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domingo, 1 de septiembre de 2024

Malvinas: La maqueta del Monte Longdon del 3 Para

El Comandante del Para 3 Teniente Coronel  Hew Pike luego de sus  órdenes el 10 de junio. Junto a Robert Fox de la BBC con un modelo aproximado de la zona. La cinta blanca es la línea de partida.
Lo que se ve es una representación (+/-) de Monte Longdon, a grueso modo  una guía para los jefes de cada compañía con sus respectivos objetivos.
A diferencia de la creencia generalizada la gran mayoría de la información que disponían sobre el dispositivo argentino provenía de la observación directa (SAS, Compañia Exploración, etc).
Eventos tales como el Combate de puente Murrel o detección de radar en dias previos al 11 de junio, son indicadores que materializan esa exploración para obtener información.

domingo, 13 de agosto de 2023

Malvinas: El heroísmo del conscripto Claudio Bastida (RIM 7)

Claudio Alfredo Bastida


A sus 19 años y como único sostén de familia podía haber pedido quedarse en el continente. Pero eligió ir a Malvinas.
Estaba haciendo el servicio militar en el Regimiento Patricios cuando estalló la guerra. "Frankestein", como lo llamaban sus compañeros por su enorme tamaño, no dudó ni un instante y pidió ir al sur.
Los soldados Patricios se dividieron entre Puerto Argentino, Dos Hermanas y Longdon. Su sección de ametralladoras tenía la misión de apoyar al Regimiento 7. A Claudio le tocó el Longdon, que tres días antes de la rendición, el 14 de junio de 1982, se convertiría en un horror de muerte y sangre.
El ataque comenzó pasadas las ocho de la noche del 11 de junio. Los paracaidistas ingleses habían planeado avanzar en la oscuridad, un soldado británico pisó una mina y el elemento sorpresa se perdió. En ese instante se desató el infierno las bengalas iluminaron el campo de batalla. Los hombres pudieron ver cómo se luchaba cuerpo a cuerpo, con las bayonetas en alto. En su trinchera, Bastida y Daniel Orfanotti -el apuntador de la MAG- dispararon sin respiro contra los paracaidistas ingleses que superaban a las fuerzas argentinas. Un compañero que los vio combatir recordó que cuando las esquirlas dieron de lleno en el cuerpo de Bastida, un pequeño fragmento de metal se incrustó en el cuello de su compañero. "Ocurrió que las bombas lanzadas por los ingleses eran de esas que buscan el calor u objetos 'calientes', por eso cayó una muy cerca de la MAG ", dijo el soldado Patricio. "Eso nos da una idea de la cantidad de balas que escupió la ametralladora de Bastida en esa cruenta batalla".
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Pintura: @euge_rossi46
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Información extraída de infobae por @gabycociffi


jueves, 27 de abril de 2023

Monte Longdon: El despliegue argentino



Batalla en Monte Longdon


Las fuerzas Argentinas consistió en la Compañía B del Regimiento de Infantería 7 (RI 7), así como otros destacamentos de otras unidades.
El Regimiento de Infantería 7, reforzada por dos de los pelotones de Infantería de Marina, se apostaron en Monte Longdon, Wireless Ridge y Cortley Ridge hacia el este. El teniente de navío (rango naval equivalente a capitán) Sergio Dachary (éste debió sobreponerse al dolor provocado por la muerte de su hermano Alejandro Dachary, oficial del Ejército Argentino y operador de unos de los radares Skyguard de Puerto Argentino impactado por un misil británico de un bombardero Vulcan) había llegado a Monte Longdon, en la semana anterior a la batalla, y fue el encargado de controlar las ametralladoras pesadas de los infantes de marina en Monte Longdon.
En su mayoría reclutas con un año de formación, los jóvenes soldados del RI 7 no iban a abandonar al campo con facilidad y la mayoría estaban dispuestos a mantenerse firmes. Ellos poseían fusiles FN FAL totalmente automáticas que entregan más potencia de fuego que el SLR británico, ametralladoras de uso general FN MAG 7,62 mm idénticas a las de los Paras.
Unos cincuenta hombres del Regimiento 7 lucharían con más decisión que el resto, después de haber sido entrenados en un curso de comandos organizado por el comando entrenado Mayor Oscar Ramón Jaimet, el Oficial de Operaciones del Regimiento de Infantería 6 (RI 6). El soldado raso Jorge Altieri, en una entrevista después de la guerra contó como él se entrenó duramente con la Compañía B
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Pintura: @euge_rossi46

sábado, 1 de abril de 2023

Malvinas: El fin de los combates

Últimos combates en Malvinas: la Guerra llega a su fin

El Batallón de Infantería de Marina Nº 5 se destacó debido al heroico y aguerrido comportamiento en la batalla por el Monte Tumbledown. También apoyó a comandos argentinos y a camaradas del Regimiento 7 del Ejército Argentino en la batalla de Monte Longdon.
Gaceta Marinera


