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viernes, 9 de agosto de 2019

Argentina: Visiones extranjeras del gaucho, los caudillos y la vida en el Siglo 19

Gauchos, caudillos y mujeres "de otro planeta": ¿cómo vieron a la Argentina del siglo XIX los exploradores que llegaron de Europa?

"Son sumamente extraños", dijo Charles Darwin. Fascinados y sorprendidos, fueron muchos los extranjeros que dejaron en sus crónicas detalles fascinantes de nuestras raíces y costumbres. Hubo contrastes entre ellos: pasaron desde el sabio científico inglés que desarrolló la teoría de la evolución hasta un joven norteamericano que peleó a las órdenes dos caudillos
Por Luciana Sabina || Infobae


  
Según Charles Darwin, el hombre que cambió la concepción de la especie humana con su teoría de la evolución, los argentinos éramos sumamente extraños. Y exaltó al gaucho: “Invariablemente muy servicial, cortés y hospitalario”



"Como te ven te tratan, y si te ven mal, te maltratan".
(Mirtha Legrand)

Pero, ¿cómo nos vieron los sabios, los exploradores, los intelectuales del siglo XIX que se aventuraron en estas pampas?

Oferta amplia. De todo, como en botica.

Según Charles Darwin, el hombre que cambió la concepción de la especie humana con su teoría de la evolución, los argentinos éramos sumamente extraños. El científico británico llegó a Buenos Aires en 1832 a bordo del histórico Beagle y exaltó al gaucho: "Invariablemente muy servicial, cortés y hospitalario. No encontré un solo ejemplo de falta de cortesía o de hospitalidad. Es modesto, se respeta, respeta a su país, pero también un personaje enérgico y audaz", calificó.

Pero no aprobaron su examen la policía y la justicia, "completamente ineficientes. Si un hombre comete un asesinato, quizá sea encarcelado o fusilado. Pero si es rico y tiene amigos influyentes, nada le pasará…".

Su juicio no fue menos piadoso con "las clases altas y educadas". Les cayó a palo y rebenque: "Cometen muchos otros crímenes, pero carecen de las virtudes del gaucho. Son sensuales, disolutas y corruptas, y se mofan de toda religión. Asombra su falta de principios".

Claramente, no le gustamos. Y para colmo de males, en sus exploraciones andinas –en Mendoza, concretamente–, enfermó del Mal de Chagas, que deterioró su corazón y lo mató en 1882, a sus 73 años.

  
Charles Darwin (Cambrdige University)

Otros, en cambio, se afincaron en estas tierras, entonces de indios en cueros y de señores de galera y levita en los palcos de los teatros.

Por ejemplo, el muy british George Thomas Love.

Aunque la mayoría realizó visitas ocasionales, un porcentaje importante encontró aquí su verdadero hogar. Este fue el caso del británico George Thomas Love: contador, agente comercial de su país, y fundador del periódico Argentine News. Firmaba sus puntos de vista sobre el país y su gente como "un inglés" (¿modestia o instinto de superioridad?).

Veamos cómo le caímos…

"La ciudad de Buenos Aires tiene un aspecto imponente. Cuando desembarqué –octubre de 1820¬, vi dos cañones en excelente estado emplazados en el muelle y grabados con el sello de las armas reales españolas…" (Nota: diez años después de la Revolución de Mayo, las huellas coloniales seguían vivas).

Love, en sus veinticinco años porteños, no flaqueó en su devoción por las damas locales: "Son seres de otro planeta, vestidas casi siempre de blanco, y paseando sin más adornos que los diamantes de sus ojos".

Obesivo, arriesgó detalles eróticos: "Algunas, hermosas y provocativas, llevan la falda y la enagua tan cortas, que exponen una parte del tobillo y de la pierna, aumentando nuestra tentación (¡!). No usan polvos ni otros artificios para disimular su edad. En sociedad son desenvueltas, habladoras y muy alegres. Los niños de Buenos Aires son hermosos. Algunas niñas, perfectos serafines".

  
“Gente muy rara, de cabello largo y trenzado, como los chinos, y con la extraña costumbre de atarse pañuelos bajo la barbilla, que cuelgan sueltos por detrás. Sentados en el suelo, alrededor de una hoguera, recuerdan a las brujas de Macbeth…”, describió a los gauchos el inglés George Thomas Love.

