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domingo, 8 de septiembre de 2013

Malvinas: La patrulla de observación hacia San Carlos de la APCA

La Fracción Pereyra de la APCA
Segunda nota

Durante el Conflicto de Malvinas, los británicos desembarcaron masivamente el 21 de Mayo en la zona del establecimiento San Carlos en la Isla Soledad. Una vez asegurada la Cabeza de Playa, en los días siguientes, iniciaron una penetración hacia el Este con el fin de retomar Puerto Argentino, nuestra Base principal, a la vez que atacaron hacia el Sur en dirección a Darwin.

En Puerto Argentino casi nada se sabía del desembarco, ni siquiera si éste era el esfuerzo principal de los británicos o habría otros. Pese a ésto, la Conducción Militar en Puerto Argentino decidió enviar tres Patrullas terrestres a San Carlos con la Misión de "aclarar la Actividad Operativa en la zona".

Una de estas Patrullas, la de la Armada, estuvo integrada por Suboficiales Comandos Anfibios presentes en Puerto Argentino. A las órdenes del Capitán de Corbeta de Infantería de Marina Dante Juan Manuel Camiletti, quien se presentó como Voluntario para ejercer la Jefatura de la Patrulla pese a no ser Comando Anfibio. Debemos recordar que se da esta situación por el hecho de que el resto de los Comandos Anfibios se encontraban en Río Gallegos preparándose para una posible incursión sobre Malvinas.


Foto: Grupo de Comandos Anfibios en Puerto Argentino


El 24 de Mayo, la Patrulla embarcó en dos helicópteros del Ejército Argentino y se dirigió hasta Chata Hill a unos 50 Km al Oeste de Puerto Argentino. Este movimiento se efectuó con el fin de acortar lo más posible la marcha de la Patrulla sin ponerla en peligro, dada la proximidad del enemigo. En Chata Hill establecieron una Base de Patrulla Reducida (BPR) y enterraron parte de su material y abastecimiento con el fin de aligerar su equipo y utilizar esta base como lugar de reencuentro luego de cumplir con la Misión. Solo retuvieron la bolsa cama, buena cantidad de munición y víveres fáciles de transportar y luego esperaron la oscuridad para empezar sus movimientos. En la noche del 24 al 25 de Mayo, con una tenue llovizna se dirigieron hacia Bombilla Hill, altura importante desde donde se podía ver el extremo este de la ríe de San Carlos y el Cerro Montevideo, objetivo final de la Patrulla. Desde la zona de Bombilla Hill vieron que en el Cerro Montevideo ya se notaba una intensa actividad enemiga. Evidentemente la altura estaba ocupada, se oían ruidos de máquinas y se lograron ver helicópteros enemigos con misiones de transporte de cargas y otros en evidente patrulla. Por estas razones se descartó ocupar una Base Patrulla y Observatorio en dicho cerro, pero en su lugar se pensó en dirigirse hacia el Cerro Tercer Corral, altura importante ubicada más al sur-oeste, desde la cual se creía que se podía cumplir con la Misión impuesta.

En su marcha a Tercer Corral fueron sobrevolados varias veces por 2 Harriers. Durante el vadeo de un brazo del río San Carlos, perdieron parte de su equipo y se aligeraron del resto, a la vez que quedaron totalmente empapados. Continuaron su marcha prácticamente con lo puesto. El miércoles 26 Mayo, se llegó al Cerro Tercer Corral y se estableció una BPR. El Puesto de Observación se ubicó con una buena visión sobre el Cerro Montevideo y el Puerto San Carlos. Hasta el momento no se había podido establecer comunicaciones radiales con Puerto Argentino. El Capitán Camiletti adelantó movimientos para completar el cuadro de información que estaban obteniendo. Entusiasmado, posiblemente se expuso algo más que lo necesario, hecho que le acarreó fuertes cambios de opinión con los Comandos más veteranos.

Del análisis de la situación general se decidió dividir la Patrulla. Una parte "Fracción Basualdo", integrada por los Suboficiales de Infantería de Marina Miguel Ángel Basualdo y Ramón López y los Cabos Principales de Infantería de Marina Juan Héctor Márquez, Osvaldo César Ozán, Juan Carrasco y Pedro Baccili regresaría a Puerto Argentino con la importante información recogida y el resto con el Capitán Camiletti "Fracción Pereyra": Cabo Principal Enfermero Jesús A. Pereyra, Cabo Primero de Infantería de Marina Pablo Alvarado y los Cabos Segundos de Infantería de Marina Omar A. López y Pedro C. Verón, quedará en la zona tratando de ampliar aún más el cuadro de situación sobre el enemigo.

