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sábado, 24 de diciembre de 2022

Fabricante de aviones: Productores pequeños (2/3)

 / k/ Planes Episodio 80: Fabricantes menores

/k/ Planes



Fabrica Militar de Aviones I.Ae.33 Pulqui II

Poco después de que comenzara el trabajo en el primer avión de combate de Argentina, el I.Ae.27 Kurt Tank y su equipo de exingenieros de Focke Wulf (que habían huido a Argentina después del final de la guerra) comenzaron a trabajar en otro proyecto de avión de combate. Como el Pulqui I resultó insatisfactorio, Tank produjo un nuevo diseño, adaptando el Ta 183 de tiempos de guerra (que nunca se materializó) para adaptarse al turborreactor Rolls-Royce Nene. Los cambios requerían un fuselaje mucho más grande para acomodar el turborreactor de flujo centrífugo más ancho. El avión resultante que despegó en 1950 solo se parecía vagamente al tanque Ta 183 que se había desarrollado media década antes. El fuselaje mucho más grande todavía montaba una cola en T muy en flecha y alas en flecha de 40 grados, pero el diseño era mucho más grande y las alas se habían movido desde la mitad del fuselaje hacia la parte superior. El armamento incluía cuatro cañones de 20 mm en la parte inferior del fuselaje.

El mismo Kurt Tank administraría el programa de prueba, pilotando el avión él mismo para probar las características de pérdida. Con la conclusión exitosa de las pruebas, la Fuerza Aérea Argentina ordenó 12 ejemplos de preproducción en 1951. Sin embargo, continuarían las pruebas y se encontrarían numerosas características peligrosas en los extremos de la envolvente de vuelo. Las pruebas se prolongaron hasta 1954 cuando la suerte cambiante del régimen de Perón obstaculizó la producción y el desarrollo. El único prototipo sobreviviente haría su debut en combate en 1955 con las fuerzas rebeldes, pero el programa se desbarató cuando la Junta llegó al poder. Tank y su equipo abandonaron Argentina, y poco después el único prototipo sufrió graves daños en un accidente de aterrizaje. Sin embargo, ante la ausencia de alternativas, el Pulqui II siguió avanzando a paso de tortuga. En 1959, el prototipo final tomaría vuelo, presentando innumerables modificaciones que solucionaron en gran medida los problemas del diseño. Sin embargo, el avión ahora estaba obsoleto y contaminado por su asociación con Perón. En 1960, se canceló el pedido de 100 Pulqui II a favor de adquirir F-86 de EE. UU. a un precio reducido y, a finales de año, se retiró el prototipo final.


EFW N-20 Aiguillon

El primer proyecto de caza a reacción autóctono de Suiza comenzó en el período inmediato de la posguerra. Inusualmente, los ingenieros suizos optaron por un diseño muy poco convencional. El N-20, como se le conocía, era un diseño sin cola propulsado por cuatro pequeños motores turbofan en las alas. El turbohélice Mamba se adquirió de Gran Bretaña y, después de fuertes modificaciones, se convirtió en un motor turbofan. El primer planeador volaría en abril de 1948, mientras que un prototipo de motor a pequeña escala volaría a fines de 1951. Debido a problemas con los motores Mamba, se sustituirían diferentes motores en el prototipo, que voló brevemente durante una prueba de taxi en abril. 1952. Sin embargo, los problemas continuos con los motores previstos y el agotamiento de los fondos del proyecto conducirían al final del programa en 1953.


Fabrica Militar de Aviones I.Ae.37

Quizás el diseño de avión de combate más inusual que salió de la Argentina de la posguerra fue el I.Ae.37. El producto de Reimar Horten, uno de los famosos hermanos Horten, el proyecto era, como era de esperar, un ala voladora sin cola. El trabajo comenzó en 1952, desarrollando un interceptor de ala voladora que idealmente tendría un rendimiento supersónico. El avión tendría un ala delta distinta con entradas colocadas a cada lado de la nariz, alimentando un solo turborreactor Rolls-Royce Derwent en la parte trasera del avión. Los vuelos de prueba comenzaron en 1954 con un modelo de planeador a escala que se podía volar y, después de que el diseño se validó a bajas velocidades, comenzó el trabajo en un prototipo a escala real. El trabajo avanzó lentamente gracias a la revolución de 1955 y sus secuelas, pero, sin embargo, se proyectó que el I.Ae 37 tomaría vuelo en 1961, incluso cuando las proyecciones mostraban que el avión propulsado por Derwent era incapaz de realizar vuelos supersónicos. Mientras tanto, comenzó un proyecto más avanzado bajo la designación I.Ae.48, con la esperanza de adaptar rápidamente dos motores Rolls-Royce Avon en cápsulas debajo de la aeronave para hacer un verdadero interceptor supersónico. Sin embargo, ninguno de los dos proyectos se concretó: como la economía argentina decayó a fines de la década de 1950, los I.Ae.37 y .48 se cancelaron en 1960.


Hispano Aviación HA-200 Saeta

A principios de la década de 1950, el famoso ingeniero alemán Willy Messerschmitt diseñaría el jet de entrenamiento de ala recta HA-200 para los españoles. Tomando vuelo en 1955, el HA-200 no era un avión notable: sus motores de baja potencia y alas rectas arcaicas significaban que tenía poco uso más allá de las funciones de entrenador y ataque ligero. Inusualmente, el tipo tardó casi una década en entrar en producción, y solo en 1962 entró en servicio el HA-200. Mientras que el HA-200 asumió el papel de entrenador, Hispano desarrollaría una variante de ataque de un solo asiento en 1970, que reemplazaría a los envejecidos CASA.2111/He 111 que entonces servían en las colonias africanas. El HA-220 haría su debut en combate a finales de 1974 durante el levantamiento del Polisario, donde se distinguió como atacante y controlador aéreo avanzado. Al final,


FFA P-16

As part of Switzerland’s postwar efforts to modernize their inventory, FFA was contracted to develop a single-engined jet fighter. Compared to the radically unconventional N-20 developed in parallel, FFA’s P-16 was very conservative. Powered by a single Armstrong Siddeley Sapphire engine, the P-16 was a straight-winged single-engined design, with the design really only notable for its use of advanced flaps and slats to provide the takeoff and landing performance necessary for operating in Switzerland’s alpine valleys. Two prototypes were ordered in 1952, with the first taking flight in 1955. Despite its straight-winged layout, the design was far from underperforming - the second prototype would even break the sound barrier. Tests were promising, and in 1958 an order for 100 was placed. However, after the first pre-production machine crashed later that year, the order was cancelled and Hawker Hunters were purchased instead. FFA continued the project as a private venture, upgrading the project in hopes of attracting a foreign customer. Further prototypes would fly in 1959 and 1960, but they failed to attract any buyers. Without a customer and out of money, the program finally came to an end in 1960.


Fabrica Militar de Aviones I.Ae.43 Pulqui III

A pesar de que el programa Pulqui II se prolongó, Kurt Tank se había fijado en proyectos más prometedores. En comparación con el Pulqui II subsónico bastante simple, el nuevo proyecto de Tank esperaba seguir siendo competitivo con la última ola de desarrollo de cazas mediante la producción de un caza supersónico. El nuevo proyecto, tentativamente llamado Pulqui III, era muy diferente de cualquiera de los programas de aviones de combate anteriores de Argentina. El nuevo caza era un diseño de ala baja con una cola convencional, propulsado por dos turborreactores Bristol Orpheus en la parte trasera del fuselaje. A diferencia de todos los diseños anteriores, la nariz era sólida y las tomas se colocaron a ambos lados del fuselaje. Sin embargo, aunque prometedor, el proyecto Pulqui III duró poco. Después de menos de un año de desarrollo, el régimen de Perón que había albergado a Tank y su equipo fue depuesto, lo que llevó al equipo de ingenieros a huir del país y llevarse gran parte del trabajo de diseño con ellos. Si bien el proyecto Pulqui III nunca se materializaría en manos argentinas, estaba lejos de ser una pérdida total para Tank: su próximo empleador, los indios, estaban más que felices de aceptar el diseño.


