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lunes, 14 de octubre de 2024
sábado, 13 de mayo de 2023
Argentina: El sol rojo de los comechingones
El Sol Rojo de los Comechingones
RevisionistasSol Rojo de los Comechingones
“La provincia de los comechingones” ….. así llamaron los españoles a casi toda la jurisdicción de Córdoba. Encontramos en los archivos municipales, que esta provincia ubica a los comechingones en las sierras a uno y otro lado, desde más o menos Cruz del Eje hasta el Arroyo de La Punilla.
La Primera Expedición que entra a Córdoba en el año 1528, lo hace al mando del navegante Gaboto, por el Este y llega a estas zonas serranas atraído por un Cerro de Plata y una ciudad llamada Paititi que se halla cerca de Yúngulo, donde se encuentra la famosa Ciudad de los Césares, cuyos pobladores son llamados los Señores, pues se sientan en sillas de oro y toda la vajilla es de ese metal precioso. Gaboto siente hablar en el Perú de los famosos y verídicos Comechingones, cuyas virtudes de hombres amantes de la verdad, han llegado hasta esos lugares del Incario.
Tienen la ciudad de Yúngulo, les comentan a los europeos en el Perú y lo que dicen los Comechingones es cierto, porque son hombres formales y de cumplimiento. Gaboto entra por el Este a la provincia de Córdoba y la camina en sus partes principales, pero no puede llegar hasta esos tesoros que la leyenda o la fábula, habían creado. Luego otro “conquistador” llamado Mendoza, entra por el norte en 1545 sin fundar ninguna población y en 1550, también lo hace Francisco de Villagra, quien no deja ninguna señal de su paso por tierras de los Barbados Serranos de Viarava y Charava. A principios de 1573, un “conquistador”, llamado Mejía Miraval, entra a Córdoba, precediendo a Jerónimo Luis de Cabrera que en los primeros días de Julio de 1573, funda la ciudad de Córdoba y muere de “garrote vil” en su cama, a principios del año 1575.
Las formas culturales de los Comechingones eran variadas y auténticas. Tenían su máxima expresión en el arte rupestre de Cerro Colorado, en las pinturas de Inti Huasi y en las pictografías y petroglifos que se encontraban en distintos lugares de las sierras cordobesas.
Para desgracia de la cultura argentina, gran porcentaje de estas expresiones se han perdido o desmejorado por encontrarse sin ninguna clase de protección de las inclemencias del tiempo, otras han sido arrancadas por manos impías con el empleo de cortafierros y martillos y llevadas a lugares desconocidos o han quedado también expuestas a la veleidades y al desprecio de los lugareños y de un turismo que en su mayoría no entiende la trascendencia de sus expresiones culturales y pone leyendas y símbolos sectarios con tiza o aerosoles imborrables.
Con las cavernas y alerones, sucede lo mismo, pues en algunas de ellas se han levantado remedos de grutas religiosas europeas, llegando en algunos casos a pintarlas con exóticos e inconcebibles colores que se refieren a determinados equipos de fútbol, en un total descreimiento de incultura y violencia populachera, tan arraigada en ciertos sectores de la sociedad argentina.
La propiedad privada que se ejerce sobre estos bienes incalculables de la cultura del hombre, ha hecho posible con el transcurso de los años, la desaparición o destrucción de Estanques Sagrados, donde en épocas pretéritas se bañaban las Ñustas, Vírgenes y Doncellas de las antiguas religiones, los Templos del Sol convertidos en resguardo de ganado y de murciélagos, las casas de Piedra, los Menhires que fueron destruidos como el de Calabalumba al pie del Uritorco o trasladados a una plaza para propaganda turística, con lo cual perdieron sus mágicos atributos, las Pircas que delineaban provincias, aldeas o propiedades, los Pucaraes o antiguas fortalezas de piedra, las manifestaciones de arte rupestre milenario y todos los objetos históricos/ culturales de mediana o pequeña construcción que los hombres de la antigüedad nos dejaran, como un testimonio silencioso de su belleza espiritual y moral, a través de su arte lítico, de la cerámica de sus guardas y dibujos, de sus trabajos en cobre, plata y oro, de los restos paleontológicos, llevados en camiones al extranjero, como los dinosaurios de Ischigualasto y toda la herencia cultural que nos dejaron grabada y pintada en la roca de sus cavernas y en sus Templos Solares Metafísicos.
