Los estudios de diseño del avión ATF comenzaron en Lockheed Skunk Works a principios de la década de 1980. Las configuraciones iniciales eran altamente no convencionales, ya que se basaban en el éxito del F-117A, cuya existencia aún era clasificada en ese momento.
Entre las diversas configuraciones evaluadas, se consideró una variante naval con un motor único, capacidades STOVL (despegue corto y aterrizaje vertical) y alas plegables. Su característica distintiva era que el despegue corto y aterrizaje vertical se lograban mediante un ventilador de sustentación, impulsado por el motor principal a través de un eje de transmisión. Esto refuta directamente la afirmación de que un sistema similar fue desarrollado únicamente en la Unión Soviética por la OKB Yakovlev. En realidad, ambos lados del Telón de Acero llegaron a la misma solución, aunque Yakovlev la perfeccionó y creó el MFI a partir de ella.
Otro aspecto destacado fue una campaña de desinformación, que presentó un diseño con configuración canard-delta, grandes alas delta y toberas traseras, similares a los estudios iniciales del ATF de Northrop. Sin embargo, este diseño no era una propuesta seria, sino un intento de confundir a la inteligencia soviética.
Estabilización del diseño del ATF y alianza industrial
Para mediados de 1985, el diseño se había consolidado en una configuración relativamente convencional, que no solo cumplía con los requisitos de baja detectabilidad (stealth), sino que también mostraba una maniobrabilidad excepcional en un amplio rango de velocidades, con un arrastre aerodinámico optimizado para el vuelo supersónico sostenido (supercrucero). Ese mismo año, Lockheed decidió unirse a otras compañías. Se concluyó que, si bien Lockheed podía competir en solitario en la primera fase de la competencia ATF, ganar el programa completo requeriría un esfuerzo conjunto.
Después de un año de análisis y negociaciones, Lockheed, Boeing y General Dynamics firmaron un acuerdo de cooperación en junio de 1986, aunque cada una continuó compitiendo con su propio diseño.
El 31 de octubre de 1986, se anunciaron los resultados de la competencia. Lockheed y Northrop recibieron cada uno un contrato de 691 millones de dólares para construir y probar dos prototipos. Según el acuerdo, Lockheed asumió el liderazgo del programa, con Sherman Mullin como director general del ATF y Jack Gordon como jefe de proyecto (reemplazado por Micky Blackwell en diciembre de 1987). Randy Kent dirigió el proyecto en General Dynamics (Fort Worth), y Dick Hardy supervisó el desarrollo en Boeing Military Airplanes (Seattle).
A principios de noviembre de 1986, el consorcio finalizó los datos preliminares de diseño, dando inicio al desarrollo conjunto de la configuración definitiva. Sin embargo, esto resultó ser más complicado de lo esperado. Para julio de 1987, el consorcio concluyó que la configuración actual era insostenible, tanto desde un punto de vista técnico como competitivo. Como resultado, el 13 de julio, comenzaron a desarrollar un nuevo diseño, tarea que no se completó hasta enero de 1988.
Desarrollo y pruebas del YF-22A
El primer prototipo YF-22A (N22YF), propulsado por motores General Electric YF-120, realizó su primer vuelo el 29 de septiembre de 1990 desde las instalaciones de Lockheed en Palmdale hasta la Base Aérea de Edwards, con el piloto de pruebas Dave Ferguson en los controles. Durante el vuelo, el tren de aterrizaje permaneció extendido, probablemente debido a problemas de software, los cuales impidieron su retracción hasta el quinto vuelo.
El segundo prototipo (N22YX) voló por primera vez el 30 de octubre de 1990, con Tom Morgenfeld, piloto de pruebas de Lockheed, a los mandos. El programa inicial de pruebas de vuelo concluyó tres meses después, el 28 de diciembre de 1990, tras 74 vuelos y 91,6 horas de vuelo acumuladas.
El YF-22A, con su diseño relativamente convencional, incorporó dos características clave para lograr su baja detectabilidad (stealth):
Forma trapezoidal, con todos los bordes y superficies críticas alineados en un ángulo de 48 grados.
Superficies con ángulos constantes, en las que todos los elementos estructurales transicionaban sin interrupciones desde la nariz hasta la cola, evitando protuberancias innecesarias.
Adicionalmente:
El compresor del motor estaba protegido por un conducto en forma de S simplificado.
El armamento se alojaba en dos compartimientos laterales y una bodega central.
Varias cubiertas, incluidas las de tren de aterrizaje, bodegas de armas y toberas de escape, presentaban bordes serrados para reducir la firma de radar.
Los motores Pratt & Whitney F-119-100 equilibraban empuje vectorial con baja firma infrarroja.
Las emisiones electromagnéticas se reducían mediante un radar Westinghouse LPI y una aviónica totalmente integrada.
Selección final y contratos de producción
El 31 de diciembre de 1990, Lockheed presentó su propuesta final de desarrollo y producción en la Base Aérea Wright-Patterson. Tras tres meses de evaluación, el YF-22A fue declarado ganador de la competencia ATF.
El prototipo con motores Pratt & Whitney permaneció en la Base Aérea de Edwards para más pruebas, pero sufrió graves daños en un accidente el 25 de abril de 1992.
El segundo prototipo fue trasladado a Marietta, Georgia, donde se utilizó como maqueta a escala real para el desarrollo posterior, la planificación de producción y la integración de sistemas.
El consorcio liderado por Lockheed firmó un contrato de 9,55 mil millones de dólares para la construcción de 11 aviones de preproducción y dos células de prueba para ensayos de fatiga y carga estática.
Pruebas y despliegue operativo del F/A-22A Raptor
El primer avión de preproducción (número de serie 4001) voló el 7 de septiembre de 1997, con Paul Metz como piloto de pruebas. Las pruebas continuaron hasta 2002, dando paso a las evaluaciones operativas del AFOTEC (Centro de Pruebas y Evaluación Operacional de la Fuerza Aérea) con el 422° Escuadrón de Pruebas y Desarrollo, 53° Ala, en la Base Aérea de Nellis, Nevada.
El 23 de octubre de 2002, la USAF recibió su primer F/A-22A Raptor de producción (número de serie 99-4010).
Desarrollo posterior y legado
No pasó mucho tiempo antes de que el primer Raptor fuera desechado tras un accidente.
El diseño base del F/A-22 Raptor también fue adaptado para el programa Interim Bomber, sirviendo como base para el desarrollo del bombardero furtivo F/B-22.