Hindustan Aeronautics Limited HF-24 Marut

A fines de la década de 1950, India inició esfuerzos para desarrollar un avión de combate completamente nacional. Si bien HAL había estado produciendo aeronaves extranjeras bajo licencia durante algún tiempo, carecían de la experiencia para producir un diseño internamente. Para impulsar el desarrollo, HAL miró al exterior. El afamado ingeniero Kurt Tank (de la fama de Focke Wulf) había llegado recientemente a la India después de que cayera un régimen amistoso en Argentina, y muy rápidamente se alistó para ayudar a HAL a diseñar un nuevo avión. El luchador que diseñaría Tank se basó en gran medida en el trabajo que había realizado en Argentina antes de abandonar el país. Era un diseño bimotor convencional de ala baja con alas muy en flecha y armado con cuatro cañones ADEN de 30 mm y puntos de anclaje para hasta 4,000 libras de provisiones. Desde el comienzo del trabajo de diseño, se llevarían a cabo extensas pruebas de planeadores y túneles de viento durante los siguientes 22 meses.

Desafortunadamente, las dificultades para adquirir motores retrasaron en gran medida la entrada en servicio del Marut. Mientras India luchaba por encontrar un motor (finalmente se decidió por el Bristol Siddeley Orpheus), se tomó la decisión de comprar Su-7BM en 1966 para llenar el vacío dejado por el Marut. Si bien finalmente comenzó la producción, el Marut no vería un uso tan generalizado como se proyectó originalmente. Cuando comenzó la guerra de 1971, los pocos escuadrones que volaban el tipo superaban con creces su fuerza prevista, y al menos uno tenía 32 aviones (el doble del número establecido de 16). A pesar de su pequeño número, se desempeñaron razonablemente bien: cuatro se perdieron por fuego terrestre y otros dos fueron destruidos en tierra, pero su uso intensivo en el frente occidental de la guerra hizo que las unidades se presentaran con tres Vir Chakras.

Desafortunadamente, a pesar de su buen desempeño en la guerra de 1971, el Marut no estuvo exento de problemas. Si bien era increíblemente duradero, tenía muy poca potencia, y la reacción violenta de las primeras pruebas nucleares de la India evitaría la adquisición de un motor más potente para el Marut. Mientras tanto, India determinó que sería más fácil adquirir un reemplazo extranjero para su inventario que desarrollar aún más el Marut para satisfacer las necesidades cambiantes. Por lo tanto, se consiguió que el MiG-23BN asumiera el papel de ataque y, aunque el Marut persistiría más tiempo que los Su-7 con los que sirvió, finalmente se retiraría en 1985.


Hispano Aviación P.300/Helwan HA-300

En 1951, Willy Messerschmitt comenzó a trabajar en un caza supersónico ligero para España. Comprensiblemente, el trabajo avanzó lentamente, pero el proyecto finalmente atraería la atención de los egipcios, que también buscaban seguir un programa de combate doméstico. En 1956, Egipto se unió oficialmente al proyecto, aunque Messerschmitt y su equipo en Hispano continuaron liderando el programa. En 1959, se finalizó el diseño, un delta de cola monomotor compacto, y se voló un prototipo de planeador. Poco después, sin embargo, Hispano se vio obligado a abandonar el proyecto porque España se negó a financiarlo más.

Afortunadamente, Egipto estaba dispuesto a hacerse cargo del proyecto. Messerschmitt y su equipo se mudaron a Egipto y se contrataron más expertos para desarrollar un motor. Cuatro años después de que Egipto se hiciera cargo del programa, el prototipo HA-300 volaría. Sin embargo, volaría con el turborreactor Bristol Orpheus inadecuado en lugar del E-300 más potente que aún estaba en desarrollo. El motor en sí demostró ser lo suficientemente prometedor como para involucrar a India, con la esperanza de aplicar el motor E-300 a su HF-24 Marut. Los primeros dos prototipos (impulsados ​​por Orpheus) de hecho romperían la barrera del sonido, validando el diseño, pero permanecieron con poca potencia. Cuando el tercer prototipo voló, usaría el motor E-300 planificado para alcanzar con éxito Mach 2.1. Desafortunadamente, la guerra de 1967 con Israel significaría el fin del programa. los problemas financieros se vieron agravados por los lazos más cálidos con los soviéticos, que ofrecieron un gran número de combatientes baratos y capaces. El golpe mortal para el programa llegó en 1969, cuando las tensiones con el FRG llevaron a la evacuación de Messerschmitt y su equipo, paralizando fatalmente el proyecto. A finales de año, el HA-300 y su motor E-300 habían sido cancelados.


Israel Aircraft Industries Sa'ar

Con la llegada del A-4H Skyhawk en 1967 y sus motores Pratt & Whitney J52, Israel buscó aplicar el motor a los Sambads/Super Mysteres que habían formado la columna vertebral de su fuerza de ataque hasta entonces. El motor que entonces se usaba en el Sambad, el Atar 101, era notoriamente poco confiable y ahora ya no está disponible gracias a un embargo de armas francés. Por lo tanto, IAI buscó mantener la flota volando utilizando el J52. Si bien el J52 carecía de un dispositivo de poscombustión, ofrecía un motor más liviano, confiable y de mayor empuje, y el rendimiento supersónico ofrecido por el dispositivo de poscombustión del Atar se consideró superfluo para las operaciones de ataque a tierra a las que ahora estaba relegado el Sambad. Los aviones convertidos tendrían el fuselaje ampliado para los nuevos motores, mientras que la aviónica recibió una revisión y se agregaron nuevos puntos de anclaje para montar el Shafrir 2 AAM. Tomando vuelo a principios de 1969, el avión se mostró a la IAF como el "Super Super Mystere". Después de pruebas prometedoras, se ordenó la producción del Sambad revisado como Sa'ar.

De 1969 a 1973, IAI convirtió con éxito los 26 Sambads de IAF al estándar Sa'ar. Verían su primer contacto con el combate cuando estalló la Guerra de Yom Kippur. Las primeras operaciones no fueron prometedoras: cuatro Sa'ar se perdieron solo el primer día debido a las defensas aéreas terrestres. Sin embargo, a medida que los egipcios superaron su red defensiva, las operaciones de Sa'ar se alejaron de los Altos del Golán más peligrosos para centrarse en los ahora vulnerables egipcios. En total, se realizaron 887 salidas durante la guerra, con el tipo reclamando al menos 150 tanques e innumerables otros vehículos por la pérdida de 6 aviones y dos pilotos. El servicio de posguerra fue limitado, ya que el F-4 Phantom recién llegado había llegado para reemplazar los fuselajes envejecidos. Toda la flota fue retirada en 1975, aunque 12 serían vendidos a Honduras,


Industrias aeronáuticas de Israel Nesher

Aunque los Mirage III de la IAF tendrían un desempeño espectacular, la IAF realmente necesitaba una plataforma orientada al ataque en lugar del interceptor que era el Mirage III. Israel contactó a Dassault, quien comenzó a desarrollar un nuevo avión, siguiendo el mismo diseño general del Mirage III, orientado a misiones de ataque. El nuevo avión, el Mirage 5, reemplazó el radar del Mirage III con un sistema simple de navegación y ataque. Israel ordenaría 50 de Dassault en 1967, pero el enfriamiento de las relaciones entre Israel y Francia significó que para cuando el avión estuvo listo para su entrega, se había impuesto un embargo de armas y el pedido israelí fue absorbido por Armee de l'Air. No dispuestos a permitir que el proyecto fuera una pérdida total, los israelíes obtuvieron planos para el fuselaje y los motores, lo que les permitió comenzar a fabricar (sin licencia).

