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sábado, 9 de septiembre de 2023

Operación Alcázar: El casi motín y última resistencia en Puerto Argentino

Operación Alcázar: los comandos que planearon sacar Menéndez y hacer un contraataque “en serio” contra los ingleses

Los mayores Mario Castagneto y Aldo Rico idearon un plan para resistir el embate final inglés y, de ser necesario, morir peleando. Iban a tomar la casa del gobernador en Puerto Argentino y atrincherarse. Cómo le llegó esa información a Menéndez, la acción que tomó y la misión suicida a la que fueron enviados cuando la guerra ya se terminaba

El jefe de la Compañía de Comandos 601consideraba que un contraataque era perfectamente posible. Mario Castagneto recorría permanentemente las posiciones y sabía de lo que hablaba. Pero los generales estuvieron siempre con los borceguíes lustrados, jamás se acercaron a recorrer los pozos de zorro de primera línea para calibrar la situación. De haberse animado a ensuciar su calzado, se hubieran anoticiado de que los soldados estaban enteramente dispuestos a jugarse. Siempre y cuando, claro está, los generales se pusieran al mando.

Excepto las posiciones del Regimiento 8, que estaba en Bahía Fox, el mayor Castagneto recorrió todas las unidades. Y pudo constatar que los combatientes esperaban y necesitaban la presencia de sus jefes. Esos jefes que están cerca de la tropa, que no le escurren el bulto a la primera línea, que recorren las posiciones, que tienen el conocimiento profundo de cómo está la situación por la que se está atravesando, que llevan a todas partes su aliento, que hacen la arenga final. Lo que los soldados querían era el ejemplo personal, no que los generales se quedaran encerrados en el pueblo. En vez de ello, estos generales vivían lo más tranquilos en sus casas de Puerto Argentino. Con cocinero y calefacción.

Si los de Malvinas no hubieran sido generales de escritorio, nada les hubiera impedido reunir a oficiales y suboficiales, incluyendo a aquellos que pululaban en el pueblo y en la retaguardia y, sumándoles a los comandos, lanzar ese contraataque que los ingleses tanto temían.

Pero Mario Benjamín Menéndez, jefe de la Guarnición Malvinas y gobernador del archipiélago, hacía gala de una indiferencia rayana en la resignación. Siempre me pareció que el general ya se había rendido internamente hacía mucho tiempo atrás.

Mario Benjamín Menéndez con el mayor Castagneto en Malvinas (Fotos: Nicolás Kasanzew)

El talentoso periodista Manfred Schönfeld, escribió después de la rendición:

Faltó el último coraje personal en la conducción. Si hubo sentimientos humanitarios, si no se quiso exponer a la tropa a ser víctima de una carnicería generalizada –suponiendo que verdaderamente, el armamento del enemigo era tan superior que casi diez mil hombres no pudieron resistirlo siquiera un poco más– pero en fin, si hubo ese acto de compasión para con la masa de jóvenes civiles conscriptos, nadie hubiera impedido, sin embargo, a los oficiales superiores al mando de la guarnición, licenciar a sus tropas, ordenarles rendirse, dar a conocer amplia y profundamente tal decisión a los cuatro vientos –para evitar posibles represalias ulteriores contra la tropa inerme– y una vez hecho eso, atrincherarse un puñado de hombres cuyo honor profesional los hubiera obligado a semejante acto de heroísmo, alrededor de su bandera, y pelear por ella hasta morir. De haberse dado un gesto de esta naturaleza, hoy los argentinos andaríamos con la frente más alta, e incluso en aquellos hogares atribulados por la tragedia de la pérdida o la mutilación de un hijo se sentiría que ese sacrificio impuesto por el destino fue correspondido, fue igualado, sin que quedasen sueltos los cabos de la duda y de la incertidumbre sobre la justificación del sacrificio”.

Aldo Rico en una Kawasaki KE 125 en la costa de Puerto Argentino

Sin embargo, hubo dos oficiales que quisieron hacer exactamente lo imaginado por Schonfeld: atrincherarse con un puñado de hombres y vender cara la derrota. Eran los jefes de las Compañías de Comandos 601 y 602, mayores Mario Castagneto y Aldo Rico.

La iniciativa partió del primero, quien le planteó a Rico la idea de preparar la última resistencia en Puerto Argentino. La operación se llamaría “Alcázar”, un término muy caro a Castagneto, ya que evocaba la heroica resistencia del asediado Alcázar de Toledo en 1936. El jefe de la 602 no estaba muy convencido, pero finalmente accedió ante el ímpetu y la convicción irreductible de Castagneto.

Bastante antes del arribo de Rico a Malvinas, el jefe de la 601 había anticipado que ese momento podía llegar. Y su idea era atrincherarse en la casa del gobernador. Es que en una campaña, lo que simboliza el triunfo es la conquista del objetivo estratégico; en este caso la ciudad de Puerto Argentino. Pero el enemigo no podría cantar victoria, mientras la casa del gobernador no estuviese en su poder.

Desde tiempo atrás, Castagneto creía que iba a ser necesaria una resistencia final, sin posibilidades de éxito tal vez, pero que encarnara el deseo de combatir hasta la muerte. Erróneamente se dijo luego que la idea era resistir casa por casa, pero Castagneto nunca lo imaginó así. Por empezar, era imposible con los efectivos de que disponía en aquel momento. Contaba sólo con unos sesenta hombres, ya que había perdido gente que tenía en la Gran Malvina. Sumados a los comandos de Gendarmería y los de Rico no superaban un total de noventa o cien. Pero sobre todo, Castagneto no quería escudarse en la población civil, contra la cual los ingleses no iban a disparar.

Mohamed Alí Seinldín (izquierda) se negó a formar parte de la Operación Alcázar. Dijo que no se podía alterar la cadena de mandos de esa manera, que era una falta de disciplina

Discretamente, ambos mayores y sus jefes de sección reconocieron por dentro y por fuera la casa del gobernador, para determinar la mejor manera en que podía ser defendida. Y por expresa orden del jefe de la 601, a la que se plegó Rico, a partir del 5 de junio los comandos, tanto de Ejército, como de Gendarmería realizaron un relevamiento completo del poblado: tipos de casas, particularidades de los terrenos baldíos, lugares para hacer voladuras o tender trampas, vías de repliegue, cantidad de radios y vehículos de toda clase. Sin pedir permiso a la superioridad.