Muchos factores han moldeado el carácter y la intensidad de la participación de Estados Unidos en Oriente Medio. Entre ellos, se incluyen los esfuerzos de las potencias regionales por establecer su hegemonía, la percepción estadounidense de la legitimidad de las políticas israelíes, la necesidad de petróleo de Oriente Medio y las rivalidades con otras grandes potencias. Deseo centrarme en un factor también importante: la capacidad de Estados Unidos para proyectar su poder militar en Oriente Medio y participar en combates con efectos decisivos. El argumento que deseo presentar es que, a finales de la década de 1980, Estados Unidos logró una nueva e inusual capacidad para combatir en Oriente Medio, a unos 10.000 kilómetros de EE. UU., y derrotar a todas las potencias regionales de Oriente Medio. Esta capacidad fue el resultado de una asimetría favorable a Estados Unidos en el uso de la tecnología de la información para la conducción de operaciones militares. Esta nueva capacidad se conoce a menudo como Revolución en Asuntos Militares o RMA. Esto complementó una asimetría en la capacidad de armas nucleares, también favorable a Estados Unidos, ya que este último contaba con armas nucleares, mientras que los rivales regionales a los que se enfrentaba no las tenían. Durante los últimos 30 años, Estados Unidos continuó disfrutando de los beneficios de estas dos asimetrías, pero la primera está llegando a su fin y la segunda podría terminar dentro de diez o quince años. El resultado podría ser un Oriente Medio con capacidades militares regionales mayores que las actuales, de modo que a Estados Unidos le resultaría más difícil desempeñar un papel militar directo. Por lo tanto, Estados Unidos podría verse obligado a realizar cambios importantes en su estrategia de proyección de poder si desea mantener su actual nivel de influencia militar en Oriente Medio. Por lo tanto, Israel y Estados Unidos podrían tener incentivos para replantear su relación militar.
Este ensayo desarrollará este argumento esbozando la historia de las asimetrías históricas previas en las capacidades militares, creadas por la distribución asimétrica de las RMA anteriores, para mostrar cómo estas afectaron la capacidad de las naciones para proyectar poder. Posteriormente, se abordarán las condiciones cambiantes en Oriente Medio y se analizarán las consecuencias de dichos cambios. Concluiremos analizando las posibles respuestas políticas a estos cambios.
Primero, será útil definir dos términos: ¿Qué es una RMA y qué es la proyección de poder?
Una RMA puede considerarse un cambio en los conceptos militares de operaciones, a menudo acompañado, aunque no siempre, de la introducción de nueva tecnología militar, que incrementa la potencia de combate de un número determinado de soldados y un gasto económico dado en un orden de magnitud, un factor de diez. Vemos, por ejemplo, a los ejércitos de la República Holandesa en el siglo XVII, empleando los conceptos de infantería de la primera RMA moderna contra las tropas del Imperio español de los Habsburgo. Los holandeses fueron capaces de derrotar a ejércitos de los Habsburgo diez veces más grandes que no emplearon la RMA. Los ejércitos británicos en el sur de Asia en el siglo XVII, empleando los mismos conceptos de operaciones, fueron igualmente capaces de derrotar a ejércitos mogoles diez veces más grandes que no emplearon dicha RMA.
La proyección de poder es otro término importante que debe definirse. La proyección de poder es la capacidad de llevar a cabo operaciones militares a largas distancias de las bases de operaciones o en un lapso de tiempo mucho más corto. ¿Qué es una "larga distancia"? Podemos usarla como referencia y emplear el mismo factor de diez como discriminador. Podemos entonces afirmar que las operaciones que tienen lugar a una distancia mayor y con mayor rapidez que las operaciones ordinarias constituyen proyección de poder. Si las operaciones ordinarias se llevan a cabo a 100 kilómetros de una base, la proyección de poder implica operaciones a 1000 kilómetros o más de una base. Si mover fuerzas a largas distancias normalmente toma diez días, la proyección de poder implica operaciones a la misma distancia en un día.
En los últimos 25 años, hemos presenciado un cambio en la naturaleza de la guerra tan profundo como el causado por las dos revoluciones militares que tuvieron lugar en Europa en los siglos XVII y XIX. Esta RMA fue el resultado de la aplicación de las tecnologías de procesamiento de la información digital a los asuntos militares, por lo que puede denominarse RMA de TI. Esto ha producido la revolución en precisión asociada con las armas de ataque de precisión que utilizan información de objetivos de sofisticados sistemas de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR). Estas armas, combinadas con los sistemas ISR que las respaldan, se conocen como complejos de reconocimiento y ataque. Esta RMA de TI se ha difundido de forma lenta y desigual, pero esta difusión está dificultando la proyección de poder, como se realiza actualmente, desde Estados Unidos a Eurasia o viceversa. Esto ocurrirá independientemente del partido político que controle el gobierno estadounidense.
Como resultado, los Estados Unidos se enfrentará a diversas opciones. Podría renunciar a la misión de proyectar su poder intercontinental y concentrarse en la defensa nacional o quizás en la defensa del hemisferio occidental, o podría desarrollar formas radicalmente nuevas de proyectar su poder militar. Estas no serán opciones excluyentes, sino que deberán tomarse decisiones sobre cómo perseguir estas alternativas por separado o en paralelo.
Antecedentes
Aunque el término "Revolución en Asuntos Militares" nos resulta familiar, las implicaciones de las RMA para la proyección de poder no son tan ampliamente apreciadas.
La revolución del siglo XVII, asociada con Mauricio de Nassau y Gustavo Adolfo de Suecia, es bien conocida gracias al libro de Geoffrey Parker, "La Revolución Militar". Antes de esa revolución, los ejércitos europeos eran grandes, mal entrenados e indisciplinados grupos de campesinos armados. Los soldados avanzaban en formaciones dispersas y libraban combates singulares sin coordinación. Esta era la forma de guerra dominante en China e India, así como en Europa Occidental. La RMA del siglo XVII reintrodujo la disciplina legionaria imperial romana y la maniobra organizada en el campo de batalla, de modo que los piqueros y mosqueteros defensivos pudieran presentar grupos de soldados entrelazados cuyas líneas no pudieran ser rotas por asaltos de infantería descoordinados ni por cargas de caballería. Estos grupos de soldados entrelazados podían maniobrar en el campo de batalla sin romper la formación, para avanzar y cambiar de dirección. El poder de esta revolución residió en aumentar enormemente el poder militar de las unidades que empleaban estos métodos; es decir, podían prevalecer con éxito contra ejércitos desorganizados diez veces más grandes. Lo que hoy constituyen los Países Bajos pudo defenderse del ejército mucho mayor del estado europeo más poderoso de la época, los ejércitos de los Habsburgo españoles, y también cuando los ejércitos británico y francés se desplegaron en la India para luchar contra los ejércitos mogoles, mucho más numerosos. Una vez demostrada esta RMA, se extendió por toda Europa en 100 años y a Asia en un período de 200 años. Esto es bien sabido. Lo que no se aprecia tanto, pero que documentó David Kaiser en su libro "La política de la guerra", es que esta revolución también revolucionó la proyección de poder. Antes de la profesionalización de los ejércitos, tenía poco sentido y era muy difícil enviar ejércitos a largas distancias para luchar junto a los aliados. No tenía mucho sentido, ya que enviar una turba de soldados sin entrenamiento no ofrecía mucha ventaja contra enemigos que podían reclutar multitudes de soldados localmente. Era más lógico enviar dinero, con el que se podía alistar y alimentar a las multitudes reclutadas localmente. Era difícil porque las multitudes indisciplinadas enviadas a largas distancias necesariamente huían en busca de comida y botín, al no contar con logistas profesionales que las abastecieran. Una vez que todos los países contaban con soldados profesionales, enviar un ejército a largas distancias para luchar contra otro ejército profesional tampoco tenía sentido, ya que la fuerza de proyección de poder operaría en desventaja respecto a las fuerzas locales. Hombre a hombre, la fuerza de proyección de poder no tenía ventaja en potencia de combate, y tenía que abastecer a su ejército a una distancia mucho mayor que el ejército local. Pero si la fuerza de proyección de poder utilizaba la primera RMA contra un adversario que no la poseía, podía derrotar a un ejército local mucho mayor. Entonces podía luchar en tierra y ganar contra fuerzas locales mucho mayores. La asimetría en la adopción de las primeras RMA por parte de los ejércitos europeos frente a los del sur de Asia posibilitó la proyección de poder a larga distancia y el imperialismo europeo.