La Patrulla Basualdo tuvo un regreso realmente azaroso. En uno de sus movimientos fue tomado prisionero el Cabo Principal IM Juan Carrasco en Teal Inlet. En su recorrido Basualdo debió evitar las columnas británicas que marchaba en igual dirección y sentido, pero su mayor preocupación era, sin embargo, llegar al contacto con las propias líneas, las que ignoraban la existencia de esta Patrulla. Tuvieron la fortuna de encontrarse antes con Comandos del Ejército Argentino que estaban operando delante del frente propio. El Sargento Cisnero fue el nexo que permitió penetrar en las defensas propias sin inconvenientes, el domingo 30 de Mayo. De allí en más todo fue sencillo y pudieron transmitir al Comando Superior la información recogida que resultó valiosísima. El resto de los Comandos que quedaron en Tercer Corral a órdenes del Capitán Camiletti marcharon el 26 de Mayo en dirección a Montes Verdes a unos 300 mts al Oeste con el fin de aproximarse aún más al Establecimiento San Carlos.

Al día siguiente treparon la altura y a la madrugada se estableció una BPR. Con los visores nocturnos se detectó al enemigo en la cresta topográfica de esa misma altura. Se decidió dejar la Patrulla en ese lugar y el Capitán Camiletti y el Cabo Principal Pereyra avanzaron para observar mejor los movimientos del enemigo. El Cabo Pereyra le hizo notar a Camiletti el peligro que corría toda la Patrulla si eran descubiertos. El Capitán le ordenó a Pereyra a reunirse con el resto y él intentó avanzar algo más, ya en el crepúsculo matutino. El Cabo Pereyra y el resto de la Patrulla vieron claramente al enemigo que se movía en la altura y luego oyeron algunos disparos. Supusieron, con acierto, que el Capitán Camiletti habría sido descubierto y decidieron iniciar el regreso cumpliendo lo acordado con el Capitán.

Mientras marchaban de regreso observaron efectivos enemigos desplegados en cadena que exploraban la zona, avanzaban con mucha precaución y con una gran alerta. Tres Comandos de nuestra Patrulla se ocultaron en un pozo inundado, allí en cuclillas permanecieron con el agua helada hasta la cintura, tapados con algunas matas de pastos que afortunadamente lograron poner. El Cabo Verón, no tuvo tiempo ni lugar para entrar en el pozo y permaneció de espaldas y con su fusil sobre el pecho, en el agua en un socavón de 20 centímetros de profundidad de un chorrillo y también cubierto con pastos y ramas. El enemigo pasó prácticamente sobre ellos, pero no los descubrió.Cuando comenzó a oscurecer y habiendo permanecido varias horas en esas posiciones, con los cuerpos entumecidos por la temperatura del agua, del sector derecho se escuchó un disparo de fusil, seguido éste por una apertura de fuego de todas las armas en dirección al valle, donde estaba ocultos nuestros hombres, cuyos proyectiles pasaban por sobre las cabezas de los Comandos Anfibios. ¿Ejecutaban una exploración por el fuego?. Seguido de esto se produjo un silencio de 30 minutos aproximadamente, el cual fue roto por helicópteros que cumplían un movimiento constante en el sector. Para los Comandos Anfibios la noche sería el mejor momento para su desprendimiento. Recién con la oscuridad de la noche y luego de permanecer muchas horas en el agua helada, pudieron salir de la posición, primero arrastrándose porque tenían las piernas entumecidas por el frío, luego gateando para recuperar los movimientos, luego agazapados finalmente para proseguir el escape. También ellos marcharon entre tropas británicas que se dirigían a Puerto Argentino. Hasta que a mitad de camino, el lunes 31 de Mayo, al Sudeste de Monte Estancia fueron emboscados, dos de ellos fueron heridos gravemente (Pereyra y Lòpez) y los dos ilesos restantes (Alvarado y Verón) tomados prisioneros. Allí comenzó otra historia, la de su vida de prisioneros que no les fue fácil, ya que recibieron un trato muy duro por su condición de tropas especiales...

