domingo, 1 de diciembre de 2024
sábado, 8 de junio de 2024
Malvinas: El fin de los Tipo 42 y la guerra naval del siglo 21
Muerte del Tipo 42: destructores británicos en las Malvinas y lecciones para la Fuerza Conjunta en el siglo XXI
Poder NavalPor el primer teniente Brendan HJ Donnelly, USAF y el segundo teniente Grant T. Willis,
Revista de Asuntos Indo-Pacíficos de la USAF, Air University Press
La Guerra de las Malvinas/Falklands de 1982 es el estudio de caso más reciente sobre cómo podría ser una campaña naval moderna. Hoy, en el Pacífico Occidental, los desafíos que enfrentan Estados Unidos y sus aliados de la República Popular China están mucho más allá del alcance de la confrontación en el Atlántico Sur entre británicos y argentinos. La competencia moderna que enfrenta Estados Unidos incluye miles de kilómetros a través de cuatro océanos, docenas de países y diversas áreas geográficas que sitúan el área de combate más allá de una única zona de conflicto.
Las nuevas tecnologías, como las armas guiadas con precisión, la guerra cibernética y las operaciones espaciales, crean un espacio multidimensional complejo que impacta el clima político y las respuestas de disuasión en todo el mundo. Las Malvinas –o, como se las conoce en Buenos Aires, las “Malvinas”– brindan a los futuros combatientes una muestra de lo que puede implicar el combate expedicionario marítimo. Las lecciones vitales que podemos aprender de la guerra en el archipiélago del Atlántico Sur ayudarán a los oficiales de la compañía y de campo de toda la fuerza conjunta a comprender lo difícil que puede ser llevar a cabo una campaña de este tipo en el futuro cercano.
¡A los puestos de combate!
Una lección importante que aprender de la Campaña de las Malvinas/Falklands es la importancia de comprender hasta qué punto los aviones de ataque terrestre pueden ser efectivos contra un grupo de trabajo naval expedicionario que no tiene el derecho inherente a la supremacía aérea. Lograr la paridad aérea no es suficiente para limitar los ataques contra buques logísticos, buques de asalto anfibio y, lo más importante, portaaviones. Es justo decir que ni los británicos ni los argentinos estaban completamente preparados para la guerra en la que se verían involucrados.
En 1982, la Royal Navy estaba en peligro. El secretario de Defensa, Jon Knot, estaba dispuesto a reducir significativamente el tamaño de la Royal Navy eliminando importantes capacidades anfibias. Los portaaviones de la flota también se encontraron en el punto de mira del proceso presupuestario. 1La flota se centró en cumplir con sus obligaciones de guerra antisubmarina y tareas antiaéreas con la OTAN para un enfrentamiento contra la Unión Soviética. En el Ministerio de Defensa (MOD) se suponía que los británicos no lucharían solos en su próximo conflicto a gran escala; la expectativa era que Estados Unidos, así como otros aliados de la OTAN, ayudarían en la batalla. En 1982, sin embargo, la Royal Navy iría sola a la guerra y el grupo de trabajo navegaría con casi todos los barcos de combate disponibles, incluidos tres de los nuevos destructores Tipo 42.Fuerzas Navales en la Guerra de Malvinas (click en la imagen para amplia
Aviación durante la Guerra de las Malvinas (click en la imagen para ampliar)
El destructor Tipo 42 era una moderna plataforma de defensa aérea de la flota, tripulada por 253 oficiales y marineros. Aunque se desarrollaron en la década de 1960, en 1982 tres de estos destructores de última generación navegarían con el grupo de trabajo. Los Tipo 42 asignados al grupo de trabajo incluían al HMS Sheffield , al HMS Glasgow y al HMS Coventry , todos ellos entre los destructores más modernos del mundo. El HMS Exeter y el HMS Cardiff entrarían más tarde en la pelea debido a la pérdida de dos Tipo 42 en combate y daños graves a otro.
Los
Tipo 42 tenían una impresionante variedad de armamento que consistía en
un lanzador GWS-30 para misiles tierra-aire (SAM) Sea Dart, un cañón
Mark 8 de 4,5 pulgadas (113 mm), dos cañones Oerlikon/BMARC de 20
mm/L70, KBA y dos tubos lanzatorpedos triples. El barco tenía un hangar y una plataforma de aterrizaje para un helicóptero de guerra antisubmarina Westland Lynx. 2 Estos destructores de defensa aérea tenían la tarea de proteger a los portaaviones HMS Hermes y HMS Invincible de los ataques aéreos argentinos. Se
esperaba que sus misiles Sea Dart y sus radares a bordo pudieran actuar
como un piquete de alerta temprana para el grupo de trabajo.
Misiles antiaéreos Sea Dart de largo alcance de los destructores Tipo 42
La Royal Navy no pudo diseñar un gran número de aviones embarcados para patrullas aéreas de combate (CAP) y dependió de menos de 30 Harriers navales y de la Royal Air Force (RAF) pilotados por formaciones ad hoc de tripulaciones aéreas. 3 El componente aeronaval del grupo de trabajo fue severamente superado en número por la Fuerza Aérea y la Armada Argentinas, que poseían aviones de ataque y de combate capaces que estaban dentro del alcance del territorio continental argentino.
Era
vital que los Tipo 42 y otros barcos de superficie del grupo de trabajo
pudieran detectar y rastrear los ataques entrantes lo más rápido
posible para dirigir el número limitado de Harriers a interceptar a los
atacantes argentinos entrantes. Fue un partido realmente difícil. Argentina
podría desplegar cazas Mirage III de fabricación francesa,
cazabombarderos Mirage Delta Dagger israelíes y cazabombarderos A-4
Skyhawk estadounidenses armados con todo tipo de armas, desde cañones de
20 mm a 30 mm y bombas Snakeye Mark 82 hasta misiles antibuque Exocet
lanzados desde el aire. 4 Algunas bombas de 500 libras que llevaban los atacantes argentinos incluso fueron fabricadas en Gran Bretaña.
Destructores
tipo HMS Sheffield y HMS Coventry en ruta a las Malvinas en 1982. La
franja negra pintada en el casco en el centro del barco tenía como
objetivo diferenciarlos de los barcos de la misma clase utilizados por
la Armada Argentina.