La segunda RMA tuvo lugar en el siglo XIX, cuando los ferrocarriles y los fusileros aumentaron el poder de los ejércitos compactos mediante la introducción de fusiles de infantería de pólvora sin humo, de repetición y retrocarga, y posibilitó el despliegue y el abastecimiento de dichos ejércitos por tierra a largas distancias mediante ferrocarril. Esto también permitió movilizar y concentrar soldados dispersos a grandes distancias dentro de grandes naciones, y desplegarlos estratégicamente a largas distancias en diferentes frentes. En la Guerra de Secesión estadounidense, tras la Batalla de Chickamauga en el otoño de 1863, 20.000 soldados de la Unión se desplazaron 1.930 kilómetros desde Virginia hasta Tennessee en 12 días. Las dos revoluciones posibilitaron la proyección de poder moderna contra potencias militares que no las habían adoptado, ya que las bases de movilización y las líneas de comunicación ferroviarias y marítimas no eran fáciles de atacar. Sin embargo, si ambos bandos las adoptaban, se producía un estancamiento, como se vio en Europa en 1914.
Se necesitó una tercera RMA asimétrica, la revolución blitzkrieg, para posibilitar de nuevo la proyección de poder. En lugar de los avances de 50 a 60 kilómetros en pocos días, que los alemanes lograron en las ofensivas de la primavera de 1918, las ofensivas blitzkrieg podían avanzar diez veces esa distancia en el mismo tiempo. La aviación redujo el tiempo necesario para realizar ataques a una distancia de 600 kilómetros a unas pocas horas, pero solo después de un anuncio asimétricos e logró la ventaja conocida como superioridad aérea.
La RMA de Tecnología de la Información
La RMA de TI fue inicialmente asimétrica y facilitó la proyección de poder estadounidense. Sin embargo, la difusión de la tecnología de ataque de precisión a larga distancia basada en información digital está cambiando las condiciones, dificultando dicha proyección.
Antes de que la información digital se generalizara en los sensores militares, las comunicaciones y los sistemas de procesamiento de datos, los ataques efectivos a larga distancia eran muy difíciles. Los bombarderos imprecisos causaban poco daño a los sistemas de transporte industrial y ferroviario, y sufrían grandes pérdidas, a menos que el atacante tuviera superioridad aérea absoluta y pudiera enviar cientos de bombarderos en cada ataque para compensar su imprecisión.
La tecnología de la información digital, que utiliza silicio y comunicación inalámbrica, hizo posible el uso fiable de datos sobre los sistemas objetivos enemigos para facilitar los ataques contra ellos. El aspecto de la fiabilidad es crucial, como lo demuestra la investigación de Barry Watts, pero a menudo se pasa por alto. La tecnología de ataque de precisión basada en tubos de vacío analógicos se empleó por primera vez en la guerra en 1944 y 1945, y Estados Unidos empleó miles de estas armas en los primeros años de la guerra de Vietnam. Sus índices de fiabilidad, medidos en términos del porcentaje de armas que funcionarían según su diseño en combate, eran de un solo dígito. La electrónica digital de estado sólido basada en chips y microchips tenía índices de fiabilidad aproximadamente diez veces superiores. Los circuitos integrados de silicio posibilitaron ataques de precisión fiables a largas distancias, cientos o miles de kilómetros, contra objetivos indefensos, no ocultos, fijos o con movilidad limitada. Los ataques de precisión también redujeron los requisitos logísticos, ya que se requería una menor cantidad de armas precisas en comparación con las armas convencionales para lograr los mismos niveles de daño. Se necesitaba menos combustible para transportarlas. Esto, en conjunto, facilitó la proyección de poder de EE. UU. contra Irak en 1991 y 2003.
Pero, ¿qué sucede cuando se elimina esta asimetría, cuando ambos bandos en una guerra pueden emplear la RMA digital para realizar ataques de precisión a largas distancias? Es probable que eliminar esta asimetría elimine la ventaja de la que disfrutaba la nación que proyectaba poder y otorgue a las defensas locales la ventaja sobre las fuerzas convencionales de proyección de poder. ¿Por qué? La defensa local emplea complejos de reconocimiento de precisión de menor alcance y, por lo tanto, más pequeños, que se ocultan con mayor facilidad en terrenos complejos, tanto urbanos como no urbanos. Su instalación subterránea y maniobrabilidad son más sencillas, debido también a su menor tamaño. Debido a su menor alcance, dependen de comunicaciones de menor alcance, que pueden estar en la línea de visión y, por lo tanto, son más difíciles de interrumpir. Finalmente, en igualdad de condiciones, es más fácil ocultar un sistema militar en la superficie del océano que en el aire, más fácil ocultarlo bajo el agua que en el agua, y aún más fácil ocultarlo en terrenos complejos terrestres. Pensemos en las fuerzas de misiles de Hezbolá en el Líbano. Además, las fuerzas de proyección de poder existentes deben utilizar grandes sistemas de transporte. Recorren largas distancias, por lo que necesitan mucho combustible y alimentos. Son más difíciles de ocultar una vez que aterrizan, ya que ahora mismo deben utilizar grandes puertos y aeródromos. Tienen menor movilidad dentro del teatro de operaciones, ya que los propios recursos de movilidad dentro del teatro de operaciones son grandes, difíciles de transportar y requieren mucho combustible para su funcionamiento. Tanto las fuerzas locales como las fuerzas de proyección de poder pueden contar con defensas activas, pero las defensas locales activas se ven potenciadas por la movilidad, el ocultamiento y las medidas de reforzamiento que pueden adoptar con mayor facilidad. Como resultado, es probable que las defensas locales terrestres tengan ventajas sobre las fuerzas de proyección de poder que avanzan al campo de batalla por aire o mar.
Si bien la ciberguerra queda fuera del alcance de este ensayo, cabe señalar que los ciberataques, así como otras formas de sabotaje, también podrían utilizarse para interrumpir los sistemas de transporte civil que apoyan la proyección de poder. Escritos del EPL, como la publicación de 2002, Estudios de Guerra/Operaciones en Islas, han abordado este tema durante casi 15 años, criticando a Argentina por atacar a las fuerzas británicas solo en las proximidades de las islas, no en el Reino Unido ni en el Atlántico Norte.
