Kurassiers en Aonikenk
Los Sk-105 Kürassier del RCTan 13 "Teniente General Juan Esteban de Pedernera" también dijeron presente en el ejercicio AONIKENK
La etapa final se desarrolló en diferentes zonas de la Base Naval Puerto Belgrano y la Base de Infantería de Marina Baterías.
Gaceta Marinera
Puerto Belgrano – En la zona de la Base Naval Puerto Belgrano (BNPB) y la Base de Infantería de Marina Baterías, se desarrolló la etapa final del curso de reconocimiento y exploración cercana, dictado por el Centro de Instrucción y Adiestramiento en Técnicas y Tácticas Navales (CITT).
Contó con la participación de personal de diferentes Destinos dependientes de la Brigada Anfibia de la Infantería de Marina (BRIM) y se dividió en cuatro etapas. La primera comenzó a fines de julio en el Comando de Instrucción y Evaluación de la Infantería de Marina (COIE), donde se evaluó a los postulantes de forma psicofísica.
La segunda se desarrolló en el CITT y en la Base Aeronaval Comandante Espora, donde los cursantes recibieron las competencias necesarias para solicitar, controlar y reglar los fuegos de apoyo de artillería, naval y aéreo cercano. También, tuvieron adiestramiento físico militar, tanto terrestre como acuático.
En la tercera etapa, que se realizó en el COIE, los cursantes se adiestraron en planeamiento de operaciones de reconocimiento y exploración, técnicas de desplazamiento de patrulla a pie y montada, supervivencia, evasión, resistencia y escape, entre otras actividades.
La última, fue un ejercicio integrador final donde el personal llevó a cabo la práctica de los conocimientos adquiridos en las etapas previas. Para ello embarcaron en la corbeta ARA “Rosales”, realizaron un desembarco en las costas de Baterías y llevaron a cabo un repliegue planificado aerotransportado desde el aeródromo denominado Kilómetro 7, a bordo de aeronaves Sea King de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros.
El Jefe de Curso, Teniente de Navío Cristian Gabriel Flor Mantulak, destacó que el objetivo del curso fue “capacitar a oficiales y suboficiales de Infantería de Marina en técnicas específicas de reconocimiento y exploración, con el fin de brindar medios humanos de obtención de información en la profundidad del campo de combate hasta la primera línea del dispositivo enemigo”.
Además de las unidades mencionadas, brindaron apoyo el Batallón de Seguridad y la Agrupación Perros de Guerra, dependientes de la BNPB, el Hospital Naval Puerto Belgrano y destinos subordinados de la BRIM.
La Gran Unidad de Combate desplegó vehículos y efectivos en el marco de las maniobras realizadas en el campo de instrucción Baterías.
Durante la actividad, se evaluó la integración de todos los sistemas y funciones de combate bajo un ritmo operacional intenso.
La Brigada Anfibia "Teniente de Navío D. Cándido de Lasala" es una unidad militar argentina que forma parte de la Infantería de Marina de la Armada Argentina. Su nombre honra al teniente de navío Cándido de Lasala, un oficial naval que fue destacado por su servicio y valentía en las operaciones anfibias. Esta brigada está especializada en operaciones anfibias, lo que implica la capacidad de proyectar fuerzas desde el mar hacia la tierra, siendo una unidad clave para operaciones de desembarco, proyección de poder naval y control de áreas costeras.
Su misión principal es la de realizar operaciones anfibias, incluyendo la toma de playas y áreas costeras hostiles, apoyando así las acciones conjuntas con otras fuerzas militares tanto en la defensa de la soberanía nacional como en operaciones internacionales de paz. Además de su función militar, esta unidad también puede ser desplegada en misiones humanitarias y de asistencia en desastres naturales, gracias a su capacidad de rápida movilización y versatilidad en operaciones de tierra y mar.
Comando de 1ra. clase
Fecha de creación: 22 de mayo de 2023.
Función: Anfibia
Asiento: Base Naval Puerto Belgrano.
Compuesta por:
Por Resolución EMGA N° 16/23”C”, de fecha 22 de mayo de 2023, se creó y habilitó la Brigada Anfibia de Infantería de Marina "Teniente de Navío D. Cándido de Lasala" (BRIM). Ese día se llevó a cabo en la Plaza de Armas de la ex Fuerza de Infantería de Marina de la Flota de Mar (FAIF), la ceremonia de cambio de su denominación por Brigada Anfibia de Infantería de Marina (BRIM).