Es evidente que para Castagneto era una cuestión de honor mostrar a los ojos del mundo entero que los cuadros argentinos eran capaces de combatir hasta la muerte, aunque no tuvieran posibilidades de triunfo.

Lamentablemente, Menéndez tenía una idea bien distinta del sentido de la vida militar.

Seineldín habla frente a los Comandos. Sentado, Aldo Rico (Fotos: Nicolás Kasanzew)

Sólo quedaba la opción de desplazarlo. Pero, ¿quién tenía la talla suficiente para conducir a los cuadros a un sacrificio heroico? Las miradas de Castagneto y Rico convergieron sobre el teniente coronel Mohamed Alí Seineldín. Por su prestigio, porque no estaba comprometido directamente en el combate, porque su regimiento estaba en las cercanías, parecía la persona más adecuada para ponerse al frente de la defensa de Puerto Argentino.

De ahí que, a renglón seguido de la reunión de camaradería de los integrantes de ambas Compañías de Comandos, el domingo 6 de junio ambos oficiales visitaron a Seineldín en su amplia casamata subterránea de las posiciones del Regimiento 25 y le ofrecieron un plan: apartar a Menéndez y que él se ponga al frente de una defensa en serio. Inesperadamente, el Turco rechazó de plano la propuesta. Adujo que no se podía alterar la cadena de mandos de esa manera, que era una falta de disciplina.

Años más tarde, sin embargo, no tuvo los mismos miramientos al liderar, al menos formalmente, las asonadas de 1988 y 1990. Si bien decepcionados por la actitud de este jefe, Castagneto y Rico no abandonaron la idea de una postrera defensa de Puerto Argentino: la encabezarían ellos mismos. Al parecer, no los amilanaba siquiera que sus actitudes fueran pasibles de consejo de guerra y fusilamiento inmediato.

Pero la intención de resistir llegó al conocimiento de Menéndez, y abruptamente todos los comandos fueron sacados de Puerto Argentino en el anochecer del 13 de junio. Se les dijo que del otro lado de Wireless Ridge, donde estaban los tanques de combustible, en la península de Freycinet, desembarcaron comandos del SAS y había que neutralizarlos. En realidad, mandaron allí un rejuntado, ya que la 602 había perdido parte de su capacidad militar y la 601 estaba desparramada, tenía gente en Howard, que no había logrado cruzar a Soledad.

Decepcionados por la actitud de Seineldín, Castagneto y Rico no abandonaron la idea de una postrera defensa de Puerto Argentino: la encabezarían ellos mismos

Los comandos pasaron la noche bajo la nieve, mirando con los visores nocturnos, pero el SAS nunca apareció. Y a eso de las cuatro de la mañana Castagneto los impone de una nueva orden que acababa de recibir: ocupar una posición de bloqueo al oeste de la península de Cambers, en dirección a Monte Longdon, para evitar el avance de los ingleses, que venían de superar al Regimiento 7. Se trataba lisa y llanamente de una misión suicida. Unos cuarenta hombres sin armamento pesado eran ubicados a la intemperie frente a la artillería británica y dos o tres de sus batallones. “No me pregunten el por qué de esta orden”, se atajó Castagneto. Pero cuando el capitán Ricardo Frecha, que tenía con él una relación especial más allá de la profesión, lo agarra en un aparte, el mayor le dice: “No quieren que estemos en Puerto Argentino y hagamos la Operación Alcázar”.

Para evitar eso, los mandaban a una misión suicida.

“Ponernos en esa posición de bloqueo era una locura –me comenta Frecha–. Pero te aseguro que de ahí no nos íbamos a mover, moriríamos allí. Castagneto moría ahí, Rico moría ahí, yo moría ahí. Pensaba en mi esposa: bueno, ella va a poder rehacer su vida, es una linda mujer, todo pasará para ella. ¿Y mis hijos? ¡Los dejo huérfanos! ¿Trascenderé en ellos? Pero no había marcha atrás. Milagrosamente, la guerra terminó esa madrugada, y pararon todo”.

El capitán Ricardo Frecha supo que los sacaron a último momento de Puerto Argentino para impedir la Operación Alcázar (Fotos: Nicolás Kasanzew)

Ese día Castagneto agotó las baterías, llamando por radio para que los cruzaran nuevamente a Puerto Argentino. Quería volver para poner en práctica la Operación Alcázar. Y no hubo manera. Recién cuando escuchó por la radio militar que la rendición estaba acordada, después de unos cuarenta llamados que había hecho pidiendo que mandaran el barquito para cruzarlos, vio al Forrest que salía de enfrente a recogerlos,

El jefe de comandos nunca imaginó que la rendición se produciría en forma tan precipitada y sin haber ofrecido la resistencia final. Él había propuesto lo que haría cualquier soldado verdaderamente profesional: combatir sin parar. Su postura era, asimismo, altamente espiritual: pensaba en el juicio de la Historia, antes que en la propia supervivencia.

El mayor Mario Castagneto (centro) pensó que podían tomar la Casa del gobernador y resistir

Sin embargo, no necesariamente la iniciativa de Castagneto iba a ser coronada con la muerte de todos los valientes atrincherados. En 1984, ese brillante intelectual que fue Manfred Schönfeld, me decía: “No acepto de modo alguno la típica excusa de que Menéndez estaba preocupado por su tropa. Hay ejemplos en la historia de cómo resuelve eso un oficial pundonoroso. Si entre esa muchachada se hubiese corrido la voz ‘¡El general en persona está lanzándose al ataque! ¡Carga frente a nosotros contra el enemigo!’ eso los hubiera galvanizado. Porque no hay soldado; ni profesional, ni conscripto, que resista eso. Y eso es lo que debiera haber hecho el general Menéndez. También, si se hubiera atrincherado en la casa del gobernador con cuadros, anunciando a los cuatro vientos que ha licenciado a su tropa, especialmente a los conscriptos, pero que él de ahí no se mueve, que tendrán que sacarlo muerto, yo me juego la cabeza, conociendo como creo conocer a los ingleses, en cuyo país viví nueve años seguidos, que si él hace eso, los ingleses se frenan. Si llega el mensaje a Londres –y a todo el orbe–: ‘El hombre no se va a rendir. Habrá que pasarlo a cuchillo a él y a sus doscientos selectos. ¿Qué hacemos? ¿Vamos a pasar por unos monstruos? ¿Cinco mil hombres vamos a masacrar a doscientos, cuando ellos con sus diez mil respetaron a nuestros ochenta Marines que estaban antes del 2 de abril?’ –me juego nuevamente la cabeza que la respuesta iba a ser: ‘Negocie con el hombre’. Y entonces, cuando se negocia, algo se saca. Algo más honorable, más digno. Pero irse así al mazo, es lamentable. Demostrativo de que ese general evidentemente no domina su oficio, ni tampoco tiene las cualidades esenciales del militar, que son el coraje y el espíritu de sacrificio”.

