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lunes, 24 de abril de 2023

Malvinas: El enfrentamiento entre Duarte y Hamilton



Enfrentamiento entre Comandos


El 10 de Junio de 1982, ya casi sobre el final de la guerra, al norte de Puerto Howard en la isla Gran Malvina se produjo un enfrentamiento entre una patrulla de la Compañía de Comandos 601 del Ejército y una patrulla del S.A.S. (Special Air Service), al mando del capitán Gavin John Hamilton. En el Conflicto del Atlántico Sur, el Ejército participó con las Compañías de Comandos 601 y 602.
El teniente primero José Martiniano Duarte, los sargentos Eusebio Moreno y Francisco Altamirano, y el cabo Roberto Díaz, presentían que algo ocurriría.
Duarte: “De regreso a Puerto Howard veníamos muy sigilosos y cuando empiezo a dejar una pared de piedra a la izquierda escucho una comunicación de radio en inglés del otro lado de las piedras. Me paro y le hago señas a Moreno tocándome el oído. Retrocedimos y nos sacamos las mochilas. Moreno toma una granada, le saca el seguro y yo le tomo la mano para detenerlo. En una fracción de segundo pensé todas las posibilidades. Pero resultó ser la patrulla del capitán Hamilton (jefe del Escuadrón 19 del S.A.S).
Veo a un soldado arrastrándose hacia nosotros, era morocho con bigotes y tenía un pasamontaña verde oliva que me resultaba familiar (era de la Infantería de Marina Argentina y que lo habían tomado en las Georgias). Me asomo y les grité (en inglés): ¡argentino o inglés (…) Salgan con las manos en alto!).
El hombre pega un salto al costado y nos dispara una ráfaga con su fusil automático AR15. Entonces Moreno tira la granada y empieza el combate. Fuego de un lado y del otro, nos tiran una granada que cae muy por detrás nuestro.
Durante el enfrentamiento cae herido de muerte uno de ellos; en un momento veo que salen hacia mi flanco izquierdo, eran dos, nos tiraban y se movían hasta que uno de ellos se desploma (era el capitán Hamilton), y cuando el otro corre para ocupar una nueva posición y lo ve al jefe desplomarse, tira el fusil, levanta los brazos y se pone a gritar como loco, en una clara señal de que se había rendido.

Malvinas Dibujos

sábado, 9 de octubre de 2021

Malvinas: Roy Fonseca y Altamirano se encuentran para recordar la escaramuza de Puerto Howard

Se enfrentaron en Malvinas y se reencontraron 35 años después


El santotomesino Francisco Altamirano y Roy Fonseca, de Sri Lanka, combatieron a tiros durante la guerra que Argentina y Gran Bretaña libraron en 1982. Se volvieron a ver hace unos meses en las islas Seycheles, en un encuentro que fue conmovedor y sanador.


Roy y Francisco, durante el reencuentro que protagonizaron el año pasado, en las Islas Seycheles. El inglés había conservado durante 35 años la boina de combate que Francisco le obsequió al terminal la guerra. Crédito: Gentileza Eduardo Rotondo


Agustín Vázquez || El Litoral (www.ellitoral.com)

Los soldados argentinos que combatieron en las Islas Malvinas en 1982 ejemplifican la imagen viviente de los centinelas que ofrendaron sus cuerpos frente a un enemigo que vino a quitarles un pedazo de soberanía, de tierra y de vida. Desde el 2 de abril hasta el 14 de Junio, dos países lucharon con valiente determinación y resolución. Balas argentinas y británicas cruzaron por los aires con destinos fatales, aunque en muchos casos un azaroso destino cuestionó los tiempos de la muerte.

Hace treinta y cinco años, una mañana del 10 de junio de 1982, dos enemigos se encontraron en el campo de batalla, dando lugar a una hermandad que nació entre la pólvora y la sangre. El relato que sigue es una muestra de los caóticos momentos de un enfrentamiento que devino en un abrazo muchas décadas después. Los protagonistas son dos jóvenes soldados, uno santotomesino y otro de Sri Lanka. Francisco Altamirano y Roy Fonseca. Cuando conocí la historia, decidí intentar propiciar el reencuentro de ambos veteranos.

Primer encuentro

Esa mañana de junio, una patrulla de la Compañía de Comandos 601 se aproximaba cautelosamente por una ladera rodeada por formaciones rocosas en la zona denominada “Many Branch Point”, un puesto de observación al norte de Port Howard (Puerto Mitre), el mayor establecimiento de la isla Gran Malvina. Al mando del teniente primero José Duarte, un grupo de cuatro hombres retornaba de una misión de observación. Detrás le seguían el sargento primero Eusebio Moreno, el sargento ayudante Francisco Altamirano y el cabo primero Roberto Ríos. De repente oyeron voces; durante unos segundos dudaron si eran civiles Kelpers. Hasta que Altamirano observó un movimiento unos metros adelante. Un gorro de lana marrón -parecido al que usaban los marinos argentinos- se elevó por entre las piedras.

-“¡Alto!, ¿son argentinos?”, gritó Altamirano con todas sus fuerzas.

La distante cabeza volvió a perderse entre las piedras, para dar rienda suelta a una agresiva respuesta. Ráfagas de calibre 5.56 despejaron cualquier duda para los comandos argentinos, quienes se vieron envueltos en un feroz intercambio de fuego con el enemigo inglés. La intensidad del enfrentamiento fue descomunal, atroz... se entrecruzaban voces en español e inglés. “Fueron minutos donde no hubo miedo, ansiedad, nada... solo cargar y disparar”, confiesa Altamirano. La potencia de fuego confundió al enemigo, quien pensó que se trataba de un grupo mayor. Esto produjo un cambio mortal para el esquema británico; se movieron (mientras continuaban disparando) en busca de mejores posiciones o resguardo. Dos figuras fueron divisadas, corriendo hacia abajo. De repente uno de ellos cayó hacia adelante, contorsionando su cuerpo en clara evidencia de haber recibido varios disparos. Su compañero, levantó las manos en señal de rendición.

-“¡Se rinden!, no tiren más!”, gritó Altamirano a Duarte, quien a su vez alzó la voz pidiendo un alto al fuego.
Sin bajar sus fusiles, los comandos de la 601 avanzaron rápidamente hacia donde estaba el enemigo. El soldado inglés comenzó a caminar hacia los argentinos, con sus manos levantadas. Cara a cara, respirando aceleradamente, dos historias chocaron por primera vez. Altamirano lo revisó, lo desarmó y lo llevó prisionero. Era el cabo primero Roy Fonseca, de ascendencia srilanqués, quien integraba las filas del Special Air Service (SAS).

Al llegar a la compañía, Altamirano contó: -“Matamos a un soldado, tuvimos un combate y matamos a un hombre, matamos un soldado”, repitió, intentando no quebrarse.

Posteriormente, una patrulla de reconocimiento argentina volvió a la zona del combate para llevarse el cadáver del capitán John Hamilton, también del SAS (encontraron la chapa de identificación dentro de la chaqueta). Su cuerpo fue llevado en una camilla hasta Puerto Howard, donde se le asignó cristiana sepultura en una ceremonia religiosa efectuada al resguardo de una improvisada capilla. Moreno y Altamirano pasaron a rezar y darle un último adiós al hombre que enfrentaron en combate. No obstante, cuando ingresaron vieron una imagen que no esperaban: dos bultos (envueltos en sacos plásticos negros), uno grande y otro más chico, acaparaban la escena. El otro cuerpo que esperaba sepultura era de un joven soldado argentino del Regimiento de Infantería 5 (RI 5) que había muerto de inanición. La memoria golpea una vez más: -“Hasta el día de hoy recuerdo con tristeza y dolor esa imagen. Ver soldados argentinos deambulando buscando algo de comida, flacos como zombies, desesperados revolviendo la basura. Es incomprensible como los altos mandos o jefes de sección no fueron capaces de velar por sus hombres”, sentencia Francisco Altamirano, casi llorando de bronca e impotencia. “Hubo 15 casos de desnutrición severa en el hospital de Puerto Yapeyú, mientras unos galpones llenos de suministros estaban reservados y nunca fueron repartidos.”

La sepultura de Hamilton fue llevada a cabo con honores militares en el cementerio local. Una bandera del Reino Unido cubrió el féretro y una guardia argentina acompañó el proceso hasta el lugar del descanso final.


Francisco Altamirano (primero desde la izquierda) previo a una misión durante el conflicto bélico por las Islas Malvinas. 

La rendición argentina

Unos días después, el 14 de junio, fue declarada la rendición argentina en Puerto Argentino. Una valerosa pero costosa campaña había llegado a su fin.

El 15 de junio comenzó con una orden urgente para Altamirano y Moreno. Debían armar una pequeña pista para helicópteros ya que volaría hasta Puerto Howard un aparato inglés trayendo oficiales enviados para la rendición definitiva de la guarnición argentina.

El coronel Mabragaña aguardaba a la comitiva británica al lado de la pista, acompañado por Roy Fonseca a su derecha. El saludo entre el jefe del Regimiento 5 y el oficial enemigo se hizo de manera cordial, casi ceremonial, y le presentó al prisionero que había sido capturado cinco días antes.

