sábado, 8 de noviembre de 2025
sábado, 13 de septiembre de 2025
Geoestrategia de Chile
Chile: Geoestrategia, conflictos potenciales y riesgos psicológicos existenciales
Introducción
Desde el desierto de Atacama hasta las bases científicas en el corazón helado de la Antártica, Chile ha tejido su destino entre el aislamiento geográfico, una historia de conflictos fronterizos, y la presión constante de fenómenos naturales extremos. Con tres vecinos complejos —Perú, Bolivia y Argentina— y un frente antártico cada vez más estratégico, el país enfrenta un tablero geopolítico desafiante.
Este informe especial explora la geoestrategia oficial y real de Chile frente a sus vecinos, las amenazas emergentes y los escenarios críticos que podrían redibujar su futuro. Desde tensiones limítrofes hasta catástrofes imprevisibles, el foco está puesto en las grietas que podrían abrirse… y en cómo se están intentando sellar.

1. Geoestrategia nacional: Defensa por proximidad
Chile no ha publicado una doctrina geoestratégica abiertamente ofensiva. Al contrario, la retórica oficial gira en torno a la disuasión defensiva, la diplomacia activa y el respeto al derecho internacional. El Libro de la Defensa Nacional 2017, documento base de la política de seguridad, enfatiza la protección del territorio, el resguardo de los recursos naturales, y una creciente preocupación por el flanco sur: la Antártica.
Pero el discurso técnico oculta un trasfondo más inquieto. Las Fuerzas Armadas mantienen un nivel operativo alto, con una flota aérea moderna (F-16, helicópteros Black Hawk, E-4 Sentry), capacidades navales respetadas en la región, y una doctrina táctica basada en la movilidad terrestre y la superioridad electrónica.
En la práctica, Chile ha elegido una posición de centinela estratégico: no busca expandirse, pero no tolerará presiones. Una fórmula simple: negociar todo, ceder nada. En el pasado, Chile llegó a negociar y ceder partes de su territorio en pos de no caer en una guerra que lo hubiese retornado al período pre-Guerra del Pacífico.
2. El Frente Norte: Perú y Bolivia, las heridas abiertas
2.1 Perú: Vecindad competitiva
La relación con Perú, aunque diplomáticamente estable, arrastra siglos de desconfianza mutua. El conflicto bélico de 1879 sigue influyendo en las élites militares y políticas de ambos países. El fallo de La Haya en 2014, que delimitó una nueva frontera marítima, fue aceptado formalmente… pero dejó resentimientos latentes.
Chile ve con recelo el fortalecimiento militar peruano, especialmente en capacidades navales y aéreas. Perú, por su parte, sospecha que Chile mantiene superioridad intencionada para mantener el statu quo. Sin embargo, los acuerdos con Corea del Sur para producción militar, la renovación de la flota aérea de combate y el crecimiento de la calidad del material humano peruano siempre marca el artificialmente inflado ego chileno.
En el último año, se registraron incidentes menores en el “triángulo terrestre” cerca de Tacna, una zona sin acuerdo formal. Aunque se trató de movimientos simbólicos, la prensa sensacionalista de ambos lados los amplificó, despertando viejos fantasmas.
Medidas en marcha:
- Coordinación entre cancillerías y defensa.
- Ejercicios militares conjuntos esporádicos.
- Mecanismos de alerta temprana para evitar escaladas.
El peor escenario posible analizado puede ser un conflicto limitado por soberanía en tierra o mar, con enfrentamientos focalizados, bloqueo portuario temporal y presión internacional para un nuevo arbitraje. El riesgo está bajo control, pero no es nulo.
2.2 Bolivia: El Mar, siempre el Mar
A pesar del fallo de la CIJ en 2018 que exoneró a Chile de negociar una salida al mar con Bolivia, el tema no ha desaparecido. Al contrario, ha mutado hacia nuevas dimensiones.
La estrategia boliviana ahora gira en torno a la internacionalización del conflicto y la presión simbólica, mientras mantiene una relación económica pragmática: Bolivia depende de los puertos chilenos para sus exportaciones.
- Puntos de fricción actuales:
- Cruces fronterizos con presencia militar simbólica.
- Contrabando, tráfico y migración desbordada.
- Tensiones por el litio y el uso de recursos hídricos compartidos.
En 2024, la entrada irregular de más de 35 mil migrantes por Colchane tensó la relación bilateral y expuso la fragilidad del control fronterizo. A esto se suma la creciente presencia de actores no estatales en la frontera, incluidas bandas armadas ligadas al narcotráfico.
El escenario crítico a analizar puede ser un brote de violencia entre fuerzas de control podría desencadenar una crisis diplomática seria. En el peor de los casos: escaramuzas con pérdida de vidas y militarización del altiplano.
¿Está Chile preparado?
Sí, en términos tácticos. Pero políticamente, el conflicto con Bolivia es el más difícil de contener sin consecuencias regionales o humanitarias.
3. El Frente Sur: ¿Aliado o rival silencioso?
Argentina, entre la amistad y la desconfianza
La relación con Argentina ha sido un péndulo. De la tensión al borde de la guerra en 1978 por el Canal Beagle, a la firma del Tratado de Paz y Amistad en 1984, y más recientemente, a una cooperación estratégica sin precedentes.
Ambos países comparten ejercicios militares (la fuerza combinada "Cruz del Sur"), vínculos energéticos y coordinación antártica. Pero también compiten, especialmente por el control marítimo al sur del paralelo 60.
En 2021, Argentina presentó una ampliación de su plataforma continental, que Chile consideró una extensión sobre territorio chileno. El conflicto fue diplomático, pero encendió alarmas en círculos militares.
- Medidas de contención:
- Comisiones bilaterales de límites.
- Diálogo directo entre cancillerías.
- Acuerdos operativos en zonas de interés mutuo.
El escenario más crítico que puede pensarse es si Argentina endurece su postura sobre los Campos de Hielo Sur o presiona en la Antártica, Chile podría verse obligado a reforzar su presencia militar en el sur. El conflicto sería diplomático, pero con posibles consecuencias logísticas para rutas navales y operaciones antárticas.
4. La Antártic(d)a: El frío que calienta el conflicto
Chile reclama cerca de 1.250.000 km² en la Antártica. Su soberanía, reconocida internamente pero no internacionalmente, se superpone con territorios reclamados por Argentina y Reino Unido.
El Tratado Antártico de 1959 mantiene la paz, pero podría revisarse a partir de 2048, abriendo la puerta a nuevos conflictos por recursos minerales, agua dulce y rutas de navegación.
La preocupación es real. China, Rusia y EE.UU. ya han intensificado su presencia científica (y logística) en la región. Chile y Argentina trabajan en conjunto, pero también compiten. En los últimos cinco años, Chile ha modernizado la Base Frei y ha comenzado la construcción de una base logística marítima en Punta Arenas.
¿Qué pasa si el tratado colapsa?
Un escenario caótico podría incluir:
- Reclamaciones territoriales abiertas.
- Militarización de las bases científicas.
- Intervención de potencias globales.
Chile se vería obligado a desarrollar una fuerza antártica de proyección, establecer nuevas alianzas multilaterales y reforzar el control de sus rutas australes.
5. Catástrofes naturales: La guerra contra Dios
El megaterremoto que puede llegar mañana
La gran amenaza no es humana. Es tectónica. Chile está en el “Anillo de Fuego del Pacífico”. En promedio, experimenta un terremoto grado 8+ cada 25 años. El del 2010 (8,8) fue devastador. Pero el fantasma es otro: uno sobre 9,0 en la zona central, con epicentro marino, seguido de un tsunami con olas de más de 15 metros.
Impacto estimado:
- Colapso portuario (Valparaíso, San Antonio).
- Interrupción total de exportaciones de cobre.
- Daño masivo a infraestructura eléctrica, hídrica y hospitalaria.
- Más de 1 millón de desplazados.
Chile cuenta con el SENAPRED, redes sísmicas y simulacros, pero los sistemas no serían suficientes ante un evento de esta magnitud. La cooperación internacional es clave.
Medidas que se están implementando:
- Red de telecomunicaciones de emergencia (satélites nacionales).
- Refuerzo de bases militares como nodos de respuesta civil.
- Alianzas con Japón, EE.UU. y Nueva Zelanda en logística post-desastre.
En este escenario, Chile se enfrenta no solo a la reconstrucción… sino también a un momento de extrema vulnerabilidad geopolítica.
6. Conclusión: Paz armadas, conflictos dormidos y riesgos despiertos
Chile vive en una geografía tensa. Su estrategia es firme pero prudente. El país apuesta por la disuasión, no por la provocación. Pero los escenarios posibles —conflictos limitados, disputas antárticas, o una mega-catástrofe natural— obligan a repensar la defensa como un sistema integral que combine diplomacia, logística, preparación cívica y proyección regional.
Antes de irnos ¿Qué rol juego su alianza con Gran Bretaña? Sin dudas es el socio tonto en la geoestrategia del Atlántico Sur. El rol de esta alianza, objetivo común de acción conjunta, es molestar y debilitar a Argentina, cuidar que no se expanda, en el caso chileno más particularmente, cuidar celosa e histéricamente que Perú y Argentina no se alíen, porque esa alianza irremediablemente está asociado a una interacción contra la propia existencia de los territorios que Chile robó a sus vecinos. En el medio, armarse como si fuese a ir a una guerra y malgastar los recursos públicos en defensa en vez de invertirlo en educación, tecnología o salud pública que todavía acechan el bienestar de su gente. Recordemos los reclamos salvajes entre octubre de 2019 y marzo de 2020 que tomaron al país por asalto que se asentaron en reclamos de ítems muy particulares de la vida socioeconómica chilena que todavía no han podido ser solucionados.
Los peores escenarios no son ficción. Son probables.
Y si algo enseña la historia de Chile, es que la resiliencia no se improvisa.
Fuentes
- Ministerio de Defensa Nacional – Libro de la Defensa Nacional 2017
- Corte Internacional de Justicia – Fallo Perú vs. Chile 2014
- Corte Internacional de Justicia – Fallo Bolivia vs. Chile 2018
- Diario La Tercera – Conflictos en la frontera norte, edición 2024
- Revista de Marina – Chile y la Antártica, 2023
- Infodefensa – Capacidades estratégicas sudamericanas
- SENAPRED – Plan de gestión de riesgos 2025
- Entrevistas exclusivas con analistas de Defensa y Política Exterior.
- Sistema del Tratado Antártico – https://www.ats.aq/
Esteban McLaren - FDRA
Imágenes de OpenIA
jueves, 31 de julio de 2025
sábado, 19 de julio de 2025
Guerra Antisubversiva: El asesinato del Contraalmirante Hermes Quijada