Después de todo, los jefes están justamente para hacer esa clase de gestos, interpretando la necesidad histórica. Menéndez, en cambio, no se rindió el 14 de junio. Ya había llegado rendido a las islas el 7 de abril.

martes, 25 de enero de 2022

PGM: El motín de la Hochseeflotte, inicio del fin del imperio alemán

El motín, al final del cual el imperio pereció


Sven Felix Kellerhoff || Die Welt (original en alemán)




A finales de octubre de 1918, la flota alemana de aguas profundas yacía ante Wilhelmshaven, y se amotinó. Deberías ser sacrificado en una última pelea sin sentido. Fuente: picture-alliance / akg-images



La idea de construir una flota oceánica alemana llegó al mundo en 1888 cuando el emperador Guillermo II (l.) Llegó al poder. Crédito: picture-alliance / dpa



La flota de batalla fue organizada por el almirante Alfred von Tirpitz, quien dirigió el Reichsmarineamt de 1897 a 1916.
Fuente: picture-alliance / KPA / TopFoto / KPA



El ambicioso programa de construcción alimentó el ambiente anti-alemán en el público británico.
Fuente: picture-alliance / KPA / TopFoto / KPA



Las dos flotas se encontraron solo una vez, el 31 de mayo / 1 de junio de 1916, durante la Primera Guerra Mundial.
Fuente: picture-alliance / akg-images



El Skagerak fue la batalla naval más grande de la historia entre 99 buques de guerra alemanes y 151 británicos.
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Los británicos perdieron más que los alemanes. Pero la flota alemana permaneció bloqueada en sus puertos.
Crédito: picture-alliance / dpa



Cuando recibieron la orden de ir "desde un punto de vista moral" a una "batalla final", los marineros en Wilhelmshaven (foto) y Kiel se negaron a servir. Fuente: picture-alliance / akg-images / akg



La dirección naval separó la compañía y capturó a varias docenas de marineros que fueron internados en Kiel.
Crédito: picture-alliance / dpa



Los equipos se levantaron y pusieron la ciudad bajo su control. Los trabajadores se solidarizaron con los marineros. Fuente: picture-alliance / akg-images



El canciller Príncipe Max von Baden y el Secretario de Estado Philipp Scheidemann trataron de calmar la situación con una llamada. Fuente: picture-alliance / akg-images



Pero el levantamiento se extendió rápidamente a otras ciudades portuarias. Fuente: picture-alliance / akg-images / akg



Los marineros insurgentes de la División de la Marina Popular también participaron en las peleas callejeras en el Palacio de Berlín. Fuente: picture-alliance / akg-images / akg



Los británicos internaron 74 barcos de la flota de aguas profundas en Scapa Flow. El 21 de junio de 1919, los equipos alemanes hundieron sus barcos.  La gente de mar alemana ya se ha negado a servir.

Crédito: Picture-Alliance / Mary Evans Pi / Mary Evans Picture Library


En octubre de 1918, el levantamiento de los marineros desencadenó la revolución.

Un buque de guerra es un microcosmos en sí mismo. Cualquier persona a bordo está sujeta a una disciplina especial, y a la supervisión constante de sus superiores. Porque no importa cuán grandes puedan ser los cruceros, los acorazados y los acorazados: son pequeños y claros en comparación con las habitaciones sobre las que se distribuyen las unidades militares, ya sea en el frente o en los cuarteles en casa. No hay forma de moverse en un barco de guerra, no hay rincones en los que esconderse, y desertar de un barco de vapor tirado en el camino es prácticamente imposible.

El motín más importante de la historia alemana.

Todo esto es una de las razones por las cuales el motín más importante en la historia alemana tuvo lugar en los barcos de la flota alemana de aguas profundas. Ya en el verano de 1918, después del fracaso de la última ofensiva alemana en el frente occidental con el nombre en clave "Michael", había estallado algo así como un "ataque militar encubierto", como lo expresó el historiador Wilhelm Deist: los soldados se negaron tácitamente a dar órdenes de sus superiores o simplemente se alejó de sus tropas. Las sanciones draconianas, que eran comunes hasta entonces, ya no podían ser impuestas por los oficiales. El ejército alemán se descompuso cada vez más (por cierto, sin ninguna "puñalada en la espalda" desde su casa) en el campo.

Pero en los barcos de Su Majestad, el antiguo orgullo de Guillermo II, apenas había signos de disolución. Las tripulaciones, especialmente los bomberos y los comerciantes, vivían demasiado cerca en condiciones a menudo sorprendentemente malas en los cascos de acero con los oficiales a menudo arrogantes que adoraban un código de honor completamente anticuado. A principios de agosto de 1917 hubo un motín menor en el buque insignia de la flota "Federico el Grande", que los marines derribaron rápidamente; Como cabecilla principal, entre otros, el marinero Max Reichpietsch fue condenado a muerte y ejecutado.

No hay buque de guerra

Como nada había cambiado para mejor después, la presión continuó creciendo como en un caldero bien cerrado. En la tarde del 29 de octubre de 1918, se descargó; El desencadenante fue un comando que fue constantemente pensado desde el punto de vista del Almirantazgo alemán, pero que excluyó la situación a bordo.

