miércoles, 13 de agosto de 2014

FAA: El último caza comprado por concurso internacional

Curtiss Hawk 75-O, único caza argentino elegido por concurso internacional

El buho escribidor



En febrero de 1936, en respuesta a la convocatoria, se presentaron veintiún fabricantes europeos y norteamericanos para competir en la licitación internacional para reequipar la aviación militar argentina con distintos tipos de aeronaves. Las condiciones incluían el envío a Buenos Aires de un modelo completo con personal de mantenimiento y un piloto, exigencia muy onerosa que disuadió a muchos fabricantes. Al vencer el plazo, a las 14 hs del 7 de abril de 1936, se habían recibido dieciocho ofertas. Treinta días después, las autoridades argentinas aceptaron doce propuestas. El concurso se desarrolló en El Palomar el 23 de septiembre de 1936.
A todo esto, en el vapor francés Eubee, que había venido navegando desde Bordeaux hacia Buenos Aires, con ciento setenta y ocho pasajeros, se transportaba el material de vuelo italiano. En la madrugada del 14 de agosto de 1936, la nave colisionó en la niebla con un buque brasileño a 90 millas al norte de Río Grande. Dos días más tarde se hundió con parte de las aeronaves.
La Comisión Mixta, ante el pedido de Roma, concedió una prórroga que, por exigencia de los demás oferentes venció el 25 de septiembre. En la categoría caza, Italia no presentó ningún aparato por lo que sólo compitieron las firmas norteamericanas Vought con el modelo V-143 y la Curtiss con el Hawk IV. Este último resultó ganador, pero la Comisión, consciente de que era una versión mejorada del Hawk III y que no habían analizado el aparato italiano, declaró vacante la licitación y preparó otro llamado para el año siguiente.


Vought V-156

Seversky XBT

Fiat CR-32

En el marco fijado por la Ley 12.255 de equipamiento de la aviación de caza, en octubre de 1937 se abrieron las ofertas de los fabricantes de las ocho naciones que aspiraban suministrar el nuevo caza argentino. Las exigencias eran las mismas que el año anterior. En El Palomar se concentraron los competidores: el Vought V-156, el Seversky XBT (NR-189M), el Fiat CR-32 (MM2033) y el nuevo Curtiss modelo Hawk 75H. Terminadas las evaluaciones se eligió este último.
El Hawk 75H, ofrecido por la Curtiss Wright Export Corporation, era una versión simplificada para exportación, derivada del Hawk 75A (P-36) que se ponía a punto para la aviación norteamericana. En vez de retráctil, los 75H tenían tren de aterrizaje fijo recubierto por un carenado. Argentina, China y Finlandia fueron los únicos compradores de este modelo. El adquirido por el país fue denominado Curtiss 75-O. Por contrato Nº699 se compraron treinta aeronaves listas para volar y por contrato Nº670 se adquirió la licencia para fabricar en el país doscientos ejemplares más, para lo cual, se autorizó la obtención de la materia prima y la maquinaria correspondiente. Entraron en servicio en marzo de 1939.
A setenta y ocho años de la elección de este avión conviene meditar acerca de lo acertado o no de la decisión de elegir un modelo con tren fijo en lugar de retráctil. Aparentemente, se privilegió la mayor capacidad de los tanques internos y, consecuentemente, la autonomía en detrimento de la limpieza del perfil aerodinámico necesario para volar en altura. No obstante, los Curtiss 75-O eran 100% acrobáticos y, a bajas cotas, la potencia de su motor superaba con creces la resistencia del tren fijo recubierto por los llamados “pantalones”. Además, al modelo Hawk 75H elegido lo propulsaba la misma planta de poder Wright Cyclone R-1820-G-3 de los bombarderos Glenn Martin 139W y de los aviones de ataque Northrop 8 A-2 adquiridos por el concurso de 1936. Este factor, que facilitaría las líneas de abastecimiento y mantenimiento posterior, debió ser definitorio en la elección.
Con sus pros y sus contras, el Curtiss 75-O representó para la caza Argentina una revolución. Por primera vez, se operaba un verdadero sistema de armas moderno. Con dos ametralladoras 7,65 mm en los planos y una de capó de 12,70 mm que disparaba a través de las palas de la hélice, los pilotos criollos dispusieron de un avión de combate resistente, con mayor potencia y maniobrabilidad, aunque exigía cierto cuidado en la faz de despegue y aterrizaje. Entre 1938 y 1941, el P-36, versión americana con tren retráctil, constituyó el caballo de batalla del US Air Army Corps, a pesar de que, al comenzar la Segunda Guerra, se vería superado por modelos más evolucionados como el legendario P-40.
El Curtiss Hawk 75-O colocó al Arma de Aviación del Ejército Argentino (Fuerza Aérea a partir de 1945) entre las mejores equipadas de Sudamérica.

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