El Nesher que finalmente tomaría vuelo en 1971 tenía un fuselaje idéntico al Mirage 5, aunque los componentes internos eran muy diferentes. Incapaz de asegurar la aviónica francesa, IAI llenaría el Nesher con sistemas domésticos que proporcionaran mejores capacidades, incluidas disposiciones para el uso de Shafir AAM de fabricación nacional. La producción comenzó inmediatamente cuando el IAI se apresuró a cubrir el déficit de 60 aviones causado por las pérdidas durante la Guerra de los Seis Días y la Guerra de Desgaste. 40 Neshers estarían en servicio cuando estalló la Guerra de Yom Kippur en 1973, volando con cuatro escuadrones. Inusualmente, aunque el Nesher fue diseñado como un atacante, vería más uso como caza durante la guerra de 1973. Mientras que los Phantoms, Skyhawks y Sa'ars asumieron misiones de ataque terrestre, a los Neshers se les asignaron misiones de escolta y superioridad aérea.

A pesar de la aviónica simplificada y la peor maniobrabilidad que el Mirage III, el Nesher se desempeñaría sorprendentemente bien como caza en la guerra de 1973. Sus primeras victorias llegaron el 8 de enero, con dos MiG-21 derribados por IAF Neshers. Si bien el combate aire-aire fue espectacularmente bien (un escuadrón obtuvo 59 victorias por 4 pérdidas y otro 42 por cero pérdidas), el Nesher también vería un uso limitado en su función original. Sobre los Altos del Golán, los Neshers realizaron varias incursiones de ataque en apoyo de las fuerzas terrestres. En general, las operaciones de Nesher fueron intensas pero increíblemente exitosas: a pesar de realizar múltiples salidas por día, las pérdidas se mantuvieron increíblemente bajas y el rendimiento como caza y atacante fue excelente.

Desafortunadamente, el reinado de Nesher sería breve. En 1975, entró en servicio el Kfir, más capaz, y el Nesher fue retirado gradualmente del servicio de primera línea. A fines de la década, la flota sobreviviente había sido vendida a Argentina bajo la designación Dagger. Sin embargo, su servicio con los argentinos no transcurrió sin incidentes. Cuando estalló la Guerra de las Malvinas, la Daga entraría en acción. Aunque carecía de una sonda de reabastecimiento aéreo, su largo alcance le permitió realizar 153 salidas durante la guerra, durante las cuales dañaron seis barcos por la pérdida de nueve Daggers a manos de Sea Harriers y otros dos a SAM. Si bien el Dagger permanecería en servicio después de la guerra, el consiguiente embargo de armas británico sobre Argentina obligó a otra remodelación del Dagger, esta vez para reemplazar los sistemas fabricados en Gran Bretaña por sistemas franceses. A pesar de su edad,


Fabrica Militar de Aviones IA 58 Pucará

En 1966, se solicitó a FMA que comenzara a trabajar en un nuevo avión COIN para la Fuerza Aérea Argentina. El trabajo avanzó con bastante rapidez y los ingenieros pronto se decidieron por un diseño bimotor de ala baja. Un planeador tomaría vuelo a fines de 1967 para validar el concepto, y en 1969, voló un prototipo propulsado que montaba dos turbohélices Turbomeca Astazou. Una tripulación de dos se sentaría en tándem en el fuselaje, mientras que un armamento pesado de dos cañones de 20 mm y cuatro ametralladoras de 7,62 mm estaba montado en el fuselaje delantero. Tres puntos fijos debajo del fuselaje también permitieron transportar hasta 1.600 kg de provisiones al exterior. A pesar del rápido desarrollo, la producción vendría muy lentamente: el primer Pucara de producción no volaría hasta fines de 1974, y no fue hasta el año siguiente que la Fuerza Aérea Argentina comenzó a recibir el tipo.

El Pucara haría su debut en combate más de un año después de su entrada en servicio, participando en el esfuerzo de contrainsurgencia de la Operación Independencia cerca de Córdoba. Cuando estalló la Guerra de las Malvinas, se habían entregado 60 Pucaras. Cuando la Operación Black Buck dañó el aeródromo de Port Stanley, se desplegaron Pucaras en las islas para servir como el único apoyo aéreo en el lugar para las tropas amigas. Operarían no solo desde Stanley, sino también desde dos pistas de aterrizaje de césped en Goose Green y Pebble Island. Empleando una variedad de cápsulas de cohetes, bombas y cápsulas de ametralladoras no guiadas, el Pucara realizó innumerables incursiones de reconocimiento y ataque ligero. Inusualmente, incluso reclamarían la única victoria argentina aire-aire de la guerra: un helicóptero Westland Scout.

El desempeño en la Guerra de las Malvinas no fue excelente, aunque no se podía esperar mucho de un avión COIN en ese entorno. Eran una fuente constante de hostigamiento para las tropas británicas y, aunque no eran tan peligrosos como los Skyhawks de bajo vuelo que venían detrás de los barcos, eran una amenaza muy real para las fuerzas británicas. Las bases de Pucará en Goose Green y Pebble Island eran los objetivos principales, y en ambas se emprenderían acciones significativas para neutralizar las bases antes del final de la guerra. En los cielos, sin embargo, el Pucara demostró ser increíblemente resistente: uno de los tres Pucara derribados durante la guerra absorbió no menos de veinte proyectiles de cañón de 30 mm antes de finalmente caer. Las pérdidas en tierra en realidad superaron a las del aire: 9 serían destruidos en sus aeródromos.

Fuera de Argentina, el Pucará ha tenido un éxito de exportación limitado. Sri Lanka, Colombia y Uruguay operarían ejemplos de este tipo. Mientras tanto, Argentina inició varios esfuerzos para mejorar la flota. Después de la Guerra de las Malvinas, se experimentó con una variante de un solo asiento especializada en tareas antibuque y antihelicópteros, con la capacidad de montar el R550 Magic AAM y el Pescador ASM. Desafortunadamente, esta actualización se abandonaría debido a la falta de fondos. Actualmente, los argentinos han iniciado un importante programa de revisión, destinado a actualizar la aviónica y reacondicionar los fuselajes con la intención de mantener el Pucará en servicio hasta 2045.


Industrias aeronáuticas de Israel Kfir

Si bien Israel pudo mantener su flota Nesher volando durante algún tiempo con motores de producción nacional, la flota envejecida de Mirages presentó un gran desafío para la IAF. Para eludir los embargos, se tomó la decisión de adaptar un motor extranjero -el GE J79 o el Rolls-Royce Spey- al diseño del Mirage. Al final, se seleccionó el J79, ya que el motor ya estaba en uso a bordo de los F-4 Phantom II que estaba recibiendo la IAF. Sin embargo, adaptar el motor al fuselaje del Mirage III no fue tarea fácil. El fuselaje tuvo que ser ampliamente rediseñado para acomodar el motor más grande y un escudo térmico de titanio. Las entradas también se ampliaron y se agregó una entrada de aire distinta en la base del estabilizador vertical para proporcionar enfriamiento adicional para el postquemador.

Las pruebas de un Mirage III equipado con J79 modificado apresuradamente comenzaron en 1970, pero el verdadero prototipo de Kfir no voló hasta 1973. La producción del Kfir en sí no comenzó hasta 1975. Solo 27 de los Kfir originales de la serie C1 volarían. ser producido antes que el C2 más nuevo, presentando varios refinamientos aerodinámicos para mejorar la agilidad y el manejo a baja velocidad. Desafortunadamente, el papel del Kfir como el caza principal de la IAF duró poco: los F-15 comenzaron a llegar en 1976. Para cuando el La próxima gran campaña de la IAF, la invasión del Líbano, comenzó en 1982, los Kfir habían sido relegados a tareas de huelga. En ese papel, se destacaron, particularmente en la famosa batalla aérea del valle de Bekaa en 1982. Poco después, aparecería el Kfir-C7, mejorando las capacidades aire-tierra y agregando sondas de reabastecimiento de combustible en vuelo.