El liderazgo de la Armada Imperial mantuvo un principio con obstinación casi patológica: un buque de guerra alemán no se rinde al enemigo, sino que cae con banderas ondeando. El modelo para esto fue el vicealmirante Maximilian Graf Spee: había sacrificado las cuatro naves de su escuadrón de Asia oriental, la vida de más de 2.200 marinos y él y sus dos hijos en diciembre de 1914 en lugar de la superioridad de un grupo de combate de la Marina Real Británica. rendirse o al menos ser internado en un puerto neutral.

Compromiso de suicidio

En el otoño de 1918, una actitud similar se extendió en el Almirante Staff en Kiel. Los oficiales de la bandera, quienes, aparte de las dos batallas navales en el Doggerbank en 1915 y el Skagerrak en 1916, que no tenían un ganador claro, habían tenido poco que ver con su flota de batalla extremadamente costosa, estaban presionando por un golpe decisivo. Es controvertido entre los historiadores si los barcos alemanes deben usarse de una manera que sea, en principio, militarmente significativa, para aliviar la presión sobre las fuerzas terrestres, o si se planeó un gesto sin sentido, una especie de viaje enemigo al suicidio. Hay buenas razones para la segunda lectura.

En cualquier caso, el comando de la flota de alta mar bajo el mando del almirante Reinhard Scheer elaboró ​​un plan según el cual los poderosos acorazados alemanes expirarían el 30 de octubre de 1918 y enfrentarían la batalla con la flota de origen de la Royal Navy numérica y técnicamente claramente superior.

Se retira la orden de ataque.

El 29 de octubre de 1918 a las 8:00 p.m., comenzó la sesión informativa de los jefes de escuadrón en el "Federico el Grande" en la carretera frente a Wilhelmshaven; solo dos horas después, el libro de registro registró tres de los cinco acorazados de III. Disturbios de escuadrones de equipos contra una orden de despliegue. Cada vez más marineros indicaron que no obedecerían órdenes si se iban a la muerte.

Alrededor de las dos de la mañana, los Almirantes Scheer y Franz von Hipper abandonaron la idea de enviar a la flota a una batalla decisiva; En una llamada a los hombres de sus barcos, Hipper convocó a la protección de las fronteras marítimas como una tarea para la flota. Pero esto no calmó las mentes agitadas de la gente de mar. Cuando las naves del III. Los escuadrones pronto se trasladaron al puerto de origen de Kiel a través del Canal Kaiser Wilhelm, y los almirantes y oficiales esperaban volver a controlar los equipos por un corto tiempo.

Pero cuando algunos portavoces del motín fueron traídos a bordo como castigo, hubo una erupción: más y más marineros también se negaron a obedecer las órdenes; mostraron solidaridad con los trabajadores de Kiel. En unas pocas horas, durante unas vacaciones rurales ordenadas para calmar la situación, se formó un frente masivo contra la guerra, que en tres días tuvo la ciudad bajo control. Esta rebelión se conoció como el Levantamiento de los marineros de Kiel, que desencadenó directamente la revolución de noviembre en Alemania.

Un poco más tarde, algunos de los marinos enojados abordaron trenes, los llevaron a Berlín y llevaron la noticia de la exitosa resistencia contra el comando a la batalla final de la flota de aguas profundas a la capital imperial. Esta información se convirtió en el impulso que provocó el colapso del sistema de energía podrido.


El 7 de noviembre los amotinados llegaron a Berlín.

En la tarde del 7 de noviembre de 1918, los revolucionarios de Kiel llegaron al Lehrter Bahnhof en Berlín; poco después se interrumpió el tráfico ferroviario de larga distancia, al igual que los teléfonos y los telégrafos. El 8 de noviembre de 1918, los agentes de policía aparecían a pie y a caballo en el centro de la ciudad cada vez con más frecuencia. Todos los edificios públicos y el castillo estaban rodeados de guardias. Las unidades montadas dispersaron multitudes de personas en el extremo oriental del bulevar Unter den Linden. Pero eso no cambió nada, excepto que el estado de ánimo se deterioró aún más. La revolución estaba en el aire.

Solo un día después, el Kaiser Wilhelm II renunció y abandonó Alemania para exiliarse en Holanda. El imperio se había derrumbado, y el comienzo de esto vino del motín en los barcos de la flota alemana de aguas profundas.


martes, 21 de febrero de 2017

Comandos en serio: El asalto a la Casa Azul surcoreana (1968)



La incursión a la Casa Azul - el fallido asalto de comandos de Corea del Norte en el corazón de Seúl
Por
MilitaryHistoryNow.com
ROK Drop


En 1968, un equipo de 31 comandantes de élite de Corea del Norte se infiltraron en el sur. Su objetivo: el presidente de la República de Corea. Foto cortesía de la Agencia Central Coreana de Noticias.

"Los hombres elegidos para la tarea tenían fama de estar entre los mejores que el régimen totalitario tenía que ofrecer. Todos habían sido rigurosamente entrenados para sobrevivir en un país hostil ".

Cuatro hermanos surcoreanos recibieron más de lo que esperaban mientras buscaban leña en una fría tarde de enero de 1968. Cuando los hermanos adolescentes se dedicaron a buscar en una ladera boscosa a unos 50 km al norte de Seúl, tropezaron accidentalmente con el campamento oculto de un pelotón de comandos de Corea del Norte.
 
Los centinelas que vigilaban el perímetro del sitio rápidamente cayeron sobre los desventurados visitantes y los llevaron a punta de pistola a su comandante.

Para el oficial a cargo del equipo de 31 hombres, estos invitados súbitos e inesperados amenazaron con minar la misión secreta del grupo, una que había sido planeada durante dos años completos por órdenes personales de nada menos que por el dictador comunista Kim Il-Sung.

Unidad 124

Conocido como la Unidad 124, el equipo elegido a mano se había deslizado a través de la zona desmilitarizada (DMZ) que separaba a las dos Coreas tres días antes, sin pasar por los centinelas del Ejército de los Estados Unidos a lo largo del camino.
Presidente Park Chung-hee
Una vez dentro del territorio enemigo, los infiltrados atravesaron el frígido río Imjin y se deslizaron sigilosamente por las escarpadas montañas hacia la capital surcoreana Seúl. El objetivo del grupo era asaltar la casa presidencial residencia del poder ejecutivo, conocida como la Casa Azul, y asesinar al presidente Park Chung-hee.