El patrimonio espiritual de las antiguas civilizaciones debe permanecer sin duda alguna, a la propiedad directa del Ser Nacional de los Argentinos, por cuanto esas obras se encuentran en sus límites territoriales y su custodia, protección y conocimiento, es un derecho y una obligación irrenunciable que debe ejercer por sí misma la Nación Argentina.
El Sol Rojo del Templo del Sol
Estando de vacaciones, el escritor Leopoldo Lugones (2), el 26 de marzo de 1903 dio a conocer el hallazgo de las pinturas rupestres de Inti Huasi (Departamento de Tulumba), en un artículo publicado en el diario La Nación de Buenos Aires.En la caverna de Inti Huasi, se podía mirar hasta el año 1926, esculpido en la pared de esa roca, al Sol Rojo de los Comechingones, una de las joyas de la arqueología de Armórica (1). Frente a ese Sol terracota, también se apreciaba el cielo que de noche podían ver dichos indígenas. Formaba parte, junto a otras pinturas ancestrales, del llamado “Templo del Sol”, sitio sagrado para los originarios. Ese mismo año, arribó a la zona el arqueólogo escocés Gordon Gardner, de la Universidad de Oxford con el pretexto de estudiar las pictografías, frecuentando estos lugares hasta 1926. Antes de su regreso a Inglaterra, donde publicó un trabajo sobre las mismas (3), arrancó con un martillo neumático el Sol Rojo. Ardua tarea dado que tiene un metro con sesenta centímetros de diámetro y pesa tres mil setecientos kilos,
Una vez fuera de la cueva, fue llevado desde Tulumba con el ferrocarril, en aquel tiempo Central Argentino y de allí a la estación Retiro. Luego fue cargado en una carreta tirada por 2 caballos de pelo tordillo, pasando por detrás de la Casa de Gobierno y fue cargado en un buque con destino a Inglaterra.
El Sol Comechingón estuvo expuesto en el British Museum hasta 1982, Actualmente dicha pieza arqueológica no se halla más en ese repositorio, pues en la guerra de Malvinas la habían sacado, junto con otros testimonios de los Dioses Solares Armoricanos, se desconoce si está en el Makind Museum de Londres o en los Archivos Secretos del Vaticano (4). Su paradero hasta ahora es todo un misterio.
El Sol Rojo es una obra de arte magnífica, mal llamada Sol Incaico, dado que es muy anterior al Imperio Inca y, que perteneció a la cultura troyana que fundó el Primer Imperio de Tiwanaku (en la actual Bolivia). Algunos suponen que su origen pertenece al período Incaico posiblemente tallado por la cultura Ayampitín. Esta cultura debió sobrevivir hasta el 500 o 1000 a.C., aunque no existe certeza al respecto.
Es lamentable que las autoridades argentinas nunca hayan hecho un reclamo para su devolución. Parece que su prioridad es regalar terrenos a pueblos “no originarios” y devolver piezas arqueológicas foráneas a sus países de procedencia. Nadie se preocupa por cuidar y recuperar lo que es verdaderamente nuestro. México y Perú han logrado recuperar exitosamente miles de objetos, en su mayoría de la época prehispánica. Los pueblos víctimas de este saqueo no han sido desposeídos de objetos de arte irreemplazables, han sido desposeídos de una memoria que les hubiera ayudado a conocerse mejor a sí mismos,
Referencias
(1) Leopoldo Antonio Lugones nació en Villa de María del Río Seco, Córdoba (cerca de Río Colorado en las proximidades del límite con Santiago del Estero) el 13 de junio de 1874 en el seno de una familia de clase aristocrática. Pasó su infancia en diversos pueblos del interior de la provincia de Córdoba, hasta que se mudó a la capital, Se quitó la vida en San Fernando, Pcia. de Buenos Aires, el 18 de febrero de 1938.
