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sábado, 8 de febrero de 2025

Guerra Antisubversiva: Las efectivas tácticas que dieron la victoria en el Operativo Independencia

Argentina, radiografía de una técnica contraguerrilla

Ayer noticia

Basado en el trabajo de Alberto Carbone || Defensa.com


El inicio del conflicto

En 1972, el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo, de ideología trotskista-guevarista) estableció un foco de guerrilla rural en Tucumán, a 1.000 km de Buenos Aires. Para erradicarlo, el Ejército Argentino (EA) lanzó el 9 de febrero de 1975 la “Operación Independencia”, la cual duró 21 meses, concluyendo oficialmente el 24 de noviembre de 1976 con la eliminación total de la guerrilla.

Desde una perspectiva militar, la operación no incluyó grandes batallas. El EA adaptó su estrategia a la del enemigo, abandonando la rigidez táctica y empleando pequeñas unidades móviles, pero conservando la ventaja de su estructura regular.

El éxito no solo fue militar, sino también ideológico: al aislar al ERP del apoyo campesino, este quedó vulnerable. Contrario a la estrategia de Mao Tse-tung, que comparaba a la guerrilla con un pez en el agua, el EA logró lo contrario: un pez sin agua no sobrevive.


Guerrilla urbana

A fines de los años 60, surgieron en Argentina diversas organizaciones clandestinas, aprovechando un contexto político y socioeconómico favorable para la lucha armada.

Entre ellas, el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores), de línea trotskista, rompió en 1970 con la Cuarta Internacional y creó su brazo armado, el ERP.

Hasta 1972, el ERP actuó en el ámbito urbano, al igual que otras organizaciones clandestinas. Argentina se convirtió en un foco de guerrilla urbana sin precedentes en Sudamérica.

En 1973, se registraron 190 secuestros, generando a los grupos insurgentes ganancias por 38 millones de dólares. En 1974, el ERP obtuvo 14,2 millones de dólares por el rescate del director de Esso Argentina, Víctor Samuelsson.

Sin embargo, el rescate más alto lo lograron los montoneros (peronistas de izquierda), que en julio de 1975 obtuvieron 60 millones de dólares por los hermanos Juan y Jorge Born, empresarios del sector agrícola.

La guerrilla urbana en América Latina tomó experiencia de los Tupamaros en Uruguay y de los grupos radicales brasileños, influidos por Carlos Marighela, autor del primer manual del guerrillero urbano.

Tras el fracaso de la guerrilla rural en Bolivia, Venezuela y Perú, la lucha armada se trasladó a las ciudades, donde la mayor parte de la población se concentraba.

No obstante, el ERP decidió cambiar su estrategia, sumando a la lucha urbana la creación de focos rurales, buscando generar “zonas liberadas”, inspirados en la experiencia maoísta.

Una ceremonia en un campo guerrillero. Frente a la guardia formada, un miembro del ERP, armado con un fusil, se apresta a estrecharle la mano a uno de sus jefes.

El objetivo del foco rural

El plan de establecer un foco rural fue ideado por Roberto Santucho, líder del ERP y secretario general del PRT. Pese a la oposición interna, logró imponerse con el siguiente esquema estratégico:

  • Convertir la guerrilla en un ejército revolucionario popular.
  • Formar cuadros político-militares reclutados en la zona.
  • Obtener reconocimiento y apoyo internacional.
  • Crear un poder paralelo al Estado.

Se eligió el suroeste de Tucumán como la región inicial para desarrollar la estrategia.

Localización de la provincia de Tucumán en el inmenso mapa argentino.

El escenario: Tucumán

La provincia de Tucumán, en el centro-norte de Argentina, tiene 34.000 km² y 800.000 habitantes, cifra que crece en la zafra azucarera (mayo-noviembre) con trabajadores migrantes de Bolivia y Paraguay.





El clima cálido y lluvioso, junto con su geografía, la dividía en dos zonas:

  1. Llanura, con las principales ciudades, industrias y cultivos (especialmente caña de azúcar).
  2. Zona montañosa, con bosques densos y terrenos propicios para la guerrilla.

El ERP consideró que las condiciones socioeconómicas favorecían el reclutamiento local, siguiendo los métodos establecidos por Mao Tse-tung:

  • Terror selectivo.
  • Propaganda ideológica.
  • Jerarquías paralelas.
  • Adoctrinamiento revolucionario.




La producción más importante de la provincia, y particularmente en los dos departamentos seleccionados por Santucho, es la azucarera, con grandes establecimientos (ingenios) para la industrialización de la caña. Existen, asimismo, otras industrias, destacándose en Famaillá una fábrica textil, con 1.800 obreros.
En general, la zona elegida favorece las actividades guerrilleras foquistas, tanto por las características del terreno como por la idiosincrasia de la población. Por otra parte, el ERP consideró que las condiciones socio-económicas le otorgaban un elemento —población— potencialmente proclive para su captación y reclutamiento.
Los métodos para la captación y reclutamiento de la población tienen vigencia universal desde que los codificó Mao Tse-tung.
Un experto español (Andrés Cassinello Pérez, Operaciones de Guerrillas y Contraguerrillas”) enumeró esos métodos así: terror selectivo; exhibición y empleo de fuerzas; propaganda ideológica; establecimiento de jerarquías paralelas; identificación con las aspiraciones populares; crítica y autocrítica de la actuación personal; estudio en grupos de las ideas revolucionarias.

Entrega de un banderín.

El foco guerrillero debe desarrollarse en tres etapas:
• Asentamiento: Un escaso contingente inicial debe comenzar a reconocer el terreno y clima, al par que se va montando el aparato logístico. Esto debe realizarse con el máximo secreto y aislamiento de la población. Esta etapa culmina con la construcción mínima de una zona de operaciones y el comienzo de pequeñas acciones.
• Desarrollo: Formación del foco guerrillero y expansión del mismo a otras áreas; formación y coordinación de guerrillas urbanas; creación del poder dual.
• Ofensiva: Creación del ejército popular revolucionario; generalización de la insurrección de masas; operaciones clásicas contra las fuerzas armadas; toma del poder.

Compañía de Monte RRJ

En 1972, el ERP intentó establecer una base en la zona con un grupo liderado por Ramón Rosa Jiménez, pero fue detectado por la policía y su líder murió en el enfrentamiento.

En 1973, se inició un segundo intento, completando un reconocimiento del terreno y estableciendo una unidad de monte en marzo de 1974 con 20 hombres.

Para mayo de 1974, el ERP consideró completada la primera fase y pasó a la acción abierta, creando la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez (Ca. RRJ), que el 30 de mayo tomó la localidad de Acheral, logrando un éxito propagandístico.

Simultáneamente, el ERP intensificó su actividad urbana, con atentados y ataques contra destacamentos policiales y militares.

El 20 de enero de 1974, un comando de 60-70 guerrilleros atacó el Regimiento Blindado 10 en Azul, matando a su jefe y secuestrando al Tte. Cnel. Igarzábal, quien luego fue asesinado.