Las capacidades de ataque de precisión y cibernéticas se han difundido por todo el mundo en los años posteriores a su dramática demostración en la Guerra del Golfo de 1991. El gobierno de Irán, por ejemplo, afirma tener misiles balísticos de defensa antimisiles Fateh con una precisión de 10 metros y misiles balísticos de misiles Zolfaquar/Zulfiqar con una precisión de 50 a 150 metros o superior. Si, o más realistamente, cuando esta supuesta capacidad se haga realidad, esto significará que las bases militares en un radio de 600 a 700 kilómetros que no sean móviles, estén fuertemente defendidas, dispersas, reforzadas o las cuatro a la vez, serán vulnerables.
La Revolución Nuclear
También se produjo la mayor revolución en asuntos militares de todas: la RMA de armas nucleares a menudo se considera que son distintas de las fuerzas de proyección de poder, aunque en realidad pueden utilizarse para proyectar poder por sí mismas o como elementos disuasorios del empleo de fuerzas de proyección de poder no nucleares.
Estados Unidos y la Unión Soviética consideraban que las capacidades asimétricas de armas nucleares, también denominadas "superioridad estratégica", eran útiles como sustitutos de las fuerzas no nucleares desplegadas en la vanguardia. La "represalia masiva" y la "Nueva Mirada" de Eisenhower se basaron en la abrumadora superioridad nuclear estadounidense. Es posible que la superioridad nuclear estadounidense haya resurgido a finales de la Guerra Fría, aunque aún no disponemos de la información necesaria para comprender plenamente dicha interacción. Los líderes soviéticos afirmaron que sus amenazas nucleares contra un Reino Unido armado con un pequeño número de armas nucleares obligaron a las fuerzas británicas a retirarse de la zona del Canal de Suez en la crisis de Suez de 1956, aunque los estadounidenses creen firmemente que fueron las amenazas financieras de Eisenhower las que obligaron a los británicos a retirarse.
Sea cual sea la realidad sobre la utilidad política de las asimetrías nucleares, ¿qué ocurre con la proyección de poder cuando ambas partes poseen armas nucleares?
Debemos considerar los dos efectos posibles, pero contradictorios, de la paradoja estabilidad-inestabilidad. Una disuasión nuclear estable, en la que las armas nucleares disuaden el uso de armas nucleares, puede permitir acciones militares provocativas a un nivel inferior al del uso de armas nucleares. Por otro lado, los países podrían verse disuadidos de acciones provocativas, como ataques militares no nucleares contra un Estado con armas nucleares, debido al riesgo de una escalada hacia una guerra nuclear.
Además, las armas nucleares podrían crear santuarios nacionales. El historial observable muestra que la adquisición de armas nucleares no ha disuadido los ataques contra el territorio de Estados con armas nucleares, pero los ataques contra Estados con armas nucleares se han limitado a penetraciones superficiales. Considérense los casos, por lo demás dispares, de los enfrentamientos fronterizos chino-soviéticos de 1969, los ataques contra Israel en 1973 y posteriores, y la Guerra de Kargil entre India y Pakistán de 1999. En todos estos casos, las incursiones militares en estos países se limitaron en profundidad, de maneras que eran evidentes para el país invadido, y su duración fue limitada.
Esto no significa que no se produjeran penetraciones más profundas o provocativas en Estados con armas nucleares. Sin embargo, no se trataba de penetraciones con el propósito de llevar a cabo ataques militares cinéticos. Información desclasificada recientemente muestra que Estados Unidos estaba dispuesto y era capaz de llevar a cabo penetraciones clandestinas en el Pacto de Varsovia y la Unión Soviética, con bombarderos, submarinos y otras fuerzas clandestinas, en operaciones de disuasión en situaciones de crisis. También se produjo el posicionamiento avanzado de sistemas de armas nucleares marítimas: las bases submarinas Polaris en España y Escocia, así como la Estrategia Marítima que utiliza submarinos de ataque y portaaviones con armas nucleares.
También se produjo una proyección del poder de las armas nucleares, mediante el despliegue avanzado de armas nucleares en territorio aliado. A finales de la década de 1950, Estados Unidos se mostró más dispuesto a poner armas nucleares en manos de sus aliados de la OTAN. Marc Trachtenberg, en su libro "Una Paz Construida", documentó la transferencia virtual de armas nucleares estadounidenses a la República Federal de Alemania (RFA) o Alemania Occidental a finales de la década de 1950, cuando se desplegaron armas nucleares estadounidenses, bajo el control nominal de Estados Unidos, en cazabombarderos de la RFA. Es posible que se hayan alcanzado acuerdos similares con otros aliados de la OTAN. Además, Richard Ullman ha documentado cómo el presidente Nixon brindó asistencia al programa francés de armas nucleares a partir de 1970.
La Unión Soviética, por supuesto, desplegó armas nucleares en Cuba. Tanto para Estados Unidos como para la Unión Soviética, el despliegue avanzado de armas nucleares se asoció con un aumento del riesgo: los sistemas más cercanos al enemigo se colocaron en una posición de "úsalos o piérdelos". Por otro lado, este posicionamiento avanzado enfrentó a la Unión Soviética con un aumento de la capacidad estadounidense de ataque preventivo al reducir el tiempo de vuelo, los tiempos de reacción y los indicadores de un ataque inminente. La vulnerabilidad de las armas desplegadas en la vanguardia podría reducirse hoy, si se desea, adoptando medidas adicionales para dispersarlas, protegerlas, ocultarlas o desplazarlas. La adquisición de armas nucleares incrementó los riesgos de la proyección de poder, pero su posicionamiento avanzado también se utilizó para crear amenazas adicionales e imponer costos a los Estados con armas nucleares. El adversario podría haberse visto obligado a desviar más fuerzas a defensas estratégicas o a misiones de contrafuerza. El atacante o el defensor podrían haber mejorado su posición, dependiendo de las circunstancias.
¿Qué hacer hoy?
La RMA de TI ya ha moldeado y limitado la proyección de poder estadounidense en el Pacífico occidental y ha aumentado los incentivos estadounidenses para permitir o habilitar a sus aliados adquirir capacidades adicionales para defenderse. Este es un breve resumen del impacto del despliegue de la defensa china de armas de ataque de precisión de largo alcance, como el DF-21D, para la misión china de antiacceso/denegación de área en el Pacífico occidental. Una opción para Estados Unidos sería reducir la proyección de poder y, al mismo tiempo, aumentar las capacidades militares de sus aliados posicionados más cerca del adversario común.
Alternativamente, Estados Unidos podría abandonar por completo la misión de proyección de poder y aprovechar las nuevas tecnologías de RMA para defenderse a sí mismo y al hemisferio occidental de forma más eficaz y eficiente, quizás utilizando algunas posiciones avanzadas desde las que defender el hemisferio occidental.