Sobre fines de mayo y los primeros días de junio, la Fuerza de Desembarco británica arribó a la zona del Puerto San Carlos e inició su campaña terrestre en aproximación hacia Puerto Argentino –distante a unos 100 km–. El 14 de junio se concretó la caída de la capital.

Las primeras alturas que conquistaron fueron Pradera del Ganso –distante del objetivo británico–, Monte Harriet y Monte Dos Hermanas y, posteriormente, entraron en el dispositivo de la Infantería de Marina que tenía como núcleo al Batallón de Infantería de Marina Nº 5 (BIM5), apoyado por la Batería “Bravo” del Batallón de Artillería de Campaña Nº 1 Ec.

Los principales combates en los que intervino la Infantería de Marina fueron en Monte Longdon, Monte Tumbledown, Sapper Hill y Pony’s Pass; mientras que en los días previos, se produjeron los combates de artillería y los ataques aéreos.

En la noche del 11 al 12 de junio, en el Monte Longdon, bajo responsabilidad del Regimiento de Infantería Nº 7 (RI7) del Ejército Argentino, con una Sección de Ametralladoras 12,7 mm. de la Infantería de Marina, se produjo un cruento combate. Tal fue la magnitud y la violencia del ataque que obligó a las tropas del RI7 a replegarse por la fuerte presión recibida.

Debido al tipo de armamento que tenían, las tropas de la Infantería de Marina no pudieron replegarse. El entonces Cabo Segundo I.M. Carlos Colemil, que tenía que llevar la orden al Jefe de Sección, fue herido, y no pudo llegar a informar a las tropas el repliegue.

Heroicamente, la ametralladora Nº 4 del Batallón Comando (BICO) –a cargo de los conscriptos de Infantería de Marina Jorge Inchauspe, Sergio Giuseppetti, Jorge Maciel y Luis Fernández– mantuvo su posición. Los cuatro detuvieron a toda una compañía británica de casi 120 hombres, lo que les costó la vida. Por su épico accionar, el resto de la tropa pudo salvarse, sufriendo solo seis bajas, pudiendo haber sido muchas más.

Durante la noche del 12 de junio la presión británica fue en aumento y se produjo un duelo de artillería cuyos fuegos se fueron incrementando, batiéndose con las consiguientes bajas y destrucción de posiciones. Esto anticipaba con mayor firmeza que se avecinaban los momentos más críticos.

El ataque principal lo sufrió la 4º Sección de la Compañía “Nácar” en el extremo oeste de Tumbledown, a cargo del Teniente de Corbeta IM Carlos Daniel Vázquez.

El mismo comenzó con un asalto a bayoneta en las últimas horas del 13 de junio por parte del 2º Batallón de la Guardia Escocesa y una Compañía del 7º Regimiento Gurkha que también atacó la posición. En las primeras horas de la madrugada del 14 lanzaron sucesivamente dos asaltos más a bayoneta, con las restantes compañías del 2º Batallón.

Durante esa noche, el Jefe de Sección, luego de consumir 54 proyectiles de su mortero de 60 mm disparando sobre su propia posición, solicitó el apoyo de fuego de los morteros de 81mm, de 106,6 mm, de la Batería de Artillería “Bravo” y del Grupo de Artillería Aerotransportado 4 del Ejército Argentino, para que batieran con sus fuegos nuevamente su propia posición, al considerarla ya perdida.

Ejecutados esos fuegos y con una gran cantidad de bajas, la 4º Sección siguió combatiendo con su posición parcialmente ocupada por la infantería británica, hasta las 7:15.

Fueron cayendo en manos de los enemigos pozo tras pozo, a lo largo de las más de 8 horas de combate cuerpo a cuerpo, hasta que cayó finalmente la posición de la 4º Sección.

En este combate murió honorablemente, entre muchos otros, el Suboficial Segundo IM Julio Saturnino Castillo.