Tres hombres del ERP. De das Taconas, a la izquierda,


El desarrollo del foco guerrillero

A lo largo de 1974, el ERP llevó a cabo una serie de atentados y ataques, operando con sus compañías urbanas en Gran Buenos Aires, Córdoba y Rosario. Estas unidades lograron ejecutar diversas acciones, incluyendo asaltos a destacamentos policiales y cuarteles militares.

El golpe más impactante ocurrió el 20 de enero de 1974, cuando un comando de 60 a 70 guerrilleros atacó el Regimiento Blindado 10 en Azul, a 350 km al sur de Buenos Aires. Durante el asalto, los insurgentes asesinaron al jefe del regimiento, a su esposa y a un soldado. Además, secuestraron al Tte. Cnel. Roberto Igarzábal, jefe de un grupo de artillería blindada, quien posteriormente fue ejecutado por sus captores.

Sin embargo, pese a la intensificación de su actividad urbana, la dirigencia del ERP, liderada por Santucho, decidió priorizar la consolidación del foco guerrillero rural en Tucumán. Con este objetivo, concentraron sus recursos en la reorganización y mantenimiento de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez (Ca. RRJ), lo que debilitó progresivamente sus estructuras urbanas.

Este traslado de esfuerzos provocó una pérdida sostenida de personal y recursos en las células urbanas, un factor clave que contribuyó a la derrota final del ERP.

Foco en Catamarca

El 11 de agosto de 1974, el ERP lanzó una serie de ataques coordinados. En Tucumán, un grupo de guerrilleros se desplazó hacia el este con la intención de tomar el Regimiento de Infantería Aerotransportado 17, ubicado en la provincia vecina de Catamarca. Simultáneamente, una compañía urbana del ERP, que operaba en Córdoba, atacó un polvorín en Villa María.

Ambos intentos fracasaron. En Catamarca, los insurgentes fueron detectados por la policía antes de llegar al cuartel, lo que frustró su plan.

Al día siguiente, tropas del Ejército Argentino, que perseguían al grupo que intentó tomar el Regimiento 17, lograron emboscarlos y derrotarlos en el combate de Piedra Blanca, a 12 km al noreste de la ciudad de Catamarca.

Estos enfrentamientos resultaron en graves pérdidas para el ERP, tanto en efectivos como en armamento y pertrechos, debilitando aún más su capacidad operativa.

Cadáver de un guerrillero muerto en combate en campo abierto. El ERP estuvo, durante algún tiempo, seguro de su triunfo.

Santucho, en persona, se trasladó al foco guerrillero con el objetivo de reorganizar la unidad de monte. La nueva compañía, compuesta por 60 a 80 combatientes, fue estructurada en tres sectoresNorte, Centro y Sur— que operarían de manera semiindependiente.

Tras un breve período de asentamiento y adaptación, el ERP comenzó a actuar abiertamente, tomando pequeñas localidades y eliminando a los pocos efectivos policiales presentes en la zona.

Esta estrategia se intensificó a finales de 1974 y principios de 1975, cuando parte de los efectivos de la unidad de monte fueron trasladados a Tucumán, con el fin de reforzar la guerrilla urbana en la capital provincial.




El aumento de la actividad guerrillera llevó al ERP a ejercer un control casi total sobre la zona. Como parte de su estrategia para establecer un poder paralelo, la guerrilla implementó una serie de medidas simbólicas y operativas, incluyendo:

  • Distribución de tierras.
  • Cobro de impuestos y peajes a vehículos de pasajeros.
  • Adoctrinamiento de la población mediante sesiones propagandísticas.
  • Desfiles y ceremonias en los pueblos, donde izaban sus propias banderas.
  • "Juicios revolucionarios" para condenar y ejecutar a policías y pobladores que se les oponían.

Una crisis política y un país al borde del colapso

En paralelo, Argentina vivía un contexto de profunda inestabilidad. El 1° de julio de 1974, tras la muerte de Juan Domingo Perón, el poder pasó a manos de su esposa y vicepresidenta, Isabel Perón. Su ineficaz conducción aceleró un proceso general de descomposición.

La inflación alcanzó el 400% anual, con devaluaciones de la moneda hasta dos veces por semana. Mientras tanto, la actividad de los grupos terroristas se intensificó, provocando una escalada de violencia en todo el país.

A la acción de la extrema izquierda, se sumó la aparición del terrorismo de extrema derecha, representado principalmente por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina).

El país quedó sumido en un clima de violencia permanente, con secuestros, atentados con explosivos, asesinatos, huelgas y copamientos de localidades, transformándose en una crisis sin precedentes.

Jefes del ERP, con el rostro enmascarado, en el curso de una rueda de prensa dada en el propio Buenos Aires desvergonzadamente con la imagen de San Martín detrás.

El contexto general del país favorecía el crecimiento sin obstáculos de la guerrilla rural. El gobierno, por razones políticas, subestimó el conflicto en Tucumán, tratando los ataques y atentados del ERP como simples asuntos policiales.

En consecuencia, la responsabilidad de combatir a la guerrilla recayó en la policía, cuyo accionar indiscriminado y descoordinado terminó generando un efecto opuesto al esperado.

Lejos de debilitar al ERP, la situación hizo que muchos pobladores rurales se sintieran más seguros en las zonas bajo control guerrillero que en aquellas donde operaban las fuerzas policiales.



Operación Independencia

Con el país en crisis tras la muerte de Perón el 1° de julio de 1974, la violencia se incrementó. El gobierno de Isabel Perón, inicialmente, trató el conflicto como un problema policial, pero la situación se volvió insostenible.

El Ejército Argentino exigió intervenir, iniciando la Operación Independencia el 9 de febrero de 1975.

El plan contemplaba:

  1. Aislar la zona guerrillera: La guerrilla vive de la población civil de la zona afectada. De esta población, que la protege por simpatía o por temor, se abastece, se informa y se sirve para ocultarse. Conclusión: es preciso arrebatarle el apoyo de la población civil.
  2. Cortar los suministros y refuerzos: La guerrilla opera en combate condicionando sus acciones a las del ejército regular, en acecho de sus fallos, debilidades, descuidos o rigideces, para golpear con sus fuerzas en puntos vulnerables. Conclusión: es preciso volverse irregular, apartarse de la rutina, aligerar el equipo, condicionar la propia acción a la del enemigo, y todo esto conservando las ventajas de las unidades regulares.
  3. Hostigar hasta su aniquilación: La guerrilla no es una razón, sino una resultante. Luego hay que descubrir su causa y hacerla desaparecer.


Soldado del 10 Regimiento de Caballería Motorizada, montando guardia tras un ataque del ERP, en el que resultó muerto un coronel y heridos varios soldados.

Tres Frentes de la Operación Independencia

La Operación Independencia se desarrolló en tres frentes simultáneos:

  1. Acción psicológica sobre la población.
  2. Acción cívica para consolidar el control territorial.
  3. Operaciones militares directas contra la guerrilla.