A mediados de los 90, el Kfir estaba a punto de dejar de funcionar, por lo que la IAF ofreció el tipo, equipado con varias mejoras, como avión de exportación de segunda mano. 18 Kfirs llegarían a manos de Ecuador en la década de los 90, junto con 12 más a Colombia y 15 a Sri Lanka. Los Kfir de Ecuador parecen ser los únicos ejemplos que vieron el servicio convencional, participando en un enfrentamiento fronterizo con Perú en 1995. Los Kfir de Colombia y Sri Lanka han tenido más uso como aviones de contrainsurgencia, volando ataques contra las FARC y los Tigres Tamiles, respectivamente. A pesar de la antigüedad de los fuselajes, IAI continúa ofreciendo actualizaciones al Kfir, con las variantes más nuevas del Bloque 60 que cuentan con un radar AESA y aviónica de arquitectura abierta destinada a facilitar la integración con otros sistemas de un país.


Hindustan Aeronautics Limited Ajeet

Desde 1958, la IAF había operado el caza ligero Folland Gnat como parte integral de sus fuerzas de combate y ataque. Sin embargo, el Gnat estaba plagado de problemas debido a su sistema de control poco confiable y difícil de mantener. Por lo tanto, en 1972, la IAF emitió requisitos para una variante mejorada del Gnat, enfocando las mejoras en el papel de interceptor. HAL se puso a trabajar, actualizó la aviónica, revisó las superficies de control y expandió los tanques de combustible para agregar un ala húmeda. Además, se agregaron dos puntos rígidos debajo de las alas, lo que elevó la capacidad de carga útil total a 2,000 lb. El peso vacío aumentó en 200 lb, pero, aunque los pesos operativos estándar aumentarían, la falta de un tren de aterrizaje reforzado significaba que el peso máximo de despegue del Ajeet sería idéntico al el mosquito Dos Gnats fueron modificados como prototipos, despegando en 1976, ya finales de año había comenzado la producción. El Ajeet entró en servicio en 1977, con un total de 89 producidos (10 mejorados de Gnats). Sin embargo, llegó demasiado tarde para ver su uso en cualquier conflicto con Pakistán y, por lo tanto, vivió una carrera sin incidentes hasta su retiro en 1991.


Construcciones Aeronáuticas SA CASA C-101 Aviojet

En respuesta a un requerimiento del Ejército del Aire español de un reemplazo para el entrenador HA-200, CASA desarrollaría el C-101. Al carecer de la experiencia para cumplir con los requisitos, CASA buscó en el extranjero y obtuvo asistencia de Messerschmitt-Bolkow-Blohm y Northrop. El resultado fue un entrenador/atacante biplaza convencional de ala baja, notable principalmente por su bahía de armas interna capaz de transportar una carga útil de provisiones desplegables o equipo de reconocimiento. El C-101 tomaría vuelo en 1977. Las pruebas encontraron que el rendimiento era mejor de lo esperado, y siguió un pedido de 88 máquinas. El C-101 entraría en servicio en España en 1980, mientras CASA continuaba desarrollando variantes más orientadas al ataque. Una variante de seguimiento con capacidades de ataque mejoradas atrajo la atención de Chile y Honduras, quienes compraron cuatro ejemplares. En 1983, se produjo un atacante dedicado, lo que resultó en un pedido de 23 más de Chile y 15 de Jordania. A pesar del éxito de exportación sorprendentemente bueno, el C-101 no parece haber visto ningún combate.


sábado, 10 de julio de 2021

Aviones Argentinos: Horten y el IA-37

IA-37: la historia fallida del jet supersónico creado por un ingeniero de la Luftwaffe que emigró a Argentina en tiempos de Perón

El prototipo fue creado por Reimar Horten y llegó a volar en 1954. Sin embargo, la iniciativa terminó suspendida con el golpe de Estado de 1955. En Argentina, el diseñador alemán se convirtió en una eminencia mundial en la aeronáutica
Infobae



El avión supersónico IA-37, el proyecto de tecnología aeronáutica de avanzada de Reimar Horten.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Reimar Horten emigró a la Argentina y se radicó en abril de 1948 en Villa General Belgrano, Córdoba. Horten era un ingeniero especializado en aeronáutica en la Alemania nazi de Adolf Hitler. Junto a su hermano Walter contaban con un conocimiento codiciado en materia de defensa y aviación que, primero, desarrollaron de manera aficionada e independiente y luego en colaboración con el Ministerio de Aviación Alemán. Antes de emigrar, los hermanos construían aviones para la Luftwaffe, la poderosa fuerza área alemana que estuvo involucrada en los crímenes de guerra del Tercer Reich.

Los Horten diseñaron algunos de los aviones más avanzados de la década de 1940, incluyendo la primera de propulsión a chorro del mundo de ala volante, y el Horten Ho 229, un cazabombardero con una estructura revolucionaria futurista con la capacidad simultánea de transportar 1000 kilos de bombas y recorrer una distancia de 1600 km a 1000 km/h. La máquina incluía, además, una capa de carbono especial para volverlo invisible en la detección de radar.

Si bien ese prototipo llegó tarde para la evolución de la guerra, el diseño consagró la maestría de la dupla en la técnica aeronáutica y se convirtió en el antecesor Northrop Grumman B-2 Spirit, uno de los ala volantes militares más conocidos en actividad.

La Argentina del entonces presidente y teniente coronel Juan Domingo Perón los recibió con las puertas abiertas. Al igual que otros ingenieros, científicos y técnicos alemanes de la época, Horten negoció con el Reino Unido y China hasta que decidió reinsertarse en el país como contratado en la Fábrica Militar de Aviones (FMA). Su hermano Walter estuvo unos años pero no se quedó y se volvió a su país.

Eran tiempos de revolución aeronáutica. Durante la primera etapa, Reimar se enfocó a desarrollar dos modelos de planeadores (IA-34 “Clen Antú” e IA-41 “Urubú”), un transporte (IA-38) y un caza de reacción. El 19 de octubre de 1949, el brigadier Juan Ignacio San Martín, a cargo de la FMA (Fabrica Militar de Aviones) le presentó junto al ministro de Aeronáutica, brigadier César Ojeda, el expediente secreto 339 con el proyecto de Horten de un caza de reacción, ala doble delta, dos derivas en las alas que permita superar el Pulqui II. Ese proyecto no prosperó porque Argentina no podía construir dos aviones de reacción al mismo tiempo.


Reimar Horten, durante el período de la Alemania Nazi.

Sin embargo, Horten continuó. La apuesta fue el diseño de un avión supersónico de ala delta experimental, el IA-37.

En 1953, Reimar comenzó a efectuar pruebas. Hizo más de 200 lanzamientos de maquetas de entre 5 y 20 kg para pruebas aerodinámicas que alcanzaron los 200 km/hora. Un año después, el ingeniero construyó un IA-37 de madera a escala natural. La confección en madera era utilizada para probar la aerodinámica del diseño. Voló por primera vez un 1 de octubre remolcado con la ayuda de otros aviones. El piloto era el capitán Conan Doyle e iba acostado. Curiosamente para un avión planeado, el piloto comandaría el avión desde una posición boca abajo en la nariz del avión. En ese momento, la posición boca abajo estaba destinada a proteger a los pilotos de las fuerzas G durante las maniobras estrechas.

Según la crónica de la época, el vuelo fue excelente, con despegues y aterrizajes suaves.



Las etapas de pruebas fueron crucial, ya que las características de vuelo de los diseños de alas delta en general, y los diseños de alas voladoras específicamente, eran relativamente desconocidas. Con los años hubo algunas innovaciones y mejoras, como el cambio de la posición del piloto y los motores. Hubo dificultades en la compra y adquisición de insumos, como las turbinas de mayor potencia.

Finalmente, en 1960, cuando faltaba sólo un año para el vuelo del IA-37, el proyecto fue cancelado por falta de fondos. Así se puso terminó la chance de contar con un caza de reacción de diseño propio, algo que recién se lograría en 1984 con el IA-63 Pampa.