Infiltración

El equipo del comando decidió infiltrarse a través del 2do sector de la división de infantería cerca de la ciudad de Yeoncheon porque se creyó que infiltrando a través del sector de los EEUU de la DMZ y entonces asesinarían con éxito Park Chung-hee que el ejército coreano culparía los EEUU para el asesinato. Esto a su vez provocaría tensiones entre los dos aliados de los agentes comunistas de Corea del Norte para explotar. Cada uno de los equipos de Corea del Norte fue capaz de romper con éxito la valla DMZ y las minas terrestres sin ser detectado.

Esto es lo que el único comando para sobrevivir al ataque tenía que decir acerca de la operación inicial de infiltración:

A las 04:00 el 18 de enero de 1968, 31 comandos cruzaron la frontera. (La cerca cortada de la frontera se conserva hasta el día de hoy). Llevaban uniformes surcoreanos y fueron entrenados en acentos de Seúl. "¡Ésta es la base de la lucha de guerrillas!" Ellos retiraron minas a medida que avanzaban. Se detuvieron ante un puesto de observación surcoreano: Las mujeres entraron: "¡No estaban muy alertas!" Cubiertos de sábanas blancas, los asesinos cruzaron el congelado río Imjin. [Kim Shin-jo]

Después de cruzar con éxito la DMZ los seis equipos diferentes se reagruparon y comenzaron sus esperados cuatro días de marcha hacia el sur hacia Seúl. Durante los primeros dos días, el equipo de comando pudo marchar con éxito hacia el sur sin ser detectado. Su misión de infiltración había ido tan bien que incluso acamparon una noche a pocos kilómetros de la principal instalación militar estadounidense en el corredor occidental, el campamento Howze.


Comandos norcoreanos

Los hombres elegidos para la tarea tenían fama de estar entre los mejores que el régimen totalitario tenía que ofrecer. Todos habían sido rigurosamente entrenados para sobrevivir en un país hostil. Todos eran maestros del combate con armas pequeñas y cuchillos, así como sus manos desnudas. Y todos eran fanáticamente leales al "Gran Líder". Un veterano de la Unidad 124 recordaba cómo, como parte de su entrenamiento, se esperaba que los nuevos reclutas hicieran millas sobre terrenos accidentados en temperaturas bajo cero mientras que acarreaban 60 libras (30 kilos) de equipo. Para endurecerlos más, a los miembros se les hacía a veces dormir encima de cadáveres. "Nos hizo destemplados", recordó.


El palacio presidencial de Corea del Sur, conocido como la Casa Azul, fue el escenario de una desesperada batalla de armas el 21 de enero de 1968.

Errores fatales

Sorprendentemente, en lugar de deshacerse sin piedad de sus cuatro huéspedes indeseables, el oficial a cargo de la Unidad 124 llegó a una decisión desconcertante: los prisioneros serían persuadidos de las virtudes del comunismo y puestos en libertad. Los hermanos fueron sometidos a una conferencia ad hoc de adoctrinamiento de campo, después de lo cual los cuatro se proclamaron hábilmente convertidos a la ideología de sus captores. Una vez liberados, los hermanos se dirigieron inmediatamente a la estación de policía más cercana para informar sobre el extraño encuentro.

Las fuerzas de Corea del Sur y de los Estados Unidos inmediatamente se pusieron en alerta y dentro de las horas del incidente, las tropas del ejército y las unidades de la policía se desplegaron por toda la región en busca de los invasores.

Batalla de la Casa Azul

Durante dos días, los hombres de la Unidad 124 evadieron a todos los perseguidores y continuaron hacia su objetivo. En la noche del 21 de enero llegaron a las afueras de la capital. Después de ponerse los uniformes del ejército surcoreano, el pelotón entró en los terrenos del palacio presidencial. Posando como un detalle de seguridad, los infiltrados pasaron a través de una serie de puestos de seguridad, pero cuando se acercaron a menos de 100 metros del objetivo, un centinela de alerta los desafió. Sin aviso, los invasores abrieron fuego.

Pero un jeep que llevaba el jefe de la comisaría de policía de Jongno, Choi Kyu-sik, estaba subiendo por la carretera. Choi gritó a los comandos de Corea del Norte: "¡Identifíquense! ¿Qué hay dentro de tus abrigos? Él estaba sacando un arma para detenerlos cuando dos autobuses de la ciudad se acercaron y se detuvieron. Confundiendo los autobuses de los vehículos que llevaban refuerzos policiales o militares, los comandos de Corea del Norte dispararon a Choi en el pecho, lanzaron granadas de mano en los autobuses y se dispersaron en todas direcciones. [Chosun Ilbo]


Los guardias del palacio y los policías devolvieron la fusilada y en cuestión de minutos, la Unidad 124 fue diezmada. Superados en número, desarmados, y habiendo perdido la iniciativa, los comandos se dispersaron y se hicieron para la seguridad del norte. Las tropas del gobierno persiguieron a los incursores que huían a través de las calles de Seúl. Siguió una dura batalla de disparos. Antes de que terminara la noche, 92 surcoreanos se habían convertido en víctimas del tiroteo, entre ellos casi dos docenas de civiles que estaban en un autobús que pasaba por la línea de fuego. Por su parte, la Unidad 124 sufrió graves pérdidas. La mayoría de sus miembros fueron muertos en los primeros minutos del asalto o en el tiroteo que siguió. Al menos una captura fue evadida matándose con una granada de mano.


El comandante de Corea del Norte Kim Shin-Jo en el momento de su captura en 1968.


Secuelas

Con la capital finalmente asegurada, las unidades del ejército de Corea del Sur y Estados Unidos se precipitaron en las montañas al norte de la ciudad para cortar la ruta de escape de los invasores restantes. Durante las próximas 72 horas, los restos de la unidad 124 fueron cazados y matados uno por uno. Cuatro soldados norteamericanos también murieron en los enfrentamientos. Al final, 29 de los 31 hombres del equipo de comando estaban muertos; Un sobreviviente logró deslizarse de nuevo a través de la frontera mientras que el otro fue hecho prisionero.

 
Los cadáveres de los comandantes norcoreanos muertos fotografiados el 25 de enero de 1968.

