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lunes, 14 de abril de 2025

AShM: Pruebas de misil balístico antibuque Khalije Fars


Misil antibuque balístico Golfo Pérsico (Khalije Fars) (Irán)


Basado en el artículo de Revista Militar

Alcance: 300 km
Cabeza de combate: 650 kg
Velocidad: supersónica, Mach 3
Guiado:
- Primera fase: Inercial
* Fase terminar: Probablemente Infrarroja, TV & Radar
Característica: Picando hacia el blanco incrementa el ángulo y el impacto

El primer misil balístico antibuque en ser incorporado al servicio fue el DF-21D, desarrollado por China. A pesar de la escasa información disponible, este sistema continúa generando gran interés tanto entre expertos como en la opinión pública, siendo objeto de numerosos debates y controversias. Años después, se dio a conocer un nuevo sistema similar desarrollado por la industria de defensa de Irán. Según diversas fuentes, Irán no solo habría completado su diseño, sino que también habría integrado un nuevo misil balístico antibuque en su arsenal, bajo el nombre de Khalij Fars ("Golfo Pérsico").

Durante las últimas décadas, Irán ha centrado sus esfuerzos en el desarrollo de diversos tipos de misiles, priorizando especialmente los balísticos, capaces de portar ojivas convencionales y, en el futuro, posiblemente especiales. A partir de sus avances en misiles tierra-tierra, se tomó la decisión de adaptar esta tecnología para crear un proyectil capaz de atacar embarcaciones enemigas. El resultado de ese trabajo fue el misil Khalij Fars.

Según informes de medios internacionales, los primeros lanzamientos de prueba del Khalij Fars se realizaron en 2008, durante maniobras navales iraníes. Esto indica que el desarrollo del sistema comenzó probablemente a principios de la década de 2000. En febrero de 2011, Irán anunció oficialmente una prueba del misil. En esa ocasión, aunque no se revelaron todos los detalles técnicos, las autoridades militares ofrecieron información sobre sus principales características y conceptos de diseño. Desde entonces, se han realizado múltiples pruebas adicionales y el misil ha sido empleado en repetidos ejercicios militares.




 
Este misil balístico inteligente de la Guardia Revolucionaria, llamado El Golfo Pérsico, ha pasado recientemente en la producción en masa.

En 2011, las autoridades iraníes ofrecieron detalles sobre las características del misil Khalij Fars. Indicaron que se trata de una evolución del misil balístico táctico Fateh-110, un sistema de una sola etapa desarrollado en la década de 1990 y adoptado por las fuerzas armadas iraníes en 2002. Algunos informes señalan que en el desarrollo de esta nueva versión, Irán contó con la colaboración de expertos chinos. El Fateh-110 continúa operativo actualmente y ha sido exportado a países como Corea del Norte y Siria. Su función principal es atacar blancos preestablecidos utilizando plataformas móviles.

Tras evaluar las capacidades del Fateh-110, los ingenieros iraníes concluyeron que ofrecía una base ideal para desarrollar un nuevo misil destinado a atacar buques enemigos. Esto permitió reutilizar numerosos componentes ya existentes, lo que facilitó una alta compatibilidad entre ambos sistemas. Sin embargo, el proyecto Khalij Fars requirió el diseño de nuevos subsistemas que no estaban presentes en el modelo original. La información disponible indica que el desarrollo del misil continuó al menos hasta mediados de la década de 2000.

Como evolución directa del Fateh-110, el Khalij Fars conserva muchas de sus características estructurales. El misil presenta un fuselaje cilíndrico alargado con una cabeza cónica. A diferencia del modelo original, carece de un carenado puntiagudo; en su lugar, incorpora una cúpula hemisférica transparente en la sección frontal, diseñada para el sistema óptico de guiado. Justo detrás de esta cúpula se encuentran aletas de control en configuración de cruz. En la parte trasera del misil se disponen dos grupos de superficies aerodinámicas —una combinación de estabilizadores de forma triangular y trapezoidal— que contribuyen a su estabilidad en vuelo.