O Estados Unidos podría empezar a pensar en la proyección de poder de forma diferente. Si en tiempo de guerra no puede desplegar fuerzas en zonas donde el enemigo pueda detectarlas y atacarlas, podría desplegarlas, dispersarlas, ocultarlas y ocultarlas de otras maneras en tiempo de paz. Estados Unidos podría considerar la creación de nuevas unidades que se puedan ocultar más fácilmente, haciéndolas parecer civiles. Esto ya lo han hecho los rusos y los chinos, que han empleado fuerzas militares ambiguas: "hombrecitos verdes" por parte de los rusos y un "capitán de barco pesquero borracho" por parte de los chinos. Estados Unidos podría considerar cómo tomar medidas análogas, aunque hacerlo plantearía problemas de cumplimiento de las leyes de la guerra.
Estados Unidos también podría considerar conceptos de operaciones de proyección de poder que aprovechen mejor la movilidad, la dispersión y la complejidad del terreno, tanto física como social. Esto probablemente implicaría unidades más pequeñas, tripuladas, no tripuladas o mixtas, que, en igualdad de condiciones, llevarían consigo menos potencia de fuego en comparación con las fuerzas de proyección de poder existentes, como los grupos de batalla de portaaviones o las formaciones de guerra anfibia. Esta reducción de la potencia de fuego orgánica por plataforma podría compensarse mediante el uso de un mayor número de sistemas más pequeños y menos capaces, y aumentando el uso de armas de largo alcance para apoyarlos. Los sistemas no tripulados podrían surgir como una forma de proyectar poder contra las defensas de ataque de precisión, con grandes sistemas tripulados, bien defendidos y sigilosos que se mantienen a la defensiva para lanzar grupos de "naves nodriza" no tripuladas más pequeñas, más numerosas y parcialmente sigilosas, por mar o aire, que a su vez lanzan enjambres de sistemas no tripulados más pequeños.
¿Qué ocurre con la cuestión de proyectar poder contra los estados que adquieren armas nucleares? ¿Cuáles podrían ser, por ejemplo, las implicaciones para Estados Unidos de una mayor adquisición iraní de sistemas de RMA de TI y la posible adquisición de armas nucleares? Cabe preguntarse, a efectos de debate, qué sucedería si los iraníes reanudaran su búsqueda de armas nucleares, continuaran su búsqueda de sistemas de ataque guiados de precisión de mayor alcance y continuaran con su actual política exterior expansionista. Por otro lado, ¿qué sucedería si Rusia desplegara armas nucleares en Oriente Medio?
De ser así, las capacidades de proyección de poder estadounidenses podrían reorientar su enfoque hacia la neutralización de las armas nucleares iraníes o rusas como objetivo prioritario de la inteligencia, vigilancia y seguridad (IRS) y los ataques de precisión estadounidenses. Es probable que la RMA iraní se utilice para restringir el ejercicio de las operaciones navales de superficie estadounidenses en la región del Golfo Pérsico/Mar Arábigo, así como las operaciones aéreas desde grandes bases fijas en la región. Si Estados Unidos deseara seguir desplegando importantes sistemas de armas en Oriente Medio en este nuevo entorno, podría explorar los nuevos conceptos de proyección de poder mencionados anteriormente, incluyendo posiblemente el uso de múltiples bases de baja señal y bien defendidas propiedad de sus aliados en la región.
Opciones para Israel
No es apropiado que un extranjero diga qué debería hacer Israel en este nuevo entorno. Sin hacer sugerencias inapropiadas, es posible observar que, al parecer, Israel se enfrentará a algunas opciones. Israel podría intentar acercarse a Estados Unidos desarrollando la estructura de bases que acabamos de mencionar, en conjunto con Estados Unidos.
¿Qué papel podrían desempeñar las fuerzas de proyección de poder estadounidenses si Rusia o Irán amenazaran los intereses estadounidenses en la región? En una crisis en la que Rusia o Irán amenazaran con atacar intereses israelíes y estadounidenses, Estados Unidos podría suprimir temporalmente la inteligencia, vigilancia y seguridad (IRS) del enemigo y aprovechar ese intervalo para enviar las fuerzas estadounidenses de proyección de poder existentes —por ejemplo, aviones de combate— a Israel, donde podrían desplegarse en bases dispersas, ocultas y defendidas. Los grupos navales estadounidenses de guerra de superficie podrían desplegarse en el Mediterráneo oriental, donde podrían beneficiarse del paraguas de defensa aérea que ofrecen las defensas aéreas israelíes en tierra.
Israel estuvo dispuesto a entablar una cooperación estratégica con Estados Unidos a finales de los años setenta y ochenta, pero incluso países tan amigos como Estados Unidos e Israel pueden tener diferentes perspectivas sobre cómo responder a los desafíos. Israel no se ha sentido cómodo con una postura de defensa en la que su seguridad dependa de las acciones de otros. Por lo tanto, Israel podría continuar con sus políticas actuales para mejorar sus propias capacidades. El RMA de TI se ha utilizado para fortalecer las defensas aéreas y antimisiles integradas (IAMD) israelíes y para usar ataques de precisión para neutralizar los intentos clandestinos de alterar el equilibrio de fuerzas en las fronteras de Israel. Incluso sin un nuevo acuerdo de defensa, estos programas también tendrían el efecto de crear una zona de bastión de facto hacia la que podrían ingresar las fuerzas estadounidenses.
Un desafío muy diferente provendría de la introducción de armas nucleares hostiles en las zonas que rodean a Israel. El peligro no provendría tanto de un ataque nuclear contra Israel, que se vería disuadido por el temor a represalias nucleares israelíes. El peligro, más probablemente, provendría de cómo la presencia real o presunta de armas nucleares alrededor de Israel podría inhibir a Israel de realizar ataques de precisión no nucleares contra objetivos en la frontera israelí. Atacar emplazamientos de armas nucleares, deliberada o inadvertidamente, podría conducir al uso de dichas armas y a una escalada hacia un conflicto nuclear. La presencia real o presunta de armas nucleares podría crear una zona de ambigüedad dentro de la cual las fuerzas enemigas podrían llevar a cabo operaciones no nucleares contra Israel con mayor facilidad. Esto parecería no ser incompatible con la actual doctrina rusa de coerción interdisciplinaria, tan acertadamente descrita por Dima Adamsky. Podemos comprender mejor cómo se podría abordar este problema estudiando la historia de las operaciones de disuasión nuclear durante la Guerra Fría. Sin embargo, esto sería necesariamente objeto de un debate aparte.
El Me 262 es uno de los grandes " qué hubiera pasado si
..." de la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué hubiera pasado si Alemania
hubiera podido introducir más unidades de este caza a reacción antes en
la guerra?
¿Podría
esto haber cambiado realmente el resultado de la guerra aérea? ¿El
desarrollo de este caza radical se vio realmente obstaculizado por la
intervención personal de Hitler? Pocos aviones han generado más mitos y
más malentendidos que el Me 262.