La acción psicológica se basó en el uso de propaganda para influir en emociones, opiniones y actitudes de diversos sectores —tanto favorables como neutrales o enemigos— con el objetivo de generar apoyo a la estrategia nacional. Según la doctrina de la Escuela de Guerra Especial del Ejército de EE.UU., el blanco de estas operaciones era el individuo.

El Ejército Argentino centró su discurso en un eje ideológico claro: presentar a la guerrilla como una fuerza extranjera, que intentaba imponer violentamente una ideología ajena a la identidad nacional.

Este mensaje apelaba al nacionalismo, reforzándolo con el fuerte sentimiento religioso de la población tucumana, lo que ayudó a desvincular a la comunidad del ERP y debilitar su influencia.



La acción psicológica fue reforzada con una serie de medidas destinadas a consolidar el control sobre la población, entre ellas:

  • Identificación y documentación obligatoria.
  • Puestos de control en caminos y carreteras.
  • Registros domiciliarios.
  • Creación de una red de informantes dentro de la población civil.

Estas acciones tenían un objetivo claro: quebrar el dominio del ERP y reducir el temor de la población hacia la guerrilla.

Según un oficial del Ejército Argentino, estas estrategias fueron determinantes para fomentar la colaboración de la población:

"La presencia del Ejército marcó un cambio. Cuando la gente vio que imponíamos el orden y alejábamos la presión de la guerrilla, comenzó a denunciarlos voluntariamente."

Uno de los resultados clave de esta táctica fue la creación de una red de informantes espontáneos, con un rol fundamental desempeñado por las mujeres:

"Las madres, esposas y novias fueron el principal objetivo de la acción psicológica. En los hospitales, al hablar con los médicos o incluso en consultas con dentistas, muchas de ellas proporcionaban información clave para sorprender a los guerrilleros."

Posteriormente, los hombres también comenzaron a colaborar, consolidando la estrategia de inteligencia militar contra la insurgencia.


La acción cívica se basó en una serie de principios fundamentales, orientados a fortalecer el sentido comunitario y fomentar la autogestión local. Entre sus ejes principales se encontraban:

  • Apoyo a proyectos impulsados por la propia población.
  • Implementación de planes adaptados a las necesidades locales.
  • Promoción del trabajo comunitario en el campo y las aldeas.

Esta estrategia buscaba atacar las causas subyacentes que facilitaban el reclutamiento guerrillero.

A diferencia del ERP, que intentaba captar apoyo mediante obsequios y asistencialismo, el Ejército Argentino optó por una política de autosuficiencia, enseñando a la población a asumir sus propias responsabilidades y a mejorar sus condiciones de vida sin depender de actores externos.


Fin del ERP y muerte de Santucho

El 10 de octubre de 1975, en el combate de San Gabriel del Acheral, el foco guerrillero colapsó. En noviembre, la lucha antisubversiva se extendió a todo el país.

El 23 de diciembre de 1975, el ERP intentó asaltar el Batallón de Arsenales 601 en Monte Chingolo, pero fracasó, sufriendo más de 100 bajas.

El 24 de marzo de 1976, las Fuerzas Armadas tomaron el poder. El ERP, debilitado, perdió su última estructura en 1976, con la muerte de Santucho el 19 de julio en un enfrentamiento con el Ejército en Buenos Aires.

El 24 de noviembre de 1976, la Operación Independencia finalizó oficialmente, marcando el fin del ERP en Argentina.




El 10 de octubre de 1975, el combate del arroyo San Gabriel del Acheral marcó el desenlace de las operaciones iniciadas dos días antes y fue el punto de quiebre del enfrentamiento militar. A partir de esta batalla, el foco rural del ERP comenzó a desintegrarse.

La zona de combate se ubicaba al este de la Ruta Nacional 38, la principal vía de comunicación que conecta la capital tucumana con Córdoba. Este sector había sido el núcleo de operaciones del ERP, con bases establecidas en el cordón del Aconquija, desde donde descendían hacia la ruta para llevar a cabo sus incursiones.

La localidad de Acheral, situada junto a la carretera, era un punto estratégico en la región. A unos 4 km al este, se encontraba el ingenio Santa Lucía, un enclave donde trabajaban y residían alrededor de 4.000 personas, entre obreros agrícolas y sus familias.


El asesino Roberto Santucho, a la izquierda, uno de los jefes y teóricos  principales de la guerrilla hasta su muerte.

El 8 de octubre de 1975, a unos 2 kilómetros del ingenio Santa Lucía, en una quinta naranjera del paraje Las Mesadas, el Ejército Argentino (EA) abatió en combate a Jorge Carlos Molina, uno de los jefes del ERP.

Al día siguiente, en la misma zona, el EA emboscó y eliminó a Asdrúbal Santucho, hermano del líder guerrillero Roberto Santucho, junto con el jefe y segundo jefe de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez (Ca. RRJ). En la misma acción también cayó el técnico de comunicaciones del ERP.

Finalmente, el 10 de octubre, con su estructura de mando prácticamente desmantelada, la unidad de monte del ERP fue atrapada en una encerrona en un cañaveral cercano al arroyo San Gabriel del Acheral. El enfrentamiento y el posterior rastrillaje causaron un elevado número de bajas entre los guerrilleros.

El 24 de octubre, el EA informó que desde el inicio de la Operación Independencia habían sido abatidos 104 combatientes del ERP.

Para noviembre de 1975, el panorama para el ERP se tornó aún más crítico. La lucha antisubversiva se extendió a nivel nacional con la participación activa de todas las Fuerzas Armadas.

Ante esta situación, Roberto Santucho decidió lanzar una ofensiva en el Gran Buenos Aires, con el objetivo de recuperar prestigio y obtener un importante botín de armas y material bélico mediante el asalto a una unidad del EA en el conurbano bonaerense.



Para ejecutar esta operación, el ERP adoptó una estrategia contraria a la habitual, trasladando gran parte de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez (Ca. RRJ) desde Tucumán hacia la zona urbana del Gran Buenos Aires.

El 23 de diciembre de 1975, el ERP lanzó un ataque masivo contra el Batallón Depósito de Arsenales 601 "Domingo Viejobueno", en Monte Chingolo. Sin embargo, la guardia resistió el asalto hasta la llegada de refuerzos de varias unidades militares, lo que convirtió la operación en una emboscada letal para los insurgentes, quienes sufrieron más de 100 bajas.

Posteriormente, la propia publicación del ERP, El Combatiente, reveló que el Ejército Argentino (EA) conocía de antemano los detalles del ataque, gracias a la infiltración de un espía dentro de la organización. Si bien la infiltración era una táctica común tanto en la guerrilla como en la contraguerrilla, el fracaso en Monte Chingolo marcó el inicio del colapso definitivo del ERP y aceleró la desintegración de la Ca. RRJ.

El 24 de marzo de 1976, las Fuerzas Armadas derrocaron a la presidenta Isabel Perón y asumieron el poder. Para entonces, la Compañía de Monte ya estaba severamente debilitada, perdiendo estructura y cohesión.