Paralelamente, la Compañía “Obra” del BIM5 sufrió ataques sobre Pony’s Pass donde se combatió, pero la superioridad enemiga obligó a replegarse al Jefe de Compañía. Para el 14 de junio, el BIM5 concentraba prácticamente toda su unidad en inmediaciones de Sapper Hill, bajo una fuerte presión producida por la artillería enemiga y los ataques aéreos.

El Monte Tumbledown fue el último punto estratégico defendido por los argentinos antes de la derrota en la Guerra de Malvinas.

En la mañana del 14 de junio, con Puerto Argentino prácticamente rodeado, el gobernador, General Mario Benjamín Menéndez, decidió la rendición. El BIM5 inició su repliegue, según las órdenes que había recibido, pero dejó una fracción en la retaguardia de combate en Sapper Hill, que era la última altura. Esta fracción, cubriendo la retaguardia de combate del batallón que se replegaba, se enfrentó a una sección de infantería británica que desembarcó en helicópteros, desarrollándose el combate de Sapper Hill, donde se produjeron las últimas bajas.


BIM5 – Ametralladora 12,7 mm


BIAC – Batería Bravo 105 mm


BIM5 – Rancho en Monte Tumbledown

A partir del mediodía del 14 de junio, dada la orden de deponer las armas, los Infantes de Marina ingresaron a Puerto Argentino marchando con su armamento y pasaron a condición de prisioneros de guerra de las tropas británicas, que iban tomando las distintas posiciones. Inicialmente estuvieron bajo control de los paracaidistas británicos que luego fueron reemplazados por Royal Marines británicos, que no habían estado empeñados en combate.

La Infantería de Marina estuvo concentrada en el aeropuerto durante cuatro días, hasta que fueron transportados al transporte polar ARA “Bahía Paraíso” y al rompehielos ARA “Almirante Irízar”, buques hospital reconocidos por la Cruz Roja Internacional, para ser trasladados al continente. “Bienvenidos Infantes de Marina”, rezaba un cartel en la cubierta del buque, esperándolos.

Desde el 2 de abril hasta el 14 de junio de 1982 murieron 34 Infantes de Marina en combate, sin considerar a los heridos. El primero en caer en la guerra y el último fueron infantes de Marina. Malvinas generó en cada integrante de ese componente de la Armada Argentina un sentimiento particular e íntimo de orgullo y patriotismo por el deber cumplido.

domingo, 24 de julio de 2022

Malvinas: El heroísmo del conscripto Falcón en Monte Longdon




Heroísmo Malvinas

­El soldado Falcon en Monte Longdon­


En el temerario contraataque del teniente Raúl Castañeda en Monte Longdon, la sección quedó aferrrada en las rocas, tiroteándose con los ingleses. Cerca de Castañeda, disparaba el soldado Miguel Angel Falcón. De repente Falcón salió de su posición, se plantó desafiante frente a los británicos y continuó disparando desde la cadera mientras los cubría de insultos. El teniente lo instó a que se protegiera, pero su voz se perdía en el ruido ensordecedor de los proyectiles. Aunque, si lo hubiera oído, difícilmente le hubiera prestado atención. Finalmente, una ráfaga de ametralladora segó al conscripto. Cayó de rodillas y cuando se desplomaba hacia adelante, el cañón de su fusil se clavó en el suelo, quedando su pecho apoyado sobre la culata. Parecía que estaba arrodillado rezando. ¿Por qué Miguel Falcón actuó así? "Sólo lo sabe él -me expresó el teniente Castañeda- Dios lo había llamado y se iba feliz, sabedor de que había cumplido".­


La Prensa

lunes, 13 de junio de 2022

Monte Longdon: Los conscriptos Ronconi y Petrucelli matan a Ian McKay


Viernes 11 de junio de 1982 por la noche. El cabo Gustavo Pedemonte y los soldados Enrique Ronconi y Alberto Petrucelli (Regimiento de Infantería 7) abaten al sargento Ian McKay (3er Regimiento de Paracaidistas) en el combate de Monte Longdon.
Horas más tarde Ronconi y Petrucelli caerían producto de una granada británica y el cabo Pedemonte sufriría heridas de consideración.
El eterno homenaje a los soldados Ronconi y Petrucelli, que murieron dando lucha al enemigo sin aflojar siquiera un momento, y a todos los caídos en aquella terrible noche.
La obra pertenece al artista malvinero José Garay.
¡Viva la Patria!