(2) El profesor cordobés Guillermo Alfredo Terrera escribió un gran número de obras sobre la historia esotérica del continente al que él llamaba “armoricano”.
(3) “Las rocas pintadas del noroeste de Córdoba“, Oxford, Clarendon Press (1931).
(4) Los Museos Vaticanos custodian cerca de 80.000 piezas de culturas de todo el planeta, por supuesto también de la América precolombina.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de ObligadoPortal revisionistas.com.ar
Terrera, Guillermo Alfredo y Moreno de Terrera, Edith – Los Comechingones – Sol Rojo Editora, Córdoba (2004).
Turone, Oscar A. – El Sol Rojo de los Comechingones – Buenos Aires (2023)
domingo, 13 de noviembre de 2022
Patagonia: La cueva de las manos pintadas
La cueva de las manos: un importante ejemplo de arte prehistórico que se cree que se creó hace entre 9000 y 13 000 años
David Gorán || The Vintage NewsUbicada en Río Pinturas en la provincia de Santa Cruz, Argentina, esta cueva contiene un excepcional conjunto de arte rupestre, realizado hace entre 13.000 y 9.500 años.
La cueva es conocida como la “Cueva de las Manos”, que literalmente significa “la Cueva de las Manos”.
La región donde se encuentra la cueva ha sido un área de gran interés para la investigación arqueológica durante más de 25 años.
Los arqueólogos especulan que las pequeñas huellas de manos grabadas en las paredes de la cueva pertenecían a los antecesores de la tribu Tehuelche, un grupo de pueblos indígenas de la Patagonia con una historia de más de 14.500 años.
Las escenas de caza son representaciones naturalistas de una variedad de técnicas de caza, incluido el uso de "bolas", un arma arrojadiza hecha de piedras redondeadas al final de correas de cuero crudo interconectadas, que fue diseñada para capturar animales enredando sus piernas.
Las huellas de las manos se realizaron utilizando diferentes técnicas.
Las más antiguas y famosas son imágenes negativas superpuestas, que se hacen colocando la mano sobre la superficie de la roca y creando un contorno soplando pigmentos a través de un tubo.
Además de los contornos estarcidos a mano, también hay representaciones muy precisas de animales y siluetas humanas, y signos geométricos como círculos, estrellas, diseños curvos y espirales.
Las pinturas se hacían a partir de la vegetación (raíces, cortezas, etc.) y las tonalidades que se manejaban eran el negro, el rojo violáceo, el amarillo, el blanco, el morado y muy raramente el verde.
La cueva no es muy grande en tamaño, por lo que probablemente la gente vino aquí para relajarse después de cazar y realizar varios rituales.
El sitio ha sido declarado Monumento Histórico Nacional y Patrimonio de la Humanidad (UNESCO) en 1999, no solo por su magnificencia artística sino como uno de los principales testimonios de los cazadores prehistóricos que ocuparon la zona.
martes, 18 de octubre de 2022
Argentina: Encuentran restos de submarino nazi en Quequén
¿Un submarino nazi en el Mar Argentino? Sorpresivo hallazgo a la altura de Quequén
La estructura fue encontrada por el grupo de investigación Eslabón Perdido, comandado por el especialista en el nazismo en la Argentina Abel BastiInfobae
La Nación
Un grupo de investigación especializado en la búsqueda de submarinos en las profundidades de las aguas argentinas asegura que en el transcurso del 2022 fue hallado un submarino que pudo pertenecer a las altas jerarquías del nazismo a pocos kilómetros de la costa de la ciudad balnearia de Quequén.
El equipo de investigación denominado Eslabón Perdido y comandado por Abel Basti, periodista e investigador especializado en la presunta llegada de Adolf Hitler a la Argentina, llevó a cabo una búsqueda de casi un año y en el mes de marzo denunció ante la Prefectura Naval Argentina el hallazgo de restos de lo que podría ser una embarcación, a casi 30 metros de profundidad en el Mar Argentino.
“En el año 2021 conformé un grupo de investigación al que puse el nombre de Eslabón Perdido, con el fin de buscar los submarinos de Hitler que arribaron a la Argentina en 1945, cuando estaba terminando la Segunda Guerra Mundial”, afirmó Basti en un video publicado en su canal de Youtube, donde brinda detalles de la investigación.
