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jueves, 24 de octubre de 2024

LPD: ¿Pisco y Paita para una alianza argentina-peruana?

¿Los BAP Pisco y Paita son la puerta de entrada a la alianza argentino-peruana?






Dado los eventos que se vinieron desarrollando desde la asunción del presidente Milei, avanza raudamente una alianza global con Perú, el país más hermano de la República Argentina. Del 10 al 12 de septiembre se llevó a cabo la 20° Ronda de Conversaciones entre los Estados Mayores Conjuntos de las Fuerzas Armadas de Argentina y Perú, en Buenos Aires. Durante el encuentro, se discutieron temas como la organización operacional, actividades en la Antártida y la participación en operaciones de mantenimiento de la paz. Los representantes, el vicealmirante Dalle Nogare y el vicealmirante Cacho Morán, reafirmaron la importancia de los lazos históricos entre ambos países. Finalmente, firmaron un acta de entendimiento, consolidando la colaboración mutua entre sus fuerzas armadas.



Argentina piensa añadir a su presupuesto de defensa 2025 la cifra de 310 millones de USD para la adquisición de un buque de desembarco anfibio. Muchos especulan que la confluencia de intereses entre Argentina y Perú puede tener una bisagra con esta necesidad que puede ser proporcionada por una asociación con el astillero SIMA peruano y Tandanor. Debiera, primero, purgarse de la labor obstructora de los gremios peronistas tanto Tandanor como Astillero Río Santiago. Luego, podríamos llegar a producir bajo asistencia técnica uno de estos buques cuyos planos originales pertenecen a Corea del Sur pero que fue encargado originalmente por la Armada de Indonesia. Veamos un poco más este modelo.


Buques clase Makassar

Los Clase Makassar son una serie de buques de asalto anfibio de tipo LPD que fueron diseñados por el astillero Daesun Shipbuilding & Engineering, sita en Busan (Corea del Sur) para la Marina indonesia. Las dos primeras fueron construidas por los propios astilleros DaeSun, y los dos siguientes por la empresa PT PAL (Persero) de Indonesia. El astillero peruano SIMA Callao construye dos Makassar modificados para la Marina de Guerra de Perú, y PT PAL (Persero) otros dos para la Armada Filipina.



Indonesia hizo un pedido 150 millones de dólares estadounidenses a la empresa comercial coreana Daewoo International Corporation en diciembre de 2004 por cuatro buques de guerra a través de la línea de crédito de exportación. Los dos primeros buques de guerra en virtud del contrato se construyeron en Busan, Corea del Sur, por el propio DaeSun.



En el 2005 Daewoo International colocó un contrato de construcción naval con el astillero indonesio PT PAL (Persero) para las unidades tercera y cuarta, que los construyó y entregó a la Marina Indonesia con la asistencia técnica de Daesun.



Los LPD clase Makassar se pueden desplegar en operaciones anfibias o como transporte de equipos, carga y personal militar. Los barcos también se pueden utilizar en las operaciones humanitarias y desastres naturales.



Los dos primeros barcos se basan en la clase LPD Tanjung Dalpele. Las unidades tercera y cuarta se modificaron al añadir sistemas de mando y control, con un cañón de 57 mm y sistemas de defensa antiaérea. El diseño también incorporó tecnología semi-stealth.



Todos los LPD están equipadas con sistemas de información de combate y sistemas de comunicación para operar incorporado a un grupo de buques de guerra. Los barcos están armados para proteger el desembarco de tropas, vehículos de combate y helicópteros.



Los KRI Makassar y Surabaya tienen una longitud de 122 metros, ancho de 22 metros y calado de 4,9m. Los buques restantes son de 3 m más largos que los fabricados en Corea. El desplazamiento de la clase Makassar es de 7300 t.


LPD Clase Makassar
Datos generales
Astillero • DaeSun Shipbuilding
• SIMA Perú S.A.
• PT PAL
Países en servicio Armada de Indonesia
Armada filipina
Marina de Guerra del Perú
Tipo LPD
Estadísticas
Clase anterior Clase Tanjung Dalpele
Características de la clase
Desplazamiento • 7300 t estándar
• 11 894 t a plena carga
Eslora 122 m
Manga 22 m
Calado 4,9 m
Armamento • 1 cañón Bofors SAK40 mm/70
• 2 cañones Oerlikon de 20 mm
• 2 lanzamisiles Mistral Simbad
Propulsión CODAD
• 2 motores diésel MAN B&W 8L28/32A
• 2 hélices
Potencia 2666 BHP/1960 kW@ 775 RPM
Velocidad • Máxima: 14 nudos
• Económica: 12 nudos
Autonomía +45 días
Tripulación 107
Tropas 400
capacidad hasta 507​• Económica: 12 nudos
Capacidad 13 vehículos de infantería​
Aeronaves 2 A 3 helicópteros Mil Mi-17
Equipamiento de las aeronaves hangar para 2 helicópteros

Los buques Pisco y Paita son naves multipropósito de la Marina de Guerra del Perú, diseñadas para cumplir funciones de transporte logístico y operaciones anfibias. A continuación, te los describo en detalle:

BAP Pisco (AMP-156)