Poco a poco, numerosos efectivos británicos coparon Puerto Howard, con pequeñas tanquetas “Scorpion” acechando desde las colinas e ingresando al asentamiento. La rendición argentina se había consumado y las armas fueron puestas sobre el terreno. Casi 1000 soldados (conscriptos, suboficiales y oficiales) marcharon al cautiverio del enemigo.

“Nos informaron que debíamos dejar el armamento en un lugar determinado, pero nosotros decidimos desactivar nuestros fusiles, retirar los percutores o partes importantes del interior de las armas. Dejar inactivo la mayor cantidad de nuestros elementos para que no sirviera a los ingleses. Creo que ahí fue cuando tomamos consciencia plena de que todo había terminado. Un manto de tristeza se posó sobre nosotros y pensé ¿de que sirvió todo esto?”, recuerda Altamirano sobre aquellas horas finales.

La labor restante de destrucción del equipo transcurrió en una escuelita cercana que obraba de alojamiento a los comandos. Metódicos y serenos, cada uno de ellos estaba a solas con sus pensamientos, con sus demonios y sus tristezas. La moral de la tropa sangraba de dolor por lo que vendría, lo que no fue y por el retorno a casa sin victorias. Altamirano miraba en los rostros de sus camaradas la desazón y la congoja de ya no poder hacer nada más.

Segundo encuentro

Un suave golpe en su hombro lo despertó del leve transe que lo había poseído. “Che Mono, te busca Roy”, le dijeron. El cabo primero Fonseca recordaba el nombre de Francisco luego de una visita que él y Moreno le habían hecho en la improvisada celda de prisión que lo retuvo desde el 10 de junio hasta el final de las hostilidades. Fonseca tampoco olvidó la generosidad de Altamirano, que le proveyó de un par de medias secas, cigarrillos y un pulover que tenía en su mochila para combatir mejor el frío. Un gran corazón, un inmenso espíritu de humanidad era palpable en las pequeñas y grandes acciones de solidaridad que su captor tuvo con el prisionero.

“¡Francis, Francis!”, oyó a sus espaldas. Altamirano volteo y miró a su antiguo enemigo. Lo que escuchó en ese momento lo guardó por mucho tiempo cerca del corazón, asimilando un antídoto para contrarrestar el virus de la derrota y el dolor.

“Very good Francis, very good. Don’t worry, war is politics, only politics. Goodbye”

Se saludaron, pero mientras Roy se alejaba a la distancia, Francisco lo llamó. Se sacó su boina de comando y se la entregó con lágrimas en sus ojos. “For you, souvenir”, alcanzó a decir Altamirano en un inglés entrecortado por la emoción.

“Nunca más supe nada de él”, dijo Francisco Altamirano al concluir la entrevista. Era el 11 de enero de 2017 y en unos meses se conmemorarían treinta y cinco años desde aquella despedida.


Uno de los protagonistas de la historia es de la ciudad de Santo Tomé. En la fotografía, Francisco Altamirano es uno de los que está parado, el segundo desde la izquierda. Foto: Gentileza

Vuelta de página

La posguerra fue un camino tortuoso para los veteranos de Malvinas. De más está decir la total y absoluta falta de contención psicológica, económica y política que sobrevoló cada día de sus vidas por muchos años. Cientos de suicidios dieron evidencia de ello.

Altamirano, Moreno, Ríos y Duarte siguieron sus carreras en el Ejército Argentino, luchando como pudieron con las visiones del pasado, las preguntas sin responder o los incontables interrogantes tras el enfrentamiento con Hamilton y Fonseca. La culpa de haber matado un hombre es una mochila que llevan a cuesta, aunque se entiendan las circunstancias de una guerra y el paso de los años.

En marzo del año 2000, el suboficial mayor Francisco “Mono” Altamirano pasó a retiro del Ejército tras treinta y cinco de servicio a la patria. Era tiempo de dar una vuelta de página en un capítulo que cerraba sus puertas, aunque una figura del pasado estaba presente de tanto en tanto, revoloteando entre dudas y misterios. ¿Qué habrá pasado con aquel soldado inglés?

Fonseca, en las Seychelles

La República de las Seychelles es un grupo de 115 islas ubicadas en el océano Índico, al noreste de Madagascar. Lejos del frío malvinense y de la dura turba de Puerto Howard, un hombre mira el atardecer desde el balcón su casa. Su pelo gris y un sendo bigote le confieren una peculiar imagen. Él también tiene recuerdos que lo absorben y le impiden cicatrizar heridas que todo combatiente posee.

Roy Fonseca se alejó del Special Air Service muchos años después de finalizada la guerra y tras haber luchado en diversos frentes de combate. Prefirió continuar su vida en el sector privado, aventurándose en diversos rubros tales como fundar una compañía de seguridad privada en 1993 y en la gestión de su restaurante familiar “Marie-Antoinette”, establecido en 1972 por su madre Kathleen. Se casó y tuvo dos hijos.

Todo ha cambiado para este viejo soldado; playas paradisíacas lo acompañan cada día y reemplazan antiguos campos de batalla por aguas cristalinas y verdes palmeras. Ha sentido la presencia de la muerte en varias oportunidades, de cerca respirándole o en camaradas que han caído en combate. Cierra los ojos y puede ver al capitán Hamilton tendido a su lado, desangrándose rápidamente y sin posibilidad de hacer nada por él. Las balas silbando alrededor y rebotando en las piedras cercanas. Roy Fonseca siente una dolorosa carga por no haber podido hacer nada por su compañero. A pesar de ello, sintió un alivio reparador cuando logró retornar, luego de varios años, al lugar donde murió Hamilton.

Tercer encuentro

Larga y extensa fue la búsqueda del veterano inglés y antiguo miembro del SAS, pero tras unos meses pude contactarme con Roy Fonseca. Lo primero que hice fue relatarle el encuentro que mantuve con Francisco Altamirano a comienzos del año pasado. Su sorpresa fue total; estaba asombrado de saber que su antiguo enemigo y captor se hallaba con vida. Las maravillas de la tecnología dieron cabida a un contacto más personal que se materializó a través del Whatsapp. El celular estalló de mensajes y, a miles de kilómetros de distancia, en la localidad de Santo Tomé (Provincia de Santa Fe) esas noticias llegaron al oído del veterano argentino dispuesto a poner en marcha una travesía que le permitiese cerrar memorias oscuras de un pasado atado a Malvinas.

La ayuda de otro gran amigo, Elio Musuruana, fue fundamental para concretar el reencuentro en las Islas del Océano Índico. Elio es instructor de buceo y, desde la Escuela de Buceo del Club Regatas de Santa Fe, habían elegido Seychelles como destino para la expedición anual. Hacia allí partió Francisco, junto a 40 buzos santafesinos que formaron parte de la delegación. Ninguno de ellos sabía la increíble historia de la que serían testigos.

El avión pisó el Aeropuerto de Mahé la noche del 10 de noviembre. Un caluroso descenso dio la bienvenida al grupo de argentinos. Entre la multitud, unas manos se alzaron a la vista de Francisco. El encuentro, postergado por tres décadas, estaba a escasos pasos de distancia.

“Sentí una enorme emoción. Lo vi parado y acelere mis pasos para darle un abrazo que tenía guardado por 35 años. Fue inexplicable”, afirma Altamirano.

Los días que siguieron en Seychelles estuvieron cargados de momentos imborrables. El más significativo fue el 12 de noviembre durante el denominado “Remembrance Day” (Día del Recuerdo o, también, Día de la Amapola), una conmemoración por los muertos de todas las guerras (especialmente la Primera Guerra Mundial). Ese domingo en Seychelles, la solemne jornada comenzó con una misa en St Paul’s Cathedral y finalizó en el cementerio de Mont Fleuri, el más grande de Victoria. Allí se dio lugar a una ofrenda para los caídos, acompañado por significativos discursos de Roy y Francisco, ambos recordando la memoria de los veteranos, sin olvidarse del capitán John Hamilton.

Ante la vista de todos los presentes, Roy detuvo sus palabras por unos instantes, se acercó a Francisco y sacó un objeto que dejó sin aliento al suboficial argentino. Como en una máquina del tiempo, unas lágrimas cayeron por sus mejillas al ver lo que sus manos ahora sostenían: era la boina de comando que 35 años atrás le había entregado como “souvenir” tras la rendición argentina en Puerto Howard. El “Mono” intentó hablar pero no pudo, solo dio una frágil explicación para sus compañeros de buceo que lo miraban: “Esta era mi boina...”.

Algo del pasado estaba concluido; una actitud que lo ayudó a cerrar heridas y encontrar respuestas muy lejos de casa, en una isla perdida en la inmensidad del Océano Indico.

Esa fue también mi misión, desde un humilde lugar, intentan ayudar a que dos partes puedan formar un todo nuevamente. Atestiguamos una historia de superación y resiliencia, de tabúes y fantasmas, de muerte y perdón. Sin embargo, la verdad final la conocen solo ellos dos, sus protagonistas, y está bien que así sea. Un gran relato solo se ve completo si dejamos algo en el aire, en el infinito de la imaginación y la duda. Eso nos permitirá seguir buscando, como Francisco y Roy, que impulsaron sus vidas en pos de un abrazo sanador.


martes, 20 de julio de 2021

Incidente fronterizo: Recordando la isla Damansky, el Lago del Desierto sino-soviético

Recordando a Damansky: cómo no olvidar las "batallas olvidadas"

Revista Militar
Preparado por Ratibor Khmelev, Valentin Malyutin, Alexey Podymov



Sangre derramada - como un general a un general

En febrero de 2021, poco antes del próximo aniversario del conflicto armado en la isla Damansky, se publicó en Nezavisimaya Gazeta un material bastante extenso y, por decirlo suavemente, algo extraño. Fue una gran entrevista con el general de división retirado Vladimir Gorodinsky (Isla Damansky: Batalla por orden).