Relato: Referente al Capitán de Corbeta de Infantería de Marina Dante Juan Manuel Camiletti

Relatos Históricos de la Guerra de Malvinas

sábado, 26 de mayo de 2012

Malvinas: La fracciones Pereyra y Basualdo de la APCA

Una observación innecesaria

Versión revisada, 2/8/11

Esta patrulla de Comandos Anfibios había llegado al área de San Carlos el día 26 de mayo de 1982. Partió de Puerto Argentino el día 24 y su aproximación se hizo por terrenos prácticamente dominados por el enemigo. Tuvo muchas bajas pero cumplió acabadamente con su misión. En esta anécdota qquiero rescatar un pasaje del accionar de la Patrulla, con el solo fin de señalar todo el profesionalismo y sacrificio de estos bravos Infantes de Marina.

Durante el Conflicto Malvinas, los británicos desembarcaron masivamente el 21 de mayo en la zona del establecimiento San Carlos en la Isla Soledad. Una vez asegurada la cabeza de playa, en los días siguientes, iniciaron una penetración hacia el Este con el fin de retomar Puerto Argentino, nuestra base principal, a la vez que atacaron hacia el Sur en dirección a Darwin.

En Puerto Argentino, 75 Km al este de San Carlos, casi nada se sabía del desembarco, ni siquiera si éste era el esfuerzo principal de los británicos o habría otros. Debemos recordar que la conducción argentina sufría enormes limitaciones para informarse sobre los movimientos del enemigo. Le sobraban razones; solo había 8 hs y 30 minutos de luz de día para fines de Mayo, con excesiva nubosidad y nieblas matinales, el dominio del aire era prácticamente británico. Además de la carencia de una razonable movilidad terrestre dada la imposibilidad de utilizar vehículos sumado a aires de marcha a pie de 1 Km/h con luz y 0,5 Km/h de noche. Mientras que las patrullas enemigas se movían libremente apoyadas por su dominio del aire y del mar.

Pese a las diferencias, la conducción militar en Puerto Argentino, decidió enviar tres patrullas terrestres a San Carlos con la Misión de "aclarar la actividad operativa en la zona".

 Una de estas patrullas, la de la Armada, estuvo integrada por Suboficiales Comandos Anfibios presentes en Puerto Argentino.


En una misión de observación avanzada, se creó la fracción “Pereyra” al mando del Capitán de Corbeta Dante Camiletti, junto al Cabo Primero IM Pablo Alvarado y los Cabos Segundos IM Omar A. López y Pedro C. Verón.


A las órdenes del Capitán de Corbeta de Infantería de Marina Dante Juan Manuel Camiletti, quien se presentó como voluntario para ejercer la jefatura de la Patrulla, pese a no ser Comando Anfibio. Debemos recordar que se da esta situación por el hecho de que el resto de los Comandos Anfibios se encontraban en Rio Gallegos (Santa Cruz) preparándose para una posible incursión sobre Malvinas ("Operación Buitre").

El 24 de mayo, la patrulla embarcó en dos helicópteros del Ejército Argentino y se dirigió hasta Chata Hill a unos 50 Km al Oeste de Puerto Argentino. Este movimiento se efectuó con el fin de acortar lo más posible la marcha de la patrulla sin ponerla en peligro, dada la proximidad del enemigo.

En Chata Hill establecieron una Base de Patrulla Reducida (BPR) y enterraron parte de su material y abastecimiento con el fin de aligerar su equipo y utilizar esta base como lugar de reencuentro luego de cumplir con la misión. Solo retuvieron la bolsa cama, buena cantidad de munición y víveres fáciles de transportar (chocolates, cigarrillos, galletitas. caramelos, caldos, pastillas de alcohol, etc)

Luego esperaron la oscuridad para empezar sus movimientos. En la noche del 24 al 25 MAY, con una tenue llovizna se dirigieron hacia Bombilla Hill, altura importante desde donde se podía ver el extremo este de la ría de San Carlos y el Cerro Montevideo, objetivo final de la patrulla.

Desde la zona de Bombilla Hill vieron que en el Cerro Montevideo ya se notaba una intensa actividad enemiga. Evidentemente la altura estaba ocupada, se oían ruidos de máquinas y se lograron ver helicópteros enemigo con misiones de transporte de cargas y otros en evidente patrulla. Por estas razones se descartó ocupar una Base Patrulla y Observatorio en dicho cerro, pero en su lugar se pensó en dirigirse hacia el Cerro Tercer Corral, altura importante ubicada más al sur-oeste, desde la cual se creía que se podía cumplir con la misión impuesta.