Operación "Mercurio": ERP asesina al héroe nacional Contraalmirante Hermes Quijada
Por Alberto N. Manfredi (h)
El lunes 30 de abril de 1973, a las 08:35 de la mañana, el cabo primero Rufino Ocampo puso en marcha el Dodge Polara blanco, con techo vinílico negro, propiedad del contraalmirante Hermes José Quijada y tras un par de minutos de calentamiento, salió lentamente del garaje situado frente al edificio de Arenales 1974, para estacionar junto a la vereda, donde apagó el motor y se dispuso a esperar.
Arriba, en el 6º piso, el alto oficial, héroe de la Aviación Naval Argentina, veterano de las campañas antárticas, terminaba de desayunar, mientras leía con atención las últimas novedades en el periódico.
A las 9 en punto se puso el saco, agarró su portafolio, saludó a su esposa y salió al palier, para tomar el ascensor.
Afuera la mañana transcurría como siempre, el tránsito circulaba por Arenales, numerosos peatones hacían lo propio en ambas veredas, su chofer aguardaba dentro del automóvil y a 20 metros de distancia, la fuerte custodia del ministro Mor Roig (asesinado poco después) hacía guardia en la entrada del edificio donde vivía (1).
Al ver al contraalmirante, Ocampo descendió del auto, saludó con su habitual corrección, abrió la puerta delantera derecha y esperó que se sentase.
Siguiendo la costumbre, Quijada dejó el portafolio en el asiento de atrás y apoyó la pistola-ametralladora sobre sus rodillas mientras el cabo primero ponía el vehículo en marcha y echaba a andar por Arenales, en dirección a Junín. Ignoraban ambos que varios ojos seguían su desplazamiento y que una motocicleta negra con rayas amarillas se desplazaba detrás, a escasos metros de distancia. Eran las 09:10 de la mañana.
Los movimientos del marino venían siendo estudiados desde principios de mes, cuando el escalón de Inteligencia del ERP-22 de Agosto recibió la orden de estudiar sus hábitos para su eventual ejecución. Quijada había sido escogido por el alto mando militar para justificar por la TV pública los procedimientos de Trelew y eso decidió a los guerrilleros a poner en marcha el operativo destinado a eliminarlo.
Confirmada la información, se pasó a la etapa de planeamiento del atentado, el cual fue denominado Operación Mercurio, el mismo nombre que los nazis utilizaron para la invasión de Creta.
En los días previos, los terroristas hicieron el reconocimiento del terreno, ubicando en la primera inspección la custodia del ministro Mor Roig, el cercano supermercado y el garaje. Un segundo registro, les permitió establecer los movimientos que tenían lugar en el estacionamiento, la presencia de un agente de consigna en su puerta y la existencia del Dodge Polara, conducido por un hombre de civil, posiblemente un suboficial naval.
En los días siguientes, se apostaron observadores en las inmediaciones y de esa manera, se pudo establecer que el contraalmirante acostumbraba salir entre las 08:30 y las 09:30, para abordar su automóvil en la vereda de enfrente y partir en dirección oeste, doblando dos cuadras después por Junín y seguir por ella hacia el sur de la ciudad.
Una acción sobre el lugar de residencia fue descartada, debido a la presencia de la custodia de Mor Roig y el agente de consigna; por esa razón, los estrategas se concentraron en tres recorridos posibles:
- Arenales hacia el norte.
- Doblar a la derecha por Ayacucho.
- Hacer lo propio hacia la izquierda por Junín.
Cualquiera de ellos, requería de al menos dos móviles de apoyo y un puesto de observación (PO), razón por la cual, se alistó un comando de doce efectivos, dos de los cuales tendrían a su cargo la ejecución, Víctor José Fernández Palmeiro (“Gallego”), el mismo cuadro que encabezó el secuestro de Héctor Ricardo García y el platense Raúl Argemí, recién llegado de Cuba.
Después de mucho deliberar, se decidió apostar dos vehículos a lo largo del recorrido, el primero sobre Ayacucho y el segundo -de color rojo-, en Junín, además de una posta mixta en las puertas del supermercado, para dar la señal a la sección de ataque ni bien el auto del militar arrancase.
Las tareas de seguimiento arrojaron resultados desalentadores. El tránsito a esa hora era intenso y apenas permitía seguir al rodado dos o tres cuadras; incluso en una oportunidad, el auto frenó bruscamente y obligó a sus perseguidores a acelerar y perderse de vista. Era imperioso seguir practicando y estudiar los detalles, a efectos de no cometer errores.
Para llevar a cabo la acción, los atacantes utilizarían una motocicleta Harley-Davidson patente 2051 de la Municipalidad de Morón, con Argemí al volante y el “Gallego” Palmeiro a cargo de la acción. Los ejercicios y las maniobras se intensificaron en los días siguientes, con prácticas de tiro, ensayando el salto de la moto una y otra vez, la corrida hasta el auto, los disparos desde la derecha y el desplazamiento a gran velocidad por la calle, esquivando los vehículos.
El viernes 28 de abril todo estaba listo. A las 08:30 de esa mañana, las unidades móviles se apostaron en sus respectivos puntos, la pareja encargada de impartir la señal ingresó en el supermercado (el hombre se paró en la puerta para indicar la salida del Dodge) y la Harley-Davidson se ubicó en Ayacucho y Av. Santa Fe, esperando atentamente la señal.
Tal como estaba previsto, Quijada salió a las 08:45 y tomó por Arenales, hacia Junín.
El vigía apostado en la puerta del comercio hizo la señal correspondiente, pero los ocupantes del auto situado en Ayacucho, equivocaron el código de señales y enviaron a la motocicleta por una ruta diferente. El Dodge Polara siguió de largo y los atacantes doblaron hacia Juncal y Av. Las Heras.
Sin saberlo, el alto oficial naval había salvado su vida por un simple error de transmisión.
El lunes 30 de abril los terroristas estaban allí, ocupando las mismas posiciones.
Quijada salió del edificio a las 09:00, saludó al cabo Ocampo y subió al vehículo. El chofer puso primera y arrancó, cruzó Ayacucho y dobló a la izquierda por Junín, para seguir hasta Santa Fe.
En esta ocasión, las señales se emitieron bien, por lo que Argemí y el “Gallego” pudieron aproximarse y colocarse a unos 15 metros del objetivo (tal vez más), intentando no llamar la atención.