Reimar tuvo otros hitos en el diseño aeronáutico. Realizó otro desarrollo, el IA-38 “Naranjero”, basado en el proyecto alemán Horten Ho VIII. La intención era utilizarlo para transportar naranjas para la exportación. Sin embargo, tanto el IA-38 como el Naranjero eran comercialmente infructuosos.

En las décadas del ’60 y del ’70 Horten continuó vinculado al medio aeronáutico mundial. En 1962 viajó a Alemania y luego en 1964 regresó a la Argentina, donde trabajó como consultor en varios proyectos extranjeros. Estuvo involucrado en iniciativas como el Avro Vulcan, B-47, B-52 y el más importante de todos, el B-2.

Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, los científicos e ingenieros alemanes fueron reclutados al servicio de los países vencedores. Argentina y Brasil también intentaron beneficiarse con estos conocimientos. De esta manera, al igual que Horten, otros militares y técnicos alemanes que colaboraron con el Tercer Reich fueron parte de la “migración científica” que se incorporaron a la vida local en Argentina, como Adolf Galland, general de la aviación; y Kurt Tank, un experimentado piloto de pruebas que estuvo a cargo del desarrollo del modelo Pulqui. Ese caza a reacción colocó a la Argentina en una vanguardia tecnológica junto a los Estados Unidos, la Unión Soviética y Suecia. Horten había colaborado en los proyectos de Kurt Tank.

Con el tiempo, Reimar Horten se convirtió en una referencia insoslayable en el país y del Instituto de Ingeniería Aeronáutica de Argentina (IAE), donde era profesor. “Inexplicablemente no ha sido ha sido reconocida ni mencionada debidamente su enorme y fecunda actividad como docente en las áreas de Aerodinámica, Performances y Mecánica del Vuelo en la entonces Escuela Superior de Aerotécnica”, escribió uno de sus ex alumnos, el ingeniero Luis Ortíz.

En una carta mecanografiada en perfecto español, fechada del 12 de abril de 1950, Reimar Horten hizo un repaso de su extenso currículum para postularse en el ingreso al sistema científico argentino. Él mismo destacaba que, en Alemania, llegó a construir 15 modelos propios y comentó que, frente a sus colegas críticos, no desistió en crear su modelo de avión preferido, el “ala volante”. En esa misiva, aclaraba: “No he tenido participación en la política y jamás pertenecí a un partido. Desde 1948 carezco de nacionalidad”.

En sus últimos años, Horten vivió en su casa de Atos Pampa, en el valle de Calamuchita, hasta que murió el 21 de agosto de 1993.



jueves, 28 de diciembre de 2017

FMA/FAdeA: Un fábrica de diseños que desnudó siempre nuestra incapacidad comercial

La fábrica argentina que diseñó algunos de los aviones de combate más sofisticados del mundo

Luis Fajardo || BBC Mundo



En la década de 1950, la fábrica tenía algunos de los diseños más avanzados del mundo. (Foto: Santiago Rivas)

Las intervenciones de América Latina en el mundo de la industria aeronáutica han sido escasas y no siempre afortunadas.

La industria brasileña, con la empresa Embraer, es el gran ejemplo de una compañía latinoamericana que fabrica aviones de alta tecnología apetecidos en los mercados mundiales, desde sus jets livianos de pasajeros, hasta el avión de combate Tucano.

Pero hace más de medio siglo otra empresa latinoamericana estuvo al frente de un experimento ambicioso por entrar a las grandes ligas de la aeronáutica.

Fue Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA), una empresa fundada en 1927 en la ciudad de Córdoba y auspiciada por el Estado, que llegó a tener algunos de los diseños más sofisticados del planeta pero nunca despegó del todo, y siguió en una relativa decadencia que, según sus críticos, continúa hasta nuestros días.

La época de oro de FADeA llegó en 1945. Apenas terminaba la Segunda Guerra Mundial, y docenas de ingenieros que habían servido a la máquina de guerra nazi enfrentaban la perspectiva de una nación destruida, sin industria y, en el peor de los casos, un tribunal acusándolos de complicidad con la causa de Hitler.

Por eso, muchos partieron. Todas las grandes potencias los querían.

Estados Unidos, por ejemplo, reclutó a Werner Von Braun, padre de los misiles nazis, quien fue el gran científico detrás de los cohetes de la NASA que eventualmente llevaron al hombre a la Luna.

El pedido de Perón

A Argentina le favorecía que sus gobernantes habían mostrado simpatía por el Eje durante la guerra, le dice a BBC Mundo Santiago Rivas, experto en la historia aeronáutica argentina.


El general Perón fue un impulsor de la industria aeronáutica argentina.(Foto: Santiago Rivas)

"Uno de los primeros fue Emil Dewoitine, francés, quien trabajó para los alemanes durante la ocupación de Francia y por eso lo estaban persiguiendo. Se escapa para acá y es el primero que desarrolla un caza a reacción en América Latina, el Pulqui 1", recuerda Rivas.

Poco después llego a Argentina Kurt Tank, una de las estrellas del diseño aeronáutico mundial, quien había estado detrás de varios de los aviones más destacados del esfuerzo militar nazi.

Argentina lo acogió y le pidió grandes cosas, como era propio de un país que en ese momento superaba en riqueza a muchas de las naciones europeas.

"El (entonces presidente argentino) el general Perón le pidió a Tank que diseñara un avión de combate supersónico", apunta Rivas.


Kurt Tank fue uno de los destacados diseñadores alemanes que llegó a Argentina después de la guerra.

Un esfuerzo al que Estados Unidos apenas estaba llegando, pero en el que la fábrica argentina podía competir, armada con los diseños de vanguardia llegados de Alemania.

"Aquí nace el modelo conocido como el Pulqui 2 que vuela en 1951. Nunca llegó a velocidad del sonido, pero a 1.100 km/h, alcanzaba lo mismo que un Mig-15 ruso o un F-86 Sabre estadounidense, lo más moderno del mundo en ese momento. De hecho tanto el Mig 15 como el Sabre tenían algunas ideas sacadas de Tank", señala el experto.

La política

Pero el siguiente paso, la construcción en masa de esos modelos argentinos, nunca ocurrió. Según algunos relatos de la época, los alemanes se quejaban de que la infraestructura industrial con la que contaban en Argentina era precaria.

Y, sobre todo, interfirió la política.


La mayoría de diseños no se llevó a la etapa de producción en serie. (Foto: Santiago Rivas)

Perón, gran impulsor del proyecto, fue derrocado en 1955. Los fondos para el proyecto empezaban a escasear. Varios de los prototipos se vieron envueltos en accidentes. El Pulqui II estaba listo para su producción hacia 1959.

"Pero lo que había sido un modelo nuevo ya empieza a ponerse viejo frente a las alternativas disponibles", dice Rivas. "Fue un proyecto que duró diez años en desarrollo cuando la tecnología avanzaba muy rápido. Cuando nace, ya compite con el Sabre 86 o el Mig-15, pero en el 59 compite con los supersónicos" apunta el experto.

Al final de la década del 50, la Fuerza Aérea decidió comprar un avión estadounidense en vez del Pulqui. Un tiempo antes, Tank se había ido con sus planos a India, en donde sí consiguió fabricar un avión en serie.

Vaivenes

La empresa FAdeA ha seguido con los vaivenes políticos de la historia argentina. Eventualmente se produjeron algunos modelos menos ambiciosos como el Pucará, un avión de turbohélice que se usó brevemente en la guerra de las Malvinas.


El Pampa es el modelo más reciente de la empresa.

En los 90, durante el gobierno de Carlos Menem, la fábrica fue privatizada para convertirse en un centro de servicios de la estadounidense Lockheed.

Pero al llegar al poder en la siguiente década Cristina Fernandez de Kirchner, se renacionalizó en 2009 y se habló de grandes planes, que para Rivas nunca tuvieron sustento en la realidad presupuestaria de la firma.