La Armada Argentina también poseía una importante flota con un portaaviones de construcción británica, el ARA Veinticinco de Mayo , un portaaviones clase “Colossus” anteriormente conocido como HMS Venerable (R 63). 5 Buenos Aires incluso desplegó dos de sus propios destructores Tipo 42, el ARA Hercules y el ARA Santisima Trinidad.los cuales fueron comprados por Argentina y construidos en Gran Bretaña. Esta disputa proporcionó una visión única de cómo sería el combate moderno entre potencias equipadas con Occidente. La experiencia de la comunidad del Tipo 42 de la Royal Navy se vería duramente afectada durante esta guerra y las tripulaciones sabían que estarían en el centro de la línea de fuego mientras navegaban hacia el sur. Al final de esta guerra, de los tres destructores Tipo 42 enviados inicialmente con el grupo de trabajo, dos fueron hundidos y el otro resultó tan dañado que se vio obligado a retirarse de la campaña.
HMS Sheffield
HMS Sheffield – D80
El 4 de mayo de 1982, dos aviones de ataque Super Étendard de la Armada Argentina de fabricación francesa, repostados con KC-130, descendieron a baja altura y sobrevolaron las aguas del Atlántico Sur para evitar los radares de búsqueda de los destructores británicos defensores del grupo de trabajo. . Los argentinos, que tenían su propio Tipo 42, conocían las debilidades de los radares de búsqueda a bordo de los barcos. Estos radares fueron diseñados para buscar, rastrear y destruir bombarderos soviéticos de gran altitud y no fueron probados ni destinados a rastrear misiles de crucero de baja altitud ni pequeños aviones de ataque de baja altitud. Eran bien conocidas las capacidades del misil antibuque Exocet, de fabricación francesa, disparado desde aviones de ataque navales argentinos.
El
avión de reconocimiento P-2 Neptune de la Armada Argentina detectó los
tres Tipo 42 y transmitió su ubicación a los Super Étendards. Volaron
a 30 metros sobre el agua, encendiendo y apagando sus radares para
limitar el riesgo de detección mientras mantenían el contacto con el
enemigo. Uno de estos escaneos de radar "heads-up" fue detectado por el HMS Glasgow a las 10:56. Los dos Super Étendards se elevaron entonces a 300 metros y lanzaron sus misiles. El HMS Glasgow
detectó los dos misiles entrantes y desplegó a su tripulación en
estaciones de combate mientras lanzaba señuelos al aire para confundir a
los buscadores de los Exocets.
Ilustración que muestra el ataque de los aviones argentinos Super Étendard con un misil antibuque Exocet.
El HMS Sheffield no tomó las mismas precauciones que el HMS Glasgow y no desplegó a su tripulación en las estaciones de combate durante el ataque, ya que los controladores de alerta aerotransportados del HMS Invincible le informaron que el misil entrante era una advertencia falsa. El único reconocimiento de un ataque fue una confirmación visual por parte de la tripulación del puente. El Exocet impactó en el centro del barco y explotó en el interior, mientras que el otro misil no encontró objetivo. Veinte marineros murieron y otros 24 resultaron heridos. El destructor se hundiría bajo remolque el 10 de mayo. Se utilizaron 6 Tipo 42 como detección de radar pasiva para portaaviones vitales, pero a un costo.
El HMS Sheffield arde tras ser alcanzado por un misil Exocet AM39
Los Tipo 42 eran un activo crítico que no podía descartarse a la ligera, pero la falta de aviones de alerta temprana aerotransportados capaces de llegar al área de operaciones obligó al grupo de trabajo a utilizar los 42 a pesar del conocido riesgo de ataque. El hecho de que el HMS Sheffield no mantenga la alerta de combate dentro de la zona de combate es también una lección clave para un conflicto futuro cercano en el que la recopilación y difusión de inteligencia será mucho más rápida que en 1982. El HMS Sheffield fue el primero de los 42 en ser atacado y el primero Buque de guerra británico desde la Segunda Guerra Mundial hundirse debido a acciones de combate.
HMS Glasgow
HMS Glasgow (D88)
El HMS Glasgow fue el segundo Tipo 42 atacado por los argentinos. Tras el hundimiento del HMS Sheffield por un avión de ataque naval desde tierra, se desarrolló una nueva doctrina para proporcionar un mejor apoyo mutuo. Las Fragatas Tipo 22 se emparejaron con los destructores Tipo 42 bajo el nombre ad hoc de "Combo Tipo 64". Este emparejamiento permitió que los sistemas de armas de corto alcance (Seawolf) a bordo de las Fragatas Tipo 22 proporcionaran defensa aérea de corto alcance para los destructores Tipo 42, que lanzarían sus SAM de largo alcance contra los ataques aéreos argentinos.
El 12 de mayo, el HMS Brilliant (Tipo 22) y el HMS Glasgow (Tipo 42) se enfrentaron a los Skyhawks de la Fuerza Aérea Argentina. Este Combo Tipo 64 estaba destinado a alejar los aviones de otros barcos del grupo de trabajo. En la primera batalla Skyhawk contra 42/22, cuatro A-4 volaron bajo para bombardear el HMS Glasgow y el HMS Brilliant . El sistema Sea Dart del HMS Glasgow sufrió un mal funcionamiento y no pudo ser lanzado, y su batería de 4,5 pulgadas se atascó después del apoyo de fuego en tierra. Las únicas defensas capaces de contrarrestar a los Skyhawks atacantes eran las ametralladoras ligeras de las cubiertas del HMS Glasgow y los SAM Sea Wolf del HMS Brilliant.HMS Brilliant (F90)
Fragata Tipo 22 lanza misil antiaéreo Seawolf
El HMS Brilliant disparó dos SAM Seawolf que derribaron los aviones de los tenientes argentinos Mario Nivoli y Jorge Ibarlucea. Un tercer misil obligó al teniente Manuel Bustos a realizar una acción evasiva tan dramática que envió su Skyhawk al agua. El cuarto A-4, pilotado por el teniente Alfredo Vázquez, escapó vivo del combate, pero no pudo ver fuera de su marquesina debido al agua salada del mar que lo cubría. Se estrelló en la Base Aérea de Río Gallegos. El segundo vuelo de Skyhawks que atacó al grupo también tuvo suerte. El sistema Sea Dart todavía estaba apagado, y el sistema Sea Wolf del HMS Brilliant , que había sido diseñado para apuntar misiles en ataques directos, no pudo fijar con éxito los A-4 en maniobras.
Centro de Operaciones de Combate (COC) del destructor Tipo 42
La segunda carrera contra los barcos logró alcanzar el HMS Glasgow con una bomba de 1.000 libras, pasando por la sala de máquinas justo por encima de la línea de flotación y saliendo por el otro lado del barco. Los tanques de combustible del HMS Glasgow se rompieron y las entradas de las turbinas de gas y las líneas aéreas de alta presión resultaron dañadas. Su sistema de propulsión también resultó gravemente dañado. Después de reparaciones menores, el HMS Glasgow regresó lentamente a Gran Bretaña y ya no desempeñó ningún papel en el conflicto.