Para empezar, nuestro corresponsal Ratibor Khmelev preguntó por la publicación en NVO, el héroe de la Unión Soviética, ahora teniente general Yuri Babansky.


- Yuri Vasilievich, ¿qué puedes decir sobre esta publicación?

- Vladimir Ivanovich Gorodinsky solía ser una buena persona en general, pero una especie de agujero de gusano se inició en él, y a partir de esto inventa todo tipo de fábulas, refiriéndose a histórico hechos y registros de combate. Constantemente escribe que todo era diferente, diferente, pero, cómo “de otra manera”, no dice. Y cuando comienzan a comprobar, en ninguna parte y nunca ha sido esto.


El general Gorodinsky (en la foto), recientemente, desafortunadamente, también habló sobre Damansky. Lo conozco bien: es un militar jubilado, ahora está escribiendo sus memorias. Dondequiera que subió, todos, francamente, los traidores lo elogian, y nosotros, los partícipes de las hostilidades, lo condenamos, porque sabemos la verdad. Incluso hablé con él sobre este tema, pero todo es inútil.

- Entonces recordemos una vez más esos eventos en Damansky.

- Ocurrió el 2 de marzo de 1969, el domingo. Los chinos provocaron una violación de la frontera, salieron al hielo del río Ussuri, comenzaron a sortear nuestra isla soviética Damansky, demostrando que controlan nuestra tierra primordialmente rusa. Es inaceptable. Se alertó al puesto de avanzada y nos dirigimos al lugar donde se violó la frontera. Los chinos comenzaron a huir a su territorio, demostrando que tenían la culpa, que tenían miedo. Pero fue un truco que nos llevó a una emboscada.

Fue especialmente organizado por la noche, había más de trescientos provocadores chinos preparados para una reunión armada con los guardias fronterizos. Éramos 32. Cinco permanecieron vivos. La batalla duró 1 hora y 40 minutos. Pero sobrevivimos y ganamos. Los chinos han huido de nuestra isla.

Hemos reunido a nuestros camaradas muertos. Hubo pocos heridos. Esta provocación fue sancionada por funcionarios chinos de alto rango, incluido personalmente el "gran timonel", Mao Zedong. Por tanto, no puede ser derrotista para los chinos. Aunque llamaron a todo el mundo que fuimos los primeros en abrir fuego, provocó un conflicto armado y tenemos la culpa de todo. Y solo exigen su territorio, que parecía que les habíamos quitado una vez y nos comportamos de mala fe.

El 15 de marzo, los imprudentes "camaradas" chinos se apresuraron de nuevo a la isla, esta vez en fuerzas más grandes. Y nuevamente fueron rechazados. Porque defendíamos nuestra tierra y no nos íbamos a retirar.

Los veteranos responden


Y poco después de la publicación en nuestras páginas bajo el título "Listas negras de Damansky" la oficina editorial recibió una carta del coronel retirado Vladimir Telegin.

Es el presidente de la rama regional de la Organización Pública Interregional de guardias fronterizos de veteranos (jubilados) en Moscú y la región de Moscú. La carta fue nombrada abierta, revisada y aprobada por el Presidium de la UPU MOO el 24 de marzo de 2021.

Decidimos publicarlo completo, sin comentarios y sin cortes.

Carta abierta "¿Con quién está usted, general V. I. Gorodinsky"?


“Algunos investigadores de las hostilidades en la isla Damansky, después de décadas, cuando muchos ya han olvidado por qué, por qué y cómo sucedió todo, nos critican por el hecho de que los puestos de avanzada, dicen, tenían como objetivo la expulsión pacífica de los chinos. Y esto se presenta como un error. ¿A qué más deberíamos apuntar? Realmente para usar armas? Al contrario, incluso a riesgo de su vida, en ese momento difícil, hacer todo lo posible por mantener la paz en la frontera, para que ni un solo disparo sea el primero en sonar de nuestro lado. Tuvimos una misión pacífica ".

- General de división Vitaly Dmitrievich Bubenin, héroe de la Unión Soviética.

El general de división retirado Vladimir Gorodinsky, quien apareció en los medios de comunicación con una entrevista previa al lanzamiento de su libro, está tratando de cuestionar estas palabras que han sido verificadas como una orden para proteger la frontera estatal, recomendada como "autor de varios libros sobre la historia del Servicio de Guardia de Fronteras del FSB de Rusia "dedicada a los eventos en la isla Damansky en marzo de 1969.

La propia organización de esta entrevista deja muchos interrogantes, incluida su orientación negativa inicial. Marcando el tono de la entrevista, el periodista Nikolai Poroskov no da un solo nombre o el nombre de los medios, pero usa muchas palabras generales: “algunos autores generalmente eluden la pregunta”, provocadores “abstractos” que vinieron del territorio de algunos “Estado vecino”, “en varios periódicos se informó que por recomendación de funcionarios de Moscú y Beijing”, “la reacción de la población del país ante una posición tan extraña de las autoridades oficiales y de muchos medios centrales”. Es comprensible, porque tendrías que responder por tus palabras, pero como dice el refrán, "cantó, y al menos no amanece". Si recurría al Servicio de Guardia de Fronteras o una organización de veteranos, le contarían todo en detalle e incluso lo mostrarían en el Museo de la Frontera Central del FSB de Rusia. Aparentemente, inicialmente se necesitaba información de diferente naturaleza, y la fuente para esto se eligió idealmente.

No quiero trazar paralelismos, pero incluso en una breve entrevista se pueden ver "clichés característicos" de VI Gorodinsky, que se hacen eco de la parte introductoria: "no se excluye", "se considera", "también afirman" , “En general mi opinión”, “según el autor del artículo”, “el Kremlin decidió seguirle el juego”, “pero para mi sorpresa, no se encontró nada por el estilo”, “así fue como sucedió”, “ un estudio más detenido de documentos que se conocen desde hace mucho tiempo y que han sido hechos reabiertos, me llevó a una firme convicción "," si se mira de cerca "," con un grado considerable de certeza se puede afirmar "," de una manera asombrosa " "uno tiene la impresión", "aproximadamente el mismo contenido del registro. Las fuentes son anónimas: "un grupo de historiadores de frontera", "la mayoría de científicos, periodistas, investigadores independientes", "historiadores domésticos", "historiadores", "algunos autores", "un veterano de uno de los servicios especiales". La apoteosis es la frase - “Logramos encontrar en Internet una fotocopia del“ Diario de operaciones militares en la zona de aproximadamente. Damansky 15 de marzo de 1969 ". Después de eso, quedó claro, como de costumbre, que no se trataba de ningún enfoque serio.

VI Gorodinsky es el autor de un libelo sobre la historia de las Tropas Fronterizas de la URSS, publicado en 2016 con un intrigante subtítulo "Páginas poco conocidas del servicio y las actividades de combate de las Tropas Fronterizas de la NKVD de la URSS en la inicial período de la Gran Guerra Patriótica ", en el que se blanqueó el fascismo, se argumenta que los propios guardias fronterizos soviéticos con sus acciones provocaron el ataque de Alemania, mientras que desde los puestos de avanzada, en su opinión, fueron retirados de antemano a la retaguardia, y no hubo batallas el 22 de junio de 1941 con las tropas alemanas y las tropas de sus satélites en la frontera occidental, y hubo muchos otros razonamientos similares sin fundamento. Lamentablemente, no se puede esperar de él un examen objetivo y honesto de los acontecimientos históricos.

No es casualidad que después de la publicación de su primer libro, dos participantes en la Gran Guerra Patriótica, miembros de la Organización de Veteranos de Moscú, se dirigieran a V.I. Gorodinsky con una carta abierta.

La persona a quien los veteranos contactaron no lo consideró necesario o no se atrevió a dar una respuesta. Mogilevsky M.A. - murió el 30 de abril de 2020, y Vasily Mikhailovich Lagodin, de 100 años, está esperando una disculpa de V.I. Gorodinsky. Una cosa es escribir una mentira y otra cosa es admitirlo y disculparse con los veteranos.

Para empezar, el general retirado parece estar quejándose francamente de que “el 2 de marzo marca el 52 aniversario del conflicto armado soviético-chino en la isla Damansky. La fecha no es redonda. Pero el 50 aniversario de la batalla por la isla en marzo de 2019 pasó casi desapercibido para las autoridades y los medios de comunicación. Solo en algunas regiones los veteranos recordaron esta fecha. El Servicio de Guardia de Fronteras del FSB de Rusia celebró dos eventos en el Museo de la Frontera Central al nivel de una organización veterana. Y eso es todo. " Sin embargo, estos gemidos son completamente falsos y los datos que citó están lejos de la verdad. Su principal objetivo es atraer la mayor atención posible hacia su propia persona. La prueba de su duplicidad puede ser una cita de su artículo en el periódico “Frontera rusa para 2012:
"... ahora se está gastando mucho esfuerzo y dinero ... en la realización de acciones patrióticas" ruidosas "en las entidades constituyentes de la Federación de Rusia ... dedicadas a los aniversarios ... Sí, todo esto es hermoso ... Al mismo tiempo, rara vez pensamos en la eficacia de este o aquel evento ".