El semáforo de Santa Fe y Junín detuvo el tránsito, lo mismo el de Av. Córdoba; al Corrientes lo cruzaron en verde, pasando junto a dos motocicletas policiales detenidas y el de Cangallo (hoy Perón), los volvió a parar, dejando al auto de Quijada al 224 de Junín, la arteria por la que transitaban.
-¡Acá! – gritó Palmeiro.Argemí redujo la velocidad y el “Gallego” saltó de la moto para correr hacia el Dodge, que aguardaba 15 metros delante.
Mientras lo hacía, la Harley-Davidson lo sobrepasó por el costado derecho y frenó unos metros delante, con el conductor mirando hacia atrás.
El contraalmirante recién se percató de la presencia de Palmeiro cuando lo tuvo junto a la puerta. Se sobresaltó al ver a aquel hombre morocho, de anteojos obscuros y campera azul apuntándole con una ametralladora pero cuando quiso reaccionar fue demasiado tarde. Su primer impulso fue tomar el arma que llevaba sobre las rodillas pero su atacante no le dio tiempo.
Sujetando con firmeza la Halcón ML-63, Palmeiro oprimió el gatillo, volando el vidrio de la ventanilla en pedazos.
Numerosas balas alcanzaron al marino, hiriéndolo de muerte. Una segunda ráfaga perforó la puerta e hirió al conductor en la mano derecha, pero la octava bala se trabó, obligando al asesino a huir a la carrera.

La gente sorprendida, corrió en diversas direcciones intentando ponerse a cubierto; un Fiat 1500 aceleró a gran velocidad y escapó por Cangallo, haciendo sonar sus neumáticos en el pavimento y una mujer aterrada se estrelló contra un kiosco de revistas, tumbando varios estantes.
El “Gallego” saltó sobre el asiento trasero de la moto, cuando el cabo Ocampo, que se había arrojado al pavimento, se incorporó y efectuó varios disparos, alcanzando al agresor en la espalda. Un policía que apareció en esos momentos también abrió fuego aunque sin dar en el blanco.
-¡Me dieron en el estómago! – gritó el terrorista haciendo un gesto de dolor que muchos de los testigos interpretaron como una sonrisa.
Eso alegró a Argemí porque pensó que su compañero le estaba diciendo que le había dado a Quijada en esa parte del cuerpo, pero enseguida notó que se aferraba a él con menos fuerza. Para peor, al intentar escapar, la palanca de cambios de la motocicleta pegó contra un automóvil y cuando intentó enderezarla se le partió en la mano, dejándola en segunda y por consiguiente, imposibilitada de acelerar.
En esas condiciones, Argemí huyó por Cangallo y al llegar a Av. Pueyrredón, dobló a la derecha, rumbo a Libertador; entonces notó con preocupación que su compañero estaba a punto de caer al pavimento.
-¡¡Agarrate más fuerte!! – le gritó girando instintivamente la cabeza.
Un embotellamiento de tránsito en Pueyrredón y Libertador dificultó algo el desplazamiento, por lo que decidió dejar la motocicleta en la plazoleta Dante, frente al Museo Nacional de Bellas Artes, bajo el gran arbusto al que todo el mundo supone un ombú y cargando a su compañero sobre un hombro, cruzó la segunda de aquellas avenidas y caminó hasta la playa de estacionamiento de la Facultad de Derecho donde la sección de apoyo había dejado un automóvil.
Escaparon hacia una de las casas operativas que la organización tenía en el barrio de Palermo, más precisamente en Charcas 3679, piso 5º, departamento 12, donde llegaron pasadas las 10 a.m.
En el lugar del atentado, todo era agitación. El cuerpo del contraalmirante yacía sobre el asiento delantero, desangrándose y el cabo Ocampo, a quien se le acercaron varios transeúntes para socorrerlo, pedía ayuda a los gritos en el local de la Asistencia y Previsión para Ferroviarios, que se encontraba en la vereda opuesta. Uno de los médicos corrió hasta el vehículo y tras una rápida revisión, indicó que era necesario trasladar urgentemente al herido porque el cuadro era extremadamente grave.

Una ambulancia acudió al lugar y en ella partió el oficial moribundo, para fallecer camino al quirófano, a poco de ingresar en el Hospital Naval, ubicado en el cercano Parque Centenario.
La consternación se adueñó una vez más del gobierno y de la población en general.
Las primeras en acudir al nosocomio fueron la esposa e hija del contraalmirante, seguidas inmediatamente después por su hermana y personal médico de la asistencia ferroviaria donde ella trabajaba. Cuarenta minutos después lo hizo el almirante Coda, a bordo de un Dodge negro, fuertemente escoltado, escena que registraron reporteros y camarógrafos de diferentes medios de prensa que se encontraban allí, cubriendo la noticia. Mientras tanto, el vehículo de la víctima fue remolcado hasta una dependencia de la Policía Federal, para realizarle los peritajes correspondientes.
Para entonces, el “Gallego” Palmeiro había fallecido. La idea era evacuarlo hacia un hospital de campaña de la organización, donde se lo pensaba someter a una intervención quirúrgica, pero murió desangrado menos de una hora después de arribar.
A Claudio Parrota, encargado del edificio, le llamaron la atención las coronas de flores que comenzaron a llegar cerca del mediodía.
Ni bien se dio a conocer el hecho, las Fuerzas Armadas y de seguridad iniciaron pesquisas para dar con los autores. Una partida, a bordo de un patrullero, halló la motocicleta en la plazoleta Dante, en tanto versiones recogidas en el lugar de los hechos pudieron determinar que el Fiat 1500 que salió haciendo chirriar sus neumáticos era, al parecer, un vehículo de apoyo; que los tripulantes de la motocicleta vestían camperas obscuras y el conductor un casco blanco; que escaparon por Cangallo y que quien viajaba en la parte posterior, había sido alcanzado por los disparos del cabo 1° Ocampo.


Horas después, se supo que había un cadáver en Charcas al 3600 y movimientos extraños parecían confirmar que se lo estaba velando.
En vista de ello, una patrulla integrada por cinco efectivos de la Federal se hizo presente en el lugar (ya había algunos periodistas en la vereda), quienes de manera resuelta se dirigieron al quinto piso para golpear la puerta del departamento 12. Al no obtener respuesta, ordenaron desalojar del área y dispusieron todo para franquear la entrada, trayendo a la Brigada de Explosivos y un cerrajero particular que tenía su negocio en las inmediaciones.
Mientras eso sucedía en el interior del edificio, continuaban llegando ofrendas florales. “Tus Padres”, se leía en la primera, “Tu esposa”, en la que llegó después, “Tus compañeros”, “Tus compañeros de tareas”, “Familia Aviompla”, “Tu último compañero de tareas”. Otras tres volvieron a las florerías porque eran contra rembolso y no había nadie para pagarlas y a las 13:15 llegó por error una cuarta, al edificio de enfrente, porque en su dirección habían anotado Charcas 3687. Las restantes fueron cargadas en una pick-up policial y conducidas a la comisaría 21ª, como pruebas para la investigación.

La policía interrumpió el tránsito entre Salguero y Julián Álvarez, desplegando un centenar de hombres fuertemente armados.
El edifico donde fue reportado el cuerpo fue clausurado y el de enfrente, a donde había llegado por error la última corona, inspeccionado.
Recién a las 14:00, el cerrajero pudo abrir el departamento. Cuando lo hizo, las fuerzas de seguridad hallaron el cadáver de un hombre de 24 años tirado sobre un pasillo y cerca de él lo que parecían ser explosivos. La noticia fue confirmada por el cerrajero cuando fue abordado por el periodismo fuera del inmueble.
-Estaba en el suelo, en uno de los pasillos. Vestía pantalón y camisa y presentaba una herida en la espalda, de la que había emanado abundante sangre.
Ante una nueva requisitoria, el trabajador respondió:
-Estaba cubierto por un diario de la mañana de hoy, totalmente rapado.
La policía revisó minuciosamente los ambientes y el mobiliario, en tanto personal de la Brigada intentaba dar con algún artefacto explosivo.

