El Equipo de Combate Bouchard enfrentando al SAS
La Península: una fortaleza entre las aguas
Enclavada entre las olas y el viento, la península se alza como un bastión estratégico de gran importancia. Su dársena, de 130 metros por 70, resguarda embarcaciones como un puerto natural. El muelle, construido mayormente en piedra, revela su lado más rústico al norte, donde la madera toma protagonismo. Hacia el oeste, un espigón de concreto alberga un pequeño pero vital muelle de combustible de 60 metros. Dos gigantescos tanques, con capacidad de más de dos millones de litros cada uno, dominan el terreno junto a una sólida casa de piedra y ladrillo, un galpón, un establo y otras construcciones que completan este enclave. Desde el sur, un camino serpentea hacia Puerto Argentino, conectando este punto clave con el corazón de la isla.
Pero fue el 5 de abril de 1982 cuando este rincón adquirió un papel trascendental. Un grupo de tiradores de la Infantería de Marina se desplegó en el muelle de Camber, dando inicio a la preparación defensiva de la península. Día tras día, posición tras posición, la estrategia se fue consolidando hasta el 30 de mayo, cuando una Sección de Marinería proveniente del Apostadero Naval se sumó al esfuerzo.
Lo que siguió fue un ejemplo notable de adaptación y espíritu de cuerpo. A pesar de sus distintas formaciones técnicas, estos marinos demostraron un fuerte compromiso militar. Se integraron por fracciones a cada “Loma”, adaptándose con naturalidad al terreno y a las condiciones de combate. Aquella experiencia los marcó. Aún hoy, décadas después, se reúnen con emoción, recordando su transformación temporal en Infantes de Marina y el lazo inquebrantable que los unió en aquella gesta.
La defensa quedo formada por dos Secciones de Tiradores de Infantería de Marina, una Sección de Tiradores de Marinería del Apostadero Naval y una batería antiaérea del GADA 101.Estas fracciones de distintos orígenes de la Armada más la Batería B del GADA 101 conformaron el Equipo de Combate Conjunto Bouchard nombre propuesto por el Mayor Jorge Alberto Monge
El conscripto clase 62 Gabriel Asenjo del Apostadero Naval que integró la Sección de marinería formó parte de los defensores de Loma 4; específicamente su grupo debía proteger los tanques de combustible, nos dice: «Estábamos armados con fusil; nuestro grupo se ubicó al sur de la Loma, mirando hacia los 2 tanques de combustible. Durante el día dejamos una guardia y vivíamos en un refugio construido por los ingleses posiblemente durante la Segunda Guerra Mundial; su construcción circular de pirca contaba con un hogar a turba, su altura era de 1,50 metros, el techo de madera y chapa, fue cubierto con tepes de turba. Durante los ataques y de noche hacíamos guardias en pozos de zorro con techo de chapa que miraban hacia los tanques, alojábamos 2 o 3 hombres, estaban ubicados a unos 20 metros del refugio y a 20 metros entre ellos. Nuestro grupo se mantuvo muy unido y tratábamos de aprender a combatir como infantería de los infantes de marina cercanos. Recuerdo que el teniente Imboden nos daba e inspiraba confianza, su trato amable, siempre sonriente, pero firme nos tranquilizaba incluso en el último día de combate cuando esperábamos el asalto inglés. Nuestro grupo lo constituía el suboficial Aguirre, cabo Anauk, cabo Iñiguez y los conscriptos Corletto, Luna, Giri, Soler y yo». Consolidado el despliegue en Camber la guarnición se preparó para soportar el inminente ataque final.
En los últimos días previos a la noche del 13 de junio se habían visto movimientos de tropas y helicópteros en las alturas inmediatamente al norte de Camber. Se sabía que las tropas del RI Mec 7 estaban soportando un abrumador fuego del atacante británico; de hecho se había perdido el contacto con ese regimiento. Sólo se lo mantenía con la Batería del GADA 101 pues su jefe el Mayor Monge, se encontraba en el PC de Loma 1.
El fuego se intensificó aún más a partir de las 22:00. Este cuadro de situación se percibía con toda nitidez desde Camber. Se veían los efectos del fuego sobre Tumbledown, Wireless Ridge, en la profundidad del dispositivo propio y el fuego de contrabatería.
Los proyectiles iluminantes, las explosiones y las trazadoras de ametralladoras permitían «seguir» el combate de las primeras líneas en contacto.