Es una organización configurada como una Gran Unidad de Combate heredera de la Fuerza de Infantería de Marina de la Flota de Mar (FAIF), originada en el año 1994, producto de la fusión de la Brigada de I.M. N°1 y de la Fuerza de Apoyo Anfibio.
Atiende prioritariamente la función anfibia, el principal rol de la Infantería de Marina en el marco del Poder Naval Integrado.
Mantiene el espíritu y es depositaria del patrimonio histórico de las que dieron lugar a ella sus predecesores. Es una herramienta dinámica y flexible en su acción al servicio de las exigencias permanentes e invariables que la Armada Argentina le impone.
Cándido Francisco José de Lasala participó en la recuperación de Buenos Aires durante las Invasiones Inglesas colaborando en la conformación del ejército reconquistador de Santiago de Liniers. Falleció en combate en 1807 durante la segunda invasión.
Escudo de la Brigada Anfibia de Infantería de Marina
El escudo es una adaptación del antiguo escudo de la Brigada de Infantería de Marina Nº 1, por lo cual toma sus elementos principales.
De forma española moderna, en su campo central se destaca un león rampante en color Gules, representando el valor en combate e intrepidez. Sus patas traseras están posadas, una sobre una playa color Oro y la otra en el mar en color Plata y Azur, simbolizando así la faceta anfibia de la Unidad, sobre fondo color Plata.
En la parte superior del escudo, sobre una cinta Albiceleste y en letras color Sable, la frase PRO PATRIA SEMPER (En latín: “Siempre por la Patria”) lema de la antigua Brigada de Infantería de Marina Nº 1.
En la parte superior del escudo se destaca una Corona Naval, mural y almenada, de Oro, con la inscripción A.R.A. Naval por pertenecer a la Armada y mural por tratarse de un Cuerpo de Infantería (Infantería de Marina). Con ello se logra fortalecer el significado anfibio a esta gran unidad de combate. La misma pertenece a la orden de las coronas republicanas.
El escudo está posado sobre un ancla de tipo almirantazgo y cruzados tras de sí una culebrina en color Oro, como símbolo de la Infantería de Marina y un fusil, simbolizando la diversidad de unidades que dependen de la Brigada Anfibia.
En la parte inferior una cinta en metal Oro, con el nombre de la Unidad en color Sable: “Brigada Anfibia de Infantería de Marina”.
Significado de los metales y colores utilizados
Gules (rojo): Fortaleza, victoria, valor, la sangre, osadía, alteza, astucia.
Oro (amarillo): Nobleza, magnanimidad, riqueza material, poder, luz, constancia y sabiduría.
Plata (blanco): Pureza, integridad, obediencia, firmeza, vigilancia, elocuencia.
Azur (azul): Justicia, celo, verdad, lealtad.
Albiceleste: De uso exclusivo de la República Argentina, por tratarse de sus colores patrios.
El general Augusto Pinochet reveló que durante el conflicto por el canal Beagle, en 1978, su ejército tuvo 10.000 hombres dispuestos a llegar hasta Bahía Blanca y desde ahí cortar todos los pasos hacia el sur, dividiendo a la Argentina en dos. "A lo mejor no nos habría ido tan mal en una eventual guerra en 1978", dijo el ex dictador y jefe militar chileno en un libro de reciente aparición en el que la periodista María Eugenia Oyarzún, que fue embajadora ante la OEA en un período del régimen militar, compila numerosas entrevistas con Pinochet entre 1995 y 1998. (Clarín)
"Yo nunca negocié pensando que si tenía que ir a una guerra, la iba a perder. Yo tenía la visión de que... si nos hubiesen llevado a una guerra la hubiésemos ganado y el ejército chileno hubiese invadido Buenos Aires." (Hernán Cubillos, canciller transandino, TVN)
Este artículo busca dar un aproximación metódica y accesible a la hipótesis planteada por el Sr. Pinochet y el otro personaje mencionado en el epígrafe. La conclusión de este análisis nos ayudará a entender mejor cómo pensaban quienes dirigían ese país en ese momento. Eran, para bien o para mal, las mentes más destacadas al otro lado de la cordillera. Vamos a examinar algunos datos y evaluar esta hipótesis con cifras. Es importante recordar que estas especulaciones históricas nunca son completas y el resultado final pertenece al ámbito de las historias alternativas.