El BAP Pisco es un buque de desembarco anfibio (LPD, Landing Platform Dock) de la clase Paita, construido por los astilleros del SIMA (Servicios Industriales de la Marina) en el Perú. Fue lanzado al mar en 2017 y comisionado en 2018. El Pisco tiene las siguientes características:

  • Desplazamiento: Aproximadamente 11,400 toneladas a plena carga.
  • Dimensiones: 122 metros de eslora, 22 metros de manga.
  • Capacidades: Puede transportar hasta 450 tropas, 24 vehículos blindados y tiene capacidad para helicópteros medianos (como el MI-17), ya que cuenta con una cubierta de vuelo y hangar.
  • Propulsión: Equipado con motores diésel que le permiten alcanzar una velocidad de crucero de 16.5 nudos.
  • Misiones: Está diseñado para llevar a cabo una amplia gama de operaciones, desde desembarcos anfibios hasta asistencia humanitaria en situaciones de desastre natural, transporte de suministros y evacuaciones. También cuenta con instalaciones médicas para apoyo en misiones de ayuda humanitaria.

¿Qué roles podría cumplir este buque en la ARA?

Un buque de la clase Makassar podría desempeñar varios roles importantes en la Armada Argentina, aprovechando su versatilidad y capacidad de operar en diversas misiones. Algunos de los roles más destacados serían:

  1. Operaciones anfibias: Los buques clase Makassar están diseñados para el desembarco de tropas, vehículos blindados y helicópteros, lo que los convierte en una herramienta esencial para operaciones anfibias. La Armada Argentina podría utilizarlos para proyectar fuerzas en áreas costeras, islas o regiones de difícil acceso en caso de conflictos o despliegues de tropas.

  2. Respuesta a desastres naturales: Dada su capacidad de transportar grandes cantidades de suministros y personal, los Makassar serían ideales para misiones humanitarias y de socorro en desastres, como inundaciones o terremotos, permitiendo el rápido despliegue de equipos médicos, personal de rescate y suministros a áreas afectadas.

  3. Proyección de poder y presencia naval: Un buque de esta clase puede aumentar significativamente la capacidad de la Armada Argentina para mantener una presencia naval en áreas de interés estratégico, como el Atlántico Sur o en operaciones de paz, contribuyendo a la disuasión y al mantenimiento de la soberanía.

  4. Apoyo logístico: Los Makassar podrían cumplir un rol logístico vital, transportando equipos, vehículos y suministros entre bases navales o para el reabastecimiento de otras unidades en operaciones prolongadas.

En resumen, un buque de la clase Makassar ofrecería a la Armada Argentina una plataforma multifuncional para operaciones anfibias, logísticas, humanitarias y de presencia estratégica, fortaleciendo su capacidad de proyección en diferentes escenarios.

¡Firmen nomás el pedido!



BAP Paita (AMP-157)

El BAP Paita es una nave gemela del Pisco, con especificaciones prácticamente idénticas. Fue construida también por el SIMA y lanzada al mar en 2020. Tiene las siguientes características:

  • Desplazamiento: Similar al BAP Pisco, alrededor de 11,400 toneladas.
  • Dimensiones: 122 metros de eslora y 22 metros de manga.
  • Capacidades: Al igual que su gemelo, puede transportar tropas, vehículos, helicópteros, y está equipado con instalaciones médicas, lo que lo convierte en un recurso versátil tanto para operaciones militares como de asistencia humanitaria.
  • Propulsión: Sistemas de propulsión diésel que le permiten alcanzar velocidades similares a las del Pisco.
  • Misiones: El Paita está diseñado para operaciones anfibias, apoyo logístico, y evacuación médica, siendo fundamental en la proyección de poder y en las misiones de ayuda de la Marina peruana.


Ambos buques representan un importante avance en la capacidad anfibia y logística de la Marina de Guerra del Perú, ya que pueden realizar operaciones estratégicas tanto en tiempos de paz como de conflicto, y responder rápidamente a situaciones de emergencia en la región.

Tanto el BAP Pisco como el BAP Paita son buques de desembarco anfibio multipropósito diseñados principalmente para transporte logístico y operaciones anfibias, por lo que su armamento está enfocado en la defensa más que en el combate ofensivo. Aquí te detallo su armamento típico:

  1. Cañones de 40 mm: Estos buques están equipados con cañones automáticos Breda-Bofors de 40 mm L/70, que son armas antiaéreas y de superficie, capaces de disparar a objetivos aéreos y navales a distancias medianas.

  2. Ametralladoras de 12.7 mm (.50): Cuentan con varias ametralladoras Browning M2 de calibre 12.7 mm, usadas principalmente para la defensa cercana contra embarcaciones rápidas, pequeñas aeronaves, o para protección durante las operaciones de desembarco.

  3. Lanzadores de señuelos (Chaff/Flare): Estos sistemas son utilizados para contramedidas electrónicas, lanzando señuelos para desviar misiles guiados hacia los señuelos en lugar de impactar el buque.