Ya en estos primeros movimientos se notó la necesidad de mantener la disciplina de marcha propia de los Comandos Anfibios y que atentaba contra este procedimiento, la velocidad que quería imponerle el Capitán Camiletti, lo que provoca unos de los roces innecesario entre el jefe y sus subordinados cuando entienden y llevan a la práctica doctrinas diferentes.

El Suboficial Comando más antiguo (Basualdo) reclama el apego a los procedimientos dada la evidente proximidad del enemigo "que estaba por todas partes" al decir de unos de los Cabos Comandos.

En su marcha a Tercer Corral fuero sobrevolados varias veces por 2 Harriers.

Durante el vadeo de una brazo del río San Carlos, perdieron parte de su equipo y se aligeraron el resto, a la vez que quedaron totalmente empapados. Continuaron su marca prácticamente con lo puesto.

El miércoles 26 Mayo, se llegó al Cerro Tercer Corral y se estableció una BPR. El Puesto de Observación se ubicó con una buena visión sobre el Cerro Montevideo y el Puerto San Carlos. Hasta el momento no se había podido establecer comunicaciones radiales con Puerto Argentino.

El Capitán Camiletti adelantó movimientos para completar el cuadro de información que estaban obteniendo. Entusiasmado, posiblemente se expuso algo más que lo necesario, hecho que le acarreó fuertes cambios de opinión con los Comandos más veteranos.

Del análisis de la situación general (a lo que se suma la situación anteriormente expuesta) se decidió dividir la Patrulla.

Una parte ("Fracción Basualdo", integrada por los Suboficiales de Infantería de Marina Miguel Ángel Basualdo y Ramón López y los Cabos Principales de Infantería de Marina Juan Héctor Márquez, Osvaldo César Ozán, Juan Carrasco y Pedro Baccili) regresaría a Puerto Argentino con la importante información recogida y el resto con el Capitán Camiletti ("Fracción Pereyra": Cabo Principal Enfermero Jesús A. Pereyra, Cabo Primero de Infantería de Marina Pablo Alvarado y los Cabos Segundos de Infantería de Marina Omar A. López y Pedro C. Verón), quedará en la zona tratando de ampliar aún más el cuadro de situación sobre el enemigo.

La Patrulla Basualdo tuvo un regreso realmente azaroso. En uno de sus movimientos fue tomado prisionero el Cabo Principal de IM Juan Carrasco en Teal Inlet. En su recorrido Basualdo debió evitar las columnas británicas que marchaba en igual dirección y sentido, lo que provoca que esta Patrulla se encolumne prácticamente detrás de las Unidades británicas, logrando evitar el contacto con el enemigo pese a que éstos conocían la existencia de nuestros Comandos en su zona debido a la captura de Carrasco.

Su mayor preocupación era, sin embargo, llegar al contacto con las propias líneas, las que ignoraban la existencia de esta Patrulla. Tuvieron la fortuna de encontrarse antes con Comandos del Ejército Argentino que estaban operando delante del frente propio. El Sargento Cisneros fue el nexo que permitió penetrar en las defensas propias sin inconvenientes, el domingo 30 de mayo.

De allí en más todo fue sencillo y pudieron transmitir al Comando Superior la información recogida que resultó valiosísima. El Sargento Cisneros caería en una emboscada enemiga días más tarde.

El resto de los Comandos que quedaron en Tercer Corral a órdenes del Capitán Camileti marcharon el 26 de mayo en dirección a Montes Verdes a unos 300 mts al oeste con el fin de aproximarse aún más al Establecimiento San Carlos. Al día siguiente treparon la altura a la madrugada se estableció una BPR.

Con los visores nocturnos se detectó al enemigo en la cresta topográfica de esa misma altura. Se decidió dejar la Patrulla en ese lugar y el Capitán Camiletti y el Cabo Principal Pereyra avanzaron para observar mejor los movimientos del enemigo. El Cabo Pereyra le hizo notar a Camiletti el peligro que corría toda la Patrulla si eran descubiertos. El Capitán le ordenó a Pereyra a reunirse con el resto y él intentó avanzar algo más, ya en el crepúsculo matutino.