HMS Coventry (D118)
HMS Coventry (D118)
El HMS Coventry sería el segundo y último Tipo 42 en hundirse debido al decidido ataque de la Fuerza Aérea Argentina. El barco fue enviado a las islas, alejando los paquetes de ataque argentinos del desembarco de la Brigada de Comando No. 3 en la Bahía de San Carlos por parte de la fuerza anfibia. Coventry estuvo acompañado por el HMS Broadsword , una fragata Tipo 22 armada con el SAM Sea Wolf de corto alcance . El HMS Coventry y el HMS Broadsword se combinaron en el Combo Tipo 64 para brindar a los dos barcos antiaéreos apoyo mutuo en la defensa contra ataques aéreos. El HMS Coventry inició su guerra con una serie de operaciones exitosas contra la Fuerza Aérea Argentina.
Logró ser el primer barco en disparar un Sea Dart SAM en combate y derribar con éxito varios aviones enemigos. Su helicóptero Lynx también destruyó una patrullera argentina con misiles Sea Skua. Como último Tipo 42 del Grupo de Trabajo el 25 de mayo, el HMS Coventry planteó una gran amenaza a la capacidad de Argentina para atacar a los buques de suministro y logística británicos que descargaban tropas y suministros en las Malvinas Occidentales.
El 25 de mayo fue el Día Nacional de Argentina y todos en el Grupo de Trabajo entendieron que los ánimos estarían altos entre los equipos de ataque argentinos para hacer una demostración de fuerza significativa. Tras un ataque al HMS Plymouth (Fragata Tipo 12) y al HMS Arrow (Fragata Tipo 21) en la Bahía de San Carlos, el HMS Coventry rastreó una formación que regresaba de A-4C, derribando el Skyhawk del Capitán Jorge García y también dañando gravemente el de Alfredez Isaac. El ataque Skyhawk al HMS Plymouth y al HMS ArrowNo tuvo éxito debido a su incapacidad para lanzar sus bombas cuando todos sus mecanismos de lanzamiento fallaron. Más tarde ese día, los comandantes aéreos argentinos estaban muy conscientes de la presencia del HMS Coventry.25 de mayo de 1982, Día Nacional Argentino. La Fuerza Aérea Argentina (FAA) llevó a cabo un ataque con aviones A-4B Skyhawk del Grupo 5 de Caza, que tenía la tarea de atacar al destructor HMS Coventry y a la fragata HMS Broadsword, dos buques británicos en servicio al noroeste de las Islas Malvinas. . Los A-4 Skyhawk volaron unos metros sobre el agua para evitar la detección de los radares, como se muestra en la fotografía histórica de arriba, que muestra al capitán Pablo Carballo (en el avión de la izquierda) y al teniente Carlos Rinke (a la derecha, apenas visible bajo el horizonte). ) atacando al HMS Broadsword.Tanto el capitán Carballo como el teniente Rinke (que volaba como “Vulcano”) sobrevivieron al ataque (al igual que el HMS Broadsword del que se tomó la foto), supuestamente porque el sistema de misiles Sea Wolf no pudo fijar sus A-4 cuando se hicieron visibles en el radar. después de esconderse detrás de West Falkland y Pebble Island al sur. Los dos aviones lanzaron una bomba cada uno, uno de ellos falló el objetivo mientras que el otro logró alcanzar el Broadsword, a pesar del intenso fuego antiaéreo. Pero la bomba Mk.17 no explotó.Pronto siguió la formación “Zeus”, dos A-4 pilotados por el teniente Mariano A. Velasco y Alférez Leonardo Barrionuevo, armados con tres bombas más ligeras. Velasco disparó sus cañones y luego arrojó sus tres bombas que impactaron y dañaron gravemente el destructor HMS Coventry, que se hundió en 20 minutos. – Crédito de la imagen: Ministerio de Defensa (RN)
En la foto superior aparece el HMS Coventry, tras recibir el impacto de las bombas lanzadas por los A-4 argentinos. En la foto de abajo, el barco volcado, antes de hundirse.
Las formaciones “Vulcan” (2 A-4B) y “Zeus” (2 A-4B), lideradas por el capitán Pablo Carballo, fueron lanzadas para apuntar específicamente al Combo Tipo 64 del HMS Coventry y el HMS Broadsword . Las dos parejas se acercaron, volando bajo sobre las islas y abrazando el océano debajo. El Sea Dart no pudo fijar objetivos y el sistema Sea Wolf del HMS Broadsword falló cuando el primer recorrido del Skyhawk se alineó sobre él. Surfeando olas de 3 a 5 metros, los dos A-4 recibieron intenso fuego de armas pequeñas y fuego antiaéreo de los dos barcos.
Se cree que el Sea Wolf del HMS Broadsword se confundió en su intento de apuntar a los Skyhawks que volaban bajo debido a las enormes cantidades de disparos de 4,5 pulgadas del HMS Coventry . Tres de las bombas fallaron y una rebotó en el mar y golpeó la cubierta de vuelo del HMS Broadsword, destruyendo el helicóptero Lynx. La formación “Zeus” luego giró para atacar a 355 grados. Una vez más, las defensas antimisiles de ambos barcos no lograron capturar los Skyhawks y tres de las cuatro bombas impactaron en el HMS Coventry . 9 Diecinueve hombres murieron y apenas 30 minutos después de ser alcanzado, el HMS Coventry se hundió en el mar. 10
Conclusión
La historia de los Tipo 42 y los aviones de ataque terrestres enviados para hundirlos presenta a los profesionales un estudio de caso que ilustra las realidades del combate aéreo y marítimo moderno. No importa en qué rama resida uno, la Guerra de las Malvinas define claramente el problema que enfrenta hoy la fuerza conjunta en el Pacífico Occidental: no importa qué tecnología podamos desplegar o las suposiciones de cuándo, dónde o contra quién lucharemos, un denominador común sigue teniendo razón. Si te pueden ver, te pueden golpear, y si te pueden golpear, te pueden destruir. Este principio está directamente relacionado con los avances tecnológicos que están utilizando la República Popular China, Estados Unidos y Rusia.
La tecnología poco observable, así como la guerra cibernética, siguen este principio. Si el adversario puede ver nuestros aviones de baja visibilidad, entonces podrán ser atacados y la tecnología avanzada que producimos ya no será útil contra el adversario. En la guerra cibernética, si se puede “ver” un sistema informático, identificar un nodo u obtener un vínculo, el sistema también puede ser “atacado”. Además, dentro de los estudios militares profesionales, las Malvinas son analizadas predominantemente por el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, ya que la campaña representa una guerra naval expedicionaria y logística.