Qué decir: "Me cambié los zapatos en dos piernas de un salto".

No anunciaré la próxima "creación que hará época" y la entrevista publicada del general retirado. Hay texto en Internet que puede leer y comprender lo que está tratando de lograr. Me detendré brevemente en los principales errores, hay suficientes en la entrevista.

Un rasgo característico de la “actividad literaria e histórica” de VI Gorodinsky es el deseo de “repensar de manera creativa” y muy “libremente” los eventos asociados con la historia de las Tropas Fronterizas. Esta vez se inclinó por los eventos que el general de división Vitaly Dmitrievich Bubenin, héroe de la Unión Soviética, quien participó directamente en esos eventos, expone con precisión de protocolo en las páginas de su libro.

“En uno de los días nublados de febrero (1968), el“ puesto de observación ”del primer puesto fronterizo en el Cerro Bolshoi informó que alrededor de las 1 am una impresionante columna de chinos ... comenzó a moverse hacia la isla. El equipo nombró a un número increíble de chinos, lo cual era difícil de creer ... Salimos a la isla y dimos la vuelta en dos filas, alineados a una docena de metros de ellos ...
Una orden áspera sonó desde el amplificador. Toda la multitud de cientos de personas se volvió en nuestra dirección. Estaba horrorizado. En los rostros de los chinos había una mueca de ira, odio ... La multitud enojada, llevada a un estado de pasión por un hábil tratamiento mental, fuertemente apoyada por el alcohol, se abalanzó sobre nosotros en el siguiente instante ... Y así comenzó. Miles de luchadores seleccionados, sanos, fuertes y furiosos se enfrentaron en un combate mortal. Un rugido poderoso y salvaje, gemidos, gritos, gritos de ayuda resonaron a lo lejos sobre el gran río Ussuri. La tensión estaba llegando a su límite. En algún momento, de repente me di cuenta claramente de que podía pasar algo irreparable. La decisión llegó inesperadamente. Salí de la multitud y corrí hacia nuestros vehículos blindados de transporte de personal que no estaban muy lejos. Se subió a su coche y ordenó al conductor, el soldado A. Shamov, que dirigiera el APC directamente hacia el chino. Él protestó, pero siguió mis órdenes. No me di cuenta de por qué estaba haciendo esto, pero sentí que no había otra salida. Esta fue la única oportunidad de salvar la situación. El APC embistió a una densa multitud de chinos, aislándolos de nuestros soldados. Vi claramente cómo, asustados, se alejaron del coche y huyeron. Cuando se dieron la vuelta, no había nadie en el lugar de la batalla.


Detuve el transporte blindado de personal y abrí la escotilla. Hubo un silencio asombroso ... De repente me di cuenta de que todo había terminado bien, que hoy no habría más peleas ... Fuimos a nuestro banco y comenzamos a ponernos en orden, para brindar asistencia a las víctimas. Desde la costa china, un coche militar de gasolina con bandera blanca se abalanzó sobre nosotros. Un oficial salió de allí. Ya no se disfrazaron de "grandes masas". Me acerqué y le pregunté cuál era el problema.
“Exigimos que usted y sus representantes, junto con nosotros, registren la muerte de nuestros cuatro pescadores pacíficos a quienes acaba de aplastar.
"Vaya, un reclamo", pensé. Inmediatamente informé a Leonov. Entró una orden: sacar a los chinos de nuestro territorio, no entrar en negociaciones. Y así lo hice. Pero el oficial siguió insistiendo. Después de muchas discusiones, dejó nuestro territorio. Varias personas tuvieron que ser enviadas a la unidad médica del destacamento. Cerca de cincuenta metralletas y ametralladoras cayeron en completo mal estado. De ellos solo quedaron barriles con cinturones. Los abrigos de piel y las chaquetas están hechos jirones ".
Un fragmento de una entrevista con el héroe de la Unión Soviética, teniente general Yuri Vasilyevich Babansky, complementa la imagen:

“Se produjo una lucha cuerpo a cuerpo. Los ganamos, ellos nos golpearon. Hubo muchos más. Y nuestro vehículo blindado de personal comenzó a cortarlos. Nos habrían aplastado con una multitud, simplemente nos habrían pisoteado en el hielo, habría quedado un punto húmedo. Y el transporte blindado de personal los dividió en pequeños grupos. Y con los grupos nos es más fácil gestionarlo. Y ahora el conductor del transporte blindado de personal no se dio cuenta, aplastó a los chinos. Lo presionó no con ruedas, sino con un cuerpo. Todavía saltó por debajo de la parte delantera, corrió un rato y se cayó. La sangre comenzó a fluir de su boca. Ya no lo tocamos. Supongo que lo acabaron ellos mismos. Y sobre esta base levantaron un escándalo que deliberadamente lo suprimimos ”.

Otro extracto del libro de V.D.Bubenin:

“En diciembre de 1967, por la noche, un gran destacamento en la isla de Kirkinsky estaba encabezado por un oficial del departamento de inteligencia del destacamento fronterizo de Iman, el capitán Iozas Steponyavichus, quien llegó a esta isla por primera vez. La composición del equipo consistía en soldados que llegaban del grupo de maniobras para reforzar. Hacia la medianoche, Steponyavichus informó que hasta 50 chinos llegaron a la isla en autos del tipo ZIL-151 y un auto de pasajeros GAZ-69 y rodearon a la guardia fronteriza. La reserva del puesto de avanzada en alarma fue a la isla. Al principio, los chinos no mostraron agresividad y no mostraron abiertamente sus intenciones ...

Pronto, un hombre chino con uniforme paramilitar se separó del automóvil. Acercándose a nuestros guardias fronterizos, en ruso, exigió que los soldados ataran y entregaran a su oficial. El nuestro los envió al lugar correcto. Comenzó el asalto, que rápidamente se convirtió en una feroz batalla. Los soldados se dieron cuenta del peligro que amenazaba al oficial y lo llevaron a un círculo. Pero los chinos lograron romper el anillo. Agarraron a Steponyavichus y lo arrastraron hasta el camión. El oficial escuchó el sonido de los cerrojos a sus espaldas y gritó con fuerza: “¡No disparen, no disparen! De vuelta a todos ".
Pero nuestros soldados, enfurecidos, se lanzaron al combate cuerpo a cuerpo. Ya se estaba produciendo una verdadera masacre cerca del coche. Esta vez los chinos no eran solo chinos. Por la forma en que actuaron clara y armoniosamente y aplicaron hábilmente las técnicas de combate cuerpo a cuerpo, estaba claro que se trataba de un grupo especialmente entrenado y preparado. En la parte trasera del automóvil, los brazos del capitán estaban torcidos, le quitaron la pistola y le arrancaron el abrigo de piel del pecho. Se acercó un chino, le iluminó la cara con una linterna y luego se colocó en los tirantes. Gritó algo malvado a los demás y agitó la mano. Al momento siguiente, el capitán salió volando del cuerpo y cayó sobre el hielo, porque no era a quien necesitaban. Aunque Steponyavichus era muy similar en altura y constitución a mí ".

“Al escuchar un grito de auxilio, Ilya vio cómo nuestro soldado, estrangulado por un cinturón, estaba siendo arrastrado al auto. Corrió allí. Pero varias personas se abalanzaron sobre él de inmediato. Mientras se ocupaba de ellos, el soldado ya había sido empujado hacia la UAZ. El coche empezó a moverse. Kobets levantó su ametralladora y disparó una ráfaga sobre las ruedas. Los chinos echaron al soldado en movimiento. Siguieron varias ráfagas automáticas no autorizadas más. Esta vez no pasó nada. Ninguno de los chinos murió. Luego descubrieron durante mucho tiempo quién y por qué dispararon, cuántos cartuchos se dispararon, quién dio la orden, quién tenía la culpa. En cualquier caso, muchos entonces se dieron cuenta de que no era deseable enviar a personas a tal cosa, quienes aún no entendían que incluso un disparo en la frontera podía provocar daños irreparables, sin la experiencia adecuada. Desde entonces, el personal del puesto de avanzada y uno de los oficiales siempre han sido incluidos en la composición de cualquier reserva operativa independiente ".

Es muy difícil agregar algo a los relatos de testigos presenciales. Hay un buen proverbio ruso "Muere tú mismo, pero ayuda a tu camarada", y así es como actuaron los guardias fronterizos soviéticos. No quiero repetir lo que afirma V.I. Gorodinsky. Al parecer, ¿el autor de la entrevista tiene nuevos amigos? Su tío Grigory Vladimirovich, que sirvió en "SMERSH" durante la guerra y aconsejó al joven que ingresara en la "escuela chekista", cuya opinión era inquebrantable para V. I. Gorodinsky, ciertamente no habría aprobado la posición actual de su sobrino.