El Blue House Raid o incursión a la Casa Azul marcó un punto bajo en un período de ya malas relaciones entre las dos Coreas. Sin embargo, el ataque mortal sería eclipsado por otra crisis, que tuvo lugar pocos días después: el incidente USS Pueblo.

El único miembro de la Unidad 124 que fue llevado vivo era un comandante de 27 años llamado Kim Shin-Jo. Después de meses de brutales interrogatorios, el joven soldado comunista fue favorecido por algunos de sus captores. Pronto desertó al sur y en 1970 se le ofreció plena ciudadanía. Hoy trabaja como pastor de la iglesia en Seúl. Tiene 72 años.

"Traté de matar al presidente. Yo era el enemigo ", dijo a CNN en una entrevista de 2010. "Pero el pueblo surcoreano me mostró simpatía y perdón. Me conmoví."

Venganza

Sin embargo, el presidente de Corea del Sur no sentía tal buena voluntad para el régimen en Pyongyang después del atentado contra su vida. Poco después del ataque, ordenó a sus fuerzas armadas tomar represalias en especie. En consecuencia, la Agencia Central de Inteligencia de Corea (KCIA) organizó su propio escuadrón de asesinato para llevar a cabo un ataque contra el líder comunista Kim Il Sung. El equipo, que al igual que el norte de la Unidad 124 también estaba compuesto por 31 miembros, fue bautizado como Unidad 684. extrañamente, los reclutas no eran la élite militar. En su lugar, los planificadores de misiones recorrieron las cárceles de la nación para que los delincuentes endurecidos llevaran a cabo la audaz incursión. Los condenados firmaron a la arriesgada misión a cambio de indultos. Todos fueron sometidos a rigurosos entrenamientos en una isla deshabitada frente a la costa oeste de Corea del Sur, tan rigurosos de hecho, que siete de los voluntarios perecieron durante los preparativos. Todo sería para nada.

Silmido fue un éxito de taquilla en Corea del Sur.
Los comandos de los condenados de Seúl jamás verían acción en Corea del Norte. Su misión fue depurada en medio de un período de mejora de las relaciones entre Seúl y Pyongyang. Pero ese no era el final de la historia. En agosto de 1971, la Unidad 684 se amotinó, asesinó a sus manipuladores y escapó de su campo de entrenamiento en la isla. Después de dirigirse a Seúl, las dos docenas de fugitivos secuestraron un autobús civil, pero fueron interceptados por unidades del ejército surcoreano dentro de la capital. Todos menos cuatro del grupo murieron en el tiroteo subsiguiente. Los supervivientes fueron juzgados por tribunales militares y sentenciados a muerte en 1972. Posteriormente, el gobierno de Seúl cubrió toda la debacle, pero los detalles surgieron en los años noventa. De hecho, la historia de la Unidad 684 se convirtió en el tema de una exitosa película de 2003 titulada Silmido (el nombre de la isla donde el grupo fue entrenado). Las familias de los miembros del equipo eventualmente demandaron al estado por una compensación. En 2010, los tribunales ordenaron a Seúl que pagara casi $ 300 millones en daños a los familiares de los miembros de la unidad.



Postdata

Curiosamente, hay pruebas de que Seúl pudo haber capturado más que Kim Shin-jo. El siguiente artículo de Joong Ang Ilbo afirma que hubo de hecho 33 comandos enviados para matar al Presidente Park, pero la inteligencia de Corea del Norte pudo convertir a dos de ellos en agentes dobles para espiar a Corea del Norte:

Corea del Norte envió dos espías más para asesinar al presidente surcoreano, Park Chung Hee, el 21 de enero de 1968, según reveló un desertor norcoreano en una entrevista con el domingo de JoongAng publicada ayer.
Fueron capturados vivos y devueltos al Norte como agentes dobles, dijo el desertor de 57 años, quien se entrenó en los años 70 en la misma unidad militar especial de Corea del Norte que los comandos enviados al sur. Pasó por el alias Hong Eun-taek.
El gobierno dice públicamente que 31 comandantes norcoreanos intentaron atacar a la Casa Azul en uno de los intentos más audaces de Corea del Norte de asesinar a un líder surcoreano, y todos fueron asesinados durante la incursión, a excepción de uno, Kim Shin-jo.
"El registro que dejó en la unidad donde serví dijo que 33 personas fueron enviadas al Sur y dos de ellas escaparon [al Norte]", dijo Hong.
Hong sirvió en el octavo batallón de la Unidad 711 de Corea del Norte en la década de 1970, que fue el sucesor de la unidad de 124 que envió los comandos a la redada de la Casa Azul.
Identificó a los dos comandos nortecoreanos que regresaron al norte como Lim Tae-yong y Wu Myong-hun. Hong dijo que Lim era el jefe del octavo batallón cuando estaba sirviendo allí.
Dijo que los dos agentes dobles fueron promovidos a generales de dos estrellas o tres estrellas después de su regreso al norte.
Pero fueron ejecutados en 1998 cuando se reveló su espionaje para el Sur.
Hong dijo que había un rumor generalizado en el ejército norcoreano de que eran agentes dobles justo antes de sus ejecuciones.
Hong afirmó que otro comando también fue capturado vivo, de rango más alto que Lim y Wu. El Sur trató de persuadir a los tres a volver al Norte como agentes dobles, y se resistieron.
El comando de mayor rango fue decapitado con un implemento agrícola frente a Lim y Wu, y aterrorizados, firmaron el plan y prometieron lealtad al Sur, dijo Hong.
Fueron devueltos al norte y le ordenaron avanzar lo más alto posible en el ejército, dijo Hong.
Uno de los comandos norcoreanos muertos durante la incursión fue encontrado sin su cabeza. Kim Shin-jo, que se cree que fue el único sobreviviente, se vio obligado a identificar los cuerpos de sus colegas después del allanamiento.
El 26 de enero de 1968 el artículo de JoongAng Ilbo que informa sobre el incidente citó a Kim diciendo, "No sé [quién es]".
Kim Shin-jo se convirtió en ciudadano surcoreano en 1970 y se convirtió en pastor cristiano en 1997.
El desertor que usa el alias Hong Eun-taek desertó al sur en 2001. [Joong Ang Ilbo]




Conclusión

El raid sobre la Casa Azul es posiblemente la provocación más increíble entre Corea del Norte y Corea del Sur desde la división de la península. El plan fue tan atrevido que parecía cierto de fracasar, sin embargo, estos comandos llegaron a sólo 800 yardas de completar su misión a pesar de que las autoridades estaban completamente alertadas buscándolos. La incursión de la Casa Azul puede haber sido frustrada, pero la capacidad de los comandos de infiltrarse tan fácilmente en la DMZ y eludir la detección demostró carecer de debilidades en el plan de seguridad y entrenamiento de las tropas estadounidenses y coreanas.