La hipótesis sugiere un movimiento de tropas desde Chile hacia Argentina, con Comodoro Rivadavia y Bahía Blanca como primeros objetivos, y Buenos Aires como segundo objetivo. No analizaremos el segundo escenario porque lo consideramos totalmente irrealista y sin fundamentos. Las especulaciones del Sr. Cubillos, con su enfoque poco serio, no merecen mayor consideración, ya que carecen de datos y no tienen lógica en la secuencia de acciones previstas para el 22 de diciembre de 1978.
El primer escenario, apoyado por Pinochet, parece más plausible a primera vista. Sin embargo, veremos que tampoco lo es. El supuesto de éxito para ese marco imaginado por el trasandino también requiere que, básicamente, no existiera respuesta alguna de las tropas argentinas a una potencial invasión por parte de tropas araucanas. Eso irá siendo más claro a medida que nos adentremos en el análisis.
En 1978, Argentina y Chile casi entran en conflicto armado por islas en el canal de Beagle, pero la mediación del Papa Juan Pablo II evitó la guerra y logró la paz en 1984. Pero y si no hubiese habido paz...
En 1978, el conflicto del Beagle entre Argentina y Chile llegó a un punto crítico. Las dos naciones se encontraban en una tensa disputa territorial por las islas Picton, Nueva y Lennox en el canal de Beagle, una región estratégicamente importante al extremo sur del continente. La situación se intensificó rápidamente, y el 22 de diciembre de ese año, ambos países movilizaron sus fuerzas armadas, preparándose para un enfrentamiento armado. Sin embargo, gracias a la intervención del Papa Juan Pablo II, se evitó la guerra, y ambas naciones finalmente firmaron un acuerdo de paz en 1984.
Un punto de divergencia para esta historia alternativa es el planteado por los dos sujetos al inicio del presente relato. En un escenario hipotético donde la mediación no hubiese tenido éxito y se hubiese desatado una guerra en Tierra del Fuego, Chile podría haber intentado una invasión para asegurar posiciones estratégicas en la región austral. El objetivo principal sería controlar puntos clave en Tierra del Fuego para proteger sus intereses en el canal de Beagle y proyectar su poder en la zona. Eso se analizará a partir del punto 2.
En caso de una guerra en Tierra del Fuego, Chile podría intentar una invasión para asegurar posiciones estratégicas. El principal objetivo sería controlar puntos clave en la región austral para proteger sus intereses en el canal de Beagle y proyectar poder en el área.
Antes de iniciar cualquier análisis debemos posicionar a Chile en tiempo y forma. Se debe suponer una movida previa en este escenario simulado: el primer golpe lo pegaría Argentina con la operación Soberanía. Es decir, todo el análisis que sigue debe suponer que Chile recibió el golpe de una ofensiva previa argentina dado que no existen registros ni declaraciones de que Chile haya jamás planeado un ataque preventivo hacia Argentina antes del 22 de diciembre de 1978. Luego de haber desarticulado de alguna manera esa operación, aún así le debían quedar fuerzas ("10.000 hombres" recalcó Pinochet) y recursos militares operativos para emprender lo que vamos a suponer a continuación.
Si Chile hubiese lanzado una invasión blindada o de infantería mecanizada desde sus fronteras hacia Comodoro Rivadavia, se habría enfrentado a enormes desafíos logísticos y de terreno. La distancia y el terreno inhóspito de la Patagonia harían extremadamente difícil la operación, requiriendo extensas y vulnerables líneas de suministro. Un avance posterior hacia Bahía Blanca complicaría aún más la situación debido a la mayor distancia y la resistencia potencialmente más organizada del Ejército Argentino.
En cuanto a la disposición de las fuerzas, el Ejército de Chile en 1978 estaba compuesto por una división en la región de Santiago, con capacidades mixtas, y una segunda división en el sur, que incluía unidades mecanizadas y de infantería. Además, había fuerzas desplegadas en Tierra del Fuego, principalmente de infantería y artillería. Por otro lado, el Ejército Argentino contaba con fuerzas distribuidas en el norte y centro del país, con unidades mecanizadas y blindadas, y una quinta división en la Patagonia que incluía fuerzas de infantería y unidades de artillería.