Ahora sobre la evaluación de principios de las acciones de los guardias fronterizos por parte de los líderes de la KGB y del país y su supuesto interés, según el autor de la entrevista, en agravar la situación en la frontera soviético-china. Citaré el relato de un testigo ocular de los hechos, que es fundamentalmente diferente de la versión de V.I. Gorodinsky.

“Varios hombres chinos grandes agarraron a su cómplice más débil y comenzaron a golpearlo detrás de la segunda línea. Luchó, gritó, lloró. Fue asediado por un golpe en la cabeza. Cayó y ya estaba siendo pateado mientras estaba acostado. Mis soldados simplemente estaban indignados por esta atrocidad. - Camarada teniente, tal vez lo ayudemos, de lo contrario lo golpearán hasta matarlo. Pero en ese momento los chinos levantaron las manos y los pies de un compañero de tribu que aún mostraba signos de vida y los arrojaron a nuestros pies. Al principio, no pudimos entender nada. Pero cuando un grupo de camarógrafos y fotógrafos de prensa de la Agencia de Noticias Xinhua se apresuraron a filmar el episodio, todo quedó claro. El episodio se ha elaborado de forma clásica ".

“El mayor general NA Kizhentsev, jefe del departamento de inteligencia de las tropas fronterizas, voló al puesto de avanzada. Él y sus oficiales observaron y estudiaron la situación durante varios días. Una noche, estando a solas conmigo, Kizhentsev una vez más me pidió que le contara todas las circunstancias de esa masacre. Honestamente informé de todo y expresé mis sospechas. Esto interesó al general. Me reprendió por no haberme dicho antes. El general guardó silencio durante mucho tiempo. Era evidente que estaba tomando una decisión bastante difícil. - ¿Conoce bien la isla? Él me preguntó. - Como la palma de tu mano. - Estoy planeando realizar un reconocimiento en la isla. Dirigirás el grupo de reconocimiento. Es necesario obtener pruebas que confirmen o refuten la existencia de cadáveres. No debería haber ningún error. Mañana irás ... Yo personalmente instruiré al grupo. La noche siguiente, en tres grupos avanzamos sigilosamente hacia la isla ... Miré hacia adentro, enfoqué mi linterna primero en uno, luego en el otro. Los soldados también llegaron. Nos aseguramos de que realmente hubiera cadáveres congelados retorcidos, en otras cajas era lo mismo. No cabía ninguna duda. Estos son cadáveres. Kizhentsev nos estaba esperando. Le informé en detalle, tratando de no perderme ni un solo detalle. Habló con los soldados durante mucho tiempo, aclaró algo. Luego caminó por la pequeña oficina durante mucho tiempo. A veces se detenía y me miraba pensativo. Empecé a darme cuenta de toda la tragedia de mi situación. Y de pronto, en el opresivo silencio, escuché la voz del general: - ¿Entiendes que acabas de firmar tu propia sentencia? “Entiendo”, respondí con firmeza, porque sabía desde hace mucho tiempo que algún día todavía sería extrema ... Ahora lo sentía de verdad. De repente me volví completamente indiferente a todo ".

“A mediados de mayo (1968) Strelnikov telefoneó y transmitió la orden de Leonov de alinear a todo el personal del puesto de avanzada en la costa a las 12 del mediodía. El jefe del destacamento entregará los premios ... El jefe del destacamento agradeció al personal por su excelente servicio y entregó las medallas "Por la excelencia en la vigilancia de la frontera estatal de la URSS", insignias "Excelente guardia de fronteras", anunció agradecimiento. desde el mando del distrito y el destacamento ... ... llamé a Strelnikov. - Gracias hermano. ¿Te han olvidado? "Dijeron gracias por el servicio".

“También recordamos las medallas que se otorgaron a nuestros subordinados. Sí, estábamos orgullosos de ello. Pero se olvidaron de nosotros. El resentimiento, ellos mismos no sabían realmente a quién, se abrió paso en nosotros ".

Así es como el mando y liderazgo de la KGB de la URSS defendió a los jefes de los puestos avanzados, les preguntaron en su totalidad. Ese fue el momento. Los comentarios son superfluos.

Ahora sobre la historia de las relaciones entre los dos países. No es la primera vez que tenemos que admitir que VI Gorodinsky no es amigable no solo con la historia, sino también con la geografía. En marzo de 1937, la frontera chino-soviética en el Lejano Oriente "de jure" no existía. En Manchuria, capturado por los japoneses, el 1 de marzo de 1932, se creó el estado títere de Manchukuo, que estaba completamente controlado por ellos. El comandante del ejército japonés de Kwantung también era el embajador japonés en Manchukuo y tenía derecho a "vetar" cualquier decisión del emperador. Fue el gobierno japonés el que entonces creyó que la URSS malinterpretó la delimitación de territorios consagrada en el Tratado de Beijing entre el Imperio Ruso y China, pero se adhirió al "status quo" que se había desarrollado en ese momento. No es necesario mezclar las relaciones soviético-japonés y soviético-chino en un solo montón. Por lo tanto, no hay hechos y es interesante saber a qué otros "documentos genuinos" están sus vínculos.

“No hubo problemas fronterizos entre Moscú y Beijing a fines de la década de 40 y mediados de la de 50. Ninguna de las partes expresó reclamos ni comentarios. Al mismo tiempo, las relaciones entre los habitantes de la zona fronteriza se desarrollaron benévolas y amistosas, lo que fue respaldado por una serie de documentos sobre el procedimiento para la realización de actividades económicas por laspartes. Un ejemplo es la implementación de un acuerdo sobre el procedimiento de navegación a lo largo de los ríos fronterizos Amur, Ussuri, Salgach, a lo largo del lago Khanka. Las solicitudes de las autoridades chinas de permisos para utilizar las islas soviéticas para necesidades económicas y la pesca en la zona de aguas soviéticas de los ríos fueron evidencia del reconocimiento de la actual línea fronteriza por parte del estado vecino ".

“Uno de los desacuerdos más agudos entre la República Popular China y la URSS fue la cuestión de la propiedad de territorios separados. El liderazgo del estado vecino comenzó a señalar la "desigualdad" de los tratados entre la Rusia zarista y la China Qing, aunque en los primeros años después de la formación de la República Popular China este problema no se planteó. El conflicto en esta área fue acompañado por la reimpresión en Beijing en la segunda mitad de la década de 1950 del libro de Zhao Chuan-cheng, publicado en 1930, "Tablas de divisiones administrativas de China en la era Qing (1644-1911)". Siguió una campaña de propaganda "sobre la injusticia de las fronteras de la República Popular China".

Durante esta campaña, los funcionarios del país vecino se apresuraron a presentar reclamos territoriales a la URSS por 22 áreas en disputa de hasta 1,5 millones de kilómetros cuadrados. Las contradicciones comenzaron a intensificarse entre la República Popular China y la URSS con respecto al paso de la línea fronteriza estatal ... Las negociaciones sobre temas fronterizos fueron difíciles y prácticamente infructuosas ".

Y V.I.Gorodinsky tiene una opinión diferente. Por lo tanto, es extremadamente inusual escuchar a un oficial que ha servido durante más de cuarenta años en puestos de liderazgo en las tropas fronterizas, incluso en la frontera china en los distritos fronterizos del Lejano Oriente, Transbaikal y del Este, incluido el jefe del departamento político de el destacamento fronterizo Panfilov Bandera Roja, solo una referencia a algunos historiadores rusos anónimos que los chinos disputaron ferozmente en esos años una serie de secciones del territorio fronterizo soviético. ¿No has cruzado el umbral de las habitaciones de Lenin y con tus pies, junto con los soldados, "no mediste la frontera"?

Otra cita incomprensible, como un vívido ejemplo de la "astuta creatividad" de V. I. Gorodinsky:

"Según el Embajador Extraordinario y Plenipotenciario GV Kireev, presidente de la delegación rusa de la Comisión Conjunta de Demarcación Ruso-China," la línea roja de delimitación reflejaba ... solo las líneas fronterizas designadas y no podía ser transferida automáticamente al área ".

No existe tal cosa en una entrevista con G.V. Kireev. La compilación de palabras individuales, en lugar de citas exactas, es el sello distintivo del estilo de “autor de varios libros”. Agregaré que la delimitación y demarcación de fronteras son procesos completamente diferentes. Es una lástima que, a diferencia de G.V. Kireev, el general fronterizo retirado esté confundido en esto.