El incremento de las deserciones obligó a sus miembros a dispersarse, operando en pequeños grupos de dos o tres personas. En lugar de llevar a cabo acciones armadas, comenzaron a infiltrarse en organizaciones laborales y movimientos de masas. No obstante, con el tiempo, estos células reducidas fueron detectadas y eliminadas.

Finalmente, el Ejército Argentino dio por concluida la Operación Independencia el 24 de noviembre de 1976. Para ese entonces, el líder del ERP, Roberto Santucho, ya había muerto junto a varios de sus compañeros, el 19 de julio de 1976, en un enfrentamiento con el Ejército en un suburbio del norte de Buenos Aires.



Los adversarios

La Operación Independencia estuvo bajo la responsabilidad del III Cuerpo de Ejército del Ejército Argentino (EA), con sede en Córdoba, mientras que la unidad operativa principal fue la Quinta Brigada, con base en Tucumán.

En la campaña participaron fracciones de casi todas las unidades del III Cuerpo, aunque en su momento de mayor despliegue, el EA solo contó con un máximo de 1.500 a 2.000 soldados en la zona de operaciones.

A diferencia de otros conflictos, las unidades no fueron rotadas desde todo el país. Solo oficiales y suboficiales de diversas guarniciones argentinas fueron enviados temporalmente al área, con el objetivo de adquirir experiencia en combate y luego transmitirla a sus subordinados en sus respectivas unidades.




Los combatientes

El Ejército Argentino (EA) basó su fuerza en soldados conscriptos, la mayoría provenientes de la misma región norteña donde operaba la guerrilla. En los primeros meses, la lucha fue particularmente difícil, ya que la guerra contraguerrillera hasta entonces solo había sido un tema teórico de estudio para los mandos militares.

Con el tiempo, la experiencia adquirida transformó la estrategia del EA. Un alto oficial reconoció que la insurgencia "nos dio nuestra razón de ser a los militares argentinos, que hacía un siglo que no peleábamos una guerra".

Por su parte, la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez (Ca. RRJ) del ERP osciló entre 60 y 80 combatientes, siendo reabastecida con nuevos reclutas tras cada enfrentamiento.

Sus filas estaban compuestas por universitarios, pequeños burgueses de clase media urbana y algunos habitantes de la zona, además de extranjeros, entre ellos chilenos, cubanos, bolivianos y paraguayos. Mientras que algunos combatían por convicción ideológica, otros habían sido atraídos por el espíritu de aventura.

"Cuando estaban bien adoctrinados, se defendían con todo", admitió un oficial que los enfrentó en Tucumán.

Sin embargo, a medida que el ERP se debilitaba y perdía apoyo entre la población, surgieron problemas de disciplina. Uno de los líderes guerrilleros, el "capitán Santiago", adoptó una postura distante e impopular, lo que generó tensiones en la unidad hasta su muerte en combate.

El Ejército Argentino capturó correspondencia en la que Santucho criticaba duramente su desempeño y le exigía mayor compromiso con la estrategia general.

Armamento y logística

El ERP obtenía su armamento de ataques a cuarteles y compras en el extranjero. Su arsenal incluía:

  • Morteros y fusiles FAL.
  • Gran cantidad de municiones y armas cortas.
  • Trampas cazabobos, granadas y lanza-granadas de fusil.

Para las comunicaciones, el ERP utilizaba radios de fabricación casera, consideradas de buena calidad técnica, y sus combatientes poseían un gran conocimiento del terreno, lo que les otorgaba una ventaja en la lucha en la selva tucumana.



A diferencia del ERP, el Ejército Argentino (EA) nunca subestimó a su enemigo en el monte tucumano. Siempre consideró a esta guerrilla la más coherente políticamente, lo que la convertía en el grupo más peligroso militarmente entre todas las organizaciones insurgentes que operaban en Argentina.

Por esta razón, la eliminación del foco rural —y con ello, la desarticulación total del ERP— se convirtió en la máxima prioridad del Ejército Argentino.

Cuando la lucha contra la subversión dejó de ser una tarea policial para convertirse en una operación militar a nivel nacional, el EA enfocó sus esfuerzos en aniquilar la estructura rural del ERP, asegurando así su colapso definitivo.


sábado, 20 de abril de 2024

FAA: Texan II con tanques desprendibles

Texan II para ataque a tierra en el futuro




Uno de los Beechcraft T-6C+ Texan II pertenecientes al Grupo Aéreo de la Escuela de Aviación Militar de la Fuerza Aérea Argentina con los tanques de combustible suplementarios.

Está previsto que a mediano plazo los Embraer EMB-312 Tucano, que actualmente están asignados al Grupo 3 de Ataque, vuelvan a la Escuela de Aviación Militar y los T-6C+ Texan II sean reasignados al Grupo 3 de Ataque debido a la mayor capacidad como plataforma de ataque que tiene el Texan II por sobre el EMB-312 Tucano.



El Beechcraft T-6 Texan II es un avión turbohélice de fabricación estadounidense construido por Hawker Beechcraft. Es utilizado por la Fuerza Aérea de Estados Unidos como entrenador básico y por la Armada de los Estados Unidos para el entrenamiento primario e intermedio. Sustituyó en la USAF al T-37B Tweet y en la USN al T-34C Turbo Mentor.

El T-6 Texan también se utiliza como entrenador en las Fuerzas Aéreas canadienses (denominado CT-156 Harvard II), en la Fuerza Aérea Alemana, Real Fuerza Aérea del Reino Unido, Real Fuerza Aérea de Nueva Zelanda, Fuerza Aérea Griega, Real Fuerza Aérea Marroquí, Real Fuerza Aérea Tailandesa, Fuerza Aérea Israelí, Fuerza Aérea Iraquí, Fuerza Aérea Mexicana, Fuerza Aérea Colombiana y la Fuerza Aérea Argentina.

domingo, 17 de marzo de 2024

Guerra Fría: La emergencia malaya

La emergencia malaya

Red Star, White Star




Una pintura del artista de aviación australiano Ray Honisett que representa al Escuadrón No. 1 Lincolns en un bombardeo de bajo nivel sobre la jungla malaya en 1957. En esa etapa del conflicto, la campaña aérea de la Commonwealth consistía principalmente en atacar posiciones sospechosas de guerrilla en las áreas remotas del norte. de Malaya.
[AWM ART27684]

Al llegar a Malaya en julio de 1950, solo un mes después de los Dakotas del Escuadrón No. 38, los seis aviones Lincoln del Escuadrón No. 1 de la RAAF fueron los únicos bombarderos pesados en el área hasta 1953, cuando se les unieron algunos RAF Lincoln. Por lo tanto, los Lincoln australianos fueron el pilar de la campaña de bombardeos de la Commonwealth, especialmente en los primeros años del conflicto, cuando el resultado aún estaba en duda.