Se decía que muchos activistas políticos eran contratados por la firma, mientras que proyectos para la producción de 40 aviones a reacción Pampa con destino a las fuerzas militares argentinas se fueron quedando en el tintero.

Bajo el actual gobierno de Mauricio Macri, las autoridades dicen estar encaminadas a mejorar la situación financiera de la empresa, reduciendo el cuantioso déficit que enfrentaba.

Pero hace unas semanas algunos medios argentinos informaron de supuestos planes para suspender definitivamente la fabricación de aviones en la planta, ante el poco éxito comercial del Pampa.

Ambiciones

Se hablaba, según esos informes, de convertir la fábrica y su pista de aterrizaje en un terminal para aerolíneas de bajo costo. FAdeA niega que existan esos planes.

Sebastián Ugarte, responsable de Relaciones Institucionales de la empresa, le dice a BBC Mundo que "FAdeA no está considerando poner fin a su línea de producción de aviones" e insiste en que "El Pampa III es un avión con alto potencial de mercado, dadas sus características técnicas, versatilidad, precio y demanda internacional de aviones de este tipo".


La industria aeronáutica argentina nunca alcanzó el potencial que soñaron algunos para ella. (Foto: Santiago Rivas)

Señaló que en este momento FAdeA trabajaba para entregar tres de esos aviones a la Fuerza Aérea Argentina.

También se trabaja en algunas partes para el avión carguero KC-390 que produce la brasileña Embraer.

Ambiciones bastante reducidas frente a las de una empresa que en algún momento se sintió en la vanguardia de la tecnología aeronáutica, pero que nunca pudo convertir eso en el poderío industrial y militar con el que los dirigentes argentinos de la época alcanzaron a soñar.

viernes, 21 de agosto de 2015

Aviones argentinos: IAME IA-37

Proyecto IAME IA-37 


"Mientras las grandes potencias perfeccionaban los aviones de reacción que hicieron su aparición al final de la Segunda Guerra Mundial, en 1947 la Argentina produjo el primer jet del hemisferio sur, el IAe-27 Pulqui, que junto a otros proyectos que no llegaron a concretarse, marcó el comienzo de la intención de nuestro país de ocupar una posición de liderazgo en el desarrollo tecnológico e industrial de Latinoamérica." 


Después de la Segunda Guerra Mundial (II GM), las grandes potencias vencedoras se lanzaron al desarrollo de aviones de reacción, aquel invento alemán que, desde 1944, había revolucionado la guerra aérea sobre los cielos de Europa.
La Argentina, por entonces país poderoso, que se había mantenido neutral casi hasta el final de la contienda, se convirtió en pionera del desarrollo aeronáutico en Latinoamérica con la producción del primer jet de diseño propio.
Para comprender lo que esto significó, debemos mencionar que recién a fines de los '80 Brasil llevó adelante un proyecto similar: el AMX fabricado en conjunto con Aeritalia. Ambas naciones son las únicas del hemisferio sur que desarrollaron este tipo de aeronaves.
A partir de 1946, el gobierno del Gral. Perón se propu-so impulsar el desarrollo tecnológico e industrial argentino y para lograrlo contrató técnicos e ingenieros europeos que habían desarrollado algunas de las más importantes armas de la II GM. De esta manera, a poco de finalizadas las acciones bélicas, las autoridades argentinas, comenzaron a contactarse con varios de ellos ofreciéndoles la posibilidad de trabajar en un país donde no había resentimientos.
El ingeniero francés Emile Dewoitine (que arribó en 1946) desarrolló el Pulqui en la Fabrica Militar de Aviones (FMA), del que solamente se construyó un prototipo. Ese fue el preludio de la época más brillante de la industria aeronáutica argentina, época que desapareció bajo la presión externa y los problemas políticos y económicos del país.
En 1947 comenzaron a llegar técnicos alemanes, con gran experiencia y conocimientos, trayendo muchos proyectos desarrollados durante la guerra. El primero de ellos fue Kurt Tank, ex director de Focke Wulf y padre del famoso Fw-190; seguido por el Dr. Thalau, ex director de Fieseler; el piloto Berhens, ex director del Centro de Ensayos de la Luftwaffe; Reimar Horten, famoso por sus diseños de alas volantes; Werner Baumbach, ex jefe de bombarderos de la Luftwaffe; los hermanos Henrici, diseñadores de la bomba voladora Henschel Hs-293; y los pilotos Adolf Galland, "as" de la aviación de caza y Hans Ulrich Rudel, piloto de Stuka, que iban a viajar con Erich Hartmann (máximo "as" de la historia, con 352 victorias) pero éste fue capturado por los soviéticos poco antes.


El IA-37

El IA-37 con la nariz modificada.

Reimar Horten, apenas llegó, se dedicó a desarrollar dos modelos de planeadores (IA-34 "Clen Antú" e IA-41 "Urubú"), un transporte (IA-38) y un caza de reacción, todos ellos alas volantes. El 19 de octubre de 1949 el Brig. Juan Ignacio San Martín, a cargo de la FMA, presentó al Brigadier Cesar Ojeda, ministro de Aeronáutica, el expediente secreto 339 con el proyecto de Horten de un caza de reacción, ala doble delta, dos derivas en las alas, tanques de combustible internos (cuatro en las alas y uno en la cabina). La toma de aire de la turbina Rolls Royce Derwent V con que iba a ser equipado, estaba ubicada en forma ventral y el armamento interno era de cuatro cañones de 20 mm. Horten pensaba alcanzar mayor velocidad máxima, menor velocidad de aterrizaje y mayor techo de servicio que el Pulqui II (caza en el que trabajaba Kurt Tank). Finalmente el 4 de abril de 1951 el proyecto fue archivado ya que el Pulqui II se encontraba en un estado de desarrollo avanzado, y la Argentina no podía permitirse construir dos aviones de reacción al mismo tiempo.




Sin embargo, Horten siguió trabajando, esta vez sobre el IA-37, que también era un ala volante, con bastantes diferencias con respecto a las anteriores. En 1953 comenzó a efectuar pruebas en el túnel de viento y bajo la supervisión de Karl Nickel se realizaron más de 200 lanzamientos de maquetas de entre 5 y 20 kg para pruebas aerodinámicas que alcanzaron los 200 km/hora.
En 1954 se construyó un planeador de madera a escala natural que fue presentado en mayo y voló por primera vez el 1º de octubre, remolcado por un Junkers Ju-52, aunque luego se utilizaron DC-3 y el Lincoln LV-ZEI (Lincolian, tipo Aries II). El piloto fue el capitán Conan Doyle e iba en posición prona (acostado). En las siguientes salidas participaron los 1os tenientes Balado, Rossell y González, además del piloto alemán Heinz Scheidhauer. Las características de vuelo fueron excelentes, sobre todo en los despegues y aterrizajes que eran muy suaves, empleando poca pista con la nariz levantada, para lo cual se adoptó un tren delantero más alto. En los modelos con motor se previó que el tren se fuera elevando durante la carrera de despegue de 5º a 25º y hacer lo inverso en el aterrizaje, para acortar la carrera. En 1955 Horten empezó a trabajar en la construcción de un prototipo impulsado por un Derwent V con el cual no se alcanzarían las performances requeridas, de todos modos, serviría para probar los distintos sistemas. El problema radicaba en que no se conseguían turbinas de mayor potencia en el extranjero y resultaba imposible fabricarlas en el país.
Poco después introdujo mejoras: en 1956 se cambió la posición del piloto, que pasó a estar sentado y además, se comenzó a construir el primer prototipo luego de que el planeador hubo volado 50 horas.
Como el diseño preveía la instalación de un Derwent V o dos Avon, se proyectó un avión que pudiera tener mayor potencia y dejar el IA-37 como entrenador subsónico. Este modelo, designado IA-48, estaría equipado con dos Rolls Royce Avon R.A.3 de 2 950 kg de empuje, dos Nene 101 de 2 267 kg o dos Bristol Orpheus BOr de 2 200 kg bajo las alas, a su vez, el ala sería delta ojival o gótica y estaba diseñado para alcanzar Mach 2,2. La Armada se mostró interesada en el modelo para emplearlo en el nuevo portaaviones Independencia que había llegado en 1958, por ese motivo sufrió algunos cambios, como la orientación del flujo del escape de los motores.
En 1960, cuando faltaba sólo un año para el vuelo del IA-37, el proyecto fue cancelado por falta de fondos. De esta manera finalizó el anhelo de la Argentina de contar con un caza de reacción de diseño propio, que recién se concretaría con la fabricación del IA-63 Pampa, que voló por primera vez en 1984.