Citaré la opinión exacta de Genrikh Vasilyevich Kireev, embajador en general del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia y presidente de la delegación rusa ante la Comisión Conjunta de Demarcación Ruso-China:

“Veinticinco años después de la conclusión del Tratado de Pekín de 1860 ... se notó que las fronteras dentro de Primorye no pasaban como se estableció. Las partes acordaron hacer ciertos cambios en su pasaje. Esto fue hecho por los llamados Nuevos Protocolos de Kiev de 1886. En 1924, cuando se firmó el Acuerdo sobre el Establecimiento de Relaciones Diplomáticas entre China y la URSS, las partes acordaron volver a marcar la frontera. Al discutir el tema fronterizo en la conferencia chino-soviética de 1926 en Beijing, los documentos preliminares rusos declararon: “La línea fronteriza entre la URSS y China fue movida repetidamente tanto por la población local como por las autoridades locales de ambos lados. Como resultado, es necesario, en primer lugar, restaurar la línea original en la forma tal como fue definida por varios acuerdos, protocolos, etc. en relación con la frontera ruso-china "... La frontera a lo largo de Amur y Ussuri no se definió en absoluto, y las islas nunca han sido asignadas legalmente a ningún estado antes".
“El autor de varios libros sobre la historia del Servicio de Guardia de Fronteras” a menudo todavía peca por el hecho de que a menudo se olvida de indicar las fuentes de información. Y después de un tiempo, no duda en referirse a sus libros como fuente de tal o cual información. Por ejemplo: “Un año después de los combates en la isla Damansky, este tema prácticamente desapareció de los medios. Glavlit (el organismo de censura en la URSS - "NVO") prohibió la mención en la prensa abierta sobre la isla Damansky. Se ha utilizado la frase "acontecimientos en el río Ussuri en marzo de 1969". No se especificó ninguna fuente. Y aquí está la fuente original: “Entré en la oficina del editor. En respuesta a mi informe, el Mayor Petrov me entregó con indiferencia un trozo de papel, un telegrama de la GUPV: "¡Léalo!" Ante la dirección de los distritos fronterizos y periódicos distritales (los editores ejecutivos entonces también cumplían con los deberes de censores militares), se indicó que a partir de ahora, según la orden de Glavlit, la mención de la isla Damansky en la prensa abierta está prohibida. . Todos los detalles sobre el enfrentamiento de combate se pueden reducir a una breve frase: "Acontecimientos en el río Ussuri en marzo de 1969".

Una gran parte de la mentira está contenida en las entrevistas sobre los militares de las unidades del ejército soviético, que brindaron asistencia oportuna y efectiva en las batallas en Damanskoye:

“… A las 20:30, 18 vehículos de combate BM-21 Grad dispararon una descarga a través de la isla. Pero cuando el humo se disipó, todos vieron que ni un solo proyectil lo había alcanzado. Todos volaron a 7-8 kilómetros de profundidad en territorio chino y destrozaron la aldea, que presuntamente albergaba la sede de una de las unidades, un hospital y varias unidades logísticas ".
Esta información fue obtenida, al parecer, tras el análisis de "documentos militares de esos días desde Internet". Esta es una mentira absoluta con respecto a las acciones del comandante del 199 ° regimiento de rifles motorizados Verkhne-Udinsky, el coronel Dmitry Andreevich Krupeinikov, el comandante de la división de instalación Grad, el mayor MT Vaschenko, el comandante de la compañía de reconocimiento de la 135 división de rifles motorizados. , El capitán Sergei Nikolaevich Shpigun, héroe de la Unión Soviética, el sargento menor Vladimir Viktorovich Orekhov y muchos otros soldados y oficiales.

En realidad, todo sucedió de manera diferente. Un extracto de la historia del comandante del 199 ° regimiento de fusileros motorizados:

“La artillería de la división estaba comandada en ese momento por el coronel Pensack ... El cuartel general de artillería de la división, cuando los guardias fronterizos estaban combatiendo, detectó las dieciocho baterías enemigas, y el ataque de Grad cayó sobre ellos y toda la mano de obra. El efecto resultó ser sensible para ellos. En las posiciones de la 4ª compañía había una instalación de conferencias para la propaganda del enemigo. Su tripulación escuchó la conversación de dos chinos en la radio. Tenían nuestras estaciones de radio en servicio y las ondas eran las mismas. Uno le dice al otro: "¡Deberíamos devolverlos!" Él pregunta: “¿Y con qué? Todas nuestras armas están fuera de servicio y solo quedan dos personas con vida ".

Cuando su propia rica imaginación se agota, V.I. Gorodinsky la agarra y, sin menos entusiasmo, desarrolla versiones delirantes de otras personas, supuestamente relacionadas con la participación del entonces ministro de Defensa de la República Popular China en los sucesos de Damanskoye, por ejemplo.

Es difícil para una persona normal que conoce de primera mano la historia de las tropas fronterizas imaginar cuántos y qué otros absurdos y sinsentidos deben considerarse suficientes para todo un libro. A este respecto, conviene citar las palabras del antiguo filósofo griego Heráclito: "Mucho conocimiento no enseña a la mente". Y Pedro I: "Daré instrucciones a los boyardos de la Duma para que hablen según lo no escrito, para que se vea la necedad de todos".

Este último V. I. Gorodinsky se queja constante y sin fundamento de la falta de información disponible sobre diversos problemas históricos. Resulta que alguien le oculta información a él y a otros investigadores, incluso sobre los eventos de Daman de 1969. Surge la pregunta: ¿realmente necesita esta información veraz? En mi opinión, no necesitan en absoluto esa información, necesitan hechos que puedan presentarse de forma negativa.

En vísperas del trigésimo aniversario de los acontecimientos en la isla Damansky, Vestnik de las fronteras de Rusia No. 30-3 de 4 (págs. 1999-26) publicó un extenso artículo "Días y noches de la isla Damansky" por el coronel Valery Sudakov , Jefe de los Archivos Centrales del Servicio Federal de Fronteras de Rusia, e investigador Jr. del archivo de Vladimir Zapadny. Sobre la base de materiales de archivo, proporciona un análisis detallado de las relaciones entre la URSS y la República Popular China en la esfera fronteriza desde 37. Los combates en la isla Damansky los días 1949 y 2 de marzo de 15 se describen minuto a minuto. Pero los materiales de este extenso artículo no son utilizados de ninguna manera por V.I. Gorodinsky. ¿Cuál es la razón? Primero, ¿aparentemente alguien la escondió de nuevo? O en segundo lugar, no encaja en el marco de su tarea. Más bien, el segundo, ya que definitivamente lo leyó y conoce su existencia. Teniendo en cuenta su actitud reverente hacia sus "obras literarias", se puede decir con gran confianza que el número de este heraldo en particular se conserva al menos en su biblioteca personal.

Toda la intriga es que también publicó un artículo del entonces subdirector de la Dirección Regional del Cáucaso Norte, el general de división Vladimir Gorodinsky, bajo el título "Heredamos el coraje". Citaré solo dos tesis del artículo.

“El problema de promover la historia y tradiciones de las tropas fronterizas, perpetuando la memoria de los guardias fronterizos muertos, en mi opinión, en los últimos años ha adquirido especial relevancia para el Servicio Federal de Guardias Fronterizos de Rusia. Esto se explica, en primer lugar, por los cambios fundamentales que se han producido en la vida de la sociedad y de las tropas fronterizas, las consecuencias de la denominada desideologización del servicio militar, que finalmente desembocó en el descrédito de un concepto como el patriotismo. . "

“... Todos nosotros, y sobre todo los oficiales-educadores ... debemos cuidar que las fronteras de la Patria estén protegidas no por Ivans, que no recuerdan su parentesco, sino por personas que conocen la historia de la Patria. tropas fronterizas, que se enorgullecen de pertenecer a ellas, que son conscientes de su implicación con el pasado heroico de sus ilustres antecesores ... Nada desacredita tanto el pasado histórico y no perjudica la formación del personal, como manifestación de la ignorancia, baja cultura por parte de los organizadores de este trabajo ".

Esto es muy correcto, pero ¿el autor del artículo lo recuerda o ya lo ha olvidado?

Probablemente lo olvidé. En los últimos 7-8 años, ha sufrido graves lapsos de memoria, convirtiéndose de hecho en "Iván, que no recuerda el parentesco".

En conclusión, un breve bombardeo para "el autor de varios libros sobre la historia de la Guardia de Fronteras":

1. ¿Se considera patriota de Rusia?
2. ¿Cuándo fue sincero en sus palabras y acciones: en 1999 o ahora en 2021?
3. ¿Qué reacción espera con su nuevo libro? ¿Otra porción de elogio del traidor de la Patria Rezun-Suvorov, quien en el otoño de 2020 en Internet lo acarició con su elogio por el primer libro?
4. ¿Con quién está usted, general Gorodinsky?


