos los medios disponibles, y frecuentemente organizarían apropiadas “cacerías” contra ellos.
Como resultado, para el verano de 1982, la aviación del ejército iraquí invitó a un equipo de consejeros alemanes orientales a ayudar desarrollar mejores métodos tácticos para el uso del Hind en combate – un hecho aún fieramente discutido por un número de oficiales iraquíes de alto rango. Uno de los resultados fue la – como se mencionó previamente– introducción equipos hunter/killer, en los cuales los Mi-25s fueron usados para suprimir defensas aéreas iraníes, a fin de permitir a los más vulnerables Gazelles usar ATGMs HOT. Cinco de tales equipos fueron organizados, uno de los cuales fue liderado por el alemán oriental Cap. Ralf Geschke.
Interesantemente, los iraquíes nunca considerado sus Mi-25s como helicópteros “antitanque”, y prefirieron describirlos como “helicópteros de transporte de combate.” Consecuentemente, los Mi-25s iraquíes nunca fueron equipados con AT-6s, ni fue esta arma – contrario a numerosos reportes en la prensa occidental y rusa – jamás provista a Irak durante ó después de la primera guerra del Golfo Pérsico. Ni siquiera fueron incluso desplegados en Irak para propósitos de pruebas, dado que los soviéticos hicieron todas las pruebas de combate del AT-6 en Afganistán.
También, al contrario a otros reportes, los helicópteros iraquíes tampoco nunca fueron armados con el ATGMs AT-4 Fagot/9K11. Si bien esta arma fue provistos al ejército iraquí incluso antes de la guerra, y pese a sus deseos para ello, los iraquíes no pudieron montarlo en sus helicópteros Mi-8 ó Mi-25 por dos razones: porque ninguno de los dos tipos tenía un sistema de mira estabilizado para el artillero, y porque del fuerte retroceso (de entre tres y cinco metros) que el motor de este misil desarrolla al lanzarse. La falta de un sistema estabilizado apuró a los soviéticos a elegir el misil AT-2/Scorpion como el armamento principal para el Mi-25 primero que nada. Por el otro lado, el fuerte retroceso fue la razón por qué la idea de montar el AT-4 de modo que pueda ser lanzada de las puertas laterales de los helicópteros, fue también descartada. Consecuentemente, en toda la guerra, el único ATGM usado por los Hinds de la la aviación del ejército iraquí siguió siendo el lento y débil AT-2B/C, 1.000 de los cuales fueron provistos junto con la primeras dos series de Hinds a Irak. Pero, de hecho, como el Cnel. Sergey Bezlyudnyy y el My. Dark Gurov - dos ex-consejeros soviéticos quienes estuvieron no menos de seis años en Irak durante la guerra con Irán (1980-1983, y 1986-1989) – remarcaron, los Mi-25s iraquíes volaron muy misiones de combate equipados incluso con estas armas.
Una bien conocida fotografía de un Mi-25 de la aviación del ejército iraquí volando bajo sobre una una formación mecanizada iraquí en las llanuras de Shalamcheh. (US DoD via Autores)
Mi-25s del No.64 Escuadrón de la aviación del ejército iraquí, como fue usado durante la lucha en otoño 1982. En un intento para ayudar en el mejoramiento del proceso de identificación, la aviación del ejército iraquí comenzó a pintar grandes banderas nacionales en diversas secciones de sus helicópteros (incluyendo la inferior). (Arte por Tom Cooper)
Fire in the Hills: Iranian and Iraqi Battles of Autumn 1982
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