El BAP Pisco y el BAP Paita no están fuertemente armados para el combate directo, ya que su función principal es logística y de apoyo anfibio. Sin embargo, sus sistemas defensivos les permiten operar en entornos potencialmente hostiles y protegerse contra amenazas de menor escala. Además, el hecho de que puedan transportar helicópteros agrega una capacidad adicional para operaciones de vigilancia y apoyo, que podría incluir misiones con helicópteros armados, dependiendo del equipamiento.



lunes, 21 de octubre de 2024

Espionaje: Casos resonantes en Sudamérica

Espionaje en América del Sur: Historias atrevidas que moldearon el continente





Introducción

El espionaje ha sido una herramienta clave en las relaciones internacionales, jugando un rol fundamental en la política, la guerra, y la diplomacia. En América del Sur, una región marcada por conflictos internos, dictaduras militares, y rivalidades geopolíticas, las historias de espionaje no solo son intrigantes, sino que también han tenido impactos profundos y duraderos. Desde la Segunda Guerra Mundial hasta el siglo XXI, las operaciones de espionaje en este continente han moldeado el curso de su historia. En este informe, exploraremos cuatro de las historias de espionaje más atrevidas y fascinantes de América del Sur: la red de espionaje nazi en Argentina durante la Segunda Guerra Mundial, la Operación Cóndor, el espionaje de la CIA en Perú durante el gobierno de Velasco Alvarado, y las operaciones de espionaje en la Guerra de las Malvinas. Estos casos destacan no solo por su audacia, sino también por sus profundas repercusiones políticas y militares.

1. La Red de Espionaje Nazi en Argentina durante la Segunda Guerra Mundial

Contexto Histórico
Durante la Segunda Guerra Mundial, Argentina ocupó una posición ambigua en el conflicto. A pesar de ser parte del continente americano, donde predominaba el apoyo a los Aliados, Argentina mantuvo una postura de neutralidad durante la mayor parte de la guerra. Esta neutralidad, sin embargo, se vio afectada por una serie de factores internos y externos que la convirtieron en un terreno fértil para las actividades de espionaje nazi. Argentina tenía una gran comunidad de inmigrantes alemanes, muchos de los cuales simpatizaban con el régimen nazi. Además, sectores de la élite argentina, incluyendo militares y políticos, mostraban simpatías hacia las potencias del Eje, lo que permitió a Alemania establecer una red de espionaje significativa en el país.
Desarrollo del caso
La red de espionaje nazi en Argentina fue una de las más sofisticadas y peligrosas de América Latina. Estaba compuesta por una variedad de agentes que operaban bajo la cobertura de empresas, organizaciones culturales y comunitarias alemanas. Uno de los agentes más conocidos fue Wilhelm Heimlich, quien actuaba como un enlace clave entre los espías alemanes en Argentina y la inteligencia militar en Berlín. Esta red se dedicaba a recolectar información sobre las actividades aliadas en América Latina, así como a sabotear los esfuerzos que pudieran apoyar la causa de los Aliados.

El espionaje nazi en Argentina no se limitó a la recolección de información. También se llevaron a cabo actos de sabotaje, como el intento de destrucción de barcos aliados en puertos argentinos. La red utilizaba códigos cifrados, radios clandestinas y agentes encubiertos para llevar a cabo sus operaciones. Sin embargo, a medida que la guerra avanzaba y la presión internacional sobre Argentina aumentaba, el gobierno argentino, bajo la presión de Estados Unidos y el Reino Unido, comenzó a tomar medidas para desmantelar estas redes.

Uno de los eventos clave fue la operación "Bolívar", un plan de inteligencia alemán para establecer una red de espionaje en toda América Latina, con Argentina como su centro neurálgico. Esta operación, aunque ambiciosa, fue finalmente detectada y neutralizada por los servicios de inteligencia aliados, con la colaboración de agentes argentinos. La captura de espías nazis en Argentina y la intervención en sus comunicaciones codificadas contribuyeron significativamente a la reducción de la influencia nazi en la región.
Impacto político y militar
El desmantelamiento de la red de espionaje nazi en Argentina tuvo importantes repercusiones tanto en la política interna como en las relaciones internacionales de Argentina. Internamente, aumentó la presión sobre el gobierno para que tomara una posición más clara a favor de los Aliados, lo que eventualmente llevó a Argentina a declarar la guerra a Alemania en 1945, aunque de manera simbólica y tardía.

Externamente, las actividades de espionaje nazi en Argentina deterioraron las relaciones con Estados Unidos y el Reino Unido, que veían al país como un refugio para los agentes del Eje. Esta situación complicó la posición diplomática de Argentina en la posguerra y afectó su relación con las potencias aliadas en los años posteriores.
Razones por las que es fascinante

Este caso es fascinante no solo por la audacia y la amplitud de las operaciones de espionaje nazi en un continente alejado del frente europeo, sino también por las implicaciones geopolíticas que tuvo. La capacidad de Alemania para establecer una red tan extensa en América Latina muestra la importancia estratégica que esta región tenía durante la Segunda Guerra Mundial. Además, la eventual desarticulación de esta red resalta la efectividad de la cooperación internacional en la lucha contra el espionaje enemigo.

2. La Operación Cóndor

Contexto histórico

La Operación Cóndor fue una campaña de represión política y terrorismo de Estado llevada a cabo por las dictaduras militares de América del Sur en las décadas de 1970 y 1980. Esta operación fue una respuesta directa a la creciente influencia de los movimientos de izquierda en la región, y a la percepción de que el comunismo estaba ganando terreno en América Latina, especialmente en el contexto de la Guerra Fría. La Operación Cóndor fue coordinada principalmente por Chile bajo el régimen de Augusto Pinochet, con la colaboración de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Estos países, bajo regímenes autoritarios, compartían información de inteligencia y colaboraban en la persecución, captura, tortura y asesinato de opositores políticos.