Notas
1. Bubenin V. D. "Sangrienta nieve de Damansky" Moscú; Zhukovsky; La frontera; Campo de Kuchkovo, 2004, pág. 153.
2. Periódico "Frontera de Rusia" No. 41 (871) 1-6 de noviembre de 2012 artículo "Sin palabras innecesarias", p. 3.
3. Bubenin V. D. "Sangrienta nieve de Damansky" Moscú; Zhukovsky; La frontera; Campo de Kuchkovo, 2004, pág. 104-108.
4. Lobodyuk NL "Damansky Island: Interviews, Memories, Photos" - 2ª ed., Add. M. KZI "Border", 2014, pág. 7.
5. Bubenin V. D. "Sangrienta nieve de Damansky" Moscú; Zhukovsky; La frontera; Campo de Kuchkovo, 2004, pág. 98-99.
6. Bubenin V. D. "Sangrienta nieve de Damansky" Moscú; Zhukovsky; La frontera; Campo de Kuchkovo, 2004, pág. 100.
7. "Frontera de Rusia", periódico No. 12 (751) Abril de 2012 "Caminos-caminos del General Gorodinsky" p. 12-13.
8. Bubenin V. D. "Sangrienta nieve de Damansky" Moscú; Zhukovsky; La frontera; Campo de Kuchkovo, 2004, pág. 87.
9. Bubenin V. D. "Sangrienta nieve de Damansky" Moscú; Zhukovsky; La frontera; Campo de Kuchkovo, 2004, pág. 108-110.
10. Bubenin V. D. "Sangrienta nieve de Damansky" Moscú; Zhukovsky; La frontera; Campo de Kuchkovo, 2004, pág. 114-115.
11. Bubenin V.D. "Nieve sangrienta de Damansky" Moscú; Zhukovsky; La frontera; Campo de Kuchkovo, 2004, pág. 118.
12. Gladkov V., Musalov A. “Frontera inquieta. Año 1969 ". Moscú: Granitsa, 2018, p. treinta.
13. Gladkov V., Musalov A. “Frontera inquieta. Año 1969 ". Moscú: Granitsa, 2018, p. treinta.
14. Lobodyuk N.L. "Isla Damansky: entrevistas, recuerdos, fotos" - 2ª ed., Add. M. KZI "Border", 2014, pág. 13-24.
15. Lobodyuk NL "Isla Damansky: entrevistas, recuerdos, fotos" - 2ª ed., Add. M. KZI "Border", 2014, pág. catorce.
16. Gladkov V., Musalov A. “Frontera inquieta. Año 1969 ". Moscú: Granitsa, 2018, p. 30., pág. 232-233.
17. Lobodyuk NL "Isla Damansky: entrevistas, recuerdos, fotos" - 2ª ed., Add. M. KZI "Border", 2014, pág. catorce.
18. Heráclito "Enciclopedia de oro de la sabiduría".
19. Boletín de las fronteras de Rusia No. 3-4 1999, pág. 47.
20. Boletín de las fronteras de Rusia No. 3-4 1999, pág. 53.


¡Tengo el honor!

Vladimir Telegin, coronel retirado. Presidente del departamento regional en Moscú de la Organización Pública Interregional de veteranos (pensionistas) de Moscú y la región de Moscú.

La carta fue revisada y aprobada por el Presidium de la UPU MOO el 24 de marzo de 2021

Moscú, marzo de 2021

 

sábado, 22 de mayo de 2021

Malvinas: Los comandos de la 601 en Gran Malvina y la muerte de un SAS

Dos comandos enemigos en Malvinas: el argentino lo capturó y protegió del frío y al caer prisionero, el inglés lo reconfortó

Por Loreley Gaffoglio || Infobae



Los comandos del Regimiento 601 que operaron en la isla Gran Malvina, uno de ellos carga en sus espaldas un misil antiaéreo Blow Pipe

Gavin John Hamilton no era un comando cualquiera. En 45 días de conflicto, el capitán del Escuadrón 19 de Montaña del SAS (Servicio Aéreo Especial) había incursionado con éxito en las operaciones terrestres más audaces en el Atlántico Sur.

Junto a su tropa, en medio de condiciones atmosféricas infrahumanas, el oficial inglés había sobrevivido a la caída de su helicóptero en el glaciar Fortuna en las Georgias. Dos días después, lideraba la avanzada contra las posiciones enemigas en Grytviken cuando, superados en número y armas, las tropas argentinas se rindieron en las Georgias.

Uno de los dos helicópteros ingleses estrellados por vientos de 200 km por hora en el glaciar Fortuna, en las Georgias.

Aquella victoria -bautizada Operation Paraquat por los ingleses- fue apenas el preludio de lo que protagonizaría después: en la isla Borbón, en el extremo norte de Gran Malvina, Hamilton y su gente descendieron de madrugada de un Chinook, alcanzaron a pie la Estación Aeronaval Calderón y canibalizaron con cargas explosivas, morteros y cohetes una flota completa de aviones: 6 IA 58 Pucará, 4 Beechcraft T-34 Mentor y uno de transporte Skyvan.

Uno de los 6 Pucará destruidos el 15 de mayo en el isla Borbón por el capitán John Hamilton del SAS

El asalto había sido magistralmente ejecutado: reeditando las operaciones del SAS en aeródromos del Norte de África durante la II Guerra Mundial, en 30 minutos redujeron a chatarra las 11 naves, eliminando la defensa aérea desde esa base estratégica para el desembarco en San Carlos.

Otra misión encumbró su liderazgo entre los mountain troopers: en Darwin emboscó y capturó a 5 argentinos (3 heridos). Pero ahora Hamilton, de 29 años, operaba del otro lado del estrecho. Desde el atalaya de un macizo, mezcla de filosas piedras y turba húmeda, presidía una patrulla de observación en Puerto Mitre (Howard). Infiltrado detrás de las líneas argentinas, hacía cinco días que enviaba informes codificados y precisos sobre los movimientos del aislado Regimiento de Infantería 5 (RI5).

Los soldados de las Fuerzas Especiales del Ejército del Comando 601 como los del RI5 sufrieron todo tipo de privaciones en Puerto Howard, en la isla de Gran Malvina

Ni Hamilton ni Fonseka intuyeron la amenaza inminente; ese tipo de peligro que a veces engendra el azar: otra patrulla de la 1° Sección de la Compañía de Comandos 601, tan adiestrados como ellos, regresaba de una misión idéntica a la suya: escudriñar con la vista y los oídos el despliegue de buques, helicópteros y tropas desde la costa del Estrecho San Carlos.

Capitán John Hamilton de las tropas de montaña del SAS

Liderados por el teniente primero José Martiniano Duarte, secundado por los sargentos Eusebio "Negro" Moreno y Francisco "Mono"Altamirano y el cabo Roberto "el Terco" Ríos, la patrulla venía marchando a campo traviesa desde las 5 de la madrugada. Era un desplazamiento táctico, sigiloso. Los comandos se comunicaban por señas y cubrían todos los flancos: uno al frente, otro a la retaguardia y el resto a cada costado con el peso del equipo de radio.

El reloj marcó las 11 cuando la columna decidió hacer un alto y rotar la formación. Detrás de una cresta rocosa los comandos se alivianaron de cargas y engañaron al frío con el remanente de una cantimplora con mate cocido. Todavía faltaban 5 km para alcanzar las filas argentinas en el poblado de Howard, cuando al reanudar la marcha los adelantados Moreno y Duarte súbitamente se detuvieron. A unos 50 metros señalaron un paredón rocoso en altura, y con sus índices en los labios impusieron silencio.

-Hay alguien ahí – alertó el líder con un susurro al marcar el punto.

-Están hablando por radio. ¡Son ingleses! – retrucó Moreno.

-No, pueden ser kelpers. O tal vez del ECA (Equipo de Control Aéreo, encargados de las alertas tempranas) – dudó el jefe.

La tensión y los borbotones de cortisol aumentaban mientras deliberaban. Soltaron los equipos y se parapetaron con sus FAL en posición de combate.

-No, no, son ingleses. Yo los escuché bien – insistió Moreno, en una clara arenga ofensiva.

De golpe, Altamirano divisó un gorro oscuro entre las piedras.

-¡Alto! -ordenó a los gritos- ¿Son argentinos?

La respuesta sobrevino al instante a través de una feroz ráfaga de fusiles M16, seguida por una granada que picó larga. Los comandos argentinos abrieron fuego y Moreno arrojó dos granadas de mano.

Acorralados y superados en número, los SAS iniciaron un repliegue colina abajo: Fonseka corría y disparaba mientras su jefe lo cubría. En ese intenso fuego cruzado, con proyectiles trazantes del lado argentino, a Fonseka la precisión de un impacto le voló el fusil de sus manos. Cuando quiso recuperarlo, otros 4 proyectiles lo rozaron y le agujerearon la parca. Las andanadas continuaron por un lapso breve hasta que el cuerpo en fuga de Hamilton "dio como una vuelta en el aire" y se desplomó de espaldas. Quedó inmóvil entre la maleza húmeda y achaparrada.

A unos metros del cuerpo de Hamilton, el sargento Fonseka, cuerpo a tierra entre la hierba, levantó levemente las manos.

Alto el fuego, alto el fuego! Se rinde, se rinde – se desgañitó, con desesperación, Altamirano. Intentaba atemperar el fragor y la adrenalina de sus camaradas en aquel combate por la supervivencia.

Sin emitir palabra, con las manos ahora bien en alto, conminaron al inglés a caminar hasta los comandos. Duarte no se fiaba y todos continuaban apuntándole. Le ordenó a Altamirano que lo palpara y a Ríos que socorriera al caído y le retirara el arma. Al acercarse, el cabo comprobó que Hamilton había muerto en el acto. Prosiguió unos pasos y revisó los equipos ingleses guarecidos detrás de aquel "escudo" pétreo. Una radiobaliza permanecía encendida, lo cual significaba que otra patrulla podría acudir en ayuda y tenderles una emboscada. Como no supo cómo cortar la transmisión, rompió a cascotazos y patadas la radio.

La lápida en Puerto Howard que recuerda el lugar exacto donde se ocultó Hamilton antes de caer en combate. El oficial inglés fue condecorado postmortem por la valentía que demostró al enfrentar a los comandos argentinos y al cubrir a su camarada.

La muerte del soldado enemigo cuya identidad desconocían estremeció a los comandos, todos devotos católicos.

En la sobaquera de Fonseka, Altamirano descubrió una pistola 9 mm. Debajo del puño leyó, exaltado: "Fábrica Militar de Armas portátiles Domingo Mateu. Rosario-Argentina".