El combate para estos hombres que estaban en Camber comenzó cuando los Ojos 1 y 2, puestos adelantados de los puntos fortificados en Loma 1 y 2 respectivamente, ven aproximarse a 3 botes de los cuales desembarcaron 1 hombre por bote los que permanecieron agazapados. Esta novedad fue informada al PC en Loma 1 donde el mayor Monge y el teniente Gazzolo, ordenan no abrir fuego en espera de clarificar la situación, no delatar la posición y coordinar los fuegos de las Lomas y de los cañones HS de la batería.
Recuerda el Ex conscripto de la infanteria de marina Víctor Villagra
-Yo tenía visor nocturno y miraba hacia el aeropuerto y Rodríguez mi compañero miraba hacia Monte Longdon.
Rodríguez dice:
¨Villagra veo una mancha en el agua. Fijate que es eso. Yo con el visor nocturno veo una mancha en el agua, una sombra de una nube. Era una noche de luna. No le des bola Rodriguez.¨
Al poco tiempo Rodríguez me repite a Villagra:
¨Fijate de nuevo¨.
Al fijarse Villagra ve perfectamente tres botes de desembarco entre Ojo 1 y Ojo 2 que eran los otros puntos de guardia sobre la costa.
Dice Villagra:
¨Automáticamente doy aviso a Ojo 1 y Ojo 2 pero no me contestan. Eran dos soldados en cada puesto.
Sigo llamándolos"
Ojo 1 Ojo 1 acá Ojo 3 cambio.:
Nada.
Ojo 2 Ojo 2 acá Ojo 3 cambio:
Tampoco. Pensé. A estos 4 soldados ya los degollaron y los próximos somos nosotros. Con el visor nocturno empezamos a mirar para todos lados. Estos gringos ya habían desembarcado y había degollado a 4 y los otros dos somos nosotros pensaba mientras con Rodríguez nos alistábamos a combatir. Doy aviso a los puestos pero nadie me responde. Pienso no debe andar el teléfono y de repente por el teléfono me contacta Loma 2 que era la del medio. Nos interrogan y dicen: ¿que ven Ojo 3? Le respondo tres botes en la playa con gente junto a los botes. Ademas no me contestan ni Ojo 1 ni Ojo 2 . Me responden: Quédense tranquilos ellos ya se replegaron. Es decir subieron a las posiciones de arriba y a los 3 botes ya se los vio y los tenemos en las miras.

Villagra dice:
Quedamos nosotros solos abajo. Los botes distaban 300 m, de Loma 1 y 200 m de Loma 2 y 500 de Loma 3 donde el Guardiamarina IM Barrios contaba con una ametralladora 12,7mm con mira nocturna con la cual observaba claramente a los tres botes. Loma 2 nos preguntó si teníamos munición trazante. Le contestamos que si.
Bueno, tiren Uds y donde tiren Uds tiramos todos. Tengan cuidado porque la munición trazante dirige el fuego pero marca su posición. Le avise a Rodriguez la orden es fuego libre. Loma 2 nos dice: Cuando Uds dispongan tiren. La tension aumentaba . Rodríguez en ese momento me dice: No traje mi correaje. Es decir donde llevan 6 cargadores cada costado. Tenia puesto un cargador con 20 tiros y uno dado vuelta atado al primero como les habían enseñado. Yo tenia 80 tiros en mi correaje y 21 tiros con mi PARA FAL.
Villagra y Rodríguez abren fuego. A su vez se concentran las ametralladoras de Loma 1 y 2 y los fusileros de las tres lomas, 30 tiradores aproximadamente y luego el de los cañones del Ejército argentino. Ante este volumen de fuego el enemigo inicia la retirada.

Cuando abrimos fuego relata Villagra los ingleses prendieron sus motores y se fueron en abanico: uno a la derecha, otro a la izquierda y el otro para el medio-Ellos se replegaban pero tirando desde los botes, pero las balas claramente hacian blanco. Uno de los botes ellos se vino para nuestro lado. Lo teníamos a pocos metros. Pobrecito, a ese lo teníamos como tiro al pichón. Además de tirarles nosotros de arriba también le tiraban, los botes se alejaron pero de seguro les causamos bajas.
Mientra esto pasaba el rompehielos Irizar ilumina con reflectores sumándose a los proyectiles iluminantes de los morteros de las Lomas. Esto permite ver el espejo de agua con toda claridad. Gracias a esto se detectó una segunda ola de asalto de 5 botes que estaban cerca del Irizar, los comandos ingleses de la segunda ola habían aprovechado el buque para pasar sin ser vistos, pero ahora al verse descubiertos tratan de alejarse y continuar con su desembarco más hacia el oeste. Pero son atacados por los defensores de camber, ahora los ingleses volvían escapando hacia la orilla de donde habían salido. Los disparos los perseguían. Cuando estaban llegando al punto de partida caen piques de los morteros de 120 mm pero caen en cortos inmediatamente se corrigen el tiro y caen en la costa opuesta desde donde se había lanzado el ataque.