Los británicos libraron esta guerra al borde de la derrota y los argentinos poseían ventajas considerables contra el grupo de trabajo, ventajas que no se materializaron por pura suerte o por la priorización política de la Junta. Los británicos llevaron esta guerra con un nivel de habilidad y profesionalismo sin paralelo en la guerra moderna. Los estadounidenses rara vez han experimentado la falta de superioridad material, logística y de fuego que enfrentó el Reino Unido en 1982. Por lo tanto, todas las ramas tienen varios puntos de aprendizaje que aprender de la Guerra de las Malvinas, y la fuerza conjunta debe esforzarse por tener una mayor comprensión. de la Guerra de las Malvinas cuando todos los dominios se interconectan para crear una receta para la victoria – o la derrota.
Hoy, el Pacífico Occidental presenta a los planificadores de guerra un dilema que no habíamos enfrentado desde la confrontación entre la OTAN y el Pacto de Varsovia en Europa Central. En los conflictos modernos, la batalla que se avecina será una nueva era, nada que el mundo haya visto antes, ya que el conflicto abarca más que una pequeña área operativa, pero potencialmente el mundo en todos los dominios submarinos, de superficie, espaciales y aéreos. La Tercera Guerra Mundial aún no se ha librado, pero hoy ya no nos enfrentamos a enormes ejércitos de tanques que se enfrentan en un frente convencional y nuclear. En cambio, nos enfrentamos a un entorno híbrido y multidominio en una isla políticamente ambigua, a miles de kilómetros de nuestras costas, que podría decidir el destino de las grandes potencias.
Es guerra. Es como una partida de ajedrez. . . Tienes que renunciar a algunas piezas para conseguir un jaque mate al final. Yo era una de esas piezas.
—CAPT David Hart Dyke, Marina Real, HMS Coventry
1er teniente Brendan HJ Donnelly, USAF
El teniente Donnelly es un oficial de inteligencia actualmente estacionado en la Base de la Fuerza Aérea Cannon, Nuevo México. Ocupó puestos de supervisor de operaciones de inteligencia en Cannon AFB y JSOAC–África. Se graduó de la Universidad Estatal de Bowling Green con una Licenciatura en Artes y Ciencias, con especialización en Historia.
Segundo teniente Grant T. Willis, USAF
El teniente Willis es un piloto de avión pilotado a distancia actualmente estacionado en la Base de la Fuerza Aérea Cannon, Nuevo México. Se graduó de la Universidad de Cincinnati con una licenciatura en artes y ciencias, con especialización en asuntos internacionales y especialización en ciencias políticas.
- 1 Rowland White, Harrier 809: el legendario Jump Jet de Gran Bretaña y la historia no contada de la guerra de las Malvinas (Londres: Bantam Press, 2020).
- 2 “Destructor de misiles guiados clase Sheffield (Tipo 42)”, Seaforces-Online, 2021, https://www.seaforces.org/.
- 3 White, Rowland, “Harrier 809: Britain's Legendary Jump Jet and the Untold Story of the Falklands War” (Bantam Press, 2 de abril de 2020).
- 4 Edward Hampshire y Graham Turner, La campaña naval de las Malvinas 1982: Guerra en el Atlántico Sur, (Oxford, Reino Unido: Osprey Publishing 2021).
- 5 Blanco, “Harrier 809”.
- 6 Hampshire y Turner, La campaña naval de las Malvinas 1982.
- 7 James Buchan, “HMS Coventry (D118) Sea of Fire” YouTube, 17 de enero de 2018
- 8 Hampshire y Turner, La campaña naval de las Malvinas 1982.
- 9 “Destructor de misiles guiados clase Sheffield (Tipo 42)”, Seaforces-Online.
- 10 Hampshire y Turner, La campaña naval de las Malvinas 1982.
domingo, 17 de marzo de 2024
lunes, 26 de febrero de 2024
SEM del COAN: Asientos eyectales arreglados y posible prueba de vuelo
Los aviones Super Etendard Modernisé (SEM) están listos para volar
@mindefarg
@javiermilei
En nuestra nota del 6 de abril de 2023 (El CITEDEF evalúa un banco de ensayos para cohetes de asientos eyectables (pucara.org)) expresamos este logro de CITEDEF en el desarrollo de un banco de pruebas de cartuchos de asientos eyectables.
Es posible ahora en CITEDEF, a partir del nuevo banco de ensayos y no siendo conocida la existencia de otro similar en el continente por fuera de EEUU, realizar estudios para determinar las prestaciones de sistemas nuevos en ocasión de su recepción, de sistemas próximos a vencerse para determinar la viabilidad de extender su vida útil remanente o, fundamentalmente, realizar estudios y desarrollos de I+D para la manufactura local de todos los componentes pirotécnicos / propulsivos. Cabe destacar que la tecnología para la ejecución de estos ensayos solo es dominada por muy pocos países dentro de los cuáles se ubica Argentina, ahora, gracias a este proyecto.
Sobrero lo referido podemos mencionar que los aviones Fightinghawk A-4AR de la Fuerza Aérea (FAA) van por la 5ta certificación de extensión de vida. En el caso de los aviones Super Etendard/SEM del Comando de la Aviación Naval (COAN) a la fecha cuentan con la primera certificación de extensión de vida de los cartuchos eyectables, los cuales están habilitados para volar con total seguridad durante dos años, según la certificación extendida por CITEDEF.
Con esta certificación cambia el escenario para las aeronaves SEM, que se encontraban sin poder volar desde su arribo en 2019, producto del veto británico para adquirir pirotecnia de asientos eyectables. Finalmente las habilitaciones para la utilización y liberación al vuelo de las aeronaves dependerá de los organismos de control interno de las fuerzas armadas, DIGAMC dirección de aeronavegabilidad militar conjunta del EMCO. A través de las normativas vigentes que avalan los procesos de mantenimiento.
sábado, 17 de febrero de 2024
domingo, 11 de febrero de 2024
sábado, 10 de febrero de 2024
Malvinas: Christian Larrieu, el ingeniero que posibilitó el hundimiento del Sheffield
El ingeniero que ayudó a hundir el Sheffield
Después
de 40 años arribó el reconocimiento para el ingeniero de Sagem que
participó en la integración del cazabombardero Super Étendard y el misil
Exocet en el otoño de 1982
El 22 de septiembre de 2022 se llevó a cabo una ceremonia en los hangares de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque en la Base Aeronaval Comandante Espora de la Armada Argentina, fue allí, en ese “hangar verde”, que en el otoño de 1982 los ingenieros del equipo Dassault fueron decisivos para la integración del misil AM-39 Exocet de Aérospatiale con el cazabombardero Dassault-Breguet Super Étendard.