Con un inglés muy rudimentario, le exigió al prisionero una explicación:

-Army, army argie – señaló nervioso Altamirano, confundiendo "arma" (weapon) por "army" (ejército): This what?

– Darwin – soltó Fonseka, en medio de la incertidumbre por su suerte y tal vez por su propia supervivencia.

La patrulla se escindió en dos grupos para el regreso por diferentes rutas. El jefe y el Mono Altamirano caminaban con el prisionero, mientras los otros llevaban los equipos y su radio apagada para evitar ser detectados.

-Vamos a hacerle bajar los brazos a este pobre hombre que ya debe estar acalambrado – sugirió el subordinado, que lo secundaba desde atrás, sin dejar de apuntarle a la espalda con su FAL.

-Sí, sí, que las baje – asintió Duarte.

Cruzaron un arroyo con el agua hasta la cintura y poco antes de entrar en Puerto Howard el jefe le ordenó adelantarse y buscar a un grupo de comandos para "ponerle un poncho" y "camuflar al inglés". Eso suponía hacerlo pasar desapercibido entre los soldados ante la mirada indiscreta de los kelpers.

Francisco “Mono” Altamirano (parado a la izquierda) y Eusebio “El Terco” Moreno, su pareja de combate (sentado con guantes negros).

"El alma angustiada"

La muerte instantánea del inglés abandonado en la colina -aunque nadie pudiera precisar cuál de todos lo había acribillado-, embargaba de zozobra a Altamirano. A pesar de su temple de comando, a pesar del conflicto bélico, se trataba de una vida sesgada.

La guerra -pensaba el sargento- es una platea desde la que se observan las peores miserias humanas. "Matás o te matan. Y cuando entrás en combate, rogás que el enemigo tire para otro lado cuando ahí también hay vidas humanas".

Altamirano corrió cerca de un kilómetro hasta el campamento y al ver a sus compañeros la emoción lo desbordó:

-Tuvimos un combate. Estamos todos bien. Pero matamos a un soldado – se desahogó.

-¿Un soldado argentino? – preguntaron.

-No, no, un soldado inglés – dijo y por primera vez en la guerra estalló en llanto.

Al arribar a la guarnición con la estrategia ideada, Duarte entregó a Fonseka y ordenó a otra patrulla que buscara el cuerpo de Hamilton. Las coordenadas tal vez no habían sido precisas y fueron necesarias dos incursiones hasta hallarlo. Previo al entierro con honores, lo velaron en un depósito sobre improvisados cajones al lado de un joven conscripto correntino: Remigio Antonio Fernández, fallecido en condiciones trágicas.

Ambos cuerpos a la par, sin distinciones; envueltos en nylon negro, cerrados en los extremos con ganchos de abrochadora. El mismo respeto ante la muerte. En ese escenario precario, ascético, Altamirano y su compañero de combate, Moreno, los despidieron rezándoles un rosario.

Aún perturbado, el sargento pidió permiso para visitar al prisionero. "Quería que supiera que yo lo respetaba, como a todo soldado que se rinde. Fui a tenderle una mano amiga y de paso quería asegurarme que nadie lo maltratara". Roy Fonseka permanecía custodiado en un pozo tapado con pesadas maderas y fardos de lana.

Hijo de una empleada doméstica y de un jornalero, Altamirano huyó de la pobreza extrema enrolándose en el Ejército. Con una gran destreza física, se destacó como comando y montañista. En el 2000 dejó la Fuerza y abrió su escuela de buceo en Santa Fe.

Ayudándose con los gestos, se presentó ante Fonseka, le ofreció un cigarrillo, que siempre llevaba aunque no fumaba y compartieron un té entre los tres, que les acercó el soldado de guardia.

-Tomorrow, championat, the war cup – lanzó con una sonrisa sobre el Mundial de Fútbol de España 1982, sin darse cuenta de la mezcolanza idiomática.

-Oh, yeah, the soccer World Cup – tradujo Fonseka.

Conversaron en ese argot y observó la molestia del prisionero por sus botas y medias todavía húmedas tras cruzar el arroyo. Notó además que tenía frío. Alguien se había quedado con un trofeo de guerra: la chaqueta del comando inglés. Buscó en su mochila y le regaló un sweater y un par de medias secas. El inglés lo agradeció y se despidieron con un apretón de manos.

Dos días después, el general Mario Benjamín Menéndez firmaba en Puerto Argentino la rendición ante Jeremy Moore, comandante de las tropas  terrestres británicas.

Puerto Howard al comienzo de la guerra.

En Puerto Howard las noticias eran confusas. Aislados como estaban se pensó en un primer momento que sólo se trataba de un alto el fuego. Pero más tarde, cuando se ordenó que todos los soldados se desarmaran, el peso de la rendición quebró el ánimo de los combatientes.

A Altamirano le ordenaron acondicionar una pista para el aterrizaje de un helicóptero inglés y permanecer en su lugar de emplazamiento: un oscuro y pequeño cobertizo que compartía con su grupo de comandos.

En medio de la desazón y el encierro, una voz le dio ánimo.

-Francis, Francis – lo buscaba Fonseka para despedirlo, antes de que lo sometieran a una revista minuciosa por su condición de comando y lo confinaran a una turbera durante 4 días.

-Very good, Francis. Very good (muy bien, Francisco) – le dijo el inglés con el pulgar en alto por cómo lo había tratado. No ahondó quizás en muchas más palabras, consciente de las limitaciones idiomáticas entre ambos.

-Very good for you (muy bien para vos) – se sinceró Altamirano.

-Do not worry! The war is politics (no te preocupes, la guerra es política)—intentó consolarlo el inglés, mientras levantaba el brazo en alto sugiriendo que las decisiones se tomaban en un nivel de mando muchísimo más alto.

Roy Fonseka y Francisco Altamirano se reencontraron y se abrazaron fraternalmente 35 años después de la guerra en las islas Seychelles, en el Índico.  Roy le regaló una de las boinas del SAS y Francisco un libro con las fotos de Malvinas.

En una ofrenda inusual de hermandad profesional, Altamirano le regaló su boina de comando. Todo un símbolo de su fuerza de pertenencia. En esas boinas los comandos suelen escribir los nombres y cumpleaños de sus hijos. La que le entregaba a Fonseka tenía los de Ivana, Iván, Iris e Irina.

Se despidieron como soldados, con la venia militar y no volvieron a verse hasta 35 años después, cuando con sus alumnos de buceo de la escuela que fundó en Santa Fe, viajaron a las islas Seychelles.

Roy, el ex comando inglés, convertido en un próspero empresario en el rubro de la seguridad marítima, lo agasajó en su casa y lo invitó a participar de la ceremonia oficial del Memorial Day. En esa fecha los países del Commonwealth honran a los caídos en todas las guerras.

Dos comandos enfrentados por las circunstancias en 1982. “Nunca la guerra es justa” dijo Altamirano al honrar a los caídos de todos los conflictos en las islas Seychelles

Allí Fonseka le entregó su boina a Altamirano y cada uno a turno recordó al capitán del SAS John Hamilton, condecorado con la Cruz Militar otorgada por la Reina Isabel.

Frente a las autoridades de la isla, coincidieron en un concepto: "Nunca hay guerras justas".

La tumba del capitán Hamilton en el cementerio de Howard

miércoles, 26 de abril de 2017

Lago del desierto: Un gesto que nunca sería recíproco

De haber pasado al revés, Chile jamás hubiese devuelto nada


Argentina le devuelve a Chile una bandera capturada en 1965
Se trata de una insignia tomada en el combate de Laguna del Desierto uno de los enfrentamientos más graves entre ambos países. Fotos.
Infobae



 Combate Laguna del desierto

Este jueves la minstra de Seguridad Patricia Bullrich, le devolverá a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, la bandera que la Gendarmería Nacional capturó en el enfrentamiento que mantuvieron con Carabineros el 6 de noviembre de 1965 en la zona fronteriza conocida como Laguna del Desierto.

La bandera se encuentra desde aquel episodio en el museo del Edificio Centinela, de la Gendarmería Nacional y mañana será restituida a Santiago.

La historia cuenta que  con una cartografía "equivocada", un grupo de carabineros se apostó en Vega del Cóndor, pleno territorio argentino. A raìz de esta situación la Gendarmería argentina fue retomar el control del puesto lo que provocó un enfrentamiento que terminó con la muerte del teniente Hernán Merino Correa e hiriendo de gravedad al sargento Miguel Manríquez, que al intentar responder la acción recibió al menos dos disparos que lo dejaron tendido de espaldas contra un árbol.




Mientras el sargento enfermero de la Gendarmería Nacional Marco López procedía a brindar los primeros auxilios a Merino y Manríquez, sus compañeros fueron desarmados y hechos prisioneros, el puesto de carabineros ocupado y la bandera chilena arriada.



Posteriormente la gendarmería levantó en el lugar otros tres puestos de avanzada y se producirian nuevos incidentes fronterizos. El tiempo pasó y en 1994 el territorio de Laguna del Desierto, que por el Laudo de 1902 había sido otorgado a Chile, fue sometido a un nuevo arbitraje y quedó definitivamente del lado argentino, con sus 532 km2 de increíble belleza y notables recursos.