Los primeros sondeos pudieron determinar que la propiedad había estado habitada hasta hacía poco tiempo por un matrimonio joven, de apellido Núñez Palacios, que tenía dos hijas pequeñas. Según informó el portero, ninguno de los dos superaba los 30 años, alquilaban allí desde hacía cuatro años, el propietario era el Dr. Miguel Coronado, ministro de Economía de la provincia de Santa Fe hasta el año anterior y la última vez que vio a los moradores fue el lunes anterior, a las 7 de la tarde, cuando el marido llegó con una guitarra. Para los vecinos del 4º piso, se trataba de gente muy rara “que andaba en cosas no muy claras”.
A las 16:00 se hizo presente el juez que entendía en la causa, Dr. Mario Antonio Fernández Badessich, acompañado por personal de su juzgado, para inspeccionar el lugar. Una hora después, llegó una ambulancia de la morgue judicial, que procedió a retirar el cuerpo.
A las 14:00 horas de ese mismo lunes, el general Sánchez de Bustamante se reunió con el jefe de la Policía Federal, general Jorge Cáceres Monié, quien manifestó en la sala de periodismo de la dependencia, que su par le había hecho una visita relacionada con sus funciones, que la motocicleta utilizada por los atacantes tenía la patente adulterada y pese a que aún no se había confirmado, se sospechaba que el cadáver hallado en la finca era el de Víctor Fernández Palmeiro (2).

En las primeras horas de la tarde, el comando superior de la Armada emitió el siguiente comunicado:
"Siendo las 9.10 aproximadamente, fue asesinado por criminales terroristas el señor contraalmirante (RE.) Hermes J. Quijada.
No debe confundirse la ciudadanía. Esta no es una guerra entre la Armada o las Fuerzas Armadas y el terrorismo. Es la lucha entre dos sistemas de vida. El totalitarismo apátrida, donde la muerte es un medio para alcanzar objetivos utópicos, y la democracia. Por ello este crimen cerca del cual se buscan justificaciones personalistas es, en realidad, un atentado contra el pueblo argentino todo. "

Averiguaciones permitieron establecer que el matrimonio estaba integrado por Alberto Núñez Palacios, músico y publicista, la modelo Margarita Silvestre y sus hijas Valeria de 6 años y Natalia de 3; que un extraño policía se hizo presente en el departamento a primeras horas de la tarde del lunes y tras una serie de preguntas, abandonó la morada, seguido diez minutos después por la pareja y las pequeñas, quienes escaparon a toda prisa, escaleras abajo, sin usar el ascensor.
El miércoles 2 de mayo la policía allanó el estudio de grabación Audion, situado en Ayacucho al 600, con el cual Alberto Núñez Palacios tenía relaciones. Antes de irrumpir en el inmueble, efectivos fuertemente armados rodaron la manzana y cortaron el tránsito, para sacar del interior a una veintena de jóvenes de ambos sexos, los cuales fueron subidos a un ómnibus de la fuerza y conducidos al Departamento Central de Policía, sobre la calle Moreno.
La ciudadanía seguía expectante el desarrollo de los acontecimientos, en tanto los medios de información emitían noticias a cada momento.
Notas
1 Por una casualidad del destino, en ese mismo lugar trabajaba habitualmente la hermana del contraalmirante Quijada.
2 La información fue confirmada durante la noche, luego de realizadas las pericias dactiloscópicas.
viernes, 9 de mayo de 2025
Tratado Antártico: La geoestrategia de la BNI de Ushuaia

Análisis de la Base Naval Integrada en Ushuaia y su impacto en las reivindicaciones argentinas para la renegociación del Tratado Antártico en 2048
Esteban McLaren
1. La Importancia Estratégica de la Base Naval Integrada en Ushuaia
La Base Naval Integrada en Ushuaia se ha convertido en un pilar esencial de la estrategia geopolítica de Argentina en el Atlántico Sur y la región Antártica. Su ubicación, en el extremo más austral del continente sudamericano, le permite al país proyectar una presencia operativa directa hacia la Antártida. Este posicionamiento no solo facilita el control de las rutas marítimas estratégicas, como el Paso Drake, sino que también mejora la capacidad de Argentina para patrullar, vigilar y asegurar el cumplimiento de normativas internacionales en una de las zonas más disputadas del planeta.
La base está diseñada para servir tanto a propósitos militares como científicos, lo que le da a Argentina una ventaja estratégica significativa. Al combinar la investigación científica con las operaciones militares, Argentina refuerza su papel como un actor clave en la Antártida, demostrando una "presencia activa" que, según el derecho internacional, fortalece la legitimidad de sus reclamaciones territoriales en el continente blanco.
2. La Transformación del Poder de Negociación de Argentina en el Tratado Antártico
El Tratado Antártico, firmado en 1959, establece que la Antártida será un territorio destinado exclusivamente a la investigación científica pacífica y prohíbe la explotación de sus recursos naturales. Sin embargo, a partir de 2048, este tratado podría ser objeto de renegociación, especialmente en temas relacionados con la explotación de recursos minerales y energéticos. En este contexto, la Base Naval Integrada de Ushuaia se proyecta como una pieza central en la estrategia argentina para influir en este proceso.
Presencia Física Permanente: La proximidad geográfica de la base a la Antártida permite a Argentina reforzar su presencia continua en la región. Este tipo de presencia no solo es clave para la operación logística de las bases de investigación en la Antártida, sino que también se convierte en un argumento de peso para futuras negociaciones territoriales. La "presencia efectiva" es un criterio importante en las disputas de soberanía, y Argentina podrá demostrar que, a diferencia de otros países, su participación no es simbólica ni estacional, sino permanente.
Liderazgo Científico: La investigación científica es una de las piedras angulares del Tratado Antártico, y Argentina ha estado fortaleciendo su papel en este ámbito. La Base de Ushuaia, con su infraestructura de apoyo logístico, permitirá al país realizar expediciones más frecuentes y extender la duración de sus misiones científicas en la Antártida. Este liderazgo científico será crucial durante la renegociación del tratado, ya que los países con mayores contribuciones científicas suelen tener una voz más fuerte en la toma de decisiones.
Control de la Seguridad Marítima y de los Recursos: Con la nueva base, Argentina podrá controlar de manera más efectiva la actividad marítima en el Atlántico Sur, incluyendo la vigilancia de la pesca ilegal y la exploración de recursos naturales. Esta capacidad de monitoreo y control le dará a Argentina la oportunidad de posicionarse como un "guardián" de la conservación y la sostenibilidad de la región antártica, lo que puede ser utilizado como un argumento político a su favor en la futura renegociación del tratado.
Proyección de Poder y Prestigio Nacional: La construcción de una base de esta magnitud tiene un fuerte simbolismo tanto a nivel nacional como internacional. Para la población argentina, se trata de una reafirmación del compromiso con la soberanía nacional, mientras que para la comunidad internacional, es un mensaje claro de que Argentina tiene la intención de defender sus derechos en la región antártica. Esta demostración de poder blando y duro podría disuadir a otros actores internacionales de cuestionar las reclamaciones de Argentina.
3. Consecuencias Geopolíticas
Tres consecuencias geopolíticas principales podrían mencionarse de esta base:
Cambio en el Equilibrio de Poder Regional: La capacidad operativa que otorga la Base de Ushuaia podría modificar la relación de fuerzas en el Atlántico Sur. En particular, puede generar una nueva dinámica con el Reino Unido, dado que la base aumenta la capacidad de Argentina para realizar patrullajes y controlar el tránsito marítimo cerca de las Islas Malvinas. La intersección entre las reclamaciones sobre la Antártida y las Malvinas podría convertirse en un frente de tensión diplomática.
Competencia con Chile y Brasil: Las reclamaciones antárticas de Argentina, Chile y el Reino Unido se superponen en ciertas áreas. La modernización de la infraestructura de Argentina podría provocar una respuesta de Chile, que también mantiene bases logísticas clave para sus operaciones antárticas. Brasil, que no tiene reclamaciones territoriales pero sí interés estratégico en la región, podría seguir una lógica similar para fortalecer su presencia en la región.
Relación entre la Antártida y la Disputa de las Malvinas: La Base de Ushuaia tiene el potencial de reforzar la conexión simbólica y operativa entre las reivindicaciones argentinas sobre la Antártida y las Islas Malvinas. La posibilidad de realizar patrullajes y misiones de vigilancia más activas desde Ushuaia puede ser vista por el Reino Unido como un intento de desafiar su control sobre el espacio marítimo alrededor de las Malvinas. Esta dinámica podría aumentar las tensiones diplomáticas entre ambos países, especialmente si Argentina vincula su presencia en la Antártida con su disputa sobre las islas.
4. Conclusión
La Base Naval Integrada de Ushuaia no es solo una instalación militar; es una herramienta estratégica que puede redefinir la posición de Argentina en el Atlántico Sur y la Antártida. Su construcción fortalece la presencia argentina en una región clave, le da una ventaja en la futura renegociación del Tratado Antártico en 2048 y aumenta su control sobre rutas marítimas estratégicas.
Gracias a esta infraestructura, Argentina podrá demostrar una presencia física y científica continua en la Antártida, lo que refuerza su posición frente a otros países reclamantes. Además, la base se convierte en un multiplicador de poder para la Armada Argentina, facilitando el control de la navegación y la explotación de recursos marítimos en la región. Todo esto coloca a Argentina en una posición privilegiada para negociar los términos de la explotación de los recursos antárticos y, de forma más amplia, para proyectar su poder en el Atlántico Sur.
En términos geopolíticos, la base puede convertirse en una plataforma para desafiar la hegemonía británica en las Islas Malvinas, ya que su proximidad permite operaciones de vigilancia más eficaces. Este movimiento no solo podría elevar las tensiones con el Reino Unido, sino también reactivar la disputa diplomática entre ambas naciones.
En definitiva, la Base de Ushuaia representa un paso calculado de Argentina para fortalecer su presencia en la Antártida, reforzar sus reclamaciones territoriales y asegurar un papel de liderazgo en la renegociación del Tratado Antártico. Es un símbolo de su determinación para preservar su influencia en la región, no solo como un actor científico, sino también como un poder marítimo en ascenso en el Atlántico Sur.
viernes, 11 de abril de 2025
martes, 8 de abril de 2025
lunes, 9 de diciembre de 2024
Antártida: La Base Naval Integrada (BNI) de Ushuaia
La Base Naval Integrada en Ushuaia: el futuro Polo Logístico Antártico de Argentina
Esta infraestructura podría desempeñar un papel determinante en facilitar el acceso de Argentina a la Antártida.
En abril de 2024, el presidente Javier Milei visitó Ushuaia y reafirmó, durante un discurso, su compromiso con el desarrollo de la "Base Naval Integrada".
Según destacó el mandatario, este proyecto representa un importante centro logístico que se convertirá en el puerto de operaciones más cercano a la Antártida. En esa ocasión, Milei estuvo acompañado por Laura Richardson, quien era entonces jefa del Comando Sur de los Estados Unidos.
"Esta obra nos permitirá desarrollar la economía local, brindar un servicio logístico que permita las reparaciones y apoyo a los cruceros y buques comerciales que operen en el Atlántico Sur", explicó Milei en aquel momento.
Además, afirmó que "brindará apoyo logístico real al desarrollo científico y los diversos programas antárticos internacionales permitirá que navíos argentinos y del mundo puedan acceder en Ushuaia a reparaciones, reabastecimientos u otros servicios que necesitan, antes de dar el último paso a su travesía".