Basti afirmó que el último 9 de marzo realizó junto a su equipo la denuncia ante Prefectura y que el Servicio de Hidrografía Naval reconoció que el casco hallado no estaba registrado. Por ende, se procedió a incorporarlo en las Cartas Náuticas.
Según el propio Basti, la embarcación encontrada se hallaba a unos 28 metros de profundidad y a unos 4 kilómetros de la costa, entre las layas de Costa Bonita y Arenas Verdes.
Asimismo, fuentes autorizadas le confirmaron a Infobae que la Prefectura Naval Argentina corroboró el hallazgo de la estructura e inició su propia investigación para intentar determinar el origen y el tipo de estructura encontrada.
El objeto hallado se encontraba en la posición de coordenadas Lat. 38° 35.840 S - Long. 058° 35846´ W
y, de acuerdo a los primeros análisis, se trataba de restos navales que
no corresponderían a ningún naufragio conocido o declarado formalmente (ver mapa inserto debajo).
El punto de naufragio, de reciente incorporación a las cartas náuticas a partir de esta investigación, está a unos 4 kilómetros de la costa, justo frente del sector de playas que marca el límite entre los partidos de Lobería y Necochea.
Coincide con los fondos de la estancia Moro Mar, mismo punto donde
—según registros periodísticos de época— pobladores y navegantes habían
advertido movimientos de desembarcos. “Hay testimonio de un comisario de
apellido Mariotti, que acude al lugar y debe retirarse cuando lo
reciben hombres rubios armados con ametralladoras”, recuerda Basti a LA NACION de relatos que, con más detalles, describe en sus libros.
De acuerdo a la Ley 25.743 Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico, el hallazgo fue puesto en conocimiento del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación (INAPL) y del Centro de Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico de la Provincia de Buenos Aires (CREPAP).
Así, para la constatación e investigación de la estructura hallada, la Prefectura montó un operativo en el lugar, donde también participaron su guardacostas del Servicio de Salvamento, Incendio y Protección Ambiental SB-15 Tango, tripulado por buzos y dotado de tecnología apropiada para este tipo de búsquedas.
Para
la investigación se usó un ROV (Vehículo operado en forma remota) e
inmersiones de al menos 12 buzos de profundidad. Allí se confirmó el
hallazgo del naufragio, ubicado a una profundidad que oscilaba entre los
25 y los 30 metros y disperso en una zona que contemplaba 80 metros de
largo y unos 10 metros de ancho.
Abel Basti, integrante de Eslabón Perdido
Un periscopio, la torreta, la escotilla y cubierta, sumados a las
extensiones de eslora y manga de la embarcación, coinciden con el perfil
de los denominados U-Boot que Adolf Hitler movilizó
primero para defensa y combate y luego, según refieren y dan por firme
quienes siguieron de cerca los pasos en fuga de algunos de los jerarcas
nazis, escapar hacia aguas lejanas que los acercaran a tierras que
consideraban refugios seguros.
Una vez detectada la estructura, comenzaron a aparecer las discrepancias entre el análisis de los especialistas que respondían a la propia Prefectura y los especialistas consultados por los miembros del grupo Eslabón Perdido.
Según le confirmaron fuentes autorizadas a Infobae, debido a que los restos presentaban un alto grado de deterioro, incrustaciones, enterramiento y acumulación de sedimentos y a las características del lugar, que generaban escasa visibilidad por la presencia de materia inorgánica en suspensión en constante movimiento por la acción de corrientes y el oleaje, la Prefectura Naval no pudo detectar otros indicios que permitan determinar tipo ni origen de los restos náufragos del navío.
La entidad naval derivó parte del análisis a base a peritos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL). A raíz de un estudio sobre el material audiovisual recogido por el ROV, el INAPL elaboró un informe técnico y concluyó que los restos corresponden a un conjunto de estructuras y objetos metálicos, principalmente ferrosos y posiblemente asociados a algún tipo de plataforma flotante o embarcación de uso portuario. Sus características y estado de conservación permitieron estimar su período de construcción y uso en la segunda mitad del siglo XX.