 
El misil antibuque Golfo Pérsico puede impactar y destruir objetivos con gran precisión.

El misil antibuque Khalij Fars tiene una longitud total de 8,86 metros y un diámetro de 0,6 metros. Su diseño es de una sola etapa, sin capacidad de separación por bloques, lo que incluye la imposibilidad de desprender la ojiva. Esta configuración simplifica la estructura general del misil, aunque implica ciertas limitaciones en cuanto a su rendimiento. En términos de parámetros de vuelo principales, el Khalij Fars no presenta diferencias significativas respecto al misil base, el Fateh-110.

El Khalij Fars mantiene el mismo motor que el Fateh-110: un propulsor de combustible sólido que proporciona el empuje necesario para alcanzar la velocidad y trayectoria deseadas. Este motor le permite alcanzar una autonomía de hasta 300 kilómetros. Además, cuenta con capacidad para ajustar su trayectoria en la fase inicial del vuelo, lo que le permite variar el alcance dentro de un margen considerable.

El Fateh-110, en su versión original tierra-tierra, emplea un sistema de guía inercial diseñado para atacar objetivos fijos con coordenadas previamente determinadas. Sin embargo, un misil antibuque requiere una capacidad de guiado distinta, capaz de detectar y seguir blancos móviles en superficie. De acuerdo con la información disponible, el Khalij Fars incorpora un sistema de guía combinado, que utiliza tanto navegación inercial como un sensor térmico (infrarrojo).

Durante la primera fase del vuelo, el sistema inercial guía el misil hasta aproximarse a la zona del objetivo. Una vez en esta área, el sistema de detección infrarroja se activa para localizar y seguir al blanco. En la fase terminal, el misil utiliza superficies de control (timones) para corregir su trayectoria y asegurar el impacto sobre el objetivo en movimiento.


 
Comandante de los Guardianes de la Revolución, Mohammad Ali Jafari, dijo que el nuevo misil cuenta con una velocidad supersónica y no puede ser rastreado o interceptado por el enemigo.

Sin embargo, algunas fuentes afirman que el cohete no recibió una señal térmica, sino un cabezal de televisión con la capacidad de transmitir una señal de video a la consola del operador del complejo de misiles. Ambas versiones pueden encontrar evidencia de un tipo u otro. En particular, la apariencia característica de los barcos objetivo utilizados durante las pruebas y los ejercicios, así como algunas tomas del video publicado por el ejército iraní, pueden hablar a favor de la versión sobre el buscador de televisión.

De este modo, los ingenieros iraníes pudieron resolver exitosamente una de las tareas más difíciles en el desarrollo de misiles balísticos: la búsqueda de un objetivo de superficie móvil, seguido de señalarlo. Se propone la focalización para el complejo mediante radar y otros medios de detección. Según sus datos, el sistema de misiles debe calcular el programa de vuelo para la parte activa del vuelo, con la ayuda de la cual el misil, después de moverse hacia la parte descendente de la trayectoria, debe ir al área objetivo. Se propone la detección y el seguimiento del objetivo con la orientación posterior del cohete para llevar a cabo un GOS de infrarrojos o de televisión.

Según las declaraciones de los funcionarios iraníes, durante las primeras pruebas realizadas en 2011, el jefe de orientación de Khalij Fars golpeó un objetivo de superficie móvil con una desviación de 30 m. Después de eso, el cliente, en la persona del comando de las fuerzas armadas, recibió la tarea de duplicar la precisión del disparo. Después de terminar el producto y mejorar el sistema de guía, las siguientes pruebas terminaron con la derrota del objetivo con una desviación de 8,5 desde el punto de mira. Como resultado de las mejoras necesarias, el cohete pudo atacar efectivamente a las naves enemigas. Cabe destacar que solo pasaron dos meses entre dos pruebas con indicadores de precisión radicalmente diferentes.


 
Irán dijo que ahora está en la producción masiva de los misiles Golfo Pérsico, diseñados para atacar y destruir objetivos basados ​​en el mar con alta precisión.