Recuerda Villagra - después de rechazarlos- Nos tuvimos que quedar 2 horas en el lugar con poca munición . Una patrulla de IM salió a rastrillar porque no sabíamos si habían dejado comandos ahí. Al amanecer se podía observar en la costa opuesta dos botes abandonados y uno a la deriva. Ese medio día se terminaron las hostilidades y debemos rendirnos
Según fuentes británicas. Eran entre 6 y 8 comandos por bote.
Observación del combate desde el ARA Almirante Irizar
El buque hospital Almirante Irizar, que había quedado en la línea de fuego, durante este combate. Había ocupado impensablemente un sitio destacado del encuentro desde donde, como si fuese un cuadro alucinante, algunas instrumentadoras como Maria Marta Lemme pudieron ver azoradas como una gran cantidad de proyectiles trazantes llegaban picando hasta las proximidades del buque mientras los comandos británicos buscaban desesperadamente alejarse del fuego de fusiles y artillería argentina que impidió su avance y logró dispersarlos. Con las primeras luces del día, desde el Almirante Irizar, se alcanzó a ver en una playa cercana a varios botes semirrígidos y gomones, con evidentes averías causadas por el fuego y algunos cuerpos sin vida junto a los mismos. Ya a media mañana un grupo de tres helicópteros SH Sea King de la Armada británica se acercó a los restos de botes y cuerpos esparcidos en la playa. Sin que los aparatos tocaran tierra, varios hombres descendieron con sogas y comenzaron a recoger, todo lo que allí había quedado. Con ayuda de malacates izaron a bordo además de armas, cascos, botes, radios, visores y salvavidas, a los cuerpos yacentes, previo haberlos colocado en bolsas negras. Cumplida esa maniobra cuya evidente intención era borrar las huellas del desastre, las aeronaves se retiraron del lugar.
Acción del desembarco- versión británica
Esta acción fue vista por los británicos de la siguiente forma: Al tiempo que los Guardias luchaban por Tumbledown, una igualmente dramática serie de acciones se desarrollaba al extremo norte de las líneas británicas. Mientras la Brigada 5 presionaba desde el sur, el 2 de Paracaidistas debía tomar Wireless Ridge como punto inicial desde el cual el 3 de Paracaidista lanzaría la fase siguiente del ataque inglés en la noche del 14 de junio. . Esta operación empezó la noche del 12 de junio cuando 4 hombres del SBS desembarcaron en la isla Kidney, al noroeste de Wireless Ridge. Se mantuvieron ocultos durante el día y en la noche del 13 salieron para cumplir una rápida gira de ataque a las posiciones enemigas en el confín este de Wireless Ridge. Ya en ruta, se les informa un cambio en la misión, ahora debían atacar Camber, en el camino se le sumaron 20 hombres del Escuadrón D, SAS, que habían participado el ataque a la isla Pebble (Borbón),. El objetivo de la operación consistía en un desembarco y posterior infiltración, para luego realizar ataques con el objetivo de distraer la atención de los Argentinos y darles mas posibilidades de éxito a las actividades del 2 de Paracaidistas en el oeste. Estos hombres del SAS estaban ansiosos por darle el golpe final a los Argentinos y es así que partieron en sus botes hacia una zona que se creía que estaba sin protección, se desplazaron sigilosamente, mientras se acercaban no detectaron movimientos, los Argentinos estaban ocupados con los combates en los montes, todo marchaba bien, los exploradores dieron aviso que era seguro el desembarco. El resto de los botes emprendieron el avance hacia allí, mientras los primeros comandos resguardaban la zona de desembarco fueron sorprendidos y se descargó sobre ellos un fuego abrumador de fusiles, ametralladoras y morteros. Los botes del Escuadrón de Ataque fueron alcanzados y dañados, la presión era muy fuerte, Las fuerzas especiales Argentinas los emboscaron, viendo las circunstancias y que seguramente serian aniquilados, el jefe de la partida debió ordenar retirada hasta lugar seguro. Mientras se movían otra mal se sumó, un barco argentino encendió inmediatamente sus faros rastreadores e iluminó el área. Antes de que la partida pudiera ponerse a cubierto, dos SAS y un SBS fueron heridos. Como si fuera poco los botes que se aproximaban fueron iluminados y atacados desde la costa. Tuvieron que escapar de ahí con dirección al punto de partida. . Fue una operación aparatosa, que a muchos oficiales pareció más propia de la piratería que de las artes militares, y que estuvo a punto de resultar un desastre total. Pero por suerte pudieron romper el contacto y alejarse.
Malvinas Historias de Coraje