Por muy malas que fueran estas debilidades, no todas las secuelas de la incursión a la Casa Azul fueron malas. La misión de los comandantes fue frustrada por ciudadanos leales que reportaron sus movimientos y un policía alerta que pagó con su vida por descubrir los comandos. Esto demostró a Park que más que sólo los militares eran leales a su gobierno, sino que los ciudadanos de Corea del Sur también lo eran. Este incidente mostró claramente que una verdadera identidad surcoreana separada de los norcoreanos se había formado durante el gobierno de Park en la década de 1960. Sin embargo, antes de que los líderes militares de Estados Unidos y de Corea del Sur pudieran incluso contemplar los aspectos negativos y positivos de la incursión de la Casa Azul, otra crisis saldría dos días más tarde; La captura del USS Pueblo.

domingo, 20 de diciembre de 2015

Conducta militar: El motín de la Storozhevoy

El verdadero Octubre Rojo

El motín de la fragata soviética Storozhevoy 

 
Una fragata clase Burevestnik anclada. La Storozhevoy se hubiese visto casi idéntica en la mayoría de los aspectos al barco de la foto. 

Carrera URSS 
Nombre: Storozhevoy 
Traducción del nombre: en ruso, Vigilante 
Constructor: SY 190 Severnaya Verf 
Comisionado: 1972-73 
Desguazado: 2004(?) 
Características generales 
Clase y tipo: Fragata Proyecto 1135 Burevestnik 
Desplazamiento: 3,300 toneladas estándar, 3,575 tons plena carga 
Longitud: 123.5 m 
Eslora: 14.1 m 
Calado: 4.6 m 
Propulsión: 2 hélices; COGAG; 2x turbinas de gas M-8k, 40,000 shp; 2x turbinas de gas M-62 (crucero), 14,950 shp 
Velocidad: 32 nudos (59 km/h) 
Alcance: 4,995 nmi (9,251 km) a 14 nudos (26 km/h) 
Tripulación: 200 
Armamento: 1× 4 misiles ASW SS-N-14 'Silex' 
2× SA-N-4'Gecko' SAM (40 missiles) 
4× cañones 76 mm (2×2) 
2 x cohetes ASW RBU-6000 
2× 4 tubos de torpedos 533 mm 
Notas: (características generales de la clase) 

Storozhevoy (Сторожевой, Storoževoj en ruso quiere decir "vigilante ó protectivo") fue una fragata ASW de la Armada Soviética de clase 1135 Burevestnik (Nombre de la NATO ·Krivak·). El barco fue alistado en la Flota del Báltico Soviética y basado en Riga. Estuvo envuelto en un motín en Noviembre de 1975. 

miércoles, 1 de abril de 2015

Moral: El Fragging en Vietnam

¿Por qué los soldados estadounidenses asesinaban a sus propios oficiales en Vietnam?

Javier Sanz - Historias de la Historia

Durante la Guerra de Vietnam, entre 1964 y 1975, se produjo un curioso y peligroso fenómeno dentro del ejército estadounidense… el llamado Fragging (acto de atacar a un superior en la cadena de mando con la intención de asustarlo o matarlo y usando, generalmente, granadas de fragmentación; de ahí su nombre). El uso de estas granadas, que nada tiene que ver con el fuego amigo, para amedrentar o matar a los oficiales se debía a las dificultades para averiguar quién había sido el autor, máxime si se produce en el fragor de la batalla, y a diferencia de utilizar una bala.


Haga clic debajo para ver la nota extendida

jueves, 18 de septiembre de 2014

Pakistán: Radicales islamistas de la Armada quisieron apoderarse de una fragata

Atacantes al astillero planearon secuestrar fragata de la Armada Pakistaní
Por Fahim Zaman | Naziha Syed Ali - Dawn



Comandos navales de la fragata PNS Iqbal acudieron al lugar y un tiroteo sobrevino. Un oficial de marina murió y otros siete resultaron heridos. - Contenidos Foto por Reuters

KARACHI: Mientras que la Marina sigue siendo hermética sobre el ataque a su astillero en West Wharf el 6 de septiembre pasado, después de haber emitido un comunicado escueto 48 horas después del incidente, más detalles se han obtenido por Dawn que revelan el grado de radicalización dentro de la Armada.

Según fuentes bien informadas, el ataque se llevó a cabo en su totalidad por personal de la Armada en servicio, junto con Owais Jakharani, un ex cadete de la Marina que se podría haber dado acceso al interior sin demasiados problemas.

"Parece que la intención era secuestrar la PNS Zulfiqar [una fragata comprado a China e investido en julio de 2009]", dijo una de estas fuentes. "El grupo de aspirantes a secuestradores, dirigidos por un oficial de alto rango, incluso fue saludado por la guardia en la parte inferior de la pasarela, antes de que otro advirtiera sus intenciones y alertara a otros miembros del personal."

Comandos navales de PNS Iqbal acudieron al lugar y un tiroteo sobrevino. Un oficial de marina murió y otros siete resultaron heridos. Dos o tres de los atacantes fueron muertos a tiros, uno de ellos es Jakharani, quien afirmó que la policía se había ahogado. Cuatro atacantes que se habían refugiado en uno de los compartimientos de la nave fueron encerrados y posteriormente capturados.

Armada hizo todo lo posible para mantener el ataque en secreto

Según otra fuente, no menos de 17 personas más - todo el personal de la Armada, entre ellos los tres detenidos de Mastung en Baluchistán, mientras que los informes, tratando de hacer su camino a Afganistán - han sido detenidos en base a información extraída de los aprehendidos. Se cree que los sospechosos están siendo interrogados en uno de los centros de interrogatorio de los militares.