Desarrollo del caso
La Operación Cóndor fue esencialmente una red transnacional de espionaje y represión. Los servicios de inteligencia de los países participantes compartían información sobre exiliados políticos, activistas y sospechosos de ser subversivos. Esta red permitía a las dictaduras seguir el rastro de sus enemigos más allá de las fronteras nacionales, llevando a cabo secuestros, torturas y asesinatos en terceros países.

Un aspecto crucial de la Operación Cóndor fue su carácter clandestino y la complicidad internacional. Estados Unidos, a través de la CIA, estuvo involucrado indirectamente en la operación, brindando apoyo logístico y entrenamiento a los servicios de inteligencia latinoamericanos. Aunque la participación directa de Estados Unidos en las operaciones más brutales de Cóndor ha sido negada oficialmente, existen numerosos documentos desclasificados que indican que las autoridades estadounidenses estaban al tanto de los crímenes cometidos bajo el paraguas de esta operación.

Un caso emblemático de la Operación Cóndor fue el asesinato de Orlando Letelier, un ex ministro del gobierno de Salvador Allende en Chile, quien fue asesinado en Washington D.C. en 1976. Este asesinato, llevado a cabo por agentes de la DINA, la policía secreta chilena, con la colaboración de operativos estadounidenses, es un claro ejemplo de cómo la operación extendió sus tentáculos hasta el corazón de Estados Unidos.
Impacto político y militar
La Operación Cóndor tuvo un impacto devastador en los derechos humanos en América del Sur. Se estima que miles de personas fueron asesinadas, desaparecidas o torturadas bajo esta operación. Políticamente, la operación consolidó el poder de las dictaduras en la región, permitiéndoles eliminar a sus opositores más vehementes y mantener un control férreo sobre sus sociedades.

Militarmente, la Operación Cóndor fortaleció la cooperación entre los ejércitos y las fuerzas de seguridad de los países participantes, creando una red de colaboración que persistió incluso después de la caída de las dictaduras. Esta operación también sirvió como un ejemplo de cómo los regímenes autoritarios podían coordinarse para enfrentar amenazas percibidas, utilizando el espionaje y la represión como herramientas principales.
Razones por las que es fascinante

La Operación Cóndor es fascinante por su escala, brutalidad y la complicidad internacional que involucró. Es un ejemplo extremo de cómo el espionaje y la represión pueden ser utilizados para mantener el poder político a través de la eliminación sistemática de la disidencia. Además, la operación muestra las profundas conexiones entre los regímenes autoritarios de América del Sur y sus vínculos con potencias extranjeras durante la Guerra Fría, lo que añade una capa de complejidad geopolítica a la historia.

3. El Espionaje de la CIA en Perú durante el Gobierno de Velasco Alvarado

Contexto histórico

Durante las décadas de 1960 y 1970, Perú fue testigo de una serie de transformaciones políticas y sociales significativas bajo el gobierno revolucionario del General Juan Velasco Alvarado. Velasco llegó al poder en 1968 mediante un golpe militar y rápidamente implementó una serie de reformas radicales, incluyendo la nacionalización de industrias clave y una ambiciosa reforma agraria. Estas políticas socialistas alarmaron a Estados Unidos, que estaba profundamente preocupado por la expansión de la influencia soviética en América Latina durante la Guerra Fría. Como resultado, la CIA intensificó sus operaciones en Perú, utilizando el espionaje para desestabilizar el gobierno de Velasco y proteger los intereses estadounidenses en la región.

Desarrollo del caso
Las operaciones de espionaje de la CIA en Perú durante el gobierno de Velasco fueron extensas y variadas. La CIA reclutó a informantes dentro del gobierno peruano, infiltró organizaciones civiles y utilizó recursos económicos para financiar la oposición al régimen de Velasco. Una de las principales preocupaciones de la CIA era la nacionalización de la industria petrolera, que afectaba directamente a empresas estadounidenses que operaban en Perú. La agencia también estaba alarmada por las estrechas relaciones de Velasco con la Unión Soviética y Cuba, que representaban una amenaza directa a los intereses geopolíticos de Estados Unidos en la región.

Uno de los métodos más efectivos utilizados por la CIA fue la manipulación de la prensa y la propaganda. A través de sobornos y la infiltración de periodistas, la agencia logró influir en la opinión pública peruana, presentando a Velasco como un dictador autoritario y fomentando el descontento social. Además, la CIA llevó a cabo operaciones encubiertas para debilitar la economía peruana, exacerbando la crisis económica y creando condiciones favorables para un golpe de estado.

Finalmente, en 1975, un grupo de oficiales militares descontentos, apoyados indirectamente por la CIA, derrocó a Velasco. Este golpe marcó el fin de las reformas radicales en Perú y el retorno a políticas más alineadas con los intereses estadounidenses. La intervención de la CIA en Perú es un ejemplo clásico de la estrategia de contrainsurgencia de Estados Unidos durante la Guerra Fría, donde el espionaje y las operaciones encubiertas se utilizaron para moldear el destino político de las naciones en desarrollo.
Impacto político y militar
El impacto político de las operaciones de la CIA en Perú fue profundo. El derrocamiento de Velasco representó una victoria para Estados Unidos en su lucha contra la expansión del socialismo en América Latina. Políticamente, el golpe puso fin a las reformas radicales y restauró un régimen más conservador y alineado con los intereses occidentales.