En 2024, debido a las limitaciones presupuestarias debido a la crisis económica kirchnerista, no se lograron avances concretos en la construcción de esta infraestructura estratégica para el país.
Según informó el medio Radar Austral, el Gobierno de Milei incluyó en el Proyecto de Presupuesto 2025 una autorización de crédito por USD 163 millones para la edificación de la Base Naval Integrada en Ushuaia.
De cara al próximo año, y ante la certeza de que el Congreso no debatirá el presupuesto, el Poder Ejecutivo tiene la facultad de asignar las autorizaciones y partidas necesarias mediante decreto.
La Base Naval Integrada (BNI) en Ushuaia es un ambicioso proyecto destinado a desarrollar una instalación naval que combine infraestructura portuaria moderna y capacidades logísticas dentro de una zona militar de la Armada
Esta base estaría ubicada en la península de Ushuaia y, según informan, este complejo está diseñado para funcionar como un Polo Logístico Antártico.
Radar Austral reveló que, hasta el momento, la BNI recibió un financiamiento total de USD 2 millones, recursos que fueron asignados a Tandanor. Sin embargo, con esa suma solo se logró completar la mitad de los cimientos del depósito del obrador, dejando el avance muy por debajo de lo esperado.

Según el medio anteriormente mencionado, el proyecto de la Base Naval Integrada en Ushuaia se divide en tres fases principales:
- Muelle: de diseño en forma de "Y", con una extensión de 650 metros más 150 metros adicionales.
- Base Naval: incluye talleres, almacenes, alojamientos para oficiales y suboficiales, entre otras instalaciones, situados en la bahía.
- Viviendas: destinadas al personal asignado a la Base Naval Integrada, en respuesta al déficit habitacional existente en la ciudad.
sábado, 21 de septiembre de 2024
Confluencia de intereses Reino Unido-Chile: ¿Cómo afecta a Argentina?
Los intereses geoestratégicos de Chile y el Reino Unido: contexto histórico, la guerra de Malvinas y el futuro
Proyecciones
Introducción
Los intereses geoestratégicos de Chile, particularmente su alineación con el Reino Unido, han sido moldeados por factores históricos, económicos y políticos. Este ensayo explora la confluencia de intereses chilenos y británicos antes de la Guerra de las Malvinas de 1982, identifica los principales actores involucrados y examina cómo el conflicto influyó en esta dinámica. Además, profundiza en proyecciones futuras sobre el Estrecho de Magallanes, Malvinas, Georgias del Sur y la Antártida, considerando las implicaciones para Argentina y el potencial de un cambio en las alianzas.
Contexto histórico de los intereses geoestratégicos chileno-británicos
Antes de la Guerra de Malvinas, Chile y el Reino Unido compartían varios intereses geoestratégicos arraigados en vínculos históricos y beneficios mutuos. Los principales actores en esta relación incluyeron líderes políticos, funcionarios militares y actores económicos de ambas naciones.
La relación económica entre Chile y el Reino Unido se remonta al siglo XIX, y las inversiones británicas desempeñaron un papel importante en el desarrollo de la infraestructura y las industrias mineras chilenas. El comercio de nitratos fue particularmente crucial, con empresas británicas fuertemente involucradas en la explotación y exportación de nitratos chilenos.
La influencia británica sobre el ejército chileno ha sido profunda. La Armada de Chile, por ejemplo, se inspiró en gran medida en la Royal Navy, con oficiales navales británicos entrenando a sus homólogos chilenos. Esta conexión militar fomentó un sentido de camaradería e intereses estratégicos mutuos.
Durante la Guerra Fría, ambas naciones encontraron puntos en común en su postura anticomunista. El Reino Unido veía a Chile como un aliado estable en una región propensa a la agitación política, mientras que Chile valoraba el apoyo británico contra posibles amenazas regionales.
La guerra de Malvinas y su impacto
La Guerra de las Malvinas de 1982 fue un importante punto de inflexión en la relación entre Chile y el Reino Unido, resaltando sus intereses geoestratégicos alineados y dando forma a futuras interacciones. Durante la guerra, Chile brindó un apoyo crucial al Reino Unido, incluido el intercambio de inteligencia y asistencia logística. Este apoyo fue fundamental para la campaña militar británica y consolidó una alianza estratégica entre las dos naciones.
La guerra alteró el panorama de seguridad en América del Sur. El apoyo de Chile al Reino Unido lo posicionó como un contrapeso a Argentina, influyendo en la dinámica de poder regional y los alineamientos militares. Después del conflicto, el Reino Unido y Chile continuaron fortaleciendo sus vínculos. La guerra demostró el valor de su asociación estratégica, lo que condujo a una cooperación más profunda en cuestiones de defensa y seguridad.
Proyecciones futuras: Estrecho de Magallanes, Malvinas, Georgias del Sur y Antártida
De cara al futuro, los intereses estratégicos de Chile y el Reino Unido en áreas clave como el Estrecho de Magallanes, Malvinas, Georgia del Sur y la Antártida seguirán dando forma a su relación. El Estrecho de Magallanes sigue siendo una ruta marítima vital, y el control de Chile sobre este paso subraya su importancia geoestratégica. El Reino Unido reconoce la importancia de mantener relaciones seguras y amistosas con Chile para garantizar la estabilidad de esta vía fluvial crucial.
Las islas Malvinas y Georgias del Sur son fundamentales para los intereses territoriales británicos en el Atlántico Sur. El apoyo de Chile durante el conflicto de 1982 ha llevado a una cooperación continua en estas áreas, y ambas naciones se benefician de estrategias de defensa e inteligencia compartidas. La Antártida representa una región de creciente interés estratégico, particularmente en términos de investigación científica y potencial de recursos. Tanto Chile como el Reino Unido han establecido reclamos territoriales y estaciones de investigación en el continente, lo que ha llevado a esfuerzos de colaboración en exploración científica y conservación ambiental.
Implicaciones para Argentina
La fuerte alineación geoestratégica entre Chile y el Reino Unido tiene implicaciones significativas para Argentina, particularmente en términos de dinámica de poder regional y disputas territoriales. El antiguo reclamo de Argentina sobre las Islas Malvinas sigue siendo un tema polémico. La estrecha relación entre Chile y el Reino Unido complica los esfuerzos de Argentina por afirmar su soberanía e influye en las interacciones diplomáticas en la región.
La alianza chileno-británica afecta el equilibrio militar en Sudamérica. Argentina debe lidiar con las capacidades de defensa mejoradas y los mecanismos de intercambio de inteligencia entre Chile y el Reino Unido, lo que podría afectar su planificación estratégica y su postura de defensa. Los vínculos económicos entre Chile y el Reino Unido, incluidos el comercio y la inversión, refuerzan aún más su asociación estratégica. Argentina puede enfrentar desafíos al competir por influencia económica y oportunidades de inversión en la región.
Desvincular los intereses chileno-británicos y fomentar la cooperación argentino-chilena
Si bien la alianza chileno-británica es sólida, ciertos factores podrían potencialmente cambiar la dinámica hacia una mayor cooperación argentino-chilena. Iniciativas destinadas a fomentar la integración regional, como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), podrían promover vínculos más estrechos entre Argentina y Chile. Los proyectos colaborativos en infraestructura, comercio y energía podrían crear dependencias mutuas e intereses compartidos.
Los esfuerzos diplomáticos para resolver disputas territoriales y mejorar las relaciones bilaterales podrían allanar el camino para una mejor cooperación argentino-chilena. En este sentido, las medidas de fomento de la confianza, el diálogo y los mecanismos de negociación son esenciales. Fortalecer las asociaciones económicas entre Argentina y Chile, incluidas empresas conjuntas y acuerdos comerciales, podría reducir la dependencia de aliados externos y fomentar una relación regional más equilibrada. Los esfuerzos de colaboración en sectores como la agricultura, la minería y la energía podrían ser mutuamente beneficiosos.