Para destruir el objetivo, el misil Khalij Fars está equipado con una ojiva altamente explosiva de 650 kg. Al impactar a gran velocidad, esta carga puede actuar como penetrante, explotando tras atravesar el casco u otras estructuras de la nave. De esta manera, al dañar el interior del buque, se pueden desactivar varios sistemas críticos o provocar inundaciones, dependiendo de las condiciones específicas. Mientras que en embarcaciones de menor desplazamiento una ojiva de 650 kg garantiza su destrucción, en objetivos de mayor tamaño es probable que se inflija un daño severo, impidiendo que la nave continúe operando de manera efectiva.

El lanzamiento de los misiles Khalij Fars se realiza mediante un sistema móvil basado en un semirremolque. Este vehículo, remolcado por un tractor adecuado, dispone de una plataforma giratoria especial que integra el sistema de guía del misil. Según lo mostrado en diversos videos, antes del lanzamiento se posiciona el misil en el semirremolque, el cual es transportado a un sitio seguro por el tractor. Una vez allí, se ajusta el ángulo de elevación deseado, se enciende el motor y el misil sale de la plataforma de guía. Para el traslado y la recarga, se utiliza nuevamente un semirremolque equipado con los accesorios necesarios. Al igual que otros sistemas de misiles desarrollados en Irán, el Khalij Fars se transporta y despliega sin el uso de contenedores especializados, contando en su lugar con cubiertas protectoras de tela y otros elementos de resguardo.

Diversas fuentes indican que las pruebas del Khalij Fars habrían comenzado a finales de la década anterior, aunque no se dispone de información precisa sobre el cronograma. El primer lanzamiento de prueba, anunciado en febrero de 2011, se efectuó desde uno de los sitios costeros de pruebas en territorio iraní. Para estos ensayos se empleó un buque (ya fuera de servicio, ya fuese una cisterna o buque de carga seca) como blanco de prueba; en algunos casos se instalaron escudos especiales en la cubierta del objetivo para facilitar la evaluación de la precisión y simplificar el funcionamiento del sistema de guiado. Según los informes de las autoridades militares iraníes, en el primer ensayo el prototipo alcanzó una precisión en torno a los 30 metros. Tras este lanzamiento inicial, se continuó trabajando en el desarrollo del misil, con el objetivo de mejorar los sistemas integrados.


 
Momento en que una unidad de la Guardia Revolucionaria dispara un Golfo Pérsico.

Aproximadamente seis meses después del primer ensayo, es decir, en el verano de 2011, se llevó a cabo un nuevo lanzamiento de prueba del misil Khalij Fars. En esta ocasión, el equipo de desarrollo recibió la instrucción de duplicar la precisión del sistema. El objetivo fue alcanzado con éxito: mientras que se requería reducir el margen de error a entre 10 y 15 metros, el misil experimental logró una precisión de aproximadamente 8,5 metros respecto al punto de impacto previsto. También existen informes sobre un lanzamiento adicional a mediados de 2012, aunque no se dispone de confirmación oficial sobre otros ensayos que posiblemente se hayan realizado en ese período.

Ya en 2011, las autoridades iraníes anunciaron que el misil Khalij Fars entraría en fase de producción en masa en un futuro cercano. Todo indica que estos planes se materializaron rápidamente, permitiendo que las fuerzas armadas comenzaran a recibir y operar con este nuevo sistema. En 2012, el misil fue presentado por primera vez al público. Durante el desfile militar de septiembre de ese año, se exhibieron diversos equipos militares, entre ellos vehículos tractores con semirremolques de transporte que portaban misiles Khalij Fars.

La información disponible sugiere que el misil Khalij Fars ya ha sido oficialmente incorporado al arsenal de Irán y asignado a unidades específicas encargadas de la defensa costera. De esta manera, las fuerzas armadas iraníes disponen de un sistema de armas avanzado y con considerable potencial operativo. Los datos conocidos hasta ahora permiten vislumbrar algunas de las capacidades reales del sistema en condiciones de combate.