Por su lado, el equipo Eslabón Perdido también obtuvo acceso al material audiovisual recogido por el ROV, el cual fue elevado a los ingenieros navales Juan Martín Canevaro y Andés Cuidet. Según el grupo de investigación, los especialistas confirmaron que se trataba de un submarino debido al hallazgo del periscopio de ataque de la embarcación.
Eslabón Perdido también solicitó ayuda a la Liga Naval Italiana, especializada en el hallazgo de submarinos de la Segunda Guerra Mundial.
“El Perito Fabio Bisciotti ratificó los registros de un periscopio, parte de la torreta y escotillas. Además, identificó la estructura de la cubierta del submarino”, indicó Abel Basti en el video publicado en su canal de Youtube.
Y Basti agregó, para sumar más misterio a la incógnita sobre la embarcación: “La pericia italiana agrega además un dato inquietante: el caso presenta signos de haber sido deliberadamente explotado, posiblemente con la finalidad de borrar evidencias”.
Por el momento, la Prefectura no
tiene planificado realizar una nueva investigación sobre la estructura
naval hallada, con el fin de determinar si se trata de los restos de un
buque o de un submarino nazi.
Relatos de un desembarco
“Un muchacho, lector de los libros de Basti, da la primera pista a partir de relatos de su abuelo sobre un desembarco nazi en el sector de playas que está entre Costa Bonita y Arenas Verdes, cerca de Quequén”, cuenta a LA NACION Carlos Palotta, otros de los miembros de Eslabón perdido.
Entonces,
con aportes adicionales de navegantes que admitían en esa ubicación
registros de sonda sobre algún elemento no presente en cartas náuticas,
se aventuraron en confirmarlo. Fueron ellos quienes hicieron la denuncia
ante Prefectura de restos de naufragio, con ubicación exacta, que luego
la fuerza de seguridad ratificaría con el informe técnico rotulado
2022- 63270731, documento al que accedió LA NACION.
Eslabón Perdido aportó esas imágenes en video a los peritos Andrés Miguel Cuidet y Juan Martin Canevaro, al que Basti destaca por tratarse del presidente del Consejo Profesional de Ingeniería Naval. “Pudieron detectar una pieza que no deja dudas, como es un periscopio”, afirmó, entre otras propias de un submarino. “También puntualizaron que se ve lo que resulta compatible con una torreta de los U-Boot”, acota a LA NACION sobre la denominación que tenían los submarinos alemanes de la Segunda Guerra Mundial.
Ahora se aguarda el informe definitivo de la LNI, especializada en análisis de naufragios durante la Segunda Guerra Mundial. “Que los submarinos alemanes estuvieron por aquí está confirmado con la presencia del U-530 y U-977 que, en el tramo final de aquellas batallas, se rindieron en la Base Naval de Mar del Plata”, recuerda el investigador para convencer a quienes creían imposible que ese tipo de buques pudiera cruzar en aquella época el océano Atlántico de punta a punta. Aquel acontecimiento se dio entre junio y agosto de 1945, entre uno y tres meses después de la rendición alemana.
Los peritos argentinos convocados para analizar los registros de este relevamiento del naufragio creen conveniente recurrir a un sonar multihaz para lograr un mapeo total y más detallado del casco allí hundido, que se encuentra muy deteriorado. Y en la medida de las posibilidades, avanzar con el rescate de algunas piezas que puedan ser analizadas en origen para conocer con precisión si son del mismo material con el que se construían submarinos en Alemania y si efectivamente son piezas utilizadas en ese tipo de embarcaciones.