El IA-37 con proa vidriada y carenado ventral.
Sólo una propuesta
También se presentó la propuesta del ingeniero italiano Cesare Pallavicino, que trabajaba en la FMA desarrollando el IA-30 Ñancú. Pallavicino que había trabajado para Caproni durante la II GM, proyectó en marzo de 1949 transformar el Ñancú (un caza interceptor bimotor similar al De Havilland Hornet), en un avión de reacción. Preveía reemplazar los dos motores Rolls Royce Merlín por dos Derwent V, una nueva nariz para dos tripulantes y un tanque de combustible adicional de 750 litros. El resto permanecería igual excepto por un tren de aterrizaje ahora triciclo. Los cambios además reducían el peso vacío en un 25%, incrementando así la capacidad de combustible. El armamento estaba compuesto por cuatro cañones de 20 mm en la nariz. El resultado final era un avión bastante similar en formas al Gloster Meteor. Junto a esta propuesta, en abril del mismo año, Pallavicino trabajó en un bombardero bimotor biplaza basado en el proyecto anterior aunque con mayor tamaño y peso. El conjunto de cola y el ala sufrieron modificaciones sustanciales, su tren de aterrizaje era biciclo con dos pequeñas ruedas bajo los motores al estilo del B-52. La ubicación del copiloto y bombardero podía ser en la nariz, con una proa acristalada o detrás del piloto. El avión llevaba tres tanques de combustible en el fuselaje y ocho en las alas, como el anterior, aunque se sumaba una bodega de bombas con capacidad para 2 000 kg. Además disponía, en la nariz, de cuatro cañones de 20 mm y podía llevar 20 cohetes de 75 mm. Si bien estos proyectos fueron analizados por la FMA, no se llevaron a cabo y se desconoce si tuvieron alguna denominación oficial.

Jets de pasajeros y otros proyectos

También existió el proyecto IA-39 Cóndor II, desarrollado por Kurt Tank, era un avión capaz de transportar 30 pasajeros dotado de cinco turbinas Nene II en la cola, para lograr una velocidad de 950 km/h y 5 000 km de alcance. Los trabajos comenzaron en 1948 y llegaron a construirse maquetas que se probaron en el túnel de viento. El diseño estaba pensado para alizar vuelos sobre el mar, con solamente dos turbinas funcionando. En 1952, a consecuencia de lo que se aprendía con el Pulqui II, el diseño sufrió algunas modificaciones, como la envergadura de las alas, que fue aumentada en tres metros y un rediseño de la cabina para transportar 40 pasajeros. En 1953 comenzó la construcción del primer prototipo, pero luego del alejamiento de Tank del país, el proyecto fue abandonado. Kurt Tank también realizó los planos de un caza de reacción con toma de aire sobre el fuselaje que no pasó de los tableros de dibujo.Por esos años se proyectó un bimotor de transporte ejecutivo con dos motores Pratt & Whitney J-60 de 1 827 kg de empuje o General Electric J-85 de 1135 kg sin posquemador o 1748 kg con él. Para algunos investigadores habría tenido la identificación IA-50, aunque ésta fue utilizada posteriormente por el GII. El diseño general era similar al Pulqui II, de lo que se desprende que fue realizado por Kurt Tank, aunque los motores estaban instalados de forma similar al Caravelle.
Por último, durante 1956 y 1957 se hicieron ensayos en túnel de viento del IA-40, un caza nocturno del que se desconocen mayores detalles. Otro proyecto fue el IA-47 en 1957, un transporte de pasajeros con distintas configuraciones, una de ellas, para 20 pasajeros incluía dos motores de reacción Derwent V.

Había además versiones para 40 pasajeros con cuatro motores de pistón Pratt & Whitney, basadas en el IA-35 Huanquero, para 44 y 46 pasajeros con dos turbohélices Bristol Orpheus y para 42 pasajeros con dos turbohélices Rolls Royce, similar al Fokker F-27. De todas maneras, el proyecto no avanzó más allá de los planos iniciales.

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Extraido de la revista Aeroespacio


lunes, 20 de diciembre de 2010

Aviones argentinos: Los proyectos de deltas argentinos

Los proyectos de ala delta en Argentina 

Después de la Segunda Guerra Mundial (II GM), las grandes potencias vencedoras se lanzaron al desarrollo de aviones de reacción, aquel invento alemán que, desde 1944, había revolucionado la guerra aérea sobre los cielos de Europa. La Argentina, por entonces país poderoso, que se había mantenido neutral casi hasta el final de la contienda, se convirtió en pionera del desarrollo aeronáutico en Latinoamérica con la producción del primer jet de diseño propio. 

Para comprender lo que esto significó, debemos mencionar que recién a fines de los '80 Brasil llevó adelante un proyecto similar: el AMX fabricado en conjunto con Aeritalia. Ambas naciones son las únicas del hemisferio sur que desarrollaron este tipo de aeronaves. 
A partir de 1946, el gobierno del Gral. Perón se propuso impulsar el desarrollo tecnológico e industrial argentino y para lograrlo contrató técnicos e ingenieros europeos que habían desarrollado algunas de las más importantes armas de la II GM. De esta manera, a poco de finalizadas las acciones bélicas, las autoridades argentinas, comenzaron a contactarse con varios de ellos ofreciéndoles la posibilidad de trabajar en un país donde no había resentimientos. 




En 1947 comenzaron a llegar técnicos alemanes, con gran experiencia y conocimientos, trayendo muchos proyectos desarrollados durante la guerra. El primero de ellos fue Kurt Tank, ex director de Focke Wulf y padre del famoso Fw-190; seguido por el Dr. Thalau, ex director de Fieseler; el piloto Berhens, ex director del Centro de Ensayos de la Luftwaffe; Reimar Horten, famoso por sus diseños de alas volantes; Werner Baumbach, ex jefe de bombarderos de la Luftwaffe; los hermanos Henrici, diseñadores de la bomba voladora Henschel Hs-293; y los pilotos Adolf Galland, "as" de la aviación de caza y Hans Ulrich Rudel, piloto de Stuka, que iban a viajar con Erich Hartmann (máximo "as" de la historia, con 352 victorias) pero éste fue capturado por los soviéticos poco antes.
Reimar Horten, apenas llegó, se dedicó a desarrollar dos modelos de planeadores (IA-34 "Clen Antú" e IA-41 "Urubú"), un transporte (IA-38) y un caza de reacción, todos ellos alas volantes. El 19 de octubre de 1949 el Brig. Juan Ignacio San Martín, a cargo de la FMA, presentó al Brigadier Cesar Ojeda, ministro de Aeronáutica, el expediente secreto 339 con el proyecto de Horten de un caza de reacción, ala doble delta, dos derivas en las alas, tanques de combustible internos (cuatro en las alas y uno en la cabina). La toma de aire de la turbina Rolls Royce Derwent V con que iba a ser equipado, estaba ubicada en forma ventral y el armamento interno era de cuatro cañones de 20 mm. Horten pensaba alcanzar mayor velocidad máxima, menor velocidad de aterrizaje y mayor techo de servicio que el Pulqui II (caza en el que trabajaba Kurt Tank). Finalmente el 4 de abril de 1951 el proyecto fue archivado ya que el Pulqui II se encontraba en un estado de desarrollo avanzado, y la Argentina no podía permitirse construir dos aviones de reacción al mismo tiempo.