El nombre “Khalij Fars” (Golfo Pérsico) para este misil antibuque parece ir más allá de lo simbólico. Con un alcance estimado de hasta 300 kilómetros, un misil lanzado desde cualquier punto estratégico de la costa iraní puede cubrir prácticamente toda el área del Golfo Pérsico, incluyendo las costas opuestas en la Península Arábiga. Además, su zona de acción se extiende al Golfo de Omán en su totalidad y abarca una porción considerable del norte del mar Arábigo. En consecuencia, los misiles Khalij Fars permiten a Irán establecer un perímetro de defensa contra amenazas marítimas en prácticamente todas las direcciones desde su litoral.

El desempeño real del misil Khalij Fars en combate contra buques enemigos es objeto de debate. Por una parte, representa una amenaza seria para embarcaciones en su radio de alcance, debido a su velocidad, poder destructivo y sistema de guiado. Sin embargo, por otra parte, muchas fuerzas navales modernas están equipadas con avanzados sistemas de defensa antimisiles, que podrían reducir significativamente la efectividad de este tipo de armamento. Por lo tanto, el impacto real del Khalij Fars en un conflicto armado dependerá de múltiples factores —incluyendo la preparación del adversario, la táctica de uso, el entorno operativo y las condiciones del enfrentamiento— lo que hace difícil prever con precisión su efectividad en combate.

A pesar de estas incertidumbres, el Khalij Fars cumple con eficacia una función estratégica clave: la disuasión. En un contexto regional marcado por tensiones entre Irán y varios países del Medio Oriente, la mera presencia de este tipo de armamento puede influir en los cálculos estratégicos de un adversario. Cualquier intento de ataque contra Irán conlleva el riesgo de sufrir ataques directos contra embarcaciones situadas dentro del radio de alcance del misil. Un análisis geográfico de la región demuestra que, con un sistema como el Khalij Fars en operación, las fuerzas navales enemigas se verían forzadas a retirarse más allá del área de influencia o, en caso contrario, quedarían expuestas a ataques que podrían neutralizar su capacidad ofensiva contra la costa iraní.


 
El Golfo Pérsico puede portar una cabeza de guerra de 650 kg.

El elevado riesgo de perder embarcaciones ante un posible ataque con misiles como el Khalij Fars constituye un factor disuasorio significativo frente a cualquier intento de agresión por parte de estados hostiles. En cuanto a la efectividad real de estos misiles, su verdadero potencial solo podría comprobarse en el contexto de un conflicto armado. Sin embargo, recurrir a la guerra para evaluar capacidades militares es un método inviable y altamente indeseable, por lo que es poco probable que un adversario se arriesgue a ponerlo a prueba directamente. En su lugar, los analistas militares de los países de Medio Oriente deben limitarse al estudio teórico y a la elaboración de estimaciones basadas en información parcial y modelos predictivos.

Actualmente, existen únicamente dos misiles balísticos antibuque en servicio operativo a nivel mundial: el DF-21D desarrollado por China y el Khalij Fars producido por Irán. Aunque difieren significativamente en aspectos técnicos, alcance, diseño y concepto operativo, ambos sistemas están concebidos para cumplir la misma función estratégica: disuadir la presencia de fuerzas navales enemigas o, en caso de conflicto, atacar formaciones navales a gran distancia de la costa con el objetivo de destruir buques clave.

Los misiles balísticos antibuque representan, por ahora, una categoría poco común dentro del armamento naval. No obstante, el desarrollo de nuevos sistemas de este tipo en los últimos años indica un creciente interés por parte de las fuerzas armadas de varios países. A pesar de ello, muchas naciones siguen apostando por el uso de misiles de crucero, más tradicionales y probados en combate. Es posible que en el futuro se sumen nuevos modelos balísticos antibuque al arsenal mundial, pero hasta el momento, esta clase de armamento está representada únicamente por dos sistemas conocidos. No existe evidencia verificable sobre el desarrollo avanzado o la inminente incorporación de otros misiles balísticos de esta categoría.


 
Según los comandantes iraníes, el Golfo Pérsico posee un alcance de 300 km y viaja a velocidad supersónica.