En esta ocasión se reconoció con un diploma a todo el personal de la EA32 que participó en la guerra de Malvinas, pero hubo un invitado de honor, el ingeniero de Sagem Christian Larrieu, especialista en electrónica y hace más de 40 años encargado de la puesta a punto de la central inercial Uliss 80 del Super Étendard, el sistema de navegación y de ataque que efectúa los cálculos y elabora las señales necesarias para el bombardeo, los ataques aire-tierra y aire-mar como también el uso de cañones, misiles y cohetes. El sistema está constituido por una unidad de navegación y ataque (UNA 80), un puesto de comando y de navegación (PCN 80), y una unidad de intercambio y control (UEC).
Fue así como, en ese trabajo mancomunado entre el equipo Dassault y el personal de la EA32 al mando del comandante Colombo, especialmente hay que mencionar a los tenientes de fragata Machetanz y Rodriguez Mariani, por entonces pilotos armeros de la Escuadrilla que habían realizado un curso en Aérospatiale, se logró la validación del Exocet en la primera quincena de abril de 1982. Para el 11 de abril se logró poner cuatro aviones "listos para volar", validando el misil AM-39 Exocet. No así el quinto avión, ya que se canibalizaron muchos equipos para salvar los problemas en los otros cuatro aviones.
Días después, con el conflicto escalando, los cazabombarderos Super Étendard fueron desplegados a la Base Aeronaval Río Grande.
Y llegaría el 4 de mayo de 1982, el bautismo de fuego de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, cuando en una misión a cargo del capitán de corbeta Augusto Bedacarratz y del teniente de fragata Armando Mayora, con los aviones 3-A-202 y 3-A-203 de la EA32, sentencian de muerte al destructor tipo 42 Sheffield de la Marina británica, que se hundiría días más tarde.
Este reconocimiento tiene además un valor histórico, hecha por tierra versiones infundadas sobre la operatividad, puesta a punto y validación lograda en la dupla Exocet-Super Étendard en los hangares de BACE, una de esas versiones, que circularon por muchos años y por distintos medios, es aquella que afirmaba que un piloto de Aerolíneas Argentinas desde Paris había traído a la Argentina los códigos del misil, un hecho que nunca sucedió como fue relatado, a continuación la explicación que da por tierra con esa historia.
Después de utilizar el quinto y último misil Exocet, el 30 de mayo de 1982, la Armada Argentina consiguió en Sagem France cuatro tarjetas electrónicas (para 2 centrales inerciales Uliss 80 de Super Étendard) para poder lanzar las bombas de 500 libras.
El ingeniero de Sagem que se encontraba en la Base Aeronaval Comandante Espora ya había regresado a Francia el 20 de mayo, pero había instruido al piloto armero de como cambiar esas tarjetas.
Fue un tripulante de Aerolíneas Argentinas quien las trajo desde Paris.
En el aeropuerto de Ezeiza entregó las tarjetas a la Armada, y gestionado por el piloto armero de la EA32 llegaron a Río Grande para hacer el cambio de las mismas.
Lamentablemente los cazabombarderos Super Étendard no volvieron a volar para atacar con bombas durante el resto del conflicto.
Lic. Hernán Favier 15 de marzo de 2023
Un especial agradecimiento a Christian Larrieu, por estos años de amistad y por compartir desinteresadamente sus vivencias durante la guerra de Malvinas
Malvinas data: La guerra y la diplomacia
sábado, 13 de enero de 2024
COAN: Operación Bandera, los SuE califican para el V2 "25 de Mayo"
Operación Bandera
Los pilotos de Super Étendard veteranos de Malvinas
califican para apontajes en el portaaviones ARA 25 de Mayo un año
después del conflicto bélico
Casi un año después de finalizada la guerra de Malvinas, la aviación naval argentina se prepara para operar sus SUE en el portaaviones “25 de Mayo”. Para esta operación decisiva, y que es la finalidad de la operación “Hook”, es decir, la compra de los Super Étendard, quedan tres tareas a realizar. Es necesario entrenar y calificar a los pilotos para el apontaje, asegurar que las performances de las catapultas sean suficientes para el SUE, y entrenar al personal de la cubierta de vuelo en las maniobras del SUE sobre la misma.La aviación naval argentina pide la asistencia de un oficial de apontaje (específicamente pide al TN Ramon Josa) para el entrenamiento de sus pilotos de SUE y un director jefe para el entrenamiento del personal de cubierta de vuelo. El ingeniero de armamento Pierre Changeur, especialista en catapultas, completará esta asistencia técnica.
El 17 de febrero de 1983 somos oficialmente designados con el MP Lucien Hareau para esta misión que tiene el nombre en código de “Bandera”. Nuestro desplazamiento se efectuará del 2 al 22 de abril de 1983 para mi en la base de los SUE y para el MP Heareau sobre el portaaviones. El entrenamiento ASSP para los pilotos se llevará a cabo en la Base Aeronaval Comandante Espora, cerca de Bahía Blanca, donde se encuentra la escuadrilla de Super Étendard. Las calificaciones a bordo del ARA 25 de Mayo deberán llevarse a cabo en los alrededores de Península Valdés. El ingeniero de armamento Changeur se nos sumará ocho días más tarde.
El 2 de abril, el CC Colombo nos vino a buscar al aeropuerto de Ezeiza. Un placer volver a vernos, con un recibimiento caluroso.
Colombo me acompañó hasta el portaaviones donde me esperaba el CN Lavezzo.
Al día siguiente, decolamos de Ezeiza en un LearJet de la Armada rumbo a Bahía Blanca. El MP Lucien Hareau se quedó en el portaaviones para entrenar al personal argentino de la cubierta de vuelo. Al efecto, la Armada había trasladado por ruta desde Ezeiza dos Super Étendard, y habían sido subidos a bordo gracias a una grúa del puerto. Cuando aterrizamos en la base Espora, todos los pilotos de SUE que habían estado en Landivisiau nos estaban esperando. Esa noche nos reunimos todos alrededor de un suntuoso asado, estando presente el almirante que comandaba la aviación naval.
Al día siguiente a la mañana, comenzó verdaderamente lo importante, mi primer briefing ASSP. Comencé las sesiones de ASSP el mismo día. Establecí un ritmo de vuelos para ocho pilotos de tal manera de arribar a su calificación pista en quince días. Esta cadencia me dejaba una semana de evaluación antes de embarcar. Yo contaba igualmente utilizar esta semana para reentrenar como oficiales de apontaje (OA) a Curilovic y Mayora, ya calificados para apontaje en el portaaviones Foch.