El Cabo Pereyra y el resto de la Patrulla vieron claramente al enemigo que se movía en la altura y luego oyeron algunos disparos. Supusieron, con acierto, que el Capitán Camiletti habría sido descubierto y decidieron iniciar el regreso cumpliendo lo acordado con el Capitán.




Momento de la captura del Cap. Camiletti (IMARA) 

Mientras marchaban de regreso observaron efectivos enemigos desplegados en cadena que exploraban la zona, avanzaban con mucha precaución y con una gran alerta.


Tres Comandos de nuestra Patrulla se ocultaron en un pozo inundado, allí en cuclillas permanecieron con el agua helada hasta la cintura, tapados con algunas matas de pastos que afortunadamente lograron poner. Pereyra, Alvarado, López y Verón fueron los cuatro combatientes que permanecieron ocultos en pozos de agua. Los tres primeros permanecieron en fila y en cuclillas ocultos en un pozo inundado, con el agua hasta la cintura y tapados por una matas de pasto que lograron poner sobre ellos. El Cabo Verón, no tuvo tiempo ni lugar para entrar en el pozo y permaneció de espaldas y con su fusil sobre el pecho, en el agua en un socavón de 20 centímetros de profundidad de un chorrillo y también cubierto con pastos y ramas. El enemigo pasó prácticamente sobre ellos, pero no los descubrió. 


Cuando comenzó a oscurecer y habiendo permanecido varias horas en esas posiciones, con los cuerpos entumecidos por la temperatura del agua, del sector derecho se escuchó un disparo de fusil, seguido éste por una apertura de fuego de todas las armas en dirección al valle, donde estaba ocultos nuestros hombres, cuyos proyectiles pasaban por sobre las cabezas de los Comandos Anfibios. ¿Ejecutaban una exploración por el fuego?. Seguido de esto se produjo un silencio de 30 minutos aproximadamente, el cual fue roto por helicópteros que cumplían un movimiento constante en el sector.

Para los Comandos Anfibios la noche sería el mejor momento para su desprendimiento.

Recién con la oscuridad de la noche y luego de permanecer muchas horas en el agua helada, pudieron salir de la posición, primeros arrastrándose porque tenían las piernas entumecidas por el frío, luego gateando para recuperar los movimientos, luego agazapados finalmente para proseguir el escape. También ellos marcharon entre tropas británicas que se dirigían a Puerto Argentino.



Lo que sigue es una charla personal que mantuve con Jesús Pereyra, residente en Pehuen Có, una playa a 80km de Bahía Blanca. Pereyra estuvo en Malvinas desde la Operacion Rosario. Junto con su gente eran personal experimentado. Camiletti era oficial de reciente graduación, oficial de escritorio sin ninguna experiencia de campo. Sin embargo, como era oficial, fue puesto al mando de la mision de observación adelantada.

Pereyra me contó que la misión nunca tuvo razón de ser. El objetivo de la misma fue confirmar el desembarco británico, algo que la BBC ya habia transmitido y a poco nomás directamente mostraba imágenes en vivo. De hecho, Owen Grippa había ya volado sobre el sector con un MBB326 y atacado a la HMS Argonaut, confirmando la presencia británica. Sin embargo, los mandos navales diero el OK para esta misión. Pereyra al enterarse, supo que era una misión suicida, asi que no pidió voluntarios sino que fueron todos los miembros de la agrupación (nadie se quería hacer responsable de llevar a la muerte a nadie en particular, si iban a morir, iban todos.)

Tan pobremente preparado estaba Camiletti que llevaba sus vituallas en una mochila antártica, de color naranja fluor. A poco de comenzar la misión, Pereyra y sus hombres le dieron a conocer a Camiletti que sus ordenes serían "interpretadas" dada su falta de experiencia en combate (no iban a hacer todo lo que él ordenara dado que ellos consideraban que carecía de idoneidad). La patrulla arribó subrepticiamente a las playas de San Carlos y confirmó la presencia británica irradiando un parte a Puerto Argentino. A pesar de ello, Camiletti insistió en ver "mas de cerca" a los británicos. Es por ello que él solo fue capturado y los suboficiales no. La imagen de Camiletti, siendo encapuchado con una campera y con una Sterling apuntada a la cabeza, dio la vuelta al Mundo.