Militarmente, el caso de Perú subrayó el papel de las fuerzas armadas como actores clave en la política latinoamericana, particularmente en contextos de inestabilidad económica y social. La intervención de la CIA también reforzó la percepción de que Estados Unidos estaba dispuesto a intervenir en los asuntos internos de los países latinoamericanos para proteger sus intereses estratégicos.
Razones por las que es fascinante

El espionaje de la CIA en Perú es fascinante por su complejidad y por las implicaciones geopolíticas que tuvo en la región. Este caso ilustra cómo el espionaje se utilizó no solo para recolectar información, sino también para influir activamente en el curso de los eventos políticos. Además, el derrocamiento de Velasco es un recordatorio de la influencia de la Guerra Fría en América Latina y de cómo las superpotencias utilizaron tácticas encubiertas para asegurar su dominio en el hemisferio occidental.

4. El espionaje en la Guerra de las Malvinas (1982)

Contexto histórico

La Guerra de las Malvinas fue un conflicto armado entre Argentina y el Reino Unido que tuvo lugar en 1982 por la soberanía de las Islas Malvinas. Este conflicto, aunque breve, fue extremadamente intenso y se caracterizó por la alta tecnología y el espionaje utilizado por ambas partes para obtener ventajas estratégicas. Para Argentina, la guerra representaba una oportunidad para reafirmar su soberanía sobre las islas, mientras que para el Reino Unido, era un asunto de honor nacional y control territorial. El espionaje jugó un papel crucial en el desarrollo y desenlace del conflicto.

Desarrollo del caso
El espionaje en la Guerra de las Malvinas fue sofisticado y vital para ambas partes. Desde el principio, el Reino Unido empleó sus vastos recursos de inteligencia, incluyendo satélites espía, interceptación de comunicaciones y la colaboración de servicios de inteligencia aliados, como la NSA de Estados Unidos. Una de las operaciones más exitosas fue la interceptación de comunicaciones militares argentinas, lo que permitió al Reino Unido anticipar movimientos estratégicos y tácticos del enemigo.

Por su parte, Argentina también realizó esfuerzos significativos para espiar a las fuerzas británicas. Aunque carecía de la tecnología avanzada de sus contrapartes británicas, Argentina utilizó agentes encubiertos en Europa para obtener información sobre los preparativos británicos y utilizó redes de espionaje en América Latina para tratar de monitorear las actividades de la flota británica.

Uno de los momentos más críticos de la guerra fue la utilización de inteligencia por parte del Reino Unido para coordinar ataques precisos contra las fuerzas argentinas. La inteligencia obtenida permitió a los británicos lanzar ataques aéreos y navales que resultaron decisivos, como el hundimiento del crucero argentino ARA General Belgrano, un punto de inflexión en el conflicto. La guerra, que culminó con la rendición de las fuerzas argentinas y la recuperación británica de las islas, fue un ejemplo claro de cómo el espionaje puede influir directamente en los resultados militares.
Impacto político y militar

El espionaje en la Guerra de las Malvinas tuvo un impacto significativo en el resultado del conflicto. La capacidad del Reino Unido para interceptar y utilizar información clave le dio una ventaja decisiva, que fue fundamental para su victoria. Políticamente, la victoria británica reafirmó el control del Reino Unido sobre las Malvinas, fortaleció el gobierno de Margaret Thatcher y tuvo un profundo impacto en la política interna de Argentina, contribuyendo a la caída de la dictadura militar que gobernaba el país en ese momento.

Militarmente, la Guerra de las Malvinas fue un conflicto moderno en el que la inteligencia y el espionaje jugaron un papel central, demostrando la importancia de la tecnología de información en la guerra contemporánea. La guerra también resaltó las limitaciones de las capacidades militares de Argentina, que no pudo igualar la superioridad tecnológica y de inteligencia del Reino Unido.
Razones por las que es fascinante

La Guerra de las Malvinas es fascinante por la rapidez y la intensidad con la que se desarrolló, así como por el papel crítico que jugó el espionaje. Este conflicto demuestra cómo la inteligencia puede ser un factor decisivo en la guerra moderna, donde la información a menudo es tan valiosa como el poderío militar. Además, la guerra tuvo profundas consecuencias políticas y sociales, no solo para los países involucrados, sino también para la comunidad internacional.

Conclusión

El espionaje ha sido una herramienta esencial en la historia de América del Sur, moldeando no solo la política interna de los países, sino también sus relaciones internacionales. Desde la red nazi en Argentina hasta la Guerra de las Malvinas, estas historias de espionaje destacan por su audacia y sus profundas repercusiones. A lo largo de la historia, el espionaje ha sido una constante en la lucha por el poder y la influencia en América del Sur, y estos casos sirven como recordatorio de las complejas y, a menudo, oscuras dinámicas que han dado forma al continente.