Pero no todo fue miel sobre hojuelas… A contramano de Darwin, los gauchos le cayeron como plato de chorizo con huevos fritos, esa "tropelía gastronómica", según el refinadísimo dandy y escritor Eugenio Cambaceres.

Los describió como "gente muy rara, de cabello largo y trenzado, como los chinos, y con la extraña costumbre de atarse pañuelos bajo la barbilla, que cuelgan sueltos por detrás. Sentados en el suelo, alrededor de una hoguera, recuerdan a las brujas de Macbeth…".

Pero gauchos aparte, jamás volvió a Inglaterra. Murió en la Buenos Aires que lo deslumbró apenas desembarcado, en noviembre de 1845 a los 52 años. Su tumba está en el Cementerio Británico.

   
El caudillo entrerriano Francisco Pancho Ramírez. El norteamericano King describió su muerte: “Cuando el valiente se arrodilló delante de sis asesinos, me dirigió tan larga y ardiente mirada que jamás olvidaré”

Extraño periplo el del aventurero norteamericano John Anthony King… Llegó al país apenas adolescente (16 años), se quedó un cuarto de siglo, pero volvió a su tierra en 1841.

Precoz guerrillero, apenas pisó estas pampas, teñidas de sangre unitaria y federal, se alistó en la montonera del caudillo entrerriano Francisco (Pancho) Ramírez. Y nadie como él narró la muerte de su jefe.
"¡Pobre Ramírez! –escribió-. Todos presenciamos su suerte. Aquellos carniceros [hombres del santafesino Estanislao López] no necesitaron ceremonia alguna (…) se lo condujo al frente de los pequeños restos de su propio ejército, con los brazos atados (…) Levanté mis manos al cielo y murmuré una oración por su alma. No pronunció palabra. Pero cuando el valiente se arrodilló delante de sus asesinos, me dirigió tan larga y ardiente mirada que jamás olvidaré, y un instante después cayó frente a mí, ejecutado por una bala. Pero el designio de su asesino no estaba cumplido. La cabeza de Ramírez fue separada del tronco, en ese mismo lugar, y paseada como un trofeo".

   
Facundo Quiroga: “Desnudo como estaba, surcado por rayas de sangre de sus víctimas, parecía un verdadero demonio, dominando sobre la matanza”, lo describió King

Volvió a la lucha seis años después, como soldado del general José María Paz, el manco, y en 1829 enfrentó a los federales en La Tablada, cerca de Córdoba. Su descripción de Facundo Quiroga, el Tigre de los Llanos, es un modelo de prosa.

"Se había despojado de toda su ropa, menos de los calzoncillos, que llevaba arremangados y atados alrededor de los muslos. Los dos, él y su caballo, estaban cubiertos de sangre, y presentaban un aspecto que no podía ser considerado humano. Enfurecido con la perspectiva de la derrota, saltaba de aquí para allá, derribando con su propio sable a sus propios si veía que flaqueaban o cuidaban sus vidas (…). Desnudo como estaba, surcado por rayas de sangre de sus víctimas, parecía un verdadero demonio, dominando sobre la matanza (…). Al ponerse el sol se decidió la batalla. Paz quedaba triunfante, y Quiroga, considerando por fin inútiles todos sus esfuerzos, dio la vuelta, y sin una señal para la retirada, se escapó del campo".

  
El ingeniero francés Alfredo Ebelot, también profesor universitario y periodista, describió crudamente a las “familias distinguidas” de alta sociedad

Pero no todos los cronistas extranjeros fueron anglosajones. El ingeniero francés Alfredo Ebelot, también profesor universitario y periodista, llegó al país durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, contratado para trabajar en la frontera. Y dejó este testimonio en su libro La Pampa.

"Los niños de corta edad cuyos padres han desaparecido se entregan a diestra y siniestra. Las familias distinguidas de Buenos Aires buscan celosamente a estos jóvenes esclavos, para llamar las cosas por su nombre…. En esas ocasiones, un oficial de la frontera se complace en enviar a su novia una joven doncella india. (…). Después de abolida la esclavitud, ha sido de todo punto necesaria esta variación, para seguir llenando la casa de servidores… ¡que no sirven para nada! (…). Algunos se adhieren fuertemente a las familias con las cuales han crecido, y con ellas envejecen y mueren. Son los menos. Los otros, tratados sin rudeza pero sin cariño, como animalitos domésticos, no piden más que una ocasión para emprender el vuelo".