Los cambios en el panorama geopolítico global, incluidos los cambios en las alianzas y las potencias regionales emergentes, podrían influir en el cálculo estratégico tanto de Chile como de Argentina. Adaptarse a estos cambios y alinear sus intereses en consecuencia podría facilitar una cooperación más estrecha.
El papel de la élite chilena
El papel de la elite chilena en el mantenimiento de la confluencia de intereses entre Chile y el Reino Unido es multifacético e involucra dimensiones políticas, económicas y militares. Su influencia es fundamental para mantener y fortalecer esta relación bilateral, dar forma a políticas y fomentar un entorno propicio para beneficios estratégicos mutuos.
Influencia política y toma de decisiones
La élite chilena, compuesta por políticos influyentes, diplomáticos y altos funcionarios gubernamentales, desempeña un papel crucial en la dirección de la política exterior del país hacia el mantenimiento de fuertes vínculos con el Reino Unido. Históricamente, los líderes políticos chilenos han reconocido las ventajas estratégicas de alinearse con una potencia global como Gran Bretaña. Este reconocimiento se ha reflejado en decisiones políticas e iniciativas diplomáticas destinadas a fomentar una relación estable y cooperativa con el Reino Unido.
Por ejemplo, durante la Guerra de las Malvinas de 1982, la decisión de apoyar al Reino Unido estuvo influenciada por figuras políticas clave que vieron los beneficios estratégicos de ayudar a un aliado poderoso. Este apoyo no fue sólo un reflejo de vínculos históricos sino también una medida política calculada para reforzar la posición de Chile en la región y ganarse el favor de una importante potencia occidental.
Intereses económicos y conexiones comerciales
La élite económica de Chile, incluidos destacados líderes empresariales y influyentes formuladores de políticas económicas, se ha beneficiado históricamente de fuertes vínculos económicos con el Reino Unido. Las inversiones británicas en industrias chilenas como la minería, la infraestructura y las finanzas han creado una red de intereses económicos mutuos que la élite chilena desea preservar.
La participación de las empresas británicas en el comercio de nitratos en el siglo XIX y principios del XX sentó las bases de esta relación económica. En la época contemporánea, la élite económica continúa abogando por políticas que atraigan inversiones británicas y faciliten el comercio. Estos líderes empresariales a menudo tienen una influencia significativa sobre las políticas gubernamentales y utilizan su influencia para asegurar que Chile siga siendo un destino atractivo para el capital británico, sosteniendo así la dimensión económica de la relación bilateral.
Cooperación militar y de defensa
La élite militar de Chile, incluidos oficiales de alto rango y estrategas de defensa, tiene una larga tradición de cooperación con sus homólogos británicos. La Armada de Chile, en particular, ha sido fuertemente influenciada por la Royal Navy, y muchos oficiales chilenos recibieron entrenamiento en el Reino Unido. Esta conexión militar fomenta un sentido de camaradería profesional y objetivos estratégicos compartidos.
Durante la Guerra de Malvinas, el apoyo del ejército chileno al Reino Unido se vio facilitado por estas conexiones profundamente arraigadas. El intercambio de inteligencia y la asistencia logística brindada a las fuerzas británicas fueron coordinados por élites militares que entendieron la importancia estratégica de mantener una alianza fuerte con el Reino Unido. Esta cooperación ha continuado después de la guerra, con ejercicios militares conjuntos, programas de entrenamiento y acuerdos de defensa que refuerzan la dimensión militar de la relación bilateral.
Vínculos culturales y educativos
La élite cultural y educativa de Chile también desempeña un papel en el mantenimiento de la relación del país con el Reino Unido. Los intercambios culturales, las colaboraciones académicas y las asociaciones educativas contribuyen a una comprensión y apreciación más amplia de la cultura y los valores británicos entre la élite chilena. Muchos miembros de la élite chilena han estudiado en universidades británicas, fomentando redes personales y profesionales que unen a los dos países.
Estos vínculos culturales y educativos crean un entorno favorable para la cooperación bilateral, ya que las personas que han experimentado la cultura y la educación británicas a menudo tienen posiciones influyentes en la sociedad chilena. Sus percepciones positivas del Reino Unido y sus valores pueden influir en la opinión pública y las decisiones políticas, consolidando aún más la relación bilateral.
Implicaciones estratégicas para el futuro
La influencia sostenida de la élite chilena en el mantenimiento de fuertes vínculos con el Reino Unido tiene implicaciones significativas para el futuro. A medida que ambos países sigan navegando por complejos paisajes geopolíticos, el papel de la élite en la configuración de la política exterior y las decisiones estratégicas seguirá siendo crucial.
En áreas clave como el Estrecho de Magallanes, Malvinas, Georgia del Sur y la Antártida, la influencia de la élite será fundamental para determinar la dirección de las políticas chilenas. Su capacidad para equilibrar los intereses nacionales con los beneficios de una alianza fuerte con el Reino Unido dará forma al futuro de esta relación bilateral.
Potencial de cambios en las alianzas
Si bien el actual alineamiento entre Chile y el Reino Unido es fuerte, los cambios en la dinámica regional y global podrían alterar el equilibrio de intereses. El papel de la élite chilena será fundamental para navegar estos cambios y explorar el potencial para una cooperación más estrecha con otras potencias regionales, como Argentina.
Los esfuerzos de integración regional, las iniciativas diplomáticas y las asociaciones económicas podrían crear oportunidades para una relación más equilibrada con Argentina. La voluntad de la élite de participar en el diálogo y la negociación, y su capacidad para adaptarse a las realidades geopolíticas cambiantes, serán clave para fomentar esos cambios.
Conclusión
El contexto histórico y el alineamiento estratégico entre Chile y el Reino Unido, particularmente resaltados durante la Guerra de las Malvinas de 1982, han dado forma a una asociación fuerte y duradera. Esta alianza tiene implicaciones significativas para la dinámica regional, particularmente en relación con Argentina. Sin embargo, posibles cambios en los esfuerzos de integración regional, las iniciativas diplomáticas, las asociaciones económicas y los cambios geopolíticos globales podrían allanar el camino para una relación más equilibrada entre Chile y Argentina. A medida que los intereses estratégicos en áreas clave como el Estrecho de Magallanes, Malvinas, Georgia del Sur y la Antártida continúan evolucionando, el futuro de las alianzas y la cooperación regionales dependerá de la capacidad de estas naciones para navegar en paisajes geopolíticos complejos y fomentar el entendimiento y la colaboración mutuos. .
La élite chilena desempeña un papel central en el mantenimiento de la confluencia de intereses entre Chile y el Reino Unido. A través de su influencia en la toma de decisiones políticas, las políticas económicas, la cooperación militar y los intercambios culturales, aseguran la continuidad y fortaleza de esta relación bilateral. A medida que evolucionen las futuras dinámicas geopolíticas y regionales, las opciones estratégicas y la adaptabilidad de la élite determinarán la dirección y la profundidad de las alianzas de Chile, allanando potencialmente el camino para una relación regional más matizada y equilibrada tanto con el Reino Unido como con Argentina.
martes, 14 de mayo de 2024
lunes, 22 de abril de 2024
Avión de transporte: Basler BT-67 para la Antártida y videos de sus operaciones