Traslado del Cap. Camiletti (IMARA) 

La versión del Capitán Camiletti enviada a este autor dice que "no es cierto [que] me ofrecí como voluntario para esa misión, sino que comandé la patrulla durante casi 2 meses, les conseguí alojamiento, vehículo para trasladarse, los saqué del letargo a pesar que se oponían a salir de misión como yo pretendía hacerlo diariamente. Lograr que saliéramos a recorrer la costa, a buscar infiltrados en las estancias próximas al mar, preparar emboscadas durante la noche en zonas aptas para el desembarco de patrullas inglesas". Respecto a su captura y a la razón de su avance en solitario hacia las posiciones inglesas, comenta "y la fracción que regresó era porque estaban muy cansados y no querían continuar avanzando y los que se quedaron era solo porque su estado físico era menos lamentables y además tuve que obligarlos a quedarse." (comunicación personal, 24/03/11) 



Luego de la captura del oficial argentino y el estado de alerta general de las tropas inglesas, ocurrió efectivamente, las tropas británicas pasaron a centímetros de los soldados argentinos y no los detectaron. El escondite en sí, era una rajadura en la tierra por donde emergía una vertiente de agua de unos 40 cm de profundidad. Allí se ubicaron los tres desde las 8 AM de un día hasta las 2 AM del otro, en esa posición y mojados en el clima malvinense.

Ese mismo día, partieron hacia el cerro Dos Hermanas donde era el punto de reingreso a la zona argentina. Todo el trayecto fue muy lento porque fueron seguidos de cerca por patrullas del SAS y RM.

Al llegar al cerro Dos Hermanas, Pereyra me contó que "olfateó algo raro". Estaba todo muy tranquilo, sin movimientos de tropas en las alturas. Igual se acercaron y cuando estuvieron a unos metros los británicos, que habian recapturado el cerro el dia anterior, abrieron fuego. Una bala le pegó en la mochila de Pereyra, atravesando e incrustandosele en la espalda. Pereyra cayó prisionero. Camiletti, apenas llegó al continente, fue dado de baja y no se supo nada de él.

Hasta que a mitad de camino, el lunes 31 de mayo, al Sudeste de Monte Estancia fueron emboscados, dos de ellos fueron heridos gravemente (Pereyra y Lòpez) y los dos ilesos restantes (Alvarado y Verón) tomados prisioneros. Allí comenzó otra historia, la de su vida de prisioneros que no les fue fácil, ya que recibieron un trato muy duro por su condición de tropas especiales. 


Luego vino en el HMS Canberra y reingresó al servicio activo. Jamás la Armada le pidió que transmitiese a las nuevas generaciones de comandos anfibios sus experiencias en combate. Siempre hubo verguenza de mostrarlos. Producto de ello entró en una fuerte depresión y se embarcó en el viaje de la Fragata Libertad de 1984 como único veterano de guerra a bordo. En cada puerto norteamericano y europeo que tocó la fragata fue homenajeado por sus pares navales locales. Así, en Annapolis, marines y oficiales navales lo invitaron con una copa a que contara sus experiencias. Lo mismo le ocurrió en Francia, España e Italia. Los oficiales navales estaban ansiosos por escuchar sus experiencias, cuando lo mismo no ocurría de los propios colegas nacionales. 

Él no fue el unico. Sus compañeros de patrulla cayeron en profundas depresiones. Verón, que era de Misiones, pidió la baja y al tiempo fue arrestado por provocar incidentes. Pereyra, sacó de su propio sueldo los recursos y se fue a Posadas a sacarlo de la cárcel. Lo encontró vestido solo de remera, malla de baño y ojotas. Pagó la multa, lo sacó de la cárcel y lo encarrilló. Pereyra mismo pagó con su matrimonio las pesadillas que le provocaron Malvinas.

Hoy Pereyra esta de baja y da clases de seguridad náutica. Vive en Pehuen Co, una pequeña playa a 80km de Bahía Blanca. Tuve el honor de conocerlo hace 2 años cuando sin saberlo alquilé su casa. Le dicen "El Brujo" Pereyra, porque no hay problema que él no solucione. Es un hombre humildisimo y un gran tipo, de esos que uno los reconoce al minuto de hablar. Todavia se sigue encontrando en alguna que otra reunión con Robacio, otro humildisimo héroe de la República comandante del BIM 5 en Tumbledown, y se pregunta para qué diablos se armó esa patrulla. Nadie sabe la respuesta.



Fuente:
La Nación, 14 de agosto de 1999
Clarín, 17 de agosto de 1999
Charla personal con Jesús Pereyra, febrero de 2007
Forista APCA del foro Batallas