Una invasión blindada/mecanizada de Chile hacia Comodoro Rivadavia enfrentaría desafíos logísticos y de terreno. La distancia y el terreno inhóspito dificultarían la operación, requiriendo líneas de suministro extensas y vulnerables a ataques argentinos. El avance hacia Bahía Blanca agravaría estos problemas debido a la mayor distancia y la resistencia potencialmente más organizada de Argentina.
A pesar de la preparación y la disposición de las fuerzas, las probabilidades de éxito de Chile en una invasión de este tipo eran limitadas. Los desafíos logísticos, la robusta defensa argentina en la Patagonia y la superioridad numérica y material del Ejército Argentino reducían significativamente las posibilidades de una victoria chilena. Además, el avance chileno probablemente se estancaría en varios puntos clave, como el cruce de la Cordillera de los Andes, el terreno inhóspito de la Patagonia y las defensas fortificadas en Comodoro Rivadavia. Las amplias distancias también comprometerían las líneas de suministro chilenas.
Ejército de Chile (1978):
Ejército Argentino (1978):
Las probabilidades de éxito de Chile en principio eran limitadas debido a:
Los puntos de estancamiento probables incluirían:
El reabastecimiento de las fuerzas chilenas sería otra tarea complicada, que requeriría el uso de transporte aéreo y marítimo, la protección de convoyes terrestres y la dependencia de bases logísticas en Tierra del Fuego y el sur de Chile. La Fuerza Aérea de Chile tendría que jugar un papel crucial, proporcionando superioridad aérea, realizando misiones de apoyo cercano y bombardeo estratégico, y protegiendo las líneas de suministro. La Armada chilena, por su parte, tendría la responsabilidad de controlar el canal de Beagle y el acceso marítimo a Tierra del Fuego, transportar tropas y suministros, y bloquear los puertos argentinos, bombardeo de costas, entre otros.
Analicemos dos rutas de invasión probables:
Punta Arenas sería el punto de partida natural para una invasión, debido a su proximidad a Tierra del Fuego y su infraestructura militar y logística. Como menciona Pinochet, se partiría de una fuerza de invasión de diez mil hombres.
En conclusión, aunque la ruta de invasión hacia Comodoro Rivadavia y Bahía Blanca podría ser teóricamente viable, estaría plagada de desafíos logísticos, militares y geográficos que reducirían significativamente las probabilidades de éxito de una campaña de este tipo.
Un general argentino encargado de detener el avance chileno, debiera tener una estrategia defensiva que se centraría en fortificar posiciones clave en la Patagonia, realizar operaciones de desgaste en las líneas de suministro chilenas, y utilizar las fuerzas aéreas para interdictar movimientos y apoyo logístico del enemigo. Además, mantendría reservas móviles listas para lanzar contraataques decisivos.
Aunque Chile podría haber intentado una invasión a gran escala en este escenario hipotético, las probabilidades de éxito serían muy bajas debido a los desafíos logísticos, la resistencia argentina, las limitaciones operativas chilenas y las adversidades del terreno y clima de la Patagonia.
Invadir Argentina a través de la zona de Esquel/Trevelin, en lugar de avanzar directamente desde el sur, ofrece una alternativa viable que podría evitar algunas de las dificultades logísticas del terreno patagónico. Esta ruta, sin embargo, también presenta sus propios desafíos y puntos de resistencia.
Coyhaique serviría como el punto de partida principal para esta ruta, dada su infraestructura y proximidad a la frontera con Argentina.
Objetivo 1: Balmaceda
Objetivo 2. Cruce de la Frontera
Objetivo 3: Trevelin y Esquel
Objetivo 4. Avance hacia el Valle Inferior del Río Chubut
Objetivo 5: Gobernador Costa
Objetivo 6: José de San Martín
Objetivo Intermedio: Trelew
Objetivo 8. Avance hacia Comodoro Rivadavia
Objetivo 9: Viedma
Objetivo Final: Bahía Blanca
Trevelin y Esquel: La defensa inicial en esta zona sería fuerte, con tropas argentinas atrincheradas para resistir el cruce de la frontera y proteger el acceso al interior.
Tecka y Gobernador Costa: Estas localidades serían puntos de resistencia importantes en la ruta hacia el este. La defensa argentina se centraría en controlar estas posiciones clave para interrumpir el avance chileno.
Trelew: Como ciudad principal en el valle inferior del río Chubut, Trelew sería un foco de resistencia significativo, con fortificaciones y tropas preparadas para defender la región.