Fotos y videos del Basler BT-67




lunes, 15 de abril de 2024
martes, 13 de febrero de 2024
martes, 5 de diciembre de 2023
lunes, 4 de diciembre de 2023
martes, 28 de noviembre de 2023
sábado, 18 de noviembre de 2023
Malvinas y la proyección bioceánica: Chile, Reino Unido y la mar en coche
Opinión: Malvinas, su proyección bioceánica y la competencia por la conectividad en el Atlántico Sur
El dominio de los mares siempre ha sido una de las claves que explican la proyección geopolítica de las grandes potencias. La usurpación británica sobre nuestras islas también responde a esta lógica. Para abordar la cuestión adecuadamente, es fundamental reflexionar de manera estratégica y entender lo que está en juego en un espacio geográfico clave para la conectividad del planetaPor Carlos Alberto Nogueira || Infobae

El canal de Beagle, a puertas de la ciudad de Ushuaia, un canal clave para dominar las rutas marítimas (Archivo DEF)
Según un antiguo refrán inglés, “las puertas de los mares son de la Corona Británica y las llaves de esas puertas están en poder de la Armada Británica”. El cancionero popular nos acerca al conocimiento de las distintas culturas y, a veces, esas recopilaciones del folclore de un pueblo vuelven a ella transformadas en discursos políticos de sus líderes. Winston Churchill, ex primer ministro británico, les agregó contenido político y estratégico a aquellos viejos versos cuando dijo: “Entre la Europa continental y los mares abiertos, Gran Bretaña siempre elegirá los mares abiertos”.
La Revolución Comercial que antecedió a la Revolución Industrial fue un período de expansión económica de Europa y de Gran Bretaña, en particular, a partir del colonialismo y el mercantilismo. Para el imperio británico, aquel crecimiento del comercio surgió de la mano del dominio de los mares y sus rutas, que unieron las colonias al corazón del reino a través del intercambio de las materias primas de las primeras y las manufacturas del segundo.
Para dominar las rutas marítimas, siempre ha sido y será preciso, poseer y controlar los territorios que, por su importancia geopolítica, atraen e irradian rutas o canales de aproximación aérea, marítima, terrestre y de información. Estos lugares del mundo actúan dentro de la estructura comercial como nodos de una red en las cadenas de suministros, y adquirirán mayor importancia cuanto mayor sea la inversión en infraestructura que posibilite el tráfico de bienes, servicios e información.
Redes, conectividad y economía
El comercio mundial y la generación de riqueza dependen de una red que facilite el intercambio de bienes y servicios para su uso, venta o transformación. En ese sentido, las islas Malvinas son, por su ubicación, puertas esenciales para la conectividad entre continentes y océanos, y deberán ser observadas tanto desde el punto de vista de la geografía como desde la perspectiva de una nueva disciplina llamada “Conectografía”, puesto que la centralidad de estas zonas está dada por su ubicación geográfica y por su capacidad productiva dentro de una red.
El fundador de FutureMap, Parag Khanna, presenta la Conectografía como una evolución de la geografía. Khanna expresa que, mientras la geografía nos indica cómo dividimos el mundo, la Conectografía nos describe cómo usamos el mundo, relacionando infraestructuras y cadenas de suministros dentro de una red. La conectividad de una red dependerá de la capacidad y eficiencia de sus principales nodos, en la medida en que estos se conviertan en ciudades de entrada o gateway-cities.
En su teoría de las gateway-cities, el geógrafo Andrew Burghardt postula la idea de que una “ciudad puerta de entrada”, a menudo, se desarrolla entre dos áreas de diversa productividad como una frontera pionera y posee características distintivas, como su capacidad logística, de procesamiento industrial y de generación de conocimiento.
Por ello, Burghardt se plantea la hipótesis de que, si la zona de acción de una gateway es lo suficientemente grande y productiva para soportar el surgimiento de grandes lugares centrales, entonces, la entrada llegará a funcionar como un “lugar central”.

Malvinas y su proyección bioceánica
A la luz de estos conceptos, será interesante observar el Atlántico Sur y sus ciudades ribereñas como una zona de elevado tráfico comercial debido al paso bioceánico, con una importante zona de explotación pesquera, con presumible presencia de minerales en el lecho y subsuelo, y como una zona con proyección directa sobre la Antártida.
En ese espacio, las islas Malvinas se destacan por su potencial en la capacidad de control y apoyo a las operaciones comerciales, logísticas y militares. También, en ese escenario, Ushuaia y Punta Arenas compiten por ser “lugares centrales” que atraigan e irradien avenidas de aproximación o rutas de navegación marítimas y aéreas, oceánicas y bicontinentales. Gran Bretaña siempre apostará por la desconexión entre ellas.
Cualquiera de estas tres urbes podrá ser el nodo más importante de la red en tanto desarrolle las capacidades y la infraestructura necesarias para convertirse en un punto de apoyo logístico para la extracción y el transporte de los recursos hacia las terminales de consumo, como así también un punto de apoyo para el emplazamiento de sistemas de control de las rutas que las atraviesan. La ciudad que más infraestructura desarrolle será un polo de atracción para las otras dos.
Los ejes de toda estrategia serán siempre los intereses, esos “objetos a los que les otorgamos valor”. Malvinas es un pedazo de tierra; pero, bajo la visión de la integridad territorial argentina, ese objeto cobra máximo valor y se convierte en un interés, porque la soberanía es un interés vital.
Ahora bien, en el mismo escenario del Atlántico Sur, existen otros actores que también le otorgan máximo valor a ese objeto y lo convierten en su interés. De esa competencia, surge la actual dialéctica de voluntades en conflicto.
Argentina posee en esa área algo más de 4 millones de kilómetros cuadrados de superficie bendecida con recursos naturales para abastecer al mundo de alimentos y energía. Tiene, también, reclamos de soberanía en sectores antárticos que coinciden, en gran parte, con los de Gran Bretaña y Chile.