De 1950 a 1958, el Escuadrón No. 1 realizó 4.000 misiones en Malaya. El escuadrón voló tanto en misiones de bombardeo puntual como de bombardeo de área, así como en redadas nocturnas de hostigamiento, volando entre muchos objetivos pero solo lanzando bombas ocasionalmente, a la manera de las "incursiones de sirena" de la RAF de la Segunda Guerra Mundial.

La Operación Termita en julio de 1954 fue un punto culminante del servicio del escuadrón en Malaya. Cinco Lincolns australianos y seis Lincolns del Escuadrón No. 148 de la RAF participaron en esta operación contra campamentos guerrilleros en el norte de Malaya. Los Lincoln llevaron a cabo una serie de bombardeos y ataques terrestres junto con lanzamientos de paracaidistas.

El largo alcance y la pesada carga útil del Lincoln lo convirtieron en un bombardero eficaz, mientras que su velocidad relativamente lenta resultó ventajosa en Malaya cuando se intentaba localizar objetivos en la jungla.

Aunque la lucha había terminado en gran medida cuando llegaron en 1958, los bombarderos Canberra del Escuadrón No. 2 volaron algunas misiones desde Butterworth, incluidas las carreras de bombardeo en formación. Los aviones de combate Sabre del Escuadrón No. 3 y el Escuadrón No. 77 también volaron en misiones de ametrallamiento desde Butterworth contra objetivos de la guerrilla comunista.

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Sin embargo, en otros lugares, los británicos hicieron un gran intento por mantener su posición imperial. La rendición de Japón fue seguida por la reimposición del control en las áreas ocupadas, incluidas Malaya, Singapur y Hong Kong, y, a partir de 1948, se hizo un esfuerzo serio para resistir una insurrección comunista en la colonia económicamente crucial de Malaya. En lo que se denominó la emergencia malaya, los británicos inicialmente no lograron diseñar una estrategia efectiva, pero esto cambió con el desarrollo de planes políticos y militares exitosos y entrelazados. Las políticas de 'corazones y mentes' restringieron el atractivo del Partido Comunista Malayo, que se basó en gran medida en la población china minoritaria, aunque estas políticas también se basaron en la capacidad de coacción. El crecimiento económico local, que se benefició enormemente de la Guerra de Corea, también ayudó. La efectividad británica se debió en gran parte al uso de helicópteros y aviones de transporte; a mejoras en su sistema de inteligencia; y al uso de fuerzas de contrainsurgencia expertas en el arte de la selva y comprensión de la situación local. En lugar de requerir protección, un problema con el despliegue de fuerzas en muchas luchas de contrainsurgencia, tales fuerzas podrían llevar la guerra a las guerrillas. Esto se complementó con medidas para controlar la población que incluyeron la supervisión cuidadosa de los suministros de alimentos y el reasentamiento de gran parte de la población rural, un movimiento crucial. La asistencia británica al ejército griego en la guerra civil griega había desempeñado un papel en la evolución de la experiencia británica con las operaciones de contrainsurgencia. 

En parte debido al aislamiento geográfico de Malaya y ciertamente a la ausencia de un estado comunista vecino, los comunistas carecían del apoyo chino o soviético adecuado; tampoco lograron crear un sistema de gobierno paralelo, mientras que los británicos no permitieron que la Emergencia los disuadiera de su curso político: movimientos hacia el autogobierno (1955) y la independencia (1957), que los británicos vieron como la mejor manera de derrotar a los comunistas. A nivel local, hubo un movimiento paralelo hacia la normalidad, con áreas pacificadas que se beneficiaron de una flexibilización de las normas de emergencia.

Habiendo derrotado en gran medida a los insurgentes en 1954, los británicos mantuvieron la presión durante los años siguientes, en particular mediante el uso efectivo del ahora bien desarrollado aparato de inteligencia, debilitando aún más a los comunistas, y fueron recompensados ​​con rendiciones masivas en diciembre de 1957. En la década de 1960, el éxito británico en Malaya contrastaba con el fracaso estadounidense en Vietnam. El contraste se centró con frecuencia en un mayor compromiso y habilidad británicos en las políticas de 'corazones y mentes', y en las deficiencias del énfasis estadounidense en la potencia de fuego. Si bien esto era correcto, la situación que enfrentaban los estadounidenses en Vietnam, tanto en términos de la situación política allí como del contexto internacional, era más difícil.

jueves, 14 de marzo de 2024

Avión COIN: Historial operativo del OV-10 Bronco

Uso en servicio y combate del avión de ataque turbohélice OV-10 Bronco después del final de la Guerra de Vietnam




El uso muy exitoso del OV-10A Bronco en el Sudeste Asiático ha despertado el interés en este avión de ataque turbohélice en países que tienen problemas con diversos tipos de insurgentes. Simultáneamente con la venta de la versión básica del Bronco, que se utilizó en Vietnam, se crearon modificaciones de exportación para que los compradores extranjeros cumplieran con los requisitos específicos de los clientes.


Sin embargo, a veces los Broncos no fueron comprados para luchar contra los partisanos. La Luftwaffe operó veinticuatro OV-10A. En Alemania Occidental, estos aviones formaban parte del Ala de Transporte Aéreo Táctico 601, y sus principales tareas eran el reconocimiento y la focalización de cazabombarderos supersónicos. Al mismo tiempo, los pilotos alemanes practicaron el ataque a objetivos terrestres y helicópteros de combate. Después de que en Alemania se construyera un número suficiente de aviones de ataque Alpha Jet biplaza, los turbohélices OV-10A se convirtieron en remolcadores de objetivos aéreos, que tras su conversión recibieron la designación OV-10B.


Los remolcadores de objetivos alemanes tenían una cabina de cristal adicional en la parte trasera del fuselaje. Actualmente, estos aviones han sido retirados del servicio, adquiridos por particulares y participan periódicamente en diversos espectáculos aéreos.

Si en Alemania los aviones de ataque turbohélice biplaza solo realizaban vuelos de entrenamiento, en otros países tuvieron que luchar. A principios de la década de 1970, la Real Fuerza Aérea Tailandesa recibió 32 nuevos OV-10C. Este modelo se diferenciaba del OV-10A por el equipamiento de su cabina y por una serie de cambios destinados a reducir los costes operativos. Las principales características y armamento del avión siguieron siendo las mismas que las del OV-10A.


  OV-10C de la Real Fuerza Aérea Tailandesa

Los Broncos tailandeses fueron utilizados para patrullar la frontera con Camboya y atacaron repetidamente a las tropas vietnamitas que perseguían a las tropas de los Jemeres Rojos en Tailandia. Se informa que varios aviones fueron derribados y dañados por fuego de ametralladoras antiaéreas y MANPADS Strela-2M. Con la ayuda del OV-10C, las autoridades tailandesas intentaron combatir la producción ilegal de opio en la zona del Triángulo Dorado, situada en una zona montañosa en el cruce de las fronteras de Tailandia, Myanmar y Laos. Los "Broncos" no sólo bombardearon y bombardearon instalaciones donde se procesaban y almacenaban materias primas y productos terminados de la droga, sino que en varios casos también interceptaron aviones en los que se transportaba droga. En 2004, ocho de los OV-10C tailandeses menos desgastados fueron transferidos a Filipinas; los 11 aviones supervivientes fueron dados de baja en 2011.