Ebelot volvió a Europa en 1908, pero nunca olvidó ni perdió su relación con la Argentina. Murió en Francia en 1920, a sus 81 años.

Por cierto, los que por esta nota desfilaron no fueron los únicos extranjeros que respiraron el aire de este país nuestro (¡tan joven en el siglo XIX!), lo juzgaron con ojos extranjeros, y algunos lo adoptaron como segunda patria.
Si esas aventuras fueron un examen, lo aprobamos con buen puntaje. No menos de 8.

lunes, 14 de mayo de 2018

Caudillo libio exhibe su poder militar, de la era Gadaffi

Hombre fuerte libio muestra su desfasado hardware militar 

No puedes actuar duro sin desfiles previos

Robert Beckhusen | War is Boring





El mariscal de campo Khalifa Belqasim Haftar quiere que el mundo sepa que tiene armas. Son armas vintage, cierto, pero en combinación hacen un arsenal sustancial. Desde que tomaron el control de Benghazi hace cuatro años, las fuerzas de Haftar, bajo el marco político de la Cámara de Representantes, se han expandido para controlar el este de Libia con el apoyo de Egipto, los Emiratos Árabes Unidos y Rusia.

La operación para tomar Benghazi, Operación Dignidad, es ahora una fiesta y se celebra en un gran estilo dictatorial. Las fotos del personal general del ejército libio, es decir, las fuerzas de Haftar y no las del rival del Gobierno del Acuerdo Nacional en Trípoli, publicaron fotos de algunos de los equipos que sobrevivieron a la guerra y aún están en funcionamiento.

También es un movimiento de poder, que se produce poco después de que el golpe reciente de Haftar, de 75 años, provocó rumores de su inminente desaparición. El mariscal de campo asistió al desfile. El objetivo de ser un hombre fuerte, después de todo, es presentar una imagen que signifique negocio.


Arriba y arriba - Lanzadores 2K12 Kub y un misil R-17 Elbrus, apuntando verticalmente. Fotos del ejército libio

Misiles antiaéreos 2K12 Kub y un misil balístico R-17 Elbrus. Los lanzadores con tres misiles por pieza son Kubs, conocidos por su nombre en clave OTAN como sistemas de misiles SA-6. Que data de la década de 1960, estos misiles resultaron ineficaces durante la intervención liderada por la OTAN en 2011.

Muammar Gaddafi también tenía algunos misiles Elbrus o Scud-B al comienzo de la guerra civil, pero fueron igualmente ineficaces. El Elbrus / Scub-B es un misil balístico de corto alcance, lo que significa que solo puede viajar alrededor de 300 kilómetros y también está en servicio en Corea del Norte, donde es conocido como Hwasong-5.



Lanzadores de misiles T-62 y BM-21 Grad.

Los tanques T-62 y misiles Grad. Puede ser difícil diferenciar a los T-62 de su primo famoso, el T-55, pero el extractor de humos un tercio del cañón marca esta máquina como uno de los primeros.

Este afortunado T-62 fue probablemente uno de los cientos adquiridos por las fuerzas de Gaddafi durante la década de 1970, lo que significa que ha sobrevivido no solo a las guerras del desierto de Libia en la década de 1980 con Chad, sino también a la guerra civil.

Los lanzacohetes múltiples BM-21 Grad son un recurso de reserva de la Guerra Fría de la era soviética.


BRDM-2s.

BRDM-2s. No puedes tener un ejército desfasado sin BRDM-2. Durante décadas, la Unión Soviética exportó estos vehículos blindados livianos a todos los continentes habitados excepto a Australia; Cuba fue el único país de América del Norte en recibirlos.

Un vehículo económico, veloz y versátil ha mantenido activa la BRDM-2. En 2013, un año antes del golpe de Haftar, la República Checa habría modernizado cientos de BRDM-2 libios, preparándolos para una nueva era.