Sin embargo, Horten siguió trabajando, esta vez sobre el IA-37, que también era un ala volante, con bastantes diferencias con respecto a las anteriores. En 1953 comenzó a efectuar pruebas en el túnel de viento y bajo la supervisión de Karl Nickel se realizaron más de 200 lanzamientos de maquetas de entre 5 y 20 kg para pruebas aerodinámicas que alcanzaron los 200 km/hora. 



PROYECTO I.A. 37 ALA DELTA 
Proyecto de interceptor supersónico conformación ala delta, diseño del Dr. Reimar Hörten, erróneamente conocido como PULQUI III. Se pretendía lograr 1300 Km/h. Los planes de desarrollo comienzan en 1953 y el objetivo era poner en vuelo motorizado el primer prototipo en 1956, pero el proyecto es demorado luego del derrocamiento de Perón. En 1956 Hörten presenta un cambio en el proyecto, modificando la posición prono por una cabina convencional con cúpula de acrílico rebatible hacia la derecha; se reinician los vuelos del planeador Esc. 1:1 en 1957 acumulando más de 50 h de prueba en 1958. Cuando el prototipo metálico estaba en un importante grado de avance se acepta la propuesta de dejar el proyecto I.A. 37 y continuar con el desarrollo de un birreactor supersónico. El primer vuelo como planeador lo realiza el 1° de octubre de 1954, comandado por el Primer Teniente Jorge Connan Doyle; fue remolcado por el trimotor JUNKERS-JU 52/3M (Tía Jú) perteneciente a la FMA pilotado por el Primer Teniente Nelio González. 

 
Fase final de la construcción del ALA DELTA. Setiembre de 1954. 

Se habían previsto cuatro etapas de estudio: 

1. Analizar comportamiento con un modelo escala 1:10 catapultable construido en madera compensada con un peso de 5 Kg; parámetros a medir: trayectoria, estabilidad, perfil alar, centro de gravedad; los lanzamientos se realizaron con tensores elásticos sandows en el Lago San Roque; la trayectoria del modelo se fotografiaba con cámaras de alta velocidad (4000 cuadros por segundo y con películas de alta resolución); se utilizó también un modelo escala 1:5 con un peso de 22 Kg; para el Túnel Supersónico se construyeron modelos metálicos de acero inoxidable escala 1:25.



Horten indica que debido a la falta de materia prima, (hasta faltaba la madera balsa para los modelos a escala del IA-37) debieron lanzar a estos modelos con una catapulta sobre el Lago San Roque. Aquí la verdadera imagen del IA 37 catapultable, que dio lugar a muchos rumores sobre una supuesta versión de un caza naval ala volante a reacción, sin cola y catapultable.

2. Evaluar un planeador Esc.1:1 con puesto de pilotaje posición prono (ventral) para estudiar las aceleraciones G negativas (se sostenía por esos años que en maniobras bruscas el piloto en esa posición absorbía con mayor comodidad los efectos).

3. Construir prototipo metálico con planta de poder ROLLS ROYCE DERWENT V de 1632 Kg de empuje a 14000 r.p.m.; combustible en tres tanques, dos alares y uno ventral interno, con capacidad de 1700 l para 2 h de autonomía; esta versión debía llevar asiento eyectable y tren de aterrizaje ventral de una rueda.

4. Reemplazar las turbinas por dos ROLLS ROYCE AVON R.A. 3 de 2948 Kg de empuje para lograr una velocidad de 1300 Km/h. 

 
Vista frontal con los frenos aerodinámicos desplegados. La cúpula está moldeada en acrílico de 11 mm de espesor. 
 
Por ser el pilotaje en posición prono contaba con un apoya mentón para comodidad del piloto. Jorge Connan Doyle, Piloto de Pruebas, ensaya el dispositivo. 
 
Personal afectado al mantenimiento y puesta a punto del Planeador Esc. 1:1 I.A. 37 ALA DELTA con posición de pilotaje convencional. 
 


 
JUNKERS JU-52 (Tía Jú) empleado para el remolque del Planeador Esc. 1:1 del I.A.37 ALA DELTA. Este trimotor se utilizaba como banco de pruebas volante para los motores I.Ae. R-19 EL INDIO colocados en la proa, mientras que los laterales ubicados en las alas eran motores WRIGT CYCLONE R.1820 E.1. construidos en Córdoba hasta el año 1937. 

Características (estaban previstas para la tercera etapa): perfil del ala simétrico 10% de espesor; alargamiento 2,08; cuerda base 10 m; diedro 0°; incidencia 0°; flecha 63,5°; estructura de duraluminio; elevones estática y aerodinámicamente compensados de duraluminio; superficie elevones 2,4 m²; superficie alar 48 m². Deriva semimonocasco de duraluminio superficie 3,3 m²; timón de dirección 1,1 m²; flecha 72°. Tren de aterrizaje tipo ventral (una rueda) y una en cada extremo de ala; amortiguación oleoneumática; retracción hidráulica; frenos dunlop. Envergadura 10 m; longitud 11,78 m; peso vacío 3300 Kg; peso máximo 4800 Kg; velocidad máxima 800 Km/h a 8000 m; velocidad de aterrizaje 110 Km/h; techo 15000 m; alcance 2000 Km. 

 

En 1954 se construyó un planeador de madera a escala natural que fue presentado en mayo y voló por primera vez el 1º de octubre, remolcado por un Junkers Ju-52, aunque luego se utilizaron DC-3 y el Lincoln LV-ZEI (Lincolian, tipo Aries II). El piloto fue el capitán Conan Doyle e iba en posición prona (acostado). En las siguientes salidas participaron los 1os tenientes Balado, Rossell y González, además del piloto alemán Heinz Scheidhauer. 
Las características de vuelo fueron excelentes, sobre todo en los despegues y aterrizajes que eran muy suaves, empleando poca pista con la nariz levantada, para lo cual se adoptó un tren delantero más alto. En los modelos con motor se previó que el tren se fuera elevando durante la carrera de despegue de 5º a 25º y hacer lo inverso en el aterrizaje, para acortar la carrera. 

 

En 1955 Horten empezó a trabajar en la construcción de un prototipo impulsado por un Derwent V con el cual no se alcanzarían las performances requeridas, de todos modos, serviría para probar los distintos sistemas. El problema radicaba en que no se conseguían turbinas de mayor potencia en el extranjero y resultaba imposible fabricarlas en el país. 

 

Poco después introdujo mejoras: en 1956 se cambió la posición del piloto, que pasó a estar sentado y además, se comenzó a construir el primer prototipo luego de que el planeador hubo volado 50 horas. 
Como el diseño preveía la instalación de un Derwent V o dos Avon, se proyectó un avión que pudiera tener mayor potencia y dejar el IA-37 como entrenador subsónico. 

En 1960, cuando faltaba sólo un año para el vuelo del IA-37, el proyecto fue cancelado por falta de fondos. De esta manera finalizó el anhelo de la Argentina de contar con un caza de reacción de diseño propio, que recién se concretaría con la fabricación del IA-63 Pampa, que voló por primera vez en 1984. 

IA 48 - El avión soñado 

Este modelo, designado IA-48, estaría equipado con dos Rolls Royce Avon R.A.3 de 2 950 kg de empuje, dos Nene 101 de 2 267 kg o dos Bristol Orpheus BOr de 2 200 kg bajo las alas, a su vez, el ala sería delta ojival o gótica y estaba diseñado para alcanzar Mach 2,2. La Armada se mostró interesada en el modelo para emplearlo en el nuevo portaaviones Independencia que había llegado en 1958, por ese motivo sufrió algunos cambios, como la orientación del flujo del escape de los motores. 

 

Nunca pasó de la mesa de dibujo y nunca se supo el por qué no se construyó esta maravilla para la época. Se habla de presiones recibidas acompañadas por la negativa de proveer los motores para una centena de naves de Mach 2,2 que se planeaban construir.- 

Fuente 1
Fuente 2