 

 
 
 
El Golfo Pérsico alcanza y destruye un blanco localizado en el mar.



Nave objetivo después de ser golpeado por el cohete Khalij Fars.




Fuente: Fars News

domingo, 6 de abril de 2025

Malvinas: 30 fotos de la guerra

Fotos de la guerra de Malvinas...

Alejandro López




Malvinas: La foto que es un símbolo de la Historia de la Guerra


La increíble aventura del fotógrafo que retrató la rendición de los ingleses

Rafael Wollmann estaba en Malvinas cuando desembarcaron los marinos argentinos. Sus fotos del 2 de abril son un símbolo en la historia de la guerra

Por Fernando Soriano || Infobae




¿Y cuánto dura un instante? ¿Qué cosas se pueden hacer en una 125 parte de un segundo? A Rafael Wollmann le bastó para gatillar su cámara de fotos y le sobró para quedar en la historia, y eternizar su trabajo. En ese breve impulso de su dedo índice derecho, la luz de una mañana helada de abril de 1982 en las Islas Malvinas se filtró por el obturador de su cámara y reflejó y selló en la memoria colectiva los rostros y las siluetas de la humillación de tres soldados ingleses.

Era el instante preciso en el que, brazos en alto, todavía con sus armas y las caras engrasadas, los británicos se rendían ante los anfibios argentinos que acababan de desembarcar en Puerto Argentino con intenciones de que fuera para siempre.



Rafael Wollmann, en acción durante el desembarco argentino en Malvinas

Wollmann tenía 24 años recién cumplidos cuando se encontró en el lugar justo y en el momento indicado. Había llegado a las islas el día de su cumpleaños, el 23 de marzo, para hacer un fotos "geográficas" encargadas por una agencia francesa y de repente se encontró con sus cámaras cargadas el 2 de abril en el corazón de un conflicto inesperado: el prólogo de la guerra.


Wollmann sigue de cerca a los jefes militares, que sonríen tras la breve recuperación de las islas, el 2 de abril de 1982

Rafael, de rulos crecidos y bigote negro, llevaba dos semanas en las Islas y había entrevistado a su gobernador, Sir Rex Hunt, dos veces cuando la tarde del 1° de abril escuchó salir su voz de los parlantes de la radio del pub del hotel. Un silencio estruendoso invadió el lugar. La radio era el medio por el que se comunicaban los isleños: avisos clasificados, mensajes entre amigos, noticias, era lo común. Por eso, al oir a Hunt, que hablaba desde su residencia, todos apoyaron sus vasos de cerveza sobre la mesa y prestaron atención al tono grave.

"Tenemos evidencias aparentemente sólidas de que militares argentinos podrían aproximarse a Port Stanley en la madrugada de mañana", reveló a la población, respetando las exactas palabras de un telegrama que había recibido ese día, a las tres y media de la tarde, desde la Foreing Office de Londres. El fotógrafo recuerda que el movimiento siguiente de la gente del pub fue mirarlo a él, el único argentino del lugar.

Rex Hunt dio órdenes precisas. Se suspendían las clases y nadie saldría de sus casas. Y los malvinenses se lo tomaron en serio. Le creyeron. Wollmann no tanto. Intuyó que el gobernador podría haber malinterpretado alguna noticia, ya que unos días antes se había desatado un conflicto en las Islas Georgias del Sur con unos argentinos que desarmaron una ballenera allí sin permiso. Además, Rafael estaba convencido de que Argentina no podía invadir ni recuperar nada.

Pero Hunt tenía razón.


El fotógrafo, de frente, en el momento que registra el desarme de los marines ingleses

El propio gobernador se acercó a Wollmann y a otros colegas ingleses -que habían llegado un día antes por lo de las Georgias del Sur- y les dijo que se tenían que ir del hotel, que los alojarían en la casa de su chofer y que no salieran de allí porque los marines tenían órdenes de disparar a matar.

Esa noche nadie durmió. La radio local, que usualmente cortaba la transmisión a las 21, se mantuvo en línea toda la madrugada. Hunt se quedó escondido debajo de su escritorio y sacó a su familia de la residencia de Gobierno. Por la onda corta llegaba información confusa desde la BBC en Londres. "Está pasando algo en Malvinas pero no sabemos qué", decía el locutor británico.