Lo
que es seguro es que éste fue el primer avión de combate a reacción que
entró en servicio operativo en cualquier nación y que era notablemente
avanzado en muchos aspectos.
Pero
también tenía sus defectos y sus obstáculos: cuando finalmente entró en
servicio, la Alemania nazi carecía de los recursos necesarios para
construir estos aviones y del tiempo y las instalaciones necesarios para
entrenar a los pilotos. Esta es la verdadera historia del Me 262.
Origen
En
el período entre guerras, el concepto de lo que se convertiría en el
motor turborreactor era bien comprendido y se aceptaba generalmente que
un motor de este tipo podría ser capaz de desarrollar considerablemente
más empuje que un motor de pistón convencional que impulsara una hélice.
El Me 262 fue revolucionario y fue el primer caza a reacción operativo.
Sin embargo, también se reconoció que habría que superar considerables desafíos técnicos para fabricar un avión fiable.
No
fue hasta la década de 1930 cuando se hicieron los primeros intentos de
convertir el motor a reacción en una realidad práctica. Casualmente,
estos intentos se llevaron a cabo en tres países casi simultáneamente y
de forma totalmente independiente.
Aunque el Me 262 fue el primero en volar, Estados Unidos también estaba experimentando con motores a reacción con su P-59.
En
Gran Bretaña, el oficial de la RAF Frank Whittle solicitó una patente
para un motor alternativo que impulsaba un compresor para producir un
avión a reacción a principios de 1930.
En
Estados Unidos, Vladimir Pavlecka, jefe de investigación estructural de
Douglas Aircraft, comenzó a esbozar diseños para un motor de turbina de
gas en 1933.
Sin
embargo, el primer motor a reacción operativo se construiría en
Alemania, con un diseño creado por un joven estudiante de ingeniería
alemán, Hans von Ohain.
En
1934, von Ohain solicitó una patente para un motor turborreactor. A
principios de 1936, se incorporó a Heinkel Flugzeugwerke. Poco más de un
año después, en marzo de 1937, se puso en funcionamiento en la fábrica
de Heinkel el primer motor a reacción del mundo.
Dos años más tarde, en 1939, el Heinkel He 178 surcó los cielos para allanar el camino para los aviones a reacción.
Estaba
construido de forma rudimentaria con chapa metálica, pero proporcionaba
más de 500 libras de empuje, mucho más de lo que se esperaba.
Evidentemente, era posible construir un motor a reacción y, poco
después, Junkers también empezó a construir su propio motor a reacción,
en secreto y sin consultar con Heinkel.
A mediados de 1939, el Reichsluftfahrtministerium (RLM, el Ministerio del Aire alemán) se dio cuenta de estos acontecimientos.
Para
la mayoría de la gente estaba claro que se avecinaba una nueva guerra y
que el motor a reacción podría ofrecer la posibilidad de un mayor
rendimiento que el que podía proporcionar cualquier motor de pistón.
El Me 262 tenía varias opciones de motor para sacar el máximo partido a la estructura. El BMW 003 era uno de ellos.
Para
evitar la duplicación de esfuerzos, se ordenó a Heinkel que dejara de
trabajar en motores a reacción y se encargó formalmente a dos empresas
de motores aeronáuticos, Junkers Motoren (Jumo) y BMW, que llevaran a
cabo investigaciones sobre el desarrollo de motores a reacción. Esto
conduciría a la creación de dos nuevos motores turborreactores, el BMW
003 y el Jumo 004.
Se
encargó a dos fabricantes de aviones, Heinkel y Messerschmitt AG, que
iniciaran el trabajo de diseño de una estructura completamente nueva
para un avión militar propulsado por un par de estos motores y capaz de
alcanzar una velocidad máxima de no menos de 850 km/h (el caza de
primera línea más avanzado de la Luftwaffe en ese momento, el Bf 109E,
tenía una velocidad máxima de alrededor de 560 km/h).
Se
trataba sin duda de una especificación sorprendentemente avanzada, y el
hecho de que se planteara antes de que hubiera comenzado la Segunda
Guerra Mundial ha llevado a especular que Alemania podría haber tenido
un avión de combate a reacción operativo mucho antes de lo que lo tuvo.
Pero
lo cierto es que la tecnología detrás de los motores a reacción era
todavía inmadura y fue esto lo que llevó al prolongado desarrollo del
nuevo avión.
El Jumo 004 fue el motor que terminó siendo seleccionado para propulsar el Me 262.
Proyecto 1065
La
respuesta de Messerschmitt a la especificación RLM fue el Projekt 1065,
un diseño de ala recta con un par de motores BMW 003 enterrados en las
raíces de las alas. El avión estaba provisto de dos ruedas principales y
una única rueda de cola pequeña, todas ellas retráctiles.
Sin
embargo, aunque el diseño de la estructura del avión estaba
prácticamente terminado en junio de 1939, el desarrollo del motor estaba
muy retrasado.
Tanto
el motor BMW 003 como el Jumo 004 tenían problemas con la falta de una
aleación lo suficientemente ligera para construir las partes internas
del motor pero que fuera capaz de resistir las altísimas temperaturas a
las que se enfrentaban.
Como
resultado, el desarrollo fue lento y rápidamente se hizo evidente que
el motor BMW en particular sería considerablemente más pesado de lo
previsto.
La cabina era básica y la visibilidad no es muy buena.
En
parte debido a esto, y en parte porque los ingenieros de Messerschmitt
se dieron cuenta de que los motores incrustados en las raíces de las
alas serían de difícil acceso para mantenimiento, eso llevó a un cambio
de diseño significativo.
Los
motores se trasladaron a una posición exterior, a unos módulos
suspendidos debajo de las alas, lo que mejoró el acceso, pero también
afectó al centro de gravedad del avión.
En
lugar de considerar un diseño completamente nuevo, se decidió inclinar
las alas hacia atrás en un ángulo de 18,5°. Esto le dio al Me 262 su
aspecto distintivo y dio lugar al nombre que se le dio posteriormente: Schwalbe (Golondrina).
Sin
embargo, un año después de que se completara el diseño inicial del
fuselaje, todavía no había motores a reacción disponibles ni de BMW ni
de Jumo.
Estos dibujos muestran el diseño del ala en flecha. Crédito de la foto: Voytek S CC BY-SA 3.0.
Para
poder realizar al menos algunas pruebas de vuelo básicas, se decidió
equipar el nuevo avión con un motor de pistón convencional. El primer
vuelo del avión, denominado Me 262V1, no estaría propulsado por motores a
reacción, sino por un único motor de pistón de 750 CV que impulsaría
una hélice de madera de dos palas montada en el morro. Pruebas de vuelo del Me 262
El
primer vuelo del Me 262V1 tuvo lugar en abril de 1941 y el avión
alcanzó una velocidad de tan solo 417 km/h. Los primeros motores BMW 003
no llegaron a la planta de Messerschmitt hasta noviembre de 1941 y no
estuvieron listos para la primera prueba de vuelo hasta marzo de 1942.