Los ASSP y la obtención de la calificación para cada uno se realizarían sin problemas como sucedió con las sesiones de este tipo que hicimos en Francia. El CC Curilovic por su parte controló algunas sesiones de ASSP para entrenarse y así asegurar los apontajes de los pilotos de la escuadrilla. El programa de calificaciones a bordo preveía que yo controlaría la calificación de Colombo, Bedacarratz y Curilovic, porque este último conduciría bajo mi responsabilidad las otras calificaciones…
...Dos días después, un LearJet nos trasladó a Curilovic y a mi a la base de Trelew situada en la Patagonia, es cerca de esta base que se desarrollarán las calificaciones.
La plataforma continental de la costa argentina es de poca profundidad, aún a más de 60 u 80 millas náuticas de la costa. Esta poca profundidad, 10 metros incluso menos, perjudica la performance en velocidad del portaaviones. Esta limitación en velocidad, en el caso de un viento débil o nulo, puede conducir al portaaviones a quedar fuera de servicio, haciendo las maniobras de la aviación imposibles. Para efectuar las calificaciones al apontaje, el portaaviones no debe encontrarse a más de 50 millas náuticas de un terreno para desvío. Esta distancia corresponde para los SUE con peso para el apontaje, el máximo que puede aceptar para desviarse después de haber realizado tres o cuatro intentos para engancharse. En nuestro caso, en Argentina, esas condiciones se hallaban en el sur, en los alrededores de la base de Trelew que serviría como pista de desvío.
Aterrizamos casi al mediodía, nuestro embarque estaba previsto para el día siguiente en helicóptero. Permanecimos en la base hasta la mañana siguiente que nos vino a buscar un helicóptero del portaaviones. El tránsito hasta el portaaviones dura hasta 45 minutos por encima de un mar de aceite, sin el menor soplo de viento y una visibilidad mediocre debido a una bruma continua. Yo pensaba que esas condiciones no serían las ideales para las calificaciones, aunque fuera posible de llevarlas a cabo.
Era un buque de la clase Colossus como nuestro Arromanches. Los argentinos lo habían adquirido a la Marina holandesa en 1968 para reemplazar al ARA Independencia, retirado del servicio el mismo año por obsoleto. Era del mismo tipo que su predecesor, pero había sido modernizado y había servido en la marina de los Países Bajos bajo el nombre de Karel Doorman. Tuvo una modernización en 1980 con vistas a la llegada de los SUE. Esta modernización conllevaba en particular la instalación de talleres propios para Super Étendard (ATEC, Armamento, RPA, etc). El ARA 25 de Mayo estaba equipado con catapultas a vapor del tipo BS4 como sobre nuestros Foch y Clemenceau. Es sobre las catapultas que intervino muy eficazmente el ingeniero en armamento Changeur, obteniendo una ganancia de 10 nudos de velocidad de salida de catapulta.
La pista oblicua medía 160,5 metros de largo y tenía un ancho de 15,80 metros, en un ángulo de 8º con respecto al eje del casco.
El sistema de detención de los aviones se componía de 6 lingas acopladas de a dos sobre una misma prensa de frenado. Este sistema corregía hacia el eje durante la desaceleración a un avión que se posó descentrado. La zona de lingas comenzaba a 21,7 metros del borde de la popa y 23,80 metros separaban la linga Nº 1 de la Nº 6. En medio de la zona de lingas se encuentra el ascensor central, no es un emplazamiento ideal pero no quedaba otra. La óptica de apontaje de concepción Sagem tipo OP2 era idéntica a la que utilizamos sobre nuestros portaaviones, el punto de impacto teórico se encontraba a 37,50 metros del borde de la popa, 1,50 metros antes de la linga Nº 4. Noté instantáneamente el lado crítico de esta configuración de la cubierta de vuelo: para un SUE perfectamente sobre la pendiente de 3,40º, el gancho de apontaje debía pasar el borde de la popa con un cuidado dos veces menos importante que sobre nuestros PA, es decir, 1,5 metros. Yo entonces no debía tolerar movimientos de la plataforma, incluso mínimas, para las calificaciones. Para los pilotos en aproximación, yo debía ser inflexible sobre la forma de la trayectoria ideal, y no tolerar una señal baja cerca del borde de la popa. Sin embargo, un punto positivo, la posición que yo tendría en la plataforma de los oficiales de apontaje, muy sobre la popa, permitiendo una buena estimación del cuidado en la trayectoria de un SUE en aproximación.
Los vuelos comenzaron a la tarde con el catapultage de Augusto Bedacarratz. El ingeniero Changeur estaba en la catapulta con los argentinos, no pudieron escatimar sobre la presión del lanzamiento porque se vio que Augusto salió intempestivamente del puente. Le hice hacer una presentación "go around", y a continuación hizo sus tres TAG (touch and go) de manera satisfactoria y luego el apontaje final. Siguió un debriefing y el turno de Curilovic. El mismo programa, hizo sus tres TAG y le pedí finalmente sacar el gancho de apontaje. La aproximación es buena, tengo una tendencia a pedir que pasen bajo para escuchar el motor: -Turco, un poco de potencia.
Él lo corrige, pasa aún un poco más bajo por el borde de la popa, pero no es para inquietarse, es una buena aproximación. Engancha la linga Nº 2, el esfuerzo máximo de desaceleración se produce cuando las tres ruedas están sobre el ascensor. A la masa del avión se le suma el componente vertical de frenado, los dos asociados provocan un hundimiento del ascensor de una quincena de centímetros. El amortiguador, antes de impactar por el frenado, choca contra el borde de la fosa, el eje de la rueda delantera se rompe y la rueda vuela a través de ka cubierta antes de caer por la borda. El avión que se detuvo sin otros daños será llevado a pie a la isla y será puesto sobre elevadores. Los mecánicos van a proceder al recambio de la parte del tren de aterrizaje dañado en el mismo lugar. Los ensayos de funcionamiento serán hechos en plena noche a la luz de reflectores. Apenas pasaron 21 horas y el avión es declarado disponible. En cuanto al ascensor, será bloqueado en posición alta, lo que impedirá su utilización hasta que se vuelva a puerto. Al día siguiente se retoman los vuelos, termino las calificaciones de Bedacarratz y Curilovic. Nos encomendamos sobre las calificaciones de los otros pilotos. Es Curilovic el que toma las riendas, yo le hago un debriefing si es necesario entre dos pasadas, pero el se maneja muy bien y al final de tres días todos los pilotos están calificados.
Todos los aviones son catapultados hacia Bahía Blanca, mientras Curilovic y yo nos trasladamos en helicóptero. Al día siguiente en la base, luego del debriefing general, es orgullo, alegría y buen humor los que reinan en la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque.