Wollmann registra al comandante Carlos Büsser al bajar de un tanque anfibio en Malvinas

Wolmann y todos los que estaban en Puerto Argentino sí sabían qué. A metros de la ventana de la casa del chofer resonaban los gritos en inglés, y los disparos, y los estruendos de las granadas y, con el correr de las horas, la presencia de voces en castellano se hacía cada vez más clara.

Los anfibios argentinos desembarcaron a la medianoche, los buzos tácticos tomaron una base en la playa y luego comenzaron a avanzar. La noche fue larga. Con las primeras luces del día, Wollmann se asomó por una ventana y vio aparecer al vicecomodoro argentino Héctor Gilobert con una bandera blanca, que iba hacia la casa de Hunt a pedirle la rendición. Primero disparó su cámara. Y casi simultáneamente un soldado argentino o inglés le disparó a él.

La bala que podría haber decretado el fin de esta historia reventó uno de los cuatro vidrios de la ventana desde donde fotografió Rafael. Su vida no se terminó en ese instante por centímetros. "Confundieron la lente con algún arma, seguramente. Me asusté mucho y bajé arrastrándome, pero lo gracioso es que en la planta baja de la casa estaba el chofer preparándonos el desayuno, huevos revueltos, todo, como si afuera no pasara nada", ríe ahora el fotógrafo argentino.


Wollmann, de espaldas, retrata el momento donde se rinden marines ingleses, la mañana del 2 de abril

Pero el aire helado de las Malvinas era una masa cargada de cientos de años de tensión que podía rebanarse con un cuchillo desafilado. Hunt insultó a Gilobert y a los "malditos argentinos" y luego se rindió. Se puso su traje de gala y salió de su casa con destino a Montevideo, a bordo de un avión de la Fuerza Aérea. El 5 de abril ya estaba en Gran Bretaña, aportando información a las tropas que horas después partieron desde Portsmouth a la guerra en el Atlántico Sur.

Wollmann salió al patio y se encontró con la escena de su vida. Varios de los 80 marines que había en la Isla, y que estaban escondidos en la zona, fueron obligados rendirse. "Estaban marchando hacia el patio de la casa del gobernador donde hacían la entrega de armas. Luego pasaron al jardín y los sentaron. Ya eran prisioneros de guerra", relata Rafael, que tuvo plena conciencia del lugar que ocupaba y de los riesgos que corría por estar en la línea de fuego.

Por eso apenas usó dos rollos de película fotográfica. "Tuve mucha precaución, y no quería que me metieran preso o me sacaran la cámara, así que disparaba una foto y me iba de la escena, sin saber qué me iba a encontrar al momento de revelar", explica Wolmann, que andaba con dos cámaras, una con rollo color y otra, con blanco y negro.

Con el correr de las horas la tensión se dispersó. La tarde del 2 de abril los anfibios desaparecieron y algunos militares que quedaron tomaron la radio y les hablaron al pueblo malvinense. "Pero lo hacían en español y yo les decía, 'al menos háblenles en inglés para que les entiendan'. Era parte de las escenas surrealistas que vi ese día", comenta, como cuando notó que los argentinos tomaban los vehículos militares ingleses con el volante a derecha y manejaban de contramano permanentemente.


Wollmann, hoy, a los 59, junto a su célebre foto de hace 35 años

Ese día Wollmann tomó dimensión de su aventura. "Me di cuenta que tenía grandes fotos, y a la vez no. No sé si era del todo consciente del lugar privilegiado en el que había estado". Eso ocurrió con el paso del tiempo. Años después el Museo de Houston, Estados Unidos, la eligió como una de las 25 fotos más importantes en la historia universal de la guerra, en una exposición con más de 400 imágenes históricas. Y la periodista francesa Marie-Monique Robin la seleccionó para su libro sobre las 100 fotos del siglo XX.