La historia del espionaje en América del Sur es una historia de intriga, poder y, en muchos casos, tragedia. Estos eventos, aunque a menudo ocultos a la vista del público en su momento, han tenido un impacto duradero en la región, influyendo en el curso de su historia de maneras profundas y a veces inesperadas. A medida que la tecnología avanza y las tensiones geopolíticas continúan, es probable que el espionaje siga siendo una herramienta clave en la política internacional de América del Sur, y nuevas historias de espionaje continúen emergiendo en las décadas por venir.

EMcL para FDRA

viernes, 17 de mayo de 2024

Conflicto del Cenepa: Las victorias aéreas ecuatorianas


ECUADOR

Conflicto Alto Cenepa 1995

NOMBRE VICTORIAS UNIDAD FUERZA AÉREA

Banderas, Raúl 1 2112 Cuadrado FAE
Mata, Mauricio 1 2113 Cuadrado FAE
Uzcátegui, Carlos 1 2112 Cuadrado FAE

http://www.acig.org/

Mirage F.1JA, FAE806, de la FAE fue uno de los dos Mirage ecuatorianos que participaron en el enfrentamiento del 10 de febrero de 1995. Fue pilotado por el Capitán Uscategui ese día, y desde entonces lleva una marca de muerte para un Su-22 de la FAP ( observe la pequeña insignia ovalada en verde directamente sobre el título "Mirage F-1JA").

http://www.acig.org/

Kfir C.2, FAE905, de la FAE camuflado y con marcas como durante la guerra de 1995. Este avión fue pilotado por el Capitán Mata el 10 de febrero de 1995, cuando derribó un A-37B Dragonfly peruano. Tenga en cuenta la marca de muerte, en forma de una pequeña silueta de un AT-37B, junto con el destello de aleta peruano, aplicado debajo de la parte delantera de la cabina.
http://www.acig.org/

Las investigaciones más recientes revelaron que uno de los dos Sukhois  de la FAP derribados el 11 de febrero debería haber sido el "Su-22", con el número de serie 014, que se muestra aquí con la insignia de la Esc. de Caza 111, "Los Tigres". Existe bastante confusión con la designación adecuada de estos aviones en servicio peruano, luego - al menos oficialmente - lo que en realidad es el Su-20M fue suministrado a Perú como "Su-22", y la versión que en realidad es Su-22M-3K. ¡Fue suministrado como "Su-22M"!
http://www.acig.org/

Los A-37 de la FAP fueron los más afectados por la acción aérea durante la guerra de 1995. Armados principalmente con bombas Mk.81 y Mk.82, a veces también con cohetes no guiados, realizaron decenas de ataques contra posiciones ecuatorianas. Sin embargo, camufladas con los colores del desierto, las Libélulas FAP demostraron estar mal preparadas para los combates aéreos sobre la jungla y dos fueron fácilmente avistadas desde una distancia considerable (más de 8.000 m) por los pilotos Kfir de la FAE, a pesar de su diminuto tamaño y su vuelo a bajo nivel. Se desconoce el número exacto del A-37B derribado por Kfirs ecuatorianos



http://www.acig.org/

Restos de uno de los dos FAP Su-22 derribados el 10 de febrero de 1995, encontrados en la espesa jungla.


Fuentes & Literatura
  1. Ильин, Владимир: Военная авиация Эквадора, История и современность, in Авиация и Космонавтика, № 12, 2014.
  2. Petz, Daniel: Nad džunglí i pouštěmi, in Válka Revue, červen 2012.
  3. Pospíšil, Martin: IAI (Israel Aircraft Industries) Kfir, část II., in Letectví + kosmonautika, No. 8, 2010.
  4. Pospíšil, Martin: Mirage v Ekvádoru, in Revi Publications, No. 93, říjen 2013.
  5. Pospíšil, Martin: Mirage v Ekvádoru, dokončení, in Revi Publications, No. 94, prosinec 2013.
  6. Rocher, Alexis: Deux victoires pour “Magic” 2, Confl it Pérou-Équateur, in Le Fana de l'Aviation, № 1 (602), 2020.
  7. Tincopa, Amaru: Air Wars Between Ecuador and Peru, Volume 3, Aerial Operations over the Condor Mountain Valley, 1995, Latin America@War, Book 22, Helion & Company Limited, 2021. ISBN 978-1-915070-09-8

  8. ACIG: Central & South American Air-to-Air Victories, http://www.acig.org/artman/publish/article_166.shtml.
  9. Cooper, Tom: Peru vs. Ecuador; Alto-Cenepa War, 1995, http://www.acig.org/artman/publish/article_164.shtml.
  10. Gleize, Jean-Paul: Aces, http://www.igleize.fr/aces/homeaces.htm
  11. IPMS Ecuador, Mirage F.1 in the Ecuadorian Air Force by Alfredo Jurado, http://ipmsecuador.com/mirageF1(e).htm.
  12. Magnus, Allan: Air Aces Home Page, http://users.accesscomm.ca/magnusfamily/airaces1.htm
  13. Fuente

domingo, 4 de febrero de 2024

Subfusil: La metralleta Gordon Ingram hecha en Perú

Una aventura sudamericana: la metralleta de Gordon Ingram en Perú






Un Ingram Model 6 fabricado en Perú en .45 ACP.