Basti recuerda que el proyecto Eslabón Perdido está declarado de interés municipal en Necochea y Lobería y que en esta última comuna hay predisposición para que, en caso de que se rescate alguna parte de la investigación, permanezca allí en custodia para el tramo de análisis y peritajes. Confían, anticipa, que puede ser puntapié de un nuevo atractivo cultural y turístico para ese distrito.
sábado, 30 de junio de 2018
Historia Argentina: Fábrica de Artillería de Buenos Aires
Fábrica de Artillería de Buenos Aires
Dada la escasez de material de artillería, debida en parte a la necesidad de enviar tropas a diversos frentes de guerra, y a la pérdida de material en diversas derrotas las autoridades de la Revolución de Mayo resolvieron establecer una fábrica de cañones. La falta de técnicos, mano de obra y materia prima eran problemas insuperables, hasta que se presenta a las autoridades Ángel Monasterio. Nacido el 28 de Febrero de 1777 en Santo Domingo de la Calzada, provincia de Logroño, Monasterio ingresa a la Real Academia de San Fernando, donde estudia dibujo y escultura, en los que se distingue de tal modo que es nombrado Académico de Merito. En 1810 es destinado al Río de la Plata en 1810 por la Junta Central de la Administración .
Se identifíca con el espíritu y los móviles de la causa patriota, a cuyo servicio se entrega. Luego de estar preso en Montevideo por cuatro meses, en Noviembre de 1811 pasa a Buenos Aires, incorporándose al ejército como capitán de artillería, siendo destinado al estado mayor de ese arma. En 1812 es comisionado para erigir las baterías "Libertad" e "Independencia" en Rosario. En 1812 es comisionado para erigir la fábrica de cañones, motivo de este trabajo.
Maquinarias, hornos y cañones
En mayo de 1812 el Triunvirato le encarga el montaje de una fundición en el edificio de una iglesia destechada de la Residencia, que se hallaba situada en las actuales calles Defensa y Humberto Primo. Monasterio se vio obligado a diseñar y construir las maquinarias necesarias, construyendo un horno también de su propio diseño, ya que a las cuatro horas de haberle cargado el metal, ya estaba en estado de perfecta fusión, mientras que los modelos de "Reververo" usados generalmente en Europa en ese lapso de tiempo apenas estaban candentes. Solo una vez haba vio fundir cañones en Sevilla, pero esto le bastó para establecer y dirigir con éxito la fábrica de cañones de Buenos Aires.
Con mucha razón, Mitre lo llamó "El Arquímedes de la Revolución" En base a extensas y concienzudas lecturas, Monasterio, estaba bien versado en las ordenanzas reales, que establecían el desempeño de oficiales en fábricas de artillería, pólvora y otros implementos de guerra. en sus labores, sería asistido por Simón Aráoz, otro español quien tenia cierta experiencia en los trabajos de fundición de metalles. Solo un mes después, el 22 de Julio de 1812 realiza Monasterio el primer ensayo de fundición: un mortero cónico á la Gumer de calibre 12 pulgadas (305 mm) que fue llamado "Tupac Amarü". El 15 de agosto se completa el segundo mortero de ese tipo, denominado "Mangoré"
Ambos fueron trasladados, con grandes dificultades a Montevideo donde fueron montados en batería en un punto estratégico escogido por el coronel von Holmberg. Los gigantescos morteros dispararon sus primeras granadas contra la fortaleza realista de Montevideo el 13 de Septiembre de 1813. Alarmados por la potencia de estas piezas, los realistas estacionaron un vigía en el campanario de una iglesia, para que, al distinguir los fogonazos, los anunciarla al público con dos campanadas. Durante el bombardeo, que se prolongó hasta el 1o de Octubre, ambas piezas dispararon 295 bombas contra la posición enemiga. El 11 de Diciembre se prueban dos nuevos cañones de calibre 8, destinados para el Ejército del Perú, así como un tercer mortero de 12 pulgadas que en honor al director de la fábrica fue llamado "Monasterio".
Esta pieza se encuentra en el Museo Histórico Nacional, en Plaza Lezama, Buenos Aires. A comienzos de 1814 es ascendido a coronel y nombrado jefe del Regimiento de Artillería de la Patria. Los primeros cañones fundidos en esta planta fueron cuatro de bronce de calibre 8, que fueron probados el 11 de Marzo de 1814. Estas piezas, que salieron perfectas fueron asignadas al Regimiento de Artillería de La Patria. En el primer año de actividad la fábrica produjo 22 cañones de campaña de calibre 4 de bronce, y tres de montaña de calibre 6. Durante 1816 y 1817 la actividad se reduce, siendo producidos dos piezas de bronce de a 6 llamadas "El Vigilante" y "El Chacabuco". Otra pieza fundida en este arsenal denominada "El Inexpugnable" fue llevada a Chile por San Martín, con el Ejército de Los Andes, y hoy se encuentra en el Museo Militar de Santiago de Chile. Monasterio perece ahogado en 1817 al regresar de un viaje a Río de Janeiro.