A mediados de la década de 1970, Venezuela compró 10 OV-10A reacondicionados y, después de un tiempo, se complementaron con 16 nuevos OV-10E. No se sabe si los Broncos venezolanos fueron utilizados para el propósito previsto (luchar contra la guerrilla), pero participaron activamente en el intento de golpe militar.


  OV-10A de la Fuerza Aérea Venezolana

En febrero de 1992, durante otra rebelión, uno de cuyos organizadores fue el coronel Hugo Chávez, el OV-10A/E de los golpistas, junto con los aviones de ataque ligero EMB 312 Tucano y el T-2D Buckeye, atacaron el palacio presidencial, el Ministerio de Asuntos Exteriores. Edificio del Ministerio y cuartel del ejército de las unidades leales al presidente. En varias pasadas, los pilotos rebeldes dispararon contra objetivos terrestres con NAR de 70 mm y arrojaron 113 kg de bombas. Al mismo tiempo, un Bronco fue derribado por fuego de ametralladoras antiaéreas cuádruples M45 Quadmount de 12,7 mm, la tripulación fue expulsada y capturada. Varios aviones de ataque más resultaron dañados. El mismo día, el teniente Vielma, piloto del F-16A, derribó dos OV-10E. A pesar de la evidente amenaza en el aire, los aviones de ataque turbohélice continuaron su trabajo. Sin embargo, el peligro los acechaba en casi todas partes: otro OV-10E resultó dañado por un intenso fuego de ametralladora. Un motor se paró, pero la tripulación decidió aterrizar el avión de ataque en el otro. Parecía que la suerte ya estaba cerca, pero 300 metros antes de la pista el segundo motor también falló y los dos pilotos no tuvieron más remedio que eyectarse. Otro Bronco fue alcanzado por un misil de defensa aérea Roland. El piloto soltó el tren de aterrizaje y comenzó a alejarse de la ciudad, intentando apagar el incendio. A pesar de los esfuerzos del piloto, el avión de ataque no pudo aterrizar y se estrelló directamente en la pista de la base aérea de Baracuiscimento. Tras el fracaso del golpe, varios aviones rebeldes volaron a Perú, pero luego fueron devueltos a Venezuela.

Actualmente, la Fuerza Aérea de la República Bolivariana cuenta con cuatro OV-10E. Estos aviones del 15º Grupo Aéreo de Operaciones Especiales están estacionados en la Base Aérea de Maracaibo, cerca de la frontera con Colombia. En el pasado, se planeó que fueran reemplazados por aviones de ataque turbohélice A-29A Super Tucano de fabricación brasileña. Sin embargo, el acuerdo fracasó debido a la oposición de Estados Unidos.

El avión de ataque OV-10F fue creado especialmente para Indonesia en 1975. En total, este país compró 12 coches de esta modificación. La diferencia más notable con el OV-10A fueron las armas integradas más potentes. En lugar de ametralladoras de 7,62 mm, se instalaron ametralladoras de 12,7 mm en el OV-10F.


OV-10F de la Fuerza Aérea de Indonesia en el aire

En 1977, estos aviones estaban estacionados en la base aérea Lanud Abdulrahman Saleh en Malang. Los Broncos de Malasia jugaron un papel importante durante la invasión de Timor Oriental. Al mismo tiempo, se llevaron a cabo ataques con misiles y bombas no sólo contra las posiciones de las formaciones armadas de Timor Oriental FALINTIL, sino también contra aldeas con civiles.


OV-10F en exhibición en el Museo de la Fuerza Aérea de Indonesia

El servicio de los OV-10F continuó hasta 2015, después de lo cual fueron reemplazados por el A-29A Super Tucano. Antes de ser dados de baja, dos Broncos indonesios se estrellaron en accidentes aéreos. Actualmente, un avión de ataque turbohélice se exhibe en el Museo de la Fuerza Aérea de Indonesia en Yakarta.

En 1981, seis OV-10A usados ​​entraron en servicio con la Real Fuerza Aérea de Marruecos. Estos aviones fueron remodelados y tenían su base en el aeropuerto de doble uso de Marrakech Menara.


OV-10A de la Real Fuerza Aérea Marroquí

Se suponía que el avión de ataque turbohélice se utilizaría contra unidades del POLISARIO en el Sáhara Occidental. En total, estaba previsto comprar 24 Broncos para este fin. Los aviones turbohélice biplaza se comportaron bien durante las operaciones nocturnas contra convoyes de transporte. Pero tales redadas eran bastante arriesgadas. Gracias al generoso apoyo financiero y técnico de Argelia y Libia, el frente POLISARIO tuvo a su disposición modernos sistemas de defensa aérea: ametralladoras antiaéreas de 12,7 y 14,5 mm, cañones antiaéreos gemelos de 23 mm, MANPADS Strela-2M, sistemas móviles de misiles antiaéreos "Osa-AKM" y "Kvadrat". Las víctimas de estos modernos sistemas de defensa aérea según los estándares de los años 1970 y 1980 fueron varios aviones de entrenamiento de combate Fouga Magister, cazas Mirage F-1 y F-5A/E.


Poco después de que los aviones de ataque turbohélice realizaran varias incursiones, un avión fue derribado por fuego antiaéreo. Después de este incidente, los Broncos intentaron no ser utilizados para ataques diurnos y fueron reorientados para realizar reconocimientos y patrullar las barreras construidas por el ejército marroquí en el desierto. Todos los OV-10A de la Fuerza Aérea de Marruecos fueron retirados a principios del siglo XXI.

A finales de la década de 1980, la Fuerza Aérea de Filipinas se vio obligada a desprenderse de su extremadamente desgastado avión de ataque contrainsurgente AT-28D Trojan propulsado por pistones. Estos aviones se utilizaron activamente contra los rebeldes islámicos y de izquierda, y también lucharon contra la piratería. En 1991, Manila recibió 24 OV-10A, previamente almacenados en Davis Montan. Los Broncos se utilizaron de forma muy intensiva y, a mediados de la década de 1990, llegaron a Filipinas 9 aviones de ataque turbohélice más. En 2004, Tailandia transfirió ocho OV-10C para reemplazar vehículos caducados. En 2009, se reacondicionaron nueve OV-10A/C.


  OV-10C de la Fuerza Aérea de Filipinas

Según representantes de la Fuerza Aérea de Filipinas, los aviones de ataque OV-10A/C están diseñados principalmente para proporcionar apoyo aéreo cercano a las fuerzas terrestres y navales, realizar reconocimiento aéreo táctico, realizar ataques con misiles y bombas contra objetivos enemigos y garantizar el despliegue de aviones listos para el combate. fuerzas en las zonas de operación, a petición del cuartel general superior. Sin embargo, de hecho, los Broncos filipinos participaron en la lucha contra varios tipos de grupos rebeldes, reprimiendo el transporte marítimo ilegal y la piratería en aguas territoriales.