Por Michael Heidler || Small Arms Review

Cuando se habla de armas y se menciona el nombre “Ingram”, normalmente uno piensa en el famoso MAC-10, conocido por las películas de acción. Pero hasta entonces fue un largo camino y gran parte de la historia de Ingram es poco conocida. Con sus primeras metralletas, sólo logró un éxito moderado. Además, con la instalación de una planta de producción en Perú.

Como en muchos países, en los primeros años de la posguerra había excedentes de armas militares a precios razonables. Durante este tiempo, el empresario y fabricante de armas aficionado Gordon B. Ingram intentó hacerse un hueco en el competitivo mercado de armas con una metralleta rentable. En mayo de 1949, fundó Police Ordnance Company (POC) con sede en El Monte, California. Como su nombre lo indica, las armas estaban destinadas a las fuerzas policiales y otras organizaciones estatales armadas. Con la madurez de la producción de la primera metralleta, la empresa se trasladó a Los Ángeles.


Gordon Bailey Ingram con su “Police Model 6”, reconocible por la empuñadura delantera .

El “Modelo 6” de Ingram parece a primera vista un MP Thompson. Esto fue intencionado, porque para los clientes potenciales debería ser un espectáculo familiar. Sin embargo, en términos de tecnología de producción, el arma era mucho más simple y, por lo tanto, su precio estaba muy por debajo del de la competencia. La carcasa consta de un tubo de acero con tapa terminal atornillada. El conjunto del gatillo se encuentra en una carcasa de chapa metálica en forma de caja que también forma el compartimento del cargador. La única opción de seguridad es un hueco en la carcasa en el que se puede enganchar la manija del cerrojo armado. Por tanto, el arma no ofrece ninguna innovación especial. Funciona con retroceso y dispara desde el cerrojo abierto, en el que el fiador mantiene el cerrojo completamente hacia atrás cuando está amartillado. El tirador puede elegir entre disparo único y totalmente automático, dependiendo de hasta qué punto se aprieta el gatillo. El arma se ofreció a partir de 1949 en tres configuraciones: la versión "Police" tenía una empuñadura de madera como la Thompson 1928 y un cañón con nervaduras de refrigeración, la versión "Guard", sin embargo, un antebrazo de madera simple y un cañón más pesado sin refrigeración. costillas. La versión "Militar", a su vez, tenía miras protegidas adicionales, ojales para una correa de transporte y una bayoneta en forma de púa de 10 pulgadas, que se guardaba dentro del antebrazo en posición invertida cuando no era necesaria. Ingram consideraba que los cargadores de tambor eran demasiado complicados, por lo que sólo ofreció un cargador de caja para 30 cartuchos.


La versión Ingram Model 6 para Perú correspondía a un “Military Model 6” ligeramente modificado. La bayoneta con púas se guardaba dentro del antebrazo en posición invertida cuando no estaba en uso.


Un M6 fabricado en Perú con el bajo número de serie 752. Hasta el final de la producción, allí se fabricaron unas 8.000 piezas.

La Police Ordnance Company pudo vender una mayor cantidad del Modelo 6 en varios diseños hasta 1952. Pero el gran éxito comercial nunca llegó. Incluso el Modelo 7 mejorado con selector de disparo manual se vendió mal. De hecho, Gordon Ingram había especulado que el diseño simple haría que sus armas fueran atractivas, especialmente para estados más pequeños con presupuestos más bajos. Pero sólo la marina cubana y el ejército tailandés compraron una pequeña cantidad de armas.

En busca de más clientes, el vendedor de POC RB Morten estableció contacto con el gobierno peruano. Después de la guerra, Morten estudió en la Universidad de San Marcos y ahora tenía buenas conexiones con empresarios y agencias gubernamentales en Perú. El ejército peruano tenía gran interés en la metralleta de Ingram. Poco después de la presentación del arma, surgió la idea de producir armas en el país. El gobierno peruano elaboró ​​un plan de adquisiciones con la cúpula militar y, después de breves negociaciones con la Police Ordnance Company, representada por Wilson Sologuren Pérez, se firmó un contrato en 1951: las primeras 500 armas serían fabricadas por la POC en Los Ángeles. Luego, la Fábrica de Armas Los Andes SA en la ciudad portuaria peruana de Callao fabricaría otras 1.500 armas . Hasta entonces, la POC obtendría todas las herramientas y máquinas necesarias y las importaría a Perú. Además, el POC se encargó de montar la fábrica y organizar la producción en serie. Los trabajadores peruanos debían ser instruidos en el funcionamiento de las máquinas y la técnica de fabricación del arma. El diseño del arma correspondió al Modelo Militar 6 in.45 ACP, pero con ligeros ajustes a las posibilidades de fabricación local. La Policía Nacional del Perú primero quería armas de 9x19 mm, pero los intereses de los militares prevalecieron. Según el contrato, una unidad entregada incluía una metralleta con un cargador de 30 balas, una eslinga de tela y una bayoneta. Este último era prácticamente inadecuado para una pelea, aunque más bien pudo haber servido para intimidar a manifestantes e insurgentes.


La única opción de seguridad es un hueco en la carcasa para enganchar el mango del cerrojo armado. La tapa del extremo está asegurada mediante una lámina de resorte con un pasador.

Después de tirar de la lámina de resorte, se puede desenroscar la tapa del extremo.