Durante
el primer vuelo, el avión logró despegar, pero ambos motores a reacción
se apagaron y el piloto se vio obligado a realizar un aterrizaje de
emergencia utilizando únicamente la potencia del Jumo 201 que
afortunadamente todavía estaba instalado en el morro.
Estaba
claro que era necesario seguir desarrollando el motor BMW, pero el
nuevo 003A no estaría disponible hasta octubre de 1943.
Las primeras variantes eran aviones con tren de aterrizaje de cola.
Como
medida provisional, el Me 262 fue diseñado para utilizar el motor Jumo
004. Sin embargo, el desarrollo de este motor se vio obstaculizado por
las instrucciones de que debía utilizar la menor cantidad posible de “ material bélico esencial”. Esto incluía aleaciones escasas que eran necesarias para la producción de aviones convencionales y otras armas.
Esto
era comprensible: nadie sabía realmente si los aviones a reacción
serían viables, y tenía sentido concentrar trabajadores calificados y
recursos en tecnología conocida, pero como resultado, el Jumo 004
tendría fallas inherentes y nunca sería completamente confiable.
El
tercer prototipo, Me 262, equipado con dos motores Jumo 004A, pero sin
el motor de pistón Jumo en el morro, voló por primera vez en julio de
1942.
El
quinto prototipo fue el primero en utilizar el tren de aterrizaje
triciclo visto en todos los modelos posteriores; los pilotos se habían
quejado de la poca visibilidad durante el rodaje, pero la larga y frágil
pata del tren de aterrizaje delantero demostraría ser un problema
permanente para este avión.
Con el quinto prototipo, el Me 262 ya había tomado forma.
En
noviembre de 1943, el sexto prototipo podía alcanzar velocidades de 725
km/h y se presentó ante Adolf Hitler. Éste quedó muy impresionado con
el nuevo caza, pero insistió en que también se lo desarrollara como
bombardero de alta velocidad.
La
intervención inesperada de Hitler se cita a menudo como la principal
razón del retraso en la puesta en servicio del Me 262, pero eso
simplemente no es cierto.
Messerschmitt
AG ya estaba trabajando con un calendario ajustado y ciertamente les
tomó por sorpresa este nuevo requisito, pero no hay evidencia de que el
trabajo en la versión cazabombardero, que se conocería como Sturmvogel (pájaro de tormenta), causara largos retrasos en la introducción del caza.
Sin embargo, la insistencia posterior de Hitler en que una proporción de Me 262 se produjera como Stormvogel limitó el número total de versiones de caza disponibles.
Hay muchas variantes propuestas del Me 262.
Otros factores provocaron retrasos mucho más importantes en el programa Me 262. El 17 de agosto de 1943, la planta de Messerschmitt AG en Ratisbona sufrió graves daños durante un bombardeo de los B-17 de la USAAF.
Esto
destruyó algunos de los prototipos del Me 262 en construcción y, lo que
es más grave, algunas de las plantillas y herramientas utilizadas para
la producción de fuselajes. Sin embargo, los retrasos más graves se
debieron a los continuos problemas con los motores del Me 262.
A mediados de 1943, el motor Jumo 004A se estaba volviendo más confiable y completó con éxito varias pruebas de 100 horas.
Sin
embargo, para su construcción se seguían utilizando níquel y molibdeno,
dos materiales que escaseaban considerablemente, por lo que se diseñó
una nueva versión, la Jumo 004B, que utilizaba piezas de acero dulce
recubiertas de aluminio para evitar la oxidación.
Si
bien los motores no eran muy fáciles de usar, su rendimiento en
comparación con los aviones de pistón era excelente. Crédito de la foto:
Noop1958 GPLv3.
Sin
embargo, esta nueva versión del motor tardó tiempo en desarrollarse y
se descubrió que tenía una vida útil de solo 10 a 25 horas.
Debido
a este rediseño, el motor Jumo 004B no entró en producción hasta junio
de 1944 y no fue hasta agosto de 1944 cuando se entregó el primer lote
de 90 Me 262 a la Luftwaffe. Para entonces, ya era demasiado tarde para
que este avión radical tuviera un impacto significativo en el curso de
la guerra.
En servicio
En abril de 1944 se creó una unidad de entrenamiento, Erprobungskommando 262
, para realizar pruebas de combate de un puñado de Me 262 de
preproducción, pero no fue hasta septiembre que un número sustancial de
estos aviones comenzaron a llegar a las unidades de primera línea de la
Luftwaffe.
Se utilizaron dos versiones principales: el interceptor Me 262 A-1a Schwalbe armado con cuatro cañones MK 108 de 30 mm en el morro y el Me 262 A-2a Sturmvogel armado con dos cañones MK 108 y capaz de transportar dos bombas de 250 kg o una de 500 kg.
Esta filmación de la cámara del P-51 muestra un Me 262 sin piloto ni cabina.
También
hubo un caza nocturno experimental, un bombardero biplaza y versiones
de reconocimiento, pero ninguno se produjo en grandes cantidades.
El
Me 262 era ciertamente rápido, más de 100 mph más rápido que el caza
monomotor aliado más rápido de la época, el P-51 Mustang, pero todas las
versiones requerían un manejo muy cuidadoso.
El
empuje era pobre a bajas velocidades, lo que hacía que este avión fuera
muy vulnerable durante el despegue y el aterrizaje: se necesitaban
patrullas permanentes de cazas Fw 190 para proporcionar cobertura
superior para proteger los aeródromos de aviones a reacción.
El
Jumo 004B era propenso a que el compresor se detuviera y se apagara si
el acelerador se abría o cerraba demasiado rápido y requería una
revisión importante después de solo diez horas de funcionamiento.
Aún
así, los motores a reacción no eran confiables y se creía que muchos Me
262 se perdieron debido a fallas en los motores, en parte atribuibles
al entrenamiento insuficiente de pilotos inexpertos.
Una réplica del Me 262 B-1a. Crédito de la foto: Tascam3438 CC BY-SA 3.0.
En
combate, el motor Jumo también dejaba un distintivo rastro de humo
negro que hacía que el Me 262 fuera fácil de detectar y atacar.
En
total se fabricaron alrededor de 1.400 Me 262, pero solo unos 300 se
utilizaron en combate y, en general, no más de 30 o 40 de estos aviones
estuvieron operativos al mismo tiempo.
A-1a/U4 tanques de guerra
Una
versión única del Messerschmitt Me-262, conocida como A-1a/U4
Pulkzerstörer, fue diseñada específicamente para llevar un potente cañón
Mauser Mk 214 de 50 mm.
Esta
variante fue pensada para destacar en el derribo de bombarderos
enemigos, gracias a la precisión del cañón y a la capacidad del piloto
de atacar objetivos más allá del alcance de los artilleros defensivos de
los bombarderos estadounidenses.
Se
convirtieron dos fuselajes Me-262 a esta configuración, uno de ellos
con el número de serie 170083 (designado como prototipo V083).