Hallazgos de sus restos
La Escuela Nº 26, ubicada en San Juan al 300, en el barrio de San Telmo tuvo una noticia que revolucionó a los maestros y a las autoridades, quienes ya planean un museo en el lugar. Todo es por el hallazgo de los restos de una fábrica de cañones de principios del siglo XIX. El descubrimiento tuvo lugar durante las tareas de ampliación del jardín que funciona en el colegio.
Según esos documentos históricos, la fábrica funcionó entre 1813 y 1822, año en que se mudó a la zona de la Plaza Lavalle, frente a Tribunales. Para la misma época se puso en funciones la fundición de la provincia de Jujuy. "Ambas hacen a nuestra Independencia", destacó Weissel tras una recorrida junto a Clarín y al ministro de Educación porteño Mariano Narodowski, quien se comprometió ante las autoridades a terminar la obra lo más pronto posible y conservar el lugar por su "alto valor histórico".
La idea de los expertos es seguir excavando en toda la manzana, donde hay otros edificios históricos como la Iglesia San Pedro Telmo, que data de 1734. Hasta ahora, sólo encontraron restos de escoria (la basura de la fundición), minerales de cobre, ladrillos coloniales, pedazos de cerámica y de vidrio, y carbón mineral, que se usaba como combustible.
Fuentes
Dada la escasez de material de artillería, debida en parte a la necesidad de enviar tropas a diversos frentes de guerra, y a la pérdida de material en diversas derrotas las autoridades de la Revolución de Mayo resolvieron establecer una fábrica de cañones. La falta de técnicos, mano de obra y materia prima eran problemas insuperables, hasta que se presenta a las autoridades Ángel Monasterio. Nacido el 28 de Febrero de 1777 en Santo Domingo de la Calzada, provincia de Logroño, Monasterio ingresa a la Real Academia de San Fernando, donde estudia dibujo y escultura, en los que se distingue de tal modo que es nombrado Académico de Merito. En 1810 es destinado al Río de la Plata en 1810 por la Junta Central de la Administración .
Se identifíca con el espíritu y los móviles de la causa patriota, a cuyo servicio se entrega. Luego de estar preso en Montevideo por cuatro meses, en Noviembre de 1811 pasa a Buenos Aires, incorporándose al ejército como capitán de artillería, siendo destinado al estado mayor de ese arma. En 1812 es comisionado para erigir las baterías "Libertad" e "Independencia" en Rosario. En 1812 es comisionado para erigir la fábrica de cañones, motivo de este trabajo.
Maquinarias, hornos y cañones
En mayo de 1812 el Triunvirato le encarga el montaje de una fundición en el edificio de una iglesia destechada de la Residencia, que se hallaba situada en las actuales calles Defensa y Humberto Primo. Monasterio se vio obligado a diseñar y construir las maquinarias necesarias, construyendo un horno también de su propio diseño, ya que a las cuatro horas de haberle cargado el metal, ya estaba en estado de perfecta fusión, mientras que los modelos de "Reververo" usados generalmente en Europa en ese lapso de tiempo apenas estaban candentes. Solo una vez haba vio fundir cañones en Sevilla, pero esto le bastó para establecer y dirigir con éxito la fábrica de cañones de Buenos Aires.