El valor actual de las islas
Para lograr el dominio de estos espacios soberanos y de interés, será necesario abordar la cuestión Malvinas con un adecuado pensamiento estratégico. Reflexionar, metódicamente, en términos de conflicto, política y maniobra. El análisis deberá centrarse en la cuestión estratégica o conflicto a resolver a fin de distinguir la trama resultante del juego de intereses de todos los actores.
Malvinas es la colonia de un imperio (actual monarquía constitucional) que hace foco en “los mares abiertos” y que, además, es uno de los socios más importantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Quizás, las primeras motivaciones de aquel imperio eran las de situarse geográficamente en una región que le permitiese ampliar su área de influencia y dominio de rutas comerciales. Pero ¿cuál es la evolución de esa importancia inicial? ¿Cuál es el valor de Malvinas hoy? A todas las riquezas conocidas, les debemos sumar su importancia geopolítica desde el punto de vista de la Conectografía. Malvinas domina un área de inestimable valor que conecta océanos y continentes, y esa conectividad convierte a las islas en un eje de estrategia geopolítica para todos los actores presentes en ese escenario dispuestos a confrontar intereses.
Aumentar la conectividad entre los continentes americano y antártico es un desafío, si el objetivo es dominar el Atlántico Sur y Malvinas, por ser esta última un nodo fundamental en ese mapa de conexiones. Pero la conectividad depende del desarrollo de infraestructuras. Mientras el gasto militar mundial es de aproximadamente dos billones de dólares al año, el gasto en infraestructura es cuatro veces superior.
Además, la conectividad tiene una gran tendencia gemela en el siglo XXI: la urbanización planetaria. Las ciudades son la infraestructura que mejor nos define. La gente se concentra en las ciudades para estar conectada, y esa conectividad es la causa de su prosperidad.
Debiera ser un proyecto de país conectar Ushuaia, Petrel y Marambio y desarrollar el polo logístico Ushuaia. Es un deber hacer crecer esas ciudades, hacerlas habitables, conectarlas en todas las formas para dominar el Atlántico Sur.
Ushuaia y el desarrollo del Atlántico Sur
Siguiendo la hipótesis de Burghardt, “si la zona de acción de una gateway es lo suficientemente grande y productiva, puede convertirse en un lugar central”, entonces, es dable creer que la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur tiene condiciones de atraer a las Malvinas a partir del eje Ushuaia-Petrel-Marambio como “lugar central” y gateway para la explotación y el comercio de recursos naturales, la investigación científica, el turismo y la logística. Este desarrollo requerirá de un adecuado sistema de Defensa que controle y asista esas actividades.
Las bases militares extranjeras en el Atlántico Sur, particularmente la de Malvinas, tienen capacidad para interferir en los intentos de coordinación entre América del Sur, África, la Antártida y los océanos Pacífico e Índico. Estas bases serían también muy útiles como apoyo en rutas alternativas para eventuales enfrentamientos de la OTAN con China o Rusia, o en un conflicto con Irán.
Esas preocupaciones fueron expuestas en Argentina por los exministros brasileños de Defensa, Nelson Jobim, y de Asuntos Estratégicos, Roberto Mangabeira Unger, quienes explicaron el plan de desarrollo estratégico y defensa del Brasil. Los ministros manifestaron la necesidad de avanzar en una agenda común de iniciativas enfocadas en el desarrollo conjunto de Argentina y Brasil, la peligrosa capacidad de las bases militares británicas en el Atlántico para interferir en las rutas comerciales entre Brasil y África, la necesidad de controlar la Amazonia Azul y los recursos hidrocarburíferos descubiertos en la cuenca de Santos, y el consecuente plan de capacidades militares para proteger el desarrollo previsto.
En este sentido, el pensamiento estratégico argentino, al igual que el brasileño de aquellos años, debería definir, como ya mencionamos, la trama que se desarrolla en el escenario del Atlántico Sur a partir de la racionalidad y las motivaciones de los actores allí presentes. Las primeras preguntas a estudiar y responder serán: ¿qué fines persiguen Gran Bretaña, Estados Unidos y China, entre otros?, ¿cuál es su motivación?
Mangabeira nos acerca alguno de los caminos que deberán seguir nuestros planes. El primero será necesariamente la definición de un modelo de desarrollo que encuentre soluciones regionales a problemas regionales. Para concretarlo, “debemos rebelarnos contra el mayor impedimento a nuestra construcción nacional: el colonialismo mental”. Argentina, Chile y Gran Bretaña buscan conectar Antártida con sus ciudades más próximas; quien desarrolle más infraestructura ganará la competencia. En ese sentido, es muy importante nuestra relación y los acuerdos con Chile y Brasil.
Si bien Chile no es un actor con intereses directos sobre el Atlántico Sur, su posición compartida del estrecho bioceánico con la Argentina –además de las pretensiones sobre una porción del territorio antártico que coincide, en gran parte, con la de Argentina y también con la de Gran Bretaña– lo suma al escenario. Por ello, la adopción de una identidad estratégica cooperativa con Chile, para interponernos frente al Reino Unido con una actitud estratégica competitiva común, debería ser vista como un objetivo de nuestras relaciones internacionales y una oportunidad para la nación trasandina.

El día después del Tratado Antártico
Es importante pensar en el día después del Tratado Antártico. El año 2048 y la Antártida están muy cerca en tiempo y en distancia. Llegado ese momento, Argentina negociará o competirá con Gran Bretaña y Chile en una relación de dos contra uno, o de uno contra dos. A su vez, EE. UU. y China desean posicionarse y controlar el área: el primero, a través de sus socios y, el segundo, con inversiones en Argentina. Brasil y Chile.
¿Qué tríadas y coaliciones debemos conformar a partir de los intereses de cada uno de los actores involucrados? Juntos, los países latinoamericanos deberíamos enfrentar el dilema del desarrollo en el mundo global y el control de nuestros espacios soberanos teniendo en cuenta los tres mensajes de Raul Prebisch, que son el gran legado de su obra y que, igual que Mangabeira, nos instan a la rebeldía, pero sesenta años antes: primero, los países centrales conforman visiones del orden mundial funcionales a sus propios intereses. Por eso, señala, “es necesario rebelarse contra ese esquema teórico para resolver el dilema”. Segundo, es posible transformar la realidad y lograr, con los centros de poder mundial, una relación simétrica no subordinada. Tercero, la transformación requiere un cambio profundo en la estructura productiva para incorporar –en la actividad económica y social– el conocimiento, que es el instrumento fundamental del desarrollo.
Dice Parag Khanna que la carrera armamentista del siglo XXI será la competencia por la conectividad, y que la principal responsabilidad de los ejércitos no será la protección de fronteras sino de las cadenas de suministros.
El sostenimiento de las cadenas de suministros y su flujo, ambos necesarios para asegurar la conectividad antártica, requiere de puertos que cuenten con las características señaladas por Esther Bertram en “Gateway-ports in the development of Antarctic Tourism; Prospects for Polar Tourism”. En esta profunda investigación científica sobre los puertos de entrada antárticos, la autora toma la definición de gateway-city de Burghardt y particulariza el concepto diciendo que “un puerto de entrada a la Antártida será un puerto de la costa o de la isla capaz de beneficiarse y de controlar el acceso a los recursos antárticos y al Océano Austral, incluyendo la pesca, el turismo y el apoyo científico”.
Bertram sostiene que solo hay unas pocas ciudades en el mundo en condiciones de ser gateway de la Antártida, en razón de poseer puertos con las características mencionadas: “Ciudad del Cabo, Christchurch, Hobart, Punta Arenas, Ushuaia y la ciudad de Stanley”. (Puerto Argentino, en las Malvinas)
De las ciudades señaladas, tres están destinadas a formar parte de un escenario de competencia cada vez mayor en el Atlántico Sur debido a que cualquier maniobra estratégica pensada por Gran Bretaña siempre procurará acrecentar la descoordinación entre Punta Arenas y Ushuaia, y la coordinación entre Punta Arenas y Puerto Argentino.
Para finalizar, es importante reflexionar sobre los temas que inquietan a los grandes actores globales respecto del Atlántico Sur. Quizás, alguna pista pueda obtenerse de la pregunta planteada por los últimos dos comandantes del Comando Sur de Estados Unidos durante sus visitas oficiales a la Argentina, a los últimos dos ministros de Defensa: ¿China construirá el puerto en Ushuaia?
Ellos y nosotros estamos hablando de la conectividad y sus nodos. Estamos compitiendo por los nodos centrales de la comunicación bicontinental y bioceánica en el sur del mundo. Un fuerte alineamiento regional y significativas inversiones en infraestructura, urbanización y defensa en las ciudades del centro geográfico argentino, podrán conducir a que las islas Malvinas sean una puerta del Atlántico Sur y la Antártida, y a que la llave de esa puerta esté en poder de la Armada Argentina.
* El autor es General de Brigada (R) y exsecretario general del Ejército. Profesor de Prospectiva Estratégica y de Planeamiento Estratégico en la Universidad Nacional de Lanús y en la UNDEF