El precio por unidad de las armas que se fabricarán en Los Ángeles se acordó en 100 dólares. Esto incluía el embalaje en cajas de transporte de madera, que estaban revestidas con zinc para un posible almacenamiento a largo plazo en el clima sudamericano. Para las armas que se producirían en el Callao, el precio por unidad era de 1.000 soles peruanos. Para protección mutua, inmediatamente después de la firma del contrato se depositó en un banco peruano una carta de crédito irrevocable por un monto de 1.500.000 soles y un plazo de 12 meses. El primer tercio debía pagarse tras la llegada de todas las máquinas a la fábrica. En un plazo de 120 días debía comenzar la producción en serie y después de 750 armas fabricadas debía pagarse la segunda cuota. Para el pago de la última entrega, las 750 armas restantes debían estar completas. En total, el plazo del contrato era de ocho meses desde el inicio de la producción en serie.


La tapa del extremo está asegurada mediante una lámina de resorte con un pasador.

Los demás puntos del contrato se referían al tiempo posterior. Por lo tanto, la capacidad de la fábrica debería diseñarse para la posibilidad de producir al menos 1.000 armas por mes. Además, se planificó la construcción de una fábrica de cartuchos. La Police Ordnance Company tuvo que asesorar en este proyecto desde la planificación hasta la puesta en marcha. El gobierno peruano se reservó el derecho de exportar las armas y municiones producidas en el Perú a cualquier otro país excepto a los países directamente vecinos de Ecuador, Colombia, Brasil, Bolivia y Chile.

Un aspecto interesante es la seguridad: el gobierno peruano era responsable de proteger toda la fábrica, los edificios administrativos, el campo de tiro de prueba y otras instalaciones. No se permitió que los costos de la policía y las posibles operaciones militares se imputaran a la Police Ordnance Company. En caso de guerra, el POC tenía que concentrarse plenamente en la producción de metralletas y descuidar todos los trabajos menores.


La palanca de armado sólo se inserta en el cerrojo. Se puede extraer en la posición de seguridad trasera.


Vista del punto de mira bien protegido. La abertura debajo del hocico lleva la bayoneta.

Gordon Ingram viajó personalmente a Perú y pasó más de un año completando la tarea. Las armas fabricadas en Estados Unidos se entregaron rápidamente, pero luego surgieron los primeros problemas. Ingram había determinado los requisitos necesarios para las máquinas, pero la empresa importadora suministró máquinas que en parte no se correspondían con su descripción. Por ejemplo, en lugar de la versátil y fácil de mantener máquina estriadora de barra sinusoidal, se utilizó una brochadora mucho menos adecuada, cuyas brochas, después de su desgaste o rotura, sólo podían obtenerse a un precio elevado en una determinada empresa de los Estados Unidos. Y el socio peruano de Morten en Lima de repente lo enfrentó con una reclamación injustificada de comisión de ventas de 5.000 dólares. El caso llegó a los tribunales de Los Ángeles y tras una breve negociación se decidió a favor de la POC. Pero el perdedor se defendió: utilizó una disputa entre el presidente peruano Manuel Odría y el Ministro de Guerra para influir en las relaciones contra la Police Ordnance Company. Poco antes de completar la última tanda de armas, Ingram recibió una carta inesperada diciéndole que no le iban a pagar por el trabajo del último mes. No se mencionó ninguna razón. Pero Ingram sintió que se estaban gestando serios problemas y abandonó Perú poco después. La última cuota garantizada contractualmente nunca fue pagada.


El M6 peruano desmontado para su limpieza.


Todas las armas estaban marcadas con el escudo peruano.

Gordon Ingram no se había hecho rico gracias a este acuerdo. Además, las ventas en Estados Unidos continuaron siendo muy bajas. A finales de noviembre de 1954, la Police Ordnance Company cerró. Un antiguo colega, John Arnold, compró (en cooperación con la empresa National Ordnance) toda la maquinaria y las piezas de armas en stock. Inmediatamente viajó al Perú y visitó la fábrica Los Andes. Probablemente esperaba nuevas relaciones comerciales, pero no resultó nada. Irritada por su inesperada aparición, la policía le dijo que abandonara el país inmediatamente o corría el riesgo de ser arrestado. Con esto concluyó el último capítulo de la aventura de Ingram en Perú.

En total, la Fábrica de Armas Los Andes produjo alrededor de 8.000 metralletas del calibre .45 ACP. La versión de 9 mm solicitada por la policía nunca llegó a producirse en Perú. Todas las armas muestran el escudo peruano detrás del puerto de expulsión en la parte superior del receptor y difieren en algunos detalles del modelo americano. Mientras que el Model 6 de producción estadounidense está disponible actualmente en el mercado de coleccionistas, el modelo peruano es bastante raro.

Ingram Datos técnicos del modelo 6 :

Calibre

.45 ACP

Longitud

762 mm (30,0 pulgadas)

Longitud del cañón

228 mm (8,9 pulgadas)

Peso ( descargado )

3,3 kg (7,3 libras)

Capacidad del cargador

30 rondas

cadencia de fuego

600 disparos/min




 Ingram esperaba que Sudamérica fuera un mercado. Aquí tenéis un manual del M6 en español.



El diario La Prensa publicó en octubre de 1952 un artículo sobre el armamento avanzado del ejército peruano. Observe la metralleta de Ingram que se muestra en la columna de la izquierda.