Con mucha razón, Mitre lo llamó "El Arquímedes de la Revolución" En base a extensas y concienzudas lecturas, Monasterio, estaba bien versado en las ordenanzas reales, que establecían el desempeño de oficiales en fábricas de artillería, pólvora y otros implementos de guerra. en sus labores, sería asistido por Simón Aráoz, otro español quien tenia cierta experiencia en los trabajos de fundición de metalles. Solo un mes después, el 22 de Julio de 1812 realiza Monasterio el primer ensayo de fundición: un mortero cónico á la Gumer de calibre 12 pulgadas (305 mm) que fue llamado "Tupac Amarü". El 15 de agosto se completa el segundo mortero de ese tipo, denominado "Mangoré"
Ambos fueron trasladados, con grandes dificultades a Montevideo donde fueron montados en batería en un punto estratégico escogido por el coronel von Holmberg. Los gigantescos morteros dispararon sus primeras granadas contra la fortaleza realista de Montevideo el 13 de Septiembre de 1813. Alarmados por la potencia de estas piezas, los realistas estacionaron un vigía en el campanario de una iglesia, para que, al distinguir los fogonazos, los anunciarla al público con dos campanadas. Durante el bombardeo, que se prolongó hasta el 1o de Octubre, ambas piezas dispararon 295 bombas contra la posición enemiga. El 11 de Diciembre se prueban dos nuevos cañones de calibre 8, destinados para el Ejército del Perú, así como un tercer mortero de 12 pulgadas que en honor al director de la fábrica fue llamado "Monasterio".
Esta pieza se encuentra en el Museo Histórico Nacional, en Plaza Lezama, Buenos Aires. A comienzos de 1814 es ascendido a coronel y nombrado jefe del Regimiento de Artillería de la Patria. Los primeros cañones fundidos en esta planta fueron cuatro de bronce de calibre 8, que fueron probados el 11 de Marzo de 1814. Estas piezas, que salieron perfectas fueron asignadas al Regimiento de Artillería de La Patria. En el primer año de actividad la fábrica produjo 22 cañones de campaña de calibre 4 de bronce, y tres de montaña de calibre 6. Durante 1816 y 1817 la actividad se reduce, siendo producidos dos piezas de bronce de a 6 llamadas "El Vigilante" y "El Chacabuco". Otra pieza fundida en este arsenal denominada "El Inexpugnable" fue llevada a Chile por San Martín, con el Ejército de Los Andes, y hoy se encuentra en el Museo Militar de Santiago de Chile. Monasterio perece ahogado en 1817 al regresar de un viaje a Río de Janeiro.
Hallazgos de sus restos
La Escuela Nº 26, ubicada en San Juan al 300, en el barrio de San Telmo tuvo una noticia que revolucionó a los maestros y a las autoridades, quienes ya planean un museo en el lugar. Todo es por el hallazgo de los restos de una fábrica de cañones de principios del siglo XIX. El descubrimiento tuvo lugar durante las tareas de ampliación del jardín que funciona en el colegio.
Según esos documentos históricos, la fábrica funcionó entre 1813 y 1822, año en que se mudó a la zona de la Plaza Lavalle, frente a Tribunales. Para la misma época se puso en funciones la fundición de la provincia de Jujuy. "Ambas hacen a nuestra Independencia", destacó Weissel tras una recorrida junto a Clarín y al ministro de Educación porteño Mariano Narodowski, quien se comprometió ante las autoridades a terminar la obra lo más pronto posible y conservar el lugar por su "alto valor histórico".
La idea de los expertos es seguir excavando en toda la manzana, donde hay otros edificios históricos como la Iglesia San Pedro Telmo, que data de 1734. Hasta ahora, sólo encontraron restos de escoria (la basura de la fundición), minerales de cobre, ladrillos coloniales, pedazos de cerámica y de vidrio, y carbón mineral, que se usaba como combustible.
Fuentes
- Martí Garro, Pedro E, Coronel de Artilleíra (R.E.) Historia de la Artillería Argentina (Comisión del Arma de Artillería "Santa Barbara ", Buenos Aires, Argentina, 1982) pag. 325-327.
- Addenda: Lo siguiente proviene de un periódico chileno de aquella poca: El Monitor Araucano Tomo II. N° 61. Viernes 15 de Julio de 1814.
- "Buenos Aires. Las cartas... Estado de la fábrica de fusiles.
- Poder Local
domingo, 3 de junio de 2018
Arqueología militar: Hallazgos en la estepa rusa
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