A principios del siglo XXI, todos los OV-10A/C se consolidaron en el 16º Escuadrón de Ataque Águilas de Ataque. Los Attack Eagles tienen su base en la base aérea Danilo Atienza cerca de Manila y Lumbia en la provincia de Misamis Oriental.


Imagen satélite de Google Earth: OV-10A/C en la Base Aérea Danilo Atienza

En 2000, los Broncos desempeñaron un papel fundamental en la campaña para derrotar los campamentos del Frente Moro de Liberación Nacional (MNLF) en el centro de Mindanao y en la persecución del grupo terrorista Abu Sayyaf en el oeste de Mindanao.


OV-10C mejorado de la Fuerza Aérea de Filipinas

Para prolongar su vida útil y aumentar su potencial de combate, algunos de los Broncos filipinos pasaron por un programa de modernización que implicaba remodelación. El avión recibió motores Pratt & Whitney Canada PT6A-67 con una potencia de 1020 hp. con hélices de cuatro palas y nueva aviónica.

Se adaptaron dos aviones de contrainsurgencia para utilizar la serie UAB estadounidense Raytheon Enchanced Paveway con un sistema de guía láser. En 2011, se transfirieron 22 unidades de UAB a Filipinas en el marco de un programa de asistencia.


A principios de febrero de 2012, se utilizaron bombas guiadas para atacar un campamento de militantes islámicos en la isla de Jolo. El último uso de combate de los Broncos en Filipinas se registró en junio de 2017, cuando los Attack Eagles bombardearon posiciones de militantes islamistas en las cercanías de la ciudad de Marawi, en el norte del país.


OV-10A de la Fuerza Aérea de Filipinas antes de una misión de combate

Según datos oficiales, durante todo su servicio, ni un solo Bronco filipino se perdió por fuego enemigo. Sin embargo, dos aviones se estrellaron en accidentes aéreos. Se desconoce el número exacto de Broncos operativos disponibles en Filipinas. Varios expertos creen que entre 4 y 5 aviones pueden despegar para llevar a cabo una misión de combate, aunque hay 9 aviones en servicio. Lo más probable es que los Stormtroopers encadenados al suelo se utilicen como fuente de repuestos. En 2018, se discutió con Estados Unidos la cuestión de la transferencia de varios aviones de combate OV-10G+ modernizados. Vehículos de este tipo se utilizaron con éxito en Irak contra los islamistas. Sin embargo, el comando de la Fuerza Aérea de Filipinas optó por comprar el nuevo A-29A Super Tucano.

En 1991, Estados Unidos entregó 24 OV-10A a Colombia, y tres vehículos más transferidos a mediados de la década de 1990 se utilizaron como fuente de repuestos. Casi no hay detalles sobre el servicio de los Broncos colombianos en fuentes abiertas. Los aviones de ataque turbohélice brindaron apoyo aéreo cercano a unidades del ejército durante las operaciones contra las fuerzas armadas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y también fueron utilizados para reprimir el narcotráfico. Durante su apogeo en la década de 1990, las FARC y el ELN controlaban alrededor del 45% del territorio del país.


Fuerza Aérea Colombiana OV-10A

Posteriormente, varios OV-10A se actualizaron al estándar OV-10D. Un avión se perdió en batalla y varios más sufrieron graves daños. En noviembre de 2015, después de 24 años de servicio, la Fuerza Aérea Colombiana retiró todos los aviones OV-10 restantes. Ahora sus funciones están asignadas al avión de ataque turbohélice A-29A Super Tucano de fabricación brasileña.

A finales de los años 1980 y principios de los 1990, las fuerzas especiales estadounidenses participaron en operaciones para combatir la producción y distribución de cocaína en América Central y del Sur. Al mismo tiempo, recibieron apoyo aéreo de escuadrones de combate de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Se sabe con certeza que los Broncos estadounidenses estaban estacionados en bases aéreas de Colombia y Honduras.


Avión de ataque ligero OV-10A del 27.° Escuadrón de Apoyo Táctico de la Fuerza Aérea de EE. UU. en el espacio aéreo de Honduras, mayo de 1988

En Estados Unidos, además del uso militar, aproximadamente dos docenas de Broncos desarmados fueron transferidos a aviones de extinción de incendios. En la mayoría de los casos, el OV-10A, pintado de rojo y blanco, corrige la liberación de líquido extintor de aviones pesados ​​y busca incendios.


La NASA utilizó varias máquinas en un programa de investigación para estudiar la propagación del ruido durante el vuelo a baja altitud y los efectos de la turbulencia en el control de la aeronave a velocidad mínima. Un Bronco permaneció en servicio en la Base Aérea Langley de la NASA en 2009.


Teniendo en cuenta que el OV-10A, más de dos décadas después del inicio de la producción en masa, ya no cumplía plenamente los requisitos, surgió la cuestión de modernizar el avión. En primer lugar, se trataba de ampliar las capacidades de reconocimiento y búsqueda. Algunos avances en este sentido se completaron poco antes de la retirada de las tropas estadounidenses del Sudeste Asiático. En 1972, dos aviones de ataque turbohélice reconvertidos, transferidos al escuadrón USMC VMO-2, se sometieron a pruebas de combate en el área de Da Nang. Los aviones equipados con un sistema de visión infrarroja y un telémetro láser-designador de objetivos realizaron una búsqueda nocturna de camiones en la ruta Ho Chi Minh. Aunque los equipos de avistamiento y vigilancia no siempre funcionaron de manera confiable, el experimento se consideró exitoso. Sin embargo, debido al fin de las hostilidades, las esperanzas de la dirección norteamericana de un gran pedido militar no se hicieron realidad.

A principios de la década de 1970, se intentó vender el Bronco con motores de búsqueda nocturnos a Corea del Sur. Este país experimentó dificultades para interceptar los An-2 norcoreanos, que llevaban saboteadores. Los biplanos de pistón de baja velocidad que volaban a baja altura por la noche no fueron detectados por los radares terrestres a lo largo de los valles montañosos. El ejército surcoreano se interesó por el Bronco, equipado con un sistema de infrarrojos y capaz de interceptar aviones ligeros por la noche y helicópteros de combate. Se emitió un pedido de 24 aviones, pero luego fue cancelado. En lugar de aviones de ataque turbohélice, la República de Corea compró helicópteros AH-1 Cobra y comenzó a resolver el problema de detectar objetivos aéreos a baja altitud mediante el despliegue de puestos de radar en las cimas de las cadenas montañosas.

Varias fuentes dicen que en 1978, el USMC adquirió 24 Broncos modernizados. Existe una alta probabilidad de que se tratara de aviones abandonados por la República de Corea.