Además, mientras el comandante Kamran Asif dijo a Associated Press que los militantes estaban armados con lanzacohetes, rifles de asalto y granadas de mano, Dawn ha recibido información de que las armas ya habían sido introducidos de contrabando en el astillero y que habían sido almacenados en los armarios por el personal granuja .

Ha habido muchas especulaciones sobre si los atacantes llegaron al astillero por mar o tomaron el camino West Wharf que conduce al sitio (ver mapa inserto debajo). De acuerdo con un trabajador de la pesca, cuando los pescadores hacen su camino de regreso hacia el puerto desde el mar abierto, de cuatro a cinco embarcaciones de patrulla de la Marina que llevaban personal fuertemente armados comprueban sus buques cuando pasan el astillero. Pero como resulta que, no era necesario ni el mar ni la ruta terrestre para el ingreso de todos menos uno de los atacantes.



La Marina de Guerra, al parecer, estaba dispuesto a mantener todo el incidente en secreto desde el principio. De acuerdo con las Atarazanas SHO, Sajjad Mangi, se precipitó con su equipo para el astillero naval de alrededor de las 9 de ese día cuando recibió información de disparar en los locales de la ubicación muy sensible.

"Encontramos la zona acordonada por personal de seguridad", dijo el SHO, agregando que escuchó los disparos continuar durante 10 a 15 minutos. "Nos dijeron que era parte de las celebraciones del Día de defensa y no había nada para alarmarse."

Cuando el señor Mangi pidió hablar con un oficial de alto rango, que se puso en contacto con el Comandante Mohabbat Khan en el teléfono que también le dijo que el despido no era nada fuera de lo normal, y no había necesidad de ninguna ayuda de la policía. Mientras tanto, su último SP Altaf Leghari, a quien había informado, también llegó a la escena. Después de la garantía por parte del comandante, regresaron con el cuerpo de policía.

Tras la noticia del ataque rompió, jefe de la policía de la ciudad Ghulam Qadir Thebo dijo que el cuerpo de Owais Jakharani, un antiguo marinero que dejó la Marina hace unos meses - algunos dicen que fue expulsado - se había recuperado del mar y que las investigaciones iniciales sugirieron que el joven era uno de los atacantes y, en ausencia de heridas de bala, parecía haberse ahogado. Dado que no FIR de este incidente se ha registrado, ¿cómo podría cualquier investigación han empezado siquiera?

Por cierto, el registro de un primer informe información es obligatoria cuando se produzca cualquier delito, incluso en los locales de una instalación militar. El hecho de que no se registró en este caso indica los extremos a los que la Marina - una rama de 31.000 hombres de las fuerzas armadas - ha ido a mantener la investigación en su control exclusivo, sin compartir la información de registro con los organismos civiles, ya que es límite por ley a hacerlo.

De acuerdo con los hechos reales reconstruido a través de la información proporcionada sólo con la condición de guardar el anonimato por varias fuentes de alto rango y creíbles, ha surgido una historia muy interesante.

Según fuentes de la policía, el 08 de septiembre, "un cuerpo no identificado fue entregado a nosotros y fue en varios pedazos". Dijeron que entregaron el cadáver desmembrado a la morgue Edhi en 17:30 como un cuerpo no reclamado el mismo día.

Esto fue confirmado por el portavoz de la Fundación Edhi, Anwar Kazmi, quien dijo que las partes del cuerpo fueron recogidos por la familia del Sr. Jakharani al día siguiente a las 11:30.

Los expertos en seguridad dicen que el silencio de los medios deliberar sobre el incidente durante dos días era comprensible.

"También fue posible debido a que el ataque ocurrió en el interior de un área que no es fácilmente accesible a diferencia de, por ejemplo, el ataque a la estación de la aviación naval Mehran [Mayo 2011]," dijo Ahmed Chinoy, jefe del Comité de Enlace ciudadanos-policía "La Armada pudo haber conseguido algunas pistas sólidas de los cuatro militantes que capturaron y querían hacer un seguimiento de ellos."

El reclamo inusualmente tardía de la responsabilidad por el ataque que surgió de portavoz del TTP Shahidullah Shahid al día siguiente de la declaración de la Armada agrega otra dimensión interesante al incidente.

Declaró que los militantes lograron penetrar el cordón de seguridad gracias a la ayuda dentro y que TTP continuaría dirigido las fuerzas de seguridad.

El motivo de la reclamación tardía Bien puede ser que quienes están en contacto directo con el TTP fueron muertos o capturados en los astilleros inmediatamente después del incidente.

"Creo que los colaboradores externos no se conocen a sí mismos cómo habían resultado las cosas, si los atacantes todo habían sido masacrados o no", dijo Chinoy. "También hubiera sido muy difícil para ellos tener acceso a cualquier información, dada la estricta seguridad en la zona después del incidente."

Una de las muchas instalaciones navales en la zona, el astillero de la Marina ocupa menos de 80 hectáreas, y se encuentra al final de West Wharf Road.

Se encuentra a unos cuatro kilómetros de la boca del puerto de Karachi.

Toda la operación fue tan rápido que algunos residentes de Baba y Bhit islas apenas medio kilómetro del lugar dijeron que no vio ni oyó nada fuera de lo normal ese día.

Este es el último ataque en una rama de las fuerzas armadas que ha sido blanco reiterado de ataques militantes, incluyendo dos ataques contra autobuses de la Marina en abril de 2011, la base naval de Mehran ataque del mes después, y una serie de asesinatos selectivos de oficiales navales en Karachi.

El asalto a Mehran duró 18 horas, mató a 10 personas y destruyó / dañado varios aviones de vigilancia de varios millones de dólares.

Como siempre, a pesar de que se reconoció que los atacantes tuvieron ayuda en el interior, los hallazgos creíbles del informe de la investigación aún no se han hechos públicos.

La misma opacidad y determinación para mantenerse por encima de la ley, se ha demostrado a través de diversas ramas de la época militar y otra vez - si se trata de la cuestión de los desaparecidos forzosos, o la falla catastrófica de la inteligencia en el asunto de Bin Laden.

Lo que se necesita es mucha más apertura, rendición de cuentas y mejores técnicas de detección en las fuerzas armadas, así como un reconocimiento de que el pueblo de Pakistán son socios en la lucha contra el terrorismo, en lugar de adversarios que se le mantenga a raya.