Puerto Madryn: Aunque más orientado a operaciones logísticas, también podría ver resistencia debido a su importancia estratégica.
Viedma: Esta ciudad, cerca del río Negro, sería defendida fuertemente para proteger el acceso a la región central de Argentina.
Bahía Blanca: El objetivo final sería uno de los puntos de resistencia más fortificados, con fuerzas argentinas listas para defender la ciudad y evitar el avance hacia Buenos Aires.
El reabastecimiento chileno sería complicado, requiriendo:
Fuerza Aérea:
Armada:
Como general argentino, la estrategia incluiría:
Las probabilidades de éxito de Chile en una campaña completa hacia Bahía Blanca serían bajas debido a:
Escenario 1: Invasión desde Punta Arenas hacia Comodoro Rivadavia
Distancia a las Bases de Abastecimiento
Alternativas de Abastecimiento
Escenario 2: Invasión a través de Esquel/Trevelin hacia Bahía Blanca
Distancia a las Bases de Abastecimiento
Alternativas de Abastecimiento
Por lo tanto, una campaña que buscara avanzar desde Punta Arenas hasta Bahía Blanca, pasando por Comodoro Rivadavia, enfrentaría enormes obstáculos que harían muy difícil su éxito. De manera similar, una invasión a través de Esquel y Trevelin hacia Bahía Blanca sería posible, pero se encontraría con importantes desafíos logísticos y militares, además de fuertes focos de resistencia argentina en puntos estratégicos.
En cada caso, las fuerzas chilenas se dirigirían hacia objetivos fuertemente defendidos, con infraestructura militar bien establecida, como las bases aéreas de Río Gallegos y San Julián, y las bases aeronavales Almirante Zar y Comandante Espora. Además, tendrían que enfrentarse a todos los regimientos blindados y mecanizados del Ejército Argentino estacionados en Santa Cruz, Chubut, Río Negro y Bahía Blanca (5to Cuerpo de Ejército).
Para que esta operación tuviera éxito, sería necesario que las tropas argentinas no se movieran o mostraran una resistencia mínima, que los pilotos de combate fallaran en atacar los blancos, que los buques no dispararan sus misiles o que los cuatro submarinos activos fallaran todos sus torpedos. Parece demasiado pedir, especialmente considerando cómo reaccionaron las tropas argentinas en un escenario real (aunque con diferentes desventajas) solo cuatro años después.
Los movimientos de recursos desplazados hacia el sur argentino fueron enormes. ¿desplazó cantidades similares Chile?
El éxito de esta operación es tan improbable que es evidente que nunca habría ocurrido. Desde el inicio, si asumimos un ataque a Punta Arenas rechazado por las fuerzas chilenas, las fuerzas argentinas se habrían replegado y reagrupado a la frontera argentina. Un contraataque chileno los habría sacado de sus posiciones fortificadas y llevado al campo abierto, eliminando la única ventaja que tenían: su posición fortificada. Y ahí estarían sólo a 20 km de su línea de suministro siendo blanco de toda la artillería y bombardeo aéreo argentinos ¿Realmente pensaban que podrían extender esa situación unos 300 o 1.000 km más adentro del territorio enemigo, en medio de la desolada estepa patagónica? ¿Cómo podía Pinochet realizar esa predicción sobre el eje de mayor profundidad estratégica de Argentina?
Si se realiza la contabilidad de tropas desde la entrada en el territorio, los combates y subsecuentes bajas más las fuerzas de ocupación que deben dejarse en las posiciones conquistadas para reiniciar el avance hasta el nuevo objetivo, resulta poco claro cómo se garantizaría el avance. Los objetivos, a medida que se adentra en el territorio argentino, son cada vez más fuertes. Las tropas, por bajas y fortificación de posiciones "conquistadas", son cada vez menores. Obviamente que pudieran recibir refuerzos desde Chile, pero ya no hablaríamos de 10 mil tropas. ¿De qué cifras hablaba este sujeto entonces? ¿Eran los 10.000 "inmortales espartanos" abriéndose camino indetenibles frente a balas y bombas? ¿Leyeron la literatura militar desde la Primera Guerra Mundial hasta el presente?