Sin
embargo, antes de que pudiera ser evaluado por los Whizzers de Watson
(54th Air Disarmament Squadron) en los Estados Unidos, este avión se
estrelló trágicamente. No obstante, ganó fama al lucir marcas
estadounidenses y al aparecer en una serie de fotografías con el diseño
en el morro de Willie Jeanne.
Otra
variante interesante, el prototipo V056, fue diseñado como un caza
nocturno a reacción equipado con un radar FuG218. Curiosamente, este
avión fue probado en vuelo por el teniente Kurt Welter en noviembre de
1944 y se le atribuye el derribo de 2 bombarderos Lancaster y 3 aviones
Mosquito.
Arte de nariz
de Willie Jeanne
El
Me 262 fue un avión revolucionario, pero nunca fue un arma capaz de
ganar una guerra. Los frágiles motores Jumo fueron una limitación que
nunca se superó y el desarrollo prolongado de esta tecnología inmadura
significó que el Me 262 nunca estuvo disponible en grandes cantidades.
El Schwalbe era un bombardero interceptor impresionante, pero ciertamente no era invulnerable en combate aéreo. La versión Sturmvogel era lo suficientemente rápida como para evitar la mayoría del fuego terrestre.
Solo
podía transportar una pequeña carga de bombas y era demasiado rápido
para bombardear o ametrallar con precisión: no era raro que las bombas
lanzadas por los Sturmvogels cayeran a una milla o más de sus objetivos.
La
tecnología era demasiado inmadura y no se fabricó en cantidades
suficientes como para tener un efecto en la guerra. Crédito de la foto:
Paul Maritz CC BY-SA 3.0.
Algunas
personas han sugerido que si hubiera estado disponible en mayores
cantidades y antes, el Me 262 podría haber cambiado el curso de la
Segunda Guerra Mundial.
El
general de la Luftwaffe, Adolf Galland, por ejemplo, afirmó después de
la guerra que, si el Me 262 hubiera estado disponible un año antes y en
cantidades sustanciales, podría haber sido posible usarlo para poner fin
a la campaña de bombardeos diurnos estadounidenses contra Alemania.
La
evidencia sugiere que esto simplemente no es verdad. La Alemania nazi
tenía recursos e instalaciones de producción limitados. Centrarse en el
desarrollo más rápido del Me 262 y sus motores a reacción habría
significado producir menos aviones con motor de pistón que Alemania
necesitaba tan desesperadamente para mantener el esfuerzo bélico.
Un
Boeing B-17G habría sido el tipo de objetivo contra el que habrían
volado los Me 262. Crédito de la foto: Airwolfhound CC BY-SA 2.0.
Incluso
si un gran número del Me 262 hubiera estado disponible antes, la
evidencia sugiere que esto no habría hecho una gran diferencia.
Por
ejemplo, en abril de 1945, una de las mayores fuerzas de Me 262 jamás
reunidas atacó una formación estadounidense sobre el norte de Alemania.
Casi 60 Me 262 del JG 7 atacaron a las escoltas de cazas que protegían
una enorme formación de bombarderos de la USAAF.
Los
aviones alemanes lograron derribar 18 aviones, pero perdieron 27 Me
262, ¡casi la mitad de toda la fuerza atacante! El Me 262 se ganó su
lugar en la historia como el primer caza a reacción operativo, pero
nunca fue el arma maravillosa que a veces se afirma.
Variante del cazabombardero
El
“Sturmvogel” (petrel) era el nombre que se le daba a la variante
cazabombardero del Me 262, que era una adaptación de su función original
de interceptor. La producción del primer modelo Me 262A-2a comenzó en
julio de 1944.
Me-262A-2a/U2, del cual se construyeron dos prototipos con morro acristalado para acomodar a un bombardero.
Este
modelo se diferenciaba del Me 262A-1a principalmente por la
incorporación de soportes para un par de bombas de 250 kg o una única
bomba de 500 kg. Las misiones de bombardeo se llevaban a cabo en picado
de 30 grados a velocidades de entre 850 y 900 km/h, lanzando la bomba a
una altitud de unos 1000 metros.
Dos
aviones en concreto, identificados como n.º 130 170 y n.º 138 188,
estaban equipados con una mira de bombardeo a baja altitud TSA en el
morro, lo que dio lugar a su clasificación como Me 262A-2a/Ul. Estos
aviones fueron probados en Rechlin. Su armamento se limitaba a dos
cañones de 30 mm.
A
pesar de que la instalación externa de la mira aumentaba la
resistencia, la velocidad del Me 262A-2a le permitía evadir a los cazas
enemigos, y su velocidad de picado le permitía operar en condiciones de
completo dominio aéreo aliado.
Su
precisión de bombardeo era comparable a la del Fw 190, aunque el Me
262A-2a enfrentaba desafíos para localizar objetivos más pequeños.
Normalmente,
la aeronave se aproximaba al objetivo en vuelo nivelado hasta que
quedaba oculto por la góndola del motor izquierdo o derecho, y luego
comenzaba un picado.
Avión
Messerschmitt Me 262 alemán capturado. La foto es notable porque se
trata de una variante del Me 262 A-2a/U2 con morro acristalado para
bombarderos; solo se construyeron dos prototipos. Weimar, Alemania, mayo
de 1945.
Era
crucial que el tanque principal trasero estuviera vacío en esta etapa;
de lo contrario, el avión se inclinaría hacia arriba después del
lanzamiento de la bomba. Para mejorar la precisión del bombardeo, el Me
262 No. 110 484 estaba equipado con una mira giroscópica Lotfe-7N.
Este
avión fue designado como Me 262A-2a/U2. La instalación de esta mira
requirió un segundo miembro de la tripulación. En consecuencia, se
retiraron todas las armas ligeras y se modificó el avión con un nuevo
morro de madera que contenía la mira y un asiento para el bombardero. La
carga de bombas siguió siendo idéntica a la del Me 262A-2a.
El
Me262 V10 W Nr 130005 remolca una bomba de 1000 kg. Estas pruebas se
pospusieron cuando se descubrió que la bomba tenía tendencia a
"deslizarse" y se volvió tan mala durante un vuelo que el piloto de
pruebas, Gerd Lindner, se vio obligado a saltar en paracaídas. El
programa obtuvo un nuevo avión, pero los problemas nunca se resolvieron
por completo.
Especificaciones
Tripulación: 1
Longitud: 10,6 m (34 pies 9 pulgadas)
Envergadura: 12,6 m (41 pies 4 pulgadas)
Altura: 3,5 m (11 pies 6 pulgadas)
Peso vacío: 3.795 kg (8.367 lb)
Peso máximo de despegue: 7.130 kg (15.719 lb)
Planta motriz: 2 × motores turborreactores de flujo axial Junkers Jumo 004B-1, 8,8 kN (1980 lbf) de empuje cada uno
Velocidad máxima: 900 km/h (560 mph, 490 kn)
Alcance: 1.050 km (650 millas, 570 millas náuticas)
Techo de servicio: 11.450 m (37.570 pies)
Velocidad de ascenso: 20 m/s (3900 pies/min) con un peso máximo de 7130 kg (15 720 lb)