OV-10D

El avión de ataque modernizado OV-10D se diferenciaba de la modificación anterior OV-10A en la composición de su aviónica, motores, armas y morro alargado. El avión estaba equipado con motores Garret T76-G-420/421 con una potencia de 1040 CV. Además del sistema de infrarrojos nocturno ya mencionado y el telémetro láser-designador de objetivos, aparecieron a bordo una estación de alerta de radar y equipo para disparar trampas térmicas y reflectores dipolo. La iluminación láser del objetivo hizo posible el uso de municiones aéreas guiadas.


En algunos aviones, se montó una torreta en la parte inferior del fuselaje con un cañón M-197 de 20 mm y tres cañones. El avión de ataque OV-10D entró en servicio con el escuadrón VMO-2 y el escuadrón de reserva del Cuerpo de Marines VMO-4. En 1985 se practicó el despegue y aterrizaje de turbohélices OV-10D desde el portaaviones Saratoga. En el futuro, se consideró la opción de basar el Bronco en porta-helicópteros anfibios, pero estos planes no se concretaron.


Los Broncos participaron en la Operación Tormenta del Desierto en enero-febrero de 1991 como aviones de puntería. Durante la campaña, las defensas aéreas iraquíes derribaron dos vehículos.


Aunque en la década de 1990 el Departamento de Defensa de los EE. UU. se deshizo activamente de los aviones de la Guerra de Vietnam y la Fuerza Aérea de los EE. UU. retiró del servicio al Bronco en 1991, los aviones de ataque turbohélice, aunque en pequeñas cantidades, permanecieron en la aviación del Cuerpo de Marines hasta 1995, después que trasladaron para su almacenamiento. Pero, aparentemente, varios aviones de ataque se han conservado en condiciones de volar en los centros de entrenamiento de combate de la Armada de los EE. UU. y del USMC.


Imagen satelital de Google Earth: OV-10 Bronco en Fallon AFB

A pesar de su avanzada edad, de vez en cuando se intentó "reanimar" al Bronco, ya que la necesidad de aviones para tales fines es muy notable. A finales de la década de 1990, varios aviones de ataque fueron actualizados al nivel OV-10D+. Los instrumentos de puntero fueron reemplazados por aviónica moderna y la tripulación ahora tenía a su disposición nuevos sistemas de comunicación y navegación por satélite. Se reforzaron el fuselaje y el ala.


Lanzamiento de NAR con OV-10D+

En 2009, Boeing presentó el avión de combate OV-10X, que conservaba la estructura del Bronco, pero instaló nuevos motores, aviónica moderna e incluía armas de alta precisión en su armamento. Como parte del programa Combat Dragon II, el avión de ataque recibió una “cabina de cristal”, un sistema de comunicación por radio encriptado y enlaces de datos tácticos Link-16, así como un tanque de combustible adicional. En la proa se colocó la estación optoelectrónica multicanal MX-15HD FLIR, que es capaz de detectar y rastrear objetivos durante el día y la noche. Además de los OEMS, los pilotos utilizan los nuevos sistemas de visión nocturna Scorpion montados en el casco. El coste de modernización de los dos aviones fue de 20 millones de dólares.

El nuevo sistema de control de fuego OV-10G+ permite a la tripulación utilizar misiles de pequeño calibre con sistema de guía láser, que sustituyó a los misiles no guiados de 70 mm, y la munición también incluye AGM. -114 ATGM Hellfire. En cuanto a la munición para aviones de pequeño calibre, se sabe que el OV-10G+ puede albergar hasta 38 misiles de este tipo, 19 en cada lanzador. Para destruir objetivos fortificados (búnkeres, puestos de mando enterrados en el suelo y hangares de hormigón armado), las tripulaciones de Bronco pueden utilizar bombas perforantes de hormigón guiadas por láser Paveway II (peso 454 kg) o Paveway IV (peso 227 kg). Dado que el sistema de control de la aeronave contiene un módulo de sistema de posicionamiento global GPS, es posible utilizar bombas aéreas tipo JDAM ajustables. La aviónica OV-10G+ permite procesar información proveniente de vehículos aéreos no tripulados de reconocimiento utilizados por unidades MTR. Para protegerse contra los misiles antiaéreos buscadores de calor, además de las trampas de infrarrojos, es posible suspender un contenedor con un sistema de contramedidas láser.

Según información publicada en los medios de comunicación, el avión de ataque turbohélice OV-10G+ completó 132 misiones de combate en Irak en 2015, y en 120 de ellas alcanzó con éxito los objetivos previstos. Estos aviones de combate fueron pilotados por pilotos de la 6.ª Ala de Entrenamiento Aéreo de la Marina de los EE. UU. Un hecho importante es que el coste de una hora de vuelo del Bronco modernizado era muchas veces más barato que el de otros aviones de combate y ascendía a unos 1.000 dólares. A modo de comparación: una hora de uso del UAV MQ-9A en ese momento costaba 4.762 dólares, el avión de ataque A-10C costaba 17.716 dólares y el helicóptero de combate AC-130U costaba 45.986 dólares.

El mayor operador privado de aviones OV-10A/D en Estados Unidos es DynCorp International. En el pasado, la empresa ha prestado servicios al ejército estadounidense en Bolivia, Bosnia, Somalia, Angola, Haití, Colombia, Kosovo y Kuwait. Especialistas de DynCorp International capacitaron al personal técnico de las Fuerzas Aéreas de Irak y Afganistán.


OV-10D en la Base Aérea Patrick

Los Broncos, que anteriormente formaban parte de la Infantería de Marina, son contratados por el Departamento de Estado de Estados Unidos para participar en operaciones antidrogas y otras misiones delicadas fuera de Estados Unidos. Los aviones tienen matrícula civil y, según la versión oficial, les han quitado armas. Al mismo tiempo, varios OV-10D conservan sistemas optoelectrónicos de búsqueda de visión nocturna. La protección de la cabina está reforzada con un blindaje adicional de Kevlar. En el compartimento de carga se puede instalar un depósito para defoliantes, que se utiliza para tratar plantaciones de plantas narcóticas. La ubicación principal de DynCorp International para el OV-10A/D es la Base de la Fuerza Aérea Patrick en Florida.


Avión OV-10D+ de la compañía de aviación privada Blue Air Training

En marzo de 2020, la empresa de aviación privada Blue Air Training compró siete aviones OV-10D+/G. Además del proceso de entrenamiento de cadetes extranjeros para atacar objetivos terrestres, los Broncos, que conservan componentes de armas, pueden usarse para realizar diversas misiones en países del tercer mundo y simular aviones enemigos durante los ejercicios. El Bronco se renueva en las instalaciones del aeropuerto de Chinno en California.


Así, el avión de ataque turbohélice, creado para contrarrestar al Viet Cong hace más de 50 años, sigue teniendo demanda. Su efectividad en combate aumentó significativamente gracias a la introducción de modernos sistemas de avistamiento y búsqueda, navegación y comunicaciones. Los nuevos motores turbohélice de bajo consumo y mayor potencia han mejorado el rendimiento del vuelo. El uso de Kevlar y armadura cerámica en combinación con equipos de interferencia hizo posible aumentar la capacidad de supervivencia.
Autor: Linnik Sergey