Para que esa invasión fuera un éxito para Chile debería ocurrir que:
Es casi imposible de creer que un militar con una supuesta maestría en espionaje como Pinochet (famoso por decir: "no se mueve una hoja en Chile sin que yo lo sepa") haya llegado a una conclusión tan increíblemente absurda. La línea entre la fantasía y la bravuconería es delgada, pero aquí parece haber desaparecido por completo. Las declaraciones del descarado de Cubillos, quien parece haber hablado desde un manicomio, son ridículamente grotescas ¿Es que alguien puede tomar en serio a un tipo que lanza escenarios tan disparatados sin un solo dato que los respalde? ¿Cómo demonios pensaba que el ejército chileno iba a atravesar Mendoza, Córdoba y San Luis, evitar un flanqueo por fuerzas del norte o desde Rosario, para conquistar una megaciudad como Buenos Aires y su conurbano? ¿Solo con "voluntad de lucha"? ¿Iban a avanzar solo agarrándose los huevos y eso sería suficiente? Esto es un insulto para cualquier lector con un mínimo de inteligencia. Parecen las afirmaciones de alguien que se saltó demasiadas comidas durante su infancia y no desarrolló todo su cerebro. Increíblemente el periodismo y la opinión pública araucanas han sido permeables a estas estupideces. Para más detalles disfrute usted de los documentales de Televisión Nacional del Chile, lo cual habla de una evidente limitación o sesgo intelectual. Al mismo tiempo, despreocúpese el lector, la oficialidad chilena ha dejado un legado de este tipo de declaraciones absurdas a lo largo de los años, y sí, seguiremos diseccionándolas en este blog.
Más importante aún, este ensayo no plantea todas las alternativas potenciales. Es un ensayo vivo, dinámico, dentro de las restricciones de lógica, la racionalidad, la restricción de recursos y una predicción informada. Cualquier otro escenario es factible de ser añadido y analizado y será marcado con flúor amarillo como este que pinta este texto. Usted cómo lector, ¿qué opina?
El destructor argentino ARA Sarandí (D-13) en dique seco en la Base Naval Puerto Belgrano.
Foto de Franco Fafasuli.
El ARA Sarandí (D-13) es un destructor multipropósito de la Armada Argentina que pertenece a la MEKO 360 y fue construido en los astilleros de Blohm + Voss situados en Hamburgo, Alemania Occidental.
La construcción de este buque fue autorizada bajo el «Plan Nacional de Construcciones Navales» del Comando General de la Armada, aprobado por el decreto N.º 956 «S» del 28 de marzo de 1974.
El decreto mencionado se complementó con el N.º 285 «S» del 29 de enero de 1979 que aprobó la contratación celebrada con la firma Blohm + Voss.
Este buque fue botado el 31 de agosto de 1982 siendo su madrina la señora Olga Coiradas de González.
Arribó a la Base Naval Puerto Belgrano el 21 de junio de 1984 y se incorporó a la 2.ª División de Destructores del Comando de la Flota de Mar.
Recibió su pabellón de Guerra el 14 de agosto de 1985, donado por el Club Náutico San Isidro.
El nombre hace referencia al triunfo de las armas de Buenos Aires en la Banda Oriental y de la gloriosa goleta que prestó servicio en la Armada Argentina entre 1826 y 1840.
Foto del carro de transporte de una cureña de un Cañón Krupp de Cal 240mm para la Batería ubicada en Punta Sin Nombre y perteneciente al Sistema de Artillería Defensivo de Costa (que da protección al acceso al Puerto del Arsenal Naval Bahía Blanca (que da protección al acceso de entrada al Puerto del Arsenal Naval y que tiempo más tarde por Decreto del 12 de Junio de 1923 del Presidente de la Nación Dr. Marcelo Torcuato de Alvear se lo pasó a denominar "Base Naval de Puerto Belgrano") - Año: 1898.
(Créditos a quien corresponda)
RESEÑA: En 1874, Nicolás Avellaneda asumió el gobierno y continuó la obra naval de Sarmiento. El 26 de noviembre de ese mismo año, promovió la creación por decreto de un Batallón de Infantería de Marina por considerarlo de particular importancia para el servicio de la Escuadra Nacional.
Sobre las postrimerías de esta etapa, el 19 de noviembre de 1879, Avellaneda firmó un decreto creando un Cuerpo de Artillería de la Armada, que debía depender de la Comandancia General de Marina. Se creó, entonces, de manera formal la Infantería de Marina de la Armada Argentina, motivo por el cual su fecha de emisión, el 19 de noviembre, ha sido tomada como punto de partida de su vida orgánica.