La operación “Bandera” ha terminado, puedo volver a Francia. Es para mi el fin de una historia enriquecedora que viene desde hace tres años. Pude conocer otros hombres con mi mismo métier, con otros medios y con otros métodos y que habían combatido. Ellos habían hecho con los mismos aviones que los nuestros, misiones que eran también como las nuestras, contra adversarios de una gran experiencia marítima dotados de medios modernos muy actuales.
Yo gané aquí una experiencia única, y amigos.
Un remerciement spécial à Laurent (BG)
Traducción: Lic. Hernán Favier
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Malvinas: Homenaje a Jorge Colombo, líder de la legendaria 2da Escuadrilla de Caza y Ataque
Escuadrilla Super Étendart. Jorge Colombo es el segundo, desde la izquierda
“Para nosotros era como un padre”. Homenaje a “Piti” Colombo, el líder de una escuadrilla letal que hizo historia en Malvinas
A los 84 años, falleció Jorge Colombo, un oficial admirado por todos sus colegas y subordinados
Mariano Chaluleu
LA NACIÓN
En la madrugada de ayer, viernes 28 de julio, murió un héroe de la patria. Un Oficial admirado por sus camaradas y subordinados, piloto de aviones de ataque y líder de la temible “Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque”, compuesta por 100 personas -de las cuales 10 eran pilotos-, 4 aviones Dassault-Breguet Super Étendard y sólo 5 misiles Exocet. Durante la guerra combatió con el grado de capitán de corbeta. En el aire era conocido como “Piti”.
Jorge Colombo, el primero desde la izquierda, junto a los pilotos de su escuadrilla
Jorge Colombo, a quien sus colegas definen como “noble, exigente y detallista”, era un aviador “total”. Nacido un 28 de octubre de 1939, en Buenos Aires, egresó de la Escuela Naval en 1960, con la promoción 89, y rápidamente se orientó en la rama de aviación naval. Se especializó en aviones de ataque, como el Douglas A-4 Skyhawk. En 1981, recibió la calificación para pilotear los Super Étendard, verdaderas máquinas de guerra, aptas para operar tanto desde tierra como desde portaaviones.
Sus familiares y amigos cuentan a LA NACION que, además de ser un apasionado por su profesión, era un lector insaciable, un curioso por naturaleza que nunca dejaba de informarse sobre los acontecimientos domésticos y globales. Dicen, también, que durante muchos años practicó remo, tenis y voley, que era un gran deportista.
Colombo tuvo a su cargo la difícil tarea de administrar una fuerza de ataque en la que escaseaba el insumo principal: los misiles Exocet. Pero lo hizo con creces: no perdió a ningún piloto, no perdió ningún avión y no malgastó ningún misil. Los 5 Exocet que le proveyó la Armada, bastaron para que sus pilotos hundieran dos buques británicos, el HMS Sheffield y el Atlantic Conveyor. Su último Exocet habría averiado al portaaviones Invincible (este hecho aún se discute en el mundo, pero Colombo no tenía dudas de que así había ocurrido).
La escuadrilla entera, compuesta por 10 pilotos y 90 profesionales de variadas especialidades
“Para mí, era como un padre”
El capitán Roberto Curilovic (76) VGM, integrante de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, que disparó uno de los misiles que hundieron al Atlantic Conveyor, conoció a Colombo a los 28. “Piti” había sido su instructor de vuelo. El aviador naval aún recuerda al capitán Colombo recorriendo la embarrada base de Río Grande de una punta a la otra, con sus botas de goma, su parka azul y sus orejeras de lana celestes.“Él iba hasta la sala de operaciones, volvía. Venía a la sala de pilotos bien temprano y nos preguntaba: ‘¿Están bien? Descansen, yo ya estoy despierto’. ‘¡Pero ya nos despertaste!’, le contestábamos. Y él nos decía ‘Sigan durmiendo’. Estaba encima de todas las misiones que teníamos que cumplir. Nos sentimos siempre cuidados por él. Yo lo considero un padre. Él se va a enojar si lee esto, porque no hay tanta diferencia de edad. Pero la verdad es que todos los pilotos y mecánicos de Malvinas lo consideramos un padre, un protector”, rememora, apenado, Curilovic.
De izquierda a derecha: el teniente de Fragata Juan José Rodríguez Mariani, el capitán de Corbeta Roberto Curilovic y el capitán de Corbeta Jorge Colombo, comandante de la escuadrilla
“Hubo pocos como él. Supo cuidar a sus pilotos, y eso es realmente destacable. Siempre estuvo delante de los acontecimientos, en particular en Malvinas. Jamás iba a enviar a sus pilotos a una misión de la cual no estuviese seguro de que pudieran regresar. Y es por eso que tuvo muchas discusiones profesionales. Tuvo problemas por discutir órdenes que recibimos, salidas que no eran las que él consideraba adecuadas porque no eran lógicas. Hizo cumplir las misiones que él consideraba adecuadas. Y el resultado lo dice todo: con solo cuatro aviones, que era lo único que teníamos, hundimos dos barcos y averiamos un portaaviones”, agrega.
La tapa de La Nación que da noticia del hundimiento del destructor Sheffield.
La escuadrilla había sido conformada 5 años antes, cuando los altos mandos de la aviación naval notaron que los A4 que volaban sus oficiales eran demasiado antiguos. “La Armada pensó en reemplazarlos por otros A4 y recurrió al mercado norteamericano. Por esa época (1977) estaba en vigencia la restricción en la venta de armamentos a la Argentina por el tema de los derechos humanos, así que los Estados Unidos no nos quisieron vender. Se buscó un avión naval que entrara en nuestro portaaviones, el 25 de Mayo. Entrar en un portaaviones no quiere decir solamente que pueda enganchar en la cubierta y ser catapultado, sino que entre también por el ascensor de la nave. Se envió a Francia a diez pilotos con mucha experiencia, porque se trataba de un avión muy difícil y exigente. Llegaron a París a fines de 1980 y regresaron a la Argentina en 1981, con aproximadamente 45 o 50 horas de vuelo cada uno”, recordaba Colombo para LA NACION en una entrevista publicada en septiembre de 1997. Él había encabezado esa misión.
Los pilotos de la escuadrilla en 1980, cuando todavía volaban los Douglas A-4 Skyhawk; Colombo es el tercero de la hilera de arriba
Algunos de ellos fueron seleccionados para entrenarse en Francia con los nuevos Super Étendard; en la imagen, un momento de fútbol y distensión con los colegas franceses
En el conflicto armado, Colombo tuvo su bautismo de fuego el 1 de mayo, día en el que la escuadrilla inició sus acciones. Despegó desde Río Grande en el Super Étendard matrícula 3A-204 junto al teniente de Fragata Carlos Rodolfo Machetanz, que lo acompañaba desde cerca en el avión 3A-203. Salieron a la caza de un blanco inglés, un navío que pudieran atacar, pero en esa ocasión, en medio del caos que se generó durante el primer cruce entre británicos y argentinos, no encontraron nada, y debieron regresar al aeropuerto.