El 3 de abril Wollmann se coló en un avión de la Fuerza Aérea que regresaba al continente con un maletín en el que llevaba sus tesoros sin revelar. Recién el 8 volvería un fotógrafo oficial a las islas. Cuando aterrizó en Comodoro Rivadavia, contó a los colegas que ya estaban allí lo que había vivido y las fotos que tenía y todas las agencias de noticias del mundo pujaron por comprar sus imágenes, aun sin verlas.

Editorial Atlántida, que lo había despedido cuatro meses antes, en diciembre del '81, le puso un jet privado a disposición, abrió su laboratorio, reveló sus fotos color y blanco y negro, y le dio los originales a la agencia francesa Gamma, que había contratado a Wollmann para el cándido trabajo de retratar la vida en Malvinas.

En Francia las revistas VSD y Paris Match se enfrentaron en una compulsa por ver cuál ponía más dinero para publicarla. Ganó VSD. Y al poco tiempo lo invitó al fotógrafo a su redacción para brindar. "Nunca habían pagado tanto por una foto", cuenta Rafael.


El 3 de abril Wollmann regresó a Buenos Aires en un avión privado de Editorial Atlántida

VSD tituló "Inglaterra humillada" y L'Espresso, de Italia, "Manos arriba, Inglaterra!". Algunas hipótesis incluso sostienen que esas imágenes impulsaron a Margaret Thatcher a enviar tropas al Atlántico Sur. Con los años, él lo pensó muchas veces. "Para los ingleses las fotos fueron terribles, muchos lloraron, fueron fuertes", reconoce 35 años después Wollmann.



La foto de la rendición fue un giro en el guión de la vida de Wollmann. Nunca dejó de publicarse. Y él quedó enganchado con la cuestión Malvinas: "No me obsesioné pero quise mantenerme cerca". Entonces en 1992 recorrió el país para la revista Noticias y retrató a los héroes olvidados.

En 2002 y 2012 finalmente volvió a las islas. Se reencontró con el chofer del gobernador, con la señora del hotel, con algunos isleños con los que había entablado una relación cordial y respetuosa porque nunca violó el precepto impuesto allá en el sur. Y fotografió a las mismas personas, en los mismos lugares, 20 y 30 años más tarde: "Antes de la guerra se podía ir todas las semanas a Malvinas. Por eso había un cartel en el aeropuerto que decía que éramos bienvenidos pero que no habláramos de soberanía. Y yo cumplí siempre".


El fotógrafo durante su primera visita de posguerra a las Malvinas, en 2002


Su última visita fue en 2012; quiere volver en 2022 junto a sus dos hijos

En una de sus célebres reflexiones, el pensador británico John Berger escribió que "cada fotografía es, en realidad, un medio de comprobación, de confirmación y de construcción de una visión total de la realidad".  El año pasado Rafael, que vive en Pinamar, presenció en Buenos Aires "Campo minado", la obra de Lola Arias donde actúa Lou Armour, el marine protagonista de la foto de la rendición, que se encarna a sí mismo.


Escena de la obra “Campo minado” donde se recrea la rendición

En la pieza teatral la directora recrea el momento de la foto, con el comando anfibio argentino Jacinto Batista apuntando a Armour, y un actor hace de Wollmann en el momento de la foto. A Rafael lo estremeció verse desde afuera, cuando él siempre ve todo desde adentro. Malvinas es una experiencia tan íntima para los que estuvieron allí que el golpe de observarse se siente como una desnudez emocional.


Lou Armour, el marine inglés, con Wollmann y la foto histórica, firmada por ambos, en 2016

Lo que vio en el teatro ya no se trataba de la secuencia propiamente dicha, la 125 parte de un segundo. Era una imagen perpetuada, no sólo por su carga simbólica, sino porque además estaba Lou, la humanización posible de su experiencia. Wollmann temía que Armour al verlo lo insultara, le transmitiera su dolor por la imagen de la humillación. Rafael sonríe con un gesto de alivio cuando lo recuerda: "Temí todo eso pero no. Nos dimos un abrazo, nos reímos, y nos emocionamos".