Tras su primer vuelo con un Super Étendart, en la base aeronaval francesa de Landvisiau, el 1 de abril de 1981, los instructores "coronaron" con un neumático a Jorge Colombo, quien recibió la broma con mucha alegría
“Un acuerdo de caballeros”
Su escuadrilla tuvo revancha 3 días después. En la jornada del 4 de mayo, día glorioso para la Armada, los pilotos Armando Mayora y Augusto Bedacarratz acertaron en el destructor HMS Sheffield, siendo este el primer navío inglés hundido en la guerra de Malvinas. Mayora recuerda: “Ese día nos tocó ir a mí y a Bedacarratz. Colombo había ido primero, en la misión de estreno, como es costumbre. Pero todos los pilotos teníamos muchas ganas de volar. Entonces él propuso una especie de acuerdo de caballeros: el que salía a volar, pasaba al último lugar de la fila, para que luego, si había una próxima misión, despegase el siguiente, y así sucesivamente. Me acuerdo que nos pedía que cuidáramos los misiles como oro, que no fuéramos al tun-tun. Después de todo, solo había cinco Exocet...”.Mayora, que durante el conflicto peleó con el grado de teniente de Fragata, había conocido a “Piti” unos años antes, cuando había sido asignado en la escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque. Define a su jefe como “un hombre sabio e inteligentísimo” que estaba atento tanto al bienestar de sus subordinados, como a la administración estratégica de los recursos de su equipo.
Una pintura retrata a los Super Étendard cargando combustible en las alturas del cielo patagónico
“Sabía escuchar y consensuar discrepancias, por ejemplo cuando el almirante Lombardo y otros superiores le pidieron que se hiciera un ataque con Exocet sobre un buque que estaba cerca de la costa. Colombo les dijo ‘nosotros, con los Exocet, no podemos operar cerca de la costa, porque corremos el riesgo de que el misil se sienta atraído por una pequeña isla, un buque nuestro o lo que fuere. Nosotros tenemos que operar en mar abierto’. Él se paraba y daba su opinión, siempre con criterio”, recuerda, emocionado.
Y añade: “Ese día sus superiores, buscando alternativas para operar cerca de la orilla, le dijeron: ‘Entonces quite los Exocet de cada avión y reemplácelos con bombas’. Pero Colombo, casi educándolos, les explicó que el sistema operativo del avión no era compatible con ese pedido: esos modelos, en esas condiciones, no podían soltar bombas... Yo, una vez que me retiré de la Marina, empecé a trabajar en el ambiente privado. He tenido miles de jefes, pero pocos como ‘Piti’”.
La Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque
“Querido Jorge Colombo, arribaste a tu fondeadero final”
Hace algunos años, “Piti” perdió a Isabel, su amor de toda la vida y la madre de sus hijos Victoria, Mariano, Juan y Constanza. “Fue un cambio muy importante en su vida. Lo afectó mucho”, explica Mayora.
Jorge Colombo se encontraba débil de salud, arrastraba problemas cardíacos y en las últimas semanas había contraído una neumonía. Falleció ayer por la mañana en el Hospital Italiano, a sus 84 años. “Fue un desenlace inesperado”, coinciden sus allegados. Sin embargo, se quedan con un cajón lleno de dorados recuerdos, muchos de ellos cosechados en 1982. Y otros que forjaron juntos en los años que siguieron a la guerra de Malvinas: “El vínculo nunca se cortó. Seguimos viéndonos y organizando asados. Siempre”, comenta Curilovic.
“Yo lo conozco desde la escuela naval”, dice Bedacarratz. “Recuerdo que ya en esa época me había formado su imagen. Percibí que era diferente al resto: muy exigente, pero no podía disimular su lado humano. Esa fue su característica a lo largo de toda su vida como aviador naval. Era una persona que entendía, atendía y escuchaba, y que, al mismo tiempo, exigía. Era un lujo estar con él. Era un tipo leal. Y esa fue la cualidad que lo transformó en el conductor que fue: un líder natural, humilde y valiente”, agrega el piloto.
El parche de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque
Por último, quien también se despidió de “Piti” fue Carlos Cortalezzi, su entrañable compañero de promoción. Se graduaron juntos de la Escuela Naval, con toda la promoción 89. Ayer por la mañana, tras haber recibido la dura noticia, se contactó con sus camaradas, a quienes les envió un sentido texto: “Zarpó un Marino! Zarpó hacia el puerto de la bienaventuranza eterna. Un Marino a quien quisimos y con quien compartimos gran parte de nuestra vida. Un Marino que sobresalió en el cumplimiento de cuanta misión le fuera encomendada. Sobresalió como remero, representando a la ENM y obteniendo el campeonato sudamericano de remo cuando era cadete. Sobresalió por su marcialidad siendo Tambor Mayor de la banda del Liceo Naval y de la ENM. Sobresalió en la Escuela Naval Militar por su Aptitud Militar y su dedicación al estudio. Sobresalió como oficial alumno en la Escuela de Aviación Naval, como uno de los mejores pilotos de su grupo. Sobresalió por fin en toda su trayectoria en la Aviación Naval, pero muy especialmente como comandante de las Escuadrillas Tercera de Ataque y Segunda de Ataque, con la que causó la admiración de los argentinos y el fastidio de los ingleses, al hundirles dos de sus principales unidades de superficie y probablemente causarle gran daño a uno de sus dos portaaviones. Sobresalió, también, en su último destino como comandante de Aviación Naval y volvió a sobresalir, con su inexplicable “no ascenso” al Almirantazgo, ordenado por la Superioridad de la Armada. Sobresalió por último en su vida familiar. Fue un esposo amante y fiel, que no pudo sobreponerse a la pérdida de su querida Isabel, pero que rodeó a sus cuatro hijos con su permanente ‘amor de Padre’. Amor protector que todo lo cubre. Vicky, Juan, Mariano y Coty, siéntanse muy orgullosos de lo construido por su padre. ¡¡¡Nunca lo olvidaremos!!! Fue un hombre a quien quisimos y respetamos mucho y de quien en este momento sentimos profundamente su pérdida. Sabemos de su corrección, dotes morales y religiosos, por lo que no dudamos ya está reunido con Isabel en Cristo Nuestro Señor. Querido Jorge Colombo, arribaste a tu fondeadero final. Querido Jorge Colombo, descansá en Paz.
Con la colaboración de María Nöllmann
Jorge Colombo en una imagen de 2016